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REVISTA MEXICANA DE ORIENTACIÓN

EDUCATIVA
Volumen 17 número 39 julio-diciembre 2020, pp. 1-19.

Las técnicas narrativas en la orientación vocacional

María Juana Berra Bortolotti 1.

Rafael Dueñas Fernández 2

Fecha de recepción: marzo 2020


Fecha de aprobación agosto de 2020

DOI: https://doi.org/10.31206/rmdo312020

Los métodos narrativos no separan a los individuos de sus contextos


familiares y escolares, en su lugar buscan la colaboración de personas
relevantes para la vida del sujeto para la construcción de una nueva
historia.
(García, Arias y González, 2016)

1
Maestría en Ciencias de la Educación. Docente-investigadora del Área Educativa y en
la Especialidad en Orientación Educativa de la Facultad de Psicología de la Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. yanebeb@hotmail.com.
2
Maestría en Ciencias de la Educación y Especialidad en Orientación Educativa.
Coordinador del Proyecto de Orientación Educativa (PROEDI) y docente de la
Preparatoria Vespertina del Centro Escolar Licenciado Miguel Alemán. Orientador
Educativo. durafe@hotmail.com.
Resumen
Este trabajo intenta reflexionar sobre la importancia de las técnicas
narrativas en el proceso de asesoramiento vocacional con jóvenes de
Educación Media Superior, mediante la elaboración de la carpeta de
proyecto de vida. Enfatizando en ella la dimensión del autoconocimiento
personal, donde es factible el manejo de diversas técnicas narrativas
para que el orientado construya su futura profesión, y ciudadanía en un
país histórica y culturalmente determinado.
Palabras Clave: Orientación Profesional, Asesoramiento vocacional, Carpeta
de Proyecto de vida, autoconocimiento y técnicas narrativas

Abstract:

This article attemps to reflect about the value of the narrative techniques,
used in the process of vocational orientation, in upper secondary
education, with the own elaboration of the “Life Proyect Folder”. This file
emphasizes the dimension of self-knowledge in the student, using the
management of various narrative techniques; so that guide the oriented
student will be able to build this future profession and be a citizen in a
country with a specific historical and cultural context.

KEYWORDS: Professional, Orientation, Professional Council, Life


Proyect Foulder, Self-Knowledge, Narrative Techniques.

Resumo
Este trabalho busca refletir sobre a importância das técnicas narrativas
no processo de aconselhamento profissional com jovens do Ensino
Médio, por meio da elaboração do portfólio de projetos de vida.
Enfatizando nela a dimensão do autoconhecimento pessoal, onde o
manejo de diversas técnicas narrativas é viável para que o orientado
construa sua futura profissão e cidadania em um país histórica e
culturalmente determinado.
Palavras-chave: Orientação Profissional, Aconselhamento
Profissional, Portfólio de Projetos de Vida, Autoconhecimento e
Técnicas Narrativas

Introducción
El siguiente texto es una actividad de reflexión, que se suscita desde la
tarea de asesoramiento vocacional que como orientadores educativos
realizamos en Educación Media Superior de las asignaturas de
Orientación Profesional.
Es lamentable observar que muchas personas, principalmente jóvenes
improvisan su vida, viviendo el día a día, terminando con una vida de
frustraciones o desilusiones personales, escolares, familiares y laborales
en una sociedad donde las transiciones de vida se caracterizan por un
constante cambio. Frente a este panorama es significativo para los
jóvenes proyectarse hacia un futuro más comprometido y optimista.
El tema que nos ocupa tiene como propósito repensar la importancia de
las estrategias narrativas en la orientación profesional, desde un enfoque
constructivista de orientación psicopedagógica (Bisquerra,1998).
En especial el proceso de asesoramiento vocacional que puede
implementarse como un proceso de ayuda personal o grupal mediante la
construcción del proyecto personal y profesional de los orientados.
Es importante indicar que en este trabajo usamos los conceptos de
asesoramiento vocacional u orientación profesional indistintamente,
porque consideramos al primero como parte relevante de la orientación
profesional, que si bien, como indica Álvarez (1995, p.34), esta dirigida a
todas las personas en todas las edades y en todos los momentos y crisis
de la vida. En este trabajo, sin embargo, tenemos la necesidad de
particularizar nuestro estudio con los adolescentes o jóvenes de
educación media superior, por dos motivos: uno porque es la población
con la que realizamos principalmente nuestra tarea orientadora y, dos por
las circunstancias en las que se encuentran en este nivel educativo,
además de ser una etapa socialmente y culturalmente importante de
transición para ellos al mundo adulto y al mundo activo (profesional y
laboral), desde los contextos educativos formales.
Así mismo, en el proceso de asesoramiento vocacional de los
adolescentes o jóvenes, individual o grupal, destacaremos la dimensión
de autoconocimiento como relevante para trabajar las técnicas narrativas
a través de sus procesos autobiográficos como complemento de las otras
dimensiones del proyecto de vida profesional.

Fundamentación teórica

La sociedad actual se caracteriza por la diversidad y la rapidez de


cambios sociales, económicos, científicos y tecnológicos. En este
contexto la transición a la identidad profesional o laboral se ha vuelto un
tema emergente y un problema de estudio, llevando a los adolescentes
o jóvenes a pensar y reflexionar constantemente sobre las circunstancias
en las que desarrollan sus vidas (Guitart, Nadal y Vila, 2009, p 79). Este
proceso de socialización de los jóvenes a la vida activa (aspectos
profesionales y laborales) y a la vida adulta (aspectos de madurez)
plantean innumerables interrogantes y retos a las instituciones
educativas y a los orientadores educativos en lo particular.

Diversos autores de Orientación Profesional (O.P.) reconocen que la


identidad profesional o vocacional en el proyecto de vida, hace referencia
a la identidad personal, tarea central en la etapa adolescente, ya que
supone las sucesivas conductas de elección que van marcando una
orientación hacia determinado campo de la realidad histórico y cultural
(Griffa y Moreno 1993).

Álvarez (1995, p.36) define a la O.P. como: un proceso sistemático de


ayuda dirigida a todas las personas en periodo formativo, de desempeño
profesional y de tiempo libre, con la finalidad de desarrollar en ellas
aquellas conductas vocacionales (tareas vocacionales) que le preparen
para la vida adulta, mediante una intervención continuada y técnica,
basada en los principios de prevención, desarrollo e intervención social
con la implicación de los agentes educativos y socio-profesionales.

La O.P. posibilita a los alumnos orientados experiencias significativas a


través de un proceso permanente de autoconocimiento y conocimiento
del contexto sociocultural, lo que les permite contrastar sus competencias
personales y profesionales, y las demandas socioculturales.

En este sentido, la orientación profesional conlleva procesos de


transformación en los adolescentes a través de situaciones donde se les
concibe como sujetos activos de su propio proceso orientador, es decir
de autoorientacion, que no solo se relacionan a la particularidad de la
persona, sino que esta está inserta en contextos socioculturales
complejos. Un proceso significativo para estos jóvenes en el desarrollo
de la carrera que es vista como la secuencia de roles, puestos y
ocupaciones desarrollados por cada uno de ellos en el trascurso de su
vida adulta y activa (Super en Álvarez, 1995, p. 259).

Sin embargo, la O.P. no se reduce a la etapa adolescente, sino que es


comprendido como un proceso a lo largo de la vida y en diferentes
contextos de orientación y desarrollo humano (familia, escuela,
comunidad y sociedad). Dentro de la O.P. y desde el asesoramiento
vocacional la toma de decisiones es un proceso continuo que tiene
relación con la historia personal en función de la cual se construye la
identidad profesional.

La identidad profesional o laboral la definimos en este texto, como la


percepción de las personas de su rol en la formación universitaria o en el
trabajo que implica una serie de atributos, creencias, y valores y
experiencias que lo definen como estudiante o trabajador, tiene que ver
con lo que la persona es, como aspecto central de su identidad personal,
a manera de proceso incorporado al itinerario de su desarrollo humano
(Ruvalcaba, Uribe y Gutiérrez, 2011, p.87). El proceso de transición de
los jóvenes para construir su identidad profesional o laboral tiene que ver
con las siguientes interrogantes: ¿Cómo seré un futuro universitario?
¿Quién seré como futuro trabajador?

Para Rivas (1995, p.68), el asesoramiento vocacional es un proceso


estructurado de ayuda técnica, solicitado por una persona en situación
de incertidumbre, con el fin de lograr el mejor desarrollo de su carrera
profesional, mediante la facilitación y clarificación de la información
relevante precisa, para que, tras la evaluación de sus propias
experiencias y la confrontación con el mundo laboral, realice una toma
de decisiones vocacionales realistas y eficaces. Así mismo, este trabajo
vislumbra la conducta vocacional parafraseando a Rivas (1995, p.25)
como el conjunto de procesos psicológicos que una persona o un grupo
de personas efectúan para hacer frente a las tareas vocacionales en
relación al mundo educativo o profesional en el que pretenden integrarse
activamente, o en el que ya está instalado.
Proceso que conlleva al sujeto a la construcción de un proyecto
profesional que Sánchez (2004, p.349) conceptualiza como una
construcción personal configurada por la auto-representación personal y
profesional, que se basa en una planificación del futuro sistemática,
abierta, flexible y progresiva y se dirige a la autorrealización y desarrollo
de la carrera profesional y vital a lo largo de la vida. Un proyecto en
constante interacción con el contexto sociocultural que le da sentido.

Un asesoramiento profesional que no debe reducirse a un proceso


técnico y de ajuste entre las aptitudes personales y las exigencias del
mercado laboral, olvidándonos de las dimensiones existenciales de su
identidad personal y social. Una trayectoria de vida compleja, no lineal
con continuidades y rupturas, con éxitos y fracasos, con influencias
múltiples en los distintos contextos educativos y de desarrollo humano.
Proceso necesario para nuestros alumnos orientados que les permite en
entornos cambiantes y de incertidumbre, revisar sus elecciones,
reorientar sus trayectorias de vida, aportándoles flexibilidad y dinamismo
ante esta diversidad social (Sánchez y Suarez, 2018).

Sin embargo, es importante señalar que, si bien este proceso puede ser
realizado por un experto. En el contexto educativo actual la orientación
en la mayoría de los casos es una asignatura y el orientador tiene
principalmente una función docente, con grandes grupos de alumnos. En
estos casos la autoorientacion se nos presenta como un proceso idóneo,
no solo por la cantidad de alumnos, sino también por la calidad del mismo
proceso orientador porque considera al orientado un sujeto activo,
coparticipe del asesoramiento. En algunas situaciones, este proceso se
considera como parte de las funciones del departamento
psicopedagógico o con el apoyo del grupo de tutores.
En esta perspectiva, la conducta vocacional de los orientados constituye
un proceso evolutivo, que sigue la línea de desarrollo de las personas, y
al mismo tiempo es un proceso de socialización que realiza los individuos
a lo largo de la vida enmarcada en un contexto sociocultural y laboral.

Para Álvarez (1995, p.367) y Bisquerra (1998, p.239,242) las


dimensiones de la O.P. son las siguientes:

 Autoconocimiento.

 Información sobre el mundo educativo y laboral.

 Proceso de toma de decisiones.

 Aproximación al mundo educativo y del trabajo.

En este texto vamos a considerar las anteriores dimensiones como parte


de la metodología de la carpeta de Proyecto de Vida en el asesoramiento
vocacional, visto como una estrategia de autoorientación que permite a
los alumnos desarrollar desde una práctica reflexiva, critica, creativa y
ética, las competencias necesarias para elección y toma de decisiones,
personales, académicas y profesionales (Berra y Dueñas, 2015, p.44).
Dicha carpeta se convierte en instrumento que nos ayuda a entender el
porqué y el para qué de nuestra existencia, ayudándonos a
comprendernos y a plantearnos metas a corto y largo plazo en la
multiplicidad de dimensiones de nuestra vida (Pineda, 2009).

Nos interesa en este trabajo, centrarnos en la dimensión de


autoconocimiento en la carpeta de Proyecto de Vida. Consideramos que
en esta dimensión es factible el manejo particular de diversas técnicas
narrativas para que orientado pueda responder a las preguntas: ¿Quién
soy?, ¿Dónde estoy?, ¿A dónde quiero ir? Además, esto no implica que
las otras dimensiones de la carpeta no puedan apoyarse desde un
proceso interactivo y sistemático en las técnicas narrativas.

Autoconocimiento, relaciones interpersonales y técnicas


narrativas.

En la adolescencia se producen correlativamente cambios psicológicos y


corporales que paulatinamente le permitirán construir una nueva relación
consigo mismo y con el mundo de los adultos. Como resultado de estas
trasformaciones la tarea principal del adolescente será la construcción de
una identidad diferenciada en la elaboración de un proyecto vital que le
permitirá insertarse gradualmente en el mundo social y cultural del adulto,
principalmente al ámbito profesional y laboral para lo cual, entre otras
cosas, se distanciará del presente proyectándose hacia el futuro a través
de su fantasía planeadora y anticipadora en búsqueda de una identidad
autónoma, es decir “ser el mismo” (Griffa y Moreno 1993).
La identidad en el adolescente está culturalmente mediada, es un acto
de balance entre autonomía y comunión, una cierta libertad de elección,
voluntad propia e independencia y al mismo tiempo una necesidad de
relación con un mundo de otros, que nos informan sobre quiénes somos
y nos dan seguridad y protección (Guitart, Nadal y Vila, 2010, p.82).
Entendemos por “identidad personal”, un fenómeno psicosocial que está
íntimamente ligado al autoconcepto (construcción y elaboración del
conocimiento de sí mismo que depende de en gran medida de los
cambios cognitivos), y la autoestima (como elemento valorativo y
emocional) (Delgado, 2009, p.119). Fenómeno que trata de vincular la
percepción que uno tiene sobre sí mismo a aspectos psicológicos y de
personalidad, ideas y creencias o aspiraciones futuras con el objetivo de
instaurar su proyecto de vida (Guitart, Nadal y Vila, 2010, p. 81).
La búsqueda de identidad a través del Proyecto de Vida (proyección al
futuro), no solo implica un proceso de reconocimiento (pasado y
presente) que nos permite distinguirnos de los demás, sino que también
asegura la construcción de un sentido de vida de pertenencia a un grupo
en un momento histórico-social determinado. Con la llegada a la
adolescencia, el contexto de los iguales cobra una especial relevancia,
ya que las relaciones con los amigos permitirán una socialización mutua
que influenciará sus futuras elecciones de vida y se convertirán en
centrales durante esta etapa educativa y de desarrollo (Delgado, 2009).

El autoconocimiento es la primera dimensión del asesoramiento


vocacional, en donde los orientados construyen un conocimiento realista
de sí mismos y de sus posibilidades, sin el cual es imposible la madurez
vocacional. Es fundamental que lleve a cabo un trabajo personal de
reflexión que le permita examinarse a sí mismo, reconocer los aspectos
internos que lo determinan, sus fortalezas y debilidades, así como los
factores externos expresados como una serie de demandas y
expectativas que provienen de los otros: la familia, grupo de amigos, la
institución educativa, su contexto social y cultural, con el fin de llegar a
generar un proyecto de vida que le permita construir una identidad
personal y responder a las demandas del mundo adulto y activo.
La finalidad última de la actividad de autoconocimiento, es el desarrollo
personal y social, tomar conciencia de la multiplicidad de dimensiones y
aspectos que configuran nuestra personalidad, y nuestro modo de actuar
y afrontar las elecciones de vida (Sánchez y Suarez, 2018).
Por otro lado, las relaciones interpersonales con sus iguales, con el grupo
de adultos dentro de las instituciones sociales van a influenciar
notablemente sus trayectorias de vida, por lo cual es importante que
exploren el mundo adulto y activo para informarse sobre las
oportunidades y recursos educativos, profesionales y laborales que
existen en sus contexto histórico-cultural y social.

Como señalamos anteriormente, es en esta dimensión de


autoexploración y potencialización de competencias personales y
sociales, donde se utilizan principalmente las técnicas narrativas y
autobiográficas como parte de las estrategias que permiten al orientando
construir su proyecto de vida.

Técnicas narrativas en el asesoramiento vocacional.

La investigación narrativo-biográfica, comparte algunos de los principios


metodológicos generales de la investigación cualitativa, específicamente
con la interpretativa-hermenéutica con una visión interdisciplinar de las
ciencias de la educación.

El enfoque autobiográfico-narrativo conforma un modo propio de


investigar en el asesoramiento vocacional e incluye al menos, cuatro
aspectos: (a) un orientado-narrador, que nos cuenta sus experiencias de
vida; (b) un orientador que interpela, colabora y “lee” estos relatos para
apoyar sus proyectos de vida; (c) textos, entrevistas o técnicas grupales,
que recogen tanto lo que se ha narrado o vivenciado; y (d) el grupo de
compañeros que van a compartir, e desentrañar dichas narraciones o
vivencias (Bolívar, 2012).
Para Maganto (2010) la autobiografía desde una mirada sociológica
puede revelar el significado atribuido de las personas, a las relaciones
interpersonales y a las situaciones contextuales, mientras que en una
perspectiva más psicológica le interesa especialmente la interpretación
que la propia persona hace de sus experiencias pasadas, presentes y
futuras.

La narración como relato textual o expresado en diversas formas


mediante actividades vivenciales del grupo, son un medio humano
privilegiado para darle sentido a la experiencia, que al ser contada o
vivenciada adquiere un significado social y cultural. Es mediante el relato
o las actividades vivenciales que los seres humanos pueden pensar o
conocer ciertas realidades concretas. Se pasa de tener en cuenta
exclusivamente las situaciones o hechos relatados por los participantes
para poner el acento en cómo han sido percibidos por los mismos, con
su carga emocional y afectiva, que determinará la visión de la realidad
estudiada (Trigueros, Rivera y Rivera I, 2018).

Para Bruner (2003) narrar es un acto simbólico que le otorga sentido a


las cosas y permite al ser humano comprender el mundo. En ese
contexto, hablar de las técnicas narrativas, tiene que ver con ese
problema central que preocupa y ocupa al orientador educativo: ¿cómo
los orientados a través de estas técnicas dan significado al mundo y
proyectan su futuro en la vida?

Entendemos como narrativa la cualidad estructurada de la experiencia


personal o grupal, percibida como un relato, por el orientador o el grupo
(enfoque de investigación), que sirve como pautas o formas de construir
sentido al proyecto de vida vocacional. Incluye los diferentes modos de
obtener y analizar relatos referidos a cualquier experiencia personal o
grupal. Reflexiones individuales o contextuales orales o escritas que
pueden ser producciones particulares o vivencias grupales a través de
diversas técnicas, tales como: autobiografía, FODA, mapa conceptual de
sí mismo, el cartel, yo público, yo privado, estudios de caso, línea de vida,
autorretrato, el árbol de la vida, entrevistas individuales, conversaciones
grupales, entre otras técnicas grupales de autoconocimiento y relaciones
interpersonales.

Técnicas cualitativas incorporadas en la carpeta del Proyecto de Vida


personal o profesional desde un protagonismo singular con la aportación
colectiva de saberes, que potencia una contemplación reflexiva que
permite una autodeterminación y empoderamiento personal, como lo
indica Arraiz y Sabirón (2007, p.70). La carpeta como herramienta
intersubjetiva necesita un proceso de asesoramiento caracterizado como
una indagación dialógica cuyo propósito es de elaborar una narración
compartida entre orientador-orientado(s) (Bolívar, Segovia y Fernández,
1998).

De las funciones específicas del relato según Bruner (2003) vamos a


elegir y a reinterpretar las que consideramos más importantes en el
proceso orientador. Asumimos la premisa de que narrar o vivenciar es un
acto interpretativo. El relato o vivencia es:
a) Una versión de una vida humana o de una comunidad cultural.
b) Pensar y promover mundos posibles y proyectos de vida
realizables.
c) La forma privilegiada del ser humano para construir su identidad
vocacional.
d) Una forma de aprehender y dar sentido a la realidad futura
profesional o laboral.
e) Una actividad intersubjetiva (orientador–orientados) radicalmente
cultural.

En este trabajo es importante mencionar, que también consideramos las


técnicas grupales o vivenciales como representaciones que nos permiten
comprender y descubrir cómo los orientados identifican, ordenan y
confieren un sentido determinado a sus experiencias, a través de las
historias que crean acerca de sí mismos, de los demás y el mundo que
les rodea. Para Mangnabosco (2014) las narrativas son construcciones
complejas configuradas desde un contexto sociocultural donde se
negocia con otros, Los orientados protagonistas de historias, pueden
entender su propia existencia siempre en diálogo, en la interacción que
se va configurando como una situación de colaboración con el orientador
y el grupo.

Estas técnicas narrativas en orientación profesional, como metodología


de investigación centran su atención en la comunicación y las relaciones
interpersonales en los escenarios grupales, vislumbrándose como
procesos de construcción social producto de procesos intersubjetivos y
conversacionales sobre la realidad profesional o laboral (Guerrero,
2013).

Para Guerrero (2013, p.96), los relatos o narraciones son realidades


discursivas en las que se condensan y fijan nuestras vivencias
personales a través del lenguaje oral o escrito. El relato o la vivencia
como actos intersubjetivos se entienden como estrategias comunicativas
y relacionales del orientado(s) que por su modo de narrar o vivenciar en
un contexto determinado, informa al orientador el sentido de vida
considerado en sus elecciones vocacionales. Retomando a Freire (1970),
es importante establecer una comunicación dialógica, en que el papel del
orientador no es hablar a los orientados sobre su visión del mundo
profesional, o intentar imponerla, sino dialogar con él o con ellos sobre
su visión y la nuestra, donde se piense y trasforme su realidad mediante
la interpretación mutua, y la colaboración en el proceso de asesoramiento
vocacional.

Narrar o vivenciar es mirar de otra manera el mundo real de él, de los


adultos o el profesional-laboral, y la imaginación, en el proyecto de vida
es la clave para ese poder transformador en el pensamiento narrativo
(Bruner 2003), que tiene que articularse con el pensamiento
paradigmático o científico en el acto de comunicación entre orientador-
orientado(s) para poder materializarse en los proyectos de vida.

El autoconocimiento no es un acto individual aislado, sino una


construcción narrativa mediada por la cultura que se reconstruye a lo
largo de la vida y en los diferentes contextos educativos y de desarrollo
humano (Bruner, 2003). En el asesoramiento vocacional es importante
que el adolescente desarrolle la capacidad de contar historias sobre él
mismo, en una experiencia individual o grupal como un elemento
importante para construir su identidad. Se convierte así en un incesante
proceso desde diversas formas de narración que le sirven para responder
a sus interrogantes de quienes son y cuál es su lugar en el mundo.

Da Cunha (en Trigueros, Rivera, Rivera I, 2018, p.115) señala que la


construcción del relato por el propio participante en su proyecto de vida
implicará una toma de conciencia sobre sus momentos y elecciones
significativas, conllevando a su reinterpretación. En este sentido habla de
dos procesos a los que se ve sometido el orientando:

a) El extrañamiento, no solo de los otros, sino de uno mismo y sus


actitudes ante las situaciones vividas.
b) Situar fuera de lo cotidiano sus vivencias. Proceso que implica
operaciones del pensamiento que nos orientan hacia otras formas
de relación y otras prácticas, es decir, otras formas futuras de
pensar, sentir y hacer.

Cada joven encuentra en su mundo cultural una pluralidad de relatos del


mundo adulto y activo con los que puede identificarse, elegir y tomar
decisiones vocacionales. En toda cultura hay, ciertamente, una difusión
de las identidades convenientes, que trata de modelar al individuo, o aún
más, normalizar. Esta idea nos permite considerar que en el
asesoramiento vocacional la narración del Yo, como espacio privado, es
también un asunto público, que el Yo es también otros.

Las técnicas narrativas nos permiten en la dimensión del


autoconocimiento y en las relaciones personales contextualizadas
devolver la autoría de estos relatos a los propios orientados y al mismo
tiempo reconstruir o reescribir sus tareas de vida vocacionales.
Imaginando una realidad aún no existente, pero posible de ser
concretada y adecuada a las características y expectativas personales, y
los requerimientos de las opciones académicas y laborales que la
sociedad les promete. Esto a través de un proyecto de vida personal y
profesional. (Rivelis en Mendoza, Machado y Montes, 2016).
Conclusión

Un aporte importante del uso de técnicas narrativas desde la


investigación cualitativa y etnográfica en el proceso de asesoramiento
vocacional con los jóvenes de Educación Media Superior, es que permite
a los orientadores trabajar con los orientados (principalmente en
espacios de formación escolar), por medio de procesos de
autoorientación, y con el uso estratégico de la carpeta de Proyecto de
Vida. Esto admite lograr así una narración reflexiva de su experiencia de
vida en la construcción de su identidad personal y profesional, generando
al mismo tiempo una mayor satisfacción y calidad en sus elecciones a lo
largo de su vida, en sus diferentes contextos educativos y de desarrollo
humano.

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