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Max Plank

Max Planck era originario de una familia con gran tradición académica. Su bisabuelo
Gottlieb Planck (1751-1833) y su abuelo Heinrich Ludwig Planck (1785-1831) fueron
profesores de teología en la Universidad de Gotinga, su padre Wilhelm Johann Julius von
Planck (1817-1900) fue profesor de derecho en Kiel y Múnich, su tío Gottlieb Planck
(1824-1907) fue también jurista en Gotinga y uno de los padres del Código Civil de
Alemania.
Nació el 25 de mayo de 1858 en Kiel, del matrimonio de Julius Wilhem con su segunda
esposa Emma Patzig (1821-1914). Tenía cuatro hermanos (Hermann, Hildegard,
Adalbert y Otto) y dos medio hermanos (Hugo y Emma), hijos de su padre con su primera
esposa. Pasó en Kiel sus seis primeros años y, a continuación, su familia se mudó a
Múnich, allí se matriculó en el Maximilians-Gymnasium. Sus compañeros de clase eran
hijos de familias conocidas de Múnich. Entre ellos se encontraban el hijo del banquero
Heinrich Merck y Oskar Miller, fundador más adelante del Deutsches Museum. A los
dieciséis años obtuvo su Schulabschluss o graduación. Como mostraba talento para la
música, tocaba el órgano, el piano y el chelo, también le gustaban la filosofía clásica y
las ciencias. Dudó a la hora de elegir su orientación académica, así que consultó al
profesor de física Philipp von Jolly, quien le respondió que en física lo esencial estaba ya
descubierto, y que quedaban pocos huecos por rellenar (concepción que compartían
muchos otros físicos de su tiempo). Planck respondió a su profesor que no tenía interés
en descubrir nuevos mundos sino en comprender los fundamentos de la física;
finalmente se decidió por esta materia.
El curso 1877/78 lo realizó en Berlín, en la Universidad Friedrich-Wilhelm, donde recibió
las enseñanzas de los célebres físicos Hermann von Helmholtz y Gustav Kirchhoff, a
quienes ya había conocido en Múnich. De Helmholtz dijo Planck que no preparaba las
clases, que constantemente se equivocaba en los cálculos, de modo que cambiaba una y
otra vez lo que estaba escrito en la pizarra y que parecía tan aburrido como los
estudiantes. El resultado era que pocos estudiantes permanecían en su aula. Al final solo
quedaron tres estudiantes, entre los que se encontraban el propio Planck y el más tarde
astrónomo Rudolf Lehmann-Filhés. Pese a esta opinión desfavorable sobre Helmholtz
como profesor, trabó una amistad con él. En esta época se dedicó paralelamente por su
cuenta al estudio de la obra de Rudolf Clausius, de quien admiró su discurso
comprensible y su claridad sobre los principios de la termodinámica. Fue en este tema en
el que trabajó para preparar su tesis de doctorado, que llevó por título Über den zweiten
Hauptsatz der mechanischen Wärmetheorie (Sobre el segundo principio de la
termodinámica) y que presentó en 1879 en Múnich, con veintiún años. Volvió a Múnich
en 1880 para ejercer como profesor en la universidad. En 1889, volvió a Berlín, donde
desde 1892 fue el director de la cátedra de Física teórica.

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