Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
EL SISTEMA DE HOLDRIDGE
El sistema de zonas de vida Holdridge es un proyecto para la clasificación de las
diferentes áreas terrestres según su comportamiento bioclimático en todo el mundo. Fue
desarrollado por el botánico y climatólogo estadounidense Leslie Holdridge (1907-99)
Las zonas de vida es una división presidenta de la superficie terrestre, un antecedente de
los biomas actuales. Leslie Holdridge hizo uso primero de un «Sistema Fundamental
para la Clasificación de las Formaciones Vegetales del Mundo», que luego amplió para
cambiar el concepto de formaciones vegetales por las zonas de vida, ya que sus
unidades no solo descienden a la vegetación sino también a los animales y en común,
cada zona de vida representa un hábitat distintivo desde el punto de vista ecológico y en
consecuencia un estilo de vida diferente.
Holdridge, en 1967, definió el concepto zona de vida del siguiente modo: «Una zona de
vida es un grupo de asociaciones vegetales dentro de una división característica del
clima, que se hacen teniendo en cuenta las condiciones edáficas y las etapas de
sucesión, y que tienen una fisonomía comparativa en cualquier parte del mundo». Esas
asociaciones definen un ámbito de condiciones ambientales, que junto con los seres
vivientes, dan un conjunto único de fisonomía de las plantas y actividad de los
animales; aunque es posible establecer muchas combinaciones, las asociaciones se
pueden agrupar en cuatro clases básicas: climáticas, edáficas, atmosféricas e hídricas.
Las asociaciones climáticas ocurren cuando tanto la precipitación y su distribución
mensual como la biotemperatura son normales para la zona de vida, no hay aberraciones
atmosféricas como vientos fuertes o neblinas frecuentes, y el suelo es la categoría zonal;
las edáficas se dan cuando las condiciones del suelo son más favorables (o menos
favorables) que el suelo normal (suelo zonal) para la zona de vida; las atmosféricas
aparecen en donde el clima se aparta de lo normal para el sitio; las hídricas ocurren en
terrenos encharcados, donde el suelo está cubierto de agua durante todo el año o parte
de este.
Es un sistema relativamente sencillo, basado en unos pocos datos empíricos que
proporcionan criterios objetivos para la delimitación de zonas. Un supuesto básico del
sistema es que tanto los tipos de suelo como la vegetación clímax pueden delimitarse
una vez que se conoce el clima. Holdridge, que había realizado varios estudios en países
del trópico americano entre 1939 y 1946, estaba al tanto de los fallidos intentos
europeos de establecer un sistema de clasificación ecológica mundial que hiciese uso de
la bien conocida relación entre el clima y la vegetación.
Holdridge explicó que él tuvo la fortuna de trabajar en América donde el patrón
climático era típico a diferencia de los investigadores europeos que trabajaron en
Europa (y que cuando analizaban las zonas climáticas y se acercaban al sur se
encontraron con las evidencias que provocaba el Mediterráneo) o en Asia, donde
encontraron los climas monzónicos y en zonas boscosas de montaña del trópico, donde
los cambios bioclimáticos son abruptos y suceden a muy cortas distancias. Diseñado en
principio para ser aplicado en áreas tropicales y subtropicales, el sistema se aplica ahora
globalmente y proporciona buenos resultados en zonas de vegetación tropical,
mediterránea y boreal, aunque es menos aplicable a zonas de climas oceánicos fríos o
áridos fríos, donde la humedad se convierte en una figura determinante. El sistema ha
encontrado un buen uso para evaluar los posibles cambios en los patrones naturales de
la vegetación debidos al calentamiento en todo el mundo. El sistema de Holdridge hace
uso de las biotemperaturas en lugar de los sesgos de las zonas de vida en las latitudes
templadas del sistema de Merriam y en principio.
LA SABANA
La sabana es un tipo de ecosistema formado por una llanura de gran extensión cubierta
de pastizales y hierbas en la que alimentan escasos árboles dispersos. Las sabanas están
ubicadas en áreas tropicales y subtropicales y se caracterizan por ser una zona de
transición entre el semidesierto y la selva. Las sabanas suelen tener dos estaciones
diferenciadas, una que es templada y seca y otra que es húmeda y calurosa.
Debido a esto, muchos de los animales que habitan en la sabana migran en la época
seca. Este tipo de ecosistema se caracteriza por tener un suelo cuidado de nutrientes en
el que crecen pastizales que son de color verde claro o amarillo. Las zonas en las que
predominan las sabanas son el continente africano (conocida como sabana africana),
América del sur, Australia y la India. Una de las más reconocidas es la sabana del
Serengueti en Tanzania.
Algunas características de las sabanas:
- Son un tipo de ecosistema con un clima seco y cálido.
- Presentan dos estaciones diferenciadas: una húmeda y una seca.
- Tienen un suelo árido y con pocos nutrientes.
- Tienen una fauna adaptada al tipo de clima y con especies que migran durante la
época seca.
- Tienen una flora formada por pastizales y que está adaptada al clima seco y a la
falta de nutrientes del suelo.
- Están ubicadas en zonas cercanas a los trópicos, sobre todo, en el hemisferio sur
del planeta.
EL BOSQUE ÁRIDO
Es un tipo de bosque tropical que alterna climas estacionales lluviosos con climas secos
prolongados; uno de los catorce biomas en que se dividen las ecorregiones del planeta,
que cubre casi doce millones de kilómetros cuadrados de la superficie terrestre. Son
bosques xerófilos conocidos también como selva seca, tropófila o caducifolia, de
vegetación densa y arbolada que se encuentra entre las selvas lluviosas y los desiertos.
Este tipo de bosque está tan aislado que ha dado lugar a especies endémicas únicas en el
lugar. El bosque seco tropical es una selva de alta densidad con árboles de altura y
abundancia de helechos, enredaderas, líquenes y hongos que cubren las rocas y cortezas
de árboles.
LA COSTA
La costa es la parte de un continente o de una isla que limita con el daño u otro cuerpo
acuático de gran extensión. Las costas tienen un paisaje inestable, donde alimentan
sectores de playa cuyo perfil bidimensional puede crecer debido al depósito de
sedimentos y en otros casos puede disminuir por los procesos de erosión marina. Pero
las costas también son modificaron por otros factores, como el clima, el viento, el
oleaje, la marea, la actividad biológica y las actividades humanas.
LA MONTAÑA
Una montaña es una elevación de la tierra en forma normal, que suele tener en su parte
predominante uno o varios picos, lo cual separa el concepto de colina. Estos picos se
disponen de forma sucesiva, lo que crea sierras, cordilleras o cadenas montañosas. Las
montañas se forman por lo común cuando dos placas tectónicas se empujan, creando un
movimiento que eleva la corteza terrestre. Con excepción de las montañas de origen
volcánico, este empuje de placas forma sierras y cordilleras.
LOS VALLES
Un valle es una depresión entre dos vertientes o montañas. Es un canal característico de
la superficie terrestre, que se inclina hacia un arroyo, lago o masa de agua. Los sistemas
de valles se extienden a través de llanuras, colinas y sistemas montañosos. El valle es
uno de los accidentes geográficos más comunes en la superficie terrestre y se forma a
través de la erosión continua del terreno causado por el viento y el agua, junto con otros
agentes como el tipo de suelo, la inclinación de la superficie o el movimiento de placas
tectónicas, que generan depresiones con formas que varían en empinación.
EL DELTA
Los deltas son uno de los ecosistemas mundiales más productivos y económicamente
importantes, pero también son uno de los más amenazados por las actividades humanas.
Un delta es un accidente geográfico convexo formado en la desembocadura de un río en
un lago o en el daño a través de los sedimentos que deposita la corriente. El delta está
compuesto por un cúmulo de brazos fluviales formados por los sedimentos que
transporta el propio río. Junto con los estuarios, constituyendo las dos formas
principales de desembocadura de los ríos, océanos, lagos o en otros ríos más grandes.
MODELO DE KOPPEN
Creado originalmente por el climatólogo alemán Vladimir Köppen en 1884, modificado
posteriormente por él mismo y Rudolf Geiger, describe cada tipo de clima con una serie
de letras, generalmente tres, que indican el comportamiento de la temperatura y la
precipitación. Es una de las clasificaciones de clima más utilizadas debido a su
generalidad y sencillez. El sistema de Köppen se basa en que la vegetación natural tiene
una clara relación con el clima, por lo que los límites entre un clima y otro se
establecieron teniendo en cuenta la distribución de la vegetación. Los parámetros para
determinar el clima de una región son la temperatura y la precipitación media anual y
mensual, así como la estacionalidad de la precipitación. Divide las zonas climáticas del
mundo en cinco grupos principales: tropical, seco, templado, continental y polar, que se
identifican con la primera letra mayúscula. Cada grupo se divide en subgrupos y cada
subgrupo en tipos climáticos. Las categorías meteorológicas se identifican con un
código de dos o tres letras. A continuación, se describe en detalle el proceso de
identificación de cada grupo, subgrupo y tipo de clima. Para cada gran grupo, los tipos
de clima en los que se han subdividido se presentan en una tabla, junto con sus plantas
asociadas y las regiones en las que se encuentran, dando algunos ejemplos específicos
de tales climas. área representativa.
RELACIÓN BIDIRECCIONAL
La relación que existe entre el diseño interior y exterior es importante, debido a que si
se ve el exterior de una estructura arquitectónica se espera que brinde información de
que también existe un diseño interior, además saber que no rompe con el contexto
urbano, sino que se corresponden de manera sutil, así existe afinidad a medida que se
ingresa al establecimiento y esto tiene que ver con la armonía y la continuidad. La
arquitectura interior y exterior nunca pueden ir separadas, se debe manejar un conjunto
ameno. Tal como dice Le Corbusier “Lo que está afuera siempre está adentro”. (Krenz,
2004, pág. 122).
INSERCION INERCIAL
Según muestra el Diccionario de la Real Academia Española sobre la inercia,
observamos que se trata de la propiedad que tiene cualquier cuerpo de mantener su
estado de reposo o movimiento si no es por la acción de una fuerza, es decir, que la
inercia es principalmente entendida como la capacidad física que tiene cualquier cuerpo
de mantener ese estado de reposo o movimiento siempre que no exista una fuerza
externa o interna que altere dicha condición.
La inercia arquitectónica es la capacidad que tiene cualquier edificio de mantener uno,
varios o todos sus elementos ante una transformación que se realice sobre el mismo, es
decir, que a la hora de realizar una intervención sobre un edificio existente debemos
tener en cuenta y poner en valor los elementos que mayor relevancia tengan, evitando
con ello la desaparición del espíritu de las preexistencias.
Desde el punto de vista de las transformaciones arquitectónicas, la inercia térmica tiene
cierto grado de relevancia, estando presente en cualquier intervención que realicemos.
Sin embargo, la definición que buscamos de la inercia arquitectónica nos la da la propia
arquitectura, y tiene que ver en mayor o menor medida con la definición física de la
inercia.
Con el trascurso de los años se ha comprobado que muchos ejemplos de
transformaciones arquitectónicas eran fallidos, o no eran capaces de sobrevivir tras el
cambio realizado por el simple hecho de no hacer caso a estas inercias, a esa capacidad
que tiene la arquitectura de manifestar que se debe mantener y que debe desaparecer. La
inercia arquitectónica por tanto es únicamente aplicable al ámbito de las
transformaciones arquitectónicas, pero fácilmente trasladable a cualquier otro.
Esta inercia que presenta la arquitectura, esta capacidad de los edificios de mantener sus
elementos frente a una transformación es distinta en cada uno de los ejemplos que se
puedan analizar. A pesar ello, puede existir una graduación en este aspecto que nos lleve
a hablar de altos o bajos niveles de inercia en las transformaciones arquitectónicas.
Podemos hablar de un alto grado de inercia cuando el edificio sobre el que se vaya a
trabajar sea capaz de mantener en su futuro estado la mayoría de los elementos
existentes en su estado previo, mientras que hablaremos de un bajo grado de inercia
cuando no exista posibilidad de mantener apenas un mínimo de los elementos existentes
con anterioridad.
Esta capacidad está relacionada del mismo modo con el nuevo uso que pueda albergar el
edificio. Si bien es cierto que existen una serie de usos que pueden o no ser compatible,
entendiendo esta compatibilidad como la capacidad de convivir en el mismo espacio, en
este caso en la misma estructura, la realidad es que otros tantos no permiten dicha
compatibilidad. Esta capacidad de albergar usos dispares en un mismo edificio guarda
relación con el concepto de la inercia arquitectónica aquí tratado, ya que en caso de que
se lleve a cabo una transformación de un edificio o de un espacio y exista una variación
en el uso del mismo, esto puede involucrar un cambio en los elementos arquitectónicos
que definen la preexistencia. Cada uso guarda relación con unos elementos, con una
forma y con una distribución que pueden no ser compatibles con el lugar sobre el que se
pretende intervenir.
Por lo tanto, cuando hablamos de la importancia que tiene un edificio y de la capacidad
del mismo de mostrarnos los elementos que lo definen y que, en definitiva, muestran el
modo en el que debemos tratar la preexistencia, debemos pensar también que nos está
contando el uso que debe albergar, ya que la incompatibilidad que pueda llegar a existir
entre el uso y el espacio que lo alberga puede suponer la decadencia del mismo.
CONCEPTO DE GRADIENTE
Etimológicamente podemos subrayar que se trata de una palabra que deriva del latín,
exactamente de “gradiens, gradientis”, que puede traducirse como “que desciende” o
“que da pasos”.
Asimismo, hay que indicar que se trata de un tecnicismo que se creó en el ámbito de la
física. También es interesante saber que dentro de este sector es muy habitual hablar de
laplaciano, que viene a ser la divergencia del gradiente.
La noción de gradiente, en definitiva, se emplea en el ámbito de la física para hacer
referencia a la razón existente entre el cambio del valor de una magnitud en dos puntos
y la distancia que se registra entre ellos.
Partiendo de esta idea, el concepto se utiliza en múltiples ámbitos. El gradiente puede
ser la diferencia de intensidad de una energía o de un efecto en dos momentos o puntos
distintos.
En magnitudes cuyo valor es distinto en los diversos puntos de una región del espacio,
proporción en la que varía la magnitud en función de la distancia, a lo largo de la línea
en que esta variación es máxima. Un gradiente es siempre una función vectorial.