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Colección del

Bicentenario 200 años


de la Economía en el
Perú: Malas decisiones y
crisis del primer
gobierno de Alan García
Intervencionismo estatal, hiperinflación, emisión
monetaria desmedida para pagar el déficit de las
empresas públicas, y todo eso en medio de un creciente
terrorismo. Fue un periodo traumático para el país.

Una tanqueta ingresa al Banco de Crédito, en el centro de Lima, luego de anunciarse la


estatización de la banca. (REVISTA CARETAS)
REDACCIÓN PERÚ21
redaccionp21@peru21.pe
Actualizado el 02/05/2021 01:00 p.m.
La historia de Alan García Pérez y de los gobiernos
apristas siempre tendrá dos rostros: El de la
hiperinflación y el intervencionismo estatal en su
primera administración de 1985 a 1990, y el de un
periodo de crecimiento económico saludable, de 2006
a 2011. El primer gobierno fue desastroso, traumático
para el país y para más de una generación, y el
segundo, una muestra de lo que el buen
aprovechamiento del contexto externo y la promoción
de la inversión privada pueden aportar al desarrollo,
incluso cuando los problemas estructurales de una
economía aún no han sido resueltos.
Un joven Alan García, cuya oratoria era inigualable, logró
tener un buen recibimiento, lleno de aplausos, en la
Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE) de 1984, meses
antes de las elecciones que lo llevaron a la presidencia
en 1985 con un alto respaldo de la ciudadanía a pesar de
que su plan de gobierno, conocido como Plan Perú,
trabajado por la comisión que lideraba otro líder
aprista, Luis Alva Castro, no había sido publicado.
Pese al apoyo empresarial y su discurso conciliador
durante la campaña, García, dos meses después de
asumir la presidencia, dio un discurso criticando el
modelo económico de libre mercado ante la Asamblea
General de las Naciones Unidas. El mal desempeño de
la economía durante este gobierno aprista contribuyó
a un significativo retroceso del PBI per cápita. Entre
1976 y 2006, el PBI per cápita creció 0%, es decir,
fueron tres décadas perdidas.
MIRA: Colección del Bicentenario 200 años de la Economía en el
Perú: La informalidad en el Perú: escape y riesgo
Los economistas Luis Gonzalo Llosa y Ugo Panizza
explican que estas tres décadas perdidas fueron producto
de varios sucesos, uno tras otro, que tuvieron un impacto
negativo y amplificador. Estas medidas fueron el
rechazo al pago de la deuda externa, las políticas
intervencionistas y la vulneración de contratos con
privados, como sucedió en el caso del sector
petrolero con la norteamericana Belco Petroleum al
cancelarle los permisos de exploración en 1985.

Alan García Pérez, el 28 de julio de 1985, al asumir su mandato. Anunció


revisión de beneficios a empresas y de contratos con petroleras. (GEC
ARCHIVO HISTÓRICO)
Limitar el pago de la deuda externa generó que García
obtuviera gran popularidad en el país, así como en la
región, apenas iniciado su mandato. Su propuesta
consistía en reducir el pago de la deuda externa del 60%
del valor de las exportaciones (que era lo que se
destinaba a cumplir con esta obligación) a un 10% para
no afectar los pocos ingresos que obtenía el país. Los
mandatarios de Argentina, Bolivia, Colombia y
Uruguay manifestaron su respaldo. En setiembre de
1985, ante la Asamblea General de la ONU, un
fortalecido García expresó sus intenciones.
Inelegibles por no pagar la deuda externa
Debido a que el Perú se rehusó reiteradamente a pagar
la deuda externa, en 1986 el Fondo Monetario
Internacional (FMI) declaró al país como inelegible para
acceder a nuevos créditos. García descartó que ello fuera
un problema para el Perú. Luis Alva Castro, entonces
ministro de Economía y Finanzas (MEF), afirmó que el
país podría acceder a créditos de otras entidades
multilaterales como el Banco Mundial o el Banco
Interamericano de Desarrollo (BID). No obstante, ese
fue el inicio de los problemas de financiamiento para
el país, pues muchas de las medidas del gobierno
aprista (que incluían subsidios) requerían de una
cantidad de recursos que no se tenían a nivel fiscal.
Pese a aquel contexto, García continuó con discursos
contra el sistema mundial y lo calificó como un “apartheid
financiero”. Meses después, en octubre, cuando ya se
comenzaban a sentir los efectos de las políticas
intervencionistas, Alva Castro, ya como presidente
del Consejo de Ministros, anunció en un encuentro
del FMI y el Banco Mundial, que el Perú reduciría
incluso más los pagos de deuda a partir del año
siguiente.
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Aparentes mejoras
Otra de las medidas que dispuso García fue el
incremento de los salarios, que fue de hasta 18% en el
primer año. Esto fue bien recibido por la población, pues
fue de la mano con la creación del programa ocupacional
de emergencia PROEM por dos años, el cual permitía al
sector público y privado contratar personal a plazo fijo. De
esta forma los empleadores podían evitar verse
afectados por la recientemente aprobada ley de
estabilidad laboral. Durante los dos primeros años, el
Perú volvió a la senda del crecimiento
económico. Retornó la exportación y la inflación se
redujo significativamente. Parecía que el plan de Alan
García estaba dando resultados. En temas de PBI, PBI
per cápita, exportaciones y producción industrial, el
crecimiento fue notable. Las industrias que más crecieron
fueron las que estuvieron dormidas durante la época de
Velasco: la industria metalmecánica, la química y las de
textiles, alimentos y bebidas.
A esto se sumó que la inflación mensual se redujo de
12.5% en abril de 1985 a tan solo 3.5% en setiembre de
ese mismo año, pero no hay que perder de vista el
indicador anual: 158.3%. Luego, en setiembre de 1986,
tras el avance de la inflación, se anunció un nuevo
aumento salarial mediante subsidios y se afirmó que este
sería superior al avance de la inflación. Si bien esa y
otras medidas implicaban un gasto que el Perú ya no
podía darse el lujo de abordar por las dificultades
para acceder al financiamiento extranjero, García
aseguró que las reservas del país podían soportar
sus políticas por tres años más.
De esta forma, la falta de recursos y el reducido nivel de
la inversión pública no contribuyeron a dar continuidad a
las subvenciones dispuestas ni a la generación de
empleos. Fue así como los efectos artificiales de las
políticas de García fueron apagándose y dando lugar a
un escenario tan real como preocupante: la crisis y la
hiperinflación.

Largas colas en pos de un producto básico eran una escena cotidiana en el


primer gobierno de Alan García. (GEC ARCHIVO HISTÓRICO)
El inti y la devaluación relámpago
Otro de los factores que contribuyó a este resultado fue el
inti, la divisa peruana que fue creada en enero de 1985 y
puesta en circulación en mayo de ese año. Su aparición
tuvo como objetivo hacer frente a la inflación y por
ello cada inti, que estaba compuesto por 100
céntimos, era equivalente a mil soles de oro. Si bien
el inti mantuvo su valor durante el primer año del
gobierno de García y una cotización de 13 intis por
dólar, después comenzó a devaluarse debido a la
ascendente inflación que, entre otros factores, fue
producto de la emisión desmedida que efectuó el BCR a
pedido del Gobierno.
El resultado fue la aparición de los billetes de 500 intis en
1986 y mil intis en 1988. Además, para agosto de 1988,
el tipo de cambio oficial o dólar del Mercado Único de
Cambio (dólar MUC) era de 33 intis, pero en la calle se
cotizaba en 230 intis. Luego, en enero de 1989 el
dólar paralelo (en la calle) promediaba los 1,930 intis,
mientras que en diciembre llegó a un promedio de 14,103
intis. Por ello es que ese año se introdujeron los billetes
de 10 mil intis y en 1990, los de 500 mil intis, pues el 27
de julio de ese año, casi antes de que se fuera García, el
tipo de cambio alcanzó los 175 mil intis.
MIRA: Colección del Bicentenario 200 años de la Economía en el
Perú: La pujante industria azucarera y su amarga destrucción

La estatización de la banca
Es sabido que García tuvo el apoyo del sector
empresarial para llegar al poder, incluyendo el de una
parte del sistema financiero. Él había prometido que no
iba a estatizar la banca, sin embargo, en 1987,
sorprendió a todos con el anuncio de la estatización
de los bancos. La decisión de García tuvo como origen
un programa gubernamental que exigía al sector privado
reinvertir las utilidades para así estimular el consumo y
con ello, el empleo. No obstante, buena parte del sector
empresarial no acató tal medida y García respondió con
algo que le permitiera al Estado controlar capitales y
usarlos con los fines ya mencionados. Fue así como el
28 de julio de 1987 propuso ante el Congreso un
proyecto para estatizar la banca.
La propuesta fue vitoreada por los legisladores
apristas en el Parlamento, pero despertó el rechazo
del sector empresarial, de los partidos de derecha e
incluso motivó el surgimiento de nuevos liderazgos
políticos de oposición y movimientos como el del escritor
Mario Vargas Llosa que criticó el atropello al principio de
la propiedad privada. El anuncio se materializó el 29 de
julio con un decreto supremo en el que se dispuso la
intervención de 10 bancos, seis financieras y 17
empresas de seguros. Y esto a su vez ocasionó que
muchos ahorristas acudieran a los bancos para
retirar su dinero.
El Gobierno intervino algunos establecimientos de la
banca por la fuerza, dejando impactantes imágenes como
la de una tanqueta ingresando a la sede del Banco de
Crédito del Perú (BCP) en el centro de Lima. Hubo
despliegues policiales en diversas calles de la ciudad
para rodear y tomar las sedes de entidades financieras
como el Banco Wiese o el Banco Latino, entre otras. La
Policía dispersó con violencia a la prensa para poder
ingresar a los establecimientos del sector financiero.
A pesar de los intentos de García por lograr la
estatización, esta quedó trunca tras ser revisada por el
Senado (recuerde que entonces el Congreso tenía dos
cámaras), lo que evitó que la medida se concretara al
hacer modificaciones que permitieron que las compañías
involucradas transfirieran parte de las acciones a sus
trabajadores para evitar la intervención aprista.
El paquetazo de Salinas
El 6 de septiembre de 1988, cuatro días después de
asumir su cargo, el ministro de Economía, Abel Salinas,
anunció un paquetazo de medidas económicas ortodoxas
para frenar la inflación. Las acciones incluyeron la
reducción del gasto público, el descongelamiento de
precios, excepto por 40 productos básicos, y la
devaluación del inti para poner el tipo de cambio
oficial en sintonía con el mercado paralelo o informal.
El anuncio tuvo tal impacto en la población que generó el
rechazo de parte de los servidores públicos y despertó
marchas y movilizaciones en contra, pues subieron
precios de productos como la gasolina, pero pese a ello,
las acciones no detuvieron el alza de los precios ni
frenaron la depreciación del inti ante el dólar.
A finales de agosto de 1988, el dólar costaba entre 200 y
300 intis, y, pese al paquetazo, llegó a cerca de 2,100
intis en diciembre. Casi un mes antes, el 28 de
noviembre de 1988, Salinas salía del MEF.
Pusieron contra las cuerdas al BCR
Para finales de 1987, la inflación mantenía su curva
ascendente y superó el 100%, mientras que los ingresos
del Estado se encontraban disminuidos, pues la balanza
de pagos tenía un déficit que hoy sería aproximadamente
US$1,206 millones. El Banco Central de Reserva se
encontró ante un panorama donde la inflación avanzaba
a un ritmo galopante y donde su capacidad para reducir
la volatilidad del tipo de cambio era mínima, debido al
agotamiento de las reservas internacionales.
Además, se dedicó a financiar al mismo Gobierno de
Alan García pues entonces la excepción prevista en
la Constitución de 1979 se volvió una regla.
El fundador del APRA, Víctor Raúl Haya de la Torre, en uno de los billetes.
(GEC)
Parte de la situación que atravesaba el BCR tuvo que ver
con los subsidios y la forma en que los cubría el gobierno
aprista, es decir, con recursos de la entidad monetaria.
Una muestra fue el Banco Agrario (Agrobanco) que
funcionó como ventanilla del BCR al entregar subsidios a
los agricultores. El mismo García señaló que “cada año
se dieron 160 mil créditos sin intereses a los
productores de papa, trigo y maíz en el ande, donde
antes de mi gobierno sólo se daban 33,000
créditos. Además, entregamos directamente fondos a
4,000 comunidades campesinas en los Rimanacuy”.
El BCR se vio obligado a destinar más fondos a la
actividad agrícola y a reducir el crédito interno a los
demás sectores económicos. La campaña de 1986-1987
absorbió gran parte de la emisión de préstamos en
millones de intis. En 1986 le otorgaron al sistema
financiero y al sector público 15.71 millones, mientras que
al Banco Agrario se destinaron 6.69 millones de intis,
según las memorias del Banco Central de
Reserva. Durante el segundo semestre de 1986 y el
primer semestre del 87, el crédito a la agricultura fue
el componente más dinámico de la expansión
monetaria y uno de los factores que generaron la
infame hiperinflación de los 80.
Actualmente, el artículo 84° de la Constitución Política
prohíbe expresamente que el BCRP conceda
financiamiento al Gobierno para evitar que se repitan
situaciones como la que el Perú sufrió en ese quinquenio.
Los flagelos de Sendero Luminoso y el
MRTA
Uno de los grandes desafíos del primer gobierno de Alan
García fue enfrentar la creciente actividad sanguinaria del
terrorismo.
Las acciones violentas del terrorismo se manifestaron a
comienzos de los 80, en el segundo gobierno de
Fernando Belaunde y con las acciones de Sendero
Luminoso (SL) que encabezó Abimael Guzmán. No
obstante, fue a partir de 1983 que SL se volvió más
agresivo y en 1984 se sumaron los ataques del
Movimiento Revolucionario Túpac Amaru (MRTA)
dirigido por Víctor Polay Campos.

Tres días antes de que García asumiera la Presidencia, Sendero puso un


coche-bomba frente al Mininter. (ARCHIVO COMISIÓN DE LA VERDAD Y
RECONCILIACIÓN)
En 1985, cuando acababa el gobierno de Belaunde y
asumía Alan García Pérez, se cometieron 2,605
atentados terroristas, según cifras del Instituto Nacional
de Estadística e Informática (INEI). El 70% se produjo
en Lima y Ayacucho. Sendero volaba torres de alta
tensión y nos sumía en el miedo y la oscuridad.
Cuando García fue elegido en 1985, hubo un ligero
retroceso en el accionar terrorista pues, al parecer,
querían ver cómo se comportaba el Gobierno, pero esto
no duró mucho. En 1986 SL puso en su mira criminal a
personalidades o autoridades de todo tipo.
Los senderistas que estaban en las cárceles se
autodenominaban presos políticos. En junio de 1986,
cuando Alan García estaba cerca de cumplir un año en la
Presidencia, se iba a celebrar en Lima el 17° congreso de
la Internacional Socialista. Era el primero en América
Latina y el entonces presidente estaba muy
entusiasmado pues llegarían personalidades de distintos
países. Sin embargo, a poco de su inauguración, el 18
de junio, a las seis de la mañana se reportaron
amotinamientos en las cárceles San Juan de
Lurigancho, El Frontón y la cárcel de mujeres de
Santa Bárbara.
Los amotinados demandaban eliminar las requisas y
revisiones, así como el cierre del penal de Canto Grande,
García declaró los penales como zonas militares
restringidas. En el penal de la isla El Frontón se produjo
una intervención con participación de la Marina de
Guerra. La acción terminó con la muerte de casi 300
terroristas y fue materia de posteriores
investigaciones.
Amotinamiento de terroristas presos, en junio de 1986, en vísperas de cita
socialista internacional en Lima. En la isla El Frontón murieron 300 reclusos.
(GEC ARCHIVO HISTÓRICO)
Sendero y el MRTA también introdujeron el temor y
su prédica en universidades, como San Marcos y La
Cantuta. Había pintas en las aulas y en los
pabellones, los terroristas irrumpían en las clases
para lanzar sus proclamas, pero nadie se atrevía a
alzar una voz crítica ante ello. Autoridades académicas
y profesores preferían evitar confrontaciones con
militantes o allegados de SL.
MIRA: Colección del Bicentenario 200 años de la Economía en el
Perú: Belaunde: la mala herencia militar y el drama de El Niño

Los secuestros del MRTA


El modus operandi del MRTA consistía en cometer
secuestros. La Comisión de la Verdad obtuvo evidencias
de que cometió decenas de secuestros individuales y
colectivos para obtener dinero, por lo que sus objetivos
eran usualmente empresarios de grandes negocios.
En 1989 el MRTA secuestró al empresario radial Héctor
Delgado Parker (RPP) e implantó las llamadas ‘cárceles
del pueblo’, socavones en casas donde sometía a sus
víctimas a interrogatorios y torturas hasta que llegaba el
dinero del rescate. Esta modalidad fue obra del terrorista
Peter Cárdenas, liberado en 2015. También fue
responsable del asesinato del empresario David
Ballón Vera, quien, después de cinco meses, fue
encontrado con 40 kilos menos y huellas de tortura,
en 1992.
Pese a la intensidad con que actuaba el MRTA, Víctor
Polay Campos mesuró los ataques porque era hijo de
militantes apristas y antiguo amigo de García. Varios
indicios llevaron a pensar que se facilitó su fuga y la de
otros 47 subversivos del penal Castro Castro a través
de un túnel, el 9 de julio de 1990, a pocas semanas
del cambio de gobierno.

EN EL GOBIERNO DE ALBERTO FUJIMORI ENTRE


LOS AÑOS 1990 AL 1994.SE DIO FUJISHOCK
ECONOMICO CON EL OBJETIVO DE CONTROLAR LA
ECONOMIA PERUANA.

EL 08 DE AGOSTO DE 1990 EL EX MINISTRO


HURTADO MELLER ANUNCIO NUEVA MEDIDA DE
MUCHA ESPECTATIVA EL NUEVO PAQUETE DE
MEDIDAS, APARTIR DEL DIA SIGUIENTE TRAS SER
ELIMINADO EL SUBSIDIO DE LOS PRODUCTOS SUS
PRECIOS SE CINCERARON EL GALON DE GASOLINA
DE 84 PASO A LOS 21 MIL INTIS LO S PRECIOS DE LA
CANASTA BASICA FAMILIAR SE ELEVARON LA LATA
DE LECHE PASO DE 12O MIL A 360 MIL INTIS, EL
KILO DE AZUCAR BLANCA DE 150 MIL A 300 MIL
INTIS Y EL KILO DE FIDEOS DE 200 MIL A 700 MIL
INTIS
SEÑALANDO QUE APARTIR DE MAÑANA EL PAN
FRANCES QUE COSTABA 9000 INTIS PASA A
COSTAR 25 MIL INTIS.
SE DISIMULABAN LOS ALTOS TASAS
INFLACIONARIAS.
PERO POCO A POCO SE SUMERGIA AL ESTADO EN
UN DEFICIT FISCAL AGUDO.
EN AQUEL ENTONCES NINGUNA EMPRESA TENIA
INCENTIVOS PARA PRODUCIR Y ABASTECER LA
DEMANDA DEL MERCADO.
SE HACIA LAS LARGAS COLAS PARA OBTENER UN
KILO DE ARROZ, DE AZUCAR O GASOLINA ERAN DE
NUNCA ACABAR.
SOLO LA POBLACION CON MAS RECURSOS PODIA
SOSTENER DICHA SITUACION, MIENTRAS QUE LOS
MAS POBRES SUFRIAN DE FORMA MAS SEVERA.
EL GALON DE KEROSENE LLEGO A COSTAR ENTRE
574 MIS INTIS.
E TIEMPOS DESPUES, CON LA ELIMINACION DE
LOS SUBSIDIOS AL CONSUMO DE LOS PRECIOS Y
OTRAS MEDIDAS ECONOMICAS.
LA TASA PROMEDIO DE INFLACION EMPEZÒ A
DESCENDER EN LOS SIGUIENTES AÑOS.

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