Está en la página 1de 1

CARLOS IV

Si preguntaseis por el rey más absoluto de la Edad Moderna o por el que


controló el Imperio más extenso, nadie respondería con mi nombre. Yo, Carlos
Antonio Pascual Francisco Javier Juan Nepomuceno José Januario Serafín Diego
de Borbón (mejor conocido como Carlos IV), soy más nombrado cuando se
trata de hablar de un monarca débil, que dirigió los destinos de la Monarquía
Hispánica más decrépita, o cuando se habla de “el rey cornudo”.

Nací el 11 de noviembre de 1748 en el palacio de Portici (Italia), hijo de Carlos


III y María Amalia de Sajona. 16 años años después contraje matrimonio con
María Luisa de Borbón, mi prima por lado paterno, con la que tuve 14 hijos, de
los cuales solo 7 llegaron hasta de edad adulta.

Fui rey de España entre 1788, cuando yo ya tenía 40 años y 1808, fui el quinto
monarca de la casa Borbón. Aun que a mí los asuntos del Estado me producían
poco interés, a mí me apasionaba más ir de caza, aun que eso no es crucial.
Mi reinado marcó el inicio de la crisis del Antiguo Régimen en España. La
Revolución Francesa, que inició un año después de mi llegada al trono, afectó a
mi política exterior e interior.

Por el temor a dicha revolución España se unió a una coalición internacional


contra Francia, todo para ser vencidos por el ejercito francés.
Esta derrota dejo claro que debíamos cambiar de estrategia, y mi primer
ministro, Manuel Godoy sugirió una alianza con Napoleón. Cometí el error de
confiar entonces en mi primer ministro y en Napoleón, y tras firmado el Tratado
de Fontainebleau, las tropas francesas pasaron por España para “invadir
Portugal”. Todo esto sumado a las intrigas de mi hijo contra mí, provacaron el
Motín de Aranjuez en 1808, en el que tuve que abdicar el trono a mi hijo
Fernando VII.

Tras todo lo ocurrido, cometí de nuevo el error de confiar en Napoleón. Este nos
reunió a mi hijo y a mi en Bayona (Francia) y bajo presiones consiguió que
ambos renunciáramos al trono Español a favor de José Bonaparte, que se
convirtió en el siguiente rey de España.

Fuí exiliado por Napoleón al palacio de Compiègne y nunca más regresé a


España.
En 1814 me trasladé a Roma, ya que mi hijo Fernando VII, ya rey de España,
me negó el retorno. Fallecí 5 años después en Nápoles, a los 70 años, por un
ataque de fiebre, tras conocer la noticia de que mi esposa había fallecido.

También podría gustarte