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Damarsito

Viajes en autocaravana, aventuras en moto, mis loros y demás cosillas curiosas!!

lunes, 2 de mayo de 2016

Construcción de Horno de Leña de Doble Cámara


Queridos amigos y seguidores,

De nuevo actualizo mi blog para mostraros la que considero mi obra maestra hasta la
fecha: la construcción de un horno de leña en mi jardín!!

Ha sido un proceso muy trabajoso, pero divertido y gratificante... No veo la hora de


probarlo!! Ahora está en fase de secado, pues tiene que pasar un mínimo de 45 días desde
que se colocó la última arcilla refractaria...

Lo primero que hice fue elegir el sitio para su ubicación. Decidí utilizar la esquina de la
izquierda del aviario que hice hace años para los loros en el jardín, y que luego desmonté
al hacer uno nuevo.

Seguidamente, tuve que decidir el modelo más adecuado y finalmente, opté por uno de
doble cámara, pues aunque necesitaría de algo más de trabajo, una vez construido sería
más versátil su utilización, al permitir un aporte de leña durante el proceso de cocinado y
disponer de un "almacén de calor", que siempre da más juego.

Sin más, paso a colgar las fotos del proceso y trataré de explicar los pasos más delicados y
aquellos que tengan alguna particularidad...
Una vez completada esa primera fase, coloqué una base de ladrillo refractario (en este
caso utilicé unos ladrillos reciclados que me regaló mi amigo Nacho, de cuando quitó su
barbacoa... GRACIAS!!) y preparé un molde con estructura de madera para sujetar mejor
los ladrillos de la futura hornilla.
A esta altura del proceso, presenté el marco de acero que hice para la puerta...
En la parte trasera, mantuve un conducto abierto que luego comunicaría con la bóveda
superior del horno. La manera habitual de utilización de este tipo de horno es encender el
fuego en la cámara superior y, una vez alcanzada la temperatura requerida, se deben
empujar las ascuas por ese conducto para dejarlas en la hornilla. Además, también sirve
para que por ahí suba el calor generado por las ascuas...
Una vez subido los ladrillos de cara vista hasta el segundo nivel, le puse a la hornilla una
capa de lana de roca a su alrededor, y rellené el hueco restante con escombro, tierra y
una última capa de hormigón.
En este punto, una vez terminada la segunda planta, dibujé una circunferencia de la
medida interior de la bóveda principal del horno (90cm) y puse una primera capa exterior
de ladrillos refractarios manteniendo esa forma con la futura puerta.
Con esta forma, quedó preparada la cama especial más adecuada para la base de este tipo
de hornos: una mezcla de sal gorda y vidrios rotos!!
Encima de esta capa bien compacta, se deben colocar otra capa de ladrillos refractarios
que, deben llevar sólo arcilla refractaria en su unión con los ladrillos del perfil y una
gruesa lechada entre ellos. Lo importante es que los ladrillos centrales estén "flotando"
sobre la capa de sal gorda y vidrios rotos!!
En este punto, antes de subir el arco de la puerta, debía conocer la medidas de la misma,
de modo que me puse a forjar el marco y la puerta, al igual que hice con la puerta de la
hornilla (en la construcción de la puerta de la hornilla, olvidé hacer las fotografías)... Para
ello, utilicé chapa de acero de 3mm de espesor.
Una vez terminada la soldadura y posterior ajuste de la puerta y el marco, fragüé una
buena capa de una mezcla de arcilla refractaria y arlita, para evitar que el acero de la
puerta se calentara en exceso y, a su vez, la puerta no pesara demasiado...

Entonces, continué con los ladrillos, subiendo un arco con las medidas del marco de la
puerta, utilizando un molde de iguales medidas.
Con el arco de la puerta terminado, subí un par de filas de ladrillos para comenzar con la
bóveda. Los ladrillos los iba cortando por la mitad, para permitir que las curvas fueran lo
más fieles a la circunferencia prevista posible.
Con esas dos primeras filas puestas, fabriqué un nuevo molde para facilitar el guiado de
los ladrillos...
Justo a esta altura de la construcción, corría el mes de noviembre de 2015, las
temperaturas comenzaron a bajar por las noches de los 5ºC, de modo que por
recomendación del fabricante de la arcilla refractaria, no era conveniente seguir la
construcción hasta que no subieran las temperaturas, a la primavera del año siguiente. Por
ello, "abrigué" al horno con lana de roca, mantas y plásticos, para que sufriera lo menos
posible el paso del duro invierno alcarreño!!
Y el tiempo pasó... Hasta que llegó la primavera!!

Al descubrir el horno, todo se encontraba como lo había dejado, sin grietas ni daños
aparentes. Estaba impaciente por seguir con la construcción, de modo que me puse a
completar la bóveda a toda prisa!!
Detalle de la vaina que coloqué para sujetar el termómetro.
Detalle de los soportes de bombillas especiales de horno que encastré a 2/3 de altura,
para permitir una iluminación del horno durante el cocinado.
Una vez cerrada la bóveda, coloqué la chimenea a la que le fabriqué un sistema de cierre
de tiro con una placa redonda interior, soldada a una manivela exterior.
El siguiente paso fue forrar la bóveda con la misma lana de roca con que había cubierto la
hornilla.
La lana de roca la sujeté con malla de gallinero que, además de sujetar las piezas
recortadas, servirían para hacer de mallazo del enfoscado final.

Antes de enfoscar la bóveda, terminé de rematar los ladrillos exteriores del perímetro de
la segunda planta, para que luego el enfoscado los sujetaran mejor...
Ya quedaba poco... Estuve durante una mañana enfoscando la bóveda por fuera y me
resultó un poco más complicado de lo que pensaba, pues las zonas más verticales sólo
podía avanzar de muy poco en muy poco...
Ya por fin, parecía un horno de verdad!! Lo siguiente fue una capa de pintura plástica de
exteriores, antigoteras y con fibra, que además de daba un poco de color a la obra...
Detalle del termómetro ya puesto en su vaina...
El siguiente paso tiene una pequeña componente sentimental... Para la última obra del
jardín, en la que hemos habilitado el lateral de la casa para meter nuestra autocaravana
dentro de casa, tuvimos que retirar un albaricoquero y un cerezo que nos acompañaban
desde hace muchos años. El albaricoquero finalmente lo tuvimos que cortar, pues por su
tamaño era imposible rescatarlo con vida. No fue así con el cerezo, que conseguimos
sacarlo con vida y ahora luce estupendamente en un rinconcito del pueblo (gracias
Ángel)...
El caso es que guardé unos troncos de estos árboles, pensados para hacer las empuñaduras
de las puertas y el tiro del horno, de modo que me puse en mi torno a trabajar para hacer
algo bonito y que pudiéramos recordar siempre!!
Por último, una vez colocadas las empuñaduras en su sitio, pude declarar terminada la
obra!!
Y así, queridos amigos, luce ahora mismo en mi jardín... Ahora, cuando termine de
secarse correctamente, realizaré unos primeros encendidos flojitos y, finalmente, le
daremos un buen estreno, como se merece!!

Espero que os haya gustado esta entrada... Si alguno tiene alguna pregunta sobre algo que
haya pasado por alto o no haya explicado bien, estaré encantado de contestarle.
Un fuerte abrazo a todos y.... HASTA PRONTO!!!

Daniel M.

Damarsito el lunes, mayo 02, 2016

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