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CODIGOS DEONTOLÓGICOS

ORIGEN DE LOS CÓDIGOS DEONTOLÓGICOS

En muchos casos las normas deontológicas que recogen los códigos son muy antiguos
que resulta muy complicado conocer su origen concreto, pero siguen siendo útiles y
muy practicas hoy en día, por otro lado estas normas son dictadas y aprobadas por los
propios profesionales a los que afectan.

¿QUÉ ES EL CÓDIGO DEONTOLÓGICO?

El código deontológico es un conjunto de normas y reglas que regulan el ejercicio de


una actividad profesional. El ámbito en el que opera este código es en el de la ética y las
buenas prácticas. Pero no es una recomendación, no es algo opcional característico de lo
que llamaríamos buen profesional. Se trata de algo superior.

Un código de ética indica las aceptaciones de la responsabilidad y confianza invertidas


por la sociedad en una profesión. Bajo los términos del contrato implícito entre la
sociedad y la profesión la sociedad le otorga a la profesión autonomía y autoridad
considerables para funcionar en el desempeño de sus tareas.

El código deontológico está conformado por una serie de normas que aprueban los
colegios profesionales y que han de respetarse y aplicarse sobre cualquier consideración
particular.

Este código tiene su fundamento en erradicar las malas prácticas y que una profesión se
desarrolle bajo un marco ético muy bien delimitado. No vale con ejercer un puesto de
trabajo, sino que este ha de ejecutarse bajo una serie de deberes, reglas y premisas que
profesionalizan, aún más si cabe, la tarea ejecutada. A la vez, da una buena imagen y
reputación global a todos los profesionales.

Existen varios niveles en los que operan estos códigos. Por un lado, encontramos el
código nacional, es aquel que se ha aprobado por el colegio nacional de una profesión y
que opera en la totalidad de su territorio. Pero, por otro lado, también encontramos otros
códigos con un alcance mayor, cuya aplicación se aplica a un conjunto de países. Como
ejemplos encontramos el Código de Deontología de los Abogados Europeos; o el
Código Internacional de Ética Médica.
La ética y moral son de suma importancia para cada profesión. Los principios
fundamentales de la ética no deben cambiar y son aquellos factores humanos que
otorgan a la ciencia (médica, farmacéutica…) en general, su grandeza y su servicio en
vista de que sus objetivos primordiales deban ser siempre dirigidos al respeto hacia el
ser humano en su moral e integridad física e intelectual.

Sin embargo, los principios éticos necesitan cierta adaptación que dependen de los
cambios sociales, avances científicos y aplicaciones prácticas farmacéuticas, médicas,
etc. Por supuesto, es evidente que en este campo ninguna restricción puede ser tolerada
al ser dictada por convicciones religiosas, filosóficas, sociológicas, políticas o
lingüísticas, debido a que tal situación implicaría inmediatamente nuestro alejamiento
del dominio de la moral médica, farmacéutica etc. para descender al área de las
desavenencias humanas que son origen de conflictos.

De otra manera la moral farmacéutica, médica, etc. No podría ser universal. En una
profesión organizada, es imprescindible formular y aceptar libre y voluntariamente
normas éticas que tengan como efecto la regulación de la actividad profesional en todos
los campos que ésta abarca.

A pesar de que las obligaciones éticas básicas son constantes, su cumplimiento puede
variar por las necesidades siempre cambiantes de una sociedad compuesta de seres
humanos libres. Surge pues, la necesidad de precisar dichas normas y también de contar
con organismos que aseguren su cumplimiento y puedan eventualmente determinar
sanciones en caso de faltas a las mismas.

La deontología es el conjunto de principios y reglas que han de guiar una conducta


profesional. El código de deontología es un conjunto de normas que se aplican a un
colectivo de profesionales y que hace las veces de un prontuario (conjunto de reglas)
morales. El código de ética y deontología constituye el conjunto de preceptos de
carácter moral que aseguran una práctica honesta y una conducta honorable a todos y
cada uno de los miembros de la profesión.

El contenido de los códigos deontológicos suele abarcar los siguientes aspectos:


Deberes generales y objetivo de la profesión; deberes específicos en situaciones
especiales dentro de cada profesión; deberes respecto a otros compañeros de profesión;
prohibiciones y situaciones especiales. El cumplimiento de las normas contenidas en el
Código deontológico conlleva un deber ser que va a fortalecer la profesión, que va a
proyectar una imagen hacia la sociedad de nuestra profesionalidad y, ante la
Administración y los demás colectivos de profesionales, va a reflejar nuestras actitudes
del buen hacer profesional. Un código de ética indica las aceptaciones de la
responsabilidad y confianza invertidas por la sociedad en una profesión.

Bajo los términos del contrato implícito entre la sociedad y la profesión la sociedad le
otorga a la profesión autonomía y autoridad considerables para funcionar en el
desempeño de sus tareas. El desarrollo de un código de ética es una actividad esencial
de una profesión. La penetración que está teniendo el internet en la divulgación de la
ciencia ha motivado que se pueda obtener información sobre códigos deontológicos,
declaraciones de principios, recomendaciones dadas por organizaciones nacionales y
supranacionales; trabajos de gran interés para los profesionales sanitarios (de medicina,
farmacia, enfermería, veterinaria etc.) así como para otros profesionales.

Los argumentos humanistas de libertad y utilitarismo fueron apropiados en la


deontología, con las exigencias ético-racionales que influyeron de alguna manera en el
constitucionalismo colombiano (como que fue amigo de Francisco de Paula Santander y
Miranda). Bentham coincide con Rousseau en su idea de que, hasta su tiempo, los
sistemas morales y políticos están fundados en el irracional histórico y deben ser
sustituidos por una moral y un orden político naturales, es decir, racionales; lo cual fue
acogido por las nacientes repúblicas americanas.

Los primeros códigos deontológicos se aplicaron después de la segunda guerra mundial


luego de ver las atrocidades que los profesionales de la salud (Médicos principalmente)
aplicaban con las personas justificándose en el ejercicio de la investigación, pero que
tampoco tenían ningún tipo de regulación ni control, es así como durante la guerra fría
se comienza a estudiar y aplicar la deontología en Europa.

Como ya se ha observado, América Latina no ha sido ajena a la apropiación de la


deontología ya que se han implementado muchos códigos deontológicos y éticos
principalmente en el área de la salud, incluso existen leyes apoyadas en la deontología
como es el Código Deontológico y Bioético del Psicólogo Colombiano, Ley 1090 de
2006 en el cual el Dr. Nelson Ricardo Vergara C. Psicólogo investigador y gestor de
éste código y ley (Psicología Hoy 2005 y COLPSIC), deja ver claramente la base
filosófica Humanista liberal y utilitarista benthamista, muy apropiada para la psicología
moderna y que no menos se hace notar también en la constitución Colombiana de 1991.
Este es un claro ejemplo de la fuerza y la solidez del concepto deontológico aplicado y
expresado en las leyes democráticas más modernas.

CARACTERÍSTICAS

Los códigos deontológicos quizás sean los mecanismos de autorregulación más


conocidos que se pueden poner en marcha en el ámbito de la comunicación social, la
psicología, la medicina, entre otras profesiones, pero no son el único instrumento: libros
de estilo, estatutos de redacción, convenios, etc. todos contribuyen a que una comunidad
profesional fije sus propios límites, en muchos países esta regulación es a través de
colegios profesionales.

Toda comunidad profesional trata de mantener determinados niveles de exigencia, de


competencia y de calidad en el trabajo. Por ello, controla y supervisa, de alguna manera,
la integración de nuevos miembros y el adecuado ejercicio de las tareas propias de su
profesión.

En este sentido, algunas profesiones elaboran códigos profesionales donde se


especifican consideraciones morales acerca de aspectos complejos de la vida profesional
y donde, generalmente, se contemplan sanciones para el supuesto caso de que alguien
viole abiertamente el espíritu de dicho código deontológico.

Por supuesto, los códigos deontológicos no siempre se cumplen, y aunque se respeten,


no queda muy claro quién esté encargado de velar por su cumplimiento ni cuáles son las
sanciones para quienes los vulneren, ni quién debe imponerlas.
CONCLUSIÓN

Para concluir, el buen empleo y uso de los conocimientos morales e intelectuales que
nos provee la ética como dogma de comportamiento, es la clave que nos llevará al éxito,
no sólo como personas, sino también como entes que desempeñamos funciones en una
sociedad en la que cualquier manera de pensar o actuar nuestra influirá directa o
indirectamente.

Entendemos que la ética se ocupa de las normas de la conducta humana, si aplicamos


esta definición al término “ética profesional” nos daremos cuenta de que se refiere al
conjunto de normas que rigen a quienes se consideran ser profesionales, aunque no
siempre sean cumplidas por éstos. Conocimos que algunos de los deberes del
profesional son la solidaridad, estar de acuerdo con la moral establecida, el secreto
profesional, (este le dice al profesional que no tiene derecho de divulgar información
que le fue confiada para poder llevar a cabo su labor), etc. También algunos de sus
derechos, tales como: la elección de la profesión es completamente libre, el beneficio
propio, la capacitación, etc.

Por último se definió lo que es la responsabilidad profesional, y se dijo que ésta debe
trazar el rumbo hacia los actos aceptables, hacia las acciones fecundas, actos justos y
conscientes, reveladores de la buena fe y la capacidad profesional.

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