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Izquierda: líneas de tensión de la piel relajada. Derecha: dermatomas, campos de las raíces sensoriales.
Nota: las ilustraciones de las cubiertas interiores y de esta página (con las líneas de tensión de la piel
relajada y los dermatomas o campos de las raíces sensoriales) son aproximaciones, ya que hay gran
variabilidad individual y superposiciones. La desnervación de una raíz posterior no produce la anes-
tesia completa en el correspondiente dermatoma. Antes de practicar una incisión elipsoidal paralela
a las líneas de tensión de la piel relajada o de realizar una biopsia con la piel estirada perpendicular-
mente a ellas debería valorarse siempre la dirección de estas líneas. En áreas de flexión hay que ple-
gar, doblar y observar la dirección de la mayoría de las líneas que forman las «arrugas», es decir, la
dirección de las líneas de tensión de la piel relajada. En áreas de no flexión, las líneas de tensión con
la piel relajada se determinan colocando los pliegues cutáneos entre los dedos pulgar e índice y pelliz-
cando en el sentido de las agujas del reloj hasta que está clara la dirección en la que las líneas dibu-
jadas por las arrugas son más numerosas, rectas y paralelas entre sí. En ciertas áreas resulta difícil o
imposible encontrar las líneas de tensión de la piel relajada, y en este caso se recomienda practicar
una incisión circular o «pinchar» para ver en qué dirección se forma la elipse.
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MANUAL DE TRATAMIENTO
DE LAS ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS
7.a edición
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MANUAL DE TRATAMIENTO
DE LAS ENFERMEDADES DERMATOLÓGICAS
7.a edición
Traducción:
Llorenç Serrahima i Formosa
Paloma Bellod Giménez
Revisión:
Jordi Peyri Rey
Jefe del Servicio de Dermatología,
Hospital Universitari de Bellvitge;
Profesor Titular de Dermatología,
Universitat de Barcelona
El editor no es responsable de los errores u omisiones del texto ni de las consecuencias que se
deriven de la aplicación de la información que contiene. Esta publicación contiene información
general relacionada con tratamientos e interacciones farmacológicos que no debería utilizarse en
pacientes individuales sin antes contar con el consejo de un profesional médico. Se insta al lector
a consultar los prospectos informativos de los fármacos o dispositivos para obtener la información
referente a las indicaciones, contraindicaciones, dosis, advertencias y precauciones que deben
tenerse en cuenta. El editor ha hecho todo lo posible para confirmar y respetar la procedencia del
material que se reproduce en este libro y su copyright. En caso de error u omisión, se enmendará
en cuanto sea posible.
Algunos fármacos y productos sanitarios que se presentan en esta publicación sólo tienen la
aprobación de la Food and Drug Administration (FDA) para un uso limitado al ámbito
experimental. Compete al profesional sanitario averiguar la situación de cada fármaco o producto
sanitario que pretenda utilizar en su práctica clínica, por lo que aconsejamos la consulta con las
autoridades sanitarias competentes.
Edición española de la obra original en lengua inglesa Manual of Dermatologic Therapeutics, 7th edition,
de Kenneth A. Arndt y Jeffrey T.S. Hsu, publicada por Lippincott Williams & Wilkins.
Copyright © 2007 Lippincott Williams & Wilkins
351 West Camden Street
Baltimore, MD 21201
530 Walnut Street
Philadelphia, PA 19106
ISBN edición original: 978-0-7817-6058-4
Kenneth A. Arndt
COLABORADORES
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viii Colaboradores
Colaboradores ix
Capítulo 1: Acné xi
PREFACIO
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Primeras paginas:Arndt 9/2/09 16:08 Página xiii
ÍNDICE DE CAPÍTULOS
Prefacio ................................................................................................................ xi
Colaboradores ..................................................................................................... vii
Figuras en color
1 Acné ............................................................................................................. 3
6 Quemaduras ................................................................................................ 43
xiii
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Índice de capítulos xv
Capítulo 1: Acné 1
Enfermedades dermatológicas
comunes: diagnóstico I
y tratamiento
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Capítulo 1: Acné 3
ACNÉ
R. Sonia Batra
1
3
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La aparición precoz del acné puede ser el primer signo de alguna anomalía hormonal sub-
yacente, sobre todo si se acompañan de un crecimiento óseo avanzado y aparición precoz de
vello púbico. La aparición de un acné comedoniano precoz es predictiva de un cuadro pos-
terior más grave. Durante la pubertad los estímulos hormonales aceleran el crecimiento y el
desarrollo de folículos sebáceos. Las pacientes femeninas con acné grave o signos claros de
virilización a menudo tienen niveles anormalmente elevados de andrógenos circulantes.
Diversos estudios han demostrado que muchas mujeres con formas más leves de acné y sin
signos de virilización pueden tener a pesar de todo una hiperproducción de andrógenos de
origen ovárico, suprarrenal o ambos. Existen algunos indicios que sugieren una mayor capa-
cidad de respuesta de los órganos diana objetivos de las glándulas sebáceas al estímulo
androgénico. Esta mayor respuesta de los órganos diana provoca una mayor conversión de
la testosterona en dihidrotestosterona (DHT) y otros metabolitos creados por reducción 5α,
o la supresión del metabolismo de la testosterona a nivel folicular. Los pacientes masculinos
con acné suelen tener niveles más elevados de androstenodiona, testosterona, índice de andró-
genos libres y 11-desoxicortisol (8).
La glándula dilatada secreta sebo hacia un folículo dilatado que contiene un número eleva-
do de bacterias cutáneas normales. El sebo contiene ácidos grasos libres y esterificados, así
como componentes lipídicos insaponificables. El difteroide anaerobio P. acnes tiene enzimas
que generan ácidos grasos libres (AGL) a partir del sebo dentro del folículo. Estos AGL son las
sustancias que causan la irritación primaria del acné inflamatoria. A medida que aumentan los
niveles de triglicéridos también lo hace la población de P. acnes. La bacteria también produce
péptidos de bajo peso molecular que actúan como quimiotácticos para los leucocitos polimor-
fonucleares. Los pacientes con acné grave presentan una inmunidad celular contra P. acnes; la
gravedad de la inflamación es proporcional a dicha inmunidad. Además, también se ha impli-
cado al receptor tipo toll 2 (TLR-2, toll-like receptor 2) en la patogenia del acné. El TLR-2 es un
receptor de patrón de reconocimiento activado por P. acnes. El TLR-2 activa un factor de trans-
cripción que regula al alza la producción y liberación de citocinas proinflamatorias de los mono-
citos, entre ellas interleucina 12 (IL-12) e IL-8. El TLR-2 se expresa en las células inflamatorias
alrededor de las unidades pilosebáceas en pacientes con acné; su expresión aumenta a medida que
la lesión de acné envejece y se inflama más (9). La atracción y muerte de los leucocitos por los
componentes del comedón, la cascada inflamatoria resultante y los acontecimientos inmunitarios
específicos contribuyen probablemente al aspecto final de una lesión de acné inflamatoria.
La eliminación desordenada de las células que recubren los folículos sebáceos es otro factor
de la patogenia de las lesiones de acné. Las células córneas descamadas adherentes quedan rete-
nidas en el orificio folicular cuya abertura queda taponada por el sebo retenido, formando un
comedón cerrado («punto blanco»). Si la masa del comedón sobresale del folículo, se denomi-
na comedón abierto («punto negro»). El color oscuro se debe a los lípidos oxidados, a la mela-
nina o a los queratinocitos densamente agrupados junto con bacterias y no a la suciedad. A
medida que las enzimas hidrolíticas liberadas de los leucocitos polimorfonucleares hacen que
las paredes del folículo se abran o se rompan, el sebo (con sus factores irritantes y quimiotácti-
cos), la queratina, las bacterias y el pelo se liberan hacia la dermis, lo que genera una masa infla-
matoria (pápula, «grano», pústula, nódulo, quiste o absceso). La activación de las vías clásica y
alternativa del complemento por parte de P. acnes aumenta la inflamación. Experimentalmente
la hiperqueratosis folicular se induce con IL-1α y factores de crecimiento epidérmico; la isotre-
tinoína inhibe este proceso.
La mayoría de las pápulas o pústulas del acné derivan de la rotura de un microcomedón
intrafolicular más que de uno visible. Los pacientes con un gran número de comedones acos-
tumbran a tener muy pocas lesiones inflamatorias, mientras que los pacientes con un acné quís-
tico grave suelen tener algunos comedones. En la vida adulta, las células que recubren el folícu-
lo presumiblemente se vuelven menos susceptibles a los materiales comedógenos. La resolución
espontánea del acné también se puede deber a una reducción de la reactividad dérmica a las
sustancias irritantes.
Hasta un tercio de las mujeres adultas están afectadas por una erupción acneiforme leve que
puede ser de nueva aparición o una continuación imperceptible de un acné de adolescente pre-
existente. La erupción puede ser inducida por una exposición crónica a sustancias comedógenas,
como el miristato de isopropilo, la manteca de cacao y los ácidos grasos presentes en algunas
cremas y sustancias hidratantes, por estímulos androgénicos de los progestágenos existentes en
algunos anticonceptivos orales, por interrupción reciente de los anticonceptivos orales o por
causas desconocidas.
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Capítulo 1: Acné 5
Capítulo 1: Acné 7
F. ¿Ha aparecido el acné rápidamente asocidado con fiebre y leucocitosis (acné fulminans)?
¿Existe una artroplastia destructiva similar a la artritis reumatoide (acné con artropatía)?
El síndrome SAPHO consiste en sinovitis, acné, pustulosis (palmar y plantar, psoriasis pus-
tulosa), hiperostosis y osteítis; se considera una espondiloartropatía y se ha descrito enfer-
medad intestinal inflamatoria y pioderma gangrenoso. El síndrome APPA, un trastorno
autosómico dominante, está formado por artritis estéril piógena, pioderma gangrenoso y
acné (13).
G. ¿Cómo se ha tratado el acné del paciente en el pasado? ¿Se han utilizado antibióticos? Si
es así, ¿con qué instrucciones, dosis, duración y resultados? ¿Se tomó erróneamente la
tetraciclina con las comidas en lugar de con el estómago vacío? ¿Era adecuada la dosis?
(v. sección V.C.1).
Después de un consumo prolongado de antibióticos cada vez hay más pruebas de resis-
tencia bacteriana de P. acnes y de Staphylococcus aureus coagulasa negativo. Estas bac-
terias resistentes aparecen tanto en los pacientes como en las personas en contacto direc-
to con ellos. La resistencia de P. acnes a los antibióticos también se debe tener en cuen-
ta cuando fracase el tratamiento. Aparece sobre todo frente a eritromicina, pero puede
presentar resistencia cruzada frente a la clindamicina. No se deben utilizar varios anti-
bióticos a la vez; es mejor añadir el peróxido de benzoílo como segundo fármaco para
reducir al mínimo esta posibilidad. Se debe empezar con un tratamiento corto con la
dosis más alta posible de un antibiótico oral. La minociclina es la que presenta el menor
riesgo de resistencia bacteriana a lo largo del tiempo. La isotretinoína oral reduce el
número de P. acnes resistentes.
Una complicación inusual de una terapéutica antibiótica prolongada de amplio espec-
tro es la aparición de una foliculitis por gramnegativos. Estos pacientes notan un
cambio súbito en su acné, con la aparición de pústulas o grandes quistes inflamatorios
que cuando se cultivan permiten detectar especies de Proteus, Pseudomonas o Klebsiella.
Puesto que los quistes de acné son estériles en los cultivos bacteriológicos de rutina, el
cambio súbito de morfología exige una tinción de Gram y el cultivo del contenido de los
quistes o abscesos (v. cap. 4). Este proceso se trata con el antibiótico adecuado o con iso-
tretinoína sistémica. La foliculitis por gramnegativos puede aparecer en individuos que
no hayan sido tratados con antibióticos y puede estar asociada a una reducción de la fun-
ción inmunitaria.
H. El estrés o los trastornos emocionales ¿tienen algún efecto sobre la actividad del acné? Una
situación estresante aguda puede provocar una recidiva del acné (14). Las erosiones planas
¿están cubiertas por una costra serosa? El acné excoriado, sobre todo en mujeres jóvenes,
se puede confundir con un impétigo.
I. Se debe hacer un registro aproximado del número y tipo de lesiones para evaluar las res-
puestas terapéuticas.
V. TRATAMIENTO
A. Afectación moderada (pocos a muchos comedones)
1. Los bacteriostáticos mejoran el acné porque reducen la formación de subproductos
perjudiciales, pero no necesariamente el número real de bacterias P. acnes. Estos agen-
tes se pueden aplicar 2 veces al día en las zonas presentando sequedad y eritema mode-
rados, pero no malestar.
a. El peróxido de benzoílo (v. cap. 40, Antiacneicos, sección II.F) tiene un potente
efecto bacteriostático que reduce el número de P. acnes en 2 días y reduce el núme-
ro de lesiones tras 4 días de aplicación. El peróxido de benzoílo disminuye la pro-
babilidad de que haya resistencias bacterianas y debe ser una pieza fundamental de
cualquier programa contra el acné, si se tolera. Se supone que este fármaco es des-
compuesto por la cisteína que hay en la piel, tras lo cual los radicales libres de oxí-
geno son capaces de oxidar las proteínas que hay en su proximidad. Estas proteínas
también incluyen las proteínas bacterianas de los folículos sebáceos, reduciendo así
el número de P. acnes y, en consecuencia, la cantidad de AGL. El peróxido de ben-
zoílo tópico al 5 % reduce los AGL un 50 % a 60 % tras una aplicación diaria
durante 14 días; también reduce las bacterias aerobias un 84 % y las anaerobias
(fundamentalmente P. acnes) en un 98 %. El peróxido de benzoílo disminuye tam-
bién el tamaño y el número de comedones presentes y puede inhibir la secreción de
sebo. Se observa sensibilidad de contacto en un 1 % a 3 % de los pacientes. Los
peróxidos de benzoílo pueden decolorar la ropa.
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Capítulo 1: Acné 9
a. Aplique en poca cantidad a noches alternas por toda la cara excepto alrededor de
los ojos, los labios y el cuello. Al cabo de 2 a 3 semanas, si no se nota un exceso
de irritación, eritema, sequedad o descamación, se aumentará a cada noche. La tre-
tinoína se aplica antes de acostarse sobre la piel fundamentalmente seca: esperar
por lo menos 45 min después de lavarse la cara. Lo mejor es aplicar tazaroteno
inmediatamente o pocos minutos después de aplicar una crema hidratante, antes de
acostarse.
b. Use jabones suaves, no más de 2 veces al día.
c. Evite una exposición excesiva al sol. Use protector solar.
d. Si es necesario, utilice cosméticos de base acuosa.
e. Cabe esperar un ligero enrojecimiento y descamación en el plazo de 1 semana, que
durará de 3 a 4 semanas, y una intensificación del acné durante las primeras 2 a
4 semanas. Se debe a que las lesiones salen a la superficie de la piel.
f. Para eliminarlo por completo se necesitan 3 meses aproximadamente. Las lesiones
inflamatorias mejoran más rápidamente, los comedones tardan más. No se puede
valorar la eficacia antes de 8 semanas, aunque lo ideal es dejar transcurrir 12 se-
manas.
g. Siga con la aplicación de retinoides hasta que las lesiones desaparezcan.
h. Aplique con menor frecuencia si no tolera la aplicación diaria de retinoides, por
ejemplo, una vez cada 2 o 3 noches.
i. Aunque los retinoides tópicos tienen una absorción sistémica despreciable, este pro-
ducto se debe dejar de aplicar si se sospecha un embarazo. Se han publicado casos
de toxicidad neurológica y malformación de oído.
4. Tratamiento combinado de retinoide y bacteriostático. Con este modo de tra-
tamiento, el retinoide evita o elimina los comedones, mientras que el peróxido de ben-
zoílo o el antibiótico tópico erradican el P. acnes. El retinoide también incrementa la
absorción del otro producto. Las reacciones de irritación pueden limitar la utilidad de
este tratamiento combinado.
a. Instrucciones de uso
i. Aplique la crema o solución de retinoides por la noche, al acostarse, igual que
en el caso del retinoide solo.
ii. Aplique el gel de peróxido de benzoílo o el antibiótico tópico por la mañana.
iii. Después de hacer desaparecer las lesiones, reduzca la frecuencia de la terapia y
la concentración de la medicación.
iv. Si utiliza tretinoína, aplique los productos en distintos momentos, no simultá-
neamente. La mezcla de la tretinoína altamente insaturada con oxidantes reac-
tivos como el peróxido de benzoílo inactiva ambos productos.
C. Afectación moderada o intensa (pápulas inflamatorias, pústulas, quistes, abscesos o
cicatrices). Aplique la terapia tópica como se ha explicado antes, y además antibióticos.
1. Antibióticos. Algunos antibióticos sistémicos detienen el crecimiento de la flora cutá-
nea anormal (sobre todo P. acnes). Cuando se reduce el número de bacterias y la con-
centración de AGL desciende lentamente, las lesiones inflamatorias se reducen y dejan
de aparecer lesiones nuevas en el plazo de 2 a 6 semanas. Los efectos beneficiosos de
los antibióticos pueden ser múltiples. No sólo se reducen el número de bacterias y la
concentración de AGL, sino que los antibióticos útiles para tratar el acné también inter-
fieren directamente con los mecanismos inflamatorios locales químicos y celulares. Se
ha comprobado que la tetraciclina, la eritromicina y la clindamicina inhiben la quimio-
taxis de los leucocitos y otras funciones inflamatorias de los neutrófilos; también pue-
den inhibir directamente las lipasas extracelulares responsables de la generación de los
productos inflamatorios. La antibioticoterapia no se puede evaluar con seguridad hasta
transcurridas 6 a 8 semanas. Los niveles de antibiótico en el suero no se detectan hasta
unos 7 días después de empezar el tratamiento; además, los lípidos formados en las
células basales de los folículos sebáceos pueden tardar hasta 1 mes en alcanzar la super-
ficie de la piel. Aunque la composición del sebo cambia, su tasa de secreción se mantie-
ne constante y, por tanto, la piel sigue siendo grasa. Es posible que haya que continuar
con el tratamiento durante varios meses. La incidencia global de resistencia bacteriana
ha aumentado desde el 20 %, detectado hace 20 años, al 62 % de 1996 (15). Se deben
utilizar dosis completas de antibiótico; existe controversia sobre si la dosis de los anti-
bióticos p.o. se ha de reducir progresivamente o se ha de interrumpir el tratamiento sin
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Capítulo 1: Acné 11
reducción. La reducción progresiva puede permitir que los organismos resistentes crez-
can enseguida. El uso prolongado de antibióticos probablemente contribuye a que haya
una población de microorganismos resistentes.
Es importante recordar a las mujeres que los antibióticos p.o. pueden reducir la efi-
cacia de los anticonceptivos orales, aunque en un estudio se ha demostrado que la com-
binación de ambos sólo detectó una tasa de fallos del 1 % al 3 % (16). Además, se ha
descrito que acumular días de consumo de antibióticos puede ir acompañado de un ries-
go mayor de cáncer de mama en las mujeres (17). El riesgo es máximo en las mujeres
que hayan tomado macrólidos, tetraciclinas o cefalosporinas durante más de 500 días.
Aunque los datos son pocos, estos hallazgos indican que se debe limitar la dependencia
de los antibióticos sistémicos y que el mantenimiento de terapias prolongadas se debe
centrar en regímenes tópicos y otras medicaciones.
a. Tetraciclinas. A menudo son el primer antibiótico que se receta. Es el más bara-
to, tiene pocos efectos secundarios y se tolera bien durante períodos prolongados.
La tetraciclina es eficaz a dosis bajas porque en los folículos sebáceos se alcanzan
concentraciones elevadas, especialmente cuando hay una inflamación.
Aparte de una irritación gastrointestinal menor, la complicación más habitual es
una vaginitis por Candida. Aunque la tetraciclina puede provocar una hiperplasia
del esmalte y por tanto coloración de los dientes, a los 12 años el crecimiento de los
dientes ya está fundamentalmente terminado. La tetraciclina no se debe administrar
a niños más pequeños ni durante el embarazo. Existe una interacción farmacológi-
ca con los iones metálicos Al3+, Mg2+ y Ca2+ que hay en los productos antiácidos y
derivados lácteos; por eso estos productos no se han de administrar nunca junto con
la tetraciclina. Otra reacción a las tetraciclinas, aunque infrecuente, es el seudotu-
mor cerebral. La duración del tratamiento puede oscilar entre 2 semanas y 10 meses.
Los síntomas de presentación suelen ser cefalea, náuseas, vómitos y visión doble.
Con un diagnóstico a tiempo el incremento de la presión intracraneal se resuelve.
Empezar el tratamiento con 250 mg 4 veces al día (o 500 mg 2 veces al día) con
el estómago vacío (media hora antes de comer o 2 h después) hasta conseguir una
clara mejoría; después reducir la dosis a nivel de mantenimiento (250-500 mg/día)
o eliminarlo. Si las lesiones inflamatorias no desaparecen transcurridas 4 a 6 sema-
nas, aumentar la dosis hasta 1,5 g/día durante 2 semanas, o hasta 2 g/día durante
varias semanas si es necesario, para conseguir la remisión en pacientes que no res-
ponden de otra manera. Una vez conseguida la remisión, casi siempre es posible
reducir la dosis a un nivel menor.
b. Eritromicina. La dosis de 1 g/día también es un tratamiento eficaz contra el acné.
Las mismas dosis y los mismos tiempos de respuesta citados para la tetraciclina tam-
bién se aplican a este fármaco. El 40 % de los microorganismos de P. acnes son resis-
tentes a la eritromicina. La combinación con peróxido de benzoílo tópico ayuda a
reducir la resistencia bacteriana. Se han detectado valores elevados en las pruebas
de función hepática (PFH), aunque son infrecuentes.
c. La minociclina es un antibiótico útil, aunque caro, para los pacientes que no res-
ponden a otros antibióticos. Es el antibiótico más eficaz para tratar el acné pero
puede tener efectos secundarios graves. Este antibiótico se disuelve rápidamente en
los lípidos y penetra en el folículo sebáceo con mayor eficacia; se absorbe bien,
incluso con la comida. A causa de su naturaleza sumamente lipófila atraviesa la
barrera hematoencefálica y puede desencadenar el síndrome de seudotumor cere-
bral. La duración del tratamiento va de 1 semana a 1 año, y los síntomas secunda-
rios más habituales son cefalea, trastornos visuales, diplopía, acúfenos pulsátil, náu-
seas y vómitos.
Puesto que en el intestino quedan cantidades mínimas de minociclina, la frecuen-
cia de vaginitis por Candida es menor que con las tetraciclinas. La mayoría de las
bacterias resistentes a las tetraciclinas son sensibles a la minociclina a una dosis de
100 mg 2 veces al día. Si se administra la dosis completa desde un principio, puede
provocar mareos, náuseas y vómitos. Se deber empezar con 50 mg/día e incremén-
tese progresivamente hasta llegar a los 100 mg 2 veces al día. Algunos pacientes con-
siguen un control completo con 50 mg/día.
La minociclina puede provocar una coloración azulada de los quistes del acné o
puntos traumatizados, aunque esta coloración no suele aparecer hasta los 8 meses
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Capítulo 1: Acné 13
Capítulo 1: Acné 15
ticos debidos a los retinoides. Las mujeres en edad fértil deben haber dado negativo
a la prueba del embarazo antes del tratamiento y continuar con un tratamiento anti-
conceptivo adecuado durante aquél. A causa de la corta semivida de la isotretinoí-
na, la recomendación actual es que se puede intentar la concepción 1 mes después
de acabar el tratamiento. Los hombres pueden tomar isotretinoína sin preocuparse
por sus efectos teratógenos.
La FDA de EE.UU. ha recibido 20 comunicaciones espontáneas durante un pe-
ríodo de 15 años, de depresión asociada con el consumo de isotretinoína, lo que a
principios de 1998 provocó un cambio en el prospecto del fármaco que lo contiene,
una advertencia de su asociación con trastornos psiquiátricos, incluido el suicidio.
Más del 50 % de estos pacientes notificados tenían antecedentes significativos per-
sonales o familiares de depresión. Estos casos pueden reflejar una respuesta idiosin-
crásica a la medicación, porque estudios mayores y controlados no han encontrado
ninguna asociación causal (23, 24). El propio acné se puede asociar con depresión,
pero la posibilidad de que la isotretinoína desate este efecto secundario se debe tener
siempre en mente antes de recetar este fármaco y durante el control evolutivo.
Xerosis, queilitis, alopecia, sequedad de ojos, dolor muscular y óseo e hipertrigli-
ceridemia son efectos secundarios frecuentes, pero todos ellos reversibles al detener
el tratamiento. Aunque los pacientes pueden experimentar un reavivamiento tempo-
ral del acné cuando se empieza el tratamiento, esto no afecta a su respuesta defini-
tiva a la isotretinoína. Otro problema menos frecuente es un tejido de granulación
excesivo, lo que ofrece una imagen similar a un granuloma piógeno. A causa de la
cicatrización deficitaria o retrasada, cualquier tipo de cirugía, incluido cualquier
intento de revisión cosmética de las cicatrices, se debe retrasar hasta 12 meses des-
pués de acabar la terapia con isotretinoína.
Otro efecto secundario preocupante de la terapia con isotretinoína es la aparición
de lordosis vertebral. Este hallazgo se identificó por primera vez en pacientes tratados
para diversos trastornos de la queratinización que habían recibido isotretinoína a dosis
elevadas durante períodos más prolongados que los recomendados para el acné.
Habitualmente aparecen hiperostosis intersticiales difusas (HID) que afectan a la
columna vertebral y suelen ser asintomáticas. Sin embargo, también se han encontra-
do hiperostosis vertebrales asintomáticas en pacientes con acné tratados con las reco-
mendaciones actuales. Sólo un seguimiento a largo plazo determinará si estos cambios
vertebrales provocan algún cuadro sintomático o son alguna contraindicación para el
tratamiento. Una única tanda de isotretinoína puede reducir ligeramente la densidad
y mineralización óseas, pero no se sabe si estos cambios son reversibles o incrementan
el riesgo de osteoporosis y fracturas para el paciente cuando sea más mayor. Se pue-
den considerar radiografías vertebrales iniciales y estudios de densidad ósea en indivi-
duos con tres o más tratamientos de isotretinoína.
c. La vitamina A se ha recomendado a dosis de 50.000 a 500.000 unidades/día en
varias tomas para el tratamiento del acné noduloquístico grave que no responde a
otras modalidades. Este tratamiento todavía se tiene que evaluar con un ensayo clí-
nico prospectivo controlado adecuadamente y no hay una indicación aprobada para
el fármaco. Sin embargo, la vitamina A se puede comprar sin receta, los pacientes
pueden buscar asesoramiento en los amigos o en la prensa de divulgación. El efecto
tóxico para los adultos suele aparecer con unas dosis de por lo menos 50.000 UI/día
durante 1 año o más. Las dietas normales contienen aproximadamente 7.500 a
10.000 UI/día. Los médicos deben estar pendientes de los signos y síntomas de la
hipervitaminosis A crónica, porque los pacientes pueden estar tomando un exceso
de vitamina sin que los médicos lo sepan o lo aprueben. Los signos y síntomas son
piel seca, gruesa y descamada, pérdida del pelo, labios agrietados, prurito, boca o
lengua secas y febrícula. Unos niveles séricos normales de vitamina A no descartan
una hipervitaminosis A.
D. Tratamiento complementario
1. Corticoesteroides intralesionales. La terapéutica de elección para las lesiones
quísticas y los abscesos del acné es la inyección intralesional de pequeñas cantidades de
corticoesteroide (acetónido o diacetato de triamcinolona, 0,63 a 2,5 mg/ml). La eleva-
da concentración local de corticoesteroide inyectado provoca una rápida involución de
estas lesiones inflamatorias estériles no piógenas.
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Capítulo 1: Acné 17
trices de acné, pero requiere un cuidado postoperatorio de las heridas bastante impor-
tante y bastante tiempo de recuperación. Un nuevo dispositivo de reparación regional
de la superficie, Fraxel, se muestra prometedor para remodelar las cicatrices del acné
mediante una serie de tratamientos con menos tiempo de espera. Se cree que los láseres
no ablativos (v. texto precedente) estimulan la producción de colágeno y por lo tanto
mejoran gradualmente el aspecto de las cicatrices puntiformes típicas del acné.
2. Dermoabrasión. Utilizando fresas de diamante de alta velocidad se pueden eliminar
las cicatrices pequeñas y superficiales, y a veces las profundas. Sin embargo, este méto-
do depende mucho de la técnica de quien lo aplique, pues en manos poco expertas
puede provocar más cicatrices.
3. Rellenos. Para elevar las cicatrices de acné se puede recurrir a la transferencia de grasa
y a la inyección de sustancias de relleno.
4. Técnicas quirúrgicas. Escisión cilíndrica, elevación cilíndrica y escisión elíptica: son
técnicas que se usan para eliminar cicatrices puntiformes aisladas o cicatrices más pro-
fundas de paredes perpendiculares.
F. Formación del paciente sobre ideas erróneas establecidas. Existen muchos
mitos sobre la relación entre hábitos, dieta, higiene y acné. Se debe aconsejar a los pacien-
tes que eviten determinadas exposiciones que agravan su caso concreto de acné. Sin embar-
go, las dietas estrictas o regímenes de moda difícilmente afectarán a la funcionalidad de las
glándulas sebáceas o a la actividad del acné. Hay que dar información e instrucciones deta-
lladas. Además, para conseguir la mejora deseada es imprescindible que médico y pacien-
te compartan unas expectativas realistas sobre el régimen de tratamiento o el planteamien-
to terapéutico.
Bibliografía
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ALOPECIA AREATA
Manisha J. Patel y Joseph L. Jorizzo
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pecia por tracción) o por presión, pérdida de pelo autoinducida (tricotilomanía), alope-
cia androgénica, síndrome de anágeno suelto y sífilis secundaria. En pacientes más jóve-
nes se debe sospechar una aplasia cutánea hasta hacer una biopsia.
D. Histopatología. Las imágenes se han descrito como un «enjambre de abejas» para des-
tacar el infiltrado linfocítico peribulbar que suele observarse en una AA activa. Cabe
observar células inflamatorias, principalmente células de Langerhans y linfocitos CD4+
en las zonas peribulbar y perivascular, además de invadir la vaina externa de la raíz.
Durante los períodos activos de la enfermedad una de las características más destacadas
es la apoptosis y una minúscula fase de catágeno de los folículos.
V. TRATAMIENTO
A. En cuanto se establece el tratamiento es imprescindible tranquilizar al paciente sobre
la probabilidad de la reaparición espontánea del pelo y una simple explicación sobre la
naturaleza y el curso de la enfermedad, así como sobre el escaso impacto clínico de
la mayoría de los tratamientos. Los tratamientos existentes no curan y se deben continuar
hasta conseguir la remisión del cuadro. Diferentes partes de la cabeza pueden responder
a distintas modalidades de tratamiento. El nuevo crecimiento espontáneo del pelo se
puede confundir con los presuntos efectos beneficiosos de la terapéutica, especialmente
en pacientes con AA en zonas. Cuando la pérdida de pelo es extensa o cuando hay una
alopecia universal, es necesaria una revisión honesta de la naturaleza crónica de la AA.
A pesar del aspecto liso de la calvicie del cráneo, existe la posibilidad de que vuelva a
crecer todo el pelo. Se puede llevar peluca porque no afectará negativamente a ningún
tratamiento activo.
B. Tratamiento intralesional. Aunque se ha aplicado ampliamente para el tratamiento
de la AA, existen pocos estudios que evalúen su eficacia. Las inyecciones de corticoeste-
roides intralesionales se pueden considerar para la enfermedad localizada en placas, que
sea cosméticamente desfigurante y persistente, sobre todo en el cuero cabelludo y ocasio-
nalmente en las cejas. Puede que se observe un nuevo crecimiento a las 4 a 6 semanas de
las inyecciones. Hasta el 33 % de los pacientes no recuperará el pelo; los fracasos ocu-
rren principalmente en las placas nuevas y de rápida expansión o en zonas donde hay
pérdida de pelo desde hace mucho tiempo.
1. Inyecciones intradérmicas alrededor y dentro de las placas, a intervalos de 1 a 2 cm
con una jeringa de 3 ml y una aguja de calibre 30.
2. Las recomendaciones para la dilución de la suspensión de acetónido de triamcinolo-
na son de 2,5 a 10 mg/ml; en cada inyección se depositan aproximadamente 0,05 a
0,10 ml, hasta un volumen máximo de 2 a 3 ml.
3. Volver a inyectar a intervalos de 4 a 6 semanas. Si no hay crecimiento a los 3 meses,
generalmente no vale la pena seguir con el procedimiento.
4. Las zonas donde se ha conseguido un nuevo crecimiento gracias a los corticoesteroi-
des pueden empezar a clarear a los 3 a 6 meses; se las puede volver a inyectar si es
necesario. Durante este intervalo es frecuente que vuelva a crecer el pelo de manera
espontánea.
C. Corticoesteroides tópicos. También en este caso se han hecho pocos estudios para
evaluar la eficacia del tratamiento con corticoesteroides tópicos. En series de casos se han
comunicado resultados equívocos con una crema de acetónido de fluocinolona al 0,2 %
2 veces al día, crema de desoximetasona 2 veces al día durante 12 semanas y crema de
dipropionato de betametasona al 0,05%; muchos investigadores creen que los corticoes-
teroides tópicos solos no son muy eficaces. Si se prueba con ellos, deben usarse cortico-
esteroides tópicos de alta o muy alta concentración durante 3 meses por lo menos, y ade-
más se suele necesitar tratamiento de mantenimiento. Muchos abogan por un tratamien-
to de dosis semanales después de 2 semanas de aplicación tópica de corticoesteroides.
Recientemente algunos autores han descrito de modo anecdótico mejores resultados con
corticoesteroides tópicos bajo oclusión. En los niños, los corticoesteroides tópicos pue-
den ser la alternativa más práctica. Entre sus efectos secundarios cabe citar foliculitis,
telangiectasias y atrofia cutánea local.
D. Corticoesteroides sistémicos. El tratamiento con corticoesteroides sistémicos a
menudo estimula el nuevo crecimiento del pelo, pero en casos infrecuentes puede alterar
el curso básico de la enfermedad y, por tanto, rara vez son necesarios (si es que algu-
na lo son). En un pequeño estudio no controlado en el que se utilizaron inyecciones de
corticoesteroides en niños con AA de nueva aparición, el 71% de los pacientes consiguió
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que volviera a salir el pelo y lo conservaba 12 meses después (5). Otro estudio prospectivo
demostró ciertos beneficios del tratamiento con inyecciones de metilprednisolona en adul-
tos con AA precoz (6). La tasa de reaparición del pelo varía mucho y es difícil de compa-
rar, porque en los distintos estudios se utilizan pautas distintas. Price y cols. recomiendan
la siguiente pauta para adultos con un peso superior a 60 kg: 40 mg durante 3 días, redu-
ciendo la dosis 5 mg cada 3 días hasta llegar a cero en una pauta de 24 días (7).
E. La inmunoterapia tópica consiste en la inducción de una dermatitis alérgica de contacto
mediante la aplicación tópica de potentes sensibilizantes de contacto. Generalmente estas
terapias se reservan a pacientes de más de 10 años y con más del 50 % del cuero cabe-
lludo afectado. Se ha comprobado que las aplicaciones repetidas de sensibilizantes tópi-
cos como el dinitroclorobenceno (DNCB), el dibutiléster del ácido escuárico (SADBE) y
la difenciprona (DPCP) inducen un nuevo crecimiento del pelo de la cabeza en el 50 %
al 90% de los pacientes tratados. El DNCB es un posible mutágeno, por lo que en
muchos centros ya no se usa. La FDA no aprueba el uso de la DPCP pero sí del SADBE,
con la observación de que se debe aplicar en la consulta del médico. Existen pocos estu-
dios con asignación aleatoria y doble ciego con estos agentes. El mecanismo de acción
no se ha dilucidado por completo, pero se cree que la sensibilización alérgica por con-
tacto cambia la proporción de T4/T8 peribulbar de 4:1 a 1:1, reduce la expresión anor-
mal de algunos HLA en el epitelio inferior de los folículos pilosos, o bien, según una
hipótesis, puede provocar una «competencia antigénica» que inhibe las reacciones
autoinmunes. Se debe prolongar (meses) el tratamiento con alergenos de contacto y los
efectos secundarios son erupciones leves constantes, prurito, adenopatía y rara vez erite-
ma polimorfo, vitíligo y la posibilidad de una reacción de autosensibilización.
F. Se ha utilizado antralina para tratamientos de contacto breve y durante toda la noche en
niños y adultos con AA limitada en placas. El mecanismo de acción es desconocido. Sin
embargo, se cree que provoca una inflamación al generar radicales libres, que tienen acti-
vidad inmunosupresora. Solamente se han hecho estudios no controlados para evaluar
su eficacia, con tasas de respuesta que van del 25 % al 75 %. Se utiliza la antralina en
concentraciones bajas (0,1 % al 0,4 %) para tratamientos durante toda la noche, mien-
tras que para contactos breves se emplean concentraciones del 1 % al 3 %. Inicialmente,
la antralina se aplica 1 o 2 veces por semana. La dosis y la frecuencia se incrementan
mientras se tolere hasta un máximo del 1% en la aplicación durante toda la noche. Este
tratamiento se debe continuar durante 6 meses por lo menos antes de evaluarlo; para los
niños pequeños el tratamiento de contacto breve puede ser más fácil. Se ha comprobado
que el tratamiento combinado de antralina al 0,5 % y minoxidil al 5 % aumenta la tasa
de respuesta. Sus efectos secundarios son prurito, eritema, descamación, foliculitis y lin-
fadenopatía. También puede provocar manchas en la piel y en la ropa.
G. Originalmente el minoxidil se utilizó como tratamiento oral contra la hipertensión recal-
citrante. Puesto que su uso sistémico producía hipertricosis en un número significativo
de pacientes, se examinó su eficacia como tratamiento tópico en la AA y en la alopecia
androgénica. Los resultados en enfermos con AA no han sido determinantes, con tasas
de respuesta del 8 % al 45 %. Es más probable que los pacientes que no respondan ten-
gan pérdidas de pelo más extensas. La oclusión de las zonas de tratamiento permite
maximizar los resultados. A pesar de tener una absorción cutánea medible, carece de
efectos secundarios con significación clínica. Sin embargo, ocasionalmente se ha obser-
vado dermatitis alérgica de contacto. Muy probablemente el minoxidil tiene un efecto
mitógeno directo sobre las células epidérmicas y prolonga el tiempo de supervivencia de
los queratinocitos (8). La pauta consiste en la aplicación de minoxidil tópico al 5 %, no
más de 25 gotas 2 veces al día durante 12 semanas hasta observar que vuelve a crecer el
pelo, y continuar la aplicación hasta conseguir un crecimiento de aspecto aceptable.
Actualmente el minoxidil se comercializa en soluciones sin receta al 2 % y al 5 %. Sin
embargo, la solución al 5% es más eficaz y se tolera bien, aunque suele tener efectos
secundarios de hipertricosis e irritación.
H. La fotoquimioterapia (PUVA) prolongada produce un nuevo crecimiento del pelo de la
cabeza y del cuerpo en el 70% de los pacientes tratados. La puvaterapia consiste en una
combinación de psoraleno y luz UVA. El crecimiento del pelo depende de la energía total
suministrada. Se observan respuestas iniciales tras 85 a 120 J/cm2; para obtener resulta-
dos satisfactorios se pueden necesitar 350 J/cm2 para la AA y 730 J/cm2 para la AT. La
PUVA reduce un subgrupo de linfocitos T y puede afectar a la AA alterando los meca-
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ne como una presencia casi constante de tres o más aftas o aftas recurrentes orales y genitales
sin que haya una enfermedad de Behçet. Las distintas formas de aftosis compleja son primaria,
idiopática y secundaria a la enfermedad intestinal inflamatoria, virus de la inmunodeficiencia
humana (VIH), neutropenia cíclica, FPAFA (fiebre periódica, estomatitis aftosa, faringitis, ade-
nitis), deficiencia hemática (hierro, zinc, folato, vitaminas B1, B2, B6, B12), enterohepatía sensi-
ble al gluten y úlcera vulvar aguda.
La enfermedad de Behçet se puede presentar con múltiples úlceras aftosas orales y genitales
que en ocasiones aparecen muchos años antes del diagnóstico (un promedio de 7 a 8 años). Los
criterios para confirmar el diagnóstico han sido publicados por el International Study Group
for Behcet’s disease, así como por O’Duffy y Goldstein (14, 15). Estos criterios son la presen-
cia de aftas menores, mayores o herpetiformes observadas por el médico o descritas de forma
fiable por el paciente, recurrentes por lo menos 3 veces en un período de 12 meses, más dos de
los siguientes: (i) aftas o descamación genitales recurrentes, (ii) uveítis anterior o posterior, célu-
las en el cuerpo vítreo apreciables con la luz de haz lineal o vasculitis retiniana, (iii) lesiones
similares al eritema nodoso o lesiones papulopustulares consistentes con la enfermedad de
Behçet o (iv) resultado positivo de una prueba de alergia (reacción vascular neutrófila o vascu-
litis leucocitoclástica) comprobada por un médico a las 24 o 48 h, realizada mediante la inser-
ción oblicua de una aguja de calibre 20 o menor, en condiciones estériles. No existe una prue-
ba diagnóstica para predecir qué pacientes con aftas orales progresarán hasta la enfermedad de
Behçet; se recomienda un seguimiento clínico atento (16, 17).
El síndrome FPAFA se ha descrito recientemente entre la población pediátrica. No se cono-
ce la asociación de ninguna enfermedad con este síndrome. La duración media de cada ataque
recurrente es de 4 a 5 días. Los episodios se pueden interrumpir con una sola dosis de predni-
sona (2 mg/kg) al principio de los síntomas. En algunos pacientes la amigdalectomía ha sido
curativa (18-20).
Las aftas de Bednar son grandes úlceras orales palatinas de los bebés. Pueden estar provoca-
das por tetinas y mordedores no ortodóncicos, cuyo contacto con la mucosa provoca estas ulce-
raciones. El cambio de la tetina tiene efectos curativos, aunque pueden quedar cicatrices (21).
Las pruebas que demuestran la inmunopatogenia de la estomatitis aftosa debida a una inter-
acción entre los linfocitos y las células epiteliales se basan en las características patológicas de
las lesiones iniciales, la transformación positiva de los linfocitos, la toxicidad para los linfoci-
tos y las pruebas de migración de leucocitos. La presencia de anticuerpos contra la mucosa
indica una reacción inmunitaria al tejido epitelial dañado. El ratio CD4:CD8 está reducido o
invertido, hay más receptores γ-δ en los linfocitos T y hay un incremento de niveles de factor α
de necrosis tumoral (TNF-α) (hallazgos que también se observan en los enfermos de sida), que
sugieren un desequilibrio de las vías inmunes Th1/Th2. Se establece una cascada anormal de
citocinas con una respuesta inmune acentuada mediada por las células dirigida contra la muco-
sa normal. Existen niveles elevados de interferón γ, TNF-α e IL-2, 4 y 5 (22). Un estudio recien-
te ha comparado las concentraciones medias en suero de citocinas, IL-2, IL-4, factor estimu-
lante de las colonias de granulocitos macrófagos (GM-CSF), sFas y sFasL mediante ELISA en
67 pacientes con EAR y 72 controles normales, y ha comprobado que la concentración media
de citocinas en suero de los pacientes era significativamente mayor que la de los controles.
Además, las concentraciones medias de citocinas del grupo de pacientes seguían un patrón difu-
so, en una banda amplia de concentraciones séricas, frente al intervalo más estrecho y las
menores concentraciones medias de citocinas en suero del grupo de control (23). En un recien-
te estudio sobre micromatrices multigénicas que comparaba el ADNc de 29 muestras de aftas
mucosas y el de 11 muestras de mucosa normal se demostró un mayor nivel de expresión del
grupo de genes Th1 (24). La prostaglandina salival E2 y el factor de crecimiento epidérmico
están reducidos durante el estadio activo de la EAR (25). Se ha detectado una expresión signi-
ficativamente mayor de la molécula de adherencia de las células vasculares (VCAM-1) y de la
selectina E en la red vascular de la EAR; el incremento de moléculas de adherencia de los que-
ratinocitos (ICAM-1) puede facilitar la invasión de linfocitos en el epitelio (26). En el infiltra-
do también hay un incremento de mastocitos y de células dendríticas dérmicas con factor XIII-a.
Los antígenos de leucocitos humanos (HLA) de los tipos A2 y B12 son más habituales en los
pacientes con EAR. Los pacientes con sida tienen una mayor incidencia de EAR. El tipo más
habitual son las aftas menores; los pacientes con aftas mayores suelen ser los que tienen la
inmunosupresión más acentuada. La infección por VIH se puede presentar como una enferme-
dad glandular febril con úlceras planas en la boca, en los genitales o en el ano. Las mujeres con
VIH pueden padecer aftas orales y genitales.
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Entre los posibles factores ambientales desencadenantes de las úlceras orales se cuentan la
agresión química, enfermedades o infecciones. Algunos productos químicos que se sabe que
provocan úlceras orales son el tacrolimus, el alendronato, el nicorandilo, la hidroxiurea, el sul-
fato ferroso, el gel de salicilato de colina y el piroxicam. Las úlceras aftosas también se han aso-
ciado al tratamiento de la queilitis actínica con imiquimod (27). Un hallazgo que aparece perió-
dicamente es el aislamiento del estreptococo pleomórfico α-hemolítico Streptococcus sanguis
en las lesiones aftosas. Estos microorganismos o el material de su pared celular producen lesio-
nes en los animales con una histología similar a la que se encuentra en los cortes de lesiones
humanas y pueden provocar una reacción de hipersensibilidad o una de tipo retardado en ani-
males y seres humanos con aftas recurrentes. El material de la pared celular estreptocócica
puede ser patogénico en la estomatitis aftosa; durante las revisiones es posible encontrar célu-
las en forma de L sin pared. Todavía está por ver si existen reacciones cruzadas entre los antí-
genos estreptocócicos y los antígenos de la mucosa oral, y si son esenciales en la patogenia de
la estomatitis aftosa.
Otras bacterias que se sospecha que causan una estomatitis aftosa son Helicobacter pylo-
ri (28), Treponema pallidum (29) y algunos miembros de la familia Actynomices (30).
Los virus que se sospecha que están asociados con una ulceración oral son el virus del papi-
loma humano (VPH), el virus del herpes simple (VHS), el virus de Epstein-Barr (VEB), el cito-
megalovirus (CMV), el virus del herpes humano 8 (VHH-8), el VIH y la reactivación del virus
del herpes humano 6 (VHH 6). Recientemente unas muestras de mucosa de 60 pacientes con
EAR se investigaron con la reacción en cadena de la polimerasa (RCP) e hibridación de
Southern en busca de seis virus diferentes (23). Entre los 32 resultados positivos a los virus
(53,3 %), la frecuencia de prevalencia reveló que la asociación global entre virus y EAR era
VHH-8 > CMV > VEB > VPH > VHS-1. No se detectaron muestras positivas al VHS-2.
II. DATOS SUBJETIVOS. Un hormigueo o una quemazón pueden preceder a la aparición de las
lesiones en 24 h. Durante los primeros 2 a 3 días las lesiones son extremadamente dolorosas y
pueden molestar al comer y al hablar.
III. DATOS OBJETIVOS. Las aftas aparecen como erosiones superficiales aisladas o múltiples,
pequeñas (diámetro de 1 a 10 mm), con bordes claramente definidos cubiertos por una mem-
brana gris y rodeadas por un intenso halo eritematoso. Rara vez pueden aparecer lesiones
extraordinariamente grandes o numerosas.
IV. EVALUACIÓN. Se pueden observar lesiones morfológicamente similares en la (i) gingivoesto-
matitis aguda por herpes simple, (ii) candidiasis, (iii) angina de Vincent, (iv) úlceras traumáti-
cas, (v) úlceras en pacientes con agranulocitosis o neutropenia cíclica, (vi) anemia macrocítica
con deficiencia de vitamina B12 o de folato, (vii) deficiencia de hierro y (viii) enfermedad celía-
ca o de Crohn. No debería ser difícil hacer un diagnóstico diferencial entre la EAR y el erite-
ma polimorfo, liquen plano erosivo, pénfigo, penfigoide y herpangina. Rara vez un carcino-
ma espinocelular de la mucosa oral se puede presentar como una ulceración oral que no cura.
Las aftas se pueden asociar a colitis crónica ulcerativa, enfermedad de Crohn, enteropatía sen-
sible al gluten, lupus eritematoso e infección por VIH. Las erosiones del síndrome de Behçet
(ulceraciones orales y genitales acompañadas de iritis) pueden ser idénticas y es posible que este
síndrome sea una forma grave de la misma entidad como la estomatitis aftosa. Se ha compro-
bado que una pequeña parte de los pacientes con EAR tienen índices normales de hemoglobi-
na y de eritrocitos, aunque con deficiencias de hierro (ferritina baja), folato o vitamina B12. Las
deficiencias de las vitaminas B1, B2 y B6 (tiamina, riboflavina y piridoxina) se deben considerar
factores precipitantes de la EAR. La evaluación sugerida para los pacientes con aftosis comple-
ja es un examen dermatológico completo con biopsia de las úlceras o de cualquier otra lesión
cutánea coexistente cuando sea apropiado, hemograma completo con fórmula diferencial y
recuento de plaquetas, niveles séricos de hierro, folato, zinc y vitamina B12 y cultivo o RCP de
las úlceras para descartar una infección por VSH (14). Se puede considerar análisis de VIH,
HLA-B27, anticuerpos antiendomisiales o antigliadina, así como referencia para valoración
gastroenterológica, reumatológica, oftalmológica o neurológica si procede.
V. TRATAMIENTO. La terapéutica de la estomatitis aftosa va dirigida a (i) controlar el dolor, (ii)
acortar la duración de las lesiones existentes y (iii) impedir nuevas lesiones. Estos objetivos se
alcanzan con frecuencia. La prevención de nuevos ataques es mucho más difícil.
A. Control del dolor
1. Anestésicos tópicos. Se aplica una solución de diclonina HCl sobre las úlceras siem-
pre que sea necesario. El inicio de la anestesia es rápido y el adormecimiento dura hasta
1 h. De la misma forma se pueden utilizar la lidocaína o la difenhidramina HCl sola o
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mezclada con kaopectato. Si se aplican anestésicos locales sobre una zona demasiado
amplia, puede aparecer una sensación molesta de «boca acorchada» y perder el gusto
por completo; frecuentemente estos síntomas son peores que los del problema original.
Un remedio casero habitual consiste en aplicar agua oxigenada con un bastoncillo de
algodón sobre la úlcera aftosa (una parte de agua oxigenada y una parte de agua) des-
pués se aplica una pequeña cantidad de leche de magnesia sobre ella, 3 o 4 veces al día.
a. Benzodent es un anestésico con una base similar a un adhesivo de dentadura. Este
producto contiene un 20 % de benzocaína, un 0,4 % de eugenol y un 0,1 % de sul-
fato de hidroxiquinolina. Se aplica directamente sobre las úlceras aftosas. Ora-Jel
es un producto similar. Kank-A contiene un 5 % de benzocaína y benzoína en un
vehículo líquido.
b. Se ha preparado y caracterizado un nuevo comprimido mucoadhesivo que libera
principios naturales activos para reducir el dolor y curar rápidamente las úlceras
aftosas. En un ensayo clínico realizado en 248 pacientes con úlceras aftosas se ha
comprobado que unos comprimidos preparados por compresión de una mezcla de
polvos de ácido poliacrílico e hidroxipropilcelulosa absorbidos en aceite esencial de
limón y sal de magnesio reducen el dolor y el tiempo de curación sin ningún efecto
adverso (31).
2. Los tratamientos de destrucción superficial como la ablación con láser de dióxido de
carbono o la aplicación con bastoncillos de nitrato de plata destruyen las terminaciones
nerviosas y pueden aliviar el dolor mientras dura la erupción, pero las úlceras aumen-
tan ligeramente y cicatrizan con más lentitud.
B. Aborto de las lesiones y acortamiento de su evolución
11. La supresión de los estreptococos orales a base de antibióticos tópicos es un plantea-
miento terapéutico lógico que a menudo tiene éxito.
a. Uno de los métodos de elección consiste en la aplicación de compresas de tetraci-
clina. Deben estar impregnadas con 250 a 1.000 mg de tetraciclina disuelta en
30 ml de agua o elixir de acrivastina y se aplican durante 10 a 20 min, 4 a 6 veces
al día. Durante los 30 min siguientes no se debe tomar nada por la boca. El trata-
miento se debe continuar durante 5 a 7 días. En muchos pacientes este tratamien-
to reduce efectivamente la duración de las lesiones y el dolor, y acorta las lesiones
iniciales, aunque desgraciadamente algunas lesiones no responden a esta pauta. Se
debe indicar a los pacientes con lesiones recurrentes que inicien el tratamiento
cuanto antes.
b. Algunos enfermos desarrollan una resistencia a las tetraciclinas. En estos casos se
puede de aplicar una compresa de monohidrato de cefalexina al 1 % disolviendo
una cápsula de 250 mg de cefalexina en 30 ml de agua y aplicándola durante 10 a
20 min, 4 a 6 veces al día.
c. Las pastillas para chupar de penicilina G potásica en dosis de 50 mg han demos-
trado su eficacia para el tratamiento de las úlceras aftosas recurrentes menores de
menos de 48 h de duración en un ensayo de fase 2 doble ciego, con asignación
aleatoria y control con placebo, en el que el grupo sin tratamiento estaba forma-
do por 100 pacientes (32). Primero se debe aclarar la boca con agua y después se
coloca la pastilla directamente sobre la úlcera. Se ha de mantener directamente
sobre ella y dejar que se disuelva lentamente durante 5 a 10 min. No se debe mas-
ticar, comer, beber ni hablar durante 1 h después de la aplicación. Las pastillas se
aplican sobre la úlcera 4 veces al día, después de las comidas y antes de acostarse.
El estudio demostró una reducción significativa del tiempo de curación y un alivio
del dolor de las úlceras aftosas menores con un tratamiento de 1 semana. Se nece-
sitan estudios más grandes de fase 3 para confirmar estos resultados.
d. Otros tratamientos tópicos con un cierto beneficio son el sucralfato después de las
comidas y antes de acostarse; uso regular de un enjuague bucal que contenga tri-
closán; uso de cepillos dentales de ultrasonidos; evitar pastas de dientes que con-
tengan el detergente laurilsulfato sódico. También se utiliza una película de hidro-
xipropilcelulosa que se coloca sobre la úlcera y ayuda a reducir el dolor, aunque
no tiene efecto sobre el tiempo de curación.
e. El amlexanox al 5 % es una pasta oral tópica única que puede reducir el dolor
y la duración de las úlceras aftosas. La pasta se aplica sobre cada úlcera 4 veces
al día.
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12. También son útiles los corticoesteroides tópicos, especialmente si se aplican durante
los estadios prodrómicos. Se puede aplicar acetónido de triamcinolona al 0,1 % o clo-
betasol al 0,05 % en una base que se adhiere a las mucosas u otros corticoesteroides,
todos ellos por lo menos 4 veces al día. Otros abogan por el uso de comprimidos de
2,5 mg de succinato sódico de hidrocortisona o de 0,1 mg de 17-valerato de betame-
tasona, que se dejan disolver junto a la lesión, 3 a 4 veces al día. Los enjagues con una
suspensión de dexametasona que después se escupirá, 4 veces al día, pueden reducir la
frecuencia y la intensidad de la EAR con algo de absorción. También se han usado inha-
ladores de corticoesteroides y son útiles para úlceras difíciles de alcanzar, como las loca-
lizadas en el paladar blando o en el vestíbulo posterior. Un efecto secundario frecuente
de los tratamientos prolongados con corticoesteroides tópicos es la candidiasis oral.
13. La administración de corticoesteroides sistémicos puede abortar ataques si se toman
durante 4 días durante el período prodrómico; habitualmente favorecen la curación de
las lesiones en enfermos con lesiones erosivas intensas. Por ejemplo, se puede seguir
una pauta de prednisona oral empezando con 25 mg diarios durante 1 día, seguidos
de 20 mg diarios durante 2 días, 15 mg diarios durante 2 días, 10 mg diarios duran-
te 2 días y 5 mg diarios durante 1 día.
14. Se ha descrito que la colchicina, un alcaloide que interfiere con la función de los micro-
túbulos, favorece la curación y evita recidivas en pacientes con úlceras aftosas. Su efec-
to beneficioso sobre las lesiones cutáneas del síndrome de Behçet se conoce desde hace
bastante tiempo. Tras dosis diarias de 0,6 a 1,8 mg, cabe esperar una respuesta en el
plazo de 4 a 6 semanas; en caso contrario, se debe abandonar el tratamiento. A menu-
do la toxicidad de la colchicina, en especial de tipo gastrointestinal, limita su adminis-
tración. Durante los tratamientos prolongados el médico debe ser particularmente
consciente del potencial de la colchicina para la supresión de la médula ósea, miopa-
tía y alopecia.
15. La dapsona también es útil para las aftas orales graves recurrentes. La dosis puede
variar entre 25 y 100 mg diarios y se debe empezar tras un análisis de la G6PD (glu-
cosa-6-fosfato deshidrogenasa) con monitorización hematológica concomitante. Se ha
comprobado que la combinación de colchicina con dapsona, a las dosis más altas tole-
radas, aporta resultados excelentes en algunos pacientes (14).
16. En un pequeño ensayo abierto se observó que la pentoxifilina a dosis de 400 mg
3 veces al día después de las comidas aliviaba los síntomas.
17. La sulfapiridina a una dosis de 1 g diario combinado con colchicina también es eficaz (14).
18. Se ha comprobado que el ácido 5-aminosalicílico (5-ASA) al 5 % tópico acorta el tiem-
po de curación y alivia el dolor de las EAR (33).
19. La talidomida, disponible a través de la Celgene Corporation como parte del progra-
ma STEPS (System for Thalidomide Education and Prescribing Safety) o de protocolos
de investigación supervisados por la FDA de Estados Unidos, es uno de los fármacos más
eficaces para la estomatitis aftosa grave. Además de ser teratógena, la talidomida puede
provocar o agravar una neuropatía periférica. Otros de sus efectos secundarios menos
graves son boca seca, somnolencia y estreñimiento. El 55 % de los pacientes alcanzó
la curación completa tras 4 semanas de terapia (34). Lamentablemente, muchos enfer-
mos recaen tras interrumpir el tratamiento; el objetivo es establecer la menor dosis efi-
caz de fármaco para controlar los síntomas, que suele estar entre los 50 y los 150 mg
cada noche.
10. La ciclosporina en solución tópica puede inducir la curación mientras dura el trata-
miento. Es frecuente que haya recidivas y su administración como suspensión oral
para hacer enjuagues es muy cara.
11. El interferón α a dosis bajas por vía oral ha obtenidos efectos prometedores porque
induce remisiones significativas de la EAR.
12. Se ha utilizado factor GM-CSF en pacientes con una neutropenia cíclica o sida, con
aftas difíciles de tratar.
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04:Arndt 8/2/09 20:15 Página 31
I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
A. Piodermas
1. Un pioderma es una infección purulenta de la piel, casi siempre provocada por estafilo-
cocos o estreptococos. Las formas más frecuentes son el impétigo y la foliculitis. Afec-
ta a los adultos y hasta al 10 % de los niños del suroeste de Estados Unidos y al 80 %
de los niños en zonas endémicas. Entre los factores de riesgo se cuentan antecedentes de
lesiones cutáneas, obesidad, tratamiento con corticoesteroides y quimioterápicos, dis-
globulinemia, disfunción inmune adquirida o congénita, afecciones hematológicas e
inmunitarias, malnutrición y diabetes.
a. El impétigo contagioso, la infección bacteriana más superficial, es en Estados Uni-
dos una infección principalmente provocada por Staphylococcus aureus. En segun-
do lugar por orden de frecuencia se aísla una mezcla de S. aureus y Streptococcus
del grupo A, y en tercer lugar Streptococcus del grupo A solo. Habitualmente el
impétigo está localizado en la cara y otras zonas de piel descubierta. Es muy conta-
gioso entre bebés y niños pequeños por contacto directo, con un período de laten-
cia de 10 a 20 días. Los factores predisponentes son salud e higiene deficientes, mal-
nutrición y clima cálido, así como antecedentes de sarna, viruela, dermatitis de con-
tacto y atópica, y otras erupciones que provoquen discontinuidad de la piel. Los
investigadores japoneses han observado un incremento de los estreptococos entre los
aislamientos de impétigo de pacientes con dermatitis atópica. La tasa de recurrencia
era mayor entre los tratados por vía tópica que entre los tratados por vía oral (1).
El impétigo puede ser una infección polimicrobiana provocada por aerobios y
anaerobios. Los microorganismos patógenos pueden variar dependiendo de la loca-
lización en el cuerpo: por ejemplo, en un estudio se aislaron coliformes de impétigo
de las nalgas, mientras que de un cuadro que afectaba la cabeza y el cuello se aisla-
ron anaerobios orales. Sin embargo, S. aureus predominaba en todas las zonas y un
80 % de ellos producían la enzima β-lactamasa (2).
Los estreptococos del grupo A no pueden sobrevivir en la piel intacta, por lo que
necesitan por lo menos alguna erosión superficial del estrato córneo para establecer
la infección. Los lípidos de la superficie de la piel, en especial los ácidos grasos
libres, inhiben el crecimiento de este microorganismo. La lesión primaria es una pús-
tula subcorneal frágil. En pacientes con impétigo los estreptococos se pueden culti-
var primero de la piel normal, luego de las lesiones y mucho más tarde del tracto
respiratorio. Por el contrario, los estafilococos aparecen en primer lugar en el trac-
to respiratorio, después sobre la piel normal y finalmente sobre las lesiones cutáneas.
Habitualmente S. aureus coloniza la zona anterior de la nariz; zonas menos habitua-
les son las axilas, el periné y el espacio interdigital de los pies. El impétigo no vesi-
cular, si no se trata, suele resolverse espontáneamente sin provocar cicatrices en
10 a 14 días. En Estados Unidos la glomerulonefritis tras una pioderma es bastante
rara, pero puede aparecer en un contexto epidémico. En los climas tropicales las
cepas nefrotóxicas de estreptococos (serotipos M-T 2, 49, 55, 57, 60) acostumbran
a provocar impétigo. En el sur de Estados Unidos se comunicó un brote de glome-
rulonefritis postestreptocócica en el que 9 de 10 niños habían sufrido previamente
impétigo, aunque cinco también tenían antecedentes de faringitis (3). Entre las com-
plicaciones muy raras cabe citar una bacteriemia, celulitis, artritis séptica y osteo-
mielitis.
b. El impétigo estafilocócico vesicular aparece fundamentalmente en los niños y está
provocado por fagos del grupo II de los tipos 70 y 71 de estafilococos, y rara vez
por Streptococcus del grupo A. Estos microorganismos elaboran una toxina exfolia-
tiva que provoca un desprendimiento del plano subgranular intradérmico que pro-
31
04:Arndt 8/2/09 20:16 Página 32
B. Eritrasma es una infección leve, crónica, localizada y superficial que afecta a zonas inter-
triginosas de la piel, provocada por Corynebacterium minutissimum. Con frecuencia este
microorganismo forma parte de la flora normal y algún cambio de la relación entre hués-
ped e invasor, como son un aumento del calor o de la humedad, provoca el desarrollo del
cuadro clínico.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. El impétigo es asintomático o pruriginoso. Las lesiones perinasales o peribucales pueden ir
seguidas de una infección del tracto respiratorio superior.
B. Algunas formas profundas de foliculitis, como los orzuelos, los forúnculos y los ántrax,
pueden ser sumamente dolorosas.
C. Los pacientes con foliculitis por Pseudomonas suelen tener prurito. También pueden tener
malestar, fiebre, cefalea, náuseas, otitis y garganta y ojos secos.
D. El eritrasma suele ser asintomático.
III. DATOS OBJETIVOS (v. fig. en color 1)
A. El impétigo empieza como una mácula eritematosa pequeña que rápidamente evoluciona a
una vesícula frágil con una areola eritematosa. La vesiculopústula se rompe rápidamente y
deja una erosión roja exudativa cubierta por una gruesa costra amarilla «pegada». Es fre-
cuente ver lesiones satélites. Las lesiones de presentación del impétigo estafilocócico vesi-
culoso son vesículas blandas que primero están llenas de un líquido transparente y después
turbio, y que al romperse es sustituido por una costra similar a un barniz. Las lesiones pue-
den llegar a tener 1 cm de diámetro o más, a veces sin eritema que las rodee. Puede haber
una linfadenopatía regional y el 50 % de los pacientes presenta un incremento del leuco-
grama. Se ha observado impétigo extensivo en pacientes inmunodeprimidos. Los bebés tie-
nen una predisposición al impétigo en los pliegues inguinales y la zona de los pañales, que
después puede generalizarse.
B. La foliculitis se presenta en forma de cuadro superficial, pústulas profundas o nódulos foli-
culares. Las lesiones superficiales presentan un pelo central que perfora la pústula y a veces
un halo rojo alrededor de ella. Es frecuente que la foliculitis profunda afecte a la cara.
C. Los orzuelos son inflamaciones eritematosas alrededor de los cilios de los párpados.
D. Los forúnculos empiezan como nódulos duros, rojos y dolorosos que después se vuelven
fluctuantes, forman una punta y se rompen, descargando el tejido necrótico que contienen.
E. Los ántrax son parecidos a los forúnculos, pero drenan por varios puntos.
F. La foliculitis gramnegativa casi siempre se presenta como pústulas superficiales sin comedo-
nes, en las mejillas y el mentón. Ocasionalmente provoca nódulos y quistes más profundos.
G. La foliculitis por Pseudomonas es polimorfa. Se han descrito lesiones papulosas, vesiculo-
sas y pustulosas. Habitualmente aparece una erupción a los 2 días del contagio que tiene
predilección por la parte lateral del tronco, las axilas, las nalgas y zonas proximales de las
extremidades. No afecta a palmas de las manos ni plantas de los pies. No es infrecuente
que haya linfadenopatía axilar. Se han publicado casos secundarios a trajes de buceo con-
taminados, esponjas y juguetes de baño (8-10).
H. La foliculitis vírica puede ser secundaria a presentaciones atípicas de herpes simple, herpes
zóster y molusco contagioso. Se debe considerar en el diagnóstico diferencial de la folicu-
litis superficial, especialmente cuando ésta no responde a los tratamientos estándar (11).
I. El eritrasma puede aparecer como placas secas, lisas o ligeramente rugosas o descamadas,
claramente delimitadas de color rojo pardo, en los pliegues inguinales, axilares o inframa-
marios; como una ligera descamación o grietas entre los dedos de los pies tercero y cuarto
o cuarto y quinto; o como placas descamativas generalizadas. Las lesiones se confunden
fácilmente con las de una infección fúngica superficial.
IV. EVALUACIÓN
A. Se deben identificar los factores predisponentes a la infección, valorarlos y tratarlos o eli-
minarlos. En la forunculosis recurrente se han visto niveles bajos de hierro en el suero; se
observó una mejoría al cabo de 3 a 4 semanas de aporte de hierro (12).
B. En la mayoría de los casos de impétigo o foliculitis es importante hacer cultivos de forma
rutinaria; los casos resistentes o inusuales requieren una tinción de Gram y el cultivo del
exudado. En los casos sospechosos de foliculitis por gramnegativos se recomienda hacer un
cultivo de las lesiones de los orificios nasales y de la piel.
C. El 90 % de los pacientes con glomerulonefritis aguda secundaria a pioderma presentan un
nivel elevado de anti-ADNasa B en suero; sólo el 50 % de este tipo de pacientes presenta
niveles elevados de antiestreptolisina O.
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D. Los cultivos e incluso las biopsias cutáneas a menudo no detectan microorganismo alguno
en las foliculitis provocadas por Pseudomonas. Para establecer el diagnóstico es necesario
un elevado índice de sospecha, una anamnesis cuidadosa y ocasionalmente incluso una
investigación epidemiológica.
E. El eritrasma se diagnostica por la fluorescencia característica rojo coral de las lesiones ilu-
minadas con lámpara de Wood. La fluorescencia está provocada por la porfirina, que al ser
hidrosoluble puede haber desaparecido si el paciente se ha bañado recientemente. Los
microorganismos aparecen como bastoncillos grampositivos filamentosos y cocos, visibles
a 45 aumentos o con objetivo de inmersión, con tinción Gram o Giemsa. Rara vez es nece-
sario un cultivo, que necesita un medio especial.
V. TRATAMIENTO
A. El impétigo provocado por estreptococos o por estafilococos se puede tratar con antibióti-
cos tópicos o sistémicos. El tratamiento sistémico puede estar justificado porque (i) el impé-
tigo puede tener un curso prolongado y puede extenderse, y (ii) los antibióticos pueden
reducir el tiempo de curación y el número de recidivas. Lamentablemente no hay pruebas
convincentes de que el tratamiento de los piodermas evite una glomerulonefritis posterior (3).
S. aureus resistente a la penicilina es tan frecuente que la penicilina se considera inefectiva.
Las penicilinas semisintéticas orales resistentes a la penicilinasa, como la dicloxacilina, son
efectivas, pero los niños toman mal esas suspensiones orales a causa de su sabor desagrada-
ble. La cefalexina y el cefdinir tienen una eficacia más o menos equivalente y son bien tole-
rados (13). La eritromicina es más barata pero es frecuente que haya resistencias. En casos
resistentes se ha comprobado la eficacia de una terapia combinada con cefalexina y rifam-
picina (14). La doxiciclina con el inhibidor de la β-lactamasa cefaclor, y los nuevos macró-
lidos azitromicina y claritromicina, son efectivos pero caros.
1. La mupirocina es un tratamiento seguro y efectivo del impétigo. A diferencia de otros
antibióticos tópicos, tiene una tasa muy baja de sensibilización por contacto. Los
estreptococos no presentan resistencias y las tasas de resistencia de S. aureus son muy
bajas.
La mupirocina aplicada 3 veces al día durante 7 a 10 días puede ser mejor que la eri-
tromicina oral para erradicar S. aureus, incluidas las cepas resistentes a antibióticos.
Cuando el impétigo es extenso se debe tratar con antibióticos orales.
a. Los antibióticos tópicos pueden ser útiles para prevenir el pioderma estreptocócico
cuando se los aplica 3 veces al día en pequeñas lesiones cutáneas, especialmente en
los niños, en quienes el riesgo de infección es mayor.
b. A menudo la enfermedad recurrente es secundaria a la colonización de S. aureus en
las ingles o la nariz. La mupirocina aplicada 3 veces al día en la nariz ha demostra-
do que puede eliminar la condición de portador del 90 % de los pacientes durante
más de 6 meses. En un estudio de larga duración, la aplicación de mupirocina 5 días
al mes redujo la colonización nasal de los portadores de S. aureus; se observó que
llevaba asociada una reducción de las infecciones cutáneas (15).
2. El impétigo extendido o resistente se debe tratar con antibióticos orales. El impétigo
estafilocócico vesicular se debe tratar con una penicilina semisintética (dicloxacilina,
250 mg 4 veces al día), cefalosporinas o eritromicina si los microorganismos son sensi-
bles a ellas.
3. Las lesiones se han de humedecer 3 a 4 veces al día con agua corriente tibia o solución
salina, para eliminar las costras. Además, sería útil que tanto el paciente como la fami-
lia se bañen por lo menos 1 vez al día con una solución yodada bactericida, un jabón
bacteriostático o una solución que contenga hexaclorofeno o clorhexidina (v. cap. 40,
Antiinfecciosos).
4. La aplicación tópica de triclosán al 0,3 % erradicó un brote de S. aureus resistente a la
meticilina en una planta de neonatos (16). Este jabón se utilizó para que se lavaran las
manos el personal y los visitantes, y para bañar a los niños.
B. La foliculitis superficial puede responder a una higiene tópica agresiva y a antibióticos loca-
les. La foliculitis de la zona de la barba del hombre rara vez es recalcitrante y recurrente;
en ese caso se tratará con antibióticos sistémicos. La forunculosis simple se trata solamen-
te con calor húmedo local. A los orzuelos se les aplican antibióticos oftálmicos locales ins-
tilados en el ojo (tobramicina, ciprofloxacino y eritromicina). Los abscesos más grandes se
han de abrir con cuidado y de manera conservadora y deben drenarse. Después sólo son
necesarios antibióticos tópicos. Los forúnculos o abscesos rodeados de celulitis o los que
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MORDEDURAS Y PICADURAS
Melissa A. Bogle
5
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tamina en los leucocitos de pacientes alérgicos a los himenópteros. La mayoría de las pica-
duras provocan un dolor instantáneo seguido por un habón localizado y una reacción eri-
tematosa con prurito y edema variable. La hormiga cosechadora y la hormiga ladrona son
las que provocan la mayoría de las reacciones a su picadura en los seres humanos. A menu-
do ambas se asocian con la palabra «fuego» a causa del intenso ardor y dolor que provo-
ca su picadura. Algunos pacientes experimentan reacciones alérgicas sistémicas inmediatas.
La reacción alérgica inmediata a los líquidos salivales inyectados por los mosquitos es
el prurito; la reacción tardía que aparece al cabo de unas horas es más intensa, con un picor
ardiente muy marcado. Las moscas en realidad no muerden sino que hacen un agujero a
través de la piel dejando que su saliva entre y provoque una reacción tóxica y alérgica. La
mosca negra es conocida por las reacciones extremadamente dolorosas y duraderas que
provoca. Las picaduras de mosca se manifiestan como pápulas pruriginosas aisladas.
D. Orugas. La lesión producida por el contacto con las orugas suele ser una urticaria por
contacto con sus pelos o con sus espinas venenosas. Los brotes más intensos son debidos a
las espinas desprendidas de orugas vivas o muertas, o de sus capullos. El contacto directo
con las orugas con espinas huecas que contienen glándulas venenosas puede provocar una
reacción inmediata de dolor, eritema e inflamación. Aunque a veces causan náuseas, vómi-
tos y fiebre, es raro que aparezcan síntomas sistémicos. Los pelos de las orugas pueden pro-
vocar una erupción eritematosa, papular o urticariforme que dure desde unos días hasta
1 semana. También producen conjuntivitis, irritación del tracto respiratorio superior y sín-
tomas asmáticos.
E. Mordeduras de animales. Cada año se producen cerca de 2 millones de mordeduras de
animales (casi siempre a los niños) que provocan 300.000 visitas a urgencias, 10.000 ingre-
sos hospitalarios y 20 muertes al año. Los perros son los responsables del 80 % de las mor-
deduras, aunque las de los gatos son más infecciosas. Los perros y los gatos pueden estar
infectados con un amplio grupo de gérmenes patógenos que suele incluir especies de Pas-
teurella (50 % de las mordeduras del perro y 75 % de las de gato). Pasteurella canis es la
más comúnmente aislada en el perro y Pasteurella multocida y P. septica son las aisladas
con mayor frecuencia en las mordeduras de gato. Otros aerobios aislados que suelen apa-
recer son estreptococos, estafilococos, Moraxella y Neisseria. Los anaerobios habituales
son fusobacterias, Bacteroides, Porphyromonas y Prevotella. Las mordeduras humanas
suelen ser heridas incisas profundas que a menudo acaban en una infección polimicrobia-
na. El caso habitual es una herida en la mano con gran violencia, resultado de una pelea
con un puñetazo en la boca. La herida del puño puede acabar en una infección de tejidos
blandos y una lesión en tendones o huesos.
III. DATOS OBJETIVOS
A. Arañas. La araña viuda negra se puede identificar por su marca en forma de cristal de reloj
de color rojo o naranja en el abdomen. Su picadura produce una pápula urticariforme
rodeada por un halo blanco. En los pacientes que desarrollan síntomas sistémicos, los de
tipo neuromuscular pueden ser bastante intensos, con espasmos involuntarios y rigidez de
los grandes grupos musculares, predominantemente en el abdomen, en las extremidades y
en la zona lumbar. El cuadro del paciente es similar al del abdomen agudo. Los pacientes
intensamente afectados también pueden presentar diaforesis, ptosis, vómitos, edema pul-
monar, rabdomiólisis, hipertensión y un patrón característico de inflamación de la cara
conocida como facies de Lactrodectus. La araña reclusa tiene una marca característica en
forma de violín en el dorso del tórax. Las reacciones locales a su picadura van desde una
leve irritación cutánea hasta una intensa necrosis local. Las reacciones intensas suelen
empezar como un edema localizado rodeado por un halo eritematoso con un centro de
necrosis de perfil irregular. Si el edema es intenso, pueden aparecer vesículas serosas o
hemorrágicas. Se liberan múltiples toxinas, entre ellas la esfingomielinasa D, que provocan
una necrosis progresiva similar a la de la fascitis necrosante o al pioderma gangrenoso.
Puede tardar 3 semanas o más en curar. Los síntomas sistémicos intensos son hemoglobi-
nuria, anemia, fiebre, temblores, una erupción morbiliforme, artralgias, náuseas y vómitos.
Puede provocar la muerte a causa de una insuficiencia renal o una hemólisis intravascular.
B. Serpientes. La familia de las víboras se puede reconocer por su cabeza triangular, las
pupilas elípticas «de gato» y una única columna de escamas centrales. Todas ellas tienen
una depresión u hoyuelo facial termosensible en el hueso maxilar, cerca de los orificios
nasales, a ambos lados de la cabeza. Su veneno es un anticoagulante; sus mordeduras sue-
len provocar un dolor local inmediatamente después de clavar los incisivos, debilidad,
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taria con edema. Las reacciones sistémicas son lesión miocárdica, megacolon o mega-
esófago.
6. Ácaros. Los ácaros Cheyletiella, a menudo llamados «ácaros de caspa» sobreviven
comiendo la queratina de los pequeños mamíferos, como los perros y los gatos. Provo-
can una dermatitis pruriginosa en los seres humanos que manipulan mascotas. El ácaro
del polvo doméstico transmite la rickettsiosis exantemática o variceliforme. El ácaro de
la sarna (Sarcoptes scabiei) puede provocar una erupción pruriginosa en los seres huma-
nos a medida que perfora túneles bajo la piel, donde depositará huevos y heces. Las
áreas afectadas con mayor frecuencia son los espacios interdigitales, palma de la mano,
superficies flexoras de las muñecas y genitales. El ácaro rojo (nigua o trombicúlido) pro-
duce unas mordeduras extremadamente pruriginosas que provocan pápulas. La varie-
dad más habitual en Estados Unidos es Eutrombicula alfreddugesi. Las niguas pueden
transmitir el tifus de las malezas (Rickettsia tsutsugamushi); dejan una cicatriz negra en
el punto de mordedura y causan neumonitis y síntomas sistémicos. Los ácaros de la
especie Demodex folliculorum acostumbran a ser asintomáticos y se pueden encontrar
en los folículos pilosos y glándulas sebáceas de prácticamente todos los seres humanos.
Se han asociado a la rosácea y pueden provocar foliculitis.
D. Orugas. Las reacciones más habituales a las picaduras de oruga son dolor, eritema y urti-
caria. Entre las reacciones atípicas cabe citar espasmos musculares, parestesias y dolor
radiante. Las orugas urticantes más importantes de Estados Unidos son Automeris io, con
unas bandas laterales rojas y blancas características, Megalopyge opercularis, también lla-
mada gusano de pollo, que parece una bola de algodón, y Sibine stimulea u oruga de silla
de montar, que parece una silla de montar marrón o púrpura sobre una manta verde.
E. Mordeduras de animales. Las mordeduras de animales pueden ir desde pequeñas ras-
paduras hasta mordeduras intensas que afectan a músculos, tendones o incluso producen
fracturas óseas. Las mordeduras de gato es más probable que se infecten a causa de la heri-
da incisa causada por sus dientes largos y agudos.
IV. EVALUACIÓN. Los pacientes con reacciones sistémicas intensas deben ser atendidos en insta-
laciones preparadas para tratar emergencias respiratorias y cardiovasculares agudas.
V. TRATAMIENTO
A. Arañas. Las reacciones locales a las picaduras de la viuda negra se deben tratar con una
aplicación de vendaje frío y/o un corticoesteroide tópico. Si hay una reacción intensa, el tra-
tamiento inmediato debe ser la aplicación de un torniquete proximal para ocluir el retor-
no venoso, administrar opiáceos contra el dolor, miorrelajantes musculares, gluconato cál-
cico y el antiveneno eficaz contra las picaduras de todas las arañas del género Latrodectus.
Las reacciones leves a las picaduras de la araña reclusa curan bien sin ninguna terapia espe-
cífica. Las picaduras de la araña reclusa tienen un pronóstico más favorable si (i) se tratan
con hielo y elevación, (ii) se evita el ejercicio intenso, (iii) se evita el calor local, cualquier
intervención quirúrgica y corticoesteroides intralesionales y (iv) se administran antibióticos
(eritromicina o cefalosporinas) y ácido acetilsalicílico. Hacer análisis de anemia y trombo-
citopenia. Administrar dapsona si el paciente no tiene una deficiencia de glucosa-6-fosfato
deshidrogenasa y las lesiones son progresivas. Para el tratamiento de las mordeduras inten-
sas y cuando se produce hemólisis están indicados los corticoesteroides sistémicos a dosis
elevadas. Los pacientes con insuficiencia renal aguda, anuria y azoemia pueden necesitar
diálisis. También se debe considerar una profilaxis antitetánica. Se está desarrollando un
antiveneno para la araña reclusa y existen indicios de que el oxígeno hiperbárico ayuda a
acelerar la cicatrización de la piel.
B. Serpientes. La mejor atención de urgencia ante una mordedura de serpiente es la siguien-
te: (i) inmovilizar la parte lesionada con férulas como si fuera una fractura. Aplicar un tor-
niquete proximal a la picadura, lo bastante tenso para ocluir venas y vasos linfáticos, pero
lo bastante laxo para mantener el pulso distal. (ii) La incisión y succión con algún disposi-
tivo de presión negativa puede extraer una cantidad significativa de veneno, pero se debe
aplicar en el plazo de 3 a 5 min desde la mordedura y dejar colocado durante 30 min. Gene-
ralmente no se recomienda aplicar hielo porque la vasoconstricción del tejido ya deteriora-
do puede ayudar a provocar una necrosis. (iii) Llevar a la víctima al médico o a un hospi-
tal cuanto antes. En ese momento hay que poner una vía intravenosa en el brazo opuesto,
identificar el tipo de sangre y hacer las pruebas de reacción cruzada enseguida, antes de que
la acción del veneno las haga imposibles; comprobar también si existe alguna coagulopa-
tía. (iv) En los pacientes con un cuadro de envenenamiento intenso, administrar antisuero
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equino. Existen dos tipos de antiveneno comerciales, uno para mordeduras de serpiente de
cascabel y otro para mordeduras de víboras y otras serpientes de coral. Es frecuente que el
antiveneno cause alguna reacción. El envenenamiento de las víboras provoca un consumo
local de plaquetas que se puede aliviar hasta cierto punto con un antiveneno, pero que se
agrava con los corticoesteroides. Se deben restaurar las plaquetas y los factores de coagu-
lación mediante la terapia de componentes sanguíneos que esté indicada. Hay que limitar
la necrosis tisular y las lesiones mediante el desbridado y eliminación mecánica del veneno
y el tejido necrótico local.
C. Insectos. Los insectos se deben sacudir o cepillar de la piel (pero no aplastarlos). Esta
acción también eliminará la bolsa de veneno. No se recomienda utilizar pinzas para extraer el
aguijón porque podrían exprimir la bolsa de veneno y agravar el envenenamiento. Para
el prurito y la inflamación local se aplicarán vendajes de hielo, antihistamínicos sistémicos
y un corticoesteroide tópico.
El tratamiento de las reacciones alérgicas sistémicas y anafilácticas frente a picaduras
de insectos debe seguir las pautas convencionales: (i) inyectar 0,3 a 0,5 mg de epinefrina
HCl (0,3 a 0,5 ml de una dilución 1:1.000) vía i.m. y repetir cada 15 a 30 min a deman-
da. En los ancianos y pacientes con problemas cardiovasculares se deben administrar dosis
más bajas. Solamente puede ser necesaria una administración intravenosa en caso de ana-
filaxis profunda con hipotensión y circulación periférica insuficiente. En estos casos, utili-
zar una dilución de epinefrina de 1:10.000 (1 mg = 10 ml) y administrar inyecciones de
0,1 mg hasta que mejoren los síntomas. (ii) Poner una vía intravenosa en cuanto sea posi-
ble, con gotero de solución salina. Si los pacientes no responden a las medidas iniciales, se
hacen necesarios cuidados intensivos con líquidos, oxígeno y vasotensores. Los casos de
edema laríngeo intenso pueden requerir intubación o traqueotomía. (iii) El broncospasmo
persistente se debe tratar con aminofilina intravenosa y broncodilatadores inhalados como
albuterol, isoetarina o isoproterenol. La pauta recomendada de aminofilina consiste en una
dosis de carga de 3 a 5 mg/kg seguida por una perfusión de 0,5 a 0,9 mg/kg/h. Esta dosis
se debe reducir en ancianos y pacientes con insuficiencia cardíaca congestiva o hepatopa-
tía. Los fumadores pueden necesitar dosis más altas. (iv) Los antihistamínicos se deben
administrar junto con la epinefrina porque su efecto no es inmediato. Administrar 50 mg
de difenhidramina p.o. o i.m., dependiendo de la intensidad de la reacción. Continuar con
el tratamiento mientras haya síntomas. (v) Los corticoesteroides tienen un inicio de acción
retardado y no son la primera opción para tratar una reacción sistémica intensa. Sin embar-
go, a menos que estén contraindicados desde el punto de vista médico, deben administrar-
se para evitar una reacción continua en todo tipo de reacciones alérgicas, salvo las más
leves. Empezar con hidrocortisona, 100 mg i.v. cada 6 h y seguir con 30 mg/día de predni-
sona, reduciendo la dosis durante 3 a 7 días en función de los síntomas. Los pacientes sen-
sibles deben llevar siempre encima medicamentos, como un spray para inhalar epinefrina,
efedrina y comprimidos de antihistamínicos. Existen kits comerciales que contienen una
jeringa cargada con epinefrina y comprimidos de antihistamínicos. Los pacientes siempre
deben llevar consigo un insecticida en aerosol y no deben andar descalzos. Tienen que ves-
tir ropa protectora y abstenerse de usar cualquier cosa que pueda atraer a los insectos como
perfumes u otro tipo de esencias, ropa o joyas con colores brillantes o ropa de lana, ante o
piel. La inmunoterapia con veneno de insecto es eficaz y se debe considerar imprescindible
en pacientes que ya hayan experimentado una reacción sistémica inmediata a una picadura
de insecto. Se pueden utilizar venenos y extractos de hormiga comerciales con fines diag-
nósticos (pruebas cutáneas) y de desensibilización. Los adultos que ya hayan sufrido alguna
vez una reacción sistémica a una picadura y dado positivo a una prueba de veneno tendrán
una reacción similar en aproximadamente el 50 % de los casos si vuelven a ser picados.
Tras la immunoterapia, una nueva picadura provocará una reacción sistémica en menos del
5 % de los pacientes.
Los repelentes de insectos a base de dietiltoluamida (DEET) son los productos de elec-
ción para protegerse contra mosquitos, moscas, pulgas, ácaros y garrapatas. El etilhexa-
dienol, el dimetilftalato y el butopironoxildimetil carbato también son eficaces, pero no
abarcan un espectro tan amplio como el DEET. Una combinación de dos o más de estos re-
pelentes es más eficaz que uno solo. Ningún producto protege contra arañas, abejas o avis-
pas. Los factores que atraen a los mosquitos hacia la piel son el calor, el sudor, la humedad,
el dióxido de carbono y otras emanaciones corporales que se encuentran en las corrientes
de aire de convención que se generan alrededor de los seres humanos. Los repelentes no
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enmascaran estos estímulos atractivos, pero forman una barrera contra la penetración que
se extiende hasta más de 4 cm de distancia del cuerpo. El DEET bloquea la capacidad del
mosquito para seguir el rastro del vapor de dióxido de carbono. A temperatura ambiente
proporciona una protección de 10 a 12 h. Aproximadamente el 10 % del DEET aplicado
se evapora de la piel durante la primera hora tras la aplicación. Existen muchos factores
que reducen el tiempo de protección, como son el calor, el viento, la fricción contra la ropa,
el agua o el sudor. Las redes y la ropa impregnadas de repelentes no sólo impiden que los
mosquitos piquen a través de ellas, sino también que piquen en las zonas adyacentes. Los
repelentes pueden conservar su eficacia en la ropa durante varios días.
D. Orugas. Cualquier espícula o pelo de la oruga se debe retirar de la piel con cinta adhesi-
va, un defoliante cutáneo comercial o una capa delgada de pegamento elástico. Se deben
administrar antihistamínicos orales y corticoesteroides tópicos para reducir la urticaria y
las reacciones localizadas. Las dermatitis intensas se alivian con 30 a 60 mg p.o. de pred-
nisona en los adultos y 1 mg/kg en los niños, reduciendo la dosis progresivamente duran-
te 10 días.
E. Mordeduras de perros y gatos. Las heridas se deben lavar inmediatamente con un
jabón que no sea tóxico para los tejidos. Se puede aplicar una irrigación forzada pulsátil si
se dispone de ella. El tejido infectado o necrótico se debe desbridar a mano. Evitar el cie-
rre de la herida por primera intención en las heridas de alto riesgo (la mano, heridas pene-
trantes profundas, pacientes inmunodeprimidos, cualquier herida que presente signos de
infección o tejido desvitalizado y heridas de hurón y de gato). Se puede aplicar un cierre
por primera intención a los 4 a 5 días si hay dudas sobre una posible infección. No se ha
demostrado que los antibióticos profilácticos eviten una infección, aunque se administran
con frecuencia en las mordeduras de perro y gato. Se debe poner al día la protección anti-
tetánica y considerar una posible profilaxis antirrábica. Las mordeduras humanas se deben
tratar de forma similar a las mordeduras de perro y gato. No se han de suturar nunca a
causa del elevado riesgo de infección de los tejidos, en especial en la mano.
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Capítulo 6: Quemaduras 43
QUEMADURAS
John G. Hancox y Joseph L. Jorizzo
6
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tes con quemaduras de este tipo, pero más profundas, pueden mostrar una piel roja o
pálida con vesículas serosanguinolentas y erosiones. A veces es difícil distinguir las que-
maduras de segundo grado más profundas de las de tercer grado.
2. Histopatología
a. Epidermis. Necrosis coagulativa con formación de ampollas en la unión dermo-
epidérmica.
b. Dermis. Marcada vasodilatación y edema; puede haber destrucción de anexos;
cabe observar indicios de conservación de la circulación capilar.
3. Curso. En las quemaduras superficiales de segundo grado se produce una reepiteliza-
ción a partir de estructuras anejas (folículos pilosos); si se las deja sin tratar, las lesio-
nes suelen curar a las 2 o 3 semanas sin formar cicatriz. En las quemaduras más pro-
fundas las estructuras anejas suelen estar lesionadas o destruidas y, por tanto, la cura-
ción es más lenta y se forman cicatrices.
C. Quemaduras de tercer grado (quemadura con afectación de todo el grosor de la piel)
1. Clínica. La superficie cutánea adopta un aspecto seco, duro, que no empalidece y
translúcido, a menudo similar a un trozo de pergamino. También puede haber una heri-
da superficial carbonizada o ulcerada con abundante tejido necrótico.
2. Histopatología
a. Epidermis. Necrosis de todo el grosor de la epidermis.
b. Dermis. Necrosis dérmica y subcutánea variable, con destrucción de anexos.
3. Curso. Estas quemaduras curan lentamente, a menudo durante meses, y dejan cicatri-
ces importantes.
IV. EVALUACIÓN. Para los adultos se aplica la regla de los nueves como técnica útil para evaluar
el porcentaje de superficie corporal (SC) afectada: la cabeza, el cuello y las dos extremidades
superiores representan el 9 % de la SC; las caras anterior y posterior del tronco y las dos extre-
midades inferiores representan el 18 % de la SC. La palma de la mano es aproximadamente el
1 % de la SC, por lo que se puede utilizar como guía para medir la superficie total, sobre todo
en los niños. Los evaluadores a menudo sobreestiman el tamaño de una quemadura en más del
50 %. Las quemaduras de grosor parcial de menos del 15 % de la SC que no afecten a la cara,
manos, pies ni periné, o las de grosor total que afecten a menos del 2 % de la superficie corpo-
ral, se consideran quemaduras menores. Este tipo de quemaduras se tratan con frecuencia en
régimen ambulatorio. Las quemaduras de segundo grado que afecten a menos del 5 % de la SC
total y las de tercer grado que afecten a menos del 1 % de la SC en los niños también se pue-
den tratar en régimen ambulatorio. Las quemaduras de los ancianos pueden ser más graves y
han de evaluarse individualmente. Cualquier quemadura puede sufrir una infección secundaria
que cause celulitis y/o sepsis.
V. TRATAMIENTO. No revisaremos la fisiopatología ni la terapia de las quemaduras moderadas
y graves. Estas quemaduras necesitan atención especializada intensiva en un hospital. Siempre
requieren un tratamiento experto de la herida y de los intensos trastornos cardiopulmonares
causados por las alteraciones de líquidos y electrólitos que acompañan a las extensas lesiones
cutáneas. En los últimos 20 años se ha doblado la tasa de supervivencia de los pacientes que-
mados gracias a la mejora de los métodos de reanimación, al uso de piel artificial y a los aloin-
jertos y homoinjertos de piel.
A. Tratamiento inmediato. Las quemaduras menos graves se deben empezar a tratar en
cuanto sea posible (dentro de la primera hora de la producción de la lesión). La zona afec-
tada se debe lavar abundantemente con agua y jabón para eliminar cualquier material extra-
ño. Aplicar compresas frías sobre la zona quemada o mantener ésta bajo un chorro de agua
corriente fresca (22 a 25 ºC). No se debe aplicar hielo directamente porque puede convertir
una quemadura superficial de grosor parcial en una quemadura más profunda. Refrescar la
lesión constituye una terapia eficaz porque todavía retiene el calor suficiente para extender
la coagulación a los tejidos que la rodean. Las compresas frías también alivian el dolor, redu-
cen el edema y provocan una hiperemia reactiva. También se pueden utilizar mantas para
cubrir las zonas no afectadas, con el fin de evitar una hipotermia sistémica.
B. Continuación del tratamiento
1. Quemaduras de primer grado. Las quemaduras más superficiales puede que no
necesiten vendaje ni medicación, aunque la aplicación de un emoliente como la vaseli-
na tiene un efecto calmante. Se debe revisar la profilaxis antitetánica, si es que está indi-
cada, y administrar analgésicos a demanda (tabla 6-1, recomendaciones de la profilaxis
antitetánica). Aunque reducen el dolor, los anestésicos tópicos como la benzocaína in-
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Capítulo 6: Quemaduras 45
No se sabe o < 3 Sí No Sí Sí
Tres o más Nod No Noe No
a
Por ejemplo, pero no limitado a, heridas contaminadas con suciedad, heces, tierra, saliva, etc.; heridas punzantes, avul-
siones y heridas resultantes de aplastamientos, quemaduras y congelaciones.
b
Toxoide tetánico, toxoide diftérico (inmunización activa).
c
Globulina antitetánica (inmunización pasiva).
d
Sí, si hace más de 10 años de la última dosis.
e
Sí, si hace más de 5 años de la última dosis (no se necesitan recordatorios más frecuentes y pueden acentuar los efec-
tos secundarios).
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CLAVOS Y CALLOS
7 Adrianne M. Feasel
I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA. Los clavos y los callos son zonas adquiridas de piel
engrosada que aparece sobre puntos en los que se produce un traumatismo repetido o prolon-
gado contra el epitelio. En los pies normales no aparecen callos blandos ni duros. Estas lesio-
nes aparecen a causa de la presión, fricción y fuerzas de cizallamiento de los huesos (a través
de la piel que los cubre) contra los dedos adyacentes, las cabezas de los metatarsianos o los
zapatos. Se deben a un zapato mal ajustado, a deformidades anatómicas subyacentes o a un
gran nivel de actividad. La gravedad y el tipo de crecimiento guardan relación con el grado y
la cronicidad de la irritación local. La formación de un clavo central (núcleo, raíz) es secunda-
ria a modificaciones vasculares y a la fibrosis que surgen bajo el punto de máxima tensión. En
ambas afecciones hay una importante hiperqueratosis del estrato córneo que cubre una epider-
mis que por lo demás tiene el mismo grosor que la piel adyacente. Algunos estudios demues-
tran que la estructura de la queratina del callo difiere de la del estrato córneo normal. Cada
una de las células es más gruesa, mucho más interdigitada y tiene un cemento más denso que
ocupa los espacios intracelulares. No hay signo de descamación. La queratina tiene una estruc-
tura similar a la de las almohadillas digitales y las uñas. Las diferencias entre las callosidades
plantares se pueden explicar por una alteración de la diferenciación de la epidermis en respues-
ta a la mayor tasa de producción de células epidémicas.
Los clavos son más sintomáticos y están mejor demarcados que los callos. Los clavos duros
están localizados casi siempre en la cara dorsolateral del quinto dedo del pie, aunque también
aparecen en cualquier punto bajo los extremos metatarsianos. También se pueden encontrar
pequeños «clavos como semillas» en cualquier punto de la superficie plantar. La causa más fre-
cuente de los clavos son unos zapatos inadecuados. Los clavos blandos (heloma mole) que
resultan de la presión de la cabeza de la falange proximal del quinto dedo sobre la base de la
falange proximal del cuarto, o que son fruto de una maceración interdigital, aparecen con
mayor frecuencia en el cuarto espacio interdigital; el 65 % de una serie de más de 1.000 pacien-
tes lo presentó en el cuarto espacio interdigital. Existen factores congénitos predisponentes a la
aparición de clavos en el pie, como un primer metatarsiano corto, el quinto metatarsiano corto
o un tercero y cuarto metatarsianos de igual longitud; otros factores son pie valgo, dedos en
palillo de tambor y encurvamiento de los meñiques. Los callos son zonas hiperqueratósicas más
difusas que aparecen casi siempre bajo la cabeza del primer metatarsiano, del quinto o de
ambos. También aparecen como marcas profesionales, por ejemplo las manos callosas de un
labrador o los callos de los dedos de un violinista.
En las personas con bulimia se pueden ver callosidades en el dorso de la mano sobre las ar-
ticulaciones metacarpofalángicas e interfalángicas. El contacto repetido de los incisivos con
la piel para provocar el vómito es el que produce este signo, al que se denomina signo de
Russell.
II. DATOS SUBJETIVOS. Los clavos pueden causar un malestar sordo constante o un dolor
agudo debido a la presión. Los callos suelen ser asintomáticos o dolorosos a la presión, produ-
ciendo un dolor similar al de una piedra en el zapato. En una verruga la presión lateral provo-
ca dolor; en un clavo el dolor se debe a una presión directa.
III. DATOS OBJETIVOS
A. Los clavos son pequeñas zonas hiperqueratósicas claramente delimitadas (de pocos milíme-
tros de diámetro o menos) con un orificio central translúcido. Tienen forma cónica, con la
punta dirigida hacia los tejidos. Los clavos blandos son engrosamientos menos discretos de
color blanquecino que aparecen en los espacios interdigitales. Si se palpan estas lesiones
siempre se encuentra una prominencia ósea subyacente.
B. Los callos son zonas grandes (diámetro de milímetros a centímetros) y difusas de piel en-
grosada con bordes indefinidos.
IV. EVALUACIÓN. Si se limpia (desbrida) una lesión sospechosa aparecen una serie de caracterís-
ticas diferenciales:
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A. Clavos. Aparece un núcleo central; si se continúa con el desbridamiento, esta zona trans-
parente va disminuyendo hasta desaparecer. A partir de entonces se pueden seguir las mar-
cas de la piel normal por la lesión.
B. Clavos blandos. A menudo se confunden con una simple maceración o con una infección
fúngica interdigital. Al limpiar la lesión se descubre un núcleo central y a veces un peque-
ño tracto o seno en la base del espacio interdigital. Este seno se puede cerrar intermitente-
mente y ocasionar brotes recurrentes de infección bacteriana.
C. Callos. Siguen siendo visibles las marcas normales de la piel y no se observa núcleo.
D. Verrugas plantares. Al desbridar se observa una zona central compuesta por puntos
rojos y negros, hemorragias puntiformes y desaparición de las marcas cutáneas. Los pun-
tos constituyen capilares trombosados de la verruga, sumamente vascularizada. Es frecuen-
te que sobre la verruga haya un callo, que es el que provoca las molestias.
V. TRATAMIENTO
A. Tratamiento para aliviar los síntomas
1. Tanto en los clavos como en los callos la causa del dolor son las zonas de piel engrosa-
da e hiperqueratósica. El dolor provocado por esa masa se puede erradicar simplemen-
te reduciendo la lesión mediante un desbridamiento con una cucharilla, una hoja de bis-
turí del n.º 15, un raspador de callos del n.º 86 o una cuchilla cortacallos del n.º 313.
Para garantizar unos resultados satisfactorios con un clavo, a menudo se recomienda
anestesiar la zona (para extraer todo el núcleo central). Después el paciente debe hacer
desbridamientos intermitentes como sigue:
a. Cortar un trozo de un parche impregnado en ácido salicílico al 40 % ligeramente
mayor que la lesión y aplicarlo sobre la piel con la cara adhesiva hacia abajo.
b. Aplicar un fieltro cortado a medida alrededor de la lesión para aliviar la presión.
c. Dejarlo puesto toda una noche, o hasta 5 a 7 días en las lesiones muy gruesas.
d. Quitar el vendaje y sumergir el pie en agua.
e. Eliminar la piel blanca, blanda y macerada con una toalla áspera, piedra pómez o
un cortacallos.
f. Volver a aplicar un apósito tantas veces como sea necesario para mantener la lesión
plana.
g. En cuanto el clavo se hace más delgado, todo lo que se necesita es la almohadilla
protectora.
2. A veces la inyección de una pequeña cantidad de corticoesteroides bajo el clavo dolo-
roso proporciona un alivio espectacular de los síntomas.
3. Los productos tópicos a base de urea o ácido salicílico pueden ablandar la hiperquera-
tosis.
4. Los clavos y los callos de los pies de un paciente con diabetes deben ser tratados con
mucho cuidado porque tienen un mayor riesgo de infección, ulceración y sepsis.
Extirpar los callos a un paciente con diabetes reducirá la presión plantar y las posibili-
dades de que aparezcan úlceras neuropáticas en los pies.
B. Tratamiento definitivo
1. La extirpación de la lesión se dirige sólo al resultado y no a la causa de la dificultad. Se
debe corregir un calzado inadecuado, malformaciones anatómicas, distribución inco-
rrecta de pesos u otros factores similares; en caso contrario, las hiperqueratosis recurri-
rán rápidamente. Tanto los clavos como los callos desaparecen en cuanto se eliminan
los factores causales. En los casos más difíciles se recomienda aplicar zapatos correcto-
res, ortostasis, estudios radiográficos para los defectos anatómicos o acudir a un podó-
logo o a un ortopedista.
2. En muchos pacientes la cirugía correctora resuelve las hiperqueratosis y reduce el dolor,
pero las lesiones pueden recidivar.
Lecturas recomendadas
Cambiaghi S, Morel P. Hereditary painful callosities with associated features. Dermatology 1996;
193:47-49.
Coughlin MJ, Kennedy MP. Operative repair of fourth and fifth toe corns. Foot Ankle Int 2003;
24(2):147-157.
Day RD, Reyzelman AM, Harkless LB. Evaluation and management of the interdigital corn: a lite-
rature review. Clin Podiatr Med Surg 1996;13:201-206.
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Freeman DB. Corns and calluses resulting from mechanical hyperkeratosis. Am Fam Physician
2002;65(11):2277-2280.
Murray HJ, Young MJ, Hollis S, et al. The association between callus formation, high pressures and
neuropathy in diabetic foot ulceration. Diabet Med 1996;13:979-982.
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DERMATITIS Y ECCEMA
Peter C. Schalock
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I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA. La palabra eccema procede del griego ek, que significa
fuera, y zein, que significa hervir. Por tanto, la palabra griega define el tipo de enfermedades
inflamatorias superficiales de la piel que presentan el patrón de reacción observado con mayor
frecuencia por el dermatólogo. Las alteraciones morfológicas e histopatológicas de todas las
formas de dermatitis y eccemas son similares. Las modificaciones más rápidas y moderadas son
el eritema y el edema. Estas primeras modificaciones pueden progresar hasta formar vesículas
y rezumar, para después formar costras y escamas. Finalmente, el proceso se vuelve crónico, la
piel se liquenifica (engrosada, con marcas cutáneas muy destacadas), presenta excoriaciones e
hipopigmentación o hiperpigmentación.
Los cambios microscópicos que se producen durante este proceso muestran (i) inicialmente
una acumulación de líquidos intracelulares e intercelulares con la correspondiente formación
de vesículas y vasodilatación dérmica asociada, e infiltración con células propias de las infla-
maciones crónicas, y (ii) después engrosamiento de la epidermis y alteración de los patrones de
queratinización, con retención de núcleos en el estrato córneo. Los factores que pueden iniciar
la dermatitis son numerosos y los patrones de dermatitis que sigan dictarán la clasificación clí-
nica y el tratamiento.
Explicaremos por separado las siguientes categorías de dermatitis:
1. Dermatitis atópica.
2. Dermatitis crónica circunscrita.
3. Dermatitis de contacto.
4. Dermatitis de la mano.
5. Dermatitis numular.
DERMATITIS ATÓPICA
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vida más críticos. Durante la infancia interfiere con una relación sana entre madre e hijo;
durante la adolescencia y el principio de la edad adulta afecta y desfigura a los pacientes duran-
te un período crucial para su formación. La tensión emocional y unas relaciones familiares alte-
radas también tienen un papel muy importante en su curso.
Los pacientes con DA tienen anomalías inmunitarias, como concentraciones elevadas de
inmunoglobulina E (IgE) en el suero, reducción de las respuestas inmunes mediadas por célu-
las y quimiotaxis lenta de neutrófilos y monocitos. Habitualmente, existe una correlación entre
la concentración de IgE en el suero y la gravedad, la duración y la extensión de la superficie
corporal afectada por la dermatitis. Sin embargo, muchos hechos hablan en contra de un papel
importante de la IgE como causa de esta entidad. Aproximadamente el 20% de los adultos con
DA tiene unos niveles normales o bajos de IgE; otros no tienen IgE en absoluto, mientras que
algunos pacientes presentan elevaciones muy importantes de la IgE sin dermatitis. Es más, en
el eccema infantil los niveles de IgE acostumbran a ser bajos o normales. Se ha sugerido que la
IgE tiene cierto papel como elemento causal de reacciones de DA producidas por una reacción
cruzada entre una dismutasa del superóxido de manganeso (MnSOD) humana y una fúngica.
Normalmente, las pruebas cutáneas, la hiposensibilización y las dietas especiales tienen poco
éxito. En un estudio, a pesar de limitar la exposición a los alergenos habituales antes de los
2 años de edad, a los 7 años no había diferencias entre todos los factores medidos, incluidos la
DA y el asma. (i) Se observó que los ácaros del polvo doméstico tenían un papel etiológico en
los pacientes con DA y que todas las medidas adoptadas para reducir su presencia en el entor-
no mejoraban los síntomas de la DA. (ii) La levadura lipófila Pityrosporum ovale desempeña
un papel en la DA de la cara, cuero cabelludo y cuello; es frecuente que los pacientes den posi-
tivo a las pruebas de punción cutánea y que dos tercios de los pacientes tengan IgE contra
P. ovale.
Existen múltiples teorías sobre el mecanismo de inflamación de la DA:
A. La DA es secundaria a un estímulo excesivo de los linfocitos T. Las pruebas que avalan esta
teoría son los niveles elevados de linfocitos T activados que se observan en la piel lesiona-
da y el incremento de la producción de interleucina 4 (IL-4) en los linfocitos T.
B. La DA es secundaria a una estimulación excesiva de las células presentadoras de antígenos
(CPA). Las células de Langerhans de los pacientes con DA, estimuladas por la IL-4, tienen
más capacidad para estimular los linfocitos T. En la DA los macrófagos segregan IL-10, que
estimula una respuesta de citocinas en los Th2.
C. En la DA los macrófagos tienen una mayor actividad de fosfodiesterasa que degrada el
monofosfato cíclico de adenosina (AMPc). El descenso de los niveles de AMPc provoca una
alteración de la función celular y una hiperactividad de las células inmunocompetentes. Los
inhibidores experimentales de la isoenzima fosfodiesterasa del tipo cuatro (PDE4) propor-
cionan una mejoría clínica a los pacientes con DA.
D. En un estudio reciente se ha examinado la actividad específica de la IgE contra MnSOD
humana y fúngica. De un total de 67 pacientes, 29 reaccionaron con IgE del suero que
había reaccionado con MnSOD fúngica y humana. La proteína humana era capaz de pro-
vocar la reactividad de los linfocitos T in vitro y de causar reacciones eccematosas en
pacientes sensibilizados. Estas reacciones pueden avalar el papel de la MnSOD como aler-
geno de un subgrupo de pacientes potencialmente sensibilizados a la MnSOD fúngica. En
estos pacientes, la IgE podría tener un papel importante en la patogenia de la DA.
Aunque ciertamente no es una enfermedad infecciosa en sí misma, tanto la piel no afec-
ta como la piel inflamada de los pacientes atópicos suele alojar grandes cantidades de
Staphylococcus aureus, que pueden tener el efecto secundario de exacerbar el cuadro, posi-
blemente debido a la sensibilización a los superantígenos de S. aureus. El 30% de las reci-
divas se deben a una infección bacteriana secundaria. Los corticoesteroides tópicos solos
también pueden ser eficaces para erradicar S. aureus porque la inflamación tiene un papel
clave en la colonización por la bacteria. Los pacientes atópicos tienen reacciones aberran-
tes a muchos factores ambientales y fisiológicos; responden a estímulos normalmente
subumbrales con un prurito intenso y prolongado y pueden tener una respuesta vascular
alterada a la presión, las inyecciones de histamina, la serotonina, los colinérgicos y los sim-
paticomiméticos, así como reacciones anómalas al calor y al frío. El 50% de los niños con
infección por el virus de la inmunodeficiencia humana tienen DA; en los adultos es frecuen-
te que exista un síndrome «tipo DA».
II. DATOS SUBJETIVOS. El síntoma principal y predominante de la DA es el prurito. A menu-
do crea un círculo vicioso: el picor provoca rascado, el rascado provoca liquenificación y otros
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V. TRATAMIENTO. Los objetivos del tratamiento son reducir los factores desencadenantes y el
prurito, suprimir la inflamación, lubricar la piel y aliviar la ansiedad.
A. Medidas preventivas
1. Mantener el entorno a una temperatura constante, evitando la humedad y la sequedad
excesivas. La ropa en contacto directo con la piel debe ser absorbente y no irritante
(algodón), lavada con jabón suave sin ninguna fragancia y aclarada abundantemente.
Se ha comprobado que los niveles elevados de estrés reducen la capacidad de recupera-
ción de la permeabilidad de la barrera después de haberla interrumpido con una cinta
adhesiva, mientras que durante los períodos de menos estrés la función de la barrera se
recuperaba bien. El descanso y la relajación son importantes, a menudo una estancia en
un clima seco y cálido tiene efectos beneficiosos.
2. Hay que evitar los baños excesivos y otros factores que favorecen la xerosis. Mantenga
la piel húmeda y flexible. Utilice un jabón suave no irritante o simplemente un aceite de
baño sin fragancias. Lo ideal es aplicar un corticoesteroide tópico 2 veces al día después
del baño, aplicar compresas húmedas o pulverizar la piel con agua.
3. Los emolientes o las medicaciones se deben aplicar inmediatamente después del baño,
en el plazo de unos 3 min, para «atrapar» el agua en la piel. La aplicación frecuente de
lubricantes suaves calma y protege físicamente la piel, constituyendo una de las medi-
das más importantes del tratamiento de la DA. Es preferible aplicar pomadas que cre-
mas.
4. Las pruebas de alergia de raspado cutáneo o intradérmicas no aportan nada. Las prue-
bas epicutáneas para detectar alergias de contacto pueden dar resultado. Si las medidas
terapéuticas más habituales fallan, se puede considerar una reducción de los alergenos
del entorno y pruebas de dietas de eliminación.
5. La estabilidad emocional del paciente es fundamental. Un contacto continuo con un
médico optimista y tranquilizador aliviará una buena parte de la ansiedad. Ocasional-
mente es útil una consulta psicológica formal o incluso terapia.
6. A menudo los ingresos hospitalarios breves son eficaces y aportan una mejoría al esta-
do de la piel antes de aplicar la medicación. Este cambio ambiental y emocional com-
pleto, aunque sea temporal, suele bastar para romper el círculo vicioso de picor-ras-
cado.
B. Tratamiento de la dermatitis aguda
1. Sobre las zonas exudativas se debe aplicar una compresa con acetato de aluminio
(mezcla de Burow) durante 20 min, 6 veces al día; también se puede introducir al
paciente en una bañera con aditivos antipruriginosos o emolientes, como harina,
copos de avena o aditivos de baño lubricantes.
2. La herramienta terapéutica principal y más importante del eccema es la aplicación fre-
cuente de corticoesteroides tópicos. Deben aplicarse en pequeñas cantidades, dos a tres
veces al día. Si la piel sigue seca, se usan emolientes entre las aplicaciones de cortico-
esteroides. Esta terapia reducirá la inflamación y detendrá el prurito, interrumpiendo
así el círculo vicioso de inflamación-prurito-rascado-inflamación. Los corticoesteroi-
des tópicos de gran potencia ayudan a reducir la colonización de la piel por S. aureus,
llegando a eliminar el microorganismo al cabo de 2 semanas de tratamiento. Se debe
empezar el tratamiento con un corticoesteroide de gran potencia para eliminar rápi-
damente la inflamación y el prurito. Una vez que desaparece la inflamación, el objeti-
vo debe ser aplicar los corticoesteroides tópicos apenas unos días por semana.
Si se necesita tratamiento de mantenimiento, lo más adecuado es hidrocortisona al
1 % o corticoesteroides de baja potencia. Las pomadas son lo más adecuado para
todas las lesiones exudativas, salvo para las más agudas. Alternar la aplicación de cor-
ticoesteroides con lubricantes reduce los riesgos de la administración prolongada de
corticoesteroides y de taquifilaxia. Los corticoesteroides tópicos quizá no afecten a la
talla final que alcance el paciente, pero en los pacientes atópicos están descritos retra-
sos del crecimiento y de la pubertad. En los niños tratados con corticoesteroides tópi-
cos se debe vigilar atentamente el crecimiento (5). A menudo los padres son reticentes
a la aplicación de corticoesteroides tópicos en sus hijos, por lo que suelen necesitar
asesoramiento y tranquilización.
3. Los inhibidores de la calcineurina son una clase relativamente nueva de tratamiento
tópico para la DA. Son un tipo de fármacos inmunomoduladores que se utilizan por
vía oral en la población trasplantada y actualmente se usan mucho para el tratamien-
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to de la DA. Estos fármacos compiten por los puntos de unión de la calcineurina con
la calmodulina. La unión de los inhibidores de la calcineurina reduce la señalización
dependiente del calcio, que a su vez regula la división celular, inicia los primeros pasos
de la activación de los linfocitos T y reduce la transcripción genética de la IL-2 y su
receptor.
Actualmente existen dos formas aprobadas de aplicación cutánea, pomada de
tacrolimus y crema de pimecrolimus. El tacrolimus se obtiene del hongo Streptomyces
tsukubaensis y el pimecrolimus del macrolactamo de ascomicina. Los estudios han
demostrado una reducción espectacular de la intensidad de la DA en niños y adultos,
y el hecho de que esta terapia se tolera incluso en la piel de la cara. En todos los casos,
la pomada de tacrolimus y la crema de pimecrolimus han sido significativamente más
eficaces que el vehículo de control. La primera al 0,1% es tan eficaz como los corti-
coesteroides potentes y, al 0,03%, es más eficaz que el acetato de hidrocortisona, pero
menos que el butirato de hidrocortisona. La segunda es bastante menos eficaz que el
valerato de betametasona. Los efectos secundarios comunicados que aparecieron en
más del 5% de los casos, con una frecuencia significativamente mayor que con el ve-
hículo de control, son quemazón u hormigueo en la piel en el momento de la aplica-
ción, más intensa que tras la aplicación de corticoesteroides, síntomas gripales, cefa-
lea, hormigueo, acné, rubor cuando se consume alcohol, hiperestesia, foliculitis y eri-
tema. No hay publicaciones sobre adelgazamiento de la piel o supresión adrenal con
ninguna de las dos.
La Food and Drug Administration (FDA) de Estados Unidos ha revisado reciente-
mente el perfil de seguridad de los inhibidores de la calcineurina. Debido a su meca-
nismo de acción y las sospechas sobre la producción de una inmunosupresión local,
en marzo de 2005 la FDA emitió una advertencia y puso un «recuadro negro» (adver-
tencia especial de seguridad) en el prospecto. Sus reservas se debían a 19 casos de cán-
cer de distintos tipos aparecidos tras la comercialización de aquéllos en pacientes tra-
tados con inhibidores de la calcineurina. Nueve de los casos eran linfomas y 10 eran
tumores cutáneos (siete en el punto de aplicación). Existen pruebas en animales de un
incremento de casos de linfoma dependiente de la dosis de inhibidores de calcineuri-
na administrada. Actualmente los datos en seres humanos no están claros y se estima
que se necesitarán unos 10 años para definir los riesgos con mayor precisión. La FDA
ha emitido las siguientes directrices sobre el uso de inhibidores de la calcineurina:
• Recurrir al tacrolimus o al pimecrolimus únicamente como segunda opción para el
tratamiento breve e intermitente de la DA.
• No aplicarlos a niños menores de 2 años. No se conoce el efecto del primero sobre
el desarrollo del sistema inmunitario de lactantes o niños. En los estudios clínicos,
los lactantes y niños de menos de 2 años tratados con el fármaco tuvieron una tasa
mayor de infecciones de las vías respiratorias superiores que los tratados con una
crema placebo.
• Aplicarlos sólo durante períodos breves, no continuamente. Se desconoce la segu-
ridad del pimecrolimus a largo plazo.
• Los niños y adultos con un sistema inmunitario debilitado comprometido no deben
utilizar tacrolimus ni pimecrolimus.
• Aplicar la cantidad mínima de tacrolimus o de pimecrolimus necesaria para con-
trolar los síntomas del paciente. En los animales el incremento de las dosis ha pro-
vocado tasas más altas de cáncer.
4. En los pacientes con dermatitis crónica suele ser útil complementar el tratamiento con
productos a base de brea (gel), brea de carbón en una pomada hidrófila al 5%-10%
y otros. Se puede alternar su uso con corticoesteroides (p. ej., brea por la noche, cor-
ticoesteroides durante el día), aplicarlos al mismo tiempo sobre la piel afectada o usar-
los para el baño.
5. Otros agentes tópicos: se ha comprobado que el polidocanol al 3%-12% tiene efecto
antipruriginoso en la DA. El único efecto secundario observado en algunos pacientes
fue una dermatitis alérgica de contacto (DAC) debida al fármaco. También se ha uti-
lizado la capsaicina tópica con cierto éxito. Inhibe la sustancia P de las fibras nervio-
sas C, lo que inhibe el prurito y el dolor tras 6 semanas de administración continua.
Se sugiere empezar con una concentración de 0,025 %. Sus efectos secundarios, con-
sistentes en pinchazos y quemazón, pueden ser problemáticos.
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secas y «pápulas gigantes de rascado» o nódulos pruriginosos como respuesta al rascado repe-
tido. Es frecuente que los pacientes sólo tengan afectada una zona.
IV. EVALUACIÓN. Vale la pena preguntar detalladamente por el estímulo del prurito, aunque a
menudo no se obtiene respuesta. Los factores psicógenos son importantes. No es infrecuente
que haya una infección secundaria o una sensibilización a los fármacos tópicos. Un estudio
encontró un número significativo de resultados positivos a las pruebas epicutáneas en un grupo
de pacientes con prurigo nodular.
V. TRATAMIENTO. A pesar de la cronicidad de estas lesiones, un tratamiento eficaz acostumbra
a alcanzar la remisión del prurito y de la liquenificación en el plazo de 1 a 2 semanas.
A. Los corticoesteroides tópicos de alta potencia se aplican habitualmente bajo un vendaje
plástico, biosintético o hidrocoloide, durante toda la noche o durante períodos continuos
de 3 a 7 días, y son extraordinariamente eficaces (10). La cinta Cordran, que está impreg-
nada de un corticoesteroide de potencia media, se puede aplicar a diario; ayuda a humede-
cer el área, a reducir la inflamación y a evitar que el paciente se toque la zona.
B. La inyección intralesional de corticoesteroides inducirá la involución más rápidamente y a
menudo es la terapia de elección. Se inyectan corticoesteroides como el acetónido de triam-
cinolona en una concentración de 3,3 a 10 mg/ml en varios depósitos de 0,1 ml siguiendo
un dibujo de tablero de ajedrez.
C. En los casos de poca respuesta a otras formas de tratamiento, la fotoquimioterapia tópica
con psoralenos y UVA también puede inducir la remisión.
D. En ocasiones los antihistamínicos o los atarácticos son útiles al acostarse. La doxepina
tópica, un antihistamínico H1 y H2, puede ser útil en zonas localizadas y como comple-
mento de los corticoesteroides tópicos, pero no debe utilizarse durante más de 8 días de
tratamiento a causa de su riesgo de sensibilización y DAC. Evítese la doxepina oral si apa-
rece una alergia cutánea.
E. Los emolientes que contienen brea o antipruriginosos (mentol, fenol) también son útiles.
Los productos que contienen fenol no se deben administrar a mujeres embarazadas.
F. La crioterapia con nitrógeno líquido proporcionó un alivio espectacular del prurigo nodu-
lar en un único informe de caso no controlado.
G. También se ha comunicado que el láser de color pulsado es útil para los nódulos prurigi-
nosos.
DERMATITIS DE CONTACTO
3. El Ag forma un enlace no covalente con una molécula MHC II (HLA-DR) dentro de la célula.
4. El complejo Ag/MHC transportado y expresado en la membrana celular de la CL.
5. La CL migra hacia los ganglios linfáticos y presenta este complejo a los linfocitos T CD4
restringidos a la MHC con puntos específicos de reconocimiento de Ag.
La segunda respuesta es la rama eferente o fase de respuesta, que consiste en lo siguiente:
1. Se activan los linfocitos T específicos del antígeno.
2. La IL-1 de las CL y los queratinocitos también activan los linfocitos T.
3. Los linfocitos T estimulados segregan IL-2 e interferón γ (IFN-γ).
4. La IL-2 estimula inespecíficamente otros linfocitos T para que proliferen.
5. El IFN-γ induce la expresión de la molécula de adherencia intercelular 1 (ICAM-1) y de la
molécula HLA-DR, favorece la producción de factor de necrosis tumoral (TNF) y el factor
transformador del crecimiento (TGF) α, incrementa la producción de IL-1, activa los linfo-
citos T citotóxicos y recluta linfocitos T de memoria efectores.
6. La ICAM-1 es una molécula de adherencia que aparece en las CPA, queratinocitos y célu-
las endoteliales al cabo de 24 a 96 h tras la exposición al antígeno. Algunos alergenos como
la hiedra venenosa inducen directamente la ICAM-1.
7. Los mediadores liberados atraen un infiltrado inflamatorio formado por macrófagos, neu-
trófilos, basófilos y eosinófilos que participan en la respuesta eccematosa.
La última fase es la fase de resolución, que consiste en lo siguiente:
1. Se reduce el número de células CD4 y predominan las células CD8 supresoras.
2. Aumentan los basófilos y los macrófagos.
3. Los macrófagos producen prostaglandinas que inhiben la IL-2 y por lo tanto reducen la
inflamación.
La mayoría de alergenos de contacto sólo producen sensibilización en un pequeño porcen-
taje de las exposiciones. Las excepciones más notables a esta regla son el roble venenoso y la
hiedra venenosa que causan sensibilización en más del 70 % de la población. El período de
incubación tras la sensibilización inicial a un antígeno es de 5 a 21 días, mientras que el tiem-
po de reacción tras la siguiente exposición es de 12 a 48 h. Una exposición leve de una perso-
na sensibilizada al roble venenoso o a la hiedra venenosa, por ejemplo, provocará la aparición
de una erupción en 2 a 3 días, que desaparecerá en el plazo de 1 a 2 semanas; cuando la expo-
sición es masiva, las lesiones aparecen más rápidamente (6 a 12 h) y curan más lentamente
(2 a 3 semanas). También puede aparecer una autoeccematización en puntos distantes a los
expuestos al alergeno.
Los factores que contribuyen a la aparición de una dermatitis de contacto son predisposi-
ción genética, concentración local del antígeno, duración de la exposición, variaciones locales
de permeabilidad cutánea y desarrollo de una tolerancia inmunitaria. Otros factores contribu-
yentes son la fricción, la presión, la oclusión, la maceración, el calor y el frío, y la presencia de
otras enfermedades cutáneas.
Existen otros tipos específicos de dermatitis de contacto que merecen atención:
A. La hipersensibilidad al látex y a la goma es un problema médico creciente que afecta al 6%-
10% de los médicos y enfermeras de un hospital. Los pacientes que necesitan sondados fre-
cuentes de la vejiga, como los que tienen espina bífida y tetraplejía, también tienen un ries-
go elevado de presentar alergia al látex. Las reacciones alérgicas a los aditivos del látex pue-
den ser retardadas. Los aceleradores de la goma son la causa más frecuente de dermatitis
atópica por contacto con los guantes. Los productos químicos como carbamatos, tioura-
nos y mercaptobenzotiazol se añaden para acelerar el procesado del látex y a otros tipos
de guantes distintos del látex. También pueden provocar una hipersensibilidad inmediata
con síntomas de taquicardia, rubor, quemazón o eritema y urticaria de la piel expuesta
debido a una reacción a la proteína natural del látex. Se puede hacer una prueba radio-
alergoabsorbente de los alergenos del látex para determinar si la persona es alérgica o no;
la prueba cutánea de inyección de alergenos sólo es factible en un consultorio médico equi-
pado para una posible reacción anafiláctica. Puede haber numerosas reacciones cruzadas
entre el látex y algunos alimentos como plátanos, aguacates, patatas, tomates, castañas y
kiwis. La mayoría de las reacciones cutáneas a los guantes son una reacción irritante pri-
maria, más que una dermatitis de contacto o una urticaria.
B. Si la dermatitis empeora con la aplicación de un corticoesteroide, se debe sospechar una
dermatitis de contacto por los corticoesteroides tópicos. La alergia puede ser contra el pro-
pio corticoide o contra el vehículo; puede haber reacciones cruzadas entre distintos corti-
coesteroides. El pivalato de tixocortol, la budesónida y el butirato de 17-hidrocortisona
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son buenos referentes para hacer un cribado de los subgrupos de corticoesteroides tópicos.
El propionato de clobetasol y el valerato de betametasona son los que presentan la frecuen-
cia más baja de reacciones positivas (11). El furoato de mometasona también tiene una tasa
de alergia de contacto baja.
C. Los protectores solares pueden provocar una dermatitis irritante, alérgica de contacto o
fotoalérgica de contacto. En la reacción pueden estar implicados el ácido paraaminoben-
zoico (PABA) y sus derivados, las benzofenonas y los cinamatos.
D. La dermatitis de los párpados, significativamente más frecuente en las mujeres, está provo-
cada por una dermatitis alérgica de contacto en el 46% de los pacientes, el 15% tiene una
reacción irritante y el 23% una DA. Las resinas epoxis y de tosilamida/formaldehído son
un tipo de alergenos que se encuentran con frecuencia en los productos para el cuidado de
las uñas.
E. Prácticamente en todos los productos cosméticos y tópicos que entran en contacto con la
piel se encuentran conservantes. El papel de los conservantes es impedir el crecimiento de
bacterias en los productos a base de agua. En Gran Bretaña, un estudio reciente encontró
que el 23% de las mujeres y el 14% de los hombres habían tenido alguna reacción adver-
sa a productos de cuidado personal en el transcurso del último año. El 10% de estos casos
eran DAC. A menudo los alergenos culpables que contienen estos productos son conser-
vantes.
Para las siguientes sustancias se han descrito tasas elevadas de alergias de contacto:
1. Formaldehído
2. Liberadores de formaldehído
a. Quaternium 15 (sensibilizante n.º 1)
b. Imidiazolidinil urea (sensibilizante n.º 2)
c. Metilcloroisotiazolinona/metilisotiazolinona
d. Bronopol (2-bromo-2-nitropropano-1,3-diol)
3. No liberadores de formaldehído
a. Parabenos
b. Tiomersal (usado en vacunas)
c. Metildibromoglutaronitrilo (MDGN)/fenoxietanol (PE)
F. La dermatopatía profesional adquirida está causada casi siempre por una dermatitis irrita-
tiva de contacto; el pronóstico de la dermatitis acostumbra a ser malo, incluso cambiando
de empleo. A menudo se requiere la opinión de los médicos para decidir si es razonable que
el trabajador reclame una compensación.
1. Los peluqueros corren un riesgo elevado de dermatitis de las manos por su exposición
a la parafenilendiamina (PPD) que se usa en los tintes para el pelo y al monotiogluco-
lato de glicerol (GMTG), que se usa en las permanentes. Muchas de estas personas tam-
bién acaban sensibilizadas al níquel. El 20% de quienes se sometan a una prueba ten-
drán una dermatitis irritante con un resultado negativo a las pruebas epicutáneas (12).
2. Los dentistas corren un riesgo de dermatitis de contacto al látex natural, aceleradores
de la goma, acrilatos (adhesivo dental), anestésicos, epoxis y epoxiacrilatos, y al gluta-
raldehído (esterilizante frío). Los acrilatos, epoxis y el glutaraldehído atraviesan rápida-
mente los guantes de látex natural, que no protegen de la exposición, de la sensibiliza-
ción ni de la dermatitis crónica.
3. Los floristas desarrollan reacciones a las plantas que contienen lactonas sesquiterpéni-
cas, como el crisantemo, la flor más habitual de la familia de las compuestas. Otras flo-
res compuestas son el clavel de moro, la margarita y los girasoles, así como muchas
plantas y semillas silvestres. Los tulipanes y algunos lirios contienen tulipósido A, que
puede provocar una dermatitis característica, a menudo en las caras medial del pulgar
y lateral del índice. También pueden provocar una dermatitis irritativa el narciso, el
jacinto y la diefenbachia.
4. Los técnicos de manicura y los usuarios de uñas artificiales también pueden sufrir reac-
ciones alérgicas. El contacto con pegamentos, como epoxis y acrilatos, o con la resina
formaldehídica de tosilamida de la laca de uñas, puede provocar dermatitis, sobre todo
en los párpados.
G. La dermatitis fototóxica y fotoalérgica de contacto requiere que haya luz ultravioleta para
provocar una reacción. Las reacciones fototóxicas se pueden deber a los psoralenos de
diversas plantas, perfumes y productos que contengan brea. Las plantas que habitualmen-
te tienen el potencial de causar una dermatitis fototóxica son las zanahorias, el apio, el
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perejil, la chirivía silvestre, los limones, las limas y los higos. Las reacciones fotoalérgicas
requieren una sensibilización sistémica previa a un alergeno (p. ej., el PABA de los protec-
tores solares). Las manifestaciones cutáneas de la dermatitis fototóxica de contacto gene-
ralmente son eritematosas y vesiculares, a veces con hiperpigmentación. Aparecen en el
plazo de minutos a días. La dermatitis fotoalérgica de contacto tiende a presentar una natu-
raleza eccematosa y se suele desarrollar en 24 a 72 h tras la exposición. Es necesario hacer
una prueba epicutánea para establecer un diagnóstico exacto de la erupción fotoalérgica,
pero no con productos fototóxicos.
H. La dermatitis sistémica de contacto puede estar producida por la comida o por fármacos;
se necesita un elevado índice de sospecha para establecer este diagnóstico tan difícil en un
paciente con una erupción cutánea eccematosa. Habitualmente las lesiones cutáneas son
simétricas y suelen afectar a la cara y a la región anogenital. Los alergenos más habituales
son sales de metales —como el níquel—, fármacos, fitoalergenos y bálsamo del Perú. Una
revisión de las causas comestibles de dermatitis sistémica descubrió una miríada de poten-
ciales alergenos.
I. Antes se creía que los pacientes pediátricos tenían un nivel bajo de sensibilización de con-
tacto. En estudios individuales se ha visto que del 20% al 37% de los pacientes tienen aler-
genos de contactos significativos. Se desconoce su prevalencia real. Se pueden hacer prue-
bas epicutáneas en niños de menos de 2 años aplicando alergenos estándar de adultos. El
níquel es el sensibilizante más habitual, seguido por el tiomersal, compuestos de goma, aro-
mas y conservantes. Una dermatitis de cara y manos puede ser clave para el diagnóstico de
una dermatitis de contacto en este grupo de edad.
J. Se produce una dermatitis de contacto transmitida por el aire (DCTA) cuando un alergeno
en aerosol entra en contacto con un individuo sensibilizado. Frecuentemente la afección
seguirá una distribución característica por la cara, la «V» del cuello, manos y brazos, y der-
matitis de manos. En Estados Unidos el polen de las plantas compuestas es una causa fre-
cuente de DCTA. En la India la causa más habitual es Parthenium hysterophorus. Las
manifestaciones cutáneas de la DCTA son lesiones pruriginosas, eritematosas, papulares,
papulovesiculares o confluyentes en las zonas de piel expuestas. En casos poco frecuentes
la dermatitis por Parthenium se ha presentado como una dermatitis reticuloide actínica o
una dermatitis de fotocontacto.
II. DATOS SUBJETIVOS. Los productos irritantes harán que la piel pierda elasticidad y dé sen-
sación de rigidez; malestar debido a la sequedad; prurito secundario a la inflamación y dolor
debido a las fisuras, vesículas y úlceras. Igual que en las otras formas de dermatitis aguda y cró-
nica, el síntoma principal de la DAC es el prurito.
III. DATOS OBJETIVOS (v. fig. en color 22)
A. Los irritantes leves producen eritema, microvesículas y exudación que pueden hacer impo-
sible distinguir la dermatitis de contacto de la DAC. La exposición crónica a irritantes leves
o a alergenos da lugar a una piel seca, engrosada y fisurada.
B. Los irritantes fuertes causan vesículas, erosión y úlceras.
C. La forma leve de la DAC tiene un aspecto similar a una erupción irritativa. Una reacción
alérgica de contacto típica está formada por un conjunto de vesículas tensas agrupadas o
lineales, acompañadas de ampollas. Si la afección es grave, puede haber un edema marca-
do, sobre todo en la cara y en las zonas periorbitaria y genital. Es frecuente que el alerge-
no sea transferido de las manos a otras zonas del cuerpo, en las que también surgirá un eri-
tema. Sin embargo, las palmas de las manos, las plantas de los pies y el cuero cabelludo son
relativamente resistentes a las reacciones de contacto porque tienen un estrato córneo más
grueso y una función de barrera más intensa. La aparición gradual de la erupción alérgica
de contacto durante un período de varios días refleja la cantidad de antígeno depositado
sobre la piel y la reactividad de la zona en concreto. El líquido que contiene las vesículas,
como en el caso de la hiedra venenosa, es un trasudado y no extenderá la erupción a otra
zona del cuerpo o a otras personas.
Lo que distingue clínicamente la dermatitis de contacto de otros tipos de eccema no es
la morfología específica de las lesiones, sino su distribución y su configuración. La erup-
ción aparece en zonas expuestas o de contacto; habitualmente tiene una distribución irre-
gular o artificial, con márgenes marcados y rectos, ángulos agudos y líneas rectas. Cual-
quier erupción con un aspecto inusual de este tipo debe sugerir una dermatitis de contac-
to. La dermatitis de contacto subaguda se puede manifestar sólo con costras; la dermatitis
crónica de contacto se parece a una reacción crónica eccematosa con liquenificación.
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IV. EVALUACIÓN. Es muy importante establecer el diagnóstico exacto porque el éxito del trata-
miento dependerá de evitar el contacto con el irritante y de eliminar el contacto con los alerge-
nos. Se debe preguntar al paciente sobre todos los detalles de su entorno: hogar, trabajo, afi-
ciones, tratamientos, ropa, cosméticos y cualquier otro producto con el que contacte. El cues-
tionario tiene que ser detallado, imaginativo y a menudo repetitivo para obtener todos los deta-
lles necesarios. No es infrecuente la sensibilización a componentes de algún medicamento tópi-
co, algo que se debe tener en cuenta cuando la erupción tarda en desaparecer mientras se está
administrando lo que debería ser un tratamiento adecuado. Es bueno que el paciente traiga
TODOS los productos de cuidado personal que entran en contacto con su piel o las hojas de
seguridad de datos en los casos potencialmente relacionados con la profesión.
Las pruebas epicutáneas con alergenos de contacto son esenciales para identificar específi-
camente los agentes causales. De hecho, estas pruebas intentan reproducir la enfermedad en un
cuadro diminuto. No existen métodos químicamente útiles para evaluar a los pacientes que se
cree que tienen una dermatitis irritante, aunque la aplicación de la sustancia sospechada en la
fosa antecubital 2 veces al día durante 10 días es útil si aparece una irritación.
V. TRATAMIENTO
A. Medidas preventivas: para irritantes primarios o dermatitis de las manos.
1. Reducir la exposición a irritantes domésticos y profesionales, como son el contacto fre-
cuente con el agua, jabones, detergentes, disolventes, lejía, amoníaco y plantas que con-
tienen líquido, como la cebolla y el ajo.
2. Evitar los jabones abrasivos. Hay que quitarse todos los anillos que ocluyan la piel sub-
yacente antes de hacer cualquier trabajo. Los limpiadores de manos sin agua pueden eli-
minar restos de tierra y grasa adheridos sin provocar un daño significativo a la piel (el uso
de disolventes para limpiar la piel es uno de los factores predisponentes más frecuente).
3. Lubricar la piel con frecuencia. Es preferible una pomada como la vaselina, pero si esto no es
práctico, se puede utilizar una crema o loción. Son preferibles los productos sin perfume.
4. Si es posible, utilice guantes de vinilo de gran resistencia o de plástico. Los guantes de
vinilo, de algodón y desechables de vinilo son muy útiles para pacientes con dermatitis
de manos. También se fabrican guantes forrados con un tejido de algodón que tampoco
contiene goma y son adecuados para «trabajos pesados». Los guantes de goma forra-
dos son aceptables, pero hay pacientes con alergia a la goma. Los guantes constituyen
una protección excelente contra los irritantes leves, pero algunos antígenos como el
níquel atraviesan los guantes de goma, así como los irritantes en concentraciones eleva-
das, como es el hidróxido potásico al 10%, que también los atraviesan. Se deben esco-
ger los guantes con cuidado y cambiarlos con frecuencia. Los guantes de plástico de
tacto fino son muy útiles porque permiten usar más libremente las manos para traba-
jar. Es importante usar un forro fino de algodón blanco directamente sobre la piel para
que absorba el sudor y evite la maceración.
5. Algunas cremas protectoras con efecto barrera están diseñadas para ser usadas contra
productos acuosos, disolventes, o polvo y suciedad en general, y también tienen una
cierta utilidad. Deben aplicarse por la mañana, durante las pausas del trabajo y a la
hora de comer. Estas cremas protectoras de barrera se fabrican para uso industrial y se
comercializan a través de proveedores industriales; no se encuentran en farmacias.
B. Medidas preventivas contra la DAC.
1. Evitar el alergeno es de importancia capital. Ser consciente de cuáles son los productos
que lo contienen y utilizar la barrera de protección adecuada puede ayudar a prevenir
la dermatitis. Los guantes no protegen al usuario de todos los alergenos, de modo que
deben aplicarse con frecuencia cremas protectoras con efecto de barrera y lavar las
manos a conciencia en cuanto acabe la exposición al antígeno.
2. Si existe la posibilidad de una exposición a la hiedra o al roble venenoso, la aplicación
previa de bentoquatam se ha mostrado muy útil para prevenir la dermatitis alérgica.
3. Los intentos de hiposensibilización a antígenos de contacto, como el roble venenoso y
la hiedra venenosa, suelen aportar poco o ningún beneficio. Con los preparados actual-
mente disponibles puede que haya efectos adversos desagradables y peligrosos.
C. Tratamiento de la dermatitis activa.
1. Aguda, leve a moderada, exudativa y vesicular.
a. Acetato de aluminio (solución de Burrow) (diluida 1:20), en compresas frías duran-
te 20 a 30 min, de 4 a 6 veces al día.
b. Lociones suavizantes, por ejemplo, calamina.
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La DAC tiende a afectar a los lados de los dedos y al dorso de las manos más que las pal-
mas y presenta una configuración más irregular.
1. En personas con eccema crónico resistente de las manos siempre se deben hacer las prue-
bas epicutáneas. Muchos de estos pacientes presentarán una reacción positiva al níquel. La
reacción alérgica a los aceleradores químicos utilizados en la fabricación del látex natural
es otro tipo de reacción habitual debida a la sensibilización por el uso periódico de guan-
tes de goma para protegerse las manos.
2. En los pacientes con un eccema resistente del pie se debe hacer la prueba epicutánea para
probar alergias a los zapatos. Los alergenos más habituales son goma, cromatos, resinas de
butilfenolformaldehídos y colofonia.
En el diagnóstico diferencial se deben tener siempre en cuenta una infección fúngica primaria o
reacciones a tinea pedis, por lo que habrá que hacer un raspado y un cultivo de hongos. El «sín-
drome de dos pies y una mano» consiste en un pie de atleta bilateral con dermatitis sólo en una
mano. Se desconoce la etiología, pero no está relacionada con la dominancia de la mano. La erup-
ción de la mano se cura con el tratamiento del pie de atleta (tinea pedis).
El eccema dishidrótico implica preferentemente los lados de los dedos y las palmas, y tam-
bién puede afectar a las plantas de los pies. Si hay hiperhidrosis sólo es una coincidencia, pero
es un factor agravante. El 50% de los pacientes puede tener antecedentes de atopia y el 20%
dar positivo a la prueba epicutánea con níquel.
Una psoriasis pustular y la afección de otras erupciones cutáneas en la mano, como reaccio-
nes a fármacos, también pueden parecer una dermatitis de la mano. El aspecto de la pustulo-
sis palmoplantar es el de pústulas estériles mezcladas con máculas amarillas o marrones.
A menudo es imposible encontrar una etiología específica para las dermatitis crónicas de la
mano.
II. DATOS SUBJETIVOS. El prurito es el síntoma principal, pero la sequedad, la aparición de
grietas, la pérdida de elasticidad y las infecciones secundarias a menudo provocan la incapaci-
dad total para usar las manos. La dermatitis de las manos es un factor de predicción de una
mala calidad de vida y causa de bastantes problemas sociales, personales y económicos.
III. DATOS OBJETIVOS
A. Eritema, sequedad y grietas son las alteraciones más leves.
B. Las lesiones más características son innumerables «burbujas» pequeñas (vesículas poliquís-
ticas intraepidérmicas) salteadas por los lados de los dedos o, con menor frecuencia, por
las palmas de las manos.
C. Otras alteraciones más graves son formación de ampollas y endurecimiento y rigidez extre-
mos de la piel, con grietas profundas.
D. Es frecuente que haya hiperhidrosis e infección bacteriana secundaria.
IV. EVALUACIÓN. Una anamnesis y un examen físico detallados deben incluir un cuestionario
sobre antecedentes personales o familiares de atopia o de psoriasis, u otras enfermedades cutá-
neas, factores que pueden precipitar y aliviar la dermatitis, así como posibles productos de con-
tacto profesionales o domésticos. Las pruebas epicutáneas con una batería de alergenos estan-
darizada, además de otros productos profesionales o aportados por el paciente y debidamente
diluidos, pueden llegar a identificar el agente causal.
V. TRATAMIENTO. Véase dermatitis de contacto.
A. En los pacientes sensibles al níquel con edema vesicular en la mano, una dieta de elimina-
ción de níquel puede dar buenos resultados (13).
B. La fotoquimioterapia tópica con psoraleno (PUVA) y la radioterapia superficial (rayos
Grenz) dan buenos resultados contra el eccema crónico de la mano que no responde a otros
tratamientos.
DERMATITIS NUMULAR
II. DATOS SUBJETIVOS. El síntoma principal es el prurito, aunque los pacientes también pue-
den quejarse de una sensación de quemazón.
III. DATOS OBJETIVOS. Placas redondas secas o con una inflamación papular o vesicular exu-
dativa o costrosa, de 1 a 5 cm de diámetro, localizadas casi siempre en el dorso de las manos
y en antebrazos, piernas y nalgas. Con el tiempo puede aparecer una zona más clara central en
las placas.
IV. EVALUACIÓN. En la visita médica la entrevista se debe centrar en el intento por descubrir
antecedentes de factores ambientales predisponentes (p. ej., sequedad), hábitos profesionales o
domésticos, otras enfermedades cutáneas y cualquier situación de tensión emocional, ya sea
crónica o reciente.
V. TRATAMIENTO
A. Reducir la exposición a los irritantes. Si hay un problema de sequedad, consultar los fac-
tores de la lista del capítulo 11, Piel seca. Hay que reducir la frecuencia del baño y añadir
aceites de baño y emolientes.
B. Para la dermatitis aguda, aplicar compresas con solución de Burrow durante 20 min 3 ve-
ces al día.
C. Aplicar corticoesteroides tópicos 1 a 3 veces al día. Suelen ser preferibles las pomadas y la
aplicación durante toda la noche bajo oclusión, junto con emolientes durante el día.
D. La inyección intralesional de corticoesteroides elimina rápidamente las lesiones.
E. En ocasiones son útiles los productos a base de brea (brea de carbón al 10 % en pomada
hidrófila y pomada de brea) y yodoclorohidroxiquina. La aplicación de corticoesteroides
tópicos durante el día y preparados a base de brea y yodoclorohidroxiquina durante la
noche puede ser eficaz cuando cualquiera de ellas por separado no llegue a serlo.
F. La fototerapia puede ser eficaz contra la dermatitis numular, igual que lo es contra otras
dermatosis inflamatorias crónicas.
G. Los antihistamínicos, sobre todo la hidroxizina reducen el prurito y la ansiedad. También
son útiles los antihistamínicos tópicos (doxepina).
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V. TRATAMIENTO
A. Preventivo. La piel de la zona del pañal debe mantenerse tan seca y libre de sustancias
irritantes como sea posible. Para prevenir la dermatitis del pañal es útil cambiarlo con fre-
cuencia y usar pañales con material absorbente a base de gel. Cada vez que se cambie el
pañal se puede aplicar un emoliente o crema (p. ej., vaselina, óxido de zinc) como barrera
frente a los irritantes.
B. Tratamiento
1. Dermatitis irritativa del pañal. La aplicación de un emoliente o crema con cada
cambio de pañal puede bastar para tratar los casos leves. Esto protege la piel del con-
tacto directo con los irritantes. En los casos moderados a intensos, cabe aplicar un cor-
ticoesteroide suave no fluorado (hidrocortisona al 1 %) 3 veces al día, seguido de un
emoliente. También se debe utilizar un emoliente en los demás cambios de pañal duran-
te todo el día. Se interrumpirá la administración del corticoesteroide en cuanto se haya
resuelto la inflamación. En esta zona no se deben aplicar corticoesteroides de potencia
moderada.
2. Dermatitis del pañal por Candida. Las infecciones por Candida se tratan con anti-
fúngicos tópicos como nistatina, clotrimazol y ketoconazol 3 veces al día. Se puede aña-
dir además un corticoesteroide suave (hidrocortisona al 1 %) como antiinflamatorio
para reducir los síntomas y favorecer la curación. Tras él se aplicará un emoliente, así
como en todos los cambios de pañal, como una barrera adicional a la irritación.
3. Dermatitis seborreica. En esta zona la dermatitis seborreica se puede tratar con un
corticoesteroide suave, como hidrocortisona al 1 % 3 veces al día, junto con medidas
protectoras de la piel.
4. Pustulosis estafilocócica. En un recién nacido por lo demás sano (afebril, sin indi-
cios de celulitis) se puede administrar un antibiótico oral resistente a la β-lactamasa,
como una cefalexina, cloxacilina o dicloxacilina, durante 10 días. En las infecciones
estafilocócicas más complicadas es necesario ingresar al paciente en un hospital para
hacer un diagnóstico infeccioso completo y administrar antibióticos por vía intraveno-
sa. Es importante hacer cultivos para escoger el tratamiento, sobre todo en casos sospe-
chosos de S. aureus resistentes a la meticilina.
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I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA. Las reacciones cutáneas a los fármacos pueden tener una
base inmunitaria o no inmunitaria. Habitualmente, cuando uno se encuentra con una «erup-
ción por un fármaco» suele ser alérgica, pero de hecho las reacciones farmacológicas no inmu-
nitarias son más frecuentes. Las reacciones seudoalérgicas se producen por liberación directa
de mastocitos, activación del complemento o alteración del metabolismo del ácido araquidóni-
co, lo que provoca una reacción que clínicamente se parece a una alergia verdadera. Entre los
fármacos y productos que pueden provocar reacciones seudoalérgicas se encuentran los opiá-
ceos, el ácido acetilsalicílico, la vancomicina y los medios de contraste radiológico.
Las erupciones cutáneas más frecuentes son reacciones de hipersensibilidad, con una base
inmunitaria. Estas reacciones se pueden agrupar según la clasificación de Gell-Coombs:
A. Reacciones de tipo I, dependientes de la inmunoglobulina E (IgE) (urticaria, angioedema,
anafilaxis). Las reacciones de tipo I pueden ser inmediatas o tardar más de 72 h en apare-
cer.
B. Reacciones citotóxicas de tipo II (pénfigo inducido por el fármaco, petequias secundarias
a una trombocitopenia inducida por un fármaco).
C. Tipo III o formación de un complejo inmune (vasculitis, reacción similar a la enfermedad
del suero).
D. Tipo IV o hipersensibilidad de tipo retardado, mecanismo mediado por células (exantema,
erupción por fármacos, erupción liquenoide, pustulosis exantematosa aguda generalizada
[PEAG], eritema polimorfo, síndrome de Stevens-Johnson [SSJ], necrólisis tóxica epidérmi-
ca [NTE], síndrome de hipersensibilidad inducida por un fármaco [SHF] y seudolinfoma).
Se producen reacciones adversas a los fármacos en el 6,7% de los pacientes hospitalizados; en
más del 2% son reacciones cutáneas (1). La incidencia de reacciones cutáneas a los antibióticos en
los pacientes en tratamiento ambulatorio es aproximadamente del 1%, apareciendo la máxima fre-
cuencia con trimetoprima-sulfametoxazol, seguido por las penicilinas y después por las fluoroqui-
nolonas. Las penicilinas son las que provocan la mayoría de las reacciones farmacológicas entre
los pacientes hospitalizados. Las reacciones a los fármacos pueden aparecer en situaciones médi-
cas complejas en las que están implicados múltiples fármacos, por lo que habrá que hacer una revi-
sión detallada de todos ellos e ir descartando los culpables más probables.
II. PRESENTACIÓN CLÍNICA. Además de los síntomas cutáneos, las reacciones a los fármacos
se pueden manifestar con fiebre o reacciones anómalas de uno o más sistemas orgánicos (p. ej.,
hemólisis, trombocitopenia y lesiones renales).
A. Urticaria. Es la segunda erupción cutánea en frecuencia. Aparece un número variable de
ronchas pruriginosas ampliamente distribuidas por todo el cuerpo. Las lesiones individua-
les duran menos de 24 h. Puede provocar un angioedema en los párpados y labios, e infla-
mación de las mucosas. Las erupciones urticariformes pueden ser debidas a reacciones seu-
doalérgicas de los tipos I o III. Los inhibidores de la enzima conversora de la angiotensina
(ECA) son causa frecuente de angioedema, a menudo sin urticaria; la reacción aparece al
cabo de 1 h o de varios meses de la administración.
B. Reacción similar a la enfermedad del suero. Las erupciones similares a la enfermedad del
suero consisten en fiebre, una erupción que suele tener características urticariformes y
artralgias que aparecen en el plazo de 1 a 3 semanas de empezar a tomar el fármaco. Tam-
bién pueden aparecer linfadenopatía y eosinofilia. Dos de los fármacos que provocan esta
reacción con mayor frecuencia son el cefaclor y la minociclina. Puede ser necesario un tra-
tamiento breve con corticoesteroides orales si los síntomas son intensos.
C. Las erupciones exantemáticas acostumbran a aparecer al cabo de una semana de empezar
a tomar el agente causal; tras una primera exposición se puede producir una sensibilización
frente a un antígeno con el que el paciente ha estado en contacto durante años de forma
intermitente. Otros adjetivos utilizados para describir esta erupción son morbiliforme o
maculopapular. También puede empezar una erupción en el plazo de 4 a 7 días después de
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haber detenido la administración del fármaco causal (algunos antibióticos, sobre todo las
penicilinas semisintéticas y el alopurinol, producen una erupción 2 semanas o más después
de empezar el tratamiento). Casi siempre las lesiones empiezan en la cabeza y las extremi-
dades superiores, si bien también es donde empezarán a desaparecer después. A continua-
ción siguen las lesiones del tronco y de las extremidades inferiores. Siempre que empieza la
erupción, ya sea mientras el paciente está tomando el fármaco o después de abandonarlo, las
lesiones cutáneas se intensifican y extienden durante los días siguientes, hasta 1 semana, para
desaparecer en los próximos 7 a 14 días. Esta evolución lenta y constante de la erupción hace
difícil identificar un único agente causal entre los numerosos fármacos y juzgar si se ha deja-
do de administrar el culpable; la erupción seguirá su curso de 2 a 3 semanas.
Numerosos fármacos se asocian a una erupción exantemática, como las penicilinas, sul-
famidas, barbitúricos y anticonvulsivos. Las erupciones morbiliformes producidas por la
amoxicilina están mediadas por reacciones inmunes de los linfocitos T, lo que puede expli-
car la mayor incidencia de esta erupción cuando el paciente está infectado por el virus de
Epstein-Barr (mononucleosis aguda) (2).
D. El SHF consiste en exantema, hepatitis y fiebre. El 80% de los pacientes tienen una erupción
de tipo exantemático, mientras que el resto desarrollará un SSJ más grave. El SHF puede
implicar riesgo vital y requiere la interrupción inmediata del fármaco y la administración de
corticoesteroides sistémicos. Habitualmente el SHF se produce durante las primeras 1 a 6 se-
manas desde la primera exposición al fármaco, con una tasa de reacciones del 1:3.000. Se cree
que el agente causal es un metabolito incapaz de ser desintoxicado por las hidrolasas epóxi-
das. Se ha descrito que esta reacción tiene predisposición familiar. Existen reacciones cruza-
das entre los tres anticonvulsivos aromáticos (fenitoína, carbamazepina y fenobarbital) en el
75% de los pacientes. La lamotrigina no reacciona de forma cruzada con este grupo de fár-
macos, aunque también se asocia a casos de SHF. La minociclina, el alopurinol, las sulfami-
das y la dapsona se han asociado a un síndrome similar. La eritromicina provoca resultados
elevados en las pruebas de la función hepática, eosinofilia y fiebre.
Si se sospecha un SHF, el médico debe solicitar pruebas de la función hepática, análisis
de orina, creatinina en suero y hemograma completo. En algunos de estos pacientes apare-
ce hipotiroidismo, habitualmente en el plazo de 2 meses desde el incidente. En el momen-
to del diagnóstico se debe hacer un análisis de la concentración inicial de hormona tiroes-
timulante (TSH) y volver a analizarla al cabo de 2 a 3 meses.
E. La PEAG se caracteriza por la aparición súbita de fiebre, leucocitosis y una erupción gene-
ralizada de pústulas monomorfas estériles sobre un fondo de edema y eritema. Los fárma-
cos que la causan con mayor frecuencia son los antibióticos β-lactámicos y los macrólidos.
Habitualmente basta con interrumpir la administración del fármaco y 2 semanas después se
produce una descamación generalizada.
F. El lupus provocado por los fármacos se acompaña de artralgias, artritis, fiebre, pérdida de
peso, pleuritis y pericarditis. Es raro que haya síntomas cutáneos. Habitualmente, el análi-
sis de anticuerpos antinucleares (ANA) es positivo en el subgrupo de pacientes con anti-
cuerpos antihistona, pero no en el subgrupo con anticuerpos contra el ácido desoxirribo-
nucleico (ADN). Los fármacos que suelen estar involucrados en esta reacción son la pro-
cainamida, la hidralazina, la isoniazida, la penicilamina, la metildopa y la minociclina.
El lupus cutáneo provocado por los fármacos es distinto, se presenta como un eritema
difuso fotodistribuido, con lesiones de tipo eritematoso propias del lupus cutáneo subagu-
do, sin afectación sistémica. Puede haber anticuerpos ANA, anti-Ro/SSA y anti-La/SSB. La
hidroclorotiazida, los antagonistas de los canales del calcio, los inhibidores de la ECA, las
estatinas y la terbinafina se han relacionado con el lupus cutáneo provocado por fár-
macos.
G. Eritema polimorfo, SSJ/NTE. El eritema polimorfo y el SSJ/NTE casi siempre están pro-
ducidos por fármacos y se exponen en el capítulo 12. Otras formas menos frecuentes de
reacción farmacológica que no se expondrán en detalle son el exantema fijo medicamento-
so, el eritema nodoso (v. cap. 13), la vasculitis leucocitoclástica, los exantemas medicamen-
tosos vesiculares y pustulosos, las erupciones similares al liquen plano, las reacciones pig-
mentarias anormales, la hidradenitis ecrina neutrófila secundaria a quimioterapia, el seu-
dolinfoma y la dermatitis exfoliativa. Los fármacos pueden agravar algunas dermatosis
subyacentes (p. ej., los β-bloqueantes pueden agravar la psoriasis y el litio puede exacerbar
el acné). La NTE, con el desprendimiento de grandes láminas de la epidermis, puede ser de
riesgo vital, igual que la vasculitis inducida por fármacos.
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III. EVALUACIÓN
A. Presentación clínica. El síntoma predominante de las erupciones urticariformes y exante-
matosas por fármacos es el prurito moderado a intenso. Preguntar sobre los síntomas, fie-
bre, escalofríos, malestar, artralgias, mialgias y disnea. Valorar otros signos extracutáneos
como fiebre, taquicardia, hipotensión, linfadenopatía, sinovitis y taquipnea. Se debe hacer
un examen completo de la piel. La lesión primaria ¿es exantematosa, urticariforme, vesi-
cular o pustular? ¿Afecta a las palmas de las manos, las plantas de los pies y las mucosas?
Es frecuente que haya una púrpura petequial no palpable ligera o manifiesta de las extre-
midades inferiores habitualmente acompañada de una erupción intensa, pero eso no impli-
ca que haya vasculitis ni trombocitopenia. Las reacciones más serias y violentas pueden ser
vesículas, erosiones, púrpura extensa o exfoliación. Las lesiones de púrpura palpables que
no se aclaran con presión (diascopia) sugieren una vasculitis. Muchos tipos de fármacos
pueden generar erupciones similares; la morfología del eritema habitualmente da pocas pis-
tas sobre el agente causal.
B. Otros diagnósticos diferenciales. Considerar diagnósticos diferenciales con infecciones,
enfermedades del colágeno vasculares, cuadros cutáneos primarios y neoplasias.
C. Anamnesis farmacológica detallada. Las preguntas sobre los fármacos deben ser detalladas
y directas. En general, hay que considerar cualquier fármaco que se haya empezado a
tomar durante las 8 semanas anteriores. El lupus provocado por fármacos (p. ej., la mino-
ciclina) tal vez no se manifieste hasta transcurrido 1 año de tratamiento. Cualquier sustan-
cia que entre por cualquier orificio corporal, con excepción del agua y la mayoría de los
alimentos, es sospechosa. Hacer preguntas concretas sobre los ojos, gotas oftálmicas, sprays
nasales, supositorios, inyecciones, vacunas, calmantes, vitaminas, laxantes, sedantes y anal-
gésicos, incluido el ácido acetilsalicílico. También deben tenerse en cuenta otros productos
que no sean fármacos, como conservantes, tónicos, pastas de dientes y lociones tópicas. En la
leche de vaca tratada contra la mastitis y en algunos productos biológicos hay pequeñas can-
tidades de penicilina (como en la vacuna contra la polio). También se debe considerar la posi-
bilidad del cosumo de drogas ilegales. Una revisión de la literatura médica puede aportar
información sobre la frecuencia con la que distintos tipos de exantemas concretos se asocian
a distintos fármacos. Sin embargo, siempre hay que tener en cuenta cualquier fármaco como
posible causa de una reacción. Los pacientes tratados con ampicilina durante el curso de una
mononucleosis infecciosa sufrirán una reacción exantematosa con bastante frecuencia, aun-
que se puede reanudar la administración de ampicilina sin efecto nocivo una vez que hayan
superado la infección vírica. De forma similar, las reacciones a trimetoprima-sufametoxazol
son excepcionalmente frecuentes en los pacientes con SIDA.
Las penicilinas, las sulfamidas y los hemoderivados son las causas más corrientes de
reacciones cutáneas a los fármacos (tabla 10-1). Por ejemplo, cabe esperar que la amoxici-
Amoxicilina 51
Trimetoprima-sufametoxazol 34
Ampicilina 33
Sangre 22
Cefalosfoporinas 21
Penicilina semisintética 21
Eritromicina 20
Penicilina G 19
Cianocobalamina 18
Quinidina 13
Cimetidina 13
Fenilbutazona 12
De Bigby M, Jick S, Jick H, et al. Drug-induced cutaneous reactions: a report from the Boston Colla-
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lina cause una erupción en aproximadamente el 5 % de los tratamientos en los que parti-
cipe. Existen datos cuantitativos específicos de cada fármaco para ayudar a evaluar cuáles
son los que tienen una mayor probabilidad de provocar un exantema, un prurito o una urti-
caria. Esta información proporciona tasas de reacción a todos los fármacos utilizados habitual-
mente y permite calcular qué fármaco podría haber causado una reacción adversa (3).
D. Desarrollo diagnóstico. Las biopsias cutáneas ayudan a distinguir entre un cuadro pro-
vocado por un fármaco y otra enfermedad cutánea, por ejemplo, entre una NTE y un sín-
drome estafilocócico de piel escaldada. El proceso diagnóstico también puede contribuir
al diagnóstico clínico. En un paciente con síntomas o signos sistémicos son necesarios
análisis de sangre para determinar la magnitud de la afectación de los órganos internos. Un
hemograma completo con fórmula diferencial puede mostrar una linfocitosis atípica, leu-
copenia, leucocitosis, eosinofilia, etc. A veces están indicadas pruebas de la función hepá-
tica, creatinina sérica, análisis de orina y TSH, en pacientes en los que se sospecha un
síndrome de hipersensibilidad inducida por fármacos. Los análisis de sangre con resulta-
dos anómalos deben repetirse durante el período de convalecencia y la TSH se volverá a
comprobar transcurridos 3 meses. Se pueden solicitar cultivos de piel, sangre o tejidos,
velocidad de sedimentación globular (VSG), ANA y otras pruebas para ayudar a confir-
mar o descartar cualquier otro cuadro. Si existen lesiones palpables de púrpura, habrá
que hacer un examen médico y de laboratorio completo para descartar una implicación
vasculítica de otro sistema orgánico y otras causas de vasculitis, como una infección o
una enfermedad del colágeno vascular. Conviene hacer una biopsia cutánea para confir-
mar el diagnóstico.
E. Aparte de una prueba de exposición clínica, no hay una prueba fiable y consistente para
confirmar que un fármaco sea la causa de una reacción adversa. Se pueden realizar unas
pruebas de provocación oral en condiciones estrictamente controladas, si la primera reac-
ción es una urticaria o una erupción exantematosa (4), pero no están recomendadas para
pacientes que hayan tenido reacciones intensas. Sin embargo, debido a su laboriosidad y a
los riesgos médicos (y legales) que conllevan, rara vez se hacen pruebas de provocación
oral. Por el contrario, una nueva provocación tópica con el fármaco sospechoso es útil en
enfermos con un eritema fijo medicamentoso. Habitualmente, las pruebas cutáneas con
peniciloilpolilisina (PPL) y una «mezcla de factores determinantes menores» (habitualmen-
te penicilina G en solución acuosa diluida) permiten predecir con precisión las reacciones
a todas las penicilinas. Las pruebas de inyección cutánea con alergenos mayores y menores
son útiles para confirmar una reacción alérgica a la penicilina mediada por la IgE (5). Es
de destacar que sólo un tercio de los pacientes con alergia a la penicilina dan una reacción
positiva a la prueba intradérmica o epicutánea (6). Los tests de radioalergoabsorbencia
(RAST) en suero para detectar una alergia a la penicilina ofrecen datos similares sin el peli-
gro de inyectar el fármaco alergénico.
El uso de las pruebas cutáneas no está estandarizado para los exantemas, por lo que en
estas situaciones no está demostrada su utilidad diagnóstica. Las pruebas epicutáneas son
especialmente útiles en enfermos con una erupción por fármacos sistémica de contacto,
sensibilizados originalmente por una aplicación tópica, y en la pustulosis exantematosa
aguda generalizada en la que el agente causal puede provocar una reacción pustulosa iso-
mórfica. Ocasionalmente, las pruebas epicutáneas son útiles para los eritemas fijos medi-
camentosos. La frecuencia de reacciones positivas a las pruebas epicutáneas en pacientes
con antecedentes de exantema farmacológico a cualquier medicación es aproximadamente
un 10 %-11 %. En pacientes con antecedentes de erupción farmacológica exantematosa a
los antibióticos, el 31%-83% tiene reacciones positivas a los tests epicutáneos (7).
IV. TRATAMIENTO
A. Detener la administración del fármaco causal.
B. Administrar antihistamínicos orales.
C. Aplicar baños suavizantes de agua tibia con preparados de avena (Aveeno) o almidón de
maíz, acompañados o no por compresas frías.
D. Aplicar una loción antipruriginosa (calamina con o sin mentol al 0,25% o fenol al 1%) o
emolientes lubricantes antipruriginosos aplicados a demanda para aliviar el prurito. No se
deben aplicar lociones con fenol a las mujeres embarazadas.
E. Los corticoesteroides tópicos proporcionan un cierto alivio.
F. Si los signos y síntomas son intensos, un tratamiento de 2 semanas con corticoesteroides
sistémicos (prednisona empezando a 60 mg) o un corticoesteroide inyectable depot (v. cap. 8,
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72
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tuación folicular y queratinización (queratosis pilaris) en brazos, muslos y nalgas. Las pal-
mas de las manos y las plantas de los pies pueden presentar una acentuación de las líneas
del dermatoglifo y aspecto arrugado.
IV. EVALUACIÓN. Es importante hacer una anamnesis familiar detallada, así como del entorno
del hogar y profesional, para ayudar al establecimiento de un diagnóstico etiológico razonado
y al diseño de un programa terapéutico que elimine o contrarreste cualquier efecto causal. La
xerosis se ha asociado a muchas enfermedades como el hipotiroidismo, el virus de la inmuno-
deficiencia humana (VIH), el síndrome de Sjögren y diversos trastornos de la conducta alimen-
taria: por ello es necesario investigar cualquier posible trastorno asociado. La ictiosis adquiri-
da puede ser secundaria a fármacos (reductores del colesterol, cimetidina, hidroclorotiazida,
etc.), tumores malignos (con gran frecuencia un linfoma de Hodgkin), infección por VIH, sar-
coidosis, enfermedades autoinmunes, insuficiencia renal crónica, afección tiroidea, hiperpara-
tiroidismo o trastornos metabólicos o nutricionales.
V. TRATAMIENTO. La piel no se seca por carecer de grasa o aceites, sino por carecer de agua.
Todos los esfuerzos terapéuticos se dirigirán a restablecer el agua de la piel y de su entorno
inmediato.
A. Preventivo
1. Sobre todo hay que mantener la temperatura ambiente lo más baja posible que permi-
ta el bienestar.
2. Se recomienda usar humidificadores, ya sean portátiles o instalados en los conductos de
aire de la calefacción o el aire acondicionado. Sin embargo, a menos que la casa esté
relativamente bien aislada, la humedad se escapará rápidamente hacia el exterior o se
adherirá a las paredes, lo que tal vez cause algún problema en la casa o en la pintura.
3. Aunque al bañarse con excesiva frecuencia, la correspondiente humidificación puede
contribuir a la xerosis, actualmente se reconoce que bañarse una o dos veces al día apli-
cando después un emoliente sobre la piel puede mejorar su hidratación y ayudar a pre-
venir y tratar este cuadro. El agua del baño debe estar caliente pero no en exceso y con-
viene añadir aceites de baño. De todos modos, se debe tener precaución con los aceites
porque hacen resbaladiza la bañera y son difíciles de limpiar. Otra posibilidad es aña-
dir una cucharadita de aceite de baño a un cuarto de vaso de agua caliente y usar la
mezcla como una friega después del baño o en lugar de él.
4. Se debe evitar el contacto excesivo con el jabón y el agua, disolventes y otros compo-
nentes secantes. Se recomienda utilizar un jabón suave o un limpiador cutáneo sin
jabón. Hay que advertir a los pacientes que con frecuencia la causa la constituyen los
irritantes muy suaves que se usan en ocasiones y a los que no se presta atención. Evitar
también el traumatismo de la ropa áspera (a menudo lana) o ajustada.
5. Estimular el uso frecuente de emolientes. Los lubricantes comprenden desde lociones
hasta cremas o preparados más densos.
6. Cambiar a un ambiente subtropical, especialmente durante el invierno, resulta benefi-
cioso, aunque tiene sus inconvenientes.
B. Tratamiento de la sequedad preexistente
1. Los principales medios para corregir la sequedad son, en primer lugar, añadir agua a la
piel y después aplicar una sustancia hidrófoba para retenerla. In vitro, el estrato córneo
puede absorber hasta 5 a 6 veces su propio peso y triplicar su volumen cuando se
sumerge en agua. In vivo esta hidratación se consigue sumergiendo la zona afectada o
bañándose durante 5 a 10 min y después aplicando inmediatamente una suspensión de
agua en aceite o un producto hidrófobo graso (lanolina, vaselina). Si sólo se aplican
estos últimos, la eficacia es moderada porque sólo hidratan la piel, evitando las pérdi-
das normales de agua a través de la epidermis, pero no restituyen el agua perdida.
2. Las pomadas de corticoesteroides tópicos son el tratamiento más eficaz y rápido para
la xerosis sintomática acompañada de eccema.
3. Si se han utilizado emolientes sin éxito, será necesario recurrir a productos de «gran
potencia». Estas formulaciones contienen sustancias químicas con la capacidad para
retener el agua en la piel (humectantes) o que afectan a la descamación del estrato cór-
neo. Los ácidos glicólico y láctico, del grupo de los α-hidroxiácidos son humectantes
que reducen la cohesión de los corneocitos, aumentan el contenido en agua del estrato
córneo e incrementan los glucosaminoglucanos de la piel. Son un tratamiento eficaz
contra la piel seca, ictiosis y callosidades. Las cremas o lociones con urea (20% al 40%
de urea) pueden incrementar la descamación y favorecer la hidratación. La urea permi-
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Lecturas recomendadas
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ERITEMA POLIMORFO
Peter C. Schalock
12
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fotofobia. En los labios aparece una costra hemorrágica característica que causa dificulta-
des para comer y posible deshidratación. Puede provocar balanitis y vulvovaginitis, con
dificultades para la micción, así como la formación de cicatrices y estenosis. Los síntomas
que la acompañan son malestar, prurito, fiebre, mialgia y postración. Pueden aparecer
abundantes vesículas acompañadas por eritema o prurito y las típicas lesiones en escarape-
la, predominantemente en el tronco.
C. La mayoría de los casos de EP recurrente van asociados a una infección por virus del her-
pes simple, ya sea del tipo 1 o del 2. De 7 a 10 días después del brote de herpes oral, geni-
tal o en otro punto, aparecen las lesiones cutáneas.
D. Habitualmente las complicaciones se limitan a las formas más intensas, como el SSJ o la
NTE. Pueden ser deshidratación, esofagitis, neumonía, sepsis y muerte. Es especialmente
frecuente que haya una afectación ocular capaz de causar deficiencias visuales permanen-
tes. En el 10 % de los pacientes con un cuadro grave existe descamación conjuntival. Tam-
bién es frecuente que estén afectadas las vías respiratorias.
IV. EVALUACIÓN.
A. Diagnóstico. Detallar cualquier infección previa, administración de fármacos o enferme-
dad hasta 3 semanas antes de la erupción. Hacer todo lo necesario para identificar y elimi-
nar cualquier factor precipitante. Para establecer el diagnóstico completo se debe tener en
cuenta lo siguiente:
1. Cultivos de estreptococos, virus del herpes simple (VHS) y hongos (p. ej., histoplasmo-
sis, coccidioidomicosis). Los cultivos de M. pneumoniae son poco útiles porque necesi-
tan medios especiales y tardan mucho en dar resultados (3 semanas aproximadamente).
2. Estudios serológicos de antígenos relacionados con la hepatitis, histoplasmosis, mono-
nucleosis e infecciones por M. pneumoniae.
3. Radiografía de tórax (para descartar una infección por M. pneumoniae, hongos o tu-
berculosis).
4. Biopsia cutánea para identificar la imagen histopatológica característica. Vale la pena
realizar esta prueba, sobre todo cuando la presentación clínica no sea la típica. Los estu-
dios de inmunofluorescencia directa son útiles principalmente para descartar otras
enfermedades como el penfigoide ampolloso, la enfermedad lineal de la inmunoglobu-
lina A (IgA) o la dermatitis herpetiforme.
5. El paciente ¿ha sido vacunado recientemente, ha tenido un «herpes labial» o ha sido
tratado con radiación a causa de un tumor? La paciente ¿está embarazada o ha toma-
do pastillas anticonceptivas? Las causas del eritema polimorfo son tan numerosas que no
se las puede incluir en una sola lista y puede que la causa directa escape a la detección.
B. Los diagnósticos diferenciales son (i) otras enfermedades con un patrón de reacción vascu-
lar (urticaria, eritema nodoso, vasculitis), (ii) erupciones ampollosas (pénfigo, penfigoide
ampolloso), (iii) NTE, (iv) síndromes cutáneos (síndrome de Behçet, exantema vírico de
manos, pies y boca, estomatitis aftosa, gingivoestomatitis herpética aguda), (v) reacciones
farmacológicas o enfermedad del suero, (vi) enfermedad de Kawasaki, (vii) síndrome de
Sweet y (viii) enfermedad de injerto contra huésped (rechazo inverso).
V. TRATAMIENTO
A. Afectación leve (EP ampolloso)
1. Antihistamínicos orales.
2. Antibióticos (azitromicina) si se sospecha una infección por micoplasmas.
3. En el caso de EP debido a un herpes de frecuente recurrencia, la administración profi-
láctica de antirretrovíricos orales reducirá las recidivas.
4. Compresas húmedas descubiertas, solución de Burow, seguidas por crema de sulfadia-
zina argéntica 2 veces al día para las lesiones vesiculares o erosivas.
5. Higiene oral.
a. Enjuague de peróxido de hidrógeno diluido en agua (1,5 %) de 2 a 5 veces al día para
la limpieza de la boca.
b. Solución de hidrocloruro de diclonina, lidocaína viscosa o una mezcla de atapulgi-
ta en elixir de difenhidramina a demanda, aplicada directamente sobre las lesiones,
para combatir el dolor.
c. Puede utilizarse para ambas cosas a demanda un enjuague a base de benzocaína y
mentol, 3 veces al día.
d. Un enjuague bucal a base de gluconato de clorhexidina, 4 veces al día, tiene propie-
dades antibacterianas.
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ERITEMA NODOSO
13 Peter C. Schalock
80
13:Arndt 8/2/09 20:32 Página 81
II. DATOS SUBJETIVOS. Antes de que aparezcan las lesiones puede haber un período de 1 a
2 semanas de malestar y artralgias, con o sin fiebre. La característica más destacada de estas
lesiones es su extrema sensibilidad, tan intensa que incluso el contacto con la ropa de cama
puede ser intolerable.
III. DATOS OBJETIVOS (v. fig. en color 14). De uno a múltiples nódulos de color rojo bri-
llante, calientes, ovales o redondeados, ligeramente elevados y de varios centímetros de diáme-
tro, con bordes difusos y edema periférico, con distribución unilateral o bilateral aunque no
necesariamente simétrica, en las superficies pretibiales. Otros lugares pueden ser los muslos, los
brazos, la cara y el cuello. La magnitud de las lesiones es más fácil de determinar por palpa-
ción que por inspección. Transcurridas 1 a 2 semanas el color rojo se vuelve azulado y después
amarillo verdoso a medida que van desapareciendo los nódulos. Cuando las lesiones curan, se
puede observar una ligera descamación. Este síndrome nunca cursa con úlceras ni cicatrices.
Acompañando a las lesiones cutáneas puede aparecer fiebre de 38 a 39 ºC y conjuntivitis.
IV. EVALUACIÓN
A. Diagnóstico
1. Anamnesis detallada sobre viajes, enfermedad actual y administración de fármacos.
2. Examen médico detallado.
3. Los estudios de laboratorio consisten en hemograma completo, velocidad de sedimen-
tación globular, análisis de orina, radiografía de tórax, cultivo de garganta y título de
antiestreptolisina O.
B. Diagnóstico diferencial. Otras entidades que se parecen a las lesiones del eritema nodo-
so son el eritema indurado, la vasculitis nodular, la poliarteritis nodosa cutánea, la trom-
boflebitis superficial, la enfermedad de Weber-Christian, el síndrome de Churg-Strauss, la
arteritis de células gigantes, el granuloma fúngico, las reacciones a picaduras o la necrosis
grasa producida por las enzimas lipolíticas liberadas en una enfermedad pancreática aguda
a crónica.
C. Histopatología. La biopsia de un eritema nodoso revelará una paniculitis septal. Aunque
no será posible en todos los casos un diagnóstico histológico específico, muchos de los cua-
dros anteriores tienen patrones clinicopatológicos característicos. Cuando se deba hacer un
examen detallado, es recomendable recurrir a una biopsia profunda por incisión. A menu-
do las biopsias por punción no aportan la información suficiente para hacer un diagnósti-
co, por lo que deben evitarse.
V. TRATAMIENTO
A. Tratar la enfermedad subyacente como esté indicado.
B. El descanso en cama con elevación de las piernas del paciente reducirá gradualmente el
dolor y el edema. Se puede poner un arco de protección en la cama para evitar que las sába-
nas toquen directamente la piel.
C. Analgésicos (ácido acetilsalicílico, 600 mg cada 4 h).
D. Los antiinflamatorios no esteroideos también son útiles.
E. Los pacientes con síntomas intensos pueden ser tratados con yoduro potásico, 360 a 900 mg
diarios (o solución saturada de yoduro potásico, 0,36 a 0,90 ml [6 a 15 gotas] en zumo de
frutas) durante 3 a 4 semanas. En un plazo de 24 a 48 h se debe reducir el dolor y la infla-
mación; se puede alcanzar una resolución completa en el plazo de 2 semanas. Si se detiene
el tratamiento demasiado pronto, es probable que haya recidivas. Se desconoce cuál es el
mecanismo de acción del yoduro potásico, pero la heparina liberada de los mastocitos
puede anular una reacción de hipersensibilidad retardada y este fármaco inhibe la quimio-
taxia de los neutrófilos. Un tratamiento prolongado puede provocar un hipotiroidismo en
el paciente. El yoduro potásico está contraindicado en el embarazo porque puede causar
bocio en el feto.
F. Algunos pacientes responden a un tratamiento con colchicina de 0,6 a 1,2 mg 2 veces al día.
G. En los casos crónicos o recurrentes que no respondan a estos tratamientos a menudo se
plantea un dilema terapéutico. En la mayoría de los casos incluso la investigación más deta-
llada es incapaz de descubrir la causa, a pesar de que algunos pacientes están incapacita-
dos por el dolor para el trabajo. En estos casos una inyección de pequeñas cantidades de
suspensión de corticoesteroide en el centro de cada nódulo provoca la involución de la
lesión en un plazo de 48 a 72 h. También suele ser eficaz un tratamiento de corticoesteroi-
des por vía oral durante 1 a 2 semanas (40 mg/día); nunca se debe olvidar la posibilidad
de que exista una infección tuberculosa primaria y subyacente, y también hay que descar-
tar otras etiologías infecciosas.
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INFECCIONES MICÓTICAS
Sola Choi
14
CANDIDIASIS
I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA. Candida albicans es un microorganismo saprófito habi-
tual de las mucosas, la piel y el tubo digestivo, que puede evolucionar desde microorganismo
comensal a germen patógeno para causar una infección mucocutánea. Los factores que predis-
ponen a la infección son (i) un entorno local de humedad, calor y oclusión, (ii) antibióticos sis-
témicos, corticoesteroides y otras sustancias inmunosupresoras o pastillas anticonceptivas, (iii) em-
barazo, (iv) diabetes, (v) enfermedad de Cushing y (vi) cuadros de debilitamiento. Los niños de
hasta 6 meses de edad y los pacientes con enfermedades linfoproliferativas o síndrome de inmu-
nodeficiencia adquirida (SIDA) tienen una reactividad inmunitaria reducida frente a Candida.
Sin embargo, la mayoría de las mujeres con una candidiasis vulvovaginal recurrente presentan
una inmunidad celular normal. Recientemente se ha descubierto que existen cepas de Candida
distintas de la especie albicans con un importante componente patógeno, en particular en las
infecciones recurrentes (1). Las bacterias residentes en la piel inhiben la proliferación de C. albi-
cans. La inmunidad celular tiene un papel fundamental en la defensa contra la infección. Ade-
más, C. albicans puede activar el complemento mediante una vía alternativa. El sistema inmu-
nitario innato responde al manano, un polisacárido de la pared celular de C. albicans, median-
te receptores tipo toll 2 y 4 (2).
II. DATOS SUBJETIVOS. En la paroniquia crónica la zona que rodea la uña es sensible y es
habitual que haya antecedentes de contacto frecuente de las manos con el agua. A menudo el
intertrigo, las boqueras y la vulvovaginitis producidas por Candida están acompañados por
prurito y ardor. El malestar provocado por la candidiasis orofaríngea interfiere con la ingesta.
III. DATOS OBJETIVOS
A. La paroniquia se asocia con el redondeamiento y la elevación del pliegue ungueal proxi-
mal, la disrupción de la cutícula y eritema e inflamación de la punta del dedo. La propia
uña puede presentar unas crestas transversales o una coloración marrón-verdosa.
B. Las lesiones intertriginosas (inframamarias, axilares, inguinales, interdigitales) son rojizas,
maceradas y a veces presentan fisuras. Las lesiones están bien demarcadas con bordes des-
camados y a menudo rodeadas por pápulas o pústulas eritematosas satélite.
C. Las placas blancas de las aftas se pueden desprender de la mucosa con una espátula, al con-
trario que las lesiones fijas de leucoplaquia pilosa bucal. La mucosa subyacente es de color
rojo intenso. Las lesiones se pueden extender hasta el esófago.
D. Las boqueras consisten en unas manchas fisuradas, eritematosas y húmedas en las comisu-
ras de la boca, donde forman como un parche. Pueden ser debidas a una dentadura mal
ajustada o a respirar por la boca.
E. La vulvovaginitis por Candida frecuentemente va acompañada por secreción vaginal.
Puede haber un eritema y edema vulvares intensos.
IV. EVALUACIÓN
A. El examen microscópico directo de raspados de las lesiones, aclarados con hidróxido potá-
sico (KOH), revelará los hongos con o sin hifas o seudohifas. En las infecciones de las
mucosas casi siempre aparecen hifas, pero en la infección cutánea pueden estar ausentes.
También existe una prueba de aglutinación rápida con látex para el diagnóstico, pero tiene
pocas ventajas sobre el KOH en términos de sensibilidad y especificidad (3).
B. C. albicans es capaz de crecer en el plazo de 48 a 72 h en medios de cultivo de hongos o
bacterias. La identificación específica se basa en la presencia de clamidosporas cuando el
organismo se vuelve a cultivar en agar con harina de maíz.
C. A veces en las infecciones de las zonas intertriginosas hay bacilos gramnegativos que tienen
un papel sinérgico con la infección; un cultivo de estas zonas seguido de la correspondien-
te tinción de Gram puede ser muy útil.
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D. Es importante tratar los cuadros médicos predisponentes y los factores físicos. Por ejem-
plo, los espermicidas incrementan la sensibilidad a la candidiasis vulvovaginal recu-
rrente.
V. TRATAMIENTO. Los fármacos aplicados con mayor frecuencia para el tratamiento de las
infecciones por Candida son los imidazoles y los triazoles de amplio espectro. El ciclopirox, un
derivado de la piridona, y la nistatina, un antibiótico poliénico, también son efectivos. La naf-
tifina y la terbinafina, dos alilaminas y la butenafina, una benzilamina, son fungistáticas fren-
te a Candida. Sin embargo, el tolnaftato (v. cap. 40, Antiinfecciosos, sección II.C.6) y el ácido
undecilénico no son eficaces frente a Candida.
El tratamiento sistémico de las infecciones vaginales se ha extendido mucho. Los imidazo-
les y triazoles también se utilizan para la candidiasis mucocutánea crónica y para la onicomi-
cosis resistente por Candida. El ketoconazol y, en menor grado, el itraconazol presentan
muchas interacciones farmacológicas porque inhiben el citocromo P450 3A4. Su administra-
ción está contraindicada con simvastatina, lovastatina, cisaprida, triazolam, midazolam, quini-
dina, dofetilida y pimozida (4).
A. Paroniquia
1. Para que el tratamiento de la paroniquia crónica tenga éxito suelen ser necesarios sema-
nas o meses, además de que las uñas suelen tardar de 3 a 6 meses en crecer por comple-
to después de la curación.
2. Se debe administrar un derivado del imidazol, como ketoconazol, sertaconazol, clotri-
mazol, ciclopirox o miconazol, aplicado varias veces al día. Otros fármacos eficaces son
naftifina, haloprogina o nistatina. Si además hay dolor o edema, durante los primeros
días se aplica junto con el antifúngico una pomada con corticoesteroides y nistatina o
una crema a base de corticoesteroides. Aplicada durante la noche bajo oclusión, puede
tener mayor eficacia. El tratamiento oral también es útil. Además, la zona se debe pro-
teger, si se hace algún trabajo en contacto con el agua, con guantes impermeables forra-
dos de algodón.
3. Una alternativa sencilla y eficaz puede ser timol al 2 % o al 4 % en cloroformo o alco-
hol absoluto, aplicado 2 a 3 veces al día.
4. También se puede utilizar una loción o crema de anfotericina B o una solución de vio-
leta de genciana al 1 % en alcohol. No se debe administrar simultáneamente la anfote-
ricina B y los derivados imidazólicos porque son antagónicos.
B. Lesiones intertriginosas
1. Es importante educar al paciente sobre el papel de la humedad y la maceración. Se pue-
den recomendar las siguientes técnicas: (i) secar las zonas afectadas después del baño
utilizando un secador de pelo o una fuente de poco calor, por lo menos una vez al día,
(ii) ropa adecuada y reducción de peso, (iii) aire acondicionado en ambientes cálidos y
(iv) aplicación periódica de polvos de talco o medicados (nistatina o miconazol) en las
zonas afectadas.
2. En las lesiones muy inflamadas hay que aplicar compresas abiertas 3 a 4 veces al día
con solución de Burow, lo que aliviará rápidamente los síntomas.
3. Se debe aplicar una pomada tópica antifúngica o polvos con nistatina o miconazol
sobre la piel ya seca.
4. Las tinturas de violeta de genciana al 0,25 %-2 %, y de Castellani (fucsina, fenol y resor-
cinol) son remedios antiguos que siguen siendo eficaces, aunque pueden causar picor y
manchar la ropa, las sábanas y la piel.
C. Aftas
1. Las pastillas para chupar de clotrimazol (10 mg) 5 veces al día durante 2 semanas sue-
len ser eficaces para la candidiasis orofaríngea del adulto y los niños mayores. La dosis
para lactantes todavía no está bien establecida.
2. Otra alternativa es una solución oral de nistatina (400.000 a 600.000 unidades) 4 veces
al día, que se deja unos minutos en la boca antes de tragarla. La dosis para lactantes es
2 ml (200.000 unidades) 4 veces al día.
3. En el pasado el fluconazol oral (50 mg diarios) fue el eje central del tratamiento sisté-
mico (5). Sin embargo, dado su frecuente uso en huéspedes inmunodeprimidos, ya se
han descrito casos de candidiasis resistentes al fluconazol. En esta situación puede ser
eficaz administrar itraconazol, 200 mg diarios por vía oral durante 2 a 4 semanas (4).
También puede ser eficaz el voriconazol, un antifúngico de segunda generación del
grupo de los triazoles (6). La anidulafungina, un componente de una nueva clase de
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DERMATOFITOSIS
Los dermatofitos viven en las capas superficiales de la epidermis, uñas y pelo. La presencia
de factor inhibidor de los hongos en el suero impide que invadan el tejido vivo, pero una serie
de factores pueden predisponer a la infección fúngica, como son una nutrición e higiene defi-
cientes, el clima tropical, una enfermedad debilitante, una atopia y el contacto con personas o
animales infectados o con objetos contaminados. Aunque los hongos patógenos son frecuentes
en nuestro entorno, la incidencia global de la infección es baja, lo que implica que la resisten-
cia del huésped es clave. La infección aguda tiende a ir asociada al desarrollo rápido de una
hipersensibilidad retardada al antígeno intradérmico de Trichophyton. El 80 % de los pacien-
tes adquiere una inmunidad celular tras la primera infección. Los que sufren una infección cró-
nica tienden a presentar una inmunidad celular deficitaria in vitro y una hipersensibilidad al
antígeno de Trichophyton inmediata en lugar de retardada.
II. TIPOS CLÍNICOS DE INFECCIÓN (v. figs. en color 13, 19 y 20)
A. La tiña de la cabeza (tinea capitis) puede ser transmitida por contacto de niño a niño
cuando se declara una epidemia. Los niños con edades comprendidas entre 3 y 7 años
son los afectados con mayor frecuencia. La infección pediátrica no tiene predilección de
sexo, pero en los casos inusuales de infección de los adultos es más frecuente en las
mujeres que en los hombres (13, 14). Se han cultivado microorganismos de objetos
como instrumentos de peluquería, cepillos de pelo, asientos de cines y teatros y sombre-
ros. En algunas zonas urbanas las condiciones de alojamiento masificado y un nivel
socioeconómico bajo contribuyen a que exista una incidencia elevada. En Estados Uni-
dos Trichophyton tonsurans ha superado a Microsporum audouinii como principal
microorganismo causal.
1. Datos subjetivos. La tiña de la cabeza puede ser asintomática. El querión de Celso,
que es una inflamación profunda y húmeda provocada por una respuesta exagerada del
huésped a la infección, suele ser doloroso.
2. Datos objetivos. Son característicos la pérdida de pelo en mechones y los pelos que-
bradizos, inflamación y descamación. En el querión se observa una foliculitis pustular
dentro de una zona de supuración e inflamación, que puede curar dejando cicatrices.
B. La tiña de la barba aparece en hombres adultos, con mucha menor frecuencia hoy en día
que en el pasado. Es típico que se contagie de los animales.
1. Datos subjetivos. Puede cursar con prurito o con dolor.
2. Datos objetivos
a. La infección superficial es descamativa, de ligera a moderadamente eritematosa y
puede tener un borde anular (v. C.2).
b. La infección más profunda es la que provoca un querión. La pérdida de pelo de la
cara es habitual y acostumbra a afectar al ángulo de la mandíbula.
C. La tiña del cuerpo (tinea corporis) o infección de piel glabra afecta a todas las edades, aun-
que los niños son los más sensibles. Es más frecuente en climas calientes y húmedos, y en
zonas rurales.
1. Datos subjetivos. La tiña corporal puede ser asintomática o levemente pruriginosa.
2. Datos objetivos. Las lesiones típicas empiezan como máculas eritematosas o pápulas
que se extienden y evolucionan a lesiones anulares y arciformes, con bordes descamati-
vos o vesiculares bien definidos y aclaramiento central. La tiña del cuerpo es más fre-
cuente en la cara, brazos y hombros.
D. La tiña crural o dermatofitosis de la ingle se acompaña con frecuencia de tiña de los pies o
pie de atleta. La fricción y la maceración predisponen a la infección, que es más frecuente
en climas cálidos.
1. Datos subjetivos. Puede que no haya síntomas o que existan prurito e irritación debi-
dos al rascado.
2. Datos objetivos. La erupción afecta a la ingle y a la cara superior interna de los mus-
los, con bordes claramente definidos. A menudo las lesiones se extienden hasta el plie-
gue glúteo e incluso las nalgas.
E. Tiña de las manos (tinea manuum) y tiña de los pies (tinea pedis, pie de
atleta). El pie de atleta es la infección fúngica más frecuente de todas y afecta hasta el
30 % al 70 % de la población en algún momento. A diferencia de otras infecciones por
tiña, el pie de atleta generalmente es una enfermedad de adultos. Al igual que las demás,
aparece con mayor frecuencia en climas o estaciones cálidas. Los hongos causales pue-
den estar en los zapatos, suelos y calcetines. Un calzado oclusivo constituye un factor
predisponente. El contacto simple no basta para provocar la infección, es necesario que
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además haya una rotura concomitante de la barrera cutánea. Existen diversas bacterias
y levaduras que también pueden causar descamación y maceración sintomáticas inter-
triginosas. Por ejemplo, Scytalidium dimidiatum y Scytalidium hyalinum producen una
infección imposible de distinguir clínicamente del pie de atleta interdigital o de tipo
mocasín (14).
1. Datos subjetivos. El síntoma más habitual es el prurito. Puede haber fisuras doloro-
sas que además predisponen a una infección bacteriana secundaria, lo que cobra espe-
cial importancia en pacientes con diabetes, eccema crónico o estasis venosa.
2. Datos objetivos
a. La tiña del pie adopta diversas formas.
i. Descamación y maceración interdigital con fisuras: es la forma más habitual.
ii. Una descamación fina y extensa con una distribución en «mocasín»: también es
frecuente. Habitualmente la descamación se extiende por los lados de los pies y
borde inferior de los talones, donde presenta una descamación característica,
bien definida y policíclica.
iii. Una erupción muy inflamatoria, vesicular o ampollosa: es infrecuente y está
provocada por un pequeño subgrupo de dermatofitos, a menudo zoófilos.
b. Es muy habitual que la tiña de las manos sea un eritema con hiperqueratosis y des-
camación de las superficies palmares. Casi siempre la infección de las manos va
acompañada de afección de los pies. Las lesiones inflamatorias de los pies pueden
causar una reacción vesicular estéril «id» de las manos que se puede confundir con
una infección fúngica primaria. La afección unilateral de una mano y ambos pies es
tan característica que inmediatamente sugiere este diagnóstico.
F. La onicomicosis o infección fúngica de las uñas aparece aproximadamente en el 40 % de
los pacientes con infecciones fúngicas en otras localizaciones. Entre los subtipos clínicos de
infección cabe citar una onicomicosis subungueal distal, subungueal proximal, onicomico-
sis superficial blanca y onicomicosis por Candida. En el subtipo más frecuente, la onicomi-
cosis subungueal distal, los hongos se extienden desde los pliegues laterales distales de las
uñas a través del hiponiquio hasta la uña. Es menos frecuente que afecte a las uñas de las
manos que a las de los pies. Los hongos no dermatofitos como Scopulariopsis brevicaulis,
Fusarium sp., Acremonium y Aspergillus sp. pueden llegar a causar hasta el 17 % de los
casos (15).
1. Datos subjetivos. Las uñas se vuelven frágiles, quebradizas y engrosadas. Los pacien-
tes suelen decir que les disgusta el aspecto que presentan, las tienen doloridas o dicen
que se les enganchan en la ropa.
2. Datos objetivos. En la infección subungueal distal los cambios se observan por pri-
mera vez en el margen libre o en el borde lateral distal de la uña, formando una man-
cha blanca o amarillenta que progresa en dirección proximal. La uña puede aumen-
tar de grosor, hacerse quebradiza y levantarse a causa de los residuos acumulados. En
algunos casos la placa de la uña es totalmente reemplazada por este residuo querati-
nizado.
III. EVALUACIÓN
A. El diagnóstico definitivo se basa en la identificación microscópica de las hifas en las esca-
mas o en el pelo. En las uñas la presencia de hifas acostumbra a indicar una infección der-
matofítica; sin embargo, también puede haber hongos saprófitos invasores secundarios. La
sensibilidad al KOH se puede incrementar añadiendo colorantes o un reforzador de la fluo-
rescencia (p. ej., calcoflúor blanco).
B. El examen histológico de las uñas con una tinción con ácido periódico de Schiff (PAS) o un
cultivo de hongos con las uñas cortadas pueden ser más útiles que el KOH, dependiendo
de la situación clínica. De los tres métodos, el PAS es el más sensible y el cultivo de hongos
es el más específico (16).
C. En el pasado el examen con lámpara de Wood era una prueba de rutina para evaluar la tiña
de la cabeza porque los microorganismos causales más frecuentes en Estados Unidos eran
especies de Microsporum. Actualmente el más habitual es T. tonsurans, que no es fluores-
cente, pero la lámpara de Wood sigue siendo útil en algunos casos.
IV. TRATAMIENTO
A. Medidas profilácticas
1. Las zonas intertriginosas o interdigitales se deben secar cuidadosamente después del
baño y aplicar polvos de talco o antifúngicos.
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2. El calzado debe ajustarse bien y no ser oclusivo (no utilice zapatillas deportivas ni cal-
zado de plástico o de goma).
3. Los pacientes con hiperhidrosis deben llevar calcetines de algodón absorbente, evitan-
do la lana y las fibras sintéticas. El control de la hiperhidrosis es vital para tratar la
infección fúngica concomitante.
4. La ropa y las toallas se deben cambiar con frecuencia y lavar en agua caliente.
B. Terapia local. Habitualmente las infecciones localizadas se pueden tratar solamente con
terapia tópica.
1. Las lesiones agudas e inflamatorias con vesículas y supuración se deben tratar con com-
presas húmedas abiertas por lo menos 3 veces al día.
2. Existen muchos antifúngicos tópicos eficaces. Los más efectivos son los imidazoles
como el sertaconazol, el econazol, el ketoconazol, el clotrimazol, el miconazol, el oxi-
conazol y sulconazol, las alilaminas como la naftifina y la terbinafina, la benzilamina
butenafina y el derivado de la piridona ciclopirox olamina. Otros antifúngicos tópicos
son la haloprogina y el tolnaftato. Salvo este último, todos los demás son también acti-
vos contra infecciones por C. albicans.
a. Aplique uno de los tratamientos mencionados en el apartado anterior 2 veces al día.
La mayoría de las lesiones responden en el plazo de 1 a 3 semanas, aunque el trata-
miento se debe continuar durante 4 semanas por lo menos para evitar recidivas. La
mayoría de los antifúngicos tienen una tasa inicial de curación muy alta (80 % a
90 %), aunque es muy frecuente que haya recidivas o infecciones.
3. El ácido undecilénico y sus sales tienen una eficacia moderada.
4. En los casos de infección de zonas de piel gruesa e hiperqueratósica, como la piel acra,
es útil una terapia concomitante con queratolíticos, como el ácido salicílico. Permite
que el antifúngico penetre mejor y reduce la carga de microorganismos gracias a la exfo-
liación. Una pauta consiste en aplicar ácido salicílico o ácido láctico en oclusión duran-
te la noche y el antifúngico a otras horas del día.
5. La tiña del pie interdigital grave a menudo va asociada a una infección bacteriana
secundaria. En la mayoría de los casos la aplicación de cloruro de aluminio hexahidra-
tado al 20 %, aplicado 2 veces al día durante 7 a 10 días, reduce el olor, el picor y la
maceración porque es a la vez secante y bactericida.
6. Para tratar una onicomicosis provocada por dermatofitos, el tratamiento tópico de las
uñas es significativamente menos eficaz que el tratamiento oral. Pero puede ser útil para
reducir las recidivas después de un tratamiento sistémico. Un pequeño estudio de segui-
miento de 36 meses demostró que tras un tratamiento sistémico el 22 % de los pacien-
tes sufrió recidivas (17). Es necesario hacer más estudios prolongados para evaluar ade-
cuadamente las tasas de recidiva con diversos regímenes antifúngicos.
a. Una solución de ciclopirox al 8 % en una formulación de laca de uñas se aplica a
diario en toda la superficie de la uña y la piel que la rodea. La laca acumulada se
retira una vez a la semana y las uñas se recortan y se limpian periódicamente. La
tasa de curación clínica tras 48 semanas de tratamiento es del 5,5 %.
b. Las cremas de naftifina, terbinafina y ciclopirox tienen cierta eficacia contra la oni-
comicosis. Un estudio demostró una mejoría clínica en 8 de 10 pacientes tras 6 me-
ses de tratamiento con un gel de naftifina al 1 % (18).
c. Una pomada de urea puede ser un complemento útil para el tratamiento antifúngi-
co tópico. En un estudio de 60 pacientes controlado con placebo se administró urea
al 20 % e hidrocloruro de butenafina al 2 %, 2 veces al día con oclusión para des-
prender químicamente la uña. Se consiguió una curación clínica y micológica en el
73 % de los casos, sin ninguna recidiva en el intervalo de seguimiento de 36 sema-
nas (19).
d. Se puede reducir una uña engrosada y quebradiza con una lima o con una fresa eléc-
trica de papel de lija para mejorar el aspecto cosmético y reducir los problemas
mecánicos.
C. Tratamiento sistémico
1. Alilaminas
a. La terbinafina, una alilamina de segunda generación está aprobada por la FDA para
tratar las onicomicosis; además se considera el tratamiento de elección para esta
indicación y también ha demostrado su eficacia para la tiña de la cabeza y para algu-
nas infecciones fúngicas profundas. Se absorbe bien y llega rápidamente al estrato
14:Arndt 8/2/09 20:32 Página 89
altas como con el fluconazol. En las uñas las concentraciones terapéuticas de itraco-
nazol permanecen hasta 11 meses después de un tratamiento de 3 pulsos. El itra-
conazol también es activo contra la onicomicosis debida a hongos no dermatofi-
tos (24).
3. Imidazoles
a. El ketoconazol es un antifúngico imidazólico de amplio espectro que se excreta en
el sudor. Por lo tanto, existen métodos útiles para facilitar la llegada del fármaco a
la piel, como por ejemplo hacer ejercicio 1 h después de administrar el tratamiento.
Aunque habitualmente se tolera bien, existe un riesgo determinado de lesión hepá-
tica (incidencia entre 1 de cada 10.000 y 1 de cada 15.000), incluida la necrosis
hepática fatal. Otros efectos secundarios adversos son la anafilaxia, la interferencia
con la síntesis de esteroides anabolizantes, la interacción con anticoagulantes y la
inhibición del metabolismo hepático de la ciclosporina.
i. El tratamiento de las infecciones por dermatofitos es 200 mg (ocasionalmente
hasta 400 mg) diarios durante los mismos períodos de tiempo citados antes para
la griseofulvina.
ii. La administración del ketoconazol para el tratamiento de las infecciones por der-
matofitos se ha sustituido en gran medida por los triazoles y las alilaminas por-
que éstos tienen un perfil de seguridad mejor.
4. La griseofulvina, un antibiótico fungostático derivado de una especie de Penicillium, es
efectivo contra todos los hongos dermatofitos, pero no contra las bacterias, Malassezia
o Candida. Los triazoles y las alilaminas orales tienen un espectro más amplio, se tole-
ran mejor y usualmente son más baratos, y por lo tanto se han convertido en tratamien-
tos de elección para la mayoría de las infecciones fúngicas que requieren un tratamien-
to oral (27). La griseofulvina sigue siendo útil para tratar la tiña de la cabeza de los
niños, sobre todo porque actualmente es el único tratamiento sistémico aprobado por
la FDA para esta indicación en este grupo de edad. Sin embargo, las pruebas actualmen-
te en curso y los datos acumulados podrían hacer que en breve la griseofulvina sea
obsoleta incluso para esta indicación (28).
a. La tiña de la cabeza requiere que se administre griseofulvina durante 6 semanas o
más. La dosis diaria recomendada es 10 a 11 mg/kg en los niños. En general, los
niños con un peso de 14 a 23 kg pueden tomar de 125 a 250 mg/día de la suspen-
sión oral y los niños de más de 23 kg pueden necesitar 250 a 500 mg/día. Por otro
lado, en la mayoría de los niños será eficaz una única dosis de 1,5 a 2,0 g (que se
puede repetir al cabo de 3 a 4 semanas). En general, las infecciones con especies de
Microsporum requieren tratamientos más prolongados que las producidas por Tri-
chophyton. Se debe continuar con el tratamiento durante 2 semanas por lo menos des-
pués de la curación clínica y micológica. Como tratamiento adyuvante se recomienda
lavar el pelo con champú con ciclopirox, ketoconazol o sulfuro de selenio al 2 %.
TIÑA VERSICOLOR
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15:Arndt 8/2/09 20:38 Página 94
HERPES SIMPLE
15 Danielle M. DeHoratius
I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA. Las infecciones cutáneas por herpes simple adoptan dos
formas distintas: (i) la infección primaria dolorosa y discapacitante de individuos sin ninguna
infección previa y (ii) la forma recurrente y molesta más común, conocida habitualmente como
herpes o vesículas febriles. Estas infecciones son asintomáticas hasta en el 80% de los pacien-
tes. Se transmiten por estrecho contacto personal. El virus se inocula a través de las mucosas o
de pequeñas grietas en la piel. Hacia los 4 años de edad aproximadamente el 50% de la pobla-
ción tiene anticuerpos contra el virus del herpes simple (VHS), lo que indica un contacto pre-
vio. A la edad de 14 años este porcentaje asciende al 60%-70%. Tras la primera infección, en
algunos individuos se desarrolla una inmunidad eficaz, pero del 20% al 45% padecerá un cua-
dro recurrente. El 17% de la población general tiene al menos 2 episodios recurrentes de her-
pes facial al año.
El herpes simple es un virus de ácido desoxirribonucleico (ADN) que solamente infecta a
los seres humanos y tiene una distribución casi universal. Existen dos tipos de VHS: el ti-
po 1, que habitualmente es responsable de las infecciones herpéticas distintas de las genita-
les, y el tipo 2, que suele ser el implicado en las infecciones genitales, tanto de hombres como
de mujeres. Es importante reconocer que el virus herpes tiene tres propiedades exclusivas:
tiene capacidad para invadir y multiplicarse en el tejido nervioso; después el virus perma-
nece latente en el tejido nervioso, casi siempre en los ganglios trigeminales en el caso del
VHS-1 y en los ganglios de las raíces de los nervios sacros en el caso del VHS-2 y, finalmen-
te, el virus latente tiene capacidad para reactivarse y replicarse, produciendo un cuadro cutá-
neo. Existen ciertas diferencias biológicas entre los dos tipos. Por ejemplo, las infecciones
genitales por el VHS-2 recidivan con mayor frecuencia que el herpes genital debido al VHS-1,
mientras que las infecciones no genitales del VHS-1 recurren con mayor frecuencia que los
herpes no genitales debidos al VHS-2. Las infecciones genitales por VHS recidivan con una
frecuencia 6 veces mayor que las infecciones por VHS orolabiales. Una infección previa con
un tipo de VHS no proporciona una inmunidad eficaz frente a una infección posterior con el
otro tipo.
La infección primaria verdadera es la que se produce en una persona sin contacto previo con
el VHS y suele ser bastante intensa. Los primeros episodios de infección genital pueden apare-
cer en personas que o bien han sufrido una infección previa no genital por VHS o bien tienen
pruebas serológicas de exposición clínica previa al virus. Aunque no baste para prevenir una
reinfección, este grado de inmunidad por lo menos confiere una protección parcial, de manera
que el primer episodio de infección genital es menos intenso que una infección primaria verda-
dera. La infección primaria, que tiene un período de incubación de 3 a 12 días tras el conta-
gio, sigue un curso clínico de 1 a 3 semanas; las lesiones recurrentes curan más rápidamente
(7 a 10 días). La excreción vírica se mantiene durante 15 a 42 días tras la infección primaria. El
título de virus en las infecciones orofaciales recurrentes desciende espectacularmente a los
2 días y la mayoría de las lesiones dan resultado negativo a los 5 días. En las mujeres con her-
pes genital recurrente el virus está presente durante una media de 4,8 días, mientras que el 16%
puede seguir difundiendo el virus desde las lesiones transcurridos 6 días. También se han
demostrado difusiones asintomáticas de pequeñas cantidades de VHS desde zonas orofaríngeas
y genitales sin lesiones evidentes. Los estudios más recientes sugieren que la mayoría de los con-
tagios de herpes genital se produce a partir de personas que transmiten el virus sin presentar
síntomas. En una relación heterosexual el riesgo anual de contagio desde una pareja sexual con
herpes genital es aproximadamente del 10%.
El herpes genital simple es una de las enfermedades de transmisión sexual más frecuentes.
La prevalencia de la infección por VHS-2 en Estados Unidos oscila entre el 20% y el 60%. El
hombre estadounidense medio tiene de un 40% a un 60% de posibilidades de haber sido infec-
tados por este virus. Incluso sin considerar su impacto psicosocial, a veces significativo, la
infección por herpes simple genital implica otros riesgos para la salud de las pacientes femeni-
94
15:Arndt 8/2/09 20:38 Página 95
nas. Las mujeres embarazadas con antecedentes de herpes genital deben ser controladas cuida-
dosamente.
El riesgo de infecciones por VHS en recién nacidos expuestos al virus en el momento del
parto vaginal de madres con antecedentes de infecciones genitales recurrentes por VHS es muy
bajo (≤ 8%). La presencia y el título de anticuerpos neutralizantes contra el VHS contribuyen
a esta tasa tan baja. Los recién nacidos de madres con una infección primaria por VHS tienen
un riesgo superior al 50% de desarrollar una infección clínica, por lo que en estas condiciones
está indicada una cesárea. El herpes neonatal es una enfermedad grave con una tasa de morta-
lidad de hasta el 50 % y una probabilidad significativa de que los supervivientes padezcan
secuelas permanentes. La infección perinatal por VHS forma parte del síndrome TORCH
(toxoplasmosis, otros microorganismos causales, rubéola, citomegalovirus, herpes simple).
Hasta el 60%-80% de los lactantes infectados por VHS han nacido de madres sin indicios clí-
nicos de VHS al ser examinadas. Al principio del embarazo la enfermedad puede producir mal-
formaciones que clínicamente no se distinguen de las que produce el citomegalovirus. Además
de la amenaza potencial para el feto cuando el VHS infecta el aparato reproductor durante el
embarazo, se le ha propuesto un papel etiológico en la displasia y en el carcinoma cervical, aun-
que no se ha demostrado. Las mujeres con infecciones genitales por herpes simple presentan
una probabilidad de 5 a 10 veces mayor de desarrollar un carcinoma cervical que las mujeres
no infectadas; también se han encontrado antígenos VHS-2 en un gran porcentaje de lesiones
epiteliales atípicas de la vulva. Estos hallazgos pueden ser el reflejo de una infección por un
microorganismo ubicuo. Otra posibilidad es que la infección por VHS sea una covariable. Cada
vez aparece con mayor frecuencia el herpes anorrectal. Cuando está causado por el VHS-2, acos-
tumbra a ser transmitido por relaciones sexuales anales. El VHS-1 provoca infecciones peria-
nales en pacientes inmunodeprimidos, presumiblemente por autoinoculación de lesiones orofa-
ciales.
Tras la infección primaria parece que el virus queda latente en los ganglios sensoriales. En
los pacientes con herpes recurrente el virus se reactiva periódicamente y se desplaza hacia la
epidermis a través de las fibras nerviosas periféricas. Entonces se multiplica en la piel produ-
ciendo las lesiones herpéticas recurrentes. Los factores desencadenantes son estrés emocional,
traumatismo físico (incluido traumatismo genital), quemaduras solares, menstruación, fiebre e
infecciones sistémicas. La historia natural a largo plazo de las infecciones por herpes recurren-
tes no genitales no está bien caracterizada. El tipo de virus influye sobre la tasa de recidiva del
herpes genital igual que el sexo, pues los hombres tienen un riesgo mayor de padecer un cua-
dro recurrente. Existe una gran variación en las tasas de recidiva de los distintos individuos.
Con el tiempo, la mayoría de los pacientes experimentan reducciones clínicamente significati-
vas de la intensidad de la enfermedad. Las tasas de recidiva empiezan a disminuir a partir del
segundo año desde el brote inicial (1). Los pacientes con dermatitis atópica corren el riesgo de
presentar lesiones generalizadas (eccema herpético) independientemente de si su eccema está
activo. Las enfermedades o fármacos que interfieren con la respuesta del huésped, en especial
con la inmunidad de origen celular, también predisponen a padecer infecciones extensas, de
curación lenta y más destructivas. Los pacientes con tumores malignos linforreticulares o defec-
tos del timo, una inmunosupresión debida a un trasplante o a un síndrome de inmunodeficien-
cia adquirida (SIDA), tienen mayor tendencia a presentar infecciones intensas por VHS.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. Infecciones primarias sintomáticas orales o genitales
1. Las infecciones de las mucosas van precedidas por 1 o 2 días de dolor local.
2. Las lesiones se acompañan de un dolor intenso y discapacitante y linfadenopatía dolo-
rosa; a menudo los pacientes con gingivoestomatitis son incapaces de comer ni beber y
quienes tienen una afección genital intensa no pueden andar ni orinar.
3. Las infecciones orales y vaginales van acompañadas por fiebre elevada y secreciones
purulentas y malolientes.
4. Habitualmente en los hombres la infección primaria provoca lesiones dolorosas en el
pene. También puede causar uretritis y disuria con secreción.
5. La infección anorrectal se puede complicar con tenesmo, estreñimiento y retención de
orina.
B. En el 80% de los pacientes las lesiones recurrentes van precedidas por varias horas de una
sensación de quemazón u hormigueo. Son incómodas, pero mucho menos que las lesiones
de la infección primaria. Cuando aparecen los síntomas prodrómicos, las lesiones ya con-
tienen el virus.
15:Arndt 8/2/09 20:38 Página 96
3. Casi siempre hay una adenopatía regional, a menudo dolorosa. Puede haber linfangitis
y linfadenitis, sobre todo cuando hay lesiones recurrentes en las manos.
4. Los lugares más habituales en que aparecen las lesiones son la cara (labios, zona peri-
bucal, carrillos y nariz) y el cuello. La segunda zona en frecuencia es la anogenital y des-
pués el sacro y las nalgas. Sin embargo, el herpes recurrente puede aparecer en cualquier
punto de la piel. Es inusual que las lesiones recurrentes se localicen dentro de la cavi-
dad oral salvo en los huéspedes inmunodeprimidos.
5. Es frecuente que la infección por VHS se asocie a un eritema polimorfo recurrente, que
responde a la profilaxis antivírica.
IV. EVALUACIÓN. Cualquier duda sobre la presencia de una infección por herpes simple se puede
despejar mediante alguno de los procedimientos diagnósticos siguientes:
A. La biopsia cutánea de una vesícula vírica típica revelará una imagen característica: (i) lesión
intraepidérmica localizada en la zona media o superior de la epidermis, (ii) degeneración
globosa de las células, (iii) células acantolíticas que flotan libremente y (iv) grandes células
gigantes multinucleadas infectadas por el virus. En las células gigantes se pueden ver inclu-
siones intranucleares, así como en otras células epidérmicas infectadas.
B. Un frotis citológico de la vesícula para buscar células gigantes y cuerpos de inclusión se
hace rápida y fácilmente. Éstos aparecen aproximadamente en el 75 % de las lesiones de
herpes facial recurrente con resultados positivos en cultivos celulares del virus, pero apro-
ximadamente sólo en el 40% de las lesiones genitales ulceradas. Es importante escoger la
primera vesícula para hacer la biopsia o el frotis citológico. Las células de la base de la vesí-
cula son las que ofrecen la mejor oportunidad para detectar el virus. Las lesiones de her-
pes simple, herpes zóster y varicela pueden tener una imagen idéntica en una biopsia y en
un frotis tisular. Se puede recurrir a la citología exfoliativa para detectar una infección cer-
vical o vaginal asintomática, pero en una mujer embarazada no es un buen sustituto de un
cultivo vírico.
C. El virus se cultiva rápida y fácilmente a partir del líquido de la vesícula (24 a 48 h).
D. Tras la primera semana de la infección primaria los títulos de anticuerpos neutralizantes
específicos se elevan y llegan a alcanzar el máximo a las 2 a 3 semanas. Las variaciones del
título de anticuerpos no sirven para diagnosticar un cuadro recurrente.
E. Si se dispone de las instalaciones y reactivos adecuados, cabe realizar los siguientes proce-
dimientos si están indicados:
1. El virus se puede identificar fácilmente con un microscopio electrónico.
2. El virus se puede demostrar en muestras de tejido aplicando técnicas de inmunofluores-
cencia o inmunoperoxidasa; ambas técnicas pueden diferenciar los virus del herpes tipo 1,
del herpes tipo 2 y de la varicela zóster.
3. Se puede tipificar el virus mediante las pruebas serológicas adecuadas.
4. La reacción en cadena de la polimerasa (RCP) es una técnica muy rápida y sensible que
también es aplicable en determinadas situaciones clínicas.
5. Existe un kit comercial nuevo, el VHS-2 POC, del que se ha dicho que tiene una gran
sensibilidad.
6. El análisis Western blot también es muy sensible y específico; sin embargo, solamente
se usa con fines de investigación.
V. TRATAMIENTO
A. Medidas específicas
1. El valaciclovir, un éster de la valina que es un profármaco del aciclovir (v. texto siguien-
te), tiene una biodisponibilidad de 3 a 5 veces mayor que el aciclovir gracias a su mejor
absorción gastrointestinal. El valaciclovir se convierte rápida y casi completamente en
aciclovir tras su administración oral, alcanzando concentraciones comparables a las
del aciclovir intravenoso. Esto permite administrarlo sólo 2 veces al día, lo que puede
mejorar el cumplimiento del tratamiento y en definitiva la eficacia clínica. Es más caro
que el aciclovir. El valaciclovir es el único antirretrovírico aprobado para el herpes labial
y para un tratamiento de 3 días para tratar el herpes genital recurrente (2). El valaciclo-
vir está indicado para el herpes genital recurrente y se administra en dosis de 500 mg
2 veces al día durante 3 días desde el inicio de los síntomas prodrómicos o al primer
signo de infección. Esta pauta de dosificación es tan eficaz como el aciclovir 5 veces al
día para tratar el herpes genital recurrente en pacientes inmunocompetentes (3). El vala-
ciclovir está contraindicado en pacientes inmunodeprimidos. En pacientes con una
enfermedad avanzada por el VIH, trasplante de riñón y trasplante de médula ósea se
15:Arndt 8/2/09 20:38 Página 98
(2) Excepto por una disfunción renal transitoria cuando se administra la forma
intravenosa con demasiada rapidez, el aciclovir básicamente carece de efec-
tos secundarios. La mayor preocupación es que con la gran extensión de su
uso las cepas víricas resistentes lo hagan ineficaz, especialmente para el tra-
tamiento de infecciones más graves. La resistencia puede aparecer mediante
tres mecanismos: (i) virus mutantes deficientes en timidina cinasa, (ii) mutan-
tes con una alteración de la especificidad de sustrato de la timidina cinasa, o
(iii) mutantes con las enzimas víricas de ADN polimerasa alteradas. Los
mutantes deficientes en timidina cinasa se han aislado principalmente de
huéspedes inmunodeprimidos. Se desaconseja la administración indiscrimi-
nada o inapropiada de aciclovir.
4. La vidarabina, otro análogo nucleósido, es efectivo en el tratamiento de las infeccio-
nes herpéticas graves. Sin embargo, no tiene una superioridad aparente sobre el aci-
clovir, incluso puede ser menos efectivo en algunas circunstancias (p. ej., encefalitis
por herpes) y tiene más posibles efectos secundarios, entre ellos anemia y neurotoxi-
cidad.
5. El tratamiento con interferón reduce la carga del virus pero es inefectivo contra las
fases latentes en los ganglios.
6. El foscarnet es el único antirretrovírico aprobado por la FDA para el tratamiento de
las infecciones por VHS resistentes al aciclovir, un problema creciente entre la
población con SIDA. El foscarnet no necesita la timidina cinasa codificada por el
VHS. El tratamiento con foscarnet reduce el tiempo de curación, el dolor y la difu-
sión del virus. Se administra por vía intravenosa, 40 mg/kg cada 8 a 12 h en el inter-
valo de 7 a 10 días en que se sospecha que los pacientes están pasando una infec-
ción por herpes simple resistente al aciclovir. El foscarnet se administra durante
10 días. Entre los efectos secundarios asociados se cita azoemia secundaria a la
nefrotoxicidad, hiperfosfatemia, hipocalcemia, anemia, náuseas, vómitos y úlceras
genitales. Los pacientes pueden acabar desarrollando cepas resistentes. Pruebas pre-
liminares indican que la crema de foscarnet al 1% en aplicación tópica puede apor-
tar algún beneficio al tratamiento de la infección mucocutánea con VHS resistente
al aciclovir en pacientes con SIDA (8).
7. El cidofovir, un análogo nucleótido monofosforilado no necesita fosforilar la timidina
cinasa vírica para actuar y por lo tanto es activo contra infecciones por herpes simple
con actividad deficiente o alterada de la timidina cinasa. Es inefectivo contra las cepas
raras que presentan mutaciones de la ADN polimerasa. Se administra por vía intrave-
nosa, 5 mg/kg/semana para combatir infecciones resistentes al aciclovir en pacientes
inmunodeprimidos. Los efectos secundarios que conlleva son nefrotoxicidad y neutro-
penia. La administración concomitante de cidofovir con probenecid y solución salina
reduce la toxicidad renal. No se han documentado resistencias al cidofovir.
8. La crema tópica de penciclovir al 1% puede reducir en 2 días el tiempo hasta la cura-
ción del herpes labial recurrente reactivo a la luz solar. También reduce el dolor y el
malestar (9).
9. La crema tópica de tetracaína al 1,8% puede reducir en 2 días el tiempo de curación
del herpes labial recurrente y proporciona un alivio significativo del picor (10).
10. La crema con docosanol al 10 % fue aprobada por la FDA como tratamiento tópico
sin receta para el herpes labial. En ensayos clínicos la aplicación del docosanol redu-
jo el tiempo de curación en 0,7 días, que es similar al modesto beneficio obtenido con
la aplicación de la crema tópica de penciclovir en ensayos clínicos. Habitualmente el
docosanol se aplica en forma de masilla en lápices de labios y otros cosméticos. El
docosanol actúa inhibiendo la fusión entre la membrana celular humana y la envoltu-
ra del VHS y así impide que el virus entre en las células y se replique.
B. Medidas generales
1. La infección primaria es extremadamente dolorosa, por lo que es importante una
analgesia adecuada. Si no basta con los salicilatos o con los antiinflamatorios no este-
roideos (AINE), puede ser necesario recurrir a opiáceos durante los primeros 7 a
10 días.
2. Cuando hay lesiones vesiculares, aplíquense compresas frías con agua corriente o con
solución de Burow durante 10 min, 3 o 4 veces al día.
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Enfermedad/agente
etiológico Enfermedad inicial Enfermedad recurrente
Adaptado de Lin P, Torres G, Tyring SK. Changing paradigms in dermatology: antivirals in dermatology. Clin Dermatol 2003;
21:426-446; Lin et al. (11).
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las lesiones herpéticas de los párpados y de la zona periorbitaria próxima sin afección ocu-
lar no deben tratarse con medicación intraocular (v. tratamiento de estas afecciones en la
tabla de la pág. anterior).
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16:Arndt 8/2/09 20:40 Página 103
troles de edad similar. La localización del dermatoma afectado a menudo guarda relación con
una zona sometida previamente a radioterapia o con la presencia de lesiones neoplásicas,
sea centrales (alrededor de la columna vertebral), en las que provoca una irritación nerviosa, sea
periféricas, en forma de depósitos metastásicos. El tratamiento inmunosupresor de las enferme-
dades linfoproliferativas o el que se administra en los programas de trasplantes predispone a la
recidiva de la infección por varicela zóster, pero no necesariamente a su diseminación. En los
pacientes que se sabe que tienen riesgo de presentar SIDA, la aparición de un zóster puede ser
un signo que advierte de la reducción de la inmunidad celular y el primer signo de infección
por el VIH.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. Varicela
1. En los niños la varicela tiene unos pródromos poco marcados o simplemente no los
tiene: puede consistir solamente en 24 h de fiebre y malestar. En los adolescentes y en
los adultos la fiebre y los síntomas constitucionales casi siempre preceden a la erupción
en 24 a 48 h. Los pacientes son usualmente infecciosos durante 1 a 2 días antes del de-
sarrollo de la erupción y durante 4 a 5 días después, que suele ser cuando la última vesí-
cula rota queda cubierta por una costra. Durante la fase vesicular es muy frecuente que
los pacientes experimenten un prurito intenso.
2. La aparición de tos, disnea y dolor torácico en el plazo de 2 a 5 días después del inicio
de la erupción indica una intensa afección pulmonar.
3. El prurito es la característica principal y más molesta de la varicela. La excoriación con-
tribuye a que haya una infección bacteriana secundaria y a la formación de cicatrices.
B. Zóster. Frecuentemente la aparición de las lesiones del zóster va precedida por un prurito
previo a la erupción de leve a intenso, con irritación o dolor; este último puede ser genera-
lizado en todo el segmento nervioso, localizado en una parte de él o referido con la palpa-
ción. Dependiendo de la localización, el dolor se puede confundir con el de una afección
pleural o cardíaca, con una cistitis u otra afección abdominal, cólico renal o ureteral, ciá-
tica u otros cuadros. Entre las alteraciones neurológicas que sufre el dermatoma afectado
cabe citar hiperestesia, disestesia o hipoestesia. El intervalo entre el dolor y la erupción
puede llegar a ser de 10 días, aunque la media son de 3 a 5 días. En algunos pacientes,
sobre todo en los niños, no hay modificaciones sensoriales. Habitualmente el dolor perma-
nece durante varias semanas, aunque el 73% de los pacientes de más de 60 años de edad
presenta un malestar que dura más de 8 semanas.
III. DATOS OBJETIVOS (v. figs. en color 4-6, 11)
A. La varicela empieza bruscamente con la aparición de unas máculas y pápulas discretas y eri-
tematosas localizadas principalmente en el tórax, el cuero cabelludo y las mucosas; el ros-
tro y las partes distales de las extremidades suelen estar menos afectados. Las lesiones pro-
gresan rápidamente desde máculas eritematosas hasta vesículas de 2 a 3 mm, transparentes,
tensas y frágiles rodeadas por una areola eritematosa. A veces se ha descrito su aspecto como
«gotas de rocío sobre un pétalo de rosa». A medida que las lesiones progresan primero se
vuelven umbilicadas y al cabo de algunas horas, turbias y purulentas, para acabar forman-
do costras después de 2 a 4 días. Las lesiones de varicela aparecen en 3 a 5 oleadas distin-
tas durante 2 períodos de hasta 5 días, por lo que en una misma zona puede haber lesiones
en todas las fases de desarrollo. Ésta es una característica importante para distinguirla de la
viruela. Las costras se desprenden al cabo de 1 a 3 semanas. Por lo general, las lesiones curan
sin formar cicatrices. La complicación más habitual es la infección bacteriana secundaria de
las lesiones cutáneas, normalmente por estafilococos y estreptococos. Es frecuente que los
adultos sufran un curso más complicado con un eritema más extendido, fiebre más durade-
ra y un riesgo mayor de complicaciones, casi siempre neumonía por varicela.
B. Las lesiones de zóster aparecen por primera vez en la cara posterior, para progresar hacia
la anterior y seguir una distribución periférica del nervio afectado (v. figs. del interior de
las cubiertas). La erupción es bilateral sólo en raras ocasiones. Primero aparecen unas
máculas, pápulas y placas eritematosas; en la mayoría de los casos se ven vesículas agrupa-
das en un plazo de 24 h, aunque en ocasiones no aparecen nunca. Las placas pueden tener
una distribución irregular a lo largo del dermatoma o acabar confluyendo. Las mucosas
incluidas en el dermatoma también están afectadas. Las vesículas evolucionan a purulentas
y se cubren con una costra que se desprende en el plazo de 1 a 2 semanas. La presencia de
unas pocas vesículas (10 a 20) fuera del dermatoma afectado ocurre a veces y no implica
diseminación.
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En más del 50% de los individuos el zóster afectará a los nervios torácicos; en el 15%
al 20% de los casos habrá una afección de los nervios cervicales o lumbares. Las lesiones
en la punta de la nariz anuncian la afección del ramo nasociliar de la división oftálmica del
nervio trigémino, lo que implica una posibilidad muy marcada de queratoconjuntivitis con-
comitante. La paresia y una lesión motora permanente son más frecuentes de lo que se creía
antiguamente y aparecen casi siempre cuando está afectado el trigémino y los nervios cer-
vicales y torácicos superiores. El zóster puede aparecer en múltiples dermatomas, tanto
contiguos como no; en este último caso se denomina zóster múltiple (3) y es más frecuen-
te en individuos inmunodeprimidos. El VVZ se puede reactivar sin causar vesículas cutá-
neas pero presentando otros síntomas en lugar de ello, en cuyo caso se denomina zoster
sine herpete. La incidencia global es del 10% al 20%, destacando que más del 66% de los
individuos afectados de zóster tienen más de 50 años de edad. El 25% de los pacientes con
VIH y el 7% al 9% de los pacientes con un trasplante renal o cardíaco experimentan por
lo menos un episodio de zóster. Del 95 % al 100 % de los individuos son seropositivos a
anticuerpos contra VVZ. La forma diseminada de zóster aparece en el 2% al 20% de los
pacientes con herpes zóster; por el contrario, hasta el 35% de los pacientes con herpes zós-
ter presentan algunas vesículas diseminadas en puntos remotos.
C. Los pacientes predispuestos a una enfermedad más grave pueden presentar lesiones hemo-
rrágicas, vesiculares y gangrenosas o infartadas, que curarán lentamente con cicatrización.
D. En el paciente inmunodeprimido puede aparecer una varicela zóster persistente que se pre-
sente con pápulas hiperqueratósicas atípicas.
IV. EVALUACIÓN
A. La infección se puede confirmar mediante un frotis citológico de la vesícula, cultivo del
virus, inmunofluorescencia directa con anticuerpos monoclonales, biopsia o métodos sero-
lógicos (v. cap. 15. sección IV.B). De los 56 pacientes con un herpes zóster clínico atípico,
el 64 % dio positivo en el frotis de Tzank, el 55 % dio positivo en el análisis de inmuno-
fluorescencia y en el 26% se obtuvieron cultivos positivos (14).
B. Los enfermos con un riesgo mayor de varicela grave o los que padecen un zóster disemina-
do deben ser hospitalizados y mantenidos en aislamiento estricto, en habitaciones privadas
y apartados de pacientes graves, con enfermedades linfoproliferativas o en tratamiento
inmunosupresor. En todos los pacientes con un zóster diseminado o que presenten un cua-
dro grave de varicela se debe investigar un posible tumor maligno subyacente o una enfer-
medad de tipo inmunitario.
C. Aproximadamente el 50 % de los adultos con varicela presenta infiltrados pulmonares
nodulares, pero no todos ellos manifiestan un cuadro clínico respiratorio. Para evaluarlo
está indicada una radiografía de tórax.
D. Los empleados del hospital que no estén inmunizados y se hayan visto expuestos a la vari-
cela deben evitar el contacto con los pacientes durante 8 a 21 días después de la exposi-
ción.
V. TRATAMIENTO
A. Varicela. La mayoría de los pacientes con varicela necesitan solamente tratamiento sinto-
mático.
1. El picor localizado se alivia aplicando una loción antipruriginosa secante (calamina
sola, con mentol 0,25% y/o fenol 1,0%). Las lociones con fenol no se deben aplicar
a mujeres embarazadas. Los baños con polvos de harina de avena también son útiles
contra del picor.
2. Los antihistamínicos pueden aliviar el prurito. No se debe administrar salicilatos con-
tra la fiebre para evitar un síndrome de Reye.
3. El paciente debe tener las uñas bien cortadas y mantenerlas limpias, e incluso, si es
necesario, debe ponerse guantes a los niños para evitar las excoriaciones.
4. Las lesiones de la boca y del periné se pueden tratar con enjuagues o compresas con peró-
xido de hidrógeno 1,5%, solución salina u otros productos (v. cap. 15, sección V.B).
5. Se aplicarán pomadas tópicas de antibióticos en las lesiones infectadas. Si la infección
es muy extensa casi siempre se debe a un estreptococo β-hemolítico del grupo A o un
estafilococo, en cuyo caso conviene administrar antibióticos sistémicos.
6. La American Academy of Pediatrics no recomienda administrar el aciclovir oral como
tratamiento rutinario para la varicela sin complicaciones a niños por lo demás sanos.
Su recomendación se debe al efecto terapéutico marginal, el coste del fármaco y la
posibilidad de administrar el fármaco durante las primeras 24 h. El aciclovir (20 mg/kg
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[sin superar 800 mg], p.o. 4 veces al día durante 5 días) está indicado para los niños
de más de 24 meses con afecciones crónicas cutáneas o pulmonares, así como para
adolescentes, en los que se han observado cuadros más intensos que en los niños
mayores. Si el niño pesa más de 40 kg, es apropiada la dosis de adulto. Se ha compro-
bado que la administración de aciclovir oral en las primeras 24 h desde el inicio,
durante 5 a 7 días, reduce el número máximo de lesiones, el tiempo de curación, el
número de pacientes con fiebre el segundo día y la intensidad del prurito.
7. La varicela grave, especialmente en los pacientes inmunodeprimidos, se debe tratar
con aciclovir, igual que el zóster diseminado.
8. El tratamiento antivírico de la varicela (800 mg p.o. 4 veces al día durante 5 días) en
adultos sanos, empezando el primer día de la enfermedad, reduce el tiempo de ésta, el
tiempo de curación y los síntomas. El valaciclovir y el famciclovir no se han estudia-
do extensamente para utilizarlos en una infección primaria de varicela.
9. En la población inmunodeprimida, se recomienda un tratamiento con aciclovir intra-
venoso. Generalmente se hace para reducir la probabilidad de complicaciones de ries-
go vital asociadas con una enfermedad diseminada grave, como neumonía, encefali-
tis, trombocitopenia o púrpura. Esta población también puede tener complicaciones a
causa de cepas de VVZ resistentes al aciclovir; un posible tratamiento alternativo es
el foscarnet. La inmunoglobulina contra el virus de la varicela zóster (IGVZ) puede
estar indicada para pacientes sumamente sensibles. Si se da en las primeras 96 h desde
la exposición, no se previene la enfermedad pero se puede modificar su curso. La
IGVZ está indicada para recién nacidos de madres en las que la varicela haya empe-
zado 5 días antes del parto o en los 2 días siguientes.
10. En marzo de 1995 la FDA aprobó la administración de una vacuna viva atenuada
contra la varicela en niños y adultos sanos susceptibles. Se recomienda una sola dosis
vacunal en niños sanos de 12 a 18 meses de edad y 2 dosis con un intervalo de 4 a 8 se-
manas en adolescentes de 13 años o más con un elevado riesgo de exposición a la
varicela. Se recomienda la inmunización profiláctica de todos los niños y adolescentes
sensibles a la varicela. Se ha observado una inmunidad prolongada en niños tratados
con la cepa vacunal de varicela Oka, que persistía 10 años después de la administra-
ción. De todos modos, todavía no se ha determinado la duración de la inmunidad con-
tra la varicela tras una vacunación en la infancia y también está por determinar el ries-
go de padecer herpes zóster después de una vacunación. La posibilidad de causar una
infección primaria por varicela o herpes zóster después de una vacunación es baja. Se
debe vacunar a toda la población adulta sensible, en especial a los profesionales sani-
tarios, viajeros internacionales, empleados de asistencia sanitaria de día, familiares de
pacientes inmunodeprimidos y mujeres no embarazadas en edad fértil. Las reacciones
adversas a la vacuna son fiebre, reacciones en el punto de inyección y erupción.
Aunque es raro, se han descrito casos de infección por virus zóster provocada por la
vacuna, tanto en pacientes inmunocompetentes como inmunodeprimidos. Los estu-
dios han encontrado que existe un mayor riesgo de brotes de varicela si la persona
ha sido vacunada 5 o más años atrás (5, 6). Un estudio caso-control realizado en
Connecticut, aún en marcha, ha descrito una efectividad de la vacuna del 97% duran-
te los primeros 12 meses, que se reducía después al 84% (7). Sigue quedando la incer-
tidumbre sobre si la vacuna de la varicela en niños pequeños generará una cohorte de
adultos con riesgo de sufrir una varicela potencialmente mortal. Actualmente menos
del 2% de los adultos de más de 30 años de Estados Unidos son sensibles a la varice-
la. Los modelos matemáticos indican que si la vacuna de la varicela de los niños supe-
ra el 90%, surgirá una mayor proporción de casos en edades más avanzadas, pero el
alcance de la varicela entre niños y adultos descenderá. La American Academy of
Pediatrics recomienda encarecidamente a los médicos que den apoyo a la necesidad de
vacunar a los niños contra la varicela al empezar la guardería y la escuela. La efecti-
vidad de una única dosis vacunal en niños de menos de 13 años es aproximadamente
del 80 %. Se puede considerar una segunda dosis de recuerdo para mejorar la efecti-
vidad, como se hace con la vacuna contra el sarampión-paperas-rubéola. Ciertamente
una vacuna combinada contra la varicela, el sarampión, las paperas y la rubéola incre-
mentaría las posibilidades de este recuerdo; sin embargo, hasta ahora este tipo de
vacuna ha sido difícil de formular (8). Durante un seguimiento de 10 años. Kuter y
cols. demostraron que los niños tratados con 2 dosis de vacuna tenían una probabili-
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dad 3 veces menor de padecer un brote de varicela que los pacientes tratados con una
sola dosis (9). Es interesante destacar que, aunque ha habido un descenso de la vari-
cela asociada a la vacunación, no se ha producido un incremento de la incidencia de
herpes zóster (10).
B. Zóster
1. El aciclovir, un análogo nucleosídico de la purina, ha demostrado ser efectivo contra
el zóster, tanto el localizado como el diseminado.
a. Administrado por vía intravenosa contra el zóster agudo, reduce la duración del
dolor y el tiempo de curación. En el paciente inmunodeprimido también puede evi-
tar o abortar la diseminación. Es raro que provoque efectos secundarios, que pue-
den consistir en recidiva transitoria del dolor al detener el tratamiento y alteración
de la función renal tras una perfusión rápida.
b. El aciclovir tópico (5% en polietilenglicol aplicado cada 4 h durante 10 días) faci-
lita la curación del zóster localizado en pacientes inmunodeprimidos. Sin embar-
go, no es efectivo para reducir el dolor y evitar la neuralgia postherpética.
c. El aciclovir oral (800 mg cada 4 h, 5 veces al día durante 7 a 10 días), si se empie-
za a dar en las primeras 24 a 48 h, puede acortar el tiempo hasta la formación de
costras en las lesiones, hasta la curación y el cese del dolor, y reducir la nueva for-
mación de lesiones. Empezar el tratamiento a las 72 h puede reducir a la mitad la
incidencia de dolor neuropático residual a los 6 meses en pacientes inmunodepri-
midos (11). Se ha descrito una infección por VVZ resistente al aciclovir en pacientes
con SIDA; clínicamente presentan pápulas persistentes hiperqueratósicas generaliza-
das. Dos de los fármacos citados más adelante (valaciclovir y famciclovir) son profár-
macos de aciclovir con una mayor biodisponibilidad y, por tanto, más eficaces. Un
estudio comparativo entre ambos no reveló diferencias en cuanto a la efectividad (12).
2. El valaciclovir es el L-valiléster del aciclovir y por lo tanto su profármaco. Tiene una
biodisponibilidad mejorada y una semivida más larga que el aciclovir (v. cap. 15, sec-
ción V.A.1). La dosis recomendada actualmente de valaciclovir es 1.000 mg por vía
oral 3 veces al día durante 7 días. El valaciclovir acorta la duración del dolor y de la
neuralgia postherpética (NPH) relacionados con el zóster más que el aciclovir. Está
contraindicado administrar valaciclovir a pacientes inmunodeprimidos. En enfermos
con cuadros avanzados de infección por el VIH, sometidos a trasplante renal o a tras-
plante de médula ósea, se han presentado púrpura trombocitopénica trombótica y sín-
drome urémico hemolítico.
3. El famciclovir es otro análogo nucleosídico de la purina que en 1994 fue aprobado
para usarlo contra el herpes zóster. Tiene una biodisponibilidad mejor que el aciclovir
y el valaciclovir (v. cap. 15, sección V.A.2). La dosis es de 500 mg 3 veces al día duran-
te 7 días; tiene un coste similar al del aciclovir. El famciclovir fue más efectivo que un
placebo para reducir la NPH en pacientes con más de 50 años. El valaciclovir y el fam-
ciclovir han demostrado tener una efectividad igual para el tratamiento del herpes zós-
ter y ambos pueden ser superiores al aciclovir a la hora de reducir la duración del
dolor agudo y la NPH. Esto sugiere que se debe tener en cuenta tanto el coste como
la pauta de administración a la hora de seleccionar estos dos nuevos antivíricos.
4. El foscarnet es un antagonista del pirofosfato que inhibe la ADN polimerasa. Está
aprobado para el tratamiento de infecciones por herpes zóster resistentes al aciclovir.
Se administra por vía intravenosa en dosis de 40 mg/kg cada 8 a 12 h, empezando en
el plazo de 7 a 10 días desde el momento sospechado por el paciente de haber adqui-
rido la infección por herpes zóster resistente y administrándolo durante 10 días. Los
efectos secundarios que puede conllevar son azoemia secundaria a una nefrotoxicidad,
hiperfosfatemia, hipocalcemia, anemia, náuseas, vómitos y úlceras genitales.
5. Se deben administrar analgésicos a demanda. A veces son necesarios opiáceos.
6. En las fases vesiculares puede ser efectiva alguna de las siguientes medidas:
a. Aplicación de compresas frías con solución de Burow 1:20.
b. Pintar las lesiones con tintura de benzoína y colodión flexible a partes iguales, o
sólo con colodión flexible cada 12 h.
c. Aplicación de una loción secante que contenga alcohol, mentol o fenol.
d. A menudo es muy útil inmovilizar la zona con un vendaje oclusivo para aliviar el
dolor. Las lesiones se deben cubrir con algodón y después vendarlas con una venda
elástica como si fuera una costilla rota.
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7. Cuando las lesiones tienen costras o una infección secundaria, aplicar compresas
empapadas en solución de Burow (v. cap. 40, «Vendajes húmedos, baños, astringen-
tes», sección I.B.1) y antibióticos sistémicos si es necesario.
8. Si hay afección ocular, debe evaluarla un oftalmólogo. La queratoconjuntivitis del her-
pes zóster se trata con corticoesteroides oftálmicos tópicos. Es fundamental distinguir-
la de la queratitis por herpes simple, porque el tratamiento es bastante distinto (v. ca-
pítulo 15, sección V.C).
9. Cuando el herpes zóster afecta al nervio facial y al ganglio geniculado (lo que puede
ir acompañado por síntomas como sordera e inicio rápido del dolor facial), se debe
considerar el diagnóstico de herpes zóster ótico, también llamado síndrome de
Ramsay Hunt. La exploración física revela una erupción herpética unilateral en una
oreja y parálisis facial periférica. Los pacientes también pueden presentar una pérdi-
da del gusto y vértigo.
10. Se considera que los corticoesteroides sistémicos reducen la incidencia de neuropatía
postherpética presumiblemente porque inhiben la inflamación perineural y la fibrosis
en pacientes de más de 50 años de edad, aunque la efectividad de este tratamiento no
está clara. Se han propuesto diversas pautas y todas ellas recomiendan iniciar el tra-
tamiento cuanto antes (dentro de los 5 a 7 días del inicio de la erupción), con dosis
adecuadas (40 a 60 mg p.o. de prednisona al día, o su equivalente), y mantenerlo
durante 3 a 4 semanas reduciendo progresivamente la dosis. Se ha comprobado que
el aciclovir con prednisona es por lo menos tan efectivo como el aciclovir sólo para
reducir el tiempo hasta la curación de la erupción aguda (13). Si bien el beneficio adi-
cional de los corticoesteroides sistémicos añadidos no es significativo, las dosis usadas
no incrementan el riesgo de diseminación. Los corticoesteroides reducen la intensidad
del edema y del dolor, y son muy útiles en pacientes con intensa inflamación de la
cara, con o sin afección ocular. En cada paciente se debe ponderar el ratio riesgo-bene-
ficio. Dos grandes estudios han descrito que la adición de corticoesteroides orales a
los tratamientos antivíricos no aportaba protección contra la NPH (13, 14).
11. Las inyecciones intralesionales de corticoesteroides y/o anestésicos en el dermatoma
afectado pueden ser útiles para reducir el dolor del zóster agudo. Los corticoesteroi-
des intralesionales también pueden reducir la incidencia de NPH de forma parecida a
su administración sistémica. El recurso a técnicas de tratamiento inyectables directa-
mente en la piel afectada es un planteamiento innovador y útil (15).
12. Se ha descrito que el tratamiento con levodopa y benserazida (un inhibidor periférico de
la descarboxilasa) mejora el dolor del zóster agudo y, en los pacientes ancianos o en quie-
nes sufren una afección ocular, acelera la curación. Su efecto en la NPH no está claro.
13. También se ha visto que la emetina o su derivado, la dehidroemetina, con o sin corti-
coesteroides sistémicos, reduce el dolor del zóster agudo. Dados sus efectos secunda-
rios cardiotóxicos, estos fármacos se deben utilizar con precaución.
14. Recientemente se ha descrito en el New England Journal of Medicine la administración
de una vacuna viva atenuada (Oka/Merck) en ancianos para prevenir el herpes zóster y
la NPH. Estudios previos demuestran que las vacunas contra el VVZ pueden incremen-
tar significativamente la inmunidad celular frente al VVZ en ancianos inmunocompe-
tentes (16). En la subpoblación de receptores de trasplantes hematopoyéticos, la vacuna
contra VVZ redujo la incidencia y la intensidad del herpes zóster (17). Oxman y cols.
demostraron que el alcance de la enfermedad, definido como la incidencia, intensidad
y duración del dolor y el malestar que lleva asociados, se reducía un 61,1% (p < 0,001) y
la incidencia de la NPH disminuía un 66,5% (p < 0,001). La incidencia de herpes zós-
ter se reducía en un 51,3% (p < 0,001). En conclusión, la vacuna contra el zóster redu-
jo intensamente la morbilidad del herpes zóster y la NPH en ancianos (18).
C. La NPH se define como un dolor que persiste durante más de 1 mes y puede durar hasta
120 días después de curar las vesículas. Cuando el dolor empieza en los 120 días siguien-
tes a la erupción se define como neuralgia herpética subaguda. La infección aguda provo-
ca una lesión vírica directa y una neuritis inflamatoria de las fibras nerviosas periféricas, los
ganglios espinales y la médula espinal. Cuando la fase inflamatoria decae, empieza una
fibrosis y una destrucción del tejido nervioso que afecta a todos los niveles de la vía del
dolor (19). La NPH afecta al 9 %-14 % de los pacientes. Su incidencia e intensidad están
directamente relacionadas con la edad. La incidencia en pacientes con edades comprendi-
das entre 30 y 50 años es del 4 %, mientras que llega al 50 % en los pacientes de más de
16:Arndt 8/2/09 20:40 Página 108
80 años. El dolor pasa de intenso a leve en dos tercios de los casos. El dolor postherpético
preexistente es extraordinariamente difícil de aliviar, según se deduce de los múltiples plan-
teamientos que se han sugerido. La estrategia más importante es la prevención. La eviden-
cia avala la administración de dosis bajas de antidepresivos tricíclicos y fenotiazinas. Los
tratamientos físicos locales también pueden ser útiles y, si fracasan los tratamientos médi-
cos, aún queda la opción de la neurocirugía. Las clínicas del dolor pueden ser muy útiles
para tratar a estos pacientes durante períodos prolongados. Unos investigadores de Gran
Bretaña han descrito que transcurridos 13 meses el 15 % de los pacientes todavía tenía
dolor, y que 1 año después aproximadamente entre el 5% y el 10% seguían manifestando
tener dolor. La resolución espontánea al cabo de 1 año es limitada (20).
1. La aplicación de pomada de capsaicina al 0,025 % o al 0,075 % 3 o 4 veces al día
puede conseguir una remisión total del dolor en el 20 % de los casos o su reducción
hasta en el 80 % de los pacientes con NPH. La capsaicina es un derivado de los
pimientos picantes que vacía los depósitos de la sustancia P, el mediador químico de
las vías sensoriales periféricas, y evita que se vuelva a acumular.
2. La administración de una combinación de un antidepresivo tricíclico y una fenotiazi-
na sustituida puede aliviar el dolor en el plazo de 1 a 2 semanas desde el inicio del tra-
tamiento. Se debe administrar amitriptilina, de 75 a 100 mg diarios, combinada con
perfenazina, 4 mg de 3 a 4 veces al día, con hidrocloruro de flufenazina, 1 mg de 3 o
4 veces al día o con tioridazina, 25 mg de 4 veces al día. Se puede sustituir la amitrip-
tilina por nortriptilina, que es igual de efectivo pero tienen menos efectos secundarios
desagradables (21). Puede ser necesario continuar el tratamiento durante meses.
3. Existen dos publicaciones sobre la efectividad del clorprotixeno para tratar la NPH.
Para el dolor intenso se recomienda una inyección inicial de 50 a 100 mg i.m. De lo
contrario, la dosis es de 25 a 50 mg por vía oral cada 6 h. La duración recomendada
del tratamiento es de 4 a 10 días. No se necesitan dosis más altas, que con frecuencia
provocan efectos secundarios.
4. La gabapentina reduce significativamente la intensidad del dolor y la interferencia con
el sueño de la NPH. La dosis inicial de 300 mg/día se aumenta durante 4 semanas
hasta conseguir un resultado efectivo o hasta que los efectos secundarios sean intole-
rables (900 mg, 1.800 mg, 2.400 mg, 3.600 mg divididos en 3 tomas diarias). Entre
los efectos adversos limitantes de la dosis se encuentran la somnolencia, los mareos,
la ataxia, el edema periférico y la infección (22).
5. Se han descrito resultados beneficiosos con la administración combinada de carbama-
zepina, 600 a 800 mg/día, o fenitoína sódica, 300 a 400 mg/día, con 50 a 100 mg de
nortriptilina, así como con la administración combinada de carbamazepina, hasta
1.000 mg/día, con clomipramida, hasta 75 mg/día.
6. Los opiáceos son eficaces para controlar el dolor neuropático, por tanto, la oxicodo-
na puede proporcionar algún alivio en la NPH. En un estudio, los pacientes tratados
con oxicodona experimentaron un alivio mayor del dolor (p < 0,0001) y una mayor
reducción de la alodinia (p < 0,0004) que el grupo asignado a un placebo. La dosis
inicial fue de 10 mg de oxicodona cada 12 h, que aumentó a lo largo de 4 semanas
hasta un máximo de 30 mg cada 12 h. Dentro del grupo de oxicodona, la dosis media
fue de 45 mg/día (23).
7. La inyección intralesional diaria o subcutánea de 0,2 mg/ml de triamcinolona en el
dermatoma afectado proporciona un alivio del dolor en algunos pacientes con herpes
zóster agudo, así como en muchos pacientes con una neuralgia poszóster. En cada
sesión se pueden administrar hasta 30 ml del fármaco diluido en solución salina. La
inyección, siguiendo la técnica tumescente, es particularmente útil. Algunos autores
comunican que combinada con un anestésico local y administrada durante días o
semanas se reduce la duración del dolor (24).
8. Con una crema tópica a base de lidocaína y prilocaína, aplicada durante 24 h, se redu-
jo significativamente el grado del dolor de la NPH.
9. Con un parche adhesivo de lidocaína al 5% se disminuye significativamente la inten-
sidad del dolor. Es posible utilizar varios parches de 10 × 14 cm simultáneamente para
cubrir la zona afectada. La absorción sistémica de lidocaína es mínima (25).
10. Se ha descrito que la criocirugía repetida en zonas concretas afectadas por la NPH
reduce la sensibilidad de las zonas gatillo y proporciona un alivio prolongado del
dolor.
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HIPERPIGMENTACIÓN E HIPOPIGMENTACIÓN
Manisha J. Patel
17
111
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inflamación previa; es bastante intensa tras algunos cuadros, como las quemaduras tér-
micas, y de menor intensidad tras otros. Se produce un incremento de la melanina epi-
dérmica, aunque también puede haber gránulos de melanina en los macrófagos dérmi-
cos. La hiperpigmentación postinflamatoria puede persistir durante meses o años.
B. Hipopigmentación
1. El vitíligo es una enfermedad frecuente y adquirida que afecta al 1%-2% de la pobla-
ción, más frecuentemente a las mujeres que a los hombres. El 50% desarrolla las lesio-
nes antes de cumplir los 20 años y el 25 % lo hace antes de los 10 años. Consiste en
zonas localizadas o generalizadas de la piel que carecen por completo de pigmentación
con melanina. En las zonas despigmentadas no se pueden detectar melanocitos, ni
siquiera con un microscopio electrónico. Este hallazgo contrasta con el albinismo, en el
que existen melanocitos pero la pigmentación es escasa o inexistente porque aquéllos
son casi o totalmente incapaces de producir melanina. Se desconoce la causa del vitíli-
go; como posibles factores patógenos se han postulado un estímulo neurógeno anormal,
una malformación genética intrínseca de los melanocitos, una respuesta aberrante a las
catecolaminas, un mecanismo de autodestrucción enzimática que provocaría una defi-
ciencia de factor del crecimiento del melanocito, una destrucción de la defensa epidér-
mica contra los radicales libres y un mecanismo autoinmune. Debido a la asociación
que presenta con otras enfermedades autoinmunes se considera probable una etiología
autoinmune. Se ha comprobado que el suero de pacientes con vitíligo activo es citotó-
xico para los melanocitos normales.
El vitíligo tiene una incidencia familiar del 20 % al 30 % y aparece con mayor fre-
cuencia en pacientes con endocrinopatías. Entre éstas se cita la enfermedad tiroidea, la
enfermedad de Addison, la atresia gonadal y la anemia perniciosa. En los pacientes con
vitíligo también hay una mayor incidencia de halos nevoides, diabetes mellitus, alope-
cia areata y anomalías oculares. Es raro que haya una repigmentación espontánea com-
pleta.
2. La hipopigmentación postinflamatoria o postraumática puede ser lo bastante profunda
como para imitar un vitíligo, pero es más frecuente que aparezca como zonas ligera-
mente descamativas o algo más claras de la piel. A menudo aparece tras algunas enfer-
medades cutáneas como la psoriasis y la dermatitis atópica. En esas circunstancias
puede estar relacionada con la incapacidad de las células epidérmicas alteradas para
incorporar gránulos de melanina, más que con la reducción de la producción de pig-
mento en los melanocitos. En las zonas expuestas de niños con una predisposición ató-
pica (p. ej., en la cara) casi siempre aparece pitiriasis alba. La hipopigmentación postin-
flamatoria se repigmenta lentamente, aunque en raras circunstancias es permanente,
sobre todo si hay alguna cicatriz.
II. DATOS SUBJETIVOS. No existen síntomas que acompañen al melasma, a las pecas ni a los
lentigos, como tampoco alteraciones postinflamatorias. Las zonas despigmentadas de vitíligo
sufren quemaduras solares con facilidad.
III. DATOS OBJETIVOS
A. El melasma aparece en la piel expuesta al sol en forma de máculas marrones, grises o inclu-
so azules, con perfiles irregulares o con un patrón reticulado en las mejillas, labio superior
y frente.
B. Las pecas (efélides) son máculas pequeñas (habitualmente de 2 a 5 mm) de color claro u
oscuro, salpicadas irregularmente por la cara, hombros, espalda y otras zonas expuestas al
sol. Habitualmente hay una clara línea de demarcación entre la piel con pecas y la piel
cubierta.
C. Los lentigos pueden ser del mismo tamaño que las pecas o mayores; pueden encontrarse en
cualquier lugar de la superficie de la piel. Los lentigos solares («seniles») son manchas de
color pálido a marrón oscuro que aparecen en el dorso de las manos y en la cara. Pueden
variar de color y de tamaño (de pocos milímetros a varios centímetros de diámetro).
D. El vitíligo. Existen tres tipos de vitíligo: localizado (< 20% de la superficie corporal, ya sea
focal, unilateral o segmentario); generalizado, también conocido como vitíligo vulgar, y
universal (despigmentación completa o casi completa). El vitíligo segmentario es mucho
más frecuente en los niños que en los adultos y tiende a extenderse rápidamente por un seg-
mento de la piel.
Las lesiones de vitíligo están completamente despigmentadas excepto en los raros ca-
sos de vitíligo tricromo, que presenta a la vez zonas despigmentadas y zonas hipopigmen-
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tadas. Suelen tener bordes nítidos y aparecen simétricamente sobre cualquier prominencia
ósea como las muñecas y alrededor de los orificios corporales (labios, ojos y zonas anoge-
nitales). Las lesiones sobre la piel de estos pacientes pueden provocar una pérdida tempo-
ral o permanente de pigmento en la zona. Por eso las cicatrices, las marcas de rascado y las
erosiones suelen curar dejando la zona sin pigmento. El pelo de la piel con vitíligo puede
estar pigmentado o no.
E. Las alteraciones de la pigmentación postinflamatorias varían de tamaño y están presentes
sólo en la zona de traumatismo e inflamación previos. El grado de hiperpigmentación o
hipopigmentación puede ser leve o intenso.
IV. EVALUACIÓN. Es útil examinar las lesiones pigmentadas con una lámpara de Wood (v. tam-
bién cap. 38, Exploración con luz de Wood). Cuando hay pigmento en la epidermis, el con-
traste entre la piel normal y la hiperpigmentada se acentúa, pero cuando el pigmento está en la
dermis, el contraste no es mayor que con la luz visible. El 30% de los pacientes con melasma
tienen pigmento en la dermis, lo que dificulta el tratamiento.
Los pacientes con lentigos generalizados y los que tienen vitíligo requieren una anamnesis y
una exploración física muy detalladas para buscar posibles síntomas sistémicos relacionados.
Los pacientes con vitíligo, especialmente en los grupos de edad avanzada, han de ser controla-
dos periódicamente por si presentan algún tipo de afección tiroidea incipiente o clínicamente
aparente, en especial hipotiroidismo. Las determinaciones de T4 y hormona estimulante del
tiroides (TSH) proporcionan un cribado adecuado. Los germicidas fenólicos del hogar y los
productos industriales pueden provocar una despigmentación química imposible de distinguir
de la del vitíligo.
V. TRATAMIENTO
A. Tratamiento de la hiperpigmentación
1. Criocirugía. Las máculas y manchas hiperpigmentadas se pueden eliminar o se puede
reducir la intensidad de su pigmentación con una ligera congelación crioquirúrgica (5 a
7 s de congelación intermitente) con nitrógeno líquido. Los melanocitos son más sensi-
bles a las lesiones por frío que los queratinocitos, por lo que esta técnica permite des-
truirlos selectivamente.
2. Tratamientos con luz o láser. El tratamiento con láser de rubí, de alexandrita y de
Nd:YAG, todos ellos con conmutación Q, es muy eficaz. Los últimos estudios demues-
tran que los láseres con mayor amplitud de pulso, como el Nd:YAG de pulso largo o
el láser de pulsos de diodo (LPD) también son útiles. Todos estos láseres se centran en
los melanocitos y reducen la hiperpigmentación, teóricamente dejando la piel intacta y
sin generar cicatrices. Sin embargo, también comportan un cierto riesgo de hipopigmen-
tación o de hiperpigmentación postinflamatoria, cicatrización e incluso formación de
queloides. La luz pulsada intensa (LPI) es una luz no coherente, filtrada y de amplio
espectro (500 a 1.200 nm) emitida por un lámpara de destellos. Los mangos de LPD y
de LPI suelen emitir un haz amplio para poder tratar grandes zonas.
3. Aclaradores tópicos
a. Hidroquinona sola (HQ). La intensidad de la pigmentación del melasma, de las
efélides, de los lentigos y del componente epidérmico de la hiperpigmentación post-
inflamatoria puede reducirse mediante la aplicación periódica de una crema o loción
de HQ, del 2 % al 5 %, 2 veces al día durante semanas o meses. Habitualmente la
HQ sin receta tiene una concentración del 2%; el 4% es la concentración que acos-
tumbran a recetar los dermatólogos, si bien los farmacéuticos pueden preparar con-
centraciones de hasta el 10%. Se considera que la HQ actúa por (I) competencia con
la oxidación de la tiroxina actuando como sustrato alternativo a la tirosinasa, la
enzima que convierte la tiroxina en melanina, y (II) por destrucción selectiva de los
melanosomas y los melanocitos. Se necesitan de 4 a 6 semanas de monoterapia para
que se observen efectos de despigmentación. Las zonas hiperpigmentadas se aclaran
más rápida y completamente que la piel que las rodea. Los efectos secundarios más
habituales son irritación cutánea y dermatitis de contacto que se puede tratar con
corticoesteroides tópicos. Un efecto secundario raro es el desarrollo de una ocrono-
sis exógena que puede ser extraordinariamente difícil de invertir. Se considera que
ésta es el resultado de la administración prolongada de HQ, y que las personas que
corren mayor riesgo son las de piel oscura que viven en climas soleados. Se puede
alternar la HQ con otras sustancias despigmentantes en ciclos de 4 meses para evi-
tar o reducir los efectos secundarios.
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tosa de la piel a la luz ultravioleta de onda larga (UVA) tras su aplicación tópica o
administración sistémica. El 75% de los pacientes experimenta una repigmentación
parcial cuando se les trata 2 veces por semana durante más de 1 año. Por este moti-
vo, el tratamiento se debe iniciar gradualmente y monitorizar con sumo cuidado.
El psoraleno administrado con mayor frecuencia por vía oral es el 8-metoxipso-
raleno (8-MOP). El 8-MOP a una dosis de 0,4-0,6 mg/kg tomado por lo menos 1 h
antes de aplicar luz UVA artificial bajo control atento consigue la repigmentación en
el 70% de los pacientes. El pigmento reaparece primero en forma de puntos alrede-
dor de los folículos pilosos, que después se extienden lentamente confluyendo entre
sí. Se han de ver manchas de pigmento tras un máximo de 25 exposiciones en las
lesiones faciales y de 50 exposiciones en las lesiones en otras localizaciones; de no
ser así, se suspenderá el tratamiento. Sólo se harán tratamientos 1 a 2 veces por
semana y nunca 2 días seguidos. Hay que indicar a los pacientes que los días de tra-
tamiento se deben llevar gafas protectoras de plástico que filtren los UVA antes y
después de la exposición (los rayos UVA atraviesan el cristal). Los pacientes en tra-
tamiento con 8-MOP deben limitar su exposición solar los días sin tratamiento.
Después del tratamiento se aplicará un protector solar eficaz contra los UVA en toda
la piel expuesta; esto proporciona una protección parcial. Quienes sufran quemadu-
ras solares con cierta facilidad pueden encontrar útil el uso de un protector solar
contra los UVB durante todo el día, incluso durante el tratamiento. Después del
período de tratamiento se debe evitar la exposición prolongada a la luz solar duran-
te las 8 h siguientes a la toma de la medicación. Se puede aceptar una mínima colo-
ración rosácea indolora de las manchas de vitíligo, pero, si aparece eritema, se sus-
penderá el tratamiento hasta que sólo quede un color rosa pálido.
Para tener éxito se debe continuar el tratamiento durante 9 a 18 meses. La edad
del paciente y la duración del vitíligo no afectan a la tasa de respuesta. Las lesiones
de la cara y del cuello recuperan el pigmento con mayor facilidad que las que hay
sobre prominencias óseas como los huesos de las manos, los codos y las rodillas. Si
se suspende el tratamiento antes de que una zona se haya rellenado por completo,
es probable que la lesión vuelva a palidecer progresivamente. El tratamiento con
psoralenos incrementa también la tolerancia del vitíligo a la luz solar, quizá por
engrosamiento del estrato córneo.
Los psoralenos producen en ocasiones prurito, náuseas, quemaduras corneales y
un eritema agudo y doloroso. El tratamiento prolongado con PUVA puede causar
envejecimiento prematuro, cataratas, fotodermatitis y pecas en la piel y un aumen-
to del riesgo de cáncer cutáneo, incluido el melanoma.
b. Baño PUVA. Diluir 1 ml de solución de 8-MOP (soluciones estándar de 1 mg/ml)
en 2 l de agua caliente en una palangana o diluir 10 ml de una solución de 0,1 mg
de trioxaleno por ml (trimetilpsoraleno en alcohol etílico al 95%) en 2 l de agua
caliente, que se debe agitar mientras se sumerge la zona afectada. El paciente sumer-
ge durante 15 minutos la zona de su cuerpo que desee tratar, luego la seca y a con-
tinuación protege de la luz UV la zona de piel sin afectar. La dosis inicial de baño
PUVA para todos los tipos de piel es 0,5 J/cm2 de UVA. Se aplica con una frecuen-
cia de 1 a 2 veces por semana.
c. Pintado PUVA. Se aplica al paciente una loción que contenga un 0,01% de 8-MOP
o una pomada que contenga un 0,1% de 8-MOP. El producto se aplica sobre la piel
afectada durante 30 min. La dosis inicial de UVA en este caso es 0,5 J/cm2. Después
del tratamiento la zona se debe lavar y proteger de la exposición a los UV natura-
les. Se aplica con una frecuencia de 1 a 2 veces por semana.
2. Se ha comprobado que los UVB de banda estrecha son eficaces como monoterapia (1).
La dosis inicial es aproximadamente 300 mJ/cm2, que se va incrementando en un 10%
a 20% en cada exposición siguiente. El tratamiento se administra 2 veces por semana.
Las ventajas de UVB de banda estrecha sobre PUVA radican en tiempos de tratamiento
más cortos, ausencia de costes farmacológicos, menos reacciones fototóxicas y la posi-
bilidad de aplicar a niños, mujeres embarazadas y pacientes con disfunción hepática y
renal.
a. El láser excímer (luz intensa UVB de banda estrecha, con una longitud de onda de
308 nm) ha demostrado que es eficaz y repigmenta la piel tras 6 sesiones. Sin embar-
go, los resultados son temporales; para mantenerlos hay que volver a tratar.
17:Arndt 8/2/09 20:42 Página 116
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rá la enfermedad, sobre todo si hay una candidiasis oral (2). Se debe hacer la prueba del
VIH en los pacientes febriles con signos y síntomas cutáneos y mucosos poco definidos.
B. Reacciones alérgicas. Los pacientes con VIH tienen una incidencia alta de reacciones
medicamentosas; del 50 % al 80 % de los pacientes con VIH presentan reacciones alérgi-
cas a la trimetoprima-sulfametoxazol, habitualmente una erupción macular y papular; el
50 % de estos pacientes experimenta también una erupción con dapsona y/o pentamidina.
Con este fármaco también han aparecido eritroderma, síndrome de Stevens-Johnson y
necrólisis epidérmica tóxica. Esta alta incidencia de erupciones farmacológicas es similar a
la erupción que ocurre con la ampicilina y la mononucleosis; tanto el citomegalovirus
(CMV) como el virus de Epstein-Barr (VEB) pueden interactuar con el fármaco.
C. Infecciones víricas: virus herpes
1. Citomegalovirus. El CMV es la infección post mórtem más frecuente encontrada en
pacientes con infección por VIH. Aunque es raro que presenten síntomas cutáneos y no
existen lesiones cutáneas características, se debe pensar en la presencia de este microor-
ganismo patógeno en pacientes con úlceras anogenitales y orales persistentes. Las pre-
sentaciones clínicas varían desde úlceras, vesículas y lesiones verrugosas hasta infartos
localizados en los dedos. Debido a la naturaleza omnipresente de este virus, sólo se puede
considerar un hallazgo asociado cuando se detecta en un cultivo o en una biopsia. A
menudo el CMV crece cuando se hace un cultivo con virus del herpes simple (VHS) o
virus de la varicela zóster. La infección sistémica por CMV puede provocar retinitis grave
con ceguera.
2. Virus de Epstein-Barr. En los individuos infectados por el VIH, el VEB se asocia a
la aparición del linfoma clásico de Burkitt, el linfoma de células gigantes y la enferme-
dad de Hodgkin. El VEB tiene un trofismo selectivo para las células epiteliales de las
mucosas, por lo que su vía habitual de infección primaria es la orofaringe. Actúa como
cofactor favorecedor del crecimiento del VIH.
3. La leucoplaquia pilosa bucal (LPB) está provocada por el VEB como una forma de repli-
cación lítica del virus. Esencialmente la LPB es específica de la enfermedad por VIH y
su presencia guarda relación con un grado moderado a intenso de inmunodeficiencia.
Rara vez aparece en el resto de la población inmunodeprimida ni en niños con VIH.
Esta placa asintomática aparece casi siempre en el borde lateral de la lengua, aunque
también se ha observado en la mucosa bucal. La superficie es verrugosa con líneas blan-
cas o grisáceas paralelas y verticales de aspecto arrugado. La leucoplaquia no es un cua-
dro premaligno y por tanto se suele dejar sin tratar. Sin embargo, la aplicación tópica de
podofilino, retinoides tópicos o aciclovir por vía oral (200 mg 5 veces al día o 400 mg
2 veces al día) puede mejorar el aspecto clínico o la disfagia, si es que ésta aparece (3).
4. Virus del herpes simple. Tradicionalmente se ha considerado el VHS-1 como el res-
ponsable del herpes labial y el VHS-2 como responsable del herpes genital. Sin embar-
go, cada vez hay más pruebas de infecciones cruzadas que implican el VHS-1 en el 5 %
al 30 % del herpes genital primario. La infección por herpes genital favorece probable-
mente la transmisión sexual del VIH debido a la rotura de la función normal de barre-
ra de la piel. La infección por VHS es habitual en pacientes con el síndrome de la inmu-
nodeficiencia adquirida (SIDA), en quienes la prevalencia puede ser un 18 % a 27 %. La
intensidad de los síntomas conlleva en paralelo un descenso del número de linfocitos
CD4+. Es raro que haya una diseminación hematógena del virus, aunque se puede
extender mucho, especialmente si existe una dermatopatía cutánea amplia como una
dermatitis atópica (erupción variceliforme de Kaposi). Además, el VHS se puede mani-
festar como una queratoconjuntivitis herpética, un panadizo herpético y una queratitis
herpética. Las lesiones por VHS pueden tener una disposición zosteriforme. Se ha des-
crito una variante clínica inusual con úlceras crónicas profundas en las zonas que ro-
dean los orificios corporales (la más habitual es la perianal). Estas úlceras se pueden
transformar en un impétigo y necesitar tratamiento oral prolongado con aciclovir para
evitar recidivas. El fracaso del antivírico de rutina es un indicio de un virus resistente al
aciclovir que requiere tratamiento con foscarnet u otro antivírico.
5. Herpes zóster. El herpes zóster tiene una incidencia 7 a 15 veces mayor entre los
pacientes con VIH (25 % de los adultos) que entre la población sana. Por tanto, en
los pacientes que desarrollan un herpes zóster se deben controlar los factores de riesgo
para el VIH. La erupción ocurre cuando desciende el número de linfocitos CD4+ y se
puede distribuir por un dermatoma o por varios y ser recurrente o diseminada; todas
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las formas pueden ir acompañadas de dolor intenso y una elevada incidencia de neural-
gia posherpética. El herpes zóster oftálmico puede ir asociado a una necrosis retiniana
aguda en pacientes con VIH. Se ha descrito un herpes zóster verrugoso cutáneo cróni-
co con lesiones similares a las del ectima. El herpes zóster resistente al aciclovir está cla-
ramente descrito y se trata con foscarnet intravenoso hasta que desaparezcan las lesio-
nes. El riesgo de herpes zóster aumenta con el síndrome de reconstitución inmunitaria
después de empezar el tratamiento antirretroviral triple (4).
La varicela primaria en pacientes con SIDA puede ser intensa, prolongada y compli-
cada con neumonía, hepatitis, encefalitis y muerte. Los pacientes con VIH expuestos a
la varicela pueden necesitar un tratamiento profiláctico con inmunoglobulina contra la
varicela o aciclovir. Los niños con SIDA pueden padecer un herpes zóster poco después
de una infección primaria por varicela. La incidencia de características clínicas inusua-
les e infecciones intensas y persistentes con varicela es más alta entre los niños infecta-
dos por VIH que entre la población normal.
D. Otras infecciones víricas
1. Molusco contagioso. El molusco contagioso está provocado por un virus pox de
ácido desoxirribonucleico y aparece en el 18 % de los pacientes con SIDA. Las lesiones
son a veces bastante extensas, sobre todo en la zona de la barba. Hay múltiples lesio-
nes pequeñas que se agrupan formando racimos y convergen en lesiones gigantes. La
morfología no es diferente de la que se encuentra en pacientes inmunocompetentes. Si
después de tocar la lesión ligeramente con nitrógeno líquido se observa una umbilica-
ción central, el diagnóstico es claro. Las infecciones diseminadas por Penicillium mar-
neffei, Mycobacterium spp., Pneumocystis jiroveci, Histoplasma, Cryptococcus y rara-
mente con Toxoplasma en pacientes inmunodeprimidos pueden imitar al molusco con-
tagioso. Lo mejor es no afeitar las áreas afectadas para evitar su difusión. Las opciones
de tratamiento son nitrógeno líquido, raspados con cucharilla y crema de imiquimod
al 5 %.
2. Virus del papiloma humano. Hasta el 40 % de los hombres homosexuales infecta-
dos por el VIH presenta verrugas anogenitales. En ocasiones aparecen lesiones grandes
y difíciles de tratar; además, se han descrito carcinomas espinocelulares in situ secunda-
rios a los subtipos 6, 11, 16, 18, 31 y 33 del VPH. Las verrugas vulgares múltiples en
la cara y las manos son más frecuentes y difíciles de tratar. Las lesiones faciales pueden
tener una morfología hemorrágica y las verrugas plantares pueden ser bastante grandes
y resistentes al tratamiento.
E. Infecciones fúngicas
1. Candida albicans. Prácticamente el 100 % de los pacientes con SIDA tendrá una can-
didiasis en algún momento de su enfermedad. La forma más frecuente es la afección de
la mucosa oral, que puede ser el motivo de la primera visita antes del diagnóstico de la
infección por VIH. La candidiasis oral puede ser asintomática o presentar síntomas de
quemazón. Los subtipos más habituales de candidiasis oral son exudativa blanca, erite-
matosa, hiperplásica (habitualmente en la lengua) y queilitis angular. A medida que se
reduce el número de linfocitos CD4 aparecen más lesiones invasivas, con la consiguien-
te pérdida del gusto. La esofagitis por Candida, un signo de SIDA, se presenta con dis-
fagia. La candidiasis diseminada es muy infrecuente. La candidiasis vaginal es una pre-
sentación inicial habitual de la infección por VIH en las mujeres (más frecuente que la
afección oral). Los niños con SIDA pueden padecer una extensa dermatitis del pañal
secundaria a Candida. Los niños pequeños también presentan onicodistrofia por
Candida. La candidiasis oral en los niños es un indicio de progresión de la enfermedad
y de mal pronóstico. Los pacientes con VIH tienen una mayor incidencia de aclorhidria
y, por tanto, el ketoconazol y el itraconazol se absorben peor.
2. Complejo Malassezia furfur. El complejo M. furfur, un grupo de levaduras superfi-
ciales, puede provocar una foliculitis del tronco y de los brazos de pacientes con VIH.
También es el organismo relacionado con la patogenia de la dermatitis seborreica. Se ha
descrito asimismo sepsis por catéter intravenoso debida a este omnipresente microorga-
nismo. Para hacer un cultivo de Malassezia se necesita un medio especial con aceite de
oliva. La tiña versicolor, también provocada por este microorganismo, es habitual, más
extensa y difícil de tratar en pacientes con SIDA. A menudo se necesita tratamiento anti-
micótico oral. Para el diagnóstico se requiere una preparación con KOH en la que se
identifiquen levaduras y esporas.
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3. Micosis superficiales. La prevalencia del pie de atleta en pacientes con VIH es del
29 % al 37 %, apenas ligeramente superior a la de los controles. Sin embargo, la inten-
sidad y el tipo de infección varían. La infección de las uñas puede presentarse como una
onicomicosis proximal subungueal o como una onicomicosis superficial blanca. El
microorganismo más frecuente es Trichophyton rubrum, más que Trichophyton menta-
grophytes. En los pacientes con una «dermatitis seborreica» difícil de tratar se debe con-
siderar la tiña facial en el diagnóstico diferencial.
F. Micosis profundas
1. Cryptococcus. La infección micótica profunda más frecuente en pacientes con SIDA
es la criptococosis. Aparecen lesiones cutáneas en el 2 % al 9 % de los pacientes. Puede
haber un cuadro diseminado con pápulas similares a las del molusco contagioso de 1 a
4 mm; también hay centros necróticos ulcerativos. La infección puede ser polimórfica,
pues se ha descrito con nódulos, pústulas, abscesos, úlceras, lesiones vegetativas y
patrones herpetiformes. El paladar duro también puede estar afectado y ulcerado. El
diagnóstico se basa en una biopsia cutánea con una tinción especial. Una vez se ha
determinado la infección sistémica, los antimicóticos pueden salvar la vida del paciente
(anfotericina B, flucitosina y fluconazol intravenosos). Se recomienda un tratamiento de
mantenimiento hasta que mejore el estado inmunitario del paciente, sobre todo si tiene
SIDA.
2. Histoplasmosis. El 11 % de los pacientes con una histoplasmosis pulmonar o disemi-
nada tendrá una afección cutánea. Igual que con Cryptococcus, las lesiones cutáneas
pueden parecerse a las del molusco contagioso. Otras manifestaciones son úlceras, pla-
cas, celulitis, una dermatitis difusa y ulceración perianal. También suele estar afectada
la mucosa oral. Una biopsia, un cultivo y tinciones especiales ayudan a establecer el
diagnóstico.
G. Esporotricosis. Se ha descrito esporotricosis sistémica en pacientes con VIH sin antece-
dentes de contacto con el suelo ni con plantas; la presunta vía de entrada es el pulmón, con
posterior diseminación hematógena. Puede haber lesiones cutáneas, aunque son infrecuen-
tes, en forma de nódulos violáceos que crecen y forman costras. En el 80 % de estos pacien-
tes se observa artritis erosiva y osteomielitis. La afección pulmonar puede ser difícil de tra-
tar e incluso necesitar anfotericina B para obtener una respuesta eficaz. En pacientes con
SIDA y con un cuadro diseminado se puede utilizar itraconazol para las lesiones cutáneas
o para la profilaxis después del tratamiento con anfotericina B.
H. P. marneffei. Es una infección oportunista bastante nueva en la enfermedad por el VIH
endémica del sudeste asiático y de China. En dos tercios de los pacientes aparecen lesiones
cutáneas papulares con una umbilicación necrótica central en la cara y en las extremida-
des. Otros síntomas de diseminación generalizada son linfadenopatía generalizada, hepa-
tomegalia, esplenomegalia, anemia y trombocitopenia (5). El tratamiento consiste en itra-
conazol en los casos leves y anfotericina B para las infecciones graves, seguido de un trata-
miento de mantenimiento con derivados azólicos (6).
I. Infecciones bacterianas. A medida que avanza la inmunosupresión en la enfermedad
por el VIH, la función de los linfocitos B también se ve afectada con la pérdida de la fun-
ción de algunos anticuerpos específicos que son necesarios para la erradicación de mi-
croorganismos encapsulados como Streptococcus pneumoniae y Haemophilus influenzae.
A menudo los pacientes tienen una neutropenia funcional que los hace más sensibles a la
infección.
En los pacientes con SIDA es muy habitual ver piodermas, especialmente en niños, entre
ellos foliculitis, celulitis, hidradenitis y abscesos. El microorganismo patógeno más frecuen-
te es Staphylococcus aureus. En los pacientes con SIDA también se han descrito impétigo,
impétigo vesicular, ectima, síndrome estafilocócico de la piel escaldada y síndrome del
choque tóxico. Puede aparecer un síndrome estreptocócico tóxico provocado por un
estreptococo β-hemolítico del grupo A caracterizado por los síntomas de linfadenitis,
fiebre, diarrea, hipotensión y erupción escarlatiniforme. Entre los pacientes con el VIH
aumenta la proporción de portadores nasales de S. aureus, lo que puede causar abscesos
del tabique nasal. Es posible reducir la colonización con lavados con gluconato de clorhe-
xidina y tratamiento antibiótico tópico en los orificios nasales.
J. Foliculitis no bacterianas. La foliculitis eosinófila es una erupción folicular prurigino-
sa que se parece a la enfermedad de Ofuji (un cuadro observado principalmente en pacien-
tes japoneses). Los síntomas cutáneos son pápulas urticariantes o foliculares (o ambas) en
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seguras. El agente causal del SK y el linfoma de linfocitos B con efusión primaria (cavi-
dad corporal) es el virus del herpes humano 8. Este virus infecta a la población general
y presenta la máxima seroprevalencia entre los adultos jóvenes, probablemente secun-
daria a la transmisión sexual. Los niños rara vez tienen un SK, aunque, cuando éste apa-
rece, sigue un curso muy agresivo.
La piel es la zona afectada con mayor frecuencia, si bien el 5 % de los pacientes no
tiene lesiones cutáneas. En sus primeras fases la morfología es variable, pero se carac-
teriza por una simetría inusual de las lesiones. Las lesiones iniciales pueden aparecer en
forma de pápulas violáceas y placas, hasta formar nódulos ulcerados. El diagnóstico
diferencial debe incluir la púrpura, un hematoma, una lesión melanocítica o una erup-
ción de origen farmacológico. Las lesiones presentan una disposición lineal, perifolicu-
lar o siguen un dermatoma. Son habituales las lesiones de las mucosas, sobre todo en el
paladar; el examen de la mucosa oral acostumbra a confirmar el diagnóstico si existen
lesiones cutáneas y de las mucosas. El SK puede progresar rápidamente formando
tumores y úlceras, aunque también hay casos de regresión espontánea.
Se recomienda tratamiento si al paciente le preocupa conseguir una mejora funcional
o cosmética (8). La terapia con radiación provoca la remisión de las lesiones en el 93 %
de los pacientes, pero no se debe aplicar en las lesiones de la mucosa oral porque puede
provocar una estomatitis intensa. También se puede aplicar una destrucción local con
nitrógeno líquido; otras opciones de tratamiento son la escisión quirúrgica, la talidomi-
da por vía oral y la inyección intralesional de vinblastina o bleomicina. La quimioterapia
sistémica no mejora la supervivencia y además puede deteriorar un sistema inmunitario
ya alterado, por lo que se debe considerar sólo en algunos casos concretos. La adminis-
tración de interferón α por vía sistémica puede reducir el tamaño del tumor. El SK rela-
cionado con el SIDA responde bien en ocasiones al tratamiento antirretroviral triple.
2. Linfomas. La presencia de una infección por VIH incrementa el riesgo de sufrir un lin-
foma. Los linfomas no Hodgkin de linfocitos B son el segundo tipo de neoplasia más
frecuente en los pacientes con SIDA. La piel está afectada en el 15 % de los pacientes.
Habitualmente la enfermedad se diagnostica en una fase avanzada, después de haber
sufrido otras infecciones oportunistas. La media de supervivencia es sólo 5 meses. Otros
procesos de linfocitos B observados en pacientes con SIDA son el linfoma primario de
linfocitos B del cerebro, el linfoma de Burkitt, la leucemia linfocítica crónica y el mie-
loma múltiple.
En estas condiciones la enfermedad de Hodgkin tiene un curso agresivo, con un pe-
ríodo medio de supervivencia de 14 meses. La afección cutánea, tanto de difusión con-
tigua como no contigua, es más frecuente en pacientes infectados por el VIH que en
pacientes no infectados. También se han descrito casos de linfoma cutáneo de linfocitos
T en pacientes con SIDA, con una enfermedad indolente similar a una micosis fungoi-
de y el síndrome de Sézary. Los linfomas de células grandes tienen mal pronóstico; estas
células suelen ser CD30+ y alojan el VEB. En esta población se observa leucemia de lin-
focitos T adultos y linfomas, por lo que se deben hacer pruebas del virus linfotropo T
humano de tipo 1 (VLTH-1).
3. Carcinoma espinocelular (CEC). Entre los pacientes con una infección por el VIH
la tasa de CEC es elevada, igual que en otros pacientes inmunodeprimidos. No parece
que el número de lesiones guarde relación con el grado de inmunosupresión. Los
pacientes con VIH desarrollan un CEC a una edad más temprana que la población
general, a menudo en zonas de piel cubiertas. Se ha observado CEC periungueal en
pacientes con SIDA que además se asocia a subtipos de VPH de alto riesgo.
Las mujeres con una infección por VIH tienen una incidencia significativamente más
alta de CEC cervical, con grados de displasia más elevados que los de los controles. La
incidencia de carcinoma cervical es proporcional a la reducción del número de linfoci-
tos CD4. Es frecuente una afectación más extensa, que llega hasta la vagina y la vulva;
la tasa de recurrencia es el 36 % frente al 8 % en las pacientes sin infección por VIH.
El CEC anogenital es 7 veces más frecuente en los hombres homosexuales con VIH
que en los que no lo tienen. Aproximadamente el 64 % de las muestras contiene VPH,
casi siempre los subtipos 16, 18 y 33. La replicación de los tipos más oncogénicos de
VPH también se asocia a una mayor inmunosupresión. Se ha observado que la proteí-
na tat del VIH aumenta la expresión del VPH. Pueden aparecer placas aterciopeladas
blancas o hiperpigmentadas, con erosiones, que afectan a toda la zona perianal inclui-
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do el conducto anal. En los individuos que practican relaciones anales puede aparecer
carcinoma cloacógeno que surge de la mucosa de transición del conducto anal. Estos
pacientes sufren hemorragias rectales, estreñimiento y ocasionalmente eritema e indu-
ración perirrectal. Entre esta población hay también una incidencia mayor de condilo-
ma acuminado.
4. Carcinoma basocelular (CBC). El carcinoma basocelular se ha observado con
mayor frecuencia en los pacientes infectados por el VIH. La presentación más habitual
es un carcinoma multifocal, en el tronco de hombres de piel clara, de edades compren-
didas entre 20 y 60 años. Existen algunas comunicaciones raras de metástasis.
5. Melanoma. No se ha establecido la incidencia del melanoma en los pacientes VIH
positivos; sin embargo, se han descrito melanomas, incluidos múltiples tumores prima-
rios. En el momento del diagnóstico los melanomas tienden a ser más gruesos (medida
promedio de Breslow de 2,61 mm) y es frecuente que presenten metástasis. Se ha des-
crito a 7 pacientes con múltiples nevos displásicos eruptivos y algunos también tenían
melanomas.
P. Efectos secundarios del tratamiento contra el VIH
1. El tratamiento con inhibidores de la proteasa se ha asociado a la inducción de la for-
mación de una almohadilla cervical parecida al síndrome de Cushing. Las imágenes de
TC han demostrado que es tejido adiposo no encapsulado. También se han descrito
acumulación de grasa submandibular y obesidad central (9). Algunos pacientes con
VIH que no tomaban inhibidores de la proteasa desarrollaron también esta «joroba de
búfalo».
2. También se ha descrito el síndrome de lipodistrofia, con pérdida localizada de tejido
adiposo de las mejillas, frente y extremidades, en pacientes con el VIH tratados con
antirretrovíricos durante períodos prolongados (10).
3. El foscarnet provoca úlceras orales y genitales dolorosas en el 30 % de los pacientes tra-
tados con dosis elevadas.
4. La doxorubicina encapsulada con liposomas utilizada para el tratamiento del SK se ha
asociado a un doloroso síndrome de manos y pies. Inicialmente provoca inflamación y
dolor en las extremidades que pueden acabar sufriendo erosiones, fisuras y desca-
mación.
5. La zidovudina (AZT) causa líneas pigmentadas en las uñas, una erupción morbiliforme
y un síndrome raro de tipo dermatomiositis-polimiositis.
Q. Otros trastornos cutáneos asociados con una infección por el VIH (tabla 18-1).
AZT, zidovudina.
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PACIENTES INMUNODEPRIMIDOS
(NO INFECTADOS POR EL VIRUS DE LA INMUNODEFICIENCIA HUMANA)
El número de pacientes inmunodeprimidos ha aumentado significativamente en la última década
debido al incremento de tratamientos inmunosupresores para trasplantes de órganos o contra tumo-
res malignos, y de los estados patológicos como las enfermedades autoinmunes. Cada paciente tiene
una inmunodeficiencia específica basada en su enfermedad subyacente o su tratamiento. En estos
pacientes las lesiones cutáneas pueden ser el primer signo de una enfermedad sistémica; se han des-
crito infecciones cutáneas en el 22 % al 33 % de los pacientes intensamente inmunodeprimidos. A
causa de la inmunodeficiencia subyacente, las dermatopatías suelen presentar formas atípicas o ser
difíciles de tratar. En esta población se deben practicar biopsias de las erupciones cutáneas inexplica-
bles y someterlas a examen histológico y cultivo rutinarios.
I. PERSPECTIVA GENERAL
A. Infecciones bacterianas
1. Pseudomonas aeruginosa. P. aeruginosa forma parte de la flora cutánea normal del
conducto auditivo externo, los pliegues cutáneos y el ombligo. En los pacientes neutro-
pénicos esta bacteria consigue penetrar a través de las estructuras anexas, como los
folículos pilosos. El ectima gangrenoso es una placa necrótica que va creciendo en
cualquier punto de la superficie cutánea, secundaria a una vasculitis séptica por
Pseudomonas con una bacteriemia asociada. El diagnóstico se basa en un cultivo direc-
to de la herida o una biopsia de la lesión que muestra bacilos gramnegativos en la media
y la adventicia de las paredes de los vasos profundos. En los pacientes inmunodeprimi-
dos esta infección se acompaña de una tasa de mortalidad del 10 % al 20 %, por lo que
se debe tratar con una combinación de antibióticos activos contra Pseudomonas.
B. Infecciones micóticas superficiales
1. Tiña. En los pacientes inmunodeprimidos, y sobre todo en los pacientes sometidos a
trasplantes de órganos macizos, pueden estar afectadas extensas zonas cutáneas. A
menudo la tiña facial se diagnostica erróneamente como una dermatitis seborreica, un
lupus eritematoso o un eccema. Los antimicóticos tópicos son útiles para tratar las
infecciones localizadas; sin embargo, cuando la afección es extensa se pueden necesitar
antibióticos sistémicos, aunque vayan asociados a unas mayores incidencia y gravedad
de efectos secundarios.
2. Candidiasis. En los últimos años ha habido cada vez más comunicaciones de candi-
diasis invasiva, habitualmente secundaria a C. albicans o C. tropicalis. El riesgo de resis-
tencia a los derivados azólicos puede llegar al 20 %. El hongo coloniza el tubo digesti-
vo o el espacio intravenoso y llega a la circulación sistémica. Aproximadamente del 10 %
al 15 % de los pacientes con candidiasis sistémica presentan alguna lesión cutánea
(pápulas o nódulos). La tasa de respuesta a la anfotericina B es del 50 % al 75 %.
3. Trichosporonosis. En el huésped normal Trichosporon beigelii provoca la infección
superficial del tallo piloso conocida como piedra blanca. Los factores que predisponen a
la trichosporonosis son la quimioterapia citotóxica, los corticoesteroides sistémicos, la
inserción de válvulas cardíacas artificiales y el SIDA. Los signos de infección sistémica son
pápulas o nódulos púrpura con úlceras centrales, insuficiencia pulmonar y renal, e hipo-
tensión. El diagnóstico se basa en una biopsia y cultivo de la lesión cutánea o en cultivos
hemáticos. El tratamiento puede ser difícil; la aparición de la enfermedad se observa du-
rante la administración de anfotericina B, itraconazol, fluconazol o voriconazol.
C. Infecciones micóticas profundas
1. Aspergilosis. Las infecciones por Aspergillus fumigatus y Aspergillus flavus son las
micosis invasivas profundas más frecuentes en los pacientes inmunodeprimidos. El máxi-
mo riesgo lo corren los pacientes sometidos a trasplantes de órganos macizos, los trata-
dos con dosis elevadas de corticoesteroides o con una granulocitopenia prolongada. La
dermatopatía primaria puede ser debida a la inoculación a través de quemaduras, trau-
matismos o catéteres intravenosos. Sin embargo, es más frecuente que sea una aspergilo-
sis cutánea secundaria a una infección pulmonar que se ha diseminado ampliamente. Las
lesiones cutáneas consisten en nódulos eritematosos que se ulceran rápidamente dejando
una costra negra. Cuando la enfermedad está muy extendida puede afectar al SNC, cora-
zón, pulmones y riñones. Una biopsia de la lesión cutánea y un frotis por contacto per-
miten identificar las hifas con septos, ramificadas en ángulo agudo. Los tratamientos de
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I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
A. Pediculosis. Existen dos especies de piojos chupadores de sangre específicas del huésped
humano: Phthirius pubis y Pediculus humanus. Estos insectos ápteros y hexápodos son
parásitos obligados y específicos del huésped humano. Los piojos alojados en la cabeza o
en el cuerpo pueden ser de ambos tipos de P. humanus (P. humanus humanus y P. huma-
nus capitis); solamente el piojo del cuerpo es capaz de transmitir el tifus endémico
(Rickettsia prowazekii), la fiebre de las trincheras (Bartonella quintana) y la fiebre recu-
rrente (Borrelia recurrentis, Borrelia duttoni). No se tiene constancia de que P. capitis sea
el vector de una enfermedad. Los piojos de la cabeza y del cuerpo tienen un aspecto simi-
lar y pueden cruzarse entre sí; sin embargo, tienen hábitos alimentarios fisiológicos diferen-
tes, por lo que los piojos de la cabeza prefieren limitarse al cuero cabelludo. El piojo de la
cabeza se transmite al compartir la ropa y accesorios de higiene; el piojo del cuerpo lo hace
a través de la ropa de la cama o de vestir, y las ladillas, mediante contactos interpersona-
les, y no con poca frecuencia a través de la ropa de vestir, de la cama o las toallas.
El piojo adulto (Pediculus humanus) mide de 2 a 4 mm de longitud, tiene tres pares de
patas con unos delicados ganchos en los extremos de los tarsos y color blanco grisáceo. La
hembra adulta vive unos 25 días aproximadamente, pone unos 10 huevos diarios y muere
si se mantiene alejada del huésped durante 10 días. Los piojos prefieren vivir en la ropa,
sobre todo en las costuras, y trasladarse al cuerpo para alimentarse. A la vez que se alimen-
tan inyectan jugos digestivos y material fecal en la piel, lo que junto con el propio pincha-
zo provocarán el prurito. Su saliva también contiene un anticoagulante y vasodilatador
único que produce algunos de los síntomas de irritación y prurito. Es frecuente que haya
infestaciones intensas en entornos superpoblados y con escasa higiene, como entre el per-
sonal militar y refugiados en épocas de guerra, en las prisiones, en instalaciones sanitarias
para enfermos crónicos y entre los vagabundos. La infección crónica puede provocar una
liquenificación e hiperpigmentación debido al rascado continuo.
Los piojos de la cabeza (P. capitis) afectan sobre todo a los niños blancos de entre 3 y
11 años. Los piojos de la cabeza prefieren las cabezas limpias y sanas, y abandonan al hués-
ped si las condiciones no son idóneas; habitualmente la transmisión de los piojos empieza
en el hogar de grandes familias y después se extiende al entorno escolar. El pelo liso es más
vulnerable que el rizado; los niños de origen africano están afectados con menor frecuen-
cia, probablemente gracias al perfil ovalado de su pelo. Sin embargo, se han encontrado
nuevas variantes de piojos con una cutícula más fuerte y con garras curvadas en ángulo que
constituyen una adaptación a la variación de la estructura del pelo. El período de incuba-
ción desde la exposición hasta el prurito es aproximadamente 30 días. Los huevos (lien-
dres) son ovales, de 1 mm de longitud y grises, y están firmemente adheridos al pelo;
eclosionan aproximadamente a los 7 a 9 días y tardan 1 semana más en llegar a adultos. Los
huevos son depositados muy cerca de la piel y eclosionan antes de que el pelo crezca medio
centímetro. Si no se encuentran liendres a menos de 1 cm de la piel ni se observan piojos,
no es necesario hacer tratamiento alguno, porque las liendres que están a más de 1 cm de
la piel son cáscaras de huevo vacías de una infección antigua. Los piojos de la cabeza no
saltan ni vuelan de una persona a otra. Se adaptan a su entorno: las pieles de color y pelo
más oscuro tienen piojos de color rojo o negro, mientras que las pieles y pelos más claros
tienen piojos de color gris o blanco. La producción de huevos es ideal a una temperatura
de 29 ºC; en climas más cálidos pueden encontrarse huevos viables en puntos más bajos del
tallo piloso.
La ladilla, o piojo púbico (P. pubis), que suele habitar la región genital, es ancha y corta
(1 a 2 mm), con un primer par de patas más corto que el segundo y tercero, ambos en
forma de garra. También infestan a otras áreas como el bigote, la barba, las axilas, el pecho
e incluso el pelo de la cabeza. La infestación de las pestañas recibe el nombre de pedicu-
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losis palpebral o «pitiriasis palpebral». Las ladillas aparecen en la mayoría de los grupos
étnicos excepto los asiáticos, quizá porque tienen menos vello púbico. Los hombres homo-
sexuales tienen una tasa de infestación elevada. Estos piojos acostumbran a poner sólo
3 huevos al día. Los adultos pueden vivir alejados del huésped hasta durante 36 h aproxi-
madamente y los huevos son viables durante 10 días. La probabilidad de adquirir una pedi-
culosis pubiana tras una relación sexual con una persona infectada es aproximadamente el
95 %. La transmisión puede ocurrir sin contacto corporal directo, especialmente en entornos
cálidos. Mediante el uso de la reacción en cadena de la polimerasa (RCP) se puede identifi-
car al huésped anterior de la ladilla (una posible herramienta forense). Mediante la RCP tam-
bién se ha detectado el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH) en muestras de ladillas,
pero no está claro si alguno de estos subtipos es capaz de transmitir el virus.
B. La sarna está provocada por una infestación con el ácaro Sarcoptes scabiei var. hominis.
S. scabiei tiene 4 pares de patas, con pliegues transversales y cerdas en su cara dorsal. La
hembra mide 1,3 mm × 0,4 mm, apenas visible al ojo humano; excava una cavidad en forma
de túnel en el estrato córneo y llega a desplazarse hasta 5 mm al día durante 1 a 2 meses,
antes de morir. Cada hembra pone un total de 10 a 38 huevos, que eclosionan aproxima-
damente al cabo de 1 semana, alcanzan la madurez aproximadamente en 3 semanas y
empiezan un nuevo ciclo. Se aparean una sola vez, tras la cual el macho muere. Menos del
10 % de los huevos depositados llega a producir un ácaro adulto. La mayoría de los adul-
tos infectados alojan de 10 a 12 ácaros; se han recuperado ácaros vivos del polvo y de obje-
tos inanimados. El 25 % de las instalaciones de asistencia prolongada revisadas comunicó
problemas de brotes de sarna en el período de 1 año.
La sarna costrosa o noruega aparece en pacientes debilitados o inmunodeprimidos y en
pacientes adultos con linfoma de linfocitos T relacionado con el virus linfotropo T huma-
no de tipo 1 (VLTH-1); a menudo la infestación se presenta en forma de dermatitis gene-
ralizada con hiperqueratosis costrosa de palmas de las manos y plantas de los pies. Las fisu-
ras profundas entre las placas costrosas son una fuente de invasión bacteriana de la sangre
y también permiten la penetración de los tratamientos contra la sarna hasta la sangre. Esta
variante de sarna es sumamente contagiosa porque la piel está infestada con miles de áca-
ros. Los pacientes con infección por VIH pueden presentarse con una infección de sarna
como la primera enfermedad identificadora de su síndrome de inmunodeficiencia adquiri-
da (SIDA), sobre todo si su recuento de CD4 desciende por debajo de 200.
La sarna se adquiere principalmente por contacto íntimo personal, aunque también se
transmite por la ropa de vestir, la ropa de cama, los muebles o las toallas. La hembra puede
sobrevivir hasta 96 h alejada del ser humano; el período de incubación acostumbra ser infe-
rior a 1 mes, pero puede llegar a 2 meses. El prurito intenso probablemente esté causado
por una sensibilidad adquirida al organismo y a su saliva, huevos y heces; aparece por pri-
mera vez a las 3 a 4 semanas de la primera infestación, pero mucho antes (24 a 48 h) en
infecciones posteriores. S. scabiei presenta antigenicidad cruzada con los ácaros del polvo
doméstico, lo que puede tener un cierto papel en la sensibilidad a la sarna y sus manifesta-
ciones clínicas. Los estudios con inmunofluorescencia sugieren un patrón cutáneo similar
al de la vasculitis en los vasos dérmicos, con la presencia de inmunoglobulina M (IgM) y
conjugados C3; las biopsias cutáneas pueden detectar reacciones inmunitarias imposibles
de distinguir del penfigoide ampolloso. La respuesta retardada del huésped y estos hallaz-
gos sugieren que la enfermedad tiene un componente humoral. La sarna canina (sarna sar-
cóptica) produce costras y pérdidas de pelo en los bordes de las orejas, piernas y abdomen
de los perros. Es sumamente contagiosa y puede provocar pequeñas epidemias en los seres
humanos, aunque el ácaro no se reproduce en el huésped humano.
C. Las garrapatas son ácaros grandes cubiertos por un tegumento grueso. Estos ectoparásitos se
alimentan chupando sangre de mamíferos, aves y reptiles. Se encuentran en los árboles, hier-
bas, matorrales o en los animales (perros, ganado vacuno). Tras adherirse a la piel humana
la hembra empieza a alimentarse, acaba hinchada a los 7 a 14 días y entonces se desprende.
Las garrapatas de mayor importancia médica en Estados Unidos son las especies Amblyoma
americanum (garrapata Lone Star), Dermacentor e Ixodes. Las garrapatas Amblyoma y
Dermacentor pueden transmitir la fiebre de las montañas rocosas (Rickettsia rickettsii), la
erliquiosis (Ehrlichia chaffeensis) y la tularemia (Francisella tularensis). Las del género Ixodes
pueden transmitir la enfermedad de Lyme (Borrelia burgdorferi) y la babesiosis.
A menudo la enfermedad de Lyme se diagnostica y trata en exceso porque presenta
manifestaciones propias del género Proteus y porque los análisis serológicos no son fiables.
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El riesgo de que una garrapata transmita la enfermedad de Lyme mediante una picadura es
bajo si queda enganchada durante menos de 24 h. Las primeras fases de la enfermedad de
Lyme se pueden dividir en localizada (estadio 1) y diseminada (estadio 2). En el 60 % al 80 %
de los pacientes aparece una erupción localizada, habitualmente en el lugar de la picadura
de la garrapata, en el plazo de unos días a 1 mes desde la picadura, si bien es frecuente que
ésta no se identifique. En la mayoría de los pacientes con eritema migratorio aparecen sín-
tomas sistémicos (fatiga, artralgias, mialgia, cefalea, cuello rígido y anorexia) y el 42 % de
los pacientes presentará linfadenopatía o fiebre. Un cuadro diseminado indica la difusión
de la enfermedad a otros órganos, habitualmente con manifestaciones en el sistema nervio-
so central (SNC), cardíacas o reumáticas. En los pacientes que no reciben tratamiento tiene
lugar la fase avanzada (estadio 3), con manifestaciones en el SNC y el aparato locomotor.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. La característica principal de la pediculosis es un prurito extremo. Tarda de 4 a 6 semanas
en aparecer en los individuos no sensibilizados, y sólo 24 a 48 h tras exposiciones repetidas.
En algunos pacientes sensibilizados aparece prurito generalizado, urticaria y eccemas. En
algunos casos se ha observado en niños absolutamente asintomáticos. Puede provocar
insomnio porque los piojos son más activos durante las horas nocturnas.
B. La sarna se caracteriza por un picor intenso que es más marcado poco después de acostar-
se o durante la siesta de los niños. El prurito puede retrasarse o ser pasado por alto en los
pacientes inmunodeprimidos o los ancianos. Al principio del curso solamente hay prurito
en las zonas donde existen perforaciones; después el prurito se generaliza.
C. Las picaduras de las garrapatas son indoloras; a menudo las garrapatas se descubren varios
días después, cuando aparece el prurito o se encuentra la garrapata hinchada. Ocasio-
nalmente hay fiebre, cefalea y dolor abdominal mientras la garrapata sigue adherida a la piel
alimentándose. El primer estadio de la enfermedad de Lyme puede ir acompañado por sínto-
mas constitucionales mayores o menores. Tanto la fase inicial diseminada como la fase tar-
día pueden ir acompañadas de múltiples síntomas, dependiendo del sistema orgánico afecta-
do (SNC, cardíaco o locomotor). Muy raramente los niños desarrollan una parálisis flácida
reversible que empieza después de que la garrapata haya estado adherida durante varios días.
III. DATOS OBJETIVOS
A. Pediculosis
1. Del cuero cabelludo
a. Las liendres se encuentran con mayor facilidad en los pelos de la nuca y de encima
de las orejas. Las liendres están adheridas al pelo con un adhesivo que contiene pro-
teínas: para desprenderlas se tienen que arrastrar con un peine especial para lien-
dres, con las uñas o cortando el pelo. A menudo es difícil distinguir entre una lien-
dre viable y una no viable. Las seudoliendres son epitelio descamado que rodea el
pelo, que se desprende más fácilmente que las liendres verdaderas. Si no está segu-
ro, el paciente puede poner la muestra en alcohol de 70° para examinarla al micros-
copio. Puede haber máculas eritematosas, pápulas y urticaria.
b. Los piojos adultos se mueven rápidamente y evitan la luz; a veces no hay manera de
encontrarlos cuando se mezclan entre la piel y el pelo. Como promedio hay menos
de 10 insectos maduros por paciente. Los padres o las personas que están a cargo
de los niños en el colegio pueden examinar la cabeza con espátulas o con liendreras.
c. Entre las complicaciones frecuentes cabe citar un impétigo secundario y forunculo-
sis, con linfadenopatía cervical. En los casos intensos puede haber fiebre y anemia.
La expresión sentirse «piojoso» se acuñó para describir los síntomas de la pedicu-
losis.
2. Del cuerpo
a. Se pueden observar marcas de rascado, eccema, liquenificación, urticaria y pápulas
eritematosas persistentes. A menudo las lesiones son más evidentes en la espalda.
b. Los piojos se encuentran en las costuras de la ropa y sólo rara vez se descubren sobre
la piel. Pueden desplazarse hasta 3,5 cm en 2 h.
3. Del pubis
a. El vello púbico, perianal y de los muslos puede estar infestado por un número muy
pequeño o muy grande de liendres. La carga infecciosa es a veces particularmente
intensa en la base de las pestañas.
b. Los adultos de color amarillo grisáceo son difíciles de encontrar y suelen estar loca-
lizados en la base de los pelos, donde parecen pequeñas pecas, costras o pecas.
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c. Unos pequeños puntos de color negro azulado (macula cerulea) presentes en las zonas
infestadas representan sangre ingerida por los piojos adultos o sus excrementos.
d. Es importante examinar si hay liendres en el vello del torso, el vello axilar, las pes-
tañas y la barba; rara vez está afectado el pelo de la cabeza. Las ladillas se pueden
desplazar 10 cm al día, pero sobreviven menos de 20 h lejos del huésped. Los hue-
vos siguen incubándose durante 1 semana después del tratamiento.
e. No se aconseja afeitar la zona pubiana porque esto puede provocar foliculitis e irri-
tación.
B. Sarna
1. Los túneles característicos tienen el aspecto de múltiples cordones, rectos o en forma
de S, o líneas de puntos, de 5 a 20 mm de longitud; parecen un hilo negro y terminan
en una vesícula, aunque no es imprescindible. Los ácaros también se encuentran en las
pápulas y las vesículas, las lesiones más frecuentes.
2. Los puntos afectados habitualmente son los espacios interdigitales de las manos, las
muñecas, las fosas antecubitales, las puntas de los codos, pezones, ombligo, bajo vien-
tre, genitales y pliegues glúteos. En el hombre son características las lesiones del glande
del pene. Entre los lactantes y los niños pequeños es frecuente que haya lesiones en las
palmas de las manos, plantas de los pies, cabeza y cuello.
3. La urticaria generalizada con pápulas, excoriaciones y eccema son lesiones secundarias
provocadas por la sensibilización al ácaro.
4. Los nódulos eritematosos indurados, más destacados en los genitales masculinos, son
más frecuentes que las perforaciones discretas y tardan más en curarse después del tra-
tamiento.
5. A menudo hay una infección bacteriana secundaria con impétigo y forunculosis. En
pacientes con SIDA y sarna noruega se han descrito casos de sepsis. Algunas cepas nefri-
tógenas de Streptococcus también han colonizado las lesiones de sarna, sobre todo en
zonas tropicales.
6. Las lesiones de sarna canina son pápulas o vesículas en las que no se ven túneles; apa-
recen en el tronco, brazos o abdomen.
C. Garrapatas. La garrapata hinchada, a menudo del tamaño de un guisante grande, puede
parecer un tumor vascular o una verruga.
1. Los huéspedes previamente sensibilizados pueden presentar una respuesta urticariforme
localizada.
2. La reacción habitual a la picadura consiste en un pequeño nódulo dérmico que rodea a
un centro necrótico.
3. El punto de una picadura de garrapata también puede estar marcado por una escara
(una úlcera redonda con costra).
4. La erupción de una enfermedad de Lyme localizada empieza como una mácula o pápu-
la eritematosa localizada que se extiende gradualmente durante varios días mientras
adquiere una configuración anular que alcanza varios centímetros de diámetro. El
borde más externo es de color rojo intenso y aplanado; el centro puede ser oscuro, vio-
láceo y raramente vesicular o necrótico. Cabe observar múltiples lesiones secundarias
además de una urticaria o eritema difusos. No afecta a las mucosas, a las palmas de las
manos ni a las plantas de los pies. Se han descrito casos de linfadenopatía regional y
conjuntivitis.
Cuando la enfermedad es diseminada, en el 6 % al 10 % de los individuos se produ-
cen trastornos cardíacos en el plazo de 1 mes desde la picadura de la garrapata. Puede
aparecer un bloqueo auriculoventricular autolimitado, pericarditis y disfunción ventri-
cular izquierda.
5. La respuesta granulomatosa a las picaduras de la garrapata genera lesiones que parecen
fibromas dérmicos (dermatofibroma, histiocitoma).
IV. EVALUACIÓN
A. Un pioderma inexplicable de la piel de la cabeza, una adenopatía inflamatoria cervical u
occipital, o un prurito con una inflamación leve del cuero cabelludo occipital y de la nuca,
se deben atribuir a una pediculosis mientras no se demuestre lo contrario. Es importante
ser persistente al buscar las liendres. Si la sospecha es elevada, está indicado hacer un tra-
tamiento de prueba o repetir la exploración transcurridos de 2 a 3 días.
A menudo un prurito púbico es una manifestación de una pediculosis. En las personas
meticulosas se observarán pocos adultos y liendres; es imprescindible hacer una búsqueda
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cuidadosa (lo ideal es usar una lupa) prestando especial atención al área genital. También
se debe tener en cuenta la posibilidad de otras enfermedades venéreas coexistentes.
B. El diagnóstico de sarna se hace identificando la presencia de los individuos, los huevos o
las concreciones fecales ovales de color marrón o negro (scybala o cápsulas fecales)
en los túneles o en las pápulas. El mejor método de diagnóstico es practicar una biopsia
epidérmica superficial obteniendo la muestra mediante rebanado. Las pápulas que dan
mejores resultados suelen ser las pequeñas muy pruriginosas. Eleve el túnel o la pápula
entre el índice y el pulgar, y utilice una hoja de bisturí del 15 para «serrar» la punta de la
pápula o todo el túnel. Este procedimiento casi siempre es indoloro. Coloque el material
sobre un porta de cristal, cúbralo con aceite de inmersión y examínelo al microscopio. Casi
siempre los túneles y las pápulas se encuentran entre los dedos, en la cara flexora de las
muñecas o en la cara cubital de las manos. A veces es difícil encontrar el túnel o el ácaro,
sobre todo en ancianos o pacientes debilitados; en estos casos el cuadro clínico de prurito
intenso y lesiones papulares y exfoliadas nos conduce al diagnóstico correcto. La adición
de hidróxido de potasio (KOH) a la preparación es útil para eliminar los residuos querati-
nosos de la sarna costrosa; es importante examinarlos rápidamente al microscopio porque
el KOH también disuelve los ácaros y los huevos. El ácaro de la sarna canina es fácil de
identificar en raspados del perro, pero rara vez se observa en preparaciones obtenidas de
lesiones humanas. El microscopio de epiluminiscencia ayuda a detectar los ácaros in vivo.
C. A menudo la enfermedad de Lyme se diagnostica gracias a la lesión cutánea consistente en
la típica erupción rápida. La presencia de otros síntomas agudos (fiebre, mialgia, artralgias,
cefalea y cuello rígido) también ayuda. No se necesitan antecedentes de picadura de garra-
pata. En el laboratorio se confirma aislando la espiroqueta del suero o del líquido cefalo-
rraquídeo (LCR), o detectando una alteración de las concentraciones de anticuerpos en el
suero del paciente agudo o convaleciente. También son útiles los cultivos de las muestras
para biopsias cutáneas o la RCP.
Las pruebas serológicas no son útiles en el inicio de la enfermedad debido a su escasa
sensibilidad. Los resultados positivos o equívocos de un enzimoinmunoanálisis de adsor-
ción (ELISA), un análisis de inmunofluorescencia o de inmunomancha se tienen que com-
plementar con una inmunotransferencia (Western blot).
V. TRATAMIENTO. Cada vez aparecen más artículos sobre la resistencia de los piojos de la cabeza
a los pediculicidas tradicionales. La resistencia puede aumentar si se utiliza la misma formula-
ción durante mucho tiempo. Se ha detectado resistencia a la permetrina, a las piretrinas sinté-
ticas y al lindano. La mayoría de los fracasos del tratamiento se pueden atribuir a una técnica
deficiente, al incumplimiento del tratamiento o una reinfección. Los insecticidas actúan destru-
yendo el sistema nervioso de los piojos, pero, puesto que los huevos recién puestos no tienen
sistema nervioso, son ideales los que también tienen propiedades ovicidas. Ningún producto
elimina el 100 % de los huevos, por eso todos los pacientes se tienen que volver a tratar al cabo
de 1 semana para erradicar los huevos incubados. Los huevos también tienen una gruesa capa
de lípidos difícil de atravesar: probablemente una aplicación de 10 min no bastará para atra-
vesar esta membrana. Es necesario utilizar un peine contra liendres, con un espacio entre púas
inferior a la anchura de las liendres, entre los tratamientos y después de ellos. Muchos padres
prefieren utilizar un champú, pero en conjunto son menos eficaces que las cremas y las locio-
nes. Cuando se detecta una infección es importante explicar bien el caso, porque muchos
pacientes se sienten socialmente estigmatizados, confusos y afectados por el diagnóstico.
A. El tratamiento de elección de la pediculosis de la cabeza o del pubis son las piretrinas con
butóxido de piperonilo, permetrina o lindano.
1. Las piretrinas, productos de acción rápida derivados de las plantas de crisantemo, son
el principal remedio sin receta contra los piojos. Estos productos interfieren con la
transmisión neural del parásito provocándole parálisis y muerte. El butóxido de pipe-
ronilo potencia las permetrinas porque inhibe las enzimas hidrolíticas responsables del
metabolismo de las piretrinas en los artrópodos. Cuando ambos productos se combi-
nan, la actividad insecticida de la piretrina aumenta 2 a 12 veces. La medicación se apli-
ca durante 10 min y después se aclara; no se debe aplicar más de 2 veces cada 24 h.
Estos productos matan los piojos de la cabeza con mayor rapidez que el lindano (10 a
23 min frente a 3 h). Su efecto ovicida viene a ser equivalente al del lindano; no se deben
utilizar cerca de los ojos ni en las mucosas. También son tóxicos para las moscas
domésticas, pulgas, chinches y mosquitos. Se comercializan diversas marcas de cham-
pú con un 0,33 % de piretrina, así como un champú con un 0,33 % de pirinato, que es
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menos ovicida que las piretrinas. Estos productos son inestables al calor y a la luz, y
están contraindicados en individuos con alergia conocida a la artemisa, el crisantemo o
a otros productos que contengan piretrinas, si bien estas reacciones son raras.
2. La permetrina es un piretroide sintético activo contra piojos, garrapatas, ácaros y pul-
gas. Actúa sobre las membranas de las células nerviosas en las que retrasa la repolari-
zación y provoca parálisis. No se ha informado sobre propiedades adversas de la sus-
tancia, es estable al calor y a la luz, presenta una actividad ovicida del 70 % al 80 %
y deja un residuo activo sobre la piel de la cabeza. La permetrina es 26 veces menos
tóxica que el lindano y 3 veces menos tóxica que las piretrinas. Se ha comprobado que
una sola aplicación de una crema de permetrina al 1 % era más eficaz que el tratamien-
to con butóxido de piperonilo. El tratamiento con permetrina de los uniformes mili-
tares es una protección eficaz contra los piojos del cuerpo humano. Aplique la crema
durante 10 min y aclare con agua. Se han descrito casos de prurito localizado tras el
uso de este producto.
3. El γ-hexaclorobenceno, un pesticida conocido también como lindano, es un organo-
clorado con un inicio de acción muy lento y escasa actividad ovicida; tarda más de
3 h en matar los piojos, durante las cuales el aumento de actividad de éstos puede pro-
vocar un mayor prurito al paciente. El lindano se comercializa como champú para el
tratamiento de la pediculosis de la cabeza o del pubis y en forma de crema y loción
para tratar la sarna y todas las formas de pediculosis. El lindano también repele las
garrapatas y otros artrópodos y mata las chinches. Hasta el 10 % del fármaco aplica-
do por vía tópica se absorbe a través de la piel, por lo que se debe aplicar sobre ella
después de haberla secado por completo; en los lactantes, niños pequeños, mujeres
embarazadas e individuos con alteraciones significativas de la barrera epidérmica
(p. ej., eritroderma) hay que considerar otros tratamientos. Sin embargo, faltan datos
toxicológicos de calidad sobre otros métodos de tratamiento. La mayoría de las reac-
ciones adversas al lindano, incluida la anemia aplásica, son causadas por un uso inde-
bido, especialmente aplicaciones repetidas (e innecesarias).
a. Para tratar la pediculosis de la cabeza o del pubis se aplican unos 30 ml de cham-
pú y se frota bien hasta que se forme espuma, permaneciendo en la piel de la cabe-
za o la zona genital durante 4 min. Después se aclara con agua abundante y se lim-
pian los pelos con un peine muy fino para eliminar las liendres. Habitualmente no
se necesita un segundo tratamiento.
b. La pediculosis pubiana se debe tratar con una aplicación de crema o loción de lin-
dano sobre las zonas infestadas y las adyacentes durante 8 a 12 h. En las personas
con vello abundante también se deben tratar los muslos, el tronco y las axilas, pues
no es infrecuente que también estén afectados. Otra posibilidad es aplicar un
champú como se ha descrito antes. La infestación de las pestañas con ladillas se
puede tratar aplicando una gruesa capa de vaselina 2 veces al día durante 8 días
para eliminar mecánicamente las liendres o aplicar una pomada oftálmica de fisos-
tigmina al 0,025 % con un aplicador con la punta de algodón.
4. La loción de malatión al 0,5 % es rápida y efectiva contra los piojos (5 min) y sus hue-
vos (matan el 95 %). Este organofosforado es uno de los productos menos tóxicos,
porque la carboxiesterasa de los mamíferos lo metaboliza rápidamente. Actualmente
esta formulación se vuelve a comercializar en Estados Unidos; antiguamente se comer-
cializaba al 1 %. Se adhiere lentamente al pelo, pero puede mantener un residuo
durante 2 a 6 semanas que ayuda a proteger contra una reinfestación. Es un produc-
to inflamable hasta que se seca, por lo que hay que evitar los secadores de pelo y cual-
quier llama desprotegida.
5. La combinación trimetoprima-sulfametoxazol por vía oral una vez al día durante
3 días, repetida a los 10 días, parece efectiva para el tratamiento de la pediculosis de
la cabeza. Este tratamiento no es útil para la sarna.
6. El carbarilo, un insecticida inhibidor de la colinesterasa, se utiliza como pediculicida
en forma de champú. Este producto tiene un olor cuestionable, aunque presenta cier-
ta actividad ovicida. Es un medicamento efectivo disponible en Inglaterra y en algu-
nos otros países, pero no en Estados Unidos.
7. El clofenotano (DDT) no es ovicida ni proporciona protección residual. Los piojos del
cuerpo y los de la cabeza se han vuelto resistentes a él. En muchos países se ha restrin-
gido su uso por sus problemas medioambientales; en Estados Unidos no está disponible.
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Lecturas recomendadas
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INTERTRIGO
Julie A. Neville y Gil Yosipovitch
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talco a discreción. Las toallitas desechables son útiles para el intertrigo y el prurito ano-
genital.
4. Las pomadas o cosméticos oclusivos, grasos o irritantes hacen más mal que bien, por lo
que deben ser evitados. En determinadas circunstancias de incontinencia el beneficio
obtenido con una crema protectora puede compensar sus posibles perjuicios. Existen
lociones, sprays, polvos, cremas o geles que son útiles.
5. Es imprescindible prestar una atención cuidadosa y rápida al paciente incontinente cuan-
do se ensucia.
6. Se le debe animar a que pierda peso.
B. Medidas específicas
1. Aplique agua corriente o compresas empapadas en solución de Burow (acetato de alu-
minio) o simplemente sumerja en ella la zona exudativa afectada 3 a 4 veces al día.
2. Separe los pliegues con material absorbente, por ejemplo con tela de algodón bien
empapada en polvos secantes. No se debe utilizar almidón de maíz porque facilita el
crecimiento bacteriano o fúngico. Los polvos de cloroxilenol y dihidroxialantoinato de
aluminio, con o sin miconazol, absorben el exceso de humedad y reducen la fricción
entre los pliegues cutáneos.
3. Inicialmente deben aplicarse lociones, cremas o geles con corticoesteroides o con corti-
coesteroides más antibióticos (como triamcinolona con sulfadiazina argéntica) 2 a 3 ve-
ces al día durante un máximo de 2 semanas. No conviene utilizar estos productos tópi-
cos durante mucho tiempo porque la aplicación continua de corticoesteroides fluorados
puede provocar estrías intertriginosas y atrofia cutánea. Habitualmente la hidrocortiso-
na sin receta (1%) es eficaz y su uso reduce la preocupación por los efectos secundarios
de los corticoesteroides.
4. Las soluciones calmantes (calamina) son suavizantes y secantes.
5. Algunos médicos aplican tinturas antisépticas secantes a estas zonas y enseñan a los
pacientes a usarlas a partir de entonces una vez al día. Se puede utilizar tintura de Cas-
tellani de concentración media o completa (fucsina, fenol y resorcinol; v. cap. 40, Anti-
infecciosos, sección II.C.2) o solución de violeta de genciana al 0,5%-1%. Estas tintu-
ras son muy eficaces, pero son bastante sucias y su aplicación puede producir manchas
o quemazón.
6. Un tratamiento específico contra C. albicans (v. cap. 14, Candidiasis, sección V), der-
matofitos o bacterias puede ser eficaz si se han detectado estos microorganismos.
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QUERATOSIS
Melissa A. Bogle
22
I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
A. Las queratosis seborreicas son lesiones epidérmicas benignas, no invasivas e hiperplásicas,
que aparecen sobre todo en la cara, hombros, pecho y espalda; existe una predisposición
genética (poligénica) a desarrollar queratosis seborreicas. Son el tumor cutáneo más fre-
cuente entre la población de mediana edad y los ancianos; se llama seborreica solamen-
te por su aspecto graso y su localización en zonas donde abundan las glándulas sebáceas.
Las queratosis seborreicas de la zona genital pueden contener ácido desoxirribonucleico
(ADN) del virus del papiloma humano. No existe una relación conocida con la función de
las glándulas sebáceas, la seborrea o la dermatitis seborreica; la causa de las queratosis
seborreicas es desconocida. En las queratosis seborreicas maduras está reducida la síntesis
del ADN a la vez que está aumentada la del ácido ribonucleico (ARN) y la de las proteí-
nas. La preocupación por estas lesiones es fundamentalmente cosmética; ocasionalmente
causan ansiedad, porque su color oscuro hace que el paciente se pregunte si será un mela-
noma. Las queratosis seborreicas, sobre todo las de tipo reticulado que aparecen en la piel
castigada por el sol, rara vez evolucionan a lesiones malignas (es decir, enfermedad de
Bowen).
B. Las queratosis actínicas son neoplasias cutáneas que presentan anomalías cromosómicas
provocadas por los efectos acumulativos de la radiación solar sobre la piel y que habitual-
mente están localizadas sobre superficies expuestas como la cara, las orejas, el cuero cabe-
lludo y la cara dorsal de los antebrazos y las manos. Aunque pueden aparecer en personas
de piel clara de entre 20 y 40 años, son más frecuentes después de los 50 años. Afectan con
mayor frecuencia a los hombres que a las mujeres y a las personas que viven en latitudes
soleadas y con oficios o aficiones al aire libre. Se estima que en Estados Unidos uno de cada
seis ciudadanos de raza blanca presentará por lo menos una queratosis actínica a lo largo
de su vida. Las personas inmunodeprimidas (trasplante de órganos, linfoma y pacientes tra-
tados con PUVA) corren un riesgo mayor de sufrir una queratosis actínica y un carcinoma
espinocelular (CEC); estos pacientes también tienen una mayor incidencia de metástasis.
Otras causas de la queratosis actínica son la luz ultravioleta (UV) de fuentes artificiales, la
radiación con rayos X y la exposición a hidrocarburos policíclicos aromáticos. Se llama
queilitis actínica a una afección extensa del labio inferior con queratosis actínica; habitual-
mente no se distingue el borde rosado del limbo.
Al ser cultivados, los linfocitos y fibroblastos cutáneos de algunos pacientes con querato-
sis actínica muestran un defecto de reparación de la síntesis del ADN tras ser irradiados con
UV. Además, los índices de marcado autorradiográfico han demostrado que en promedio
aparecen en el 5,4 % de la piel de las nalgas no expuesta al sol, pero su presencia se eleva al
11,2 % en la piel que rodea la lesión y al 17,4 % en la queratosis actínica. Estos resultados
sugieren que las queratosis actínicas se desarrollan a partir de una epidermis que ya es anó-
mala, que la epidermis lesionada por el sol puede seguir una progresión gradual, desde la
queratosis clínicamente evidente hasta el cáncer cutáneo, y que la inmunosupresión provo-
cada por la luz UV contribuye a la formación del tumor. El p53 es el gen supresor de tumo-
res mutado con mayor frecuencia; el 90 % de los CEC tiene una mutación cromosómica
p53. Estos cambios también aparecen en la queratosis actínica. La luz UV actúa a la vez
como iniciador y promotor, causando una mutación que hace perder el control del ciclo
celular. En algunos casos de queratosis actínica se han identificado genes ras activados.
La incidencia anual de transformación maligna de una lesión individual en CEC varía
desde menos del 0,25 % hasta el 20% al año. Las lesiones con un riesgo particularmente
elevado de transformación maligna son las queratosis actínicas hiperqueratósicas de las
caras dorsales de manos y antebrazos. Un hombre blanco tiene de un 9 % a un 14 % de
posibilidades de sufrir un CEC a lo largo de su vida. La progresión hasta lesiones muy agre-
sivas acompañadas de metástasis sucede raramente.
143
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cicatriz. Las lesiones se deben dejar descubiertas o aplicar sólo un ligero vendaje no
oclusivo.
3. La mejor forma de eliminar las queratosis seborreicas muy gruesas consiste en un reba-
nado superficial.
4. La mejor forma de tratar las lesiones de la dermatosis papulosa negra consiste en un
simple raspado con cucharilla, aunque también pueden tratarse mediante escisión con
tijeras de Gradle, ligera electrocirugía, cirugía con láser o criocirugía; es especialmente
importante no tratarlas demasiado agresivamente para evitar una hipopigmentación
postratamiento.
5. Una loción de lactato de amonio al 12 % aplicada 2 veces al día durante 1 a 2 meses
puede reducir la altura de las queratosis seborreicas, pero no cambiará la extensión ni
el color de las lesiones.
B. Queratosis actínicas
1. Medidas profilácticas. En primer lugar se debe decir a los pacientes que estas lesio-
nes son el resultado de una agresión solar y se les debe enseñar a evitar que la radiación
les siga dañando (v. cap. 40, Pigmentantes, despigmentantes y protectores solares). La
aplicación regular de un protector solar con un factor de protección elevado puede evi-
tar la formación de nuevas queratosis actínicas.
2. Las lesiones únicas o aisladas se tratan con cualquiera de los siguientes métodos:
a. Crioterapia con nitrógeno líquido (10 a 20 s).
b. Raspado con cucharilla y electrodesecación con anestesia local. Éste es un método
sencillo y rápido y la herida cicatriza rápidamente; además, este método proporcio-
na tejido para un diagnóstico histológico. Para la hemostasia pueden aplicarse áci-
dos suaves (tricloroacético al 30 %-50 %), solución de Monsel (subsulfato férrico) o
cloruro de aluminio.
c. Escisión (rebanado con bisturí) seguida de electrocirugía o quimiocirugía (ácidos).
Aunque puede ser excesivo, permite el diagnóstico histológico.
d. La escisión y el cierre por primera intención casi siempre son más extensos de lo que
la lesión requiere.
3. Las lesiones múltiples o extensas se tratan mejor con métodos que permitan un efecto
de campo que además de las lesiones actínicas clínicamente evidentes también trate las
lesiones subclínicas. Existen varios métodos que cumplen estos objetivos: 5-fluoroura-
cilo (5-FU) o imiquimod tópicos y tratamiento fotodinámico con ácido aminolevulíni-
co (ALA-PDT).
a. El 5-FU se comercializa como solución en propilenglicol al 1 %, al 2 % y al 5 %
y como cremas al 0,5 %, al 1 % y al 5 % (v. cap. 40, Queratolíticos, citotóxicos y
cáusticos). Su principal inconveniente es la importante respuesta inflamatoria que
acompaña al éxito del tratamiento. Además, un pequeño número de pacientes tra-
tados desarrolla una alergia de contacto. Las concentraciones más altas provocan
una reacción inflamatoria más intensa, pero a veces consiguen una involución más
completa de las lesiones y una tasa de recurrencia menor. La concentración más alta
se debe aplicar siempre en zonas distintas de la cabeza y el cuello: la crema al 0,5 %
se aplica una vez al día durante pocas semanas y para la cara suele bastar la solu-
ción al 1 % o 2 %, o la crema al 0,5 % o 1 %. El tratamiento se debe aplicar 2 veces
al día hasta que la respuesta inflamatoria llegue al máximo en la fase de ulceración,
habitualmente tras 2 a 4 semanas. En ese momento se puede suspender el 5-FU y
aplicar una crema de corticoesteroides tópicos para acelerar la involución de la
inflamación. La curación será completa en el plazo de 1 a 2 meses. También se pue-
den aplicar dosis semanales de 5-FU tópico (1 a 2 días consecutivos por semana
durante 6 semanas), lo que causa una irritación significativamente menor, pero tam-
bién reduce el grado de eficacia. En las zonas resistentes, como los antebrazos y el
tronco, la efectividad de la medicación puede aumentar aplicando a la vez 5-FU al
5 % y una solución de ácido retinoico (tretinoína) al 0,05 %, 2 veces al día hasta que
se exacerben las lesiones; después se sigue con el 5-FU durante otras 2 a 3 semanas.
La tretinoína puede incrementar la penetración cutánea, pero es posible que también
tenga un efecto directo sobre la queratosis. Un régimen alternativo consiste en com-
binar el 5-FU al 5 % 2 veces al día y 20 mg diarios de isotretinoína oral.
b. La crema de imiquimod al 5 % actúa como un modificador de la respuesta inmuni-
taria local con una potente actividad antivírica y antitumoral. El imiquimiod provo-
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MILIOS
23 Adrienne M. Feasel
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MOLUSCO CONTAGIOSO
Danielle M. DeHoratius
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tis o queratitis crónica. Algunas lesiones desarrollan un eccema a su alrededor; en los pacien-
tes con la función de barrera cutánea alterada el molusco se puede extender más rápidamente
en esas zonas. La incubación oscila entre 14 y 50 días.
III. DATOS OBJETIVOS (v. fig. en color 2). Las lesiones del molusco son pápulas discretas,
del color de la piel o blanco perlado, elevadas, de aspecto cerúleo y duras, de 1 a 5 mm de diá-
metro, con una umbilicación puntiforme central. Puede haber lesiones en la mucosa, mientras
que es raro que afecte a las palmas de las manos y plantas de los pies. Una minoría de pacien-
tes tiene una dermatitis periférica eritematosa y descamativa. Las lesiones inflamadas pueden
aumentar de tamaño, ser dolorosas y estar rodeadas por eritema. En los niños las lesiones sue-
len estar distribuidas por el tronco y las extremidades. En los adultos las lesiones aparecen en
la zona baja de la pared abdominal, cara interna de los muslos, región pubiana y genitales.
En los pacientes infectados por el VIH el molusco contagioso puede ser muy atípico y difí-
cil de tratar; puede presentar numerosas pápulas pequeñas o tumores nodulares gigantes de
hasta 1,5 cm. En estos pacientes el molusco se ha confundido con criptococosis cutáneas, que-
ratoacantomas provocados por histoplasmosis y carcinomas espinocelulares. Por eso se deben
practicar biopsias de las lesiones atípicas. Las lesiones pueden aparecer en puntos inusuales
como las palmas de las manos y las plantas de los pies, y ser confundidas con verrugas vul-
gares.
IV. EVALUACIÓN. Habitualmente el diagnóstico se basa en la evaluación clínica; sin embargo, se
confirma incidiendo una de las pápulas, haciendo un frotis con el contenido entre dos portas
de cristal, una tinción (de Wright, de Giemsa o de Gram) y observando con pequeños o gran-
des aumentos, en seco. Aparecen corpúsculos del molusco o de Henderson-Patterson formados
por viriones maduros, inmaduros e incompletos, y residuos celulares; tienen forma ovoide,
pared lisa y homogénea, y hasta 35 µm de diámetro. La célula huésped puede ser desplazada
hacia la periferia, lo que le da el aspecto de célula en anillo de sello. El molusco contagioso es
una afección autolimitada y habitualmente se cura a los pocos meses. En los niños las lesiones
se pueden resolver espontáneamente, por lo que deben evitarse los tratamientos agresivos y
dolorosos. Una vez que se ha adoptado la decisión de tratar (tabla 24-1), algunos tratamientos
son más populares debido a su eficacia, facilidad de aplicación y bajo coste (tabla 24-2). El tra-
tamiento ayuda a minimizar las autoinoculaciones y la transmisión a otros. También se debe
examinar a las parejas sexuales adultas y tratarlas para prevenir infecciones, y considerar ade-
más la evaluación de otras enfermedades de transmisión sexual. Hay que hacer una revisión de
seguimiento por si fuera necesario un segundo tratamiento 2 a 6 semanas después del primero,
que corresponde al período de incubación. El molusco se puede tratar con éxito con cualquie-
ra de los métodos siguientes.
V. ABLACIÓN FÍSICA
A. La crioterapia con nitrógeno líquido aplicado en spray, con una punta Q (5 a 10 s) o con
hielo seco generalmente es el mejor tratamiento y uno de los más populares. Se aplica a
Adaptado de Silverberg NB, Sidbury R, Mancini AJ. Childhood molluscum contagiosum: experience with canthari-
din therapy in 300 patients. J Am Acad Dermatol 2000;43:503-507.
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1. Crioterapia
2. Raspado con cucharilla
3. Ácidos; fármacos vesicantes
4. Tretinoína, imiquimod
durante 30 días, con un grado de eliminación excelente. Los efectos secundarios fueron
picor en las lesiones y en un caso una infección secundaria (9). También se describió la apa-
rición de una cicatriz hipertrófica y casos de hiperpigmentación e hipopigmentación persis-
tentes o transitorios. Los mismos autores completaron otros estudios aplicando una solu-
ción de KOH al 5 % y comprobaron que era igual de efectiva pero con menos efectos
secundarios (10).
I. En los casos recurrentes cabe utilizar la tretinoína tópica, que se aplicará 2 veces al día. Se
describió que la crema al 0,1 % era efectiva el día 11 con apenas trazas de eritema en los
puntos donde previamente había habido lesiones. También se ha utilizado la crema al
0,05 %, consiguiendo la eliminación de las lesiones con menos efectos secundarios (4).
J. Sobre cada pápula se puede aplicar una solución de yodo al 10 %. Cuando se seca, se cubre
con pequeñas cantidades de ácido salicílico al 50 % y esparadrapo. Se repite a diario des-
pués de un baño. Al cabo de 1 semana aproximadamente, cuando las lesiones se vuelven
eritematosas, sólo se aplicará la solución de yodo. Los investigadores comunicaron la reso-
lución con una media de 26 días (11).
VII. INMUNOMODULADORES
A. El tratamiento con cidofovir intravenoso, un análogo nucleótido del monofosfato de des-
oxicitidina, permite resolver el molusco contagioso resistente en pacientes infectados por el
VIH. Más recientemente se ha utilizado una crema tópica de cidofovir al 3 % para tratar
lesiones de molusco contagioso que se han conseguido eliminar en 2 a 6 semanas (12). Los
efectos secundarios son inflamación, erosión, sensación de quemazón e hiperpigmentación
postinflamatoria (13). También son útiles en pacientes inmunodeprimidos las inyecciones
intralesionales de interferón α (14) y la inyección local de antígeno de estreptococo
OK-432.
B. El tratamiento con imiquimod tópico es un modificador de la respuesta inmunitaria que
activa el receptor 7 de tipo toll, lo que quizá imita a un antígeno microbiano. Provoca la
secreción del interferón α, así como de otras citocinas que se considera que ayudan a esti-
mular una respuesta inmunitaria contra el virus pox. Originalmente fue aprobado por la
FDA norteamericana para tratar las verrugas genitales. Los pacientes deben aplicarse el
imiquimod 3 veces por semana y dejarlo sobre la piel durante 6 a 10 h (15). Syed y cols.
publicaron que el 80 % de los pacientes tratados con imiquimod consiguió hacer desapa-
recer las lesiones (16). En un estudio sin enmascaramiento, 7 niños y 8 adultos con molus-
co contagioso (3 con VIH) se aplicaron una crema de imiquimod al 5 % 5 días por sema-
na durante 4 a 16 semanas. El 80 % de los pacientes experimentó una desaparición com-
pleta o una reducción del tamaño de las lesiones superior al 50% (17). Otro estudio sin
enmascaramiento aplicó una crema de imiquimod al 5 % 3 días por semana durante un
máximo de 16 semanas. En el 78 % de los pacientes habían desaparecido las lesiones a la
semana 16 (18). Más recientemente, Barba y cols. han comunicado una tasa de eliminación
del 33 % en pacientes que usaron imiquimod a diario durante 4 semanas (19).
C. El tratamiento antirretroviral triple ha reducido significativamente la frecuencia del molusco
contagioso en los pacientes infectados por el VIH. Calista y cols. describieron a 3 pacien-
tes con lesiones resistentes de molusco contagioso que desaparecieron al cabo de 6 meses
de empezar un tratamiento antirretroviral de gran actividad (TARGA) (20).
VIII. OTROS
A. La terapia con haz de electrones y el láser de color pulsado son dos tratamientos nuevos
publicados para pacientes inmunodeprimidos con molusco contagioso resistente. El láser
de color pulsado curó casi el 100 % de las lesiones con un tratamiento en un grupo de niños
no inmunodeprimidos (21). En otro estudio, el láser de color pulsado de 585 nm eliminó
el 96,3 % de las lesiones de molusco después de un primer tratamiento y el 3,7 % restante
tras un segundo tratamiento (22).
B. Se ha descrito que la cimetidina es efectiva en algunos estudios. Dohil y Prendiville mostra-
ron la eliminación de las lesiones en 9 de 13 pacientes con una pauta de dosificación de
40 mg/kg/día dividida en 2 tomas diarias durante 3 meses. Se debe tener precaución por-
que la cimetidina interactúa con muchos otros medicamentos sistémicos (23).
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tis herpetiforme, una enfermedad autoinmune asociada con una enteropatía sensible al gluten
y caracterizada por el depósito de inmunoglobulina A (IgA) en las papilas dérmicas, y un pru-
rito intratable en codos, rodillas y nuca.
El picor es el síntoma principal de la mayoría de las afecciones dermatológicas. Aunque a
veces es necesario un examen escrupuloso para detectar ciertos indicios sutiles de determina-
das dermatosis pruriginosas (p. ej., dermatitis atópica leve, sarna y eccema asteatósico), es
precisamente el paciente que se presenta con un prurito sin erupción el que constituye un reto
diagnóstico especial y un dilema terapéutico. El resto de este capítulo se dedicará a estos
casos.
II. CONSIDERACIONES GENERALES. El prurito que no va acompañado de otras alteraciones
cutáneas visibles que las provocadas por el rascado puede ser una manifestación de un buen
número de trastornos sistémicos (tabla 26-1). La evaluación de estos pacientes tiene que ser
imaginativa a la vez que ordenada. Es fundamental hacer una anamnesis y exploración deta-
lladas, prestando especial atención a características como la palidez, ictericia, adenopatías u
organomegalias. Las enfermedades en las que el prurito sea una molestia particularmente fre-
cuente, se revisarán individualmente.
A. Prurito urémico. Actualmente la insuficiencia renal crónica es la enfermedad sistémica
más frecuente de todas las que se acompañan de prurito. De una cuarta a una tercera parte
de los pacientes urémicos tratados sin diálisis presentan prurito, y con la hemodiálisis esta
cifra aumenta al 70 %-80 %. Muchos pacientes consideran que el picor es mucho más
intenso durante o inmediatamente después de la diálisis; pruebas recientes sugieren que
esto puede ser debido a una acumulación de metabolitos pruritógenos más que a una reac-
ción de hipersensibilidad a los productos usados para la diálisis (2).
La etiología del prurito urémico no está clara, pero probablemente sea multifactorial e
incluya factores como xerosis, hiperparatiroidismo secundario, proliferación anormal de
mastocitos, alteraciones de la producción endógena de opiáceos, inervación cutánea anor-
mal y mayor concentración de histamina.
También se ha postulado que el incremento de las concentraciones de magnesio y vita-
mina A dentro de la piel contribuye al picor.
B. El prurito hepatógeno aparece en el 20 %-25 % de los pacientes con ictericia, pero es raro
en los que no presentan colestasis. Solamente el 4 % de los pacientes con hepatitis C sin
ictericia tiene prurito, mientras que el 100 % de los pacientes con cirrosis primaria biliar
tiene prurito y es el primer síntoma en cerca de la mitad de los pacientes con esta enferme-
dad. Aunque las sales biliares purificadas aplicadas sobre la piel son pruritógenas y la
reducción de la concentración de bilis en el suero acostumbra a mejorar el prurito colestá-
sico, no se han encontrado pruebas convincentes de que las concentraciones totales o indi-
viduales de sales biliares, ya sea circulantes o en la piel, guarden relación con la presencia
o ausencia de prurito. Otras teorías proponen un papel de un intermediario pruritógeno
acumulado en la síntesis de sales biliares, la toxicidad de las sales biliares para las membra-
nas hepáticas con liberación de un pruritógeno, la activación de mastocitos con liberación
de histamina y opiáceos endógenos con actividad central que se acumulan como conse-
cuencia de una insuficiencia hepática.
C. Trastornos hematológicos. Entre el 30 % y el 50 % de los pacientes con policitemia vera
tienen prurito, que a menudo genera una sensación punzante y que puede ser evocado por
un descenso súbito de la temperatura, como cuando una persona sale de una ducha de
agua caliente. El prurito puede preceder varios años a la aparición de la enfermedad y
cuando ésta se cura, habitualmente el prurito se alivia. Aunque en dos tercios de los
pacientes con policitemia vera se han encontrado concentraciones elevadas de histamina
en el plasma y la orina, proporcionales a un incremento del número de basófilos, los anti-
histamínicos suelen ser ineficaces para controlar su prurito. La deficiencia de hierro, con
o sin anemia, también puede ir asociada al prurito y en algunos pacientes con policitemia
vera controlada y ferropenia el aporte de hierro ha eliminado el prurito. Sin embargo, los
riesgos del tratamiento con hierro para la policitemia vera son significativos y en general
descartan su uso.
El prurito aparece aproximadamente en el 30 % de los pacientes con enfermedad de
Hodgkin, a menudo muchos años antes de llegar al diagnóstico correcto. Frecuentemente
es más intenso por la noche, empezando por las piernas para afectar después a todo el cuer-
po. En los cuadros localizados el prurito puede afectar a las zonas de drenaje linfático de
las áreas afectadas, mientras que en la enfermedad de Hodgkin de tipo esclerosis nodular
con una masa mediastínica es más frecuente ver un prurito generalizado. Un prurito gene-
ralizado e intenso puede indicar un pronóstico peor.
D. El prurito acuágeno aparece 1 a 5 min después del contacto con el agua, independiente-
mente de su temperatura, y puede llegar a durar hasta 2 h. Los pacientes experimentan una
sensación de picor, de hormigueo o de cosquilleo. No se observan cambios visibles en la
piel. Se debe descartar la policitemia rubra vera y otros trastornos mieloproliferativos. En
estos pacientes se han detectado elevaciones de la concentración de acetilcolinesterasa tras
la exposición al agua.
E. La notalgia parestésica es una neuropatía sensorial en la que los pacientes presentan pru-
rito localizado en la espalda, en ocasiones acompañado de dolor o de parestesia de distri-
bución D2-D6. Aunque se desconoce la patogenia exacta de esta enfermedad, existe una
estrecha correlación de la notalgia parestésica con los cambios degenerativos de la médu-
la espinal, lo que sugiere que la alteración de los nervios medulares puede desempeñar un
papel (5).
F. El prurito braquiorradial es un cuadro consistente en un prurito localizado e intenso sobre
la zona de distribución del nervio radial en la cara lateral de los antebrazos. Se cree que la
etiología primaria es una dermatopatía solar porque la mayoría de los pacientes tienen
antecedentes de exposición excesiva a la luz ultravioleta, si bien también se ha elaborado
la hipótesis de que sea un atrapamiento de las raíces nerviosas (6).
G. La disestesia o prurito del cuero cabelludo se caracteriza por un dolor debilitante en la
zona, acompañado o no de prurito. La mayoría de estos pacientes son mujeres que no pre-
sentan indicio alguno de afección del cuero cabelludo, salvo posiblemente un eritema leve.
Habitualmente los síntomas se intensifican con el estrés psicológico y una subpoblación de
estos pacientes tiene también algún trastorno psiquiátrico asociado.
H. El prurito aparece frecuentemente en pacientes con VIH y puede ser el signo de presenta-
ción del síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA). A medida que avanza la
enfermedad por el VIH se produce un cambio de citocinas Th1 a Th2 y la correspondien-
te disregulación inmunitaria asociada (7). Los basófilos y los mastocitos de los pacientes
infectados por el VIH presentan una degranulación más marcada. Además, en esta pobla-
ción la neuropatía periférica también contribuye al prurito.
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III. DATOS SUBJETIVOS. La anamnesis debe abarcar la naturaleza, el inicio y la duración del
prurito. Se debe hacer una historia detallada del consumo de medicamentos, con receta, sin ella
y terapias alternativas. Se debe hacer una revisión detallada de todos los sistemas orgánicos
para intentar identificar cualquier problema médico subyacente. Ocasionalmente se obtienen
claves de alguna enfermedad subyacente concreta gracias a alguna característica como la rela-
ción con los cambios de temperatura citados antes para la policitemia vera. Son más extraor-
dinarios los casos en los que la localización concreta del prurito sugiere la causa (p. ej., un pru-
rito nasal como una manifestación de un tumor cerebral o una angina atípica). Normalmente
el prurito psicógeno no altera el sueño.
IV. DATOS OBJETIVOS. Se debe realizar un examen médico detallado que incluya la evalua-
ción del hígado, el bazo, el tiroides y los ganglios linfáticos. Es importante identificar las lesio-
nes primarias y las secundarias, su morfología, su distribución y la presencia de liquenifica-
ciones. Al explorar la espalda hay que comprobar si esta zona no está afectada («signo de la
mariposa»), lo que indicaría que el prurito no está relacionado con una dermatopatía subya-
cente.
En el prurito generalizado y persistente de etiología desconocida se recomiendan dos nive-
les de pruebas de laboratorio selectivas:
1. Cribado inicial (2)
a. Hemograma completo y recuento diferencial.
b. Perfil bioquímico.
c. Cribado de hepatitis C.
d. Panel tiroideo.
e. Análisis de orina.
f. Sangre oculta en heces en pacientes de más de 40 años.
g. Pruebas para el VIH.
h. Radiografía de tórax.
i. Referencia a su médico de cabecera para un examen completo que permita detectar
cualquier tumor maligno o enfermedad subyacente no detectados con las medidas ante-
riores.
j. Consideración de una biopsia cutánea para examen histológico de rutina y tinciones
especiales de mastocitos, y una segunda muestra para inmunofluorescencia.
2. Cribado de segundo nivel (8)
a. Electroforesis de proteínas séricas.
b. Nivel de ferritina.
c. Análisis de huevos y parásitos en heces.
d. Ácido 5-hidroxiindolacético y metabolitos de los mastocitos en orina.
e. Otros estudios radiológicos si son necesarios.
V. TRATAMIENTO
A. Medidas específicas
1. Prurito urémico
a. Naltrexona (50 mg diarios p.o.): un antagonista de los opiáceos se ha mostrado
efectivo para aliviar el prurito que acompaña a la hemodiálisis, lo que sustenta la
teoría del papel de los opiáceos en el prurito renal. Ofrece alivio a corto plazo con
pocos efectos secundarios (9).
b. Carbón vegetal activado (6 g diarios): en dos ensayos controlados se ha visto que
era efectivo en algunos pacientes en diálisis (9). El carbón vegetal puede unirse de
forma inespecífica a otros fármacos orales administrados a los pacientes. Es barato
y tiene un perfil favorable de efectos secundarios.
c. Fototerapia con luz ultravioleta B (UVB): ha demostrado su eficacia en ensayos
doble ciego, pero no se observan efectos similares con la UVA (9). No se debe pasar
por alto su potencial riesgo cancerígeno en un grupo de pacientes que después pue-
dan necesitar un trasplante. Además, tampoco se debe desestimar el efecto psicoló-
gico de tener que depender de otra máquina.
d. Ondansetrón (4 mg, 2 veces al día): es un antagonista potente y selectivo de la sero-
tonina que ha demostrado ser efectivo en pacientes en diálisis peritoneal ambulato-
ria continua (9). En estos pacientes el ondansetrón redujo las concentraciones plas-
máticas de histamina y de serotonina.
e. Capsaicina tópica en crema al 0,025 %: alivia el prurito localizado de la hemo-
diálisis.
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PSORIASIS
27 Jeffrey M. Sobell y David E. Geist
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CD40/CD40. La proliferación y diferenciación de los linfocitos T está controlada por las cito-
cinas IL-2 e IL-12 (e IL-23). Estas interacciones moleculares fundamentales, junto con la cito-
cina TNF-α, constituyen la diana de diversos tratamientos para la psoriasis aprobados recien-
temente por la FDA.
Recientemente se ha propuesto que la molécula Stat3 activadora de la transcripción tiene
algún papel en la psoriasis. La Stat3 participa en la proliferación, supervivencia y migración de
los queratinocitos, así como en la cicatrización de las heridas. En los ratones la Stat3 activada
en presencia de linfocitos T activados puede producir una nueva placa psoriásica, que se cura
cuando se bloquea la Stat3. Se ha postulado que la sensibilidad de la vía de la Stat3 predispone
a la psoriasis (2). Como tal, la Stat3 es una futura diana terapéutica potencial de la psoriasis.
El curso de la psoriasis es prolongado aunque impredecible. En la mayoría de los pacientes
la enfermedad se queda como placas localizadas discretas. Sin embargo, puede evolucionar a
una afección más extensa o incluso generalizada, y en algunos casos su gravedad es incompa-
tible con una vida productiva y feliz. Es bastante raro que se produzca una curación espontá-
nea, siendo más frecuente que haya exacerbaciones o mejorías inexplicadas. A menudo las exa-
cerbaciones vienen precedidas por estados de estrés y ansiedad; el alcohol y el tabaco también
contribuyen a agravar la psoriasis. La psoriasis, la artritis psoriásica y el síndrome de Reiter se
han asociado con la infección por el VIH, a menudo en un período muy próximo al desarrollo
del SIDA. Por eso una psoriasis exacerbada o difícil de controlar en individuos de riesgo hace
recomendable comprobar su situación respecto al VIH.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. La mayoría de las lesiones son asintomáticas.
B. Puede aparecer prurito en el 20 % de los pacientes.
C. Quienes presentan un cuadro generalizado pueden tener todos los signos y síntomas de
una dermatitis exfoliativa (pérdida de la termorregulación, piel caliente, sensación de esca-
lofríos y temblores, mayor catabolismo proteico y estrés cardiovascular).
D. Las primeras manifestaciones de la artritis psoriásica son dolor o sensibilidad oligoarticu-
lar o poliarticular, y rigidez por las mañanas, sobre todo en las articulaciones pequeñas de
las manos y los pies. También puede existir un dolor intenso en las grandes articulaciones
y en la columna cervical o en la lumbosacra.
E. El alcoholismo agrava la psoriasis. Un pequeño subgrupo de pacientes con psoriasis puede
experimentar un agravamiento de su cuadro clínico con la luz solar.
III. DATOS OBJETIVOS (v. fig. en color 15)
A. La lesión psoriásica es una placa eritematosa claramente circunscrita, cubierta por escamas
plateadas poco adheridas. Las lesiones agudas suelen ser pequeñas y en forma de gota (pso-
riasis guttata). Existen pruebas poderosas de que la psoriasis guttata aguda está provoca-
da por la estimulación de los linfocitos T con un superantígeno.
B. Si la descamación es inaparente, se puede descubrir rascando la superficie de una lesión
psoriásica.
C. Puede afectar a cualquier zona del cuerpo, pero las lesiones suelen aparecer con mayor fre-
cuencia en los codos, las rodillas, el cuero cabelludo, los genitales y el pliegue interglúteo.
D. A menudo las lesiones de psoriasis activa aparecen en zonas con una lesión epidérmica
(reacción de Koebner). Las marcas de rascado, las heridas quirúrgicas o las quemaduras
solares pueden cicatrizar dejando una lesión psoriásica en su lugar.
E. El 50 % de pacientes con psoriasis tiene algún grado de afección de las uñas. Las uñas pue-
den presentar marcas puntiformes o colecciones profusas de material queratósico subun-
gueal, lo que es un reflejo clínico de la afección psoriásica de la matriz de la uña o del lecho
de la uña, respectivamente. Es característica una coloración subungueal amarilla o marrón
(mancha de aceite). Los pacientes en los que están afectadas las articulaciones interfalángi-
cas distales o tienen artritis mutilante, suelen tener también afectadas las uñas adyacentes.
F. La psoriasis exfoliativa no se puede distinguir clínicamente de otras dermatosis exfoliati-
vas. Puede aparecer espontáneamente, a consecuencia de una enfermedad sistémica, de una
erupción debida a un fármaco o como reacción a la retirada de algunos fármacos o de los
corticoesteroides.
G. El 10 % de los pacientes con psoriasis presenta una estomatitis o glositis migratorias.
H. La psoriasis pustular aparece de varias formas: aguda (de von Zumbusch), subaguda anu-
lar y acra crónica. Aparecen pústulas estériles que cubren placas psoriásicas delgadas; el
proceso puede ser generalizado. La edad media de aparición es a los 50 años; las infeccio-
nes o la administración reciente de corticoesteroides sistémicos pueden provocar exacerba-
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sitan luces potentes o fluorescentes. Las breas y la luz UV de onda media (UVB)
actúan como antipsoriásicos independientes.
c. La fotoquimioterapia aporta mejoras muy marcadas cuando se aplica a la psoriasis
extensa e intensa. Se administra un fármaco fotoactivo (un psoraleno) por vía oral,
seguido 2 h después por una exposición a la luz UV de onda larga (UVA). Los pso-
ralenos forman fotoagregados con ADN en presencia de la UVA, lo que probable-
mente reduce el incremento del recambio celular característico de la psoriasis. A
largo plazo sus efectos secundarios son un mayor riesgo de carcinoma espinocelular
(sobre todo en los órganos genitales masculinos), melanoma, pigmentación atípica
y envejecimiento acelerado de la piel. Para inducir el melanoma y otros cánceres de
piel no melanomas se necesita un período de latencia largo (15 años o más) y un
gran número de tratamientos (> 250 J/cm2 o > 100 exposiciones).
El psoraleno más ultravioleta A (PUVA) es uno de los tratamientos más eficaces
de la psoriasis. La exposición repetida al PUVA provoca la desaparición de las lesio-
nes en casi todos los pacientes después de 10 a 20 tratamientos durante 4 a 8 sema-
nas. A menudo la psoriasis recidiva semanas o meses después de acabar el PUVA; la
mayoría de los pacientes necesitan dos tratamientos mensuales para mantenerse
libres de lesiones. El cuero cabelludo, los pliegues cutáneos y otras zonas que no se
exponen a los UVA responden mal al tratamiento. El PUVA tópico es útil para la
psoriasis palmar y plantar. También se puede recurrir al PUVA al aire libre con luz
solar natural, pero es peligroso (4).
d. Se ha visto que los tratamientos combinados son los más efectivos para eliminar la
psoriasis resistente extensa e intensa. Son las combinaciones PUVA-UVB, retinoides
más PUVA, retinoides más UVB, metotrexato más PUVA y metotrexato más UVB
(5). Este último, por ejemplo, combina tratamientos UVB 3 veces por semana con el
metotrexato 1 vez por semana durante 8 semanas. Esta pauta resolvió los 26 casos
de psoriasis discapacitante con la mitad de tratamientos UVB (6) sin metotrexato y
utilizó cantidades relativamente bajas de cada fármaco, reduciendo así la toxicidad
acumulativa del metotrexato y la UV.
De siete estudios, seis no pudieron demostrar ventaja alguna para la adición de
corticoesteroides tópicos a la fototerapia con UVB. Al contrario que el PUVA,
los corticoesteroides tópicos parecen mostrar una tasa de resolución más rápida y
necesitar una dosis total de UVA menor cuando se usan combinados.
2. Sustancias sistémicas por vía oral
a. La acitretina, un derivado sintético de la vitamina A, es uno de los principales meta-
bolitos del etretinato con un perfil de eficacia y de efectos secundarios similar. La
acitretina es menos lipófila que el etretinato, con una diferencia significativa de vida
media (60 h frente a 120 días). Este fármaco es útil contra las psoriasis pustulosa,
guttata y eritrodérmica; tiene una eficacia menos espectacular contra la psoriasis
crónica en placas a menos que se combine con algún tipo de fototerapia, con meto-
trexato o con ciclosporina. Se debe tener la precaución de reducir la dosis de UVA
y UVB un 50 % cuando se combina con acitretina.
Los efectos secundarios son dependientes de la dosis y consisten en la elevación
de los triglicéridos, hepatitis, pérdida de pelo, adelgazamiento de las uñas, queilitis,
xerosis y piel pegajosa. La elevación de los lípidos que provoca este tratamiento se
corrige con gemfibrozilo (300 mg 2 veces al día).
La dosis inicial habitual de acitretina es 10 a 20 mg/día, con una dosis máxima
de 50 mg/día. En muestras de plasma de algunos pacientes tratados con acitretina
se ha detectado etretinato, en el que se convierte por ingestión de alcohol. Este fár-
maco no está recomendado para mujeres en edad fértil; si se les administra, no se
deben quedar embarazadas durante los 3 años siguientes a la última dosis.
b. El tratamiento antimetabólico con fármacos que inhiben la síntesis de ADN (metotre-
xato, hidroxiurea) se reserva a los pacientes que no respondan a otros tratamientos.
El metotrexato se administra por vía oral o por vía intramuscular. Las dosis empie-
zan con 7,5 mg/semana y se van incrementando en fracciones de 2,5 mg/semana según
se tolere. Es habitual que las dosis máximas alcancen los 12,5-15 mg/semana. Los
efectos secundarios son náuseas, supresión de la médula ósea y hepatotoxicidad. La
adición de 1 a 5 mg/día de ácido fólico ayuda a reducir las náuseas y contrarresta
la anemia macrocítica. Se debe hacer un hemograma completo y un seguimiento cui-
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dadoso de las pruebas de función hepática, además de una biopsia hepática cada 1,5 g
de exposición acumulada.
La dosis de hidroxiurea empieza en 500 mg/día, con monitorización semanal del
hemograma y las plaquetas. Este fármaco tiene un margen muy estrecho entre la
toxicidad y la eficacia: hasta el 50 % de los pacientes presentan neutropenia con
dosis de 2 g/día.
c. La administración de ciclosporina A (CSA) (3 a 6 mg/kg) causa una eliminación
espectacular de la psoriasis extensa. Una nueva formulación de ciclosporina en mi-
croemulsión se absorbe bien y su intervalo de dosificación sugerido es 2,5 a 4 mg/kg.
Inhibe selectivamente la producción de IL-2 en los linfocitos T auxiliares a la vez que
aumenta las poblaciones de linfocitos T supresores. La CSA no tiene efecto directo
sobre los queratinocitos ni es un inhibidor de la mitosis. La CSA inhibe la liberación
de citocinas, lo que reduce la concentración de CPA en la epidermis y la inmunorre-
actividad de las lesiones.
Los efectos secundarios potenciales a largo plazo de la CSA descartan su uso en
casi todas las psoriasis, excepto en las muy intensas y resistentes. La CSA se puede
combinar con dosis bajas de metotrexato. Los principales efectos secundarios de la
CSA, incluso a dosis bajas, son hipertensión y nefrotoxicidad. La edad, la presión
arterial al principio del tratamiento y las concentraciones de creatinina iniciales son
factores de predicción de un mayor riesgo de efectos secundarios. La tasa de filtra-
ción glomerular (TFG) es una prueba más sensible que la creatinina para evaluar la
función renal, por lo que se recomienda determinar su valor inicial en cualquier
paciente de alto riesgo. El tratamiento prolongado con CSA puede provocar fibro-
sis intersticial y esclerosis glomerular, siendo las alteraciones más pronunciadas
cuanto mayor es la duración del tratamiento. Por eso se recomienda suspenderlo
como máximo a los 2 años (7). Solamente deben administrarlo los dermatólogos
experimentados.
d. Se recomienda aplicar pautas de rotación de tratamientos para intentar reducir al
mínimo los efectos secundarios de cada uno de ellos. Una pauta recomendada es la
siguiente: UVB < PUVA, metotrexato, acitretina y ciclosporina (8).
e. Otras sustancias por vía oral
i. El micofenolato de mofetilo, un inhibidor de la síntesis del nucleótido guanosina,
se administra a una dosis de 500 mg 4 veces al día hasta un máximo de 4 g/día.
Los principales efectos secundarios son una mayor incidencia de herpes zóster,
neutropenia, síntomas gastrointestinales e infecciones oportunistas. En la biblio-
grafía de los trasplantes se indica que del 1 % al 2 % de los pacientes desarrolla-
rán un tumor maligno linfoproliferativo a las dosis recomendadas para la psoria-
sis. Es teratógeno, por lo que no se debe administrar a las mujeres en edad fértil.
ii. Hace una década que disponemos de ésteres del ácido fumárico que muestran
un alto nivel eficacia en la psoriasis; se desconoce su mecanismo, pero los inves-
tigadores han postulado que la psoriasis es un trastorno debido a un metabolis-
mo incorrecto del ácido cítrico. Sus efectos secundarios son rubor, efectos secun-
darios gastrointestinales, eosinofilia y algunos casos de insuficiencia renal aguda.
iii. El calcitriol oral es efectivo, pero puede elevar las concentraciones de calcio en el
suero y en la orina y provocar una alteración del aclaramiento de la creatinina.
3. Tratamientos biológicos
a. El alefacept es una proteína de fusión totalmente humana, que combina el antígeno
leucocitario funcional de tipo 3 con la inmunoglobulina 1 (AFL-3/IgG1). Se une a
los CD2 en los linfocitos T, inhibe su activación y provoca una apoptosis selectiva
de linfocitos T. El alefacept está aprobado por la FDA para tratamientos de 12 sema-
nas con inyecciones semanales de 15 mg i.m. En los pacientes que responden al tra-
tamiento se observan remisiones prolongadas. Se deben controlar las cifras de CD4
periféricos y detener el tratamiento si descienden por debajo de 250 células/µl. El
tratamiento se debe suspender si la cifra de CD4 se mantiene por debajo de 250 cé-
lulas/µl durante más de 4 semanas. Un segundo tratamiento prolonga el período de
remisión sin incrementar la toxicidad (9).
b. El efalizumab es un anticuerpo monoclonal humanizado que se une a la subunidad
CD11a del AFL-1. Bloquea la interacción del AFL-1 con la ICAM-1, lo que inter-
fiere con la activación y el tránsito de linfocitos T. El efalizumab está aprobado por
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3. La pomada de urea al 40 % es útil para eliminar las uñas psoriásicas hipertróficas o dis-
tróficas. Después habrá que aplicar un tratamiento tópico sobre el lecho ungueal des-
cubierto y el pliegue ungueal proximal, que consigue que vuelvan a crecer uñas «nor-
males» en la mitad de los casos tratados.
4. Se ha descrito que una solución de 5-fluorouracilo al 1 % aplicada 2 veces al día sobre
los bordes de la uña reduce la intensidad de la afección un 75 % en dos tercios de los
pacientes en el plazo de 3 a 6 meses.
5. La hiperqueratosis subungueal de una sola uña se debe examinar atentamente por si
fuese una verruga o un CEC.
6. Más del 25 % de los pacientes con uñas psoriásicas tiene también una infección por der-
matofitos; un tratamiento oral con antimicóticos ayudará a mejorar el estado general
de las uñas, aunque se debe advertir a los pacientes que sus uñas tienen dos problemas
que afectan a su apariencia.
7. La pomada de calcipotriol o el gel de tazaroteno aplicados 2 veces al día sobre los
lechos ungueales aportan un modesto beneficio en la hiperqueratosis subungueal (6).
F. La artritis psoriásica puede responder a diversos fármacos. En general, cuando el cuadro
es de leve a moderado, se debe tratar con ácido acetilsalicílico o con un antiinflamatorio
no esteroideo (AINE); si no responde o el cuadro es más intenso, se puede tratar con hidro-
xicloroquina, sulfasalazina, metotrexato, etanercept o infliximab; si es persistente, con oro
u otros fármacos inmunosupresores. También se deben inmovilizar las articulaciones y
aplicar calor.
1. El ácido acetilsalicílico se ha de tomar en dosis próximas a la toxicidad para que sea efi-
ciente.
2. Los AINE son muy eficaces al principio de la artritis psoriásica y algunos opinan que
son más útiles que el ácido acetilsalicílico. La indometacina se administra en dosis de
75 a 100 mg/día. Es fundamental que estos fármacos se administren en cantidades sufi-
cientes para que ejerzan sus efectos antiinflamatorios. La dosis de ibuprofeno debe ser
2.400 mg/día y la de naproxeno, 500 a 750 mg/día. Todos estos fármacos son irritan-
tes gastrointestinales que están contraindicados en pacientes con úlceras. También afec-
tan a las plaquetas de forma similar al ácido acetilsalicílico y si se administran a pacien-
tes que también estén tomando anticoagulantes pueden causar hemorragias y proble-
mas de coagulación. No existen pruebas claras de que uno de estos AINE no salicílicos
sea más eficiente que otro para controlar la inflamación de la artritis psoriásica.
3. Se ha demostrado que la hidroxicloroquina induce una respuesta positiva en el 75 % de
100 pacientes con artritis psoriásica. La administración de este fármaco contra la mala-
ria no se acompañó de una exacerbación de la psoriasis, en contra de lo que se creía
hasta entonces (13).
4. Sulfasalazina (3 g diarios). Sus efectos secundarios son eritema farmacológico y náu-
seas; los efectos secundarios intensos son mínimos, lo que la convierte en una alternativa
segura a otros tratamientos orales más tóxicos. Se puede administrar con metotrexato.
5. El oro o los antagonistas del ácido fólico, sobre todo el metotrexato, son muy útiles
para los casos intratables que no responden a tratamientos más convencionales. La
6-mercaptopurina puede ser más eficiente contra el componente artrítico, pero es menos
útil para las lesiones cutáneas. El oro o los fármacos inmunosupresores hacen remitir la
artritis psoriásica.
6. Los antagonistas del TNF están aprobados para el tratamiento de la artritis psoriásica.
Ambos fármacos mejoran los signos y síntomas de la artritis y detienen la progresión
de la destrucción articular. Actualmente el adalimumab está en fase de investigación y
probablemente también será beneficioso.
7. La espondilitis que acompaña a la artritis psoriásica se trata con los mismos fármacos
que la espondilitis por otras causas. Los AINE antes citados son los fármacos de elec-
ción y la enfermedad suele responder bien a ellos. Otra posibilidad está en los antago-
nistas del TNF, que son efectivos.
G. La psoriasis aguda se debe tratar suavemente, sólo con emolientes o corticoesteroides tópi-
cos. No se aplican breas, ácido salicílico ni un tratamiento agresivo con UV, porque son
irritantes y pueden provocar una erupción más extensa y un curso crónico.
H. La psoriasis asociada al VIH puede ser extensa y difícil de tratar. Se recomienda un trata-
miento con acitretina en monoterapia o combinada con UVB. El tratamiento con metotre-
xato es controvertido debido a sus efectos inmunosupresores (14).
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I. DEFINICIÓN Y FISIOPATOLOGÍA
A. La rosácea es un trastorno crónico de etiología desconocida que afecta a la zona central
de la cara y el cuello. Este trastorno incurable afecta al menos a 13 millones de personas.
Se caracteriza por dos componentes clínicos diferenciados: un cambio vascular consisten-
te en eritema y rubor intermitentes o persistentes y una erupción acneiforme con pápu-
las, pústulas, quistes e hiperplasia sebácea. No existe correlación entre la tasa de excre-
ción de sebo y la intensidad de la rosácea. El flujo sanguíneo en la lesión medido median-
te láser Doppler es tres o cuatro veces mayor que en los controles. El inicio se sitúa prin-
cipalmente entre los 30 y los 50 años de edad, aunque también se han descrito casos
pediátricos. Si bien las mujeres se afectan con una frecuencia tres veces mayor que la de
los varones, la enfermedad puede ser más grave en estos últimos. La rosácea es mucho
más frecuente en los sujetos de piel clara y complexión rubia, pero también aparece en
otros tipos de piel más oscura. Se estima que el 10 % de los habitantes de Suecia padece
esta afección.
Se ha especulado que un defecto del ramo aferente del nervio trigémino contribuye a la
predisposición al rubor facial. Con el tiempo, después de brotes reiterados de rubor, los
vasos se vuelven ectásicos y la vasodilatación es permanente. Se cree que los líquidos
calientes favorecen el eritema y el rubor cuando calientan los tejidos de la mucosa oral,
provocando un intercambio de calor a contracorriente con la arteria carótida. A con-
tinuación se libera una señal procedente del cuerpo carotídeo hacia el hipotálamo (el ter-
mostato corporal), que emite al cuerpo señales para que disipe el calor a través del rubor
y la vasodilatación como consecuencia del incremento percibido de la temperatura corpo-
ral central.
El diagnóstico de la rosácea se establece al cumplir uno de los criterios primarios y otro
de los muchos criterios secundarios. Los criterios primarios de rosácea son eritema o rubor
transitorios, enrojecimiento facial persistente, presencia de pápulas y pústulas y aumento
de las telangiectasias faciales. Los criterios secundarios consisten en sensación de quemazón
o escozor, placas faciales rojas elevadas con o sin descamación, piel seca o descamada,
edema facial persistente (subtipos de tipo facial sólido o blando), cambios fimatosos y mani-
festaciones oculares como quemazón o picor, hiperemia conjuntival, inflamación palpebral,
orzuelos, chalazión y lesión corneal.
Existen cuatro subtipos y una variante de rosácea definidos por el comité de la National
Rosacea Society para la clasificación y estadificación de la rosácea: (i) eritematotelangiec-
tásica, (ii) papulopustulosa, (iii) fimatosa y (iv) ocular. La rosácea eritematotelangiectásica
se caracteriza por rubor y eritema facial central persistente con o sin telangiectasias. El tipo
papulopustuloso tiene edema facial central persistente y pápulas o pústulas transitorias, o
ambos. La rosácea fimatosa es más frecuente en la nariz (rinofima) y se caracteriza por una
piel gruesa con superficie irregular, nódulos y aumento de tamaño bulboso. En la nariz con
rinofima es preciso efectuar evaluaciones minuciosas para descartar la posible presencia de
un carcinoma basocelular, así como de otros tumores menos frecuentes. Por último, el tipo
ocular de rosácea presenta muchos síntomas que se expondrán a continuación. La rosácea
granulomatosa es una variante que se caracteriza por la presencia de pápulas o nódulos no
inflamatorios, duros, de color marrón, amarillo o rojo, situados en la zona central de la
cara. Hay que mencionar que la rosácea fulminante (pioderma facial), la erupción acnei-
forme inducida por esteroides y la dermatitis peribucal no se consideran variantes de la
rosácea, sino entidades diferenciadas (1).
Las alteraciones oculares (blefaritis, conjuntivitis y queratitis) y la hiperplasia sebácea de
la nariz (rinofima) se pueden asociar a rosácea ocular. Las entidades que hay que tener en
cuenta en el diagnóstico diferencial son (i) acné vulgar, que se caracteriza por una distribu-
ción más amplia de las lesiones y por la presencia de comedones, (ii) dermatitis periorifi-
174
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cial, (iii) dermatitis seborreica, (iv) síndrome carcinoide maligno, (v) lupus eritematoso y
(vi) fotodermatosis. Se ha propuesto que la rosácea ocular es secundaria al aumento de las
concentraciones locales de interferón 1α, que es proinflamatorio y provoca irritación y
eritema palpebrales. La degradación lipídica en las lágrimas libera ácidos grasos que tam-
bién son irritantes. En algunos estudios se ha demostrado un pH de las lágrimas algo más
alcalino en los pacientes con rosácea.
Asimismo, se ha propuesto que Helicobacter pylori, una bacteria microaerófila gram-
negativa implicada en la enfermedad ulcerosa péptica, es el microorganismo provocador de
la rosácea sobre la base de un aumento de la incidencia de dispepsia en esta población y de
la respuesta de la rosácea al tratamiento con metronidazol. El 50% de la población mundial
y el 25% de la población de Estados Unidos pueden tener anticuerpos frente a este microor-
ganismo. La colonización se asocia al aumento de las concentraciones de gastrina sérica,
que también causa rubor. Además, la infección por H. pylori aumenta las concentraciones
de histamina, prostaglandinas, leucotrienos y otras citocinas. El tratamiento para erradicar
este microorganismo consiste habitualmente en una combinación de metronidazol, amo-
xicilina y omeprazol por vía oral. Recientemente han aparecido en la literatura algunos estu-
dios contradictorios sobre el efecto de esta asociación en la rosácea. En general no existe
un vínculo claro entre la infección por H. pylori y la rosácea (2). Se necesitarían estudios
de casos y controles de gran tamaño para demostrar esta asociación debido a la elevada
incidencia basal de esta exposición.
La infección con el ácaro Demodex es frecuente, acercándose los resultados de sensibi-
lidad al 100 % en los adultos sanos. Algunos autores defienden que la infección con
Demodex es una causa de rosácea, pero en la literatura se mantiene la controversia al
respecto. En un estudio se demostró la relación entre recuentos mayores del ácaro y rosá-
cea papulopustulosa, pero no con la forma eritematotelangiectásica (2). Se desconoce si
Demodex actúa como patógeno o sólo es parte de la flora cutánea normal.
B. La dermatitis peribucal (periorificial) es una entidad clínica diferenciada que se confunde
fácilmente con la rosácea, la dermatitis seborreica, la dermatitis eccematosa o el acné.
Afecta principalmente a mujeres jóvenes, suele encontrarse alrededor de la boca, aunque en
ocasiones también alrededor de la nariz o los ojos, y es de causa desconocida. Se ha impli-
cado la participación de Candida, Demodex, pastas de dientes fluoradas, grietas, irritación
y anticonceptivos orales. El escozor y la sensación de quemazón son molestias más signi-
ficativas que el prurito. Los casos pediátricos tienden a afectar más a los niños y tienen
pápulas perioculares y perinasales. Al igual que sucede con la rosácea, el uso prolongado
de corticoesteroides tópicos potentes causa una erupción de características similares que
puede perpetuar la enfermedad preexistente.
La dermatitis peribucal (periorificial) se encuentra en una tasa significativamente elevada
en sujetos atópicos. En comparación con los pacientes con rosácea, que presentan dermati-
tis peribucal, tienen significativamente aumentada la pérdida de agua transepidérmica y
diátesis atópica (3).
II. DATOS SUBJETIVOS
A. Las lesiones faciales de la rosácea y la dermatitis peribucal (periorificial) causan a menudo
una preocupación justificable sobre el aspecto personal. Puede haber una historia familiar
de rubor y sofocos fáciles y también de una complexión roja y rubicunda.
B. Las pápulas y los quistes de la rosácea pueden ser dolorosos; las pápulas peribucales (perio-
rificial) de la dermatitis son pruriginosas o causan una sensación de quemazón.
C. Los pacientes con rosácea se quejan de sensación de calor y congestión faciales, así como
de ojos secos. Las molestias oculares son escozor, fotofobia, quemazón, lagrimeo, arañazos
y sensación de cuerpo extraño en el ojo. La frecuencia de los síntomas oculares aumenta a
medida que evoluciona la rosácea. Muchos de estos pacientes también han sufrido varios
orzuelos en el pasado. Las personas que trabajan con terminales de vídeo se han quejado
de síntomas de quemazón facial y tienen un posible aumento del riesgo de rosácea.
III. DATOS OBJETIVOS (v. figs. en color 33 y 34)
A. Rosácea
1. El eritema recurrente, localizado en el tercio medio de la cara (zona media de la frente,
nariz, zonas malares y barbilla), puede conducir ulteriormente al desarrollo de rubor y
telangiectasias persistentes. La afectación simétrica de los párpados es a veces el único
signo de presentación. La rosácea lupoide o granulomatosa consiste en pápulas o nódu-
los marrones o rojos uniformes en la zona de distribución típica de la rosácea. El 15%
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2. Tratamiento sistémico
a. El tratamiento más eficaz de la rosácea es la administración de antibióticos sistémicos,
en particular los de la familia de tetraciclinas. En la literatura se propone el tratamien-
to inicial con una tetraciclina, pero la doxiciclina o la minociclina también son bas-
tante eficaces para el tratamiento inicial. En cuanto a la tetraciclina, el tratamiento
debería comenzar con 250 mg 4 veces al día hasta que los síntomas remitan, después
de lo cual la posología se puede ir reduciendo lentamente o suspender la adminis-
tración. Las náuseas y las molestias gastrointestinales son efectos secundarios signi-
ficativos de este tratamiento. En ocasiones hay que usar dosis mayores (1,5 a 2 g al
día) durante breves períodos de tiempo para inducir la remisión. Normalmente es
necesaria su administración a largo plazo. La tetraciclina es más eficaz reduciendo el
componente acneiforme y eliminando la queratitis, pero también disminuye el eritema.
La administración de minociclina o doxiciclina debe comenzar con 100 mg 2 veces al
día, para ir reduciéndola ulteriormente como se acaba de describir.
Después de suspender el tratamiento con tetraciclinas, el 25 % de los pacientes
recidivará en pocos días y el 60 % habrá recaído a los 6 meses. La queratitis siem-
pre recurre con mayor rapidez y requiere tratamiento continuado.
La rosácea ocular responde a tetraciclinas o eritromicina por vía oral. Puede que
sean necesarias dosis más altas inicialmente y después tal vez baste con 250 mg al
día o en días alternos de cualquiera de ellos. Se producen remisiones a largo plazo
que requieren tratamiento oral episódico.
b. Si la tetraciclina es ineficaz se debe probar con minociclina, doxiciclina o eritromi-
cina. El monohidrato de doxiciclina tiene un pH de 7,0, que disminuye las posibili-
dades de molestias gastrointestinales, aunque es más caro.
c. El metronidazol (200 mg 2 veces al día) es tan eficaz como la tetraciclina en la
rosácea papulopustulosa. Hay que alertar a los pacientes sobre sus efectos secunda-
rios de tipo disulfiram si consumen alcohol durante el tratamiento, así como de la
neuropatía periférica que se asocia al uso prolongado de este fármaco.
d. También se ha demostrado la utilidad de la ampicilina (250 mg 2 veces al día o
3 veces al día).
e. La administración diaria de trimetoprima/sulfametoxazol tiene un inicio de acción
rápido, pero presenta efectos secundarios de supresión de la médula ósea y necróli-
sis epidérmica tóxica (NET).
f. La claritromicina a dosis de 250 mg 2 veces al día durante 4 semanas y después
250 mg al día durante 4 semanas es otra alternativa por vía oral para los pacientes
resistentes al tratamiento.
g. El rubor relacionado con la menopausia o el rubor intratable podrían responder a
dosis bajas de clonidina, un agonista α-adrenérgico, a dosis de 0,05 mg p.o. 2 veces
al día o mediante parche transdérmico. Aparentemente es ineficaz en otras formas
de rosácea.
h. La isotretinoína (0,5 mg/kg/día durante 20 semanas) puede ser muy eficaz en pa-
cientes con rosácea papulopustulosa grave refractaria. Se observa la mejoría del
edema, el eritema y las telangiectasias, y una reducción de la hiperplasia de las glán-
dulas sebáceas, del rinofima y de la piel grasa. Los efectos secundarios oculares del
tratamiento son más frecuentes que en el tratamiento del acné. En un estudio se
demostró la eficacia de tan sólo 10 mg/día de isotretinoína durante 16 semanas.
Otras pautas posológicas consisten en 10 mg 2 o 3 veces por semana o 20 mg
2 veces por semana. Las tasas de remisión se desconocen, pero algunos pacientes
experimentan la desaparición prolongada de la enfermedad. Los pacientes con
rosácea suelen ser mayores que los que tienen acné, por lo que es necesario vigilar
más de cerca los efectos adversos cuando se usan fármacos retinoides.
i. La espironolactona oral en dosis de 50 mg/día durante 4 semanas mejoró la rosácea
en 11 de 13 pacientes estudiados. La mejoría se atribuyó a los cambios del metabo-
lismo de las hormonas esteroideas sexuales.
j. La demodecidosis similar a la rosácea se puede tratar con ivermectina oral o crema
de permetrina por vía tópica.
3. El tratamiento tópico de las lesiones es similar al del acné vulgar.
a. El tratamiento tópico con metronidazol al 1 % aplicado 1 vez al día disminuye las
lesiones inflamatorias un 77% un período de 15 semanas (4). Este fármaco es una
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buena alternativa a los antibióticos orales en algunos casos y disminuye los brotes
con el uso continuado tras retirar el tratamiento por vía oral. La formulación en gel
tiene una elevada penetración in vitro, pero puede causar escozor. Se han descrito
parestesias con el uso tópico de metronidazol.
b. Se utilizan lociones de eritromicina o clindamicina por vía tópica 2 veces al día como
en el tratamiento del acné vulgar.
c. Pueden ser útiles los preparados que contienen peróxido de benzoílo, azufre en con-
centraciones hasta del 15% o peróxido de benzoílo y azufre.
Se pueden obtener antibióticos que contienen sulfacetamida. Algunos de ellos
también contienen sulfas como base, lo que es una buena elección en algunos
pacientes si se cree que Demodex es el responsable. Estos preparados se evitarán en
los pacientes alérgicos a las sulfas.
d. El ácido azelaico al 15 % aplicado 2 veces al día es un tratamiento alternativo o
adyuvante para los pacientes con rosácea con un perfil bajo de efectos secundarios.
Su aplicación puede producir un cierto escozor. El uso del ácido azelaico al 15% en
gel 2 veces al día disminuyó las lesiones inflamatorias de la rosácea en un 80%. En
un estudio el eritema se resolvió por completo después de 15 semanas de tratamien-
to en el 17,9% de los pacientes (4).
e. El tratamiento con luz ultravioleta (UV) no tiene efectos beneficiosos y puede empe-
orar los síntomas.
f. Los corticoesteroides tópicos se usan en ocasiones para disminuir el eritema y la
inflamación. Los preparados de esteroides de alta potencia no se deben usar nunca
porque podrían causar la aparición de telangiectasias difusas e irreversibles. Se
puede utilizar crema de hidrocortisona al 1%.
g. El tratamiento fotodinámico (TFD) ha obtenido resultados «excelentes» en un caso pu-
blicado. El paciente recibió seis sesiones de TFD con ácido 5-aminolevulínico (5-ALA) (5).
4. Los vasos telangiectásicos se pueden destruir con varios láseres vasculares, como el láser
de color de pulsos largos (585 a 600 nm), láser KTP (532 nm) o una fuente de luz inten-
sa pulsada. Cada uno de estos sistemas puede requerir varios ciclos de tratamiento. La
electrocirugía localizada con aguja depiladora también es una opción, pero comporta
un riesgo de producción de cicatrices cuando se compara con las opciones actuales de
láser. En un estudio, el láser de color pulsado también redujo el número de pápulas y
pústulas un 60 %. La fuente de luz intensa pulsada también se utiliza para tratar los
componentes inflamatorio y vascular de la rosácea.
5. La rosácea ocular con blefaritis asociada se trata con el antibiótico tópico baci-
tracina/polimixina B. Los bordes del párpado se pueden frotar suavemente con un
champú infantil utilizando un aplicador con punta de algodón, torundas comerciales
para párpados o una gasa no abrasiva impregnada con un limpiador surfactante. Las
compresas tibias 4 veces al día son útiles para eliminar las costras adherentes. Si la infla-
mación es significativa, se aplicará una pomada esteroidea tópica en los bordes del pár-
pado sólo a corto plazo.
6. La reducción quirúrgica de las partes blandas aumentadas en el rinofima se consigue
mediante cirugía con láser de CO2, una hoja quirúrgica, dermoabrasión o electrocirugía.
7. Las lociones y bases cosméticas de tonos verdes ayudan a camuflar el enrojecimiento y
las telangiectasias de la rosácea. Algunas marcas de cosmética ofrecen una amplia va-
riedad de estos cosméticos con base verde.
8. Se recomienda usar cada día productos limpiadores suaves sin jabón y protectores
solares con SPF 15 frente a la luz ultravioleta A (UVA) y UVB. Para reducir la irritación
deben transcurrir 30 min después de lavarse y antes de aplicar los productos tópicos.
Las compresas frías, las mascarillas en gel, chupar hielo picado, el masaje de la zona
central facial, la biorretroalimentación y el aceite de lino son otras terapéuticas alterna-
tivas poco estudiadas.
9. Se ha preparado una relación de los distintos alimentos que ayuda a determinar qué ele-
mentos pueden desencadenar una rosácea. La National Rosacea Society es una fuente
general excelente para los pacientes y el personal sanitario. Se puede consultar la web
www.rosacea.org.
B. Dermatitis peribucal (periorificial)
1. Los antibióticos sistémicos utilizados, como se describe para la rosácea, son el único
tratamiento fiable. La dermatitis peribucal suele desaparecer en 3 a 8 semanas, y es
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puede estar reducida y cabe observar el aumento del número de células citolíticas naturales o
de la concentración sérica de IgA e IgG (4). Se ha demostrado que los antígenos de Malassezia
sensibilizan a algunos pacientes provocando el aumento de las concentraciones de IgG, mien-
tras que en otros pacientes se demuestran resultados contradictorios y la elevación de los títu-
los de IgG no está relacionada con Malassezia (5, 6). La mayoría de los adultos con dermatitis
atópica del cuero cabelludo y de la región facial dan un resultado positivo en la prueba de
escarificaciones a P. ovale (7). Las reacciones inflamatorias importantes también colaboran en
la dermatitis seborreica. Malassezia puede activar el complemento mediante las vías clásica y
alternativa, y también inducir la producción de citocinas en los queratinocitos humanos (8). La
inflamación en la dermatitis seborreica puede ser irritativa o no inmunitaria, causada por la
composición de los lípidos del sebo o por la actividad de la enzima lipasa, o por los metaboli-
tos tóxicos producidos por Malassezia.
Existe un aumento significativo de la incidencia, a menudo con una dermatitis extensa e
intensa de tipo seborreico, en pacientes positivos al virus de la inmunodeficiencia humana
(VIH) o con síndrome de la inmunodeficiencia adquirida (SIDA), variando entre el 30 % y el
83% (9-11). Asimismo, se ha observado un aumento de incidencia de la dermatitis seborreica
en la enfermedad de Parkinson (idiopática e inducida por fármacos) y otros trastornos neuro-
lógicos. También se ha propuesto el aumento de la tasa de excreción de sebo secundario a la
sobreactividad del sistema nervioso parasimpático o a la acción de los andrógenos o de la hor-
mona estimulante de los melanocitos (MSH) (12). Otras enfermedades asociadas a la dermati-
tis seborreica son la depresión, los trastornos del estado de ánimo y la pitiriasis versicolor. Las
áreas de aumento de la temperatura de la piel de la cara, documentadas por un estudio térmi-
co sensible, son lugares predispuestos a la dermatitis seborreica (13). La situación es más fre-
cuente en los hombres que en las mujeres y más en los adolescentes y en los adultos jóvenes,
así como en los adultos mayores de 50 años. Normalmente hay tendencia familiar a la derma-
titis seborreica y al aumento de la incidencia de alergia en la familia.
II. DATOS SUBJETIVOS. Las lesiones de la dermatitis seborreica y la caspa son a menudo asin-
tomáticas, con una evolución clínica leve. Es frecuente una variación episódica de la intensi-
dad, precipitada a menudo por el cansancio, el estrés o el clima frío. El prurito no es infrecuente
y es intenso en ocasiones.
III. DATOS OBJETIVOS
A. La caspa aparece simplemente como una descamación no inflamatoria, difusa, blanca o
grasienta en el cuero cabelludo, normalmente sin eritema o inflamación significativos.
B. En la dermatitis seborreica hay más prurito e inflamación en el cuero cabelludo. Hay afec-
tación frecuente en el vértice y en las regiones parietales. Los bordes del eritema y la desca-
mación están bien delimitados y se pueden ver en la línea de implantación frontal del pelo
o más allá, lo que se denomina corona seborreica.
C. En caso de dermatitis seborreica facial existe eritema, descamación y en ocasiones exu-
dación. Los bordes pueden estar bien definidos. También se observan eritema leve y una
descamación fina y seca en las cejas, párpados, pliegues nasolabial y postauricular, zona de
bigote y barba y en el área preesternal. Las zonas intertriginosas, los pliegues inframama-
rios, ingles, pliegues glúteos y ombligo también son afectados. Las lesiones pueden ser grue-
sas, semiconfluentes, amarillas y grasientas. A veces hay secundariamente impetiginización
y foliculitis. La dermatitis seborreica puede ser una causa de eritrodermia exfoliativa.
D. La blefaritis marginal seborreica, que consiste en eritema y descamación de los bordes
palpebrales y las pestañas, se asocia a menudo a una conjuntivitis granular leve o irritación
ocular. La dermatitis seborreica no aparece en otras localizaciones. También se asocia a
rosácea ocular.
E. La dermatitis seborreica infantil es autolimitada y está confinada a los primeros 3 meses de
vida. Normalmente comienza 1 semana después del parto y se caracteriza por placas de
eritema y descamación en el cuero cabelludo, región del pañal y superficies flexoras.
Cuando se afecta el vértice del cuero cabelludo, la afección se conoce como costra láctea.
La dermatitis exfoliativa similar a la dermatitis seborreica en un lactante se acompaña de
síntomas y signos sistémicos como fiebre, anemia, diarrea, pérdida de peso, retraso del
crecimiento e infecciones, lo que se conoce como síndrome de Leiner. Descrito original-
mente como un trastorno debido a un componente C5 disfuncional, puede ser una mani-
festación clínica de varios trastornos de inmunodeficiencia, como son una función fagocíti-
ca defectuosa, un defecto del componente C3 del complemento, una inmunodeficiencia
combinada grave, hipogammaglobulinemia e hiperinmunoglobulinemia E (14).
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F. Las erupciones farmacológicas por oro, metildopa, clorpromazina o cimetidina, o por defi-
ciencia de vitamina B, pueden simular una dermatitis seborreica.
G. En los casos crónicos se puede apreciar la alopecia no cicatrizante secundaria a la inflama-
ción y a los efectos secundarios del rascado. Ésta sería reversible con el tratamiento.
IV. TRATAMIENTO. Las modalidades de tratamiento en la dermatitis seborreica se dirigen prin-
cipalmente a los tres factores etiológicos implicados en la enfermedad y consisten en fármacos
queratolíticos y preparados antiinflamatorios y antimicóticos.
A. Los fármacos eficaces para eliminar la descamación de la caspa y la dermatitis seborreica
parecen actuar mediante varios mecanismos. El sulfuro de selenio y los alquitranes inhiben
la actividad mitótica y el selenio destruye también las levaduras. La piritiona de zinc es
directamente citotóxica y tiene efectos antimicrobianos, y el ácido salicílico altera los
enlaces que provocan la adherencia de las células del estrato córneo. No hay estudios en
los que se compare la eficacia de los champús antiseborreicos. Los siguientes fármacos se
mencionan en un orden aproximado de utilidad:
1. El ketoconazol se comercializa como crema al 2%, champú al 2%, emulsión de aceite en
agua y gel de espuma. El champú de ketoconazol al 2% se usa al menos 2 veces por sema-
na durante 2-4 semanas, dejando actuar al producto durante 5 min. También es útil dejar
la espuma en las áreas de afectación facial. Una vez que la dermatitis está bajo control, el
tratamiento 1 vez por semana ayuda a prevenir la recidiva. Ahora puede adquirirse sin re-
ceta un preparado al 1%. Se ha estudiado el efecto del ketoconazol tópico en los niños y
se ha demostrado que es eficaz y bien tolerado. Su eficacia es aproximadamente equiva-
lente a la de la hidrocortisona en crema al 1%. El ketoconazol oral tiene algunas reacciones
adversas y su uso está justificado sólo en los casos que no responden.
2. Un champú con triamcinolona al 0,1% aplicado diariamente durante 2 semanas puede
reducir significativamente la descamación y el picor. Después se puede aplicar un ré-
gimen de mantenimiento o alternando con otro champú anticaspa.
3. Los champús que contienen sulfuro de selenio al 2,5% se pueden aplicar 2 o 3 veces por
semana durante 5 a 10 min cada vez. En los estudios no ha habido diferencias significativas
entre la eficacia de los champús con sulfuro de selenio y con ketoconazol (15).
4. Los preparados que contienen piritiona de zinc al 1 % o 2 % funcionan casi igual de
bien. Se encuentran también en una formulación en crema.
5. El champú de bifonazol al 1% es un tratamiento seguro y eficaz de la dermatitis sebo-
rreica del cuero cabelludo en lactantes y niños (16).
6. Los champús de ácido salicílico-azufre son menos eficaces.
7. Los champús de alquitrán inhiben la proliferación de la epidermis mediante sus efec-
tos citostáticos después de un brote inicial de hiperplasia.
8. Los champús que contienen cloroxina contienen un compuesto antibacteriano sintéti-
co similar a los compuestos hidroxiquinolina usados en dermatología durante muchos
años. No existen estudios sobre la eficacia comparativa con este champú.
9. Cualquier champú no medicinal, en particular los que contienen surfactantes y deter-
gentes, eliminará la descamación y conseguirá una mejoría clínica subjetiva con disminu-
ción de la descamación en unos 4 días. Se deben usar cada 2 días para controlar la caspa.
10. Hay que evitar los preparados con alcohol y los tónicos capilares.
B. Si las lesiones son extensas o muy inflamatorias, se puede aplicar una solución tópica,
loción o spray de corticoesteroides (una loción de valerato o dipropionato de betametasona
suele ser eficaz; también son útiles otras lociones de corticoesteroides). Como alternativa
se puede usar una loción de sulfacetamida sódica al 10 % 2 a 3 veces al día. Las formula-
ciones en espuma de esteroides tópicos con valerato de betametasona y clobetasol son
adyuvantes útiles para la dermatitis seborreica del cuero cabelludo porque la espuma se
funde con la temperatura de la piel, dejando un residuo mínimo sin afectar al peinado.
C. Las costras gruesas se pueden eliminar más fácilmente con aplicaciones nocturnas de un gel
queratolítico, por ejemplo, ácido salicílico, con o sin oclusión con un gorro de plástico,
azufre al 3 %, ácido salicílico al 3 %, crema o solución con alcohol cetílico-destilado de
alquitrán de hulla al 4 %, o una compresa con aceite mineral templado durante 30 min
antes de usar el champú.
D. Las lesiones de la dermatitis seborreica en otras áreas responde rápidamente al uso de
crema de corticoesteroides como hidrocortisona al 1% aplicada entre 1 y 3 veces al día. Los
aerosoles y lociones son más fáciles de aplicar en las zonas pilosas. La aplicación prolon-
gada de corticoesteroides fluorados de alta potencia puede provocar telangiectasias y atrofia
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desfigurantes. Otros agentes tópicos útiles en la piel lampiña son los medicamentos que
contienen azufre, como una loción de sulfacetamida al 10%, formulaciones con azufre pre-
cipitado al 3%-10%, ácido salicílico al 1%-5% y alquitrán al 2% en pomada, o azufre al
1%-3% en una loción de calamina.
E. Se está utilizando una nueva clase de inmunomoduladores tópicos, los inhibidores de la cal-
cineurina, con cierto éxito en el tratamiento de la dermatitis seborreica (17, 18). La poma-
da de tacrolimus y la crema de pimecrolimus carecen de los efectos secundarios asociados
al uso de esteroides y tienen efectos antimicóticos in vitro frente a Malassezia furfur (19).
F. Además de los azoles tópicos, que tienen propiedades fungostáticas, como el ketoconazol,
el fluconazol o el miconazol, otros productos tópicos como la terbinafina, el ciclopirox y
el metronidazol también han mostrado efectos beneficiosos en la dermatitis seborreica.
G. Una solución de propilenglicol al 15% aplicada en el cuero cabelludo redujo el número de
levaduras y mejoró la dermatitis seborreica en el 90% de los casos tratados (20).
H. En cuanto a los casos diseminados o que no responden al tratamiento, son eficaces los ci-
clos cortos de antimicóticos orales como el ketoconazol (200 mg/día durante 2-4 semanas) (21),
el itraconazol (100 mg/día hasta 21 días, 200 mg/día durante 1 semana) (22) y la terbina-
fina a dosis de 250 mg/día durante 4-6 semanas (23, 24).
I. La isotretinoína oral reduce el tamaño de las glándulas sebáceas hasta un 90% al disminuir
la proliferación de los sebocitos basales. Así se reduce la síntesis de lípidos en el sebo hasta
un 75 % después de 4 semanas de tratamiento con isotretinoína en dosis de sólo 0,1 mg/
kg/día. Los pacientes pueden sufrir recidivas de la seborrea durante meses o años (25).
J. La blefaritis seborreica se trata 1 a 3 veces al día con sulfacetamida sola o con una suspen-
sión de sulfacetamida al 10%, prednisolona al 0,2% y fenilefrina al 0,12% o preparados
similares. Es esencial vigilar la tensión intraocular cuando se aplica simultáneamente un
tratamiento intermitente o crónico con esteroides en la zona ocular. En consecuencia, sería
más prudente usar tacrolimus o pimecrolimus tópicos como alternativas a los esteroides
tópicos para el tratamiento en la zona de los ojos, ya que ambos tienen actividad antiin-
flamatoria sin los efectos secundarios asociados al uso de corticoesteroides a largo plazo.
K. La luz ultravioleta (tanto UVA como UVB) inhibe el crecimiento de Malassezia. Muchas
personas notan la mejoría de la dermatitis seborreica durante los meses de verano (26),
pero también se ha descrito que algunos casos desarrollan la dermatitis seborreica después
del tratamiento con psoralenos más UVA (27).
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30:Arndt 9/2/09 13:38 Página 185
En Estados Unidos se producen más de 19 millones de infecciones de transmisión sexual cada año.
Casi la mitad de esas infecciones ocurre en personas de 15 a 24 años de edad. El coste económico de
esas infecciones se estima en más de 13.000 millones de dólares cada año. Aunque los datos de
seguimiento son buenos con respecto a enfermedades como sífilis, gonorrea y clamidias, que son
infecciones declarables, muchas otras enfermedades de transmisión sexual (ETS) no se declaran. En
la actualidad hay más de 30 infecciones conocidas que se transmiten por vía sexual. En este capítu-
lo se expondrán las más importantes.
Las ETS ulcerosas y no ulcerosas se ven implicadas cada vez con mayor frecuencia como factores
de riesgo en la transmisión de la infección por el virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). La
resistencia antimicrobiana, la ausencia de monofármacos con un amplio espectro de actividad frente
a varios patógenos genitales y el incumplimiento terapéutico han aumentado los problemas del
tratamiento de las ETS. Las recomendaciones terapéuticas que se incluyen en este capítulo reflejan las
recomendaciones de las normas de los Centers for Disease Control (CDC) de 2002 para el tratamien-
to de las ETS.
En Estados Unidos en el paciente que acude con una úlcera genital, especialmente si el paciente es
joven y sexualmente activo, se debe evaluar la presencia de herpes simple, sífilis y chancroide. El estu-
dio diagnóstico de una úlcera genital comprende el cultivo o el estudio mediante anticuerpos con
fluorescencia directa para herpes, serología y estudio en campo oscuro o inmunofluorescencia direc-
ta para sífilis y cultivo para Haemophilus ducreyi, además del estudio del VIH, debido al aumento
de riesgo de infección por VIH asociado a estas otras infecciones. Rara vez el linfogranuloma vené-
reo (LGV) o el granuloma inguinal son la causa de las úlceras genitales en Estados Unidos.
HERPES SIMPLE
El herpes simple es la causa más frecuente de úlcera genital en los países desarrollados (en la actuali-
dad hay 50 millones de casos en Estados Unidos). Aunque el virus del herpes simple tipo 2 (VHS-2)
se asocia con mayor frecuencia al herpes genital, hasta el 30% de la primera lesión de herpes genital se
debe a la infección por el VHS-1. La mayoría de los casos de herpes recurrente están causados por el
VHS-2. Muchos casos de herpes genital se transmiten cuando el sujeto infectado aún está asintomáti-
co o no sabe que está infectado.
SÍFILIS
185
30:Arndt 9/2/09 13:38 Página 186
miento en unos meses. En conjunto, la mayor tasa de infectividad del paciente tiene lugar durante
los primeros 1 a 2 años de infección y después disminuye con el tiempo. Si la sífilis primaria y
secundaria se deja sin tratamiento, la enfermedad clínica desaparecerá y las pruebas serológicas
revertirán hasta la ausencia de reactividad en el 33% de los casos, otro 33% continuará dando
resultado positivo en el estudio serológico, pero disfrutará de buena salud, y otro tercio desarro-
llará signos de sífilis tardía en el futuro. La sífilis tardía (terciaria) no es frecuente en nuestros días.
De esta última, el 25% de los afectados fallecerá principalmente como resultado de la enfermedad,
estando relacionado el 80% de esas muertes con problemas cardiovasculares.
La incidencia de sífilis primaria y secundaria alcanzó su máximo en 1990 y después ha ido
descendiendo casi un 90% hasta 2000. La tasa baja observada al terminar el siglo XX llevó a
la creación del National Plan to Eliminate Syphilis de Estados Unidos. No obstante, la tasa se
ha incrementado, principalmente entre los hombres, todos los años desde 2000.
A pesar del incremento reciente de las tasas de sífilis, las tasas de sífilis congénita disminu-
yen cada año. Los principales signos clínicos son afectación ósea, hepatoesplenomegalia, lesio-
nes cutáneas e ictericia.
II. DATOS SUBJETIVOS
A. Las lesiones genitales de la sífilis primaria son indoloras o mucho menos molestas de lo que
cabría esperar. Las lesiones extragenitales sí causan dolor.
B. La sífilis secundaria es a menudo pruriginosa (40%). Los pacientes notan un síndrome de
tipo gripal con cefalea, malestar, dolor de garganta y artralgias.
III. DATOS OBJETIVOS (v. figs. en color 7 y 8)
A. El chancro primario suele ser una única erosión firme, indurada o ulcerosa cubierta con
una costra. La base no es purulenta y está limpia, con un exudado amarillo grisáceo. El
30 % de los casos tiene varios chancros y el 5 % de los chancros son extragenitales. Se
puede encontrar linfadenopatía regional firme no dolorosa. En algunas personas (depen-
diendo de la localización de la exposición) el chancro primario aparece como una fisura
anal dolorosa con induración de los ganglios linfáticos bilateralmente.
B. La erupción cutánea secundaria consiste en la aparición de máculas, pápulas o incluso
nódulos generalizados, de aspecto suave y color rojo o marrón («color cobrizo»). La sífilis
se ha denominado el gran imitador debido a la variedad de sus presentaciones clínicas.
Sin embargo, el exantema maculopapular se ve en el 70% de los casos de sífilis secundaria.
Las lesiones comienzan en el tronco y se diseminan hacia los hombros y extremidades. Rara
vez se vuelven necróticas, una afección que se conoce como lúes maligna.
1. La afectación de palmas y plantas es característica (50%).
2. Las lesiones en las mucosas aparecen como «placas mucosas» elevadas de color grisá-
ceo (21%).
3. Una linfadenopatía generalizada no dolorosa (85 %) afecta principalmente a los gan-
glios linfáticos epitrocleares.
4. Otros hallazgos son pérdida del cabello en parches o placas intertriginosas de superfi-
cie lisa, aunque de aspecto verrugoso, que se denominan condilomas planos (con-
dilomata lata) (10 %) (se les considera la lesión más infecciosa de la sífilis debido a
que se erosiona la superficie y se libera un gran número de espiroquetas).
C. La sífilis terciaria se puede manifestar con afectación visceral, cardiovascular, neurológica,
ósea o mucocutánea. Pueden aparecer nódulos cutáneos, que curarán dejando cicatrices
atróficas. El goma es un nódulo subcutáneo, destructivo, ulcerativo e indoloro que segre-
ga un material caseoso o gomoso y cura dejando cicatriz.
D. La sífilis congénita, cuando no provoca fetos muertos o muerte neonatal, se diagnostica por
las muescas en los molares e incisivos centrales (dientes de Hutchinson), respiración nasal
ruidosa con sorbos (por la secreción nasal persistente), deformidad de la nariz en silla de
montar, placas de descamación, bullas, descamación, rágades y parches mucosos. Las
lesiones de la piel y las mucosas contienen espiroquetas.
IV. EVALUACIÓN
A. El diagnóstico definitivo se establece viendo las espiroquetas causantes en el microscopio
de campo oscuro en las muestras obtenidas de las lesiones primarias y de las secundarias
húmedas. T. pallidum no se tiñe con los reactivos habituales y es tan fino que no puede
verse en el microscopio óptico normal.
B. La invasión del huésped humano por esta espiroqueta determina la producción de múlti-
ples anticuerpos de dos tipos básicos, que se reflejan en los dos tipos de pruebas serológi-
cas existentes para la sífilis.
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iv. Los pacientes alérgicos a la penicilina pueden tomar ceftriaxona, 2 g al día i.m.
o i.v., durante 10 a 14 días. El uso de las tetraciclinas no se ha estudiado a fondo.
Puede ser apropiada la desensibilización a penicilina/ceftriaxona.
C. Las pacientes embarazadas deben ser tratadas con penicilina. En las enfermas alérgicas a la
penicilina se intentará primero la desensibilización sin cambiar a tratamientos alternativos
inmediatamente. No hay que administrar tetraciclina, doxiciclina y eritromicina durante el
embarazo. No hay datos suficientes para recomendar el uso de ceftriaxona o azitromicina.
D. La reacción de Jarisch-Herxheimer se debe a una endotoxemia causada por la liberación
de lipopolisacáridos de los treponemas que degeneran. Esta reacción tiene lugar en las
primeras 24 h de tratamiento en el 65% al 90% de los casos tratados por sífilis infecciosa.
La fiebre, los escalofríos, el malestar, la mialgia, la artralgia, la cefalea y las náuseas
comienzan varias horas después del inicio del tratamiento y normalmente remiten en
12 a 24 h. Los antipiréticos con o sin corticoesteroides alivian los síntomas y su intensidad.
Los anticuerpos frente al factor de necrosis tumoral α previenen esta reacción en algunos
casos con fiebre recidivante, otro tipo de infección por espiroquetas. Aunque la reacción de
Jarisch-Herxheimer puede provocar parto prematuro o sufrimiento fetal, la preocupación
por esta reacción no debe retrasar el tratamiento.
E. Retratamiento. Las serologías disminuyen en 4 veces a los 3 meses y en 8 veces a los
6 meses, y recuperan la normalidad en 6 a 12 meses de tratamiento de la sífilis primaria o
en 12 a 18 meses de tratamiento de la sífilis secundaria. El retratamiento (el mismo
tratamiento que en la sífilis de más de 1 año de duración) se planteará en los siguientes
casos:
1. La enfermedad clínica continúa o recurre.
2. El título serológico cuantitativo medido a intervalos de 3 meses no disminuye al menos
en 4 veces (dos diluciones en tubo) en 1 año.
3. El título serológico cuantitativo aumenta en 4 veces (dos diluciones en tubo), lo que
representa una recidiva o reinfección.
F. El tratamiento de la gonorrea con penicilina, ampicilina y tetraciclina es curativo en la sífi-
lis en período de incubación.
G. En todos los pacientes con sífilis se debería estudiar la infección por VIH. En zonas de
prevalencia alta de la infección por VIH hay que repetir el estudio de la infección por VIH
en los pacientes con sífilis primaria transcurridos 3 meses.
H. Los pacientes infectados por el VIH con sífilis temprana tienen un mayor riesgo de neurosí-
filis y tasas más altas de fracaso del tratamiento con los regímenes habituales. Algunos
expertos recomiendan múltiples administraciones de penicilina G benzatina, como se apli-
ca en la sífilis tardía. Se debe evaluar clínica y serológicamente a los pacientes al menos a
los 3 meses y después a los 6, 9, 12 y 24 meses después del tratamiento.
CHANCROIDE
desiguales y socavados, con una base purulenta. La lesión es blanda a la palpación y está
rodeada por un halo eritematoso. Mide de 3 a 20 mm.
B. Es frecuente encontrar balanitis, fimosis y parafimosis.
C. La linfadenitis inguinal, presente aproximadamente en el 50 % de los casos, se desarrolla
entre 1 y 3 semanas después de la lesión primaria, es más a menudo unilateral y se parece
a un absceso (bubón). Puede haber supuración, rotura y formación de un tracto sinusal,
que son casi patognomónicos de la enfermedad. También puede haber autoinoculación,
apareciendo ulceraciones opuestas que se denominan lesiones en beso.
IV. EVALUACIÓN
A. El diagnóstico lo sugiere el ver este pequeño microorganismo en la tinción de Wright,
Giemsa o Gram en el microscopio. El tejido se debe obtener de debajo de los bordes
socavados o del material aspirado de un ganglio linfático aún no roto. El diagnóstico basa-
do sólo en la morfología tiene una exactitud del 30% al 50%.
1. H. ducreyi es un bacilo corto gramnegativo con bordes redondeados, que normalmente
se encuentra fuera de las células formando bandas de filas paralelas («escuela de sire-
nas»). Se ve en la tinción de Gram.
2. En las mejores condiciones los frotis son positivos en <50% de los casos.
B. El diagnóstico se establece aislando el microorganismo en un agar para gonococos enrique-
cido y agar de Mueller-Hinton enriquecido, en un procedimiento de dos placas. La reac-
ción en cadena de la polimerasa (RCP) tiene una sensibilidad del 95%.
C. Hasta el 10% de esos pacientes se infecta también simultáneamente con sífilis o virus del
herpes simple y tienen un «chancro mixto».
V. TRATAMIENTO
A. Azitromicina, 1 g p.o. en una sola dosis. La azitromicina es un fármaco de clase B duran-
te el embarazo.
B. Eritromicina base, 500 mg p.o. 3 veces al día durante 7 días.
C. Ceftriaxona, 250 mg i.m.
D. Ciprofloxacino, 500 mg p.o. 2 veces al día durante 3 días. El ciprofloxacino no se debe
usar durante el embarazo, a menos que el efecto beneficioso justifique el riesgo potencial.
E. Los síntomas de las úlceras mejoran normalmente a los 3 días de comenzar el tratamiento
y el alivio es objetivable a los 7 días. Los ganglios fluctuantes pueden ser aspirados a través
de la piel sana. La incisión y el drenaje son un procedimiento más complicado.
F. Se debería analizar también la infección por VIH en el momento del diagnóstico. Las prue-
bas de infección por VIH y sífilis se han de repetir 3 meses después si el estudio inicial es
negativo. La curación puede ser más lenta en las personas infectadas por el VIH y el
tratamiento puede fracasar. Algunos expertos proponen usar eritromicina en una pauta de
7 días en esos pacientes.
LINFOGRANULOMA VENÉREO
des venéreas, se encontró que el 40% tenía cervicitis mucopurulenta. En la mitad de esos casos
se aisló C. trachomatis. Sólo se aisló Chlamydia en el 3% de las mujeres sin cervicitis. C. tra-
chomatis supone varios riesgos potenciales para la salud de las mujeres: EIP aguda, infertilidad
o embarazo complicado y transmisión al recién nacido si el canal del parto está infectado, con
el resultado de oftalmía o infección de las vías respiratorias.
II. DATOS SUBJETIVOS. Los pacientes con uretritis tienen síntomas variables. La disuria, cuan-
do aparece, no suele ser intensa.
III. DATOS OBJETIVOS. La secreción uretral es normalmente escasa, de aspecto blanco o trans-
parente.
IV. EVALUACIÓN. El diagnóstico se establece por la presentación clínica y la tinción de Gram de
la secreción uretral, que demuestra la presencia de cinco o más leucocitos polimorfonucleares
por campo de gran aumento (inmersión en aceite) pero no microorganismos. Específicamente,
no hay gonococos o Candida albicans en la tinción de Gram, no hay Candida en el frotis con
hidróxido potásico o con la tinción de Swartz-Medrik, no hay Trichomonas en un montaje
húmedo con salino o bacterias con azul de metileno o tinción de Gram del centrifugado de la
orina de la mitad del chorro: Thayer-Martin (gonococo), Feinberg-Wittington o Bushby (Tri-
chomonas), Sabouraud (Candida) y alcohol feniletílico/MacConkey (bacterias de las vías uri-
narias).
A. La prueba con un anticuerpo monoclonal inmunofluorescente conjugado con fluoresceína
(MicroTrak) permite realizar el diagnóstico rápido, sencillo y exacto de las infecciones por
clamidias. La prueba es menos sensible que el cultivo de tejidos e identifica entre el 60% y
el 90% de las poblaciones infectadas de bajo riesgo. También se utiliza un inmunoensayo
ligado a enzimas (Chlamydiazyme II). Ambas pruebas las deben efectuar técnicos con gran
experiencia para lograr la máxima exactitud.
B. La prueba de las esterasas leucocitarias se usa cada vez más para detección sistemática de
orina de hombres asintomáticos en busca de indicios de uretritis. La prueba se realiza en la
primera orina de la mañana y es sospechosa si hay más de 10 leucocitos por campo de gran
aumento.
C. El cultivo de C. trachomatis en los tejidos se hace en la mayoría de los centros y laborato-
rios de referencia.
D. La RCP también está disponible a menudo, y las demás pruebas mencionadas se usan con
menor frecuencia.
V. TRATAMIENTO
A. Azitromicina, 1 g 1 vez.
B. Doxiciclina, 100 mg 2 veces al día durante 7 días. La mayoría de los pacientes se curará
con el tratamiento inicial, pero con una tasa de recidivas del 40 % UNG negativas a
Chlamydia en 6 semanas. Las parejas sexuales habituales también deberían recibir tra-
tamiento.
C. Eritromicina base, 500 mg 4 veces al día durante 7 días, o etilsuccinato de eritromicina,
800 mg 4 veces al día durante 7 días. Ofloxacino, 300 mg p.o. 2 veces al día durante
7 días, o levofloxacino, 500 mg al día durante 7 días son los tratamientos alternativos. Si
el paciente no tolera las pautas de eritromicina en dosis altas, se recomienda usar eritro-
micina, 250 mg 4 veces al día durante 14 días, o etilsuccinato de eritromicina, 400 mg
4 veces al día durante 14 días.
D. A los pacientes con varias recurrencias se les derivará al urólogo en busca de anomalías
estructurales.
GONORREA
doxima, 400 mg, recomendada por los departamentos de salud de California y Washing-
ton, no ha sido evaluada correctamente hasta la fecha.
7. Las fluoroquinolonas y la ceftriaxona consiguen una tasa de curación superior al 95%
en las infecciones anales y genitales. Si la infección faríngea es motivo de preocupación,
la ceftriaxona o el ciprofloxacino curan más del 90% de esos casos. Sin embargo, si se
ha descartado la infección faríngea, se puede considerar el uso de algunos de los demás
tratamientos mencionados en el texto precedente.
8. Las mujeres embarazadas que no toleran una cefalosporina pueden tomar ciprofloxaci-
no si el beneficio justifica el riesgo potencial.
B. Fracaso del tratamiento. Se debe analizar la sensibilidad antimicrobiana en todos los
aislamientos obtenidos después del tratamiento. Las infecciones detectadas en ese momen-
to tras usar alguno de los regímenes expuestos son secundarias a reinfecciones y no al fra-
caso del tratamiento. La uretritis, cervicitis o proctitis persistentes se pueden deber a C. tra-
chomatis u otros microorganismos.
C. Enfermedad inflamatoria pélvica (pacientes ambulatorias)
1. Cefoxitina, 2 g i.m., junto a probenecid 1 g p.o., seguido por doxiciclina, 100 mg p.o.
2 veces al día durante 14 días.
2. Ceftriaxona, 250 mg i.m., seguido por doxiciclina, 100 mg p.o. 2 veces al día durante
14 días.
3. Comentario: se debe seguir a estas pacientes en la consulta de un médico con experien-
cia en el tratamiento de EIP.
D. Infección diseminada
1. La hospitalización está indicada normalmente, en especial en pacientes que parecen
tener artritis séptica u otras complicaciones, cuando el diagnóstico es incierto o no es
fiable.
2. Pauta inicial recomendada: ceftriaxona, 1 g i.m. o i.v. cada 24 h. Los regímenes alter-
nativos son cefotaxima, 1 g i.v. cada 8 h, o ceftizoxima, 1 g i.v. cada 8 h; ciprofloxaci-
no, 500 mg i.v. cada 12 h; ofloxacino, 400 mg i.v. cada 12 h, o espectinomicina, 2 g
i.m. cada 12 h (no disponible en la actualidad en Estados Unidos).
3. Todas las pautas deberían continuar hasta 24 o 48 h después de la mejoría. El
tratamiento puede cambiar a una pauta oral: cefixima, 400 mg p.o. 2 veces al día (no
disponible en la actualidad en Estados Unidos); ciprofloxacino, 500 mg p.o. 2 veces al
día, u ofloxacino, 400 mg 2 veces al día. Como ya se ha expuesto en el texto precedente,
antes de usar una fluoroquinolona se deben revisar los datos de resistencias en
http://www.cdc.gov/std/gisp.
4. Se recomienda administrar a las personas alérgicas a las cefalosporinas espectinomici-
na, 2 g i.m. cada 12 h, pero ésta no está disponible en la actualidad en Estados Unidos.
Por tanto, se debe proceder a la desensibilización de estos pacientes a las cefalospo-
rinas.
E. Infecciones gonocócicas en niños. Los niños que pesen 45 kg o más deben recibir
regímenes de adultos.
1. Los niños que pesen menos de 45 kg recibirán ceftriaxona, 125 mg i.m., para tratar la
vulvovaginitis, uretritis, proctitis y faringitis no complicadas.
F. Oftalmía neonatal gonocócica. El rápido diagnóstico, la hospitalización y el tra-
tamiento son esenciales porque la afección puede desembocar en perforación del globo
ocular y ceguera. Se usará ceftriaxona, 25-50 mg/kg i.v. o i.m. en una sola dosis, sin supe-
rar los 125 mg. La irrigación ocular puede reducir la secreción, aunque los antibióticos
tópicos no son una alternativa ni necesaria ni satisfactoria al tratamiento sistémico. C. tracho-
matis y otros agentes de transmisión no sexual son la causa más frecuente de conjuntivitis
neonatal.
G. Tratamiento epidemiológico
1. Los casos conocidos con exposición en el mes precedente a una gonorrea sintomática
se deben examinar y tratar igual que los casos que tienen la enfermedad confirmada. Se
examinará a los contactos mantenidos en los 2 meses precedentes con gonorrea asin-
tomática o EIP y se tratará a los contactos mantenidos en el mes precedente.
2. Los regímenes aceptables para la profilaxis de la oftalmía neonatal gonocócica y por
clamidias son pomadas o colirios de tetraciclina o eritromicina. Es preferible usar tubos
de un solo uso a tubos de varios usos. La solución de nitrato de plata al 1 % es eficaz
frente a la oftalmía gonocócica, pero no prevendrá la oftalmía por clamidias. Todos
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los niños deben recibir profilaxis ocular tanto si el parto ha sido por vía vaginal o por
cesárea.
TRICOMONIASIS
Los microorganismos C. albicans causan erupción por infección directa o mediante su acción irritan-
te. Para distinguirla otras causas de vaginitis, se puede usar una preparación con hidróxido potásico.
30:Arndt 9/2/09 13:38 Página 197
VAGINOSIS BACTERIANA
INFESTACIONES
Pediculosis pubis
Este trastorno se presenta como un prurito moderado a intenso en la zona púbica y a menudo tam-
bién en otros lugares. Consúltese el capítulo 19 para una exposición más detallada.
Escabiosis
Son lesiones víricas de crecimiento lento que se encuentran en cualquier lugar de la región anogeni-
tal, y se ha demostrado claramente su transmisión sexual. Es esencial derivar también a las parejas
sexuales para su estudio y obtener frotis Pap en las mujeres debido a la relación existente entre algu-
30:Arndt 9/2/09 13:38 Página 198
nos tipos de virus de papiloma humano y el carcinoma de cuello uterino. Consúltese el capítulo 36
para una exposición más detallada.
Molusco contagioso
Muchos pacientes adultos con molusco tienen lesiones en la región anogenital. Consúltese el capítu-
lo 24 para una exposición más detallada.
Otras enfermedades
Otras infecciones que pueden ser de transmisión sexual son las causadas por citomegalovirus, virus
de la hepatitis B y VIH.
Lecturas recomendadas
Centers for Disease Control and Prevention. Sexually transmitted diseases treatment guidelines.
MMWR RecommRep 2002;51(RR-6):1-78. Available at http://www.cdc.gov/std/treatment/.
Centers for Disease Control and Prevention. Oral alternatives to cefixime for the treatment of uncom-
plicated neisseria gonorrhoeae urogenital infections. Updated 30 April 2004. Available at http:
//www.cdc.gov/std/treatment/Cefixime.htm.
Centers for Disease Control and Prevention. Increases in fluoroquinolone-resistant Neisseria gonor-
rhoeae among men who have sex with men-United States, 2003, and revised recommendations
for gonorrhea treatment, 2004. MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2004;53:335-338.
Centers for Disease Control and Prevention. Sexually transmitted disease surveillance 2004 supple-
ment: gonococcal isolate surveillance project (GISP) annual report-2004. Atlanta, Georgia: U.S.
Department of Health and Human Services, December 2005. Available at http://www.cdc.gov/std
/treatment/.
Centers for Disease Control and Prevention. Notice to readers: discontinuation of spectinomycin.
MMWR Morb Mortal Wkly Rep 2006;55:370.
Fekade D, Knox K, Hussein K, et al. Prevention of Jarisch-Herxheimer reactions by treatment with
antibodies against tumor necrosis factor alpha. N Engl J Med 1996;335:311-315.
Galadari I, Galadari H. Nonspecific urethritis and reactive arthritis. Clin Derm 2004;22:469-475.
Ghosn SH, Kibbi A. Cutaneous gonococcal infections. Clin Derm 2004;22:476-480.
LaFond RE, Lukehart SA. Biological basis for syphilis. Clin Microbiol Rev 2006;19(1):29-49.
Lukehart SA, Godornes C, Molini BJ, et al. Macrolide resistance in Treponema pallidum in the Uni-
ted States and Ireland. N Engl J Med 2004;351:154-158.
Miller KE, Ruiz DE, Graves JC. Update on the prevention and treatment of sexually transmitted di-
seases. Am Fam Physician 2003;67:9.
Mitchell SJ, Engelman J, Kent CK, et al. Azithromycin-resistant syphilis infection: San Francisco,
California, 2000-2004. Clin Infect Dis 2006;42:337-345.
Morrison RP. New insights into a persistent problem: chlamydial infections. J Clin Invest 2003;111:
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Sehgal VN, Srivastava G. Chancroid: contemporary appraisal. Int J Dermatol 2003;42:182-190.
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CÁNCER DE PIEL
Khosrow M. Mehrany y Ken K. Lee
31
199
31:Arndt 3/3/09 17:48 Página 200
tanto de los CBC como de los CEC aparece en la zona de la cabeza y del cuello. La inci-
dencia en los hombres es más alta que en las mujeres. Existen tres subtipos principales de
CBC: noduloulcerativo, esclerosante o morfeiforme y superficial (4).
B. Los carcinomas espinocelulares surgen de queratinocitos epidérmicos atípicos, por lo
general en condiciones de fotolesiones crónicas moderadas a intensas y en presencia de quera-
tosis actínica. Los CEC tienden a crecer más rápidamente que los CBC y pueden extenderse por
los nervios con un potencial metastásico del 0,1% al 3%. Las lesiones en la oreja, el labio, el
pene y el dorso de la mano tienen un índice metastásico más elevado, del 10% al 15%. El CBC
se asocia considerablemente al melanoma y al cáncer de las glándulas salivales mayores (5).
C. El melanoma es el cáncer cuyo número aumenta con más rapidez en Estados Unidos; su
incidencia se duplica cada 10 años. Actualmente, una de cada 74 personas desarrollará un
melanoma. El melanoma es el cáncer más frecuente en las mujeres de 25 a 29 años y el
segundo más habitual en las mujeres de 30 a 35 años. La tasa de mortalidad por melano-
ma ha aumentado un 2% anual desde 1960. Se estimó que en 2000 morirían aproximada-
mente 7.700 personas a causa de un melanoma. La supervivencia está directamente rela-
cionada con la detección precoz (6).
El melanoma es inusual en los niños antes de la pubertad, si bien la incidencia en éstos ha
aumentado recientemente. Una gran cantidad de nevos, la incapacidad de la piel para bron-
cearse y los antecedentes familiares son poderosos determinantes del riesgo (7). Las perso-
nas de raza negra y asiática tienen un riesgo equivalente a una doceava parte del de las per-
sonas de raza blanca. Las personas de pigmentación más oscura tienen más melanomas en
las manos, los pies, las mucosas y los ojos. La piel blanca, la exposición prolongada al sol,
antecedentes de tratamiento con psoraleno más radiación ultravioleta A (PUVA), quema-
duras solares con ampollas antes de cumplir los 15 años, antecedentes familiares o perso-
nales de melanoma y la presencia de nevos atípicos (displásicos) o de numerosos nevos de
apariencia normal incrementan el riesgo de padecer un melanoma. La piel blanca, el cabe-
llo rubio o pelirrojo, los ojos azules o verdes, las pecas y la incapacidad de la piel para
broncearse se asocian a un riesgo elevado de melanoma. Los antecedentes personales de
melanoma aumentan el riesgo de un segundo melanoma al 3,4% (o sea, un riesgo 25 veces
más elevado), aunque sin que el pronóstico sea peor. El riesgo de un segundo melanoma
es mayor en el primer año, y a partir de entonces disminuye progresivamente (8). El
p16/CDKN2A es un importante factor determinante del riesgo de melanoma en las fami-
lias o pacientes con melanomas múltiples (9).
El grupo de mayor riesgo para el melanoma es el de los ancianos varones. Las mujeres
con melanoma suelen tener un pronóstico mejor. Un melanoma puede ser de nueva apari-
ción o surgir en una lesión preexistente como un nevo congénito, un nevo atípico o un len-
tigo maligno. Los nevos atípicos son marcadores de un riesgo elevado de melanoma en
cualquier zona cutánea y son una lesión precursora potencial por sí mismos. Las personas
con leucemia, linfoma y trasplante de riñón también presentan un riesgo elevado de desarro-
llar un melanoma (6).
D. Síndromes asociados al cáncer de piel
1. El síndrome de nevo basocelular es un trastorno autosómico dominante en el que los
individuos empiezan a desarrollar CBC múltiples durante la infancia. La patología prin-
cipal radica en una mutación del gen supresor de tumores PATCHED (PTCH) que afec-
ta al control del crecimiento celular.
2. La xerodermia pigmentaria es un trastorno autosómico recesivo. Su defecto bioquími-
co consiste en fallos en la reparación por escisión de los dímeros de pirimidina del ADN
inducidos por la luz UV o en un defecto de la síntesis del ADN tras la radiación UV. Los
niños que lo sufren desarrollan neoplasias cutáneas múltiples (CBC, CEC y melanoma)
antes de los 10 años, con unas consecuencias devastadoras.
3. El síndrome de Basex es un trastorno poco frecuente, de herencia autosómica dominan-
te y ligada al cromosoma X. Estas personas desarrollan un CBC entre los 15 y los
25 años, atrofoderma folicular y anhidrosis localizada.
4. La epidermodisplasia verruciforme es un trastorno autosómico recesivo poco frecuente
en el que unos subtipos del VPH, habitualmente del tipo 5, inducen tumores parecidos
a verrugas durante la infancia, que posteriormente se pueden transformar en un CBC
invasivo. Se ha propuesto la hipótesis de un defecto genético de la inmunidad celular.
5. El síndrome de Rombo es un trastorno autosómico dominante que presenta múltiples
CBC. Aún no se ha identificado el gen responsable de esta enfermedad (10).
31:Arndt 3/3/09 17:48 Página 201
Peca que cambia o ha cambiado definitivamente, edad > 15 años Muy elevado
Una o varias lesiones de pigmentación irregular 88
Una o más pecas atípicas (displásicas) o melanoma familiar (v. fig. en color 44) 148
Una o más pecas atípicas (displásicas) pero sin melanoma familiar 17-64
(v. fig. en color 45)
Lentigo maligno (v. fig. en color 46) 10
Peca congénita 17-21
Raza blanca (comparada con la negra) 12
Melanoma previo 5-9
Melanoma en padres, hijos o hermanos 2-8
Inmunosupresión: leucemia, linfoma o trasplante de riñón 2-3
Sensibilidad al sol, bronceado escaso, sufrir quemaduras con facilidad o haber 2-3
sufrido quemaduras solares múltiples o graves
Exposición excesiva al sol, especialmente durante la infancia 3-5
Ningún incremento del riesgo 1
a
Grado de incremento del riesgo de las personas con factores de riesgo con respecto a las que carecen de ellos. Riesgo
relativo de 1 significa ningún incremento del riesgo.
Adaptado de Rhodes AR, Weinstock MA, Fitzpatrick TB, et al. Risk factors for cutaneous melanoma. A practical method
of recognizing predisposed individuals. JAMA 1987;258:3146-3154.
b. El pigmento puede ser marrón, negro o azul, pero también aparecen formas amela-
nóticas que aparecen como pápulas de color rosado o rojo sin pigmento.
4. Melanoma lentiginoso acral (del 2% al 8% de los melanomas)
a. Esta forma de melanoma, a menudo difícil de diagnosticar, y que aparece en la
palma de la mano, la planta del pie y los dedos de la mano y del pie, es la forma más
frecuente en las personas de raza negra.
b. Una veta pigmentada en una uña puede suponer un melanoma lentiginoso acral. La
pigmentación de la cutícula es patognomónica (signo de Hutchinson) (6, 12).
D. Síndromes asociados al cáncer de piel
1. Síndrome del nevo basocelular
a. Aparecen CBC en zonas expuestas y no expuestas al sol que empiezan en la infan-
cia y se vuelven más agresivos después de la pubertad.
b. Aparece un punteado abundante en las palmas de las manos y las plantas de los pies.
c. Otros signos son calcificaciones de la hoz cerebral, quistes maxilares, costillas
expandidas o bífidas, quistes epidérmicos, lipomas, hipertelorismo y desplazamien-
to del canto medial del ojo. También se pueden encontrar fibromas cardíacos, medu-
loblastomas, meningiomas y rabdomiomas.
d. Las personas con síndrome del nevo basocelular son extremadamente sensibles a la
radiación.
2. Xerodermia pigmentaria
a. Las características distintivas del xerodermia pigmentaria son fotosensibilidad, foto-
fobia y conjuntivitis.
b. Aparecen múltiples focos de cáncer de piel, incluidos CBC, CEC y melanoma, y con
frecuencia se presenta por primera vez antes de los 10 años.
c. Algunas formas de xerodermia pigmentaria se asocian a microcefalia, retraso men-
tal progresivo y deficiencias neurosensoriales.
3. El síndrome de Basex
a. Este síndrome consiste en múltiples CBC que se desarrollan entre los 15 y los
25 años, atrofoderma folicular en el dorso de las manos y los codos y zonas locali-
zadas de anhidrosis. Algunos pacientes tienen hipotricosis.
4. Epidermodisplasia verruciforme
a. Durante la infancia aparecen placas verrugosas polimorfas extensas; algunas se
parecen a la tiña versicolor.
b. En las placas verrugosas puede surgir un CEC.
5. Síndrome de Rombo
a. Múltiples CBC asociados a tricoepiteliomas, hipotricosis, milios y cianosis de manos
y pies.
b. Lleva asociado una atrofodermia vermicular que produce una textura cutánea gra-
nulada con un dibujo filiforme (10).
IV. EVALUACIÓN. Se debe realizar una biopsia en todos los casos en que exista sospecha de
cáncer de piel. Para ello se puede practicar una biopsia por rasurado o con sacabocados de 3 a
4 mm, o bien una biopsia por legrado, por incisión o por escisión, dependiendo del diagnós-
tico y de la localización del tumor. El legrado tan sólo proporciona fragmentos de tejido que se
pueden utilizar únicamente para confirmar el diagnóstico de un CBC.
A. Carcinoma basocelular
1. La mayoría de los CBC se pueden analizar con una simple biopsia por rasurado.
2. Si se sospecha la existencia de un CBC escleroso, será preferible una biopsia con saca-
bocados o por incisión o escisión.
B. Carcinoma espinocelular
1. Una biopsia profunda por rasurado en disco o con sacabocados puede servir para
encontrar la base de la lesión, en especial si el tumor parece clínicamente un querato-
acantoma. Es necesario que el patólogo visualice bien la base de la lesión para descar-
tar un CEC invasivo. Entre las lesiones con riesgo elevado de metástasis se encuentran
las del labio, la oreja y la sien, las lesiones de crecimiento rápido o las que dan mues-
tras de extensión perineural.
C. Melanoma. Si la lesión sugiere un melanoma y es lo suficientemente pequeña como para
extirparla, hay que eliminarla en todo su espesor y con unos márgenes de 1 a 2 mm. No se
recomienda que los márgenes de extirpación inicial sean amplios porque muchos tumores
clínicamente sospechosos resultan no ser un melanoma. La biopsia de las lesiones mayores,
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por ejemplo, un melanoma sobre lentigo maligno, se puede realizar en la zona nodular de
pigmentación más oscura, sea por incisión o sea con sacabocados. Una biopsia por legra-
do o rasurado no proporcionará tejido suficiente. Para establecer el pronóstico del pacien-
te se utilizan las pautas siguientes:
1. Estadificación del melanoma. La clasificación de los estadios del melanoma se basa
en el sistema tumor, ganglio (node) y metástasis (TNM) que depende del tamaño del
tumor, la afectación de los ganglios y la presencia de metástasis. La clasifica-
ción T se establece en función del grosor de Breslow, la ulceración y el nivel de Clark
para diferenciar el tumor (13).
a. Grosor de Breslow: distancia que hay en la lesión primaria desde la capa granular
hasta la célula más profunda del tumor, medida en milímetros.
b. Nivel de Clark: sólo se utiliza para delimitar más los melanomas delgados (< 1 mm).
i. Nivel I. Células tumorales sólo en la epidermis (melanoma in situ).
ii. Nivel II. Células tumorales en la dermis papilar.
iii. Nivel III. Las células tumorales llenan la dermis papilar y se extienden, pero no
invaden la dermis reticular.
iv. Nivel IV. Las células tumorales invaden la dermis reticular.
v. Nivel V. Las células tumorales invaden el tejido adiposo subcutáneo.
Los parámetros para la clasificación de T:
Tis: melanoma in situ.
T1: grosor de Breslow ≤ 1 mm.
a. Sin ulceración: nivel de Clark II/III.
b. Con ulceración o nivel de Clark IV/V.
T2: 1,01 a 2 mm.
a. Sin ulceración.
b. Con ulceración.
T3: 2,01 a 4 mm.
a. Sin ulceración.
b. Con ulceración.
T4: > 4 mm.
a. Sin ulceración.
b. Con ulceración.
Los parámetros para la clasificación de N:
N0: ausencia de metástasis en los ganglios regionales.
N1: metástasis en un ganglio regional.
N1a: micrometástasis.
N1b: macrometástasis.
N2: metástasis en 2 a 3 ganglios regionales.
N2a: micrometástasis.
N2b: macrometástasis.
N2c: metástasis en tránsito o satélites, sin metástasis ganglionar.
N3: metástasis en cuatro o más ganglios regionales, ganglios fusionados o metásta-
sis en tránsito o satélites con metástasis en ganglios.
Los parámetros para la clasificación de M:
M0: ausencia de metástasis distante.
M1a: metástasis en la piel, el tejido subcutáneo o en los ganglios linfáticos distantes
con lactato deshidrogenasa (LDH) normal.
M1b: metástasis pulmonar con LDH normal.
M1c: todas las demás metástasis distantes o cualquier metástasis a distancia con
LDH elevada.
Al utilizar la clasificación TNM se pueden determinar datos importantes sobre la esta-
dificación y las tasas de supervivencia (tabla 31-2) (13).
D. La biopsia del ganglio linfático centinela (BGLC) es una técnica de detección sensible para
encontrar focos ocultos de metástasis en los ganglios linfáticos sin realizar su disección
total. Se obtiene una muestra del primer ganglio (ganglio centinela) de la cadena de drena-
je tras detectarlo mediante una combinación de mapeo con colorante azul y linfogamma-
grafía. La detección de un ganglio linfático centinela positivo es indicativa de metástasis en
los ganglios regionales y de la disección de los ganglios linfáticos, con o sin tratamiento
coadyuvante. Probablemente, en el futuro la reacción en cadena de la polimerasa (RCP)
31:Arndt
3/3/09
TABLA 31-2 Tasas de supervivencia por tumor, ganglios y metástasis de melanoma y categorías de estadificación
17:48
IA T1a ≤1 No 0 — — 4.510 99,7 ± 0,1 99,0 ± 0,2 95,3 ± 0,4 87,9 ± 1,0
IB T1a ≤1 Sí o nivel IV, V 0 — — 1.380 99,8 ± 0,1 98,7 ± 0,3 90,9 ± 1,0 83,1 ± 1,5
Página 205
T2a 1,01-2,0 No 0 — — 3.285 99,5 ± 0,1 97,3 ± 0,3 89,0 ± 0,7 79,2 ± 1,1
IIA T2b 1,01-2,0 Sí 0 — — 958 98,2 ± 0,5 92,9 ± 0,9 77,4 ± 1,7 64,4 ± 2,2
T3a 2,01-4,0 No 0 — — 1.717 98,7 ± 0,3 94,3 ± 0,6 78,7 ± 1,2 63,8 ± 1,7
IIB T3b 2,01-4,0 Sí 0 — — 1.523 95,1 ± 0,6 84,8 ± 1,0 63,0 ± 1,5 50,8 ± 1,7
T4a > 4,0 No 0 — — 563 94,8 ± 1,0 88,6 ± 1,5 67,4 ± 2,4 53,9 ± 3,3
IIC T4b > 4,0 Sí 0 — — 978 89,9 ± 1,0 70,7 ± 1,6 45,1 ± 1,9 32,3 ± 2,1
IIIA N1a Cualquiera No 1 Micro — 252 95,9 ± 1,3 88,0 ± 2,3 69,5 ± 3,7 63,0 ± 4,4
N2a Cualquiera No 2-3 Micro 130 93,0 ± 2,4 82,7 ± 3,8 63,3 ± 5,6 56,9 ± 6,8
IIIB N1a Cualquiera Sí 1 Micro — 217 93,3 ± 1,8 75,0 ± 3,2 52,8 ± 4,1 37,8 ± 4,8
N2a Cualquiera Sí 2-3 Micro — 111 92,0 ± 2,7 81,0 ± 4,1 49,6 ± 5,7 35,9 ± 7,2
N1b Cualquiera No 1 Macro — 122 88,5 ± 2,9 78,5 ± 3,7 59,1 ± 4,8 47,7 ± 5,8
N2b Cualquiera No 2-3 Macro — 93 76,8 ± 4,4 65,6 ± 5,0 46,3 ± 5,5 39,2 ± 5,8
IIIC N1b Cualquiera Sí 1 Macro — 98 77,9 ± 4,3 54,2 ± 5,2 29,0 ± 5,1 24,4 ± 5,3
N2b Cualquiera Sí 2-3 Macro — 109 74,3 ± 4,3 44,1 ± 4,9 24,0 ± 4,4 15,0 ± 3,9
N3 Cualquiera Cualquiera 4 Micro/macro — 396 71,0 ± 2,4 49,8 ± 2,7 26,7 ± 2,5 18,4 ± 2,5
IV M1a Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Piel, s.c. 179 59,3 ± 3,7 36,7 ± 3,6 18,8 ± 3,0 15,7 ± 2,9
M1b Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Pulmonar 186 57,0 ± 3,7 23,1 ± 3,2 6,7 ± 2,0 2,5 ± 1,5
M2c Cualquiera Cualquiera Cualquiera Cualquiera Otras vísceras 793 40,6 ± 1,8 23,6 ± 1,5 9,5 ± 1,1 6,0 ± 0,9
Total 17.600
205
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LA CAPA DE OZONO
La capa de ozono ha ido disminuyendo en los últimos 20 años debido principalmente a la liberación
de compuestos clorofluorocarbonados hacia la atmósfera. En consecuencia, ahora puede llegar más
212
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radiación UVB a la superficie de la tierra. En general cada grado de aumento de la latitud se corres-
ponde con un incremento del 3% de RUV que llega a la tierra y cada 1.000 m sobre el nivel del mar
corresponden a un incremento del 10% de la RUV (4, 5). Aún no conocemos exactamente el impac-
to que ha tenido el cambio climático causado por la depleción de ozono en la estratosfera en la inci-
dencia de cáncer de piel (6). La depleción de ozono podría aumentar la incidencia de alteraciones ocu-
lares, provocando la aparición de cataratas, el desarrollo de melanoma cutáneo y la incidencia de car-
cinomas basal y epidermoide (7, 8).
La quemadura solar normalmente es el resultado de una exposición excesiva a la radiación UVB,
pero también es una respuesta a una radiación UVC excesiva procedente de luces artificiales o de
UVA en presencia de un agente fotosensibilizante tópico o sistémico. Se ve con mayor frecuencia des-
pués de la exposición solar, pero también puede aparecer después de la exposición a lámparas sola-
res o a fuentes de luz laborales (arcos de soldadura [250 a 700 nm], fotograbado [250 a 700 nm],
lámparas bactericidas o lámparas de cuarzo frías [254 nm]). La radiación UVB no queda retenida en
las nubes finas los días nublados, pero es absorbida completamente por el vidrio de las ventanas y
parcialmente por el humo y la contaminación que rodean a las grandes ciudades. La epidermis refle-
ja el 10% de los rayos UVB y el 20% del resto penetrará hasta la dermis. La UVA penetra a mayor
profundidad y tiene un mayor efecto en la dermis, acentuando en gran medida el daño producido por
la radiación UVB. Una gran cantidad de LUV alcanza la piel al reflejarse en la nieve, la arena o las
aceras, y los sombreros y sombrillas aportan sólo una protección moderada.
Nuestros mecanismos naturales de protección solar son el grosor de la epidermis, los antioxidantes
naturales, la melanina, el ácido urocánico (un producto natural que absorbe la radiación UV), los
mecanismos de reparación del ADN y la señalización del ligando Fas. Los pacientes trasplantados son
un ejemplo de lo que puede suceder con el cáncer de piel no melanoma en la que se combinan la
inmunosupresión y mutaciones previas del gen p53. La tolerancia a la luz del sol se basa en la can-
tidad de melanina de la piel y en la capacidad genética de cada persona para producir la melanina
después de la exposición al sol, es decir, de broncearse. Dependiendo de la respuesta a los primeros
30 min de exposición al sol del verano y del bronceado que se desarrolle en las personas de piel blan-
ca, los tipos de piel se clasifican de la siguiente forma según la reacción al sol:
Las personas con los tipos de piel I y II a menudo tienen una piel blanca y ojos azules, pueden tener
el pelo rojo y muestran o no pecas. Sin embargo, algunas personas con el pelo más oscuro y ojos azu-
les o verdes tienen reacciones solares de tipo I y II. Las personas con piel de tipo I y II superarán su
umbral de tolerancia a las quemaduras solares en 10 a 20 min con la luz del sol templada del medio-
día en verano. Entre 3 y 8 veces la dosis mínima que produce eritema (DME) producirá una quema-
dura de moderada a intensa.
Existen varias enfermedades genéticas (como la xerodermia pigmentaria), metabólicas (como la
pelagra y la porfiria cutánea tarda), neoplásicas (como la queratosis actínica o el carcinoma basoce-
lular), del tejido conjuntivo (como el lupus eritematoso), inmunes (como la urticaria solar, la alergia
fotomedicamentosa) e idiopáticas (como el hidroa estival o la erupción lumínica polimorfa) que son
causadas o exacerbadas por la exposición a la luz. En un estudio de gran tamaño en el que se evaluó
a pacientes con problemas de fotosensibilidad, el 26 % tenía erupción lumínica polimorfa, el 17 %
tenía dermatitis actínica crónica, el 8 % tenía dermatitis de contacto fotoalérgica, el 7 % tenía foto-
toxicidad sistémica por fármacos y el 4% tenía urticaria solar. Los agentes inductores de alergia más
frecuentes fueron los perfumes, los protectores solares y los fármacos antimicrobianos (9).
Cada vez hay más datos que indican que la LUV es responsable del desarrollo de al menos el 10% de
todas las cataratas y degeneraciones maculares. La pinguécula y el pterigión aparecen en la superfi-
cie de la conjuntiva ocular y son más prevalentes en áreas geográficas cercanas al ecuador. En el pár-
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pado inferior, la zona anatómicamente más expuesta del ojo, existe el riesgo de aparición de cánce-
res de piel melanoma y no melanoma.
ÍNDICE ULTRAVIOLETA
El índice UV es un programa que informa al público sobre la cantidad de LUV dañina que está lle-
gando a la tierra cada día en particular, y es una parte admitida del informe meteorológico en muchas
ciudades. El programa SunWise, que ofrece una relación de los índices UV y que ha dado lugar a
varios programas para la educación pública, especialmente de los niños, se puede consultar en el sitio
web de la Environmental Protection Agency (EPA) en www.epa.gov. El National Meteorological
Center determina el índice todos los días. Se puede hacer las siguientes recomendaciones para los
sujetos de piel clara que se queman con facilidad y se broncean mínimamente:
1. 0 a 2: mínima. Una hora de exposición sin protección produce daños por radiación UV en perso-
nas con piel sensible al sol.
2. 3 a 4: baja. Las quemaduras solares pueden aparecer en 30 a 60 min de exposición sin protec-
ción.
3. 5 a 6: moderada. Riesgo significativo de lesión en la piel y quemaduras solares con sólo 20 a
30 min de exposición sin protección.
4. 7 a 9: alta. La piel sin protección se puede quemar 10 a 20 min.
5. 10 a 15: muy alta. Las quemaduras aparecerán en <10 min sin protección.
CABINAS DE BRONCEADO
El uso de las cabinas de bronceado en Estados Unidos es una industria que genera 2.000 millones de
dólares cada año. Los dermatólogos y otros profesionales han expresado su preocupación por la
ausencia de regulación en esta industria. Las lámparas solares (normalmente con longitudes de onda
UVA) de estas unidades de bronceado emiten una LUV que es 26 veces más dañina que la cantidad
equivalente de luz del sol. Esta dosis puede producir eritema y melanogénesis, pero no proporciona
la protección del bronceado natural, porque no se produce el engrosamiento de la capa córnea y la
pigmentación se restringe a la capa basal.
La principal preocupación en relación con las cabinas de bronceado es el efecto cancerígeno que
tiene la exposición a dosis repetidas de LUV. En una revisión sistemática de la literatura actual se
encontró el aumento significativo del riesgo de melanoma cutáneo después de la exposición a cabi-
nas o lámparas solares (10). Además, en un estudio reciente se evaluó la relación entre carcinomas
epidermoides y uso de lámparas solares, encontrándose que el uso de los dispositivos de bronceado
puede contribuir a la incidencia de cánceres de piel no melanoma (11). Por otra parte, se presenta una
erupción polimorfa lumínica en el 10 % al 13 % de los usuarios. Otros problemas son la exacerba-
ción del lupus eritematoso sistémico, la porfiria y la rosácea, y la inducción de reacciones fototóxi-
cas y fotoalérgicas (12).
La RUV solar y la exposición a las lámparas y cabinas solares aparecen ahora en la lista de carci-
nógenos conocidos para el ser humano. Todos los productos bronceadores deben contener ahora una
advertencia en el envase que indique: «Este producto no contiene un protector solar y no protege
frente a las quemaduras solares. La exposición repetida de una piel sin protección durante el bronce-
ado aumenta el riesgo de envejecimiento de la piel, de cáncer de piel y de otros efectos dañinos para
la piel, aunque no se produzcan quemaduras».
ción al sol causará un eritema inmediato, que después se desvanece. El eritema diferido apa-
rece en 2 a 4 h, alcanza su máximo en 14 a 20 h y dura entre 24 y 72 h.
B. Esta quemadura puede evolucionar a eritema intenso, edema intenso y formación de ampollas.
C. La piel se desprende posteriormente como consecuencia del aumento del ciclo de la epider-
mis durante la respuesta de reparación, normalmente 1 semana o más después de la que-
madura.
D. Se observa hiperpigmentación debido a la formación de nuevo pigmento producida por la
radiación UVB, que ofrece una cierta protección frente a quemaduras solares en el futuro.
Se manifiesta por un oscurecimiento inmediato del pigmento derivado de la melanina pre-
formada (2 a 24 h) y bronceado diferido, que refleja la formación de nuevo pigmento (4 a
7 días).
E. Las reacciones a la radiación UVA siguen una evolución más lenta en el tiempo. El eritema
es evidente hasta 48 h después y la reacción puede ser más intensa durante varios días.
F. Las reacciones a la radiación UVC rara vez son intensas. La sobreexposición a LUV de
onda corta rara vez produce ampollas, pero puede provocar conjuntivitis y queratitis.
III. EVALUACIÓN. La historia del paciente normalmente será la adecuada para explicar el cuadro
clínico. Es importante comprobar que no hay factores perdisponentes o subyacentes (adminis-
tración de fármacos, aplicación tópica de fotosensibilizadores o enfermedades sistémicas como
lupus o porfiria).
IV. TRATAMIENTO
FOTOPROTECCIÓN
Se ha demostrado que los protectores solares previenen el daño del ADN, la inmunosupresión cutá-
nea y la generación de células T supresoras producidos por la luz ultravioleta. Además, la aplicación
de protectores solares disminuye el riesgo de desarrollar cánceres de piel no melanoma y queratosis
actínica. Su efecto en la prevención o el desarrollo del melanoma es controvertido.
Los medicamentos tópicos utilizados como protección solar se comercializan como protectores sola-
res, que contienen varias sustancias químicas, y como pantallas físicas. Los protectores solares quími-
cos, que más recientemente la Food and Drug Administration (FDA) ha denominado orgánicos, blo-
quean la penetración de la RUV al actuar como filtros y al absorber y reflejar la LUV. Los protectores
solares físicos o no químicos dispersan o reflejan la RUV. La mayoría de los protectores solares son bue-
nos agentes protectores frente a las radiaciones UVB y UVA de onda corta, aunque aún no se ha logra-
do una protección completa frente a la radiación UVA de onda larga (13).
En 1997 el Congreso solicitó a la FDA que crease nuevas regulaciones y recomendaciones para la
prevención y el tratamiento de las quemaduras solares. El resultado ha sido la última monografía de
la FDA sobre protectores solares, que contiene los requisitos de la formulación y un etiquetado sim-
plificado (14). En esta nueva monografía se mencionan 16 ingredientes que las compañías pueden
usar para elaborar los protectores solares (v. el texto siguiente). Otros cambios consisten en el etique-
tado de cualquier protector solar que proporcione un factor de protección solar (SPF, sun protection
factor) de 30 o más con «SPF 30 plus». Se han eliminado los términos «sumergible» y «protección
durante todo el día» y han sido remplazados por «resistente al agua» y «muy resistente al agua».
AGENTES ESPECÍFICOS
Las pantallas físicas o protectores solares «sin productos químicos» contienen pequeñas partículas
que dispersan, reflejan o absorben la radiación en el intervalo UV y visible. Al absorber una cierta
cantidad de energía, se pueden formar secundariamente radicales de oxígeno. El recubrimiento de las
partículas con silicona absorbe esos radicales libres y es la base de un producto denominado Z-cote.
Las pantallas físicas son las siguientes:
a. Óxido de zinc
b. Dióxido de titanio
c. Óxido de hierro
d. Caolín
MÉTODO DE USO
El término sustantividad se refiere a la capacidad del producto para mantenerse eficaz bajo el estrés
de un ejercicio prologado, sudar o nadar. Los ésteres del ácido para-aminobenzoico (PABA) son
más eficaces que el PABA en etanol, y los vehículos de tipo crema pueden ser más resistentes a la
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eliminación que los que usan una base alcohólica. Sea cual sea el producto utilizado, se debe apli-
car entre 15 y 30 min antes de la exposición y repetir su aplicación generosamente varias veces
durante la exposición, en particular después de nadar o sudar. La aplicación de un protector solar
es variable, demostrándose en un estudio que el 60 % de las personas se olvidó de la aplicación en
la zona posterior del cuello, el 35 % en la zona anterior del cuello y el 32 % no se puso en las ore-
jas. Una persona normal se aplica sólo la mitad o menos de la cantidad recomendada del protec-
tor solar.
VEHÍCULO
a. Las lociones tienen una viscosidad baja, se extienden con facilidad y no son grasientas. Nor-
malmente contienen un SPF 15 o menor.
b. Los productos con un SPF mayor contienen un aceite que aporta mayor protección solar y una
consistencia más densa y grasienta. La adición de silicona líquida disminuye esta última carac-
terística y aumenta la resistencia al agua de los protectores solares de SPF alto.
c. Los hombres, los pacientes propensos al acné y los sujetos con piel grasa prefieren los geles no
grasos. Los geles acuosos son ideales para los sujetos que piensan hacer ejercicio, pero sólo con-
tienen protectores solares hidrosolubles, lo que limita el SPF. Los geles hidroalcohólicos pueden
conseguir un SPF mayor, pero ninguno de esos productos son resistentes al agua. A veces es más
difícil obtener una aplicación uniforme de los protectores solares en gel que en loción.
d. Las lociones secas (anhidras) se usan en deportistas que tengan escozor ocular.
e. Las barras contienen protectores solares liposolubles y son efectivas para la protección de zonas
limitadas como la nariz, debajo de los ojos y las orejas. Estos productos son los más resistentes al
agua y son útiles para aplicar el protector solar en zonas críticas de la cara en niños no colabo-
radores. Son demasiado oclusivos para una aplicación general.
f. Los aerosoles y sprays son un nuevo sistema de administración, pero los problemas causados por
dejar zonas de piel sin tratar y la distribución no uniforme del producto disminuyen su nivel de
protección.
g. Las pantallas no químicas o físicas y la ropa de protección solar son adecuadas para los pacientes
con pieles sensibles, las personas que no toleran los protectores solares y los niños de menos de
6 meses de edad.
EFECTOS ADVERSOS
El PABA puede teñir la ropa de amarillo, especialmente después de la exposición al sol. A veces apa-
rece una dermatitis de contacto después de usar PABA, ésteres de PABA, benzofenonas y cinamatos.
El PABA glicerilo es la causa más frecuente. Aunque se ha descrito raramente, puede haber alergias
a un componente del vehículo del protector solar. Los pacientes alérgicos a la benzocaína, procaína,
parafenilenediamina y sulfonamidas pueden tener reacciones alérgicas al PABA.
h. Para la protección ocular máxima, usar gafas sólo de cobertura amplia que se ajusten bien en la
frente y absorban hasta 400 nm del intervalo de radiación UVA, UVB y luz azul. Las gafas pola-
rizadas eliminan los destellos de las superficies protectoras pero no añaden propiedades blo-
queantes UV. La Skin Cancer Foundation utiliza un sello de recomendación para las gafas de sol
que cumplen los criterios de bloquear el 99% de la radiación UVA y UVB.
i. Se pueden utilizar los protectores solares en barra de labios, aunque normalmente son olvidados
dentro del programa de protección solar. La aplicación frecuente es útil para disminuir la activa-
ción del herpes labial.
Es necesario educar a padres e hijos sobre la importancia de la protección solar. La American
Academy of Pediatrics (AAP) ha determinado que el uso con cuidado del protector solar en los lac-
tantes es aceptable si no hay otro método de protección solar. No se han descrito efectos adversos de
los protectores solares en los niños menores de 6 meses de edad. En todo caso, la AAP recomienda
mantener a los lactantes protegidos de la luz solar directa y el uso de ropa con protección solar.
Se ha estimado que el uso del protector solar durante los primeros 18 años de vida reducirá la inci-
dencia de cánceres de piel no melanoma un 78% a lo largo de la vida. El uso crónico del protector
solar altera la síntesis de vitamina D, un problema que se compensa siguiendo una dieta normal.
DIHIDROACETONA
La dihidroacetona (DHA), el principio activo de los productos que «broncean», tiñe con un color
marrón anaranjado la capa córnea; no es una simulación de la pigmentación con melanina. Aporta
una cierta fotoprotección frente a radiación UVA de onda larga y luz visible. Recientemente se ha
demostrado que la DHA ofrece además un SPF modesto en el ser humano (19). Sin embargo, las cre-
mas de autobronceado sólo ofrecen un SPF de 3 a 4, que permanece únicamente unas horas después
de la aplicación del producto y no permanece durante todo el bronceado (20). Algunos productos
incluyen ahora un protector solar con SPF 15 o mayor. La mayoría de los productos contiene una
concentración del 3% al 5% de DHA. Las concentraciones superiores proporcionarán un color más
profundo que puede parecer poco natural. El color se desvanece con la descamación normal de la epi-
dermis a lo largo de 5 a 7 días.
a. Exfoliar ligeramente la piel antes de la aplicación.
b. Aplicar cada 2 a 3 h hasta obtener el color de piel deseado.
c. Hay diferentes técnicas de aplicación, en spray, toallitas o a mano.
d. Lavarse bien las manos para evitar que se tiñan.
e. Los codos, rodillas y tobillos captan el producto menos uniformemente y requieren menos canti-
dad.
f. Las pecas captarán más el color, igual que el pelo y las uñas.
g. Los tejidos se pueden teñir por contacto con el producto antes de que éste se seque.
h. La loción se debe aplicar cada 3 a 5 días para mantener el color.
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URTICARIA
Penpun Wattanakrai
34
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piz), rodeados por un gran brote eritematoso macular, que aparecen normalmente en el
cuello y el tronco, aunque se pueden diseminar distalmente. Desaparecen espontáneamente
en 30 a 60 min.
D. La urticaria por frío puede ser familiar o adquirida. Los síntomas asociados son fiebre, artral-
gias y leucocitosis. Un tercio de los casos tiene crioproteínas. Los pacientes pueden desarrollar
habones urticariales pruriginosos o angioedema localizados o generalizados. Los habones
cutáneos típicamente no tienen pseudópodos y se adaptan a la forma del estímulo frío.
E. La vasculitis urticarial se caracteriza por pápulas o placas dolorosas (más que prurigi-
nosas), urticariales y con sensación de quemazón que duran normalmente más de 24 h.
Puede haber hiperpigmentación o púrpura postinflamatoria. Se debe evaluar la presencia
de signos de vasculitis sistémica. Un tercio de los casos tiene concentraciones bajas de com-
plemento.
IV. EVALUACIÓN. Una historia detallada y perspicaz y una exploración física detallada revelarán
a menudo la causa, los factores físicos desencadenantes y el tipo de la urticaria (20). Es crucial
identificar todos los medicamentos que se estén tomando de forma intermitente o habitual,
incluidos los de venta con o sin receta, orales, tópicos, vitaminas, suplementos y productos de
herboristería. Se debe prestar atención especial al uso de AAS, AINE, incluidos los fármacos
selectivos de la ciclooxigenasa 2 (COX-2), inhibidores de la ECA, antagonistas del receptor de
la ECA, β-bloqueantes (antihipertensivos o colirios para el glaucoma) y analgésicos opiáceos.
Además se debe preguntar por todos los productos que se apliquen por vía tópica o mediante
contacto con la piel como posibles alergenos por contacto o aerógenos. Después de una anam-
nesis minuciosa y detallada y una exploración física detallada, se pueden realizar analíticas y
estudios específicos según esté indicado en cada caso dependiendo de los signos y síntomas
alterados. Si la historia y la exploración no son aclaratorias es posible efectuar otros tipos de
estudios, aunque normalmente no se obtendrán resultados en los pacientes con urticaria cróni-
ca, en especial si el cuadro es persistente o difícil de controlar con antihistamínicos. Las prue-
bas pertinentes deberían incluir un hemograma con fórmula, velocidad de sedimentación
(VSG), análisis de orina y pruebas hepáticas. La leucocitosis indica una infección crónica. Los
recuentos totales de eosinófilos indican causas como fármacos, alimentos, parásitos o atopia.
Plantear un despistaje con pruebas tiroideas para descartar un problema tiroideo autoinmune
(títulos de anticuerpos microsomales tiroideos y tiroglobulina), especialmente en mujeres o en
pacientes con antecedentes familiares de enfermedad tiroidea u otras enfermedades autoin-
munes. Se deben medir las concentraciones de complemento (C3 y CH50) y anticuerpos anti-
nucleares si se sospechan colagenosis vasculares o vasculitis necrosante. El análisis de las crio-
proteínas séricas o antígenos y anticuerpos asociados a hepatitis permiten el diagnóstico especí-
fico. La evaluación de la concentración y funcionalidad de los componentes del complemento
C1 y C4 y del inhibidor de la esterasa C1 pueden diagnosticar las variantes de la deficiencia de
C1INH. En algunos pacientes con urticaria crónica está indicada la radiografía de tórax, senos
o dientes. En ocasiones está indicado llevar diarios de alimentos y efectuar pruebas breves de
una dieta rígida de eliminación de alimentos, y el estudio de heces en busca de huevos y parási-
tos. También está indicado obtener muestras de piel para biopsia con estudios de inmunofluo-
rescencia en las lesiones de la urticaria crónica que, en ocasiones, demostrarán los cambios
inflamatorios perivasculares que hacen sospechar lupus eritematoso o vasculitis. El tipo pre-
dominante de infiltrados celulares en la muestra de biopsia también indica el planteamiento ter-
apéutico si el tratamiento con antihistamínicos es inadecuado. El predominio de neutrófilos
indica que se debe hacer una prueba con fármacos como hidroxicloroquina, sulfasalazina o
dapsona (21), mientras que los pacientes con predominio de eosinófilos responden mejor a los
esteroides (22). Las pruebas cutáneas raramente son útiles. El dermatografismo se evalúa gol-
peando firmemente la piel con un depresor lingual o una superficie roma similar. La IgE total
y el recuento de basófilos indicarían una urticaria autoinmune. Aunque en los centros de inves-
tigación se han usado inmunoensayos para el despistaje de sueros en busca de anticuerpos anti-
FceRI y métodos de liberación funcional de histamina in vitro en los basófilos y mastocitos
cutáneos para diagnosticar la urticaria autoinmune, la prueba más sencilla para el diagnóstico
de la urticaria autoinmune es la respuesta con formación de habones a la inyección intradér-
mica de suero autólogo, lo que se conoce como prueba cutánea con suero autólogo
(ASST, antologous serum skin test) (23).
V. TRATAMIENTO
A. Reacciones urticariales anafilácticas y agudas. Véase el resumen del tratamiento
en el capítulo 5.
34:Arndt 8/2/09 21:49 Página 225
B. Urticaria crónica
1. La identificación y el tratamiento o retirada del factor desencadenante son el tratamien-
to más importante y el único eficaz a largo plazo.
a. Evitar las exposiciones que agraven la urticaria, incluido el calor excesivo, estrés,
exposición al alcohol, opiáceos, AINE, AAS e inhibidores de la ECA en caso de an-
giedema.
b. La evitación de los alergenos alimentarios como aditivos alimentarios, salicilatos y
sustancias aromáticas aún sin identificar en el tomate, vino blanco y hierbas
aromáticas mejora la situación de los pacientes con urticaria crónica idiopática.
2. Medidas locales
a. Las compresas frías, el agua de hielo o los baños tibios con avena coloidal pueden
eliminar el picor. Evidentemente, este procedimiento está contraindicado en la
urticaria por frío.
b. Las lociones o emulsiones antipruriginosas pueden ayudar: mentol al 0,25% con o
sin fenol al 1% en una loción de calamina o crema emoliente con base de vaselina,
lociones refrescantes que contengan mentol y lociones con pramoxina y alcohol
bencílico para uso tópico.
3. Medidas sistémicas
a. El tratamiento antihistamínico con antagonistas H1 es el tratamiento de elección. La
hidroxizina es a menudo el mejor fármaco para la urticaria crónica y es particular-
mente preferido en el dermografismo sintomático y la urticaria colinérgica. Se puede
usar solo o con otros antihistamínicos y la posología debe llevar al límite de la to-
lerancia o hasta la desaparición de los síntomas. Si la hidroxizina es inefectiva se
usará a continuación el maleato de clorfeniramina o el clorhidrato de ciprohepta-
dina, solos o en combinación. La difenhidramina tiene un efecto sedante ligeramente
mayor que la hidroxizina y requiere la administración 3 a 4 veces al día. Tanto la
hidroxizina como la difenhidramina tienen un efecto paradójico en los niños, con
estimulación del sistema nervioso central en lugar de sedación.
Los antihistamínicos H1 de segunda generación son menos sedantes debido a su
menor penetración en la barrera hematoencefálica y proporcionan un bloqueo del
receptor H1 de la histamina durante 24 h. En la actualidad se puede emplear fexofe-
nadina a dosis de 60 mg 2 veces al día y una sola toma de 180 mg al día, cetirizina
a dosis de 10 mg al día y loratadina a dosis de 10 mg al día. Tal vez se necesiten
dosis mayores que las propuestas por los fabricantes para controlar los síntomas de
urticaria.
La cetirizina es un metabolito del antihistamínico H1 hidroxizina de primera ge-
neración. Se recomienda usar una dosis reducida (5 mg al día) en pacientes con insu-
ficiencia renal o insuficiencia hepática crónicas. Los efectos secundarios sedantes
aumentan con dosis de cetirizina > 10 mg al día.
La terfenadina y el astemizol fueron retirados del mercado debido a interacciones
farmacológicas y efectos secundarios cardíacos. No se ha demostrado que la
loratadina y la cetirizina alteren la repolarización cardíaca, como se describe con
otros antihistamínicos no sedantes. Ambos carecen de interacciones significativas.
Se puede necesitar una reducción de la dosis de loratadina en pacientes con enfer-
medad hepática o renal crónicas. Se comercializa una forma especial de loratadina
de 10 mg que se disgrega con rapidez en la boca.
La desloratadina es un metabolito activo de la loratadina. Se ha demostrado la
eficacia de una dosis de 5 mg al día. No existen indicios de que ofrezca ventaja algu-
na con respecto a loratadina.
La fexofenadina (como su compuesto original terfenadina) rara vez favorece la
aparición de arritmias cardíacas (24). No se han observado diferencias significativas
en la eficacia entre los antagonistas H1 no sedantes. Puede ser más rentable combi-
nar antihistamínicos no sedantes por la mañana y antihistamínicos sedantes por la
noche que aumentar la dosis del fármaco no sedante.
b. La doxepina es un antidepresivo tricíclico con efectos antagonistas H1 y H2
potentes. También tiene actividad antimuscarínica, antiserotoninérgica y anti-α-
adrenérgica. La administración de 10-50 mg p.o. 3 a 4 veces al día es efectiva en
el tratamiento de la urticaria idiopática primaria adquirida, crónica idiopática,
idiopática por frío y en pacientes con ansiedad o depresión asociadas a su urticaria.
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y el 18, y displasias y cánceres invasivos del aparato genital inferior femenino, el pene y la
región anorrectal. Se han identificado las secuencias del VPH en el 90% de los carcinomas cer-
vicales en algunos estudios. La vacuna frente al VPH que se ha aprobado recientemente puede
frenar en el futuro la incidencia de los carcinomas relacionados (v. la sección IV.H). En estu-
dios más recientes también se ha detectado la presencia de subtipos del VPH de clase β (en par-
ticular, el VPH-5) con algunos casos de queratosis actínica y cánceres de piel no melanoma en
personas con un sistema inmunitario normal (1-3). El significado exacto de esta asociación no
se conoce con detalle.
Las lesiones por el VPH son más frecuentes en pacientes tratados con fármacos inmunosupre-
sores y en quienes tienen deficiencias inmunitarias como linfomas, leucemia linfocítica crónica,
enfermedad de Hodgkin y virus de la inmunodeficiencia humana (VIH). Esta información, más
el aumento de la frecuencia de respuestas de mecanismo celular y de anticuerpos específicos de
antígenos víricos en pacientes con verrugas en regresión o curadas, apoya la función de la inmu-
nidad en la resolución de las verrugas. La mayoría de las infecciones por el VPH son latentes o
transitorias, lo que indica el control intracelular de la expresión vírica. Cuando este control se ha
deteriorado, se producirán enfermedades asociadas al VPH. En personas con un sistema inmuni-
tario sano el 20%-30% de todas las lesiones involucionarán espontáneamente antes de 6 meses,
el 50% antes de 1 año y el 66% antes de 2 años. Las nuevas lesiones continúan apareciendo du-
rante este período y se ven con una frecuencia 3 veces mayor en niños con verrugas que en los
que no las tienen. La elevada tasa de involución espontánea hace difícil evaluar la efectividad de
la hipnosis y de los métodos más directos del tratamiento de las verrugas.
II. DATOS SUBJETIVOS. La mayoría de las verrugas causa síntomas sólo cuando se vuelven
desagradables debido a su tamaño o aspecto. Aunque el tejido de la verruga no es inherente-
mente doloroso, los condilomas acuminados pueden ser molestos por razones mecánicas. En
las lesiones periungueales se pueden desarrollar fisuras dolorosas y las verrugas plantares en
ocasiones se hacen muy dolorosas al caminar o al correr.
III. DATOS OBJETIVOS. Hay varias variantes morfológicas de las verrugas como las siguientes:
A. Las verrugas vulgares comienzan como pequeñas pápulas del tamaño de la cabeza de un
alfiler, de color carne y translúcidas, y crecen durante varias semanas o meses hasta formar
pápulas hiperqueratósicas más grandes, elevadas, de superficie papilar y color carne o más
oscuro. Unas puntas negras de pigmento hemosiderina se ven en los haces capilares trom-
bosados. Si se pela la lesión se pueden provocar puntos hemorrágicos. Las verrugas vul-
gares se encuentran principalmente en las manos, especialmente en niños, o en otras zonas
sometidas a traumatismos frecuentes. Crecen en cualquier lugar de la epidermis o las
mucosas y se diseminan por contacto o autoinoculación. Las verrugas vulgares son más fre-
cuentes entre los 12 y los 16 años.
B. Las verrugas filiformes son crecimientos delgados, blandos, finos, a modo de un dedo, que
se ven principalmente en la cara y el cuello.
C. Las verrugas planas o juveniles son pápulas discretas de color carne o marrón, blandas, de
1 a 3 mm de diámetro, que aparecen principalmente en la cara, el cuello, la superficie
extensora de los antebrazos y las manos.
D. Las verrugas plantares o palmares son lesiones hiperqueratósicas, firmes y elevadas o
planas que interrumpen las líneas naturales de la piel (al contrario que los callos). Cabe
observar manchas capilares rojas o negras. Una verruga en mosaico consiste en la con-
fluencia de varias lesiones en una más grande, normalmente plana. Como punto de con-
traste, los cuernos o callos a menudo son más dolorosos ante la presión directa, mientras
que las verrugas lo son a la presión lateral.
E. Las verrugas que crecen en zonas intertriginosas calientes y húmedas evolucionan en gru-
pos blandos, friables y vegetantes. Esos condilomas acuminados se encuentran con fre-
cuencia en el prepucio y el pene, en particular en los hombres no circuncidados, en la
mucosa vaginal y labial y en el meato uretral y la zona perianal. Las verrugas genitales más
pequeñas pueden ser hiperpigmentadas (pareciéndose a queratosis seborreica o nevos). La
aplicación de una solución de ácido acético al 5% durante 10 a 15 min volverá blancas las
posibles verrugas. Dos tercios de las mujeres y un tercio de los hombres con verrugas geni-
tales tienen infecciones genitales acompañantes que se deben identificar y tratar.
Los condilomas acuminados son la enfermedad de transmisión sexual más frecuente y
han alcanzado proporciones epidémicas. El período de incubación desde el momento de la
exposición es de 3 semanas a 8 meses. A veces hay períodos de latencia más prolongados,
hasta de años, y no todas las personas expuestas desarrollan lesiones. La presencia de rotu-
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ras en la piel permite el establecimiento de la infección. Los subtipos de bajo riesgo en per-
sonas inmunocompetentes normalmente causan verrugas genitales externas. En estudios
recientes se indica que las infecciones por el VPH son muy frecuentes en mujeres jóvenes
sexualmente activas, pero a menudo la infección es asintomática y transitoria.
F. La EV es un trastorno autosómico recesivo crónico asociado a la infección crónica por el
VPH. Las lesiones se pueden parecer a placas de tiña versicolor o pápulas con la parte supe-
rior plana. Normalmente, las lesiones comienzan en la infancia y a menudo se distribuyen
en la cara y las extremidades. Durante la tercera y cuarta décadas de la vida un tercio de
los pacientes desarrollará queratosis actínica y cánceres de piel no melanoma en las zonas
expuestas a la luz solar. La luz ultravioleta está implicada en la patogenia de la EV por sus
efectos inmunosupresores y mutágenos. Hay varios subtipos de VPH-β implicados. Los
subtipos 5 y 8 tienen el potencial oncogénico más alto. Los pacientes con EV están inmuno-
deprimidos y podrían tener un defecto de la función citolítica natural.
IV. TRATAMIENTO
A. Existen muchas modalidades para el tratamiento de las verrugas. Es importante recordar
que las verrugas son crecimientos cutáneos benignos y que el tratamiento ha de ser tam-
bién benigno. El tratamiento no debe representar ningún riesgo para el paciente, no deben
quedar cicatrices y los efectos secundarios han de ser mínimos. No es difícil causar un dolor
considerable y también cicatrices permanentes con un planteamiento demasiado entusias-
ta. Este celo curativo debe frenarse porque no es necesario ni está justificado eliminar todas
las verrugas. Por otro lado, el terapeuta debe ser optimista porque se puede tener éxito en
la mayoría de las lesiones con persistencia.
B. En una revisión Cochrane reciente y en varias otras revisiones similares de estudios clíni-
cos no se ha demostrado la supremacía de un tratamiento tópico de las verrugas sobre los
demás (4-6). Este resultado parece que se debe principalmente a la inadecuación de los di-
seños del estudio y a la elevada tasa de curación espontánea. La elección apropiada del
tratamiento debe tener en consideración el número, el tamaño y la localización de las
lesiones, las preferencias de médico y paciente, la comodidad y el coste. En nuestra opinión,
la mayoría de las verrugas vulgares puede ser tratada de forma efectiva, segura y cómoda
con criocirugía, con nitrógeno líquido o ácido salicílico como tratamiento de elección, y los
tratamientos combinados son más eficaces que la monoterapia, en particular en los casos
resistentes (7, 8).
C. Las verrugas vulgares se tratan con los métodos siguientes:
1. Destrucción mediante electrodesecación con luz y curetaje.
2. Criocirugía con nitrógeno líquido. Esta técnica, así como la electrodesecación, si se eje-
cuta cuidadosamente, eliminará la lesión y normalmente no dejará cicatriz y sólo un
pequeño cambio de coloración, o nada. El tratamiento sin formación de ampollas (apli-
cación durante 10 a 20 s) cada 2 a 3 semanas hasta la resolución suele ser eficaz. Este
tratamiento no destruye el virus, pero sí las células que lo contienen y las que rodean a
la lesión que contiene el VPH.
3. El tratamiento queratolítico con tinturas, por ejemplo con ácido salicílico al 5%-20%
y ácido láctico al 5 %-20 % en colodión flexible, lo puede autoadministrar el propio
paciente en el domicilio y conseguirá curaciones en 12 semanas de todas las verrugas,
excepto las verrugas plantares en mosaico, en el 60 %-80 % de los pacientes. Los fár-
macos queratolíticos actúan mediante la eliminación mecánica de las células infectadas
y del virus de la verruga, así como provocando una reacción inflamatoria leve que hace
que el virus sea más accesible al reconocimiento y el ataque inmunitarios. Esos produc-
tos químicos no alcanzan la capa basal, en la que está el ADN del VPH. Existen algunos
preparados comerciales con ácido salicílico al 17% y ácido láctico al 17% en colodión
flexible. Se dará instrucciones a los pacientes sobre su uso, o el de otras tinturas quera-
tolíticas, de la siguiente forma:
a. Lavar abundantemente la zona con agua y jabón.
b. Frotar suavemente la superficie de la verruga con un abrasivo suave, como una lima
de cartón, una piedra pómez o una lima para callos.
c. Aplicar la tintura queratolítica en la verruga con un palillo afilado o un palito de
naranjo.
d. Dejar secar.
e. Mantener el frasco bien cerrado.
f. Repetir cada noche.
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5. El tratamiento de los niños debe ser suave y no agresivo. Las soluciones queratolíticas
y la aplicación de ácidos son métodos útiles y no dolorosos. La cantaridina es efectiva
y su aplicación no provoca dolor. La electrocirugía y la criocirugía son métodos trau-
máticos para todos los implicados. En este grupo de edad, la hipnosis parece funcio-
nar bien en ocasiones (16). Es útil el tratamiento previo con crema EMLA tópica y
analgésicos.
6. El tratamiento con cimetidina, un antagonista del receptor H2 con algunos efectos
inmunomoduladores en dosis altas (30 a 40 mg/kg/día), ha tenido éxito en el tra-
tamiento de las verrugas en niños y adultos. El mecanismo propuesto es la potencia-
ción de una reacción de hipersensibilidad de tipo diferido que bloquea la estimulación
del receptor H2 de las células T. Sin embargo, en el mayor estudio doble ciego y con-
trolado con placebo efectuado hasta la fecha no se pudo demostrar ninguna ventaja de
la cimetidina con respecto al placebo (17). Aún persiste una cierta sensación de que
este fármaco podría ser más efectivo en niños que en adultos. La posología de la cime-
tidina de 25 a 40 mg/kg/día se divide en 3 o 4 administraciones al día durante 8 a
12 semanas. Los efectos secundarios son diarrea y cefalea. Existen muchas interac-
ciones farmacológicas, como con la fenitoína y la teofilina.
7. En un estudio clínico sobre etretinato (1 mg/kg/día) en 20 niños se consiguió la regresión
completa de verrugas extensas en el 80% de los casos con un seguimiento de 2 años (18).
8. El tratamiento con tinturas queratolíticas, nitrógeno líquido o cantaridina produce los
mejores resultados estéticos. Los ácidos y la electrocirugía tienen el mayor potencial de
cicatrización.
9. Las lesiones periungueales se tratan con nitrógeno líquido, cantaridina o disección
roma.
10. Los remedios de venta sin receta (OTC) para las verrugas son líquidos que contienen
ácido salicílico (un queratolítico) y ácido acético (un cáustico) al 13%-14%. Los reme-
dios OTC para cuernos y callos contienen normalmente ácido salicílico. También se
adquiere sin receta un spray criógeno con éter dimetílico y propano. Este compuesto
a – 59ºC elimina las verrugas, igual que el nitrógeno líquido en un estudio simple cie-
go (19).
11. La cirugía con láser de CO2 es útil para las verrugas resistentes o muy voluminosas. Es
particularmente útil limpiando las lesiones difíciles palmoplantares, anogenitales y
periungueales. Se deben usar mascarillas quirúrgicas de poro pequeño durante la elec-
trocoagulación o destrucción con láser de CO2 de las verrugas, porque el polvillo con-
tiene ADN del VPH. El dolor en el período postoperatorio, el tiempo de curación pro-
longado y la cicatrización aumentan la morbilidad de esta forma de tratamiento. La
coagulación por infrarrojos se ha usado efectivamente en el tratamiento de las verru-
gas y tiene la ventaja de no producir polvillo y de ser mucho más barata que el láser
de CO2 (20).
12. Existen muchas publicaciones sobre la evolución de las verrugas periungueales cróni-
cas a carcinoma epidermoide en caso de asociación al VPH-16. Se debe plantear la
biopsia de una verruga atípica que no responde al tratamiento en el territorio peri-
ungueal. El VPH puede estar implicado en el cáncer de piel no melanoma que aparece
en pacientes inmunodeprimidos. Las verrugas que son resistentes al tratamiento o que
tienen características atípicas o se presentan en un paciente inmunodeprimido deben
ser biopsiadas para descartar un carcinoma epidermoide asociado.
13. El riesgo de verrugas genitales aumenta con cualquier consumo de tabaco. El consejo sobre
el abandono del tabaquismo ayuda a acelerar la resolución de las infecciones por VPH.
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PROCEDIMIENTOS QUIRÚRGICOS
Ashish C. Bhatia
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La piel es única por su accesibilidad a las pruebas diagnósticas y también para la aplicación directa
de productos terapéuticos. Esta facilidad de acceso permite realizar varios procedimientos en un
breve período de tiempo con escasas molestias para el paciente. La mayoría de las técnicas se puede
aprender con facilidad y requiere sólo un equipo sencillo.
BIOPSIA
I. PROCEDIMIENTOS
A. La biopsia en sacabocados es un procedimiento extremadamente sencillo que práctica-
mente en todos los casos obtiene una cantidad suficiente de tejido para el estudio
histopatológico. La información que aporta este procedimiento es importante no sólo
con fines diagnósticos, sino también para aclarar un proceso patológico y evaluar el
alcance del tejido afectado, porque normalmente se obtiene una muestra de espesor
completo.
1. En general es mejor seleccionar una lesión madura, bien desarrollada y no tratada para
la biopsia. Sin embargo, si hay ampollas se elegirá la lesión en fases más tempranas y se
procurará mantener el techo intacto. Es uno de los pocos casos en los que se debe incluir
intencionadamente la piel adyacente normal. Se obtendrán muestras para varias biop-
sias en las erupciones en distintas fases de evolución o con lesiones de tipos diferentes
(en este caso, además, la biopsia de las lesiones tempranas puede proporcionar el mejor
rendimiento diagnóstico). Las lesiones alteradas por traumatismos o tratamientos pre-
vios, las zonas «quemadas», no aportarán información útil. Es importante reseñar que
las muestras para biopsia obtenidas en piernas y pies cicatrizan más lentamente que las
proximales, en especial si la circulación es mala. Si es posible se elegirá una lesión situa-
da por encima de la rodilla. Hay que elegir un lugar que quede totalmente dentro de la
lesión, evitando incluir la piel normal en la muestra, a menos que se desee específica-
mente, en cuyo caso se debe informar al anatomopatólogo de su inclusión y de la orien-
tación de la muestra.
2. Limpiar la zona suavemente con alcohol, cuidando de dejar intactas las escamas, cos-
tras y vesículas. A menudo es útil perfilar las lesiones pequeñas antes de la inyección del
anestésico local porque el efecto de la epinefrina distorsiona y blanquea la zona.
3. Anestesiar la zona inyectando en la dermis profunda 0,2 a 0,5 ml de una solución
de lidocaína al 0,5 % a 2 % o de lidocaína al 1 % a 2 % con epinefrina 1:100.000.
La adición de bicarbonato sódico a la lidocaína (aproximadamente una parte de
bicarbonato sódico al 8,4 % por nueve partes de lidocaína al 2 %) atenuará el pin-
chazo en la infiltración. Los pacientes alérgicos a los anestésicos locales con éter
(procaína o tetracaína) toleran los compuestos amida (lidocaína o bupivacaína) sin
dificultad (es decir, no hay reacciones cruzadas entre la procaína y la lidocaína).
Otras alternativas para administrar la anestesia local son los antihistamínicos como
difenhidramina HCl o solución salina normal con conservante. La vasoconstricción
local producida por la epinefrina disminuirá la hemorragia y prolongará la dura-
ción de la anestesia, haciendo que el procedimiento sea mucho más sencillo de rea-
lizar (para conseguir la vasoconstricción máxima se necesitan 15 a 20 min). No se
deben usar soluciones con epinefrina cuando se anestesien zonas como el pene, los
lóbulos de la oreja o las zonas distales de los dedos de las manos o los pies, o cuan-
do la vasoconstricción pueda interferir con los signos histopatológicos significati-
vos, como sucede en las lesiones vasculares. Probablemente es preferible hacer un
bloqueo en anillo con la anestesia en una zona, si bien la inyección intradérmica
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Figura 37-1. Técnica de biopsia en sacabocados. A) Antes de obtener la muestra para biopsia hay que
estirar la piel perpendicularmente a las líneas de tensión propias de la piel relajada. B) Sujetar suave-
mente el tapón de piel con pinzas para tejidos y seccionar en la grasa a la mayor profundidad posible.
C) Queda un defecto ovalado, que se debe suturar.
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5. El tapón de piel biopsiada emergerá o caerá libremente dentro de los bordes circu-
lares. La muestra se sujetará suavemente y se levantará con las pinzas, sin aplicar
demasiada presión. La base se ha de cortar con una tijera u hoja de escalpelo con la
mayor profundidad posible en la grasa y el tejido se introduce en formol neutro tam-
ponado al 10 %. El volumen del formol debe ser al menos 20 veces el de la muestra.
Para evitar que la piel sufra divisiones artificiales se sujetará la muestra cerca de la
base con las pinzas.
6. Una simple presión suele ser suficiente para la hemostasia. Más rara vez se necesita
aluminio al 20 % en alcohol etílico, subsulfato férrico (solución de Monsel), gelatina
absorbible (espuma gel) o electrodesecación. El subsulfato férrico puede provocar en
ocasiones tatuajes pigmentados y destruye más tejido que los demás métodos. Las
lesiones curan más deprisa y dejan una cicatriz lineal, en lugar de un defecto redon-
do, si se usan suturas de nailon o de seda 4-0 o 5-0 (que se dejan durante 3 a 7 días
en la cara o 7 a 14 días en el tronco) o tiras adhesivas atravesando el defecto (que se
dejan durante 14 a 21 días). Si el paciente no puede volver para quitar la sutura se
puede usar una sutura absorbible para cerrar la zona de la biopsia en sacabocados.
7. La interpretación histológica de los patrones de reacción cutánea requiere una mayor
cantidad de juicio y experiencia. Es prudente buscar la ayuda de un dermatólogo.
Habría que establecer la correlación clinicopatológica y concertar una consulta de
seguimiento o buscar una segunda opinión si quedan dudas en cuanto al diagnóstico,
sobre todo si hay una lesión pigmentada.
B. En una biopsia por afeitado se extrae una porción de piel elevada sobre el plano del teji-
do circundante y es útil para obtener la muestra o extraer muchos crecimientos benignos
exocíticos de la epidermis como queratosis y tumores víricos. También permite extraer
con facilidad el tejido de la epidermis y de la dermis papilar para su estudio histopa-
tológico. Es además un procedimiento cómodo para establecer el diagnóstico de lesiones
malignas como el carcinoma basocelular antes de iniciar el tratamiento. Este proce-
dimiento se realiza fácil y rápidamente, cicatriza con rapidez y con un buen resultado
estético y deja intactos los niveles inferiores de la dermis por si se necesitaran proce-
dimientos futuros como un curetaje, electrocirugía o criocirugía. La decisión de realizar
una biopsia por afeitado requiere aplicar un criterio clínico correcto y en particular una
impresión razonablemente buena del diagnóstico preoperatorio. La biopsia por afeitado
tal vez no distinga, por ejemplo, entre una queratosis actínica y un carcinoma epider-
moide invasivo si el afeitado es demasiado superficial. Además, las muestras de las lesio-
nes sospechosas de ser un melanoma o una lesión inflamatoria no se deben obtener me-
diante afeitado.
1. Limpiar y anestesiar la zona.
2. Si es necesario obtener un margen sustancial de tejido alrededor y por debajo de la
lesión, la muestra se tomará inmediatamente después de la inyección de la anestesia,
cuando el tejido aún está elevado por la inyección del líquido (fig. 37-2, recuadro dere-
cho). El tejido se obtiene con un movimiento lateral (horizontal) de «afeitado» con una
hoja de escalpelo del n.º 15, una Hoja Super Blue Gillette simple, una hoja Persona o
una DermaBlade a nivel de la piel circundante (fig. 37-2). Estas tres últimas hojas tienen
las ventajas de ser más finas, afiladas y flexibles. Cuando se las maneje a mano se
pueden usar planas o doblar formando el arco preciso necesario para adaptarse a la
forma de la lesión y a la profundidad de la biopsia. Suponiendo que se vaya a extraer
sólo la lesión elevada, es necesario esperar unos minutos antes de continuar hasta que
remita la inflamación sublesional (fig. 37-2, recuadro izquierdo). Después se introduce
el tejido en formol y se remite para su estudio anatomopatológico.
a. La biopsia de una lesión plana o hundida se puede realizar mediante una técnica de
aplanamiento o saucerización, aunque este procedimiento requiere incluso una
mayor pericia clínica y técnica. Se usa para obtener tejidos tanto superficiales como
profundos hasta llegar a la grasa subcutánea.
b. Las lesiones pedunculadas se extraen con facilidad mediante una biopsia con tijeras.
3. Para la hemostasia se utiliza presión, subsulfato férrico (solución de Monsel), cloruro
de aluminio al 20% en alcohol etílico o electrodesecación.
C. La biopsia quirúrgica mediante escisión se planteará cuando las lesiones tengan bordes
activos en crecimiento, cuando sea importante vigilar la unión entre la lesión y la piel nor-
mal, en caso de lesiones atróficas, escleróticas o ampollosas, cuando sea importante obte-
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ner una muestra de piel de todo su espesor, por ejemplo, en caso de paniculitis como el eri-
tema nodoso y cuando la lesión pudiera ser un melanoma.
CURETAJE
I. EXPOSICIÓN. El curetaje es una técnica sencilla y útil para eliminar lesiones cutáneas benig-
nas como verrugas, molusco, milios y queratosis. Combinado con la electrodesecación, tam-
bién es efectivo para el tratamiento del carcinoma basocelular o epidermoide. El curetaje antes
de escisión o la cirugía micrográfica de Mohs permiten al cirujano definir mejor los bordes del
tumor. La cureta, un instrumento cortante en forma de asa circular u ovalada con un mango,
tiene distintas formas y tamaños. Las curetas grandes extraerán con mayor rapidez, mientras
que las más pequeñas son necesarias para pequeñas extensiones de lesiones que afectan a la
dermis subyacente. En general la cureta más útil es la de 4 mm de diámetro. Cuanto más fria-
bles sean los tejidos, más fácil será el curetaje. El curetaje es difícil de realizar en la piel normal
o en lesiones cubiertas con piel intacta de espesor completo. La cureta no tiene ni el filo ni la
fuerza suficientes para ese fin y el tejido resultante normalmente estará demasiado fragmenta-
do y distorsionado para efectuar un estudio anatomopatológico.
II. PROCEDIMIENTO
A. Limpiar la zona con alcohol.
B. La anestesia no siempre es necesaria. La anestesia puede ser más dolorosa que el propio
procedimiento quirúrgico de extracción de lesiones como queratosis seborreica, molusco y
milios. Si se usa la anestesia se debe esperar hasta que la inflamación haya disminuido o
remitido, porque es difícil raspar el tejido esponjoso.
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C. Aplicar el borde cortante de la cureta en las lesiones y extraer el tejido con un golpe
firme, rápido y hacia abajo (fig. 37-3). La primera parte del tejido extraído estará rela-
tivamente intacta y se enviará para su estudio anatomopatológico si está indicado. Ras-
par bien la base y los bordes de la lesión. La dermis normal es elástica y se percibe áspera
y rasposa cuando se separa, mientras que la mayoría de las lesiones tiene una composi-
ción más blanda.
D. La hemostasia se asegura mediante presión, agentes hemostásicos (subsulfato ferroso
[solución de Monsel], cloruro de aluminio al 20% en alcohol etílico) o electrodesecación.
El uso de presión sola consigue los mejores resultados estéticos.
ELECTROCIRUGÍA
CRIOCIRUGÍA
Figura 37-5. Técnica de criocirugía. Se aplica el nitrógeno líquido sobre la lesión en un aplicador con
punta de algodón dispuesta holgadamente (o una torunda de algodón de mayor tamaño). Se debe repe-
tir la aplicación del nitrógeno hasta que el frente de congelación se extienda 1 a 3 mm alrededor de la
lesión (línea discontinua).
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rugía también produce lesión nerviosa y habrá que tener mucho cuidado al tratar áreas en
las que los nervios discurren superficialmente (como en los lados de los dedos). Puesto que
la vaina nerviosa es relativamente resistente a la lesión por frío, la pérdida sensitiva es casi
siempre temporal, aunque puede transcurrir un año o más antes de que se recupere totalmen-
te la sensibilidad normal.
II. PROCEDIMIENTO
A. El nitrógeno líquido se conserva mejor en viales al vacío elaborados especialmente y se
puede verter en un recipiente de plástico aislado y un aparato de rociado para su uso
inmediato. En raras ocasiones el nitrógeno líquido provoca que los termos exploten.
Todas las salas de almacenamiento de estos materiales deben estar siempre bien venti-
ladas.
B. Cuando se use el método de aplicación puntual, sumergir un aplicador con una punta
de algodón no muy apretada en el nitrógeno y ponerla con rapidez en la lesión cutánea
(fig. 37-5). Las torundas largas esponjosas, como las que se usan en la sigmoidoscopia o
en exploraciones ginecológicas, cargarán cantidades mayores de nitrógeno. Cuando se
usen, se debe moldear la punta de algodón en una punta algo más pequeña que la lesión
en tratamiento. Normalmente no se debe hacer presión. Las lesiones gruesas se han de
pelar primero quirúrgicamente y después tratar con una presión moderada. Las lesiones
pequeñas se tratan mejor interrumpiendo el contacto entre el aplicador y la piel a
menudo, evitando que la zona se congele en una profundidad y una extensión mayores
de lo necesario. Las lesiones grandes se pueden tratar desplazando el aplicador por la
superficie.
C. Una aplicación de 5 a 30 s es adecuada para las lesiones superficiales pequeñas como los
lentigos, en especial cuando se localizan sobre la piel. La mayoría de los demás crecimien-
tos benignos como verrugas, queratosis y molusco contagioso, requiere una aplicación de
10 a 60 s. En pocos segundos la lesión comienza a volverse blanca. El nitrógeno se aplica
repetidamente hasta que el frente blanco de congelación se extienda entre 1 y 3 mm ro-
deando la piel normal (fig. 37-5). La zona de tejido congelado alcanza una profundidad de
1,5 a 2,0 mm en 1 min tras iniciar la aplicación de nitrógeno y no avanza significativa-
mente más. Si se usa la técnica del rociado se aplicará menos veces porque la congelación
es más rápida en una profundidad mayor.
D. La lesión normalmente no requiere vendajes después del tratamiento. Si se aplica una
crema anestésica tópica, como lidocaína al 4 % a 5 % en las lesiones en el período pos-
tratamiento inmediato, el dolor disminuirá rápidamente. Si se forma una ampolla, ésta
puede ser grande o hemorrágica. Si es incómoda o desagradable, se puede descomprimir
con una hoja o un punzón estéril, dejando intacta la parte superior. Los pacientes con
verrugas deben ser revisados tras 2 a 4 semanas, en cuyo momento las lesiones se desbri-
dan y se tratan de nuevo las verrugas que queden con congelación o con cáusticos o elec-
trodesecación.
Lecturas recomendadas
Boughton RS, Spenser SK. Electrosurgical fundamentals. J Am Acad Dermatol 1987;16:862-867.
Graham GF. Cryosurgery. Clin Plast Surg 1993;20:131.
Heidenheim M, Jemice GBE. Side effects of cryotherapy. J AmAcad Dermatol 1991;24:653.
Johnson TM, Tromovitch TA, Swanson NA. Combined curettage and excision: a treatment method
for primary basal cell carcinoma. J Am Acad Dermatol 1991;24:613-617.
Kuflik EG, Gage AA. The five-year cure rate achieved by cryosurgery for skin cancer. J Am Acad Der-
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Kuflik EG. Cryosurgery for cutaneous malignancy. Dermatol Surg 1997;23:1081-1087.
Morganroth GS, Leffel DJ. Nonexcisional treatment of benign and premalignant cutaneous lesions.
Clin Plast Surg 1993;20:91-104.
Sebben JE. Electrosurgery and cardiac pacemakers. J Am Acad Dermatol 1983;9:457-463.
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Sebben JE. Electrosurgery principles: cutting current and cutaneous surgery, part II. J Dermatol Surg
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Sebben JE. Monopolar and bipolar treatment. J Dermatol Surg Oncol 1989;15:364-366.
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Stewart JH, Chinn SE, Cole GW, et al. Neutralized lidocaine with epinephrine for local anesthesia,
part II. J Dermatol Surg Oncol 1990;16:842-845.
Younis I, Bhutiani RP. Taking the ‘ouch’ out-effect of buffering commercial xylocaine on infiltration
and procedure pain-a prospective, randomised, double-blind, controlled trial. Ann R Coll Surg
Engl 2004;86(3):213-217.
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I. EXPOSICIÓN. Las técnicas utilizadas en dermatología para obtener estudios citológicos son
útiles para el diagnóstico de enfermedades ampollosas, erupciones víricas vesiculares y molus-
co contagioso. El estudio del frotis no sustituye a la biopsia, pero permite repetir el estudio de
varias lesiones y la confirmación inmediata de algunos procesos patológicos.
II. TÉCNICA
A. Seleccionar una lesión inicial que no muestre signos de traumatismo o infección.
B. Separar o retirar la parte superior de la ampolla con un bisturí o unas tijeras afiladas.
Absorber el exceso de líquido con una gasa.
C. Extraer suavemente el contenido de la ampolla y raspar el suelo de la vesícula con una hoja
de bisturí del n.º 10 o 15 o con una cureta. No provocar hemorragia.
D. Obtener un frotis con este material en un porta de cristal limpio. En caso de lesiones sóli-
das, como el molusco, exprimir el material entre dos portas.
E. Secar al aire. Si se dispone de los siguientes reactivos, fijar el tejido sumergiéndolo
4 o 5 veces en etanol o metanol al 95% o sumergir el porta en esas soluciones durante 1 a
2 min.
F. Teñir con Wright, Giemsa (diluir a la mitad con agua del grifo durante 30 a 40 s) o con
hematoxilina y eosina.
G. Aspecto microscópico. Examinar primero con un objetivo de bajo aumento para obtener
una impresión de las relaciones entre el tamaño y la profundidad de la tinción en las célu-
las y explorar después los detalles morfológicos con un objetivo 45× o de inmersión en
aceite.
1. El frotis de Tzanck permite identificar el origen herpético de la infección, pero no puede
distinguir entre el virus herpes simple y el virus varicela zóster. Entre el 60% y el 70%
de los frotis de Tzanck muestran las alteraciones características de la infección por her-
pesvirus, como son las células gigantes grandes, raras, mononucleadas y multinucleadas
en la epidermis y la «degeneración balonizante». Las células gigantes contienen 8 a
10 núcleos, que a menudo siguen un patrón y tienen una forma y un tamaño variables.
En ocasiones se identifican los cuerpos de inclusión intranucleares. Para una identifi-
cación más específica del virus causante, la tinción con inmunofluorescencia directa
mediante anticuerpos es una técnica de laboratorio útil.
2. Los cuerpos del molusco contagioso aparecen como masas múltiples, grandes, ovaladas
o redondeadas, de bordes lisos y un diámetro hasta de 25 µm.
3. En la mayoría de las erupciones ampollosas el frotis mostrará sólo células inflamato-
rias. En el pénfigo vulgar, el pénfigo benigno familiar y el síndrome de la piel escalda-
da estafilocócica se encuentran numerosas células epidérmicas acantolíticas redondea-
das con grandes núcleos y citoplasma condensado.
I. EXPOSICIÓN. Existen dos técnicas para confirmar el diagnóstico de una infección micótica:
estudio directo con el microscopio y cultivos de hongos. La confirmación inmediata de la pre-
sencia de una infección micótica se puede conseguir mediante la identificación de los microor-
ganismos con el microscopio. El cultivo de hongos identificará específicamente el microorga-
nismo causal. Éste es un paso importante con vistas al tratamiento, porque algunos mohos no
dermatofíticos (Hendersonula toruloidea [Nattrassia mangiferae] y Scytalidium hyalinum), así
como algunas especies de Candida, se pueden parecer a dermatofitos en el estudio con hidró-
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xido potásico (KOH), pero a menudo son resistentes al tratamiento convencional para derma-
tofitos. Se debe plantear el uso de ambos estudios en todas las lesiones descamativas del cuero
cabelludo, ángulos de la boca, axilas, ingles, zonas inflamadas y pies, y también las ampollas
de las manos y pies.
II. TÉCNICA
A. Estudio por raspado:
1. Piel:
a. Si las lesiones están sucias o maceradas, limpiar la piel con alcohol y dejar secar.
b. Raspar con un bisturí o un porta del microscopio en el borde activo de la lesión y
recoger las escamas en un porta de vidrio. En caso de formación de erupciones
ampollosas, el hongo se encuentra en la parte superior de la vesícula, que se puede
levantar suavemente con tijeras afiladas o un bisturí, o reflejar hacia atrás y raspar
su parte inferior con una hoja de bisturí del n.º 15.
c. Cuando se obtengan muestras para cultivo de pacientes ansiosos o no colabo-
radores, frotar enérgicamente la lesión con una torunda de algodón estéril humede-
cida es una alternativa atraumática efectiva a un verdadero raspado (1).
d. Los fragmentos de tejido pequeños y finos se examinan directamente. Las piezas
grandes se pueden fragmentar con una hoja de bisturí. Las piezas gruesas se deben
desechar.
e. Reunir los raspados en el centro del porta.
f. Cubrir con tinción de Swartz-Lamkins (SLS) o KOH al 10 %-20 % y un cubre y
calentar suavemente, pero sin ebullición, durante 15 a 30 s. Obsérvese que es posible
usar dos tipos de KOH: uno en agua y otro en dimetilsulfóxido (DMSO). El KOH
en DMSO no requiere calentamiento.
g. Los preparados de SLS se pueden examinar inmediatamente. Dejar enfriar los por-
tas con KOH durante 10 min (durante ese tiempo se hidroliza el tejido y se vuelve
transparente) y después presionar suavemente el porta para aplanar el tejido y eli-
minar las burbujas de aire.
h. Examinar con lente de barrido o alto aumento en seco. Es muy importante evitar
que el KOH entre en el objetivo del microscopio, porque destruirá la lente. Hay que
cerrar el diafragma y bajar el condensador el máximo posible. La facilidad de iden-
tificación de las hifas varía inversamente con la intensidad de la luz que atraviesa el
porta.
i. Con SLS las hifas y esporas aparecen de color azul frente al fondo de células sin
teñir. La tinción para hongos consiste en un colorante, un surfactante para elimi-
nar los tejidos rápidamente y menos KOH (2 %) que quemaría el cristal y arruina-
ría las lentes del microscopio. Como las hifas se tiñen selectivamente y se ven más
fácilmente con SLS, los portas se pueden escanear con mayor rapidez con bajo
aumento.
En los preparados de KOH las hifas y esporas se verán rápidamente como tubos
y cuerpos ovalados refractarios frente a un fondo de células y detritos. No es posi-
ble identificar las especies a partir de los raspados de tejidos.
2. Pelo y uñas
a. Examinar el cuero cabelludo con una lámpara de Wood. Si las lesiones se muestran
fluorescentes por separado, poner 10 a 15 pelos para su análisis. De lo contrario,
examinar las escamas y 10 a 15 pelos al azar en la zona afectada. Los hongos
invaden el pelo de dos formas: con afectación del ectotrix, donde el cuerpo del pelo
está rodeado por esporas diminutas, y con infección del endotrix, en la que las espo-
ras se encuentran dentro del cuerpo del pelo. Los hongos del ectotrix son algunas
especies de Microsporum y también Trichophyton mentagrophytes y Trichophyton
verrucosum. Las infecciones del endotrix se deben a Trichophyton tonsurans, Tri-
chophyton violaceum y Trichophyton schoenleinii. Las uñas con alteraciones, dis-
tróficas, hipertróficas o pigmentadas se deben cortar y picar sobre el porta. Los
restos subungueales son menos adecuados para el análisis.
b. Calentar la muestra en un porta o tubo de ensayo con KOH al 10 %-40 % y dejar
enfriar durante 15 a 30 min. El tejido se puede teñir entonces con SLS o examinar
directamente.
B. Cultivo. Además del estudio directo de las escamas, los raspados de una lesión sospecho-
sa se deben cultivar a temperatura ambiente en agar de Sabouraud con glucosa, agar de
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pequeñas máculas blancas con forma de hoja de fresno que indicarían la esclerosis tube-
rosa.
E. Detección de porfirinas. La orina acidificada, las heces y rara vez el líquido de las
ampollas de los pacientes con porfiria cutánea tarda serán fluorescentes con un color rosa
anaranjado brillante.
F. Detección de fármacos. Los pacientes que ingieren tetraciclinas en la infancia durante
la formación de los dientes deciduales pueden tener manchas que emitirán una fluorescen-
cia amarilla. La fluorescencia rosa de la lúnula del lecho ungueal se observa cuando han
recibido tetraciclinas orales, mientras que el tratamiento tópico producirá fluorescencia
amarilla en las zonas tratadas.
G. Varios. Los ingredientes o marcadores fluorescentes de los cosméticos, medicamentos o
compuestos industriales se pueden detectar mediante el estudio con lámpara de Wood.
PRUEBAS EPICUTÁNEAS
transcurrido 20 a 30 min al menos desde que se hayan retirado los parches, porque las
reacciones positivas pueden no ser inmediatamente evidentes. Las reacciones retardadas no
son infrecuentes y la lectura final se debe hacer a los 4 días (96 h).
F. Los resultados se interpretan y anotan de la siguiente forma:
?+ = reacción dudosa.
+ = reacción débil (no vesicular): eritema o pápulas.
+ + = reacción fuerte (edematosa o vesicular): eritema, pápulas o vesículas pequeñas.
+ + + = reacción extrema: todas las anteriores, más vesículas grandes, ampollas y a veces
ulceración.
RI = reacción irritante.
Una prueba del parche positiva sólo demuestra que el paciente ha tenido sensibilidad por
contacto pero no necesariamente que la sustancia provocadora sea la causa de la erupción
clínica.
G. Las pruebas falsas negativas se deben a las siguientes causas:
1. Concentración baja o cantidad insuficiente de antígeno.
2. Estudio inadecuado, por ejemplo, oclusión inadecuada, vehículo inadecuado, zona
errónea, tiempo incorrecto de lectura o deterioro de las sustancias.
3. Menor reactividad debido a la administración de grandes cantidades de esteroides sis-
témicos o a la aplicación reciente e intensiva de esteroides tópicos.
4. No se reproducen las condiciones verdaderas de la exposición al antígeno y falta de
calor, fricción o traumatismo.
H. Las pruebas falsas positivas están relacionadas con las siguientes causas:
1. Reacciones irritantes primarias.
2. Reacciones a la cinta y efectos de la presión.
3. Reacciones a la oclusión: maceración, miliar y foliculitis.
4. Contaminación desde otra zona.
5. Presencia de impurezas en el material estudiado.
6. Si se efectúan simultáneamente varias pruebas del parche se puede provocar un estado
de hiperreactividad cutánea. El estudio futuro con cada uno de los alergenos indicará
los que dieron reacciones espúreas (3).
I. Una vez desarrolladas, las reacciones positivas pueden tardar varias semanas en remitir.
Cabe utilizar un corticoesteroide tópico en las zonas usadas para las pruebas en las que la
inflamación sea activa o prolongada. Las pruebas con parche positivas a los 2 días y nega-
tivas 2 a 3 días después a menudo tienen un origen irritante.
I. EXPOSICIÓN. La LUV, la parte del espectro electromagnético que comienza cerca del extre-
mo violeta del espectro de color (400 nm) y se extiende hasta el comienzo de la región de los
rayos X (200 nm), se utiliza para el tratamiento de la psoriasis, el vitíligo, linfoma cutáneo de
células T (micosis fungoide), foliculitis pustulosa eosinófila, pitiriasis rosa y erupciones ecce-
matosas crónicas, así como en el prurito urémico o acuágeno. También se ha usado junto a
psoralenos para la fototerapia de la psoriasis, el vitíligo, linfoma cutáneo de células T, alopecia
areata, enfermedad crónica injerto contra huésped y urticaria pigmentosa. Además de esos tra-
tamientos estándar, también se utiliza para el tratamiento profiláctico efectivo de la erupción
lumínica polimorfa y otras fotodermatosis. La LUV causa muchas alteraciones biológicas pro-
fundas, como la supresión temporal de la división de las células basales de la epidermis, segui-
da por el incremento posterior del ciclo metabólico celular e inmunosupresión inducida por la
luz UV. El espectro de LUV se subdivide en tres bandas: ultravioleta C (UVC [200 a 290 nm]),
UVB (290 a 320 nm) y UVA (320 a 400 nm). Cada región tiene características fotobiológicas
diferentes y se expondrá a continuación por separado.
II. FUENTES Y TÉCNICAS
A. La luz del sol es la mejor fuente posible de LUV. Es la más barata y eficaz en la mayoría de
los casos. El sol emite una radiación con un espectro de emisión continuo. La capa de
ozono de la parte superior de la atmósfera actúa como filtro y absorbe prácticamente toda
la LUV < 290 nm. La dosis de eritema para una persona de piel clara es 20 min en una la-
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titud de 41° (Boston) a mediodía en junio. Las desventajas de la radiación de la luz del sol
son su absorción variable por las nubes y la dificultad para controlar o vigilar su intensi-
dad.
B. La radiación UVC de fuentes artificiales está presente en las lámparas germicidas del quiró-
fano y en las lámparas de cuarzo frías. Esas lámparas (arcos de mercurio de baja presión y
baja temperatura) emiten una banda de radiación predominantemente a 253,7 nm a través
de un filtro de cubierta de cuarzo. La dosis de eritema es 30 s a 25 cm. Las ventajas son
que después del eritema queda poca o ninguna pigmentación y que no puede haber que-
maduras graves, ya que un incremento importante del tiempo de exposición sólo provoca
un aumento mínimo del enrojecimiento. La radiación fría de cuarzo se ha usado para pro-
ducir eritema y descamación en pacientes con acné, en particular en personas de piel pig-
mentada que desean evitar una pigmentación de melanina más intensa. La radiación UVC
causa conjuntivitis dolorosa después de sólo unos segundos de exposición. No se debe
mirar directamente esas lámparas ni pasar mucho tiempo entre ellas sin la adecuada pro-
tección (ropa y gafas protectoras y protectores solares).
C. La radiación UVB es responsable de la mayoría de los efectos terapéuticos de la luz del sol
y del tratamiento con LUV artificial convencional. Se han desarrollado protocolos detalla-
dos de fototerapia UVB intensiva para la psoriasis y son muy efectivos. Se administran
mejor en el hospital o en la consulta usando cabinas de fototerapia recubiertas por bom-
billas fluorescentes de UVB. La dosis de UVB depende del tipo de piel. A su vez, el tipo de
piel depende del color constitutivo o del contenido propio de melanina, así como del color
facultativo o de la capacidad genética para broncearse. En ocasiones los pacientes desearán
tratar pequeñas zonas de psoriasis en su domicilio. Hay varias fuentes de UVB para uso
clínico como las siguientes:
1. Fuentes de luz UVB
a. Las bombillas de luz solar fluorescentes (FS40) (fuentes con arco de mercurio de
baja presión y baja temperatura) emiten un espectro continuo con un máximo en
313 nm. La radiación se filtra a través del calcio, zinc, fósforo y talio de su cubier-
ta de cristal. La dosis de eritema es 90 a 120 s a 25 cm. Esas lámparas son fáciles de
obtener, relativamente baratas y originan con facilidad quemaduras por radiación
solar (290 a 320 nm). Se usan a menudo como un banco de cuatro bombillas para
su uso en el domicilio o se introducen en una caja de luz recubierta por un metal
reflectante y muchas bombillas de 60, 120 o 180 cm para uso en la consulta o la clí-
nica. Para la fototerapia domiciliaria puede adquirirse por un coste razonable un
dispositivo para colgar en la pared o del marco de la puerta con seis bombillas de
120 o 180 cm.
El tratamiento con luz UVB de banda estrecha (311 a 312 nm) con una bombilla
Philips modelo TL-01 tiene mayor selectividad para el tratamiento de la psoriasis.
En otras publicaciones se documenta su utilidad en el vitíligo, el linfoma cutáneo de
células T y el liquen plano cutáneo diseminado. La dosis mínima de eritema (DME)
estándar debe medirse en el momento basal para establecer la dosimetría. Los trata-
mientos se administran normalmente 3 veces por semana a partir de un 50% de la
DME y después se va aumentando en incrementos del 10% al 15%. La fototerapia
UVB de banda estrecha también se ha combinado con psoralenos. Aún se necesitan
estudios a largo plazo para definir mejor los parámetros de eficacia y seguridad de
la luz UVB de banda estrecha, pero parece tener menos riesgos que el uso de psora-
lenos más luz ultravioleta A (PUVA) en cuanto a carcinogénesis.
b. Las bombillas o unidades solares son bombillas de mercurio a baja presión que emi-
ten LUV en el espectro de las quemaduras solares.
c. Las lámparas de cuarzo calientes (fuentes de arco de mercurio de alta presión y alta
temperatura) emiten un espectro de LUV discontinua con bandas de 254, 265, 297,
303, 313 y 365 nm, pero con una eficacia particular en la zona intermedia produc-
tora de eritema. La dosis de eritema es 30 a 60 s a 46 cm. La sobreexposición causa
quemaduras graves. Esas lámparas grandes son caras y se han empleado principal-
mente para el tratamiento de los pacientes en el hospital y la consulta. Las cabinas
que contienen bombillas fluorescentes que emiten UVB o UVA han suplantado en
general el uso de las lámparas de cuarzo caliente.
D. La radiación UVA de la luz del sol o de bombillas fluorescentes no causará por sí sola eri-
tema o pigmentación, excepto con dosis extremadamente grandes. Sin embargo, en presen-
38:Arndt 8/2/09 22:35 Página 261
TRATAMIENTO FOTODINÁMICO
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Portadilla 3:Arndt 9/2/09 16:30 Página 265
PRINCIPIOS TERAPÉUTICOS
Shih-Ping Hsu
39
La prescripción de medicamentos es muy diferente en nuestros días a cómo era en los inicios de la
década de 1900, cuando la mayoría de los medicamentos se elaboraba a partir de las recetas de los
médicos. En la actualidad el dermatólogo tiene a su alcance cientos de ingredientes simples y com-
puestos en preparados de venta con o sin receta. Las combinaciones de dosis fijas ofrecen alternati-
vas efectivas a los productos extemporáneos elaborados por el farmacéutico. Se comercializa una
amplia variedad de productos con dosis fijas, muchos de ellos con efectos terapéuticos comparables
pero con costes muy diferentes. Uno de los principales factores que influyen en el precio es si el pro-
ducto es genérico o de marca. El fabricante de un fármaco tiene los derechos exclusivos sobre el com-
puesto que desarrolla durante los primeros 17 años después de su descubrimiento (no de su entrada
en el mercado, sino de la creación y patentado de la entidad química). Este producto poseerá una
marca comercial que lo hará identificable y un nombre químico genérico. Sólo se puede adquirir la mar-
ca comercial hasta que la patente caduque a menos que la compañía firme un acuerdo de licencia
con otra firma. Cuando caduca la patente se fabrican y comercializan las formas genéricas. En la
mayoría de los estados, una vez que se puede obtener el producto genérico aprobado por la Food and
Drug Administration (FDA), el farmacéutico debe dispensar la versión más barata a menos que el
médico escriba específicamente «sin sustitución» o «dispensar como está escrito» o que se marque
el recuadro correspondiente en la receta. En la mayoría de los casos los productos genéricos son más
baratos que las versiones de marca comercial, pero la diferencia puede variar de unos céntimos hasta
el 50%-80%. La excepción la encontramos en los acuerdos de las compañías de seguros cuando los
pacientes pagan una cantidad fija (copago) por cada prescripción. Este precio puede ser menor para
una versión genérica o podría ser el mismo para todas las prescripciones. Aunque los genéricos tie-
nen que cumplir las especificaciones de la FDA para ser comercializados como equivalentes, las varia-
ciones permisibles en el vehículo o en la base producen alteraciones en los productos.
Otro componente esencial de una prescripción prudente, económicamente hablando, es el tamaño
del envase; los tubos más grandes (60 g) cuestan menos por gramo que los más pequeños (15 o 30 g).
Si bien existen libros con listas de los costes de adquisición de los medicamentos en la farmacia (Drug
Topics Red Book y American Druggist Blue Book), se quedan desfasados con rapidez debido a que
los fabricantes de medicamentos cambian los precios 2 veces al año. La forma más exacta de calibrar
el coste para el paciente es consultar con el farmacéutico local. El mercado minorista de las prescrip-
ciones es muy competitivo, con un beneficio medio por prescripción cercano al 20%. Como norma,
los fármacos genéricos cuestan una media del 30%-40% menos que las marcas comerciales. Al tra-
bajar codo con codo con las farmacias cercanas y aplicando una selección coherente de los produc-
tos de prescripción, el farmacéutico será más favorable a adquirir los productos que usted prescriba,
a menudo en volúmenes importantes y vendiéndolos a un coste menor a sus pacientes. Por último,
compruebe que escribe todas las recetas con las instrucciones de uso explícitas, con la duración del
tratamiento cuando proceda. El farmacéutico tomará nota en la etiqueta del medicamento, evitando
así confusiones o errores del paciente.
Es importante mencionar que hay dos variables en el tratamiento tópico. Tanto el medicamento como
el vehículo elegido deben ser los apropiados para la afección que se va a tratar. En general, la infla-
mación aguda se trata con preparados acuosos que se secarán y la inflamación crónica, con compues-
tos lubricantes más grasientos (v. también cap. 40, Vehículos y productos dermatológicos de aplica-
ción tópica).
267
39:Arndt 9/2/09 13:42 Página 268
I. POLVOS. Los polvos favorecen el secado aumentando la superficie efectiva de la piel. Se usan
principalmente en áreas intertriginosas para reducir la humedad, la maceración y la fricción. Los
polvos pueden ser inertes o contener medicamentos activos, no ser absorbentes, volviendo la piel
resbaladiza (talco) o ser absorbentes (celulosa). Los polvos absorbentes forman acumulaciones
o pequeños agregados después de la absorción del agua y pueden actuar como irritantes.
II. LÍQUIDOS. Las lociones son suspensiones de un polvo en agua. Las tinturas son soluciones
alcohólicas o hidroalcohólicas. A medida que las lociones y tinturas se evaporan, se enfrían y
se secan. Las lociones dejan una película uniforme de polvo en la piel. Los sprays y aerosoles
actúan de forma similar. Los principios activos se incorporan a menudo en la fase acuosa.
III. CREMAS Y GELES. Las cremas son emulsiones semisólidas de aceite en agua (O/W, oil/
water). Cuando aumenta la proporción de aceite y disminuye la de agua, el preparado es más
viscoso y en un momento no definido ya no se considerará una crema, sino que entrará en la
clasificación de pomada. Un gel es una emulsión transparente e incolora que se licúa cuando
entra en contacto con la piel, secándose dejando una película fina, no grasa, no oclusiva y que
no mancha. Los geles acuosos, de acetona, alcohol o propilenglicol con polímeros orgánicos
como agar, gelatina, metilcelulosa, pectina y polietilenglicol son los más utilizados.
IV. POMADAS. Consisten en gotitas de agua suspendidas en una fase continua de aceite (W/O) o
bases inertes como vaselina. Las pomadas son de tres tipos: las que son solubles en agua, las
que se emulsionarán con agua y las completamente insolubles en agua.
V. PASTAS. Las pastas, que raramente se usan en la actualidad, son mezclas de un polvo y una
pomada.
VI. VENDAJES HÚMEDOS ABIERTOS. Estos tipos de vendajes se enfrían y secan por evapo-
ración. Por tanto, provocan vasoconstricción, disminuyendo el flujo sanguíneo local aumenta-
do presente en la inflamación. Además, los vendajes húmedos limpian la piel de exudados, cos-
tras y residuos y mantienen el drenaje de las zonas infectadas. Están indicados en el tratamiento
de afecciones inflamatorias agudas, erosiones y úlceras. Aunque se pueden añadir varios medica-
mentos y sustancias antibacterianas según las causas específicas, el agua es, con mucho, el
ingrediente más importante de los vendajes húmedos. Los vendajes húmedos cubiertos por una
cubierta impermeable (vendajes húmedos cerrados) retienen el calor, evitan la evaporación y
producen maceración, que no siempre es deseable.
VII. LUBRICANTES, BASES Y COBERTURAS PROTECTORAS. Los siguientes preparados se
usan más a menudo como lubricantes, bases en las cuales se incorporarán los fármacos y las
coberturas protectoras para la piel.
A. Las cremas de aceite en agua, que son lavables («crema evanescente») y estéticamente agra-
dables, suponen la mayoría de los productos tópicos prescritos.
B. Las emulsiones de agua en aceite, que son mejores lubricantes que las cremas de aceite en
agua, retienen el calor, impiden la pérdida de agua, aumentan la hidratación y, por tanto,
facilitan la absorción percutánea. Como los preparados tipo W/O son oclusivos, hay que
evitar su uso en zonas que rezuman o infectadas. Para conseguir mezclas homogéneas, a
esas emulsiones se les añade normalmente agentes dispersantes y emulsionantes, surfac-
tantes y detergentes.
C. Las lociones y sprays son más fáciles de aplicar en zonas hirsutas y en el cuero cabelludo.
En el seguimiento del paciente a largo plazo será evidente que, si se dispensan cantidades inadecua-
das del medicamento, el paciente tenderá a aplicarse una cantidad demasiado pequeña, usará los fár-
macos con menor frecuencia de la prescrita, se quedará pronto sin medicamento y es posible que no
vuelva a por otra receta. Si se sabe que un medicamento es efectivo y se debe usar a largo plazo, es
más económico dispensar grandes cantidades y se garantizará así el suministro continuo, con lo que
se consigue un mejor tratamiento.
Un gramo de crema cubrirá una zona de piel aproximada de 10 cm por 10 cm, o 100 cm2, lo que
supone una capa de 100 µm de espesor. La misma cantidad de pomada cubrirá una zona un 5 % o
un 10% mayor. La autoaplicación en el cuerpo de los diferentes vehículos se estudió en 29 adultos,
encontrándose que suponía una media de 22 g. Los sujetos utilizaron el doble de medicación si tenían un
bote grande que si tenían un tubo pequeño. En la tabla 39-1 se aportan los datos conservadores nece-
sarios para una única aplicación de una pomada o una crema y para la aplicación 3 veces al día
durante un período de 2 semanas.
39:Arndt 9/2/09 13:42 Página 269
TABLA 39-1 Cantidad de medicamento tópico necesario para una o varias aplicaciones
La unidad de una yema de dedo (UYD) es una forma visual sencilla y práctica de explicar cuánta
pomada es la adecuada para cubrir una zona dada. Una UYD es la cantidad de pomada que sale de
un tubo con un cabezal de 5 mm de diámetro y que se aplica desde el pliegue distal de la piel del dedo
hasta la punta del dedo índice, y equivale a grosso modo a 0,5 g. La zona de piel afectada cubierta
por una mano plana y cerrada necesita aproximadamente 0,5 UYD o 0,25 g de pomada. Cuatro
superficies de la mano cerrada necesitarán 2 UYD o 1 g de pomada.
Las recomendaciones para el cuidado de la piel normal se basan en los principios de moderación y
sentido común, así como en los conocimientos obtenidos del estudio de la estructura y la función de
este órgano. El cuidado rutinario de la piel es mucho más sencillo de lo que parece ante la profusión
de asombrosos mensajes publicitarios. Aunque sabemos mucho sobre las reacciones adversas produ-
cidas por los productos cosméticos y otros productos para uso tópico, los estudios científicos bien
controlados relacionados con el cuidado y mantenimiento de una piel sana son pocos o tan rudimen-
tarios que no permiten extraer recomendaciones precisas en la mayoría de los casos. La piel «nor-
mal» se refiere a una piel que no está afectada por ningún proceso patológico. Evidentemente, el tér-
mino «normal» engloba una amplia variación de texturas, complexiones y aspectos de la piel. Los
principios de esta sección se pueden aplicar prácticamente a cualquier persona perteneciente a esta
categoría tanto si su piel se encuentra en el extremo «seco» como en el extremo «graso» del espec-
tro. Los distintos sistemas y clasificaciones de los tipos de piel que se pueden consultar en los mos-
tradores de productos cosméticos de los grandes almacenes aportan muy poca información útil y no
se basan en ninguno de los principios fisiopatológicos básicos, siendo útiles principalmente para la
compañía cosmética cuyos productos se recomendarán ulteriormente. No está claro que la piel nor-
mal se beneficie tanto, si es que se beneficia algo, de uno de estos cuidados específicos, excepto para
la protección de los agentes agresores químicos y físicos (especialmente, la luz del sol). Por otro lado,
muchos productos usados para el cuidado de la piel o con fines cosméticos producen en ocasiones
reacciones adversas, como dermatitis de contacto alérgica e irritante, reacciones de fototoxicidad y
fotoalergia e inducción de acné (acné cosmético). Ni la gama de precios ni la marca ofrecen una
garantía absoluta de que un producto concreto será de alta calidad o no cause reacciones adversas.
El mercado del cuidado de la piel se ve asaltado por un número asombroso de afirmaciones sin base
alguna, ingredientes «secretos» y modas pasajeras. Abordar todos ellos queda fuera del ámbito de
este libro.
I. PROTECCIÓN
A. Las alteraciones inducidas por la luz del sol son los factores principales que causan
alteraciones en la piel y contribuyen al envejecimiento. Los protectores solares y las pan-
tallas solares pueden prevenir o retrasar esas alteraciones. Cuanto más clara sea la piel,
mayor será la indicación de un agente de protección solar más potente.
1. Existen varios fármacos tópicos que pueden camuflar el aspecto del envejecimiento o
inducir cambios transitorios que hacen que la piel parezca o se sienta «más joven».
Por ejemplo, una irritación leve causada por algunos productos químicos de masca-
rillas «rubefacientes» se consigue induciendo un eritema y un edema leves. Aparte de
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las técnicas de cirugía estética, se pueden aplicar los mismos principios generales a los
remedios utilizados para las arrugas y la flaccidez. La aplicación de tretinoína, ada-
paleno o tazaroteno en crema no evitará el envejecimiento, pero puede alterar o «nor-
malizar» la queratinización en una piel que ha sufrido daños actínicos e induce la
producción de colágeno nuevo en la dermis. Las arrugas y los cambios de pig-
mentación pueden disminuir. Los α-hidroxácidos (glicólico o láctico) producen modi-
ficaciones similares.
B. La piel es sensible a los productos químicos agresivos (como ácidos y álcalis fuertes) y a los
agentes físicos (como el frío, el viento y la sequedad extrema) que pueden dañarla, y es
deseable protegerla frente a ellos.
II. NUTRICIÓN
A. En condiciones normales la epidermis, los folículos pilosos y las matrices ungueales reciben
su nutrición de la vasculatura cutánea (dermis), y no hay muchos indicios de que un «nu-
triente» aplicado por vía tópica mejore su situación. Excepto en los trastornos nutricionales
auténticos como las avitaminosis (como la pelagra), no existen pruebas convincentes de que
un suplemento alimentario aumente el crecimiento de la piel, el pelo o las uñas.
B. Como el estrato córneo, el pelo y las uñas están formados por células muertas, no hay indi-
cios ni razones para creer que la aplicación externa de «proteínas», «aminoácidos», «colá-
geno», «elastina», «ácido ribonucleico» («ARN»), «ácidos nucleicos», etc., obtenga algo
más que un efecto transitorio en el aspecto o la textura de la piel y anejos.
III. LIMPIEZA: «TRATAMIENTOS FACIALES»
A. El jabón no es en sí mismo dañino para la piel. El uso de cremas limpiadoras en lugar de
jabón no aporta beneficio alguno y puede inducir lesiones acneiformes.
B. Sin embargo, un lavado excesivo con agua y jabón o detergentes provoca sequedad de la
piel. Además, la exposición al aire con una humedad relativa baja en un entorno templa-
do o frío facilita la pérdida de una cantidad significativa de humedad de la piel.
C. El uso de un jabón «suave» o en pastilla y reducir el número de lavados diarios (a 1 sola
vez, 2 o 3 como máximo) disminuirá los efectos secantes del lavado. En estudios recientes
se ha demostrado que el limpiador Dove enriquecido con jabones produjo la cantidad irri-
tante mínima entre 18 jabones y pastillas estudiados.
1. Es muy aconsejable que las personas que estén obligadas a lavarse las manos con fre-
cuencia usen la menor cantidad posible de jabón y se apliquen un emoliente como
vaselina o un lubricante de tipo O/W después del lavado.
D. El pH de la piel normal en su superficie es cercano a 6,8. La mayoría de los jabones y cham-
pús son alcalinos. Si bien los extremos ácidos o alcalinos del pH son dañinos para el pelo
o la piel, ningún producto para el cuidado de la piel o cosmético, incluso los más caros,
llega a esos extremos. En su mayor parte, los productos que afirman tener un «pH equili-
brado» no ofrecen ventaja alguna en particular frente a otros productos sólo por esa dife-
rencia.
E. El masaje facial, las saunas, los tratamientos con lodos, la limpieza de poros, los trata-
mientos faciales, etc., pueden mejorar temporalmente el aspecto de la piel, pero no se ha
demostrado su efecto beneficioso a largo plazo, aparte del atribuible a tener un mejor
aspecto y sentirse mejor (que puede ser sustancial).
IV. ASTRINGENTES, MASCARILLAS FACIALES, ACLARADORES Y POROS ABIERTOS
A. Los «poros abiertos» se pueden camuflar o alterar temporalmente, pero no se pueden cam-
biar permanentemente ni prevenir.
B. Los productos astringentes, también llamados tónicos (o lociones para después del afei-
tado en las líneas masculinas) contienen agua (hasta un 50 %) y alcohol o nuez de hama-
melis. Cuando el alcohol se evapora, enfría la piel, lo que se interpreta como sensación de
frescor.
1. Los astringentes con sales de aluminio se denominan purificadores. El aluminio irri-
ta la piel y provoca un eritema y un edema leves que hace que la cara adquiera un tono
rosado y los poros aparezcan transitoriamente más pequeños.
C. Los aclaradores pretenden actuar como queratolíticos. Las lociones contienen resorcinol o
salicilatos y los limpiadores contienen granos que actúan como agentes abrasivos. Pre-
tenden afinar el estrato córneo y dejar la piel rosada y fresca.
D. Las mascarillas, que pueden contener una arcilla absorbente o una resina sintética, forman
una película que tensa la piel cuando se seca, produciendo una irritación leve y efectos si-
milares a los observados con los astringentes.
39:Arndt 9/2/09 13:42 Página 271
V. LUBRICACIÓN DE LA PIEL
A. El agua es el agente de plasticidad más importante para la epidermis. Si se usan correc-
tamente, los emolientes o «hidratantes» restauran el agua de la piel durante un breve perío-
do de tiempo o ayudan a la piel a retener la humedad cuando se aplican después del baño.
1. Los emolientes hacen que la piel tenga mejor aspecto o se sienta más flexible transito-
riamente, pero no se ha demostrado que se pueda frenar o prevenir el envejecimiento o
la formación de arrugas con este mecanismo. Además, algunos emolientes provocan
o exacerban el acné.
2. Los lubricantes más eficaces son normalmente los cosméticamente menos aceptables:
vaselina, aceite mineral y aceite para bebés. Después de ellos, los productos más útiles
son las emulsiones de O/W como las cremas hidratantes y Nivea Skin Oil, que contiene
aceites, alcoholes grasos y ceras con emulsionantes y humectantes. Los productos
menos eficaces, pero más cómodos de usar, son las cremas de tipo W/O y las «hi-
dratantes», que contienen principalmente agua con emulsionantes, colores, fragancias,
conservantes y humectantes.
B. Algunos lípidos y aceites parecen lubricar la piel reduciendo la fricción superficial entre las
laminillas del estrato córneo. Los «humectantes» como el ácido láctico y la urea potencian
la capacidad de transporte de agua del estrato córneo y retienen el agua en la piel durante
tiempos prolongados.
C. Existen varios compuestos, como el aloe, el aceite de yoyoba y la vitamina E, que se co-
mercializan como lubricantes para uso cosmético y cicatrizantes domésticos. Algunos se
han usado como remedios tradicionales durante muchos años, pero aún no sabemos cómo
soportarán un estudio riguroso. Por otro lado, se han descrito casos de sensibilización alér-
gica a estas sustancias.
VI. CUIDADO DEL CABELLO
A. El uso diario del champú en un cuero cabelludo y un pelo normales no provocará normal-
mente sequedad ni otros daños y eliminará la piel exfoliada y los restos.
1. Si el pelo es demasiado alcalino, las células de la cutícula se pueden volver demasiado
ásperas y el pelo aparecerá apelmazado y sin brillo.
2. Los detergentes pueden ser más alcalinos que los jabones. El laurilsulfato sódico y el
laurilsulfato amónico son los más potentes. Los detergentes con laureato sulfato son
menos alcalinos; los anfóteros, que están presentes en algunos champús infantiles,
son los más suaves.
B. El uso de rulos eléctricos, pinzas para rizar el pelo, peines calientes y la exposición a solu-
ciones de rizado permanentes alteran y «secan» el pelo y lo hacen más frágil. Este daño sólo
afecta al pelo que ya ha crecido fuera del folículo. No se altera el crecimiento del pelo.
C. Las agresiones físicas que sufre el pelo, como algunas técnicas de alisado y de peinado que
necesitan una tracción prolongada del pelo, provocan cicatrices foliculares y alopecia per-
manente.
D. Los aclarados del pelo con sustancias ácidas contrarrestan los efectos temporales de los
champús alcalinos, suavizan las células de la cutícula y reducen la tumefacción del cuerpo
del pelo, de forma que el pelo parece más liso y brillante.
1. También se producen alteraciones de la carga eléctrica del pelo y se eliminan los depósi-
tos minerales que dejan los jabones.
E. Los acondicionadores ponen una cubierta oleosa otra vez en el pelo que reemplaza la que
ha eliminado el champú. Además de los ingredientes que cambian la carga eléctrica, tam-
bién contienen emolientes, espesantes, conservantes, humectantes, fragancias, colorantes y
a veces un álcali para levantar el pelo y hacer que penetre el acondicionador.
1. Esos acondicionadores son útiles en el pelo dañado por los tratamientos químicos, el
abuso físico o una exposición excesiva a la luz ultravioleta o un clima duro.
VII. «HIPOALERGENO» Y «NO COMEDÓGENO»
A. Los cosméticos «hipoalergenos» están diseñados en teoría para eliminar los compuestos
productores de alergias más frecuentes y notables, pero, aún así, contienen componentes
alergénicos para algunas personas. El término hipoalergeno no implica de modo necesario
que contenga menos antígenos. Cualquier producto se puede llamar legalmente «hipoaler-
geno».
1. Incluso los cosméticos más baratos son sometidos habitualmente a un estudio y selec-
ción bastante minuciosos para eliminar los alergenos potenciales. La tasa de reacciones
adversas ante cosméticos de todo tipo es bastante baja.
39:Arndt 9/2/09 13:42 Página 272
B. Una historia prolongada de uso sin problemas no garantiza que un producto en particular
no cause una reacción alérgica. Es posible que una persona se vuelva alérgica a un com-
puesto aunque se lo haya aplicado en la piel durante años sin problemas. Además, los fa-
bricantes pueden cambiar los ingredientes de un preparado sin efectuar los cambios corres-
pondientes en el etiquetado.
1. La investigación y la prevención de la dermatitis alérgica de contacto por productos cos-
méticos pueden ser complejas y requieren dedicación por parte del paciente y del médi-
co. Una sola fragancia o perfume puede contener más de 200 productos químicos. A
menudo es necesario suspender el uso de todos los cosméticos.
C. Las personas con sospecha de alergia a ingredientes de cosméticos podrían beneficiarse de
las pruebas epicutáneas, porque conocer la sensibilidad a compuestos concretos les ayudará
a elegir los productos alternativos. En algunos casos antes de usar un producto cosmético
es prudente realizar pruebas epicutáneas abiertas en las personas con múltiples sensibili-
dades o con sensibilidad a un compuesto indeterminado.
D. El acné cosmético no es una reacción alérgica, sino el efecto de la inclusión de sustancias
comedógenas que se encuentran en muchos productos cosméticos, especialmente
emolientes y maquillajes oleosos. Hipoalergeno no significa no comedógeno. Algunos com-
puestos comedógenos importantes son el laurilsulfato sódico, el isoestearato isopropílico,
miristato isopropílico, estearato de butilo, alcohol hexadecilo, lauril alcohol, ácido oleico,
lanolina y manteca de cacao.
E. Para reducir el riesgo de acné cosmético se deben recomendar cosméticos de base acuosa
en lugar de oleosa a las personas sensibles. Los cosméticos «no grasos» no son necesaria-
mente no comedógenos y pueden contener algunos aceites orgánicos comedógenos.
Algunos jabones también contienen materiales comedógenos. De hecho, los sujetos con
acné deberían evitar algunos jabones «cremosos» o «hidratantes».
VIII. ES DIFÍCIL RECOMENDAR PRODUCTOS ESPECÍFICOS. Excepto en lo referente a los
consejos sobre cómo vigilar las reacciones adversas, el ensayo y error combinado con las pre-
ferencias individuales es la única forma racional que tienen las personas de piel normal para
elegir entre la mayoría de los productos cosméticos.
Lecturas recomendadas
Begoun P. Don’t go to the cosmetics counter without me, 4th ed., Tukwila, WA: Beginning Press,
1999.
Schoen LA, Lazar P. The look you like: medical answers to 400 questions on skin and hair care. New
York: Marcel Dekker Inc; 1990.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 273
FORMULARIO
Shih-Ping Hsu
40
E l presente capítulo incluye los medicamentos tópicos y sistémicos utilizados más habitualmen-
te para tratar la enfermedad cutánea. Sin embargo, no se proporciona una lista completa de todas las
especialidades farmacéuticas de uso dermatológico, por lo que no se incluyen muchos productos que
se utilizan en la práctica. Cuando el fármaco o el medicamento sólo se pueda dispensar con receta
médica, se indicará expresamente.
ANTIACNEICOS
O
CH3
CH3
O
O SCCH3
Espironolactona
2. Uso: véase capítulo 1. También es de utilidad para tratar trastornos que mejoran con
los andrógenos como el hirsutismo. Los hombres presentan mala tolerancia al fármaco
debido a sus efectos secundarios endocrinos.
273
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 274
3. Presentación (Searle):
Espironolactona: comprimidos de 25, 50 y 100 mg.
C. Tretinoína (ácido trans-retinoico, Retin-A, Retin-A Micro, Avita, Renova). En España hay
otras presentaciones, Vitanol, Retirides y Dermojuventus.
1. Estructura: ácido trans-retinoico.
COOH
CH3
Tretinoína
O C O O C O
Peróxido de benzoílo
2. Composición: peróxido de benzoílo (2%, 5%, 3%, 4%, 5%, 6%, 8%, 9% o 10%),
loción de base oleosa-gel de base alcohólica (PanOxyl/AQ), gel de base acuosa, limpia-
dor de base acuosa con ácido edético, crema limpiadora con base de glicerina, lim-
piador de base acuosa con mentol, ácido glicólico, ácido láctico y zinc.
3. Uso: véase capítulo 1.
4. Presentación:
Benoxygel.
Oxiderma.
Panoxyl wash.
Peroxiben.
G. Antibióticos tópicos
1. Fosfato de clindamicina (Clinivas, Dalacin Tópica, Zindaclin)
a. Composición: 10 mg/ml de fosfato de clindamicina en solución de isopropanol al
50 % y propilenglicol, en loción o gel tópico (con metilparabeno) o en compresas
(en isopropanol).
b. Estructura: derivado semisintético de lincomicina.
c. Uso: véase capítulo 1. Contraindicado en los pacientes con antecedentes de enteri-
tis regional, colitis ulcerosa o colitis asociada a antibióticos.
d. Presentación:
Fosfato de clindamicina, suspensión (1%): 30 y 60 ml.
Fosfato de clindamicina, gel (1%): 30 y 60 g.
Fosfato de clindamicina, loción (1%): 60 ml.
Fosfato de clindamicina, toallitas aplicadoras (1%): caja de 60 unidades.
2. Solución de eritromicina base
a. Composición: eritromicina base en solución de alcohol y propilenglicol. Está co-
mercializado con diversos contenidos alcohólicos: 92%, 77%, 71%, 66% y 55%.
b. Estructura: antibiótico macrólido derivado de Streptomyces erythreus.
c. Uso: véase capítulo 1.
3. Metronidazol (Metronidazol Viñas, Rozex)
a. Composición: metronidazol (0,75 % y 1 %) con parabenos, con bencil glicol o
alcohol bencílico, glicerina y aceite mineral; metronidazol (1%) con parabenos. Este
producto puede producir alergia a los pacientes con alergia a los parabenos.
b. Uso: véase capítulo 28.
4. Sulfacetamida sódica
a. Mecanismo de acción: podría actuar como inhibidor competitivo del ácido para-
aminobenzoico (PABA), una molécula necesaria para el crecimiento bacteriano.
b. Composición: acetamida sódica (10 %) con azufre (5 %) y con parabenos. Los
pacientes con alergia a los parabenos pueden reaccionar. Algunos productos contie-
nen tintes para camuflar el eritema asociado con la rosácea.
H. Antibióticos orales. Están indicados para tratar el acné inflamatorio papulopustuloso
(v. cap. 1).
1. Tetraciclina
a. Posología: de 1 a 2 g/día, en varias dosis administradas cada 6 h. Cuando se obser-
ven mejorías se puede reducir la dosis hasta 125 a 500 de mg/día como manteni-
miento.
b. Efectos adversos: fotosensibilidad, malestar abdominal, infecciones micóticas
orales y vaginales, onicólisis, pigmentación de las uñas, foliculitis gramnegativa, glo-
sitis y queilitis. El fármaco se deposita en los huesos y los dientes en crecimiento, por
lo que está contraindicado durante el embarazo, la lactancia materna y la infancia
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 276
(< 12 años de edad). Puede potenciar la acción del litio y los anticoagulantes orales, y
antagonizar la de los aminoglucósidos y las penicilinas. También puede reducir la efi-
cacia de los anticonceptivos orales. Se debe evitar su administración con leche, comi-
das o antiácidos y ajustar la dosis de los pacientes con insuficiencia renal. El tratamien-
to puede producir seudotumores cerebrales, que es preciso tratar de inmediato.
c. Presentación:
Tetraciclina, cápsulas: 250 y 500 mg.
Tetraciclina, suspensión oral (125 mg/5 ml): 473 ml.
2. Doxiciclina
a. Posología: 50 mg de 2 a 4 veces al día; 100 mg 1 a 2 veces al día. Las pruebas más
recientes indican que las dosis subantimicrobianas de 20 mg 2 veces al día también
son eficaces. Es necesario ajustar la dosis de los pacientes con insuficiencia renal.
b. Efectos adversos: los mismos que los de la tetraciclina. La doxiciclina es la tetra-
ciclina más fotosensibilizadora, por lo que se debe evitar durante la exposición a
radiación UV. Se puede tomar con alimentos y/o productos lácteos.
c. Presentación:
Doxiciclina, cápsulas: 20, 50, 75 y 100 mg.
Doxiciclina, polvo para suspensión oral: 25 mg/5 ml tras la reconstitución.
Doxiciclina, jarabe (50 mg/5 ml): 473 ml.
Doxiciclina, comprimidos: 50, 75 y 100 mg.
3. Minociclina (Minocin)
a. Posología: hasta 200 mg/día en varias dosis.
b. Efectos adversos: reacciones vestibulares como cefaleas y vértigo, malestar abdo-
minal, onicólisis, pigmentación azul grisácea de la mucosa oral y las zonas de trau-
matismos o inflamación cutánea, así como una pigmentación marrón generalizada
en las zonas de exposición solar. Podría reducir la eficacia de los anticonceptivos
orales que contienen estrógenos. Se han descrito otros efectos secundarios que es
necesario tratar de inmediato, como lupus eritematoso sistémico, reacciones leuce-
moides, reacciones similares a las de la enfermedad del suero, edemas pulmonares,
infiltrados pulmonares con eosinofilia y seudotumores cerebrales. La fotosensibili-
dad es menos frecuente que con el resto de las tetraciclinas. Se puede tomar con ali-
mentos y/o productos lácteos.
c. Presentación:
Minociclina, cápsulas: 50, 75 y 100 mg.
Minociclina, suspensión oral (50 mg/5 ml): 60 ml.
Minociclina, cápsulas con microesferas: 50 y 100 mg.
4. Eritromicina (Pantomicina, Eritromicina Ested, Eritromicina Gobens)
a. Posología: 1 g/día en varias dosis.
b. Efectos adversos: dolor abdominal, náuseas, vómitos y diarrea, que suelen estar
relacionados con la dosis. La eritromicina inhibe el sistema de enzimas microsómi-
cas del citocromo P450 y, por consiguiente, reduce el metabolismo hepático de algu-
nos fármacos como la ciclosporina, la teofilina, la carbamazepina, la lovastatina, la
bromocriptina y la disopiramida. Por esta razón es necesario ajustar la dosis cuan-
do corresponda.
c. Presentación: comercializada en formulaciones gastrorresistentes o de liberación
prolongada con el fin de reducir la irritación gástrica.
Eritromicina, comprimidos: 250, 333, 400 y 500 mg.
5. Trimetoprima-sulfametoxazol (Septrin, Abactrim)
a. Composición: 80 mg de trimetoprima y 400 mg de sulfametoxazol; la formula-
ción DS (double strength, «doble potencia») contiene 160 mg de trimetoprima y
800 mg de sulfametoxazol. Existen especialidades que contienen solamente trimeto-
prima en una dosis de 100 o 200 mg.
b. Posología: de 1 a 2 comprimidos al día. La posología de trimetoprima es 200 mg/
24 h, tomados 1 a 2 veces al día.
c. Efectos adversos: náuseas, vómitos y anorexia, que suelen estar relacionados con
la dosis. Menos del 15% de los pacientes sufre reacciones alérgicas (entre ellas, sín-
drome de Stevens-Johnson y reacciones hematológicas).
d. Presentación:
Trimetoprima-sulfametoxazol, comprimidos: potencia normal o doble (DS).
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 277
COOH OH
OH
OH
Ácido salicílico Resorcinol
B. Jabones abrasivos
1. Brasivol
a. Composición: partículas de óxido de aluminio en una base limpiadora con surfac-
tantes.
b. Uso: véase capítulo 1.
c. Presentación:
Grano fino, medio o grueso.
C. Productos de limpieza corporal o facial (a continuación, se enumeran algunas de las
especialidades EFP comercializadas):
1. Aveeno, barra limpiadora antiacneica
a. Composición: ácido salicílico (0,5 %), avena coloidal (38 %), glicerina y dióxido
de titanio. No contiene jabón.
b. Uso: 1 a 2 veces al día.
c. Presentación:
Barra: 85 g.
2. Clearasil, jabón antibacteriano
a. Composición: triclosán.
b. Uso: 1 a 2 veces al día.
c. Presentación:
Barra: 92 g.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 278
ANESTÉSICOS TÓPICOS
Para más detalles, consúltese Antipruriginosos y analgésicos externos.
Anestésicos locales
Aunque se mencionan los nombres de las especialidades, algunas sustancias están comercia-
lizadas como medicamento genérico.
II. MEDICAMENTOS DE VENTA CON RECETA
A. EMLA
1. Composición: mezcla eutéctica (5%) de lidocaína (2,5%) y prilocaína (2,5%) en una
crema (emulsión de agua en grasa [A/G]).
2. Uso: la aplicación de una capa de EMLA de 1,25 a 2,50 cm de grosor en la zona de
1 a 2 h antes de la intervención, bajo oclusión, proporciona una analgesia segura y eficaz.
La duración de la acción depende de la cantidad de crema aplicada y el tiempo de oclu-
sión. El uso de EMLA en los niños debe ceñirse a las recomendaciones correspondientes.
A partir de 3 meses o 5 kg 1 10 1
3-12 meses y 5-10 kg 2 20 4
1-6 meses y 10-20 kg 10 100 4
7-12 meses y < 20 kg 20 200 4
CH3
CH3
Prilocaína
5. Presentación:
Crema EMLA: tubo de 5 g con apósitos Tegaderm.
Crema EMLA: tubo de 30 g con apósitos (debe proporcionarse un recubrimiento
plástico adicional).
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 280
O C 2 H5
N C NH CH2 CH2 N
C 2 H5
OC4H9
Dibucaína
CH3
O
C 2 H5
NH C CH2 N
C 2 H5
CH3
Lidocaína
2. Composición: lidocaína (0,5% a 5%) en crema, gel, pomada, jalea, aerosol, parches
o solución; parches dentales.
3. Uso: aplicar en la zona de 5 a 10 min antes de la intervención. La duración de la anes-
tesia es relativamente corta (menos de 1 h).
4. Presentación:
Lidocaína, crema (0,5% y 4%): 5, 30 y 120 g.
Lidocaína, gel (0,5% y 2,5%): 15, 85, 120 y 240 g.
Lidocaína, jalea (2%): 15 y 240 ml.
Lidocaína, pomada (5%): 50 g.
Lidocaína, solución viscosa (2% y 4%): 20, 50, 100 y 450 ml.
Lidocaína, aerosol (0,5%): 135 mg.
Lidocaína, líquido (2,5%): 10 ml.
Lidocaína, parches (5%): paquetes de 30 unidades.
ANTIHISTAMÍNICOS
H
N CH2 CH2 N X
H X CH2 CH2 N
N X
Existen dos tipos de receptores histamínicos (H1 y H2) que se utilizan como criterio para cla-
sificar estos fármacos en dos grupos. Los antihistamínicos clásicos (antagonistas H1) no afec-
tan a la secreción gástrica, pero los antagonistas H2 la reducen, por lo que su principal indica-
ción es el tratamiento de la úlcera péptica y enfermedades afines. En los vasos sanguíneos cutá-
neos existen receptores H1 y H2, y cuando se inyecta histamina experimentalmente en la piel la
inhibición de ambos tipos de receptores reduce la reacción histamínica con mayor eficacia que
los fármacos que inhiben los receptores de un solo tipo.
La combinación de antagonistas H1 y H2 es un tratamiento efectivo para el dermografismo,
la urticaria al frío y la rubefacción asociada a los tumores carcinoides metastásicos. Los anta-
gonistas H1 clásicos son más eficaces como tratamiento de la urticaria aguda y la rinitis esta-
cional, y también son los fármacos de elección para tratar la urticaria crónica y otras relacio-
nes alérgicas cutáneas, incluidas las yatrógenas. Sin embargo, son menos eficaces cuando se
administran por vía sistémica para aliviar el prurito inespecífico. Los antihistamínicos no son
más efectivos que el ácido acetilsalicílico (AAS) o un placebo como alivio del prurito no media-
do por la histamina (p. ej., erupciones eccematosas, por contraposición a la urticaria), pero este
efecto es fundamentalmente de tipo placebo; cuando se deba tratar a pacientes que presenten
prurito se debe tener en cuenta la importancia de este efecto beneficioso. Las distintas clases
de antihistamínicos varían escasamente en cuanto a sus propiedades. Sin embargo, cada indi-
viduo puede reaccionar de modo distinto a cada uno de ellos. En ocasiones es necesario com-
binar uno o varios antihistamínicos de distintas clases para lograr una respuesta terapéutica.
Muchos antihistamínicos tienen un efecto sedante del que se debe advertir al paciente, en espe-
cial si ha de conducir vehículos. Algunos de estos fármacos son la hidroxizina, la difenhidra-
mina, el maleato de clorfeniramina y la ciproheptadina. La hidroxizina es el antihistamínico
sedante que alivia con mayor eficacia el prurito inducido por la histamina. En un modelo expe-
rimental la administración de ciproheptadina y un placebo requirió multiplicar por cinco la
dosis intradérmica de histamina necesaria para producir prurito, mientras que en el caso de la
difenhidramina y el hidrocloruro de hidroxizina dicha dosis hubo de multiplicarse por 10 y por
750, respectivamente. Se ha demostrado que, para su uso general, el maleato de clorfenirami-
na, el hidrocloruro de hidroxizina y el pamoato de hidroxizina son eficaces.
El desarrollo de antagonistas H1 no sedantes constituyó un avance importante en el trata-
miento con antihistamínicos. Estos fármacos atraviesan mínimamente la barrera hematoence-
fálica y tienen más afinidad por los receptores H1 periféricos. Gracias a que causan menos efec-
tos secundarios molestos, el cumplimiento terapéutico suele ser mejor. Algunos de estos fárma-
cos son la cetirizina, la fexofenadina y la loratadina.
Los antihistamínicos se absorben rápidamente tras la administración oral o parenteral. Des-
pués de una dosis oral se produce un alivio sintomático al cabo de 15 a 30 min que suele durar
entre 3 y 6 h. Estos fármacos son metabolizados principalmente en el hígado y se excretan por
completo por vía renal en 24 h. Además, algunas lociones antipruriginosas de aplicación tópi-
ca contienen antihistamínicos. Se han publicado algunos informes que indican que estos anti-
histamínicos pueden producir dermatitis de contacto, pero son anecdóticos y no justifican su
contraindicación. Estudios recientes han revelado que no existe riesgo de alergia de contacto.
El efecto secundario sistémico habitual de estos fármacos es la sedación, aunque también pro-
ducen efectos gastrointestinales. Debido a que los antagonistas H1 tienen una estructura simi-
lar a la de la atropina, podrían producir efectos anticolinérgicos centrales y periféricos como
excitación, sequedad bucal, visión borrosa y retención urinaria. Es preciso advertir al paciente
de que no consuma bebidas alcohólicas ni barbitúricos durante el tratamiento con antihistamí-
nicos debido a que el efecto depresor de estas sustancias es aditivo.
Para lograr la máxima eficacia se debe incrementar gradualmente las dosis de antihistamíni-
cos hasta que se observe una remisión clínica o los efectos secundarios (en la mayoría de los casos,
sedación) sean excesivos. No es conveniente iniciar el tratamiento con una dosis elevada.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 282
CH3
CH O CH2 CH2 N
CH3
Difenhidramina
Cl
Hidroxizina
2. Uso: son fármacos de elección para el tratamiento de dermatografismo y la urticaria
colinérgica. Además, también son eficaces (solos o combinados con otros antihistamí-
nicos) para tratar la urticaria aguda y crónica, la dermatitis atópica y de contacto y el
prurito inducido por histamina.
3. Posología: 25 mg de 3 a 4 veces al día.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 283
4. Presentación:
Hidroxizina, comprimidos: 10, 25, 50 y 100 mg.
Hidroxizina, inyectables: 25 y 50 mg/ml.
Hidroxizina, jarabe (10 mg/5 ml): 118 y 473 ml.
Hidroxizina, cápsulas: 25, 50 y 100 mg.
Hidroxizina, suspensión oral (25 mg/5 ml): 120 y 473 ml.
D. El grupo de los derivados de la alquilamina incluye algunos de los antihistamínicos más efi-
caces a dosis bajas, con la particularidad de que no existe variación en la efectividad entre
los fármacos de esta clase. Además, presentan las ventajas de tener un precio bajo y estar
fácilmente disponibles.
1. Maleato de bromfeniramina (sólo disponible en combinación con otros fármacos).
La única diferencia entre este fármaco y la clorfeniramina es la sustitución de un átomo
de bromo por otro de cloro. Los efectos secundarios de la bromfeniramina son simila-
res a los de las otras clases de antihistamínicos sedantes. Algunas especialidades contie-
nen parabenos, por lo que conviene recordar que las personas con hipersensibilidad a
estas sustancias pueden sufrir reacciones alérgicas.
2. Maleato de clorfeniramina
a. Estructura:
Cl
CH3
CH CH2 CH2 N
CH3
N
Clorfeniramina
CH3
CH3
S N CH2 CH N
CH3
Prometazina
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 284
N CH3
Ciproheptadina
b. Presentación:
Loratadina, jarabe (1 mg/ml): 480 ml.
Loratadina, comprimidos: 10 mg.
Loratadina, comprimidos bucodispersables: 10 mg.
3. El hidrocloruro de cetirizina (Zyrtec), un metabolito carboxílico de la hidroxizina,
es un antagonista selectivo de los receptores H1 periféricos de acción antihistamínica
prolongada. No produce los efectos adversos cardíacos que causa el resto de antagonis-
tas H1 sedantes; sin embargo, es necesario recopilar más datos a este respecto. Está indi-
cado para tratar la rinitis alérgica y la urticaria crónica.
a. Posología: de 5 a 10 mg/día.
b. Presentación:
Cetirizina, jarabe (5 mg/5 ml): 120 y 473 ml.
Cetirizina, comprimidos: 5 y 10 mg.
H. Derivados de tioguanidina: actúan mediante el bloqueo de los receptores histamíni-
cos H2.
1. La cimetidina (Tagamet) es un antagonista H2 que contiene un anillo imidazólico y
tiene una estructura similar a la de la histamina. Se usa principalmente para tratar la
úlcera péptica, gracias a que bloquea los receptores de las células de la pared gástrica y
reduce la secreción ácida. Además, posee propiedades inmunomoduladoras, ya que
inhibe los linfocitos T supresores, probablemente mediante la inhibición competitiva de
sus receptores H2. Debido a este efecto, se emplea para tratar distintos tipos de infec-
ciones, entre ellas la candidiasis mucocutánea grave, los condilomas acuminados resis-
tentes y el herpes simple.
Sus efectos secundarios antiandrógenos se deben a la inhibición competitiva de la
DHT en su sitio de fijación en los receptores; en contrapartida, este efecto secundario
es útil para tratar la alopecia androgénica femenina.
a. Estructura:
N C N
N
Cimetidina
b. Posología: 300 mg p.o. 4 veces al día; 800 mg p.o. a la hora de acostarse.
c. Presentación:
Cimetidina, inyectables (150 mg/ml): ampollas de 2 ml y viales multidosis de 8 ml.
Cimetidina, líquido (300 mg/5 ml): 240 y 470 ml.
Cimetidina, comprimidos: 200, 300, 400 y 800 mg.
2. La ranitidina (Zantac) es otro antagonista H2 que no posee los efectos secundarios
antiandrógenos de la cimetidina. Tanto la cimetidina como la ranitidina inhiben el sis-
tema de enzimas microsómicas del citocromo P450:
a. Posología: 150 mg 2 veces al día.
b. Presentación:
Ranitidina, comprimidos: 75, 150 y 300 mg.
Ranitidina, inyectables (1 mg/ml, 25 mg/ml): viales de 2, 6 y 50 ml.
Ranitidina, jarabe (75 mg/5 ml): 10 y 480 ml.
I. La doxepina (Sinequan) es un antagonista de los receptores H1 y H2; al tratarse también de
un antidepresivo tricíclico, tiene efectos ansiolíticos. Sus efectos secundarios son sedación y
síntomas anticolinérgicos, además de taquicardia, hipotensión y prolongación de los interva-
los PR y QRS en el electrocardiograma. En Estados Unidos hay comercializada una crema de
doxepina de aplicación tópica (Zonalon crema al 5 %) que se emplea para tratar la dermati-
tis atópica, el liquen simple crónico y otras dermatosis eccematosas. Los efectos secundarios
de este fármaco suelen ser leves y consisten en sensaciones de quemazón y escozor, somnolen-
cia y sequedad bucal. La incidencia de estos efectos secundarios aumenta cuando se aplica el
producto en más de un 10 % de la superficie corporal o cuando el tratamiento se prolonga
más de 8 días. Se han descrito casos de dermatitis de contacto tras la aplicación tópica de
Zonalon.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 286
1. Estructura:
CHCH2CH2N(CH3)2
Doxepina
ANTIINFECCIOSOS
S CH CHCH2 CH3
NH3 CH3
N
C O
D-Asp(NH2) L-Leu
Bacitracina
1. Estructura:
NH NH NH NH
Cl NH C NH C NH(CH2)6NH C NH C NH Cl
Clorhexidina
2. Uso: aplicar en el área afectada y limpiar durante más de 2 min. Repetir el tratamien-
to durante otros 2 min.
3. Presentación (EFP):
Clorhexidina, líquido (2% y 4%): 120, 240, 480, 946 y 960 ml, 3,78 l.
Clorhexidina, toallitas húmedas (0,5%): caja de 50 unidades.
Clorhexidina, solución de irrigación (0,5%): 120 y 240 ml.
Clorhexidina, colutorio bucal (0,12%): 480 ml.
Clorhexidina, espuma (4%): 180 ml.
Clorhexidina, esponja/cepillo (4%): 22 ml.
F. Gentamicina. Este antibiótico es una combinación de tres aminoglucósidos similares que
se obtienen de cultivos de Micromonospora purpurea y actúa interfiriendo con la síntesis
de proteínas en la bacteria. Al unirse irreversiblemente a las subunidades ribosómicas 30S,
evita la síntesis proteica bacteriana. Su espectro antibiótico es similar al de la neomicina,
con la que tiene resistencia cruzada. La gentamicina es activa frente a bacterias gramnega-
tivas, entre ellas Escherichia coli, así como frente a un porcentaje elevado de cepas de Pseu-
domonas y otras bacterias gramnegativas. Las especies de Proteus tienen una sensibilidad
variable a este antibiótico. La gentamicina también es efectiva frente a algunas bacterias
grampositivas, entre ellas S. aureus y estreptococos β-hemolíticos del grupo A. En general
para inhibir los estreptococos se necesitan concentraciones más elevadas que las requeridas
para los estafilococos y gran parte de las bacterias gramnegativas. La gentamicina es inac-
tiva frente a hongos, virus y la mayoría de bacterias anaerobias. Su principal indicación es
el tratamiento de las infecciones sistémicas por organismos gramnegativos, en especial las
debidas a Pseudomonas. Sin embargo, su uso generalizado no está justificado no sólo por
la existencia de fármacos de eficacia similar, sino también por el riesgo de aumentar el
número de resistencias. Las reacciones alérgicas a este fármaco son infrecuentes, pero pue-
den aparecer con el uso prolongado. También se puede producir reactividad cruzada con
la neomicina.
1. Estructura:
NH2 H
HH O H
H
OH O
H
NH2 H OH H H
H O H H MHCH3 H
NH2 H O CH3 OH
H
H H R’NHCH R
H H
Sulfato de gentamicina
CHCH3
N O ×I
n
Polividona yodada
2. Uso: aplicar en el área afectada y frotar durante 2 min. Repetir el tratamiento duran-
te otros 2 min.
3. Presentación (EFP): existen numerosos productos comercializados, entre otros:
Polividona yodada, aerosol (5%): 909 ml.
Polividona yodada, gel (5%): 5 y 151 g.
Polividona yodada, pomada y solución (10%): 30 g y 454 g.
Polividona yodada, limpiador cutáneo/material de antisepsia quirúrgica (7,5%): 170 g
I. La mupirocina (Bactroban, Plasimine) es un antibiótico tópico que se obtiene por fermen-
tación de la bacteria Pseudomonas fluorescens. Su espectro es reducido y actúa principal-
mente frente a bacterias aerobias grampositivas (entre ellas, Staphylococcus y Staphylococ-
cus resistente a la meticilina) y varias cepas de Streptococcus. También es activa frente a
bacterias aerobias gramnegativas, pero no frente a las anaerobias, los hongos y Chlamydia.
Se ha demostrado que tiene la misma efectividad como tratamiento del impétigo que la eri-
tromicina oral, pero con menos efectos secundarios.
La mupirocina no interfiere con la cicatrización de heridas. Sólo es activa si se adminis-
tra por vía tópica, ya que se transforma en una molécula inerte tras la administración sis-
témica. Su uso prolongado aumenta el riesgo de evolución de microbios resistentes. Aun-
que todavía no se conoce con detalle su mecanismo de acción, se sabe que difiere del de
otras sustancias antiinfecciosas utilizadas habitualmente, por lo que las probabilidades de
que se produzcan resistencias cruzadas son bajas. Por otra parte, a diferencia de otros anti-
bióticos tópicos, rara vez causa hipersensibilización alérgica.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 291
1. Estructura:
H
H
H CH3 H O CH2 C O(CH2)8COOH
C H H C C
H3 C C
C C CH2 CH3 O
OH
O HO H
H OH H
Mupirocina
CH3OH O
CH2NH2 O C12H23N4O3
O
OH O OH
OH NH2
Neomicina B
OH N
N
N CH2 C CH2 N
N
N F
Fluconazol
ii. Uso: la administración conjunta con otros fármacos metabolizados por el sis-
tema del citocromo P450 puede causar un aumento de la concentración de
fluconazol. En algunos casos es necesario ajustar la dosis. Las concentracio-
nes de anticonceptivos orales se reducen durante la administración concomi-
tante. La hidroclorotiazida produce un aumento de las concentraciones de
fluconazol.
Candidiasis vaginal: 150 mg p.o. en una sola dosis.
Infecciones por Pityrosporum: de 200 a 400 mg p.o. en una sola dosis.
Dermatofitosis: 150 mg/semana durante 4 a 6 semanas (más otras 2 semanas
tras la resolución clínica de los síntomas).
Onicomicosis: 300 mg/semana durante 4 meses (uñas de las manos) u 8 meses
(uñas de los pies).
iii. Presentación:
Fluconazol, comprimidos: 50, 100, 150 y 200 mg.
Fluconazol, inyección (2 mg/ml): 100 y 200 ml.
Fluconazol, polvo para suspensión oral (tras la reconstitución): 10 y 40 mg/ml.
b. La flucitosina es una pirimidina fluorada sintética relacionada estructuralmente
con el fluorouracilo (FU) y la fluxoridina. Puede ser fungistática y fungicida. Aun-
que se prescribe con mayor frecuencia para tratar infecciones sistémicas por Candi-
da y Cryptococcus, tiene también indicaciones dermatológicas como la cromomico-
sis, la esporotricosis y las infecciones por Cladosporium y Sporothrix. En general no
es efectiva contra Aspergillus.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 293
Vía de Efectos
Fármaco administración Organismos Mecanismo secundarios
Alilaminas
Naftifina Tópica Dermatofitos 1. Bloquea la En casos raros irritación
escualenoepoxidasa y quemazón
2. Altera la quimiotaxia
de PMN
Compuestos
azólicos
Clotrimazol Tópica Dermatofitos y hongos Inhibe la síntesis del
(Lotrimin) levaduriformes ergosterol mediante la
inhibición de la
14α-desmetilación
de lanosterol
Continúa
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 294
Vía de Efectos
Fármaco administración Organismos Mecanismo secundarios
i. Estructura:
N O
N
F
NH2
Flucitosina
CH3O O CH3O
CH3O O
Cl CH3
Griseofulvina
Cl Cl
CH2
N N
O O
N
N
H CH2O N N N
N
CHCH2CH3
O
CH3
Itraconazol
ii. Uso: hay que realizar pruebas de la función hepática (PFH) mensualmente du-
rante el tratamiento.
Onicomicosis de las uñas de las manos: 200 mg/día durante 6 semanas; 200 mg
2 veces al día × 1 semana/mes durante 2 meses.
Onicomicosis de las uñas de los pies: 200 mg/día durante 12 semanas; 200 mg
2 veces al día × 1 semana/mes durante 3 a 4 meses.
Blastomicosis, histoplasmosis, aspergilosis: 200 a 400 mg/día.
Candidiasis: 100 mg/día durante 2 semanas hasta la desaparición de los sín-
tomas.
iii. Presentación:
Itraconazol, cápsulas (100 mg): pulsepak 28.
Itraconazol, inyectables (10 mg/ml): ampollas de 25 ml.
Itraconazol, suspensión oral (10 mg/ml): 150 ml.
e. El ketoconazol (Panfungol, Nizoral) es un derivado imidazólico hidrosoluble acti-
vo contra un amplio espectro de hongos patógenos a las concentraciones que se
puede obtener mediante la vía oral. A diferencia del miconazol, el ketaconazol se
absorbe bien tras la administración oral y, al contrario que el clotrimazol, no indu-
ce ninguna enzima que inactive otros fármacos absorbidos. Como otros imidazoles,
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 297
CH2 Cl
Cl
O O
O
CH2 O N N C CH3
Ketoconazol
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 298
i. Estructura:
OH
COOH
OH OH OH OH
O
OH H OH NH2
OH
O O O
CH3
CH3
CH3 H
O OH
HO
CH3
Anfotericina B
OH
N
O
H2NCH2CH2CHOH
CH3
Ciclopirox olamina
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 300
ii. Uso: tiña (cabeza, cuerpo y pies): aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas
hasta la desaparición de la infección. Por lo general bastan 2 a 4 semanas.
Pitiriasis versicolor: aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas durante
2 semanas.
Onicomicosis leve a moderada: aplicar diariamente la laca en el cuerpo de la
uña (en toda su superficie) y en 5 mm de la piel circundante. Eliminar con alco-
hol cada 7 días. No se deben usar esmaltes durante el tratamiento. Este trata-
miento requiere 6 a 12 meses de uso para que se observe su efectividad.
iii. Presentación:
Ciclopirox (Ciclochem), crema o gel (0,77%): 15, 30, 45, 90 y 100 g.
Ciclopirox (Ciclochem), suspensión tópica (0,77%): 30 y 60 ml.
Ciclopirox (Ciclochem) placa de uñas, solución tópica (8%): 3,3 ml con apli-
cador, 6,6 ml.
Ciclopirox (Ciclochem), champú (1%): 120 ml.
d. El econazol (Spectazole) es un imidazol sintético que actúa inhibiendo la desmeti-
lación de esteroles en C14, interfiriendo con la biosíntesis de ergosterol, con lo que
produce una desorganización de la membrana plasmática del hongo y aumenta su
permeabilidad. Es activo contra dermatofitos, hongos levaduriformes, P. orbiculare,
Aspergillus, Cladosporium y Sporothrix.
i. Estructura:
OCH2 Cl
Cl CH CH2
N
Cl
N
Econazol
ii. Uso: candidiasis cutánea: aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas hasta la
desaparición de la infección. Por lo general, bastan 2 a 4 semanas.
Tiña (cabeza, cuerpo y pies): aplicar diariamente en las zonas afectadas hasta
la desaparición de la infección (por lo general, 4 a 6 semanas).
Pitiriasis versicolor: aplicar 2 veces al día en las zonas afectas hasta la desapa-
rición de la infección. Por lo general, bastan 2 semanas.
iii. Presentación:
Econazol (Sporonox), crema (1%): 15, 30 y 85 g.
e. Ketoconazol: véase sección 1.e.
f. La naftifina es un derivado alilamínico sintético que se emplea como antimicótico
tópico; actúa inhibiendo la enzima escualeno-2,3-epoxidasa, con lo cual reduce la per-
meabilidad de la membrana y causa la muerte celular. Está estructural y farmacológi-
camente relacionada con la terbinafina. También posee cierta actividad antiinflamato-
ria, que se podría deber a su capacidad para alterar la quimiotaxia de los polimorfo-
nucleares. Su eficacia es elevada contra los dermatofitos, moderada contra los mohos
y más baja contra los hongos levaduriformes, entre ellos C. albicans.
i. Estructura:
CH3
CH2NCH3 H
C C
H
Naftifina
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 301
ii. Uso: tiña (cabeza, cuerpo y pies): aplicar 1 vez (crema) o 2 veces al día (gel) en
las áreas afectadas y mantener el tratamiento durante 2 semanas hasta la des-
aparición de los síntomas.
iii. Presentación:
Naftifina, crema (1%): 15, 30 y 60 g.
Naftifina, gel (1%): 20, 40 y 60 g.
g. Nistatina: véase sección 1.f.
h. El oxiconazol (Oxistat) es un imidazol sintético que actúa en parte inhibiendo la
síntesis de ergosterol catalizada por la ergosterol-2,3-epoxidasa y alterando de este
modo la integridad de la membrana celular.
i. Posología: aplicar diariamente en el área afectada y mantener el tratamiento
durante 2 semanas hasta la desaparición de los síntomas.
ii. Presentación:
Oxiconazol, crema (1%): 15, 30 y 60 g.
Oxiconazol, loción (1%): 30 ml.
i. El sulconazol es un antimicótico imidazólico sintético que contiene un átomo de
azufre. Está estructuralmente relacionado con los restantes antimicóticos imidazó-
licos (ketoconazol, econazol y miconazol). Se ha postulado que inhibe la 14-α-des-
metilasa, con lo que reduce la síntesis del ergosterol, aumenta la permeabilidad de
la membrana y causa la muerte celular. Es activo contra dermatofitos, hongos
levaduriformes y Pityrosporum orbiculare. También posee cierta actividad frente
a bacterias grampositivas aerobias y anaerobias. El sulconazol induce débilmente
las enzimas microsómicas CYP1A1 y CYP2B1 del citocromo P450 y, teóricamen-
te, podría inducir el metabolismo de otros fármacos.
i. Estructura:
Cl
Cl CHCH2N N-HNO3
SCH2 Cl
Sulconazol
ii. Uso: tiña (cabeza, cuerpo y pies): aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas y
seguir aplicando durante las 2 semanas posteriores a la desaparición de la infec-
ción.
Pitiriasis versicolor: aplicar 2 veces al día en las zonas afectas hasta la desapa-
rición de la infección.
iii. Presentación:
Sulconazol, crema (1%): 15, 30 y 60 g.
Sulconazol, solución (1%): 30 ml.
j. La terbinafina (Lamisil) es una alilamina de segunda generación relacionada
con la naftifina; sin embargo, es 10 a 100 veces más potente in vitro. Además, es
fungicida, a diferencia de la griseofulvina, el ketoconazol, el itraconazol y otros
derivados azólicos, que son fungostáticos. Por esta razón los tratamientos pue-
den ser más cortos y las tasas de recaída más bajas que con el resto de antimicó-
ticos tópicos.
La terbinafina actúa inhibiendo la escualenooxidasa y, de este modo, reduce la
síntesis del ergosterol, un componente esencial de las membranas celulares micóti-
cas. Es un fármaco muy lipófilo y se concentra en la capa córnea, el sebo y los folí-
culos pilosos. Las tasas de curación son ligeramente más elevadas cuando se admi-
nistra 2 veces al día en lugar de 1 vez al día.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 302
i. Estructura:
H3 C CH3
CH3 H C
C CH3
N C C
C
CH2 CH2
H
HCI
Terbinafina
ii. Posología: tiña (cabeza, cuerpo y pies): aplicar 2 veces al día en las zonas afec-
tadas hasta la resolución clínica (1 a 4 semanas). Suspender el tratamiento a las
4 semanas.
iii. Presentación:
Terbinafina (Lamisil), crema (1%): 15, 24 y 30 g.
Terbinafina (Lamisil), aerosol (1%): 30 ml.
k. Las pomadas de ácido benzoico y ácido salicílico poseen una potente acción que-
ratolítica y se emplean para tratar las dermatofitosis (v. también cap. 14, Dermato-
fitosis). Sin embargo, pueden ser muy irritantes.
i. Estructura:
COOH
Ácido benzoico
NH2
C NH2 Cl
NH2
ii. Uso: aplicar en el área afectada 1 a 3 veces al día con una gasa. Es preciso lim-
piar la piel con agua y jabón antes de su aplicación.
iii. Presentación:
Tintura de Castellani, con color o incolora: 30 y 480 ml.
m. El clotrimazol es un antimicótico imidazólico sintético que actúa alterando la
permeabilidad de la membrana celular. Inhibe el crecimiento de la mayoría de los
dermatofitos, hongos levaduriformes y Malassezia furfur.
i. Estructura:
Cl
Clotrimazol
ii. Uso: tiña (cabeza, cuerpo, pies y versicolor): aplicar 2 veces al día hasta la des-
aparición de la erupción, por lo general entre 2 y 4 semanas.
iii. Presentación (de venta con receta y EFP):
Clotrimazol, crema (1%): 12, 15, 24, 30 y 45 g.
Clotrimazol, loción (1%): 20 ml.
Clotrimazol, solución tópica (1%): 10 y 30 ml.
Clotrimazol, crema vaginal (1%): 15, 30 y 45 g.
Clotrimazol, supositorios vaginales de 100 o 200 mg: cajas de tres o siete
supositorios.
Clotrimazol, crema vaginal (2%): 21 g.
n. El miconazol es un antimicótico imidazólico sintético que actúa alterando la per-
meabilidad de la membrana celular. Es activo frente a dermatofitos, hongos levadu-
riformes, P. orbiculare y C. albicans.
i. Estructura:
CH2 Cl
H C O CH2 Cl
Cl
Cl
Miconazol
ii. Uso: aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas hasta la resolución clínica, por
lo general 2 a 4 semanas.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 304
N C O
CH3
Tolnaftato
ii. Posología: aplicar 2 veces al día en las zonas afectadas hasta la resolución clí-
nica, por lo general 2 a 6 semanas.
iii. Presentación:
Tolnaftato, crema (1%): 15, 21,3 y 30 g.
Tolnaftato, gel (1%): 15 g.
Tolnaftato, polvo (1%): 45 y 90 g.
Tolnaftato, solución (1%): 10 ml.
Tolnaftato, líquido en aerosol (1%): 59,2, 118,3 y 120 ml.
Tolnaftato, polvo en aerosol (1%): 100, 105 y 150 g.
p. Existen numerosos medicamentos antimicóticos de venta libre que contienen ácidos
grasos y sales de ácidos grasos (ácido undecilénico, CH2=CH(CH2)8-COOH, ácido
propiónico), ácidos orgánicos y sus sales (ácido benzoico, ácido salicílico) y otros
compuestos. Estos preparados tienen cierta eficacia (v. cap. 14, Dermatofitosis).
III. ANTIVÍRICOS
A. Tratamiento oral.
1. El aciclovir (Zovirax) es una purina sintética derivada de la guanina que se emplea
para tratar las infecciones por el virus del herpes simple (VHS) y el virus de la varicela
zóster gracias a que interfiere con la síntesis del ADN mediante la fosforilación de la
timidina-cinasa vírica y la consecuente inhibición de la polimerasa de ADN del virus,
con lo que se evita su replicación. Es efectivo contra el VHS-1 y el VHS-2, el virus de
la varicela zóster, el virus de Epstein-Barr, el Herpesvirus simiae y los citomegalovirus.
Se puede administrar por las vías intravenosa, oral o tópica.
a. Estructura:
O
N
HN
H2N N N
CH2OCH2CH2OH
Aciclovir
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 305
a. Estructura:
NH2
N
N
N N
HOCH2
O
H H HO H
OH H
Vidarabina
b. Uso: aplicar 1,25 cm de grosor en el saco conjuntival inferior 5 veces al día duran-
te 7 días.
c. Presentación:
Vidarabina, pomada (3%): 3,5 g.
4. La trifluridina es un nucleósido pirimidínico relacionado estructuralmente con la ido-
xuridina y la timidina. Se cree que actúa alterando la replicación vírica al incorporarse
en la replicación del ADN, con la consiguiente formación de proteínas anómalas.
a. Posología: aplicar una gota cada 2 h, excepto durante los períodos de sueño, hasta
una dosis diaria máxima de 9 gotas.
b. Presentación:
Trifluridin, solución (1%): 7,5 ml.
IV. ACARICIDAS Y PEDICULICIDAS (se pueden consultar las generalidades de estos fármacos
en el cap. 19)
A. El lindano (isómero del hexacloruro de benceno, Yacutin, Kite) es un hidrocarburo cíclico
que contiene cloro desarrollado inicialmente como insecticida para su uso en agricultura.
Se absorbe a través del exoesqueleto quitinoso del insecto y estimula su sistema nervioso,
produciéndole convulsiones y la muerte. Es pediculicida y acaricida, y tiene una eficacia
ovicida del 45 % al 70 %. Se han detectado resistencias en Pediculosis capitis y Sarcoptes
scabiei. El lindano se puede absorber a través de la piel indemne tras su aplicación tópica
y causar toxicidad en el SCN. Por consiguiente, hay que utilizarlo con extrema precaución
en los niños, los ancianos y las embarazadas, así como durante la lactancia materna. Ade-
más, irrita los ojos y las mucosas, por lo que no se debe aplicar en estas áreas. Si se admi-
nistran cantidades elevadas o el tratamiento es prolongado, puede producir dermatitis de
contacto. El uso excesivo puede causar toxicidad, con manifestaciones como náuseas,
vómitos, convulsiones e incluso supresión de la médula ósea.
1. Estructura:
Cl
Cl Cl
Cl Cl
Cl
Hexacloruro de γ-benzeno
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 307
2. Uso: ácaros: aplicar la loción de forma uniforme en todas las superficies cutáneas, entre
ellas los pliegues y las grietas, desde el cuello a los dedos de los pies. Aclarar al cabo de
8 a 12 h. Piojos de la cabeza y ladillas: aplicar el champú en las áreas pilosas afectadas
y aclarar al cabo de 4 min. Eliminar las liendres restantes con un peine o unas pinzas.
3. Presentación:
Lindano, loción: 30 y 59 ml, 0,47 l para farmacias.
Lindano, champú: 30 y 59 ml, 0,47 l para farmacias.
B. Permetrina. La permetrina es una piretrina sintética derivada de las flores de la planta
Chrysanthemum cinerariifolium, que tiene un amplio espectro de actividad insecticida.
Actúa alterando la repolarización de los canales de sodio en las neuronas y produce la
muerte por parálisis del insecto. Es pediculicida y acaricida. En los pacientes con especial
sensibilidad puede causar dificultades para respirar o crisis asmáticas, pero no suele ser irri-
tante. La tasa de curación tras una sola aplicación es el 90%. Aunque hasta la fecha no se
han descrito casos de resistencia en Estados Unidos, se han observado pérdidas de eficacia
que podrían ser indicativas de cierta resistencia. La permetrina también es eficaz contra
garrapatas, pulgas y otros artrópodos.
1. Estructura:
CH3 CH3
H H
Cl2C CH COCH2 O
O
Permetrina
2. Uso: ácaros: aplicar la loción de forma uniforme en todas las superficies cutáneas, entre
ellas los pliegues y las grietas, desde el cuello hasta los dedos de los pies. Aclarar al cabo
de 8 a 14 h. No se recomienda repetir el tratamiento salvo que se detecten organismos
vivos al cabo de 1 semana. Piojos de la cabeza y ladillas: aplicar la loción en las áreas
pilosas afectadas y aclarar al cabo de 10 min. Para el aclarado con crema, aplicar en las
áreas pilosas afectas y aclarar al cabo de 10 min. Eliminar las liendres restantes con un
peine (liendrera). No se recomienda repetir el tratamiento salvo que se detecten orga-
nismos vivos al cabo de 1 semana.
3. Presentación:
Permetrina, crema (5%): 60 g.
Permetrina, líquido al 1%: 60 ml.
Permetrina, loción (1%): 60 ml.
C. Los productos que contienen piretrina son piretroides sintéticos utilizados para el trata-
miento de la pediculosis (v. cap. 19), para la que son actualmente el tratamiento de elec-
ción. No tienen efectos acaricidas. Se han descrito resistencias a estos compuestos. La pire-
trina se absorbe a través del exoesqueleto quitinoso del insecto y estimula su sistema ner-
vioso, produciéndole convulsiones y la muerte.
1. Presentación:
Piretrina, gel al 0,3%: 30 ml.
Piretrina, loción (0,3%): 59 y 118 ml.
Piretrina, loción (0,33%), espuma: 165 ml.
Piretrina, champú (0,33%): 59, 60, 118, 120 y 240 ml.
D. La ivermectina es un antihelmíntico semisintético derivado de Streptomyces avirmitilis
que actúa uniéndose con elevada afinidad a los canales de cloro activados por glutamato
en las células nerviosas musculares. A través de este mecanismo aumenta la permeabilidad
al ion cloro y de este modo causa hiperpolarización, parálisis y la muerte del insecto. Está
indicada para tratar la estrongilosis y la oncocercosis, así como para la sarna noruega que
no ha mejorado con distintos ciclos de tratamientos tópicos.
1. Uso: 200 µg/kg como dosis única; en algunos casos se puede repetir al cabo de 1 semana.
2. Presentación:
Ivermectina: 3 y 6 mg.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 308
E. El benzoato de bencilo se utiliza a concentraciones del 20% al 25%. Este fármaco es rela-
tivamente no tóxico y se emplea ampliamente en los países en vías de desarrollo para tratar las
infecciones por ácaros y las pediculosis del pubis y el cuero cabelludo. En Estados Unidos sólo
está comercializada una especialidad de uso veterinario. El benzoato de bencilo es un deriva-
do sintético que se obtiene por esterificación del ácido benzoico con alcohol bencílico. Se des-
conoce su mecanismo de acción. Es tóxico para Sarcoptes scabiei y también podría serlo para
Pediculosis capitis y Phthirus pubis. Hasta la fecha no se han comunicado resistencias.
1. Estructura:
C O CH2
Benzoato de bencilo
2. Uso: frotar en las áreas pilosas afectadas, evitando la exposición de los ojos, y aclarar
al cabo de 12 a 24 h. Repetir el tratamiento al cabo de 1 semana.
3. Presentación (preparación extemporánea):
Benzoato de bencilo, loción (28%): 500 ml.
F. El crotamitón es una sal de cloroformato sintético utilizado para la prevención y el trata-
miento de las infecciones por ácaros, aunque las tasas de curación con el mismo número
de aplicaciones tienden a ser más bajas que con el lindano y la permetrina. Puede tener un
efecto antiprurigininoso independiente de su efecto acaricida. Su mecanismo de acción es
desconocido. No es efectivo como pediculicida.
1. Estructura:
CH3
CH3 CH CH CO N
CH2
CH3
Crotamitón (N-etil-N-o-toluicrotonamida)
2. Uso: aplicar de forma uniforme en todas las superficies cutáneas, entre ellas los plie-
gues y las grietas, desde el cuello a los dedos de los pies. Repetir el tratamiento cada
24 h durante 2 días. El paciente debe bañarse 48 h después de la última aplicación para
eliminar el fármaco.
G. El malatión es un fármaco muy efectivo para la prevención y el tratamiento de la pedicu-
losis. Tiene una eficacia ovicida del 95%, pero no tiene actividad acaricida. Su mecanismo
de acción es la inhibición de la colinesterasa.
1. Estructura:
CH3O S
P S CH COOC2H3
Malatión
2. Uso: aplicar en las áreas pilosas afectadas y aclarar al cabo de 8 a 12 h. Eliminar todas
las liendres y repetir el tratamiento si se detectan organismos vivos al cabo de 7 a 9 días.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 309
3. Presentación:
Malatión, loción (0,5%): 59 ml.
H. La pomada oftálmica de vaselina y fisostigmina (0,025%) y el óxido amarillo de mercurio
son útiles para la infestación de las pestañas con ladillas. Se suele aplicar capas gruesas del
medicamento 2 veces al día durante 8 días con aplicador con punta de algodón.
I. El azufre precipitado se usaba antiguamente para tratar a los niños pequeños y a las emba-
razadas, pero tras la aparición de la crema de permetrina al 5%, que es igualmente segura,
aquél se prescribe con menor frecuencia. Aunque los efectos sistémicos son raros, puede teñir
las prendas de vestir y tiene un olor desagradable. Se aplica diariamente durante 3 días.
1. Presentación:
Se ha de formular en un compuesto, generalmente como azufre al 6% (de un 5% a
un 10%) en vaselina o Cetaphil: 454 g.
V. OTROS FÁRMACOS
A. El clioquinol, que contiene un 40% de yodo, se desarrolló inicialmente como sustituto del
yodoformo para su uso como polvo antiséptico. Aunque es más eficaz para tratar las ame-
biasis, también posee propiedades antibacterianas y antimicóticas leves y se puede utilizar
solo o junto con corticoesteroides para el tratamiento de las infecciones eccematosas
o impetiginizadas por algunos dermatofitos, hongos levaduriformes y Trichomonas. Sin
embargo, existen fármacos más específicos. Debido a su neurotoxicidad, las formulaciones
orales han sido retiradas del mercado estadounidense. Asimismo se ha suscitado preocupa-
ción acerca de los efectos secundarios de su aplicación tópica a raíz de un reciente estudio
que ha demostrado que se absorbe significativamente por vía percutánea cuando se aplica
en la piel indemne. Este fármaco puede teñir de amarillo la piel, el pelo y las prendas de
vestir, y puede producir alergia de contacto.
1. Estructura:
Cl
I
N
OH
Clioquinol
O
H
N CH2 SO NH2
Mafenida
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 310
2. Uso: aplicar de 1 a 2 veces al día con la mano cubierta por un guante estéril.
3. Presentación:
Mafenida, crema (85 mg/g): 37, 114 y 411 g.
Mafenida, solución (5%): paquetes de 50 g, para reconstitución.
C. Los compuestos mercuriales ejercen efectos bacteriostáticos muy probablemente a través
de la inhibición de enzimas con grupos sulfhidrilos, pero su acción no es suficientemente
potente como para ser los antibióticos idóneos. Estos compuestos se pueden absorber y
causar reacciones alérgicas, y se dispone de antisépticos más efectivos y menos peligrosos.
1. Algunos mercuriales insolubles se emplean como antibacterianos y antiparasitarios. La
pomada de óxido amarillo de mercurio se ha utilizado para tratar la pediculosis en las
pestañas, y el mercurio amoniacal (que contiene un 78% de mercurio) se ha empleado
como tratamiento del pioderma y los procesos descamativos.
2. Los antisépticos mercuriales orgánicos son más bacteriostáticos y menos irritantes y tóxi-
cos que las sales inorgánicas. La merbromina, que contiene un 25% de mercurio, no es par-
ticularmente efectiva y, además, su actividad se reduce considerablemente en un entorno
orgánico. El tiomersal, que contiene un 49% de mercurio, tiene mayor eficacia, aunque
presenta los mismos inconvenientes y puede causar reacciones alérgicas de contacto.
D. La nitrofurazona (Furacin) es un derivado sintético del nitrofurano que posee un amplio
espectro antibacteriano. Aunque no se conoce con exactitud su mecanismo de acción,
podría actuar inhibiendo las enzimas bacterianas necesarias para el metabolismo de los
hidratos de carbono. No es eficaz contra los hongos ni los virus. Se emplea como trata-
miento complementario de las quemaduras de segundo y tercer grado cuando las resisten-
cias bacterianas a otros fármacos pueden representar un problema terapéutico. No es efi-
caz como tratamiento de las quemaduras leves y las infecciones bacterianas superficiales en
heridas, úlceras cutáneas o algunas piodermas. Es muy poco prescrita por los dermatólo-
gos debido a que el riesgo de que produzca reacciones alérgicas de contacto es elevado.
1. Estructura:
O
NO2 CH N N C NH2
H O
Nitrofurazona
2. Uso: aplicar 1 vez al día.
3. Presentación:
Nitrofurazona, crema (0,2%): 28 g.
Nitrofurazona, pomada (0,2%): 28, 56 y 454 g.
Nitrofurazona, solución (0,2%): 480 ml, 3,78 l.
E. La sulfadiazina argéntica (Silvederma) es un fármaco sintético que combina las propie-
dades terapéuticas del nitrato de plata y las sulfonamidas y actúa en la membrana y la
pared celulares. Se emplea principalmente como coadyuvante para la prevención y el tra-
tamiento de las infecciones de heridas en pacientes con quemaduras de segundo y tercer
grado, así como para evitar las infecciones en las úlceras crónicas. Es bactericida contra la
mayoría de las bacterias grampositivas y gramnegativas, así como contra C. albicans; ade-
más, es bastante efectiva frente a P. aeruginosa y S. aureus. Con las bacterias que se pue-
den tratar con las sulfadiazinas, pero que son resistentes al nitrato de plata, o a la inversa,
la sulfadiazina argéntica obtiene buenos resultados. Es un fármaco que no tiñe la piel ni las
prendas de vestir, no causa acidosis sistémica y es muy poco probable que produzca alte-
raciones del equilibrio electrolítico. Algunos pacientes refieren una sensación de escozor en
el momento de la aplicación del fármaco; debido a que se puede absorber, es posible que
cause reacciones sistémicas similares a las que produce la sulfonamida.
1. Estructura:
AG
N
H2N SO2N
N
Sulfadiazina argéntica
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 311
2. Uso: aplicar 1 a 2 veces al día, con 1,6 cm de grosor. No es necesario cubrir con com-
presas la zona.
3. Presentación:
Sulfadiazina argéntica, crema (10 mg/g): 20, 25, 50, 85, 400 y 1.000 g.
ANTIINFLAMATORIOS
I. Los corticoesteroides son los antiinflamatorios locales más potentes y eficaces del mercado y tam-
bién poseen gran capacidad para inhibir la división celular. Son el tratamiento de elección de la
mayoría de las erupciones inflamatorias y pruriginosas (p. ej., las dermatitis) y también son efi-
caces en los trastornos hiperproliferativos (p. ej., la psoriasis) e infiltrativos (p. ej., sarcoidosis y
los granulomas anulares). Desde 1952, año en que estos fármacos aparecieron en el mercado esta-
dounidense, se han comercializado cientos de ellos. Su uso continuo y generalizado se basa en sus
numerosas propiedades, como sus aplicaciones para tratar una amplia variedad de erupciones fre-
cuentes, la rapidez de su acción a dosis bajas, la facilidad de uso, su cualidad de inodoros, la
ausencia de dolor tras su aplicación, la relativa ausencia de reacciones alérgicas, su prolongada
estabilidad, su compatibilidad con la práctica mayoría de los fármacos tópicos y una tasa muy
baja de efectos clínicos sistémicos debidos a su absorción percutánea. La eficacia de un corti-
coesteroide tópico depende de su potencia y su penetración percutánea. La actividad de cada uno
de ellos viene determinada por su capacidad para fijarse a los receptores citosólicos de glucocor-
ticoesteroides, pues se ha comprobado que su potencia clínica es directamente proporcional a su
unión a estas proteínas receptoras. Otro de los factores que puede modificar considerablemente
su eficacia es el vehículo en que están formulados. Por ejemplo, la mayor potencia de dos de los
fármacos más activos de este grupo es consecuencia de la alteración de la porción esteroidea en
uno de ellos (Clovate) y la optimización del vehículo en el otro (Diproderm).
Cerca del 1 % de la solución de hidrocortisona acaba penetrando a través de la piel nor-
mal del antebrazo y, en el caso de la piel eccematosa, dicho porcentaje se reduce a la mitad.
La capacidad de los corticoesteroides para penetrar la piel varía considerablemente en las
distintas partes del cuerpo; tomando como unidad la penetración correspondiente a la piel
del antebrazo, la hidrocortisona se absorbe 0,14 veces en la espalda, 3,5 veces en el cuero
cabelludo, 6,0 veces en la frente, 13 veces en las mejillas y el ángulo del maxilar inferior y
42 veces en la piel del escroto. Si la piel está totalmente hidratada, la absorción se multiplica-
rá por cuatro o por cinco. La piel inflamada, como la característica de la dermatitis atópica,
permite una mayor penetración percutánea; en enfermedades como la psoriasis exfoliativa, la
barrera que impide la absorción del fármaco es muy débil. Otro factor que modifica en gran
medida la eficacia clínica de los corticoesteroides lo constituyen las pequeñas modificaciones
de su estructura molecular que potencien la actividad intrínseca de la porción esteroidea
(mediante el aumento de su lipofilia, que facilita su penetración a través de la piel) o retrasen
la catabolización del fármaco. Para ser activa, la cortisona debe reducirse a cortisol (hidrocor-
tisona) y la prednisona debe convertirse en prednisolona antes de ser utilizada. La adición de
átomos halógenos al núcleo esteroide aumenta considerablemente la actividad de estos fárma-
cos. La potencia de los corticoesteroides tópicos se suele evaluar in vivo mediante su capacidad
para producir vasoconstricción en la piel humana, ya que los resultados de este bioensayo se
corresponden bien con los de los ensayos clínicos. Otros ensayos de valoración de la potencia
de los corticoesteroides son su capacidad para inhibir la dermatitis alérgica de contacto indu-
cida experimentalmente (p. ej., mediante antígenos de especies del género Rhus), la dermatitis
irritativa (producida por queroseno o aceite de crotón) o la reducción del tamaño de los habo-
nes inducidos por la histamina. La actividad antimitótica se evalúa mediante la inhibición de
fibroblastos in vitro y/o un ensayo para evaluar la actividad mitótica en la epidermis in vivo.
La absorción sistémica de los corticoesteroides tópicos depende de las propiedades farmacoci-
néticas de cada uno de ellos y de la integridad de la capa córnea. Los fármacos de potencia media
o elevada pueden producir una inhibición del eje hipotálamo-hipófiso-suprarrenal (HHS).
En 1960 se descubrió que la aplicación de corticoesteroides en la piel bajo oclusión con un
film plástico flexible incrementa enormemente su eficacia (hasta 100 veces más); la oclusión
produce una dilatación de la capa córnea, aumenta alrededor de un 40% la superficie de piel
y da lugar a la formación de un reservorio de corticoesteroides en la capa córnea que persiste
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 312
(p. ej., hasta 2,5 mg/ml de acetónido de triamcinolona) proporciona suficiente cantidad de corti-
coesteroide para reducir la inflamación, evitando estos problemas (se pueden consultar las dilu-
ciones adecuadas para cada fármaco en los apartados correspondientes a las enfermedades).
II. ASPECTOS POSOLÓGICOS
A. Relación dosis-respuesta. Normalmente, la respuesta a un corticoesteroide tópico
depende de la dosis administrada. Existe una gran variabilidad de potencia y eficacia entre
los fármacos que componen esta clase, y la mayoría de ellos se pueden adquirir en concen-
traciones normales y diluidas; en algunos casos también hay comercializadas concentracio-
nes de alta potencia. La eficacia depende asimismo del método terapéutico utilizado (p. ej.,
hidratación previa, oclusión). Los productos que contienen concentraciones diluidas pue-
den tener la misma potencia que los fármacos de potencia normal en los ensayos de vaso-
constricción. Las pomadas suelen proporcionar una mejor actividad biológica a los corti-
coesteroides que las cremas o las lociones.
En la mayoría de los casos el tratamiento se iniciará con uno de los productos más
potentes, mientras que la terapéutica de mantenimiento se debería realizar con una formu-
lación menos concentrada, como hidrocortisona al 1%. Como mínimo entre un 33% y un
50% de los pacientes puede ser tratado satisfactoriamente con corticoesteroides tópicos de
potencia media a baja, que han de ser los de elección. En la piel del escroto, la región ingui-
nal, las axilas, las pestañas y el rostro se deben utilizar formulaciones menos potentes (p. ej.,
hidrocortisona al 1%).
B. Frecuencia de aplicación. Existen pocos datos farmacocinéticos sobre las característi-
cas óptimas de los tratamientos tópicos con corticoesteroides relativos a la relación dosis-
respuesta. En un estudio que incluyó a 12 pacientes con dermatosis que respondían a cor-
ticoesteroides se comprobó que la administración de 6 tratamientos diarios no era más
efectiva que la de 3 aplicaciones diarias. En otros estudios con pacientes que padecían pso-
riasis o dermatitis atópica se ha observado que la aplicación de 3 a 4 dosis al día no pro-
porciona mejores resultados que una sola aplicación diaria. La aplicación de un corticoes-
teroide por la noche en la piel hidratada, con o sin oclusión, debería ser tan eficaz y mucho
más barata que la de varias aplicaciones diarias. Durante el día cabe utilizar lubricantes. Si
se desea se puede aplicar corticoesteroides por vía tópica 2 a 3 veces al día, pero no exis-
ten datos que demuestren que la aplicación más frecuente determine una curación mejor o
más rápida de los trastornos inflamatorios o hiperplásicos.
C. Taquifilaxia. La aplicación repetida de un corticoesteroide tópico potente produce una
pérdida de efectividad. La taquifilaxia puede aparecer en sólo 1 semana de uso, pero la
capacidad para lograr una respuesta completa se recobra al cabo de 1 semana de la inte-
rrupción del tratamiento. Por consiguiente, es más conveniente el tratamiento eficaz con un
ciclo corto (unos días a 2 semanas) seguido de intervalos de 1 semana o más de reposo far-
macológico, período durante el cual es posible utilizar lubricantes. Esta pauta evita tam-
bién que se absorban cantidades excesivas del fármaco por vía percutánea, como puede
ocurrir con la administración prolongada.
D. Potencia relativa. Hasta la fecha no se ha establecido la «prueba perfecta» para determi-
nar la potencia relativa de los corticoesteroides tópicos y la bioequivalencia de las especiali-
dades comercializadas. El ensayo de vasoconstricción permite evaluar visualmente la canti-
dad de vasoconstricción que causa un glucocorticoide; el grado de palidez tras la aplicación
de un esteroide durante un período concreto es proporcional a la concentración de fármaco
utilizada. Sin embargo, este ensayo es impreciso debido a la variabilidad entre observadores
y otros parámetros característicos de cada estudio. Se han desarrollado modelos clínicos para
evaluar la potencia relativa de los corticoesteroides tópicos en enfermedades concretas como
la psoriasis. En la tabla 40-2 se enumera la potencia relativa de estos fármacos basada en
datos procedentes de bioensayos, modelos clínicos y revisiones bibliográficas.
E. Medicamentos genéricos. Existen diferencias de eficacia entre las diferentes especia-
lidades de corticoesteroides tópicos comercializadas y sus correspondientes genéricos, y
algunas administraciones sanitarias han demostrado mediante ensayos de vasoconstricción
que estos últimos pueden ser hasta un 50% menos activos. Por otra parte, pueden existir
varios genéricos con el mismo nombre comercial en el mercado (p. ej., existen 28 genéri-
cos de Valisone [valerato de betametasona]). El único modo de garantizar cierta uniformi-
dad de eficacia es prescribir solamente especialidades no genéricas, aunque, con frecuencia,
esto no es posible debido a las limitaciones en las partidas correspondientes a farmacia de
los planes de salud.
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1 (muy potentes) Dipropionato de betametasona, crema y pomada (0,05 %) (vehículo optimizado) (Diproderm)
Propionato de clobetasol, crema y pomada (0,05 %) (vehículo optimizado) (Clovate, Decloban)
Diacetato de diflorasona, pomada (0,05 %) (vehículo optimizado)
Propionato de ulobetasol, crema o pomada (0,05 %) (Ultravate)
2 Amcinónida, pomada (0,1 %)
Desoximetasona, crema y pomada (0,25 %)
Desoximetasona, gel (0,05 %)
Diacetato de diflorasona, pomada (0,05 %)
Fluocinónida, crema, gel o pomada (0,05 %)
Halcinónida, crema (0,1 %) (Halog)
Furoato de mometasona, pomada (0,1 %) (Elocon)
Acetónido de triamcinolona, pomada (0,5 %)
3 Amcinónida, crema y loción (0,1 %)
Benzoato de betametasona, gel (0,025 %)
Valerato de betametasona, pomada (0,1 %)
Diacetato de diflorasona, crema (0,05 %)
Propionato de fluticasona, pomada (0,005 %) (Cutivate)
Fluocortolona, crema (0,25 %) (Ultralan)
Fluocinónida, crema (0,05 %)
Halcinónida, pomada (0,1 %) (Halog)
Acetónido de triamcinolona, pomada (0,1 %) y crema (0,5 %)
4 Benzoato de betametasona, pomada (0,025 %)
Valerato de betametasona, loción (0,1 %)
Desoximetasona, crema (0,05 %) (Topicort-LP)
Acetónido de fluocinolona, crema (0,2 %) (Synalar-HP)
Acetónido de fluocinolona, pomada (0,025 %) (Synalar)
Fludroxicortida, pomada (0,05 %)
Halcinónida, crema (0,025 %) (Halog)
Valerato de hidrocortisona, pomada (0,2 %)
Furoato de mometasona, crema (0,1 %) (Elocon)
Acetónido de triamcinolona, pomada (0,1 %)
5 Benzoato de betametasona, crema (0,025 %)
Valerato de betametasona, loción (0,05 %)
Valerato de betametasona, crema (0,1 %)
Clocortolona, crema (0,1 %)
Acetónido de fluocinolona, crema (0,025 %) (Synalar)
Acetónido de fluocinolona, aceite (0,01 %)
Fludroxicortida, crema (0,05 %)
Propionato de fluticasona, crema (0,05 %) (Cutivate)
Butirato de hidrocortisona, crema (0,1 %) (Isdinium)
Valerato de hidrocortisona, crema (0,2 %)
Prednicarbato, crema (0,1 %) (Peitel, Batmen)
Acetónido de triamcinolona, crema (0,1 %)
6 Dipropionato de alclometasona, crema o pomada (0,05 %) (Aclovate)
Valerato de betametasona, loción (0,1 %)
Desonida, crema (0,05 %)
Acetónido de fluocinolona, crema y solución (0,01 %) (Synalar)
Acetónido de triamcinolona, crema (0,1 %)
(potencia baja)
7 Dexametasona, crema (0,1 %)
Hidrocortisona (0,5 %, 1 % y 2,5 %) (Lactisona)
Metilprednisolona (1 %)
Modificado de Cornell RC, Stoughton RB. Correlation of the vasoconstriction assay and clinical activity in psoriasis. Arch
Dermatol 1985;121(1):63-67.
Stoughton RB. Are generic formulations equivalent to trade name topical glucocorticoids? Arch Dermatol 1987;123(10):
1312-1314. Reproducido con autorización.
40:Arndt 9/2/09 13:44 Página 315
F. Curas oclusivas. Algunas enfermedades como la psoriasis, el liquen simple crónico y los
eccemas de las manos responden muy poco o nada a la aplicación tópica de cremas. Sin
embargo, los vendajes oclusivos (herméticos) aumentan la eficacia de estas formulaciones.
No se recomienda hacer curas oclusivas con corticoesteroides de la clase 1. Hay que expli-
car las siguientes instrucciones al paciente:
1. Remojar la zona con agua durante 20 min.
2. Frotar el medicamento en las lesiones con la piel todavía húmeda.
3. Cubrir la zona con un film plástico, guantes de plástico para las manos, bolsas de plás-
tico para los pies, un gorro de baño para el cuero cabelludo o una malla deportiva de
vinilo para las áreas extensas de las piernas o el tronco. También son de utilidad los ven-
dajes tubulares plásticos.
4. Sellar los márgenes con esparadrapo o cubrir el plástico con una venda elástica, una
media o cualquier vendaje que garantice la adherencia firme a la piel. El esparadrapo
Blenderm se pega especialmente bien a la piel y el de papel es menos irritante.
5. Mantener la oclusión durante al menos 6 h. Por lo general se puede conseguir la remi-
sión clínica mediante el vendaje oclusivo durante el sueño nocturno, pero esta técnica
también se puede emplear durante el día. Incluso cuando sólo se aplica durante unas
pocas horas, la oclusión es beneficiosa.
Como se ha explicado anteriormente, el vendaje oclusivo ocasiona una importante
absorción percutánea del corticoesteroide y se deben administrar corticoesteroides por
vía intravenosa a los pacientes que vayan a ser sometidos a intervenciones que puedan
generar estrés (p. ej., una intervención quirúrgica). Los fármacos más potentes no se
deben utilizar bajo oclusión o, en última instancia, en casos muy concretos.
III. PRESENTACIÓN. Debido a que los corticoesteroides tópicos son estables, se pueden adquirir a
granel, con el consiguiente ahorro para el paciente. Algunas farmacias y centros médicos com-
pran envases de 2,5 kg y los rellenan; de este modo se consiguen importantes reducciones del pre-
cio por unidad. En el caso de los corticoesteroides, el coste de varios envases pequeños es mucho
más elevado que el de un envase que contenga una cantidad elevada. Por ejemplo, el precio de
4 tubos de 15 g de fluocinónida (Lidex) es un 170% más elevado que el de un tubo de 60 g.
En Estados Unidos todos los corticoesteroides tópicos se dispensan con receta médica salvo
la hidrocortisona al 0,5% y al 1%.
A continuación se enumeran las presentaciones de diversos corticoesteroides de aplicación
tópica.
A. El valerato de betametasona (Betnovate) es un corticoesteroide sintético fluorado.
1. Estructura:
CH2OH
O
C O
CH3
OH O C C 4 H9
CH3 CH3
F
O
Valerato de betametasona
2. Presentación:
Valerato de betametasona, crema (0,05%): 15 y 45 g.
Valerato de betametasona, pomada (0,1%): 15 y 45 g.
Valerato de betametasona, loción (0,1%): 60 ml.
Valerato de betametasona, espuma (1,2 mg/g): 100 g.
B. El propionato de clobetasol (Betnovate) es uno de los corticoesteroides tópicos más
potentes y está indicado para el tratamiento de trastornos inflamatorios o hiperplásicos en
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ciclos cortos. Es un corticoesteroide sintético fluorado que produce una respuesta más rápi-
da y prolongada que la de otros corticoesteroides tópicos. La dosis máxima recomendada
de clobetasol es de 60 g/semana durante un máximo de 14 días sin oclusión. Este fármaco
no se debe prescribir a niños menores de 12 años.
1. Estructura:
CH2CI
C O
H CH3
HO OCOCH2CH3
CH3 H CH CH3
3 H
F H
O
Clobetasol
2. Presentación:
Propionato de clobetasol, crema o pomada (0,05%): 15, 30 y 45 g.
Propionato de clobetasol, solución (0,05%): 25 y 50 ml.
Propionato de clobetasol, gel (0,05%): 15, 30 y 60 g.
Propionato de clobetasol, espuma (0,05%): 100 g.
C. La desonida es un corticoesteroide sintético.
1. Estructura:
CH2OH
C O O CH3
CH3
OH C
CH3 O CH3
Desonida
C O O CH3
CH3
OH C
O CH3
CH3
F
O
Acetónido de fluocinolona
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 317
2. Presentación:
Acetónido de fluocinolona, crema (0,01%): 15, 30, 42,5 y 60 g.
Acetónido de fluocinolona, crema (0,2%): 12 g.
Acetónido de fluocinolona, crema y pomada (0,025%): 15, 30, 60 y 425 g.
Acetónido de fluocinolona, champú (0,01%): 180 ml.
Acetónido de fluocinolona, solución (0,01%): 20 y 60 ml.
Acetónido de fluocinolona, aceite (0,01%): 120 ml.
E. La fluocinónida es un corticoesteroide sintético fluorado.
1. Estructura:
CH2 O C CH3
C O O CH3
CH3
OH C
CH3 O CH3
F
O
2. Presentación:
Fluocinónida, gel (0,05%): 15, 30, 60 y 120 g.
Fluocinónida, crema o pomada (0,05%): 15, 30, 60 y 120 g.
Fluocinónida, solución (0,05%): 20 y 60 ml.
F. La fludroxicortida es un corticoesteroide sintético fluorado.
1. Estructura:
CH2 OH
C O O CH3
CH3
OH C
CH3
CH3 O
Fludroxicortida
2. Presentación:
Fludroxicortida, crema o pomada (0,025%): 30 y 60 g.
Fludroxicortida, crema o pomada (0,05%): 15, 30 y 60 g.
Fludroxicortida, loción (0,05%): 15 y 60 ml.
Fludroxicortida, esparadrapo (rollo de 4 µg/cm2): 60 × 7,5 cm, 200 × 7,5 cm.
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 318
C O
CH3
OH O CH3
CH3 C
CH3
O
F
O
Halcinónida
2. Presentación:
Halog, crema (0,025%): 15 y 60 g.
H. La hidrocortisona (muchas especialidades) se puede adquirir como medicamento genérico.
1. Estructura:
CH2OH
C O
CH3
OH OH
CH3
O
Hidrocortisona
2. Presentación (EFP):
Hidrocortisona, crema o pomada (0,5%): 15, 30, 60, 120 y 454 g.
Hidrocortisona, loción (0,5%): 30, 60 y 120 ml.
Hidrocortisona, crema o pomada (1%): 15, 20, 28, 30, 56, 90, 120, 240 y 454 g.
Hidrocortisona, gel o solución (1%): 15 y 30 g.
Hidrocortisona, líquido o loción (1%): 45, 60, 75 y 118, 120 y 600 ml.
Hidrocortisona, aplicador de bola (1%): 14 g.
Hidrocortisona, aerosol (1%): 45 ml.
Hidrocortisona, loción (2%): 30 ml.
Hidrocortisona, crema o pomada (2,5%): 15, 20, 30, 60, 120, 240 y 454 g.
I. El prednicarbato (Halog) es un corticoesteroide sintético no fluorado.
1. Presentación:
Prednicarbato, crema o pomada (0,1%): 15 y 60 g.
J. El acetónido de triamcinolona es un corticoesteroide sintético fluorado.
1. Estructura:
CH2 OH
C O O CH3
CH3
OH C
CH3 O CH3
F
O
Acetónido de triamcinolona
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 319
Corticoesteroides sistémicos
Absolutas
Herpes simple ocular
Tuberculosis no tratada
Relativas
Infecciones agudas o crónicas
Embarazo
Diabetes mellitus
Hipertensión
Úlcera péptica
Osteoporosis
Tendencias psicóticas
Insuficiencia renal
ICC (salvo la secundaria a cardiopatía reumática activa)
Diverticulitis
Anastomosis intestinales recientes
prueba para detectar la presencia de hemoglobina en las heces y un examen ocular cada
6 meses.
F. En caso de infección, traumatismo o intervención quirúrgica durante el tratamiento se debe
aumentar la dosis de corticoesteroide en la medida necesaria. Los pacientes que sufran
estrés agudo corren mayor riesgo de presentar una crisis suprarrenal; los síntomas y signos
de la hipofunción suprarrenal son debilidad, letargia, náuseas, anorexia, fiebre, hiperten-
sión ortostática, hipoglucemia y pérdida de peso.
G. Se debe considerar la posibilidad de que se haya producido una inhibición del eje HHS des-
pués de los tratamientos breves. El grado de esta inhibición depende del paciente, la posolo-
gía (tanto de la frecuencia de administración como de la cantidad administrada), la duración
del tratamiento y la vía de administración. Los ciclos de tratamiento largos y la adminis-
tración de varias dosis diarias aumentan el riesgo de complicaciones. La reserva hipófiso-
suprarrenal en respuesta al estrés puede reducirse hasta 5 días después de un tratamiento
de 5 días con 2 dosis diarias de 25 mg p.o. Una sola inyección de acetónido de triamcino-
lona puede inhibir la respuesta suprarrenal durante 2 a 3 semanas o más. Es preciso infor-
mar a los pacientes de este posible riesgo.
H. En la mayoría de los casos la mejor vía de administración es la oral y el fármaco de elec-
ción es la prednisona debido a su acción corta y su precio bajo. La prednisona sólo es acti-
va cuando se transforma en prednisolona en el hígado (tabla 40-5). Cada corticoesteroide
tiene una potencia y una duración de la acción características (tabla 40-5).
I. Los corticoesteroides también se administran por otras vías como la intralesional, la intra-
muscular o la intravenosa. La administración intralesional permite la obtención de concen-
traciones elevadas en el área afectada con un riesgo muy bajo de inhibición del eje HHS.
La inyección intramuscular se emplea con menor frecuencia debido a que produce una
supresión prolongada del eje HHS y la absorción del fármaco es errática. En cuanto a la
administración intravenosa, se debe utilizar en situaciones de estrés y para pacientes que ya
hayan estado en tratamiento prolongado con corticoesteroides orales.
J. Aunque la prednisona no es teratógena, existe cierto riesgo de hipofunción suprarrenal y
del crecimiento en los niños pequeños que han sufrido una exposición en el útero o a tra-
vés de la leche materna.
K. Para prevenir la osteoporosis inducida por los glucocorticoides, el American College of
Rheumatology recomienda el tratamiento con bifosfonatos para todos los pacientes que
inicien un tratamiento a largo plazo con más de 5 mg/día de prednisona.
III. CONSIDERACIONES POSOLÓGICAS EN LAS DERMATOSIS AGUDAS. Para lograr el
máximo beneficio terapéutico se deben administrar los corticoesteroides sistémicos a dosis ade-
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 321
De Fauci AS. Glucocorticosteroid therapy. En: Wyngaarden JB, Smith LH, Bennett JK,
eds. Cecil’s textbook of medicine. Philadelphia: WB Saunders; 1988.
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 322
CH2OH
C O
O
OH
Prednisona
CH2OH
C O
HO
OH
Prednisona
A. Métodos recomendados:
1. 60 mg de prednisona p.o. por la mañana durante 5 días, seguidos de 40 mg p.o. por la
mañana durante 5 días y de 20 mg p.o. por la mañana durante 5 días más, y a conti-
nuación se retira el tratamiento. Ésta es la pauta más sencilla y barata y sólo se utilizan
30 comprimidos de 20 mg durante 15 días.
2. 60 mg de prednisona p.o. por la mañana durante 7 días, seguidos de 30 mg p.o. por la
mañana durante 7 días y a continuación se retira el tratamiento (126 comprimidos de
5 mg o 63 comprimidos de 10 mg en 14 días).
B. Otras pautas:
1. 60 mg de prednisona p.o. por la mañana durante 3 días, seguidos de 50 mg p.o. por la
mañana durante 3 días y a continuación se reduce la dosis a razón de 5 mg/día hasta
retirar el tratamiento (120 comprimidos de 5 mg en 16 días).
2. Iniciar el tratamiento con 60 mg de prednisona p.o. el primer día y reducir la dosis a
razón de 5 mg/día (es decir, 78 comprimidos de 5 mg durante 12 días). Se puede variar
la cantidad total administrada y la duración del tratamiento.
IV. Inhibición de la corticotropina causada por los corticoesteroides orales
A. Acción corta (de 24 a 36 h):
Cortisona.
Cortisol (hidrocortisona).
B. Acción intermedia (48 h):
Prednisona.
Prednisolona.
Metilprednisolona.
1. Presentación:
Prednisona, solución oral (5 mg/5 ml): 5 y 500 ml.
Prednisona, solución oral (5 mg/5 ml): 30 ml.
Prednisona, jarabe (5 mg/5 ml): 120 y 240 ml.
Prednisona, comprimidos (1, 2,5, 5, 10, 20 y 50 mg): 100 mg.
Triamcinolona.
1. Presentación:
Triamcinolona, jarabe (4 mg/5 ml): 120 ml.
Triamcinolona, comprimidos: 4 y 8 mg.
C. Acción prolongada (más de 48 h):
Betametasona.
Dexametasona.
1. Presentación:
Dexametasona, elixir y solución oral (0,5 mg/ml): 5, 20, 100, 120, 240 y 500 ml.
Dexametasona, solución oral (0,5 mg/ml): 30 ml.
Dexametasona, comprimidos: 0,25, 0,5, 0,75, 1, 1,5, 2, 4 y 6 mg.
Dexametasona, envase terapéutico: 6 comprimidos de 1,5 mg, 8 comprimidos de 0,75 mg.
V. GLUCOCORTICOESTEROIDES INYECTABLES. Los tiempos que aparecen entre parénte-
sis corresponden a la duración de la inhibición de la reacción inflamatoria (v. sección II).
A. Acción corta (horas o días):
Fosfato sódico de dexametasona.
B. Acción intermedia (de 1 a 2 semanas):
Acetato de betametasona.
Fosfato sódico de betametasona.
Acetato de dexametasona.
Diacetato de triamcinolona.
C. Acción prolongada (de 3 a 4 semanas):
Acetónido de triamcinolona.
Hexacetónido de triamcinolona.
N
CH2 CH2 CH2
CH
2
CH
N N
2
CH2
Metenamina
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 325
C O
Br
C
N
OH
CH3 CH3
Glicopirrolato
CH3
O
CH3 C CH3
Alcanfor
OH
CH3
CH3
CH3
Mentol
OH
Fenol
E. El cloruro de etilo es un líquido muy inflamable que se emplea para hacer vaporizacio-
nes de frío con el fin de aliviar el dolor asociado con intervenciones de cirugía menor.
Cuando se aplica en forma de aerosol, produce un enfriamiento de los tejidos superficiales
hasta – 20 ºC, con lo cual se insensibilizan las terminaciones nerviosas periféricas y se logra
una anestesia local que dura 1 min. Se pueden utilizar otros aerosoles de frío para lograr
este mismo efecto.
1. Uso: aplicar inmediatamente antes de la intervención.
2. Presentación:
Aerosol de cloruro de etilo: 98 g.
F. La doxepina es un derivado dibenzoxepínico tricíclico con potentes acciones antagonistas
de los receptores histamínicos H1 y H2. Aunque el efecto sedante de la doxepina absorbi-
da por vía sistémica contribuye a su actividad antipruriginosa, su eficacia con esta indica-
ción no depende de su efecto sedante. Este fármaco se administra por vía tópica para el ali-
vio a corto plazo (hasta 8 días de tratamiento) del prurito moderadamente grave asociado
con dermatitis eccematosas como el liquen plano crónico. Hay que advertir a los pacientes
de los posibles efectos sedantes y el riesgo de dermatitis de contacto.
1. Uso: aplicar en las áreas afectadas entre 3 y 4 veces al día sin oclusión.
G. El ácido salicílico (1 % a 2 %) y las breas (solución de brea de hulla, 3 % a 10 %) son
útiles en ocasiones, aunque se desconoce su mecanismo de acción.
1. Estructura:
COOH
OH
Ácido salicílico
PRODUCTOS LIMPIADORES
S O
N
Zn
N
O S
Piritiona de zinc
I. COSMÉTICOS
A. La FDA define cosmético como cualquier sustancia que se aplica sobre el cuerpo para «lim-
piar, embellecer, mejorar el atractivo físico o alterar la apariencia». Por consiguiente, este
término abarca una amplia gama de productos comercializados. Los cosméticos hipoaler-
génicos causan menos reacciones adversas, aunque no existen normativas que los unifor-
micen. Algunos laboratorios estadounidenses fabrican solamente productos hipoalergé-
nicos.
B. Una guía de referencia importante de los productos utilizados en los cosméticos es el Cos-
metic Ingredient Dictionary de la Cosmetics, Toiletries, and Fragrances Association (CTFA)
estadounidense, que incluye más de 2.500 sustancias utilizadas en las formulaciones de
productos cosméticos, así como información importante sobre sus proveedores. Este dic-
cionario está avalado por la FDA, que lo considera el vademécum oficial para la comuni-
cación de la composición de los cosméticos bajo la Ley sobre Etiquetado y Embalaje (Fair
Packaging and Labeling Act).
C. La mejor fuente de información sobre las concentraciones de sustancias y vehículos cosmé-
ticos para pruebas epicutáneas es el propio fabricante. Muchos laboratorios cosméticos
proporcionan muestras para estas pruebas si se les solicitan. El folleto Industry on Call
(«La industria al habla») publicado por la American Academy of Dermatology (AAD)
puede ser de utilidad para contactar con el laboratorio correspondiente.
II. MAQUILLAJES Y PRODUCTOS CORRECTORES. Existen diversos productos que se uti-
lizan para disimular marcas o imperfecciones producidas por enfermedades como el vitíligo, el
acné, los nevos flamígeros, otras alteraciones de la pigmentación y la alopecia areata (y tam-
bién los tatuajes). Dermablend y Covermark son tal vez los más utilizados. Están comerciali-
zados en diversos tonos y permiten cubrir eficazmente la piel. Además, son buenos fotoprotec-
tores y no se disuelven en agua. Se puede consultar a un cosmetólogo sobre el modo adecuado
de aplicar estos productos, ya que a menudo difiere del de los cosméticos normales. Además,
en algunos casos se requieren productos especiales para eliminarlos.
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 331
I. HIPERTRICOSIS
A. La hipertricosis leve, que suele ser familiar, es para muchas mujeres un problema estético.
Sin embargo, antes de concluir que se trata simplemente de eso, es necesario descartar cual-
quier causa endocrina o local.
II. DEPILACIÓN
A. Existen diversos métodos para eliminar o disimular el exceso de vello.
1. Aclararse el vello con agua oxigenada (peróxido de hidrógeno) puede hacer que sea
menos visible. Para ello se suele utilizar una solución de agua oxigenada al 6%, sola o
con una base (normalmente, 10 gotas de amoníaco por cada 30 ml de agua oxigenada)
justo antes de su aplicación para activar el peróxido de hidrógeno y mejorar su efi-
cacia.
2. La depilación arrancando los pelos uno a uno es dolorosa pero efectiva, porque hace
que el pelo empiece a crecer desde la raíz.
3. La depilación con cera elimina áreas más amplias de vello. Para ello se coloca cera
caliente sobre la piel, se deja secar y a continuación se arranca arrastrando los pelos.
4. El afeitado es rápido y efectivo, y no hace que el pelo crezca más rápido ni más abun-
dantemente.
5. Frotar con piedra pómez permite eliminar el pelo fino.
6. Los productos depilatorios desintegran y destruyen el vello cuando se aplican por vía
tópica, gracias a que hidrolizan los enlaces disulfuro. El pelo queda formando una masa
gelatinosa, que se elimina fácilmente de la superficie de la piel. Los dos principios acti-
vos más utilizados con esta indicación son:
a. Los sulfuros de metales alcalinos y alcalinotérreos. Son los productos más efectivos,
pero también dejan un olor desagradable a sulfuro de hidrógeno y son más irritan-
tes que los tioglicolatos. Los principios activos son los sulfuros de estroncio y de
bario.
b. Los productos que contienen toiglicolatos deben mantenerse en contacto con el ve-
llo durante períodos más prolongados. Sin embargo, es más fácil añadirles aromas
y son menos irritantes.
7. La crema Vaniqa (hidrocloruro de eflortinina [13,9 %]) es una crema de aplicación
tópica que reduce el crecimiento del pelo en la fase anágena mediante el bloqueo irre-
versible de la enzima ornitina descarboxilasa, que cataliza la formación de poliami-
nas en la matriz del pelo necesarias para algunos procesos de crecimiento del pelo en
dicha fase. Esta crema sólo se ha probado en el labio superior y en la barbilla. Su
acción se inicia al cabo de 8 semanas de su aplicación 2 veces al día, pero el creci-
miento del pelo se restablece hasta el nivel inicial 8 semanas después de la interrup-
ción del tratamiento. Es preciso recordar al paciente que este producto no elimina el
vello, sino que retrasa su crecimiento, y que se pueden utilizar paralelamente produc-
tos depilatorios.
a. Uso: aplicar una capa fina en el área afectada. Los principales efectos secundarios
son escozor, eritema y erupciones acneiformes. La crema Vaniqa está contraindica-
da en el acné inflamatorio, el embarazo y la lactancia materna.
b. Presentación:
Crema Vaniqa: 30 y 60 g (2 tubos de 30 g).
8. La electrólisis permite la eliminación permanente del pelo mediante la destrucción del
bulbo piloso utilizando una corriente eléctrica de alta frecuencia que evita que el pelo
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 332
vuelva a crecer. La aplicación de una crema anestésica tópica antes del tratamiento
reduce las molestias que éste acarrea. Cuando la realiza un operador experimentado,
esta técnica es de utilidad. Después de la electrólisis o de arrancar el pelo de forma
repetida se puede producir una cicatrización perifolicular o nuevo crecimiento del
pelo. El tratamiento previo durante 2 semanas con la crema Retin-A acelera la cica-
trización.
9. La depilación con láser es un método que permite eliminar permanentemente el pelo
pigmentado, ya que actúa directamente sobre la melanina. Utilizando el principio de la
fototermólisis, se selecciona una longitud de onda láser y se aplica con una energía con-
creta sobre el folículo piloso, intentando no dañar el tejido circundante. La presencia de
melanina en la epidermis reduce la eficacia del tratamiento, ya que puede absorber parte
de la luz emitida, causando lesiones. Se han comercializado numerosas fuentes de luz y
de láser. Antes de utilizar esta técnica es necesario seleccionar adecuadamente al pacien-
te para determinar si el procedimiento es conveniente. En general, las personas de pelo
oscuro y con los tipos de piel I, II y III según la clasificación de Fitzpatrick son buenas
candidatas. Los láseres de longitudes de onda más largas como el láser de diodo y el
Nd:YAG de 1.064 nm permiten el tratamiento eficaz y seguro de individuos con los
tipos de piel I, II y III según la clasificación de Fitzpatrick. Este tratamiento está con-
traindicado en la piel bronceada. Los efectos secundarios de la depilación con láser son
eritemas y edemas localizados, hiperpigmentación postinflamatoria y formación de
ampollas y cicatrices. En cada tratamiento se consigue reducir entre un 10% y un 20%
del pelo tratado; por consiguiente, suelen ser necesarias varias sesiones. La aplicación
de una crema anestésica tópica antes del tratamiento puede reducir las molestias que
acarrea.
III. ESTIMULACIÓN DEL CRECIMIENTO DEL CABELLO
A. Alopecia androgénica. La alopecia androgénica (pérdida de pelo con un patrón locali-
zado) puede afectar por igual a hombres y mujeres; los pelos terminales son sustituidos por
pelos progresivamente más vellosos, pequeños y finos. En el hombre se suele observar una
recesión bitemporal y en el vértice, mientras que en la mujer la alopecia es más difusa y
tiene generalmente una distribución frontovertical.
1. Tratamiento
a. El minoxidil es un derivado de la piperidinopirimidina que tiene una potente acción
vasodilatadora y estimula el crecimiento del pelo. La solución tópica de minoxidil
con propilenglicol al 10% consigue transformar el pelo velloso en pelo terminal en
alrededor de un 30% de los pacientes. Este fármaco es más efectivo en las personas
jóvenes con menor pérdida crónica de cabello. El crecimiento suele ser mayor en el
vértice que en las áreas bitemporales. No se conoce el mecanismo de acción del
minoxidil. Este fármaco puede causar reacciones adversas como irritación local y
dermatitis de contacto. Al cabo de 3 meses de la suspensión del tratamiento, el pelo
adquiere el mismo aspecto que hubiera tenido si no se hubiera iniciado. La aplica-
ción 2 veces al día es más eficaz que la diaria. Las mujeres que utilicen la solución
al 5 % pueden notar cierto crecimiento del pelo facial, que revierte al suspender el
tratamiento. La solución al 5 % es más irritante que la solución al 2 %; para dejar
el pelo más suelto e irritar menos el cuero cabelludo, se recomienda aplicar la solu-
ción al 5% por la noche y la solución al 2% por la mañana. El minoxidil se emplea
también para tratar la alopecia areata.
i. Uso: aplicar en el cuero cabelludo 2 veces al día y masajear suavemente.
ii. Presentación:
Minoxidil, solución (2%): 60 ml, con cuentagotas.
Minoxidil, solución (5%): 60 ml, con cuentagotas.
2. La finasterida (Propecia) es un compuesto 4-azasteroide sintético que ejerce una
acción inhibitoria competitiva de la 5α-reductasa de tipo II, una enzima intracelular que
se encuentra en concentraciones elevadas en la vaina radicular del folículo piloso y la
próstata; esta enzima es necesaria para convertir la testosterona a su metabolito activo
DHT. En los hombres con alopecia androgénica los niveles elevados de DHT y 5α-re-
ductasa reducen el tamaño de los folículos pilosos y acortan el ciclo de crecimiento
del pelo. La inhibición de la 5α-reductasa de tipo II que ejerce la finasterida bloquea la
conversión periférica de testosterona a DHT, con lo que se reducen considerablemente
las concentraciones séricas y tisulares de esta sustancia. La administración oral de finas-
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 333
terida es efectiva como estimulación del crecimiento del cabello en los hombres de 18 a
41 años con alopecia androgénica de leve a moderada. Es más efectiva en el vértice y la
parte central del cuero cabelludo, y no se ha evaluado su efectividad en la región bitem-
poral. Por lo general cabe observar nuevo crecimiento de cabello a los 6 meses del ini-
cio del tratamiento. Si éste se interrumpe, el pelo adquiere gradualmente el aspecto pre-
vio al tratamiento. La finasterida está contraindicada en las embarazadas y los niños,
porque la inhibición de la conversión de testosterona en DHT podría causar malforma-
ciones en los genitales externos de los fetos masculinos. Este fármaco no suele producir
otros efectos adversos. Menos de un 2% de los hombres refiere una disfunción sexual
(puede ser eréctil), una proporción ligeramente superior a la que causa un placebo; este
efecto secundario desaparece al retirar el tratamiento. La finasterida no modifica la
motilidad de los espermatozoides ni el semen. Debido a que el tratamiento reduce lige-
ramente los niveles de antígeno prostático específico (PSA) hay que considerar la con-
veniencia de duplicar la cifra de PSA antes diagnosticar una hipertrofia prostática
benigna. Del mismo modo, hay que determinar las concentraciones de PSA en los hom-
bres mayores de 40 años antes de iniciar el tratamiento si hay una historia familiar de
cáncer de próstata.
a. Uso: tomar 1 mg/día.
b. Presentación (Merck):
Propecia, comprimidos de 1 mg: cajas de 30 unidades.
(1) Contiene:
Esperma de ballena: 12,5 g.
Cera de abejas: 12 g.
Parafina líquida: 56 g.
Borato sódico: 0,5 g.
Agua, c.s.p. 100 g.
(2) Contiene:
Crema Pond’s Dry Skin: 98 g.
b. Las bases similares que contienen grasas y emulsionantes pero sin agua se denomi-
nan pomadas absorbentes. Son difíciles de eliminar e insolubles en agua, pero
al absorber agua se transforman en emulsiones A/G.
i. La vaselina hidrófila (USP) se caracteriza por su capacidad para absorber gran-
des cantidades de agua. Es menos grasa que la vaselina anhidra pero más que la
pomada hidrófila.
(1) Contiene:
Colesterol: 3 g.
Alcohol estearílico: 3 g.
Cera de abejas: 8 g.
Vaselina filante, c.s.p. 100 g.
(2) Contiene:
Pomada de vaselina hidrófila: 454 g.
ii. Algunas bases hidrófilas (A/G) son: Eucerin (contiene Aquaphor y agua a partes
iguales), Nivea (aceite), Polysorb y Aquaphor (estos dos últimos productos se con-
vierten en bases hidrófilas al hidratarse).
3. Las pomadas hidrófobas contienen aceites inertes, son insolubles en agua, no se elimi-
nan con facilidad, no se secan y se modifican escasamente con el tiempo.
a. La vaselina (USP) es una mezcla semisólida de hidrocarburos obtenidos de la vase-
lina; es la base más utilizada para la preparación de pomadas. La vaselina filante
tiene mejor aspecto cosmético y se utiliza con mayor frecuencia.
i. Presentación:
Vaselina: 454 g.
b. La vaselina o parafina líquida (USP) es una mezcla de hidrocarburos purificados
obtenidos de la vaselina.
i. Presentación:
Parafina líquida: 500 ml.
4. Las pomadas con siliconas (dimeticonas) proporcionan una excelente hidroprotección
gracias a que tienen una tensión superficial muy baja y penetran en las grietas de la piel
formando una barrera plástica. Además son inertes, estables, hidrófugas y no son tóxicas;
por todo ello se emplean en productos cosméticos por su efecto de barrera y para su apli-
cación en áreas en las que la exposición constante o frecuente a compuestos acuosos suele
resultar problemática. Sin embargo, no protegen contra disolventes, aceites o polvos.
a. Estructura:
CH3 Si O Si O Si CH3
pueden utilizar para tratar las dermatitis subagudas y crónicas. Las pastas se deben aplicar
de forma uniforme con el dedo o con un depresor lingual, y se eliminan fácilmente con un
paño empapado en parafina líquida o un aceite vegetal.
1. Pasta de óxido de zinc, USP:
Óxido de zinc: 25 g.
Almidón: 25 g.
Vaselina filante, c.s.p. 100 g.
E. Los polvos aumentan la evaporación, reducen la fricción y proporcionan una sensación antipru-
riginosa y refrescante. Se puede utilizar óxido o estearato de zinc, estearato de magnesio, talco,
almidón de maíz, bentonita o dióxido de titanio, aplicándolos directamente en la piel o incor-
porándolos en pastas o lociones que hay que agitar antes de usar. El talco es el polvo más lubri-
cante, pero no absorbe agua; el almidón es menos lubricante y absorbe más agua, y el óxido de
zinc posee unas propiedades intermedias. El polvo Zeasorb, que contiene un 45% de celulosa
microporosa, absorbe casi el doble de agua que los polvos cuyo componente principal es el
talco. El talco puede causar una reacción granulomatosa en las heridas y el almidón puede ser
metabolizado por microorganismos y provocar incrementos del crecimiento de Candida.
1. El talco (USP) es silicato de magnesio anhidro y, en ocasiones, contiene pequeñas can-
tidades de silicato de aluminio.
a. Presentación:
Talco: 500 g.
F. Otras sustancias
1. El colodión es una mezcla de piroxilina (un derivado de la nitrocelulosa), éter y alco-
hol, y forma una capa adherente en la piel al secarse. El colodión flexible contiene colo-
dión, alcanfor (0,2%) y aceite de ricino (0,3%). Se emplea como vehículo de los ácidos
salicílico y láctico para tratar las verrugas, crear una capa protectora sobre las lesiones
del herpes zóster y tratar las fisuras de la dermatitis crónica de las manos.
2. La N6-furfuriladenina (Kinerase) es un factor de crecimiento vegetal que con el uso con-
tinuado retrasa el proceso de envejecimiento, mejora el aspecto de las arrugas finas y la
falta de uniformidad en la pigmentación y tiene un efecto hidratante. No es irritante.
a. Presentación (ICN Pharmaceuticals):
Kinerase, crema o loción (1%).
REPELENTES DE INSECTOS
I. GENERALIDADES (v. cap. 5)
II. Los repelentes de insectos efectivos contienen dietiltoluamida (DEET), etil hexanodiol u otros
ingredientes. No se conoce con detalle su mecanismo de acción; se cree que, una vez aplicados, se
evaporan a cierta distancia de la piel, donde son reconocidos por el insecto e irritan sus órganos
olfatorios. Las sustancias que se evaporan más rápidamente son más eficaces, pero su efecto es
más corto. Debido a que los repelentes no matan a los insectos, no aparecen resistencias mediante
selección. La mayoría de los repelentes se pueden aplicar de nuevo después de sudar o ducharse.
A. La DEET es un líquido orgánico excelente como repelente de mosquitos; los productos que con-
tienen concentraciones elevadas también son efectivos contra la mosca de los establos, aunque
protegen poco contra las garrapatas. Existen diversos productos comercializados (aerosoles, cre-
mas o lociones) con concentraciones del 6% al 100%. Debido a que la DEET se absorbe y pasa
al torrente circulatorio, no se ha de aplicar con excesiva frecuencia. Asimismo, es conveniente uti-
lizar la concentración más baja posible y realizar nuevas aplicaciones sólo si se necesitan. Se han
notificado casos de encefalopatía tóxica y crisis convulsivas breves en niños debido al uso exce-
sivo. Otros efectos secundarios neurológicos menos graves son confusión, irritabilidad e insom-
nio. Los productos con concentraciones elevadas pueden producir dermatitis de contacto.
No hay que tratar a los niños con productos que contengan más de un 20% de DEET y evi-
tar siempre las mucosas, la piel agrietada o partida y las manos de los niños, porque suelen estar
en contacto con la boca. Del mismo modo se puede rociar el producto en las prendas de vestir
en lugar de en la piel, aunque no sobre rayón, acetato o poliuretano, ya que pueden degradarse.
B. El etil hexanodiol no irrita la piel del ser humano, pero puede causar conjuntivitis quími-
ca. Es el repelente de elección para las niguas, los mosquitos, el trips del guisante y otras
moscas que pican, y es más eficaz cuando se combina con ftalato de dimetilo y butopiro-
xinilo. La mezcla de estas tres sustancias, aplicada en las prendas de vestir, es repelente con-
tra las garrapatas y las moscas.
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 337
C. El carbato de dimetilo se puede aplicar en las prendas de vestir para repeler las garrapatas.
D. El butopiroxinilo no es hidrosoluble y se puede aplicar en la piel y las prendas de vestir para
repeler la mosca de los establos, las pulgas de los perros y los gatos, las garrapatas y las niguas.
E. El butiletilpropanodiol se usa junto con benzoato de bencilo como repelente de elección en
el ejército estadounidense para la impregnación de uniformes y otros materiales con el fin
de repeler las garrapatas y las niguas.
F. El benzoato de bencilo se aplica en emulsión al 5% para repeler artrópodos y como loción
para tratar la sarna sarcóptica y la pediculosis del perro.
G. El aerosol de permetrina al 0,5% mata las garrapatas y repele los mosquitos y las moscas de
los establos. Al contacto con la piel pierde su estructura, por lo que se debe aplicar en las
prendas de vestir, los zapatos, las tiendas y otros materiales. Se recomienda vaporizar sólo la
cantidad suficiente para humedecer el material. Hay que aplicarlo en las prendas de vestir al
menos 2 h antes de llevarlas. Una única aplicación debe bastar para varios lavados.
III. Las reacciones alérgicas y sistémicas a las picaduras de los insectos pueden ser urticaria, bron-
coespasmo, edema laríngeo, hipotensión y muerte. Entre un 1% y un 3% de los adultos esta-
dounidenses han sufrido algún tipo de reacción alérgica sistémica a estas picaduras y el 50 %
de ellos presentaría reacciones similares ante una nueva picadura; sin embargo, si se les trata-
se con inmunoterapia, la proporción de nuevas alergias sería inferior al 5%. Se han comercia-
lizado productos que contienen venenos de abeja melífera, avispa alemana, avispón cara blan-
ca y avispa papelera, que se pueden utilizar para el diagnóstico y la inmunoterapia. También
es posible adquirir extractos de hormiga brava. Los riesgos de la inmunoterapia son las reac-
ciones locales extensas o sistémicas, que presentan el 5% al 15% de los pacientes al principio
del tratamiento. Estas reacciones son menos probables durante la fase de mantenimiento. Por
lo general la inmunoterapia con venenos se debe interrumpir a los 5 años o antes.
A. Estructura:
OH OH OH
Ditranol
B. Uso: aplicar cada día directamente sobre la piel y aclarar. El tiempo óptimo de contacto
depende de la concentración utilizada y de la respuesta del paciente. Inicialmente debe ser
de 15 a 20 min. El tratamiento comienza con preparados de la potencia más baja posible
durante 1 semana; posteriormente se aumenta la potencia si es necesario. El tratamiento
continúa hasta que se observen sus efectos.
C. Presentación:
Las pomadas de ditranol contienen, además de este principio activo, vaselina y parafina
líquida (0,1%, 0,25%, 0,5% y 1%): 42,5 g.
En las cremas de ditranol (Drithocreme, Micanol) se utiliza como vehículo una crema de
base (0,1%, 0,25%, 0,5% y 1%): 50 g.
III. La bleomicina, un fármaco antineoplásico y citotóxico que inhibe la síntesis del ADN, es un
tratamiento alternativo para las verrugas resistentes. Se puede administrar dentro de la lesión
mediante una aguja bifurcada, por lo general tras su reconstitución con suero fisiológico o lido-
caína al 1%, a concentraciones de 0,5 a 1 U de bleomicina/ml, o bien mediante inyección. La
dosis máxima total debe ser 2 U. La suspensión de lidocaína reduce el malestar en el momen-
to de la inyección; sin embargo, el paciente puede sentir dolor en la zona 1 a 7 días después del
tratamiento. Asimismo, aparece una costra hemorrágica que se reducirá de 2 a 3 semanas des-
pués de la inyección. Para eliminar verrugas de gran tamaño puede ser necesario repetir el tra-
tamiento cada 3 semanas. Debe tenerse precaución al tratar las falanges distales, ya que se han
descrito casos de fenómenos de Raynaud y de pérdidas de uñas.
A. Estructura:
H 2N O
NH2
NH NH2
O
O N R
N N CH3 O
H
O HO N
H2N NH N S
O
CH3 N O
H N CH3 HO CH3 S
H
O N
HO
OH O N
O H
OH
OH O
OH
O
OH
O NH2
Ácido bleomicínico: R OH
CH3
Bleomicina A2: R NHCH2CH2CH2 S
CH3
NH
Bleomicina B2: R NHCH2CH2CH2CH2NHC
NH2
Bleomicina
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B. Presentación:
Bleomicina, polvo: viales de 15 y 30 unidades.
IV. El calcipotriol (calcipotrieno) es un derivado sintético de la vitamina D3 que se utiliza para tratar
la psoriasis en placas moderada. Sus efectos son similares a los de los corticoesteroides tópicos de
clase II, pero carece de sus efectos adversos. Su mecanismo de acción es la inducción de la diferen-
ciación terminal de los queratinocitos y la inhibición de su producción. La aplicación en el rostro
debe realizarse con cuidado, ya que en esta zona es más fácil producir irritación, quemazón y esco-
zor (aproximadamente un 10% de los pacientes presenta estas reacciones). Otros efectos secunda-
rios son eritemas, descamación, xerosis, dermatitis o agravamiento de la psoriasis en el 1% al 10%
de los pacientes. En menos del 1% de los casos el tratamiento produce hipercalcemia, atrofia, hiper-
pigmentación o foliculitis. También se han descrito casos de reacciones alérgicas de contacto.
La mayoría de los pacientes obtiene mejorías a las 2 semanas; un 70% de los pacientes mejo-
ra al cabo de 8 semanas y en un 10% la eficacia es total. Este fármaco está contraindicado en
los pacientes con alteraciones del metabolismo del calcio, hipercalcemia, toxicidad por vitami-
na D o antecedentes de cálculos renales.
El calcipotriol también se utiliza como coadyuvante de los psoralenos y la radiación ultra-
violeta A (terapia PUVA) o B (UVB). La aplicación previa o posterior de calcipotriol permite
disminuir las dosis acumuladas de UVA necesarias para lograr reducciones de más del 75% de
la gravedad y la distribución de la psoriasis.
A. Estructura:
H
H OH
H3 C
CH3
H H
H
HO CH2
HO H
H H
H
Calcipotriol
B. Uso: la pomada de calcipotriol se debe aplicar 2 veces al día formando una capa fina, sin
sobrepasar los 100 g/semana.
C. Presentación:
Daivonex, crema (0,005%): 30, 60 y 100 g.
Daivonex, pomada (0,005%): 30, 60 y 100 g.
Daivonex, solución (0,005%): 60 ml.
V. La cantaridina, que se obtiene del escarabajo Cantharis vesicatoria, produce una vesiculación
intraepidérmica y se emplea para tratar las verrugas y otras lesiones cutáneas benignas. Se trata
de un producto muy tóxico si se toma internamente y no debe prescribirse para que el pacien-
te lo use en su domicilio.
A. Estructura:
O
CH3
O
O
O
CH3
Cantaridina
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B. Presentación:
Cantaridina (0,7%), como Cantharone: 7,5 ml.
VI. Las sustancias cáusticas se utilizan solas en ciertas situaciones y se emplean con frecuencia
para lograr la hemostasia. También se emplean en combinación con la electrocirugía para el tra-
tamiento superficial de lesiones cutáneas hiperplásicas (verrugas, queratosis, xantelasmas), así
como para tratar el envejecimiento y las arrugas faciales.
A. Los ácidos mono, di y tricloroacético (C—CI3—COOH [ácido tricloroacético]) producen
una cauterización local rápida y eficaz. Son muy corrosivos y actúan mediante la precipi-
tación y la coagulación de las proteínas cutáneas. El derivado monocloroacético penetra
más en la piel que el tricloroacético; el producto más utilizado es el ácido tricloroacético a
concentraciones del 35% al 50%.
B. El nitrato de plata (AgNO3), en formulaciones sólidas o en soluciones de potencia superior
al 5%, se utiliza por su acción cáustica; es posible aplicar soluciones del 5% al 10% a las
fisuras o las áreas con exceso de tejido de granulación. Las barras de nitrato de plata tie-
nen un extremo endurecido de nitrato de plata (con más del 94,5 %) que se preparan al
mezclar la sal de plata con cloruro sódico.
Para utilizarlas, se mojan en agua y se aplican cuando es necesario.
1. Presentación:
Nitrato de plata, 100 barras.
VII. El fluorouracilo (FU) es un antagonista pirimidínico fluorado y actúa como antimetabolito al
interferir con la síntesis del ADN mediante la inhibición de la actividad de la enzima timidila-
to sintetasa. Se emplea por vía tópica para tratar las queratosis actínicas, los carcinomas baso-
celulares y la enfermedad de Bowen; también se ha comprobado que es de utilidad para tratar
algunos tipos de verrugas.
La combinación de 5-FU y tretinoína tópica se usa para tratar las queratosis actínicas que
no mejoran solamente con 5-FU. Otra pauta es la aplicación de una crema de tretinoína al
0,1% 2 a 3 semanas antes de empezar a utilizar una crema de 5-FU al 5% 2 veces al día. Esta
combinación se mantiene hasta lograr una respuesta inflamatoria a la queratosis actínica (apro-
ximadamente a las 2 semanas). En dicho momento se deja de administrar tretinoína y se man-
tiene el tratamiento con 5-FU durante 2 a 3 semanas más.
Se desconoce cuál es el mecanismo de este efecto sinérgico, pero podría estar relacionado con
la penetración del 5-FU secundaria a los efectos queratolíticos de la tretinoína. Además, ambos
fármacos podrían ejercer efectos complementarios al inhibir la actividad celular y aumentar la
destrucción de las células hiperproliferativas.
El 5-FU también se emplea por vía tópica para tratar las infecciones por el virus del papilo-
ma humano (VPH), en especial las verrugas planas del rostro. No es necesario que el tratamien-
to produzca erosión y ulceración para lograr una respuesta terapéutica. También se ha demos-
trado que este fármaco previene eficazmente las recidivas.
A. Estructura:
N O
F NH
Fluorouracilo
VIII. El imiquimod (Aldara) es una imidazolquinolona con un grupo amina que actúa como modi-
ficador de la respuesta inmune. Aunque no se conoce su mecanismo de acción en el tratamien-
to tópico del VPH y el molusco contagioso, podría estar relacionado con su efecto inmunomo-
dulador. También es efectivo para tratar las queratosis actínicas y los carcinomas basocelu-
lares.
Este fármaco induce la síntesis de diversas citocinas y puede potenciar la inmunidad celular
contra virus. Asimismo, es un inductor rápido y potente del interferón α, las interleucinas 1α
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CH2OH O
O
C O O
CH3O CH3O
CH3O
Podofilotoxina
B. Uso: aplicar sólo en las áreas afectadas y enjuagar a las 4 h. Se puede repetir el tratamien-
to semanalmente si es necesario.
X. La solución de propilenglicol (40% a 60%, v/v CH2CH[OH]CH2OH, propilenglicol), apli-
cada bajo oclusión plástica, hidrata la piel e induce la descamación. El propilenglicol, isotóni-
co a una concentración del 2 %, se usa en numerosos productos dermatológicos. Los geles
hidroalcohólicos que contienen propilenglicol u otras sustancias potencian la acción queratolí-
tica del ácido salicílico. El gel Keralyt, que contiene ácido salicílico (6 %), alcohol (19,4 %),
hidroxipropilcelulosa, propilenglicol y agua, es un producto queratolítico muy efectivo. Se
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suele aplicar mediante oclusión nocturna hasta que se observa mejoría, momento en el cual se
reduce la frecuencia de aplicaciones a una vez por semana o cada 3 días. Es un tratamiento bien
tolerado, no suele irritar y es especialmente efectivo en los casos de ictiosis vulgar ligada al cro-
mosoma X. Cuando se aplica sobre la piel dañada, puede causar quemazón y escozor.
Las personas con otras alteraciones de la queratinización con hiperqueratosis, descamación
y sequedad también pueden beneficiarse de este producto.
XI. El resorcinol (resorcina) es un derivado fenólico menos queratolítico que el ácido salicílico.
Es irritante y sensibilizante, y también se ha indicado que posee propiedades bactericidas y fun-
gicidas. Se suelen emplear soluciones que contienen un 1% a un 2% para tratar la seborrea, el
acné y la psoriasis.
A. Estructura:
OH
OH
Resorcinol
XII. Retinoides (para información sobre la isotretinoína o tretinoína, v. cap. 1). La acitretina (Neo-
tigason) es un derivado sintético de la vitamina A particularmente eficaz como tratamiento de
las formas pustulosa y eritrodérmica de la psoriasis. Este fármaco es el principal metabolito del
etretinato; su ingestión junto con alcohol aumenta los niveles detectables de etretinato. La
acitretina se acumula en el tejido adiposo y tiene una semivida de eliminación larga, de alrede-
dor de 120 días. Suele proporcionar mejorías a la mayoría de los pacientes a las 2 a 4 sema-
nas, aunque en algunos casos debe prolongarse el tratamiento hasta 6 meses para observar una
respuesta. Otros trastornos de la queratinización que responden a la acitretina son la enferme-
dad de Darier, la pitiriasis rubra pilaris, la ictiosis laminar y la hiperqueratosis palmar y plan-
tar. Este fármaco es teratógeno y está contraindicado durante la gestación. Asimismo, se debe
evitar el embarazo durante un mínimo de 1 año después del cese del tratamiento. Algunos de
sus efectos secundarios son seudotumores cerebrales, hepatotoxicidad y alteraciones oculares.
A. Estructura:
CH3O CH3
Etretinato
B. Uso: es necesario individualizar las dosis para lograr la máxima respuesta terapéutica y redu-
cir los efectos secundarios del fármaco. El tratamiento se inicia con 10 a 25 mg/día, tomados
con alimentos, y se suspende tras la desaparición de los síntomas. Las recidivas se tratarán
con la misma pauta inicial. Al principio del tratamiento y durante su transcurso, hay que rea-
lizar pruebas de la función hepática y controlar la glucemia y el lipidograma. También es pre-
ciso hacer una prueba de embarazo al principio del tratamiento y mensualmente.
C. Presentación:
Neotigason, cápsulas: comprimidos de 10 y 25 mg.
XIII. El bexaroteno (Targretin) es un fármaco que pertenece a una subfamilia de retinoides que
activa selectivamente los receptores de retinoides X. Se emplea para tratar la micosis fungoide
en las etapas de parches y escamas. Su mecanismo de acción es la inhibición del crecimiento de
las líneas de células tumorales de origen hematopoyético y escamoso. Es teratógeno, por lo que
está contraindicado durante el embarazo.
A. Uso: aplicar en las áreas afectas a días alternos durante la primera semana e ir aumentando
la frecuencia de administración a intervalos semanales hasta llegar a 4 aplicaciones diarias en
función de la tolerancia del paciente. El tratamiento se mantendrá mientras haya mejorías.
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B. Presentación:
Targretin, gel (1%): 60 g.
XIV. El ácido salicílico es queratolítico y a concentraciones de un 3% a un 6% ablanda la capa
córnea y produce descamación. Ésta se produce cuando el fármaco solubiliza el cemento inter-
celular; además, este fármaco aumenta la descamación de corneocitos al reducir la cohesión
entre las células. A concentraciones superiores al 6% puede destruir el tejido. La aplicación de
cantidades excesivas o concentraciones elevadas también puede causar toxicidad sistémica. El
ácido salicílico se utiliza para tratar las infecciones micóticas superficiales, el acné, la psoriasis,
la dermatitis seborreica, las verrugas y otras dermatosis que cursan con formación de escamas.
Algunos autores han indicado que, cuando se combina con azufre, se logra un efecto querato-
lítico sinérgico. Las formulaciones más habituales son: pomadas al 3% y 6% con la misma con-
centración de azufre, solución de propilenglicol (Keralyt), preparados del 5% al 20% con partes
iguales de ácido láctico y colodión flexible para tratar las verrugas, cremas a cualquier concentra-
ción para su uso como queratolíticas o al 60% para las verrugas plantares y emplastos para tra-
tar los callos y las verrugas (emplasto de ácido salicílico al 40%).
A. Estructura:
COOH
OH
Ácido salicílico
OH
OH
Hidroquinona
1. Estructura:
OH
O
CH2
Monobenzona
2. Uso: aplicar sobre la piel normal de 2 a 3 veces al día. Suele haber resultados al cabo
de 1 a 4 meses, momento en que debe suspenderse el tratamiento.
3. Presentación:
Benoquin, crema (20%): 37,4 g.
III. PRODUCTOS QUE PRODUCEN HIPERPIGMENTACIÓN Y REPIGMENTACIÓN
A. El trioxisaleno (Trisoralen) se utiliza después de la exposición a radiación UVA para repig-
mentar áreas vitiliginosas (v. también cap. 17) y en la fotoquimioterapia (v. caps. 27 y 38).
1. Estructura:
CH3
O O O CH3
CH3
Trioxisaleno
B. El metoxaleno tiene unos efectos similares a los del trioxisaleno, pero es superior a éste,
produciendo eritemas y mejorando el bronceado de la piel, y por ello es el fármaco utiliza-
do en la terapéutica PUVA. Está comercializado en una loción al 1%.
1. Estructura:
O O O
CH3O
Metoxaleno
i. Estructura:
SO3H
O
C OCH3
OH
Sulisobenzona
b. La avobenzona tiene una excelente eficacia en todo el espectro ultravioleta (de 305
a 385 nm).
2. Filtros UVB:
a. Los compuestos que contienen PABA absorben la radiación UV de 280 a 320 nm.
El PABA tiñe los tejidos blancos, en especial el algodón. Los ésteres de PABA son
ligeramente menos eficaces pero tiñen menos. Pueden producirse fenómenos de
hipersensibilidad cruzada entre distintos fotoprotectores. En concreto, esto ocurre
entre el PABA y sus derivados y las sulfonamidas, la benzocaína, la procaína, la
parafenilendiamina y los colorantes azoicos. El padimato O es un éster del PABA
que también se emplea como protector UVB. La descripción de los protectores sola-
res más utilizados se ofrece en el capítulo 33.
i. Estructura:
H2 N C OH
Ácido para–aminobenzoico
I. APÓSITOS HÚMEDOS
A. Los efectos de los apósitos húmedos se han comentado en el capítulo 39.
1. Los apósitos abiertos están indicados para tratar las inflamaciones agudas con exuda-
ción, supuración y formación de costras. Se aplican del siguiente modo:
a. Colocar al paciente en una posición cómoda (con frecuencia, en una cama) y situar
un material impermeable bajo el área en que se va a realizar la compresión para evi-
tar manchar el colchón.
b. Los apósitos, que no es preciso que sean estériles, deben tener una anchura de 5 a
10 cm; se debe utilizar una gasa Kerlix, una gasa suave o un pedazo de tejido como
una sábana o una funda de almohada vieja, un pañuelo o una camisa.
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5. La aplicación de compresas con ácido acético al 5% reduce las bacterias en las heridas
infectadas y se emplea principalmente para tratar infecciones por P. aeruginosa.
II. BAÑOS
A. Los baños son de utilidad para tratar las erupciones generalizadas. Su evaporación es
menor y, por consiguiente, se produce menos desecado y enfriamiento. Estos tratamientos
pueden ser muy calmantes, antipruriginosos y parcialmente antiinflamatorios. La bañera se
debe llenar hasta la mitad (aproximadamente, 100 l de agua) y la duración de la exposi-
ción se limitará a 30 min. La mayoría de los aceites de baño hacen que la superficie de la
bañera resbale.
1. Aditivos coloidales calmantes y antipruriginosos
a. La harina de avena contiene un 50 % de almidón y aproximadamente un 25 % de
proteínas y un 9% de grasa. Se utiliza mezclando una taza de harina de avena Avee-
no y 2 tazas de agua corriente, que se vierten en una bañera llena de agua tibia. Oila-
ted Aveeno contiene un 35% de parafina y derivados de la lanolina adicionales para
mejorar su acción emoliente.
b. Los baños de almidón se preparan mezclando 2 tazas de almidón hidrolizado, como
Linit, con 4 tazas de agua corriente para formar una pasta que se añade a una bañe-
ra de agua tibia. Asimismo se puede emplear una mezcla con partes iguales de bicar-
bonato de sodio y almidón como polvo para baños coloidales calmantes.
2. Los aceites de baño se emplean para evitar la sequedad cutánea añadidos al agua
corriente. La mayoría contienen aceites vegetales o parafina y un surfactante. Teórica-
mente, el paciente absorbe parte del aceite que entra en contacto con su piel. Existen
dos tipos de aceites de baño: los que se dispersan en el agua y los que permanecen en
su superficie y forman una capa en torno al cuerpo cuando el paciente sale de la bañe-
ra. Con independencia de si son o no eficaces, los aceites proporcionan una sensación
agradable, si bien algunas personas sienten prurito después de su uso.
La forma de aplicar estos productos depende del tipo utilizado, en especial si son autoadhe-
rentes. Inicialmente el apósito se sustituirá 1 a 2 veces al día, en función del exudado acumu-
lado. Posteriormente, puede bastar con cambiarlos una vez por semana. Es importante recor-
Especialidad:
Tipo Ventajas Inconvenientes presentación/precio
Modificado de Phillips TJ, Dover JS.JS. Leg ulcers. J Am Acad Dermatol 1991;25(6 Pt. 1):965-87.
a, apósito(s).
40:Arndt 9/2/09 13:45 Página 350
dar que los apósitos son tratamientos complementarios del control de las heridas y que es fun-
damental evaluar y tratar la enfermedad que ha causado la herida.
II. PRESENTACIÓN (v. tabla 40-6)
A. El cianoacrilato de 2-octilo (Dermabond) es un producto de uso tópico que se adhiere rápi-
damente a la piel y se emplea para cerrar los bordes cutáneos de las heridas de las incisio-
nes quirúrgicas, entre ellas las punciones de la cirugía mínimamente invasiva y las lacera-
ciones simples causadas por traumatismos que han sido bien limpiadas previamente. Se
puede utilizar junto con suturas subcuticulares, pero no las sustituye. Su uso está contrain-
dicado en las heridas con infecciones activas, las áreas sometidas a tensión cutánea eleva-
da, las superficies mucocutáneas y la piel expuesta regularmente a humores corporales. Los
pacientes con alergia al formaldehído pueden sufrir reacciones alérgicas a esta solución
tópica.
1. Presentación (Ethicon, Inc):
Dermabond, líquido: ampollas de vidrio autorrompibles de 0,5 ml, de un solo uso.
B. La becaplermina (Regranex) es un factor de crecimiento recombinante derivado de las pla-
quetas que se usa por vía tópica como coadyuvante del tratamiento de las úlceras neuro-
tróficas de las piernas en los diabéticos que se extienden al tejido subcutáneo o a mayor
profundidad.
1. Uso: aplicar sobre la úlcera diariamente hasta su curación.
2. Presentación (Ortho-McNeil):
Regranex, 100 µg: tubos multiusos de 2, 7,5 y 15 g.
C. Apligraf es un equivalente de la piel humana obtenido por bioingeniería que se utiliza para
tratar las úlceras venosas. Está compuesto por queratinocitos vivos y fibroblastos cutá-
neos derivados de piel del prepucio de neonatos, tras su cultivo. Se forma un gel de fibro-
blastos cutáneos y colágeno bovino de tipo I, que se deja contraer y se reviste de querati-
nocitos neonatales, quedando un producto de dos capas capaz de sintetizar sus propias
proteínas de matriz y factores de crecimiento. Este producto no contiene melanocitos y
tiene un período de estabilidad de 5 días.
1. Uso: aplicar en úlceras no infectadas bajo vendaje compresivo durante 2 semanas.
2. Presentación (Organogenesis y Novartis):
Apligraf: apósito de 7,5 cm de diámetro.
Figuras color 1:Arndt 8/2/09 19:54 Página 3
Figura 19. Tiña del cuerpo. Figura 20. Tiña de la barba con
onicomicosis.
Los números de página seguidos de una t indican tablas y los números de página seguidos de una f
indican figuras.
351
Indice:Arndt 3/3/09 16:53 Página 352