Está en la página 1de 6

La masacre de Los Horcones y la ancestral

conflictividad agraria
Por: Proceso Digital

Tegucigalpa – Honduras conmemora este 25 de junio, el 35


aniversario de la masacre de Los Horcones y Santa Clara
acontecimiento ocurrido en Olancho, en una nación donde la
conflictividad ligada a la problemática de tierras, es apenas un
ángulo de los ancestrales reclamos y heridas campesinas que
parecieran reabrirse actualmente con el conflicto del Bajo Aguán.
 
La fecha se registra de acuerdo al Decreto Legislativo 47 – 2004
como el “Día de los Héroes por la Justicia Social en Honduras”.
Mientras organizaciones defensoras de derechos humanos, el
partido Democracia Cristiana y entidades de sociedad
civil recuerdan que hace tres décadas y media en la hacienda de
Manuel Zelaya, padre del ex presidente de Honduras, Manuel
Zelaya Rosales, fueron asesinadas 14 personas entre las que
figuran sacerdotes, mujeres y campesinos, este país
centroamericano atraviesa actualmente una agitada atmósfera que
confronta a un sector agroindustrial y grupos campesinos.
Honduras pareciera retrotraer viejas crisis que poco han
evolucionado tras una reforma agraria que pareció tener destellos
significativos en los años 70, pero que luego quedó varada como
un barco que no logró llegar a puerto seguro.

Al conmemorar la masacre de los Horcones y Santa Clara y


vincularla con la conflictividad agraria actual, el vicepresidente
del Congreso hondureño y dirigente del partido Democracia
Cristina, Ramón Velásquez Nasar, dice que Honduras vive un
momento muy delicado en el que deben evitarse las
confrontaciones pero en el que es urgente poner en marcha la
reforma agraria y forestal.

En tanto el analista Benjamín Santos, dijo, durante una


comparecencia televisiva conducida por el periodista Renato
Álvarez, que es importante no olvidar a los mártires de Los
Horcones y Santa Clara y la masacre de la que fueron víctimas,
como un hecho que debe indicarnos errores que no deben volver
a cometerse.

“No es por la fuerza que se van a resolver los problemas, aquella


fue una experiencia en el clima de la guerra fría pero hoy hay
espacios de diálogo” reflexionó Santos.

El escenario actual

Durante el gobierno de Manuel Zelaya (2006-2009) campesinos organizados en e


Movimiento Unificado Campesino del Aguán (MUCA) demandaron tierras y ocuparo
extensiones cultivadas por agroindustriales en la región atlántica, al punto de general má
de una veintena de muertes entre campesinos, mujeres, niños y guardias de seguridad.

Zelaya mantuvo al MUCA entretenido con múltiples promesas pero no cumplió ni su


ofrecimientos de clásicas regalías y dadivas entre las que prometió al menos de un centena
de viviendas.

Luego llegó la crisis política que acabó con el gobierno de Manuel Zelaya quien fue sacad
del poder tras intentar perpetuarse en la presidencia del país mediante la instalación de un
asamblea nacional constituyente avalada por una consulta popular considerad
inconstitucional.

Un par de meses después de asumir el poder, el gobierno de Porfirio Lobo realizó un


tentadora oferta al MUCA para que lograran recuperar dominios que anteriorment
vendieron a terratenientes y que actualmente son áreas para el cultivo de palma africana.

Para la administración Lobo atender al campesinado organizado cobra vital importancia e


el proceso de recomposición social donde deben darse muestras de diálogo y respeto a lo
derechos humanos.

El 17 de abril de este año, el Presidente Porfirio Lobo y los miembros del MUCA, firmaro
un acuerdo para poner fin a al conflicto agrario en el Bajo Aguán.
Las bases de 28 grupos campesinos dieron su visto bueno a los acuerdos pactados entre e
gobierno y sus dirigentes y que les permiten acceder a seis hectáreas de tierras por cad
familia ligada a la problemática.
Al momento de firmar el acta el presidente Lobo Sosa dijo a los campesinos que se trat
“no únicamente del tema de la tierra sino de un proyecto piloto, lo tomo de corazón, tiene
mi confianza pero deberán trabajar duro”, les manifestó.

Los campesinos aplaudieron la decisión de Lobo pese a que hasta el lugar llegaron grupo
de la resistencia “zelayista” que intentaron enrarecer el clima del evento.

El acuerdo define que el Gobierno dotará a los campesinos de al menos 11,000 hectáreas d
tierras en la conflictiva región.

Los avances en el tema han sido sustanciales, pero no han remediado del todo el conflict
que puede recrudecerse en cualquier momento.

Hace pocos días el director del estatal Instituto Nacional Agrario, César Ham, amenazó
inversionistas agrarios de expropiarlos de tierras que deberán pasar a manos de lo
miembros del MUCA.

La historia
Entonces se trataba de una caravana que se dirigía a Tegucigalpa a participar en la Marcha
del Hambre, demandando adjudicación de tierras.
Los cuerpos de nueve de las víctimas fueron arrojados a un pozo malacate de la hacienda
de Manuel Zelaya en la búsqueda de borrar los rastros de la masacre.

Los hechos ocurrieron en plena época de siembra, cuando campesinos se movilizaban


colectivamente para recuperar tierras lo que conllevó a una lucha.
Los terratenientes para conservar los bienes acaparados y que en su mayoría se mantenían
incultos y los otros por la supervivencia.

Tanto la Iglesia Católica, la Unión Nacional de Campesinos (UNC) y el Partido


Democracia Cristina apoyaron las movilizaciones pacíficas que concluirían con la marcha
nacional contra el hambre de ese 25 de junio en Tegucigalpa, la capital hondureña.

Los campesinos de todo el país se aglutinarían en la capital de Honduras, pero el gobierno


de Juan Alberto Melgar Castro, ordena detenerlos.

El 24 de junio los campesinos de Olancho pernoctaron en Juticalpa y pasaron la noche en el


Centro de Capacitación Santa Clara, el siguiente día a las diez de la mañana un grupo de
escolares dirigidos por el profesor Guillermo Ayes Mejía, Supervisor Departamental de
Educación Primaria, llegó a exigir la desocupación del edificio, argumentando que lo
necesitaban para impartir clases

La acción del maestro era acompañada por varios Agentes del Departamento de
Investigación Nacional (DIN) que vestidos de civil, entraron al edificio sacaron
violentamente a los que se encontraban adentro y los llevaron a la hacienda «Los
Horcones», propiedad de José Manuel Zelaya.

En la Hacienda los torturaron para luego matarlos. Por órdenes del teniente Benjamín Plata
quien era el que dirigía el operativo. También asesinaron a los testigos que habían
observado el hecho. Los cuerpos de las víctimas fueron lanzados a un pozo malacate,
mismo que fue dinamitado con el fin de que no quedara rastro de la acción militar.

Del crimen, los tribunales de justicia encontraron culpables al Mayor José Enrique
Chinchilla, subteniente Benjamín Plata, Manuel Zelaya y Carlos Bahr, quienes fueron
remitidos a la Penitenciaría Central. Sin embargo, salieron libres en 1980 favorecidos por
indulto otorgado por el gobierno.

Para Benjamín Santos las consecuencias sociales de la masacre de los Horcones y Santa
Clara repercutió en un repliegue de la Iglesia Católica, ya que sintió la amenaza de expulsar
a unos 200 sacerdotes extranjeros.

Apuntó que puede calificarse de positivo el hecho de que tras la masacre los militares
entendieron el fracaso y el fin de su época para dar paso a los regímenes democráticos.

Un testimonio vivo

Lucas Aguilera es un diputado al Parlamento Centroamericano y dirigente del partido


Democracia Cristina, entidad que incluso ha presidido. Actualmente tiene 51 años. Cuando
su padre fue asesinado en los Horcones era el mayor de nueve hermanos de los que desde
entonces asumió la responsabilidad pese a ser apenas un adolecente.

Recuerda que junto a su familia vivía en el Sur de Honduras, cuando en 1974 decidieron
emigrar hacia la región de Patuca, en Olancho, para buscar tierras donde sembrar y
sobrevivir.

Junto a ellos, otras 82 familias del Sur se trasladaron al Patuca.

Entonces su padre luchó junto a dirigentes de la Unión Nacional de Campesinos, UNC, y


puedo decir que “mi padre murió luchando por los campesinos, por la justicia social y su
recuerdo es un ejemplo”, dijo Lucas Aguilera.

MARTIRES DE SANTA CLARA Y LOS HORCONES

 Padre Casimiro Chipre


 Padre Iván Betancourt
 Máximo Aguilera
 Lincoln Coleman
 Bernardo Rivera
 Francisco Colindres
 Fausto Cruz
 Roque Ramón Andrade
 Arnulfo Gómez
 Ruth A. Mallorquín.
 María Elena Bolívar
 Alejandro Figueroa
 Juan Benito Montoya

También podría gustarte