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Interesante el simbolismo que tiene el capítulo 11 del segundo libro de Samuel con relación
al matrimonio. Se narra en éste la historia de David, quien buscó a Betsabé, una bella mujer
y quien era esposa de Urías el hitita, y la hizo su mujer y la dejó embarazada. Es curiosa la
culpa que siente David, y que está intencionalmente reflejada, por haber hecho lo que hizo,
que quiso ofrecer a Urías un obsequio, y lo envió a su casa para que estuviera con su mujer
cuidándola y atendiéndola. Es decir, él fue consciente de que lo que hizo estuvo muy mal,
de que provocó un acto muy severo en la época: adulterio, y para colmo con fuerte
evidencia. Quiso pues, ocultarlo, actuar como si nada hubiese pasado, y ser “bueno” con
Urías. Ciertamente, es algo que puede suceder dentro de la relación matrimonial, y es uno
de las peores decisiones que se pudiesen tomar. Así lo muestra la Biblia desde hace miles
de años. Y de hecho, nos deja clara una advertencia: podemos querer ocultar este tipo de
acciones, pero tarde o temprano, se sabrá. Y peor aún: lo sabe Yahveh, y esto no le agrada.
Sin embargo, la historia es un poquito más impactante. Urías no hizo del todo lo que le
ordenó. “Pero Urías se acostó a la entrada de la casa del rey, con la guardia de su señor, y
no bajó a su casa9”. Es decir, ocurre otro acto del mismo entre la esposa de David y Urías.
Además, no fue a su casa con Betsabé, como el rey se lo había ordenado. Decidió no
hacerlo, ya que sentía que no era lo correcto a sabiendas de que los veteranos y guerreros
estaban preparados para la batalla. En esta situación, David simplemente envió a Joab una
carta, la cual era la sentencia de muerte de Urías el hitita. El plan era, en algún momento de
la futura batalla que habría, exponerlo y retirarse, de modo que quedase solo y pudiese ser
fácilmente asesinado. Y funcionó.
Dentro del matrimonio, el adulterio es el acto por excelencia considerado el peor pecado
desde los tiempos antes de Cristo, la infidelidad. Los versículos del 1 al 16 de este capítulo
nos muestran que las personas verdaderamente deben sentir vergüenza, si es fiel creyente
de Dios. Como pecadores, querríamos ocultarlo todo y hacer como si nada hubiese pasado,
y querer ser amables con la persona a quien el fuimos infiel. Es esto muy desagradable a los
ojos del Señor y de la sociedad también. Se expone una etapa oscura de David, gran
personaje de la Biblia. E igualmente, muchos somos susceptibles de caer en cosas por este
Miguel Peralta Segundo Reporte de Lectura 2015-5659
estilo. Debemos recordar que no es lo correcto, y evitarlo a toda costa dentro del
matrimonio.