Migración Irregular se define como: Personas que se desplazan al margen
de las normas de los Estados de envío, de tránsito o receptor, ilegal el ingreso, la estadía o el trabajo, es decir, que el migrante no tiene la autorización necesaria ni los documentos requeridos por las autoridades de inmigración para ingresar, residir o trabajar en un determinado país. Desde el punto de vista de los países de envío la irregularidad se observa en los casos en que la persona atraviesa una frontera internacional sin documentos de viaje o pasaporte válido o no cumple con los requisitos administrativos exigidos para salir del país.
La migración irregular es esencialmente una consecuencia del desequilibrio
entre la demanda laboral en los países de destino y la capacidad o la voluntad de los gobiernos a establecer los canales legales de migración. La migración irregular se da cuando una persona ingresa a, o vive en, un país del cual no es ciudadano o ciudadana, violando sus leyes y regulaciones de inmigración. Muchos de los migrantes irregulares son trabajadores, pero no todos ingresan en el mercado de trabajo: la gente que migra para unirse a miembros de su familia o por razones de estilo de vida puede convertirse en irregular.
La migración irregular es un fenómeno multifacético, difícil de definir Una
enorme proporción de migrantes irregulares, es decir, más de la mitad en algunos países, entran al país legalmente, pero se tornan irregulares al quedarse más de lo permitido o al trabajar sin permiso.
Con frecuencia, en los discursos políticos y medios de comunicación se
utilizan otros términos como sinónimos de migración irregular, tales como migración ilegal, indocumentada, no autorizada o clandestina.
La imagen popular del migrante irregular parece ser la de grupos de
personas cruzando el mar en pequeñas embarcaciones que llegan a playas desiertas, caminan por desiertos o trepan vallas. Ese ingreso ilegal existe, pero afecta a una minoría de migrantes y residentes irregulares. La mayoría de los migrantes irregulares llega legalmente (con frecuencia por aire), pero luego asume la residencia o el empleo sin los permisos necesarios. El público ha fijado su atención en los balseros, que parecen evocar arcaicos temores de invasión, al mismo tiempo que permanece ignorante de la cantidad considerablemente mayor de quienes ingresan legalmente vía aérea y que posteriormente se deslizan hacia la irregularidad al exceder los límites de sus visas u otras formas de autorización.