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registral en nuestro sistema bio de nada todo un colectivo de funcionarios, que po-
dría desempeñar a plena satisfacción análoga función
pública en otro lugar o de otra forma.
No se trata ahora de discutir sobre la bondad de di-
chos argumentos. El tema es otro; aún suponiendo
que todo eso fuera cierto, el notario no deja de ser un
funcionario técnico especialmente cualificado que in-
por Ricardo Cabanas Trejo INICIATIVAS PARA LA REFORMA. Pues bien, en terviene en la fase gestacional, por tanto ¿no podría
el decurso generalizador nos topamos con dos re- significar su intervención una homologación del ne-
cientes iniciativas de reforma, importantes no sólo gocio?. En otras palabras, como el problema de pro-
por el valioso material informativo que suministran, porcionalidad está en la denegación, en la no autori-
sino, también, por suponer un indicio claro de que se zación, si el notario autoriza, sin advertencias, en
empieza a dejar el plano técnico para pasar al políti- cuanto juicio técnico ¿no podría esto significar que
co. De un lado la reforma del Reglamento Notarial, por voluntad de las partes el notario ha controlado la
que ha tropezado con la oposición frontal del Colegio legalidad, ha homologado el negocio?. De ser así, la
de Registradores en un informe muy revelador sobre calificación registral, ¿no significa duplicidad?
la opinión que este colectivo, o sus instancias recto-
ras, tienen de la función notarial, y de otro la pro- Ninguna razón ontológica -ni mística- hay para que
puesta de medidas de acción administrativa en ma- un control valga más que el otro, al menos cuando am-
teria de seguridad jurídica preventiva -norma de bos versen sobre los mismos elementos (p. ej., el títu-
rango legal–, que incorpora alguna novedad tan so- lo). Estamos antes dos juicios técnicos, uno de los cua-
bresaliente como la libre elección de registrador. les simplemente se produce antes en el tiempo. El
problema es de delimitación, que hoy en día no existe,
Así las cosas ¿de qué partimos?, ¿cuál es el para- pero que podría existir; es un problema de política le-
digma positivo de la calificación?. Su formulación es- gislativa, no de Derecho Natural. En tal sentido el art.
tá en el art. 18 de la Ley Hipotecaria, y en verdad, a la 18 no es un obstáculo insalvable, y no lo es, porque la
vista de su generalidad, casi es más fácil que pregun- calificación registral seguiría siendo tal aunque se li-
tar por lo que queda fuera de la calificación, que pre- mitara a constatar que existe esa homologación previa
guntar por lo que queda dentro. Una reciente Resolu- notarial, pues el control situado al final puede serlo
ción de la DGRN de 25 de octubre de 2000, en relación por sí mismo, pero también de mera constatación de
a una queja por un acta notarial de notoriedad de de- haberse practicado otro anterior, limitándose la res-
claración de herederos abintestato, deja bastante cla- ponsabilidad personal del registrador a esto segundo.
ro que fuera de aquélla quedan muy pocas cosas, ca-
si nada, y lo que es más importante, que el previo
juicio técnico del notario no escapa a la misma. Esto D ELIMITACIONES AL DOBLE CONTROL Una pri- .
supuesto, difícilmente cabe hablar de exceso si el pa- mera delimitación se pretende con la propuesta de me-
radigma se concibe con tanta amplitud. dida administrativa en relación a los poderes, pero con
rango de ley -así se desactiva cualquier objeción que se
Lo anterior nos lleva a la tan discutida duplicidad quiera hacer derivar del art. 18-, la cual puede ser un
de controles notarial y registral, pero, realmente, inmejorable banco de pruebas para empezar a acotar
A
L HABLAR DE LA calificación regis- Pero dicho esto también se ha de negar que aquí ¿hay tal duplicidad?. Si hemos de hacer caso del Cole- los ámbitos de dichos controles, insisto, en cuanto jui-
tral se debe evitar el anecdotismo. exista un enfrentamiento corporativo. Notarios y re- gio de Registradores la respuesta es negativa, ya que cios técnicos sobre la legalidad y corrección del acto.
No han de interesarnos las som- gistradores no somos dos cuerpos enfrentados, y así los notarios no controlamos la legalidad y limitamos Esto, además de simplificación procedimental –no só-
bras que en lo cotidiano proyecta ha de ser, por la sencilla razón de que la función no nuestro papel a "asesorar" y "advertir". Con profusión lo el tiempo es costoso, también la discrepancia–, me-
el concepto general, sino este últi- nos pertenece. Sólo somos funcionarios públicos, en de argumentos considera que la intervención contro- jora la tutela del consumidor, pues ésta no pasa por dis-
mo, o lo que es lo mismo, debemos un régimen todo lo especial que se quiera, pero fun- ladora del notario en la fase negocial hasta podría ser persar la responsabilidad, sino por concentrarla. A
ocuparnos antes del paradigma de cionarios. Lo que hay son dos concepciones distintas inconstitucional por falta de proporcionalidad, amén partir de aquí, y en tanto se llegara a una delimitación
la calificación, que de sus preten- de un mismo fenómeno, cual es la seguridad jurídica
didos excesos. La indignación por una calificación preventiva, y cada cuerpo sustenta aquélla que le es
que objetivamente resulte entorpecedora en un caso más próxima, pero técnicamente ambas concepciones Notarios y registradores no somos dos cuerpos enfrentados, lo que
concreto, no necesariamente implica su invalidez co- son igual de respetables. Su respectivo poder de con-
mo tal calificación, en cuyo caso se habrá de pechar vicción habrá de valorarse por la correspondiente hay son dos concepciones distintas de un mismo fenómeno, cual es
con ella, y con el riesgo de error. Lo que se ha de po- instancia política decisoria. Cuando ésta resuelva, el la seguridad jurídica preventiva
ner en cuestión entonces es el paradigma. resultado final nunca podrá ser la eliminación de uno
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puede pedir a nosotros. Como dije al principio somos
Estamos ante dos juicios técnicos, uno de funcionarios, y un Gobierno consciente y realmente
los cuales, el notarial, se produce antes en economizador ha de saber dónde y cómo emplazarnos
a fin de que nuestro trabajo "sirva" para algo. A sus
el tiempo. Es un problema de política órdenes estamos y sólo esperamos recibirlas.
legislativa, no de Derecho Natural
Creo que a estas alturas se impone ya una cierta ra-
dicalidad, y pedir humilde, pero enérgicamente, que se
genérica, sería necesario reivindicar con energía la ex- clarifique nuestra función, lo que somos, pues real-
clusividad de nuestro juicio en materias de estricta mente no podemos continuar con una raquítica cober-
competencia notarial; p. ej., las actas de notoriedad de tura legal decimonónica, inermes ante los embates del
herederos abintestato, o las actas notariales de junta art. 18. Como nos recordaba nuestro ponente general en
respecto del requerimiento. Sentado en una ley el pre- su carta de invitación a este Congreso, ha llegado la ho-
cedente de los poderes, quizá hasta sería bastante en ra de poner fin a la "eterna interrogación" sobre el sig-
esos temas con un cambio en el sesgo interpretativo de nificado de nuestra función, y si es necesario, hasta que
la Dirección General, sin necesidad de involucrar de intentemos precipitar los acontecimientos. La alterna-
momento una reforma normativa. tiva a esto, simplemente es el desinterés y la desazón. ■
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