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Barranquilla, 2020
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade 1
PROLOGO
Conozco al Doctor Renato De Silvestri Saade desde hace más de 15 años cuando fuera
mí discípulo en la Especialización de Familia de la Universidad Libre en Barranquilla,
amistad que se ha conservado en ese ambiente académico, bohemio y alegre que nos
caracteriza a los nacidos en la Región Caribe.
Hoy el amigo y discípulo me ha solicitado que presente su obra académica “Las
Obligaciones en el Derecho Privado” –honor que me hace–, tengo que señalar, entonces, que
el profesor De Silvestri Saade, con la rigurosidad que caracteriza al hermeneuta dotado de
autoridad y que refleja su experiencia, durante muchos años dedicado a la enseñanza de las
ciencias jurídicas, se ha atrevido a construir el selector Doxológico (Capella, 2008) en el
campo del derecho privado de las obligaciones, convirtiéndose, por esta vía, en uno de los
referentes obligatorios de consulta de la comunidad académica que andamos en los vericuetos
del derecho.
Renato Arturo trata de sumarse con esta obra a lo que llama Duguit las
transformaciones del derecho privado (2007) en el campo de las obligaciones, cuando
controvierte algunos conceptos clásicos y propone nuevos modelos sobre lo que deben ser
las obligaciones, sus elementos y los sujetos de su relación. Esto lo hace más comprensible
el texto.
En la obra se analizan, con detenimiento, los contenidos de las normas del Cuerpo
Jurídico (Hernández, 2002), que contiene todo el desarrollo de las obligaciones, en este caso
el Código Civil colombiano. En consecuencia, estudia su objeto y clasificación del mismo.
En ese estilo, que caracteriza la dogmática, el autor se centra en análisis del lenguaje
jurídico desde lo prescriptivo, como lo señala Guastini, citando a Bobbio en este caso, los
enunciados prescriptivos son irreducibles a lo descriptivo (1999). Esto hace De Silvestri
Saade en su texto Las Obligaciones en el Derecho Privado.
Por otra parte, la obra aborda el nuevo concepto de lo que constituye el negocio
jurídico, desde la concepción alemana creadora del concepto desde la vigencia en 1990 BGB
Código Civil Alemán, que ha adoptado ordenamientos jurídicos de países como España,
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Japón y nuestro país, que no podía ser la excepción. Por lo tanto, en la obra se refleja la
discusión de la doctrina en este aspecto.
Quiero terminar diciendo que la presente obra es enriquecedora en conceptualización,
ha llegado en un momento oportuno para convertirse en un valioso aporte a las ciencias
jurídicas en nuestro país en el campo del derecho privado, escaso en producción novedosa.
PRESENTACIÓN
CONTENIDO
Pág.
1.1 INTRODUCCIÓN................................................................................................................ 28
6 LA VOLUNTAD............................................................................................................... 121
7.1 REQUISITOS QUE DEBE REUNIR EL OBJETO DE UNA OBLIGACIÓN ................. 144
9 LA CAUSA........................................................................................................................ 158
11.3 NEGOCIOS POR ACTOS ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE ................... 174
11.3.1 Inter vivos...................................................................................................................... 174
11.3.2 Mortis causa .................................................................................................................. 174
13 EL CONTRATO............................................................................................................... 184
20.3.3 Forma en que debe hacerse el pago y que se debe pagar - ............................................ 239
20.3.3.1 ¿Quién debe hacer el pago?...................................................................................... 241
20.3.3.1.1 Pago hecho por el deudor ......................................................................................... 241
20.3.3.1.2 Pago hecho por ciertas personas que sin ser deudores directos tienen interés en
la extinción de la obligación .................................................................................... 242
20.3.3.1.3 Pago hecho por un tercero totalmente extraño a la obligación ................................ 242
20.3.3.1.4 Pago hecho por un tercero con el consentimiento del deudor .................................. 243
20.3.3.1.5 Pago hecho por un tercero sin conocimiento del deudor ......................................... 243
20.3.3.1.6 Pago hecho por un tercero contra la voluntad del deudor ........................................ 243
20.3.3.2 Moneda en que se hace el pago ................................................................................ 244
20.3.3.3 Imputación del pago ................................................................................................. 244
20.3.4 De la novación............................................................................................................... 244
20.3.4.1.1 Características de la novación: ................................................................................. 245
20.3.4.2 Requisitos de la novación. - ..................................................................................... 245
20.3.4.3 Modos de novación .................................................................................................. 247
20.3.4.4 La novación objetiva ................................................................................................ 247
20.3.4.5 La novación subjetiva .............................................................................................. 247
20.3.4.6 Efectos de la novación ............................................................................................. 248
20.3.4.7 Casos que no constituyen novación ......................................................................... 249
20.3.5 La remisión.................................................................................................................... 250
20.3.5.1 Concepto .................................................................................................................. 250
20.3.5.2 Efectos de la remisión .............................................................................................. 251
20.3.6 La compensación ........................................................................................................... 252
20.3.6.1 Concepto .................................................................................................................. 252
20.3.6.2 Requisitos de la compensación ................................................................................ 252
20.3.6.3 Efectos de la compensación ..................................................................................... 254
20.3.6.4 Renuncia de la compensación .................................................................................. 255
20.3.7 La confusión .................................................................................................................. 255
20.3.7.1 Concepto .................................................................................................................. 255
20.3.7.2 Efectos de la confusión ............................................................................................ 256
20.3.8 La prescripción extintiva o liberatoria........................................................................... 256
20.3.8.1 Medios para obtener la declaración de prescripción ................................................ 258
20.3.8.2 Requisitos de la prescripción extintiva o liberatoria ................................................ 259
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade 16
26 LA VOLUNTAD............................................................................................................... 363
27.1 REQUISITOS QUE DEBE REUNIR EL OBJETO DE UNA OBLIGACIÓN ................. 386
29 LA CAUSA........................................................................................................................ 400
31.3 NEGOCIOS POR ACTOS ENTRE VIVOS Y POR CAUSA DE MUERTE ................... 416
31.3.1 Inter vivos...................................................................................................................... 416
31.3.2 Mortis causa .................................................................................................................. 416
33 EL CONTRATO............................................................................................................... 426
1.1 INTRODUCCIÓN
El Derecho encuentra su fundamento y su razón de existencia en la misma vida
humana, en aquel conjunto de relaciones que surgen entre los hombres en el desarrollo de
cada actividad particular, relaciones a veces armoniosas, a veces conflictivas, pero que se
limitan y reflejan en las instituciones y normas jurídicas, de allí surge lo que el profesor
Emilio Betti (1969) denomina “relación de cooperación entre los que viven en sociedad” (p.
4).
El hombre, en su vida en sociedad, en el estudio particular que nos ocupa, puede
establecer diversas relaciones jurídicas: unas relaciones de Derecho Real que apuntan al
problema de la atribución de bienes, que lo colocan o sitúan en la perspectiva de un poder
directo sobre las cosas, sin exclusión de los sujetos de derecho y que conduce generalmente
a la noción o concepto de Derechos Reales, de los cuales se predican los llamados efectos
erga omnes; otras, en cambio, lo vinculan con las demás personas y conducen corrientemente
a la noción de Derechos Personales u Obligaciones. Pero ello no quiere significar que el
Derecho Real no implique una relación jurídica entre sujetos, hay un sujeto activo
determinado y unos sujetos pasivos indeterminados, para los cuales surgen deberes negativos
de abstención, de no perturbación o de respeto. El primer aspecto, es decir, el de Derecho
Real, en el actual ordenamiento positivo se encuentra definido en el Artículo 665 del Código
Civil como "aquel que tiene una determinada persona sobre una cosa determinada, sin
consideración a otra persona". Es decir, que el sujeto del Derecho Real son las personas
indeterminadas o lo que es lo mismo, todas las personas tienen la obligación de respetar estos
derechos.
En cambio, el concepto de Derecho Personal muestra una relación entre personas, es
decir, la existencia de un vínculo jurídico entre dos o más personas en virtud del cual una de
ellas resultó comprometida para con la otra a satisfacer una determinada prestación. En el
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Código Civil el Artículo 666 trae la siguiente noción: "Derechos Personales o de crédito son
los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas que, por un hecho suyo o la sola
disposición de la Ley, han contraído las obligaciones correlativas...". El Derecho Personal
lleva, pues, a la noción de Obligación o de Derecho de Crédito para diferenciarlo de los
Derechos Reales.
Se hace, entonces, referencia a una categoría intermedia entre el Derecho Real y el
Personal, que han denominado obligaciones reales o Propter Rem, que son aquellas que
nacen del sólo hecho de ser titular del derecho de dominio sobre una cosa determinada. Ej.:
la obligación para los propietarios de una pared medianera, en relación con la reparación y
reconstrucción de ella, de contribuir en proporción a sus derechos (Artículo 916 del Código
Civil). La obligación de los copropietarios de un edificio de apartamentos sometido al
régimen de propiedad horizontal, en relación con las partes comunes.
Se dice que en los casos mencionados existe una obligación real, porque la obligación
está derivada del solo hecho de ser titular de un derecho real y en la medida en que
desaparezca ese derecho real en cabeza del obligado, desaparece también la obligación y se
sitúa en cabeza del nuevo propietario.
Otra categoría intermedia estaría constituida por derechos con atributos especiales,
similares a los del Derecho Real, por ejemplo, el derecho del arrendatario cuando el contrato
se ha celebrado mediante el otorgamiento de una escritura pública (Artículo 2020 del Código
Civil, numeral 2), a quién se le debe de respetar su contrato.
Las regulaciones del derecho privado, en general, las encontramos en el código civil y
en el código de comercio, principalmente, y en las normas que complementan o modifican
estos cuerpos normativos, el primera data del año de 1887 y el segundo de 1971.
En general el código civil comprende las disposiciones legales sustantivas que
determinan especialmente los derechos de los particulares, por razón del estado de las
personas, de sus bienes, obligaciones, contratos y acciones civiles; por lo tanto, los
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particulares en sus relaciones de derecho privado, quedan sometidos a él como derecho civil
nacional, campo de aplicabilidad contenido en los tres primeros artículos de este estatuto.
Pero no todas las relaciones de los particulares son reguladas exclusivamente por la ley
civil, por cuanto el código de comercio señala que los comerciantes y los asuntos mercantiles
se regirán por las disposiciones de la ley comercial, y los casos no regulados expresamente
en ella serán decididos por analogía de las mismas normas mercantiles y en cuanto a las
cuestiones comerciales que no pudieren regularse conforme a la regla anterior, se aplicarán
las disposiciones de la legislación civil; de esa manera, en cuanto a la aplicación general se
integran los dos estatutos, acudiendo al principio de la analogía, tal como se desprende de los
primeros artículos de este código. La anterior apreciación nos muestra, como se presenta una
especie de dicotomía de orden normativo que nos invita a una posterior reflexión sobre este
punto.
En síntesis, el código de comercio se aplica:
• A quienes tienen la calidad de comerciantes, es decir aquellas personas que
profesionalmente se ocupan en algunas de las actividades que la ley considera
mercantiles. Para todos los efectos legales se presume que es comerciante la
persona que se encuentre inscrita en el registro mercantil, cuando tenga un
establecimiento de comercio abierto o cuando se anuncie al público por
cualquier medio como comerciante.
• A los asuntos mercantiles en que intervengan comerciantes o no comerciantes.
• A las personas que ejecutan ocasionalmente operaciones mercantiles, que sin
considerarse comerciantes, quedan sujetos en cuanto a dichas operaciones a las
normas comerciales. (Artículo 11 código de comercio)
• Cuando se celebra un acto que es mercantil para una de las partes y no para la
otra se le aplica la ley mercantil (Articulo 22 código de comercio).
civil italiano, se sustrajo por vía general algunas relaciones de particulares, como se indicó
en líneas anteriores, de la regulación del código civil, sin establecer derogatorias de la
vigencia de este, pero en lo atinente a las obligaciones y los contratos, por el contrario,
incorporó sus reglas, a la ley mercantil con la remisión directa que hace en el artículo 822.
En el contexto particular de las obligaciones y los contratos, el código de comercio trae
una remisión expresa a la aplicación de las normas del código civil, a las relaciones
mercantiles en el artículo citado, que es del siguiente tenor: ” Los principios que gobiernan
la formación de los actos y contratos y las obligaciones de derecho civil, sus efectos,
interpretación, modo de extinguirse, anularse o rescindirse, serán aplicables a las
obligaciones y negocios jurídicos mercantiles, a menos que la ley establezca otra cosa. La
prueba en derecho comercial se regirá por las reglas establecidas en el Código de
Procedimiento Civil (Entiéndase en la actualidad Código General del Proceso), salvo las
reglas especiales establecidas en la ley “. De la norma en comento se desprende que lo
dispuesto en la normatividad del código civil y normas que lo adicionan y complementan, es
igualmente aplicable a los contratos y obligaciones mercantiles en todo aquello que no haya
sido regulado de manera especial en el código de comercio.
No se trata de una aplicación por analogía, sino por remisión normativa, lo cual implica
que esas normas civiles pasaron a formar parte de la ley mercantil, sin que con ello se deseche
la aplicación analógica a que aluden los artículos 1 y 2 del estatuto mercantil.
Consecuente con lo antes expuesto, se considera que para efectos de aplicación
normativa en las obligaciones y contratos mercantiles, las disposiciones del código civil se
consideran mercantiles por la remisión antes indicada, y ellas junto con las disposiciones
especiales del código de comercio formarían un bloque, en cuyo caso las reglas especiales
del código de comercio se aplican preferentemente a las normas del código civil en todo
aquello en que establezcan una regulación diferente; en los aspectos que este no regula se
aplica la legislación civil.
Ahora cuando se establece la aplicación analógica de normas, por vía general, por no
existir una regulación a la situación específica en la ley mercantil; conforme a las reglas
establecidas en los artículos 1 y 2 del código de comercio , en primer término hay que
buscarla en la ley mercantil, es decir la analogía interna, si no se encuentra solución por esta
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vía, se puede acudir a la costumbre mercantil que tiene fuerza de ley con los
condicionamientos del artículo 3 del código de comercio y que prefiere en su aplicación a las
normas del código civil, que conforme a lo previsto en el artículo 2 , son de aplicación
subsidiaria.
Pero como hemos venido sosteniendo en líneas anteriores, el artículo 822 el código
invoca la aplicación de la ley civil de manera directa y no subsidiaria en lo que se refiere a
los aspectos citados de las obligaciones y los negocios mercantiles, estas normas están
incorporadas a la legislación mercantil y son por lo tanto parte de la ley mercantil, para los
efectos de aplicabilidad de normas.
En síntesis en la materia que nos ocupa hay una integración de normas del derecho
privado, que nos obligan a manejar las disposiciones del código civil y del código de
comercio como un sistema normativo, de tal manera , que a las personas particulares, en sus
relaciones de derecho privado les aplicamos, en lo referente a las obligaciones y de los
contratos las reglas que trae sobre el particular el código civil , sin embargo cuando estos
son comerciantes o personas que ejecuten ocasionalmente operaciones mercantiles, que no
se considerarán comerciantes, pero estarán sujetas a las normas comerciales en cuanto a
dichas operaciones o celebran actos de comercio les aplicamos respecto de estos, las normas
mercantiles especiales que establezcan regulaciones diferentes a las contenidas en la
legislación civil.
Conforme al código de comercio se consideran como mercantiles para todos los efectos
legales, las siguientes:
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Debe entenderse que la enunciación que hace el código de comercio, sobre actos
mercantiles y no mercantiles, no es limitativa, sino declarativa y en ese sentido no constituyen
una camisa de fuerza para el intérprete.
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De igual forma cuando una persona no comerciante celebra un acto mercantil con un
comerciante se somete a la ley mercantil (artículo 22 del código de comercio).
A las personas que tienen la calidad de comerciantes y a los asuntos mercantiles se les
aplica en principio la ley mercantil; entendiéndose en materia de obligaciones y contratos
como ley mercantil la regulación general que trae el código civil sobre la materia y las
disposiciones especiales que sobre el punto trae el código de comercio; tal como lo dispone
el artículo 822 y no habiendo regulación en ninguno de los dos ordenamientos, se acude a la
analogía primero de las normas mercantiles y subsidiariamente a las del código civil en otros
aspectos diferentes.
En ultimas los dos estatutos del derecho privado se integran y complementan en esta
materia formando un sistema normativo, las normas del código civil le son aplicables a las
obligaciones mercantiles por la remisión directa que hace este estatuto en el artículo 822 y
las normas del código de comercio se pueden aplicar por analogía a las obligaciones y
contratos que regula el código civil.
En nuestro concepto con las disposiciones del código de comercio, acudiendo a la labor
integradora a que hemos venido haciendo referencia, se complementaron y actualizaron hasta
cierto punto las regulaciones del código civil, en relación con algunos aspectos que en su
lugar del desarrollo de esta obra analizaremos con más detenimiento , entre los cuales
destacamos, lo referente a la complementación de las fuentes de las obligaciones contenida
en el artículo 1494 del código civil, con la consagración del abuso del derecho( Articulo 830)
el enriquecimiento sin causa ( Articulo 831 ) la regulación de negocios jurídicos unilaterales
como la oferta( Articulo 845 y siguientes) la responsabilidad civil precontractual ( Articulo
863) la ampliación de la noción de contrato ( Articulo 864) esto unido a otros aspectos que
miraremos en nuestro estudio integral. Pero lo anterior de ninguna manera resuelve las
deficiencias e inconvenientes que existen en nuestro ordenamiento razón por la cual
consideramos que es necesaria una unificación de la legislación, con lo cual además se
aprovecharía para ponernos a tono con los cambios consagrados en los principios fundantes
del estado social de derecho previstos en la constitución de 1991 y el desarrollo del derecho
privado contemporáneo.
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Pero el fenómeno no se reduce solo a los controles, sino que se concreta con normas
contenidas en la misma constitución que tocan aspectos atinentes o relacionados lo algunos
denominan derecho privado constitucional ( Lafont Pianeta Pedro. Manual de derecho
privado contemporáneo) lo cual nos lleva a pensar que mirado de manera integral no solo
existe un derecho privado legislado, valga decir código civil y código de comercio y
disposiciones legales complementarias o relacionadas, sino también normas constitucionales
que por contenido tienen que ver con el derecho privado legislado y con instituciones
contempladas en la constitución como la persona, la familia, la libertad, la igualdad, la
propiedad , la responsabilidad .
De otra parte, con el desarrollo del derecho de consumo y las normas protectoras del
consumidor se han experimentado cambios fundamentales en el ámbito contractual y en el
derecho de obligaciones, que corresponden a todo un movimiento renovador sobre el tema
en Europa a mediados de los años 80. En nuestro ordenamiento dentro del contexto de la
constitucionalización del Derecho Privado, se garantiza la protección del consumidor desde
la Constitución, a partir de la norma contenida en el artículo 78 de la Constitución Política
de Colombia que señala: “la ley regulará el control de calidad de bienes y servicios ofrecidos
y prestados a la comunidad, así como la información que debe suministrarse al público en su
comercialización. Serán responsables, de acuerdo con la ley, quienes en la producción y en
la comercialización de bienes y servicios, atenten contra la salud, la seguridad y el adecuado
aprovisionamiento a consumidores y usuarios.” En desarrollo de esta norma se expide la Ley
1480 de 2011, Estatuto del Consumidor, que entró en vigencia el 12 de abril de 2012.
no hacer alguna cosa...”. De igual forma, el artículo 666 define los derechos personales así:
"Derechos Personales o de crédito son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas
que, por un hecho suyo o la sola disposición de la Ley, han contraído las obligaciones
correlativas...", lo cual a permitido a algunos autores mirar, en los citados preceptos, un
principio de definición.
La generalidad de los conceptos reseñados gira en torno a tres elementos: el vínculo
jurídico, los sujetos y el objeto. Algunas definiciones abordan el vínculo jurídico desde la
perspectiva del acreedor y la facultad que surge para éste de exigir su cumplimiento y otros
lo hacen más mirando al deber jurídico, siendo lo primero la tendencia universal.
Construir o admitir en nuestro medio un concepto que contemple tanto las obligaciones
civiles como las naturales, en los términos del artículo 1527 del Código Civil, debe
comprender los dos aspectos de la relación, el pasivo para designar el deber jurídico del
deudor y el activo para que comprenda el derecho o la pretensión del acreedor, sin que ello
implique desestimar lo que la doctrina moderna ha considerado mirando el interés o facultad
del acreedor.
Consecuentemente, considero la obligación como relación jurídica mediante la cual
una persona(deudor) debe dar, hacer o no hacer algo a favor de otra ( acreedor), quien
generalmente tiene la facultad de exigir su satisfacción. En ésta se recogen los elementos y
características esenciales siguiendo los lineamientos de nuestro ordenamiento jurídico y sin
perjuicio de lo que proponemos en torno a las obligaciones naturales.
Conforme a las definiciones reseñadas puede concluirse que son tres los elementos que
integran el concepto de obligación: El vínculo jurídico, los sujetos y el objeto.
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2 ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN
Esta clasificación se hace teniendo en cuenta el vínculo jurídico, según éste sea
complejo o simple.
Las obligaciones civiles son aquellas que dan derecho al acreedor para exigir su
cumplimiento; y las naturales, son aquellas en las cuales el acreedor no está facultado para
exigir su cumplimiento, pero que cumplidas autorizan para retener lo que se ha dado o pagado
en razón de ellas.
Lo general, de acuerdo con lo visto, es que las obligaciones o derechos personales
encierran un deber jurídico para el deudor y además faculta al acreedor para exigirlo; Por ello
el artículo 2488 de nuestro código civil señala:
"Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución
sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros,...".
Sin embargo, hay una clase de obligaciones que sólo crean un vínculo personal sin que
pueda el acreedor perseguir el patrimonio del deudor para satisfacerlas, es lo que suele
denominarse “obligaciones sin acción”, en las que sólo existe para el deudor el deber jurídico,
son las obligaciones naturales.
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En ambos casos el deudor, jurídicamente, debe el objeto pactado y solo se libera con el
pago u otro medio de extinción de las obligaciones, si paga está pagando lo que debe sin
poder repetir.
2.1.1.2 Obligacio
nes naturales en el
Código Civil
El Código Civil, en el artículo 1527, contempla los siguientes casos de obligaciones
naturales:
1. Las contraídas por personas relativamente incapaces, pero de suficiente juicio
y discernimiento (menor adulto).
2. Las civiles que se han extinguido por prescripción. Hasta el momento en que
la obligación se extingue en virtud de la prescripción es civil y si el deudor paga, está
pagando una obligación que ha podido serle exigida. El problema que se plantea es si
se requiere o no que la prescripción haya sido declarada por sentencia judicial para que
la obligación se transforme en natural. Considero que no es necesaria la declaración
judicial en cuanto la prescripción se produce por el transcurso del tiempo, sin que se
ejercite el derecho, lo de la declaración es un aspecto meramente formal, de allí que la
Ley contemple la posibilidad de que su declaración se produzca por vía de acción o de
excepción.
Considero que no es acertada la legislación colombiana en cuanto, mantiene las
obligaciones prescritas como naturales, porque lo lógico sería que operara el modo
extintivo en forma plena, omitiéndose la mención normativa de la conversión de las
obligaciones civiles prescritas en naturales, lo cual evidencia una necesaria reforma a
nuestro estatuto civil.
3. Las que provienen de actos o contratos solemnes, carentes de la solemnidad
que exige la Ley para su formación. Ej.: la de pagar legado impuesto por testamento que
no se ha otorgado en debida forma.
4. Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba. Se trata de
obligaciones que no pudieron ser establecidas en un proceso por no haber pruebas que
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Se extinguen por los mismos medios de extinción que las obligaciones civiles, aunque
por su naturaleza especial, alguno de los medios aplicables a éstas no tienen cabida respecto
de aquellas.
El artículo 1.625 del Código Civil enumera los modos de extinguir obligaciones, de
éstos no tienen aplicación respecto de las obligaciones naturales los siguientes:
1) La compensación legal. Este modo de extinguir las obligaciones no procede
respecto de la obligación natural, porque el artículo 1.715 del código civil exige, para que
haya compensación, entre otros requisitos, que ambas deudas sean actualmente exigibles,
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y las obligaciones naturales no son exigibles. El acreedor no tiene acción para exigir su
cumplimiento.
2) La prescripción, porque esta da nacimiento a las obligaciones naturales,
además el artículo 2.535 señala que el plazo de prescripción se cuenta desde que la
obligación se ha hecho exigible y la obligación natural no es nunca exigible, dado que es
esa una de sus características.
obligaciones con sujeto complejo. Dentro de las últimas están las conjuntas, las solidarias y
las indivisibles.
a) Sea lo primero indicar que estas tres clases de obligaciones tienen uno
elementos que les son comunes, la pluralidad de personas naturales o/o jurídicas en la
parte acreedora o deudora, una prestación que es común a los varios sujetos.
b) Esa prestación que es común, puede ser divisible o indivisible, según sea o no
susceptible de cumplirse por cuotas partes sin perecer, deteriorase o perder su aptitud;
cuando la prestación es divisible la obligación puede ser conjunta o solidaria y si la
prestación es indivisible la obligación será indivisible.
c) Para determinar si una obligación con pluralidad de personas en la parte activa
o pasiva, es conjunta o solidaria tenemos dos criterios , el convencional y el legal; en ese
sentido por el primero criterio las partes pueden señalar quieren constituir una obligación
conjunta o una solidaria , de no existir ese criterio convencional, acudimos al legal , para
lo cual lo primero es determinar si se trata de una obligación establecida por sujetos que
tengan la calidad de comerciantes o tenga origen en un acto de comercio, caso en el cual
le aplicamos preferentemente las disposiciones contenidas en el código de comercio
como normas especiales o si estamos en presencia de otros particulares a los cuales les
aplicamos las reglas existentes sobre el punto en el Código Civil.
d) Determinado lo anterior, si la obligación es civil, se le aplica la presunción de
conjunción que establece el artículo 1568 del Código Civil; o si mercantil, se le aplica la
presunción de solidaridad que establece el artículo 825 del Código de Comercio.
e) Como en materia civil la conjunción se presume para que la obligación sea
solidaria, debe, expresamente, contemplarse a través de un acto dispositivo de los sujetos
o por un mandato legal. Si la obligación es mercantil para que sea conjunta debe
establecerse expresamente.
4. Si uno de los deudores incurre en mora o culpa, sólo afecta a éste y no a los
otros.
5. La interrupción o la suspensión de la prescripción contra uno de los deudores
no la interrumpe o suspende contra los demás.
Se presenta cuando existen varios acreedores, esta solidaridad sólo proviene del
contrato o del testamento pero no la establece la Ley.
Efectos de la solidaridad activa:
1. Cada uno de los varios acreedores solidarios puede exigir la totalidad de la
deuda; el deudor puede hacer el pago total de la obligación a uno cualquiera de los
acreedores, a menos que haya sido demandado por uno de ellos, en cuyo caso deberá
hacer el pago al demandante (artículo 1570, Código Civil, inciso 1°).
Debe entenderse que el deudor tiene conocimiento de la existencia de la demanda
a partir de la notificación del auto mandamiento de pago o del auto admisorio de la
demanda.
2. La condonación de la deuda, la compensación y la novación que intervenga
entre el deudor y uno cualquiera de los acreedores solidarios extingue la deuda con
respecto a los otros (inciso 2°, artículo 1570, Código Civil).
3. Si uno de los acreedores solidarios constituye en mora al deudor, éste lo estará
para todos.
4. Si uno de los acreedores solidarios interrumpe la prescripción, ésta produce
efectos para todos.
• Solidaridad Pasiva:
Cuando varios deudores están obligados en relación a una misma prestación, siendo
exigibles a cada uno de ellos la totalidad de lo debido, el pago hecho por uno de ellos libera
a los demás.
Pothier (1947) sostiene: "De la misma manera la solidaridad, por parte de los deudores
consiste, en que la obligación de una misma cosa es contratada para cada uno, por el total, de
una manera tan completa como si cada uno de ellos fuera el único deudor, salvo empero, que
el pago hecho por uno de ellos exonera a los demás" (p. 145).
Para que sea solidaria la obligación se requiere que cada uno de los varios deudores se
obligue totalmente a la prestación, tal como si la hubiere contratado solo.
Efectos de la solidaridad pasiva:
1) Miradas las relaciones que surgen entre el acreedor y los codeudores, pueden
predicarse entre ellos los siguientes efectos:
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a) Cada deudor está obligado por el total, en relación con el acreedor; éste
es el efecto principal de la solidaridad, es decir, que el acreedor puede dirigirse contra
todos los deudores solidarios o contra cualquiera de ellos, sin que se le pueda oponer
el beneficio de división (artículo 1571, Código Civil).
b) Demandado uno de los codeudores, mientras no se haya producido el
pago total, el acreedor puede demandar a los otros.
c) El pago total hecho por cualquier deudor solidario, extingue la
obligación y libera de ella a los demás; el pago parcial deja intacta la obligación en la
parte insoluta.
d) En cuanto a los riesgos, si la cosa perece durante la mora o por culpa
de uno de los deudores, todos ellos quedan obligados solidariamente al precio, salvo
su acción contra el culpable o moroso (artículo 1578, inciso 1°). Pero los perjuicios
por culpa o mora de uno solo de los codeudores o algunos de éstos, sólo son exigibles
a éste o estos (artículo 1578, inciso 2°).
e) La interrupción de la prescripción que obra en contra de cualquier
codeudor solidario, como consecuencia de una demanda que presente el acreedor,
afecta a todos los codeudores solidarios (artículo 2540, Código Civil).
f) En cuanto a las excepciones, el deudor solidario, contra quien se haya
intentado demanda, puede oponer todas las excepciones que surjan de la naturaleza
del vínculo (reales). Ej. La nulidad absoluta, nulidad relativa, plazo o condición
pendientes, extinción de la obligación, etc.; en cambio en las personales sólo puede
proponer las suyas y no las personales de otro de los codeudores (artículo 1577, inciso
1º)..No podrá un codeudor solidario, por vía de compensación, contra el demandante,
el crédito de otro de los deudores solidarios, a menos que este le haya cedido sus
derechos
2) Desde la perspectiva de las relaciones que surgen entre los codeudores, pueden
predicarse principalmente los siguientes efectos:
a) La deuda, entre ellos se distribuye según las normas de obligaciones
conjuntas. De tal forma que si uno de los codeudores solidarios ha efectuado el pago
o extinguido la deuda por cualquier medio equivalente, en principio se subroga en la
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52
acción del acreedor en relación con los demás codeudores, pero sólo en la parte o
cuota que cada uno de ellos tenga en la deuda (artículo 1579, Código Civil).
Sin embargo es necesario distinguir entre las varias hipótesis que puedan
presentarse así:
• Si el deudor que efectúa el pago fue quien se benefició en su totalidad
o concernía sólo a él, no nacen nuevas obligaciones entre los codeudores y éstos
se mirarán como fiadores.
• Si el deudor solidario que efectuó el pago sólo se benefició o lucró en
parte, puede exigir el pago a los demás codeudores en sus respectivas cuotas
partes.
• Cuando se trata de solidaridad pasiva cuya fuente es la Ley, al pagarse
siempre nuevas obligaciones conjuntas.
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53
una cosa, por ejemplo una servidumbre de tránsito. Si la prestación puede ser ejecutada por
partes, la obligación es divisible; si no puede ejecutarse por partes es indivisible.
La indivisión puede tener su origen bien en la naturaleza del objeto, llamada
indivisibilidad necesaria, que se presenta cuando el objeto de la obligación no puede dividirse
material o intelectualmente, como ocurre por ejemplo en una obligación de no hacer, en
algunas obligaciones de dar, en la de conceder una servidumbre, etc. Puede también tener su
origen en el convenio de los sujetos que intervienen en la relación obligatoria, cuando un
objeto es divisible por su naturaleza pero que en virtud del acuerdo entre las partes o por
disposición del testador se hace indivisible, por ejemplo la consagrada en el numeral 4º. del
artículo 1583 del Código Civil, que señala: "Cuando por testamento o por convención entre
los herederos, o por partición de la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la
obligación de pagar el total de la deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra éste heredero por
el total de la deuda o contra cada uno de los herederos por la parte que le corresponda a
prorrata o si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no pudiera hacerse
por partes ni aún por los herederos del deudor".
Valencia Zea (1974), sostiene que un concepto necesario y útil de la indivisibilidad en
sentido jurídico es aquel en virtud del cual se afirma que una prestación es indivisible cuando
es imposible para el deudor su cumplimiento parcial y esto se presenta en razón a la misma
naturaleza de la prestación o ya por voluntad de los contratantes" (p. 33).
Uribe Holguín (1980) es del criterio que la obligación es indivisible cuando, según la
aptitud convencional del objeto o en subsidio la que por su naturaleza tenga, éste no admita
división en partes.
forma que el pago deba hacerse por el todo al heredero que lo exija o por el heredero a
quien se le exija (artículo 1585, Código Civil).
b. Si se retarda el cumplimiento o se ejecuta defectuosamente o se inejecuta sin
culpa de uno de los deudores o de alguno de ellos, todos resultan obligados a cancelar la
indemnización de perjuicios y todos los acreedores tienen derecho a ella, pero la
indemnización, por ser divisible, se divide por cuotas partes entre acreedores y deudores
y si es por hecho o culpa de uno solo de ellos, sólo aquél deudor a quien le es imputable
la culpa es responsable de los perjuicios ocasionados (artículo 1590, Código Civil, inciso
2°).
Desde la perspectiva de las relaciones que surgen entre los acreedores:
La remisión de la deuda consentida por un solo acreedor beneficia al deudor en la parte
o cuota que a ese acreedor remitente corresponda en el objeto; pero como éste no puede
dividirse, los demás acreedores conservan el derecho de exigir al deudor el pago del objeto
o el pago de la prestación, entregándole en dinero el valor de la cuota remitida (artículo 1589,
Código Civil).
Efectos relativos a los deudores:
a. Como el objeto no es susceptible de pago parcial por parte de los codeudores,
cualquiera de ellos tiene que cumplir la obligación de una sola vez en la forma estipulada,
vale decir que cada uno de ellos puede ser demandado por la totalidad de la prestación
debida.
b. Si se demanda a uno de los varios codeudores de la obligación indivisible, éste
podrá pedir plazo para concertar con los demás el cumplimiento de la obligación entre
todos; sin embargo, si la obligación es de tal naturaleza que sólo el deudor demandado
pueda cumplirla, deberá pagarla conservando su acción contra los demás codeudores
(artículo 1587, Código Civil).
2.3.2.2 Obligació
n de dar
Es aquella en la cual la conducta positiva exigible al deudor implica la transferencia de
un derecho real, principalmente el de dominio. Por ejemplo: La obligación que surge para el
vendedor en el contrato de compraventa.
El cumplimiento de las obligaciones de dar, requiere que el deudor realice la tradición
conforme a las reglas generales, previstas en los artículos 740 y subsiguientes del Código
Civil y particularmente por la forma señalada en los artículos 754 y 756 del mismo estatuto,
así como lo contenido en los artículos 922 y 1427 del Código de Comercio.
Esta obligación contiene otros aspectos ligados a la necesidad de transmitir el derecho,
como es la entrega de la cosa y la conservación de la misma, cuando se trata de especie o
cuerpo cierto, tal como lo establece el artículo 1605 del Código Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
59
2.3.2.3 Obligació
n de hacer
Se presenta cuando la prestación consiste en una conducta positiva del deudor, sin que
implique la transferencia del derecho de dominio, ni de ningún otro derecho real, por
ejemplo: la obligación que surge de una promesa de celebrar contrato.
2.3.2.4 Obligació
n de no hacer
Cuando la prestación consiste en una abstención, es decir una conducta negativa del
deudor, en la medida en que se compromete a no realizar algo que normalmente le es
permitida, por ejemplo: cuando alguien se obliga a no plantar un árbol en el patio de su casa.
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60
2.3.3.2 Obligacio
nes de resultado
Son aquellas en que el deudor se compromete a ejecutar una prestación específica y
precisa, es decir, garantiza la obtención del resultado; la prestación constituye el fin buscado
por el acreedor y el deudor. Ejemplo: las obligaciones de dar, la obligación de construir un
mueble, el transporte de una persona o de una cosa.
La importancia de esta clasificación radica en que en las obligaciones de medio al
deudor se le exonera de responsabilidad si empleó la diligencia y el cuidado requeridos.
En cambio en las de resultado la inejecución o la no obtención de lo propuesto, hace al
deudor responsable por culpa contractual o extracontractual según el caso, basta demostrar
que no se dio el resultado pactado; y para exonerarse de responsabilidad corresponde al
deudor demostrar la fuerza mayor o la causa extraña.
2.3.4.1 Obligacio
nes de Género
Se presentan cuando se debe un individuo indeterminado de una clase determinada
(artículo 1565, Código Civil), por ejemplo: un caballo.
En sentido jurídico género es una cosa que se determina únicamente por la clase a que
pertenece, pero es necesario, además, señalar la cantidad, es decir, su número, peso o medida.
Efectos de las obligaciones de género:
1. El deudor, no puede ser obligado a entregar una especie determinada del
género, él cumple su obligación entregando cualquier individuo del género de calidad a
lo menos mediana.
2. Existe un aforismo que dice que “el género no perece”. En efecto, como el
deudor puede cumplir con cualquier especie del género convenido, de calidad a lo menos
mediana, ninguna importancia tiene él que la o las cosas con que pensaba cumplir el
deudor perezcan, si siempre quedan otras del mismo género para cumplir. De allí la
previsión del artículo 1567 del Código Civil en el sentido de que “la pérdida de algunas
cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede oponerse a que el
deudor las enajene o destruya mientras subsistan otras para el cumplimiento de lo que
debe”.
3. En esta clase de obligaciones no existe el deber de conservación previsto en
el artículo 1605 para las de especie o cuerpo cierto.
2.3.4.2 Obligacio
nes de Especie
Son de especie o de cuerpo cierto cuando se debe un individuo determinado de una
clase determinada, por ejemplo: la yegua llamada Lucerito, con trenzas, con los ojos azules,
cola verde, cascos amarillos, que se encuentra en la caballeriza El Pastal, ubicada en el
Municipio de Baranoa (Atlántico).
A esta clase de obligaciones se le pueden asignar, principalmente los siguientes efectos:
1. La obligación de especie o cuerpo cierto, cuando se trata de una obligación de
dar, comprende además la de conservar la cosa hasta su entrega y emplear en esta
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62
conservación el debido cuidado, artículos 1605. La razón de ser de esta imposición legal,
encuentra su fundamento en el hecho de que siendo irremplazable la especie o cuerpo
cierto, si ella se destruye, no podría cumplirse la obligación.
2. La obligación de especie o cuerpo cierto se extingue por la pérdida de la cosa
debida. Artículos 1625 y 1739 del código civil; este es en general uno de los medios de
extinción de las obligaciones, lo cual puede ocurrir con responsabilidad para el deudor,
cuando la destrucción es por culpa suya o sin responsabilidad cuando ocurre la perdida
por fuerza mayor o caso fortuito.
El artículo 1730., del código civil establece una presunción de culpa a cargo del
deudor a cargo del deudor, cuando la especie que se debe perece en su poder
3. El deudor de especie o cuerpo cierto ha de cumplir su obligación entregando
precisamente la cosa debida, sin poder sustituirla por otra. Consecuentemente, el acreedor
solo podrá exigirle esa especie.
4. La anterior distinción es importante, además por que, los géneros no perecen,
por ello la pérdida o la extinción de la cosa debida no puede alegarse por el deudor para
liberarse de la obligación. Señala el artículo 1567 del código civil "La pérdida de algunas
cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede oponerse a que el
deudor las enajene o destruya mientras subsisten otras para el cumplimiento de lo que
debe".
En cambio en las obligaciones de especie o cuerpo cierto, la pérdida del cuerpo
extingue la obligación con o sin responsabilidad del deudor, según el caso.
2.3.4.3 Riesgos de
la cosa debida
En cuanto al perecimiento de la especie o cuerpo cierto que se debe, está previsto éste
como un modo de extinguir las obligaciones. Al respecto, el Art. 1729 del Código Civil sienta
una regla por vía general, así: "Cuando el cuerpo cierto que se debe perece, o porque se
destruye, o porque deja de estar en el comercio, o porque desaparece y se ignora si existe, se
extingue la obligación; salvas empero las excepciones de los artículos subsiguientes”.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
63
Por su parte, el artículo 1607, en cuanto a riesgos, contempla como regla general que
éstos los asume el acreedor, salvo que se encuentre en mora el deudor o que se halla
comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas. Según ello la cosa perece o se
pierde para el acreedor.
De manera particular, en la compraventa, el artículo 1876 del Código Civil, siguiendo
las anteriores reglas, establece que la perdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto
que se vende pertenece al comprador desde el momento de perfeccionarse el contrato, aunque
la cosa no se haya entregado, salvo que se venda bajo condición suspensiva y que se cumpla
la condición, pues entonces, pereciendo totalmente la especie mientras pende la condición la
pérdida será del vendedor y la mejora o deterioro corresponde al comprador.
Según ello la cosa perece para el comprador, quien tiene la condición de acreedor y es
éste quien sufre la pérdida o deterioro cuando se trata de especie o cuerpo cierto, desde el
momento en que el contrato se perfecciona.
Para que los riesgos los asuma el acreedor se requiere:
1. - Que la cosa objeto del contrato sea de especie o cuerpo cierto.
2. - Que la cosa perezca o se deteriore por fuerza mayor o caso fortuito.
3. - Que el vendedor no se haya constituido en mora de entregar la cosa.
4. - Que no se haya comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas.
5. - Si se trata de una venta que no se venda bajo condición suspensiva.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
64
De acuerdo con el artículo 1607 del Código Civil, los riesgos de la cosa que se debe
son a cargo del acreedor, salvo que el deudor se encuentre en mora o que se haya
comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas.
Existe para el deudor la obligación de conservar la cosa debida hasta la entrega,
respondiendo de su pérdida, presumiendo la culpa de éste, a menos que demuestre fuerza
mayor (artículos 1605,1730, 1731 y 1733 del Código de Comercio).
De otra parte, el artículo 1617 del Código Civil contempla que si la obligación es la de
pagar una cantidad de dinero, la indemnización de perjuicios por mora está constituida por
los intereses, que es una obligación de similar naturaleza.
De igual forma, en materia mercantil, el artículo 65 de la Ley 45 de 1990 es del
siguiente tenor:
"CAUSACIÓN DE INTERÉS EN OBLIGACIONES DINERARIAS. En las
obligaciones mercantiles de carácter dinerario el deudor estará obligado a pagar
intereses en caso de mora y a partir de ella.
Toda suma que se cobre al deudor como sanción por el simple retardo o
incumplimiento del plazo de una obligación dineraria se tendrá como interés de
mora, cualquiera sea su denominación".
El sentido de las dos normas transcritas es el mismo, a partir de la mora la obligación
dineraria genera otra obligación dineraria, pagar intereses moratorios.
2.3.5.2 Intereses
en las obligaciones
dinerarias
Suma de dinero que produce un capital durante un período de tiempo (día, mes, año).
remuneratorios, pero en caso de mora Ipso Jure, debe pagar unos intereses legales a título de
indemnización de perjuicios, en materia civil.
Constituyen los intereses una obligación dineraria accesoria, porque no pueden
concebirse aislados de una obligación principal.
2.3.5.2.2 Intereses que se deben por deudas pecuniarias
Constituyen el lucro cesante, los intereses de las obligaciones dinerarias y de acuerdo
con el Código Civil se deben en cada caso así:
Si el deudor está en mora, es responsable de los intereses convencionales si se pactaron
y son superiores al interés legal, o sea al 6% (artículo 1617, Regla 1ª, Código Civil) o en su
defecto se debe a los intereses legales o cuando los pactados son inferiores a los legales (6%).
Conforme al numeral 2º de la norma citada, los intereses no necesitan probarse, basta
el hecho del retardo para que éstas se causen, considerándose como los frutos mínimos que
produce el dinero que se debe.
y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990.
Para el establecimiento de la tasa a cobrar, deberá probarse el interés bancario con la
certificación que expide la Superintendencia Financiera.
2.3.6.2 Obligacio
nes de objeto plural
Son aquellas en las cuales se han señalado varias prestaciones, las cuales puede
satisfacer el deudor de diversas maneras, como se pasa a expresarlas a continuación. Son
llamadas también objetivamente complejas y pueden ser: alternativas o facultativas.
Si una persona debe a otra varias prestaciones, de modo que sólo cumple su obligación
dándolas todas, se está frente a una obligación de objeto múltiple. Las diversas cosas que se
deben en su conjunto forman una Unidad; verbigracia, si se debe un Código Civil, un Código
Penal y un Código de Procedimiento Civil, debe cumplirse con todas las prestaciones, en este
caso la obligación se denomina conjuntiva u obligaciones de simple objeto múltiple, en ellas
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
70
La pérdida de una de las cosas no extingue la obligación, pues siendo todas ellas
debidas, la obligación subsiste sobre las demás. Esto es aplicable aún cuando la pérdida
o imposibilidad sea imputable a culpa del deudor, salvo que el derecho de elección
corresponda al acreedor, porque en este evento podrá pedir a su arbitrio el precio de la
cosa escogida y la indemnización o cualquiera de las cosas restantes (artículo 1559,
Código Civil, inciso 2º). Pero no siendo imputable la culpa al deudor de la pérdida o
imposibilidad de ejecución, aun correspondiendo la elección al acreedor, sólo podrá
hacerlo frente a las cosas que queden y si sólo queda una, ella será la que se debe.
3. Si una de las prestaciones es ilícita la obligación no es nula, subsiste sobre las
otras.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
73
2.3.7.2 Obligacio
nes a plazo o a término
2.3.7.2.1 Concepto de plazo
El plazo consiste en un acontecer futuro de realización cierta que suspende la
exigibilidad o determina la extinción de un derecho y que produce sus efectos sin
retroactividad.
El Código Civil, en el artículo 1551, define: "el plazo es la época que se fija para el
cumplimiento de la obligación". Las características del plazo son: ser un hecho futuro, ser un
hecho cierto y no ser retroactivo, esto lo distingue de la condición.
La obligación a plazo, como la pura, nace con su fuente, pero no es exigible hasta la
ocurrencia de un hecho futuro, cierta fecha que determina la expiración del plazo fijado.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
75
si el deudor, aún por error, paga antes del vencimiento del plazo está pagando una
prestación que debe y no puede repetir lo pagado ya que no se configura un pago de lo
no debido. Pero a pesar de ha surgido el deber juridico para el sujeto pasivo, y el derecho
personal en favor del acreedor, la facultad de este a exigir el cumplimiento se encuentra
suspendida mientras el plazo se encuentre vigente.
2. La regla general es que la obligación a plazo no es exigible antes del
vencimiento del término. Este es tal vez el principal efecto del plazo.
Sin embargo, se pueden presentar algunas circunstancias que constituyen
excepciones a este efecto y que implican extinción o caducidad del plazo, a saber:
a) Las que señala el Código Civil:
a.1) Quiebra o Concordato o insolvencia notoria del deudor (numeral 1º del artículo
1553).
a.2) Extinción o disminución considerable por culpa del deudor de las cauciones
con que haya asegurado su obligación (numeral 2° del artículo 155).
a.3) Por renuncia expresa del plazo, por parte del deudor (artículos 1553 y 1554 del
Código Civil)
Para un adecuado entendimiento de la renuncia del plazo, es necesario determinar
en beneficio de quién se establece. La regla general es que se considere establecido en
beneficio exclusivo del deudor, salvo que la disposición de las partes o del testador o de
quien lo fije lo establezca en interés recíproco de deudor y acreedor, o del acreedor
solamente. Si estamos ante la regla general, sólo el deudor podría renunciar
unilateralmente a él, si se establece en favor del deudor y acreedor recíprocamente, no
puede el acreedor exigir el pago, ni el deudor efectuarlo, mientras el plazo esté pendiente,
a no ser que se produzca una renuncia mutua o de consumo, Ej.: en el mutuo con intereses
(artículo 2229), beneficia a ambos.
Cuando el plazo es exclusivamente en favor del acreedor, el deudor no puede pagar
válidamente sin la aceptación de aquél antes del vencimiento. Ej.: el depósito (artículo
2251, Código Civil).
b) Las que señala la legislación mercantil, referentes a los procesos concursales, y
liquidación obligatoria, y el estado de insolvencia del deudor.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
77
c) Las que establecen las normas del procedimiento civil, tales como el concurso
de acreedores, la citación de terceros acreedores con garantía real a los procesos
ejecutivos singulares o a los procesos ejecutivos con garantía real.
d) Las cláusulas aceleratorias, convenidas por las partes, según las cuales las
ocurrencias de determinados hechos permiten la exigibilidad anticipada de la obligación.
3. La prescripción extintiva no comienza a correr sino después del vencimiento
del plazo que es cuando son exigibles, antes no.
4. Como el plazo no afecta la existencia de la obligación, los riesgos del cuerpo
cierto son de cargo del acreedor (artículos 1607, 1729 y 1876 del Código Civil).
5. La obligación a plazo no puede ser opuesta por el acreedor al deudor en
compensación (inciso final, artículo 1715, Código Civil).
2.3.7.3 Obligacio
nes Condicionales
Son aquellas que se encuentran sometidas a una condición.
Concepto de condición:
Condición es un acontecimiento futuro e incierto que suspende bien el nacimiento, bien
la resolución de un derecho y que puede producir sus efectos retroactivamente.
La característica de la condición es ser un hecho:
1. Futuro: En relación con la disposición de los sujetos que lo han previsto, el
acontecimiento debe ser posterior, es decir, no puede haber ocurrido con anterioridad, ni
estar ocurriendo porque ya no sería obligación condicional, sino incondicional.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
78
2. El hecho debe ser incierto: Esto quiere decir que igualmente puede acontecer
o no acontecer.
A diferencia del plazo, la condición sólo puede establecerla la voluntad de las personas;
ya sea unilateralmente, como en un testamento, o plurilateralmente, como en un contrato.
El Código Civil, en el artículo 1592, define la cláusula penal como aquella en que una
persona, para asegurar el cumplimiento de la obligación, se sujeta a una pena que consiste en
dar o hacer algo en caso de no ejecutar o retardar la obligación principal.
En principio no es lo mismo clausula penal , que la liquidación anticipada de perjuicios,
por cuanto la pena se debe, aunque los perjuicios no se hayan causado y el acreedor puede
escoger entre una y otra y aún, en algunos casos, exigirlas ambas.
Considerar que la cláusula penal es una garantía como lo sugiere la norma mencionada,
no es afortunado, la exigibilidad de la cláusula penal es una consecuencia del
incumplimiento y no el respaldo de la obligación; es más entendible mirarla como una
sanción que puede tener su origen en una estipulación contractual por la ocurrencia de
algunas de las siguientes situaciones:
1) La mora del deudor. Para ello es necesario tener en cuenta las reglas que sobre
este particular establece el artículo 1608 del Código Civil, para determinar que la cláusula
penal se debe a partir de la constitución en mora del deudor, antes de ello sólo se debe la
obligación principal. La mora da al acreedor la opción de reclamar la obligación principal
o la pena; no puede el acreedor pedir a un tiempo el cumplimiento de la obligación
principal y la pena, sino cualquiera de las dos cosas a su arbitrio; a menos que aparezca
haberse estipulado la pena por el simple retardo, o a menos que se haya estipulado que
por el pago de la pena no se entienda extinguida la obligación principal, artículo 1594 del
código civil.
El acreedor tiene la opción para reclamar la pena o la indemnización moratoria
plena, salvo que en el contrato se haya estipulado la posibilidad de exigir ambas (artículo
1600, Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
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2.3.8.3 Considera
ciones de la Corte
En Sentencia 7 de junio 7 del 2002, la Corte hizo las siguientes consideraciones sobre
la cláusula penal:
“1. La institución de la cláusula penal, denominada así en el artículo 1592 del
C. Civil, cuyos verdaderos alcances están en esencia previstos en el artículo 1594
ibídem, en los asuntos civiles, y que igualmente se presentan en los de naturaleza
mercantil en virtud de la aplicación armónica e integral que impone darse a esos
preceptos de conformidad con lo dispuesto en los artículos 822 y 867 del C. de
Comercio, se halla concebida, como pacto constitutivo de una obligación accesoria
que, por serlo, accede a otras obligaciones derivadas de un contrato cuyo
cumplimiento precisamente garantiza. Y puede cumplir distintas funciones, según sea
el designio de las partes que convienen en ella, entre las que se destaca, no solo por
su importancia sino por ser pertinente a este caso, la de servir de medio para prefijar
la indemnización de perjuicios que deriva del incumplimiento de las obligaciones del
contrato respecto del cual se pacta.
2. Tal función indemnizatoria tiene hondo significado práctico, pues, amén de
que presupone la existencia de tales perjuicios ante un eventual incumplimiento,
dispensan al acreedor de la carga de demostrar su monto.
Ahora bien, quien se beneficia de su aplicación es el acreedor en contra del
deudor incumplido, y justamente por ser así no puede levantarse como barrera que,
en vez de otorgarle provecho a aquél, conduzca a disminuir el derecho que le asiste
en todos los casos a obtener la plena indemnización de perjuicios; de allí que si bien
es cierto que el acreedor no puede pedir a la vez la indemnización compensatoria y
la pena estipulada para satisfacer una indemnización de la misma índole, porque si
así fuera evidentemente se propiciaría un enriquecimiento indebido a su favor y en
contra del deudor, no es menos verdad que “siempre estará al arbitrio del acreedor
pedir la indemnización o la pena”, como dispone el artículo 1600 del C. Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
87
4 NEGOCIOS JURÍDICOS
4.1 GENERALIDADES
Diversos análisis se hacen en la doctrina para llegar al concepto de negocio jurídico,
principalmente en la doctrina Alemana, y con ella algunos ilustres doctrinantes colombianos.
Se denomina actos jurídicos a los hechos jurídicos voluntarios, partiendo del criterio que el
hecho jurídico representa toda conducta humana, lícita o ilícita, voluntaria o involuntaria
(Valencia Zea, 1985).
Los hechos jurídicos son hechos de la vida de las personas, que la Ley ha dotado de
eficacia jurídica, verbigracia: el nacimiento de una persona, el cumplir 18 años, la muerte.
En una concepción amplia, es toda conducta humana capaz de dar nacimiento, modificar,
transmitir o extinguir un derecho subjetivo o un estado o situación.
Los hechos jurídicos comprenden dos categorías: los hechos jurídicos voluntarios y los
hechos jurídicos involuntarios. Los primeros se imputan a la voluntad de las personas, por
ejemplo: el contrato, el testamento etc. Los segundos se atribuyen al sujeto de derecho sin
tener en cuenta la intervención de su voluntad, por ejemplo: el nacimiento, la muerte etc.
Los hechos jurídicos voluntarios se subdividen en: Hechos voluntarios lícitos,
verbigracia el contrato, y hechos voluntarios ilícitos, verbigracia el delito.
El acto jurídico vendría siendo una categoría especial del género hecho jurídico,
aquellos que son imputables a la voluntad de las personas, y son a su vez de dos clases, lícitos
o conformes a derecho e ilícitos o contrarios a derecho. Los actos jurídicos lícitos
comprenden: las declaraciones de voluntad, denominadas negocios jurídicos y los actos
lícitos que no son negocios jurídicos, a los cuales el autor alemán Enneccrus (citado por
Valencia Zea, 1985) llamaba actos de derecho, por ejemplo: la constitución de domicilio
(artículo 76, Código Civil).
Entre los juristas franceses, muy seguidos en el medio nacional, se emplea el término
acto jurídico para referirse a las declaraciones de voluntad o negocio jurídico, terminología
que influye en el Código Civil, en similar sentido, como puede observarse, por ejemplo en
los artículos 1502 y 1547; pero que también emplea el término negocio, como en los artículos
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
94
2142, 2145, 2146, 2147 y 2160. En todo caso, es generalizado en esta sociedad hablar de acto
jurídico en vez de negocio jurídico.
Para los partidarios de las teorías objetivas del negocio jurídico, entre los quienes se
puede citar al profesor Italiano Emilio Betti (1983) y a los colombianos Fernando Hinostroza
Forero (2002) y Antonio Bohórquez Orduz (1998), los hechos jurídicos son todos los
acontecimientos naturales o comportamientos humanos a los cuales la normatividad les
atribuyen consecuencias jurídicas, es decir, son relevantes para el derecho. De esa
generalidad, los que son comportamientos humanos se denominan actos jurídicos, es decir,
son supuestos de hecho previstos por el derecho como comportamientos humanos con
consecuencias jurídicas, estos actos, especie de los hechos jurídicos, pueden ser lícitos o
ilícitos. Tratándose de conductas humanas, el acto jurídico es una especie de hecho jurídico
que se caracteriza simplemente por ser un comportamiento humano.
Aparte de las motivaciones semánticas, la distinción entre actos y negocios reviste gran
utilidad si se observa que el tratamiento que la Ley da a unos y otros es bien diverso. Así, los
actos jurídicos, en sentido estricto, no son susceptibles de nulidad o de resolución, etc., lo
cual sí resulta predicable de los negocios jurídicos.
La diferencia, entonces, entre el acto jurídico y el negocio jurídico, a más de la evidente
relación de género a especie, es que en los negocios siempre se encuentra una disposición de
intereses particulares, en tanto que en el acto jurídico no siempre se halla esa característica;
así, todos los negocios jurídicos son actos jurídicos, pero no todos los actos jurídicos se
pueden calificar como negocios jurídicos.
En el desarrollo de esta parte de nuestro trabajo utilizaremos el término negocio
jurídico.
4.1.1 Concepto
En general la consecuencia o efecto jurídico que se dispone con el negocio es el
nacimiento, modificación o extinción de un derecho subjetivo. Sin embargo, no siempre la
disposición tiene ese fin exclusivamente, en ocasiones se encamina también a establecer una
situación o estado jurídico, como ocurre, por ejemplo, con el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial. Esto lleva a plantear un concepto más amplio cuando se habla del efecto
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
95
determinada solemnidad como requisito esencial del negocio jurídico, éste no se formará
mientras no se llene tal solemnidad".
b) La falta de los elementos esenciales.
El propósito del autor de las presentes conferencias es sacar unas conclusiones que, de
manera general y sin pretender decir la última palabra al respecto, contribuyan al
esclarecimiento del tema de la existencia e inexistencia de los negocios. Sobre la base de los
planteamientos antes expuestos es posible llegar a concluir que la posición dominante sobre
el tema es que en nuestro ordenamiento jurídico, influenciado por la escuela voluntarista,
para que un negocio se perfeccione, es decir, logre su existencia jurídica, debe reunir unas
condiciones de existencia las cuales son:
a) Los elementos esenciales de su formación, desde un punto de vista general: la
declaración de, el objeto y la causa.
b) Contener los elementos esenciales propios de su concepto particular (los que
señala como tales el artículo 1501 del Código Civil, a los cuales es posible llegar tomando
la definición legal del contrato y haciendo su recorrido completo).
c) El cumplimiento de la solemnidad o formalidad constitutiva, es decir, la que
prevé la Ley para el perfeccionamiento del acto, la escritura pública o privada o la entrega
material de la cosa.
Las corrientes objetivas enfocan el punto de modo diferente, los elementos
constitutivos del negocio son: forma y contenido.
La forma es el modo como es el negocio, o sea, como se presenta a los demás en su
vida de relación; su figura exterior; la forma a través de la cual el negocio se hace reconocible
a los demás, puede ser una declaración o un comportamiento.
El contenido es lo que el negocio es, es el elemento central y propiamente característico
de la declaración o del comportamiento. Sólo puede calificarse de negocio jurídico la
declaración o el comportamiento, cuando ofrezca un contenido preceptivo en orden a una
materia de autonomía privada y asuma función constitutiva (Betti, 1983).
Determinado que el negocio es existente, se puede entonces hacer un juicio valorativo
para determinar su validez, cuyas condiciones al tenor del artículo 1502 del Código Civil
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
99
son: la capacidad para ser parte, la voluntad exenta de vicio, el objeto lícito y la causa lícita,
que pueden llevar a la nulidad, su eficacia e ineficacia y la inoponibilidad.
comprendería, diversas especies, tales como: ineficacia por nulidad, ineficacia por causales
legales sobrevivientes, ineficacia por inoponibilidad, ineficacia por imposibilidad practica,
ineficacia por disposición particular, ineficacia por declaración jurisdiccional. A todos estos
aspectos se hará referencia, a unos seguidamente y a los otros en su momento.
4.2.4 La Inoponibilidad
No equivale a invalidez, mientras ésta es un juicio negativo de valor del contrato al que
le falta alguno de los requisitos que la Ley prescribe para el valor del mismo según su especie
y calidad o estado de las partes, que conduce a su extinción frente a las partes y a terceros,
de tal forma que, una vez declarada por el juzgador, sus efectos se deshacen retroactivamente
como si nunca hubiese existido en los contratos de ejecución instantánea o hacia el futuro en
los de ejecución sucesiva. La inoponibilidad no conduce a la desaparición del negocio, sino
que le resta los efectos en relación con alguna o algunas personas, todo bajo el entendido de
que su validez entre las partes es incontrovertible. En este caso, el negocio es, en sí mismo,
válido, pero es la expansión de sus efectos propios la que se ve disminuida ante quienes, de
otro modo, serían sus destinatarios naturales. Es decir, la inoponibilidad hace siempre
relación a alguien que, por determinadas circunstancias, suscitadas en su propia génesis, no
es afectado por el negocio; pero entre quienes lo celebraron, el negocio es válido y eficaz. La
declaratoria de nulidad, en cambio, sea relativa o absoluta, genera la extinción del negocio y
de sus efectos, no sólo frente a las partes, sino también frente a terceros.
Tampoco es la inoponibilidad asimilable a la inexistencia, ésta se predica frente a las
partes y frente a terceros, para los cuales el negocio seria inexistente cuando no reúne las
condiciones propias para su nacimiento, mientras que en aquella el negocio existe, sólo que
produce efectos frente a las partes y no frente a otros.
En el Código de Comercio la figura está prevista, en el artículo 901, para aquellos
negocios respecto de los cuales no se ha cumplido la publicidad señalada por la Ley. La
inoponibilidad no se predica frente a las partes que intervinieron en la celebración del
negocio.
No obstante, la anterior regulación en el estatuto mercantil es posible analizar la
inoponibilidad desde el punto de vista de la forma o por causas de fondo, lo primero cuando
se omite la formalidad de la publicidad, cuyo objeto es dar a conocer a terceros que se ha
celebrado un determinado acto jurídico, permitiendo que éstos se enteren o tomen
conocimiento de la existencia de un contrato que pudiera afectarles. Si se cumple con estas
formalidades, ese acto o contrato va a afectar a esos terceros; en caso contrario, el legislador
protege a esos terceros estableciendo en su favor la inoponibilidad mientras no se cumpla
con las formalidades de publicidad, seria, por ejemplo, lo previsto en el artículo 1766 del
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
102
Código Civil, referente a las contraescrituras públicas, las cuales, para producir efectos
respecto de terceros deben cumplir con ciertas formalidades de publicidad, si no se cumplen
estas formalidades la contraescritura pública será inoponible respecto de terceros, es el caso
de los efectos de la condición resolutoria frente a terceros, prevista en el artículo 1548 del
Código Civil, para inmuebles.
Entendemos que la publicidad tiene como finalidad dar a conocer el negocio, la relación
o situación planteada, por ello esta causal de inoponibilidad opera no solo cuando se omite
hacer la inscripción o anotación en un registro público, sino también cuando la comunicación
debe hacerse de manera particular como ocurre por ejemplo con la necesidad de notificar al
deudor la cesión de un crédito ( Artículo 1960 código civil)
Las causas de fondo, guardan relación con la legitimación de los sujetos, se presenta
cuando una persona no concurre a la celebración de un negocio que la requería para producir
sus efectos, seria, por ejemplo, el caso del artículo 1871 del Código Civil, que señala la
validez de la venta de cosa ajena, pero ese contrato es inoponible al dueño, él no concurrió a
la celebración de ese contrato, el vendedor no estaba legitimado para trasmitir el derecho de
dominio sobre la cosa, puede en consecuencia, el dueño, intentar la acción reivindicatoria en
contra del comprador. También se presenta esta clase de inoponibilidad en el mandato si el
mandatario se extralimita o se excede en los poderes que se le han otorgado. Estos actos que
exceden del poder otorgado van a ser inoponibles al mandante, porque el mandatario no
estaba legitimado en el exceso.
que administra son supuestos de falta de idoneidad de las partes, que les imposibilita realizar
el negocio jurídico de compraventa.
El tercer presupuesto de validez del negocio, idoneidad del Objeto, supone que los
bienes o cosas sobre los que versa el negocio o que constituyen la materia de él, sean
susceptibles de experimentar la regulación que de ellos hagan las partes. Así, en los negocios
patrimoniales, serán objetos idóneos las denominadas res in commercio, es decir, las cosas
que entran en el tráfico diario de los particulares, quedando excluidas, por ende, las res extra
commercium.
5.2.1.2 Incapacid
ad Legal
Las incapacidades pueden ser Absolutas o Relativas y Particulares.
Para abordar este tema, es menester tener en cuenta las modificaciones introducidas en el
ordenamiento juridico mediante la expedición de la ley 1996 de 2019, precisamente cuando
ya entregábamos este trabajo para su edición. Con la entrada en vigencia de la citada ley,
se introdujeron algunas modificaciones a los conceptos de capacidad y en especial en
relación con personas mayores con discapacidad, tendiente a garantizar el derecho a la
capacidad legal plena de estos sujetos, valiéndose de los apoyos y salvaguardas requeridas
para su ejercicio.
Con la nueva ley se pretende, que el estado se ponga al día, con las reglas y convenios
internacionales y por ello se establece en el artículo 2 ,que la ley debe interpretarse
conforme a la Convención de Naciones Unidas sobre los Derechos de las
Personas con Discapacidad y los demás pactos, convenios y convenciones internacionales
sobre derechos humanos aprobados por Colombia que integren el bloque de
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
107
Los menores Impúberes, varones menores de 14 años y las mujeres menores de 12 años
(artículo 34 del Código Civil), tienen capacidad de adquisición, pero no de ejercicio. Estos
menores, en los términos del artículo 3, de la Ley de Infancia y adolescencia ( Ley 1098 de
2006) son llamados niños y niñas, que se refiere a las personas con edad comprendida
entre 0 y 12 años, en relación con la mencionada ley debemos precisar: En primer lugar en
el objeto de la misma se establece “ El presente Código tiene por objeto establecer normas
sustantivas y procesales para la protección integral de los niños, las niñas y los
adolescentes, garantizar el ejercicio de sus derechos y libertades consagrados en los
instrumentos internacionales de derechos humanos, en la Constitución Política y en las
leyes, así como su restablecimiento. Dicha garantía y protección será obligación de la
familia, la sociedad y el Estado” no cabe duda que el ejercicio de sus derechos se relaciona
con la capacidad negocial. En segundo lugar, en el artículo tercero cuando se determina
los sujetos titulares de derechos, se dice “Para todos los efectos de esta ley son sujetos
titulares de derechos todas las personas menores de 18 años. Sin perjuicio de lo establecido
en el artículo 34 del Código Civil, se entiende por niño o niña las personas entre los 0 y los
12 años, y por adolescente las personas entre 12 y 18 años de edad”. Las anteriores
expresiones conducen a concluir, que, si bien se presenta un cambio de denominación de
los sujetos menores de edad y otras regulaciones especiales para estos sujetos, el artículo
34 del código civil no pierde vigencia. En tercer lugar, en el caso de los pueblos indígenas,
la capacidad para el ejercicio de derechos, se regirá por sus propios sistemas normativos,
los cuales deben guardar plena armonía con la Constitución Política (Articulo 3, parágrafo
2, Ley 1098 de 2006)
La incapacidad absoluta genera nulidad absoluta; y los actos del absolutamente incapaz no
generan ni aún obligaciones naturales (artículo 1504, Código Civil).
El profesor Tamayo Lombana (2003) sostiene que tal vez el único acto del impúber al que
la Ley le reconoce eficacia es a la posesión de cosa mueble, artículo 784 del Código Civil,
que con la modificación establecida por la la ley 1996 de 2019 , quedó del siguiente tenor`:
"Artículo 784. Incapaces poseedores. Los que no pueden administrar
libremente lo suyo no necesitan de autorización alguna para adquirir la posesión
de una cosa mueble, con tal que concurran en ello la voluntad y la aprehensión material
o legal; pero no pueden ejercer los derechos de poseedores, sino con la
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
109
autorización que competa. Los infantes son incapaces de adquirir por su voluntad la
posesión, sea para sí mismos, o para otros".
En cuanto al cuidado personal, el curador del menor adulto tendrá las mismas
facultades y obligaciones que el curador del impúber y en estas se sujetará a las disposiciones
del Código de la Infancia y la Adolescencia, pero no lo representará en aquellos actos para
los cuales el menor adulto tiene plena capacidad, la representación judicial del menor adulto
corresponde al curador.
En lo que hace referencia a las personas mayores con discapacidad, que anteriormente
se consideraban discapacitados absolutos o relativos, podemos resaltar de la ley 1996 de
2019, los siguientes aspectos:
• Presunción de capacidad. Todas las personas con discapacidad son sujetos
de derecho y obligaciones, y tienen capacidad legal en igualdad de condiciones, sin distinción
alguna e independientemente de si usar o no apoyos para la realización de actos jurídicos.
En ningún caso la existencia de una discapacidad podrá ser motivo para la restricción de la
capacidad de ejercicio de una persona. La presunción aplicará también para el ejercicio
de los derechos laborales de las personas con discapacidad, protegiendo su vinculación e
inclusión laboral. ( Articulo 6)
• Quienes al momento de entrar en vigencia la nueva ley, que reconoce la capacidad
legal plena, se encuentren bajo medidas de interdicción o inhabilitación anteriores, se les
aplicará dicho reconocimiento, una vez se hayan surtido los trámites señalados en el artículo
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
112
56 de la misma que determina, que en un plazo no superior a treinta y seis (36) meses
contados a partir de la entrada en vigencia del Capítulo V de la presente ley, los jueces
de familia que hayan adelantado procesos de interdicción o inhabilitación deberán citar
de oficio a las I personas que cuenten con sentencia de interdicción o inhabilitación
anterior a la promulgación de la presente ley, al igual que a las personas designadas
como curadores o consejeros, a que comparezcan ante el juzgado para determinar si
requieren de la adjudicación judicial de apoyos.
• Las personas mayores de edad con discapacidad gozan de capacidad legal para sus
actos jurídicos, valiéndose de los apoyos que se requieran y con las salvaguardias adecuadas
para su debido ejercicio.
• Se elimina la figura de la interdicción, lo que quiere decir que a partir de la
promulgación de la ley, no se podrán iniciar procesos judiciales para decretarla, y tampoco
se podrá solicitar que una persona se encuentre bajo medida de interdicción para adelantar
trámites públicos o privados.
• Se establecen que los apoyos para la realización de actos jurídicos se darán por medio
de dos mecanismos: 1.- Acuerdos de apoyo entre la persona titular del acto jurídico y las
personas naturales mayores de edad o personas jurídicas que prestarán apoyo en la
celebración del mismo. Los acuerdos tendrán una duración máxima de cinco años, vencidos
los cuales deberá acudirse nuevamente a algunos de los dos mecanismos que señala la ley
2.- Proceso de jurisdicción voluntaria o verbal sumario, según sea el caso, para la designación
de apoyos, denominado proceso de adjudicación judicial de apoyos. En ambos mecanismos
se establecerán unas directivas anticipadas: para que una persona mayor pueda establecer la
voluntad .
posibilidad de la celebración de negocios con la autorización del mandante, norma que puede
orientar la solución del caso, para considerar dicha posibilidad cuando se trata de
representación voluntaria o convencional; de igual forma el código de comercio admite la
anterior solución al establecer las prohibiciones a los representantes en el artículo 839, al
contemplar que no podrá el representante hacer de contraparte del representado o contratar
consigo mismo, en su propio nombre o como representante de un tercero, salvo expresa
autorización del representado. Diferente seria el criterio cuando estamos frente a
representación legal de personas incapaces en que el representante obra como protector del
representado, donde la posibilidad de contratar consigo mismo está prohibida.
5.2.1.3 La
capacidad en el Código
de Comercio
La legislación mercantil, en el artículo 12, establece las siguientes reglas, sobre la
capacidad para ejercer actos de comercio así:
• Toda persona que según las leyes comunes tenga capacidad para contratar y
obligarse, es hábil para ejercer el comercio; las que con arreglo a esas mismas
leyes sean incapaces, son inhábiles para ejecutar actos comerciales, entiéndase
que en este punto se refiere a la legislación civil.
• Los menores adultos pueden, con autorización de sus representantes legales,
ocuparse en actividades mercantiles en nombre o por cuenta de otras personas y bajo
la dirección y responsabilidad de éstas.
Las demás reglas previstas en la legislación civil a las cuales hicimos referencia en líneas
anteriores deben tenerse en cuenta.
INHABILIDADES PARA EJERCER EL COMERCIO
La ley mercantil considera inhábiles para ejercer el comercio, directamente o por interpuesta
persona:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
114
Las nulidades por la falta de capacidad para ejercer el comercio serán declaradas y podrán
subsanarse conforme a lo previsto en la legislación civil.
En lo que hace referencia al contrato de sociedad, el artículo 103 de Código de
Comercio, modificado por el artículo 2º de la Ley 222 de 1995, señala que los incapaces no
podrán ser socios de sociedades colectivas ni gestores de sociedades en comandita.
En los demás casos, podrán ser socios, siempre que actúen por conducto de sus
representantes o con su autorización, según el caso. Para el aporte en sociedad de derechos
reales sobre inmuebles en cabeza de incapaces se sujetara al requerimiento previo de licencia
judicial y a los demás requisitos exigidos conforme a las reglas generales de la legislación
civil (Este último párrafo quedó con esa redacción según sentencia dela Corte constitucional
C-716 de agosto 23 de 2006)
5.2.1.4 Incapacid
ades especiales
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
115
Son las que se refieren a determinadas personas que de acuerdo con las reglas generales
serían capaces, pero que están inhabilitadas para celebrar ciertos actos jurídicos en razón del
vínculo de parentesco, del cargo que ocupan o de un vínculo legal o convencional. Estas
incapacidades las encontramos en los artículos 1852 a 1856 del Código Civil y 906 del
Código de Comercio:
5.2.1.4.1 Prohibición de venta entre padres e hijos de familia
Se establece en razón del vínculo de parentesco, derivado de la relación filial entre
padres e hijos de familia, en los artículos 1852 del Código Civil y el 906 del Código de
Comercio; y su violación genera nulidad absoluta del negocio.
Establecía el artículo 1852 del Código Civil dos incapacidades a saber: Una en razón
del vínculo de parentesco entre el padre y el hijo de familia; y la otra por la existencia de un
vínculo matrimonial, al prohibir la venta entre cónyuges no divorciados. Esta última fue
declarada inexequible por Sentencia de la Corte Constitucional número C.068 de febrero 10
de 1999 (Magistrado ponente: Alfredo Beltrán Sierra).
Justificación:
Las razones que justifican esta prohibición pueden resumirse así:
a) Se considera que los padres pueden ejercer influencia sobre sus hijos como
consecuencia del ejercicio de la patria potestad y aprovecharse de tal circunstancia; debe
además tenerse en cuenta que se estaría frente a la disposición o declaración de una sola
persona, la del padre, en nombre propio y en nombre de su hijo menor no emancipado.
b) La protección de terceros y de los acreedores, toda vez que de no existir la
prohibición se facilitaría enajenaciones simuladas para colocar los bienes en cabeza de
los menores.
5.2.1.5 Alcance
de la prohibición
Se extiende a los padres, es decir, padre o madre en relación con los hijos de familia, o
sea, aquellos que se encuentran sometidos a la patria potestad en armonía con lo dispuesto
en el artículo 24 del Decreto. 2820 de 1974.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
116
Los hijos que no se encuentran sometidos a la patria potestad o que, por cualquier
circunstancia, se consideren emancipados, pueden celebrar válidamente contratos de
Compraventa.
Los menores adultos que tienen bienes pertenecientes a su peculio profesional o
industrial, respecto de éste se miran como emancipados al tenor del artículo 294 del Código
Civil y en consecuencia están habilitados para la administración de los bienes que conforman
dicho peculio, circunstancia que lleva a pensar que pueden celebrar contrato con sus padres
relativos a bienes muebles, más no tratándose de bienes inmuebles, en los términos del
artículo 303 del Código Civil, que señala la necesidad de autorización judicial.
En relación con la filiación extramatrimonial, debe entenderse que la prohibición se
extiende al padre que haya reconocido la paternidad, esté o no ejerciendo conjuntamente con
la madre la patria potestad, de igual forma es aplicable la prohibición ante el padre adoptante
y el hijo adoptivo.
magistrados de la Suprema Corte, jueces, prefectos y secretarios de unos y de otros, los bienes
en cuyo litigio han intervenido, y que se vendan a consecuencia del litigio, aunque la venta
se haga en pública subasta.
Queda exceptuado de esta disposición el empleado con jurisdicción coactiva que,
conociendo de alguna ejecución y teniendo, por consiguiente, el doble carácter de juez o de
prefecto y acreedor, hiciere postura a las cosas puestas en subasta, en su calidad de acreedor,
cuya circunstancia debe expresarse con claridad.
a). Las donaciones de bienes del pupilo, incluidos aquellos actos de renuncia al
incremento del patrimonio del pupilo, con excepción de aquellos regalos moderados,
autorizados por la costumbre, en ciertos días y casos, y los dones manuales de poco valor.
b). Los actos onerosos de carácter conmutativo, de disposición o de enajenación de
bienes o derechos de contenido patrimonial, divisiones de comunidades, transacciones y
compromisos distintos de los del giro ordinario de los negocios, cuya cuantía supere los
cincuenta (50) salarios mínimos legales mensuales.
c). Las operaciones de crédito distintas de las mencionadas en el literal a del artículo
94 de ley y el otorgamiento de garantías o fianzas y constitución de derechos reales
principales o accesorios sobre bienes del pupilo, en favor de terceros, que no corresponda al
giro ordinario de los negocios, en cuantía superior a los cincuenta (50) salarios mínimos
legales mensuales.
d). La enajenación de los bienes esenciales de una actividad empresarial cualquiera que
sea su valor, salvo que se trate de la reposición de activos. Las operaciones de reposición de
activos productivos deberán constar por escrito y los dineros provenientes de la enajenación
no podrán ser destinados a otros fines sin autorización judicial.
e). El repudio de los actos gratuitos interesados o modales en favor del pupilo. Las
herencias podrán ser aceptadas libremente, pero se presumirá de Derecho que han sido
aceptadas con beneficio de inventario.
f). La imposición de obligaciones alimentarías y cualquier otra prestación de carácter
solidario a favor de familiares o allegados. En ningún caso se destinarán bienes del pupilo a
atender necesidades suntuarias de los beneficiarios.
5.2.1.6 Consecue
ncias o efectos:
La norma en comento señala Los actos en los que el guardador, su cónyuge o sus
parientes, tengan interés serán celebrados por un guardador suplente o especial designado
por el Juez y, en todo caso, requerirán autorización judicial. Como estamos frente a una
prohibición legal no saneable la nulidad que genera por la violación seria absoluta.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
119
5.2.1.7 Las
incapacidades especiales
en el Código de
Comercio
Las incapacidades especiales, en materia de compraventa mercantil, están regladas en
una sola norma, el artículo 906 del Código de Comercio, que es del siguiente tenor:
"No podrán comprar directamente, ni por interpuesta persona, ni aún en
pública subasta, las siguientes personas:
1º) Los padres y el hijo de familia, entre sí;
2º) Aquellos que por la Ley o por acto de autoridad pública administran bienes
ajenos, como los guardadores, síndicos, secuestres, etc., respecto de los bienes que
administran;
3º) Los albaceas o ejecutores testamentarios, respecto de los bienes que sean
objeto de su encargo;
4º) Los representantes y mandatarios, respecto de los bienes cuya venta les
haya sido encomendada, salvo que el representado, o el mandante, haya autorizado
el contrato;
5º) Los administradores de los bienes de cualquier entidad o establecimiento
público, respecto de los que les hayan sido confiados a su cuidado;
6º) Los empleados públicos, respecto de los bienes que se vendan por su
ministerio; y
7º) Los funcionarios que ejerzan jurisdicción y los abogados, respecto de los
bienes en cuyo litigio hayan intervenido y que se vendan a consecuencia del litigio.”
Las ventas hechas en los casos contemplados en los ordinales 2º, 3º y 4º serán
anulables; en los demás casos la nulidad será absoluta.
Lo previsto en el numeral 4 del artículo citado, se complementa con la norma del
general del artículo 839, sobre prohibiciones a representantes.
Esta disposición del Código de Comercio complementa las disposiciones del Código
Civil y además precisa el tipo de prohibición legal de carácter relativo o absoluto, precisando
la nulidad que genera.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
121
6 LA VOLUNTAD
6.1 GENERALIDADES
La voluntad, entendida en términos generales, se tiene, en el ordenamiento jurídico
vigente y en el sentir de muchos doctrinantes, como un elemento esencial en la formación
del negocio jurídico, es decir, se considera como un requisito necesario para el nacimiento a
la vida jurídica.
Este punto, lleva sin duda a plantearse lo dicho en líneas anteriores sobre el papel de
este elemento, cuando se aborda el concepto de negocio y si éste debe o no formar parte del
mismo. Desde la perspectiva del autor, hay que partir de la realidad y de la necesidad del
sujeto de entrar en relaciones para satisfacer sus necesidades e intereses, lo que lleva a excluir
la voluntad dentro de lo esencial del concepto, sin negar que en la valoración de los negocios
sólo, eventualmente, se prescinde de la voluntad.
Luego resulta inevitable admitir que la voluntad, si bien pude prescindirse de ella en el
concepto de negocio, tiene una gran importancia, en tanto, el negocio es un acto humano
generalmente consiente y voluntario y por ello su valor se destaca en la Ley, de allí que el
artículo 1502 del Código Civil señala, como requisito para que una persona se obligue, que
consienta en el acto o declaración y que su consentimiento no adolezca de vicios.
Se considera que la Ley, y esto es entendible por la época en que se expide el código
civil, tiene una marcada influencia de las teorías voluntaristas y especialmente del desarrollo
de éstas en Francia, lo cual, gústenos o no, lleva a que en algunos casos no se pueda negar el
papel que se le atribuyó a la voluntad, sin que por ello sea compartido. En consecuencia, el
análisis del autor se encamina a determinar la aplicabilidad de la normatividad en un
momento histórico y en un contexto determinado orientada por su formación académica.
El ordenamiento jurídico vigente señala, en el artículo 1502 del Código Civil, que para
que una persona se obligue frente a otra, es necesario que consienta en el acto o declaración
y que su consentimiento no adolezca de vicios. Se miran en este precepto dos posturas, pensar
que la norma incluye un elemento conceptual del negocio y un elemento de validez o pensar
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
122
que realmente se refiere a un requisito genérico de validez (Hinestrosa, 1969). Desde el punto
de vista que se mire, serán diferentes las conclusiones a las cuales se llegue.
El consentimiento debe mirarse como un acuerdo o convenio y es esencial aún para
aquellos contratos que requieran ciertas solemnidades.
En el antiguo Derecho Romano se sujetaba la validez de los actos al cumplimiento de
un formalismo rigorista, eran más importantes los ritos y el consentimiento estaba en un
segundo término. En la Edad Media se da una tendencia a reemplazar el formalismo por el
consensualismo, contenido en el aforismo solus consensus obligat, el sólo consentimiento
obliga. En el siglo XVIII se abrió paso en forma definitiva el consensualismo y la doctrina
de la autonomía de la voluntad.
Consentimiento viene del latín cun sentire que significa ponerse de acuerdo con otro,
entenderse.
En la voluntad negocial, tradicionalmente, se distinguen dos aspectos:
1. El elemento interno, que es la conciencia del negocio jurídico y la intención
de realizarlo por medio de un contrato u otro negocio.
2. El elemento externo, que es la manifestación o declaración de voluntad, o sea,
la exteriorización de esa intención.
La declaración, corresponde a un modo de disponer y autorregular intereses, es una
expresión o conducta humana. La declaración puede consistir en una proposición oral o
escrita, expresarse a través del lenguaje, de la escritura o puede desprenderse de una conducta
que la norma tiene como una disposición determinada en lo que llaman comúnmente
declaración tacita.
El simple comportamiento de los sujetos, sin que haya una declaración, puede llevar a
la formación de negocios y operaciones que se hacen mediante gestos, señas u otras
actividades.
La conducta omisiva o el silencio por sí solos no constituyen disposición de intereses,
sólo en determinadas circunstancias previstas por la Ley, se les puede conceder valor, como
ocurre, por ejemplo, con el heredero aquel que, al ser requerido o emplazado para que declare
si acepta o no la herencia, guarda silencio, entendiéndose entonces que repudia
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
123
6.2.1.1 Límites de
la autonomía privada
La posibilidad de los sujetos de establecer las relaciones jurídicas que estimen y darles
el alcance que deseen no es ilimitada, existen limitaciones que podrían ser llamadas naturales,
que imponen las mismas condiciones materiales en que se desenvuelven los seres; y las otras
se las imponen las normas constitucionales y legales.
6.3 LA REPRESENTACIÓN
Las personas pueden concurrir personalmente a convenir la celebración de un contrato
o pueden hacerlo a través de la representación. En virtud de ello, el representante actúa por
cuenta y en nombre de otra persona llamada representado, para que los efectos del acto o
contrato se radiquen en cabeza del último, como si hubiere intervenido personalmente, es
decir, que el representado es quién se convierte en parte, desapareciendo el representante
luego de perfeccionarse el contrato.
Elementos que la estructuran:
1) El poder para representar, que es el elemento por el cual el representante actúa
en nombre del representado, para vincularlo a los efectos del contrato. Según esto, existen
tres clases de representación: legal, judicial y voluntaria.
El acto de apoderamiento en la representación convencional proviene del negocio
que realicen representado y representante, por lo tanto este negocio tiene sus reglas
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
125
NOTA: Las anteriores limitaciones deben entenderse en los términos y con los
alcances de las normas previstas, principalmente en los artículos 501, 1854, 1856, 2170
del Código Civil y los artículos 839 y 1274 del Código de Comercio.
3) Debe ejercerse el poder dentro los límites o facultades conferidas. Sobre este
particular se encuentran dos normas pertinentes en el estatuto mercantil, los artículos 840
y 841: conforme a la primera, el representante podrá ejecutar los actos comprendidos
dentro del giro ordinario de los negocios cuya gestión se le haya encomendado, pero
necesitará un poder especial para aquellos respecto de los cuales la Ley así lo exija; y,
conforme a la segunda, quien celebre un contrato a nombre de otro sin tener poder para
hacerlo o excediendo el limite del poder que se le confirió, será responsable al tercero de
buena fe exenta de culpa de la prestación prometida o de su valor, cuando no sea posible
su cumplimiento, y de los demás perjuicios que a dicho tercero o al representado se
deriven por tal causa.
estos y al mandante; pero en cuanto a obligaciones del mandatario incapaz para con el
mandante y terceros , se miran en sus efectos conforme a las reglas relativas a los menores.
No sucede lo mismo en el caso del representante legal o del designado por el Juez, en este
sentido se considera que no se está causando ningún menoscabo al incapaz, o al representado,
que justifique la invalidación del negocio concluido a través de la representación.
6.4.1 El error
Concepto: Estado psicológico de una persona que está en discordancia con la verdad
objetiva (Demogue, citado por Pérez Vives, 1966).
El error y la ignorancia son dos conceptos diferentes, el primero requiere un
conocimiento previo pero falso, erróneo, en relación con la realidad; en cambio, la ignorancia
es una posición negativa, es la carencia de conocimiento.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
129
6.4.1.1 Clasificaci
ón del error:
Una primera clasificación que se hace del error es: error de derecho y error de hecho.
Es Error de Derecho cuando recae sobre una norma, es decir, el equivocado
entendimiento de una regla jurídica.
Cuando se ignora la Ley, esto no sirve de excusa (artículo 9, Código Civil)
El artículo 1509 del Código Civil sienta el principio según el cual el error sobre un
punto de derecho no vicia el consentimiento. A pesar de esos preceptos legales, el profesor
Álvaro Pérez Vives (1966) sostiene que es admisible, a través de la teoría de la causa,
considerar la existencia de un error de derecho invalidando el acto, de conformidad con los
artículos 2315 y 2317 del Código Civil.
El Error de Hecho recae sobre elementos estructurales del consentimiento.
6.4.1.2 Clasificaci
ón del error de hecho
Existe una clasificación tripartida del error, que tiene su origen en la Doctrina Francesa,
así:
1. Errores Obstáculos: Estos errores impedirían la formación del consentimiento
y, en consecuencia, generan inexistencia del acto. Serían éstos: el error sobre el objeto;
el error sobre la naturaleza del negocio; y el error sobre la causa.
2. Errores Nulidades: Estos errores no impiden la formación del consentimiento,
pero sí lo vician y, en consecuencia, generan la nulidad. Serían éstos: el error sobre la
naturaleza del negocio; y el error sobre la persona.
3. Errores Indiferentes: Son aquellos que no afectan la voluntad, por cuanto no
la determinan para la celebración del negocio; no inciden en la validez. Serían éstos: error
sobre la persona, cuando la consideración sobre ella no es determinante; el error sobre
los simples motivos; el error sobre el valor de la prestación; etc.
En el ordenamiento jurídico vigente no tiene cabida esta clasificación por cuanto el
efecto que se le asigna es el de producir la nulidad del negocio si ocurre en las condiciones
previstas por la Ley.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
130
6.4.2 La fuerza
Concepto: Amenaza ejercida sobre un contratante para obtener de él que consienta la
celebración de un negocio.
Se ha clasificado la fuerza en: fuerza física y fuerza moral.
Fuerza Física: Consiste en un constreñimiento puramente material para que la persona
aparezca consintiendo sin que en realidad lo haya hecho. En estos casos se dice que realmente
no hay consentimiento, porque nunca se ha querido el Contrato, luego el negocio seria
inexistente.
Fuerza Moral: Es una amenaza injusta y grave que se hace a una persona para que
consienta en un negocio jurídico. En este caso hay consentimiento, pero viciado. La amenaza
puede referirse a un mal moral, físico o patrimonial.
Es menester distinguir la amenaza o fuerza del efecto sicológico que produce en el
ánimo del contratante, que es el temor, siendo este último el que genera el vicio, de tal forma
que puede decirse que lo primordial para que se estructure el vicio es el estado de justo temor
en que se coloca al contratante de verse expuesto a un mal irreparable y grave si no consiente
el negocio, constituyendo la amenaza, únicamente, el instrumento para producir el fin, es
decir, la amenaza por sí sola no constituye el vicio.
6.4.2.1 Requisitos
que debe reunir la fuerza
1. Debe ser grave: debe producir una impresión fuerte, un justo temor de verse
una persona expuesta a un mal irreparable y grave (artículo 1513, Código Civil), es decir,
que a la persona se le coloca en la disyuntiva de consentir el acto o sufrir las
consecuencias. No es un temor cualquiera, sino el temor a un mal irreparable y grave.
Coloca este requisito en el imperativo de efectuar un análisis particular y objetivo cada
vez que se presenta la fuerza para determinar si ésta, en últimas, tiene la entidad requerida
para generar el estado sicológico de justo temor. Deberán, entonces, el juzgador y el
interprete, establecer la magnitud de la amenaza, comparando a la persona que la sufre
con una persona de sano juicio, es decir, una persona normal, tomando en consideración
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
132
las circunstancias objetivas de edad, sexo, condición social, lugar, hora, etc. en que ella
ocurre para valorar si ocasionó o no el estado de temor. Igualmente, la amenaza puede
recaer sobre el contratante, su consorte, sus ascendientes o descendientes, presumiéndose
que la relación afectiva que une al contratante con estas personas posibilita la alteración
del ser hasta colocarlo en el estado citado. Pero, similar situación puede generarse cuando
la amenaza se ejerce sobre personas diferentes, en cuyo caso el afecto no se resume sino
que debe probarse como una circunstancia más para producir en el juzgador la convicción
de que la voluntad del contratante se doblegó como consecuencia del temor que lo abrazó.
2. Debe ser determinante, en el sentido que el contrato haya sido consentido por
la amenaza de ese mal futuro, que exista una relación de casualidad entre el temor
producido y la realización del negocio, de tal forma que, sin empleo de la fuerza, el
contrato no se hubiera consentido.
3. Debe ser ilícita o injusta de quien provenga la fuerza. Puede provenir del otro
contratante, de terceras personas o de los simples acontecimientos. La amenaza puede
recaer sobre la persona del contratante, de su consorte o de alguno de sus ascendientes o
descendientes.
Sanción de la Fuerza: La fuerza vicia el consentimiento y constituye una causal de
nulidad relativa. La doctrina considera que esto se refiere a la fuerza moral, porque la física
excluye el consentimiento y en consecuencia el contrato es inexistente o absolutamente nulo.
regiones del país ha sido conducente a que el legislador, además de dar énfasis al
vicio del consentimiento originado en fuerza ajena a la voluntad de los contratantes,
venga a encontrar su demostración ante la justicia por la inferencia fundada en
desventaja económica tan significativa para alguna de las partes, que hagan
entender que el negocio no se habría celebrado "en circunstancias de libertad
jurídica".
No es ciertamente la teoría de la Lesión de ultra mitad que tiene su propio régimen
. Son las condiciones desfavorables del negocio como prueba de estar viciado el
consentimiento por la violencia dentro de perturbación del orden público que funda
el estado dé sitio por conmoción interior. Es la juridicidad que reivindica su imperio
civilizador frente a la fuerza que retrograda a estados antisociales ( ( G.J. t. C, pág..
136 y 137).
El anterior criterio se reitera en fallo de 15 de abril de 1969, en donde dijo la Corte
lo siguiente:
"En presencia de situaciones inequitativas, expresamente ubicadas y sancionadas
en el campo de la lesión por las legislaciones últimamente mencionadas, pero
insolubles dentro de la deficiente organización de dicho vicio y tampoco adaptables
estrictamente a la concepción clásica de la fuerza o violencia, los tribunales
franceses se vieron en la necesidad de modificar esta última, extendiendo su radio
de acción a los casos de aprovechamiento de la intimidación de uno de los agentes,
aunque ella no proviniese de la actuación violenta de la contraparte beneficiada con
la celebración del contrato, o de un tercero, sino también de hechos de la naturaleza
indebidamente utilizados para el logro de una contraprestación manifiestamente
desproporcionada. El ejemplo clásico en esta nueva doctrina jurisprudencial es el
del contrato de salvamento marítimo, cuando el capitán de la nave en peligro ha
sido forzado por la otra parte a reconocerle una recompensa excesiva en relación
con el servicio prestado, mas no cuando dicho contrato se ha celebrado en
condiciones equitativas. Tiénese, pues, que esta variante de la fuerza .o violencia,
considerada como vicio del consentimiento y denominado “” del estado de
necesidad” o también “ de la fuerza de la naturaleza” , se caracteriza porque deja
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
137
6.4.4 El dolo
6.4.4.1 Concepto
Se parte, en el contexto legislativo vigente, del artículo 63 del Código Civil, inciso
final, que señala: "El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro". Combina la norma transcrita, el criterio intencional con la exteriorización
de la conducta dolosa, no otra cosa puede colegirse del hecho que el precepto citado agregue
la palabra positiva a la intención, con esto se quiere significar que no basta con la mera
intención que consiste en que la persona que incurre en el dolo, lo hace en forma consciente
y voluntaria, a sabiendas de quebrantar una obligación o vulnerar un derecho, sino que,
además, es necesario que se materialice esa intención, que se traduzca en una conducta.
Doctrinariamente se considera como la conducta, de uno de los contratantes,
encaminada a inducir al otro en error con el fin de que consienta un negocio jurídico. A ese
error se lleva empleando la maniobra, el engaño, la mentira, o desarrollando cualquier otra
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
138
conducta e inclusive guardando silencio sobre algo para conscientemente permitir que el
contratante caiga en el error.
6.4.4.2 Requisitos
para que el dolo vicie el
consentimiento
1. Debe producir un engaño en la victima: Esto comprende la intención de
inducir en error al otro contratante y los medios o procedimientos que se utilicen para
ello. Si ese engaño se presenta como resultado de la culpa de la víctima, falta de diligencia
y cuidado, no hay dolo.
2. Debe ser sancionable o reprensible: Por tal debe entenderse el engaño que
sobrepasa el margen de tolerancia normal en las relaciones negociales, es el llamado dolo
malo; en cambio, el que está constituido por pequeñas mentiras o maniobras
generalmente aceptadas o admitidas, no es sancionable, por ejemplo: la publicidad
comercial que ordinariamente tiene exageraciones.
3. Debe ser determinante: El dolo sólo vicia el consentimiento cuando aparezca
que sin el error por él producido, el contrato no se hubiera celebrado (artículo 1515, inciso
1º, parte final, del Código Civil).
4. Debe provenir de una de las partes: Para que se estructure el vicio de la
voluntad es necesario que el dolo sea obra de una de las partes contratantes en los
términos del artículo 1515 del Código Civil.
Cuando es obra de un tercero, a pesar de que genera la misma consecuencia en el
contratante que es inducido en error, no se vicia la voluntad, pero sí produce unos efectos
jurídicos entre el contratante y el tercero y entre aquel y quien se beneficie del contrato
concluido en estas condiciones. En efecto, el contratante afectado puede solicitar se le
indemnicen los perjuicios sufridos, enderezando su acción contra el tercero por la totalidad
de los perjuicios o contra quien se benefició hasta el monto del beneficio o provecho que el
negocio le proporcionó.
Se trata, en este caso, de una responsabilidad civil extracontractual, por lo cual el autor
considera que debe aplicarse, el numeral 2º del artículo 1515 del Código Civil, en armonía
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
139
con el artículo 2341 del mismo código, para efectos de establecer la obligación de
indemnizar.
En caso de existir complicidad del co-cotratante del dolo ejercido por el tercero, el
contrato es anulable. El dolo del representante se considera como de las partes mismo. En los
actos a título gratuito y en los unilaterales, la jurisprudencia sanciona el dolo aunque
provenga de un tercero.
El dolo no se presume (artículo 1516, Código Civil), lo que se presume es la buena fé
de las personas (artículo 769, Código Civil).
Por regla general, quien alega el dolo debe probarlo excepcionalmente. Hay casos en
que la Ley presume el dolo:
1. El Error de derecho en materia de posesión, es presunción de mala fe (artículo
768, parte final, Código Civil).
2. Se presume dolo del heredero o legatario por el solo hecho de ocultar el
testamento (artículo 1025, numeral 5º).
3. Se presume dolo del albacea por llevar a efecto alguna disposición
testamentaria contraria a la Ley (artículo 1353, Código Civil).
4. En la apuesta, si el que apuesta sabe que se verificará o ha verificado el hecho
de que depende la apuesta sabe que se verificará o ha verificado el hecho de que depende
la apuesta, artículo 2284 código civil.
6.4.4.3 Condonac
ión del Dolo
El artículo 1522 del Código Civil prohíbe la condonación del dolo futuro o el perdón
anticipado. El dolo pasado sí es susceptible de condonación, una vez cometido por una parte
y conocido por la otra parte.
El acto viciado por dolo puede ratificarse por quien era titular de la acción.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
140
6.4.4.4 Sanción al
dolo
Si el consentimiento resulta viciado por el dolo, el contrato queda afectado de una
causal de nulidad relativa, siempre y cuando éste haya sido obra de una de las partes
contratantes.
En el evento de que el dolo provenga de un tercero, no da lugar a la nulidad del acto,
pero sí permite el ejercicio de una acción indemnizatoria, contra la persona o personas que
lo hayan fraguado por la totalidad de los perjuicios causados y contra el que se ha
aprovechado de él, hasta el límite del provecho que le haya reportado, es decir, que se
considera la posibilidad de demandar a la otra parte contratante hasta el monto del provecho
que para él haya reportado el contrato celebrado.
6.4.5.2 Tesis
sobre la naturaleza
jurídica
6.4.5.2.1 Tesis Subjetiva
Ve la lesión como un vicio del consentimiento, partiendo de la idea de que si el
contratante hace un mal negocio y resulta lesionado, es porque se engañó o fue engañado, en
consecuencia el vicio sería el error, la fuerza o el dolo. Para llegar a esta conclusión se tienen
en cuenta las condiciones particulares en que se dio el consentimiento, la necesidad, la
impericia o la ligereza.
No analiza la situación particular y subjetiva del contratante que resulta lesionado, sino
que su análisis apunta a la situación contractual y, especialmente, sobre el aspecto aritmético
y objetivo de las prestaciones. Lo que se tiene en cuenta es la desproporción existente entre
la prestación que se da y la que se recibe. La legislación vigente acoge esta última tesis, al
igual que la mayoría de los doctrinantes en Colombia, argumento que se sustenta en las
siguientes razones:
1. El Código Civil, al referirse expresamente a los vicios del consentimiento, en
el artículo 1508, señala como tales: el error, la fuerza y el dolo, sin hacer mención de la
lesión.
2. Si la lesión fuese un vicio del consentimiento, sería una causal general de
anulación de los actos, es decir, que cualquier contrato que resultase lesivo a uno de los
contratantes podría invalidarse, empero, ello no sucede por cuanto, conforme a la
legislación civil colombiana, la lesión es una figura de aplicación restrictiva a los casos
expresamente previstos en la Ley y no siempre la consecuencia es la rescisión del contrato
sino que fundamentalmente se persigue el restablecimiento del equilibrio prestacional.
3. En todos aquellos casos en que el acto es susceptible de atacarse por lesivo, el
legislador para nada tiene en cuenta el aspecto particular o subjetivo en que el contratante
emite su declaración de voluntad, sino el hecho de existir una desproporción manifiesta
entre las prestaciones que para las partes surgen del acto o el exceso en la regulación de
determinadas relaciones, como ocurre, por ejemplo, por la violación de los topes de
intereses en el contrato de mutuo; siendo así el vicio o defecto, se predica del acto mismo
y no del consentimiento de quien lo celebra.
6.4.5.3 Casos en
que se aplica la lesión
En Colombia, la Lesión ha sido consagrada, para determinados actos y contratos, así:
1. En la aceptación de una herencia, cuando el aceptante ha sufrido lesión grave,
o sea, la que disminuyó el valor total de la asignación en más de la mitad, conforme al
artículo 1291 del Código Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
142
A pesar de que, conforme a lo contenido en el artículo 1502 del Código Civil, el objeto
licito constituye una de las condiciones de validez del negocio jurídico, modernamente este
requisito se analiza como idoneidad del objeto. Debe, además, tenerse en cuenta que desde
el punto de vista de la formación del negocio jurídico, es necesaria la existencia de un objeto
como condición para el nacimiento del mismo, razón por la cual la falta de objeto conlleva a
la inexistencia del negocio, mientras que la ilicitud del mismo constituye una causal de
nulidad absoluta.
La doctrina distingue entre el objeto del contrato y el objeto de la obligación para
considerar el primero como el tipo de operación jurídica que las partes escogen, por ejemplo:
una compraventa, una sociedad, etc.
El profesor Pérez Vives (1968), sostiene que el objeto del contrato es producir
obligaciones encaminadas a determinado fin y que toda obligación tiene a su turno un objeto,
que no es otra cosa que aquello a lo cual el deudor está obligado, es decir, lo que se debe, que
puede ser una prestación positiva, como ocurre en las obligaciones de dar o en las de hacer,
o una abstención, como ocurre en las obligaciones de no hacer.
Por objeto de la obligación se entiende, en criterio casi unánime de la doctrina la
prestación o prestaciones, que las partes deben. Sobre la base de esta distinción lo que se
estudia en este acápite es el objeto de la obligación, que, como se ha afirmado en líneas
anteriores, no es otra cosa que el comportamiento o conducta que el deudor se ha
comprometido frente a su acreedor a realizar o a no realizar.
Raimundo Emiliani Román (1980), sostiene que no hay ninguna contradicción ni
inconveniente lógico en que la prestación del deudor sea también el objeto del contrato, ya
que la conducta del deudor es lo que las partes consideran para contratar, lo que se contrata
es la conducta del deudor, es decir, el objeto de la obligación, que al mismo tiempo viene ha
ser del contrato.
En conclusión, el objeto de la obligación es la prestación debida, de dar, de hacer o de
no hacer.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
144
Pero no debe confundirse el objeto con la cosa material sobre la cual recae la conducta
exigible al deudor, porque entonces no existiría en las obligaciones de no hacer, donde la
conducta es una abstención. Debe, en consecuencia, entenderse el objeto como una conducta
del deudor, que, en obligaciones de dar y de hacer, recae normalmente sobre una cosa
material.
Hay que distinguir cosa futura del riesgo, la suerte o la esperanza, lo que los
Romanos llamaron res speratae spei; el objeto de la obligación puede consistir en la
suerte, el azar, el riesgo o la esperanza, pero aquí no se trata ya de una cosa futura,
sino de la simple alea o posibilidad de que esa cosa exista. En el primer evento, el
objeto es la cosa misma; en el segundo, es el riesgo, la esperanza, la obligación nace
pura y simple (Artículo 1869 del Código Civil).
c. La cosa existió en el pasado pero dejó de existir: En este evento, en
que la obligación verse sobre el objeto que se supone existe y no existe, falta el objeto
y, en consecuencia, carece de eficacia jurídica, cuando es total la perdida de la cosa;
si la perdida es parcial surge el interrogante de si ¿el negocio jurídico debe o no
subsistir?, si ¿la obligación carece o no de objeto? A este respecto, se plantean la
siguiente solución: acudir a la teoría de los móviles determinantes para saber si se
hubiere contratado o no (artículo 1870, Código Civil).
d. La cosa existe pero ha perdido su utilidad: La doctrina ha considerado
que debe equipararse a pérdida total y equivaldría a la inexistencia.
Álvaro Pérez Vives (1968), considera que el artículo 1543, inciso final, que se
refiere a las condiciones suspensivas, debe tenerse como una regla general.
2. Determinación: El objeto debe ser determinado o determinable, las cosas
pueden ser especies determinadas (cuerpo cierto) o especies indeterminadas de un género
determinado. El artículo 1518 del Código Civil señala la obligación de determinar el
objeto, al menos, en cuanto a su género. La falta de esta determinación llevaría a la
inexistencia, por ejemplo: un contratante se obliga a entregar un animal, podría pagarse
con un mosquito.
En cuanto a las cantidades puede ser incierto, con tal que el acto o contrato fije
reglas o contenga datos que sirvan para determinarla, Ej.: suministrar toda la gasolina que
se gaste en un viaje a la ciudad de Cartagena.
En cuanto a la calidad o falta de estipulación expresa, se sobreentiende que debe
ser por lo menos la mediana (artículo 1566 del Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
146
El objeto puede ser determinable señalando reglas para hacer posteriormente esa
determinación, sin necesidad de una nueva manifestación de voluntad, Ej.: dejarse a una
tercera persona.
3. Debe estar en el comercio: La regla general es que todos los bienes están en
el comercio, lo excepcional es incomerciabilidad; la cual puede ser absoluta o relativa, la
primera afecta a determinados bienes respecto a todas las personas, la segunda se refiere
a ciertas personas y es más bien una limitación a la capacidad de ejercicio.
Bienes que están fuera del comercio:
• Los bienes que por su naturaleza no son susceptibles de apropiación, por
ejemplo: aire, agua del mar, el sol.
• Están fuera del comercio, por destinación, los bienes de uso público como las
calles, las plazas, los puentes, los caminos y las corrientes de agua que no nacen y
mueren en un mismo predio.
• Las cosas que debido a una situación especial no están en el comercio. Ej.:
Las embargadas por decreto judicial.
4. Licitud del objeto. EL objeto debe ser lícito, se refiere que debe estar de
acuerdo con la Ley, el orden público y las buenas costumbres.
Hay objeto ilícito:
• Cuando contraviene el Derecho Público de la Nación (artículo 1519, Código
Civil).
• En todo acto o contrato prohibido por la Ley (artículos 1520 y 1523, Código
Civil).
• Hay objeto ilícito en la enajenación conforme al artículo 1521 del Código
Civil:
o De las cosas que no están en el comercio.
o De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona.
o De las cosas embargadas por decreto judicial.
En efecto, el artículo 1521 del Código Civil, Ordinal 3º, señala esta prohibición
a menos que el Juez lo autorice o que el acreedor lo consienta. Esta prohibición ha
generado diversas opiniones de interpretación en la doctrina y especialmente en las
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
147
decisiones de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, que hasta 1968 sostuvo
que el contrato de venta y la inscripción en el Registro constituían una unidad
indisoluble y por lo tanto, en virtud de la terminante y genérica prohibición de
enajenar las cosas, los dos actos, el contrato de venta y su registro quedan afectados
por ilicitud en el caso que se realicen sobre un bien embargado (Sentencia del 3 de
Septiembre de 1952). A partir de 1968 la Corte cambia su doctrina y, sobre la base de
distinguir entre venta y enajenación, considera que la venta en sí no es nula, sino la
tradición (Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, Sentencia del 6 de Mayo de 1968 y
Sentencia del 6 de Noviembre de 1975). Según la Corte, la enajenación no se consuma
en la venta o simple otorgamiento del titulo traslaticio sino por el modo, que es la
tradición, por lo tanto él titulo en nada se afecta por el decreto de embarga, en cambio
la tradición hecha en estas circunstancias es ilícita.
A partir de 1976, la Corte varía nuevamente su doctrina y vuelve al criterio
anterior.
Debe entenderse entonces, conforme a la doctrina mayoritariamente aceptada,
que se afectan de objeto ilícito tanto el contrato de venta como la tradición.
5. Posibilidad: Debe ser el objeto posible, física y moralmente (Código Civil,
artículo 1518, inciso 3º).
Cuando el objeto de la prestación es un hecho, debe encontrarse al alcance de las
posibilidades humanas, nadie está obligado a algo imposible. El artículo 1518 del Código
Civil, inciso 3º, señala como físicamente imposible al objeto de la obligación que es
contrario a la naturaleza. Esta imposibilidad no hay que tomarla como una dificultad del
deudor para ejecutar la obligación sino como imposibilidad absoluta, por ejemplo: tocar
el cielo con las manos. En cambio, si la obligación está fuera del alcance del deudor, pero
puede ser ejecutada por otro, la imposibilidad es relativa y no quien se obliga a
suministrar alimento a diez personas y sólo puede hacerlo a cinco.
Es moralmente imposible el prohibido por las leyes o contrario a las buenas
costumbres (Código Civil, artículo 1518, inciso 3º, parte final).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
148
de que todo contrato es una ley para las partes contratantes, entre las cuales se puede
mencionar, la lesión enorme, la teoría de la imprevisión.
La teoría de la Imprevisión puede considerarse una especie de excepción al principio,
en la medida en que se ha previsto la posibilidad de que cuando las circunstancias existentes
al momento del perfeccionamiento del contrato hayan cambiado por el advenimiento de
circunstancias graves, imprevistas o imprevisibles, que hagan excesivamente oneroso su
cumplimiento para una de las partes, se puedan modificar las estipulaciones contractuales
por la vía judicial, aplicando la equidad.
particularmente del principio de la equidad, con base en los artículos 4, 5 y 6 de la Ley 153
de 1887 y artículos 32, 1603, 1616 y 2060 del Código Civil.
El Código de Comercio sí la contempla expresamente en el artículo 868; De acuerdo
con esta norma, el Juez está facultado para alterar las condiciones, el contenido de las
prestaciones que las partes incluyeron en el contrato y aun la terminación de éste si no es
posible su ejecución, cuando circunstancias extraordinarias, imprevistas o imprevisibles,
surgidas luego de la celebración del contrato, lo hacen excesivamente gravoso para una de
las partes. Este precepto es igualmente aplicable en negocios regidos por el Código Civil, en
desarrollo de la analogía prevista en el artículo 8 de la Ley 153 de 1887.
Esta disposición nos permite afirmar que en nuestro ordenamiento la imprevisión
contractual es una figura autónoma, con regulación propia, por lo cual no es necesario acudir
a otras figuras como venia ocurriendo con anterioridad a la expedición del código de
comercio.
pero si se trata de suministro de mercancías que deben entregarse, por ejemplo, cada mes
cada una de esas entregas es de ejecución instantánea, se agota la prestación, pero el
contrato sigue vigente y la prestación sigue a cargo de quien debe suministrar.
5. El contrato no debe ser aleatorio, expresamente la Ley ha excluido los
contratos aleatorios de la posibilidad de alegar la imprevisión. Por razones obvias, en los
contratos aleatorios hay un elemento muy importante, el alea, la suerte, como el juego,
la apuesta, la renta vitalicia, etc., ocurre que la prestación a cargo de una parte puede ser
muy pequeña y la de la otra exorbitante dependiendo de un factor de alea, de suerte, de
tal forma que si hay un factor de suerte involucrado no puede hablarse de imprevisión
porque las partes mismas han colocado sus prestaciones a un albur que puede ocurrir o
no. En el caso de sujetar un contrato a las condiciones propias del mercado no las hace
aleatorias, si así fuera todos los contratos se convertirían en aleatorios. Hay un contrato
aleatorio, el de seguro, en el cual el legislador previó una circunstancia de imprevisión y
permite que una de las partes se retracte o se retire del contrato (artículo 1060, Código
de Comercio).
6. Excesiva onerosidad en las prestaciones futuras. Las variaciones que puedan
ocurrir en las prestaciones surgidas para las partes deben ser de tal magnitud que para la
parte a cuyo cargo están, resulte excesivamente gravoso cumplir, por no decir casi que
imposible, lo cual además rompe con la conmutatividad del contrato, de tal forma que si
se obliga el cumplimiento, conforme el contenido inicial de las prestaciones, se
aniquilaría al contratante.
alcances serian limitados, toda ves que el demandado, a través de la excepción, no puede
plantear al juez cuáles serían los términos en que se modificaría el contrato, por la sencilla
razón de que ellos no son tema a debatir en el proceso.
9 LA CAUSA
9.1 GENERALIDADES
El cuarto elemento para la validez del acto jurídico que exige el artículo 1502 del
Código Civil es la Causa, ratificado por el artículo 1524, que preceptúa que no debe haber
obligación sin una causa real y lícita. Se mira este elemento desde dos puntos de vista, como
condición de existencia del negocio, sin el cual el acto sería inexistente, y como condición
de validez, en relación con lo cual se exige que sea lícita, su ilicitud afectaría el acto de
nulidad absoluta. Respecto al acto jurídico, la causa explica el por qué de la obligación.
Concepto:
La nulidad del negocio se produce al violar una norma legal referente a las condiciones
de formación. El ordenamiento positivo contempla dos clases de nulidad: la absoluta y la
relativa. La primera tiene lugar cuando la norma violada sea de interés general y la segunda
cuando es de interés particular.
10.1.1.2 Nulidad
Relativa
Como causales generales se señalan la incapacidad relativa y los vicios de la voluntad,
el artículo 900 dice “Será anulable el negocio jurídico celebrado por persona relativamente
incapaz y el que haya sido consentido por error, fuerza o dolo, conforme al Código Civil”.
Esta acción sólo podrá ejercitarse por la persona en cuyo favor se haya establecido o
por sus herederos y prescribirá en el término de dos años, contados a partir de la fecha del
negocio jurídico respectivo. Cuando la nulidad provenga de una incapacidad legal, se contará
el bienio desde el día en que ésta haya cesado.
2. En segundo lugar, cuando se declara nulo el contrato celebrado con una persona
incapaz, omitiéndose los requisitos que la Ley exige.
En lo referente a restituciones a cargo del incapaz, el artículo 1747 del Código Civil
establece que si se declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz, sin los
requisitos que la Ley exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso
de lo que gastó o pagó en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica
con ello la persona incapaz; esto se entenderá en cuanto las cosas pagadas o adquiridas le
hubieren sido necesarias o subsistan en su patrimonio.
Este artículo reduce los efectos de la declaratoria de nulidad, en cuanto a contrato con
incapaz sin los requisitos que la Ley exige. No quiere decir ello, de ninguna manera, que en
términos absolutos se excluya la restitución, sino que es necesario que dentro del proceso
obren o se recauden los medios probatorios tendientes a establecer la circunstancia prevista
en la Ley para que el incapaz sea obligado a restituir.
3. En tercer lugar, por razones de interés público, conforme lo establece el artículo 58
de la Constitución Nacional, la propiedad es una función social, que debe ceder frente al
interés general, por lo cual no siempre es conducente la acción restitutoria o reivindicatoria,
sino una sustitutiva de carácter compensatorio. Esta excepción la impone las necesidades del
servicio público, dada la primacía del interés social por sobre el particular.
4. En cuarto lugar, en los contratos de ejecución sucesiva no opera la retroactividad en
la declaración de nulidad, sino para el futuro, sus efectos son ex numc, esto significa que los
efectos del contrato cesan a partir de la declaración de nulidad, siendo exigibles las
prestaciones causadas hasta ese momento.
La restitución de las prestaciones es necesario complementarla, en su análisis, con los
aspectos correspondientes a frutos, mejoras, deterioros y aumentos.
10.1.7.2 Efectos
frente a terceros
La declaración de nulidad del contrato da acción reivindicatoria contra los terceros
poseedores de buena o mala fe que hayan intervenido en el proceso (artículo 1748, Código
Civil).
Si el tercero es de buena fe debe restituir la cosa, pero se hace dueño de los frutos hasta
antes de la contestación de la demanda (artículo 964, inciso 3º, Código Civil).
Si el tercero es de mala fe debe restituir la cosa y todos los frutos que se hayan percibido
y los que el dueño hubiera podido percibir con mediana inteligencia y cuidado.
10.1.7.3 Efectos de
nulidad parcial
Prevista en el artículo 902 del Código de Comercio, “la nulidad parcial de un negocio
jurídico, o la nulidad de alguna de sus cláusulas, sólo acarreará la nulidad de todo el negocio
cuando aparezca que las partes no lo habrían celebrado sin la estipulación o parte viciada de
nulidad”.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
171
10.1.7.4 Nulidad
en negocios
plurilaterales
El artículo 903 del Código de Comercio expresa: “En los negocios jurídicos
plurilaterales, cuando las prestaciones de cada uno de los contratantes se encaminen a la
obtención de un fin común, la nulidad que afecte el vínculo respecto de uno solo de ellos no
acarreará la nulidad de todo el negocio, a menos que su participación, según las
circunstancias, sea esencial para la consecución del fin previsto”.
10.1.7.5 Prescripci
ón
La acción de nulidad absoluta prescribe en un término de diez años, es decir, la
prescripción extraordinaria prevista en la Ley. Es de anotar que la nueva norma, Ley 791 de
2002, que modificó los términos de prescripción, no tiene efecto retroactivo, en consecuencia
se tiene en cuenta para su aplicación lo previsto en el artículo 140 de la Ley 153 de 1887.
La de nulidad relativa en un término de 4 años (artículos 1750 – 1754 del Código Civil)
y en materia comercial en 2 años.
Para contar el término de la prescripción se toma como regla general la fecha de la
celebración del contrato.
Excepcionalmente, tratándose del vicio fuerza, se contará desde el día en que ésta cese;
y cuando proviene de incapacidad, desde el día en que ésta desaparezca.
casos, podría sanearse bien por ratificación de las partes o por la configuración de la
prescripción extraordinaria (art. 1742 C.C.). Para el caso de la nulidad relativa, se ha previsto
que ella puede sanearse por su ratificación o por el lapso o paso del tiempo (art. 1743 C.C.).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
173
En este punto se hace referencia, únicamente a las clasificaciones más genéricas; las
más particulares para las especies del negocio serán tratadas en el capitulo pertinente.
12 LA OFERTA
Concepto:
Tiene que ver el estudio de la oferta no sólo con el análisis de los negocios de formación
unilateral, sino también con el concepto de precontrato, teniendo en cuenta, que si bien el
contrato implica acuerdo de dos o más voluntades, para llegar a él se dan ciertas fases o etapas
preliminares, entre las cuales se encuentra la oferta de contrato. Es un negocio de formación
unilateral en cuanto proviene del oferente y produce sus efectos jurídicos,
independientemente de su aceptación por el destinatario.
El Código Civil no regula la oferta de contrato como sí lo hace el Código de Comercio
en su artículo 845 y siguientes. Considérese que por analogía, acudiendo al artículo 8º de la
Ley 153 de 1887, la regulación del Código de Comercio es aplicable a la oferta en materia
civil.
Puede definirse como el proyecto de negocio jurídico que una persona determinada
formula a otra u otras personas, determinadas o indeterminadas, para su aceptación.
En ese sentido, debe entenderse como una propuesta de celebrar un contrato y ello
implica que contenga por lo menos los elementos esenciales del contrato ofrecido.
Cuando la oferta se dirige a personas indeterminadas es denominada por la doctrina
como policitación.
El Código de Comercio, en su artículo 845, la define como el proyecto de negocio
jurídico que una parte formula a otra, deberá contener los elementos esenciales y ser
comunicada al destinatario.
1. Debe ser firme. Para que exista oferta se requiere voluntad firme y decidida para
celebrar un contrato, lo que la distingue de los simples tratos preliminares, en los que de
ordinario esa voluntad con tales características todavía está ausente;
2 Debe ser inequívoca. En el sentido de que está tan definida la disposición de contratar
de quien la formula, de que no existe duda de que se encuentra moldeado un proyecto de
contrato recubierto de tal seriedad, que sólo falta la aceptación o ésta y la formalidad legal
para perfeccionarse como contrato;
3. Debe ser completa. Ello significa que debe consistir en una manifestación de
voluntad que contenga todos los elementos y condiciones del contrato ofrecido, de tal forma
que para que este último se perfeccione sólo falte la aceptación del destinatario o ésta y el
cumplimiento de las solemnidades que, según el caso, la Ley haya señalado para el acto.
Deberá, en consecuencia, contener, al menos, los elementos esenciales o de la esencia
del contrato, definidos en el artículo 1501 del Código Civil, y los demás accidentales que
señalen las particularidades del mismo. En cuanto a los de la naturaleza, puede guardarse
silencio si la intención es no alterarlos, en caso contrario, deberá expresarse claramente la
voluntad sobre ellos. En todo caso, los que no pueden omitirse son los esenciales.
4. Debe estar dirigida a alguien. El destinatario puede ser una persona determinada o
personas indeterminadas, por ejemplo: cuando se exponen mercaderías al público con
indicación de su precio.
La comunicación de la Oferta es la segunda fase, encaminada a poner al destinatario o
destinatarios en conocimiento de ella, lo cual debe hacerse por cualquier medio idóneo.
civil siempre que por un error de conducta de una cualquiera de las partes, se irroga
sin justificación perjuicio a la otra parte en la etapa precontractual, pues, el
legislador, como se puede observar por el texto mismo de las normas citadas, ha
rodeado de protección a quienes participan en ella, de manera que, si se sorprende
a la contraparte con el rompimiento del proceso de negociación sin motivo justificado
y con violación del principio de la buena fe, es apenas natural que, puesto que todavía
no ha nacido a la vida jurídica el contrato en vía de formación, no pueda exigirse la
reparación del daño causado alegando para el efecto responsabilidad derivada de
incumplimiento contractual, lo cual no significa, sin embargo, que no se haya
causado una lesión, un daño, a la otra parte, pues es evidente que en la etapa
precontractual si se incurre en ese tipo de conducta, ha de garantizarse el
"restablecimiento de la situación patrimonial negativa en la que puedan encontrarse
aquellos por la confianza que tuvieron en que el curso normal de la negociación no
se interrumpiría. En consecuencia, dicha indemnización tiende a compensar los
menoscabos de todo orden, materiales y morales, resultantes de haberse seguido
manifestaciones contractuales frustradas", cual lo dijo esta Corporación en
sentencia de 23 de noviembre de 1989” (Corte Suprema de Justicia, 1995).
3. Una tercera situación se puede plantear cuando se ha producido la aceptación de un
negocio que es solemne, porque ésta no tiene la virtud de perfeccionar el contrato, pero sí se
puede generar una obligación de indemnizar perjuicios, tanto para el oferente, quien después
que le han aceptado y antes de cumplir con la solemnidad se arrepiente, como para el
destinatario, quien después de aceptar se arrepiente. Esta responsabilidad es de naturaleza
precontractual y encontraría su fundamento legal en el artículo 863 del Código de Comercio.
expuestos los artículos. Si se ofrece un cuerpo cierto o uno o más géneros determinados con
indicación del precio, obliga hasta al día siguiente del anuncio.
12.3.1.1 Aceptació
n de la oferta
La aceptación es la manifestación que hace el destinatario de la oferta al proponente
admitiendo la celebración del contrato. Por lo general la aceptación perfecciona el Contrato.
13 EL CONTRATO
NOCIÓN
Constituye el contrato el más importante negocio jurídico creador de obligaciones,
desde la época del Derecho Romano.
Contrato que viene de contrahere, significa lo contraído, esto es acuerdo creador de
obligaciones. Nuestro código civil en el artículo 1495 lo define: "Contrato o convención es
un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer una cosa".
Algunas observaciones se hacen a esta noción del código civil: En primer termino por
el contenido literal, pareciera que solo se refiere a los contratos unilaterales, en cuanto
contempla que es un acto por el cual una parte se obliga, excluyendo los que generan
obligaciones para ambos contratantes. En segundo termino, Como puede apreciarse el
precepto identifica los términos convención y contrato, los cuales son objeto de distinción
por parte de la doctrina al analizar los alcances de la norma, considerando, que la convención
es el género y el contrato una especie de ella. La convención es el acuerdo de dos o más
personas, sobre una misma cosa (noción Romana). La convención sería todo acuerdo de
voluntades sobre un objeto de interés jurídico; El contrato es la convención que tiene por
finalidad crear obligaciones, en ese sentido la convención permitiría crear, modificar o
extinguir obligaciones. En el fondo el artículo en comento encierra una contradicción,
comienza tratando los términos como sinónimos, pero en su desarrollo restringe el contrato
a los acuerdos creadores de obligaciones.
El código de comercio trae una noción más amplia del contrato al definirlo como”:
Acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir una relación jurídica
patrimonial." Esta definición, es mucho mas amplia y se acerca mas a la identidad de los
conceptos de convención y contrato, aunque algunos autores sostienen que debe comprender
también las relaciones extrapatrimoniales.
En el derecho romano clásico, por ejemplo, contractas era, sobre todo, la relación
vinculante que nacía del acuerdo de voluntades, no se tenía una noción general de contrato,
sino que se hacía referencia a tipos contractuales regulados en el ordenamiento positivo.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
185
• Contratos de enajenación
Son aquellos en los cuales las obligaciones que surgen para las partes consisten en
trasmitir el derecho de dominio o cualquier otro derecho real y en adquirirlo por la otra parte.
Debe tenerse en cuenta que en nuestro derecho el contrato no transfiere el derecho real, sino
que al generar la obligación de transferirlo, constituye el titulo traslaticio; el modo, la
tradición, es el que complementa la enajenación y consecuente trasferencia del derecho. por
ejemplo la compraventa, la permuta, la donación.
Son aquellos en los cuales una parte se obliga a administrar o gestionar los negocios de
otra persona, por una remuneración o contraprestación y aun sin ella. Por ejemplo el mandato,
la agencia comercial, la preposición, la comisión mercantil.
13.1.2.2 Contratos
Unilaterales y Contratos
Bilaterales
Según los efectos para las partes y las obligaciones que producen, el artículo 1496 los
clasifica en: Unilaterales y bilaterales o sinalagmáticos. Unilateral, cuando una de las partes
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
187
se obliga para con otra que no contrae obligación alguna, Ej. : Donación, Mutuo, el Depósito
Gratuito.
Bilateral, aquel que crea obligaciones a cargo de ambas partes contratantes, ej.:
compraventa, arrendamiento, la permuta.
Algunos contemplan una categoría intermedia entre las dos anteriores que llaman
contratos bilaterales imperfectos o sinalagmáticos imperfectos, para referirse a aquellos
contratos que en el momento en que se perfeccionan son unilaterales toda vez que solo una
de las partes resulta obligada, pero que en su desarrollo o ejecución puede resultar obligada
la parte que inicialmente no se obligó; Por Ej. : el depósito gratuito inicialmente solo genera
obligación para el depositario de restituir la cosa a la terminación del contrato, pero
eventualmente el depositante puede llegar a resultar obligado a rembolsar las expensas
necesarias para la conservación de la cosa o los perjuicios que se hayan ocasionado por el
mal estado de ella.
Consideramos que esa categoría intermedia no tiene cabida en nuestro ordenamiento
civil por cuanto expresamente el artículo 1496 del código civil contempla los unilaterales y
los bilaterales y los define; en consecuencia para saber si un contrato es unilateral o bilateral
debemos mirar el momento en que el negocio se perfecciona, de tal forma que si en ese
momento resulta ser unilateral, lo será para todo el tiempo.
Importancia de esta clasificación: Además de establecer qué parte o partes se obligan,
presenta interés práctico en la aplicación de las siguientes figuras:
a) La llamada condición resolutoria tácita, prevista en el artículo 1546 del código civil
solo es aplicable a los contratos bilaterales.
b) La excepción de contrato no cumplido (exceptio nom adimpleti contractus) prevista
en el artículo 1609 del código civil solo es aplicable a los contratos bilaterales.
c) La cuestión de los riesgos solo se presenta en los contratos bilaterales, ya que supone
la existencia de obligaciones recíprocas.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
188
13.1.2.3 Contratos
Onerosos y Contratos
Gratuitos
Contratos Onerosos cuando tienen por objeto la utilidad de ambos contratantes, es
decir, cada parte se obliga a obtener de la otra una contra prestación, por Ej.: la compra venta,
el arrendamiento.
Contratos Gratuitos aquellos que solo tienen por objeto la utilidad de una de las partes
sufriendo la otra el gravamen, Ej.: la donación, el comodato.
Es importante esta distinción porque los contratos a titulo gratuito generalmente se
celebran en consideración a una persona determinada; en consecuencia si se incurre en un
error sobre la persona el negocio es susceptible de anulación, tal como lo contempla el
artículo 1512 del código civil En cambio los contratos onerosos se celebran generalmente sin
consideración a la persona del contratante, por lo tanto n ellos el error sobre la persona no
generaría causal de nulidad.
La doctrina ha hecho una subclasificación de los contratos a titulo gratuito, la cual
creemos no ofrece mayor relevancia, en Contratos de simple Beneficencia y Contratos de
Liberalidad. Contratos de simple Beneficencia Cuando una parte procura a la otra una ventaja
sin recibir nada a cambio, pero sin disminuir su patrimonio, Ej.: el mutuo sin interés, el
depósito gratuito, el comodato. Contratos de Liberalidad cuando la ventaja de la parte
beneficiada con el contrato es correlativa al empobrecimiento del patrimonio de la otra parte,
Ej.: La donación
una solemnidad especial, Ej. : la compraventa de un bien inmueble solo se reputa perfecta
cuando se otorga la correspondiente escritura pública, que contiene el convenio sobre el
precio y la cosa y las demás condiciones. (Artículo 1857 Inc. 2 del código civil).
Contratos Reales Son aquellos que para su perfeccionamiento, además del acuerdo de
voluntades sobre los elementos esenciales, requieren de la entrega material de la cosa, Ej. :
el mutuo, el depósito, el comodato, la prenda.
La noción de contratos reales es criticada porque se considera que los contratos o son
consensuales, que es la regla general por considerarse que el consentimiento es que crea las
obligaciones o son excepcionalmente solemnes; la entrega en cualquier contrato solo
constituye la ejecución del mismo, por ello la tendencia moderna a eliminar los contratos
reales.
Esta distinción es importante, por cuanto nos permite establecer a partir de que
momento el contrato se perfecciona y por ende logra su existencia jurídica.
El artículo 1760 del Código Civil, señala dos aspectos importantes en relación con los
contratos solemnes, desde el punto de vista sustancial y desde el punto de vista probatorio,
por el primer aspecto la omisión de la solemnidad hace que el negocio se tenga por no
celebrado y probatoriamente, solo pueden acreditarse con la solemnidad legal.
13.1.5.2 Contratos
Anexos, Conexos y
Conjuntos
Se refieren a contratos que son independientes entre si, no es necesario uno para la
existencia de otro, pero que sin embargo se presentan relacionados o en unión, porque asi lo
han consentido las partes, entendiéndose que todos forman parte de una negociación.
y Contratos de Ejecución
Sucesiva
Esta clasificación no se encuentra contemplada en nuestra legislación civil, pero ha
sido ampliamente desarrollada por la Jurisprudencia y por la doctrina nacional y foránea.
Contratos de Ejecución Instantánea Son aquellos en los cuales las prestaciones de las
partes pueden llevarse a cabo en un instante dado, en la época por ellos escogida. Como se
diría comúnmente pueden darse dando y dando, Ej: la compraventa.
Contratos de Ejecución Sucesiva o de Tracto Sucesivo, Son aquellos que tienen por
objeto prestaciones repetidas y sucesivas que no se cumplen en un solo instante, sino en la
medida en que el contrato se va desarrollando o ejecutando, Ej: el arrendamiento.
Esta distinción es importante en relación con la aplicación de las siguientes figuras:
1. En cuanto a la Resolución por incumplimiento, en los de ejecución instantánea, las
cosas se restituyen al estado en que estuvieren si el contrato no se hubiera celebrado, es decir,
produce efectos retroactivos (artículo 1544 del código civil).
En los de ejecución sucesiva, algunos autores sostienen que no puede hablarse de
resolución, sino que lo que produce es la terminación o resciliación; sin embargo, nos
apartamos de ese criterio, por cuanto el artículo 1546 del código civil prevé la figura de la
resolución para todos los contratos bilaterales y siendo el arrendamiento un contrato de
ejecución sucesiva y bilateral, le es igualmente aplicable dicho precepto; lo que si es
necesario distinguir y precisar son los efectos que se producen frente a este tipo de contrato
puesto que sólo se predican para el futuro y ello significa que las situaciones ya cumplidas o
consolidadas con la ejecución del contrato no pueden retrotraerse, consecuentemente los
efectos de la resolución solo son aplicables para el futuro, es decir a partir del momento de
la declaración.
2. En cuanto a la declaración judicial de nulidad, en los de ejecución instantánea
produce efectos retroactivos, en los de ejecución sucesiva los efectos solo se producen para
el futuro.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
192
Administrativos y
Contratos de Trabajo
De esta clasificación solo nos interesan los contratos civiles y los mercantiles, por
cuanto los administrativos y los laborales son objeto de estudio de otras materias.
• Elementos Esenciales
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
194
Son aquellos sin los cuales el contrato o no produce efecto alguno o degenera en otro
contrato diferente. Ej: en la compra venta, los esenciales son la cosa y el precio, si la
prestación del comprador no es en dinero sino en otra cosa habrá permuta.
• Elementos de la Naturaleza
Son aquellos que sin ser esenciales al contrato, se entienden pertenecerle sin necesidad
de una cláusula especial, es decir, se consideran incorporados al contrato por disposición de
la ley, Ej: en la compraventa, el saneamiento por evicción y por vicios redhibitorios. Por
evicción se entiende la pérdida total o parcial de la cosa que se compra, (artículo 1893 del
código civil) los vicios redhibitorios, son los vicios ocultos en la cosa vendida o defectos que
el comprador no puede advertir en el momento del contrato y que inhabilitan la cosa para el
fin natural o para el convenido; es una aplicación del principio contenido en el artículo 1603
del código civil según el cual los contratos obligan no solo lo que en ellos se expresa, sino
también a todas las cosas que emanan de la naturaleza de la obligación o que por ley
pertenecen a ello, en el mismo sentido el artículo 871 del C. de Cio.).
• Elementos accidentales
Son aquellos que no son ni de la esencia, ni de la naturaleza del contrato, sino que
provienen de la voluntad autónoma de la partes.
Los elementos esenciales son en últimas los que estructuran, constituyen y tipifican el
acto. Estos elementos guardan relación con las condiciones de existencia del negocio que
trataremos más
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
195
14.1.1 La opción
La opción se define como el contrato en virtud del cual, una persona concede a otra por
término definido y en condiciones determinadas, la facultad exclusiva de adquirir o de
transferir a un tercero, determinada cosa o derecho, obligándose a mantenerla mientras tanto
lo ofrecido en las condiciones pactadas y quedando libre el estipulante de concluir o no el
negocio jurídico.
El artículo 23 de la ley 51 de 1918 reglamenta la opción de la siguiente manera:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
196
1. Debe determinarse el objeto, el precio y todos los elementos del posible contrato.
2. Se debe estipular un término o condición; si es condición deberá cumplirse dentro
del término de un año, de lo contrario se tendrá por fallido.
3. Debe haber conformidad de la opción con los requisitos de validez del acto jurídico
(artículo 1502 del código civil).
4. La Ley no exige condición ad solemnitaten, es decir, no se exige que sea por escrito.
poder cumplir con su naturaleza de ser un medio para llegar al contrato fin, es decir, el
prometido.
El plazo o la condición son los hechos futuros que al cumplirse fijan la época en que
ha de celebrarse el contrato. Es decir, La fijación de la época debe hacerse a través de un
plazo o una condición, pero teniendo en cuenta, que en este punto lo primordial es señalar la
época, el plazo y la condición son el instrumento para precisarla. En tratándose de un plazo
determinado no hay duda sobre el cumplimiento del requisito por cuanto su realización es
cierta; cuando se trata de una condición es menester entonces distinguir los conceptos de
determinada y de indeterminada, en la primera la realización del acontecer futuro e incierto
debe ocurrir dentro de un lapso tiempo determinado por las partes y en la segunda, no sólo
es incierta la ocurrencia del hecho, sino también el tiempo en que éste puede ocurrir; de tal
manera que para que se tenga por cumplido el requisito, en análisis, la condición debe ser
determinada y no indeterminada.
4. Que en ella se especifique de tal manera el contrato que para su perfección solo falte
la tradición de la cosa o el lleno de las formalidades legales.
El estudio de los efectos de los contratos hay que tomarlo en tres aspectos a saber:
Frente a las partes, Frente a los causahabientes de las partes y Frente a los terceros
de voluntad no generan consecuencias sino entre los contratantes, lo que dimana de que
siendo el acuerdo de voluntad una «ley» para las partes (art. 1602 C.C.) no puede éste
imponerse a quienes no han manifestado su consentimiento para celebrarlo, no tiene hoy el
carácter absoluto que antes se le atribuyó, e incluso su alcance ha sido morigerado” (
Sentencia de casación de 4 de mayo de 2009. Rad. 2002-00099-01).
Encontramos personas que no habiendo celebrado el contrato, tienen vinculación con
los contratantes y por lo tanto los efectos se trasmiten o irradian a ellos, en cuanto a derechos
y obligaciones sería el caso de los cesionarios, los herederos o causahabientes a título
universal o singular, los deudores solidarios, los deudores de obligación con objeto
indivisible, los coherederos, los comuneros, los titulares de derechos reales principales
cuando hay desmembración de la propiedad ,el cónyuge o compañero en relación con bienes
sociales, quien adquiere derechos sobre una cosa en litigio, el titular del derecho de un bien
que ha sido gravado con prenda o hipoteca.
Hay causahabientes a título universal y a título particular. A título universal es aquel
que tiene vocación para recoger la totalidad del patrimonio de una persona, ejemplo: El
heredero, o quién se le ha legado por testamento todos los bienes (legatario universal). O la
persona que tiene vocación para recoger una cuota parte o fracción, ejemplo: El heredero de
la mitad de la herencia. El contrato produce efectos en relación con los causahabientes a título
universal de las partes contratantes. Con excepción en contratos intuitu personas o mandato
que termina con la muerte.
Y son causahabientes a título particular, aquellas personas que tienen vocación para
recoger un bien particular, determinado, del patrimonio de una persona, ejemplo: el
comprador de un bien, el legatario de un bien particular.
En relación con estos, los contratos que habían sido celebrados y que se relacionan con
el derecho transmitido producen efectos, ejemplo: Una hipoteca le son oponibles o en
ocasiones les aprovechan.
habla de terceros absolutos que aquellos sujetos totalmente extraños al contrato y que no
tienen vinculación alguna con las partes, por lo que aquel ni les perjudica ni les aprovecha.
y de terceros relativos, quienes sí tienen algún tipo de vinculación o relación jurídica con los
contratantes, en la medida en que el negocio les irradia derechos y obligaciones. como ocurre
con los casos que mencionábamos en líneas anteriores y en los casos que tradicionalmente
ha estudiado la doctrina de la estipulación para otro y en la estipulación por otro.
15.1.1.1 Estipulaci
ón para otro
Figura conocida también como contrato a favor de terceros, se encuentra regulada en
el artículo 1506 del Código Civil, Es el contrato por medio del cual un estipulante consigue
que su contraparte se obligue a cumplir una prestación a favor de un tercero beneficiario.
Son tres las personas que entran en la relación: los contratantes y un tercero
beneficiario, quién se convierte en acreedor sin haber consentido el negocio; Ejemplo: El
contrato de seguro de vida. C. de Comercio artículo 1151.
Efectos:
1. El tercero, beneficiario, se convierte en acreedor de la parte obligada, adquiriendo el
derecho a demandar lo estipulado, de conformidad con el artículo1506 del Código civil.
2. Antes de la aceptación del tercero, el contrato es revocable por voluntad de las partes
contratantes, entendiéndose que a partir de esta, desaparece la facultad de revocar.
3. Entre el estipulante y el promitente surgen relaciones de partes contratantes; en
consecuencia, el estipulante podrá ejercer la pretensión de resolución del contrato, pero no la
de cumplimiento para sí; sin embargo, se admite doctrinariamente que pueda intentarla en
favor del tercero beneficiario.
4. Entre el tercero beneficiario y promitente, surge una relación de acreedor-deudor;
En consecuencia, el beneficiario puede exigir la prestación debida, pero no tiene la
posibilidad de pedir la resolución del contrato por no ser parte de él.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
203
15.1.1.2 Estipulaci
ón por otro
Conocida también como promesa de hechos ajenos o contratos a cargo de terceros,
consagrada en el artículo 1507 del C, Civil en los siguientes términos: "Siempre que uno de
los contratantes se compromete a que por una tercera persona de quién no es legítimo
representante, ha de darse, hacerse o no hacerse alguna cosa, esta tercera persona no contraerá
obligación alguna, sino en virtud de su ratificación; y si ella no ratifica, el otro contratante
tendrá acción de perjuicios contra el que hizo la promesa.
Efectos:
1. La promesa del hecho ajeno queda condicionada a la aceptación o ratificación del
tercero, y solo esta circunstancia lo coloca en una relación de deudor. Si el tercero ratifica, el
promitente queda liberado porque habrá cumplido su obligación de obtener el consentimiento
de un tercero.
2. Si el tercero no ratifica, quién incumple la obligación contractual es el promitente y
en consecuencia se hace responsable de los perjuicios que sufre el estipulante, en virtud de
la responsabilidad civil contractual; pero nada podrá exigírsele al tercero que no ha
consentido obligarse.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
204
16 LOS CUASICONTRATOS
16.1.1 Requisitos
Son dos las condiciones que se exigen para configurar el pago de lo no debido: la
inexistencia de la deuda y el error de quién paga.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
205
El que pagó (Solvens) tiene la acción de repetición contra quién recibió el pago
(accipiens) y este último debe restituir naciendo su obligación según haya sido de buena o
mala fé, así:
a. Si es de buena fé debe restituir el dinero o la cosa, pero no es responsable por los
intereses, ni por los frutos ni de los deterioros o pérdidas (artículo 2319, Código Civil).
b) Si es de mala fe, debe restituir además o del capital o la cosa, los intereses corrientes,
los frutos percibidos y los dejados de percibir.
Si vendió debe el precio y los perjuicios ocasionados artículo 2320 inc. final. Si la donó
debe su valor actual.
En cuanto a los terceros de buena fé, el que pagó de lo no debido no puede perseguir la
cosa poseída por el tercero a título oneroso, pero tendrá derecho para que el tercero que la
tiene por cualquier titulo lucrativo se le restituya, si la especie es reivindicable y existe en su
poder.
encuentre error de por medio en el pago, no se abre paso la condictio indebiti, denominación
que en Roma recibió la acción que se viene comentando, pues (...) quien soluciona una deuda
a sabiendas de que no es deudor, voluntariamente se está imponiendo un gravamen y no debe
entonces quejarse” (G.J. CCXII, Nº 2451, p. 258 y 259).
3. Sobre el último requisito conviene precisar, por corresponder a la hipótesis propuesta
en la especie de este proceso, que así como el pago efectuado a sabiendas de que no existe la
obligación, causa del mismo, no le abre paso a la repetición de lo pagado, pues puede
constituir una donación; debe suceder lo contrario cuando quien paga se halla convencido de
la existencia de aquella, no dándose ésta, caso en el cual el solvens queda perfectamente
habilitado para invocar la acción de pago de lo no debido, pues su error emerge justamente
de la falsa creencia de ser la obligación en el momento en que se propuso extinguirla.
En otras palabras, si quien hace el pago advierte en ese momento causa para pagar y
así lo cree, sin haberla, puede una vez que detecte la verdadera ausencia de la misma deprecar
la restitución de lo que resultó pagando indebidamente.
Puede decirse que hay agenda oficiosa cuando una persona realiza acto en interés o
beneficio de otra, en forma espontánea, sin que medie entre ellos un mandato.
Diferencias con el mandato:
A pesar de existir alguna similitud entre ellos, pueden establecerse ciertas diferencias,
a saber:
El mandato es un contrato, lo cual supone el acuerdo de voluntades, y que coloca el
mandatario en la situación de actuar en nombre y representación de otro.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
208
16.2.1 Condiciones
1.- Injerencia de negocio ajeno, que puede recaer sobre actos jurídicos patrimoniales y
sobre actos materiales, ejemplo; pagar una deuda, apagar un incendio al vecino etc.
2. Utilidad de la gestión, es decir, que la gestión debe ser oportuna y reportar utilidad
al dueño del negocio en el momento que se ejecuta.
3. Debe ser altruista, en el sentido que el gestor siempre esté en la creencia y tenga la
intención de gestionar negocio ajeno con un móvil desinteresado.
16.2.2.2 Obligacio
nes del dueño del
negocio
En principio son las mismas del mandante.
El contrato concluido con el gestor tiene efectos respecto del dueño del negocio, es
decir, que este resulta ser acreedor o deudor de la persona con quién contrató el gestor.
Está obligado a rembolsar al agente las expensas útiles o necesarias (artículo 2308,
Código Civil).
El interesado no está obligado a pagar salario al gestor (Código Civil, artículo 2308,
inc. 2º).
16.3 LA COMUNIDAD
Es el condominio indiviso de varias personas sobre una universalidad o una cosa
singular, que se forma de hecho sin convención entre los comuneros.
Si la cosa es universal, como la herencia, cada uno de los comuneros resulta obligado
a las deudas de la cosa común, artículo 2324 del código civil
Cada comunero resulta obligado a contribuir con las expensas, obras y reparaciones de
la comunidad proporcionalmente a su cuota.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
210
Concepto
En el derecho romano no constituyó el enriquecimiento un principio general sino que
se aplicaba a situaciones concretas en que se incrementaba el patrimonio de una persona, en
detrimento del de otra sin causa o relación jurídica que lo justificara, existiendo la condictio
sine causa que permitía la recuperación.
Algunas legislaciones lo regulan por vía general para sancionarlo, casos de los códigos
alemán, suizo y polaco, pero códigos como el civil, francés, el chileno y el colombiano no lo
regulan expresamente como principio y su desarrollo se ha dado en nuestro medio a través
de la jurisprudencia y la doctrina, hasta llevarse a regla general de derecho, tomando como
fundamento legislativo para su aplicación el artículo 8º de la Ley 153 de 1887 que contempla
cuando no hay ley aplicable al caso controvertido, se aplicarán las leyes que regulen casos o
materias semejantes, y en su defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de
derecho.
Puede decirse conceptualmente que se produce enriquecimiento sin causa cuando un
patrimonio se incrementa a expensas de otro sin que se encuentre una causa que lo justifique.
Lo que quiere significar la carencia de un titulo legítimo que produzca ese incremento
y la correlativa disminución de otro patrimonio; se constituye en fuente de obligaciones en
cuanto el enriquecido es obligado a la restitución de aquello que lo enriqueció y el
empobrecido tiene la acción de restablecimiento (actio in rem verso).
Nuestro código civil solo hace de él aplicaciones fragmentarias y particulares, ejemplo;
el artículo 738 del código civil en relación con el dueño del suelo en que se edifica con
material ajeno, artículo 301, 302, 1747.
En el código de comercio si existe una norma expresa, contenida en el artículo 831 :”
Nadie podrá enriquecerse sin justa causa a expensas de otro.” Precepto que puede por vía
general aplicarse en el campo del derecho privado.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
211
17.1 CONDICIONES
Tanto la doctrina como la jurisprudencia la admiten como fuente pero bajo ciertas
condiciones a saber:
1. Un enriquecimiento
2. Un empobrecimiento
3. Una relación de causalidad entre los dos
4. La ausencia de causa
5. Que no exista ninguna otra acción
“...se corresponde con la finalidad de las normas, puesto que (..) la misma consiste
en garantizar una compensación para un desplazamiento patrimonial que el derecho
estricto —en este caso las normas sobre prescripción y perjuicio de la letra—
establece por razones de protección del tráfico, pero que no tiene justificación en el
ámbito de las relaciones causales subyacentes; esta es precisamente la función de las
normas sobre enriquecimiento...” (Derecho de los títulos-valor, Alfred Hueck y Claus
W. Canaris, cap. 2º, p. 15).
No cabe duda, pues, que el remedio subsidiario consagrado en el inciso final
del artículo 882 del Código de Comercio se pone de manifiesto en un recurso “in
extremis”, arbitrado por el legislador para afrontar un problema de justicia
conmutativa que emerge ante situaciones que el propio sistema de regulación
implanta, imbuido por exigencia de la severidad formal inherente a la función
económica que está llamada a cumplir la circulación rápida y segura de los títulos
valores, por manera que cuando alguien deriva de este rigor excepcional un
aprovechamiento injusto a expensas del patrimonio de otro que también ha sido
partícipe de las mismas relaciones cambiarias, este último, en la medida de su
personal empobrecimiento, cuenta con la posibilidad de obtener la restitución de
aquello en que el primero resultó enriquecido, desde luego todo en el bien entendido,
se repite, que al ordenamiento en esta materia más le preocupa evitar la
consolidación de un beneficio para quien en justicia no podía pretenderlo, que
reparar anormalmente el daño experimentado por una persona que al fin de cuentas
concurrió a su producción, vale decir por una persona cuyo comportamiento omisivo
tuvo injerencia en los hechos que por obra de la prescripción o de la caducidad,
impidieron el ejercicio eficaz de acciones cambiarias de cobro o de acciones
emergentes de la causa en la emisión o negociación de los títulos de que se trata.
2. Siendo entonces la acción de enriquecimiento cambiario una aplicación
típica de la doctrina general que prohíbe enriquecerse sin justificación a expensas
de otro; visto como queda así mismo que a los fenómenos en los que suele ponerse
de manifiesto el riguroso formulismo característico de los títulos valores y de los que
es ejemplo el régimen de prescripción y de caducidad a que están sometidos los
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
215
pasar un plazo perentorio de caducidad o por dar tiempo con su falta de actividad a
que transcurra y expire el término de prescripción extintiva.
b) Por lo que hace a la legitimación sustancial para obrar por pasiva, en
abstracto también son sujetos posibles de la acción el librador, el aceptante, el
otorgante y los endosantes en tanto reporten ventaja del desequilibrio patrimonial
que se trata de nivelar, aspecto este del tema que no requiere de comentarios
adicionales distinto al de anotar que, como lo indica la doctrina, han de ser personas
colocadas de tal manera que entre el enriquecimiento del extremo pasivo y el
empobrecimiento del actor exista y se compruebe un vínculo de causalidad
estrictamente cambiaria (cfr. Gilberto Peña C., La letra de cambio: teoría y práctica,
núm. 85.1).
c) Finalmente, al tenor de la norma que consagra la acción (inciso final del
artículo 882 del Código de Comercio) se infiere que desde el punto de vista de los
hechos relevantes para su correcta configuración jurídica, son en esencia tres las
condiciones indispensables para que sobre ella pueda recaer una decisión judicial
estimatoria, condiciones que son las mismas que de acuerdo con jurisprudencia
uniforme y reiterada constituyen los presupuestos de la acción “in rem verso”
común, la cual —ha dicho esta Corporación— “no puede tener cabida sino en
subsidio de toda otra y siempre que a lo menos concurran tres requisitos: Que el
demandado se haya enriquecido, que el demandante se haya empobrecido
correlativamente y que este desplazamiento patrimonial carezca de causa que lo
justifique desde el punto de vista legal...” (G.J., tomo CXXXVIII, p. 380, y Código
Civil, p. 93). De este modo, son tales condiciones las siguientes:
i) Que por haber perdido la acción cambiaria contra todos los obligados al
pago del título y, además, al no poder ejercitar acción causal contra ninguno de ellos,
el acreedor no cuente con otro recurso del que pueda echar mano para enjugar el
daño. Se trata, pues, de una pretensión de procedencia subsidiaria cuyo supuesto
medular es que la ley no haya previsto otra fuente específica para fundar la
obligación de restitución cuyo cumplimiento aquél reclama, a lo que debe unirse
naturalmente la existencia de un título valor de contenido crediticio desprovisto de
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
217
LA LEY
No entramos a analizar pero sí a señalar como una fuente de las obligaciones a la Ley
e la medida en que a través de ella, algunas personas resultan obligadas aún si su voluntad
como los que se producen en las relaciones familiares.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
220
Se relaciona este punto con el contenido mismo y con la forma de hacerlas efectivas,
se entiende que el efecto de la obligación es el deber de prestación que compete al deudor. A
este deber de prestación corresponde el derecho del acreedor a la prestación. Según esto, el
primer efecto de una obligación será el pago voluntario, pero si no hay pago voluntario, la
Ley confiere ciertos derechos al acreedor para obtener el cumplimiento forzado de la
obligación, cuando se trata de obligaciones civiles, toda ves que en las naturales no hay
derecho a exigir su cumplimiento.
El efecto normal de toda obligación es someter al deudor al cumplimiento de la
prestación debida y colocar al acreedor en la posibilidad de constreñirlo para que cumpla.
Lo normal, tratándose de obligación contractual, es la ejecución voluntaria y, en su
defecto, se produce la ejecución forzada.
Se puede resumir el asunto en dos puntos, a saber:
1. El cumplimiento voluntario de la prestación debida, mediante el pago.
2. Cuando el deudor no cumple voluntariamente, el acreedor puede obtener el
cumplimiento forzado, para lo cual la Ley le otorga unas facultades o derecho que protegen
su crédito.
Al pago se hizo referencia, al tratar los modos de extinguir las obligaciones, en capitulo
posterior.
18.1 EJECUCIÓN DE LA OBLIGACIÓN
Los acreedores, titulares de un derecho personal, gozan del derecho de prenda general,
en relación con los bienes del deudor, tal como lo contempla el artículo 2488 del código civil,
en el sentido, que si el deudor no se allana voluntariamente a la ejecución de la prestación
debida, puede el acreedor acudir a un cumplimiento forzado mediante los procedimientos
que establece la Ley y perseguir los bienes, muebles o inmuebles, presentes o futuros que
integren el patrimonio de sus deudores, salvo aquellos que la Ley declara inembargables.
Esta garantía y la posibilidad de cumplimiento forzado, como ya se ha dicho, se aplican
a las obligaciones civiles y no a las obligaciones naturales.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
221
del acto en el registro competente, en los términos de los artículos, 922, parágrafo y 1427 del
Código de Comercio.
Tradición de bienes inmuebles: Si se trata de inmuebles, es menester distinguir la
regulación civil, de la mercantil. En materia civil, se efectúa mediante la inscripción del título
en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos; conforme al artículo 756 del Código
Civil: “Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título
en la oficina de registro de instrumentos públicos.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de uso,
constituidos en bienes raíces, y de los de habitación o hipoteca.”
En materia mercantil, la tradición se realiza con la entrega e inscripción, según lo
preceptuado en el artículo 922 del Código de Comercio, que establece: La tradición del
dominio de los bienes raíces requerirá, además de la inscripción del título en la
correspondiente oficina de registro de instrumentos públicos, la entrega material de la cosa.
1. Que se apremie al deudor para que cumpla dentro de un plazo que le señale el juez.
2. Que se autorice ejecutar el hecho por un tercero a cargo del deudor.
3. Que se condene al deudor al pago de perjuicios compensatorios, es decir, que la
inicial prestación de hacer se transforma en su equivalente en dinero.
En todos los casos con indemnización de perjuicios moratorios.
Si la obligación consta en un documento que constituya título ejecutivo, el acreedor
puede iniciar un proceso de ejecución.
19.1 GENERALIDADES
NOCIÓN:
La totalidad de los bienes que integran el patrimonio del deudor constituye la prenda
común o garantía general que tienen todos sus acreedores para lograr la satisfacción de sus
créditos, lo cual les permite, al tenor del artículo 2488 del código civil, perseguir los bienes
muebles e inmuebles, presentes o futuros y los derechos susceptibles de ser embargados, para
que con el producto de su venta se satisfagan sus créditos.
La norma mencionada permite afirmar, en principio, que todos los acreedores tienen
igual derecho frente a su deudor para satisfacer sus créditos. Situación conflictiva podría
presentarse entre los diversos acreedores, cuando el patrimonio del deudor resulte
insuficiente para cancelar en su totalidad las acreencias, lo cual conduce a la necesidad de
establecer mecanismos de distribución o de graduación. Para ello se parte, en primer término,
del criterio que siendo acreedores de igual situación jurídica, se les cancele a prorrata, es
decir, en proporción a su crédito, salvo que existan causas especiales para preferir ciertos
créditos, tal como lo señala el artículo 2492 del Código Civil.
De existir causales de preferencia el producto de la venta de los bienes del deudor debe
ser destinado a pagar, en primer lugar, a los acreedores privilegiados, lo cual determina la
necesidad jurídica de acudir a la figura de la prelación de créditos, que puede definirse como
un conjunto de reglas prácticas que permiten determinar en qué orden y de qué forma deben
pagarse cada una de las acreencias. Por ser una institución que rompe el principio de igualdad
jurídica de los acreedores, se debe interpretar restrictivamente, de tal forma que sólo es
posible aplicar las preferencias que expresamente señala la Ley, lo cual no es susceptible de
modificar convencionalmente.
La prelación de créditos es una figura de carácter sustancial y no debe confundirse con
la figura procesal de la prelación de embargos, esta última aparece regulada en el artículo
468, numeral 6, del Código General del Proceso, que trae las reglas especiales para la
efectividad de la garantía real y establece la prelación de embargos, cuando la medidas
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
226
cautelares decretadas en diversos procesos recaigan sobre un mismo bien, siempre existirá
un embargo que tenga prelación sobre los demás, en la medida que sobre un bien sólo puede
haber una medida cautelar vigente, salvo casos de excepción donde se permite la
concurrencia de embargos.
Esta disposición de carácter procesal establece, entonces, las reglas que han de seguirse
para establecer la prevalencia de los embargos dictados en distintos procesos, reglas que
determinan cuál de los embargos decretados debe prevalecer. De tal forma que no son las
normas sustanciales que establecen preferencias las que orientan para saber cuál medida
cautelar prevalece, sino las normas del procedimiento civil; empero, cuando vayan a pagarse
las acreencias con el producto del remate de los bienes embargados, la figura que debe
aplicarse es la de la prelación de créditos.
19.2 PREFERENCIA
Son dos las causales de preferencia el privilegio y la hipoteca, según el artículo 2493
del Código Civil. Agrega la norma que gozan de privilegio los créditos de la primera, segunda
y cuarta clase, y conforman la tercera clase al tenor de lo dispuesto por el artículo 2499, los
créditos hipotecarios.
Las causales de preferencia se clasifican en generales y especiales, las primeras
permiten al acreedor perseguir todos los bienes del deudor para la satisfacción de su crédito,
tal como ocurre con las preferencias de los créditos de la primera y de la cuarta clase, mientras
que las segundas sólo afectan determinados bienes, como en el caso de los créditos
hipotecarios y pignoraticios , en donde la preferencia se predica en relación con los bienes
sobre los que recaen los gravámenes, de tal forma que si queda un saldo insoluto, éstos se
convierten en créditos comunes o quirografarios de la quinta clase, que se pagan a prorrata
con las demás acreencias no privilegiadas.
tercera clase (Art. 2499), los cuales no son privilegiados de conformidad con la clasificación
legal, sin embargo, gozan de preferencia para su satisfacción.
La quinta clase de créditos agrupa aquellos comunes o quirografarios, cuyo pago
depende de que quede un remanente después de cubrir el pago de aquellos que gozan de
preferencia. Esta clasificación del legislador obedece a consideraciones de fondo que miran
el origen del crédito, el sujeto acreedor o las garantías específicas que se hayan constituido,
y que en todo caso debe interpretarse en armonía con los preceptos constitucionales y legales
que integran el sistema normativo colombiano y hayan establecido otras categorías de
créditos privilegiados.
2. Créditos laborales.
Dentro de éstos quedan comprendidas toda clase de remuneración de los trabajadores
y todas las prestaciones legales y extralegales a favor de éstos, como son cesantías, primas,
pensiones de jubilación, etc.
El artículo 36 de la Ley 50 de 1990, modificó al art. 2495 del Código Civil al disponer
que los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios, las
cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales pertenecen a la primera
clase que establece el Código Civil, quedando ubicados así dentro del primer orden de la
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
229
primera clase y con preferencia, incluso, respecto a las costas judiciales, las expensas
funerales y los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor.
4. Expensas funerales.
Esta preferencia comprende los créditos causados a favor de quienes suministran y
prestan servicios para el funeral del deudor fallecido y se limita a las expensas que han de ser
las necesarias para los funerales de un deudor que ha caído en estado de insolvencia, lo cual
implica que sólo se concede privilegio a las expensas indispensables para un entierro digno.
Corresponde, por tanto, al juez, al momento de la graduación de los créditos, apreciar
discretamente hasta dónde el monto de las expensas de que se trata responden al límite legal
que permite el privilegio.
5. Gastos de enfermedad.
Se refiere, según el artículo 2495 del Código Civil, concretamente, a los gastos de la
enfermedad de que haya fallecido el deudor, tales como los honorarios del médico,
medicamentos, etc. En el evento de que la enfermedad hubiese durado más de seis meses, se
deja al prudente arbitrio del juez determinar, según las circunstancias, la cantidad hasta la
cual se extienda la preferencia.
los sirvientes necesarios, a las personas que vivan con el deudor, a sus costas y a las personas
que éste deba alimentos, siempre y cuando sean mayores, toda vez que los de los menores
estarían el primer orden, conforme a lo dicho con anterioridad.
19.3.1.1
Preferencia general de
los Créditos de Primera
Clase
Los créditos de primera clase afectan a todos los bienes del deudor, incluidos los bienes
de la segunda y tercera clase así como los bienes del heredero que ha aceptado la herencia
sin beneficio de inventario y no se transfieren a terceros poseedores. Estos créditos tienen
preferencia general sobre todos los demás, las acreencias se pagan en el mismo orden de
numeración que se ha indicado anteriormente, así aparecen incluidas en el artículo 2495 del
Código Civil y las demás normas concordantes, cualquiera que sea la fecha del crédito y en
el evento de que existan varios créditos dentro de una misma categoría, se cancelan a prorrata
si los bienes del deudor no son suficientes para pagarlos íntegramente.
De tal forma que si los bienes del deudor, que no son objeto de hipoteca o prenda,
resultan insuficientes para pagar los alimentos de los menores y/o los salarios y prestaciones
de sus trabajadores, estos créditos prefieren a sus hipotecarios o prendarios, los que tienen
que ceder proporcionalmente hasta concurrencia de dichos créditos, es decir con el producto
de la venta de los bienes objeto de gravamen se pagan, proporcionalmente, los alimentos en
primer término, las acreencias laborales en segundo término y si queda después de agotar el
orden que se establece para la primera clase, se procede a pagar hasta donde alcance el
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
231
hipotecario con el saldo que quedó del bien hipotecado y el prendario con lo que quedó del
bien pignorado.
Debe, igualmente, tenerse en cuenta, al cancelar los créditos de esta clase, lo dispuesto
en el articulo 2496 Código Civil, norma que establece que no habiendo lo necesario para
cubrir integralmente todos los créditos, preferirán unos a otros en el orden de su numeración,
cualquiera que sea su fecha, y los comprendidos en cada número concurrirán a prorrata.
19.3.2.1 Preferenci
a especial de los
Créditos de Segunda
Clase
Los créditos de Segunda Clase gozan de una preferencia especial porque ésta hace en
forma exclusiva a los bienes legalmente afectos a dichos créditos, los cuales son dados en
prenda, los introducidos por el deudor en la posada y los transportados por el acarreador o
empresario de transportes.
forma que se les cancela preferencialmente en el orden de inscripción, todo lo anterior sin
perjuicio de lo dicho sobre los créditos de la primera clase.
Se trata en este caso de una preferencia especial, que se circunscribe al valor de los
bienes gravados, de tal forma que si dicho valor no alcanza para satisfacer el crédito
garantizado, el saldo insoluto ya no tiene preferencia y se convierte en un crédito común o
quirografario, sujeto a prorrateo con los créditos de la quinta clase.
Entre los créditos de segunda y los de la tercera clase no existen prelaciones, cada uno
de ellos gozan de preferencia especial para ser pagados con los respectivos bienes
determinados que los garantizan.
créditos de las tres primeras clases. Entre los créditos de la cuarta clase, la prelación depende
de las fechas de sus causas, según lo dispuesto del artículo 2503 del Código Civil.
transcrito como son: el término extintivo, mediante el cual se pone fin a las obligaciones
derivadas de contratos de tracto sucesivo como el suministro o el arrendamiento; la muerte
del acreedor o del deudor cuando los contratos de que se trate sean intuito personae, como el
usufructo, el mandato, la sociedad colectiva, entre otros, como quiera que la obligación es
intransmisible a los herederos del difunto; la revocación unilateral autorizada por vía
contractual o legal, como en el comodato o el arrendamiento por destinación del bien a
finalidades distinta de la pactada; la dación en pago, mediante la cual se entrega una cosa
distinta de la convenida; la revocación y la resolución del contrato judicialmente declarada;
la simulación del acto; la perención de las acciones procesales; la imposibilidad de ejecutar
la obligación, como cuando se produce la pérdida de la cosa debida en una obligación de
carácter unilateral como la donación, entre otras.
En esta parte se verá el mutuo acuerdo, el pago, la novación, la remisión, la confusión
y la prescripción, la nulidad sustancial fue vista al tratar del negocio jurídico, la condición
resolutoria al desarrollar las obligaciones condicionales y la perdida de la cosa especie que
se debe fue desarrollada al tratar de las obligaciones de especie.
Ese convenio que se celebre para extinguir una obligación existente, debe mirarse como
un negocio jurídico y en consecuencia le son predicables las reglas de éste en cuanto a
existencia y eficacia jurídica.
Cuando existe responsabilidad del deudor por el deterioro o los daños que ha
experimentado la especie o cuerpo cierto, el acreedor puede optar entre:
1. Demandar la resolución del contrato más indemnización de perjuicio, por su
incumplimiento;
2. Recibir la especie en el estado en que se encuentra;
3. Si los deterioros fueran de poca importancia pedir sólo la indemnización de
perjuicios.
Respecto del Pago de las obligaciones de género, conforme a lo previsto en el artículo
1566 del Código Civil, el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el
deudor queda libre de ella entregando cualquier individuo del género, con tal que sea de una
calidad a lo menos mediana.
20.3.3.1 ¿Quién
debe hacer el pago?
El pago debe ser hecho por el deudor o en su nombre o por un tercero, se parte del
hecho que normalmente corresponde al deudor el cumplimiento de la prestación. Sin
embargo, el Código Civil, en el artículo 1630, advierte que cualquier persona puede pagar
por el deudor, con su autorización, con su conocimiento y aun contra su voluntad. Salvo que
se trate de una obligación de hacer y ésta se haya constituido en consideración a la persona
del deudor, en cuyo caso no podrá ejecutarse la obra por otra persona sin el consentimiento
del acreedor.
20.3.3.1.2 Pago hecho por ciertas personas que sin ser deudores
directos tienen interés en la extinción de la obligación
Hay personas que, no siendo directamente deudoras, pueden ser obligadas a pagar, en
caso que el deudor propiamente tal no lo haga, luego tienen un evidente interés en la extinción
de la obligación.
Se encuentran es esta situación: el codeudor solidario, con la observación que éste es
deudor, pero no directo o beneficiario de la obligación, sino indirecto; el fiador o codeudor
subsidiario; y el tercer poseedor de la finca hipotecada.
Si paga uno de los codeudores solidarios, la obligación frente al acreedor se extingue
en relación con todos los deudores, pero entre los codeudores pueden surgir nuevas
relaciones, para lo cual debe tenerse en cuenta: si el que pagó es o no el único interesado en
la obligación o si hay más interesados, como también si el que pagó no tiene interés.
La regla general es que si paga uno de varios interesados, conforme al artículo 1579
del Código Civil, se subroga en la acción del acreedor con todos sus privilegios y seguridades,
pero limitada respecto de cada uno, a la cuota parte que tenga cada deudor en la deuda.
Si el negocio para el cual se contrae la obligación sólo concierne a uno o unos deudores,
serán éstos responsables entre sí y los otros se miraran como fiadores.
El fiador o deudor subsidiario que paga la obligación del deudor principal se subroga
en los derechos del acreedor con todos sus privilegios y seguridades.
Si quién ha hipotecado un bien raíz para garantizar una deuda ajena, o ha adquirido el
inmueble gravado con una hipoteca, y paga la deuda garantizada con dicha caución, se
subroga en los derechos del acreedor en los mismos términos que el fiador.
Salvo la excepción prevista para esta regla en el inciso 2 del artículo 1630 del Código
Civil, cuando se trata de obligaciones de hacer y para la obra de que se trata se ha tomado en
consideración la persona del deudor, no podrá ejecutarse la obra por otra persona contra la
voluntad del acreedor. En los demás casos si el acreedor se niega a recibir el pago del tercero
extraño, éste puede pagar por consignación.
En el evento previsto pueden presentarse tres situaciones, a saber:
a. El tercero paga con el consentimiento del deudor;
b. Paga sin conocimiento del deudor; y
c. Paga contra la voluntad del deudor.
20.3.3.2 Moneda
en que se hace el pago
Cuando no se exprese otra cosa, las cantidades que se estipulen en los negocios
jurídicos serán en moneda legal colombiana. La moneda nacional que tenga poder liberatorio
al momento de hacer el pago se tendrá como equivalente de la pactada, cuando ésta no se
halle en circulación al tiempo del pago (Art. 874 del Código de Comercio).
Las obligaciones que se contraigan en monedas o divisas extranjeras, se cubrirán en la
moneda o divisa estipulada, si fuere legalmente posible, en caso contrario, se cubrirán en
moneda nacional colombiana, conforme a las prescripciones legales vigentes al momento de
hacer el pago.
20.3.3.3 Imputació
n del pago
Conforme a la preceptiva del Código de Comercio, la imputación del pago se hace de
acuerdo a lo convenido por acreedor y deudor, en defecto de una estipulación expresa el
Código de Comercio en el artículo 881, señala las siguientes reglas:
1.- Si hay diferentes deudas exigibles, sin garantía, puede, el deudor, imputar el pago a
la que elija; pero si una de las deudas exigibles tuviere garantía real o personal, no podrá el
deudor imputar el pago a ésta sin el consentimiento del acreedor.
2. El acreedor que tenga varios créditos exigibles y garantizados específicamente,
podrá imputar el pago al que le ofrezca menos seguridades (Código Civil, arts. 1654 y 1655).
3. Si se deben capital e intereses, el pago se imputará primeramente a los intereses,
salvo que el acreedor consienta expresamente que se impute al capital (Art. 1653, Código
Civil).
4. Si el acreedor otorga carta de pago del capital sin mencionar los intereses, se
presumen éstos pagados.
20.3.4 De la novación
Concepto Legal:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
245
La define el artículo 1687 del Código Civil de la siguiente forma: “La Novación es la
sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida”.
Este modo extintivo, al tiempo que extingue una obligación da lugar a la creación de
una nueva que la sustituye, es decir el convenio novador genera la extinción de una obligación
existente, es fuente de una nueva obligación. En ese sentido se presenta algo parecido al pago
de la obligación, pero con la diferencia en que con este se satisface el interés del acreedor
con la prestación inicial, mientras que en la novación se satisface con un nuevo crédito, con
similar efecto extintivo.
20.3.4.2 Requisitos
de la novación. -
La novación, debe cumplir con los siguientes requisitos:
1) Que exista una obligación válida destinada a extinguirse:
Para que haya novación tienen que existir dos obligaciones: una que se extingue y una
nueva que la reemplaza, entre las cuales existe una relación de causalidad, lo cual se
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
246
desprende de lo previsto en el artículo 1687 del Código Civil, ambas obligaciones validas, a
los menos naturalmente .
La obligación primitiva debe ser pura y simple y no sujeta a condición suspensiva,
porque no se predicaría su existencia mientras esté pendiente la condición algo similar se
presentaría cuando la condición resulte fallida, casos en los cuales no podría operar la
novación. Si la primera obligación es pura y la segunda pende de una condición suspensiva,
tampoco hay novación mientras la condición esté pendiente, salvo que las partes hayan
convenido expresamente lo contrario en los términos señalados por el artículo 1692 del
código civil, caso en el cual nos atenemos a lo convenido y no a lo previsto por la norma.
2) Que nazca una obligación válida destinada a remplazar una anterior:
El nacimiento de una nueva obligación también es un elemento esencial de la novación,
la cual debe ser igualmente valida.
3) Que entre la obligación antigua y la nueva existan diferencias sustanciales: Esto se
refiere a que opere la modificación de los elementos esenciales o constitutivos de la
obligación y no solamente de lo accidental o accesorio a la relación obligatoria, para que sean
obligaciones distintas, por cambio de objeto, o del acreedor o el deudor. Si cambia el objeto
se habla de novación objetiva, si cambia el acreedor o el deudor, se produce la llamada
novación subjetiva.
4) Al negocio que genera la novación, incluidos los sujetos, se le aplican las reglas de
validez y eficacia de los negocios jurídicos.
5.) Que exista intención de novar, esto es el “animus novandi”:
Se entiende que hay intención de novar, cuando las partes lo declaran expresamente o
cuando aparezca indudablemente que su intención ha sido novar, porque la nueva obligación
envuelve la extinción de la antigua, dicha intención no se presume.
Si no aparece la intención de novar, se mirarán las dos obligaciones como coexistentes,
y valdrá la obligación primitiva en todo aquello en que la posterior no se opusiere a ella,
subsistiendo en esa parte los privilegios y cauciones de la primera (artículo 1693 del Código
Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
247
20.3.4.4 La
novación objetiva
Se presenta cuando se sustituye una obligación por otra nueva sin que intervenga nuevo
acreedor o deudor. Cambia el objeto o sea la prestación, en su cantidad o en su naturaleza,
como si alguien por ejemplo debe un millón de pesos y conviene con su acreedor que a
cambio se ello se obliga a entregarle un computador portátil para extinguir la obligación.
20.3.4.5 La
novación subjetiva
Se produce por cambio de acreedor o de deudor, permaneciendo la misma prestación
es la prevista en el artículo 1690 Código Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
248
Novación por cambio de acreedor: Cuando el deudor contrae una nueva obligación
respecto de un tercero, nuevo acreedor, y como consecuencia de ello el acreedor inicial lo
declara libre de la obligación primitiva.
En esta clase de novación se requiere la intervención de tres personas y el
consentimiento de todas ellas: el del deudor, ya que contrae una nueva obligación; el del
primitivo acreedor, quien debe declarar libre, a su respecto, al deudor, es decir da por
extinguido su crédito; y el del nuevo acreedor, quien va a adquirir un derecho y ello no es
posible sin aceptación.
Novación por cambio de deudor: También se presenta novación subjetiva, por cambio
del deudor, sustituyéndose un nuevo deudor al antiguo que en consecuencia queda libre.
Esta tercera especie de novación puede efectuarse sin el consentimiento del primer
deudor, caso en el cual se le conoce como expromisión, pero debe consentirla el acreedor
para dar por libre al primitivo deudor. Cuando se efectúa con el consentimiento deudor, el
nuevo deudor se llama delegado del primero.
La simple sustitución de deudor no constituye novación. La sustitución de un nuevo
deudor a otro no produce novación, si el acreedor no expresa su voluntad de dar por libre al
primitivo deudor. A falta de esta expresión se entenderá que el tercero es solamente diputado
por el deudor para hacer el pago, o que dicho tercero se obliga con él solidaria o
subsidiariamente, según parezca deducirse del tenor o espíritu del acto (artículo 1694 del
Código Civil).
20.3.4.6 Efectos de
la novación
La novación tiene por efecto la extinción de la obligación anterior y el nacimiento de
una nueva obligación.
Las cuestiones accesorias se extinguen, salvo convenio en contrario, así:
1. De cualquier modo que se haga la novación, quedan por ella extinguidos los intereses
de la primera deuda, si no se expresa lo contrario (artículo 1699, Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
249
2. En relación con los privilegios. Sea que la novación se opere por la sustitución de un
nuevo deudor o sin ella, los privilegios de la primera deuda se extinguen por la novación
(artículo 1700, Código Civil).
3. En relación con las garantías. Aunque la novación se opere sin la sustitución de un
nuevo deudor, las prendas e hipotecas de la obligación primitiva no pasan a la obligación
posterior, a menos que el acreedor y el deudor convengan expresamente en la reserva.
Pero la reserva de las prendas e hipotecas de la obligación primitiva no valen, cuando
las cosas empeñadas e hipotecadas pertenecen a terceros que no acceden expresamente a la
segunda obligación.
Tampoco vale la reserva en lo que la segunda obligación tenga de más que la primera.
Si, por ejemplo, la primera deuda no producía intereses y la segunda los produjere, la hipoteca
de la primera no se extenderá a los intereses (artículo 1701 del Código Civil).
4. Ineficacia de reservas en la novación por nuevo deudor. Si la novación se opera por
la sustitución de un nuevo deudor, la reserva no puede tener efecto sobre los bienes del nuevo
deudor, ni aún con su consentimiento (artículo 1702, Código Civil).
Y si la novación se opera entre el acreedor y uno de sus deudores solidarios, la reserva
no puede tener efecto sino relativamente a éste. Las prendas e hipotecas constituidas por sus
codeudores solidarios se extinguen a pesar de toda estipulación contraria; salvo que estos
accedan expresamente a la segunda obligación.
5. En relación con los codeudores, la novación liberta a los codeudores solidarios o
subsidiarios que no han accedido a ella (artículo 1704, Código Civil).
Cuando la segunda obligación consiste simplemente en añadir o quitar una especie,
género o cantidad a la primera, los codeudores subsidiarios y solidarios podrán ser obligados
hasta concurrencia de aquello que en ambas obligaciones convienen.
20.3.5 La remisión
20.3.5.1 Concepto
Es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la renuncia que de su crédito
hace el acreedor en favor de su deudor, total o parcialmente.
La remisión puede ser a titulo gratuito o de mera liberalidad y a título oneroso, tal como
se desprende de lo previsto en el artículo 1712 del Código Civil: “La remisión que procede
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
251
de mera liberalidad, está en todo sujeta a las reglas de la donación entre vivos y necesita de
insinuación en los casos en que la donación entre vivos la necesita”. En este caso se le asimila
a la donación.
De la norma transcrita, se colige, que puede haber remisión a titulo oneroso, cuando no
procede de mera liberalidad, cuando el acreedor obtiene alguna ventaja a cambio de su
renuncia, pero la ley no la reglamenta.
La remisión proviene de un negocio jurídico unilateral o de uno bilateral, ello implica
que deben darse los elementos de los negocios jurídicos, referentes a su existencia y a su
eficacia. De allí lo prevenido por el artículo 1711 del Código Civil, en el sentido que la
remisión o condonación de una deuda no tiene valor sino en cuanto el acreedor es hábil para
disponer de la cosa que es objeto de ella. Y en la que se hace por mera liberalidad se deben
seguir las reglas de la donación.
Cuando proviene de un testamento, este acto debe someterse a las reglas establecidas
para este tipo de negocios.
Puede presentarse el caso de la remisión tacita, prevista en el artículo 1713 del Código
Civil, cuando el acreedor entrega voluntariamente al deudor el título de la obligación, o lo
destruye o cancela con ánimo de extinguir la deuda. La norma establece una presunción, a
partir de la conducta del acreedor y ésta solo se desvirtúa con la prueba a cargo de éste, que
no fue su disposición remitir.
20.3.5.2 Efectos de
la remisión
El efecto es extinguir la relación obligatoria, se debe, sin embargo, distinguir, cuando
exista pluralidad de deudores, si la obligación es conjunta y sólo se refiere a uno de los
deudores la remisión, sólo se extingue la cuota parte que a ese deudor corresponda, si la
obligación es solidaria beneficia a todos los deudores, salvo que el acreedor, en la remisión
expresa haya condicionado la extinción frente a uno solo de los varios deudores en una parte.
Igualmente se predica la extinción de las cuestiones accesorias; en cambio, la remisión
de la prenda o de la hipoteca no basta para que se presuma remisión de la deuda.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
252
20.3.6 La compensación
20.3.6.1 Concepto
La compensación es un modo de extinguir las obligaciones reciprocas existentes entre
dos personas, hasta concurrencia de la de menor valor.
El artículo 1714 del Código Civil, la define así: “Cuando dos personas son deudoras
una de otra, se opera entre ellas una compensación que extingue ambas deudas, del modo y
en los casos que van a explicarse”.
20.3.6.2 Requisitos
de la compensación
De lo previsto en los artículos 1715 y 1716 del Código Civil, es posible concluir que
para que opere la compensación deben darse los siguientes requisitos:
1) Las partes deben ser recíprocamente deudoras. De éste se desprenden las siguientes
precisiones:
a) El deudor principal no puede oponer a su acreedor por vía de compensación lo que
éste debe a su fiador.
b) Requerido el deudor de un pupilo por el tutor o curador, no puede oponerle por vía
de compensación lo que el tutor o curador le deba a él.
c) Un deudor solidario no puede compensar su deuda con los créditos que sus
codeudores tengan contra el mismo acreedor, salvo que éstos le hayan cedido sus créditos.
Hay casos de excepción en que la compensación puede tener lugar, no obstante que las
partes no sean personal y recíprocamente acreedoras y deudoras, ellos son los que
contemplan los artículos 1717 y 1718 del Código Civil, así:
El mandatario demandado por un acreedor de su mandante, puede oponer en
compensación, no sólo los créditos de éste, sino sus propios créditos contra el mismo
acreedor, prestando caución de que el mandante ratificará la compensación.
El mandatario demandado por un acreedor personal suyo puede oponer, en
compensación, un crédito que tenga su mandante en contra del mismo acreedor, siempre que
esté debidamente autorizado por aquel, de lo contrario no es posible (artículo 1617, Código
Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
253
Por su parte, el artículo 1718, en relación con la cesión de créditos prevé: “El deudor
que acepta sin reserva alguna la cesión que el acreedor haya hecho de sus derechos a un
tercero, no podrá oponer en compensación al cesionario los créditos que antes de la
aceptación hubiera podido oponer al cedente”. La razón es que como éste ha manifestado su
aceptación a un acto que le era inoponible, por ello no puede oponer en compensación.
En cambio, si la cesión no ha sido aceptada sino que se perfeccionó por la notificación
al deudor, podrá este oponer al cesionario todos los créditos que antes de notificársele la
cesión haya adquirido contra el cedente, aun cuando no hubieren llegado a ser exigibles sino
después de la notificación.
20.3.6.3 Efectos de
la compensación
El efecto principal de la compensación es producir la extinción de las obligaciones
recíprocas hasta concurrencia de la menor.
Conjuntamente con la obligación principal se extinguen las accesorias, como las
cauciones y los privilegios de que gozan los créditos.
La compensación se opera por el solo ministerio de la Ley y aún sin conocimiento de
los deudores, es decir opera de pleno derecho y ambas deudas se extinguen recíprocamente
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
255
hasta la concurrencia de sus valores, desde el momento que una y otra reúnen las calidades
que anteriormente se señalaron.
Sin embargo, en un proceso, por lo general deberá ser alegada por la parte interesada,
quien deberá probar la concurrencia de sus requisitos exigidos por la Ley, porque de lo
contrario el Juez puede no conocer la existencia de las obligaciones compensables.
20.3.6.4 Renuncia
de la compensación
La Ley no trae previsión sobre este punto, pero no se encuentra razón para que no
pueda hacerse a pesar de que como se ha señalado, la compensación opera de pleno derecho,
ella es perfectamente renunciable por el demandado. Si el deudor demandado no invoca la
compensación a sabiendas que puede hacerlo, se estima que está renunciando tácitamente.
De otra parte el artículo 1719 del Código Civil dispone en relación con las garantías:
“Sin embargo, de efectuarse la compensación por ministerio de la Ley, el deudor que no la
alegare, ignorando un crédito que puede oponer a la deuda, conservará junto con el crédito
mismo las fianzas, privilegios, prendas e hipotecas constituidas para su seguridad”.
20.3.7 La confusión
20.3.7.1 Concepto
Es un modo de extinguir las obligaciones que se presenta cuando en una misma persona
se conjugan la calidad de acreedor y deudor de una sola obligación.
En el fondo es una especie de imposibilidad de ejecución, porque ésta resulta imposible
de ejecutarse (Pérez Vives, 1968, p. 417).
El artículo 1724 del Código Civil señala: “Cuando concurren en una misma persona
las calidades de acreedor y deudor, se verifica de derecho una confusión que extingue la
deuda y produce iguales efectos que el pago”.
La confusión normalmente se produce por causa de muerte, para que pueda operar la
confusión por causa de muerte es necesario que el heredero acepte pura y simplemente la
herencia, porque si se acepta con beneficio de inventario los créditos y deudas del heredero
que aceptó la herencia no se confunden con las deudas y créditos hereditarios (artículo 1728
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
256
del Código Civil), puede presentarse en tres situaciones: a) El deudor es heredero del
acreedor, o éste le lega el crédito; b) El acreedor es heredero del deudor; y c) Un tercero es a
la vez heredero del acreedor y del deudor, o sea, ambas calidades se reúnen en una persona,
que era ajena a la obligación. Se puede presentar por acto entre vivos cuando se le cede al
deudor el crédito.
Se puede presentar confusión total o parcial, es total si el deudor adquiere la calidad de
acreedor de la totalidad de él, o si el acreedor asume la deuda completa; y parcial cuando las
calidades de acreedor y deudor concurren solamente respecto de una cuota, caso en el cual la
obligación se extingue hasta concurrencia de ésta (artículo 1726 del Código Civil). Seria el
caso que presenta, por ejemplo, cuando Timoleón debe a Aristarco la yegua Lucerito, cuerpo
cierto, el acreedor muere y lo suceden Timoleón y Pantaleón como herederos en cuotas
iguales, la confusión sólo operaría en cuanto a la mitad de la obligación.
20.3.7.2 Efectos de
la confusión
Los podemos sintetizar así:
1. Extingue total o parcialmente la obligación según lo expresado en líneas anteriores.
2. La confusión que extingue la obligación principal extingue la fianza, pero la
confusión que extingue la fianza no extingue la obligación principal (artículo 1725 del
Código Civil).
3. En las obligaciones solidarias, si hay confusión entre uno de varios deudores
solidarios y el acreedor, podrá el deudor repetir contra cada uno de sus codeudores por la
parte o cuota que respectivamente les corresponda en la deuda.
Cuando la solidaridad es activa, y hay confusión entre uno de varios acreedores
solidarios y el deudor, el acreedor debe a los demás su cuota parte en el crédito, como si se
hubiera extinguido por pago.
doble función: una como modo de adquirir los derechos reales, que se conoce como
prescripción adquisitiva o usucapión; y otra como modo de extinguir los derechos personales
u obligaciones; que se le conoce como prescripción extintiva o liberatoria.
Estas dos clases de prescripción tienen reglas comunes y reglas exclusivas para cada
una, puede decirse que son comunes el señalamiento de un tiempo o termino necesario para
la producción de los efectos; además las dos prestan certeza y seguridad a la vida jurídica,
también estimulan o penan la actividad o la negligencia; y se diferencian en que en la
adquisitiva existe un hecho positivo (poseer), mientras que en extintivo un hecho negativo
(abstención o no ejercicio del derecho), por la adquisitiva se pierde un derecho real que
adquiere el poseedor, mientras que por la extintiva solamente se pierde la acción, para
reclamar el crédito, además la adquisitiva solamente tiene efectos en los derechos reales ya
que no se explica cómo una persona podría llegar a ser acreedora de la otra directamente por
el simple curso del tiempo. La extintiva puede presentarse tanto en los derechos reales como
en los personales, aunque más frecuentemente en los últimos, otro elemento común es que la
prescripción debe ser alegada por quien quiera beneficiarse de ella y el Juez, por lo tanto, no
puede declararla de oficio (artículos 2513 del Código Civil y 282 del Código General del
Proceso), además no puede renunciarse expresa o tácitamente, sino después de cumplida (art.
2514 del Código Civil) y por quien tenga capacidad de disponer.
La prescripción extintiva es un medio por el cual se extingue la facultad de exigir las
obligaciones cuando este derecho no ha sido ejercido por cierto lapso de tiempo. Puede
invocarse por vía de acción o por vía de excepción, con la salvedad que, tal como la concibe
y reglamenta el ordenamiento positivo colombiano, no extingue en términos absolutos la
obligación, por cuanto su alcance es convertir la obligación civil en una obligación natural,
reglamentación que consideramos defectuosa y limita los alcances de una verdadera
prescripción extintiva, ello explica cómo el deudor, continúa siéndolo respecto de una
obligación natural, razón por la cual se le mantiene registrado como tal en las centrales de
riesgo. Lo anterior implica que lo que prescribe en ultimas es poder ejercitar una acción para
exigir su cumplimiento.
Se puede definir la prescripción extintiva como el modo de extinguir las acciones y
derechos ajenos por no haberlos ejercido durante cierto lapso, concurriendo los demás
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
258
requisitos que para tal efecto señala la Ley. Cabe observar que el artículo 2535 del Código
Civil no se refiere expresamente a la prescripción extintiva como un modo de extinguir las
obligaciones, sino como un modo de extinguir los derechos y las acciones, al señalar: “La
prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de
tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que
la obligación se haya hecho exigible”. De tal forma que el artículo 1527 del mismo estatuto,
contempla como obligación natural aquella extinguida por la prescripción, es decir, la
prescripción no extingue la obligación, sino el derecho para exigir el cumplimiento de la
obligación civil, pero la obligación queda subsistente como natural.
20.3.8.1 Medios
para obtener la
declaración de
prescripción
La prescripción en el derecho colombiano debe ser alegada, no puede ser declarada
oficiosamente, el artículo 2513 del Código Civil señala que quien quiera aprovecharse de la
prescripción debe alegarla, negando al juez la posibilidad de su declaración oficiosa. De otra
parte, el artículo 2° de la Ley 791 de 2002, estableció agregar un inciso segundo al artículo
2513 del Código Civil, del siguiente tenor:
"La prescripción, tanto la adquisitiva como la extintiva, podrá invocarse por
vía de acción o por vía de excepción, por el propio prescribiente, o por sus acreedores
o cualquiera otra persona que tenga interés en que sea declarada, inclusive habiendo
aquel renunciado a ella".
Lo estipulado en las normas citadas permite concluir que a su declaratoria se llega por
vía de acción o por vía de excepción, el primer medio implica la posibilidad de instaurar una
demanda con la pretensión específica de que el Juez declare la prescripción y el segundo se
complementa con la norma contenida en el Código General del Proceso , articulo 282 ( Viejo
Código de Procedimiento Civil, art. 306), que ordena proponer la excepción en la
oportunidad que se tiene para contestar la demanda, al igual que la de compensación y nulidad
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
259
20.3.8.2 Requisitos
de la prescripción
extintiva o liberatoria
Los requisitos que deben concurrir para que opere la prescripción extintiva o liberatoria
son los siguientes: La prescriptibilidad, la inactividad del acreedor durante el tiempo señalado
por la ley y la exigibilidad de la obligación
1.- La prescriptibilidad:
Son susceptibles de prescripción todos los derechos y acciones de contenido
patrimonial, por regla general, aunque hay ciertos derechos y acciones que por expresa
disposición legal o por su misma naturaleza no puede extinguirse por prescripción, como lo
son:
a.- Las cosas que por su destinación, como las calles, las plazas, el aire, son de uso
público (Art. 1519 y 1521, Código Civil).
b.- La acción para reclamar el estado del hijo (Art. 406, Código Civil)
c.- La acción de división del comunero (Art. 1374, Código Civil)
d.- Las meras facultades, como la servidumbre de cerramiento (Art. 904 C.C. );
demarcación (Art. 900); medianería (art. 909); transito (Art. 905) etc.
2.- Inacción del acreedor durante el tiempo previsto por la Ley:
Inacción o no ejercicio durante un lapso de tiempo, consiste en una actitud pasiva del
titular del derecho de crédito, por no haber demandado oportunamente al deudor o hecho las
diligencias pertinentes para obtener la satisfacción de la prestación o interrumpir la
prescripción.
Cuando el acreedor, presenta una inactividad prolongada, esta demostrado que no i
tiene interés en la prestación debida.
Este requisito esta previsto en el artículo 2535 del Código Civil: “La prescripción que
extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo durante el
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
260
cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se
haya hecho exigible”.
3.- La exigibilidad: es un requisito importante, pues sin el cumplimiento de plazo o de
la condición o sin la constitución en mora no empieza a correr el lapso de tiempo legal.
20.3.8.3 Momento
en que comienza a
correr el plazo de
prescripción
La posibilidad que tiene el titular de un derecho para hacerlo valer, determina el
momento, para el cómputo de la prescripción.
El artículo 2535 citado señala que comienza a correr el plazo de prescripción desde que
la obligación se ha hecho exigible, para ello es necesario tener en cuenta, si se trata de
obligaciones puras y simples, de obligaciones a plazo o de obligaciones condicionales:
• En las obligaciones puras y simples, que nacen con su fuente e
inmediatamente se hacen exigibles, el término se comienza a computar desde el momento
en que la obligación nace por perfeccionarse su fuente.
• En las obligaciones sometidas a condición suspensiva desde el momento en
que se cumple la condición, siempre y cuando no se haya previsto además un plazo.
• En las obligaciones a plazo, desde el vencimiento del mismo y desde la
contravención, si se trata de una obligación de no hacer.
Se presentan algunos casos puntuales en los cuales la Ley señala una oportunidad
diferente, como ocurre, por ejemplo, con el contrato de transporte, en el cual por mandato del
artículo 993 del Código de Comercio, se cuenta desde la fecha en que el pasajero emprenda
el viaje.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
261
20.3.8.4 Interrupci
ón del término de la
prescripción
La prescripción es susceptible de interrumpirse por el advenimiento de un hecho que
hace perder todo el tiempo corrido, caso en el cual empieza a contarse de nuevo su término.
La interrupción puede ser natural o civil.
• Natural: Cuando la obligación es reconocida por el deudor expresa o
tácitamente (Art. 2539, inc. 2, y 2544, inc. 1), ocurre cuando el deudor de cualquier forma
expresa o tacita reconoce la obligación, por ejemplo, haciendo abonos, pidiendo plazos,
pagando intereses, aceptando su condición de deudor, se trata de un acto propio del
deudor y proveniente de éste y no unilateralmente del acreedor, es decir que el hecho de
que el acreedor requiera para el pago no interrumpe. Sin embargo, es de anotar que el
nuevo código general del proceso, en el inciso final del articulo 94 incluyó una norma
que es de carácter sustancial, en mi entender, y que esta adicionando el artículo 2539
del código civil, en lo referente a la interrupción natural de la prescripción, en efecto, esta
norma únicamente contemplaba como causal de interrupción natural, la conducta del
deudor que reconocía la obligación, mientras que la norma procesal consagra que la
actividad extraprocesal del acreedor, consistentente en el requerimiento escrito realizado
por este directamente al deudor la puede interrumpir hasta por una sola vez.
• Civil: Para que ésta opere debe existir un acto formal por parte del acreedor,
de los señalados por la Ley, como ocurre con la instauración de la demanda judicial,
previsto en el artículo 2539 del código civil, la solicitud de la convocatoria de
arbitramento, la solicitud del trámite de conciliación ante centro de conciliación
autorizado, el requerimiento en las prescripciones de corto tiempo ( artículo 2544 del
Código Civil), en los créditos laborales el reclamo escrito del trabajador (Art. 489 del
Código Sustantivo del Trabajo).
Se interrumpe civilmente la prescripción por la demanda judicial, entendiéndose por
ésta todo recurso tendiente a interrumpir dicha prescripción, todo en los términos y con las
salvedades que establecen los artículos 94 y 95 del código general del proceso.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
262
Respecto a codeudores y coacreedores, el artículo 2540 del código civil, modificado por el
artículo 9 de la Ley 791 de 2002. Señala que la interrupción que obra a favor de uno o varios
coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio de uno o varios
codeudores, perjudica a los otros, en las obligaciones conjuntas; en cambio en las
obligaciones solidarias si aprovecha u obra en perjuicio de todos. Siempre que no se haya
esta renunciado a la solidaridad en los términos del artículo 1573, similar ocurre cuando la
obligación sea indivisible.
20.3.8.5 Suspensió
n
La prescripción que extingue la obligación se suspende a favor de “los menores, los
dementes, los sordomudos y quienes estén bajo potestad, curaduría o tutela”, de “la herencia
yacentes” y “entre conyugues (no los legalmente separados de cuerpo)” (arts. 253 y 2541 del
Código Civil). Es la Ley la que impide que corra el plazo en contra de ciertas personas que
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
264
merecen protección especial mientras dura la causa que motiva la suspensión. El efecto de la
suspensión consiste en descontar el plazo de la prescripción el tiempo que dure la
incapacidad, se cuenta como tiempo útil para la prescripción el que corre antes y después de
ésta, se aplaza hasta cuando la razón halla cesado, pero siempre prescribe en 20 años después
de la suspensión (art. 2530, inc. 2, Código Civil).
La suspensión constituye una excepción a la regla general según la cual lo derechos y
acciones se extinguen por prescripción en perjuicio de toda clase de personas, por eso
ninguna otra persona fuera de las que indica la Ley pueden alegar la suspensión no afecta la
prescripción de corto tiempo, éstos, en cambio, admiten interrupción (art. 2545 del Código
Civil).
20.3.8.6 Clases de
prescripción
20.3.8.6.1 Prescripción de la acción ejecutiva y prescripción de la
acción ordinaria
Conforme a lo previsto en el art. 2356 del Código Civil, la acción ejecutiva que tiene
el acreedor prescribe en un término de 5 años a partir de la exigibilidad y la ordinaria en un
término de diez años.
Para ejercitar la primera se requiere de un titulo ejecutivo, conforme al art. 422 del
Código General del Proceso.
20.3.8.6.4 Renuncia
La prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente, pero sólo después de
cumplida. Ésta no puede renunciarse antes porque, siendo una institución estable por motivo
de interés general y por tanto de orden público, no puede admitirse ésta de antemano, porque
de ser esto posible llegaría a ser completamente ineficaz dicha institución, porque en todos
los contratos se exigiría esta renuncia; pero puede renunciarse después de cumplida porque
una vez vencido el plazo y adquirido el derecho de oponerla, si consiste en un derecho
privado del cual el titular es libre de renunciar a su arbitrio.
La renuncia de la prescripción es un acto jurídico en el cual solo se requiere la voluntad
del deudor; Las personas con capacidad para enajenar son la que pueden renunciar a la
prescripción ganada.
La renuncia de la prescripción por el deudor solo tiene valor mientras no cause
perjuicios a terceros.
20.3.8.7 Efectos de
la prescripción
liberatoria
Son los siguientes:
a) El acreedor pierde su derecho de exigir el cumplimiento de la obligación, esta pasa
de civil a natural.
b) Las acciones que proceden de una obligación accesoria se extinguen ya que la
extinción civil de la obligación implica la de sus accesorios y privilegios. El artículo 2537
del Código Civil establece: “la acción hipotecaria y las demás que proceden una obligación
accesoria, prescriben junto con la obligación a la que acceden”.
c) Cuando hay pluralidad de sujetos la prescripción puede o no tener efectos iguales
respecto de todos si ésta es conjunta, pero si favorece a un deudor solidario tiene el mismo
efecto con los demás.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
267
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Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
270
21.1 INTRODUCCIÓN
El Derecho encuentra su fundamento y su razón de existencia en la misma vida
humana, en aquel conjunto de relaciones que surgen entre los hombres en el desarrollo de
cada actividad particular, relaciones a veces armoniosas, a veces conflictivas, pero que se
limitan y reflejan en las instituciones y normas jurídicas, de allí surge lo que el profesor
Emilio Betti (1969) denomina “relación de cooperación entre los que viven en sociedad” (p.
4).
El hombre, en su vida en sociedad, en el estudio particular que nos ocupa, puede
establecer diversas relaciones jurídicas: unas relaciones de Derecho Real que apuntan al
problema de la atribución de bienes, que lo colocan o sitúan en la perspectiva de un poder
directo sobre las cosas, sin exclusión de los sujetos de derecho y que conduce generalmente
a la noción o concepto de Derechos Reales, de los cuales se predican los llamados efectos
erga omnes; otras, en cambio, lo vinculan con las demás personas y conducen corrientemente
a la noción de Derechos Personales u Obligaciones. Pero ello no quiere significar que el
Derecho Real no implique una relación jurídica entre sujetos, hay un sujeto activo
determinado y unos sujetos pasivos indeterminados, para los cuales surgen deberes negativos
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
271
Las regulaciones del derecho privado, en general, las encontramos en el código civil y
en el código de comercio, principalmente, y en las normas que complementan o modifican
estos cuerpos normativos, el primera data del año de 1887 y el segundo de 1971.
En general el código civil comprende las disposiciones legales sustantivas que
determinan especialmente los derechos de los particulares, por razón del estado de las
personas, de sus bienes, obligaciones, contratos y acciones civiles; por lo tanto, los
particulares en sus relaciones de derecho privado, quedan sometidos a él como derecho civil
nacional, campo de aplicabilidad contenido en los tres primeros artículos de este estatuto.
Pero no todas las relaciones de los particulares son reguladas exclusivamente por la ley
civil, por cuanto el código de comercio señala que los comerciantes y los asuntos mercantiles
se regirán por las disposiciones de la ley comercial, y los casos no regulados expresamente
en ella serán decididos por analogía de las mismas normas mercantiles y en cuanto a las
cuestiones comerciales que no pudieren regularse conforme a la regla anterior, se aplicarán
las disposiciones de la legislación civil; de esa manera, en cuanto a la aplicación general se
integran los dos estatutos, acudiendo al principio de la analogía, tal como se desprende de los
primeros artículos de este código. La anterior apreciación nos muestra, como se presenta una
especie de dicotomía de orden normativo que nos invita a una posterior reflexión sobre este
punto.
En síntesis, el código de comercio se aplica:
• A quienes tienen la calidad de comerciantes, es decir aquellas personas que
profesionalmente se ocupan en algunas de las actividades que la ley considera
mercantiles. Para todos los efectos legales se presume que es comerciante la
persona que se encuentre inscrita en el registro mercantil, cuando tenga un
establecimiento de comercio abierto o cuando se anuncie al público por
cualquier medio como comerciante.
• A los asuntos mercantiles en que intervengan comerciantes o no comerciantes.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
273
Conforme al código de comercio se consideran como mercantiles para todos los efectos
legales, las siguientes:
1) La adquisición de bienes a título oneroso con destino a enajenarlos en igual forma,
y la enajenación de los mismos;
2) La adquisición a título oneroso de bienes muebles con destino a arrendarlos; el
arrendamiento de los mismos; el arrendamiento de toda clase de bienes para subarrendarlos,
y el subarrendamiento de los mismos;
3) El recibo de dinero en mutuo a interés, con garantía o sin ella, para darlo en préstamo,
y los prestamos subsiguientes, así como dar habitualmente dinero en mutuo a interés;
4) La adquisición o enajenación, a título oneroso, de establecimientos de comercio, y
la prenda, arrendamiento, administración y demás operaciones análogas relacionadas con los
mismos;
5) La intervención como asociado en la constitución de sociedades comerciales, los
actos de administración de las mismas o la negociación a título oneroso de las partes de
interés, cuotas o acciones;
6) El giro, otorgamiento, aceptación, garantía o negociación de títulos valores, así como
la compra para reventa, permuta, etc., de los mismos;
7) Las operaciones bancarias, de bolsas, o de martillos;
8) El corretaje, las agencias de negocios y la representación de firmas nacionales o
extranjeras;
9) La explotación o prestación de servicios de puertos, muelles, puentes, vías y campos
de aterrizaje;
10) Las empresas de seguros y la actividad aseguradora;
11) Las empresas de transporte de personas o de cosas, a título oneroso, cualesquiera
que fueren la vía y el medio utilizados;
12) Las empresas de fabricación, transformación, manufactura y circulación de bienes;
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
276
Debe entenderse que la enunciación que hace el código de comercio, sobre actos
mercantiles y no mercantiles, no es limitativa, sino declarativa y en ese sentido no constituyen
una camisa de fuerza para el intérprete.
De igual forma cuando una persona no comerciante celebra un acto mercantil con un
comerciante se somete a la ley mercantil (artículo 22 del código de comercio).
A las personas que tienen la calidad de comerciantes y a los asuntos mercantiles se les
aplica en principio la ley mercantil; entendiéndose en materia de obligaciones y contratos
como ley mercantil la regulación general que trae el código civil sobre la materia y las
disposiciones especiales que sobre el punto trae el código de comercio; tal como lo dispone
el artículo 822 y no habiendo regulación en ninguno de los dos ordenamientos, se acude a la
analogía primero de las normas mercantiles y subsidiariamente a las del código civil en otros
aspectos diferentes.
En ultimas los dos estatutos del derecho privado se integran y complementan en esta
materia formando un sistema normativo, las normas del código civil le son aplicables a las
obligaciones mercantiles por la remisión directa que hace este estatuto en el artículo 822 y
las normas del código de comercio se pueden aplicar por analogía a las obligaciones y
contratos que regula el código civil.
En nuestro concepto con las disposiciones del código de comercio, acudiendo a la labor
integradora a que hemos venido haciendo referencia, se complementaron y actualizaron hasta
cierto punto las regulaciones del código civil, en relación con algunos aspectos que en su
lugar del desarrollo de esta obra analizaremos con más detenimiento , entre los cuales
destacamos, lo referente a la complementación de las fuentes de las obligaciones contenida
en el artículo 1494 del código civil, con la consagración del abuso del derecho( Articulo 830)
el enriquecimiento sin causa ( Articulo 831 ) la regulación de negocios jurídicos unilaterales
como la oferta( Articulo 845 y siguientes) la responsabilidad civil precontractual ( Articulo
863) la ampliación de la noción de contrato ( Articulo 864) esto unido a otros aspectos que
miraremos en nuestro estudio integral. Pero lo anterior de ninguna manera resuelve las
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
278
que actuando en el marco de sus competencias ordinarias consideran inaplicable una norma
a un caso particular por violar el precepto superior. Lo anterior enmarcado en un Estado
Social de Derecho implica el respeto a los derechos y garantías fundamentales que consagra
la norma superior en favor de los ciudadanos.
Pero el fenómeno no se reduce solo a los controles, sino que se concreta con normas
contenidas en la misma constitución que tocan aspectos atinentes o relacionados lo algunos
denominan derecho privado constitucional ( Lafont Pianeta Pedro. Manual de derecho
privado contemporáneo) lo cual nos lleva a pensar que mirado de manera integral no solo
existe un derecho privado legislado, valga decir código civil y código de comercio y
disposiciones legales complementarias o relacionadas, sino también normas constitucionales
que por contenido tienen que ver con el derecho privado legislado y con instituciones
contempladas en la constitución como la persona, la familia, la libertad, la igualdad, la
propiedad , la responsabilidad .
De otra parte, con el desarrollo del derecho de consumo y las normas protectoras del
consumidor se han experimentado cambios fundamentales en el ámbito contractual y en el
derecho de obligaciones, que corresponden a todo un movimiento renovador sobre el tema
en Europa a mediados de los años 80. En nuestro ordenamiento dentro del contexto de la
constitucionalización del Derecho Privado, se garantiza la protección del consumidor desde
la Constitución, a partir de la norma contenida en el artículo 78 de la Constitución Política
de Colombia que señala: “la ley regulará el control de calidad de bienes y servicios ofrecidos
y prestados a la comunidad, así como la información que debe suministrarse al público en su
comercialización. Serán responsables, de acuerdo con la ley, quienes en la producción y en
la comercialización de bienes y servicios, atenten contra la salud, la seguridad y el adecuado
aprovisionamiento a consumidores y usuarios.” En desarrollo de esta norma se expide la Ley
1480 de 2011, Estatuto del Consumidor, que entró en vigencia el 12 de abril de 2012.
Fernando Hinostrosa Forero (2002) señala que “Obligación significa lígamen, atadura,
vínculo, términos próximos entre sí, cuando no sinónimos, que vertidos al derecho implican
una relación jurídica, o sea, una relación sancionada por aquel, establecida entre dos personas
determinadas, en razón de la cual un sujeto activo, que se denomina acreedor, espera
fundadamente un determinado comportamiento, colaboración, que es la prestación, útil para
él y susceptible de valoración pecuniaria, de parte y a cargo de otro sujeto pasivo llamado
deudor, quien se encuentra, por lo mismo, en la necesidad de ajustar su conducta al contenido
del nexo, so pena de quedar expuesto a padecer ejecución forzada, o sea, a verse constreñido
alternativamente, a instancia de su contraparte, a realizar la prestación original o a satisfacer
su equivalente en dinero y, en ambos casos, además, a resarcir los daños y perjuicios
ocasionados por su incumplimiento” (p. 55.).
Ludwig Enneccerus conceptualiza: “derecho de crédito es el que compete a una
persona, el acreedor, contra otra persona determinada, el deudor, para la satisfacción de un
interés digno de protección que tiene el primero” (1954, p. 1).
Roberto De Ruggiero señala: “en sentido técnico, pues, obligación, expresa principal y
normalmente la relación jurídica, en virtud de la cual una persona (deudor) debe una
determinada prestación a otra (acreedor), quien tiene la facultad de exigirla, constriñendo la
primera a satisfacerla” (1977, p. 6).
Emilio Betti, después de formular una serie de criticas a los diversos conceptos de
obligación, concluye: “aquí convendrá cerrar la serie de criticas precedentes enunciando
aquella que, en nuestra opinión, es la definición más adecuada de la obligación moderna, de
acuerdo con las definiciones dadas antes de la responsabilidad privada y de la obligación en
general. Contenido de la obligación moderna, considerada desde el lado del acreedor y en su
función de asegurar la satisfacción de un particular interés privado, es aquella expectativa de
un determinado bien que tiene un valor económico-social, la cual, si bien debe ser realizada
mediante una prestación del deudor, está garantizada por el Derecho, si falta esa prestación
en cuanto al mismo bien que es su objeto, o bien, si éste falta, por su valor pecuniario, sobre
el patrimonio del mismo deudor, por vía independiente de la cooperación de éste. La garantía
jurídica del interés en la prestación que, como título jurídico a tener, se denomina crédito,
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
282
está dada por una expectativa de satisfacción coordinada a ella y por un correlativo poder
jurídico procesal de realización forzosa” (1969, p. 382).
El Código Civil colombiano no define la obligación, el artículo 1495, que define el
contrato, ofrece algunos elementos generales que se utilizan en la definición, al preceptuar:
"contrato o convención es un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o
no hacer alguna cosa...”. De igual forma, el artículo 666 define los derechos personales así:
"Derechos Personales o de crédito son los que sólo pueden reclamarse de ciertas personas
que, por un hecho suyo o la sola disposición de la Ley, han contraído las obligaciones
correlativas...", lo cual a permitido a algunos autores mirar, en los citados preceptos, un
principio de definición.
La generalidad de los conceptos reseñados gira en torno a tres elementos: el vínculo
jurídico, los sujetos y el objeto. Algunas definiciones abordan el vínculo jurídico desde la
perspectiva del acreedor y la facultad que surge para éste de exigir su cumplimiento y otros
lo hacen más mirando al deber jurídico, siendo lo primero la tendencia universal.
Construir o admitir en nuestro medio un concepto que contemple tanto las obligaciones
civiles como las naturales, en los términos del artículo 1527 del Código Civil, debe
comprender los dos aspectos de la relación, el pasivo para designar el deber jurídico del
deudor y el activo para que comprenda el derecho o la pretensión del acreedor, sin que ello
implique desestimar lo que la doctrina moderna ha considerado mirando el interés o facultad
del acreedor.
Consecuentemente, considero la obligación como relación jurídica mediante la cual
una persona(deudor) debe dar, hacer o no hacer algo a favor de otra ( acreedor), quien
generalmente tiene la facultad de exigir su satisfacción. En ésta se recogen los elementos y
características esenciales siguiendo los lineamientos de nuestro ordenamiento jurídico y sin
perjuicio de lo que proponemos en torno a las obligaciones naturales.
Conforme a las definiciones reseñadas puede concluirse que son tres los elementos que
integran el concepto de obligación: El vínculo jurídico, los sujetos y el objeto.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
283
22 ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN
Esta clasificación se hace teniendo en cuenta el vínculo jurídico, según éste sea
complejo o simple.
Las obligaciones civiles son aquellas que dan derecho al acreedor para exigir su
cumplimiento; y las naturales, son aquellas en las cuales el acreedor no está facultado para
exigir su cumplimiento, pero que cumplidas autorizan para retener lo que se ha dado o pagado
en razón de ellas.
Lo general, de acuerdo con lo visto, es que las obligaciones o derechos personales
encierran un deber jurídico para el deudor y además faculta al acreedor para exigirlo; Por ello
el artículo 2488 de nuestro código civil señala:
"Toda obligación personal da al acreedor el derecho de perseguir su ejecución
sobre todos los bienes raíces o muebles del deudor, sean presentes o futuros,...".
Sin embargo, hay una clase de obligaciones que sólo crean un vínculo personal sin que
pueda el acreedor perseguir el patrimonio del deudor para satisfacerlas, es lo que suele
denominarse “obligaciones sin acción”, en las que sólo existe para el deudor el deber jurídico,
son las obligaciones naturales.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
285
En ambos casos el deudor, jurídicamente, debe el objeto pactado y solo se libera con el
pago u otro medio de extinción de las obligaciones, si paga está pagando lo que debe sin
poder repetir.
22.1.1.2 Obligacio
nes naturales en el
Código Civil
El Código Civil, en el artículo 1527, contempla los siguientes casos de obligaciones
naturales:
5. Las contraídas por personas relativamente incapaces, pero de suficiente juicio
y discernimiento (menor adulto).
6. Las civiles que se han extinguido por prescripción. Hasta el momento en que
la obligación se extingue en virtud de la prescripción es civil y si el deudor paga, está
pagando una obligación que ha podido serle exigida. El problema que se plantea es si
se requiere o no que la prescripción haya sido declarada por sentencia judicial para que
la obligación se transforme en natural. Considero que no es necesaria la declaración
judicial en cuanto la prescripción se produce por el transcurso del tiempo, sin que se
ejercite el derecho, lo de la declaración es un aspecto meramente formal, de allí que la
Ley contemple la posibilidad de que su declaración se produzca por vía de acción o de
excepción.
Considero que no es acertada la legislación colombiana en cuanto, mantiene las
obligaciones prescritas como naturales, porque lo lógico sería que operara el modo
extintivo en forma plena, omitiéndose la mención normativa de la conversión de las
obligaciones civiles prescritas en naturales, lo cual evidencia una necesaria reforma a
nuestro estatuto civil.
7. Las que provienen de actos o contratos solemnes, carentes de la solemnidad
que exige la Ley para su formación. Ej.: la de pagar legado impuesto por testamento que
no se ha otorgado en debida forma.
8. Las que no han sido reconocidas en juicio por falta de prueba. Se trata de
obligaciones que no pudieron ser establecidas en un proceso por no haber pruebas que
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
286
Se extinguen por los mismos medios de extinción que las obligaciones civiles, aunque
por su naturaleza especial, alguno de los medios aplicables a éstas no tienen cabida respecto
de aquellas.
El artículo 1.625 del Código Civil enumera los modos de extinguir obligaciones, de
éstos no tienen aplicación respecto de las obligaciones naturales los siguientes:
3) La compensación legal. Este modo de extinguir las obligaciones no procede
respecto de la obligación natural, porque el artículo 1.715 del código civil exige, para que
haya compensación, entre otros requisitos, que ambas deudas sean actualmente exigibles,
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
287
y las obligaciones naturales no son exigibles. El acreedor no tiene acción para exigir su
cumplimiento.
4) La prescripción, porque esta da nacimiento a las obligaciones naturales,
además el artículo 2.535 señala que el plazo de prescripción se cuenta desde que la
obligación se ha hecho exigible y la obligación natural no es nunca exigible, dado que es
esa una de sus características.
obligaciones con sujeto complejo. Dentro de las últimas están las conjuntas, las solidarias y
las indivisibles.
f) Sea lo primero indicar que estas tres clases de obligaciones tienen uno
elementos que les son comunes, la pluralidad de personas naturales o/o jurídicas en la
parte acreedora o deudora, una prestación que es común a los varios sujetos.
g) Esa prestación que es común, puede ser divisible o indivisible, según sea o no
susceptible de cumplirse por cuotas partes sin perecer, deteriorase o perder su aptitud;
cuando la prestación es divisible la obligación puede ser conjunta o solidaria y si la
prestación es indivisible la obligación será indivisible.
h) Para determinar si una obligación con pluralidad de personas en la parte activa
o pasiva, es conjunta o solidaria tenemos dos criterios , el convencional y el legal; en ese
sentido por el primero criterio las partes pueden señalar quieren constituir una obligación
conjunta o una solidaria , de no existir ese criterio convencional, acudimos al legal , para
lo cual lo primero es determinar si se trata de una obligación establecida por sujetos que
tengan la calidad de comerciantes o tenga origen en un acto de comercio, caso en el cual
le aplicamos preferentemente las disposiciones contenidas en el código de comercio
como normas especiales o si estamos en presencia de otros particulares a los cuales les
aplicamos las reglas existentes sobre el punto en el Código Civil.
i) Determinado lo anterior, si la obligación es civil, se le aplica la presunción de
conjunción que establece el artículo 1568 del Código Civil; o si mercantil, se le aplica la
presunción de solidaridad que establece el artículo 825 del Código de Comercio.
j) Como en materia civil la conjunción se presume para que la obligación sea
solidaria, debe, expresamente, contemplarse a través de un acto dispositivo de los sujetos
o por un mandato legal. Si la obligación es mercantil para que sea conjunta debe
establecerse expresamente.
9. Si uno de los deudores incurre en mora o culpa, sólo afecta a éste y no a los
otros.
10. La interrupción o la suspensión de la prescripción contra uno de los deudores
no la interrumpe o suspende contra los demás.
Se presenta cuando existen varios acreedores, esta solidaridad sólo proviene del
contrato o del testamento pero no la establece la Ley.
Efectos de la solidaridad activa:
5. Cada uno de los varios acreedores solidarios puede exigir la totalidad de la
deuda; el deudor puede hacer el pago total de la obligación a uno cualquiera de los
acreedores, a menos que haya sido demandado por uno de ellos, en cuyo caso deberá
hacer el pago al demandante (artículo 1570, Código Civil, inciso 1°).
Debe entenderse que el deudor tiene conocimiento de la existencia de la demanda
a partir de la notificación del auto mandamiento de pago o del auto admisorio de la
demanda.
6. La condonación de la deuda, la compensación y la novación que intervenga
entre el deudor y uno cualquiera de los acreedores solidarios extingue la deuda con
respecto a los otros (inciso 2°, artículo 1570, Código Civil).
7. Si uno de los acreedores solidarios constituye en mora al deudor, éste lo estará
para todos.
8. Si uno de los acreedores solidarios interrumpe la prescripción, ésta produce
efectos para todos.
• Solidaridad Pasiva:
Cuando varios deudores están obligados en relación a una misma prestación, siendo
exigibles a cada uno de ellos la totalidad de lo debido, el pago hecho por uno de ellos libera
a los demás.
Pothier (1947) sostiene: "De la misma manera la solidaridad, por parte de los deudores
consiste, en que la obligación de una misma cosa es contratada para cada uno, por el total, de
una manera tan completa como si cada uno de ellos fuera el único deudor, salvo empero, que
el pago hecho por uno de ellos exonera a los demás" (p. 145).
Para que sea solidaria la obligación se requiere que cada uno de los varios deudores se
obligue totalmente a la prestación, tal como si la hubiere contratado solo.
Efectos de la solidaridad pasiva:
3) Miradas las relaciones que surgen entre el acreedor y los codeudores, pueden
predicarse entre ellos los siguientes efectos:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
293
a) Cada deudor está obligado por el total, en relación con el acreedor; éste
es el efecto principal de la solidaridad, es decir, que el acreedor puede dirigirse contra
todos los deudores solidarios o contra cualquiera de ellos, sin que se le pueda oponer
el beneficio de división (artículo 1571, Código Civil).
b) Demandado uno de los codeudores, mientras no se haya producido el
pago total, el acreedor puede demandar a los otros.
c) El pago total hecho por cualquier deudor solidario, extingue la
obligación y libera de ella a los demás; el pago parcial deja intacta la obligación en la
parte insoluta.
d) En cuanto a los riesgos, si la cosa perece durante la mora o por culpa
de uno de los deudores, todos ellos quedan obligados solidariamente al precio, salvo
su acción contra el culpable o moroso (artículo 1578, inciso 1°). Pero los perjuicios
por culpa o mora de uno solo de los codeudores o algunos de éstos, sólo son exigibles
a éste o estos (artículo 1578, inciso 2°).
e) La interrupción de la prescripción que obra en contra de cualquier
codeudor solidario, como consecuencia de una demanda que presente el acreedor,
afecta a todos los codeudores solidarios (artículo 2540, Código Civil).
f) En cuanto a las excepciones, el deudor solidario, contra quien se haya
intentado demanda, puede oponer todas las excepciones que surjan de la naturaleza
del vínculo (reales). Ej. La nulidad absoluta, nulidad relativa, plazo o condición
pendientes, extinción de la obligación, etc.; en cambio en las personales sólo puede
proponer las suyas y no las personales de otro de los codeudores (artículo 1577, inciso
1º)..No podrá un codeudor solidario, por vía de compensación, contra el demandante,
el crédito de otro de los deudores solidarios, a menos que este le haya cedido sus
derechos
4) Desde la perspectiva de las relaciones que surgen entre los codeudores, pueden
predicarse principalmente los siguientes efectos:
a) La deuda, entre ellos se distribuye según las normas de obligaciones
conjuntas. De tal forma que si uno de los codeudores solidarios ha efectuado el pago
o extinguido la deuda por cualquier medio equivalente, en principio se subroga en la
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
294
acción del acreedor en relación con los demás codeudores, pero sólo en la parte o
cuota que cada uno de ellos tenga en la deuda (artículo 1579, Código Civil).
Sin embargo es necesario distinguir entre las varias hipótesis que puedan
presentarse así:
• Si el deudor que efectúa el pago fue quien se benefició en su totalidad
o concernía sólo a él, no nacen nuevas obligaciones entre los codeudores y éstos
se mirarán como fiadores.
• Si el deudor solidario que efectuó el pago sólo se benefició o lucró en
parte, puede exigir el pago a los demás codeudores en sus respectivas cuotas
partes.
• Cuando se trata de solidaridad pasiva cuya fuente es la Ley, al pagarse
siempre nuevas obligaciones conjuntas.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
295
una cosa, por ejemplo una servidumbre de tránsito. Si la prestación puede ser ejecutada por
partes, la obligación es divisible; si no puede ejecutarse por partes es indivisible.
La indivisión puede tener su origen bien en la naturaleza del objeto, llamada
indivisibilidad necesaria, que se presenta cuando el objeto de la obligación no puede dividirse
material o intelectualmente, como ocurre por ejemplo en una obligación de no hacer, en
algunas obligaciones de dar, en la de conceder una servidumbre, etc. Puede también tener su
origen en el convenio de los sujetos que intervienen en la relación obligatoria, cuando un
objeto es divisible por su naturaleza pero que en virtud del acuerdo entre las partes o por
disposición del testador se hace indivisible, por ejemplo la consagrada en el numeral 4º. del
artículo 1583 del Código Civil, que señala: "Cuando por testamento o por convención entre
los herederos, o por partición de la herencia, se ha impuesto a uno de los herederos la
obligación de pagar el total de la deuda, el acreedor podrá dirigirse o contra éste heredero por
el total de la deuda o contra cada uno de los herederos por la parte que le corresponda a
prorrata o si expresamente se hubiere estipulado con el difunto que el pago no pudiera hacerse
por partes ni aún por los herederos del deudor".
Valencia Zea (1974), sostiene que un concepto necesario y útil de la indivisibilidad en
sentido jurídico es aquel en virtud del cual se afirma que una prestación es indivisible cuando
es imposible para el deudor su cumplimiento parcial y esto se presenta en razón a la misma
naturaleza de la prestación o ya por voluntad de los contratantes" (p. 33).
Uribe Holguín (1980) es del criterio que la obligación es indivisible cuando, según la
aptitud convencional del objeto o en subsidio la que por su naturaleza tenga, éste no admita
división en partes.
forma que el pago deba hacerse por el todo al heredero que lo exija o por el heredero a
quien se le exija (artículo 1585, Código Civil).
d. Si se retarda el cumplimiento o se ejecuta defectuosamente o se inejecuta sin
culpa de uno de los deudores o de alguno de ellos, todos resultan obligados a cancelar la
indemnización de perjuicios y todos los acreedores tienen derecho a ella, pero la
indemnización, por ser divisible, se divide por cuotas partes entre acreedores y deudores
y si es por hecho o culpa de uno solo de ellos, sólo aquél deudor a quien le es imputable
la culpa es responsable de los perjuicios ocasionados (artículo 1590, Código Civil, inciso
2°).
Desde la perspectiva de las relaciones que surgen entre los acreedores:
La remisión de la deuda consentida por un solo acreedor beneficia al deudor en la parte
o cuota que a ese acreedor remitente corresponda en el objeto; pero como éste no puede
dividirse, los demás acreedores conservan el derecho de exigir al deudor el pago del objeto
o el pago de la prestación, entregándole en dinero el valor de la cuota remitida (artículo 1589,
Código Civil).
Efectos relativos a los deudores:
c. Como el objeto no es susceptible de pago parcial por parte de los codeudores,
cualquiera de ellos tiene que cumplir la obligación de una sola vez en la forma estipulada,
vale decir que cada uno de ellos puede ser demandado por la totalidad de la prestación
debida.
d. Si se demanda a uno de los varios codeudores de la obligación indivisible, éste
podrá pedir plazo para concertar con los demás el cumplimiento de la obligación entre
todos; sin embargo, si la obligación es de tal naturaleza que sólo el deudor demandado
pueda cumplirla, deberá pagarla conservando su acción contra los demás codeudores
(artículo 1587, Código Civil).
22.3.2.2 Obligació
n de dar
Es aquella en la cual la conducta positiva exigible al deudor implica la transferencia de
un derecho real, principalmente el de dominio. Por ejemplo: La obligación que surge para el
vendedor en el contrato de compraventa.
El cumplimiento de las obligaciones de dar, requiere que el deudor realice la tradición
conforme a las reglas generales, previstas en los artículos 740 y subsiguientes del Código
Civil y particularmente por la forma señalada en los artículos 754 y 756 del mismo estatuto,
así como lo contenido en los artículos 922 y 1427 del Código de Comercio.
Esta obligación contiene otros aspectos ligados a la necesidad de transmitir el derecho,
como es la entrega de la cosa y la conservación de la misma, cuando se trata de especie o
cuerpo cierto, tal como lo establece el artículo 1605 del Código Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
301
22.3.2.3 Obligació
n de hacer
Se presenta cuando la prestación consiste en una conducta positiva del deudor, sin que
implique la transferencia del derecho de dominio, ni de ningún otro derecho real, por
ejemplo: la obligación que surge de una promesa de celebrar contrato.
22.3.2.4 Obligació
n de no hacer
Cuando la prestación consiste en una abstención, es decir una conducta negativa del
deudor, en la medida en que se compromete a no realizar algo que normalmente le es
permitida, por ejemplo: cuando alguien se obliga a no plantar un árbol en el patio de su casa.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
302
22.3.3.2 Obligacio
nes de resultado
Son aquellas en que el deudor se compromete a ejecutar una prestación específica y
precisa, es decir, garantiza la obtención del resultado; la prestación constituye el fin buscado
por el acreedor y el deudor. Ejemplo: las obligaciones de dar, la obligación de construir un
mueble, el transporte de una persona o de una cosa.
La importancia de esta clasificación radica en que en las obligaciones de medio al
deudor se le exonera de responsabilidad si empleó la diligencia y el cuidado requeridos.
En cambio en las de resultado la inejecución o la no obtención de lo propuesto, hace al
deudor responsable por culpa contractual o extracontractual según el caso, basta demostrar
que no se dio el resultado pactado; y para exonerarse de responsabilidad corresponde al
deudor demostrar la fuerza mayor o la causa extraña.
22.3.4.1 Obligacio
nes de Género
Se presentan cuando se debe un individuo indeterminado de una clase determinada
(artículo 1565, Código Civil), por ejemplo: un caballo.
En sentido jurídico género es una cosa que se determina únicamente por la clase a que
pertenece, pero es necesario, además, señalar la cantidad, es decir, su número, peso o medida.
Efectos de las obligaciones de género:
4. El deudor, no puede ser obligado a entregar una especie determinada del
género, él cumple su obligación entregando cualquier individuo del género de calidad a
lo menos mediana.
5. Existe un aforismo que dice que “el género no perece”. En efecto, como el
deudor puede cumplir con cualquier especie del género convenido, de calidad a lo menos
mediana, ninguna importancia tiene él que la o las cosas con que pensaba cumplir el
deudor perezcan, si siempre quedan otras del mismo género para cumplir. De allí la
previsión del artículo 1567 del Código Civil en el sentido de que “la pérdida de algunas
cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede oponerse a que el
deudor las enajene o destruya mientras subsistan otras para el cumplimiento de lo que
debe”.
6. En esta clase de obligaciones no existe el deber de conservación previsto en
el artículo 1605 para las de especie o cuerpo cierto.
22.3.4.2 Obligacio
nes de Especie
Son de especie o de cuerpo cierto cuando se debe un individuo determinado de una
clase determinada, por ejemplo: la yegua llamada Lucerito, con trenzas, con los ojos azules,
cola verde, cascos amarillos, que se encuentra en la caballeriza El Pastal, ubicada en el
Municipio de Baranoa (Atlántico).
A esta clase de obligaciones se le pueden asignar, principalmente los siguientes efectos:
5. La obligación de especie o cuerpo cierto, cuando se trata de una obligación de
dar, comprende además la de conservar la cosa hasta su entrega y emplear en esta
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
304
conservación el debido cuidado, artículos 1605. La razón de ser de esta imposición legal,
encuentra su fundamento en el hecho de que siendo irremplazable la especie o cuerpo
cierto, si ella se destruye, no podría cumplirse la obligación.
6. La obligación de especie o cuerpo cierto se extingue por la pérdida de la cosa
debida. Artículos 1625 y 1739 del código civil; este es en general uno de los medios de
extinción de las obligaciones, lo cual puede ocurrir con responsabilidad para el deudor,
cuando la destrucción es por culpa suya o sin responsabilidad cuando ocurre la perdida
por fuerza mayor o caso fortuito.
El artículo 1730., del código civil establece una presunción de culpa a cargo del
deudor a cargo del deudor, cuando la especie que se debe perece en su poder
7. El deudor de especie o cuerpo cierto ha de cumplir su obligación entregando
precisamente la cosa debida, sin poder sustituirla por otra. Consecuentemente, el acreedor
solo podrá exigirle esa especie.
8. La anterior distinción es importante, además por que, los géneros no perecen,
por ello la pérdida o la extinción de la cosa debida no puede alegarse por el deudor para
liberarse de la obligación. Señala el artículo 1567 del código civil "La pérdida de algunas
cosas del género no extingue la obligación, y el acreedor no puede oponerse a que el
deudor las enajene o destruya mientras subsisten otras para el cumplimiento de lo que
debe".
En cambio en las obligaciones de especie o cuerpo cierto, la pérdida del cuerpo
extingue la obligación con o sin responsabilidad del deudor, según el caso.
22.3.4.3 Riesgos de
la cosa debida
En cuanto al perecimiento de la especie o cuerpo cierto que se debe, está previsto éste
como un modo de extinguir las obligaciones. Al respecto, el Art. 1729 del Código Civil sienta
una regla por vía general, así: "Cuando el cuerpo cierto que se debe perece, o porque se
destruye, o porque deja de estar en el comercio, o porque desaparece y se ignora si existe, se
extingue la obligación; salvas empero las excepciones de los artículos subsiguientes”.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
305
Por su parte, el artículo 1607, en cuanto a riesgos, contempla como regla general que
éstos los asume el acreedor, salvo que se encuentre en mora el deudor o que se halla
comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas. Según ello la cosa perece o se
pierde para el acreedor.
De manera particular, en la compraventa, el artículo 1876 del Código Civil, siguiendo
las anteriores reglas, establece que la perdida, deterioro o mejora de la especie o cuerpo cierto
que se vende pertenece al comprador desde el momento de perfeccionarse el contrato, aunque
la cosa no se haya entregado, salvo que se venda bajo condición suspensiva y que se cumpla
la condición, pues entonces, pereciendo totalmente la especie mientras pende la condición la
pérdida será del vendedor y la mejora o deterioro corresponde al comprador.
Según ello la cosa perece para el comprador, quien tiene la condición de acreedor y es
éste quien sufre la pérdida o deterioro cuando se trata de especie o cuerpo cierto, desde el
momento en que el contrato se perfecciona.
Para que los riesgos los asuma el acreedor se requiere:
1. - Que la cosa objeto del contrato sea de especie o cuerpo cierto.
2. - Que la cosa perezca o se deteriore por fuerza mayor o caso fortuito.
3. - Que el vendedor no se haya constituido en mora de entregar la cosa.
4. - Que no se haya comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas.
5. - Si se trata de una venta que no se venda bajo condición suspensiva.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
306
De acuerdo con el artículo 1607 del Código Civil, los riesgos de la cosa que se debe
son a cargo del acreedor, salvo que el deudor se encuentre en mora o que se haya
comprometido a dar la misma cosa a dos o más personas.
Existe para el deudor la obligación de conservar la cosa debida hasta la entrega,
respondiendo de su pérdida, presumiendo la culpa de éste, a menos que demuestre fuerza
mayor (artículos 1605,1730, 1731 y 1733 del Código de Comercio).
De otra parte, el artículo 1617 del Código Civil contempla que si la obligación es la de
pagar una cantidad de dinero, la indemnización de perjuicios por mora está constituida por
los intereses, que es una obligación de similar naturaleza.
De igual forma, en materia mercantil, el artículo 65 de la Ley 45 de 1990 es del
siguiente tenor:
"CAUSACIÓN DE INTERÉS EN OBLIGACIONES DINERARIAS. En las
obligaciones mercantiles de carácter dinerario el deudor estará obligado a pagar
intereses en caso de mora y a partir de ella.
Toda suma que se cobre al deudor como sanción por el simple retardo o
incumplimiento del plazo de una obligación dineraria se tendrá como interés de
mora, cualquiera sea su denominación".
El sentido de las dos normas transcritas es el mismo, a partir de la mora la obligación
dineraria genera otra obligación dineraria, pagar intereses moratorios.
22.3.5.2 Intereses
en las obligaciones
dinerarias
Suma de dinero que produce un capital durante un período de tiempo (día, mes, año).
remuneratorios, pero en caso de mora Ipso Jure, debe pagar unos intereses legales a título de
indemnización de perjuicios, en materia civil.
Constituyen los intereses una obligación dineraria accesoria, porque no pueden
concebirse aislados de una obligación principal.
22.3.5.2.2 Intereses que se deben por deudas pecuniarias
Constituyen el lucro cesante, los intereses de las obligaciones dinerarias y de acuerdo
con el Código Civil se deben en cada caso así:
Si el deudor está en mora, es responsable de los intereses convencionales si se pactaron
y son superiores al interés legal, o sea al 6% (artículo 1617, Regla 1ª, Código Civil) o en su
defecto se debe a los intereses legales o cuando los pactados son inferiores a los legales (6%).
Conforme al numeral 2º de la norma citada, los intereses no necesitan probarse, basta
el hecho del retardo para que éstas se causen, considerándose como los frutos mínimos que
produce el dinero que se debe.
y en cuanto sobrepase cualquiera de estos montos el acreedor perderá todos los intereses, sin
perjuicio de lo dispuesto en el artículo 72 de la Ley 45 de 1990.
Para el establecimiento de la tasa a cobrar, deberá probarse el interés bancario con la
certificación que expide la Superintendencia Financiera.
22.3.6.2 Obligacio
nes de objeto plural
Son aquellas en las cuales se han señalado varias prestaciones, las cuales puede
satisfacer el deudor de diversas maneras, como se pasa a expresarlas a continuación. Son
llamadas también objetivamente complejas y pueden ser: alternativas o facultativas.
Si una persona debe a otra varias prestaciones, de modo que sólo cumple su obligación
dándolas todas, se está frente a una obligación de objeto múltiple. Las diversas cosas que se
deben en su conjunto forman una Unidad; verbigracia, si se debe un Código Civil, un Código
Penal y un Código de Procedimiento Civil, debe cumplirse con todas las prestaciones, en este
caso la obligación se denomina conjuntiva u obligaciones de simple objeto múltiple, en ellas
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
312
La pérdida de una de las cosas no extingue la obligación, pues siendo todas ellas
debidas, la obligación subsiste sobre las demás. Esto es aplicable aún cuando la pérdida
o imposibilidad sea imputable a culpa del deudor, salvo que el derecho de elección
corresponda al acreedor, porque en este evento podrá pedir a su arbitrio el precio de la
cosa escogida y la indemnización o cualquiera de las cosas restantes (artículo 1559,
Código Civil, inciso 2º). Pero no siendo imputable la culpa al deudor de la pérdida o
imposibilidad de ejecución, aun correspondiendo la elección al acreedor, sólo podrá
hacerlo frente a las cosas que queden y si sólo queda una, ella será la que se debe.
6. Si una de las prestaciones es ilícita la obligación no es nula, subsiste sobre las
otras.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
315
22.3.7.2 Obligacio
nes a plazo o a término
22.3.7.2.1 Concepto de plazo
El plazo consiste en un acontecer futuro de realización cierta que suspende la
exigibilidad o determina la extinción de un derecho y que produce sus efectos sin
retroactividad.
El Código Civil, en el artículo 1551, define: "el plazo es la época que se fija para el
cumplimiento de la obligación". Las características del plazo son: ser un hecho futuro, ser un
hecho cierto y no ser retroactivo, esto lo distingue de la condición.
La obligación a plazo, como la pura, nace con su fuente, pero no es exigible hasta la
ocurrencia de un hecho futuro, cierta fecha que determina la expiración del plazo fijado.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
317
si el deudor, aún por error, paga antes del vencimiento del plazo está pagando una
prestación que debe y no puede repetir lo pagado ya que no se configura un pago de lo
no debido. Pero a pesar de ha surgido el deber juridico para el sujeto pasivo, y el derecho
personal en favor del acreedor, la facultad de este a exigir el cumplimiento se encuentra
suspendida mientras el plazo se encuentre vigente.
7. La regla general es que la obligación a plazo no es exigible antes del
vencimiento del término. Este es tal vez el principal efecto del plazo.
Sin embargo, se pueden presentar algunas circunstancias que constituyen
excepciones a este efecto y que implican extinción o caducidad del plazo, a saber:
a) Las que señala el Código Civil:
a.1) Quiebra o Concordato o insolvencia notoria del deudor (numeral 1º del artículo
1553).
a.2) Extinción o disminución considerable por culpa del deudor de las cauciones
con que haya asegurado su obligación (numeral 2° del artículo 155).
a.3) Por renuncia expresa del plazo, por parte del deudor (artículos 1553 y 1554 del
Código Civil)
Para un adecuado entendimiento de la renuncia del plazo, es necesario determinar
en beneficio de quién se establece. La regla general es que se considere establecido en
beneficio exclusivo del deudor, salvo que la disposición de las partes o del testador o de
quien lo fije lo establezca en interés recíproco de deudor y acreedor, o del acreedor
solamente. Si estamos ante la regla general, sólo el deudor podría renunciar
unilateralmente a él, si se establece en favor del deudor y acreedor recíprocamente, no
puede el acreedor exigir el pago, ni el deudor efectuarlo, mientras el plazo esté pendiente,
a no ser que se produzca una renuncia mutua o de consumo, Ej.: en el mutuo con intereses
(artículo 2229), beneficia a ambos.
Cuando el plazo es exclusivamente en favor del acreedor, el deudor no puede pagar
válidamente sin la aceptación de aquél antes del vencimiento. Ej.: el depósito (artículo
2251, Código Civil).
b) Las que señala la legislación mercantil, referentes a los procesos concursales, y
liquidación obligatoria, y el estado de insolvencia del deudor.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
319
c) Las que establecen las normas del procedimiento civil, tales como el concurso
de acreedores, la citación de terceros acreedores con garantía real a los procesos
ejecutivos singulares o a los procesos ejecutivos con garantía real.
d) Las cláusulas aceleratorias, convenidas por las partes, según las cuales las
ocurrencias de determinados hechos permiten la exigibilidad anticipada de la obligación.
8. La prescripción extintiva no comienza a correr sino después del vencimiento
del plazo que es cuando son exigibles, antes no.
9. Como el plazo no afecta la existencia de la obligación, los riesgos del cuerpo
cierto son de cargo del acreedor (artículos 1607, 1729 y 1876 del Código Civil).
10. La obligación a plazo no puede ser opuesta por el acreedor al deudor en
compensación (inciso final, artículo 1715, Código Civil).
22.3.7.3 Obligacio
nes Condicionales
Son aquellas que se encuentran sometidas a una condición.
Concepto de condición:
Condición es un acontecimiento futuro e incierto que suspende bien el nacimiento, bien
la resolución de un derecho y que puede producir sus efectos retroactivamente.
La característica de la condición es ser un hecho:
3. Futuro: En relación con la disposición de los sujetos que lo han previsto, el
acontecimiento debe ser posterior, es decir, no puede haber ocurrido con anterioridad, ni
estar ocurriendo porque ya no sería obligación condicional, sino incondicional.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
320
4. El hecho debe ser incierto: Esto quiere decir que igualmente puede acontecer
o no acontecer.
A diferencia del plazo, la condición sólo puede establecerla la voluntad de las personas;
ya sea unilateralmente, como en un testamento, o plurilateralmente, como en un contrato.
El Código Civil, en el artículo 1592, define la cláusula penal como aquella en que una
persona, para asegurar el cumplimiento de la obligación, se sujeta a una pena que consiste en
dar o hacer algo en caso de no ejecutar o retardar la obligación principal.
En principio no es lo mismo clausula penal , que la liquidación anticipada de perjuicios,
por cuanto la pena se debe, aunque los perjuicios no se hayan causado y el acreedor puede
escoger entre una y otra y aún, en algunos casos, exigirlas ambas.
Considerar que la cláusula penal es una garantía como lo sugiere la norma mencionada,
no es afortunado, la exigibilidad de la cláusula penal es una consecuencia del
incumplimiento y no el respaldo de la obligación; es más entendible mirarla como una
sanción que puede tener su origen en una estipulación contractual por la ocurrencia de
algunas de las siguientes situaciones:
3) La mora del deudor. Para ello es necesario tener en cuenta las reglas que sobre
este particular establece el artículo 1608 del Código Civil, para determinar que la cláusula
penal se debe a partir de la constitución en mora del deudor, antes de ello sólo se debe la
obligación principal. La mora da al acreedor la opción de reclamar la obligación principal
o la pena; no puede el acreedor pedir a un tiempo el cumplimiento de la obligación
principal y la pena, sino cualquiera de las dos cosas a su arbitrio; a menos que aparezca
haberse estipulado la pena por el simple retardo, o a menos que se haya estipulado que
por el pago de la pena no se entienda extinguida la obligación principal, artículo 1594 del
código civil.
El acreedor tiene la opción para reclamar la pena o la indemnización moratoria
plena, salvo que en el contrato se haya estipulado la posibilidad de exigir ambas (artículo
1600, Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
326
22.3.8.3 Considera
ciones de la Corte
En Sentencia 7 de junio 7 del 2002, la Corte hizo las siguientes consideraciones sobre
la cláusula penal:
“1. La institución de la cláusula penal, denominada así en el artículo 1592 del
C. Civil, cuyos verdaderos alcances están en esencia previstos en el artículo 1594
ibídem, en los asuntos civiles, y que igualmente se presentan en los de naturaleza
mercantil en virtud de la aplicación armónica e integral que impone darse a esos
preceptos de conformidad con lo dispuesto en los artículos 822 y 867 del C. de
Comercio, se halla concebida, como pacto constitutivo de una obligación accesoria
que, por serlo, accede a otras obligaciones derivadas de un contrato cuyo
cumplimiento precisamente garantiza. Y puede cumplir distintas funciones, según sea
el designio de las partes que convienen en ella, entre las que se destaca, no solo por
su importancia sino por ser pertinente a este caso, la de servir de medio para prefijar
la indemnización de perjuicios que deriva del incumplimiento de las obligaciones del
contrato respecto del cual se pacta.
2. Tal función indemnizatoria tiene hondo significado práctico, pues, amén de
que presupone la existencia de tales perjuicios ante un eventual incumplimiento,
dispensan al acreedor de la carga de demostrar su monto.
Ahora bien, quien se beneficia de su aplicación es el acreedor en contra del
deudor incumplido, y justamente por ser así no puede levantarse como barrera que,
en vez de otorgarle provecho a aquél, conduzca a disminuir el derecho que le asiste
en todos los casos a obtener la plena indemnización de perjuicios; de allí que si bien
es cierto que el acreedor no puede pedir a la vez la indemnización compensatoria y
la pena estipulada para satisfacer una indemnización de la misma índole, porque si
así fuera evidentemente se propiciaría un enriquecimiento indebido a su favor y en
contra del deudor, no es menos verdad que “siempre estará al arbitrio del acreedor
pedir la indemnización o la pena”, como dispone el artículo 1600 del C. Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
329
24 NEGOCIOS JURÍDICOS
24.1 GENERALIDADES
Diversos análisis se hacen en la doctrina para llegar al concepto de negocio jurídico,
principalmente en la doctrina Alemana, y con ella algunos ilustres doctrinantes colombianos.
Se denomina actos jurídicos a los hechos jurídicos voluntarios, partiendo del criterio que el
hecho jurídico representa toda conducta humana, lícita o ilícita, voluntaria o involuntaria
(Valencia Zea, 1985).
Los hechos jurídicos son hechos de la vida de las personas, que la Ley ha dotado de
eficacia jurídica, verbigracia: el nacimiento de una persona, el cumplir 18 años, la muerte.
En una concepción amplia, es toda conducta humana capaz de dar nacimiento, modificar,
transmitir o extinguir un derecho subjetivo o un estado o situación.
Los hechos jurídicos comprenden dos categorías: los hechos jurídicos voluntarios y los
hechos jurídicos involuntarios. Los primeros se imputan a la voluntad de las personas, por
ejemplo: el contrato, el testamento etc. Los segundos se atribuyen al sujeto de derecho sin
tener en cuenta la intervención de su voluntad, por ejemplo: el nacimiento, la muerte etc.
Los hechos jurídicos voluntarios se subdividen en: Hechos voluntarios lícitos,
verbigracia el contrato, y hechos voluntarios ilícitos, verbigracia el delito.
El acto jurídico vendría siendo una categoría especial del género hecho jurídico,
aquellos que son imputables a la voluntad de las personas, y son a su vez de dos clases, lícitos
o conformes a derecho e ilícitos o contrarios a derecho. Los actos jurídicos lícitos
comprenden: las declaraciones de voluntad, denominadas negocios jurídicos y los actos
lícitos que no son negocios jurídicos, a los cuales el autor alemán Enneccrus (citado por
Valencia Zea, 1985) llamaba actos de derecho, por ejemplo: la constitución de domicilio
(artículo 76, Código Civil).
Entre los juristas franceses, muy seguidos en el medio nacional, se emplea el término
acto jurídico para referirse a las declaraciones de voluntad o negocio jurídico, terminología
que influye en el Código Civil, en similar sentido, como puede observarse, por ejemplo en
los artículos 1502 y 1547; pero que también emplea el término negocio, como en los artículos
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
336
2142, 2145, 2146, 2147 y 2160. En todo caso, es generalizado en esta sociedad hablar de acto
jurídico en vez de negocio jurídico.
Para los partidarios de las teorías objetivas del negocio jurídico, entre los quienes se
puede citar al profesor Italiano Emilio Betti (1983) y a los colombianos Fernando Hinostroza
Forero (2002) y Antonio Bohórquez Orduz (1998), los hechos jurídicos son todos los
acontecimientos naturales o comportamientos humanos a los cuales la normatividad les
atribuyen consecuencias jurídicas, es decir, son relevantes para el derecho. De esa
generalidad, los que son comportamientos humanos se denominan actos jurídicos, es decir,
son supuestos de hecho previstos por el derecho como comportamientos humanos con
consecuencias jurídicas, estos actos, especie de los hechos jurídicos, pueden ser lícitos o
ilícitos. Tratándose de conductas humanas, el acto jurídico es una especie de hecho jurídico
que se caracteriza simplemente por ser un comportamiento humano.
Aparte de las motivaciones semánticas, la distinción entre actos y negocios reviste gran
utilidad si se observa que el tratamiento que la Ley da a unos y otros es bien diverso. Así, los
actos jurídicos, en sentido estricto, no son susceptibles de nulidad o de resolución, etc., lo
cual sí resulta predicable de los negocios jurídicos.
La diferencia, entonces, entre el acto jurídico y el negocio jurídico, a más de la evidente
relación de género a especie, es que en los negocios siempre se encuentra una disposición de
intereses particulares, en tanto que en el acto jurídico no siempre se halla esa característica;
así, todos los negocios jurídicos son actos jurídicos, pero no todos los actos jurídicos se
pueden calificar como negocios jurídicos.
En el desarrollo de esta parte de nuestro trabajo utilizaremos el término negocio
jurídico.
24.1.1 Concepto
En general la consecuencia o efecto jurídico que se dispone con el negocio es el
nacimiento, modificación o extinción de un derecho subjetivo. Sin embargo, no siempre la
disposición tiene ese fin exclusivamente, en ocasiones se encamina también a establecer una
situación o estado jurídico, como ocurre, por ejemplo, con el reconocimiento de un hijo
extramatrimonial. Esto lleva a plantear un concepto más amplio cuando se habla del efecto
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
337
determinada solemnidad como requisito esencial del negocio jurídico, éste no se formará
mientras no se llene tal solemnidad".
d) La falta de los elementos esenciales.
El propósito del autor de las presentes conferencias es sacar unas conclusiones que, de
manera general y sin pretender decir la última palabra al respecto, contribuyan al
esclarecimiento del tema de la existencia e inexistencia de los negocios. Sobre la base de los
planteamientos antes expuestos es posible llegar a concluir que la posición dominante sobre
el tema es que en nuestro ordenamiento jurídico, influenciado por la escuela voluntarista,
para que un negocio se perfeccione, es decir, logre su existencia jurídica, debe reunir unas
condiciones de existencia las cuales son:
d) Los elementos esenciales de su formación, desde un punto de vista general: la
declaración de, el objeto y la causa.
e) Contener los elementos esenciales propios de su concepto particular (los que
señala como tales el artículo 1501 del Código Civil, a los cuales es posible llegar tomando
la definición legal del contrato y haciendo su recorrido completo).
f) El cumplimiento de la solemnidad o formalidad constitutiva, es decir, la que
prevé la Ley para el perfeccionamiento del acto, la escritura pública o privada o la entrega
material de la cosa.
Las corrientes objetivas enfocan el punto de modo diferente, los elementos
constitutivos del negocio son: forma y contenido.
La forma es el modo como es el negocio, o sea, como se presenta a los demás en su
vida de relación; su figura exterior; la forma a través de la cual el negocio se hace reconocible
a los demás, puede ser una declaración o un comportamiento.
El contenido es lo que el negocio es, es el elemento central y propiamente característico
de la declaración o del comportamiento. Sólo puede calificarse de negocio jurídico la
declaración o el comportamiento, cuando ofrezca un contenido preceptivo en orden a una
materia de autonomía privada y asuma función constitutiva (Betti, 1983).
Determinado que el negocio es existente, se puede entonces hacer un juicio valorativo
para determinar su validez, cuyas condiciones al tenor del artículo 1502 del Código Civil
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
341
son: la capacidad para ser parte, la voluntad exenta de vicio, el objeto lícito y la causa lícita,
que pueden llevar a la nulidad, su eficacia e ineficacia y la inoponibildad.
comprendería, diversas especies, tales como: ineficacia por nulidad, ineficacia por causales
legales sobrevivientes, ineficacia por inoponibilidad, ineficacia por imposibilidad practica,
ineficacia por disposición particular, ineficacia por declaración jurisdiccional. A todos estos
aspectos se hará referencia, a unos seguidamente y a los otros en su momento.
24.2.2.1 La
Ineficacia en el Código
de Comercio
El Código de Comercio contempla la figura, por vía particular, en el artículo 897 al
señalar: “cuando en este Código se exprese que un acto no produce efectos, se entenderá que
es ineficaz de pleno derecho, sin necesidad de declaración judicial”. Debe tenerse en cuenta
que éste no es el sentido general a que nos referimos inicialmente, sino una especie de
ineficacia que contempla la Ley Mercantil.
La norma transcrita señala una sanción especifica, es decir la toma en un sentido
estricto y no genérico, en relación con los negocios para los cuales la establece, sin necesidad
de pronunciamiento judicial, son casos particulares de aplicación de la figura, por ejemplo
los artículos 122, 150, 198 (inciso 3º), 200, 294, 297, 318, 362, 407, 435, 501, 524, 669, 670,
678, 712, 962, 1045, 1055, 1203, 1244 y 1328 del Código de Comercio.
Lo anterior lleva a plantear que en el ordenamiento positivo vigente en Colombia se
habla de ineficacia para referirse a los casos concretos previstos en la Ley Mercantil, en
consonancia con el citado artículo 897, comprendido dentro del capitulo VII del Código de
Comercio, que contempla la ineficacia, la inexistencia, la nulidad, la anulación y la
inoponibilidad como figuras diferentes e independientes unas de otras que, en nuestro sentir
, constituyen todas formas específicas de ineficacia que se irán abordando a lo largo de este
texto.
24.2.2.2 La
Inoponibilidad
Esta figura en el Derecho puede predicarse de los negocios en cuanto no producen
efectos frente a ciertas personas, pero sin perder su valor entre los contratantes.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
343
No equivale a invalidez, mientras ésta es un juicio negativo de valor del contrato al que
le falta alguno de los requisitos que la Ley prescribe para el valor del mismo según su especie
y calidad o estado de las partes, que conduce a su extinción frente a las partes y a terceros,
de tal forma que, una vez declarada por el juzgador, sus efectos se deshacen retroactivamente
como si nunca hubiese existido en los contratos de ejecución instantánea o hacia el futuro en
los de ejecución sucesiva. La inoponibilidad no conduce a la desaparición del negocio, sino
que le resta los efectos en relación con alguna o algunas personas, todo bajo el entendido de
que su validez entre las partes es incontrovertible. En este caso, el negocio es, en sí mismo,
válido, pero es la expansión de sus efectos propios la que se ve disminuida ante quienes, de
otro modo, serían sus destinatarios naturales. Es decir, la inoponibilidad hace siempre
relación a alguien que, por determinadas circunstancias, suscitadas en su propia génesis, no
es afectado por el negocio; pero entre quienes lo celebraron, el negocio es válido y eficaz. La
declaratoria de nulidad, en cambio, sea relativa o absoluta, genera la extinción del negocio y
de sus efectos, no sólo frente a las partes, sino también frente a terceros.
Tampoco es la inoponibilidad asimilable a la inexistencia, ésta se predica frente a las
partes y frente a terceros, para los cuales el negocio seria inexistente cuando no reúne las
condiciones propias para su nacimiento, mientras que en aquella el negocio existe, sólo que
produce efectos frente a las partes y no frente a otros.
En el Código de Comercio la figura está prevista, en el artículo 901, para aquellos
negocios respecto de los cuales no se ha cumplido la publicidad señalada por la Ley. La
inoponibilidad no se predica frente a las partes que intervinieron en la celebración del
negocio.
No obstante, la anterior regulación en el estatuto mercantil es posible analizar la
inoponibilidad desde el punto de vista de la forma o por causas de fondo, lo primero cuando
se omite la formalidad de la publicidad, cuyo objeto es dar a conocer a terceros que se ha
celebrado un determinado acto jurídico, permitiendo que éstos se enteren o tomen
conocimiento de la existencia de un contrato que pudiera afectarles. Si se cumple con estas
formalidades, ese acto o contrato va a afectar a esos terceros; en caso contrario, el legislador
protege a esos terceros estableciendo en su favor la inoponibilidad mientras no se cumpla
con las formalidades de publicidad, seria, por ejemplo, lo previsto en el artículo 1766 del
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
344
Código Civil, referente a las contraescrituras públicas, las cuales, para producir efectos
respecto de terceros deben cumplir con ciertas formalidades de publicidad, si no se cumplen
estas formalidades la contraescritura pública será inoponible respecto de terceros, es el caso
de los efectos de la condición resolutoria frente a terceros, prevista en el artículo 1548 del
Código Civil, para inmuebles.
Entendemos que la publicidad tiene como finalidad dar a conocer el negocio, la relación
o situación planteada, por ello esta causal de inoponibilidad opera no solo cuando se omite
hacer la inscripción o anotación en un registro público, sino también cuando la comunicación
debe hacerse de manera particular como ocurre por ejemplo con la necesidad de notificar al
deudor la cesión de un crédito ( Artículo 1960 código civil)
Las causas de fondo, guardan relación con la legitimación de los sujetos, se presenta
cuando una persona no concurre a la celebración de un negocio que la requería para producir
sus efectos, seria, por ejemplo, el caso del artículo 1871 del Código Civil, que señala la
validez de la venta de cosa ajena, pero ese contrato es inoponible al dueño, él no concurrió a
la celebración de ese contrato, el vendedor no estaba legitimado para trasmitir el derecho de
dominio sobre la cosa, puede en consecuencia, el dueño, intentar la acción reivindicatoria en
contra del comprador. También se presenta esta clase de inoponibilidad en el mandato si el
mandatario se extralimita o se excede en los poderes que se le han otorgado. Estos actos que
exceden del poder otorgado van a ser inoponibles al mandante, porque el mandatario no
estaba legitimado en el exceso.
alguna forma va a repercutir en las relaciones entre los contratantes. Así, por ejemplo, si en
la venta de cosa ajena el dueño reivindica la cosa vendida y el comprador se ve ante la
amenaza de ser privado de todo o parte de la cosa por una sentencia judicial, éste va a poder
hacer valer el saneamiento por evicción que emana del contrato de compraventa,
denunciando el pleito al vendedor para que comparezca al proceso a defender el derecho que
le trasmitió, convirtiéndose en su litisconsorte y, en el evento de que la cosa resulte evicta,
le restituya el precio, le indemnice en los términos del artículo 1904 del Código Civil. En el
evento indicado, la inoponibilidad que se hace valer respecto del tercero va a producir una
consecuencia en las relaciones entre los contratantes.
Finalmente, es menester afirmar que la inoponibilidad se encuentra establecida en
interés del tercero. Por consiguiente, va a depender del arbitrio de éste el hacer valer o no
esta inoponibilidad. Si no tiene interés en hacerla valer, puede renunciar a ella, porque la Ley
la establece en su interés y beneficio.
El tercero puede hacer valer la inoponibilidad por vía de acción, como ocurre, por
ejemplo, en la venta de cosa ajena cuando el verdadero dueño hace valer la acción
reivindicatoria; o por vía de excepción, cuando se invoque en contra del tercero el negocio
afectado de inoponibilidad, ya que en tal caso el tercero podrá defenderse haciendo valer la
inoponibilidad como excepción, como ocurre, por ejemplo, cuando no se dé cumplimiento a
alguna formalidad de publicidad, cual es el caso del artículo 1766 del Código Civil, si las
partes del contrato a través de una contraescritura pública modifican lo contenido en él, sin
tomar razón de esta contraescritura al margen de la escritura matriz, este tercero podrá
defenderse alegando que el contenido de esa contraescritura le es inoponible por no haberse
cumplido con las formalidades de publicidad respectivas.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
346
que administra son supuestos de falta de idoneidad de las partes, que les imposibilita realizar
el negocio jurídico de compraventa.
El tercer presupuesto de validez del negocio, idoneidad del Objeto, supone que los
bienes o cosas sobre los que versa el negocio o que constituyen la materia de él, sean
susceptibles de experimentar la regulación que de ellos hagan las partes. Así, en los negocios
patrimoniales, serán objetos idóneos las denominadas res in commercio, es decir, las cosas
que entran en el tráfico diario de los particulares, quedando excluidas, por ende, las res extra
commercium.
25.2.1.2 Incapacid
ad Legal
Las incapacidades pueden ser Absolutas o Relativas y Particulares.
1.- Las personas con discapacidad mental, corresponden a un concepto introducido por
la Ley 1306 de 2009, al señalar en el parágrafo del articulo segundo: “El término
“discapacitado mental” que aparece actualmente en las demás leyes, se entenderá sustituido
por “persona con discapacidad mental” y en la valoración de sus actos se aplicará lo dispuesto
por la presente ley en lo pertinente”.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
349
declarado en interdicción, quien arguye la nulidad sólo le basta demostrar que el contratante
se encontraba sometido a interdicción y que el negocio jurídico se celebró con posterioridad
a tal decreto. No importa que el contratante, al momento de celebrar el negocio, se encuentre
en un momento lúcido, porque, la incapacidad del discapacitado interdicto se presume. En
cambio, si se trata del discapacitado no interdicto, quien alegue la nulidad del contrato
celebrado por éste, le incumbe acreditar que en el tiempo en que se celebró el negocio
jurídico, dicha persona padecía una perturbación síquica, de tal gravedad que altere sus
facultades mentales impidiéndole la emisión de una declaración conciente y razonada.
Sobre la prueba de esta incapacidad la Corte Suprema de Justicia, en Sentencia de 1993,
sostuvo:
“Según la entidad del vicio en que se hubiere incurrido en el ajuste del negocio jurídico,
la nulidad puede ser absoluta o relativa, tal como lo precisa el artículo 1740 del Código Civil.
Y uno de los motivos que señala la legislación como constitutivos de la primera especie está
el de haber intervenido en la celebración del contrato una de aquellas personas que la Ley,
atendiendo a la edad o las deficiencias fisiológicas o mentales, los califica de absolutamente
incapaces, señalando como tales a los impúberes, a los sordomudos que no pueden darse a
entender por escrito y, además, a los discapacitado mentales (artículos 1504 y 1741 del C.
C.).
Está fuera de toda duda, entonces, que entre los incapaces absolutos figura el
discapacitado mental. Y cuando una persona, que se dice estar discapacitado mental, celebra
un negocio jurídico, para determinar la nulidad o validez del mismo, a su vez hay que
distinguir dos hipótesis: los negocios jurídicos celebrados con posterioridad al decreto de
interdicción judicial y los celebrados sin mediar tal decreto. Respecto de los celebrados
dentro de la órbita de la primera hipótesis, con claridad dispone el artículo 553 del Código
Civil que “serán nulos aunque se alegue haberse ejecutado o celebrado en un intervalo
lúcido”. Con relación a la segunda hipótesis, o sea, los celebrados sin que exista decreto de
interdicción judicial, la situación también es clara, pero diferente, como quiera que el
mencionado precepto expresa que “los actos o contratos ejecutados o celebrados sin previa
interdicción, serán válidos; a menos de probarse que el que los ejecutó o celebró estaba
entonces discapacitado mental”. b) Presunción legal de capacidad del no interdicto. En
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
351
Los Sordomudos, que no pueden darse a entender, para ellos no se requiere que se
encuentren en interdicción. En nuestro concepto con los cambios introducidos respecto de
estas personas y los avances de la ciencia y la tecnología, esta incapacidad no debe
considerarse como absoluta sino como relativa
Las incapacidades absolutas generan nulidad absoluta; y los actos del absolutamente
incapaz no generan ni aún obligaciones naturales (artículo 1504, inciso 2º, Código Civil).
El profesor Tamayo Lombana (2003) sostiene que tal vez el único acto del impúber al
que la Ley le reconoce eficacia es a la posesión de cosa mueble (artículo 784 del Código
Civil), pero sin poder ejecutar el derecho que tal posesión les confiere.
Los menores adultos, son los varones mayores de 14 años y mujeres mayores de 12
años que no han llegado a la mayoría de edad, en los términos del articulo 34 del código;
adolescentes para todos los efectos de la ley de infancia y adolescencia.
Los negocios que ellos celebren están afectados de nulidad relativa. Sin embargo,
existen unas excepciones a esta incapacidad, entre las cuales es posible señalar las siguientes:
1. El menor de 18 años puede disponer y administrar libremente los bienes que forman
su peculio profesional o de industria, conforme a lo dispuesto en el artículo 294 del
Código Civil. Estos bienes son los procedentes del trabajo del menor o una
actividad industrial, cultural, artística, científica, todo ello con la limitación del
artículo 303.
2. Los menores adultos o adolescentes obligan válidamente en su condición de
mandatarios a sus mandantes, en relación con contratos celebrados con terceros
(Código Civil, artículo 2154).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
353
Disipador es aquel que dilapida su patrimonio (articulo 534 del Código Civil). Para que
esta persona se considere incapaz relativo, es siempre necesario que haya sido declarado en
interdicción judicial, de lo contrario puede considerarse capaz conforme a las reglas generales
sobre capacidad.
Los sujetos con discapacidad mental relativa. Se consideran tales, Las personas que
padezcan deficiencias de comportamiento, prodigalidad o inmadurez negocial y que, como
consecuencia de ello, puedan poner en serio riesgo su patrimonio. Estos sujetos podrán ser
inhabilitados para celebrar algunos negocios jurídicos, a petición de su cónyuge, el
compañero o compañera permanente, los parientes hasta el tercer grado de consanguinidad y
aún por el mismo afectado. Los procesos de inhabilitación se adelantarán ante el Juez de
Familia.
Los sujetos con discapacidad mental relativa, inhabilitados según lo previsto en la
nueva ley, se consideran incapaces relativos respecto de aquellos actos y negocios sobre los
cuales recae la inhabilitación. En lo demás se estará a las reglas generales de capacidad.
El inhabilitado conservará su libertad personal y se mirará como capaz para todos los
actos jurídicos distintos de aquellos sobre los cuales recae la inhabilidad.
La incapacidad relativa, está contemplada como una causal de nulidad relativa.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
354
de familia y que se limita a ordenar que todos los actos de enajenación patrimonial
cuyo valor sea superior a quince( 15) salarios mínimos legales mensuales sea
autorizado por un consejero legitimo o dativo designado en el mismo acto de
inhabilitación, en armonía con lo dispuesto en articulo 45 de la ley, que modifica
el artículo, 447 del anterior C. de P.C , hoy artículo 396 del C. G. del P. y la segunda
situación es cuando a la persona con discapacidad mental relativa inhabilitado se le
nombra un consejero, persona natural, que lo guíe y asista y complemente su
capacidad jurídica en los negocios objeto de la inhabilitación.
CELEBRACION DEL CONTRATO POR EL REPRESENTANTE CONSIGO
MISMO.
Una inquietud que se ha venido planteando, es si en virtud de la representación se puede
celebrar un contrato consigo mismo y en representación de otro, es decir, concurrir
simultáneamente en el representante la expresión o disposición de las dos partes. Sobre este
particular el artículo 2170 del Código Civil, en relación con los mandatarios prevé la
posibilidad de la celebración de negocios con la autorización del mandante, norma que puede
orientar la solución del caso, para considerar dicha posibilidad cuando se trata de
representación voluntaria o convencional; de igual forma el código de comercio admite la
anterior solución al establecer las prohibiciones a los representantes en el artículo 839, al
contemplar que no podrá el representante hacer de contraparte del representado o contratar
consigo mismo, en su propio nombre o como representante de un tercero, salvo expresa
autorización del representado. Diferente seria el criterio cuando estamos frente a
representación legal de personas incapaces en que el representante obra como protector del
representado, donde la posibilidad de contratar consigo mismo está prohibida.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
356
25.2.1.3 La
capacidad en el Código
de Comercio
La legislación mercantil, en el artículo 12, establece las siguientes reglas, sobre la
capacidad para ejercer actos de comercio así:
• Toda persona que según las leyes comunes tenga capacidad para contratar y
obligarse, es hábil para ejercer el comercio; las que con arreglo a esas mismas
leyes sean incapaces, son inhábiles para ejecutar actos comerciales, entiéndase
que en este punto se refiere a la legislación civil.
• Los menores adultos pueden, con autorización de sus representantes legales,
ocuparse en actividades mercantiles en nombre o por cuenta de otras personas y bajo
la dirección y responsabilidad de éstas.
Las demás reglas previstas en la legislación civil a las cuales hicimos referencia en líneas
anteriores deben tenerse en cuenta.
INHABILIDADES PARA EJERCER EL COMERCIO
La ley mercantil considera inhábiles para ejercer el comercio, directamente o por interpuesta
persona:
• Los funcionarios de entidades oficiales y semioficiales respecto de actividades
mercantiles que tengan relación con sus funciones.
• Las demás personas a quienes por ley o sentencia judicial se prohíba el ejercicio
de actividades mercantiles.
• . Quien entre a ocupar un cargo que inhabilite para ejercer el comercio, tendrá una
inhabilidad sobreviniente, y lo deberá informar a la cámara de comercio, dentro de
los diez días siguientes a la posesión. (Art. 15 código de comercio)
• El que, mediante sentencia judicial condenatoria por delitos contra la propiedad, la
fe pública, la economía nacional, la industria y el comercio, o por contrabando,
competencia desleal, usurpación de derechos sobre propiedad industrial y giro de
cheques sin provisión de fondos o contra cuenta cancelada, se le haya impuesto
como pena accesoria la prohibición para ejercer el comercio. (Art. 16 comercio de
comercio)
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
357
Las nulidades por la falta de capacidad para ejercer el comercio serán declaradas y podrán
subsanarse conforme a lo previsto en la legislación civil.
En lo que hace referencia al contrato de sociedad, el artículo 103 de Código de
Comercio, modificado por el artículo 2º de la Ley 222 de 1995, señala que los incapaces no
podrán ser socios de sociedades colectivas ni gestores de sociedades en comandita.
En los demás casos, podrán ser socios, siempre que actúen por conducto de sus
representantes o con su autorización, según el caso. Para el aporte en sociedad de derechos
reales sobre inmuebles en cabeza de incapaces se sujetara al requerimiento previo de licencia
judicial y a los demás requisitos exigidos conforme a las reglas generales de la legislación
civil (Este último párrafo quedó con esa redacción según sentencia dela Corte constitucional
C-716 de agosto 23 de 2006)
25.2.1.4 Incapacid
ades especiales
Son las que se refieren a determinadas personas que de acuerdo con las reglas generales
serían capaces, pero que están inhabilitadas para celebrar ciertos actos jurídicos en razón del
vínculo de parentesco, del cargo que ocupan o de un vínculo legal o convencional. Estas
incapacidades las encontramos en los artículos 1852 a 1856 del Código Civil y 906 del
Código de Comercio:
25.2.1.4.1 Prohibición de venta entre padres e hijos de familia
Se establece en razón del vínculo de parentesco, derivado de la relación filial entre
padres e hijos de familia, en los artículos 1852 del Código Civil y el 906 del Código de
Comercio; y su violación genera nulidad absoluta del negocio.
Establecía el artículo 1852 del Código Civil dos incapacidades a saber: Una en razón
del vínculo de parentesco entre el padre y el hijo de familia; y la otra por la existencia de un
vínculo matrimonial, al prohibir la venta entre cónyuges no divorciados. Esta última fue
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
358
25.2.1.5 Alcance
de la prohibición
Se extiende a los padres, es decir, padre o madre en relación con los hijos de familia, o
sea, aquellos que se encuentran sometidos a la patria potestad en armonía con lo dispuesto
en el artículo 24 del Decreto. 2820 de 1974.
Los hijos que no se encuentran sometidos a la patria potestad o que, por cualquier
circunstancia, se consideren emancipados, pueden celebrar válidamente contratos de
Compraventa.
Los menores adultos que tienen bienes pertenecientes a su peculio profesional o
industrial, respecto de éste se miran como emancipados al tenor del artículo 294 del Código
Civil y en consecuencia están habilitados para la administración de los bienes que conforman
dicho peculio, circunstancia que lleva a pensar que pueden celebrar contrato con sus padres
relativos a bienes muebles, más no tratándose de bienes inmuebles, en los términos del
artículo 303 del Código Civil, que señala la necesidad de autorización judicial.
En relación con la filiación extramatrimonial, debe entenderse que la prohibición se
extiende al padre que haya reconocido la paternidad, esté o no ejerciendo conjuntamente con
la madre la patria potestad, de igual forma es aplicable la prohibición ante el padre adoptante
y el hijo adoptivo.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
359
activos productivos deberán constar por escrito y los dineros provenientes de la enajenación
no podrán ser destinados a otros fines sin autorización judicial.
e). El repudio de los actos gratuitos interesados o modales en favor del pupilo. Las
herencias podrán ser aceptadas libremente, pero se presumirá de Derecho que han sido
aceptadas con beneficio de inventario.
f). La imposición de obligaciones alimentarías y cualquier otra prestación de carácter
solidario a favor de familiares o allegados. En ningún caso se destinarán bienes del pupilo a
atender necesidades suntuarias de los beneficiarios.
25.2.1.6 Consecue
ncias o efectos:
La norma en comento señala Los actos en los que el guardador, su cónyuge o sus
parientes, tengan interés serán celebrados por un guardador suplente o especial designado
por el Juez y, en todo caso, requerirán autorización judicial. Como estamos frente a una
prohibición legal no saneable la nulidad que genera por la violación seria absoluta
En el código de comercio, la anterior prohibición la encontramos en el numeral
2, del artículo 906, que señala “ 2º) Aquellos que por la Ley o por acto de autoridad
pública administran bienes ajenos, como los guardadores, síndicos, secuestres, etc.,
respecto de los bienes que administran;”
Difiere la norma mercantil de la contemplada en el código civil, en cuanto limita la
prohibición respecto a los bienes que administra el guardador y no a todos los bienes del
patrimonio del pupilo, lo cual exigía en cada caso particular determinar los alcances de
aplicación de una u otra disposición. En relación con este punto debemos entender que esa
disposición del código de comercio también fue modificada por la Ley 1306 y en
consecuencia la prohibición es de carácter general.
25.2.1.7 Las
incapacidades especiales
en el Código de
Comercio
Las incapacidades especiales, en materia de compraventa mercantil, están regladas en
una sola norma, el artículo 906 del Código de Comercio, que es del siguiente tenor:
"No podrán comprar directamente, ni por interpuesta persona, ni aún en
pública subasta, las siguientes personas:
1º) Los padres y el hijo de familia, entre sí;
2º) Aquellos que por la Ley o por acto de autoridad pública administran bienes
ajenos, como los guardadores, síndicos, secuestres, etc., respecto de los bienes que
administran;
3º) Los albaceas o ejecutores testamentarios, respecto de los bienes que sean
objeto de su encargo;
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
363
4º) Los representantes y mandatarios, respecto de los bienes cuya venta les
haya sido encomendada, salvo que el representado, o el mandante, haya autorizado
el contrato;
5º) Los administradores de los bienes de cualquier entidad o establecimiento
público, respecto de los que les hayan sido confiados a su cuidado;
6º) Los empleados públicos, respecto de los bienes que se vendan por su
ministerio; y
7º) Los funcionarios que ejerzan jurisdicción y los abogados, respecto de los
bienes en cuyo litigio hayan intervenido y que se vendan a consecuencia del litigio.”
Las ventas hechas en los casos contemplados en los ordinales 2º, 3º y 4º serán
anulables; en los demás casos la nulidad será absoluta.
Lo previsto en el numeral 4 del artículo citado, se complementa con la norma del
general del artículo 839, sobre prohibiciones a representantes.
Esta disposición del Código de Comercio complementa las disposiciones del Código
Civil y además precisa el tipo de prohibición legal de carácter relativo o absoluto, precisando
la nulidad que genera.
26 LA VOLUNTAD
26.1 GENERALIDADES
La voluntad, entendida en términos generales, se tiene, en el ordenamiento jurídico
vigente y en el sentir de muchos doctrinantes, como un elemento esencial en la formación
del negocio jurídico, es decir, se considera como un requisito necesario para el nacimiento a
la vida jurídica.
Este punto, lleva sin duda a plantearse lo dicho en líneas anteriores sobre el papel de
este elemento, cuando se aborda el concepto de negocio y si éste debe o no formar parte del
mismo. Desde la perspectiva del autor, hay que partir de la realidad y de la necesidad del
sujeto de entrar en relaciones para satisfacer sus necesidades e intereses, lo que lleva a excluir
la voluntad dentro de lo esencial del concepto, sin negar que en la valoración de los negocios
sólo, eventualmente, se prescinde de la voluntad.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
364
Luego resulta inevitable admitir que la voluntad, si bien pude prescindirse de ella en el
concepto de negocio, tiene una gran importancia, en tanto, el negocio es un acto humano
generalmente consiente y voluntario y por ello su valor se destaca en la Ley, de allí que el
artículo 1502 del Código Civil señala, como requisito para que una persona se obligue, que
consienta en el acto o declaración y que su consentimiento no adolezca de vicios.
Se considera que la Ley, y esto es entendible por la época en que se expide el código
civil, tiene una marcada influencia de las teorías voluntaristas y especialmente del desarrollo
de éstas en Francia, lo cual, gústenos o no, lleva a que en algunos casos no se pueda negar el
papel que se le atribuyó a la voluntad, sin que por ello sea compartido. En consecuencia, el
análisis del autor se encamina a determinar la aplicabilidad de la normatividad en un
momento histórico y en un contexto determinado orientada por su formación académica.
El ordenamiento jurídico vigente señala, en el artículo 1502 del Código Civil, que para
que una persona se obligue frente a otra, es necesario que consienta en el acto o declaración
y que su consentimiento no adolezca de vicios. Se miran en este precepto dos posturas, pensar
que la norma incluye un elemento conceptual del negocio y un elemento de validez o pensar
que realmente se refiere a un requisito genérico de validez (Hinestrosa, 1969). Desde el punto
de vista que se mire, serán diferentes las conclusiones a las cuales se llegue.
El consentimiento debe mirarse como un acuerdo o convenio y es esencial aún para
aquellos contratos que requieran ciertas solemnidades.
En el antiguo Derecho Romano se sujetaba la validez de los actos al cumplimiento de
un formalismo rigorista, eran más importantes los ritos y el consentimiento estaba en un
segundo término. En la Edad Media se da una tendencia a reemplazar el formalismo por el
consensualismo, contenido en el aforismo solus consensus obligat, el sólo consentimiento
obliga. En el siglo XVIII se abrió paso en forma definitiva el consensualismo y la doctrina
de la autonomía de la voluntad.
Consentimiento viene del latín cun sentire que significa ponerse de acuerdo con otro,
entenderse.
En la voluntad negocial, tradicionalmente, se distinguen dos aspectos:
1. El elemento interno, que es la conciencia del negocio jurídico y la intención
de realizarlo por medio de un contrato u otro negocio.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
365
Este principio se traduce en que las partes pueden celebrar toda clase de actos lícitos y
pueden convenir entre ellas toda clase de estipulaciones que no sean contrarias a la Ley, el
orden público o a la moral.
El concepto está íntimamente asociado con la idea de libertad y de la imposición de
una manifestación de esa libertad como es el negocio, con efecto de Ley a sus autores, la
autonomía de la voluntad, como derecho, comprende: a) la discrecionalidad de contratar o
negarse a hacerlo; b) la de elegir con quien contratar; y c) la de decidir sobre las condiciones
propias de la regulación que se conviene.
26.2.1.1 Límites de
la autonomía privada
La posibilidad de los sujetos de establecer las relaciones jurídicas que estimen y darles
el alcance que deseen no es ilimitada, existen limitaciones que podrían ser llamadas naturales,
que imponen las mismas condiciones materiales en que se desenvuelven los seres; y las otras
se las imponen las normas constitucionales y legales.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
367
26.3 LA REPRESENTACIÓN
Las personas pueden concurrir personalmente a convenir la celebración de un contrato
o pueden hacerlo a través de la representación. En virtud de ello, el representante actúa por
cuenta y en nombre de otra persona llamada representado, para que los efectos del acto o
contrato se radiquen en cabeza del último, como si hubiere intervenido personalmente, es
decir, que el representado es quién se convierte en parte, desapareciendo el representante
luego de perfeccionarse el contrato.
Elementos que la estructuran:
4) El poder para representar, que es el elemento por el cual el representante actúa
en nombre del representado, para vincularlo a los efectos del contrato. Según esto, existen
tres clases de representación: legal, judicial y voluntaria.
El acto de apoderamiento en la representación convencional proviene del negocio
que realicen representado y representante, por lo tanto este negocio tiene sus reglas
propias, conforme al ordenamiento jurídico vigente. Si el negocio a concluir es solemne,
no necesariamente el acto de apoderamiento debe ser solemne, porque puede provenir de
un mandato consensual, tal como lo ha planteado la Corte Suprema de Justicia (Sala de
Casación Civil, Sentencia de Octubre 20 de 1984).
Sin embargo, en materia mercantil, el artículo 836 del Código de Comercio, señala
que el poder para celebrar un negocio jurídico, que debe constar por escritura publica,
deberá ser conferido por este medio o por escrito privado debidamente autenticado. De
ninguna manera podría pensarse que esta estipulación legal modifique la reglamentación
sobre mandato.
Previene el Código de Comercio lo que se denomina justificación de poderes, al
estipular en el artículo 837 que el tercero que contrate con el representante podrá exigir
de éste que justifique sus poderes y le entregue una copia del mismo, si la representación
proviene de un acto escrito.
5) Intención de representar: el representante debe ser consciente y debe
manifestarlo al otro contratante que no actúa en nombre propio, sino de otra persona; si
no se manifiesta al otro contratante, esa circunstancia, los efectos se radican en cabeza
propia y no en la del representado.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
368
Al ser distintos, pues, los fenómenos de la nulidad, bien sea absoluta o relativa,
y la inoponibilidad, predicados ambos de los actos y contratos, no puede invocarse
una con el fin de alcanzar las consecuencias propias de la otra.” (Corte Suprema de
Justicia. Sala de Casación Civil. Magistrado Ponente Dr. Héctor Marín Naranjo).
perfeccionarse el negocio. Las demás causas de extinción del mandato no serán oponibles a
los terceros de buena fe, tal como lo consagra el artículo 843 del Código de Comercio.
26.4.1 El error
Concepto: Estado psicológico de una persona que está en discordancia con la verdad
objetiva (Demogue, citado por Pérez Vives, 1966).
El error y la ignorancia son dos conceptos diferentes, el primero requiere un
conocimiento previo pero falso, erróneo, en relación con la realidad; en cambio, la ignorancia
es una posición negativa, es la carencia de conocimiento.
26.4.1.1 Clasificaci
ón del error:
Una primera clasificación que se hace del error es: error de derecho y error de hecho.
Es Error de Derecho cuando recae sobre una norma, es decir, el equivocado
entendimiento de una regla jurídica.
Cuando se ignora la Ley, esto no sirve de excusa (artículo 9, Código Civil)
El artículo 1509 del Código Civil sienta el principio según el cual el error sobre un
punto de derecho no vicia el consentimiento. A pesar de esos preceptos legales, el profesor
Álvaro Pérez Vives (1966) sostiene que es admisible, a través de la teoría de la causa,
considerar la existencia de un error de derecho invalidando el acto, de conformidad con los
artículos 2315 y 2317 del Código Civil.
El Error de Hecho recae sobre elementos estructurales del consentimiento.
26.4.1.2 Clasificaci
ón del error de hecho
Existe una clasificación tripartida del error, que tiene su origen en la Doctrina Francesa,
así:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
372
3.2. Criterio Subjetivo: Considera que hay error sobre la sustancia cuando recae no
sólo sobre la materia de que está hecha la cosa, sino también cuando recae sobre las
cualidades esenciales, porque en ocasiones al contratante le interesa no la materia, sino
una cualidad, por ejemplo: la antigüedad. Una cualidad es esencial desde que se convierte
en determinante del consentimiento, es decir, que sin ella no se hubiera contratado.
Según el artículo 1511, inciso 2°, esa calidad debe ser conocida por el otro
contratante, es decir el error debe ser bilateral y debe ser determinante o motivo de la
contratación, podría pensarse que este inciso consagra una especie de este error.
4. Error sobre la persona: La regla general, consagrada en el artículo 1512 del
Código Civil, indica que el error sobre la persona no vicia el consentimiento, excepto si
la persona es la causa principal del contrato, en cuyo caso si lo vicia (contrato intuite
persona).
La doctrina clasifica así el error sobre la persona: sobre su identidad física, sobre
sus cualidades y sobre su identidad jurídica o civil.
Estos errores vician el consentimiento y son causales de nulidad relativa.
26.4.2 La fuerza
Concepto: Amenaza ejercida sobre un contratante para obtener de él que consienta la
celebración de un negocio.
Se ha clasificado la fuerza en: fuerza física y fuerza moral.
Fuerza Física: Consiste en un constreñimiento puramente material para que la persona
aparezca consintiendo sin que en realidad lo haya hecho. En estos casos se dice que realmente
no hay consentimiento, porque nunca se ha querido el Contrato, luego el negocio seria
inexistente.
Fuerza Moral: Es una amenaza injusta y grave que se hace a una persona para que
consienta en un negocio jurídico. En este caso hay consentimiento, pero viciado. La amenaza
puede referirse a un mal moral, físico o patrimonial.
Es menester distinguir la amenaza o fuerza del efecto sicológico que produce en el
ánimo del contratante, que es el temor, siendo este último el que genera el vicio, de tal forma
que puede decirse que lo primordial para que se estructure el vicio es el estado de justo temor
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
374
26.4.4 El dolo
26.4.4.1 Concepto
Se parte, en el contexto legislativo vigente, del artículo 63 del Código Civil, inciso
final, que señala: "El dolo consiste en la intención positiva de inferir injuria a la persona o
propiedad de otro". Combina la norma transcrita, el criterio intencional con la exteriorización
de la conducta dolosa, no otra cosa puede colegirse del hecho que el precepto citado agregue
la palabra positiva a la intención, con esto se quiere significar que no basta con la mera
intención que consiste en que la persona que incurre en el dolo, lo hace en forma consciente
y voluntaria, a sabiendas de quebrantar una obligación o vulnerar un derecho, sino que,
además, es necesario que se materialice esa intención, que se traduzca en una conducta.
Doctrinariamente se considera como la conducta, de uno de los contratantes,
encaminada a inducir al otro en error con el fin de que consienta un negocio jurídico. A ese
error se lleva empleando la maniobra, el engaño, la mentira, o desarrollando cualquier otra
conducta e inclusive guardando silencio sobre algo para conscientemente permitir que el
contratante caiga en el error.
26.4.4.2 Requisitos
para que el dolo vicie el
consentimiento
5. Debe producir un engaño en la victima: Esto comprende la intención de
inducir en error al otro contratante y los medios o procedimientos que se utilicen para
ello. Si ese engaño se presenta como resultado de la culpa de la víctima, falta de diligencia
y cuidado, no hay dolo.
6. Debe ser sancionable o reprensible: Por tal debe entenderse el engaño que
sobrepasa el margen de tolerancia normal en las relaciones negociales, es el llamado dolo
malo; en cambio, el que está constituido por pequeñas mentiras o maniobras
generalmente aceptadas o admitidas, no es sancionable, por ejemplo: la publicidad
comercial que ordinariamente tiene exageraciones.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
381
26.4.4.3 Condonac
ión del Dolo
El artículo 1522 del Código Civil prohíbe la condonación del dolo futuro o el perdón
anticipado. El dolo pasado sí es susceptible de condonación, una vez cometido por una parte
y conocido por la otra parte.
El acto viciado por dolo puede ratificarse por quien era titular de la acción.
26.4.4.4 Sanción al
dolo
Si el consentimiento resulta viciado por el dolo, el contrato queda afectado de una
causal de nulidad relativa, siempre y cuando éste haya sido obra de una de las partes
contratantes.
En el evento de que el dolo provenga de un tercero, no da lugar a la nulidad del acto,
pero sí permite el ejercicio de una acción indemnizatoria, contra la persona o personas que
lo hayan fraguado por la totalidad de los perjuicios causados y contra el que se ha
aprovechado de él, hasta el límite del provecho que le haya reportado, es decir, que se
considera la posibilidad de demandar a la otra parte contratante hasta el monto del provecho
que para él haya reportado el contrato celebrado.
26.4.5.2 Tesis
sobre la naturaleza
jurídica
26.4.5.2.1 Tesis Subjetiva
Ve la lesión como un vicio del consentimiento, partiendo de la idea de que si el
contratante hace un mal negocio y resulta lesionado, es porque se engañó o fue engañado, en
consecuencia el vicio sería el error, la fuerza o el dolo. Para llegar a esta conclusión se tienen
en cuenta las condiciones particulares en que se dio el consentimiento, la necesidad, la
impericia o la ligereza.
entre las prestaciones que para las partes surgen del acto o el exceso en la regulación de
determinadas relaciones, como ocurre, por ejemplo, por la violación de los topes de
intereses en el contrato de mutuo; siendo así el vicio o defecto, se predica del acto mismo
y no del consentimiento de quien lo celebra.
26.4.5.3 Casos en
que se aplica la lesión
En Colombia, la Lesión ha sido consagrada, para determinados actos y contratos, así:
10. En la aceptación de una herencia, cuando el aceptante ha sufrido lesión grave,
o sea, la que disminuyó el valor total de la asignación en más de la mitad, conforme al
artículo 1291 del Código Civil.
11. En la partición, cuando la persona ha sido perjudicada en más de la mitad de
la cuota que le correspondía (artículo 1405 del Código Civil).
12. En los intereses del mutuo, cuando éstos exceden en una mitad a la tasa del
interés corriente (artículo 2231 del Código Civil).
13. En la Compraventa de bienes inmuebles (artículos 1946 y 1947 del Código
Civil y 32 de la Ley 57 de 1887).
14. En la permuta, cuando se dan las condiciones señaladas al Contrato de
Compraventa, conforme al artículo 1955 del Código Civil y la interpretación
jurisprudencial sobre el particular.
15. En la anticresis, en las mismas circunstancias en que se presenta en el mutuo
(artículo 66 del Código Civil).
16. En el censo, artículo 105 de la Ley 153 de 1887.
17. En la Cláusula Penal, cuando la pena pactada excede del duplo de la
obligación principal (artículo 1601 del Código Civil).
18. En la hipoteca, cuando el monto de ésta excede el duplo de la obligación
garantizada (artículo 2455 del Código Civil).
A pesar de que, conforme a lo contenido en el artículo 1502 del Código Civil, el objeto
licito constituye una de las condiciones de validez del negocio jurídico, modernamente este
requisito se analiza como idoneidad del objeto. Debe, además, tenerse en cuenta que desde
el punto de vista de la formación del negocio jurídico, es necesaria la existencia de un objeto
como condición para el nacimiento del mismo, razón por la cual la falta de objeto conlleva a
la inexistencia del negocio, mientras que la ilicitud del mismo constituye una causal de
nulidad absoluta.
La doctrina distingue entre el objeto del contrato y el objeto de la obligación para
considerar el primero como el tipo de operación jurídica que las partes escogen, por ejemplo:
una compraventa, una sociedad, etc.
El profesor Pérez Vives (1968), sostiene que el objeto del contrato es producir
obligaciones encaminadas a determinado fin y que toda obligación tiene a su turno un objeto,
que no es otra cosa que aquello a lo cual el deudor está obligado, es decir, lo que se debe, que
puede ser una prestación positiva, como ocurre en las obligaciones de dar o en las de hacer,
o una abstención, como ocurre en las obligaciones de no hacer.
Por objeto de la obligación se entiende, en criterio casi unánime de la doctrina la
prestación o prestaciones, que las partes deben. Sobre la base de esta distinción lo que se
estudia en este acápite es el objeto de la obligación, que, como se ha afirmado en líneas
anteriores, no es otra cosa que el comportamiento o conducta que el deudor se ha
comprometido frente a su acreedor a realizar o a no realizar.
Raimundo Emiliani Román (1980), sostiene que no hay ninguna contradicción ni
inconveniente lógico en que la prestación del deudor sea también el objeto del contrato, ya
que la conducta del deudor es lo que las partes consideran para contratar, lo que se contrata
es la conducta del deudor, es decir, el objeto de la obligación, que al mismo tiempo viene ha
ser del contrato.
En conclusión, el objeto de la obligación es la prestación debida, de dar, de hacer o de
no hacer.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
386
Pero no debe confundirse el objeto con la cosa material sobre la cual recae la conducta
exigible al deudor, porque entonces no existiría en las obligaciones de no hacer, donde la
conducta es una abstención. Debe, en consecuencia, entenderse el objeto como una conducta
del deudor, que, en obligaciones de dar y de hacer, recae normalmente sobre una cosa
material.
Hay que distinguir cosa futura del riesgo, la suerte o la esperanza, lo que los
Romanos llamaron res speratae spei; el objeto de la obligación puede consistir en la
suerte, el azar, el riesgo o la esperanza, pero aquí no se trata ya de una cosa futura,
sino de la simple alea o posibilidad de que esa cosa exista. En el primer evento, el
objeto es la cosa misma; en el segundo, es el riesgo, la esperanza, la obligación nace
pura y simple (Artículo 1869 del Código Civil).
c. La cosa existió en el pasado pero dejó de existir: En este evento, en
que la obligación verse sobre el objeto que se supone existe y no existe, falta el objeto
y, en consecuencia, carece de eficacia jurídica, cuando es total la perdida de la cosa;
si la perdida es parcial surge el interrogante de si ¿el negocio jurídico debe o no
subsistir?, si ¿la obligación carece o no de objeto? A este respecto, se plantean la
siguiente solución: acudir a la teoría de los móviles determinantes para saber si se
hubiere contratado o no (artículo 1870, Código Civil).
d. La cosa existe pero ha perdido su utilidad: La doctrina ha considerado
que debe equipararse a pérdida total y equivaldría a la inexistencia.
Álvaro Pérez Vives (1968), considera que el artículo 1543, inciso final, que se
refiere a las condiciones suspensivas, debe tenerse como una regla general.
7. Determinación: El objeto debe ser determinado o determinable, las cosas
pueden ser especies determinadas (cuerpo cierto) o especies indeterminadas de un género
determinado. El artículo 1518 del Código Civil señala la obligación de determinar el
objeto, al menos, en cuanto a su género. La falta de esta determinación llevaría a la
inexistencia, por ejemplo: un contratante se obliga a entregar un animal, podría pagarse
con un mosquito.
En cuanto a las cantidades puede ser incierto, con tal que el acto o contrato fije
reglas o contenga datos que sirvan para determinarla, Ej.: suministrar toda la gasolina que
se gaste en un viaje a la ciudad de Cartagena.
En cuanto a la calidad o falta de estipulación expresa, se sobreentiende que debe
ser por lo menos la mediana (artículo 1566 del Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
388
El objeto puede ser determinable señalando reglas para hacer posteriormente esa
determinación, sin necesidad de una nueva manifestación de voluntad, Ej.: dejarse a una
tercera persona.
8. Debe estar en el comercio: La regla general es que todos los bienes están en
el comercio, lo excepcional es incomerciabilidad; la cual puede ser absoluta o relativa, la
primera afecta a determinados bienes respecto a todas las personas, la segunda se refiere
a ciertas personas y es más bien una limitación a la capacidad de ejercicio.
Bienes que están fuera del comercio:
• Los bienes que por su naturaleza no son susceptibles de apropiación, por
ejemplo: aire, agua del mar, el sol.
• Están fuera del comercio, por destinación, los bienes de uso público como las
calles, las plazas, los puentes, los caminos y las corrientes de agua que no nacen y
mueren en un mismo predio.
• Las cosas que debido a una situación especial no están en el comercio. Ej.:
Las embargadas por decreto judicial.
9. Licitud del objeto. EL objeto debe ser lícito, se refiere que debe estar de
acuerdo con la Ley, el orden público y las buenas costumbres.
Hay objeto ilícito:
• Cuando contraviene el Derecho Público de la Nación (artículo 1519, Código
Civil).
• En todo acto o contrato prohibido por la Ley (artículos 1520 y 1523, Código
Civil).
• Hay objeto ilícito en la enajenación conforme al artículo 1521 del Código
Civil:
o De las cosas que no están en el comercio.
o De los derechos o privilegios que no pueden transferirse a otra persona.
o De las cosas embargadas por decreto judicial.
En efecto, el artículo 1521 del Código Civil, Ordinal 3º, señala esta prohibición
a menos que el Juez lo autorice o que el acreedor lo consienta. Esta prohibición ha
generado diversas opiniones de interpretación en la doctrina y especialmente en las
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
389
decisiones de la Sala Civil de la Corte Suprema de Justicia, que hasta 1968 sostuvo
que el contrato de venta y la inscripción en el Registro constituían una unidad
indisoluble y por lo tanto, en virtud de la terminante y genérica prohibición de
enajenar las cosas, los dos actos, el contrato de venta y su registro quedan afectados
por ilicitud en el caso que se realicen sobre un bien embargado (Sentencia del 3 de
Septiembre de 1952). A partir de 1968 la Corte cambia su doctrina y, sobre la base de
distinguir entre venta y enajenación, considera que la venta en sí no es nula, sino la
tradición (Corte Suprema de Justicia, Sala Civil, Sentencia del 6 de Mayo de 1968 y
Sentencia del 6 de Noviembre de 1975). Según la Corte, la enajenación no se consuma
en la venta o simple otorgamiento del titulo traslaticio sino por el modo, que es la
tradición, por lo tanto el titulo en nada se afecta por el decreto de embargo, en cambio
la tradición hecha en estas circunstancias es ilícita.
A partir de 1976, la Corte varía nuevamente su doctrina y vuelve al criterio
anterior.
Debe entenderse entonces, conforme a la doctrina mayoritariamente aceptada,
que se afectan de objeto ilícito tanto el contrato de venta como la tradición.
10. Posibilidad: Debe ser el objeto posible, física y moralmente (Código Civil,
artículo 1518, inciso 3º).
Cuando el objeto de la prestación es un hecho, debe encontrarse al alcance de las
posibilidades humanas, nadie está obligado a algo imposible. El artículo 1518 del Código
Civil, inciso 3º, señala como físicamente imposible al objeto de la obligación que es
contrario a la naturaleza. Esta imposibilidad no hay que tomarla como una dificultad del
deudor para ejecutar la obligación sino como imposibilidad absoluta, por ejemplo: tocar
el cielo con las manos. En cambio, si la obligación está fuera del alcance del deudor, pero
puede ser ejecutada por otro, la imposibilidad es relativa y no quien se obliga a
suministrar alimento a diez personas y sólo puede hacerlo a cinco.
Es moralmente imposible el prohibido por las leyes o contrario a las buenas
costumbres (Código Civil, artículo 1518, inciso 3º, parte final).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
390
de que todo contrato es una ley para las partes contratantes, entre las cuales se puede
mencionar, la lesión enorme, la teoría de la imprevisión.
La teoría de la Imprevisión puede considerarse una especie de excepción al principio,
en la medida en que se ha previsto la posibilidad de que cuando las circunstancias existentes
al momento del perfeccionamiento del contrato hayan cambiado por el advenimiento de
circunstancias graves, imprevistas o imprevisibles, que hagan excesivamente oneroso su
cumplimiento para una de las partes, se puedan modificar las estipulaciones contractuales
por la vía judicial, aplicando la equidad.
particularmente del principio de la equidad, con base en los artículos 4, 5 y 6 de la Ley 153
de 1887 y artículos 32, 1603, 1616 y 2060 del Código Civil.
El Código de Comercio sí la contempla expresamente en el artículo 868; De acuerdo
con esta norma, el Juez está facultado para alterar las condiciones, el contenido de las
prestaciones que las partes incluyeron en el contrato y aun la terminación de éste si no es
posible su ejecución, cuando circunstancias extraordinarias, imprevistas o imprevisibles,
surgidas luego de la celebración del contrato, lo hacen excesivamente gravoso para una de
las partes. Este precepto es igualmente aplicable en negocios regidos por el Código Civil, en
desarrollo de la analogía prevista en el artículo 8 de la Ley 153 de 1887.
Esta disposición nos permite afirmar que en nuestro ordenamiento la imprevisión
contractual es una figura autónoma, con regulación propia, por lo cual no es necesario acudir
a otras figuras como venia ocurriendo con anterioridad a la expedición del código de
comercio.
pero si se trata de suministro de mercancías que deben entregarse, por ejemplo, cada mes
cada una de esas entregas es de ejecución instantánea, se agota la prestación, pero el
contrato sigue vigente y la prestación sigue a cargo de quien debe suministrar.
11. El contrato no debe ser aleatorio, expresamente la Ley ha excluido los
contratos aleatorios de la posibilidad de alegar la imprevisión. Por razones obvias, en los
contratos aleatorios hay un elemento muy importante, el alea, la suerte, como el juego,
la apuesta, la renta vitalicia, etc., ocurre que la prestación a cargo de una parte puede ser
muy pequeña y la de la otra exorbitante dependiendo de un factor de alea, de suerte, de
tal forma que si hay un factor de suerte involucrado no puede hablarse de imprevisión
porque las partes mismas han colocado sus prestaciones a un albur que puede ocurrir o
no. En el caso de sujetar un contrato a las condiciones propias del mercado no las hace
aleatorias, si así fuera todos los contratos se convertirían en aleatorios. Hay un contrato
aleatorio, el de seguro, en el cual el legislador previó una circunstancia de imprevisión y
permite que una de las partes se retracte o se retire del contrato (artículo 1060, Código
de Comercio).
12. Excesiva onerosidad en las prestaciones futuras. Las variaciones que puedan
ocurrir en las prestaciones surgidas para las partes deben ser de tal magnitud que para la
parte a cuyo cargo están, resulte excesivamente gravoso cumplir, por no decir casi que
imposible, lo cual además rompe con la conmutatividad del contrato, de tal forma que si
se obliga el cumplimiento, conforme el contenido inicial de las prestaciones, se
aniquilaría al contratante.
alcances serian limitados, toda ves que el demandado, a través de la excepción, no puede
plantear al juez cuáles serían los términos en que se modificaría el contrato, por la sencilla
razón de que ellos no son tema a debatir en el proceso.
29 LA CAUSA
29.1 GENERALIDADES
El cuarto elemento para la validez del acto jurídico que exige el artículo 1502 del
Código Civil es la Causa, ratificado por el artículo 1524, que preceptúa que no debe haber
obligación sin una causa real y lícita. Se mira este elemento desde dos puntos de vista, como
condición de existencia del negocio, sin el cual el acto sería inexistente, y como condición
de validez, en relación con lo cual se exige que sea lícita, su ilicitud afectaría el acto de
nulidad absoluta. Respecto al acto jurídico, la causa explica el por qué de la obligación.
Concepto:
La nulidad del negocio se produce al violar una norma legal referente a las condiciones
de formación. El ordenamiento positivo contempla dos clases de nulidad: la absoluta y la
relativa. La primera tiene lugar cuando la norma violada sea de interés general y la segunda
cuando es de interés particular.
30.1.1.2 Nulidad
Relativa
Como causales generales se señalan la incapacidad relativa y los vicios de la voluntad,
el artículo 900 dice “Será anulable el negocio jurídico celebrado por persona relativamente
incapaz y el que haya sido consentido por error, fuerza o dolo, conforme al Código Civil”.
Esta acción sólo podrá ejercitarse por la persona en cuyo favor se haya establecido o
por sus herederos y prescribirá en el término de dos años, contados a partir de la fecha del
negocio jurídico respectivo. Cuando la nulidad provenga de una incapacidad legal, se contará
el bienio desde el día en que ésta haya cesado.
2. En segundo lugar, cuando se declara nulo el contrato celebrado con una persona
incapaz, omitiéndose los requisitos que la Ley exige.
En lo referente a restituciones a cargo del incapaz, el artículo 1747 del Código Civil
establece que si se declara nulo el contrato celebrado con una persona incapaz, sin los
requisitos que la Ley exige, el que contrató con ella no puede pedir restitución o reembolso
de lo que gastó o pagó en virtud del contrato, sino en cuanto probare haberse hecho más rica
con ello la persona incapaz; esto se entenderá en cuanto las cosas pagadas o adquiridas le
hubieren sido necesarias o subsistan en su patrimonio.
Este artículo reduce los efectos de la declaratoria de nulidad, en cuanto a contrato con
incapaz sin los requisitos que la Ley exige. No quiere decir ello, de ninguna manera, que en
términos absolutos se excluya la restitución, sino que es necesario que dentro del proceso
obren o se recauden los medios probatorios tendientes a establecer la circunstancia prevista
en la Ley para que el incapaz sea obligado a restituir.
3. En tercer lugar, por razones de interés público, conforme lo establece el artículo 58
de la Constitución Nacional, la propiedad es una función social, que debe ceder frente al
interés general, por lo cual no siempre es conducente la acción restitutoria o reivindicatoria,
sino una sustitutiva de carácter compensatorio. Esta excepción la impone las necesidades del
servicio público, dada la primacía del interés social por sobre el particular.
4. En cuarto lugar, en los contratos de ejecución sucesiva no opera la retroactividad en
la declaración de nulidad, sino para el futuro, sus efectos son ex numc, esto significa que los
efectos del contrato cesan a partir de la declaración de nulidad, siendo exigibles las
prestaciones causadas hasta ese momento.
La restitución de las prestaciones es necesario complementarla, en su análisis, con los
aspectos correspondientes a frutos, mejoras, deterioros y aumentos.
30.1.7.2 Efectos
frente a terceros
La declaración de nulidad del contrato da acción reivindicatoria contra los terceros
poseedores de buena o mala fe que hayan intervenido en el proceso (artículo 1748, Código
Civil).
Si el tercero es de buena fe debe restituir la cosa, pero se hace dueño de los frutos hasta
antes de la contestación de la demanda (artículo 964, inciso 3º, Código Civil).
Si el tercero es de mala fe debe restituir la cosa y todos los frutos que se hayan percibido
y los que el dueño hubiera podido percibir con mediana inteligencia y cuidado.
30.1.7.3 Efectos de
nulidad parcial
Prevista en el artículo 902 del Código de Comercio, “la nulidad parcial de un negocio
jurídico, o la nulidad de alguna de sus cláusulas, sólo acarreará la nulidad de todo el negocio
cuando aparezca que las partes no lo habrían celebrado sin la estipulación o parte viciada de
nulidad”.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
413
30.1.7.4 Nulidad
en negocios
plurilaterales
El artículo 903 del Código de Comercio expresa: “En los negocios jurídicos
plurilaterales, cuando las prestaciones de cada uno de los contratantes se encaminen a la
obtención de un fin común, la nulidad que afecte el vínculo respecto de uno solo de ellos no
acarreará la nulidad de todo el negocio, a menos que su participación, según las
circunstancias, sea esencial para la consecución del fin previsto”.
30.1.7.5 Prescripci
ón
La acción de nulidad absoluta prescribe en un término de diez años, es decir, la
prescripción extraordinaria prevista en la Ley. Es de anotar que la nueva norma, Ley 791 de
2002, que modificó los términos de prescripción, no tiene efecto retroactivo, en consecuencia
se tiene en cuenta para su aplicación lo previsto en el artículo 140 de la Ley 153 de 1887.
La de nulidad relativa en un término de 4 años (artículos 1750 – 1754 del Código Civil)
y en materia comercial en 2 años.
Para contar el término de la prescripción se toma como regla general la fecha de la
celebración del contrato.
Excepcionalmente, tratándose del vicio fuerza, se contará desde el día en que ésta cese;
y cuando proviene de incapacidad, desde el día en que ésta desaparezca.
casos, podría sanearse bien por ratificación de las partes o por la configuración de la
prescripción extraordinaria (art. 1742 C.C.). Para el caso de la nulidad relativa, se ha previsto
que ella puede sanearse por su ratificación o por el lapso o paso del tiempo (art. 1743 C.C.).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
415
En este punto se hace referencia, únicamente a las clasificaciones más genéricas; las
más particulares para las especies del negocio serán tratadas en el capitulo pertinente.
32 LA OFERTA
Concepto:
Tiene que ver el estudio de la oferta no sólo con el análisis de los negocios de formación
unilateral, sino también con el concepto de precontrato, teniendo en cuenta, que si bien el
contrato implica acuerdo de dos o más voluntades, para llegar a él se dan ciertas fases o etapas
preliminares, entre las cuales se encuentra la oferta de contrato. Es un negocio de formación
unilateral en cuanto proviene del oferente y produce sus efectos jurídicos,
independientemente de su aceptación por el destinatario.
El Código Civil no regula la oferta de contrato como sí lo hace el Código de Comercio
en su artículo 845 y siguientes. Considérese que por analogía, acudiendo al artículo 8º de la
Ley 153 de 1887, la regulación del Código de Comercio es aplicable a la oferta en materia
civil.
Puede definirse como el proyecto de negocio jurídico que una persona determinada
formula a otra u otras personas, determinadas o indeterminadas, para su aceptación.
En ese sentido, debe entenderse como una propuesta de celebrar un contrato y ello
implica que contenga por lo menos los elementos esenciales del contrato ofrecido.
Cuando la oferta se dirige a personas indeterminadas es denominada por la doctrina
como policitación.
El Código de Comercio, en su artículo 845, la define como el proyecto de negocio
jurídico que una parte formula a otra, deberá contener los elementos esenciales y ser
comunicada al destinatario.
1. Debe ser firme. Para que exista oferta se requiere voluntad firme y decidida para
celebrar un contrato, lo que la distingue de los simples tratos preliminares, en los que de
ordinario esa voluntad con tales características todavía está ausente;
2 Debe ser inequívoca. En el sentido de que está tan definida la disposición de contratar
de quien la formula, de que no existe duda de que se encuentra moldeado un proyecto de
contrato recubierto de tal seriedad, que sólo falta la aceptación o ésta y la formalidad legal
para perfeccionarse como contrato;
3. Debe ser completa. Ello significa que debe consistir en una manifestación de
voluntad que contenga todos los elementos y condiciones del contrato ofrecido, de tal forma
que para que este último se perfeccione sólo falte la aceptación del destinatario o ésta y el
cumplimiento de las solemnidades que, según el caso, la Ley haya señalado para el acto.
Deberá, en consecuencia, contener, al menos, los elementos esenciales o de la esencia
del contrato, definidos en el artículo 1501 del Código Civil, y los demás accidentales que
señalen las particularidades del mismo. En cuanto a los de la naturaleza, puede guardarse
silencio si la intención es no alterarlos, en caso contrario, deberá expresarse claramente la
voluntad sobre ellos. En todo caso, los que no pueden omitirse son los esenciales.
4. Debe estar dirigida a alguien. El destinatario puede ser una persona determinada o
personas indeterminadas, por ejemplo: cuando se exponen mercaderías al público con
indicación de su precio.
La comunicación de la Oferta es la segunda fase, encaminada a poner al destinatario o
destinatarios en conocimiento de ella, lo cual debe hacerse por cualquier medio idóneo.
civil siempre que por un error de conducta de una cualquiera de las partes, se irroga
sin justificación perjuicio a la otra parte en la etapa precontractual, pues, el
legislador, como se puede observar por el texto mismo de las normas citadas, ha
rodeado de protección a quienes participan en ella, de manera que, si se sorprende
a la contraparte con el rompimiento del proceso de negociación sin motivo justificado
y con violación del principio de la buena fe, es apenas natural que, puesto que todavía
no ha nacido a la vida jurídica el contrato en vía de formación, no pueda exigirse la
reparación del daño causado alegando para el efecto responsabilidad derivada de
incumplimiento contractual, lo cual no significa, sin embargo, que no se haya
causado una lesión, un daño, a la otra parte, pues es evidente que en la etapa
precontractual si se incurre en ese tipo de conducta, ha de garantizarse el
"restablecimiento de la situación patrimonial negativa en la que puedan encontrarse
aquellos por la confianza que tuvieron en que el curso normal de la negociación no
se interrumpiría. En consecuencia, dicha indemnización tiende a compensar los
menoscabos de todo orden, materiales y morales, resultantes de haberse seguido
manifestaciones contractuales frustradas", cual lo dijo esta Corporación en
sentencia de 23 de noviembre de 1989” (Corte Suprema de Justicia, 1995).
3. Una tercera situación se puede plantear cuando se ha producido la aceptación de un
negocio que es solemne, porque ésta no tiene la virtud de perfeccionar el contrato, pero sí se
puede generar una obligación de indemnizar perjuicios, tanto para el oferente, quien después
que le han aceptado y antes de cumplir con la solemnidad se arrepiente, como para el
destinatario, quien después de aceptar se arrepiente. Esta responsabilidad es de naturaleza
precontractual y encontraría su fundamento legal en el artículo 863 del Código de Comercio.
expuestos los artículos. Si se ofrece un cuerpo cierto o uno o más géneros determinados con
indicación del precio, obliga hasta al día siguiente del anuncio.
32.3.1.1 Aceptació
n de la oferta
La aceptación es la manifestación que hace el destinatario de la oferta al proponente
admitiendo la celebración del contrato. Por lo general la aceptación perfecciona el Contrato.
33 EL CONTRATO
NOCIÓN
Constituye el contrato el más importante negocio jurídico creador de obligaciones,
desde la época del Derecho Romano.
Contrato que viene de contrahere, significa lo contraído, esto es acuerdo creador de
obligaciones. Nuestro código civil en el artículo 1495 lo define: "Contrato o convención es
un acto por el cual una parte se obliga para con otra a dar, hacer o no hacer una cosa".
Algunas observaciones se hacen a esta noción del código civil: En primer termino por
el contenido literal, pareciera que solo se refiere a los contratos unilaterales, en cuanto
contempla que es un acto por el cual una parte se obliga, excluyendo los que generan
obligaciones para ambos contratantes. En segundo termino, Como puede apreciarse el
precepto identifica los términos convención y contrato, los cuales son objeto de distinción
por parte de la doctrina al analizar los alcances de la norma, considerando, que la convención
es el género y el contrato una especie de ella. La convención es el acuerdo de dos o más
personas, sobre una misma cosa (noción Romana). La convención sería todo acuerdo de
voluntades sobre un objeto de interés jurídico; El contrato es la convención que tiene por
finalidad crear obligaciones, en ese sentido la convención permitiría crear, modificar o
extinguir obligaciones. En el fondo el artículo en comento encierra una contradicción,
comienza tratando los términos como sinónimos, pero en su desarrollo restringe el contrato
a los acuerdos creadores de obligaciones.
El código de comercio trae una noción más amplia del contrato al definirlo como”:
Acuerdo de dos o más partes para constituir, regular o extinguir una relación jurídica
patrimonial." Esta definición, es mucho mas amplia y se acerca mas a la identidad de los
conceptos de convención y contrato, aunque algunos autores sostienen que debe comprender
también las relaciones extrapatrimoniales.
En el derecho romano clásico, por ejemplo, contractas era, sobre todo, la relación
vinculante que nacía del acuerdo de voluntades, no se tenía una noción general de contrato,
sino que se hacía referencia a tipos contractuales regulados en el ordenamiento positivo.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
427
• Contratos de enajenación
Son aquellos en los cuales las obligaciones que surgen para las partes consisten en
trasmitir el derecho de dominio o cualquier otro derecho real y en adquirirlo por la otra parte.
Debe tenerse en cuenta que en nuestro derecho el contrato no transfiere el derecho real, sino
que al generar la obligación de transferirlo, constituye el titulo traslaticio; el modo, la
tradición, es el que complementa la enajenación y consecuente trasferencia del derecho. por
ejemplo la compraventa, la permuta, la donación.
Son aquellos en los cuales una parte se obliga a administrar o gestionar los negocios de
otra persona, por una remuneración o contraprestación y aun sin ella. Por ejemplo el mandato,
la agencia comercial, la preposición, la comisión mercantil.
33.1.2.2 Contratos
Unilaterales y Contratos
Bilaterales
Según los efectos para las partes y las obligaciones que producen, el artículo 1496 los
clasifica en: Unilaterales y bilaterales o sinalagmáticos. Unilateral, cuando una de las partes
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
429
se obliga para con otra que no contrae obligación alguna, Ej. : Donación, Mutuo, el Depósito
Gratuito.
Bilateral, aquel que crea obligaciones a cargo de ambas partes contratantes, ej.:
compraventa, arrendamiento, la permuta.
Algunos contemplan una categoría intermedia entre las dos anteriores que llaman
contratos bilaterales imperfectos o sinalagmáticos imperfectos, para referirse a aquellos
contratos que en el momento en que se perfeccionan son unilaterales toda vez que solo una
de las partes resulta obligada, pero que en su desarrollo o ejecución puede resultar obligada
la parte que inicialmente no se obligó; Por Ej. : el depósito gratuito inicialmente solo genera
obligación para el depositario de restituir la cosa a la terminación del contrato, pero
eventualmente el depositante puede llegar a resultar obligado a rembolsar las expensas
necesarias para la conservación de la cosa o los perjuicios que se hayan ocasionado por el
mal estado de ella.
Consideramos que esa categoría intermedia no tiene cabida en nuestro ordenamiento
civil por cuanto expresamente el artículo 1496 del código civil contempla los unilaterales y
los bilaterales y los define; en consecuencia para saber si un contrato es unilateral o bilateral
debemos mirar el momento en que el negocio se perfecciona, de tal forma que si en ese
momento resulta ser unilateral, lo será para todo el tiempo.
Importancia de esta clasificación: Además de establecer qué parte o partes se obligan,
presenta interés práctico en la aplicación de las siguientes figuras:
a) La llamada condición resolutoria tácita, prevista en el artículo 1546 del código civil
solo es aplicable a los contratos bilaterales.
b) La excepción de contrato no cumplido (exceptio nom adimpleti contractus) prevista
en el artículo 1609 del código civil solo es aplicable a los contratos bilaterales.
c) La cuestión de los riesgos solo se presenta en los contratos bilaterales, ya que supone
la existencia de obligaciones recíprocas.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
430
33.1.2.3 Contratos
Onerosos y Contratos
Gratuitos
Contratos Onerosos cuando tienen por objeto la utilidad de ambos contratantes, es
decir, cada parte se obliga a obtener de la otra una contra prestación, por Ej.: la compra venta,
el arrendamiento.
Contratos Gratuitos aquellos que solo tienen por objeto la utilidad de una de las partes
sufriendo la otra el gravamen, Ej.: la donación, el comodato.
Es importante esta distinción porque los contratos a titulo gratuito generalmente se
celebran en consideración a una persona determinada; en consecuencia si se incurre en un
error sobre la persona el negocio es susceptible de anulación, tal como lo contempla el
artículo 1512 del código civil En cambio los contratos onerosos se celebran generalmente sin
consideración a la persona del contratante, por lo tanto n ellos el error sobre la persona no
generaría causal de nulidad.
La doctrina ha hecho una subclasificación de los contratos a titulo gratuito, la cual
creemos no ofrece mayor relevancia, en Contratos de simple Beneficencia y Contratos de
Liberalidad. Contratos de simple Beneficencia Cuando una parte procura a la otra una ventaja
sin recibir nada a cambio, pero sin disminuir su patrimonio, Ej.: el mutuo sin interés, el
depósito gratuito, el comodato. Contratos de Liberalidad cuando la ventaja de la parte
beneficiada con el contrato es correlativa al empobrecimiento del patrimonio de la otra parte,
Ej.: La donación
una solemnidad especial, Ej. : la compraventa de un bien inmueble solo se reputa perfecta
cuando se otorga la correspondiente escritura pública, que contiene el convenio sobre el
precio y la cosa y las demás condiciones. (Artículo 1857 Inc. 2 del código civil).
Contratos Reales Son aquellos que para su perfeccionamiento, además del acuerdo de
voluntades sobre los elementos esenciales, requieren de la entrega material de la cosa, Ej. :
el mutuo, el depósito, el comodato, la prenda.
La noción de contratos reales es criticada porque se considera que los contratos o son
consensuales, que es la regla general por considerarse que el consentimiento es que crea las
obligaciones o son excepcionalmente solemnes; la entrega en cualquier contrato solo
constituye la ejecución del mismo, por ello la tendencia moderna a eliminar los contratos
reales.
Esta distinción es importante, por cuanto nos permite establecer a partir de que
momento el contrato se perfecciona y por ende logra su existencia jurídica.
El artículo 1760 del Código Civil, señala dos aspectos importantes en relación con los
contratos solemnes, desde el punto de vista sustancial y desde el punto de vista probatorio,
por el primer aspecto la omisión de la solemnidad hace que el negocio se tenga por no
celebrado y probatoriamente, solo pueden acreditarse con la solemnidad legal.
33.1.5.2 Contratos
Anexos, Conexos y
Conjuntos
Se refieren a contratos que son independientes entre si, no es necesario uno para la
existencia de otro, pero que sin embargo se presentan relacionados o en unión, porque asi lo
han consentido las partes, entendiéndose que todos forman parte de una negociación.
y Contratos de Ejecución
Sucesiva
Esta clasificación no se encuentra contemplada en nuestra legislación civil, pero ha
sido ampliamente desarrollada por la Jurisprudencia y por la doctrina nacional y foránea.
Contratos de Ejecución Instantánea Son aquellos en los cuales las prestaciones de las
partes pueden llevarse a cabo en un instante dado, en la época por ellos escogida. Como se
diría comúnmente pueden darse dando y dando, Ej: la compraventa.
Contratos de Ejecución Sucesiva o de Tracto Sucesivo, Son aquellos que tienen por
objeto prestaciones repetidas y sucesivas que no se cumplen en un solo instante, sino en la
medida en que el contrato se va desarrollando o ejecutando, Ej: el arrendamiento.
Esta distinción es importante en relación con la aplicación de las siguientes figuras:
1. En cuanto a la Resolución por incumplimiento, en los de ejecución instantánea, las
cosas se restituyen al estado en que estuvieren si el contrato no se hubiera celebrado, es decir,
produce efectos retroactivos (artículo 1544 del código civil).
En los de ejecución sucesiva, algunos autores sostienen que no puede hablarse de
resolución, sino que lo que produce es la terminación o resciliación; sin embargo, nos
apartamos de ese criterio, por cuanto el artículo 1546 del código civil prevé la figura de la
resolución para todos los contratos bilaterales y siendo el arrendamiento un contrato de
ejecución sucesiva y bilateral, le es igualmente aplicable dicho precepto; lo que si es
necesario distinguir y precisar son los efectos que se producen frente a este tipo de contrato
puesto que sólo se predican para el futuro y ello significa que las situaciones ya cumplidas o
consolidadas con la ejecución del contrato no pueden retrotraerse, consecuentemente los
efectos de la resolución solo son aplicables para el futuro, es decir a partir del momento de
la declaración.
2. En cuanto a la declaración judicial de nulidad, en los de ejecución instantánea
produce efectos retroactivos, en los de ejecución sucesiva los efectos solo se producen para
el futuro.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
434
Administrativos y
Contratos de Trabajo
De esta clasificación solo nos interesan los contratos civiles y los mercantiles, por
cuanto los administrativos y los laborales son objeto de estudio de otras materias.
• Elementos Esenciales
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
436
Son aquellos sin los cuales el contrato o no produce efecto alguno o degenera en otro
contrato diferente. Ej: en la compra venta, los esenciales son la cosa y el precio, si la
prestación del comprador no es en dinero sino en otra cosa habrá permuta.
• Elementos de la Naturaleza
Son aquellos que sin ser esenciales al contrato, se entienden pertenecerle sin necesidad
de una cláusula especial, es decir, se consideran incorporados al contrato por disposición de
la ley, Ej: en la compraventa, el saneamiento por evicción y por vicios redhibitorios. Por
evicción se entiende la pérdida total o parcial de la cosa que se compra, (artículo 1893 del
código civil) los vicios redhibitorios, son los vicios ocultos en la cosa vendida o defectos que
el comprador no puede advertir en el momento del contrato y que inhabilitan la cosa para el
fin natural o para el convenido; es una aplicación del principio contenido en el artículo 1603
del código civil según el cual los contratos obligan no solo lo que en ellos se expresa, sino
también a todas las cosas que emanan de la naturaleza de la obligación o que por ley
pertenecen a ello, en el mismo sentido el artículo 871 del C. de Cio.).
• Elementos accidentales
Son aquellos que no son ni de la esencia, ni de la naturaleza del contrato, sino que
provienen de la voluntad autónoma de la partes.
Los elementos esenciales son en últimas los que estructuran, constituyen y tipifican el
acto. Estos elementos guardan relación con las condiciones de existencia del negocio que
trataremos más
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
437
34.1.1 La opción
La opción se define como el contrato en virtud del cual, una persona concede a otra por
término definido y en condiciones determinadas, la facultad exclusiva de adquirir o de
transferir a un tercero, determinada cosa o derecho, obligándose a mantenerla mientras tanto
lo ofrecido en las condiciones pactadas y quedando libre el estipulante de concluir o no el
negocio jurídico.
El artículo 23 de la ley 51 de 1918 reglamenta la opción de la siguiente manera:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
438
1. Debe determinarse el objeto, el precio y todos los elementos del posible contrato.
2. Se debe estipular un término o condición; si es condición deberá cumplirse dentro
del término de un año, de lo contrario se tendrá por fallido.
3. Debe haber conformidad de la opción con los requisitos de validez del acto jurídico
(artículo 1502 del código civil).
4. La Ley no exige condición ad solemnitaten, es decir, no se exige que sea por escrito.
poder cumplir con su naturaleza de ser un medio para llegar al contrato fin, es decir, el
prometido.
El plazo o la condición son los hechos futuros que al cumplirse fijan la época en que
ha de celebrarse el contrato. Es decir, La fijación de la época debe hacerse a través de un
plazo o una condición, pero teniendo en cuenta, que en este punto lo primordial es señalar la
época, el plazo y la condición son el instrumento para precisarla. En tratándose de un plazo
determinado no hay duda sobre el cumplimiento del requisito por cuanto su realización es
cierta; cuando se trata de una condición es menester entonces distinguir los conceptos de
determinada y de indeterminada, en la primera la realización del acontecer futuro e incierto
debe ocurrir dentro de un lapso tiempo determinado por las partes y en la segunda, no sólo
es incierta la ocurrencia del hecho, sino también el tiempo en que éste puede ocurrir; de tal
manera que para que se tenga por cumplido el requisito, en análisis, la condición debe ser
determinada y no indeterminada.
4. Que en ella se especifique de tal manera el contrato que para su perfección solo falte
la tradición de la cosa o el lleno de las formalidades legales.
El estudio de los efectos de los contratos hay que tomarlo en tres aspectos a saber:
Frente a las partes, Frente a los causahabientes de las partes y Frente a los terceros
de voluntad no generan consecuencias sino entre los contratantes, lo que dimana de que
siendo el acuerdo de voluntad una «ley» para las partes (art. 1602 C.C.) no puede éste
imponerse a quienes no han manifestado su consentimiento para celebrarlo, no tiene hoy el
carácter absoluto que antes se le atribuyó, e incluso su alcance ha sido morigerado” (
Sentencia de casación de 4 de mayo de 2009. Rad. 2002-00099-01).
Encontramos personas que no habiendo celebrado el contrato, tienen vinculación con
los contratantes y por lo tanto los efectos se trasmiten o irradian a ellos, en cuanto a derechos
y obligaciones sería el caso de los cesionarios, los herederos o causahabientes a título
universal o singular, los deudores solidarios, los deudores de obligación con objeto
indivisible, los coherederos, los comuneros, los titulares de derechos reales principales
cuando hay desmembración de la propiedad ,el cónyuge o compañero en relación con bienes
sociales, quien adquiere derechos sobre una cosa en litigio, el titular del derecho de un bien
que ha sido gravado con prenda o hipoteca.
Hay causahabientes a título universal y a título particular. A título universal es aquel
que tiene vocación para recoger la totalidad del patrimonio de una persona, ejemplo: El
heredero, o quién se le ha legado por testamento todos los bienes (legatario universal). O la
persona que tiene vocación para recoger una cuota parte o fracción, ejemplo: El heredero de
la mitad de la herencia. El contrato produce efectos en relación con los causahabientes a título
universal de las partes contratantes. Con excepción en contratos intuitu personas o mandato
que termina con la muerte.
Y son causahabientes a título particular, aquellas personas que tienen vocación para
recoger un bien particular, determinado, del patrimonio de una persona, ejemplo: el
comprador de un bien, el legatario de un bien particular.
En relación con estos, los contratos que habían sido celebrados y que se relacionan con
el derecho transmitido producen efectos, ejemplo: Una hipoteca le son oponibles o en
ocasiones les aprovechan.
habla de terceros absolutos que aquellos sujetos totalmente extraños al contrato y que no
tienen vinculación alguna con las partes, por lo que aquel ni les perjudica ni les aprovecha.
y de terceros relativos, quienes sí tienen algún tipo de vinculación o relación jurídica con los
contratantes, en la medida en que el negocio les irradia derechos y obligaciones. como ocurre
con los casos que mencionábamos en líneas anteriores y en los casos que tradicionalmente
ha estudiado la doctrina de la estipulación para otro y en la estipulación por otro.
35.1.1.1 Estipulaci
ón para otro
Figura conocida también como contrato a favor de terceros, se encuentra regulada en
el artículo 1506 del Código Civil, Es el contrato por medio del cual un estipulante consigue
que su contraparte se obligue a cumplir una prestación a favor de un tercero beneficiario.
Son tres las personas que entran en la relación: los contratantes y un tercero
beneficiario, quién se convierte en acreedor sin haber consentido el negocio; Ejemplo: El
contrato de seguro de vida. C. de Comercio artículo 1151.
Efectos:
1. El tercero, beneficiario, se convierte en acreedor de la parte obligada, adquiriendo el
derecho a demandar lo estipulado, de conformidad con el artículo1506 del Código civil.
2. Antes de la aceptación del tercero, el contrato es revocable por voluntad de las partes
contratantes, entendiéndose que a partir de esta, desaparece la facultad de revocar.
3. Entre el estipulante y el promitente surgen relaciones de partes contratantes; en
consecuencia, el estipulante podrá ejercer la pretensión de resolución del contrato, pero no la
de cumplimiento para sí; sin embargo, se admite doctrinariamente que pueda intentarla en
favor del tercero beneficiario.
4. Entre el tercero beneficiario y promitente, surge una relación de acreedor-deudor;
En consecuencia, el beneficiario puede exigir la prestación debida, pero no tiene la
posibilidad de pedir la resolución del contrato por no ser parte de él.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
445
35.1.1.2 Estipulaci
ón por otro
Conocida también como promesa de hechos ajenos o contratos a cargo de terceros,
consagrada en el artículo 1507 del C, Civil en los siguientes términos: "Siempre que uno de
los contratantes se compromete a que por una tercera persona de quién no es legítimo
representante, ha de darse, hacerse o no hacerse alguna cosa, esta tercera persona no contraerá
obligación alguna, sino en virtud de su ratificación; y si ella no ratifica, el otro contratante
tendrá acción de perjuicios contra el que hizo la promesa.
Efectos:
1. La promesa del hecho ajeno queda condicionada a la aceptación o ratificación del
tercero, y solo esta circunstancia lo coloca en una relación de deudor. Si el tercero ratifica, el
promitente queda liberado porque habrá cumplido su obligación de obtener el consentimiento
de un tercero.
2. Si el tercero no ratifica, quién incumple la obligación contractual es el promitente y
en consecuencia se hace responsable de los perjuicios que sufre el estipulante, en virtud de
la responsabilidad civil contractual; pero nada podrá exigírsele al tercero que no ha
consentido obligarse.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
446
36 LOS CUASICONTRATOS
36.1.1 Requisitos
Son dos las condiciones que se exigen para configurar el pago de lo no debido: la
inexistencia de la deuda y el error de quién paga.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
447
El que pagó (Solvens) tiene la acción de repetición contra quién recibió el pago
(accipiens) y este último debe restituir naciendo su obligación según haya sido de buena o
mala fé, así:
a. Si es de buena fé debe restituir el dinero o la cosa, pero no es responsable por los
intereses, ni por los frutos ni de los deterioros o pérdidas (artículo 2319, Código Civil).
b) Si es de mala fe, debe restituir además o del capital o la cosa, los intereses corrientes,
los frutos percibidos y los dejados de percibir.
Si vendió debe el precio y los perjuicios ocasionados artículo 2320 inc. final. Si la donó
debe su valor actual.
En cuanto a los terceros de buena fé, el que pagó de lo no debido no puede perseguir la
cosa poseída por el tercero a título oneroso, pero tendrá derecho para que el tercero que la
tiene por cualquier titulo lucrativo se le restituya, si la especie es reivindicable y existe en su
poder.
encuentre error de por medio en el pago, no se abre paso la condictio indebiti, denominación
que en Roma recibió la acción que se viene comentando, pues (...) quien soluciona una deuda
a sabiendas de que no es deudor, voluntariamente se está imponiendo un gravamen y no debe
entonces quejarse” (G.J. CCXII, Nº 2451, p. 258 y 259).
3. Sobre el último requisito conviene precisar, por corresponder a la hipótesis propuesta
en la especie de este proceso, que así como el pago efectuado a sabiendas de que no existe la
obligación, causa del mismo, no le abre paso a la repetición de lo pagado, pues puede
constituir una donación; debe suceder lo contrario cuando quien paga se halla convencido de
la existencia de aquella, no dándose ésta, caso en el cual el solvens queda perfectamente
habilitado para invocar la acción de pago de lo no debido, pues su error emerge justamente
de la falsa creencia de ser la obligación en el momento en que se propuso extinguirla.
En otras palabras, si quien hace el pago advierte en ese momento causa para pagar y
así lo cree, sin haberla, puede una vez que detecte la verdadera ausencia de la misma deprecar
la restitución de lo que resultó pagando indebidamente.
Puede decirse que hay agenda oficiosa cuando una persona realiza acto en interés o
beneficio de otra, en forma espontánea, sin que medie entre ellos un mandato.
Diferencias con el mandato:
A pesar de existir alguna similitud entre ellos, pueden establecerse ciertas diferencias,
a saber:
El mandato es un contrato, lo cual supone el acuerdo de voluntades, y que coloca el
mandatario en la situación de actuar en nombre y representación de otro.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
450
36.2.1 Condiciones
1.- Injerencia de negocio ajeno, que puede recaer sobre actos jurídicos patrimoniales y
sobre actos materiales, ejemplo; pagar una deuda, apagar un incendio al vecino etc.
2. Utilidad de la gestión, es decir, que la gestión debe ser oportuna y reportar utilidad
al dueño del negocio en el momento que se ejecuta.
3. Debe ser altruista, en el sentido que el gestor siempre esté en la creencia y tenga la
intención de gestionar negocio ajeno con un móvil desinteresado.
36.2.2.2 Obligacio
nes del dueño del
negocio
En principio son las mismas del mandante.
El contrato concluido con el gestor tiene efectos respecto del dueño del negocio, es
decir, que este resulta ser acreedor o deudor de la persona con quién contrató el gestor.
Está obligado a rembolsar al agente las expensas útiles o necesarias (artículo 2308,
Código Civil).
El interesado no está obligado a pagar salario al gestor (Código Civil, artículo 2308,
inc. 2º).
36.3 LA COMUNIDAD
Es el condominio indiviso de varias personas sobre una universalidad o una cosa
singular, que se forma de hecho sin convención entre los comuneros.
Si la cosa es universal, como la herencia, cada uno de los comuneros resulta obligado
a las deudas de la cosa común, artículo 2324 del código civil
Cada comunero resulta obligado a contribuir con las expensas, obras y reparaciones de
la comunidad proporcionalmente a su cuota.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
452
Concepto
En el derecho romano no constituyó el enriquecimiento un principio general sino que
se aplicaba a situaciones concretas en que se incrementaba el patrimonio de una persona, en
detrimento del de otra sin causa o relación jurídica que lo justificara, existiendo la condictio
sine causa que permitía la recuperación.
Algunas legislaciones lo regulan por vía general para sancionarlo, casos de los códigos
alemán, suizo y polaco, pero códigos como el civil, francés, el chileno y el colombiano no lo
regulan expresamente como principio y su desarrollo se ha dado en nuestro medio a través
de la jurisprudencia y la doctrina, hasta llevarse a regla general de derecho, tomando como
fundamento legislativo para su aplicación el artículo 8º de la Ley 153 de 1887 que contempla
cuando no hay ley aplicable al caso controvertido, se aplicarán las leyes que regulen casos o
materias semejantes, y en su defecto, la doctrina constitucional y las reglas generales de
derecho.
Puede decirse conceptualmente que se produce enriquecimiento sin causa cuando un
patrimonio se incrementa a expensas de otro sin que se encuentre una causa que lo justifique.
Lo que quiere significar la carencia de un titulo legítimo que produzca ese incremento
y la correlativa disminución de otro patrimonio; se constituye en fuente de obligaciones en
cuanto el enriquecido es obligado a la restitución de aquello que lo enriqueció y el
empobrecido tiene la acción de restablecimiento (actio in rem verso).
Nuestro código civil solo hace de él aplicaciones fragmentarias y particulares, ejemplo;
el artículo 738 del código civil en relación con el dueño del suelo en que se edifica con
material ajeno, artículo 301, 302, 1747.
En el código de comercio si existe una norma expresa, contenida en el artículo 831 :”
Nadie podrá enriquecerse sin justa causa a expensas de otro.” Precepto que puede por vía
general aplicarse en el campo del derecho privado.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
453
37.1 CONDICIONES
Tanto la doctrina como la jurisprudencia la admiten como fuente pero bajo ciertas
condiciones a saber:
1. Un enriquecimiento
2. Un empobrecimiento
3. Una relación de causalidad entre los dos
4. La ausencia de causa
5. Que no exista ninguna otra acción
“...se corresponde con la finalidad de las normas, puesto que (..) la misma consiste
en garantizar una compensación para un desplazamiento patrimonial que el derecho
estricto —en este caso las normas sobre prescripción y perjuicio de la letra—
establece por razones de protección del tráfico, pero que no tiene justificación en el
ámbito de las relaciones causales subyacentes; esta es precisamente la función de las
normas sobre enriquecimiento...” (Derecho de los títulos-valor, Alfred Hueck y Claus
W. Canaris, cap. 2º, p. 15).
No cabe duda, pues, que el remedio subsidiario consagrado en el inciso final
del artículo 882 del Código de Comercio se pone de manifiesto en un recurso “in
extremis”, arbitrado por el legislador para afrontar un problema de justicia
conmutativa que emerge ante situaciones que el propio sistema de regulación
implanta, imbuido por exigencia de la severidad formal inherente a la función
económica que está llamada a cumplir la circulación rápida y segura de los títulos
valores, por manera que cuando alguien deriva de este rigor excepcional un
aprovechamiento injusto a expensas del patrimonio de otro que también ha sido
partícipe de las mismas relaciones cambiarias, este último, en la medida de su
personal empobrecimiento, cuenta con la posibilidad de obtener la restitución de
aquello en que el primero resultó enriquecido, desde luego todo en el bien entendido,
se repite, que al ordenamiento en esta materia más le preocupa evitar la
consolidación de un beneficio para quien en justicia no podía pretenderlo, que
reparar anormalmente el daño experimentado por una persona que al fin de cuentas
concurrió a su producción, vale decir por una persona cuyo comportamiento omisivo
tuvo injerencia en los hechos que por obra de la prescripción o de la caducidad,
impidieron el ejercicio eficaz de acciones cambiarias de cobro o de acciones
emergentes de la causa en la emisión o negociación de los títulos de que se trata.
2. Siendo entonces la acción de enriquecimiento cambiario una aplicación
típica de la doctrina general que prohíbe enriquecerse sin justificación a expensas
de otro; visto como queda así mismo que a los fenómenos en los que suele ponerse
de manifiesto el riguroso formulismo característico de los títulos valores y de los que
es ejemplo el régimen de prescripción y de caducidad a que están sometidos los
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
457
pasar un plazo perentorio de caducidad o por dar tiempo con su falta de actividad a
que transcurra y expire el término de prescripción extintiva.
b) Por lo que hace a la legitimación sustancial para obrar por pasiva, en
abstracto también son sujetos posibles de la acción el librador, el aceptante, el
otorgante y los endosantes en tanto reporten ventaja del desequilibrio patrimonial
que se trata de nivelar, aspecto este del tema que no requiere de comentarios
adicionales distinto al de anotar que, como lo indica la doctrina, han de ser personas
colocadas de tal manera que entre el enriquecimiento del extremo pasivo y el
empobrecimiento del actor exista y se compruebe un vínculo de causalidad
estrictamente cambiaria (cfr. Gilberto Peña C., La letra de cambio: teoría y práctica,
núm. 85.1).
c) Finalmente, al tenor de la norma que consagra la acción (inciso final del
artículo 882 del Código de Comercio) se infiere que desde el punto de vista de los
hechos relevantes para su correcta configuración jurídica, son en esencia tres las
condiciones indispensables para que sobre ella pueda recaer una decisión judicial
estimatoria, condiciones que son las mismas que de acuerdo con jurisprudencia
uniforme y reiterada constituyen los presupuestos de la acción “in rem verso”
común, la cual —ha dicho esta Corporación— “no puede tener cabida sino en
subsidio de toda otra y siempre que a lo menos concurran tres requisitos: Que el
demandado se haya enriquecido, que el demandante se haya empobrecido
correlativamente y que este desplazamiento patrimonial carezca de causa que lo
justifique desde el punto de vista legal...” (G.J., tomo CXXXVIII, p. 380, y Código
Civil, p. 93). De este modo, son tales condiciones las siguientes:
i) Que por haber perdido la acción cambiaria contra todos los obligados al
pago del título y, además, al no poder ejercitar acción causal contra ninguno de ellos,
el acreedor no cuente con otro recurso del que pueda echar mano para enjugar el
daño. Se trata, pues, de una pretensión de procedencia subsidiaria cuyo supuesto
medular es que la ley no haya previsto otra fuente específica para fundar la
obligación de restitución cuyo cumplimiento aquél reclama, a lo que debe unirse
naturalmente la existencia de un título valor de contenido crediticio desprovisto de
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
459
LA LEY
No entramos a analizar pero sí a señalar como una fuente de las obligaciones a la Ley
e la medida en que a través de ella, algunas personas resultan obligadas aún si su voluntad
como los que se producen en las relaciones familiares.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
462
Se relaciona este punto con el contenido mismo y con la forma de hacerlas efectivas,
se entiende que el efecto de la obligación es el deber de prestación que compete al deudor. A
este deber de prestación corresponde el derecho del acreedor a la prestación. Según esto, el
primer efecto de una obligación será el pago voluntario, pero si no hay pago voluntario, la
Ley confiere ciertos derechos al acreedor para obtener el cumplimiento forzado de la
obligación, cuando se trata de obligaciones civiles, toda ves que en las naturales no hay
derecho a exigir su cumplimiento.
El efecto normal de toda obligación es someter al deudor al cumplimiento de la
prestación debida y colocar al acreedor en la posibilidad de constreñirlo para que cumpla.
Lo normal, tratándose de obligación contractual, es la ejecución voluntaria y, en su
defecto, se produce la ejecución forzada.
Se puede resumir el asunto en dos puntos, a saber:
1. El cumplimiento voluntario de la prestación debida, mediante el pago.
2. Cuando el deudor no cumple voluntariamente, el acreedor puede obtener el
cumplimiento forzado, para lo cual la Ley le otorga unas facultades o derecho que protegen
su crédito.
Al pago se hizo referencia, al tratar los modos de extinguir las obligaciones, en capitulo
posterior.
38.1 EJECUCIÓN DE LA OBLIGACIÓN
Los acreedores, titulares de un derecho personal, gozan del derecho de prenda general,
en relación con los bienes del deudor, tal como lo contempla el artículo 2488 del código civil,
en el sentido, que si el deudor no se allana voluntariamente a la ejecución de la prestación
debida, puede el acreedor acudir a un cumplimiento forzado mediante los procedimientos
que establece la Ley y perseguir los bienes, muebles o inmuebles, presentes o futuros que
integren el patrimonio de sus deudores, salvo aquellos que la Ley declara inembargables.
Esta garantía y la posibilidad de cumplimiento forzado, como ya se ha dicho, se aplican
a las obligaciones civiles y no a las obligaciones naturales.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
463
del acto en el registro competente, en los términos de los artículos, 922, parágrafo y 1427 del
Código de Comercio.
Tradición de bienes inmuebles: Si se trata de inmuebles, es menester distinguir la
regulación civil, de la mercantil. En materia civil, se efectúa mediante la inscripción del título
en la Oficina de Registro de Instrumentos Públicos; conforme al artículo 756 del Código
Civil: “Se efectuará la tradición del dominio de los bienes raíces por la inscripción del título
en la oficina de registro de instrumentos públicos.
De la misma manera se efectuará la tradición de los derechos de usufructo o de uso,
constituidos en bienes raíces, y de los de habitación o hipoteca.”
En materia mercantil, la tradición se realiza con la entrega e inscripción, según lo
preceptuado en el artículo 922 del Código de Comercio, que establece: La tradición del
dominio de los bienes raíces requerirá, además de la inscripción del título en la
correspondiente oficina de registro de instrumentos públicos, la entrega material de la cosa.
1. Que se apremie al deudor para que cumpla dentro de un plazo que le señale el juez.
2. Que se autorice ejecutar el hecho por un tercero a cargo del deudor.
3. Que se condene al deudor al pago de perjuicios compensatorios, es decir, que la
inicial prestación de hacer se transforma en su equivalente en dinero.
En todos los casos con indemnización de perjuicios moratorios.
Si la obligación consta en un documento que constituya título ejecutivo, el acreedor
puede iniciar un proceso de ejecución.
39.1 GENERALIDADES
NOCIÓN:
La totalidad de los bienes que integran el patrimonio del deudor constituye la prenda
común o garantía general que tienen todos sus acreedores para lograr la satisfacción de sus
créditos, lo cual les permite, al tenor del artículo 2488 del código civil, perseguir los bienes
muebles e inmuebles, presentes o futuros y los derechos susceptibles de ser embargados, para
que con el producto de su venta se satisfagan sus créditos.
La norma mencionada permite afirmar, en principio, que todos los acreedores tienen
igual derecho frente a su deudor para satisfacer sus créditos. Situación conflictiva podría
presentarse entre los diversos acreedores, cuando el patrimonio del deudor resulte
insuficiente para cancelar en su totalidad las acreencias, lo cual conduce a la necesidad de
establecer mecanismos de distribución o de graduación. Para ello se parte, en primer término,
del criterio que siendo acreedores de igual situación jurídica, se les cancele a prorrata, es
decir, en proporción a su crédito, salvo que existan causas especiales para preferir ciertos
créditos, tal como lo señala el artículo 2492 del Código Civil.
De existir causales de preferencia el producto de la venta de los bienes del deudor debe
ser destinado a pagar, en primer lugar, a los acreedores privilegiados, lo cual determina la
necesidad jurídica de acudir a la figura de la prelación de créditos, que puede definirse como
un conjunto de reglas prácticas que permiten determinar en qué orden y de qué forma deben
pagarse cada una de las acreencias. Por ser una institución que rompe el principio de igualdad
jurídica de los acreedores, se debe interpretar restrictivamente, de tal forma que sólo es
posible aplicar las preferencias que expresamente señala la Ley, lo cual no es susceptible de
modificar convencionalmente.
La prelación de créditos es una figura de carácter sustancial y no debe confundirse con
la figura procesal de la prelación de embargos, esta última aparece regulada en el artículo
468, numeral 6, del Código General del Proceso, que trae las reglas especiales para la
efectividad de la garantía real y establece la prelación de embargos, cuando la medidas
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
468
cautelares decretadas en diversos procesos recaigan sobre un mismo bien, siempre existirá
un embargo que tenga prelación sobre los demás, en la medida que sobre un bien sólo puede
haber una medida cautelar vigente, salvo casos de excepción donde se permite la
concurrencia de embargos.
Esta disposición de carácter procesal establece, entonces, las reglas que han de seguirse
para establecer la prevalencia de los embargos dictados en distintos procesos, reglas que
determinan cuál de los embargos decretados debe prevalecer. De tal forma que no son las
normas sustanciales que establecen preferencias las que orientan para saber cuál medida
cautelar prevalece, sino las normas del procedimiento civil; empero, cuando vayan a pagarse
las acreencias con el producto del remate de los bienes embargados, la figura que debe
aplicarse es la de la prelación de créditos.
39.2 PREFERENCIA
Son dos las causales de preferencia el privilegio y la hipoteca, según el artículo 2493
del Código Civil. Agrega la norma que gozan de privilegio los créditos de la primera, segunda
y cuarta clase, y conforman la tercera clase al tenor de lo dispuesto por el artículo 2499, los
créditos hipotecarios.
Las causales de preferencia se clasifican en generales y especiales, las primeras
permiten al acreedor perseguir todos los bienes del deudor para la satisfacción de su crédito,
tal como ocurre con las preferencias de los créditos de la primera y de la cuarta clase, mientras
que las segundas sólo afectan determinados bienes, como en el caso de los créditos
hipotecarios y pignoraticios , en donde la preferencia se predica en relación con los bienes
sobre los que recaen los gravámenes, de tal forma que si queda un saldo insoluto, éstos se
convierten en créditos comunes o quirografarios de la quinta clase, que se pagan a prorrata
con las demás acreencias no privilegiadas.
tercera clase (Art. 2499), los cuales no son privilegiados de conformidad con la clasificación
legal, sin embargo, gozan de preferencia para su satisfacción.
La quinta clase de créditos agrupa aquellos comunes o quirografarios, cuyo pago
depende de que quede un remanente después de cubrir el pago de aquellos que gozan de
preferencia. Esta clasificación del legislador obedece a consideraciones de fondo que miran
el origen del crédito, el sujeto acreedor o las garantías específicas que se hayan constituido,
y que en todo caso debe interpretarse en armonía con los preceptos constitucionales y legales
que integran el sistema normativo colombiano y hayan establecido otras categorías de
créditos privilegiados.
2. Créditos laborales.
Dentro de éstos quedan comprendidas toda clase de remuneración de los trabajadores
y todas las prestaciones legales y extralegales a favor de éstos, como son cesantías, primas,
pensiones de jubilación, etc.
El artículo 36 de la Ley 50 de 1990, modificó al art. 2495 del Código Civil al disponer
que los créditos causados o exigibles de los trabajadores por concepto de salarios, las
cesantías y demás prestaciones sociales e indemnizaciones laborales pertenecen a la primera
clase que establece el Código Civil, quedando ubicados así dentro del primer orden de la
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
471
primera clase y con preferencia, incluso, respecto a las costas judiciales, las expensas
funerales y los gastos de la enfermedad de que haya fallecido el deudor.
4. Expensas funerales.
Esta preferencia comprende los créditos causados a favor de quienes suministran y
prestan servicios para el funeral del deudor fallecido y se limita a las expensas que han de ser
las necesarias para los funerales de un deudor que ha caído en estado de insolvencia, lo cual
implica que sólo se concede privilegio a las expensas indispensables para un entierro digno.
Corresponde, por tanto, al juez, al momento de la graduación de los créditos, apreciar
discretamente hasta dónde el monto de las expensas de que se trata responden al límite legal
que permite el privilegio.
5. Gastos de enfermedad.
Se refiere, según el artículo 2495 del Código Civil, concretamente, a los gastos de la
enfermedad de que haya fallecido el deudor, tales como los honorarios del médico,
medicamentos, etc. En el evento de que la enfermedad hubiese durado más de seis meses, se
deja al prudente arbitrio del juez determinar, según las circunstancias, la cantidad hasta la
cual se extienda la preferencia.
los sirvientes necesarios, a las personas que vivan con el deudor, a sus costas y a las personas
que éste deba alimentos, siempre y cuando sean mayores, toda vez que los de los menores
estarían el primer orden, conforme a lo dicho con anterioridad.
39.3.1.1
Preferencia general de
los Créditos de Primera
Clase
Los créditos de primera clase afectan a todos los bienes del deudor, incluidos los bienes
de la segunda y tercera clase así como los bienes del heredero que ha aceptado la herencia
sin beneficio de inventario y no se transfieren a terceros poseedores. Estos créditos tienen
preferencia general sobre todos los demás, las acreencias se pagan en el mismo orden de
numeración que se ha indicado anteriormente, así aparecen incluidas en el artículo 2495 del
Código Civil y las demás normas concordantes, cualquiera que sea la fecha del crédito y en
el evento de que existan varios créditos dentro de una misma categoría, se cancelan a prorrata
si los bienes del deudor no son suficientes para pagarlos íntegramente.
De tal forma que si los bienes del deudor, que no son objeto de hipoteca o prenda,
resultan insuficientes para pagar los alimentos de los menores y/o los salarios y prestaciones
de sus trabajadores, estos créditos prefieren a sus hipotecarios o prendarios, los que tienen
que ceder proporcionalmente hasta concurrencia de dichos créditos, es decir con el producto
de la venta de los bienes objeto de gravamen se pagan, proporcionalmente, los alimentos en
primer término, las acreencias laborales en segundo término y si queda después de agotar el
orden que se establece para la primera clase, se procede a pagar hasta donde alcance el
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
473
hipotecario con el saldo que quedó del bien hipotecado y el prendario con lo que quedó del
bien pignorado.
Debe, igualmente, tenerse en cuenta, al cancelar los créditos de esta clase, lo dispuesto
en el articulo 2496 Código Civil, norma que establece que no habiendo lo necesario para
cubrir integralmente todos los créditos, preferirán unos a otros en el orden de su numeración,
cualquiera que sea su fecha, y los comprendidos en cada número concurrirán a prorrata.
39.3.2.1 Preferenci
a especial de los
Créditos de Segunda
Clase
Los créditos de Segunda Clase gozan de una preferencia especial porque ésta hace en
forma exclusiva a los bienes legalmente afectos a dichos créditos, los cuales son dados en
prenda, los introducidos por el deudor en la posada y los transportados por el acarreador o
empresario de transportes.
forma que se les cancela preferencialmente en el orden de inscripción, todo lo anterior sin
perjuicio de lo dicho sobre los créditos de la primera clase.
Se trata en este caso de una preferencia especial, que se circunscribe al valor de los
bienes gravados, de tal forma que si dicho valor no alcanza para satisfacer el crédito
garantizado, el saldo insoluto ya no tiene preferencia y se convierte en un crédito común o
quirografario, sujeto a prorrateo con los créditos de la quinta clase.
Entre los créditos de segunda y los de la tercera clase no existen prelaciones, cada uno
de ellos gozan de preferencia especial para ser pagados con los respectivos bienes
determinados que los garantizan.
créditos de las tres primeras clases. Entre los créditos de la cuarta clase, la prelación depende
de las fechas de sus causas, según lo dispuesto del artículo 2503 del Código Civil.
transcrito como son: el término extintivo, mediante el cual se pone fin a las obligaciones
derivadas de contratos de tracto sucesivo como el suministro o el arrendamiento; la muerte
del acreedor o del deudor cuando los contratos de que se trate sean intuito personae, como el
usufructo, el mandato, la sociedad colectiva, entre otros, como quiera que la obligación es
intransmisible a los herederos del difunto; la revocación unilateral autorizada por vía
contractual o legal, como en el comodato o el arrendamiento por destinación del bien a
finalidades distinta de la pactada; la dación en pago, mediante la cual se entrega una cosa
distinta de la convenida; la revocación y la resolución del contrato judicialmente declarada;
la simulación del acto; la perención de las acciones procesales; la imposibilidad de ejecutar
la obligación, como cuando se produce la pérdida de la cosa debida en una obligación de
carácter unilateral como la donación, entre otras.
En esta parte se verá el mutuo acuerdo, el pago, la novación, la remisión, la confusión
y la prescripción, la nulidad sustancial fue vista al tratar del negocio jurídico, la condición
resolutoria al desarrollar las obligaciones condicionales y la perdida de la cosa especie que
se debe fue desarrollada al tratar de las obligaciones de especie.
Ese convenio que se celebre para extinguir una obligación existente, debe mirarse como
un negocio jurídico y en consecuencia le son predicables las reglas de éste en cuanto a
existencia y eficacia jurídica.
Cuando existe responsabilidad del deudor por el deterioro o los daños que ha
experimentado la especie o cuerpo cierto, el acreedor puede optar entre:
1. Demandar la resolución del contrato más indemnización de perjuicio, por su
incumplimiento;
2. Recibir la especie en el estado en que se encuentra;
3. Si los deterioros fueran de poca importancia pedir sólo la indemnización de
perjuicios.
Respecto del Pago de las obligaciones de género, conforme a lo previsto en el artículo
1566 del Código Civil, el acreedor no puede pedir determinadamente ningún individuo, y el
deudor queda libre de ella entregando cualquier individuo del género, con tal que sea de una
calidad a lo menos mediana.
40.3.3.1 ¿Quién
debe hacer el pago?
El pago debe ser hecho por el deudor o en su nombre o por un tercero, se parte del
hecho que normalmente corresponde al deudor el cumplimiento de la prestación. Sin
embargo, el Código Civil, en el artículo 1630, advierte que cualquier persona puede pagar
por el deudor, con su autorización, con su conocimiento y aun contra su voluntad. Salvo que
se trate de una obligación de hacer y ésta se haya constituido en consideración a la persona
del deudor, en cuyo caso no podrá ejecutarse la obra por otra persona sin el consentimiento
del acreedor.
40.3.3.1.2 Pago hecho por ciertas personas que sin ser deudores
directos tienen interés en la extinción de la obligación
Hay personas que, no siendo directamente deudoras, pueden ser obligadas a pagar, en
caso que el deudor propiamente tal no lo haga, luego tienen un evidente interés en la extinción
de la obligación.
Se encuentran es esta situación: el codeudor solidario, con la observación que éste es
deudor, pero no directo o beneficiario de la obligación, sino indirecto; el fiador o codeudor
subsidiario; y el tercer poseedor de la finca hipotecada.
Si paga uno de los codeudores solidarios, la obligación frente al acreedor se extingue
en relación con todos los deudores, pero entre los codeudores pueden surgir nuevas
relaciones, para lo cual debe tenerse en cuenta: si el que pagó es o no el único interesado en
la obligación o si hay más interesados, como también si el que pagó no tiene interés.
La regla general es que si paga uno de varios interesados, conforme al artículo 1579
del Código Civil, se subroga en la acción del acreedor con todos sus privilegios y seguridades,
pero limitada respecto de cada uno, a la cuota parte que tenga cada deudor en la deuda.
Si el negocio para el cual se contrae la obligación sólo concierne a uno o unos deudores,
serán éstos responsables entre sí y los otros se miraran como fiadores.
El fiador o deudor subsidiario que paga la obligación del deudor principal se subroga
en los derechos del acreedor con todos sus privilegios y seguridades.
Si quién ha hipotecado un bien raíz para garantizar una deuda ajena, o ha adquirido el
inmueble gravado con una hipoteca, y paga la deuda garantizada con dicha caución, se
subroga en los derechos del acreedor en los mismos términos que el fiador.
Salvo la excepción prevista para esta regla en el inciso 2 del artículo 1630 del Código
Civil, cuando se trata de obligaciones de hacer y para la obra de que se trata se ha tomado en
consideración la persona del deudor, no podrá ejecutarse la obra por otra persona contra la
voluntad del acreedor. En los demás casos si el acreedor se niega a recibir el pago del tercero
extraño, éste puede pagar por consignación.
En el evento previsto pueden presentarse tres situaciones, a saber:
a. El tercero paga con el consentimiento del deudor;
b. Paga sin conocimiento del deudor; y
c. Paga contra la voluntad del deudor.
40.3.3.2 Moneda
en que se hace el pago
Cuando no se exprese otra cosa, las cantidades que se estipulen en los negocios
jurídicos serán en moneda legal colombiana. La moneda nacional que tenga poder liberatorio
al momento de hacer el pago se tendrá como equivalente de la pactada, cuando ésta no se
halle en circulación al tiempo del pago (Art. 874 del Código de Comercio).
Las obligaciones que se contraigan en monedas o divisas extranjeras, se cubrirán en la
moneda o divisa estipulada, si fuere legalmente posible, en caso contrario, se cubrirán en
moneda nacional colombiana, conforme a las prescripciones legales vigentes al momento de
hacer el pago.
40.3.3.3 Imputació
n del pago
Conforme a la preceptiva del Código de Comercio, la imputación del pago se hace de
acuerdo a lo convenido por acreedor y deudor, en defecto de una estipulación expresa el
Código de Comercio en el artículo 881, señala las siguientes reglas:
1.- Si hay diferentes deudas exigibles, sin garantía, puede, el deudor, imputar el pago a
la que elija; pero si una de las deudas exigibles tuviere garantía real o personal, no podrá el
deudor imputar el pago a ésta sin el consentimiento del acreedor.
2. El acreedor que tenga varios créditos exigibles y garantizados específicamente,
podrá imputar el pago al que le ofrezca menos seguridades (Código Civil, arts. 1654 y 1655).
3. Si se deben capital e intereses, el pago se imputará primeramente a los intereses,
salvo que el acreedor consienta expresamente que se impute al capital (Art. 1653, Código
Civil).
4. Si el acreedor otorga carta de pago del capital sin mencionar los intereses, se
presumen éstos pagados.
40.3.4 De la novación
Concepto Legal:
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
487
La define el artículo 1687 del Código Civil de la siguiente forma: “La Novación es la
sustitución de una nueva obligación a otra anterior, la cual queda por tanto extinguida”.
Este modo extintivo, al tiempo que extingue una obligación da lugar a la creación de
una nueva que la sustituye, es decir el convenio novador genera la extinción de una obligación
existente, es fuente de una nueva obligación. En ese sentido se presenta algo parecido al pago
de la obligación, pero con la diferencia en que con este se satisface el interés del acreedor
con la prestación inicial, mientras que en la novación se satisface con un nuevo crédito, con
similar efecto extintivo.
40.3.4.2 Requisitos
de la novación. -
La novación, debe cumplir con los siguientes requisitos:
1) Que exista una obligación válida destinada a extinguirse:
Para que haya novación tienen que existir dos obligaciones: una que se extingue y una
nueva que la reemplaza, entre las cuales existe una relación de causalidad, lo cual se
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
488
desprende de lo previsto en el artículo 1687 del Código Civil, ambas obligaciones validas, a
los menos naturalmente .
La obligación primitiva debe ser pura y simple y no sujeta a condición suspensiva,
porque no se predicaría su existencia mientras esté pendiente la condición algo similar se
presentaría cuando la condición resulte fallida, casos en los cuales no podría operar la
novación. Si la primera obligación es pura y la segunda pende de una condición suspensiva,
tampoco hay novación mientras la condición esté pendiente, salvo que las partes hayan
convenido expresamente lo contrario en los términos señalados por el artículo 1692 del
código civil, caso en el cual nos atenemos a lo convenido y no a lo previsto por la norma.
2) Que nazca una obligación válida destinada a remplazar una anterior:
El nacimiento de una nueva obligación también es un elemento esencial de la novación,
la cual debe ser igualmente valida.
3) Que entre la obligación antigua y la nueva existan diferencias sustanciales: Esto se
refiere a que opere la modificación de los elementos esenciales o constitutivos de la
obligación y no solamente de lo accidental o accesorio a la relación obligatoria, para que sean
obligaciones distintas, por cambio de objeto, o del acreedor o el deudor. Si cambia el objeto
se habla de novación objetiva, si cambia el acreedor o el deudor, se produce la llamada
novación subjetiva.
4) Al negocio que genera la novación, incluidos los sujetos, se le aplican las reglas de
validez y eficacia de los negocios jurídicos.
5.) Que exista intención de novar, esto es el “animus novandi”:
Se entiende que hay intención de novar, cuando las partes lo declaran expresamente o
cuando aparezca indudablemente que su intención ha sido novar, porque la nueva obligación
envuelve la extinción de la antigua, dicha intención no se presume.
Si no aparece la intención de novar, se mirarán las dos obligaciones como coexistentes,
y valdrá la obligación primitiva en todo aquello en que la posterior no se opusiere a ella,
subsistiendo en esa parte los privilegios y cauciones de la primera (artículo 1693 del Código
Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
489
40.3.4.4 La
novación objetiva
Se presenta cuando se sustituye una obligación por otra nueva sin que intervenga nuevo
acreedor o deudor. Cambia el objeto o sea la prestación, en su cantidad o en su naturaleza,
como si alguien por ejemplo debe un millón de pesos y conviene con su acreedor que a
cambio se ello se obliga a entregarle un computador portátil para extinguir la obligación.
40.3.4.5 La
novación subjetiva
Se produce por cambio de acreedor o de deudor, permaneciendo la misma prestación
es la prevista en el artículo 1690 Código Civil.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
490
Novación por cambio de acreedor: Cuando el deudor contrae una nueva obligación
respecto de un tercero, nuevo acreedor, y como consecuencia de ello el acreedor inicial lo
declara libre de la obligación primitiva.
En esta clase de novación se requiere la intervención de tres personas y el
consentimiento de todas ellas: el del deudor, ya que contrae una nueva obligación; el del
primitivo acreedor, quien debe declarar libre, a su respecto, al deudor, es decir da por
extinguido su crédito; y el del nuevo acreedor, quien va a adquirir un derecho y ello no es
posible sin aceptación.
Novación por cambio de deudor: También se presenta novación subjetiva, por cambio
del deudor, sustituyéndose un nuevo deudor al antiguo que en consecuencia queda libre.
Esta tercera especie de novación puede efectuarse sin el consentimiento del primer
deudor, caso en el cual se le conoce como expromisión, pero debe consentirla el acreedor
para dar por libre al primitivo deudor. Cuando se efectúa con el consentimiento deudor, el
nuevo deudor se llama delegado del primero.
La simple sustitución de deudor no constituye novación. La sustitución de un nuevo
deudor a otro no produce novación, si el acreedor no expresa su voluntad de dar por libre al
primitivo deudor. A falta de esta expresión se entenderá que el tercero es solamente diputado
por el deudor para hacer el pago, o que dicho tercero se obliga con él solidaria o
subsidiariamente, según parezca deducirse del tenor o espíritu del acto (artículo 1694 del
Código Civil).
40.3.4.6 Efectos de
la novación
La novación tiene por efecto la extinción de la obligación anterior y el nacimiento de
una nueva obligación.
Las cuestiones accesorias se extinguen, salvo convenio en contrario, así:
1. De cualquier modo que se haga la novación, quedan por ella extinguidos los intereses
de la primera deuda, si no se expresa lo contrario (artículo 1699, Código Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
491
2. En relación con los privilegios. Sea que la novación se opere por la sustitución de un
nuevo deudor o sin ella, los privilegios de la primera deuda se extinguen por la novación
(artículo 1700, Código Civil).
3. En relación con las garantías. Aunque la novación se opere sin la sustitución de un
nuevo deudor, las prendas e hipotecas de la obligación primitiva no pasan a la obligación
posterior, a menos que el acreedor y el deudor convengan expresamente en la reserva.
Pero la reserva de las prendas e hipotecas de la obligación primitiva no valen, cuando
las cosas empeñadas e hipotecadas pertenecen a terceros que no acceden expresamente a la
segunda obligación.
Tampoco vale la reserva en lo que la segunda obligación tenga de más que la primera.
Si, por ejemplo, la primera deuda no producía intereses y la segunda los produjere, la hipoteca
de la primera no se extenderá a los intereses (artículo 1701 del Código Civil).
4. Ineficacia de reservas en la novación por nuevo deudor. Si la novación se opera por
la sustitución de un nuevo deudor, la reserva no puede tener efecto sobre los bienes del nuevo
deudor, ni aún con su consentimiento (artículo 1702, Código Civil).
Y si la novación se opera entre el acreedor y uno de sus deudores solidarios, la reserva
no puede tener efecto sino relativamente a éste. Las prendas e hipotecas constituidas por sus
codeudores solidarios se extinguen a pesar de toda estipulación contraria; salvo que estos
accedan expresamente a la segunda obligación.
5. En relación con los codeudores, la novación liberta a los codeudores solidarios o
subsidiarios que no han accedido a ella (artículo 1704, Código Civil).
Cuando la segunda obligación consiste simplemente en añadir o quitar una especie,
género o cantidad a la primera, los codeudores subsidiarios y solidarios podrán ser obligados
hasta concurrencia de aquello que en ambas obligaciones convienen.
40.3.5 La remisión
40.3.5.1 Concepto
Es un modo de extinguir las obligaciones que consiste en la renuncia que de su crédito
hace el acreedor en favor de su deudor, total o parcialmente.
La remisión puede ser a titulo gratuito o de mera liberalidad y a título oneroso, tal como
se desprende de lo previsto en el artículo 1712 del Código Civil: “La remisión que procede
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
493
de mera liberalidad, está en todo sujeta a las reglas de la donación entre vivos y necesita de
insinuación en los casos en que la donación entre vivos la necesita”. En este caso se le asimila
a la donación.
De la norma transcrita, se colige, que puede haber remisión a titulo oneroso, cuando no
procede de mera liberalidad, cuando el acreedor obtiene alguna ventaja a cambio de su
renuncia, pero la ley no la reglamenta.
La remisión proviene de un negocio jurídico unilateral o de uno bilateral, ello implica
que deben darse los elementos de los negocios jurídicos, referentes a su existencia y a su
eficacia. De allí lo prevenido por el artículo 1711 del Código Civil, en el sentido que la
remisión o condonación de una deuda no tiene valor sino en cuanto el acreedor es hábil para
disponer de la cosa que es objeto de ella. Y en la que se hace por mera liberalidad se deben
seguir las reglas de la donación.
Cuando proviene de un testamento, este acto debe someterse a las reglas establecidas
para este tipo de negocios.
Puede presentarse el caso de la remisión tacita, prevista en el artículo 1713 del Código
Civil, cuando el acreedor entrega voluntariamente al deudor el título de la obligación, o lo
destruye o cancela con ánimo de extinguir la deuda. La norma establece una presunción, a
partir de la conducta del acreedor y ésta solo se desvirtúa con la prueba a cargo de éste, que
no fue su disposición remitir.
40.3.5.2 Efectos de
la remisión
El efecto es extinguir la relación obligatoria, se debe, sin embargo, distinguir, cuando
exista pluralidad de deudores, si la obligación es conjunta y sólo se refiere a uno de los
deudores la remisión, sólo se extingue la cuota parte que a ese deudor corresponda, si la
obligación es solidaria beneficia a todos los deudores, salvo que el acreedor, en la remisión
expresa haya condicionado la extinción frente a uno solo de los varios deudores en una parte.
Igualmente se predica la extinción de las cuestiones accesorias; en cambio, la remisión
de la prenda o de la hipoteca no basta para que se presuma remisión de la deuda.
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
494
40.3.6 La compensación
40.3.6.1 Concepto
La compensación es un modo de extinguir las obligaciones reciprocas existentes entre
dos personas, hasta concurrencia de la de menor valor.
El artículo 1714 del Código Civil, la define así: “Cuando dos personas son deudoras
una de otra, se opera entre ellas una compensación que extingue ambas deudas, del modo y
en los casos que van a explicarse”.
40.3.6.2 Requisitos
de la compensación
De lo previsto en los artículos 1715 y 1716 del Código Civil, es posible concluir que
para que opere la compensación deben darse los siguientes requisitos:
1) Las partes deben ser recíprocamente deudoras. De éste se desprenden las siguientes
precisiones:
a) El deudor principal no puede oponer a su acreedor por vía de compensación lo que
éste debe a su fiador.
b) Requerido el deudor de un pupilo por el tutor o curador, no puede oponerle por vía
de compensación lo que el tutor o curador le deba a él.
c) Un deudor solidario no puede compensar su deuda con los créditos que sus
codeudores tengan contra el mismo acreedor, salvo que éstos le hayan cedido sus créditos.
Hay casos de excepción en que la compensación puede tener lugar, no obstante que las
partes no sean personal y recíprocamente acreedoras y deudoras, ellos son los que
contemplan los artículos 1717 y 1718 del Código Civil, así:
El mandatario demandado por un acreedor de su mandante, puede oponer en
compensación, no sólo los créditos de éste, sino sus propios créditos contra el mismo
acreedor, prestando caución de que el mandante ratificará la compensación.
El mandatario demandado por un acreedor personal suyo puede oponer, en
compensación, un crédito que tenga su mandante en contra del mismo acreedor, siempre que
esté debidamente autorizado por aquel, de lo contrario no es posible (artículo 1617, Código
Civil).
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
495
Por su parte, el artículo 1718, en relación con la cesión de créditos prevé: “El deudor
que acepta sin reserva alguna la cesión que el acreedor haya hecho de sus derechos a un
tercero, no podrá oponer en compensación al cesionario los créditos que antes de la
aceptación hubiera podido oponer al cedente”. La razón es que como éste ha manifestado su
aceptación a un acto que le era inoponible, por ello no puede oponer en compensación.
En cambio, si la cesión no ha sido aceptada sino que se perfeccionó por la notificación
al deudor, podrá este oponer al cesionario todos los créditos que antes de notificársele la
cesión haya adquirido contra el cedente, aun cuando no hubieren llegado a ser exigibles sino
después de la notificación.
40.3.6.3 Efectos de
la compensación
El efecto principal de la compensación es producir la extinción de las obligaciones
recíprocas hasta concurrencia de la menor.
Conjuntamente con la obligación principal se extinguen las accesorias, como las
cauciones y los privilegios de que gozan los créditos.
La compensación se opera por el solo ministerio de la Ley y aún sin conocimiento de
los deudores, es decir opera de pleno derecho y ambas deudas se extinguen recíprocamente
Las Obligaciones en el Derecho Privado Renato Arturo de Silvestri Saade
497
hasta la concurrencia de sus valores, desde el momento que una y otra reúnen las calidades
que anteriormente se señalaron.
Sin embargo, en un proceso, por lo general deberá ser alegada por la parte interesada,
quien deberá probar la concurrencia de sus requisitos exigidos por la Ley, porque de lo
contrario el Juez puede no conocer la existencia de las obligaciones compensables.
40.3.6.4 Renuncia
de la compensación
La Ley no trae previsión sobre este punto, pero no se encuentra razón para que no
pueda hacerse a pesar de que como se ha señalado, la compensación opera de pleno derecho,
ella es perfectamente renunciable por el demandado. Si el deudor demandado no invoca la
compensación a sabiendas que puede hacerlo, se estima que está renunciando tácitamente.
De otra parte el artículo 1719 del Código Civil dispone en relación con las garantías:
“Sin embargo, de efectuarse la compensación por ministerio de la Ley, el deudor que no la
alegare, ignorando un crédito que puede oponer a la deuda, conservará junto con el crédito
mismo las fianzas, privilegios, prendas e hipotecas constituidas para su seguridad”.
40.3.7 La confusión
40.3.7.1 Concepto
Es un modo de extinguir las obligaciones que se presenta cuando en una misma persona
se conjugan la calidad de acreedor y deudor de una sola obligación.
En el fondo es una especie de imposibilidad de ejecución, porque ésta resulta imposible
de ejecutarse (Pérez Vives, 1968, p. 417).
El artículo 1724 del Código Civil señala: “Cuando concurren en una misma persona
las calidades de acreedor y deudor, se verifica de derecho una confusión que extingue la
deuda y produce iguales efectos que el pago”.
La confusión normalmente se produce por causa de muerte, para que pueda operar la
confusión por causa de muerte es necesario que el heredero acepte pura y simplemente la
herencia, porque si se acepta con beneficio de inventario los créditos y deudas del heredero
que aceptó la herencia no se confunden con las deudas y créditos hereditarios (artículo 1728
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del Código Civil), puede presentarse en tres situaciones: a) El deudor es heredero del
acreedor, o éste le lega el crédito; b) El acreedor es heredero del deudor; y c) Un tercero es a
la vez heredero del acreedor y del deudor, o sea, ambas calidades se reúnen en una persona,
que era ajena a la obligación. Se puede presentar por acto entre vivos cuando se le cede al
deudor el crédito.
Se puede presentar confusión total o parcial, es total si el deudor adquiere la calidad de
acreedor de la totalidad de él, o si el acreedor asume la deuda completa; y parcial cuando las
calidades de acreedor y deudor concurren solamente respecto de una cuota, caso en el cual la
obligación se extingue hasta concurrencia de ésta (artículo 1726 del Código Civil). Seria el
caso que presenta, por ejemplo, cuando Timoleón debe a Aristarco la yegua Lucerito, cuerpo
cierto, el acreedor muere y lo suceden Timoleón y Pantaleón como herederos en cuotas
iguales, la confusión sólo operaría en cuanto a la mitad de la obligación.
40.3.7.2 Efectos de
la confusión
Los podemos sintetizar así:
1. Extingue total o parcialmente la obligación según lo expresado en líneas anteriores.
2. La confusión que extingue la obligación principal extingue la fianza, pero la
confusión que extingue la fianza no extingue la obligación principal (artículo 1725 del
Código Civil).
3. En las obligaciones solidarias, si hay confusión entre uno de varios deudores
solidarios y el acreedor, podrá el deudor repetir contra cada uno de sus codeudores por la
parte o cuota que respectivamente les corresponda en la deuda.
Cuando la solidaridad es activa, y hay confusión entre uno de varios acreedores
solidarios y el deudor, el acreedor debe a los demás su cuota parte en el crédito, como si se
hubiera extinguido por pago.
doble función: una como modo de adquirir los derechos reales, que se conoce como
prescripción adquisitiva o usucapión; y otra como modo de extinguir los derechos personales
u obligaciones; que se le conoce como prescripción extintiva o liberatoria.
Estas dos clases de prescripción tienen reglas comunes y reglas exclusivas para cada
una, puede decirse que son comunes el señalamiento de un tiempo o termino necesario para
la producción de los efectos; además las dos prestan certeza y seguridad a la vida jurídica,
también estimulan o penan la actividad o la negligencia; y se diferencian en que en la
adquisitiva existe un hecho positivo (poseer), mientras que en extintivo un hecho negativo
(abstención o no ejercicio del derecho), por la adquisitiva se pierde un derecho real que
adquiere el poseedor, mientras que por la extintiva solamente se pierde la acción, para
reclamar el crédito, además la adquisitiva solamente tiene efectos en los derechos reales ya
que no se explica cómo una persona podría llegar a ser acreedora de la otra directamente por
el simple curso del tiempo. La extintiva puede presentarse tanto en los derechos reales como
en los personales, aunque más frecuentemente en los últimos, otro elemento común es que la
prescripción debe ser alegada por quien quiera beneficiarse de ella y el Juez, por lo tanto, no
puede declararla de oficio (artículos 2513 del Código Civil y 282 del Código General del
Proceso), además no puede renunciarse expresa o tácitamente, sino después de cumplida (art.
2514 del Código Civil) y por quien tenga capacidad de disponer.
La prescripción extintiva es un medio por el cual se extingue la facultad de exigir las
obligaciones cuando este derecho no ha sido ejercido por cierto lapso de tiempo. Puede
invocarse por vía de acción o por vía de excepción, con la salvedad que, tal como la concibe
y reglamenta el ordenamiento positivo colombiano, no extingue en términos absolutos la
obligación, por cuanto su alcance es convertir la obligación civil en una obligación natural,
reglamentación que consideramos defectuosa y limita los alcances de una verdadera
prescripción extintiva, ello explica cómo el deudor, continúa siéndolo respecto de una
obligación natural, razón por la cual se le mantiene registrado como tal en las centrales de
riesgo. Lo anterior implica que lo que prescribe en ultimas es poder ejercitar una acción para
exigir su cumplimiento.
Se puede definir la prescripción extintiva como el modo de extinguir las acciones y
derechos ajenos por no haberlos ejercido durante cierto lapso, concurriendo los demás
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requisitos que para tal efecto señala la Ley. Cabe observar que el artículo 2535 del Código
Civil no se refiere expresamente a la prescripción extintiva como un modo de extinguir las
obligaciones, sino como un modo de extinguir los derechos y las acciones, al señalar: “La
prescripción que extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de
tiempo durante el cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que
la obligación se haya hecho exigible”. De tal forma que el artículo 1527 del mismo estatuto,
contempla como obligación natural aquella extinguida por la prescripción, es decir, la
prescripción no extingue la obligación, sino el derecho para exigir el cumplimiento de la
obligación civil, pero la obligación queda subsistente como natural.
40.3.8.1 Medios
para obtener la
declaración de
prescripción
La prescripción en el derecho colombiano debe ser alegada, no puede ser declarada
oficiosamente, el artículo 2513 del Código Civil señala que quien quiera aprovecharse de la
prescripción debe alegarla, negando al juez la posibilidad de su declaración oficiosa. De otra
parte, el artículo 2° de la Ley 791 de 2002, estableció agregar un inciso segundo al artículo
2513 del Código Civil, del siguiente tenor:
"La prescripción, tanto la adquisitiva como la extintiva, podrá invocarse por
vía de acción o por vía de excepción, por el propio prescribiente, o por sus acreedores
o cualquiera otra persona que tenga interés en que sea declarada, inclusive habiendo
aquel renunciado a ella".
Lo estipulado en las normas citadas permite concluir que a su declaratoria se llega por
vía de acción o por vía de excepción, el primer medio implica la posibilidad de instaurar una
demanda con la pretensión específica de que el Juez declare la prescripción y el segundo se
complementa con la norma contenida en el Código General del Proceso , articulo 282 ( Viejo
Código de Procedimiento Civil, art. 306), que ordena proponer la excepción en la
oportunidad que se tiene para contestar la demanda, al igual que la de compensación y nulidad
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40.3.8.2 Requisitos
de la prescripción
extintiva o liberatoria
Los requisitos que deben concurrir para que opere la prescripción extintiva o liberatoria
son los siguientes: La prescriptibilidad, la inactividad del acreedor durante el tiempo señalado
por la ley y la exigibilidad de la obligación
1.- La prescriptibilidad:
Son susceptibles de prescripción todos los derechos y acciones de contenido
patrimonial, por regla general, aunque hay ciertos derechos y acciones que por expresa
disposición legal o por su misma naturaleza no puede extinguirse por prescripción, como lo
son:
a.- Las cosas que por su destinación, como las calles, las plazas, el aire, son de uso
público (Art. 1519 y 1521, Código Civil).
b.- La acción para reclamar el estado del hijo (Art. 406, Código Civil)
c.- La acción de división del comunero (Art. 1374, Código Civil)
d.- Las meras facultades, como la servidumbre de cerramiento (Art. 904 C.C. );
demarcación (Art. 900); medianería (art. 909); transito (Art. 905) etc.
2.- Inacción del acreedor durante el tiempo previsto por la Ley:
Inacción o no ejercicio durante un lapso de tiempo, consiste en una actitud pasiva del
titular del derecho de crédito, por no haber demandado oportunamente al deudor o hecho las
diligencias pertinentes para obtener la satisfacción de la prestación o interrumpir la
prescripción.
Cuando el acreedor, presenta una inactividad prolongada, esta demostrado que no i
tiene interés en la prestación debida.
Este requisito esta previsto en el artículo 2535 del Código Civil: “La prescripción que
extingue las acciones y derechos ajenos exige solamente cierto lapso de tiempo durante el
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cual no se hayan ejercido dichas acciones. Se cuenta este tiempo desde que la obligación se
haya hecho exigible”.
3.- La exigibilidad: es un requisito importante, pues sin el cumplimiento de plazo o de
la condición o sin la constitución en mora no empieza a correr el lapso de tiempo legal.
40.3.8.3 Momento
en que comienza a
correr el plazo de
prescripción
La posibilidad que tiene el titular de un derecho para hacerlo valer, determina el
momento, para el cómputo de la prescripción.
El artículo 2535 citado señala que comienza a correr el plazo de prescripción desde que
la obligación se ha hecho exigible, para ello es necesario tener en cuenta, si se trata de
obligaciones puras y simples, de obligaciones a plazo o de obligaciones condicionales:
• En las obligaciones puras y simples, que nacen con su fuente e
inmediatamente se hacen exigibles, el término se comienza a computar desde el momento
en que la obligación nace por perfeccionarse su fuente.
• En las obligaciones sometidas a condición suspensiva desde el momento en
que se cumple la condición, siempre y cuando no se haya previsto además un plazo.
• En las obligaciones a plazo, desde el vencimiento del mismo y desde la
contravención, si se trata de una obligación de no hacer.
Se presentan algunos casos puntuales en los cuales la Ley señala una oportunidad
diferente, como ocurre, por ejemplo, con el contrato de transporte, en el cual por mandato del
artículo 993 del Código de Comercio, se cuenta desde la fecha en que el pasajero emprenda
el viaje.
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40.3.8.4 Interrupci
ón del término de la
prescripción
La prescripción es susceptible de interrumpirse por el advenimiento de un hecho que
hace perder todo el tiempo corrido, caso en el cual empieza a contarse de nuevo su término.
La interrupción puede ser natural o civil.
• Natural: Cuando la obligación es reconocida por el deudor expresa o
tácitamente (Art. 2539, inc. 2, y 2544, inc. 1), ocurre cuando el deudor de cualquier forma
expresa o tacita reconoce la obligación, por ejemplo, haciendo abonos, pidiendo plazos,
pagando intereses, aceptando su condición de deudor, se trata de un acto propio del
deudor y proveniente de éste y no unilateralmente del acreedor, es decir que el hecho de
que el acreedor requiera para el pago no interrumpe. Sin embargo, es de anotar que el
nuevo código general del proceso, en el inciso final del articulo 94 incluyó una norma
que es de carácter sustancial, en mi entender, y que esta adicionando el artículo 2539
del código civil, en lo referente a la interrupción natural de la prescripción, en efecto, esta
norma únicamente contemplaba como causal de interrupción natural, la conducta del
deudor que reconocía la obligación, mientras que la norma procesal consagra que la
actividad extraprocesal del acreedor, consistentente en el requerimiento escrito realizado
por este directamente al deudor la puede interrumpir hasta por una sola vez.
• Civil: Para que ésta opere debe existir un acto formal por parte del acreedor,
de los señalados por la Ley, como ocurre con la instauración de la demanda judicial,
previsto en el artículo 2539 del código civil, la solicitud de la convocatoria de
arbitramento, la solicitud del trámite de conciliación ante centro de conciliación
autorizado, el requerimiento en las prescripciones de corto tiempo ( artículo 2544 del
Código Civil), en los créditos laborales el reclamo escrito del trabajador (Art. 489 del
Código Sustantivo del Trabajo).
Se interrumpe civilmente la prescripción por la demanda judicial, entendiéndose por
ésta todo recurso tendiente a interrumpir dicha prescripción, todo en los términos y con las
salvedades que establecen los artículos 94 y 95 del código general del proceso, que
remplazaron los 90 y 91 del Código de Procedimiento Civil.
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Respecto a codeudores y coacreedores, el artículo 2540 del código civil, modificado por el
artículo 9 de la Ley 791 de 2002. Señala que la interrupción que obra a favor de uno o varios
coacreedores, no aprovecha a los otros, ni la que obra en perjuicio de uno o varios
codeudores, perjudica a los otros, en las obligaciones conjuntas; en cambio en las
obligaciones solidarias si aprovecha u obra en perjuicio de todos. Siempre que no se haya
esta renunciado a la solidaridad en los términos del artículo 1573, similar ocurre cuando la
obligación sea indivisible.
40.3.8.5 Suspensió
n
La prescripción que extingue la obligación se suspende a favor de “los menores, los
dementes, los sordomudos y quienes estén bajo potestad, curaduría o tutela”, de “la herencia
yacentes” y “entre conyugues (no los legalmente separados de cuerpo)” (arts. 253 y 2541 del
Código Civil). Es la Ley la que impide que corra el plazo en contra de ciertas personas que
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merecen protección especial mientras dura la causa que motiva la suspensión. El efecto de la
suspensión consiste en descontar el plazo de la prescripción el tiempo que dure la
incapacidad, se cuenta como tiempo útil para la prescripción el que corre antes y después de
ésta, se aplaza hasta cuando la razón halla cesado, pero siempre prescribe en 20 años después
de la suspensión (art. 2530, inc. 2, Código Civil).
La suspensión constituye una excepción a la regla general según la cual lo derechos y
acciones se extinguen por prescripción en perjuicio de toda clase de personas, por eso
ninguna otra persona fuera de las que indica la Ley pueden alegar la suspensión no afecta la
prescripción de corto tiempo, éstos, en cambio, admiten interrupción (art. 2545 del Código
Civil).
40.3.8.6 Clases de
prescripción
40.3.8.6.1 Prescripción de la acción ejecutiva y prescripción de la
acción ordinaria
Conforme a lo previsto en el art. 2356 del Código Civil, la acción ejecutiva que tiene
el acreedor prescribe en un término de 5 años a partir de la exigibilidad y la ordinaria en un
término de diez años.
Para ejercitar la primera se requiere de un titulo ejecutivo, conforme al art. 422 del
Código General del Proceso.
40.3.8.6.4 Renuncia
La prescripción puede ser renunciada expresa o tácitamente, pero sólo después de
cumplida. Ésta no puede renunciarse antes porque, siendo una institución estable por motivo
de interés general y por tanto de orden público, no puede admitirse ésta de antemano, porque
de ser esto posible llegaría a ser completamente ineficaz dicha institución, porque en todos
los contratos se exigiría esta renuncia; pero puede renunciarse después de cumplida porque
una vez vencido el plazo y adquirido el derecho de oponerla, si consiste en un derecho
privado del cual el titular es libre de renunciar a su arbitrio.
La renuncia de la prescripción es un acto jurídico en el cual solo se requiere la voluntad
del deudor; Las personas con capacidad para enajenar son la que pueden renunciar a la
prescripción ganada.
La renuncia de la prescripción por el deudor solo tiene valor mientras no cause
perjuicios a terceros.
40.3.8.7 Efectos de
la prescripción
liberatoria
Son los siguientes:
a) El acreedor pierde su derecho de exigir el cumplimiento de la obligación, esta pasa
de civil a natural.
b) Las acciones que proceden de una obligación accesoria se extinguen ya que la
extinción civil de la obligación implica la de sus accesorios y privilegios. El artículo 2537
del Código Civil establece: “la acción hipotecaria y las demás que proceden una obligación
accesoria, prescriben junto con la obligación a la que acceden”.
c) Cuando hay pluralidad de sujetos la prescripción puede o no tener efectos iguales
respecto de todos si ésta es conjunta, pero si favorece a un deudor solidario tiene el mismo
efecto con los demás.
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