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De un modelo bidimensional a un modelo

tridimensional de justicia: el replanteamiento


teórico feminista de Nancy Fraser

María Nohemí González*

Recibido: 10 de septiembre de 2012 Aceptado: 30 de octubre de 2012

From two-dimensional to three-dimensional justice


model: Nancy Fraser’s teorical feminist rethinking

Palabras clave: Redistribución, Resumen


Reconocimiento, Representación, Este artículo recoge de manera sistemática la propuesta de Nancy Fraser en torno al
Esfera pública, Metademocracia, ideal de justicia y su aplicación en las identidades colectivas. Para ello, se aborda el
Gubernamentalidad. dilema entre redistribución y reconocimiento, y la tendencia actual del predominio
del reconocimiento y el límite de la propuesta bidimensional del pensamiento de
Fraser. Finalmente, se reseña el conjunto de nuevas reÀexiones abordadas por la
autora en su texto Escalas de justicia, en el que la ¿lósofa amplía su modelo, presen-
tando una tercera dimensión: la representación como una categoría para explicar las
injusticias que se producen en el plano político.

Key words: Redistribution, Abstract


Recognition, Representation, This article gathers in a systematic way the Nancy Fraser’s thinking about her pro-
Public sphere, Metademocracy, posal around the justice ideal and its implementation in collective identities. To that
Governmentality. end, we deal with the dilemma between redistribution and recognition, and the cur-
rent trend of recognition predominance. The current article brieÀy explains the limit
of the two-dimensional proposal of Fraser’. Finally we frame the group of new re-
Àections which are tackled by her author in her text Escalas de justicia, where the
philosopher makes the widening of her model by presenting a third dimension: the
representation as a category to explain unfairness produced in the political level.

* Docente-investigadora Instituto de Investigaciones de la Universidad Simón Bolívar. Barranquilla (Colombia), Investigadora Grupo
HUM 536. El problema de la alteridad en el mundo actual. Universidad de Cádiz (España). mgonzalez70@unisimonbolivar.edu.co

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180 DE UN MODELO BIDIMENSIONAL A UN MODELO TRIDIMENSIONAL DE JUSTICIA: EL REPLANTEAMIENTO TEÓRICO FEMINISTA DE NANCY FRASER

El origen de todos los graves problemas de las nuevas realidades sociales de la globaliza-
de la crisis actual tiene su principal cau- ción, esta autora ha construido su planteamiento
sa en ‘la disociación entre las escalas de en torno a la identidad con la intención de lograr
la economía y de la política’. Las fuerzas una conciliación entre la igualdad social y el re-
económicas son globales y los poderes conocimiento.
políticos nacionales. Esta descompensa-
ción que arrasa las leyes y referencias lo- Para lograrlo, propone una conciliación en-
cales convierte la creciente globalización tre identidad y diferencia, en la que la visión de
en una fuerza nefasta. identidad se construye y deconstruye continua-
Bauman (en Verdú, 2011). mente, no en el sentido de la dialéctica posmo-
derna sino a favor de una experiencia común a
Introducción
los individuos y de la que se deriven conclusio-
Es ya un tópico reconocer a Nancy Fraser
nes generalizables sobre la base del género (Fra-
como una ¿lósofa inÀuyente en el mundo aca-
ser, 2006). Avanzando en su propuesta, la autora
démico actual. Desde el marco de un feminismo
plantea el modelo de estatus como un modelo
teórico-político, Fraser (2006) recomienda a la
alternativo en esta con¿guración. Lo que precisa
teoría crítica una aproximación deconstructiva
de reconocimiento, según ella, no es la identi-
a las políticas de reconocimiento, que conlleve
dad especí¿ca de grupo sino la condición de los
a la disolución de la categoría de identidad. Su
miembros individuales de un grupo como plenos
argumento consiste en que la identidad no es una
participantes en la interacción social. Así, al exa-
marca, un signo simple, un estigma visible. Al
minar su relación con la clase económica, tales
contrario, la identidad es un conjunto de situa-
ciones que nos condiciona a ser desde los otros. miembros pueden avanzar en un marco de jus-

Esto hace que necesitemos un marco de recono- ticia que reconozca que las desventajas econó-

cimiento para ella, pero esta valoración, desde micas impiden la participación igualitaria en el

la categoría de la identidad, no promueve una espacio de la cultura. Para participar plenamente


interacción respetuosa a través de las diferencias de un grupo social, se requiere un nuevo mode-
en unos contextos que son cada vez más multi- lo de justicia. Un modelo que tenga la capaci-
culturales (Fraser, 1997, p. 61). dad de sustentar que la falta de reconocimiento
y de valor cultural no puede estar al margen de
Por lo anterior, Fraser considera que el reco- las condiciones económicas ni abstraerse de la
nocimiento del modelo de identidad es profun- distribución de las riquezas. Asimismo, razones
damente inadecuado y resulta teóricamente de¿- económicas, como la distribución de los ingre-
ciente. Para construir una relación justa entre los sos, cuentan como subtextos relativos al recono-
contextos y la identidad de los sujetos a la luz cimiento.

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Pero es el análisis y la autoevaluación reali- En Escalas de justicia (2008), Fraser contem-


zados por Fraser a sus obras (1993, 1996, 1997, pla entonces un nuevo espacio político donde se
2000, 2006), el que le permite concebir unas deben implementar elementos de la redistribu-
nuevas propuestas, y especí¿camente en su texto ción, el reconocimiento y la representación, en
Escalas de justicia. En este, amplía su modelo aras de alcanzar una mayor justicia social. Ella
de redistribución y reconocimiento, presentando se esfuerza en identi¿car un cambio en las polí-
una tercera dimensión: la representación como ticas socialistas y en el pensamiento académico
una categoría para explicar las injusticias que se de izquierda, de manera que el problema de la
producen en el plano político. En este sentido, justicia redistributiva se desplaza hacia una polí-
Fraser reÀexiona sobre los retos que requiere tica postsocialista en el que el dilema central no
la teoría social en el momento actual, apoyán- es otro que el reconocimiento.
dose en autores como Foucault (1990) y Arendt
(1993, 1996), para contemplar un nuevo espacio Con este cambio, los movimientos sociales
político en el contexto de la globalización. más destacados ya no aparecen ligados a las
“clases” que luchan por defender sus intereses,
El replanteamiento teórico feminista de acabar con la explotación y lograr una redistri-
Nancy Fraser bución de los bienes materiales como medida
La globalización ha alterado la escala de la de justicia social. Hoy, el tema de la “identidad”
interacción social1. En este marco, el reto con- constituye el derrotero para rea¿rmar las dife-
siste en hallar formas para construir sociedades rencias especí¿cas de los grupos como un bien.
más justas. Por tanto, hoy el debate se centra en
la idea de justicia y en la necesidad de encontrar El resultado de este cambio en los movimien-
sus nuevos marcos, a partir de una teoría crítica tos sociales ha sido la sustitución de las políticas
reÀexiva que amplíe e integre conceptos trans- sociales por las políticas culturales. Además, se
formadores sobre quién cuenta como sujeto de ha desplazado y disminuido el objetivo transfor-
justicia, es decir, dé marcos que involucren las mativo de la redistribución económica2, siendo
necesidades reales y actuales de las nuevas iden- hoy los grupos más destacados aquellos que se
tidades políticas y promuevan procedimientos y encuentran unidos culturalmente y luchan por
formas de aplicación de la justicia acordes con el defender una identidad, por acabar con la domi-
espacio global. nación cultural y por ganar el reconocimiento
como parámetro de justicia (Waltzer, 1997).

1. Hoy, la nueva escala de interacción social marca nuevas dis-


cusiones como las reivindicaciones políticas y territoriales
de pueblos, la inmigración, el calentamiento global, la crisis 2. El pensamiento de esta autora, que está centrado en el énfasis
económica, los matrimonios homosexuales y nuevas formas en las luchas por la redistribución, se actualiza en el contexto
de reproducción. Temas que requieren nuevos requisitos de la de los movimientos tipo 15-M, extendidos a escala global, que
justicia. ponen en primer plano la redistribución.

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El planteamiento de Fraser (1996) se sustenta gente en razón de su sexualidad, género o raza.


en la preocupación por los temas de desigualdad Fraser (2006) a¿rma que el remedio a esta injus-
económica y su intención es visibilizar esta for- ticia es el reconocimiento, no la redistribución.
ma de opresión. Por ello, insiste en una distin-
ción analítica entre el concepto de redistribución En el modelo de Fraser (2006) no hay una
y el de reconocimiento para señalar las tensiones forma de justicia más fundamental que otra. Por
entre los dos. el contrario, se requiere de ambos conceptos, en
una posición bidimensional que permita un equi-
La justicia económica a la que se re¿ere Fra- librio entre la redistribución y el reconocimiento.
ser (1996) se arraiga en la estructura político-
económica de la sociedad: la explotación y la La principal inquietud de Fraser (2006) es
marginación económica implacable es lo que que este eclecticismo no funciona en los grupos
impide a la gente alcanzar un nivel de vida ade- que sufren ambas formas de injusticia. El género
cuado. Por ello habla de la redistribución eco- y la raza son colectividades bivalentes, los cua-
nómica. les plantean un dilema en las estrategias que bus-
can promover la igualdad y las estrategias que
Las injusticias culturales están arraigadas en insisten en el valor de la diferencia. Este dile-
el plano cultural y se re¿eren a la dominación ma real se puede moderar a partir de un enfoque
que sujeta los miembros de un grupo cultural a teórico-práctico que permita reparar la injusticia.
modelos de interpretación asociados a una cultu- Al respecto, Fraser planteó un modelo alternati-
ra hostil, la denigración y la falta de respeto a la vo (2006), que se resume de la siguiente manera:

Tipos de injusticia según Nancy Fraser


Texto Honneth, A. & Fraser, N. (2006). ¿Redistribución o reconocimiento? Madrid: Morata

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Soluciones
Socioeconómica Cultural o simbólica
DISTRIBUCIÓN RECONOCIMIENTO
TENSIONES ENTRE LAS SOLUCIONES
Se entrelazan, las injusticias socioeconómicas y las culturales están a¿anzadas en procesos y prácticas que sistemáticamente ponen
a unos grupos en desventaja frente a otros, por ello se generan tensiones e interferencias entre las soluciones. De allí el dilema
DISTRIBUCIÓN–RECONOCIMIENTO.

CONCEPCIONES ALTERNATIVAS PARA LAS SOLUCIONES


POLÍTICAS AFIRMATIVAS POLÍTICAS TRANSFORMATIVAS
Estado liberal benefactor Socialismo
• Reparar la mala distribución, dejando intacta la estructura • Reparar la distribución injusta mediante la transformación
político-económica. de la estructura política económica.
• Aumentar la posición de consumo de los grupos en • Alteración del consumo, la división social del trabajo y las
desventaja económica sin alterar el sistema de producción. condiciones de existencia de todos.
• Por resolver injusticias de distribución se generan otras • Redistribución del marco general que origina la injusticia.
de reconocimiento (contradicción interna: compromiso • Deconstrucción: transformación de la estructura cultural
o¿cial de reconocimiento versus efecto práctico en el valorativa subyacente.
reconocimiento de las acciones a¿rmativas).
• No afecta al marco general que origina las injusticias.
• Multiculturalismo central (solución de injusticias
culturales).
• Promueven la diferenciación existente entre los grupos.
CONLLEVAN A
Promover la diferenciación de clases. Borrar la diferenciación de clases.
Estigmatizar a los menos favorecidos, falta de respeto. Promover la solidaridad, reparar algunas formas de irrespeto.
Promover la diferenciación de grupos. Desestabilizar la diferenciación entre grupos.

A pesar del mani¿esto intento de articula- liza y dirige su discurso. Young a¿rma que la
ción, Fraser es acusada por algunos de sus críti- separación que observa Fraser entre las políticas
cos de no superar el enfoque dualista y culminar del reconocimiento y la política económica es un
en una propuesta monista de solución: la paridad discurso que proviene de los espacios académi-
cos, el cual no contempla las acciones y dinámi-
participativa.
cas de los grupos sociales, donde se desarrollan
prácticas y actividades, por ejemplo, las luchas
Iris Marion Young, en Categorías irregula- antirracistas. Young (1998) resalta que en estos
bles. Una crítica de la teoría de sistemas duales envites no se ignoran las desigualdades econó-
de Nancy Fraser (1998), presenta varias críticas micas; al contrario, la promoción y el desarrollo
al pensamiento de esta autora y resalta algunos de sus principios están basados en la solidaridad
límites a su propuesta. Uno de estos límites hace y la cooperación en pos de mejorar las vidas ma-
referencia al contexto desde donde Fraser rea- teriales.

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La distorsión de esta lectura, según Young Fraser (1993) olvida que hoy, en los contex-
(1998), es la que lleva a Fraser a aplicar una tos globales, las acciones a¿rmativas que ella
aproximación reconstructiva a las políticas de propone para el reconocimiento social (el au-
reconocimiento, diluyendo claramente la apues- mento de la posición de consumo de los grupos
ta por la categoría de identidad y realizando para en desventaja económica sin alterar el sistema de
ello un análisis y una propuesta con una argu- producción y el multiculturalismo central) son
mentación dicotómica. Su planteamiento marca puntos de mira del sistema económico y están
dos injusticias ejercidas contra los grupos (la siendo instrumentalizados a través de los discur-
económica y la cultural), lo que ¿ja la exclusión sos de la multiculturalidad, mediante los valores
de otras categorías. Al presentar los remedios familiares y el evangelismo. Este último como
que se propone para estas injusticias, también se nueva estrategia religiosa en la política neolibe-
percibe que las dos categorías son mutuamente ral. Por lo tanto, los principios y ¿nes políticos
excluyentes (una reformista y otra radical). que Fraser expone están desprovistos de líneas
de acción, ya que presentan una disolución o re-
Estas categorizaciones dicotómicas producen construcción de la identidad, pero no se aprecia
categorías rígidas y no permiten ver variables la manera en la que se puede iniciar este proceso
que deben tenerse en cuenta a la hora de reme- en los grupos sociales.
diar la injusticia y de construir unas instituciones
más justas, aspecto que no es contemplado en Desde otro punto de vista, considerando la crí-
el dualismo teórico de Fraser (Young, 1998, p. tica que realiza Axel Honneth (2006) al discurso
178). de Fraser en el texto ¿Redistribución o reconoci-
miento? (2006, pp. 89-148), hay una diferencia
Siguiendo con los límites del sistema bidi- respecto a la percepción del lugar de enunciación
mensional propuesto por Fraser (1993), se puede de dicho discurso. Mientras que Young (1998) lo
apreciar que en su marco dualista (redistribución enmarca como academicista, este mismo discur-
y reconocimiento), no contempla que la realidad so es tachado de localista por Honneth (2006).
social tiene un tercer aspecto: la política, en la Este autor explica que el pensamiento de Fraser
que existen las instituciones y las prácticas legis- (2006) es producto de un localismo generalizado
lativas. En este espacio, se discute el concepto de de la experiencia norteamericana. Por lo tanto, al
ciudadanía en el contexto de la gobernanza glo- hacer un paralelismo con Europa, se puede com-
bal, los nuevos marcos políticos, las formas de probar que las luchas sociales del tipo “política
administración, la gestión y la capacidad de inte- de identidad” desempeñan un papel subordinado
racción social de las personas en dichos marcos. frente a las políticas de redistribución y bienes-
Tampoco contempla la reinvención del estado y tar, que funcionan de manera más activa en de-
la medida en que este mismo es útil. bates de la esfera pública.

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En esa misma obra, Honneth (2006) realiza deben tener la atención pertinente, muestra que
un análisis del sistema dual de Fraser. Se mues- la redistribución material es prioritaria y el re-
tra de acuerdo con la apreciación de los movi- conocimiento exige ajustarse a los resultados.
mientos sociales contemporáneos, pues asegura Apoya, de este modo, una teoría social crítica
que estos solo pueden entenderse adecuadamen- centrada en objetivos normativos que se sinte-
te desde un punto de vista normativo. Comparte ticen en consideraciones materiales y culturales
también la idea sobre los grupos de reivindica- de lo que se entiende por justicia. De hecho, esta
ción social representados por el feminismo, los ya es limitada y se corre el riesgo de que susci-
grupos gays y de lesbianas, los grupos afroame- ten ¿suras y que se amplíe la brecha entre los
ricanos, los indígenas americanos y otros grupos aspectos simbólicos y materiales en los contex-
más, de¿nidos como aquellos que ya no luchan tos sociales. Y esto es lo que se puede lograr al
por la redistribución material, concebida como tomarse como herramientas categoriales de re-
causa de injusticia. Al contrario, su lucha es por distribución y reconocimiento en la teoría social.
el respeto a las características que los lleva a
considerarse unidos culturalmente. Honneth (2006) interpela a Fraser (2006) a
través de su teoría diferenciada y ampliada del
Sin embargo, Honneth (2006) se distancia de reconocimiento, en la cual expone que las in-
Fraser (2006) al considerar que su visión se ex- justicias involucran faltas de respeto social (que
cede, pues las reivindicaciones por el reconoci- son experimentadas por los afectados), generan
miento han producido divisiones y distraen a las sentimientos de injusticia e impactan en las con-
políticas que deben confrontar radicalmente el diciones de autorrealización, de la construcción
poder económico y las desigualdades crecientes de las identidades y los procesos de inclusión
de un capitalismo neoliberal ilimitado. Por esta social. Todo ello se constituye en fuente de mo-
razón, las advertencias hechas a los movimien- tivación moral de conÀictos sociales, por lo que
tos sociales, considerando que no deben proyec- la injusticia redistributiva debe entenderse como
tar sus acciones a los marcos de reconocimiento, la expresión institucional de falta de respeto so-
solamente limitan las reivindicaciones que son cial. En consecuencia, es importante cuestionar-
internamente relevantes para las personas o para se cuáles son las formas moralmente relevantes
los grupos sociales afectados e históricamente de privación y sufrimiento social que nos están
discriminados (Honneth & Fraser, 2006, p. 51). llevando a una lucha de reconocimiento cultural
y por qué esta lucha constituye un conÀicto cen-
De otro lado, Honneth (2006) aprecia que tral en esta época.
cuando Fraser propone elaborar un marco nor-
mativo de referencia en el que los dos objetivos Honneth (2006) propone el análisis realiza-
enfrentados (redistribución y reconocimiento) do por Pierre Bourdieu en La miseria del mundo

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(1999) como fuente de consulta para desentrañar las familias a operar como red de solidaridad y
las formas de sufrimiento social en los países contingencia económica, al igual que el discur-
capitalistas desarrollados, donde el sufrimiento so subyacente en las leyes de dependencia, que
cotidiano hay que buscarlo más allá de los lí- preserva el cuidado de niños y mayores a las fa-
mites perceptivos de la esfera pública. En estos milias.
espacios, las desigualdades son imperceptibles,
los sujetos luchan por mantener su integridad y Otro aspecto que, según Honneth (2006), si-
combaten la tendencia al empobrecimiento, aun- guiendo en esto a Bourdieu (1999), debe revisar
que las esferas públicas no lo consideran rele- Fraser es la categoría de clase social, determi-
vante por no alcanzar un nivel de movimiento nante para el concepto de distribución. En la
organizado3. forma como ella la emplea, aparece como una
categoría anticuada, ya que no permite conside-
Honneth (2006) interpela a Fraser (2006) rar los nuevos malestares sociales y, por lo tanto,
desde este pensamiento de Bourdieu (1999) para tampoco aborda las nuevas realidades. Así pues,
explicar que su modelo bidimensional es limi- se hace necesario ampliar la visión política para
tado, ya que, de un lado, la categoría de redis- poder observar las reivindicaciones que los di-
tribución propuesta se restringe cuando propone ferentes movimientos, como el feminista, el an-
reparaciones en las injusticias de redistribución, tirracista o el ecologista, han llevado al ámbito
dejando la estructura político-económica intacta. público. También resulta ineludible llevar a la
esfera pública la visión que las personas tienen
Bourdieu (1999) sostiene que se necesita una sobre su identidad, el respeto a sí mismas, sus
forma clara de entender la necesidad de un cam- esperanzas y sus expectativas, que hasta hoy han
bio estructural en relación con fenómenos de pri- constituido un espacio privado.
vación social, como ocurre con la feminización
de la pobreza, que afecta a muchas mujeres sin Por lo tanto, Fraser no puede retocar una es-
cuali¿cación laboral, pero también a las muje- tructura que supone alto grado de exclusión y
res inmigrantes, el desempleo de larga duración que sigue contemplando solo a aquellos grupos
acompañado de aislamiento social, el adelgaza- sociales que han conseguido el reconocimiento
miento del “estado de bienestar”, que obliga a o¿cial de “nuevos grupos sociales”.

Otro límite de la propuesta dual planteada por


3. Un ejemplo de ello se puede ver reÀejado en el movimiento de
los indignados o 15-M, que se inició en España y ha alcanzado Fraser es la exclusión de los grupos que persiguen
dimensiones globales. Un movimiento que es el resultado de
una población que se siente sola y amenazada por la pérdida objetivos por los medios ilegítimos de la supre-
del empleo, la disminución del sueldo, la di¿cultad de adapta-
ción al riesgo, el acoso por los cierres y despidos, las prejubila- sión y la opresión social. Ejemplo de ello son: las
ciones, los salarios cada vez más bajos y la pérdida del “estado
de bienestar”. reivindicaciones de los grupos que buscan reco-

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nocimiento y a¿rmación colectiva utilizando la reconocidos por sus demandas económicas. Este
violencia: los grupos racistas, los nacionalistas, modelo resulta peligroso por no poseer un mar-
los grupos en contra de la inmigración, la nueva co de acción para los conÀictos sociales que no
derecha religiosa, los grupos integristas y radi- están elaborados en su modelo y cuya resolución
cales (Honneth, 2006). Estos grupos que forman se escapa a los acuerdos normativos que se per-
movimientos sociales complejos, confusos y en- siguen en la comunidad política.
sombrecen la idea de reconocimiento e identidad
también tienen manifestaciones que demandan También la ¿lósofa Judith Butler (2000) ob-
la a¿rmación de sus convicciones axiológicas. serva una restricción al sistema dual de redis-
En este sentido, Manuel Castells (1998) realiza tribución y reconocimiento de Fraser (2000).
la distinción entre grupos “proactivos” y “reac- Dicha restricción reside en designar de modo
tivos”. El autor a¿rma que las identidades con preciso los aspectos en los que se experimenta
cauce en los movimientos sociales pueden ser falta de respeto.
“legitimadoras”, como las que se asentaban en
los gremios, sindicatos o partidos políticos, que Fraser a¿rma:
desde la sociedad civil “se construyeron en torno Es obvio que no todas las reivindicaciones
al estado democrático y al contrato social entre de reconocimiento son razonables, como
capital y trabajo”. Pueden ser también identi- tampoco lo son las reivindicaciones de la
dades “de resistencia” que encuentran cauce en redistribución. En ambos casos necesita-
movimientos sociales proactivos, como los fe- mos una relación de criterios y procedi-
ministas o los ecologistas; o “reactivos”, como mientos para distinguir las reivindicacio-
los fundamentalistas, que expresan su resistencia nes fundamentadas de las que no lo son.
en nombre de Dios, la Nación, la etnia o la fa- Los teóricos de la justicia distributiva in-
milia. Para Castells (1998), “los nuevos movi- tentan desde hace mucho tiempo elaborar
mientos sociales son los sujetos potenciales de esas relaciones, sea apelando a criterios
la era de la información” y actúan a través de objetivistas, como la maximización de
“profetas, personalidades simbólicas que dan un la utilidad o a normas procedimentales,
rostro a una sublevación simbólica”, y hablan en como las de la ética del discurso. En cam-
su nombre o a través de “redes” interconectadas bio, los teóricos del reconocimiento han
y descentralizadas, “productoras y distribuidoras sido más lentos a la hora de abordar esta
reales de códigos culturales”, a veces en campa- cuestión. Todavía tienen que presentar
ñas de gran éxito. una base fundamentada en principios só-
lidos para distinguir las reivindicaciones
En su teoría, Fraser (2006) solo incluye a los justi¿cadas de las que no lo son (Honneth,
grupos sociales de orientaciones democráticas, y A. & Fraser, N., 2006, p. 43).

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A partir de estas críticas resulta pertinente Por todo ello, Butler (2000) se pregunta:
plantear tres preguntas: “¿Por qué un movimiento interesado en criticar
• Una experiencia moral que pueda describirse y transformar los modos en los que la sexualidad
con razón como una falta de respeto, ¿no pue- es regulada socialmente no puede ser entendido
de considerarse una base motivacional de un como central para el funcionamiento de la eco-
conÀicto social? nomía política?” (p. 116).
• ¿Cuáles serían los principios sólidos para
distinguir reivindicaciones justi¿cadas de las Para Butler (2000), las luchas que intentan
que no lo son, especialmente en las colectivi- transformar el campo social de la sexualidad son
dades bivalentes (el género y la raza)? centrales para la economía. Según su conceptua-
• ¿Por qué se ignora el recorrido histórico y la lización, la reproducción social de las personas
importancia de los movimientos políticos en forma parte de la esfera económica misma. De
los que resulta esencial reivindicar la integri- allí que pueda vincularse de manera directa la
dad corporal y su derecho de autodetermina- sexualidad con la cuestión de la explotación y la
ción, que han marcado luchas por el recono- extracción de plusvalía. Hombres y mujeres, a
cimiento, pero también por la redistribución? efecto de la normatividad heterosexual obligato-
ria, se constituyen en la base de la institución fa-
A esta última pregunta, responde Judith But- miliar, entendida esta como el ámbito en el cual
ler en el conocido debate que sostuvo con Nan- se reproduce la fuerza de trabajo.
cy Fraser en la New Left Review No. 2 (2000).
Allí, en su artículo “El marxismo y lo meramen- Por lo tanto, es y debe ser imposible separar
te cultural” critica a la autora por establecer un la esfera de lo estructural-económico de la esfera
continuum que abarca la economía política y la de lo simbólico-cultural. Por ello, Butler conclu-
cultura, situando las luchas de lesbianas y gays ye que las luchas de gays, lesbianas, travestis y
en el extremo cultural del espectro político. Fra- transexuales, por su reconocimiento e inclusión,
ser sostiene que la falta de reconocimiento, la no deberían ser desestimadas como luchas por la
denigración y la homofobia no tienen ninguna transformación de la sociedad capitalista.
raíz en la economía política porque los homo-
sexuales no ocupan una posición especí¿ca en Las críticas planteadas al modelo de Fraser
relación con la división del trabajo. Es decir, al (2006), a su modelo de integración de la redistri-
estar distribuidos en toda la estructura de las cla- bución y el reconocimiento, en aras de replantear
ses sociales, no forman una clase explotada ni la teoría social, marcan un conjunto de nuevas
oprimida materialmente. Esto quiere decir que reÀexiones que son abordadas en su texto Esca-
la injusticia sufrida corresponde a una falta de las de justicia (2008). En esta obra se presenta
reconocimiento cultural. un diagnóstico coyuntural de las nuevas formas

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de injusticia y Fraser pretende ampliar su mode- global, que se oponen a las de¿niciones y ¿jacio-
lo y abordar los nuevos desafíos que requiere la nes que puedan estigmatizarlos por representar
teoría social en la actualidad. nuevos estereotipos.

En este último trabajo, Fraser (2008) reco- De¿nir quiénes cuentan hoy como auténticos
noce que su modelo del reconocimiento y la sujetos de justicia lleva a reÀexionar en torno a
redistribución quedó limitado ante las confron- tres elementos: las consideraciones para conver-
taciones surgidas en el espacio político que ha tirse en ciudadanos territorializados, la respuesta
trazado la globalización. La inmigración y los a la pregunta sobre cómo formar parte de una
atentados del 11 de septiembre en Estados Uni- humanidad global, y las comunidades de riesgos

dos nos han hecho cuestionar nuevas formas de transnacionales.

distribución de la vulnerabilidad, que en debates


De estos elementos se derivan las siguientes
sobre el reconocimiento nos llevan a cuestionar-
preguntas: ¿qué se considera hoy un auténtico
nos quién es el sujeto normativamente humano y
problema de justicia?, ¿qué es ciudadanía en la
qué rostros son hoy los símbolos del mal. Frente
gobernanza global?, ¿cuáles son las de¿niciones,
a la redistribución, en la actual crisis mundial,
estrategias y las nuevas fronteras que excluyen
se extiende también al debate de redistribución
de la ciudadanía global?
y ciudadanía.

Fraser (2008) revisa su concepción bidimen-


Fraser (2008) sostiene que su propuesta de
sional de justicia (la económica y la cultural) y
bidimensionalidad era coherente en un marco
agrega una tercera dimensión: la política, dimen-
estatal westfaliano-keynesiano, pero hoy, en la
sión que recti¿ca la laguna teórica observada por
esfera transnacional, este referente necesita ser
Young (1998). De esta forma, su propuesta ad-
replanteado.
quiere un carácter tridimensional. Con su nue-
vo argumento, Fraser invita a de¿nir los marcos
Inicialmente, se debe reconocer, entonces, más adecuados para las demandas de justicia
que los conÀictos actuales sobrepasan los dise- que integren un justo reconocimiento, una justa
ños dualistas, en referencia a la diversidad de redistribución, garantizando a las personas una
reivindicaciones con supuestos ontológicos no plena representación política. Este marco bidi-
compartidos, los movimientos que luchan por la mensional se amplía así a uno tridimensional,
redistribución, los que luchan por la especi¿ci- para dar cabida a la reparación de la injustica
dad de grupos. En este mismo sentido, existen producida por la falta de representación. Por tan-
movimientos que buscan nuevos esquemas de to, su nuevo modelo tridimensional queda com-
representación política para evitar convertirse en puesto por la redistribución, el reconocimiento y
“subalternos” o nuevos naturalizados del espacio la representación.

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190 DE UN MODELO BIDIMENSIONAL A UN MODELO TRIDIMENSIONAL DE JUSTICIA: EL REPLANTEAMIENTO TEÓRICO FEMINISTA DE NANCY FRASER

La necesidad de ampliar el marco de justicia que la representación fallida ocurre cuando los
reside en que el escenario donde se desarrollan límites políticos o las reglas de decisión funcio-
las luchas por la distribución y el reconocimien- nan injustamente, negando a determinadas per-
to es el político. En este espacio, se establecen sonas la posibilidad de participar en paridad con
los criterios de pertenencia social y el marco de- otras en la interacción social. La representación
terminante en la selección de sus miembros. Pre- fallida pone en tela de juicio dos doctrinas del
cisamente en este punto se nos dice quién está igualitarismo: la primera se resume en “quién”
incluido y quién está excluido de la justa distri- es el sujeto de la justicia y cuáles son los lími-
bución y el reconocimiento mutuo. tes del estado nacional para aplicar la justicia.
La segunda es la premisa metodológica sobre
Como nueva categoría, la representación se “cómo” se debe determinar “quién” es sujeto de
convierte en herramienta de análisis para tratar la justicia. “¿Es la ciencia social normal la que
de explicar las injusticias que se producen en el puede determinar el “quién” de las injusticias?”
plano político y metapolítico. Estas son las in- (Fraser, 2008, p. 43).
justicias que hoy por hoy cometen las sociedades
políticamente delimitadas, porque en el espacio Fraser apuesta por una nueva teoría social a la
de la globalización se excluye de toda conside- que le corresponda el establecimiento de los lí-
ración a los afectados que no son ciudadanos. mites políticos, la determinación de la pertenen-
Esto último sucede cuando las reglas de deci- cia social y el espacio de inclusión y exclusión.
sión privan de voz política a quienes ya cuentan Respecto al segundo dilema, presenta una alter-
como miembros, desconociendo su capacidad de nativa democrática en la que trata las discusiones
participar con igualdad en la interacción social. como acentos políticos que deben resolverse me-
Por lo tanto, esta categoría es conceptualmente diante procesos democráticos, adopciones insti-
distinta a las referidas a cuestiones económicas y tucionales y decisiones a escala transnacional.
culturales. No se reduce a tales cuestiones, por el
contrario, se entreteje con estas y aún así opera La injusticia del desenmarque es la exclusión
de forma independiente (Fraser, 2008). absoluta de las posibilidades de participar en
las confrontaciones sobre justicia/injusticia que
La nueva categoría diseñada por Fraser con- le competen a los sujetos y grupos humanos y
templa, para su análisis, tres niveles de injusticia que afecta a los excluidos, por no ser tomados en
política: la representación fallida, la injusticia consideración. Todo ello lleva a estos individuos
del desenmarque y la representación fallida me- o grupos a convertirse en objetos de caridad o
tapolítica. benevolencia por no ser considerados sujetos de
la justicia. Solucionar este problema requiere un
En Escalas de justicia (2008), Fraser explica análisis comparativo relativo a las reglas de de-

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cisión, donde se cuestionen las condiciones en injusticias transfronterizas. Para ello, es impor-
que los/las excluidos/as y los/las incluidos/as en tante reconstruir el ideal de publicidad legítima
la comunidad política ventilan sus reivindicacio- y e¿caz que se adecúe a las condiciones actuales.
nes y arbitran sus disputas. Esta reconstrucción debería contemplar tres nue-
vos aspectos: destinatarios de la opinión pública,
Hay un tercer nivel de injusticia y es la repre- poderes públicos y capacidades administrativas
sentación fallida metapolítica. Este nivel surge para resolver problemas transnacionales.
cuando los Estados y las élites transnacionales
monopolizan las actividades y el establecimiento Hay algo importante que se debe tener en
de los marcos donde se producen los acuerdos, cuenta: la propuesta no puede desarrollarse a

negando la voz a quienes pueden resultar per- partir de la idea de esfera pública transnacional

judicados en el proceso. Estos estados y élites sin que esta pase por una revisión en su interpre-
tación. Es preciso recordar que este concepto se
transnacionales impiden las deliberaciones de-
desarrolló para contribuir a una teoría crítica de
mocráticas. La falta de ámbitos institucionales y
la democracia. Se concibió como un espacio des-
mecanismos de participación que las privan de
tinado a la formación comunicativa de opinión
las necesarias oportunidades para reclamar, hace
pública y es utilizado como fuerza política. Al-
que la mayoría se sienta inhibida a la hora de
gunas de las puntualizaciones que deben hacerse
participar en los metadiscursos.
al concepto de esfera pública deben responder a
las preguntas:
Relecturas y reÀexiones sobre guberna-
• ¿Quiénes pueden participar en paridad y
mentalidad y gobernanza en el espacio global
quiénes pueden estar incluidos en esta repre-
Fraser (2008) se muestra a favor de una me-
sentación?
tademocracia transnacional, que contemple el
• ¿Cómo se legitima en contextos transnacio-
“qué” y el “quién” de la justicia. También está
nales la noción de opinión pública y cómo se
de acuerdo con la construcción de un enfoque dan los espacios de comunicación entre inter-
justi¿cable respecto a cómo se debe determinar a locutores que no pertenecen a una comuni-
ese sujeto de justicia en el espacio global. dad?

Por ello, el discurso de la justicia y su mode- Hoy en día, el reto en el marco global con-
lo requieren una discusión y cuestionamiento de siste en desarrollar nuevas teorías sobre formas
sus principios y de su gramática. de gubernamentalidad a la luz de los cambios
políticos. Para abordar este tema, Fraser (2008)
El reto al que se enfrenta Fraser (2008) con- propone realizar una lectura contextualizada de
siste en plantear una teorización política que con- autores como Michel Foucault (1990) y Hannah
temple las desigualdades no distributivas y las Arendt (1993).

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192 DE UN MODELO BIDIMENSIONAL A UN MODELO TRIDIMENSIONAL DE JUSTICIA: EL REPLANTEAMIENTO TEÓRICO FEMINISTA DE NANCY FRASER

La propuesta de una relectura foucaultiana mas, procedimientos y prácticas que enmarcan


se enmarca en las posibilidades de desarrollar las subjetivaciones desde la noción de Àexibili-
una reinterpretación de los nuevos modos de zación, entendida como el modo de organización
gubernamentalidad. Releer a Foucault en estos social de autoconstitución. Este modo de organi-
tiempos permitiría identi¿car los mecanismos zación se caracteriza por la Àuidez provisional y
característicos de la ordenación y racionalidad por un horizonte temporal, que hace Àexibles los
política de modos emergentes de regulación. sujetos “yoes”. Estos “yoes” son los encuadra-
dos en agentes actuantes, en sujetos de alterna-
Para interpretar las nuevas formas de guber- tivas, obligados a aumentar su calidad de vida a

namentalidad en el marco de la globalización, través de sus propias decisiones, convirtiéndose

se hace necesario conceptualizar el carácter en expertos de su propio yo y responsables de su


máximo rendimiento.
transnacional de regulación posfordista, inves-
tigar la creciente dependencia de los modos de
Vázquez (2005) plantea que la subjetividad
gubernamentalidad (dispersos y sometidos a los
del individuo promovido por la gubernamenta-
mercados), analizar la racionalidad política (sus
lidad neoliberal requiere de una subjetivación
objetos característicos de intervención), los mo-
que necesita ser fabricada/programada bajo es-
dos de subjetivación, y las mezclas de represión
trategias de realización personal y capacidad de
y autorregulación.
elección:

La gubernamentalidad contemporánea y su
Se trata de convertir al individuo dependien-
carácter transnacional están dibujando un apa-
te y necesitado, al ‘ciudadano social’ ligado
rato regulador Àuctuante y multiestrati¿cado.
a la colectividad por mecanismos estatales
Este nuevo modo de regulación es asignado a
de solidaridad (como el seguro social) en un
diferentes organismos, que van más allá de los
individuo activo, autorresponsable, capaz de
sitios institucionales y operan a escala transna-
elegir por sí mismo y de sacarle el máximo
cional (FMI, Unión Europea) y a varios niveles partido a sus recursos personales en la bús-
(globales, regionales y locales). Por lo tanto, sus queda de un estilo de vida propio y singular.
estrategias se deshacen, se descomponen en va- Se trata del sujeto como empresario de sí (p.
rias funciones, lo que produce una composición 196).
compleja, haciendo de la gubernamentalidad una
red Àexible y diseminada. Al mismo tiempo, Fraser propone una relec-
tura de las obras La condición humana (1993) y
Fraser (2008) resalta la necesidad de estudiar Los orígenes del totalitarismo (1999) de Hannah
a los nuevos sujetos producidos por la “guber- Arendt, que nos servirían para iluminar las ame-
namentalidad desestatalizada”, así como las for- nazas que se ciernen sobre el hombre y la mujer

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en el siglo XXI. Esta autora considera pertinente que inspiran una mayor solidaridad y justicia so-
estas obras para situar la realidad entre el pasado cial.
y el futuro, tomando como referente los peligros
que enfrentó la humanidad del siglo XX, respec- En conclusión, desde la perspectiva teórica
to a la eliminación de la libertad y la pluralidad. de Nancy Fraser (2008), participar plenamente
No obstante, se hace necesaria una transforma- de un grupo social requiere un nuevo modelo de
ción creativa del pensamiento arendtiano para justicia. Un modelo en el cual la falta de recono-
explicar las nuevas formas de negación de lo cimiento y de valor cultural, no pueden enten-
humano. Los nuevos elementos son: el cosmo- derse al margen de las condiciones económicas
politalismo, el pluralismo, el poswesfarismo y ni abstraerse de la distribución de las riquezas.
la vulnerabilidad social de nuestros cuerpos, que Asimismo, razones económicas, tales como la
nos obligan hoy a repensar la comunidad política distribución de los ingresos, cuentan como sub-
de una nueva forma, una forma en que no haya textos relativos al reconocimiento.
cabida a la homogeneidad ni se determinen nue-
vos expulsados de la condición de humanidad, Referencias
del sentido de hermandad. Arendt, H. (1993). La condición humana. Ma-
drid: Paidós.
Para ello, el marco político más adecuado Arendt, H. (1999). Los orígenes del totalitaris-
conlleva el desmonte de la lógica de los Estados- mo. Madrid: Alianza Editorial.
Nación y la resigni¿cación de maneras y modos Bauman, Z. (2011, 17 de octubre). El 15-M es
de pertenecer. Según Arendt (1993), esta posi- emocional, le falta pensamiento. El País,
bilidad puede ser viable a partir de un sistema p. 11.
de gobierno que tenga la capacidad de crear con Bourdieu, P. (1999). La miseria del mundo. Bar-
los demás, precisamente cuando no hay ningún celona: Akal.
modo aparente de pertenencia. Butler, J. (2000). El marxismo y lo meramente
cultural. New Left Review, 1(2), pp. 109-
Esta gubernamentalidad constituye la base de 121.
una política justa, que se opone a formas de vio- Castells, M. (1998). La era de la información:
lencia que en general el estado reproduce en las economía, sociedad y cultura. El poder de
personas sin el reconocimiento debido. Además, la identidad. Madrid: Alianza.
esta relectura posibilita un nuevo modo de vida Foucault, M. (1990). Tecnologías del yo. Barce-
político, que no se identi¿ca con una colección lona: Paidós.
fragmentaria de identidades culturales sobera- Fraser, N. (1993) Repensar el ámbito público:
nas, sino que establece tanto la soberanía como una contribución a la crítica de la demo-
el nacionalismo o, incluso, el individualismo en cracia existente. Debate feminista, 4(7),
nuevas formas de coexistencia social y política pp. 23-58.

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194 DE UN MODELO BIDIMENSIONAL A UN MODELO TRIDIMENSIONAL DE JUSTICIA: EL REPLANTEAMIENTO TEÓRICO FEMINISTA DE NANCY FRASER

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ticia del género. Revista Internacional de Vázquez, F. (2005). Tras la autoestima. Varia-
Filosofía Política, (8), pp. 18-40. ciones sobre el yo expresivo en la mo-
Fraser, N. (1997). Iustitia Interrupta. Trad. de dernidad tardía. Donostia-San Sebastián:
Holguín, M. y Jaramillo, I. C. Bogotá: Si- Jaquea.
glo del Hombre Editores. Verdú, V. (2011, 17 de octubre). El 15-M es
Fraser, N. (2000). Heterosexismo, falta de reco- emocional, le falta pensamiento. Entrevis-
nocimiento y capitalismo: una respuesta a ta a Zygmunt Bauman, El País.
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Fraser, N. (2008). Escalas de justicia. Madrid: México: Fondo de Cultura Económica.
Herder.

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