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CRIMEA
Es 19 de octubre de 1853, el imperio Otomano le declara guerra al imperio ruso, hay, sangre,
heridos, un imperio a punto de colapsar, espera, ¿Quiénes son ellas? ¿Quién las

lidera?

Florence Nightingale, liderando 50 mujeres, tomando la batuta ante los heridos que ha dejado
la guerra, los soldados están encantados con las enfermeras, ellas son competentes, los
esfuerzos de ellas son valorados por los soldados, Miss Nightingale, una mujer preparada
para esta labor, mas allá de asistir a los heridos, el acondicionar su vestimenta y el lugar
donde se encuentra es el reto, ayudar a los cirujanos, lavar vendas y dejarlas en el mejor
estado posible después de cinco días de travesía es una tarea compleja, la gente es super
colaboradora, hacen todo lo posible por ayudar, la ayuda del imperio Ingles con el
abastecimiento de productos de primera necesidad es eficaz en el proceso de atención a los
heridos.

Llegamos a 1856, al parecer todo va a culminar, las fuerzas británicas y turcas están retirando
sus ejércitos, el retiro de ellos está permitiendo la edificación de mas sitios de asistencia para
los perjudicados, las tropas fueron traicionadas por William, un hombre que por el dinero los
entregó a los otomanos.

El escenario de Crimea permitió a las enfermeras introducirse en el ámbito laboral, el mando


de Florence permitió la llegada de donaciones, los fondos recaudados fuero de gran ayuda en
la fundación de hospitales civiles, abriendo paso a la enfermera moderna.
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PERSONAJES

1. Florence Nightingale
2. William Russel (Traidor)
3. Sídney Herbert (soldado)
4. MacGregor (Médico)

Inició la guerra en Crimea, es un escenario horrible, hay heridos de gravedad

William: Esto es terrible, ¿Qué será de nuestro imperio?

Sídney: Hay muchos compañeros heridos, los refuerzos enviados no son suficientes

William: ¡Soldados, continúen!

Sídney: ¡Señor, esto es una locura, los está conduciendo a una muerte segura!

William: ¡Solo pelea!

Después de una batalla que terminó en retiro de las tropas, llegó la noche, los heridos
se encontraban al colapso, en ese instante aparece Florence.

Sídney: ¡Miss Nightingale! ¡Gracias al cielo está aquí!

Florence: ¡Compañeras, divídanse en escuadrones! ¡Primer escuadrón, curen las heridas!


¡Segundo escuadrón, asegúrense de que todos estén alimentados e hidratados!

Todo el grupo de enfermeras: ¡Entendido!

Florence: Sídney ¿Qué sucedió? ¡Hay bastantes heridos!

Sídney: Miss Nightingale, fue culpa de William, el ordenó que continúen peleando, yo logré
retirarme de esa masacre.

Florence: ¿William ordenó eso? ¿Quién en su sano juicio hace semejante locura?

Sídney: ¡Lo mismo me pregunto!


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Florence: Tengo un mal presentimiento en esto, llegaré al fondo de esta situación, Sídney
¿Puedes informarme de todo movimiento que haga William?

Sídney: ¡Entendido!

Florence se retira a continuar asistiendo junto al grupo de enfermeras a los heridos,


alimentarlos y limpiar, reparar las prendas que están en mal estado.

Al día siguiente…

William: ¡Pelotón, de pie, debemos continuar con la guerra!

Todos los soldados: ¡Por el honor del imperio inglés!

Sídney: ¡Dios mío! William piensa en llevar otra vez a pelear a mis compañeros, no creo que
resistan, tengo que buscar a Florence

William: Vaya, vaya, pero ¿Qué tenemos aquí? ¿Qué pensabas hacer soldadito?

Sídney: Solo iba al baño

William: Oh, ya veo, no tardes, si no presentas en el campo de batalla, hasta hoy respirar

Sídney: ¡Entendido señor!

Sídney se retira rápidamente y corre a buscar a Florence

Sídney: ¡Miss Florence!

Florence: Sídney, ¿Qué sucede?

Sídney: Es William

Florence: ¿Otra vez?

Sídney: ¡Sí! Llevó a pelear a los soldados, muchos iban con heridas superficiales

Florence: ¡Esto es inaceptable!

Sídney: Lo sé, no entiendo esa aptitud ¿Acaso piensa en la cantidad de familias que tendrán
pérdidas?

Florence: ¡Hay que ponerle un alto a esta situación!


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En la tarde Sídney estaba retornando del campo de batalla y uno de los soldados en
agonía le dice:

Soldado: Sídney, acércate, William, vendió la tropa, para que muera en manos de los
otomanos.

Sídney: ¡Qué!

Soldado: ¡Así como escuchaste! ¡Por favor, que mi muerte no sea en vano! ¡Hagan justicia
por los que fallecimos!

Sídney sintió miedo de decir la verdad, sabía que su vida corría riesgo; llegó la noche,
Florence esperó que llegue William para enfrentarlo.

Florence: ¡William, explícame ¿Por qué llevas a morir a los soldados?!

William: Silencio enferme rucha, solo ponte a lavar trapos con sangre.

Florence: ¡No me faltes el respeto!

Sídney: Miss Florence, descubrí el motivo de la aptitud de William.

Florence: ¿En serio?

William: ¡Sídney, de ti sale una palabra y te mueres!

Sídney: Ya estoy harta de que mis compañeros mueran en cada salida, un soldado que
falleció hace unas horas, me lo confesó.
Florence: Te escucho
Sídney: Miss, William por una bolsa de monedas de oro, entregó este pelotón a los otomanos.
Florence: ¡William, eso es cierto!
William: ¿Y que vas a hacer?
Florence: Lo que debí hacer desde que dudé de ti.
Se detona un arma*
Es así como Florence termina con el mando del terror de William sobre las tropas, pero
no se quedó con los brazos cruzados…
Florence: Sídney, que todos sean testigos de lo que sucedió aquí. ¿Quedó claro?
Sídney: ¡Entendido! Todos escuchamos lo que sucedió y presenciamos TODO, ¿Verdad?
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¡Nuestros compañeros fallecidos no regresarán, pero hicimos justicia por ellos!


Después del incidente, el imperio inglés se solidarizó con Florence y con los perjudicados
del mando de William, y fue inmediatamente que recibieron toda la ayuda necesaria, y
más personas se unieron a la causa, edificando hospitales sociales
Florence: Sídney, muchas gracias por armarte de valor y hacer notar que William era solo
un traidor entre nosotros
Sídney: Miss, no pudimos hacer nada por nuestros camaradas, pero sus sacrificios no fueron
en vano, ya se están retirando las tropas invasoras y la ayuda continúa llegando.
Fue así como Crimea, fue un lugar que facilitó a la Enfermería florecer, hubieron
muchos obstáculos, pérdidas irreparables, se hizo justicia por ellos, es por ello que
aunque nos encontremos en medio de la dificultad, siempre habrá un rayo de luz al final
del túnel, Crimea, testigo del heroísmo de la Dama de La Lámpara.

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