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Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)

La Escuela Nacional de Economía y los Problemas del Desarrollo Económico de México


Author(s): Alfonso AYENSA
Source: Investigación Económica, Vol. 14, No. 3 (TERCER TRIMESTRE 1954), pp. 453-481
Published by: Facultad de Economía, Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM)
Stable URL: https://www.jstor.org/stable/42776382
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La Escuela Nacional de Economía y los
Problemas del Desarrollo Económico
de México

Alfonso AYENS A

cuela Nacional de Economía radica en los cursos de con-


Una ferencias cuela deferencias
las Nacional actividades organiza
que deorganiza
Economía más sobre sugestivas
sobre radica loslos
en temastemas
y los útiles cursos candentes de de la con- Es-
candentes dede
actualidad relacionados con sus peculiares trabajos. A las con-
ferencias siguen mesas redondas en las que, con un criterio obje-
tivo, se desmenuzan y analizan las tesis sustentadas por los
conferenciantes, extrayendo de ellas cuanto con sentido afirma-
tivo puede servir de orientación. Esta labor de crítica construc-
tiva no sirve sólo para elaborar el pensamiento de los futuros
economistas, sino que tiene más alto vuelo ya que, a través de
ella, los dirigentes financieros, los industriales, en general, los
técnicos en materia económica, pueden basar sus normas de
actuación futura en pro de un desarrollo material del país, cada
día más intenso. Así, la Escuela de Economía cumple, con ele-
vación patriótica, el doble cometido de formar profesionistas com-
petentes, en cuyas manos no vacile el porvenir económico nacio-
nal, y sale de su ámbito docente para establecer contacto con las
realidades del instante, enfrentándose con los problemas en cali-
dad de guía cuya inspiración se nutre de experiencias y depura
doctrinas, misión extrauniversitaria de asesoramiento y forja-
dora de una conciencia sólidamente responsable en materia tan
indispensable para el progreso.
No podía ser otra su función, cuando todas las inquietudes
nacionales se enfocan en un sentido de eficacia, con un afán
de superación que se refleja en positivos adelantos, alcanzados,

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en algunos casos, a vertiginoso ritmo. La Escuela de Economía


tenía, lógicamente, que vivir y evolucionar con la celeridad
característica de la época actual, sin sustraerse a las hondas
preocupaciones de un pueblo en el pleno desenvolvimiento de
sus energías, acuciado por la noble voluntad de incrementar sus
recursos, de alumbrar nuevas fuentes de riqueza. Pisando terre-
no firme y lleno de fe el espíritu, la Escuela de Economía ha
laborado y labora compenetrada con el sentimiento del México
nuevo, sirviendo con devoción sus intereses, en una obra de la
que es índice su ejecutoria, aun cuando, a impulsos de ejemplar
modestia, no adquiera su eco fuertes resonancias.
El actual director de la Escuela, Licenciado Ricardo Torres
Gaitán, al aludir a los "Cursos de Invierno", resalta precisa-
mente ese carácter de gran amplitud que revisten los trabajos,
afirmando que la Escuela de Economía invita a exponer sus
opiniones a hombres preparados, sin limitaciones ideológicas o
doctrinarias, siempre abierta a la recepción de las ideas, sin
distingos de ninguna naturaleza. "La libertad de cátedra y de
investigación, proverbial en la Escuela, ha sido celosamente
respetada, ya que sólo así puede conseguirse una clara visión
de las más opuestas ideologías y de su aportación constructiva".
No se reducen los cursos de conferencias a exposiciones de pres-
tigiosas figuras, sino que tienen también cordial acogida las
manifestaciones que formulan los hombres jóvenes, en período
de formación, cuya mente inquieta produce a veces destellos
geniales y expresa siempre opiniones sinceras, desapasionadas,
limpias de todo prejuicio.
De esta forma se obtiene un panorama límpido, exacto,
sobre la situación económica de México, con claros perfiles que
delimitan su presente y que marcan las perspectivas del fu-
turo, sin ocultar las dificultades, ni desdibujar los horizontes
de lo que es realmente posible.
De la entrañable preocupación que la Escuela de Economía
siénte por los problemas fundamentales, puede juzgarse tenien-
do en cuenta los enunciados de los cursos y de las discusiones
subsiguientes. No se trata en ellos de teorizar, de hacer filoso-
fía sobre la ciencia económica; se contrastan experiencias, rea-
lidades vivas, examinándose el pro y el contra, de tal forma que
las doctrinas utópicas, anticuadas o inadaptables al medio me-

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xicano, se desechen. Este criterio selectivo, establecido en v


de un conocimiento de las posibilidades materiales y de psico-
logía colectiva, ha prevalecido en cada momento, garantizando
la utilidad de la obra con tanto entusiasmo realizada.
Refirámonos, siquiera sea de modo sucinto, a los últimos
cursos y debates que han tenido lugar en la Escuela y reseñe-
mos con brevedad algunas de las ideas expuestas.
Así como en otros años se estudiaron problemas de indus-
trialización, en el curso de 1952 se puso el acento de modo sin-
gular sobre los relacionados con el desarrollo económico de
México, en el de 1953 se examinó, en su conjunto, el tema de
niveles de vida y en éste, de 1954, fueron analizados los refe-
rentes a los problemas económicos inmediatos del país, basán-
dolos en la situación económica presente. Las conferencias del
primero de los ciclos mencionados se iniciaron con una descrip-
ción de las posibilidades que en el orden económico se vislum-
braban a la sazón, y abarcó el examen de las fundamentales face-
tas del problema general del desarrollo: ingreso nacional, fuer-
za de trabajo, recursos naturales, mercado, reforma agraria, po-
lítica fiscal y monetaria, sin dejar de analizar el estado de
otros elementos-clave, como capital y balanza de pagos, refle-
jándose la marcha del complicado mecanismo en el nivel de
vida, que fué asimismo objeto de estudio.
Unas cuantas juiciosas observaciones del doctor Manuel
Sánchez Sarto abrieron cauce a las reflexiones contenidas en
las conferencias del curso 1952. Se referían a las perspectivas
del desarrollo económico y subrayaban, en cierto modo, la con-
veniencia de vigorizar el sentimiento de solidaridad y de co-
operación entre los diversos sectores de la economía nacional.
Algo así parecía insinuar cuando calificaba de "insatisfactorios
e irritantes los monopolios de acción, de empresa y de ganancia",
señalando que la experiencia de la segunda postguerra en los
gťandes países ha enseñado que el precio de la libertad de em-
presa consiste en la recta observancia y en el decidido servicio de
las grandes ideas sociales por parte de los empresarios y que
el inversionista sólo podrá ver respetada la autonomía de sus
decisiones si compagina su personal interés con los intereses
colectivos, sin abrigar el absurdo propósito de sustraer sus ga-
nancias al juego de las actividades productivas, al sostén de las

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cargas fiscales, creando para él y para sus seme


lo donde no puedan penetrar quienes no gozan d
ni tienen bienes que ahorrar e invertir. En la tónica y en la
decencia de esa conducta - añadía - se hallará la línea de lí-
mite a la acción interventora del Estado. Y esa misma respon-
sabilidad de acción correcta, de tolerancia y de afán construc-
tivo, incumbe a todos: productores y empresarios, obreros, téc-
nicos y funcionarios, a todos menos a quienes permanecen aún
al margen de la voluntad de acción, porque todavía no han
sido ayudados a trasponer el umbral que separa la miseria, de
la vida holgada. Es decir, que entre todos alzaremos un valladar
a la absorción por el Estado, o entre todos pondremos en sus
manos las armas que darán muerte a la libertad y haremos un
tirano de quien por principio no debería ser sino nuestro ser-
vidor. ,
En la disertación referente al ingreso nacional, sustenta-
da por el señor Romero Kolbeck, se manifestó la necesidad de
proceder con espíritu analítico más que descriptivo al esta-
blecer las cifras del ingreso nacional, estimando que lo impor-
tante no es tan sólo detallar el monto del ingreso por años, ya
que únicamente se podrá conocer si el mencionado ingreso tie-
ne una tendencia ascendente o descendente. Lo importante no
es la cifra total del ingreso nacional en sí, sino el desglose de
ésta por industrias, por sectores de la economía, su flujo ha-
cia el capital y el trabajo, los sectores en que se origina, las
interrelaciones de los sectores, su distribución final, cifras de
inversión, ahorro, gastos de los consumidores, ingreso dispo-
nible etc., con el fin de estar en posibilidad no sólo de analizar
las condiciones económicas presentes, sino de realizar previsio-
nes a fin de que, estimando condiciones económicas futuras, po-
damos tener bases para nuestras decisiones actuales en cuanto
concierne a la política económica.
El Licenciado Diego López Rosado, al valorar la fuerza de
trabajo resaltó la reducida proporción de ésta en relación con
la población económicamente activa. Así, apuntaba que de los
4.6 millones en que se cifraba esta población activa en 1900, se
pasó a 4.9 en 1921, a 5.2 en 1930, a 5.9 en 1940 y a 7.8 en
1950. Comparada con la población total, resulta que la fuerza
de trabajo representaba el 34% en 1900 y en 1921; el 31% en

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1930 y el 30% en el período 1940-1950. Canadá, Estados Unidos


Japón, Francia y Alemania poseen una fuerza de trabajo que
absorbe entre el 40 y el 53% de su población total y aún Bra-
sil y Cuba observan porcentajes más altos que el de México. El
Lic. López Rosado atribuye esta situación - que es caracterís-
tica de los países en proceso de desarrollo - al insignificante
empleo de la mujer en las actividades productivas, a la reduc-
ción paulatina de la mortalidad infantil, que aumenta la propor-
ción de niños y eleva, por tanto, el número de habitantes im-
productivos. Posiblemente también, como consecuencia del me-
joramiento de las condiciones económicas en algunas regiones
agrícolas, disminuyó el número de adolescentes que trabajan
en el campo.
Aun cuando el autor del estudio expresa su esperanza de
que en años sucesivos se incremente el volumen disponible de
la fuerza de trabajo, en virtud de varios factores: aumento de
la población, tendencia de la pirámide de edades a nutrir los
sectores económicamente activos, mayor utilización de la mujer
en actividades productivas etc., afirma que más que la magnitud
es la mejora cualitativa de la fuerza de trabajo la que determina
el éxito de los planes de fomento. Esa mejora puede alcanzarse
mediante el aumento de los bienes de capital por cada hombre,
o sin prescindir por completo de este factor, por la vía de re-
distribuir la fuerza de trabajo para obtener un rendimiento
máximo, a base de reducir vigorosamente la subocupación, sien-
do el objetivo aumentar la productividad por los caminos más
adecuados y económicos.
Para el Lic. López Rosado el medio de que se esté operan-
do, cada vez en forma más visible, un desplazamiento de la
fuerza de trabajo ocupada en las labores agrícolas hacia otras
actividades revela, en términos generales, que se están hacien-
do progresos en materia de desarrollo económico. Los adelantos
en la industrialización se han alcanzado mediante la incorpora-
ción de equipo más eficiente, pero es limitada su capacidad pa-
ra absorber una mayor cantidad de fuerza de trabajo. La ma-
yor parte de los incrementos experimentados por la oferta de
mano de obra disponible se localiza en el sector de los servicios,
en especial en el de las actividades comerciales - -sector de la
economía que dispone de escasos recursos de capital y de los

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458 INVESTIGACION ECONOMICA

demás bienes complementarios de producción - , oferta que se


traduce en un aumento del "subempieo de fomento" que afecta
negativamente al ritmo de crecimiento de la demanda efectiva
global.
La solución consistirá en lograr un crecimiento armónico
de todos los sectores de la economía, reforzando las inversiones
hasta hoy efectuadas en los diferentes servicios, para no conti-
nuar aumentando las proporciones en que se produce el subem-
pleo de fomento y la desocupación oculta, hecho que, en un plazo
más o menos breve, puede contribuir a frenar el desarrollo eco-
nómico. Los planes de fomento económico requieren, pues, in-
cremento de las inversiones en bienes de capital y su colocación
ha de hacerse en función de una planeación apropiada que tenga
como fundamento estudios más profundos sobre la composición
del ingreso nacional y de presupuestos elaborados por expertos.
Por otra parte, es indudable, en términos del ingreso nacio-
nal per capita que se han registrado mejoras de consideración;
pero se juzga que un análisis particular de cada sector de las
actividades económicas, en especial de los trabajadores agríco-
las, de los servidores del Estado y de los empleados mercantiles,
arroja como resultado un deterioro evidente de sus salarios rea-
les, sobre todo a partir de la segunda guerra mundial.
Casi enlazado con el tema relativo al valor de la fuerza de
trabajo en el desarrollo económico, se nos ofrece el correspon-
diente a los recursos naturales y, disertando sobre él, el Ingenie-
ro Gonzalo Robles afirma: "el primer recurso que tiene que ser
conservado y mejorado es el hombre". Presenta, en toda su cru-
deza, el angustioso problema de la miseria que aqueja a amplí-
simas zonas de la humanidad y alude a las recientes estimacio-
nes de los técnicos de la FAO, los cuales aseguran que los
requerimientos para una dieta mínima suficiente y equilibrada
de la probable población mundial en 1960 reclaman un aumento,
sobre la producción en 1950, del 21% en cereales, 27 en legum-
bres, 163 en frutas y verduras, 46 de carne y 100% de leche. El
incremento medio de la producción de alimentos en 1948-49 fué
tan sólo de un 5% con relación al período de la preguerra, lo que
se traduce en una disminución real del consumo per capita, dado
el aumento de la población (10%).
De este panorama tan poco confortador no podía México

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constituir una excepción, ya que además, como señala el Inge-


niero Robles, la crítica científica ha deshecho la idea de la fabu-
losa riqueza de este país y ha encontrado en él no pocas limita-
ciones y obstáculos, impuestos por la Naturaleza, que dificultan
el desarrollo económico.

No se conocen bien los recursos naturales de la República,


no obstante los progresos alcanzados en los últimos años por las
investigaciones estadísticas, climatológicas, hidrológicas, geoló-
gicas y agrológicas ; en cuanto a las oceanográficas, apenas están
desfloradas. Es menester efectuar un inventario de los recur-
sos, lo que exige esfuerzos técnicos muy diversos y cuantiosas
aportaciones financieras.
El Ingeniero Robles señala la gran extensión del territorio
mexicano en comparación con los Estados europeos ; en América
Latina, México ocupa el tercer lugar por este concepto. Padece
un poco de exceso de espacio, más por el peso de territorios poco
habitados, que por extensión absoluta. Su relieve es muy abrup-
to, lo cual constituye una rémora en las comunicaciones.
En el aspecto de los recursos, el factor más adverso para el
desarrollo económico de México es el régimen pluvial. El índice
medio de lluvias anuales (780 m.m.) resultaría insuficiente en
país de alta evaporación como éste; pero el dato no refleja la
realidad por la irregular distribución de lluvias, copiosas en las
costas del Golfo, escasas en la Mesa Central y raras en el Norte
y Noroeste. De la importante masa de aguas subterráneas, se
aprovecha la parte que brota en forma de manantiales y la que
se obtiene mediante pozos de bombeo o artesianos. Interesaría
llegar a determinar con seguridad los mantos freáticos existen-
tes a fin de establecer pequeños regadíos y resolver otros pro-
blemas de abastecimiento de aguas.
De los 181.000 millones de metros cúbicos de agua escurrida,
el Ingeniero Robles indica que solamente se emplean unos 16.000
millones, esto es, algo menos del 9%. El carácter invencible de
algunos obstáculos naturales resta disponibilidades de recursos
hidráulicos, pero considera que podría llegarse al aprovecha-
miento de un volumen cuatro veces mayor que el actualmente
utilizado. Ello permitiría regar, con los coeficientes en vigencia,
una superficie de 6,7 milones de hectáreas, aunque otros cálcu-

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los más conservadores fijan el tope máximo de


en 4,5 milones de hectáreas.
No hay que dejar de resaltar, como uno de los más legíti-
mos orgullos de México, la obra desarrollada por la Comisión
Nacional de Irrigación. El proyecto de la Cuenca del Papaloapan
es análogo, en su concepción integral, al del Valle del Tennessee,
una de las más admirables realizaciones norteamericanas.
En la producción de fuerza hidráulica encuentra México ven-
taja en el régimen torrencial de los cursos fluviales, por causa
del relieve. Dentro de la producción de energía eléctrica, repre-
senta en México la fuerza hidráulica un papel esencial, ya que es
deficiente la explotación y aprovechamiento de carbones y no es
medida de buena política económica el empleo del petróleo; la
potencialidad de todas las caídas hidráulicas se evalúa en 6 mi-
llones de caballos de vapor.
La superficie laborable de México comprende el 12% del te-
rritorio o sean 24 millones de hectáreas. La deforestación ha
sido intensa y a ella contribuyó el auge de la minería durante
cuatro siglos. Quedan todavía en México 26 millones de hectá-
reas forestales, en zonas montañosas poco accesibles y en regio-
nes tropicales, correspondiendo a estas últimas las selvas de ma-
deras preciosas. Hay pocos bosques, la erosión está muy avan-
zada, la violencia de las corrientes fluviales azolva con sus aca-
rreos sus cursos bajos y los vasos hidráulicos y, por otro lado,
la actividad eólica infiere graves daños a las tierras de labor.
No obstante las medidas de conservación que los organis-
mos competentes adoptan, es notorio el empobrecimiento del
suelo, como lo prueba el estado de la comarca del Bajío, de extra-
ordinaria feracidad en otro tiempo. Los síntomas se advierten
ya en zonas de agricultura más reciente, como la Comarca La-
gunera.
Para prados y pastizales cuenta México con una superficie
de 56 millones de hectáreas, o sea el 28% del territorio. Pero el
valor de la mayoría de las tierras de pasto es mediano y muchas
de ellas carecen de abrevaderos.
En cuanto a minería, el Ingeniero Robles hace constar que
México produce el 33% de la producción mundial de plata y ocu-
pa lugares importantes en la de antimonio, molibdeno, zinc, mer-
curio, plomo, cobre y oro, habiendo sido hasta el siglo pasado las

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actividades mineras las más relevantes en la economía nacional


y figurando, todavía hace poco, como el mayor renglón de la ex-
portación. Las industrias nacionales - anota el Ingeniero Ro-
bles - no se hallan en condiciones de absorber la producción
minera, excepción del hierro y del carbón. Existen numerosos
yacimientos ferríferos, esparcidos por casi todo el ámbito de la
República; carbones para coque sólo se han explotado en la
cuenca de Sabinas, Coahuila, motivo por el cual la industria
siderúrgica se encuentra localizada en el Norte. Pero apremia
encontrar nuevas reservas ; de las estimadas no hace mucho co-
rrespondían a México mil millones de barriles. Muy reciente-
mente se han logrado nuevos hallazgos.
El Ingeniero Robles, al esbozar esta situación en cuanto a
las explotaciones mineras, dice : "En realidad, no debemos enva-
necernos del uso de cualquier mineral como materia de expor-
tación". Y cierra el bosquejo sumario sobre los recursos natu-
rales afirmando que el mar es uno de los grandes recursos po-
tenciales de México como lo es en todo el mundo. No hay que
subestimar la importancia de los diez mil kilómetros que miden
las costas mexicanas frente a los dos grandes océanos.
Impresión real, fundada en datos concretos no en cálculos
ilusorios, ni pesimista ni optimista, simplemente confiante en la
voluntad de trabajo del pueblo mexicano, ya que el cuadro tra-
zado por el Ingeniero Robles indica la existencia de recursos tal
vez modestos - como él mismo reconoce - pero apreciables y
diversificados, que proporcionan al país bases materiales sufi-
cientes para su desenvolvimiento.
En el mismo curso de conferencias 1952 el Licenciado Ma-
nuel Bravo Jimérez pergeñó las líneas esenciales para el examen
de un tema que es corolario de los diversos problemas relacio-
nados con el desarrollo económico: el nivel de vida, que no sólo
es claro índice de ese desarrollo sino "condicionante de posterio-
res avances, tomando la forma de capacidad de compra, mer-
cado".

El Licenciado Bravo aludió a la lucha reñida por las clases


populares del país para liberarse de yugos seculares y justificó
la adopción de medidas enérgicas, por la dramática urgencia a
que se vieron impelidos los dirigentes de la Revolución, actuan-
do "con una alta sensibilidad de lo que es esencial en el destino

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462 INVESTIGACION ECONOMICA

del pueblo", "con gran visión natural, incorru


dose a un ideal"; "la lucha sistemática de los intereses popula-
res por superar formas que limitan el desenvolvimiento y el
progreso social, material y político de esta civilización, extraor-
dinaria en muchos aspectos, que surge de una conquista, de un
dominio de tres siglos y de una liberación con soluciones, dotada
ya de nuevo contenido". Resalta la circunstancia de que los de-
rechos de los grandes grupos de población del país, su clase cam-
pesina y su clase obrera, se han consolidado en un marco jurí-
dico en el cual el Estado, como representante de esas grandes
corrientes, se erige en patrocinador, convirtiéndolos en el obje-
tivo de su acción pública, en la esencia de su programa, que no
es otro que el mejoramiento de las condiciones de vida de las
masas laboriosas. Para realizarlo no puede abandonarse la ta-
rea apremiante de ampliar la capacidad productiva del país, obra
que requiere la creación, el estímulo, el desorrollo y la consoli-
dación de los recursos de capital mediante el uso del trabajo asa-
lariado y perfeccionamiento de las técnicas que acrecienta el
grado de explotación ; "la proporción en que el nuevo valor crea-
do se reparte, en virtud del mecanismo de valorización social del
mercado", será su resultante. Pero este proceso - agrega - se
traduce también en una creciente ampliación de las posibilidades
de acumulación de capital y, en términos relativos, en una cre-
ciente capacidad de adquisición de los bienes producidos.
"Para algunos - afirma - se juzga del nivel de vida sólo
y exclusivamente en función de las cantidades producidas de
bienes y servicios. Pero esa es una apreciación parcial y desli-
gada de una realidad humana, por más real que sea la aprecia-
ción cuantitativa", ya que en cada nueva etapa el nivel de vida
cambia de sentido, de contenido y de estructura, esto es, evolu-
ciona con arreglo a los avances técnicos, al progreso, que van
creando en el ser humano nuevos afanes y nuevas exigencias.
Ante la naturaleza contradictoria del proceso, agravada por
la necesaria participación del Estado y dramatizada por las des-
igualdades sociales, el Licenciado Bravo formulaba algunas inte-
rrogantes, llenas de sugerencias para el planeamiento de solu-
ciones. Y así inquiría; ¿Qué opinan los economistas sobre la
necesaria y sistemática ampliación de los recursos colectivos del
país; la necesidad de fortalecer las fuentes y las posibilidades

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 463

de capitalización ulterior y, al mismo tiempo, el logro de esa


meta sin que haya necesidad de un cambio radical de condiciones
que suscite nueva reclamación por parte del pueblo para parti-
cipar con mayor amplitud en la riqueza que él mismo ha creado?
¿Debe justificarse, siquiera sea teóricamente, una política eco-
nómica superior en la que no tenga medida la concentración de
recursos de capital, cuando, además de los peligros que el fenó-
meno encierra, parte importante de la riqueza creada se destina
a satisfacer las extravagancias que favorece y estimula la con-
centración misma? Pero, ¿puede por otra lado, desconocerse la
necesidad de un ambiente propicio para que, como consecuencia
del progreso, se incremente la inversión de recursos privados,
reduciéndose así las exigencias que de otro modo se imponen a
la política monetaria y del crédito? ¿Deberá el economista decla-
rarse en contra de la capitalización y en favor de una redistri-
bución de la riqueza, con los argumentos irrefutables que ofrece
el propio desenvolvimiento industrial, en el que precisamente la
población trabajadora constituye la base del mercado, la base
más importante, para la consolidación y sucesivo ensanchamien-
to de la capacidad productiva del país? ¿Ha de auspiciarse una
política que, según se dice, limita la tasa de beneficio, reclama
una mayor participación del Estado con un uso más amplio de
recursos públicos, lo que se traducirá a su vez en una corriente
inflacionaria más severa? ¿Se pueden descuidar esos intereses
generales y, ante el fetiche de la inversión, provocar reacciones
políticas y sociales de profunda gravedad para el futuro de Mé-
xico?

El Licenciado Bravo advierte luego que, en la etapa pre-


sente, los elementos positivos de una acumulación cuantitativa
- después de obstinados esfuerzos de veinte años para ampliar
los recursos productivos - van cambiando de signo y pueden vol-
verse negativos a menos que se supere la actual estructura eco-
nómico-social y política, y señala que sería provechoso que los
economistas dirigieran sus esfuerzos al delineamiento de los
principios de una política económica superior, que responda a
las necesidades más urgentes e inmediatas, y entre las cuales
še destacan predominantemente un relativo descenso del nivel
de vida, determinado por un creciente costo de bienes y servicios
fundamentales, y por una grave y defectuosa distribución del

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464 INVESTIGACION ECONOMICA

ingreso nacional, que debilita seriamente la capacidad de mer-


cado interior. Tanto el desarrollo económico como el nivel de
vida de las clases trabajadoras, son dos elementos tan estrecha-
mente relacionados que podrían tomarse casi como condicionan-
tes mutuos.
En el estudio que venimos analizando, su autor hace cons-
tar los datos halagüeños: ingreso nacional quintuplicado en el
período 1940-50, creciente participación de los nacionales en las
inversiones; ejecución de obras públicas; aumento de la superfi-
cie cultivada; actividad industrial duplicada con respecto a las
cifras de 1929, etc. Con arreglo a estos antecedentes se infiere
una mejoría del nivel de vida, si se tiene en cuenta el incremento
en el consumo por habitante de diversos productos agrícolas:
índice de 100 en 1938, convertido en 128 en 1949. Expresando
el ingreso en moneda de poder adquisitivo igual al que tenia en
1929 resulta que en ese año el ingreso per capita fué de 174 pe-
sos mensuales para 1939 había subido a 222 y para 1946 podía
considerarse de 246. Teniendo en cuenta el alza de los precios
de 1929 para acá, en términos de poder adquisitivo real, esos
246 pesos se han convertido en 98 al mes ; pero es que quizá tres
cuartas partes de la población reciban ingreso anual de 390, que
a los precios actuales equivale a menos de 33 pesos al mes. Las
anteriores cifras corresponden a un folleto publicado en 1951
por la Secretaría de Educación Pública en el que se recogieron
cuatro conferencias sobre la materia y se afirmaba además que
"al ritmo de desenvolvimiento económico actual, México tar-
dará más de setenta años en alcanzar para su población un nivel
de vida que comience a aproximarse a las normas mínimas de
bienestar y de salud".
Otros aspectos del magno problema del desarrollo econó-
mico fueron examinados en ese curso, en el deseo de encontrar
orientaciones para una solución adecuada a las necesidades de
las masas trabajadoras; se habló, entre ellos, del mercado, de
la reforma agraria, de la política fiscal y de la balanza de pagos
y todo ese análisis culminó en los debates de Mesa Redonda, de
los cuales pueden extraerse enseñanzas muy convenientes.
En la discusión sobre el capital y el desarrollo económico
- tema que examinó en notable conferencia el Doctor José Anto-
nio Mayobre - el doctor Sánchez Sarto rebatió la idea de que

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 465

en los países nuevos el incremento de la capitalización ne


ser forzosamente muy alto, puesto que hay otras posibil
entre ellas la de un más racional aprovechamiento del capital:
una capitalización baja, compensada con una eficiencia marginal
más alta del capital, puede ser una meta político-económica para
los países jóvenes o poco desarrollados de América. Comunicó
sus reservas respecto a la incorporación de capital extranjero:
semejante incorporación puede permitir elevar en corto plazo la
tasa de inversión sin reducir simultáneamente el consumo y, por
otro lado, sin rebajar el ritmo de desarrollo. Tales efectos se
producen en cuanto esa afluencia de capital extranjero se tra-
duce en un aumento patrimonial de bienes tangibles o de bienes
rentables. Pero no se pueden subestimar las servidumbres polí-
ticas que, en muchos casos, determinan las inversiones extran-
jeras, aun cuando haya que reconocer que predominan las ven-
tajas sobre los inconvenientes, ateniéndonos al punto de vista
material.

Enunciando las tres formas de manejo de masas de capital,


susceptibles de impulsar el desarrollo económico, anotaba, de un
lado, las inversiones del gobierno, limitadas por el propio ingreso
gubernativo y por la rigidez que resulta de la formulación del
presupuesto, aun cuando el gobierno goce de autonomía sólo res-
tringida por las leyes ; por otro lado, se refería a las inversiones
internacionales - inversiones de gobierno a gobierno - canali-
zadas a través de organismos internacionales, como el Banco de
Reconstrucción y Fomento, cuantiosas en apariencia, pero insu-
ficientes para cubrir la demanda de créditos que formulan los
países deficientemente desarrollados. En cuanto a las inversio-
nes de tipo privado, falta - según Sánchez Sarto - un cierto
control estatal que oriente las inversiones, limitándolas e incluso
prohibiéndolas en algunos casos y estimulándolas en otros, con
arreglo a las necesidades y conveniencias nacionales, control que
existe en algunas economías de Europa ocidental, como existe
una limitación legal a la tasa de ganancias, no para absorberlas
por el conducto de la imposición sino para limitar la disponibi-
lidad para fines de inversión.
En los países en que el capital es escaso y, sin embargo, la
mano de obra abundante, en lugar de inversiones de alta capi-
talización en industrias no básicas debiera darse preferencia a

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466 INVESTIGACION ECONOMICA

las inversiones que reclamaran una capitalización modesta y que


permitieran, además, ampliar las posibilidades de ocupación
obrera. De esa forma se aliviaría en cierto modo la presión in-
flacionaria de origen demográfico y se contribuiría a reducir en
parte la dependencia económica del extranjero, tanto en la
adquisición de equipo como de refacciones. Es evidente - afir-
maba - que el progreso económico se ha logrado mediante apli-
cación de criterios puramente monetarios, pero en detrimento
de la posibilidad de absorber, mediante capitalizaciones bajas,
una mayor masa de población.
Respecto al ahorro, el doctor Mayobre apuntó la convenien-
cia de impulsarlo, incluso mediante una adecuada elevación del
tipo de interés, que no necesita ser muy alto, y evitar el consu-
mo. Por otra parte, una tendencia expansionista en una econo-
mía en desarrollo, la tendencia al alza de precios que se produce
de todas maneras, es el suficiente aliciente ; la "eficiencia margi-
nal del capital" es bastante alta para neutralizar cualquier alza
en el tipo de interés que tenga que cargarse a la mercancía.
Problema de honda transcendencia, examinado en Mesa Re-
donda, después de amplia exposición del Doctor Edmundo Flores,
es el de la reforma agraria. Puso su acento de modo vigoroso el
doctor Flores sobre la apremiante necesidad de tecnificar la
agricultura mexicana, considerando que la Reforma Agraria
cumplió ya su cometido, al destruir en México la organización
política, social y religiosa que se sustentaba en el monopolio de
la tierra. Afirmó que "la existencia de grandes propiedades no
afectadas por la reforma, puede repugnar al agrarista a ultran-
za", pero que "resulta indudable que la gran unidad agrícola, por
sí sola, no puede tomarse como prueba de la existencia del siste-
ma latifundista tradicional". El doctor Flores entendía que urgía
una política agrícola bien definida que incrementase la producti-
vidad por hombre y por hectárea, en las zonas de agricultura
secular, "a la vez que se crean nuevas fuentes de ocupación que
absorban los aumentos de la población debidos al crecimiento
natural y a los desplazamientos que ocurrirán al aumentar la
eficiencia de la agricultura", y aseguraba que "si la agricultura
no recibe un potente impulso, que se traduzca en un aumento del
nivel de vida de la población agrícola, la industrialización del
país no llegará muy lejos".

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 467

Contradictor documentado del doctor Flores fué el Inge-


niero Manuel Mesa Andraca quien sostuvo que sin la reforma
agraria ultimada no será posible la "revolución agrícola" que
consiste en la aplicación de la técnica moderna para lograr el
aumento de la productividad en la agricultura. El Ingeniero
Mesa entiende que la transformación del campo en México no
será una realidad mientras persistan los actuales índices de con-
centración de la propiedad, pues si bien es cierto que desde 1915
se ha puesto en posesión de los campesinos ejidatarios el cin-
cuenta por ciento de las tierras de cultivo, no se ha destruido el
latifundismo en México, por lo que la Reforma Agraria no ha
terminado aún su misión, entendiendo por tal reforma no sólo
la atribución de tierras a los trabajadores sino la concesión del
crédito agrícola, la organización de la explotación ejidal para
lograr la elevación del patrón de vida de la población rural, que
representa la mayor proporción de los habitantes de México.
En la Mesa Redonda prevaleció el criterio de las explotacio-
nes colectivas como mejor medio de dotar a las unidades ejidales
de la maquinización precisa. Los términos "revolución agrícola"
- esto es, tecnificación de la agricultura en pro de un más inten-
so rendimiento - y "revolución o reforma agraria" fueron con-
siderados como inseparables, ya que no se puede hablar de refor-
ma, en el aspecto esencial de auténtica satisfacción de necesidades
sociales, sin que aquella contenga los elementos apropiados para
su eficiente resultado. Por último, predominó la idea de que la
reforma agraria es un prerrequisito del desarrollo económico.
Con los cauces ya trazados para un estudio más minucioso de
las varias facetas del desarrollo de la economía nacional, el curso
de conferencias de 1953 abordó, a nuestro juicio, los problemas
con un criterio más sistemático, más ordenado, pudiendo llegar,
en algunos casos, a conclusiones precisas. Vamos a glosarlas con
mayor concisión.
Se inició con la conferencia del director de la Escuela, Li-
cenciado Ricardo Torres Gaitán sobre el desarrollo de la econo-
mía nacional y de sus principales sectores.
En su disertación se concretaba ya el concepto de desarrollo
económico : proceso cuantitativo y cualitativo que da como resul-
tado el aumento de la productividad media de la fuerza total de
trabajo existente en un país y en un período determinado. Afir-

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468 INVESTIGACION ECONOMICA

maba el Licenciado Torres Gaitán que los países con subempieo


no tienen necesariamente que ltegar al empleo pleno para lograr
desarrollo económico, sino que más bien es a través de éste como
pueden alcanzar en el futuro la ocupación plena.
"Aumento de la producción y del ingreso real no son sinóni-
mos de desarrollo económico. Este es el resultado de combinar
y organizar mejor los factores productivos para su uso o de
aprovechar los factores desempleados: población, bienes de ca-
pital, técnica y organización".
Se puede hablar de desarrollo - agregaba - cuando el au-
mento de la producción lo obtenemos por un aumento en la po-
tencia productiva y a un volumen de ocupación mayor. No hay
que confundir el término desarrollo con el término progreso eco-
nómico y que consiste, según el maestro Torres Gaitán, no en un
aumento de la capacidad existente en las mismas condiciones
anteriores, sino en una revolución en los procesos productivos,
aplicando técnicas de producción más eficientes y formas supera-
das de organización. El desarrollo económico implica básicamen-
te cuatro aspectos fundamentales que son : el aumento de capital
que emplee crecientemente la fuerza de trabajo, la mejor organi-
zación del esfuerzo productivo, la aplicación de procesos tecnoló-
gicos avanzados y los cambios en las relaciones de producción.
Cuando uno o más de éstos elementos originan efectos sobre el
aumento de la productividad, el crecimiento de los ingresos rea-
les, la mejoría en el consumo y el ocio cuando provocan la diver-
sificación de la producción y la estabilidad económica, entonces
podemos medir los resultados del mismo. El aumento de la po-
tencia productiva o de la producción aisladamente, no pueden
caracterizar al desarrollo económico. Sólo cuando aquélla se tra-
duce en aumentos de la producción y ésta en un mejor aprove-
chamiento de la fuerza de trabajo, es cuando logramos tener
desarrollo económico.

En las conclusiones, síntesis de sus observaciones sobre la


situación general derivada del crecimiento por sectores y del
desarrollo del comercio exterior, el Lic. Torres Gaitán estima que
debe adoptarse una política estabilizadora en la que los aumen-
tos del circulante correspondan a aumentos más o menos propor-
cionales en la actividad económica. Se muestra partidario asi-
mismo de una política fiscal como instrumento de redistribución

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 469

de ingresos y de una elevación de salarios que no afecte al


men de inversión y de ocupación, todo ello con el fin de r
el nivel de utilidades, que resulta excesivo. Admite la con
cia de las inversiones extranjeras, con las limitaciones que
imponen las leyes, y expresa su juicio favorable a una selección
más severa de las importaciones y al estimulo a las exportaciones,
así como se manifiesta partidario de orientar las inversiones
dirigiéndolas hacia actividades más altamente productivas.
Para el Lic. Torres Gaitán el problema básico radica en la
reducida capacidad adquisitiva de las mayorías que, además de
constituir un serio problema social, amenaza también al propio
desarrollo económico, pues la elevación de los precios, que en un
principio constituyó estímulo al desarrollo, se convierte poco a
poco en su mayor obstáculo. Estima que se requiere un reajuste
en las políticas de salarios, fiscal, monetaria y crediticia, de co-
mercio exterior, de precios y de inversiones, pues - afirma -
no es posible continuar el desarrollo económico a costa de las
mayorías desamparadas y en provecho de las minorías.
En el proceso del desarrollo económico, la política industrial
ha afectado favorablemente a elementos básicos como la elec-
tricidad, el petróleo, la irrigación, los transportes y comunica-
ciones, la siderurgia, los fertilizantes y la industria química en
general, el cemento y la industria de la construcción. Sólo la mi-
nería ha retrocedido de 1939 a la fecha y la ganadería ha crecido
proporcionalmente menos respecto a la tasa media del desarro-
llo. La habitación, la agricultura y los transportes han crecido
aproximadamente a la tasa media, en tanto que el comercio y la
industria se han desarrollado en forma más que proporcional,
sobre todo el primero. Y el autor del estudio considera que en el
desarrollo industrial deben impulsarse preferentemente las in-
dustrias agropecuarias y las de consumo e indumentaria, sin des-
atender las necesidades básicas para la buena marcha de las
restantes ramas hoy en funcionamiento.
La cuestión de las inversiones extranjeras, a la que se alu-
dió de un modo somero en la Mesa Redonda de que fue objeto
el tema "el capital y el desarrollo económico" en el curso 1952,
■tuvo en el de 1953 concienzudo desarrollo, con la aportación de
cifras que sirvieron de base a atinadas consideraciones patrió-

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470 INVESTIGACION ECONOMICA

ticas en las que se sopesaron las ventajas e inconvenientes que


tales inversiones llevan consigo. Fué el Licenciado José Luis
Ceceña quien llevó a cabo este trabajo, señalando, en síntesis,
que las inversiones extranjeras representan masas de capital de
grandes empresas de los principales centros financieros del mun-
do, y sólo excepcionalmente inversiones privadas, de medianos o
pequeños capitalistas. La circunstancia de que en muchos casos
los dirigentes de las empresas extranjeras figuren con puestos
destacados en los gobiernos de sus países, da a las inversiones
directas un marcado significado económico-político. Tienden a
asegurarse el control de las fuentes de materias primas, de in-
dustrias locales y de mercados, como medio de aumentar sus uti-
lidades, y las empresas subsidiarias que establecen en el exterior
vienen a integrarse a su sistema económico. Así, las operacio-
nes de las empresas controladas se norman por móviles que no
coinciden con el interés y el bienestar del país en que se han
establecido; explotan de modo exhaustivo los recursos básicos,
haciendo imposible una política de conservación de los mismos
o de utilización para bien del país a que pertenecen, sin tener en
cuenta más que las necesidades del sistema de explotación que,
para obtener rápidamente las mayores utilidades, interesa a la
empresa extranjera, subestimando las necesidades de desarrollo
de la nación en donde los recursos se localizan.

La situación de monopolio de algunas empresas extranjeras


que establecen en México entidades subsidiarias determina con
secuencias desfavorables para los consumidores e inversionista
mexicanos, por su repercusión en los precios y por la competen-
cia, efectuada mediante una avasalladora propaganda, para
adueñarse del mercado nacional.
Aparte de otros inconvenientes, el Lic. Ceceña anota
cómo cuando la inversión extranjera está representada por
inversiones de un solo país en alta proporción, el comercio
exterior es más rígido y determina que las transacciones inter-
nacionales sigan la ruta obligada del país inversionista. Como
consecuencia de todo ello, y especialmente en instantes de crisis
económica, puede surgir el fenómeno, tan común en algunas na-
ciones, de la influencia política, que llega en varias de ellas a la
supeditación, a la pérdida, más o menos visible, de la soberanía.
El Licenciado Ceceña sugiere la idea de una mejor distribución

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 471

de las inversiones por nacionalidad, como fuerza equilibrador


de las influencias exteriores.
Los trastornos que el crecido volumen de las utilidades obte-
nidas por las empresas extranjeras se infieren a la Balanza de
Pagos y al proceso de capitalización nacional, frenando el des-
arrollo económico, los subraya atinadamente el Lic. Cecefia con
estas cifras: "de 1939 a 1950 las empresas extranjeras remitie-
ron a sus países de origen, 622 millones de dólares. Los ingresos
de capital nuevo en el mismo período sólo ascendieron a 80 millo-
nes de dólares, lo que deja un amplísimo margen entre las entra-
das de capital y las remesas de utilidades al exterior: unos 540
millones. Las utilidades en 1939-50 se elevaron a 780 millones
de dólares, lo que da un promedio anual de 65 millones de dó-
lares.
El Lic. Ceceña propone como solución un control más severo
del Estado sobre las inversiones extranjeras futuras, la canali-
zación de éstas con arreglo a un plan; la creación de una
Comisión Nacional de Inversiones, - iniciativa afortunada
que posteriormente ha cristalizado en realidad - como vehícu-
lo intervencionista y orientador, con representación de los
sectores populares, de los industriales mexicanos y del go-
bierno, teniendo la misión de planear la participación que
debería darse a la inversión extranjera en el futuro, estable-
ciendo montos, actividades y condiciones en que las inversiones
pueden realizarse, y en qué casos no pueden admitirse, así como
con el cometido de estudiar la legislación sobre inversiones ex-
tranjeras para reformarla en el -sentido de que sean mexicanos
quienes ocupen los puestos clave en la dirección de las empresas
correspondientes, pensándose asimismo en la conveniencia de es-
tablecer que una proporción determinada del capital esté repre-
sentada por acciones nominativas que fueran propiedad de me-
xicanos.

Con la conferencia del Lic. Ceceña y una Mesa Redonda


sobre los resultados y tendencias del desarrollo económico, se dió
fin a lo que pudiéramos llamar planteamiento general del pro-
blema en sus múltiples aspectos, causas de la situación. A esta
presentación de panorama, a esta descripción, sucedió un aná-
lisis detenido de los efectos de esa política de desarrollo en los
niveles de vida; cómo de ese balance objetivo de realizaciones

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472 INVESTIGACION ECONOMICA

se pudieron alcanzar determinadas metas, por qué se hallaron


ciertos obstáculos en el camino de la evolución hacia el progreso
técnico y hacia el bienestar social, las repercusiones de la situa-
ción económica mundial en el medio mexicano, para llegar, por
último, al estudio de los problemas inmediatos con la formula-
ción de sugerencias que coadyuven a su solución máxima. Esta
parte, que se refiere al examen de los problemas inmediatos, par-
tiendo de la realidad y de las posibilidades presentes, fué el
enunciado central del curso que acaba de terminar este año.
Las conferencias, y luego las deliberaciones, sobre el tras-
cendental tema de los niveles de vida, revistieron interés, pues
sirvieron para enriquecer con ideas y orientaciones nuevas un
estudio en el cual conviene profundizar para contribuir con efi-
cacia a la solución de este problema en que radica el bienestar
de las masas laboriosas y, por ende, la paz social. Pudo haber, en
unas y otras, interpretaciones erróneas de la situación, dando
a los datos estadísticos significados no acordes con la realidad
de cada instante, pero en todas las exposiciones palpitó un noble
afán de aportar elementos que sirvieran para establecer conclu-
siones adecuadas.
Como punto de partida de esos trabajos se tuvieron en cuen-
ta los juicios expuestos por personalidades representativas de
amplios sectores de la economía mexicana y así, al referirse a la
política de elevación de los niveles de vida, no dejó de registrarse
la opinión de quienes por encima de las doctrinas viven en per-
manente contacto con los hechos y saben extraer de ellos expe-
riencias que sirven para depurar las teorías y para adaptarlas
a los ambientes reales y a las necesidades y exigencias apropia-
das. Por ejemplo, se consignó el juicio expuesto por un rele-
vante funcionario de la Cámara Nacional de la Industria de
Transformación, don Alfonso Cardoso, quien dijo en un informe :
"Creemos que el desarrollo económico de México sólo puede sus-
tentarse en una economía de expansión, pero en una economía
de expansión rigurosamente centrada, por una parte, a la idea
de incrementar la inversión productiva, sobre la base de frenar
y desterrar gastos suntuarios y desinversiones, y por otro lado,
a la de ir aumentando en forma permanente el poder de compra
de la sociedad. Una industrialización fundada en el sacrificio de
las capas de ingresos fijos y de bajos ingresos, aparte de ser

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 473

injusta es inasequible, dado que en su gran mayoría la in


nacional tiene por objeto satisfacer consumos domésticos y la
demanda interior sólo puede aplicarse en forma tal que amerite
producciones costeables, si incrementa el poder adquisitivo de las
grandes mayorías nacionales".
Además, en opinión de otros técnicos, el proceso inflaciona-
rio ha reducido la capacidad de compra de ciertas masas de la
población y hay que considerar que, como consecuencia lógica,
el bajo nivel de vida del pueblo es un obstáculo para el progreso
económico. Una causa, señalada por autoridades responsables,
de que prevalezca la pobreza hay que buscarla en la desigual
distribución del ingreso nacional, en la desproporción existente
entre utilidades y salarios, en que el valor de la producción
agrícola, industrial, minera, etc., se reparte inequitativamente
entre inversionistas y asalariados. Por otra parte, es notorio
que la porción del ingreso nacional que corresponde a las utili-
dades muestra una tendencia a crecer, en tanto que aquella que
desemboca en el trabajo tiende a disminuir.
Anotemos los elementos integrantes del nivel de vida, con el
fin de deducir cual es la situación de éste a través de los facto-
res que lo forman. Son esos elementos : el nivel de consumo o sea
el conjunto de bienes y de servicios, en cantidad y calidad deter-
minada, consumidos por un individuo, una familia o un grupo,
durante un período dado; los servicios de carácter social rela-
cionados con la higiene, la instrucción y las distracciones y, por
último, las condiciones de trabajo que influyen en el estado de
salud, en la capacidad de ganancia y en la regularidad de ésta.
Ello quiere decir que no puede estimarse como nivel de vida el
equivalente del ingreso monetario en un sentido estricto, ya que
esta concepción no incluye prestaciones o servicios proporciona-
dos por empresas privadas o por el Estado y que no pueden
cifrarse en términos monetarios pero son también ingredientes
de dicho nivel de vida.
Es elemental que se consignen datos sobre el movimiento de
los precios que, como anotó en una conferencia don Enrique Pa-
dilla, han conocido en los últimos veinticinco años la siguiente
evolución: un descenso de 1925 a 1932 y un ascenso con diversos
ritmos de velocidad desde ese año; partiendo de 1937, los precios
tienen un incremento medio anual de un 9 a un 11 por ciento.

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474 INVESTIGACION ECONOMICA

En 1943-44, a causa de la guerra, ese incremento fué del 20 al


22 por ciento. Pero en 1951 el aumento alcanza la elevada cifra
del 24 por ciento sobre el año anterior. Los aumentos reporta-
dos en los precios se han acusado más profundamente, como era
obligado, con motivo de las depreciaciones sufridas por la mo-
neda.

Afirma a este respecto el señor Padilla que "el hecho de que


los precios en México se hayan movido en la forma descrita se
debe fundamentalmente a dos factores de marcada influencia en
la economía mexicana: la actividad económica y los precios de
Estados Unidos y el crecimiento interno de la economía del país",
y agrega: "si trazamos una gráfica de los precios de Estados
Unidos y de México desde 1922 a la fecha, encontramos que desde
ese año hasta 1936 sus variaciones son casi paralelas. A partir
de 1937, en que la economía de México empieza a desarrollarse
con un ritmo más acelerado, surgen los primeros efectos pertur-
badores de esa relación estrecha". Así, cuando la actividad eco-
nómica y los precios norteamericanos bajan se contrae el valor
de las exportaciones mexicanas, con su evidente repercusión en
los ingresos de los exportadores.
Para aminorar esa influencia, el propio señor Padilla acon-
sejaba en su conferencia la adopción de medidas internas de se-
guridad económica, tales como el ejercicio de una vigilancia enca-
minada a impedir ciertas exportaciones, en tanto no se satisfagan
las necesidades nacionales en productos alimenticios o en mate-
rias primas fundamentales para el desarrollo económico del país.
Esto es, control riguroso de las exportaciones. Fomento cons-
tante de la agricultura, mediante la modernización de la técnica
agrícola, uso de abonos y fertilizantes y, consiguientemente, en-
cauzamiento del crédito agrícola con conocimiento exacto de las
necesidades y de las posibilidades productivas. Puede decirse
que el señor Padilla, en su disertación sobre precios y niveles de
vida, sintetizó su pensamiento destacando la necesidad de adoptar
una política proteccionista para el agricultor, asegurando a éste
un ingreso mínimo y garantizando además a los consumidores
de las clases más modestas suficientes existencias de alimentos
básicos a precios asequibles, crédito apropiado a la agricultura
que ponga término a las especulaciones y a los intermediarios,

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 475

los cuales se valen precisamente de una política crediticia insu-


ficiente o llena de trabas para sus operaciones de usura.
En la conferencia pronunciada en marzo de este año por el
Licenciado Zamora se establece claramente que las retribuciones
de los asalariados deben estar de modo constante en relación con
el costo de la vida y experimentar las modificaciones que se ope-
ren en éste, con la flexibilidad indispensable para que la exis-
tencia de un adecuado margen permita "el desenvolvimiento de
un mercado interno cada vez más amplio que asegure una mayor
eficiencia marginal para la inversión del ahorro". Se muestra
partidario de la implantación de escalas móviles de salarios que
sigan las variaciones de los precios de ciertos artículos indica-
dores del movimiento económico del país y expresa su opinión
adversa a una política de reparto de utilidad, que estima "instru-
mento poco práctico que desconoce las relaciones de clases de
la sociedad y que, en lugar de favorecer, puede ser empleado como
argumento en contra de la lucha obrera, por un aumento de los
salarios nominales".

En curso correspondiente al año actual tuvo, a nuestro en-


tender, un carácter de crítica constructiva ; esto es, se inspiró en
la necesidad de una recapitulación de las realizaciones económi-
cas logradas en los últimos años y de una revisión profunda y
minuciosa de los métodos seguidos, con el afán de proceder a
rectificaciones necesarias. De un examen sobre el estado pre-
sente de la industria, el profesor Romero Kolbeck llegó a la
conclusión de que las medidas de política industrial adoptadas
hasta ahora se dirigieron de manera exclusiva a la obtención de
resultados cuantitativos, es decir, al incremento del número de
plantas industriales, aumentando así el volumen de ocupación.
Se trata ahora de acometer apremiantemente un análisis que sir-
va para corregir aspectos cualitativos, que considere problemas
de tipo técnico o económico, que tal vez no se tuvieron en cuenta
con todo detalle al proceder al establecimiento de empresas aisla-
das. Una labor de coordinación económica que dé una estructura
lógica a la organización industrial, aumentando la capacidad de
producción. Integración de pequeñas unidades que permita una
reducción de costos de fabricación y, por otra parte, estableci-
miento de nuevas fábricas después de haber efectuado los estu-
dios necesarios del mercado y de los recursos financieros, econó-

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476 INVESTIGACION ECONOMICA

micos, técnicos y humanos disponibles; "no se d


establecimiento de nuevas plantas sin que previa
mine el tamaño en que pueden operar en condi
satisfactorias". Otra de las condiciones esenciales para la mayor
eficiencia y productividad del sistema industrial mexicano ha
de ser la localización de las fábricas evitando en lo posible con-
gestionamientos perturbadores.
La acción del Estado ha de orientarse, pues, a fomentar el
establecimiento de industrias que reúnan determinadas caracte-
rísticas relacionadas con el tamaño óptimo de la planta, locali-
zación, integración, calidad y cantidad de maquinaria y equipo,
con el fin de alcanzar una operación eficiente y un mayor nivel
de productividad, encaminando además las inversiones hacia las
actividades de mayor productividad relativa, ya sea en sectores
parcialmente integrados o totalmente desintegrados.
Expuestos en un Curso de Invierno precedente algunos da-
tos sobre los recursos naturales de México y destacada la impor-
tancia de la agricultura así como puestos de relieve los aspectos
sociales de la misma, en este último curso el Profesor Oscar So-
beron hizo un examen sobre la situación actual del campo mexi-
cano, con acopio de cifras estadísticas ilustrativas para sus refle-
xiones. Fundamentó la importancia de la agricultura en la
economía mexicana teniendo en cuenta el volumen de la contri-
bución que aquélla ofrece a la producción general del país y al
ingreso nacional ; el hecho de que en la agricultura tiene acomodo
el 65.40% de la población económicamente activa, sin dejar de
señalar el fuerte impacto que la agricultura hace sentir en el
resto de la actividad económica, no sólo a través de las industrias
estrechamente ligadas a la producción agrícola, sino en general
en todas las actividades que integran la economía del país.
El profesor Soberón afirma que es menester un volumen re-
lativo mayor de inversión en la agricultura si se quiere que no
exista desequilibrio entre su crecimiento y el de los otros sectores
de la economía y añade : "a medida que el desequilibrio se acen-
túa, el desarrollo económico se paraliza en virtud de una insufi-
ciencia de la demanda que no alcanza a absorber la producción".
Estima indispensable consolidar la Reforma Agraria, adap-
tando sus preceptos a las exigencias de cada región, a efectos de
"limitar o de ampliar la pequeña propiedad agrícola y reducir

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 477

o ampliar la parcela ejidal e introducir, en algunos casos, e


tema de explotaciones colectivas". Sólo en esta forma será po-
sible proporcionar créditos, fertilizantes, maquinaria, y riego, lo-
grando elevar el nivel de vida del campesinado.
Estima el profesor Soberón que la inversión en la agricul-
tura, como elemento que trate de corregir el desequilibrio con la
industria, y como medio de elevar el consumo de la población,
es una necesidad urgente. Añade que aunque es muy poco lo que
se conoce en relación con el consumo, por insuficiencia de las
estadísticas agrícolas, es de suponer que en 1952-53 el consumo
aparente per cápita haya descendido. Es lógico que ante una
población que crece incesantemente y una producción agrícola
que se mantiene más o menos al mismo nivel en 1952-53, el in-
greso y el consumo se hayan reducido.
Para Soberón, el aumento de la producción agrícola debe
lograrse incrementando los rendimientos unitarios a base de una
intensa capitalización agrícola ordenada, más que a través de la
apertura al cultivo de nuevas superficies, esto es, dotando a las
explotaciones actuales de los elementos técnicos y económicos
apropiados.
Es interesante su opinión, coincidente en general con un
sano criterio económico, de que la inversión agrícola no puede
ser independiente de la inversión a realizar en los otros sectores de
la economía, sino que debe jerarquizarse debidamente, y es pre-
ciso conocer en la inversión agrícola cual será su propia produc-
tividad y su repercusión sobre el ingreso, la ocupación, la ba-
lanza de pagos, etc.
El Profesor Soberón pone el mayor acento en el problema
de la tenencia de la tierra, considerando su valor humano y social,
que prima sobre las restantes consideraciones, hasta el extremo
de que poco puede esperase del riego, de la mejor técnica de los
cultivos, etc., mientras no se consolide el derecho de los ejida-
tarios, aumentando sus parcelas si es menester, reduciéndolas
en otro caso, colectivizando las explotaciones, creando coopera-
tivas, etc.
Examinando los resultados de la política monetaria, en una
amplia exposición, el Profesor Ernesto Fernández Hurtado afir-
mó que los objetivos de un Estado moderno en materia de política
económica sólo pueden alcanzarse mediante una coordinación

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478 INVESTIGACION ECONOMICA

entre las políticas fiscal y presupuestaria, monet


y de precios y salarios. Es decir, relacionando los
ya que sería injusto basarse, en el primero para
nósticos o para juzgar la realidad. El objetivo legítimo de la
política monetaria es proveer a la economía de los medios de
pago suficientes para que se mantengan altos niveles de produc-
ción y de consumo, para que las transacciones económicas en que
aquellos se fundan se mantengan al ritmo apropiado. Al refe-
rirse a las transacciones, se comprenden también las operaciones
financieras, canalizando las inversiones hacia las actividades más
productivas.
Señala el Sr. Fernández Hurtado el carácter selectivo del
control del crédito y de las inversiones bancarias, subrayando l
eficacia de este control cualitativo.
El aumento de la inversión pública como medio de desarro-
llo ha sido impuesto por las circunstancias, y ha resultado, en
ocasiones, inflacionario. Ha sido una medida de política credi-
ticia indispensable.
Considera que debe evitarse en el futuro que el nivel de
desarrollo económico repercuta en una baja mayor en los ingre-
sos reales de las clases populares y que a ésto debe aplicarse
fundamentalmente la política monetaria y crediticia. Hay que
mantener la etapa de desenvolvimiento industrial dentro de los
límites no inflacionarios convenientes, para evitar una mengua
en los ingresos reales de quienes están sujetos a beneficios fijos
- salario, sueldo- en el proceso de actividad económica. Para
ello el Estado dispone de instrumentos de control, a través del
Banco Central, de la intervención de la autoridades fiscales y
de las dependencias del Gobierno Federal relacionadas con la
economía. En un régimen de libertad de cambios la política mo-
netaria y crediticia ha de ser previsora.
El Licenciado Guillermo Martínez Domínguez al tratar de
los resultados de la política del control de precios indicó que du-
rante el año de 1953 el poder adquisitivo del peso mejoró tan sólo
en un centavo. "El mexicano medio - dice - adolece de una
deficiencia calórica del 15% y de un 80% en la ingestión de p
teínas en su dieta diaria, como resultado del escaso poder adq
sitivo de los salarios".
Los movimientos de precios en el mercado mundial son una

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 479

causa de esta situación, ya que han sido muy desfavorable


1952, provocando verdaderos problemas nacionales: la baja en
las cotizaciones del plomo y del zinc y otras circunstancias han
originado serios trastornos en la minería mexicana, y otro tanto
puede decirse de los bajos precios del algodón y de la disminución
de las cosechas. La baja en las cotizaciones del henequén han sido
causa de ruina en Yucatán. Otras bajas se han registrado en
diferentes productos agrícolas y solamente ha mejorado en forma
sensible la cotización mundial del café y en parte la del cobre.
Sin embargo, los altos precios establecidos en el nuevo con-
venio internacional del trigo obligan a aumentar el subsidio que
para la fabricación del pan soporta el Gobierno Federal.
El Licenciado Martínez Domínguez resalta el bajo ingreso
de la mayoría de la población y estima que urge un plan inte-
gral de política de comercio interior en el país, que garantice la
mejor distribución de los ingresos, aumente la ocupación de las
clases populares y abastezca debidamente a los grandes núcleos
de población.
Al hablar de una política de gastos públicos, el doctor Alfre-
do Navarrete bosquejó un panorama tranquilizador, ya que fijan-
do en 3.300 millones la cifra de inversión pública anunciada y en
4.600 la privada, se superaría la inversión precisa para absorber
la fuerza de trabajo en 1954 en la agricultura, en las industrias
y en los transportes, inversión que se estima en 3.480 millones
con lo que quedaría un remanente de 4.420 millones para otras
ocupaciones y para mejorar la productividad de empleo y el
nivel de vida de la población. En el decenio 1950-60 será menes-
ter una inversión de 37.076 millones de pesos para dar ocupación
al aumento natural de fuerza de trabajo considerando su distri-
bución entre la agricultura, la industria y los transportes en
forma semejante al decenio anterior.
Tiene interés la observación que formula el Sr. Navarrete
cifrando en 4.822 pesos por hombre ocupado la inversión que se
necesita en la agricultura contra 14.844 en la industria, según
datos de 1940-50.

La carga tributaria en México es de las más bajas del mun-


do, según datos expuestos por la Profesora Ifigenia Martínez de
Navarrete. Según esos datos el total de ingresos fiscales apenas
si representa el 10% del ingreso nacional; los negocios pagaron

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480 INVESTIGACION ECONOMICA

en promedio el 5.9% de sus ingresos como impuestos directos


e indirectos, y para 1953 cada habitante pagó en promedio 138
pesos de impuestos. Durante el período de 1948 a 1952 cada
peso de aumento en el ingreso nacional proporcionó al Estado
17 centavos de ingreso.
Una baja en la actividad económica repercute más que pro-
porcionalmente en los ingresos fiscales, que descienden en mayor
grado que el ingreso nacional.
La señora Martinez de Navarrte considera que "la falta de
un impuesto personal a la renta es una de las fallas más sensi-
bles del sistema impositivo mexicano, ya que la carga tributaria
recae principalmente sobre el gasto y el consumo y en forma
casi imperceptible sobre los ingresos de los individuos".
Son muy ilustrativos los siguientes datos : el Gobierno Fede-
ral ha dedicado en el período 1948-52 una mayor proporción de
sus recursos hacia los gastos directos en obras públicas (163%
en 1952). Los gastos de consumo de la administración pública
registraron la menor elevación (61% en 1952), reflejando el
bajo costo nominal de la administración pública. De los gastos
indirectos, los subsidios y ayudas para consumo, que eran como
de 100 en 1948, subieron a 204 en 1951 y a 216 en 1952, desta-
cando el mayor aumento los préstamos y fideicomisos para el
fomento económico, pues siendo como 19 en 1949 subieron a 431
en 1951 y a 570 en 1952, lo que refleja la mayor intervención
del Estado en el mercado de capitales, por cuenta propia o a
través de las instituciones nacionales de crédito, y subieron en
importancia del 5%, que representaban del total de gastos a la
corriente de ingresos, al 16% par 1951-52.
La señora Martínez de Navarrete llega a la conclusión de que
desde el punto de vista de la generación del ingreso nacional ha
habido superavit en las cuentas del Gobierno Federal, pero éste
se ha visto contrarrestado por el déficit causado en el resto del
sector público (empresas estatales, instituciones nacionales de
crédito y demás organismos descentralizados) el Gobierno se
orientó especialmente a acelerar el desarrollo económico y social
del país, siendo ahora medida imperiosa que la administración
coordine sus operaciones con las del resto del sector público, lo
que sin duda podrá hacer a través del Comité de Inversiones.
Otras importantes conferencias se desarrollaron en los Cur-

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LA ESCUELA NACIONAL DE ECONOMIA 481

sos de Invierno de la Escuela de Economía ; las relativas a la re-


forma al impuesto sobre la renta, a la política crediticia, a las
relaciones económicas internacionales, a los monopolios, al apro-
vechamiento económico de los recursos naturales y de los recur-
sos humanos, temas conexos reveladores de la honda preocupa-
ción que siente la Escuela de Economía por los problemas
nacionales.
Hemos querido glosar en este artículo algunas de las teorías
sustentadas, extrayendo de ellas afirmaciones sobre aspectos que
nos parecen de interés y lo hemos hecho sin pretensiones, guiados
exclusivamente del deseo de resaltar, con un criterio periodístico,
datos que conviene tener en cuenta, a modo de índice, para llevar
a cabo un estudio detenido de los diferentes temas que fueron
objeto de disertación tanto en los cursos de invierno como en las
mesas redondas celebradas.
El carácter de nuestro modesto trabajo y las dimensiones
del mismo nos ha obligado a omisiones y a limitaciones que el
lector podrá subsanar mediante la consulta de los textos corres-
pendientes, publicados in extenso en esta revista.

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