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LAS GUERRAS DEL GOLFO

La guerra del Golfo fue un conflicto bélico librado por una fuerza
de coalición autorizada por las Naciones Unidas, compuesta por
34 países y encabezada por Estados Unidos, contra la República
Iraquí en respuesta a la invasión y anexión iraquí del Estado de
Kuwait. Esta guerra también fue llamada como «la madre de todas
las batallas”, y comúnmente conocida como operación Tormenta
del Desierto por el nombre operacional estadounidense de la
respuesta militar.
El inicio del conflicto comenzó con la invasión iraquí a Kuwait, el 2
de agosto de 1990. Durante los siguientes meses, EE. UU. y el
resto de miembros de la coalición enviaron tropas y armamento a
Arabia Saudita mientras los iraquíes se fortificaban en sus
posiciones.

INVASION DE KUWAIT
Al amanecer del 2 de agosto de 1990, tropas iraquíes cruzaron la
frontera de Kuwait con vehículos armados e infantería, ocupando
puestos y puntos estratégicos en todo el país, incluyendo el
Palacio del Emir. Antes del ataque, los iraquíes comenzaron a
moverse desde Basora hacia Kuwait, levantaron grandes
campamentos de municiones y logísticos, pero llevando a cabo
medidas de engaño, para ello mandaron importantes órdenes por
tierra y evitaron el desplazamiento de depósitos de municiones. El
ejército de Kuwait fue rápidamente vencido, aunque lograron dar
el tiempo necesario para que la mayoría de las fuerzas aéreas de
aquel país lograsen huir a Arabia Saudita. La lucha más difícil se
desarrolló en el Palacio del Emir y los aledaños del cuartel general
de la fuerza aérea de Kuwait, donde los miembros de la guardia
real lucharon a favor de que la familia real tuviera tiempo de
escapar.

Una vez consolidada la victoria, comenzaron a llegar a Kuwait


City, los temidos «Mukhabarat», la policía secreta iraquí. Después
de que un breve gobierno títere encabezado por Sadam Huseín
fuese instalado, Irak anexó Kuwait.

DIPLOMACIA
Apenas se tuvo noticia de la invasión de Kuwait, el Consejo de
Seguridad de las Naciones Unidas condenó este acto a través de
una serie de resoluciones, de la misma forma que lo hizo la Liga
Árabe. Esta última exigió a Irak que saliera de Kuwait antes del 15
de enero de 1991. Mientras los Estados Unidos y el Reino Unido
se preparaban para el conflicto, se alentó a los demás países a
poner a punto a sus fuerzas que serían enviadas al golfo como
parte de la coalición, teniendo en mente que la derrota de Irak
nunca fue tomada como algo trivial.

EL CONFLICTO ARMADO
Como respuesta a estos sucesos, el 16 de enero de 1991, una
coalición internacional de 34 países encabezada por Estados
Unidos y bajo mandato de la ONU, inició una campaña militar con
el fin de obligar al ejército invasor a replegarse de
Kuwait, atendiendo a la resolución N. Para la batalla, la coalición
había logrado reunir un ejército de 959 600 hombres, 2000 carros
de combate y una flota de 100 barcos de guerra entre los que
había seis portaaviones, además de un impresionante despliegue
aéreo de al menos 1800 aviones. Se trataba del primer despliegue
de la Armada de los Estados Unidos desde el fin de la Guerra
Fría. Los iraquíes disponían de un ejército de 545 000
soldados, 4500 blindados y 700 aviones de combate entre los que
había MiG-21, MiG-23, MiG-25, MiG-29, Mirage F-1, Su-24 y
algunos bombarderos Tupolev Tu-22K . Todo esto sin mencionar
un importante arsenal de armas químicas y biológicas que los
iraquíes habían desarrollado durante la guerra contra Irán.

La operación Escudo del Desierto, fue la fase inicial de la respuesta


total, con la cual se pretendía proteger a Arabia Saudita de una
posible ofensiva iraquí. La campaña inició el 17 de enero con una
serie de bombardeos en los que se utilizaron 100 misiles crucero
Tomahawk disparados desde barcos estacionados en aguas del
mar Rojo y el golfo Pérsico. Durante la primera semana de ataques
aéreos, la coalición anunció que se había logrado la destrucción
de al menos 350 aviones enemigos, mientras que los iraquíes
afirmaban haber derribado 60 aviones aliados. La coalición
únicamente reconocería la pérdida de cuatro aviones y más tarde
se daría a conocer que una refinería de Khafji en Arabia Saudita
había sido atacada por la artillería iraquí.

ATAQUES CON MISILES DE IRAK


 Ataque a Israel
En un intento por romper la coalición y provocar la salida de
Egipto, Siria, Arabia Saudita y otras naciones árabes del
conflicto, Sadam Huseín dio la orden de lanzar contra Israel misiles
Scud-B para obligar al estado hebreo a entrar en la guerra. En total
unos 41 misiles Scud con carga convencional impactarían sobre
varias ciudades israelíes, principalmente Tel Aviv, Ramat Gan y
Haifa. Debido a que Sadam Huseín había amenazado que en caso
de una acción de la coalición contra Irak dispararía misiles con
carga química contra Israel, el Cuerpo de Defensa Civil israelí
distribuyó en los meses anteriores al conflicto máscaras de gas a
todos los ciudadanos del país. Para evitar cualquier tipo de
intervención por parte del estado hebreo, Estados Unidos optó
por una estrategia defensiva, desplegando seis baterías de misiles
de defensa antiaérea Patriot por todo el país, que resultarían ser
bastante inefectivos pero que tuvieron impacto muy positivo en
la moral de la población.

31 La fuerza aérea de los Países Bajos también destinó un batallón


de misiles Patriot, repartido entre Israel y Turquía. Aun así, el 22
de enero de 1991, un misil Scud impactó contra la ciudad de
Ramat Gan después de que dos misiles Patriot fallaran en
interceptarlo, quedando en entredicho la efectividad del sistema
de defensa. Las lecciones de la guerra del Golfo y de la baja
efectividad de los misiles Patriot a la hora de interceptar misiles
de las características de los Scud, fueron el desencadenante que
llevó a Israel a plantearse el desarrollo del actual sistema
combinado de defensa aérea.

 Ataque a Arabia y Turquía


Otros países destinos de los ataques con misiles Scud fueron
Arabia Saudita y Turquía. En respuesta, las fuerzas de la coalición
desplegaron baterías de misiles Patriot también en estos países,
dos en Turquía y 21 en Arabia Saudita. Eso no impidió que 46
misiles Scud cayeran sobre territorio saudita, la mayoría en la
capital Riad.

CAMPAÑAS DE GUERRAS
 Alto mando de la Coalición
Seis meses antes del inicio de las hostilidades, ya se había
establecido el mando aliado que dirigiría la
guerra. Supuestamente, al estar en Arabia Saudí, las fuerzas
estaban bajo el mando del ministro de defensa del reino, es
decir, el príncipe Khaled bin Sultan, pero el verdadero director era
el Mando Central norteamericano. El mando de operaciones se le
dio al general H. Norman Schwarzkopf, acompañado por su jefe
de fuerzas aéreas, el teniente general Charles Horner. La máxima
unidad de comando bajo la que el Mando Central dirigía las tropas
era el Tercer Ejército de EE. UU., a las fuerzas saudíes y al Cuerpo
de Marines de los Estados Unidos.

 Etapas de la guerra
En primer lugar, la Operación Escudo del Desierto fue el nombre
dado por los estadounidenses al reforzamiento de las defensas de
Arabia Saudita, lo que tuvo lugar desde el 2 de agosto de 1990 al
16 de enero de 1991. La Operación Sable del Desierto fue también
el nombre dado por los estadounidenses a la ofensiva
aeroterrestre contra las fuerzas iraquíes que se encontraban en
Kuwait, desde el 24 al 28 de febrero de 1991.

 Preparativos
La campaña aérea comenzó casi inmediatamente después de la
invasión a Kuwait el 2 de agosto de 1990. Al día siguiente del
discurso del presidente, los cazas comenzaron a llegar a Arabia
Saudita , y a su segundo día en el país árabe, comenzaron las
misiones CAP , junto con aviones F-15C y Tornado ADV de la Real
Fuerza Aérea Saudí. Las directivas de combate de lo que sería la
guerra aérea en 1991, fueron dadas a conocer en septiembre de
1990, en una conferencia de prensa dada por el general Michael
J. Dugan, que por entonces era Jefe del Estado Mayor de la Fuerza
Aérea de los Estados Unidos. Según él, los principales blancos de
ataque serían los sistemas de defensa aérea, los campos de
aviación y los aviones, los centros de control, cualquier instalación
de producción de armas, y finalmente las unidades blindadas de
Irak, con lo cual se alcanzaría un equilibrio «aceptable» de tropas.

Por su parte, la Fuerza Aérea Iraquí no tuvo mucho que hacer


antes del inicio de las hostilidades, se enfrentaban a fuerzas
aéreas muy superiores en todos los aspectos, y lo único que
hicieron a conciencia fue poner a punto su sistema de defensa
antiaérea, que comprendía una red semicentralizada que
abarcaba todo el país.

 La Acción
Luego, ya en 1991, y apenas iniciadas las hostilidades, los italianos
lanzaron, dentro de la operación Locusta, ocho aviones Tornado
para atacar blancos dentro de Kuwait. Siete de estos aviones
debieron abortar la misión debido a problemas logísticos y solo
uno se internó en Kuwait de donde nunca más regresó. La Fuerza
Aérea Británica, por su parte, experimentó serios problemas en
sus ataques. El objetivo de los británicos era dejar caer bombas
JP-233 para inutilizar las pistas, aunque para esto los aviones
debían volar a no más de veinte metros de altura para evitar los
radares o de lo contrario serían detectados con antelación.

Así, de este modo, los británicos perdieron cinco aviones Tornado


en las primeras 400 misiones, lo cual constituyó un récord en la
historia de la aviación militar ya que el promedio de aviones
perdidos por la Fuerza Aérea de los Estados Unidos era, hasta ese
momento, de un avión por cada 750 misiones. La Fuerza Aérea
Iraquí efectuó algunas salidas en un intento por defender al
país, pero no había mucho que pudiera hacer ya que la coalición
contaba con aviones de última generación como el F-15 Eagle, el
F-16 Fighting Falcon, el F-14 Tomcat, el Panavia Tornado, el F-117
Nighthawk y otros más que eran apoyados por aviones de
contramedidas electrónicas como el EA-6P Prowler de la armada
estadounidense y el EF-111A de la Fuerza Aérea de los Estados
Unidos , además del E-3 AWACS, al que se le debe gran parte del
éxito de la campaña aérea. De hecho, nunca hubo propiamente
una batalla aérea, salvo algunos encuentros esporádicos y la
mayoría de los aviones de Irak fueron destruidos en los búnkeres
donde se encontraban o en las pistas . En los combates aéreos, los
iraquíes perdieron 39 aviones de los cuales 30 derribos fueron
causados por los F-15 Eagle.

Se calcula que unos 127 aviones de Irak fueron destruidos durante


el conflicto, entre estos se contaban cinco de los seis
bombarderos Tupolev Tu-22K con que contaba la nación árabe. La
actuación de los aviones iraquíes logró que los misiles SAM en
tierra pudieran derribar uno de los F-15C. Todavía, el 19 de
enero, un MiG-29 consiguió derribar un Tornado británico, pero
pronto se hizo evidente que no había forma de competir con el
poderío de la coalición y los mejores pilotos iraquíes decidieron
huir en sus aviones hacia Irán. Se estima que un total de 115
aviones militares y 33 aparatos civiles hallaron refugio en suelo
iraní.

Al final del conflicto se reportó la pérdida de 38 aviones de la


coalición, la mayoría abatidos por fuego antiaéreo . Privados de
fuerza aérea y acosados por intensos bombardeos, las fuerzas
terrestres de Irak optaron por proteger sus tropas y su equipo
blindado bajo tierra con lo que perdieron toda movilidad. El
objetivo era, una vez alcanzada la supremacía aérea, obtener un
equilibrio de fuerzas aceptable para el futuro ataque por
tierra. Los resultados de la campaña aérea fueron abrumadores
para las fuerzas iraquíes y mermaron terriblemente su capacidad
de combate por no hablar de su moral.

 Después del conflicto


La campaña aérea en términos de días fue corta, pero una de las
más intensas que jamás se haya realizado antes. De los reportes
estadísticos de la guerra, de los cuales muchos aparecieron casi
inmediatamente, se dejó en claro el enorme esfuerzo de las
fuerzas aéreas de la coalición. La mayoría de las misiones fueron
planificadas por el Templar, un superordenador experto en
tácticas, perteneciente al Mando Central de la Fuerza Aérea y
ubicado en la base aérea MacDill, en Florida. Se demostró la
efectividad y se justificó la enorme inversión hecha en aparatos
como el F-117A, y el E-3 Sentry.

Otros aviones como el C-5 Galaxy y el C-130 Hércules demostraron


su incalculable valor para la Fuerza Aérea al transportar un
porcentaje considerable de la carga bélica necesaria en el teatro
de operaciones. Sin embargo no pudieron hacer frente a aviones
como el F-16 y el F-4G Phantom, que iban armados con misiles
como el AGM-88 HARM, para la supresión de defensas
antiaéreas, y el ALARM de British Aerospace, de idéntica
función, que iba montado en los Tornado de las fuerzas aéreas
europeas. Se ha dicho que solo el anticuado carro antiaéreo
soviético ZSU-23-4 Shilka, salió con algún honor de la
guerra. Otros aspectos de la campaña aérea también salieron a la
luz.

Temas tales como la evaluación de antiguos aviones, como el A-


10A, acerca de si lograron sobrevivir razonablemente bien en sus
operaciones sobre Irak y el Kuwait ocupado, considerando la
pobre respuesta de la fuerza aérea iraquí. Se confirmó al término
del conflicto que las fuerzas aéreas aliadas habían bombardeado
en su mayoría a ciegas, con fuentes de información de dudosa
credibilidad, que afirmaban que en tales lugares se guardaban o
producían armas químicas o biológicas.

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