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De los tres siervos presentados en esta historia, solo los dos primeros recibieron
felicitaciones y recompensas de parte de su amo. Ambos fueron alabados y
promovidos debido a su fidelidad.
Los dos primeros siervos en esta historia eran verdaderos líderes, ellos
duplicaron lo que se les había dado, aumentaron lo que se les había confiado
e iniciaron un cambio positivo en lo que se les había asignado. Ellos fueron
recompensados por el crecimiento.
Una visión del propósito de Dios y las actividades de la iglesia comienzan con
Dios, no con nosotros. Tenemos el encargo de descubrir la visión de Dios para
su iglesia y abrazar su visión como nuestra visión para luego liderar a las
personas hacia ella.
PARTE 2
Liderar el cambio en lugar de forzarlo se trata del espíritu con el cual lo haces.
La meta es verte a ti mismo como un catalizador e inspirador del cambio.
Ponte a ti mismo en la jornada con aquellos a quienes lideras.
¡Tú no estás demandando el cambio, tú estás facilitando el cambio!
La sabiduría es saber qué hacer y cuando lo haces . Eso también involucra saber cómo
empezar el cambio de una manera que saque lo mejor de las personas durante la jornada.
El cambio sabio comienza con traer a las personas de mayor influencia en tu iglesia con los
cambios necesarios.
esto sucederá con la impartición de la visión. Lo cual pasa a través de dar a las personas el
“por qué” del cambio antes de darle el “qué” del cambio. eso involucra una visión
comunicativa
Traer a bordo a las personas al cambio involucra hacerlas parte del proceso. Es decir,
involucra animarlas a volverse participantes y facilitadoras contigo en liderar el cambio. El
hacer a las personas parte de la visión asegura que se apropien de la visión. Ve más allá
de solo decirles, inspíralos y entrénalos para que crezcan en la visión contigo.
Tú sabes que el liderazgo esta sucediendo cuando miras a las personas a tu alrededor que
comienzan a tomar la visión y comienzan a demostrar compromiso y entusiasmo para
avanzar hacia cumplirla.
Piensa más allá de los cambios que se necesitan hacer y considera las mejores formas de
comunicar estos cambios potenciales en formas que atraigan a la mayoría de personas.
Piensa en cómo puedes comunicar de manera efectiva el “por qué” de los cambios
necesarios en lugar de simplemente el “qué” del cambio.
Tú no puedes ser un líder del cambio sin un profundo compromiso de quedarte en el proceso
Ningún cambio pasa de la noche a la mañana, este pasa conforme avanza el tiempo.
Nehemías 3
registra todas las asignaciones del trabajo que Nehemías delegó
¡para liderar el cambio, debes construir y animar continuamente a los equipos en la visión.
Recuerda, una vez que lideres valientemente y veas las recompensas del cambio
probablemente dirás, “eso valió la pena”