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Ministrando a los quebrantados de alma.

El Espíritu del Señor está sobre mí, Por cuanto me ha ungido para
dar buenas nuevas a los pobres; Me ha enviado a sanar a los
quebrantados de corazón; A pregonar libertad a los cautivos, Y vista
a los ciegos; A poner en libertad a los oprimidos…» Lucas 4:18

INTRODUCCIÓN

De la misma manera que un cuerpo físico necesita de atención


médica cuando ha experimentado una herida, así también, el alma,
cuando ha sido herida, también necesita de la atención y el cuidado
necesario para su curación, y evitar en alguna manera alguna
infección espiritual, que en muchos de los casos, por no ser
tratados adecuadamente, pueden llevar a situaciones extremas.
Las heridas físicas, si son tratadas por manos expertas podrán sanar
rápidamente. A diferencia de una herida del alma, la cual necesita
de un proceso gradual y sistemático, y así lograr una restauración
exitosa.

Alguien dijo por ahí que: Una palabra o un hecho ofensivo es más
dañino que un golpe físico. Y aun mas, la Biblia habla, que homicida
no es solo el que mata el cuerpo, sino también el alma.

El Decálogo de Moisés ya lo mencionaba desde hace mucho tiempo


en Éxodo 20:13 «…No matarás…» Este sexto mandamiento prohíbe
el homicidio en dos sentidos; primero, prohíbe el homicidio en
sentido físico, y segundo en sentido espiritual.

En algunas ocasiones, hay hermanos que no pueden disfrutar a


plenitud de las victorias que Dios les da, en razón de que ellos
tienen problemas emocionales, a causa de alguna herida que no ha
sanado en su interior. Aun mas. Estas personas se vuelven
compulsivas con sus familias, con su compañeros de trabajo o de
estudio, y hasta con los hermanos en la Fe.

A continuación analizaremos como estas heridas son producidas y


como pueden ser sanadas.

. LA MENTE O EL ALMA.

1) Nuestra mente o alma tiene 3 niveles, el consiente, el


subconsciente y el inconsciente.

A. El consciente es todo conocimiento o pensamiento, que sabemos


con claridad. (Son las relaciones interpersonales)

B. El subconsciente es el reino de oposición a la razón. Aquí opera


sentimientos y deseos egoístas.

C. El inconsciente es el reino de los pensamientos descontrolados.


2) Nada se olvida. Nuestra mente es como una grabadora.

3) En el alma viven las heridas emocionales que permanecen sin


sanar, y las cuales afectan nuestra conciencia, cambian, controlan
nuestro carácter y permanecen ahí, hasta que tomamos acción
para eliminarlas a través de la gracia de Dios.

II. CAUSAS DE LAS HERIDAS (Pueden haber varios)

1) TRAUMAS PRENATAL.

A. Un embarazo rechazado o no deseado. “Por razones económicas,


fruto de violación, causas sociales, etc.”
B. Sentimientos de culpa por algún pecado.
C. Vivir bajo la influencia del miedo, tristeza, odio, humillación, etc.

2) TRAUMAS DE LA NIÑEZ.

Es la edad más sensible a experiencias traumáticas. “Los niños son


como cemento húmedo y los adultos como cemento seco.”

A. Experiencias de miedo. “Encontrarse perdido, fuego, en peligro


de ahogarse, etc.”
B. Humillación. “De los padres, de los maestros, de los amigos,
siendo despreciado o alguna situación que lo dejo en ridículo.”

C. Rechazo, por la llegada de un nuevo hermanito o por que los


amiguitos no le hicieron casa en la escuela.

D. Resentimiento. Por falta de amor de los padres, favoritismo a sus


hermanos u ofensas.

E. Haber sufrido abusos sexuales, especialmente antinaturales

3) TRAUMAS DE LA EDAD ADULTA.

A. Desengaños amorosos.
B. Fracasos en los trabajos.
C. Violaciones.

III. SÍNTOMAS DE LAS HERIDAS.

A. Tristeza sin causa aparente. (Cuando se nos pregunta que: ¿Qué


nos pasa? Y nosotros solo contestamos: NADA (Aquí sin duda
alguna hay un problema grande)
B. Bajo autoestima; rechazo de sí mismos; sentimiento obsesivo de
culpa; dificultad para relacionarse con otros.

C. Amargura; tendencia a juzgar algunos pecados más severos que


a otros; rechazo a ciertas personas.

D. Temor obsesivo;

E. Problemas psicosomáticos; (síntomas de enfermedades sin


causa)

IV. DIOS QUIERE SANARTE.

1) Quizás tú te preguntes en este momento: ¿Realmente sabrá Dios


todo lo que me ha ocurrido?

Salmos 56:8 «…Mis huidas tú has contado; Pon mis lágrimas en tu


redoma; ¿No están ellas en tu libro?..»

Redoma: Vasija ancha en la base que por lo general se angostaba


en la boca. Se utilizaba para guardar aceite, ungüento o perfume.
Samuel utilizó una redoma de aceite para ungir a Saúl como rey de
Israel (1 Samuel 10:1).
2) ¿Conoce Dios lo que te ha herido?

Salmos 139:1-6 – Oh Jehová, tú me has examinado y conocido.

2 Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; Has entendido


desde lejos mis pensamientos.

3 Has escudriñado mi andar y mi reposo, Y todos mis caminos te


son conocidos.

4 Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú


la sabes toda.

5 Detrás y delante me rodeaste, Y sobre mí pusiste tu mano.

6 Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; Alto es, no lo


puedo comprender.

CONCLUSIÓN:

Esta noche, es la noche que Dios había preparado para ti, para
curar aquellas heridas que por mucho tiempo habías tenido
escondidas en tu corazón, pero ahora el Señor viene con Hisopo
para curarte y sanarte para siempre y por siempre.

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