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Informe de lectura

“Las políticas de la prostitución en los movimientos feminista de principios del siglo XX” Ana
Carolina Galvez Comandini. Revista Izquierdas, Vol. 50, febrero del 2020, págs. 3327-3351.

Lector/informante: Luis Felipe Muñoz

El tema del artículo es la posición de la prostitución en los discursos del feminismo


de la década del 20´ y su recorrido desde Francia e Inglaterra hasta Latinoamérica;
Argentina, Uruguay y Chile. Trata los diversos grupos presentes y su respuesta al fenómeno
de la explotación sexual en lo que la autora denomina “políticas de la prostitución”1
delineando sus horizontes ideológicos y acciones políticas. Plantea además, las variables de
clase, género e intraclase para el análisis del discurso y la acción política.

Su principal problema radica en poder definir el lugar de la prostitución en el horizonte


feminista de los diversos grupos involucrados, en sus discursos y acciones subsecuentes; al
igual que delimitar la convergencia y divergencia en materia de representaciones
ideológicas.

La hipótesis central del artículo es “el feminismo chileno, tanto las feministas católicas
como las laicas, ricas y pobres, no dieron a la prostitución un espacio relevante dentro de su
movimiento, esta fue más bien una discusión periférica”2 Será en particular la segunda ola
feminista, de carácter laico, la que relegará el tema de la prostitución a un segundo plano, a
solo ser tratada como materia de discusión económica o valórica, y nunca realizándose en
términos de una acción concreta para su abolición o reglamentación3

Objetivos

a) Caracterizar la posición de la prostitución en los partidos y grupos femeninos y


feministas de Chile a principios del siglo XX

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b) Delimitar el modo de recepción de las ideas feministas; las convergencias y
divergencias en materia ideológica propugnada por los diversos partidos y
agrupaciones.

Resumen

En términos generales, el artículo busca delimitar el régimen político y jurídico de la


prostitución a finales del siglo XIX y principios del XX.

A pesar de la narrativa feminista, la mayoría de las prostitutas usaban el comercio sexual


como estrategia económica, voluntariamente. Ya para 1896, en Chile se reglamentaba el
meretricio y la prostitución, reconociendo en parte su práctica. Inspirada en la legislación
argentina de 1874, incluía normativas municipales e intervención multidisciplinaria
(médicos, funcionarios, policías) redundando en poca libertad de acción para la prostituta y
en la ficción del control de las enfermedades venéreas. La reglamentación y posterior
prohibición trajo aparejado una distribución de patentes, multas, penas de cárcel y pagos en
un nicho de mercado que no tendía a desaparecer, sino que se expandía en lo que se conoce
como industria del sexo. El caso de los arriendos, moteles y “nuevos formatos” es
clarificador.

Más allá del ángulo jurídico del fenómeno, la prostitución escondía un factor económico:
las escasas posibilidades de las mujeres populares de ganarse la vida, basado en un contrato
sexual que las subordina en el matrimonio y la prostitución.4 El discurso médico y de la
autoridad en general solo veía degeneración moral, pero las nacientes agrupaciones
femeninas veían también a unas víctimas de un sistema económico desigual que las llevaba
a la pérdida de su honra. Todos los grupos; obreros, de clase media y de elite, laicos y
católicos, estaban de acuerdo que la prostitución reflejaba el máximo rebajamiento de la
mujer en la sociedad. Los matices estaban en “rescatar” a las que ya habían caído en el
vicio, en “prevenir” su caída o en “transformar” las condiciones de vida que posibilitaban
este rebajamiento5.

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En 1925 se prohibió la prostitución en las casas colectivas y de forma individual, bajo las consignas del
higienismo y el abolicionismo. En la práctica, trasladó la responsabilidad del municipio al gobierno central y

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El feminismo laico tiene dos expresiones; obrero primero, clase media y profesional
después. En 1922 se funda el Partido cívico femenino y en 1935 el MEMCH6 cuyo objetivo
principal es el sufragio universal femenino. Transitaban entre la victimización y el
abolicionismo, contra la prostitución reglamentada en cualquiera de sus formas.

Pusieron el foco en la prevención más que en el rescate de mujeres en comercio sexual. Su


versión obrera osciló entre la victimización y el desprecio a la actividad. Las feministas de
clase media, organizadas en torno al Partido Cívico Femenino, se concentraron en
demandas políticas como la ley de sufragio universal y las leyes conyugales que
subordinaban jurídicamente a la mujer. Este feminismo republicano, reformista no
revolucionario, reivindicaba el rol social reproductivo de la mujer, no “desnaturalizándola”
sino que nutriendo a ella y los suyos de mayor justicia y derechos. Abolicionistas, sus
demandas correspondían a su sector social7.

Predominaban las nociones de honor y virtud como código intragenero y entre las clases.
Honor y virtud como pureza social, como sello de clase donde la no preservación del
mismo suponía las dificultades económicas para mantenerles, así como una vivencia
precaria del espacio privado. Las mujeres populares manejaban otros códigos sexuales
respectos de las clase media y de la elite, como la convivencia fuera del matrimonio, y ser
madre con hijos de padres diferentes. Se distinguía, también, la diferencia entre ser pobre y
ser prostituta al igual que de la criminalidad pura.

Había una exigencia por la “Unidad moral”8 la aplicación de los mismos códigos morales a
hombres y mujeres. Suponía la supremacía de la virtuosidad femenina y la inmoralidad
consustancial al hombre, y por lo tanto, responsables los últimos del vicio de la

clandestinizó la actividad amenazando con multas y cárcel. Para 1931 se permite la prostitución individual,
con el fin de evitar la trata.
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En 1935 se fundó el Memch. Tenía una visión más estructural y radical; aborto, igualdad de salario,
divorcio. Criticaban el feminismo católico de la elite y su lógica del rescate benéfico-asistencial.
Contradictorio con el sistema económico que las beneficiaba. Apelaban a las mejoras de las condiciones
sociales para la desaparición de la prostitución. Tenían una línea preventiva y campañas moralizadoras
7
El liberalismo político no transformo las condiciones de vida y de reconocimiento social de las prostitutas.
Seguían como una sexualidad abyecta fuera del contrato social. Liberalismo patriarcal. La exclusión fue la
política laica de la prostitución. Para 1936, el Partido cívico femenino abandona la abolición de la prostitución
deja de ser parte del programa.
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prostitución. Responde a un intento de neutralizar políticamente la prostitución,
desplazando la responsabilidad desde las mujeres a los hombres construyendo superioridad
moral. El argumento de la superioridad moral femenina se usaba para ganar espacios
políticos y de poder por parte de los grupos y partidos de interés. Se reafirmaba la idea de
las prostitutas como víctimas, representación de la sexualidad masculina como bestial,
irrefrenable e inmoral.

¿Hubo un feminismo católico? Lo hubo, y difiere del feminismo laico en la práctica,


aunque coinciden en algunos objetivos y su abolicionismo de fondo. Coinciden en el
mejoramiento de las condiciones de vida, la importancia del hogar y la consecución de los
derechos civiles y políticos.

El feminismo católico es un feminismo relacional. Reconocía esferas de masculinidad y


feminidad, conjugando entre ellas la igualdad moral. La virtuosidad femenina sumada a la
doctrina cristiana reclamaba el derecho de hacer el bien a los semejantes y a la mayor
participación política, que redundaría en mayor civilidad y orden público9

Esta participación es en virtud de cuidar mejor a los suyos y no de alterar su lugar en la


familia o el orden social. No la disocia de función reproductiva y maternal y ve el horizonte
feminista como una extensión de la maternidad. Es un feminismo basado en el sacrificio,
anclado a una visión filantrópica; mujeres de elite ayudando a mujeres y sus hijos pobres.
Durante la década de los años 20´ predomino esta visión benéfico-asistencial del feminismo
católico10. Puso énfasis en la superioridad moral de la mujer y en la Extensión de su rol en
el hogar hacia otros sectores de la sociedad.

Finalmente, el feminismo en general demostró un distanciamiento respecto de las


prostitutas y el comercio sexual. La política del feminismo laico fue la exclusión basada en
la superioridad moral sobre la prostituta. Ni el feminismo laico ni católico trabajó estrecha
y profundamente con prostitutas de oficio, lo que habría de reflejar un rechazo de fondo, la

9
La lucha por el voto regional y la participación de las mujeres en la gestión del municipio, es un ejemplo de
lucha política donde vemos la ampliación del rol social de la mujer a partir de la idea del municipio como la
“casa grande”
10
El refugio de la Misericordia y el Colegio reformatorio son ejemplo de la perspectiva del “rescate”.
Buscaba separar a las prostitutas de oficio de las víctimas de tratas, niñas y víctimas de algún ataque sexual.
La reformación moral era su objetivo principal.

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relegación a una posición periférica en los horizontes político-ideológicos de los distintos
grupos feministas. Podríamos sintetizar diciendo que el feminismo católico trabajaba en lo
práctico, en lo micro, en lo humano, mientras que el feminismo laico a nivel político,
macro, sin rostro.

Perspectiva historiográfica

Historia del feminismo, que incluye una historia de las mujeres. Lo hace a partir de su
pertinencia en una historia política e historia social al problematizar tanto el ámbito
político-jurídico como aspectos socio-económicos.

Conceptos fundamentales

prostitución - trata de blancas - feminismo obrero - feminismo laico – feminismo católico.


Feminismo de clases medias - políticas de la prostitución

Preguntas de investigación

¿Cuál es la posición de la prostitución en el discurso feminista en Chile a inicios del siglo


XX? ¿Cómo eran las representaciones ideológicas de la prostituta en los grupos y partidos
de corte feminista?

Método

Revisión y análisis de fuentes bibliográficas (revistas, publicaciones) “La palanca” “La cruz
blanca” “La alborada”. Estudio de fuentes orales y entrevistas públicas. Comparación en el
orden del discurso de las representaciones y posiciones políticas, de las instituciones y
grupos presentes.

El elemento novedoso del artículo está dado por los matices y realismo con el que relaciona
el tema de la prostitución y el horizonte feminista, desmitificando y relativizando las
“políticas de la prostitución” en términos de caracterizar una serie de vínculos complejos
entre ambas dimensiones, contradictorias incluso si pensamos en la diferencia entre las
lógicas del rescate y la prevención. Su principal limitación podría estar no indagar
mayormente en las representaciones sobre la prostitución en otros sectores y grupos
sociales subalternos, contrastándola con criminales, homosexuales, obreras, etc.

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