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(Luces)
(BLACKOUT AL EMPEZAR)
(CUARTO)
(Desde atrás de la “pared” sale Enemy, con una caminata lenta, rodeando
a su presa)
(Desde atrás de la “pared” sale Enemy, con una caminata lenta, rodeando
a su presa)
Narradora: Creo que nos podemos ir dando una idea de los conflictos
emocionales de Lea. Pero, como les dije en un inicio, esto no queda aquí….
Narradora: Antes del divorcio de sus papás, Lea conoció a 2 hermanos que la
ayudaron a acercarse más a Dios, Ana y Matías.
(Se vuelven a encender las luces, Ana y Matías están en su sala, ella con la
Biblia abierta y él con el celular en la mano, en llamada con Lea. Tiene el
celular en altavoz)
Lea: Gracias chicos, no tienen idea lo que significa para mi que me apoyen
así.
Matías: Para eso estamos Lea, y seguimos orando por ti, estamos aquí para lo
que necesites
Ana: ¿Quisieras que oremos?
Lea: ¡Claro! Se los agradecería mucho
Matías: Oremos entonces. Señor, te agradecemos grandemente por la vida de
Lea. Sabemos que su situación en casa es difícil, y la hace sentir impotente,
incapaz de hacer que su familia mejore para bien.
Matías: En esta hora te pedimos que Tú pongas tu mano sobre Lea, que le des
la gracia para ayudar a su familia, que la guardes de cualquier ataque del
enemigo, y que ella cada día pueda ser luz en su hogar. Te lo pedimos padre
en el nombre de tu hijo Jesús, creyendo en que tú tienes el control de todo,
Amén.
(Lea abre los ojos ante las distracciones de Enemy, y la ve con miedo al
sentirse invadida)
Lea: Amén…
Ana: Estamos aquí para lo que necesites Lea, cuenta con nosotros.
Lea: Gracias chicos, de verdad. Tengo que irme, pero les hablo después, ¿sí?
Matías: Claro, tú tranquila. Dios te bendiga
Lea: Igualmente…. (Lea cuelga)
Enemy: Y dime, ¿Qué tal tu “terapia” con tus amigos?
Lea: No es terapia, Ana llevaba días insistiendo en llamarme
Enemy: Y, ¿Qué te cuentan? Supongo que se mostraron muuuuy preocupados
por tus problemas
Lea: ¿A dónde vas con todo esto?
Enemy: Sólo digo que tal vez se mantienen cercanos a ti por morbo, no porque
realmente les preocupe cómo te sientas
Lea: Pues piensa lo que quieras, ellos no son así, los conozco lo suficiente
Enemy: Pero ¿Los conoces taaan bien como conocías a Claudia, que te robó
tus $100 pesos? ¿O como conocías a Lalo?
Lea: ¡Ya basta con Lalo! ¿Sí? Lo que pasó fue un error, ¡pero nadie más se
enteró!
Enemy: Si eso es lo que quieres creer, adelante, pero no fue lo que yo
escuché…
Lea: ¿De qué estás-
Mamá: ¡¡LEA!!
Mamá: ¡¿Entendiste?!
Lea: Si mamá….
Mamá: En fin, ya perdí suficiente tiempo
(El enfoque pasa a la sala de los hermanos, donde vemos a Matías sentado y
Ana dando vueltas)
Matías: Sea lo que sea que esté pasando con Lea, no la ayudas dando vueltas.
Oremos por ella, y si algo pasa Dios nos guiará para ayudarla
(Ellos se quedarán en oración hasta la escena indicada)
Narradora: A Lea la asignaron a hacer un trabajo con Valeria y Sandra, las dos
chicas más superficiales y crueles de la escuela.
Valeria: No es que uno crea todo lo que escucha, pero a mi me dijeron que a
mi hermano le llegó a interesar alguien (Agarra a Lea de los hombros,
haciendo énfasis al decir “alguien”)
Valeria: Y que le ofrecieron dinero a cambio de convencer a la niña de pasar
un buen rato con él
Lea: ¡Eso no es cierto! (Quita las manos de Valeria)
Valeria: ¡Ah! Pero eso no es todo. Verás, resulta que la pobre criatura tenía tan
baja autoestima, que aceptó la oferta de Lalo, pero ¡Oh, sorpresa! Se echó para
atrás a último momento
Sandra: (Se ríe) ¿Es enserio? ¿Qué te costaba dejar tus niñerías una noche,
Lea? Nadie lo iba a saber
Valeria: Pues, al contrario, si se enteró alguien
Lea: (Voltea asustada) ¿Qué?
Valeria: Mi hermano no es el más famoso por guardar secretos, y les dijo a sus
amigos, que les dijeron a mis amigas, que me dijeron a mi que Lalo y tú
estuvieron muy juntos la noche del cumpleaños de Carolina
Lea: ¡Yo ni siquiera me quedé a la fiesta! Mi hermana tenía calentura y la
llevé al doctor
Sandra: Pues según se supo, así pasaron las cosas (Mira a Lea de arriba a
abajo) aunque la verdad no es como que Eduardo se perdiera de mucho si le
dijiste que no
Lea: (Se levanta furiosa de su silla) ¿Sabes qué? ¡Ya me cansé! Ya tengo
bastante con que me molesten en la escuela, pero venir a insultarme a mi casa
es cruzar una línea, ¡Así que se me largan, o yo las saco de las greñas!
Sandra: (Levanta las manos) ¡Esta bien! Esta bien, nos vamos (Se acerca al
oído de Lea) Aparte de monja, loca (Sale de la casa riéndose con Valeria y
azotan la puerta)
(Lea entra a su habitación, ardiendo en coraje y tirando las cosas que había en
su cama y su mesa de noche. Ella toma su almohada y grita en ella, llorando.
Aparece Enemy)
Enemy: Y, ¿Bien? Ya estarás contenta con tu desplante
Lea: ¡¿Y qué esperabas?! Yo no tenía idea de que Valeria supiera lo de Lalo
Enemy: Pues, ¿cómo no se iba a enterar? Vive con él, y Eduardo no es
precisamente conocido por su discreción. Obviamente iba a alardear de haber
convencido a una chica como tú de estar con él
Lea: ¡Por última vez te lo digo! NO PASÓ NADA
Enemy: Pues según lo que Lalo contó, si. Y eso es lo único que le importa a la
gente. No tus sentimientos, no lo que tú dices, si no el morbo de lo que Él les
hizo creer.
Lea: No! No! Por favor! Te lo suplico! Déjame tranquila por favor! No quiero
hacerlo!
Enemy: No tienes alternativa
Enemy: Conozco tus peores miedos
Enemy: No tienes opción
Enemy: No intentes huir
Enemy: ¡¡NO PUEDES ESCAPAR!!
(Todos extienden un brazo hacia Lea cuando ella cae, como si para atraparla
fuese)
(Lea se arrodilla, cabizbaja, rendida ante la presión. Sólo se escucharía su
llanto en medio del silencio)
(Ana se empieza a acercar lentamente con las manos levantadas, Lea se aleja
más)
Ana: No tienes que cargar sola con todo lo que pasa, Dios siempre estará ahí
para ti mientras que tú lo busques de corazón
Lea: Hace mucho que dejé de pedirle a Dios que cambie las cosas, nunca
recibí respuesta
Matías: (Pone su mano en el hombro de Lea) No siempre vas a recibir una
respuesta inmediata de parte de Dios. Él nos hace pasar por el fuego, caminar
en las aguas y andar en caminos dificiles para formarnos hasta hacernos la
persona que quiere que seamos para Él.
Ana: Él sigue aquí (Ana mira hacia el público)
Sólo en Dios podemos hallar la paz que necesitamos. Lo único que debes
hacer- (Ana ve a los ojos a Lea)
-es entregarle todas tus cargas, y verás como Dios te da la paz que necesitas.