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TEMA IV.

LA ADQUISICIÓNY REPUDIACIÓN DE LA HERENCIA


1.- La aceptación y repudiación de la herencia.
La herencia yacente.
Requiere la aceptación del llamado a la misma. Hasta que dicha aceptación no se
produzca carece de titulares. Puede durar poco tiempo, aunque puede prolongarse
indefinidamente hasta que tenga lugar la aceptación de la herencia y la adquisición por
los herederos.
El único precepto que hace una referencia a la misma es el art. 1934 CC que dice que la
prescripción produce sus efectos jurídicos a favor y en contra de la herencia antes de
haber sido aceptada y durante el tiempo concedido para hacer inventario y para
deliberar.
La herencia yacente necesita desde el primer momento (en la apertura de la sucesión) un
sistema administrativo y de representación que sirva para atender tanto a su activo como
a su pasivo, para proteger así los intereses de terceros titulares de derechos frente a ella
(acreedores) y los intereses de los hipotéticos herederos.
Se trata de defender los intereses de los futuros herederos, de los acreedores y del orden
público económico.
Dicha administración puede derivar de la voluntad del causante, atribuyendo esa
facultad al albacea, de la ley o de nombramiento judicial, de oficio o a instancia de parte
con interés legítimo. El administrador ostentará la representación de la herencia para
ejercitar las acciones que a esta competan y contestar a las demandas que se interpongan
contra la misma.
En ausencia de administrador designado por testamento o por ley, concede al llamado a
la herencia facultades de conservación y administración provisional.
Con el fin de facilitar la actuación de los terceros frente a la herencia se admiten las
demandas interpuestas contra ella, junto con los llamados no aceptantes, lo que implica
una cierta personificación de la herencia yacente a los efectos de cumplimentar el
requisito de legitimación pasiva del demandado. La demanda no garantiza una adecuada
defensa de los intereses de la herencia aun no aceptada si el Juez no designa un
administrador que la represente.

A) Concepto
La aceptación es la adhesión al llamamiento a la sucesión hecha por voluntad del
causante o por la ley, mientras que la repudiación consiste en una declaración de
voluntad formal y expresa en virtud de la cual el llamado rechaza la delación efectuada
a su favor.

B) Caracteres.

1. Voluntariedad: la aceptación y repudiación de la herencia son actos enteramente


voluntarios y libres
2. Unilateralidad: las declaraciones de voluntad en qué consisten la aceptación y la
repudiación carecen de carácter recepticio
3. Retroactividad: los efectos de la aceptación y de la repudiación se retrotraen
siempre al momento de la muerte de la persona a quien se hereda.
4. Puridad e indivisibilidad: la aceptación y repudiación de la herencia una vez
hechas son irrevocables. Después de que el llamado haya optado por aceptar o
repudiar la herencia deferida ya no puede volver atrás.
5. No personalidad: la aceptación o repudiación no son actos o negocios jurídicos
personalísimos. Cabe que el llamado acepte o repudie la herencia por sí mismo,
pero también que lo haga mediante un representante legal o voluntario.
6. Inter vivos: tanto la aceptación como la repudiación son actos o negocios
jurídicos inter vivos cuyos efectos se producirán en vida del llamado declarante.

C) Capacidad para aceptar o repudiar.


Según el art. 992 CC pueden aceptar o repudiar una herencia todos los que tienen la
libre disposición de sus bienes. Tienen que tener capacidad para administrar y para
disponer.

 Los menores.
- Menores sujetos a patria potestad: en virtud del art. 166 CC, los padres
deberán recabar autorización judicial para repudiar la herencia o legado
deferidos al hijo. Si el Juez denegase la autorización, la herencia sólo podrá
ser aceptada a beneficio de inventario. No será necesaria autorización
judicial si el menor hubiese cumplido dieciséis años y consintiere en
documento público.
Se podrá sostener que la aceptación de la herencia solo se impone por
denegación del permiso para repudiar y que, fuera de estos casos, los padres
del menor estarían legitimados para aceptar la herencia pura y simplemente
sin requerir autorización judicial.
Los progenitores que ejerzan la patria potestad precisarán autorización
judicial para repudiar la herencia o legados en nombre de sus hijos menores
de 16 años, o si aun siendo mayores de esa edad, sin llegar a la mayoría, no
presten su consentimiento.
- Menores sometidos a tutela: el tutor necesitará autorización judicial para
aceptar sin beneficio de inventario cualquier herencia o para repudiar esta o
la liberalidad.
- Menores emancipados: no puede afirmarse que el menor emancipado posea
la capacidad de obrar. La solución puede ser reconocer la capacidad del
menor emancipado para aceptar por sí mismo herencias a beneficios de
inventario, pues no se pondría en peligro su patrimonio al responder por las
deudas hereditarias hasta el límite donde alcancen los bienes relictos. Para
aceptar pura y simplemente o para repudiar es necesario el complemento de
capacidad del que habla el art. 323 CC.
 Los incapacitados judicialmente
Habrá que estar a lo dispuesto en la sentencia de incapacitación. Podrán darse las
siguientes circunstancias:
- La sentencia de incapacitación somete al incapacitado a tutela afirmando que
carece de capacidad para aceptar o repudiar herencias. El tutor necesitará
autorización judicial para aceptar la herencia pura y simplemente, pero no se
necesitará esta autorización para aceptarla a beneficio de inventario.
- La sentencia de incapacitación somete al incapacitado a tutela, pero no
incluye la aceptación o repudiación hereditaria en el ámbito de aquellos
actos y negocios respecto los cuales carecen de capacidad. El incapacitado
podrá aceptar o repudiar por sí mismo la herencia, pues la extensión de su
incapacitación determinada judicialmente no alcanza a este tipo de negocios.
- Si la sentencia de incapacitación somete al incapacitado a curatela,
afirmando expresamente que no precisa ni la intervención ni la asistencia del
curador para aceptar o repudiar herencias, aquel podrá decidir y por sí
mismo si acepta o repudia y, en el caso de que acepte, si lo hace pura y
simplemente o a beneficio de inventario.
- Si la sentencia de incapacitación somete al incapacitado a curatela, pero no
contiene manifestación alguna sobre la intervención del curador, o sobre la
capacidad del sometido a curatela para aceptar o repudiar herencias por sí
mismo, la solución varía dependiendo de su se emite una declaración de
aceptación o repudiación.
 La persona casada.
Cuando la herencia sea aceptada sin beneficio de inventario, por persona casada
y no concurra el otro cónyuge, prestando su consentimiento a la aceptación, no
responderán de las deudas hereditarias los bienes de la sociedad conyugal.
 Las personas jurídicas.
Los legítimos representantes de las asociaciones, corporaciones y fundaciones
capaces de adquirir podrán aceptar la herencia que a las mismas se dejare; más
para repudiarla necesitan la aprobación judicial, con audiencia del Ministerio
público (art. 993 CC).
Hay dos clases:
- Personas jurídicas de interés privado: sus legítimos representantes
podrán libremente decidir si aceptan o repudian la herencia a ella
deferida, pues, en este caso, carece de justificación el control que supone
respecto a la repudiación la aprobación judicial con la audiencia del
Ministerio Fiscal, precisamente por la ausencia de todo tipo de interés
público
- Personas jurídicas de interés público: aquí si tiene sentido el art. 993 CC
y los legítimos representantes de aquella podrán aceptar la herencia por
sí mismo, pero para repudiarla precisarán la aprobación judicial con la
intervención del Ministerio Fiscal. Estos no podrán aceptar ni repudiar
sin aprobación del Gobierno.

D) Plazos para aceptar o repudiar.

El art. 1016 CC puede aplicarse tanto al beneficio de inventario como a la aceptación


pura y simple: el llamado podrá aceptar o repudiar la herencia mientras no prescriba el
plazo para ejercitar la actio petito hereditatis. El plazo de tal prescripción es de 30 años.
Se concede a los interesados en la herencia la facultad de dirigirse al Notario para que
este señale un término, no superior a 30 días, es lo que se denomina interpellatio in iure
(arts. 1004 y 1005 CC) en donde hay que tener presente los siguientes casos:

- No se podrá hacer la interpelación hasta que hayan transcurrido 9 días


desde el fallecimiento.
- La interprelación dirigida a los llamados a la herencia queda en manos
del Notario.
- Los que están legitimados activamente para instar la interprelación ante
el Notario son: los restantes coherederos, los legatarios, los sustitutos
vulgares, los acreedores hereditarios, los acreedores particulares de los
potenciales herederos y cualquier persona que tenga un interés legítimo
en la determinación de quienes heredarán
- La legitimación pasiva la tendrán todas aquellas personas que posean la
cualidad de llamados a la herencia, es decir, los titulares del ius
delationis.
- Instada la interpellatio, el Notario deberá comunicar al legitimado
pasivamente para que acepte o repudie la herencia en el plazo que se fije,
el cual no podrá exceder de 30 días naturales, indicándole que, si no
emite su declaración de voluntad en el tiempo establecido, se tendrá por
aceptada la herencia pura y simplemente.

E) Impugnación de la aceptación o repudiación


El art. 997 CC establece que la aceptación y la repudiación de la herencia, una vez
hechas, son irrevocables, y no podrán ser impugnadas sino cuando adoleciesen de
algunos de los vicios que anulan el consentimiento, o apareciese un testamento
desconocido.

- Impugnación por vicios del consentimiento: hace una remisión al art. 1265 CC,
lo cual supone que la aceptación y repudiación son susceptibles de impugnación
cuando la declaración de voluntad haya sido manifestada con error, violencia,
intimidación o dolo. El plazo es de 4 años.
- Ineficacia sobrevenida por la aparición de un testamento desconocido: deben
concurrir las circunstancias siguientes:
1. Que exista un testamento que aparece o se descubre con posterioridad a
la emisión de la declaración de voluntad.
2. El testamento posterior debe ser perfecto y válido
3. Es necesario que el testamento posterior fuese desconocido al emitir la
previa declaración de voluntad.

2. -Tipos de aceptación.
En la aceptación pura y simple el heredero responderá del cumplimiento de las deudas
hereditarias. Si el caudal relicto no fuese suficiente para satisfacerlas, serán los propios
y particulares bienes del aceptante los que quedará afectos al pago de las deudas todavía
pendientes.
La aceptación a beneficio de inventario implica que el heredero responde del
cumplimiento de las deudas hereditarias. Si el caudal relicto no llegase para cubrir su
importe, los bienes propios y particulares del aceptante no estarán sujetos al pago de las
deudas, el heredero puede optar por limitar su responsabilidad por las deudas
hereditarias hasta el punto donde alcance el patrimonio del causante.

A) Aceptación pura y simple.


La aceptación pura y simple puede ser expresa o tácita.
Expresa es la que se hace en documento público o privado, lo cual se deduce que se
requiere la forma escrita y que no será suficiente con que la declaración de voluntad
expresa se manifestase verbalmente. La voluntad de aceptar que se emite de forma oral
no podrá producir efecto adquisitivo alguno, porque no habrá aceptación expresa.
Tácita es la que se hace por actos que suponen necesariamente la voluntad de aceptar, o
que no habría derecho a ejecutar sino con la cualidad de heredero. El acto tiene que
tener alguna de estas dos cualidades:

- Revelar necesariamente la voluntad de aceptar


- Mostrarse su ejecución como una facultad exclusiva del heredero
Hay aceptación tácita en las siguientes hipótesis:

- Interponer reclamaciones o demandas respecto a los bienes relictos


- Cobrar créditos hereditarios
- Impugnar el testamento
- Proseguir con la dirección de un negocio que en vida había pertenecido al
causante
- Incluir en el testamento del llamado bienes que formaban parte de la herencia
deferida a su favor
- La suscripción por los llamados del cuaderno particional con arreglo al caudal
hereditario
- Ejercitar la acción de elevación a escritura pública (protocolización) del
testamento del causante
- Disponer de las cantidades depositadas en las cuentas bancarias del causante
- Continuar los herederos pagando las cuotas relativas a un contrato de préstamo
concertado en vida por aquel con una entidad bancaria
- Realizar pagos con cargo al caudal hereditario
- Intervenir en el procedimiento particional pidiendo que se realice la división
- Interponer demandas de desahucio contra una persona que ocupaba una
vivienda que formaba parte de la masa relicta

El art. 999 IV CC establece que los actos de mera conservación o administración


provisional no implican la aceptación de la herencia, si con ellos no se ha tomado el
título o la cualidad de heredero.
Actos de mera conservación son todos aquellos que resultan necesarios para
salvaguardar la integridad del patrimonio hereditario impidiendo el desmejoramiento y
perecimiento de los bienes. Se caracterizan por su exclusiva tendencia a mantener los
derechos adquiridos en su plena eficacia y virtualidad.

El concepto de administración provisional hace referencia al carácter transitorio que


reviste la misma en situaciones interinas aun no definitivas. Se incluirán los acros de
custodia, manejo y cuidado de los bienes hereditarios que los llamados lleven a cabo en
el tránsito y a la espera de convertirse esa gestión, en definitiva.

El art 1000 CC enumera una serie de supuestos en los que se considera que se ha
producido tácitamente la adquisición de la herencia debido a la cesión del derecho a
aceptarla o repudiarla por parte de la persona llamada a la misma como heredero
«Entiéndese aceptada la herencia: 1.º Cuando el heredero vende, dona o cede su
derecho a un extraño, a todos sus coherederos o a alguno de ellos. 2.º Cuando el
heredero la renuncia, aunque sea gratuitamente, a beneficio de uno o más de sus
coherederos. 3.º Cuando la renuncia por precio a favor de todos sus coherederos
indistintamente; pero, si esta renuncia fuere gratuita y los coherederos a cuyo favor se
haga son aquellos a quienes debe acrecer la porción renunciada, no se entenderá
aceptada la herencia»

B) Aceptación a beneficio de inventario.


El heredero aceptante solicita que se efectúe un inventario con todos y casa uno de los
bienes, derechos y obligaciones que integran la herencia.
La responsabilidad que el heredero tendrá por razón de las deudas pendientes del
causante quedará limitada al conjunto de bienes y derechos inventariados, por lo que, si
estos no fuesen suficientes para satisfacer aquellas, en ningún caso podrá agredir el
patrimonio personal y el propio del aceptante. El heredero tiene la posibilidad de limitar
su responsabilidad por las deudas hereditarias hasta el punto donde alcancen los bienes
y derechos relictos inventariados.
Todo heredero puede aceptar la herencia a beneficio de inventario, aunque el testador se
lo haya prohibido. También podrá pedir la formación de inventario antes de aceptar o
repudiar la herencia, para deliberar sobre este punto.
La declaración de hacer uso del beneficio de inventario deberá hacerse ante Notario.
Si el heredero a que se refiere el artículo anterior se hallare en país extranjero, podrá
hacer dicha declaración ante el Agente diplomático o consular de España que esté
habilitado para ejercer las funciones de Notario en el lugar del otorgamiento.
La declaración a que se refieren los artículos anteriores no producirá efecto alguno si no
va precedida o seguida de un inventario fiel y exacto de todos los bienes de la herencia,
hecho con las formalidades y dentro de los plazos que se expresarán en los artículos
siguientes.
En cuanto a los plazos para solicitar el beneficio de inventario son siempre 30 días ante
el Notario desde que se conoce el llamamiento.
El art. 1014 CC establece un plazo de 30 días desde que el llamado conoce que es
heredero y desde la aceptación. El llamado tiene los bienes relictos en su poder.
Si el heredero no tiene en su poder la herencia o parte de ella, el plazo de 30 días
naturales comenzará a contar desde el día siguiente en que expire el plazo que se le
hubiese fijado notarialmente para aceptar o repudiar la herencia conforme al art. 1005
CC (art. 1015 CC). El dies a quo fijado para iniciar el cómputo de los plazos es aquel en
que hubiera recaído la aceptación de la herencia
En cuanto al art. 1016 CC el heredero podrá aceptar a beneficio de inventario mientras
no prescriba la acción de reclamar la herencia (que son 30 años) y tienen que cumplirse
los siguientes requisitos:

- Que el llamado no haya aceptado la herencia (ni expresa ni tácitamente)


- Que no haya interpellatio
- Que no haya interpuesto ninguna demanda contra el llamado

En virtud del art. 1023 CC se establecen los siguientes efectos:

1.º El heredero no queda obligado a pagar las deudas y demás cargas de la herencia sino
hasta donde alcancen los bienes de la misma.

2.º Conserva contra el caudal hereditario todos los derechos y acciones que tuviera
contra el difunto.

3.º No se confunden para ningún efecto, en daño del heredero, sus bienes particulares
con los que pertenezcan a la herencia.

El art. 1026 establece que hasta que resulten pagados todos los acreedores conocidos y
los legatarios, se entenderá que se halla la herencia en administración. El administrador,
ya lo sea el mismo heredero, ya cualquiera otra persona, tendrá, en ese concepto, la
representación de la herencia para ejercitar las acciones que a ésta competan y contestar
a las demandas que se interpongan contra la misma.
Hasta que resulten pagados todos los acreedores conocidos y los legatarios, se entenderá
que la herencia se encuentra en administración. Este precepto solo rige para el beneficio
de inventario y su aplicación se ciñe al tiempo comprendido entre la solicitud del mismo
y la conclusión de las operaciones relativas a la liquidación de la masa hereditaria.
El patrimonio hereditario se mantiene separado del propio heredero quedando unido al
cumplimiento de un fin concreto que es el pago de las deudas pendientes del causante y
los legados. Hasta que esa liquidación no se complete, en necesario tomar las medidas
pertinentes para garantizar la conservación y custodia de los bienes relictos. Mientras
dure el estado liquidatorio proceder a la puesta en administración de la herencia
aceptada a beneficio de inventario.
Es una situación transitoria porque solo subsiste provisionalmente hasta que no se
complete el pago de las deudas hereditarias y legados. Su fin es lograr el efectivo pago
de las deudas hereditarias y legados.
Por lo que respecta la determinación de los sujetos, dicen que podrán ser
administradores tanto los herederos como cualquier otra persona. En defecto de
designación testamentaria, y si el heredero fuese único, a él le corresponderá el cargo de
administrador. Si los herederos fueran varios, para elegir administrador se requiere un
acuerdo de la mayoría de los partícipes. Cuando la herencia hubiera sido declarada en
concurso corresponderá a la administración concursal el ejercicio de las facultades
patrimoniales de administración y disposición sobre el caudal relicto, sin que pueda
cambiarse la situación.
El administrador tendrá la representación de la herencia, lo que quiere decir que se halla
activamente legitimado para el ejercicio procesal de cuantas acciones competan a
aquella, y pasivamente para defenderlas en el proceso contestando a las demandas que
se interpongan contra ella. Quien se encargue de la administración estará legitimado
para desempeñar todas las facultades que sean imprescindibles para llevar bien la
liquidación de la herencia beneficiada. El art. 1030 habilita al administrador para
proceder a la venta de los bienes hereditarios cuando sea necesario para pagar los
créditos y legados.
En la fase de liquidación deberá comprender también el abono de los gastos generados y
la defensa de los derechos hereditarios, ya que tales gastos serán de cargo de la misma
herencia, salvo que hubieran sido impuestas al heredero como condena personal por su
dolo o mala fe.
Con la aceptación pura y simple, en materia de liquidación de la herencia beneficiada,
se establece un orden para pagar a los acreedores hereditarios, legatarios y acreedores
personales de los herederos:

- Los acreedores del causante anteceden a los legatarios y a los acreedores


personales de los herederos. Durante la formación de inventario, los legatarios
no podrán demandar el pago de sus legados ya que hasta ese instante no se sabe
si los bienes de la herencia resultan suficientes para cubrir el importe. Los
legatarios no solo deberán aguardar a la conclusión del inventario para conocer
su el caudal relicto es bastante para pagar las deudas del causante, sino que
además deberán esperar a que ese pago haya sido realizado, pues el art. 1027
CC que el administrador no podrá pagar los legados sino después de haber
pagado a todos los acreedores. La prioridad de los acreedores hereditarios sobre
los acreedores personales de los herederos se desprende del art. 1034 CC, en
donde se dispone que estos últimos no podrán mezclarse en las operaciones de
la herencia aceptada a beneficio de inventario hasta que no sean pagados los
acreedores de la misma y los legatarios.
- La procedencia de los legatarios sobre los acreedores personales de los
herederos se establece en el art. 1034 CC, ya que estos últimos deberán
abstenerse de la herencia beneficiada hasta que sean pagados los acreedores del
causante y hasta que hayan sido satisfechos los legados.
Una vez hayan sido pagados los legatarios y apareciesen posteriormente otros
acreedores hereditarios que no hubiesen cobrado sus créditos en la fase de
liquidación de la herencia beneficiada, los acreedores no satisfechos podrán
dirigirse contra los legatarios cuando queden bienes suficientes en la herencia
para afrontar dicho pago.
La herencia beneficiada deberá liquidarse de acuerdo con el siguiente
orden: se pagarán los acreedores del causante, posteriormente a los
legatarios y, por último, a los acreedores personales de los herederos su
bien estos no podrán cobrar hasta finalizada la liquidación y cuando el
heredero haya quedado en pleno goce del remanente de la herencia.

3.- La repudiación.
Efectos.
La repudiación de la herencia puede definirse como aquella declaración de voluntad
expresa y solemne, en virtud de la cual el llamado rechaza la delación deferida a su
favor, manifestando formalmente su intención de no querer convertirse en heredero, ni
adquirir la herencia.
El art. 1008 CC admite que la repudiación de la herencia pueda efectuarse mediante
instrumento público ente Notario y la repudiación debe ser expresa.
Produce los siguientes efectos:

- Supone la ineficacia de la delación destinada a favor de quien repudia. Los


efectos de la repudiación se retrotraen siempre al tiempo de la muerte del
causante
- Nacerá una nueva delación en favor de otras personas distintas: sustitutos
vulgares. Esta regla, encuentra su excepción cuando proceda el acrecimiento en
favor de los llamados conjuntamente. Si uno de los instituidos repudia la
herencia, la porción vacante incrementará la participación de los restantes
coherederos por expansión de su única y originaria delación, pero no por la
concesión de un nuevo ius delationis sobre la parte repudiada.
- Por el hecho de la repudiación el llamado no pierde el derecho a representar al
causante en otra herencia.
- Si el repudiante hubiese sido llamado intestadamente a la herencia que repudia,
y después tiene noticia de un llamamiento testamentario inicialmente
desconocido, conservará todavía el derecho a aceptarla en virtud de la segunda
delación. Se trata de una sucesión mixta.

La repudiación en perjuicio de acreedores.


Cuando el llamado repudie la herencia en perjuicio de sus propios acreedores, el art.
1001 CC otorga a estos la facultad de solicitar al juez que les permita aceptarla en
nombre de aquel, aprovechándola en cuanto baste para cubrir el importe de sus créditos.
Concede a los acreedores personales del llamado una especia de acción que sirve para
reaccionar frente al acto de repudiación que merma la solvencia de su deudor,
impidiendo hacer efectivo sus derechos de crédito y causándoles un perjuicio que no
habría existido su este hubiera aceptado la herencia que se le ofrecía.
Para poder ejercer las acciones indispensables que los bienes de deudor resulten
insuficientes para afrontar el pago de los créditos de sus acreedores personales, cuando
esa continuidad en la situación de insolvencia se podría haber remediado aceptando la
herencia a la que fue llamado.
La legitimación activa corresponde a los acreedores personales del repudiante. Los
acreedores del repudiante solo podrán actuar sobre su herencia una vez que haya sido
emitida la preceptiva autorización judicial.
El art. 93.2. c) LJV afirma que los acreedores del heredero que hubieran repudiado la
herencia a la que hubiesen sido llamados en perjuicio de aquellos, necesitarán
autorización judicial para aceptar la herencia en su nombre.
Están legitimados pasivamente el llamado.
El plazo de ejercicio de la acción es de 4 años y comenzará a contar desde el momento
en que el deudor hubiese repudiado válida y eficazmente la herencia deferida.

EL DERECHO A DELIBERAR
Facultad que se le otorga al heredero, por un tiempo determinado, para conocer el
estado de los bienes del causante, examinar la herencia y deliberar acerca de la
aceptación o repudiación. Para ello podrá solicitar la formación de un inventario y, si en
el plazo de treinta días desde la finalización del mismo no ha manifestado su voluntad al
Juzgado, se entenderá que acepta pura y simplemente

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