Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Os contaré un hecho real: un día un padre de familia viendo que había demasiada
división en la familia y entre ellos dos (entre el matrimonio). Viendo las disputas
entre los hijos y las dificultades que pasaban él y su mujer, decidió rezar la
siguiente oración:
“¡En nombre de Jesús! ¡satanás! Sal inmediatamente de nuestra casa, no
tienes ningún derecho aquí, te ordeno por la Gracia de nuestro sacramento
del matrimonio que salgas de esta casa y que toda influencia tuya en esta
familia salga contigo, y no regreses nunca más”.
Tenemos un tesoro entre las manos pero no sabemos cómo utilizarlo. El tesoro es
que Jesús está presente con mucho poder en vuestro Amor y tenéis todo el poder
y autoridad sobre la familia y sobre vuestros hijos.
El año pasado estuve en el Líbano. Acompañaba a una mujer que estaba poseída
por un demonio llamado Asmodeo. Estaba casada con un libanés y era de San
Salvador. El matrimonio se conoció en Montreal (Canadá). Fuimos juntos al Líbano
para hablar con exorcistas de allí sobre el caso de este matrimonio y le dije a su
marido: “-¡óyeme!, el Señor te ha dado a tu esposa por la Gracia de tu sacramento
del matrimonio, utiliza ese poder para liberar a tu mujer”-.
Poco después, fueron a una Iglesia del Líbano, acompañados de tres o cuatro
exorcistas. Iniciaron los exorcismos y el marido quiso intervenir por la autoridad
que le daba el sacramento del matrimonio, pero el exorcista principal no quería. A
pesar de que se lo impedían, el marido se lanzó hacia su mujer, la cogió con sus
manos de los brazos y le dijo “¡Asmodeo, satanás, sal de mi mujer, me pertenece a
mí, no es tuya. Te ordeno que salgas de ella inmediatamente!” Y el demonio
abandonó el cuerpo de su mujer. Los exorcistas que se quedaron muy
sorprendidos, decían que no podían creerse que la Gracia del sacramento del
matrimonio fuera tan fuerte.
Utilizad esta Gracia recibida. Cuando veáis que vuestros hijos tienen problemas,
cuando veáis que en la pareja las cosas no funcionan y no hay comunicación, que
vienen problemas y divisiones regularmente, decid: “por la Gracia de nuestro
sacramento del matrimonio, corto todas estas ataduras de división y ordeno
a todo lo que no sea de Jesús que salga de nuestra pareja, de nuestro
sacramento del matrimonio y que se queden liberados nuestros hijos que
están atados por todo tipo de problemas”.
Otro día, les dije a los padres en una Misa: “-cuando lleguéis a vuestra casa,
bendecid a vuestros hijos y creer que por vuestro sacramento del matrimonio, el
señor irá a tocarlos-“.
Una de las madres que estaba en Misa, me contó días después que cuando llegó a
su casa, se encontró a su hijo mayor de 18 años en la puerta. Sabía que no le iba
a resultar fácil bendecirle, pero lo hizo. Le bendijo en nombre de Jesús y el chico
empezó a sollozar, a llorar y llorar y por lo tanto a quedar liberado.
Por eso digo a los padres, utilizar el sacramento del matrimonio, Jesús se ha
comprometido y ligado con vosotros en los días de felicidad y en los de dificultad.
Si tenéis un hijo enfermo orar: “- Jesús por la Gracia de nuestro sacramento del
matrimonio, libéralo y sánalo-“. No lo hagáis sólo una vez, hacedlo con
frecuencia hasta que reciba su sanación. Es el poder del Amor y de la fe. Hacedlo
en la fe, en ese poder del Amor que habita en vuestro matrimonio que es el Amor
es Jesús.