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EL ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• Personas con dificultades Necesidad de Hacer efectivo el principio
para incorporarse al mundo un servicio de igualdad de oportunida-
laboral eficaz des para la inserción
EL ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• CARACTERÍSTICAS:
– Singulariza el proceso. Respuesta individualizada, a la
medida del usuario.
– Identifica y seleccione prioridades. Se diseña a partir
del diagnóstico inicial.
– Es personalizado. Tratamiento personalizado a partir de
entrevistas y un seguimiento a cargo del tutor de
inserción.
– Estimular la motivación.
– Responsabilidad. Llegar a un compromiso.
– Participación del usuario en la gestión de su itinerario.
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EL ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• Fases interrelacionadas que constituyen una red de
oportunidades y circuitos para la inserción. Es un proceso
vivo y dinámico que se va remodelando continuamente y
que permite al usuario reformarlo y reorientarlo, ajustando
los objetivos a las nuevas situaciones y etapas en que se
encuentra.
• Supone “posibilitar al usuario la participación dentro de su
propia realidad y sus conflictos para solucionarlos de
manera autónoma”.
• La población a atender presenta una serie de déficits:
– Déficits comunes a la mayor parte de la población en paro:
. Falta de experiencia laboral regular.
EL ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• Falta de experiencia laboral regular.
• Falta de cualificación.
• Falta de formación laboral.
• Falta de formación básica.
• Falta de información.
• Dificultad para acceder a los recursos ya existentes.
• Falta de una red de relaciones adecuadas.
• Falta de un autodiagnóstico.
• Falta de orientación para dirigir con efectividad sus esfuerzos
encaminados a conseguir un trabajo.
• Visión distorsionada del mundo laboral.
• Falta de actitudes y costumbres para una vida laboral normalizada.
• Entorno conflictivo y carente de estímulos positivos hacia el trabajo.
– Carencias específicas colectivo-persona: Realidad heterogénea.
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FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• 0. FASE DE DETECCIÓN Y PROPUESTA ENTRADA.
• 1. FASE DE CONTACTO Y DIAGNÓSTICO.
• 2. FASE DE HABITUACIÓN LABORAL Y
ORIENTACIÓN.
• 3. FASE DE FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACION.
• 4. FASE INSERCIÓN LABORAL Y BÚSQUEDA DE
EMPLEO.
• 5. FASE DE MAN TENIMIENTO DEL PUESTO DE
TRABAJO Y REORIENTACIÓN.
FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• 0. FASE DE DETECCIÓN Y PROPUESTA ENTRADA
– Canales de llegada: Entidad o entidades colaboradoras (INEM, S.S. Etc.)
– Cuidar criterios y características usuarios candidatos beneficiarios.
– Determinar instrumentos y registros que se utilizarán para articular las
derivaciones y entradas al programa (PROTOCOLO DERIVACIÓN).
• 1. FASE DE CONTACTO Y DIAGNÓSTICO
– Es obligatoria para todos los usuarios. = TÉCNICOS información:
• De las expectativas que ofrece el programa.
• Conocer al usuario (FICHA DE ENTRADA AL PROGRAMA).
• Elaborar el diagnóstico (INDICADORES SOCIO-LABORALES).
– Elaborar un plan personalizado de trabajo por el técnico
• A) DIAGNÓSTICO. Establecer a base de indicadores la problemática
específica de cada caso. Esto es, determinar el perfil usuario en cuanto
actitudes y aptitudes orientadas al mundo laboral.
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FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• 1. Definir y determinar los indicadores.
• 2. Entrevistas individuales y sesiones colectivas = en base a los indicadores
plantear las cuestiones de la entrevista o sesiones.
INDICADORES = ENTREVISTA/SESIONES. LA RELACIÓN
TÉCNICO-USUARIO = AUTODIAGNÓSTICO POR USUARIO
• B) CONTRATO DE INSERCIÓN. Pacto formalizado en que el usuario se
compromete a realizar las acciones, a seguir un determinado itinerario y
reconocer las prestaciones a las que tiene acceso (derecho) El técnico debe
explicar los límites de la acción, esto es, los servicios del programa.
• C) DISEÑO DEL ITINERARIO INSERCIÓN Y PLAN DE
CUALIFICACIÓN PROFESIONAL. Establecer el itinerario de inserción
que ofrezca alternativas diferentes a las deficiencias detectadas (módulos
formativos, de orientación, habilidades sociales etc.). Se desarrollarán acciones
formativas, de orientación etc. que seguirán un orden cronológico y a las que
accederá el usuario según su diagnóstico.
DIAGNÓSTICO = ACCIONES = TUTORÍAS
FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• La materialización del itinerario de inserción se produce a través de
sesiones individualizadas de:
– Seguimiento. Entrevistas
– Información.
– Orientación. Módulos “Inicio y diagnóstico”
– Formación. Módulos “Formación específica”
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FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
– Módulos:
• Formación y autoestima.
• Búsqueda de la identidad profesional y orientación.
• Conocimiento del mundo laboral y el entorno.
• Recuperación de aprendizajes académicos básicos.
• Talleres prelaborales.
• 3. FORMACIÓN Y PROFESIONALIZACION
– Módulos:
• Talleres o cursos deF.P.O.
• Técnicas y búsqueda de empleo
• 4.INSERCIÓN LABORAL/BÚSQUEDA DE EMPLEO
– Módulos: * Practicas reales en empresas. * Contratos temporales
en empresas. * Formación y asesoramiento para el autoempleo.
FASES ITINERARIO DE
INSERCIÓN
• 5. FASE DE MAN TENIMIENTO DEL PUESTO DE
TRABAJO Y REORIENTACIÓN.
– Por cuenta ajena: Reforzar a través del acompañamiento y asesoramiento
en el momento crítico en que se ha accedido a un trabajo.
– Autoempleo: Acompañamiento en la fase de puesta en marcha del
proyecto empresarial.
• A) Organización del equipo técnico.
– Definición de la forma de trabajo. Equipo como unidad actuación
– Organización de recursos humanos/materiales
» Tareas y acciones
» Roles y funciones
» Determinar profesionales. Rol genérico: TÉCNICO DE INSERCIÓN LABORAL
(ASESOR DE INSERCIÓN LABORAL). Roles específicos: * Informador * Formador
de módulos específicos * Formador técnico de taller * Insertor o mediador para la
concertación de la búsqueda de recursos * Orientador
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PLAN DE ORIENTACIÓN
DESTREZAS PROFESIONALES
RENDIMIENTO
Cantidad de trabajo
Calidad de trabajo
DEFINICIÓN PROFESIONAL
Identidad profesional
Conocimientos de habilidades técnicas
Grado de profesionalidad
Adecuación profesional a la realidad laboral
Políticas activas de empleo.
Una mirada desde Andalucía
S antiago D elgado F ernández
N ieves O rtega P érez
(Coords.)
Granada, 2013
BIBLIOTECA COMARES DE CIENCIA JURÍDICA
Directora de publicaciones:
Ana del Arco Blanco
??
Director de la colección:
José Luis Monereo Pérez
© Los autores
Editorial Comares, S.L.
C/ Gran Capitán, 10 - Bajo
18002 Granada
Tlf.: 958 465 382 • Fax: 958 272 736
E-mail: libreriacomares@comares.com
http://www.editorialcomares.com
http://www.comares.com
ISBN: ???-??-????-???-? • Depósito legal: Gr. ????/????
Fotocomposición, impresión y encuadernación: comares, s.l.
Sumario
bloque i
APROXIMACIÓN GENERAL A LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
Las políticas activas de empleo. Una mirada desde la Ciencia Política . . . . . . . . . . . . . . 00
Nieves Ortega Pérez
Universidad de Granada
Las políticas activas y pasivas de empleo: un estudio desde el Derecho . . . . . . . . . . . . . . 00
Luis Ángel Triguero Martínez
Universidad de Granada
Las políticas activas de empleo vistas desde un análisis sociológico . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Antonio Martínez López
Universidad de Granada
Políticas activas de empleo: una perspectiva económica comparada . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
José A. Camacho Ballesta y Mercedes Rodríguez Molina
Instituto de Desarrollo Regional, Universidad de Granada
bloque ii
ACTORES Y PROCESO DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
Expertise y percepciones de los actores públicos y privados responsables de la elabo-
ración, implementación y evaluación de las políticas activas de empleo en Andalu-
cía. Propuestas para una mejor praxis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Santiago Delgado Fernández y Álvaro López Osuna
Universidad de Granada
La formación para el empleo: reparto de competencias entre niveles de gobierno y
otros actores involucrados . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Francisco Javier Luque Castillo
Universidad de Granada
VIII políticas activas de empleo. una mirada desde andalucía
bloque iii
ASPECTOS SECTORIALES DE LAS POLÍTICAS ACTIVAS DE EMPLEO
Los retos de las políticas activas de empleo ante el mercado de trabajo . . . . . . . . . . . . 00
José Antonio Ivars Sánchez
Cámara de Comercio de Granada
Yacimientos de empleo y políticas sociales: los servicios relacionados con la aten-
ción a personas en situación de dependencia en Andalucía
M.ª Ángeles Minguela Recover y Soraya Ruiz Peñalver
Instituto de Desarrollo Regional, Universidad de Granada
Las políticas activas de empleo: ¿un caso de desgobernanza? Estudio sobre los cursos
de formación en Andalucía en un contexto de crisis . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Manuela Ortega Ruiz
Universidad de Granada
Las políticas activas de empleo dirigidas a la población inmigrante en Andalucía.
Aproximación a sus arenas de acción y actores participantes . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Nieves Ortega Pérez y M.ª Virtudes Pérez Ropero
Universidad de Granada
Las políticas activas de empleo en el ámbito penitenciario con perspectiva de género,
un estudio de caso: Andalucía . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 00
Belén Blázquez Vilaplana
Universidad de Jaén
Los retos de las políticas activas de empleo
ante el mercado de trabajo
José Antonio Ivars Sánchez
Universidad de Granada
I. Introducción
El objetivo de este artículo es, a través de una descripción de lo que demandan
las organizaciones, los empleadores —mayor cualificación, nuevas competencias,
movilidad geográfica, etc.— poder analizar la necesidad de provocar un cambio sig-
nificativo en las políticas activas de empleo (en los poderes públicos y en los agentes
de empleo) con el fin de incentivar y favorecer la creación de empleo.
En primer lugar se analizará la situación que actualmente viven las organiza-
ciones y el entorno en el que se mueven para, posteriormente, exponer qué perfiles
laborales demandan. En base a esta descripción plantearemos cómo deben orientar
los poderes públicos sus políticas de empleo con el fin de que se produzca una proxi-
midad entre el sistema educativo (la escuela) y el sistema productivo (la empresa).
En segundo lugar hablaremos del itinerario profesional y sus fases como un
proceso que debe contemplar todos y cada uno de los aspectos a desarrollar por el
usuario de los programas de empleo; apostamos por una visión integral de las ac-
ciones con los usuarios para que aumente la empleabilidad de éstos. En tercer lugar
plantearemos cuáles son los cambios que deben adoptarse en las políticas activas
de empleo en España. Es aquí donde formularemos qué retos deben plantearse para
combatir el desempleo.
lugar de encuentro entre la oferta y la demanda de empleo donde se ejercen las po-
líticas activas de empleo mediante las acciones de formación, orientación laboral e
intermediación laboral.
La empresa como sujeto del mercado de trabajo tiene como objetivo prestar bie-
nes y/o servicios para que sean consumidos por lo potenciales clientes/consumidores
que tienen necesidades que satisfacer. Hoy en día para que una empresa sea compe-
titiva debe ofrecer calidad. La calidad tiene como objetivo satisfacer las necesidades
de los clientes. Cuando hablamos de calidad y satisfacción de necesidades, estamos
hablando de un precio competitivo, prestaciones tanto en los productos como en los
servicios, atención personal en la venta y postventa, garantía en el proceso productivo
y garantía postventa. Todo esto hace mucho más compleja la estructura organizativa
y la toma de decisiones en las organizaciones. Para ofrecer calidad es necesaria una
respuesta rápida para adaptarse a lo que los clientes demandan; el factor humano es
crucial ya que son las personas, en definitiva, las que toman las decisiones dentro
una estructura en la que se producen las relaciones laborales. El factor tecnológico
también es muy significativo al igual que el financiero, pero sin una estructura orga-
nizativa sencilla donde los flujos de comunicación se conviertan en informaciones
para la adecuada toma de decisiones, esto es, sin unos recursos humanos cualificados,
difícilmente se podrá ofrecer calidad. Por eso, el factor humano es tan importante;
podemos disponer de tecnologías punteras, de un gran patrimonio y potentes fuentes
de financiación, pero si no disponemos de un recurso humano cualificado y bien
gestionado, probablemente y en un periodo de tiempo no muy lejano fracasemos en
nuestra empresa. Todo esto unido a la globalización económica y el desarrollo tec-
nológico hacen aún mucho más complejo el mercado de trabajo, ya que, a diferencia
de una situación donde la demanda era mayor que la oferta, ahora, donde la oferta es
mayor que la demanda, la gestión estratégica es necesaria para mantener la empresa y
no entrar en quiebra. Y dentro de la gestión estratégica general, la gestión del capital
humano se convierte en imprescindible para mantener un sistema de calidad.
Esta nueva situación de un mercado global, donde la competencia no sólo se en-
cuentra en nuestro entorno más inmediato sino a nivel de mercados internacionales,
donde el avance tecnológico es tan rápido que apenas podemos integrarlo, donde hay
que tomar decisiones rápidas y orientadas al cliente, se requiere de nuevos perfiles
profesionales. Se trata de un nuevo marco externo en continuo y veloz cambio al que
deben internamente adaptarse las organizaciones para sobrevivir y progresar. Las
empresas demandan principalmente competencias personales, relacionales y sociales
tales como capacidad de comunicación, iniciativa, trabajo en equipo, resolución, fle-
xibilidad dado que éstas tienen una incidencia más positiva en la gestión del cambio
que las competencias técnicas. Eso no quiere decir que las competencias técnicas no
sean importantes y requeridas por las empresas.
Los requerimientos de cualificaciones de la empresa, en esa labor de adaptación
al cambio, han cambiado tal y como dice Goleman:
los retos de las políticas activas de empleo ante el mercado de trabajo 161
Las reglas del trabajo están cambiando. Ahora se nos juzga según normas nuevas:
ya no importan sólo la sagacidad, la preparación y la experiencia, sino cómo nos ma-
nejamos con nosotros mismos y con los demás. Esta norma se aplica cada vez más para
decidir quién será contratado y quién no, a quién se retiene y a quién se deja ir, a quién
se asciende y a quién se pasa por alto (…) Estas reglas guardan poca relación con lo
que la escuela marcaba como importante; para estos patrones, la preparación académica
tiene poca relevancia. La nueva medida da por sentado que tenemos suficiente capacidad
intelectual y preparación técnica para desempeñarnos en el empleo; en cambio, se con-
centra en ciertas cualidades personales, como iniciativa y la empatía, la adaptabilidad
y la persuasión (Goleman, 2005: 15).
1
Desde esta perspectiva: «la hipótesis que la formación puede ser un elemento de inserción
social y profesional (…). Pero esta hipótesis sólo se cumple si estructuramos determinadas condiciones
y circunstancias favorables. Si gestionamos con eficacia y calidad reinventando permanentemente las
164 josé antonio ivars sánchez
medidas y acciones. En otros casos, la formación ni crea empleo, ni sirve al desarrollo de la comunidad,
ni supone una mejora personal de los usuarios» (Jover, 1990: 29).
2
Comunicación de la Comisión. El Papel de las Universidades en la Europa del Conocimiento.
Bruselas. COM.2003. Documento Marco. La Integración del Sistema Universitario Español en el Espa-
cio Europeo de Enseñanza Superior. Ministerio de Educación, Cultura y Deporte. Madrid. 2003. Informe
Consejo de la Unión Europea. Futuros Objetivos Precisos de los Sistemas de Educación y Formación.
Consejo de La Unión Europea. Bruselas. 2001.
los retos de las políticas activas de empleo ante el mercado de trabajo 165
de los usuarios. Se carece de un lenguaje común y son escasas o nulas las herramien-
tas consensuadas y validadas que permiten diagnosticar la empleabilidad o identificar
las necesidades y peculiaridades de las personas. (Ceniceros, 2003: 95 y 96).
La mayoría de los programas que se desarrollan desde los distintos servicios pú-
blicos de empleo se caracterizan por su temporalidad. Un programa que dure un año,
como ocurre en la mayoría de los servicios públicos de empleo a nivel autonómico, es
insuficiente, porque las personas en su proceso de empleabilidad no deben ver límites
temporales en su acompañamiento, apoyo y potenciación. Si a esto añadimos la falta
de financiación por parte de las administraciones públicas, al tener acumulada una
deuda desorbitante con muchas de las entidades que colaboran para la gestión de éstos
programas, podemos concluir, a modo de hipótesis, que se mantienen los servicios
desde las distintas administraciones pero que no hay voluntad real para resolver el
verdadero problema, o no se sabe cómo resolverlo; desde la voluntad y humildad,
podría iniciarse el camino para dar con la tecla, tan solo habría que invertir en inves-
tigar, evaluar, analizar y buscar las posibles respuestas. Es cierto que para que esto
ocurra hay que crear un ambiente de confianza a través de lanzar la mirada hacia un
horizonte claro con un plan de empleo serio a medio y largo plazo; los planes a corto
plazo conforman un horizonte muy limitado y poco alentador y motivador.
La vida personal no está alejada ni desvinculada de la vida social, no hay éxito
personal sin éxito social, ni a la inversa, es decir, éxito laboral sin éxito personal.
Hoy en día el tener o no empleo se ha convertido en un medio de subsistencia y
desarrollo personal y social, dividiendo la sociedad entre quienes tienen y no tienen
empleo. Esta es una de las aportaciones importantísimas que nos ha dado, desde una
perspectiva científica, la inteligencia emocional. Por eso mismo, cualquier persona
que pertenezca a un colectivo con riesgo de exclusión deberá trabajar lo personal y
social de modo paralelo para, posteriormente, poder tener oportunidades en el em-
pleo; muchos programas se formulan desde los conocimientos sin tener en cuenta
que hay que desarrollar las actitudes y aptitudes personales y sociales; una persona
con una situación personal y social complicada difícilmente va a encontrar empleo.
Aquí aludimos de nuevo a la temporalidad de los programas y la importancia de su
interconexión; en estos casos hay que trabajar indicadores personales y sociales que
conllevan mucho tiempo y, posteriormente, o de modo paralelo hay que potenciar
aspectos en la persona para el empleo, con la consecuente coordinación y trabajo entre
servicios sociales y servicios públicos de empleo. Estos programas suelen durar un
año, tiempo que estimamos insuficiente; los programas deberían durar un mínimo de
dos años y lo ideal sería que este mínimo fuese de cuatro años.
La carencia de enfoques teóricos sobre las políticas activas de empleo y la falta
de un enfoque común, donde los programas se puedan ver incluidos en un itinerario,
no tiene consecuencias muy positivas en los usuarios a la hora de aumentar su em-
pleabilidad y de tener verdaderas oportunidades para acceder al empleo. Se realizan
muchas acciones, en muchos casos inconexas, y sin seguir el hilo conductor que lleve
los retos de las políticas activas de empleo ante el mercado de trabajo 169
3
http://www.juntadeandalucia.es/empleo/revistaempleo/revista/RevistaEmpleo/Portal/Revista-
Empleo/Revista_0010/Observatorio/Contenido/asesoramiento_personalizado.html.
170 josé antonio ivars sánchez
sin conexión con los otros, una parte del itinerario profesional, que ahora más adelante
definiremos y describiremos. La temporalidad del programa, un año, y la limitación
a 4 horas de atención para obtener el objetivo que cada entidad tiene en el programa
por cada usuario hacen muy difícil trabajar la empleabilidad y, en definitiva, la in-
serción laboral de cada usuario, su carrera profesional; habrá usuarios que necesiten
una hora y habrá otros muchos, y más si trabajamos con colectivos en riesgo de ex-
clusión laboral, que requerirán más de cuatro horas. Aunque se hagan derivaciones
de usuarios entre profesionales de los distintos programas de las políticas activas de
empleo, aunque hay un seguimiento de lo que se ha realizado, no hay una evaluación
cualitativa, un seguimiento que indique en qué fase del proceso de encuentra y cómo
va evolucionando; por eso proponemos que sea una persona, orientador-técnico de
empleo, o un equipo de empleo, quien o quienes hagan un seguimiento de todo el
proceso, dando continuamente retroalimentación a cada cliente con el fin de ver cómo
va avanzando y qué recursos necesita. Para que se produzca esta coordinación habría
que trabajar indicadores comunes, sujetos periódicamente a evaluación, y establecer
mecanismos de comunicación entre las distintas entidades que colaboran en el de-
sarrollo de los proyectos y de las acciones. Es aquí donde sería muy conveniente la
evaluación de la política pública de empleo, esto es, la evaluación de todas y cada una
de las acciones, siguiendo el proceso que conforma el Itinerario Profesional como un
sistema y valorando qué repercusiones tiene sobre la empleabilidad.
El concepto de itinerario profesional que aquí proponemos es fundamental para
dar racionalidad y orden, a la hora de trabajar, desde los distintos servicios públicos
de empleo, la empleabilidad y la inserción laboral de los usuarios. Es un instrumento
metodológico que permite visualizar, analizar y dotar de recursos al usuario, a través
de una serie de acciones coordinadas que conforman el proceso, de modo personali-
zado, para que de forma autónoma éste incremente su empleabilidad y, en definitiva,
se incorpore al mercado de trabajo mediante un empleo. Se trata de definir y construir
la propia carrera profesional, de modo autónomo y guiado, de provocar un cambio
que le permita, teniendo en cuenta, sus habilidades personales y sociales, llegar
profesionalmente a donde se había propuesto, siempre desde la toma de conciencia
personal y del entorno. Es un proceso donde la persona debe construir, siguiendo una
serie de acciones coordinadas, una nueva situación; debe producirse el cambio de una
situación actual a otra deseada (Bransford; Stein, 1988).
A. Orientación laboral
Esta fase es la más importante y debe durar todo el proceso, incluso una vez conse-
guido el empleo para garantizar el mantenimiento del mismo; en ésta es, a partir de un
diagnóstico que debe realizarse de modo continuo y continuado, dónde debe tomarse
conciencia de dónde estamos y cómo nos vemos en cada momento; no debe dejarse
nunca de lado el objetivo profesional, que puede ir redefiniéndose según las necesida-
des del usuario. Esta toma de conciencia y la vista puesta en el objetivo es lo que va a
permitir ver qué recursos se necesitan en cada instante y qué acciones deben incluirse
en el plan de actuación personalizado; por tanto, se procederá de modo flexible, aten-
diendo las necesidades reales del usuario para que llegue a buen puerto. En el proceso
de diagnóstico y delimitación del objetivo profesional hay que formularse las siguientes
preguntas: ¿Quién soy? ¿Qué quiero? ¿A dónde Voy? ¿Con qué recursos cuento? ¿Qué
recursos necesito y dónde puedo conseguirlos? ¿En quién me puedo apoyar?
172 josé antonio ivars sánchez
Segunda etapa en la que una vez conocido el potencial habrá que ver qué expecta-
tiva tiene. Es necesario determinar hacia dónde quiere ir el usuario a nivel profesional.
Es muy conveniente, yo diría fundamental, que hasta que la expectativa no esté clara,
empleando para ello entrevistas, ejercicios y dinámicas, no se siga interviniendo.
Uno de los principales problemas que vemos en las políticas activas de empleo, tal
y como están planteadas, es que se interviene con los usuarios sin que éstos, en mu-
chas ocasiones, hayan definido de modo claro su objetivo profesional; este es uno
de los principales motivos por los que en nuestro país se realizan actividades y se
invierte tiempo con financiación pública sin que tenga una incidencia significativa en
la empleabilidad y el empleo; de ahí, que muchos currículos sean extensos pero mal
orientados hacia el mercado de trabajo.
Tercera etapa en la que se debe observar y determinar con qué recursos cuenta
el usuario para obtener su objetivo; aquí se detecta qué recursos no tiene el usuario
y dónde puede obtenerlos. Las políticas activas de empleo, si están bien diseñadas y
orientadas, deben ofrecer los recursos que necesitan los usuarios para incrementar su
empleabilidad; estos recursos deben traducirse en acciones que conformen las fases
del itinerario profesional. Si los programas y los proyectos, en definitiva, las acciones
responden a las necesidades reales para que los usuarios incrementen sus competen-
cias para el empleo veremos cómo las oportunidades para el empleo, sea por la vía
del empleo por cuenta ajena como por cuenta propia, se incrementan. Ese es uno de
los principales objetivos de las políticas activas de empleo.
Cuarta etapa, el diseño del plan de actuación. Debe diseñarse un plan de actuación
donde, desde la toma de conciencia constante, el compromiso y la determinación, el
usuario, de modo autónomo, con acompañamiento de los agentes que intervengan en
su itinerario, vaya ejecutando lo que estratégicamente ha decidido que cubre sus ne-
cesidades reales. No nos cansaremos de repetir que en la ejecución del itinerario hay
que hacer seguimiento de todas y cada una de las acciones, recibiendo información
y dando retroalimentación para ir orientando y reorientando el objetivo profesional.
Estas etapas no se plantean de forma lineal, sino de modo cíclico y flexible. De-
ben estar presentes en todo el proceso de implementación del itinerario profesional.
B. Formación Pre-laboral
En esta fase del itinerario profesional se pretende «resituar a los usuarios frente
a la realidad productiva, reestructurar la respuesta deteriorada, distorsionada o su no
existencia a través de la realización de diferentes módulos formativos específicos que
se diseñarán en función de los colectivos que se atiendan» (Jover, 1996).
Se pretende, a través de talleres y sesiones personalizadas, entrenar a los usuarios
en competencias personales y sociales (autoestima, autocontrol, trabajo en equipo,
iniciativa, responsabilidad, organización), en técnicas de búsqueda empleo y en
cómo gestionar adecuadamente la información. Una formación básica y avanzada en
174 josé antonio ivars sánchez
D. Prácticas en empresa
Las prácticas en empresa van a permitir que haya un contacto directo de los
usuarios con el entorno laboral. Es poner al usuario en situación real de trabajo,
donde va a tener que contextualizar todo lo que ha aprendido y ha entrenado en las
fases anteriores; se va a evaluar el desarrollo real de las competencias técnicas y las
competencias personales y sociales. Es una forma de establecer el nexo de unión entre
el usuario y la empresa, una de los escoyos más significativos de nuestro sistema edu-
cativo y de formación para el empleo. El seguimiento y la definición pormenorizada
de las funciones y tareas a desempeñar es crucial para que las prácticas tengan una
incidencia positiva en el incremento de la empleabilidad de los usuarios. Por tanto
hay dos situaciones a tener en cuenta:
1.—El contrato-convenio de prácticas:
En el convenio de prácticas se recopilarán de modo expreso todos y cada uno
de los compromisos y estipulaciones legales que se requieran. Entre los contenidos
que se deben recoger cabe destacar: tutores, funciones y tareas a desarrollar, evalua-
ción y seguimiento, seguro de accidentes, lugar y horario, motivos de resolución del
convenio.
los retos de las políticas activas de empleo ante el mercado de trabajo 175
afianzar a la persona en el mismo. Aquí también habría que asignar un tutor forma-
tivo y un tutor de empresa con los mismos requerimientos que hemos visto para las
prácticas no laborales, tanto en cuanto a desarrollo, seguimiento como coordinación
con el orientador-técnico o equipo de empleo.
Para concluir con este apartado, matizamos que el Itinerario Profesional consta
de una serie de fases tomadas en su conjunto, coordinadas y no independientes y
des-conexas las unas de las otras, donde el papel del orientador-técnico o equipo
técnico es fundamental y necesario para que el sistema, que es el itinerario profesio-
nal, funcione. En la medida que las políticas activas en su diseño, implementación
y evaluación tengan estos aspectos en consideración, entenderemos que se iniciará
una nueva fase de confianza y un nuevo horizonte para el empleo; no tener en cuenta
esto conlleva seguir como hemos seguido hasta ahora y no darnos cuenta de que los
tiempos han cambiado, que necesitamos innovar y cambiar el modelo.
Por tanto, uno de los principales retos en Europa y, más aún en España, es establecer
una comunicación estrecha entre los agentes políticos, económicos y profesionales de
las políticas activas de empleo con el fin de, tras evaluar los resultados de los proyectos
desarrollados en los diferentes entornos, tras las aportaciones de las distintas experien-
cias, diseñar políticas públicas de empleo cuyos programas y proyectos se adapten a
las verdaderas necesidades de los colectivos a los que van destinados.
Otro reto importante es, tal y como hemos repetido de modo insistente, plantear
las políticas activas desde el itinerario profesional para facilitar la comunicación
entre todos los agentes de empleo que intervienen, el orientador-técnico de empleo
o equipo de empleo y el usuario.
La temporalidad tan reducida de los programas es una limitación a considerar
seriamente. Al tratar con usuarios pertenecientes a colectivos en riesgo de exclusión
hay que trabajar no solo con indicadores laborales sino, también, con indicadores
sociales que conlleva pasar la barrera temporal del año, estimando un tiempo mínimo
de dos años e ideal de cuatro como máximo.
A la hora de diseñar las políticas educativas, esto es, de formación reglada, sería impor-
tante que se tuviese en cuenta en los currículo el desarrollo de aspectos que, posteriormente,
van a ser necesarios para el empleo como la incitativa, gestión emocional, trabajo en equi-
po, compromiso, resolución de problemas, autocontrol, etc. Diseñar nuevas metodologías
didácticas y formar a los profesionales de la educación en éstas; no dedicarnos, como hasta
ahora, sólo al saber y un poco al saber hacer, sino al saber ser y estar, en el entrenamiento,
desde unos principios y valores sólidos. En la medida que «La Escuela» siga está dirección,
las políticas activas serán como la continuación o el complemento práctico para que los
usuarios, siguiendo el itinerario profesional, accedan al empleo; algo que teóricamente
parece muy sencillo, en la práctica de nuestro país, con tantas reformas educativas y tantos
intereses creados, se nos presenta como muy difícil. Por eso mismo, abrir un debate serio
sobre este asunto es una tarea urgente y necesaria para poder cambiar y generar un clima
de confianza hacia el futuro de nuestros jóvenes y desempleados.
Al igual que en la formación reglada se requiere un nuevo modelo y un serio
compromiso de toda la comunidad educativa, empezando por reclutar y formar a
los profesionales de la educación en nuevas competencias, en la formación y orien-
tación para el empleo pasa lo mismo. Hay una gran carencia formativa en nuevas
competencias y en cómo deben iniciarse, implementarse y evaluarse los itinerarios
profesionales por parte de los profesionales que diseñan, implementan y evalúan los
programas y proyectos de empleo.
V. Bibliografía
Bransford, J. D. y Stein, B. S. (1988), Solución Ceniceros Estévez, J. C., et. al., (2003), Orien-
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