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Ponderación

En este punto del trabajo creemos importante ponderar las consecuencias de los criterios y
fundamentos que el tribunal constitucional establece como precedente vinculante, de manera
general en el expediente N° 206-2005-AA/TC el tribunal constitucional indica bajo qué criterios
puede proceder un amparo en materia laboral ya sea de materia laboral pública o privada, en la
que concluye básicamente que ante supuestos de discriminación, despidos nulos o injustificados y
relacionados a derechos sindicales, el amparo podrá tener competencia directamente en el
tribunal constitucional, cualquier otro supuesto deberá ser tramitado en vía laboral o contenciosa
administrativa, además señala el tribunal constitucional en el fundamento 20 indica que tampoco
se tramitaran por proceso de amparo aquellos casos en los que se requiera una actuación
probatoria o existan puntos sobre los cuales se requiera discusión y probanza. El motivo principal
por el que para el tribunal constitucional seria procedente el amparo en los casos ya mencionados
es que significarían violaciones a derechos que requieren una respuesta urgente.

Sin embargo, realmente podríamos hablar que existen vulneraciones a derechos que no son
urgentes, o que, admitamos que existen derechos constitucionales que tienen una preferencia de
atención frente a otros. La teoría de los derechos humanos ha explicado que los derechos por si
mismos no contienen en si un rango de prioridad, esta dependerá de una evaluación sujeta a las
particularidades que el caso amerite, por tanto, la decisión tomada por el tribunal constitucional
ha buscado crear un filtro para establecer en que supuestos los amparos laborales los conocera
directamente el tribunal constitucional, sin embargo, el filtro, por el contrario de servir como un
seleccionador de casos, pareciera, a nuestro criterio, que ha invertido, en gran medida y bajo los
argumentos que expone el máximo interprete en la sentencia, la competencia respecto las
materias laborales, pues el tribunal constitucional conocería los amparos que vayan relacionados a
los temas de despidos por discriminación, derechos sindicales y despidos nulos.

No obstante, esta decisión nos presenta el siguiente panorama de ponderación, por un lado está la
posibilidad de liberar en cuanto a carga procesal la vía laboral porque los amparos de muchos
casos, quizá en su mayoría, serían enviados directamente al tribunal constitucional; y por otro lado
que la aplicación de este aparente filtro traiga como consecuencia que sea la jurisdicción
constitucional, que de por sí está saturada también, la que se sature aún más que los juzgados
laborales. Resulta razonable decidir que sea la jurisdicción constitucional la que se vea en la
medida de lo posible mas aliviada, pues esto garantizara que los jueces del tribunal constitucional
o jueces constitucionales en general tenga una menor presión para la solución de estos conflictos,
puesto que es la instancia definitiva para decidir respecto a la violación de un derecho
constitucional, por lo menos dentro del nivel nacional, además, partiendo hay que considerar dos
premisas fundamentales, la primera es que la constitución y la ley organica del tribunal
constitucional disponen que el amparo lo conozca el tribunal constitucional en ultima y defintiva
instancia, y por otro lado, la que ya mencionamos, que todos los derechos son iguales en
importancia, por tanto, no podemos afirmar, de manera abstracta, que unos derechos sean mas
urgentes de antender que otros, sin embargo bajo un criterio de razonabilidad no estamos
cerrados a la idea de que algun amparo lo conozca directamente el tribunal constitucional, sino
que debe existir una mayor motivación en la demanda de amparo, y además, en la medida de lo
posible, acreditar que el daño o vulneración ocasionado sea muy propenso de resultar en
irreparable si no existe una celeridad en el proceso; pero esto, como afirmamos, bajo criterios de
motivación y probanza de ser posible.

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