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Los derechos fundamentales, la igualdad ante la ley

Si nos referimos en el entendimiento jurídico de lo que puede significar la igualdad


ante la ley podemos definir esto bajo la premisa de que nadie debe ser discriminado
por ninguna razón, pero para poder entender esto debemos ser capaces de llegar a
un análisis más profundo, un análisis que vaya más allá de la constitución en donde
esta instituido este derecho, que vaya más allá del estado moderno que conocemos
es decir a los orígenes. Como antesala a la revisión de la constitución, hemos
realizado un análisis histórico y evolutivo del estado, de sus elementos y como este
ha ido cambiando a lo largo del tiempo, y tal vez el cambio más significativo que se
dio en algún momento, fue cuando la propia sociedad entiendo que ellos son el
estado que ellos representan el poder y como consecuencia de esto desterraron
sistemas y formas de gobierno que estuvieron establecidos durante largos periodos,
dando cabida a uno nuevo, en donde las reformas sociales, filosóficas, culturales y
económicas de la época sentaron los precedentes del estado que conocemos hoy
en día, en los cuales existe un precepto fundamental, y este las búsqueda del
bienestar común.

El principio de igualdad tiene una evolución histórica, que marca sus inicios a la
época de Aristóteles quien nos decía:

“Todos los seres humanos son distintos numéricamente unos de otros por las
diferencias materiales; pero todos tienen la misma forma y naturaleza
individualizada en cada uno de ellos y son idénticos en la especie, sin ser
susceptibles de más o de menos como toda substancia”.

De lo que podemos entender, que cada individuo tiene características muy


particulares y son esas características los que permiten la formación de sociedades,
pero más allá de eso todos somos iguales, pues pertenecemos a una misma
especie. Así también dijo:

“Porque no se hace una ciudad a partir de individuos semejantes. La ciudad


también requiere de gobernantes y gobernados ... Aunque exista una
igualdad natural entre todos, es necesario, porque no pueden tener el poder
al mismo tiempo, que alguno o algunos lo ejerzan durante un período y lo
cedan a otros ... Hay una diferencia específica entre mandar y obedecer”

Es un concepto interesante para la época en que fue concebido, pero la igualdad


que conocemos hoy en día, surge de la concepción ligada a la revolución francesa y
fue uno de los principios básicos que buscaba romper el sistema de clases que
existía en ese entonces, el cual no contemplaba en ningún aspecto la igualdad que
conocemos hoy en día.
A partir de establecido este fundamento, el camino no ha sido sencillo pues los
continuos cambios y reformas sociales de distinto índole, siempre han manifestado
particular influencia en el rumbo que ha tomado el estado, pero este periodo de
evolución poco a poco a permitido asentar lo que hoy conocemos como los
derechos fundamentales de la persona, no solo a través de la constitución sino
también a través del reconocimiento por múltiples organismos internacionales que
protegen el estos derechos.

El Perú no es ajeno a esto, ya que a día de hoy somos un estado con una forma de
gestión constitucionalista, y he aquí la importancia de que estos derechos estén
reconocidos en la constitución, en el caso especial del derecho fundamental de
igualdad ante la ley, este se encuentra establecido en el inciso 2 del artículo 2 de la
misma, y como ya hemos mencionado anteriormente siendo el principal deber del
estado la búsqueda del bienestar de la sociedad que lo constituye, este derecho
toma particular relevancia, más aun en un estado constitucionalista como el nuestro,
pues el desarrollo de nuestro estado se fundamenta en el estricto cumplimiento de
las normas siendo la de mayor jerarquía la constitución.

Después de este breve relato introductorio es necesario remitirnos a lo que


exactamente plante la constitución política del Perú del 93 que a la letra nos dice : “a
la igualdad ante la ley. Nadie debe ser discriminado por motivo de origen, raza,
sexo, idioma, religión, opinión, condición económica o de cualquier otra índole”. Si
realizamos un análisis minuciosos de estos términos podemos establecer que no se
condice exactamente con lo que sucede a día de hoy en el Perú, no solo porque de
manera practica se reconoce que no somos todos iguales, pudiendo apreciar esto
desde distintos puntos de vista en el aspecto jurídico, como por ejemplo con la
generación de normas especificas para determinados sujetos, así también en el
aspecto económico, en donde según lo establecen nuestro marcos regulatorios los
que ganan más pagan más en el aspecto fiscal y entre muchas otras que nos
permiten entender que el concepto de igualdad que aplicamos hoy en día, así como
se mencionó líneas atrás ha ido cambiando, adaptando y evolucionando conforme lo
ha ido ha haciendo la sociedad, pues recordemos que distintos aspectos que hoy
consideramos absolutos e indiscutibles con respecto a la igualdad un tiempo atrás
talvez no lo fueron.

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