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Publicado en Viva Jaén, 13 de mayo de 2013.

169 años de amor.

Han pasado ya 169 años y aún se mantiene fresca y lozana como una jovencita
ilusionada por el primer amor. Un amor que nunca se cansa y para el que el tiempo se detiene
en un permanente te quiero.

En este casi bicentenario España ha vivido revoluciones, restauraciones, guerras


coloniales, gobiernos efímeros, transiciones políticas y un prolijo sin fin de circunstancias
políticas y sociales que hubiesen hecho tambalearse a la más asentada y firme nación. Pero
nuestra Patria es así; a decir del inmortal Bernardo López, Solar de pundonor; de valor río;/
columna y valladar de las naciones…” y los avatares no han impedido nunca que los altos
valores que siempre han inspirado su devenir se hayan visto amenazados. Y cuando el más
mínimo viento retador se ha cernido sobre sus tierras y sus gentes la mano providente ha
sabido inspirar el genio y enardecer la sangre de nombres ilustres que han sabido ver un poco
más allá. No es cuestión de entrar en detalles minuciosos; simplemente es cuestión de hablar
de devoción por España, de predilección por sus gentes y de adhesión inquebrantable a la
justicia como alto grado de igualdad entre los hombres para concebir un Cuerpo, una forma de
vida especial, única, que aún no ha sido repetida,-y que difícilmente lo será- y que se llama
Guardia Civil.

Porque es así. La Benemérita es la perpetua enamorada de España, en un idilio que se


compone a partes iguales del vigor de la juventud y de la ilusionante primera vez que todos
hemos tenido cuando un escalofrío recorre el cuerpo ante el primer contacto físico con la
persona amada; es ese dar la mano y apretarla con firmeza, diciendo: “hoy conmigo no te
pasará nada”; necesito tenerte siempre, mi España, cogida de la mano con la delicadeza de un
enamorado y con el vigor de quien busca cobijarte de los negros nubarrones que a veces
cubren tu nimbada sien.

Ella es la que no descansa nunca porque en su abnegación busca tu reposo.

Ella es capaz de todo porque a todos tiene por iguales y es momento de traer aquí lo
que hace algún tiempo dije en otro foro. Alguien comentaba allí, no sin una legítima
exasperación, la escalofriante fotografía del salvaje atentado en la Casa Cuartel de Zaragoza y
en la que un guardia de tráfico, ensangrentado, lleva en sus brazos el cuerpo desmadejado de
una niña. Una imagen que con solo verla una vez se queda grabada en la memoria. ¡Claro que
la fotografía invoca a la rebeldía! pero le dije que lo verdaderamente impresionante de esa
foto es que, dado el caso, el guardia también lo habría hecho con el cuerpo del terrorista. Esa
es la grandeza de la Guardia Civil. Por eso es distinta y por eso la queremos con toda nuestra
alma.

Es la Benemérita por propia naturaleza impasible ante la desesperación porque ésta


es aliada de los que no tienen nadie en quién fijar su mirada y la Guardia Civil mira cada
mañana en sus casas cuartel el vestido de novia rojo y gualda de la joven con la que día a día
celebra el mismo, y a la vez siempre nuevo ritual de enlace por el que se juran pasión
imperecedera.

Y ella, la guardia Civil, además es tenaz y se mantiene siempre, siempre, de pie ante las
embestidas feroces que han abierto en su seno heridas difíciles de cauterizar si no es en el
crisol de quien todo lo soporta con alma benemérita pero que por saber entregarse con una
generosidad sin límites también es capaz de luchar hasta la extenuación ante cualquier ataque
que sufra aquello por lo que ella misma vive.

Hoy es trece de mayo y es el cumpleaños de la Guardia Civil. En Jaén, ¡cómo no! que es
provincia “civilera” por los cuatro costados, la Comandancia va a celebrar con sobriedad y
solemnidad esta efeméride. Allí se recordará la necesidad imperiosa de mantener a toda costa
el espíritu fundacional que es el apasionado idilio que para bien de todos comenzó allá por
1844. Por llevar muy dentro este espíritu y por ser heraldos valientes y comprometidos con el
legado de Ahumada un grupo de buenos guardias civiles y el Presidente del Círculo de Amigos
de las Fuerzas Armadas, mi buen amigo el Dr. Alfonso Rojas Salcedo, van a ser distinguidos con
la Cruz al Mérito de la Guardia Civil, con distintivo blanco. Un acierto más de la Benemérita y
de nuestro Teniente Coronel pues no me cabe la más mínima duda que cada uno de ellos va a
lucir en su pecho la condecoración como un espejo en el que se va a reflejar lo que en su
corazón atesoran: amor sin medida a la Guardia Civil. El que ella misma nos entrega sin tasa a
todos. Y amor con amor se paga.

Eduardo López Aranda.

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