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1.

TEXTO1:

Partes. Referencias Plegaría de la Referencias Plegaría de la


Bíblicas Reconciliación I Bíblicas Reconciliación II

Saludo Inicial El Señor esté con El Señor esté con


vosotros. vosotros.
- Y con tu espíritu. - Y con tu espíritu.
Levantemos el corazón. Levantemos el corazón
- Lo tenemos levantado - Lo tenemos levantado
hacia el Señor. hacia el Señor.
Demos Gracias al Demos Gracias al Señor,
Señor, nuestro Dios. nuestro Dios.
- Es justo y necesario - Es justo y necesario
PREFACIO
ACCIÓN DE En verdad es justo y Te damos gracias, Dios
GRACIAS necesario darte gracias, nuestro y Padre
Protocolo inicial Señor Padre santo, todopoderoso por medio
de Jesucristo, nuestro
Señor, y te alabamos por
la obra admirable de la
redención.
porque no dejas de
Heb. 8-10 llamarnos a una vida
plenamente feliz. Pues, en una humanidad
Ef 2, 4-6: “Pero Tú, Dios de bondad y dividida por las
Dios, rico en misericordia, ofreces enemistades y las
Ef 2, 14:”
misericordia; siempre tu perdón e discordias, tú diriges las
invitas a los pecadores a Porque él es
por el gran voluntades para que se
recurrir confiadamente nuestra paz: el
amor con que dispongan a la
a tu clemencia. que de los dos reconciliación.
nos amó, Muchas veces los pueblos hizo
estando muertos hombres hemos uno,
a causa de Tu Espíritu mueve los
quebrantado tu alianza; derribando el corazones para que los
nuestros delitos, pero tú, en vez de muro divisorio, enemigos vuelvan a la
nos vivifico abandonarnos, has la enemistad, amistad, los adversarios
juntamente con sellado de nuevo con la anulando en su se den la mano y los
Cristo –por familia humana, por
carne la Ley pueblos busquen la
gracias habéis Jesucristo, tu Hijo, unión.
nuestro Señor, un pacto
con sus
sido salvados- y mandamientos
con él nos tan sólido que ya nada
lo podrá romper. y sus decretos, Con tu acción eficaz
resucitó y nos para crear en sí consigues que las luchas
hizo sentar en Y ahora, mientras mismo, de los se apacigüen y crezca el
los cielos en ofreces a tu pueblo un dos un solo deseo de la paz; que el
Cristo Jesús” tiempo de gracia y perdón venza al odio y la
Hombre
reconciliación, lo indulgencia a la
Nuevo, venganza.
alientas en Cristo para haciendo las
que vuelva a ti, paces, y
obedeciendo más
reconciliar con
plenamente al Espíritu
Santo, y se entregue al Dios en un solo
servicio de todos los cuerpo, por
hombres. medio de la
cruz, dando en
sí mismo
muerte a la
1
Plegarías Eucarísticas: Texto único para todos lo países de habla hispana, Departamento de Liturgia de la CEU
(PAULINAS MONTEVIDEO 1992).
Enemistad”
Por eso, llenos de
Protocolo final admiración y
agradecimiento, unimos
(No es usual la nuestras voces a las de
acción de gracias los coros celestiales
que está presente) para cantar la grandeza Por eso, debemos darte
de tu amor y proclamar gracias continuamente y
la alegría de nuestra alabarte con los coros
salvación: celestiales, que te
aclaman sin cesar:

Santo, Santo, Santo es


SANTO: el Señor, Dios del Santo, Santo, Santo es el
Aclamación de la Universo. Señor, Dios del universo.
Hosanna en el cielo. Llenos están el cielo y la
Asamblea. Bendito el que viene en tierra de tu gloria.
nombre del Señor. Hosanna en el cielo.
Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en
nombre del Señor.
Hosanna en el cielo.

Ef 1,3. 7: “ En él A ti, pues, Padre, que


Oh Dios, que desde el (Cristo) tenemos gobiernas el universo, te
ananmética principio del mundo por medio de su bendecimos por
pos-sanctus
haces cuanto nos sangre la Jesucristo, tu Hijo, que
conviene para que redención, el ha venido en tu nombre.
seamos santos como tú perdón de los Él es la palabra que nos
mismo eres Santo, mira delitos, según la salva, la mano que
a tu pueblo aquí riqueza de su tiendes a los pecadores,
reunido. gracia que ha el camino que nos
prodigado sobre conduce a la paz. Dios,
nosotros en toda Padre nuestro, nos
sabiduría e habíamos apartado de ti y
inteligencia, nos has reconciliado por
dándonos a tu Hijo, a quien
conocer el entregaste a la muerte
misterio de su para que nos
voluntad…” convirtiéramos a tu amor
y nos amáramos unos a
otros.
EPÍCLESIS I Y derrama la fuerza de Por eso, celebrando este
tu Espíritu, de manera misterio de
Ef 1,4-5 que estos dones sean reconciliación, te
En Jesús somos para nosotros Cuerpo y Súplica
rogamos que santifiques
hijos + Sangre de tu amado con el rocío de tu
Hijo Jesucristo, en Espíritu estos dones, para
quien nosotros somos que sean el Cuerpo y + la
hijos tuyos. Sangre de tu Hijo,
mientras cumplimos su
mandato.
Ef. 2, 5: ”… Cuando nosotros
eligiéndonos de estábamos perdidos y
antemano … éramos incapaces de
según el volver a ti, nos amaste
NARRCIÓN DE hasta el extremo.
beneplácito de Cfr. Lc 22,14-
LA Tu Hijo, que es el único
su voluntad”. justo, se entregó a sí 16;
INSTITUCIÓN “Cuando llegó
Jn 13,1b: mismo en nuestras Porque él mismo, cuando
“habiendo manos para ser clavado la hora se puso
iba a entregar su vida por
amado a los en la cruz. a la mesa con
nuestra liberación,
1º parte suyos que Mientras cenaba con los apóstoles y estando sentado a la
estaban en el ellos, Tomó pan, dando les dijo: mesa, tomó pan en sus
mundo los hasta gracias, te bendijo lo Con ansias he manos, dando gracias, te
partió y se lo dio, deseado comer bendijo, lo partió y lo dio
el extremo” diciendo: esta Pascua con a sus discípulos,
Col. 1, 20: vosotros antes diciendo:
“…y reconciliar "Tomad y comed
todos de él, porque
de padecer;
por él y para él porque les digo "Tomad y comed todos
todas las esto es mi Cuerpo, que de él, porque esto es mi
será entregado por que ya no la
cosas”. Cuerpo, que será
vosotros". comeré más entregado por
hasta que halle vosotros".
Igualmente, después de su
haber cenado, sabiendo cumplimiento
que él iba a reconciliar en el Reino de Del mismo modo,
todas las cosas en sí aquella noche, tomó el
Dios”
mismo por su sangre cáliz, y, proclamando tu
derramada en la cruz, misericordia, lo pasó a
tomó el cáliz, lleno del sus discípulos, diciendo:
fruto de la vid, de nuevo
te dio gracias y lo pasó
“a vosotros no a sus amigos, diciendo:
os llamó
2º parte siervos, a "Tomad y bebed todos
vosotros os de él, porque éste es el
llamo amigos” cáliz de mi Sangre, “Tomad y bebed todos
(Jn 15,15) Sangre de la alianza de él, porque éste es el
“nadie tiene nueva y eterna, que cáliz de mi Sangre,
amor más será derramada por Sangre de la alianza
grande que el vosotros y por todos nueva y eterna, que
los hombres para el será derramada por
que da la vida
perdón de los pecados. vosotros y por todos los
por sus hombres para el perdón
Haces esto en
amigos” de los pecados.
conmemoración mía".
(Jn 15,13). Haced esto en
Éste es el Sacramento conmemoración mía".
Aclamación de la de nuestra fe.
Asamblea Éste es el Sacramento de
nuestra fe.
Anunciamos tu o bien
muerte…
o bien
Anunciamos tu
Aclamad el Misterio de
muerte....
la redención
o bien
Cada vez que
Aclamad el Misterio de
comemos de este pan y
la redención
bebemos de este
Cada vez que comemos
cáliz…
de este pan y bebemos
o bien de este cáliz…
Cristo se entregó por o bien
nosotros. Cristo se entregó por
Por tu cruz y … nosotros.
Por tu cruz y…
Cfr. 1º Cor 5,7: Así, pues, al hacer el Señor, Dios nuestro, tu
memorial de Jesucristo, Hijo nos dejó esta prenda
ANÁMNESIS “Eliminad la nuestra Pascua y de su amor.
levadura vieja, nuestra paz definitiva, y Al celebrar, pues, el
para ser masa celebrar su muerte y memorial de su muerte y
nueva, pues sois resurrección, en la resurrección, te
ázimos. Porque esperanza del día feliz ofrecemos lo mismo que
nuestro cordero de su retorno, te tú nos entregaste: el
OBLACIÓN pascual, Cristo, ofrecemos, Dios fiel y sacrificio de la
ha sido verdadero, la Víctima reconciliación perfecta.
inmolado”. y Ef. que devuelve tu gracia a Acéptanos también a
2,14: “Porque él los hombres. nosotros, Padre santo,
es nuestra paz: el Juntamente con la
que de los dos ofrenda de tu Hijo,
pueblos hizo uno,
derribando el Mira con amor, Padre
muro divisorio, la de bondad, a quienes y en la participación de
EPÍCLESIS II
enemistad, llamas a unirse a ti, y este banquete
anulando en su concédeles que, concédenos tu Espíritu,
carne la Ley, con participando del único para que desaparezca
sus sacrificio de Cristo, todo obstáculo en el
mandamientos y formen, por la fuerza camino de la concordia y
sus decretos, para del Espíritu Santo, un la Iglesia resplandezca en
crear en sí solo cuerpo, en el que medio de los hombres
mismo, de los no haya ninguna como signo de unidad e
dos, un solo división. instrumento de tu paz.
hombre nuevo,
haciendo las
paces,…”
INTERCESIONE Guárdanos a todos en Que este Espíritu,
S comunión de fe y amor Por la comunión vínculo de amor, nos
Por la comunión con con el Papa N. y nuestro con el papa, los guarde en comunión con
el papa y nuestro Obispo N. obispos y con el Papa N. y nuestro
obispo. todo el Pueblo Obispo N. con los demás
Ayúdanos a preparar la Santo Obispos y todo tu Pueblo
venida de tu reino, hasta Santo.
Por nosotros para que la hora en que nos
preparemos la venida presentemos ante ti, Recibe en tu reino a
de tu Reino santos entre los santos nuestros hermanos que se
del cielo, con Santa Conmemoración durmieron en el Señor y
María, la Virgen, y los de los difuntos a todos los difuntos cuya
Conmemoración de apóstoles, y con fe sólo tú conociste.
los Santos nuestros hermanos Así como nos has
Rom 8,21:“La difuntos, que confiamos Conmemoración reunido aquí en torno a la
Conmemoración de creación de ser a tu misericordia. de los Santos mesa de tu Hijo, unidos
los difuntos liberada de la con María, la Virgen
esclavitud de la Entonces, en la creación Madre de Dios, y con
corrupción para nueva, liberada por fin todos los santos,
de toda corrupción, te Por los hombres
participar en la de cualquier
Referencia cantaremos la acción de reúne también a los
cristológica gloriosa libertad gracias de Jesucristo, tu clase y hombres de cualquier
de los hijos de Ungido, que vive condición clase y condición, de
Dios” eternamente. toda raza y lengua, en el
banquete de la unidad
eterna, en un mundo
nuevo donde brille la
plenitud de tu paz, por
Cristo, Señor nuestro

Por Cristo con él y en él,


Por Cristo con él y en a ti, Dios Padre
DOXOLOGÍA omnipotente, en la
él, a ti, Dios Padre unidad del Espíritu
omnipotente, en la Santo, todo honor y toda
unidad del Espíritu gloria por los siglos de
Santo, todo honor y los siglos.
Aclamación toda gloria por los
siglos de los siglos.
Amén.
Amén.

2. GÉNESIS E HISTORIA

Estas dos plegarías eucarísticas han sido preparadas por la Congregación para el Culto Divino para
el Año Santo de 1975.
El 26 de octubre de 1974 recibió la aprobación del papa Pablo VI. El texto latino fue publicado en
un folleto junto con las tres plegarias para las celebraciones Eucarísticas con niños y unos
prenótandos, además se incluían los textos originales en los que dichas plegarias fueron redactadas.
Francés la primera y alemán la segunda. Luego fueron enviadas a todas las Conferencias episcopales
para que aquellas que lo solicitaran pudieran usarlas a lo largo del año Santo (1975); posteriormente
para que fueran empleadas en celebraciones especiales de la reconciliación y de la penitencia 2, ya
que habían sido aprobadas por un trienio ad experimentum.
En 1977 se renovó la aprobación por un trienio más, la posibilidad de seguir utilizándolas para las
circunstancias indicadas en 19753; en 1980 esta renovación se hizo Sine die4(sin fecha determinada).
En el año Santo de la Redención en 1983 el papa Juan Pablo II invitó a que se utilizara estas
plegarias en las Eucaristías jubilares5. Durante este período siempre se requería el permiso pertinente
de la Sede Apostólica a cada Conferencia episcopal. Con la tercera edición típica del Misal Romano
ya no es necesario pues se han universalizado su uso, al ser incluidas, como plegarías para toda la
Iglesia de rito romano.

3. ESTRUCTURA Y CONTENIDO

Estás plegarías forman un todo con su Prefacio, aunque actualmente pude ser utilizada con otros
prefacios que tengas como temática la reconciliación y la penitencia, como son por ejemplo los
Prefacios cuaresmales.

Los títulos son sencillamente redaccionales y aparecen en la segunda edición del Misal.
Estas plegarias forman una hermosa síntesis sobre la doctrina de la reconciliación, e incluso algunos
reniegan de su identidad de anáforas, pues afirman que existe una preponderancia de su aspecto
teológico-doctrinal sobre el aspecto de texto litúrgico: para ser rezado y celebrado.

Las dos plegarias en cuestión se han redactado siguiendo la estructura y el estilo de las plegarias
eucarísticas romana. Igualmente en la tercera edición típica del Misal Romano, se han realizado
algunos cambios para lograr mejorar su estilo latino, su estructura romana, y precisar mejor su
teología subyacente; en la que hoy no nos detendremos.

Como ya lo presentamos en el esquema inicial, las plegarías constan de las siguientes partes:

0) Saludo inicial.
2
Cfr. Notitie Nº 11 (1975/1) 4-5.12.
3
Cfr. Idem Nº 13 (1977) 555-556
4
Cfr. Idem. Nº 17 (1981/1) 3-5.
5
Cfr. Juan Pablo II, Carta apostólica, Aperite Portas Redemptori, en Acta Apostólica Sedi, Vol LXXV/TI (Februarii
1983 Pars I, Nª 2) 101-105.
1) PREFACIO: (se subdivide en tres partes).
a) Protocolo inicial: Ambos protocolos carecen del adverbio del tiempo “semper” al igual que
la dimensión espacial: “et ubique” típica de todos los prefacios romanos, que indican el
tiempo y el lugar dónde debemos dar gracias a Dios. El adverbio “sempe6r” se ha agregado
en la Tercera edición típica del Misal Romano. Para que el inicio del prefacio hubiera sido
completamente semejante a los demás prefacios romanos, era necesario que estuviese
presente la expresión: “aequun et salutare” (es nuestro deber y salvación). De igual modo se
percibe la ausencia del vocativo: “omnipotens aeterne Deus” (Dios omnipotente y eterno),
sobre todo en la primera Plegaría en cuestión. Hecho que fue corregido en la Tercera Edición
típica del Misal Romano.
El protocolo inicial de la segunda plegaría, carece del encabezamiento típicamente romano:
“Vere dignum et iustum est nos tibí gratias agere”, (en verdad es justo y necesario darte
gracias), y nos encontramos con el motivo por lo cual damos gracias: “pro operatione tua in
mundo”, (por la obra admirable de tu redención). Hecho que se repite en la Tercera Edición
Típica del Misal; se trata de una excepción de este prefacio, pues normalmente es en el
cuerpo del mismo donde se encuentra dicho motivo.

b) Cuerpo: En ambas plegarias nos encontramos con un pequeño tratado sobre la doctrina de la
reconciliación, cada una con acentuaciones distintas. En la Primera nos encontramos con
una sintética visión teológica de la historia, releída a través de la categoría de la alianza. En
pocas palabras tenemos un pequeño resumen de tantas páginas de la historia de la salvación
y sobre todo de los capítulos centrales de la carta a los Hebreo (8 al 10), donde está
representada la alianza nueva y eterna sellada por Jesucristo. Este tema se conecta
íntimamente con lo que se celebra y actualiza en cada Eucaristía, por eso, de la
contemplación del pasado se accede directamente al presente “ahora”, dónde esta acción se
continúa. La plegaría I es un himno al Dios de bondad infinita que sigue invitando a los
pecadores a renovarse en su Espíritu y que manifiesta su omnipotencia sobre todo en la
gracia del perdón. A través de estos recuerdos se pretende valorar su obra que tuvo un
fundamento visible y cierto. De esta manera se garantiza el hecho de que no se está
recordando una epopeya, sino un puntual reencuentro con continuidad histórica.

La expresión: “ofreces a tu pueblo un tiempo de reconciliación”, aún tratándose del año de


gracia que el Señor inauguro con su venida a este mundo (Cfr. Lc 4,19), sin embargo se
refiere en particular, sea al Año Santo (1975), sea a cualquier tiempo penitencia de la Iglesia.

La conversión se ubica con perspectivas trinitarias: se trata de un retorno al Padre,


confiando exclusivamente en su misericordia, que se caracteriza por vivir en Cristo la vida
nueva a través de la apertura a la acción del Espíritu Santo. Toda conversión es:
enteramente Don divino. Sus consecuencias son visibles y muestran la novedad de esta vida:
alabanza perenne del nombre de Dios y el servicio a los hermanos. La reconciliación
cristiana se comprende como retorno al Padre, pero también como compromiso a favor de los
demás, haciendo de la propia existencia un sacrifico de alabanza y una autentica celebración
eucarística.
Por esta continua acción salvadora que se manifiesta en la obra de la reconciliación de Dios
con el ser humano y como fundamento de la concordia humana, entendida como
reconciliación en su dimensión horizontal, la Iglesia manifiesta su estupor y su alegría
cantando con el coro de los ángeles y de los santos.

c) Protocolo final del Prefacio: El orden de las palabras será retocado en la tercera edición
típica del Misal Romano, con el fin de mejorar su estilo latino.

6
Texto Típico 1974, y Texto Típico 2002, citado en PHASE , 265, 2005, 7-35.
2) SANTO:
a) Pos Santo: también sufrió cambios en su estructura, en la tercera edición típica del Misal,
teniendo como modelo las plegarias II y III: En la primera Vere Sanctus es, Domin (Santo
eres en verdad Señor). La expresión “la palabra que nos salva” recoge toda la fuerza
Joánica: “la Palabra se hizo carne y habito entre nosotros”. Aunque quedará mejor
expresada en la tercera edición del Misal Romano, pues en lugar de sermo qui hominis
salvat, coloca pro hominibud Verbum salutis. Recogiendo así la tradición de la palabra
verbum.
Aquí se exalta a Dios como aquel que desde el origen del mundo hace partícipe a los seres
humanos de su designio de amor, para que sean santos como él es santo. Este último
elemento más que elemento funcional (hemos terminado de cantar el Santo), se trata de una
referencia a la obra de la reconciliación y de la renovación en el Espíritu, objeto del
momento anamnético, donde se había evidenciado ampliamente la santidad divina no tanto
en sí misma, sino en su volcarse a favor del hombre. Es justamente esta perspectiva la que
introduce la petición de santificación de las ofrendas.

3) EPÍCLESIS: Es una invocación al Espíritu un poco escueta. Se modifica En la Tercera Edición


Típica del Misal Romano para remarcar la acción del Espíritu Santo y la transformación de pan
y del vino. Aparece de forma significativa la afirmación acerca de la situación de imposibilidad
de la condición humana por sí misma de restablecer la amistad con Dios, su creador. No se trata
de un acto de de la voluntad, de querer o no querer, sino de incapacidad, de poder o no.

Después de rezar por el pueblo reunido en aquel lugar, la petición de que los dones sean
transformados por el Espíritu se proyecta al interno de la comunidad que los presenta. De esta
manera el convertirse en cuerpo y sangre de Cristo está en referencia a cuantos son llamados a
ser hijos en el Hijo.

4) NARRACIÓN DE LA INSTITUCIÓN: Una particularidad de esta plegaria es la digresión


entre epíclesis y embolismo institucional.

a) 1º parte: En ella se recuerda la cruz como prueba suprema de la misericordia divina para con
la humanidad, muerta a causa del pecado e incapaz de acercarse a Padre. La descripción de la
pasión de Cristo, donde prevalece su voluntad salvadora y su pasividad ante la acción
decidida de los que lo crucificaran. El relato de la segunda plegaria es introducido por: “él,
llegada la hora de dar la vida por nuestra liberación…” subrayando así el elemento que se
pretende destacar en el evento sacramental: la reconciliación que se realiza en la Iglesia y en
el mundo, de la que la celebración eucarística es don y compromiso, reconciliación
actualizada por la fuerza del Espíritu.

b) 2º parte: La plegaría Eucarística I, es el único texto litúrgico que emplea la palabra amigos
para referirse a los apóstoles. Recordemos que, que es en el discurso que sigue a la última
Cena dónde Jesús llama amigos a los apóstoles: “a vosotros no os llamó siervos, a vosotros
os llamo amigos” (Jn 15,15)7. Y por otra parte, la Eucaristía, memorial de la entrega de la
vida de Jesús, es la máxima expresión de su amor hacia sus amigos: “nadie tiene amor más
grande que el que da la vida por sus amigos” (Jn 15,13).

Aunque el relato entre la cena y la cruz no aparezca muy desarrollado, sin embargo es suficiente
para poner de relieve el elemento peculiar de esta plegaria: la reconciliación, recordada sobre el
momento de las palabras sobre el cáliz. “Del mismo modo, después de la cena, sabiendo que
tenía que reconciliar todo en sí…”

7
BIBLIA DE JERUZALÉN, 3 (DESCLÉE DE BROUWER BILBAO 1998).
c) Aclamación: No hay ninguna variante.

5) ANÁMNESIS - OBLACIÓN: Se trata de simples subrayados que remarcan la temática


particular de estas plegarias: toda Eucaristía, en cuanto, celebración de la Pascua de Cristo, es
renovación perenne de la alianza y actuación de la reconciliación universal. La referencia a
Cristo como “nuestro Pascua” y “nuestra paz”, nos indican que así como esta obra de
reconciliación se realiza a través de la ofrenda de Cristo quién se convierte en nuestra paz,
porque es aquel que ha destruido cualquier muro de separación y que ha anulado cualquier
división, de igual manera compromete a toda la Iglesia, a ofrecerse a sí misma en aquello que
ofrece, y de esta manera recibe la misión de llevar a otros la reconciliación que ofrece Dios. (2º
Cor 5,18).

a) Epíclesis II: El Espíritu invocado en la primera epíclesis penetra con su presencia las
realidades materiales, del pan y del vino, presentadas sobre el altar, transformándolas en
cuerpo y sangre de Cristo. En esta segunda epíclesis, se pide y da, de manera análoga, la
transformación de las personas reunidas como pueblo oferente. Se pide al Padre la presencia
del Espíritu para que con su presencia las personas sean transformadas, y se sienten
comprometidas a dar su vida para la liberación del mundo. Reafirmando de esta forma que
toda la liturgia mediante la acción del Espíritu Santo, es un acontecimiento de gracia para la
Iglesia y para el mundo.
Aquí se subraya que en la Eucaristía, a través de la participación del único sacrificio de
Cristo, el “Padre bueno” reúne en torno a sí a su familia allanando el camino de la concordia
humana, para que la Iglesia resplandezca como signo e instrumento de unidad.
El Espíritu que fue invocado sobre los donde, ahora es reconocido como fuerza de cohesión
de la Iglesia y del mundo, superando así toda división y discordia.

6) INTERCESIONES: En cuanto contenido no presenta novedad. Señalaremos algunas


peculiaridades observadas.

a) Por el papa y los obispos: En la segunda plegaría eucarística en cuestión, al igual que en la
tercera Plegaría Eucarística existe una mención al Espíritu Santo nombrándolo como
“Vinculo de amor”, que se le pide al Padre que a través de su acción nos guarde en
comunión con el papa, los obispos y todo el Pueblo Santo. Esta referencia a la acción del
Espíritu Santo tiene clara vinculación con la doctrina conciliar: “El Espíritu…produce y urge
la caridad entre los fieles, unificando el cuerpo para sí y con su virtud y con la conexión
interna de los miembros” (LG n° 7)8.

b) Por nosotros para que preparemos la venida del Reino: Al recuerdo de los santos, a la
recomendación por los difuntos, le sigue una súplica de ayuda para preparar juntos la venida
del Reino de Dios. En el lenguaje utilizado (primera persona del plural) se percibe un tono de
compromiso común, que brota de la experiencia de la reconciliación realizada por Cristo y
actualizada en la celebración eucarística, presupuesto indispensable para trabajar juntos.

c) Conmemoración de los Santos: Carece del título cristológico Madre de Dios, y de la


invocación a todos los Santos. En las demás plegarias romanas nos encontramos con: “Santa
María, Madre de Dios, los apóstoles y los Santos”, en cambio aquí (en la primera) nos
encontramos con: “Santa María, la Virgen y los apóstoles” En la segunda, nos encontramos
con la ausencia de mención a los apóstoles.

8
CONCILIO VATICANO II, (BAC 8 MADRID1969) 39.
d) Conmemoración de los difuntos: En el texto típico de la segunda plegaría de la
reconciliación, el recuerdo por los difuntos está totalmente ausente, no así en la traducción
hispana.

e) Por los hombre de cualquier lengua y raza: Desde una perspectiva escatológica muy
presente en toda la celebración eucarística, se pide al Padre, en la segunda plegaría de la
reconciliación, que de la misma manera que ha invitado a sus hijos a compartir esta mesa,
lleve a plenitud la unidad, reuniendo a todos los hombre de toda clase y condición, de toda
raza y lengua, en el banquete eterno, en el nuevo mundo donde brille la plenitud de la paz.
De esta manera, se vuelve a percibir una acentuación bíblica y también conciliar, como lo
podemos confirmar al leer LG n° 13 9: “ Todos los hombre están llamados… a esta
unidad católica del Pueblo de Dios, que simboliza y promueve la paz universal,
y a ella pertenece o se ordenan de diversos modos, sea los fieles católicos, sea
los demás creyentes en Cristo, sea también todos los hombre en general, por la
gracia de Dios llamados a la salvación”

f) Conclusión de la plegaria: Las cuatro nuevas plegarias eucarísticas así como la Plegaria I
de la reconciliación después de la conmemoración de los santos, de los vivos y de los
difuntos, en el momento de concluir, antes de la doxología final, vuelven la mirada a
Jesucristo para manifestar que él es el mediador de nuestra oración. Este broche se
encontraba ausente en la plegaria II, por eso se le ha incorporado la última línea: In Christo
Iesu Domino nostro (“Por Cristo nuestro Señor”).

7) DOXOLOGÍA FINAL: En la perspectiva de una realidad totalmente renovada y reconciliada


en Cristo Jesús, desde dónde se puede elevar a Dios la auténtica acción de Gracias, bulle como
de una fuente la doxología, que concluye toda la composición, recapitulando todas las cosas en
Cristo. De modo que todo el acontecimiento litúrgico es presentado como un gran cruce de
caminos, en el que se entrelazan pasado y futuro, memoria y espera, Iglesia y mundo en un único
vínculo de amor y paz universal, que trasciende todos los tiempos y los espacios.

a) Aclamación: concluimos con el solemne Amén, realizado por la asamblea como un único
grito de asentimiento, y conclusión: “Así es”.

4. CONCLUSIÓN

Estas Plegarias son una hermosa síntesis catequética que nos hacen vivir el misterio de la salvación,
introduciéndonos en la fe viva. La finalidad del texto es: que celebremos y actualicemos la Pascua
del Señor hasta el día en el que nos reunamos en el banquete de la unidad eterna, en los cielos
nuevos y la tierra nueva, dónde cantaremos llenos de jubilo la acción de gracias de Cristo, el
viviente eterno.

Al haber sido formuladas en ocasión de un evento eclesial determinado, como lo fue el Año Santo
del 1975, nos pone de cara a la vitalidad de la Iglesia cuando coloca al centro la celebración
eucarística. La lectura sincrónica de ambas plegarias nos permite valorar los varios aspectos de la
teología eucarística como sacramento de reconciliación10. La eucaristía es síntesis del misterio de la
salvación, y como tal es memorial sacramental, que contiene, hace presente, realiza y comunica el
opus nostrae redemptionis, como lo expresa brillantemente la oración sobre las ofrendas del
domingo II del tiempo Ordinario: “Pues cada vez que celebramos este memorial del sacrificio de
9
Idem. 48.
10
Cfr. PHASE, 128, 1982. 145- 168.
Cristo, se realiza la obra de nuestra redención 11”, y aún de forma más bella, a mi manera de ver, lo
expresa la Plegaría Eucarística II: “Al celebrar, pues, el memorial de sus muerte y resurrección, te
ofrecemos lo mismo que tú nos entregaste: el sacrificio de la reconciliación perfecta”. De manera
semejante nos encontramos en todo el texto de ambas plegarias, con afirmaciones similares a estas:
“…te alabamos por la obra admirable de tu redención” (Protocolo inicial, PE II) “…celebrando
este misterio de reconciliación, te rogamos…,” (Epíclesis, PE II), “…te ofrecemos… la Victima que
devuelve tu gracia a los hombre”, (Oblación, PE I), etc. La Eucaristía por lo tanto no es un mero
recuerdo subjetivo, y menos aún la Plegaría Eucarística que es su centro; oración que hace la
eucaristía, en cuanto celebración de la Pascua y sacrificio- banquete, bajo los signos de pan y vino.
De esta manera en las plegarías en cuestión vemos que queda aún más patente ese perpetuarse de la
reconciliación realizada en Cristo Jesús de una vez para siempre. Esta reconciliación es ejecutada
por el Espíritu Santo, en cuya presencia y virtud Cristo se ofreció al Padre “…sabiendo que él iba a
reconcilia todas las cosas en sí mismo por su sangre derramada en la cruz…” (1° parte del Relato
de la Institución, PE I), como lo atestigua las así llamadas Epíclesis “consagratorias” y las Epíclesis
de “comunión” de ambas plegarías. En ellas se pide primeramente la presencia del Espíritu para que
el pan y el vino se conviertan en Cuerpo y Sangre de Jesucristo, en quién somos hijos del Padre. En
las segundas Epíclesis se pide, que participando del único sacrificio de Cristo, formemos por la
fuerza del Espíritu un solo cuerpo, en el que no haya ninguna división, y para que desaparezca todo
obstáculo en el camino de concordia. De esta manera, la comunión y la identificación con el cuerpo
de Cristo es posible, no solamente por porque él a derribado el muro de todas las divisiones
“reconciliando a judías y gentiles en un solo cuerpo”12, sino porque Jesús quiso establecer en el
mundo una comunidad de hermanos reconciliados, que por su unidad, fuesen signo y instrumento de
reconciliación, como lo remarca la Epíclesis de la segunda plegaria: “… concédenos tu Espíritu,
para que desaparezca todo obstáculo en el camino de la concordia y la Iglesia resplandezca en
medio de los hombre como signo de unidad e instrumento de tu paz”. Como podemos apreciar, nada
tiene de extraño que la liturgia llame al Espíritu Santo remissio omnium pecatorum: “perdón de
todos los pecados” (oración sobre las ofrendas del sábado de la 7° Semana de Pascua).
La Eucaristía solo puede producir su efecto en el ser humano abierto a la caridad eclesial, al misterio
de la comunidad de la nueva Alianza, cuyos miembros forman un solo cuerpo con Cristo su
cabeza13. Esta es la concepción eclesialógica presente como humus de estas plegarías, como lo
apreciamos en el prefacio de la primera: “…has sellado de nuevo con la familia humana….un pacto
tan sólido que ya nada lo podrá romper…mientras ofreces a tu pueblo un tiempo de gracia y
reconciliación, lo alientas en Cristo para que vuelva a ti, obedeciendo más plenamente al Espíritu
Santo, y se entregue al servicio de todos los hombre”.

11
MISAL DE LA COMUNIDAD, (Ed. REGINA BARCELONA 1972) 613.
12
Cfr. Ef 2,14-16; Col 1,20-22.
13
Cfr. 1° Cor 12,27.
5. BIOGRAFÍA

1. BIBLIA DE JERUZALÉN, 3 (DESCLÉE DE BROUWER BILBAO 1998).

2. CONCILIO VATICANO II, (BAC 8 MADRID1969).

3. MISAL DE LA COMUNIDAD, (Ed. REGINA BARCELONA 1972).

4. PLEGARÍAS EUCARÍSTICAS: Texto único para todos lo países de habla hispana,


Departamento de Liturgia de la CEU (PAULINAS MONTEVIDEO 1992).

5. JUAN PABLO II, Carta apostólica, Aperite Portas Redemptori, en ACTA


APOSTÓLICA SEDI, Vol LXXV/TI (Februarii 1983 Pars I, Nª 2).

6. ALLEIE Castella., GIANNI, Cavagnoli, Las plegarías Eucarísticas: Analisis de los


contenidos e indicaciones catequísticas, (EDICEP MADRID 1990)

7. BURGALETA, Jesús Tomás., Plegarias de Acción de Gracias, (Ed. MAROVA


MADRID 1969).

8. IGMR, revisión del 2000, el texto fue ofrecido por ZENIT en:
www.nccbuscc.org/liturgy/current/remissalisromanisp. htm

9. Notitie Nº 11 (1975/1).

10. Notitie Nº 13 (1977) .

11. Notitie Nº 17 (1981/1) .

12. GOÑI, Juan Antonio., Las plegarias eucarísticas de la reconciliación, en la tercera


edición del Misal Romano, en PHASE, 265, 2005, 7-35.

13. LOPÉZ, Julián., Penitencia y Eucaristía: cuestiones doctrinales y prácticas acerca


de los usos actuales, en PHASE, 128, 1982, 145- 168.

14. ALDAZABAL, José., ¿Cómo hablan de Cristo las nuevas Plegarías?, en PHASE,
105, 1978, 275-290.
15. ONATIBIA, I., Plegaria Eucarística y participación Activa, en PHASE, 88, 1975,
257-270.

Teología de la Plegaría Eucarística


Profesor: Roberto Russo
Año académico: Licenciatura en Teología 1º año.

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