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Cuando Nos ponemos de acuerdo

acuerdo es poder buscar el mismo objtivo habiendo llegado a un convenio sobre cómo hacerlo.
Dt.: 32:30 ¿Cómo podría una persona perseguir a mil de ellos y dos personas hacer huir a diez mil, a menos
que la Roca de ellos los hubiera vendido, a menos que el SEÑOR se los hubiera entregado?
De este versículo podemos obtener 2 principios:
1. El nivel de influencia, capacidad y poder aumentar en el acuerdo
2. Siempre será un convenio entre tres partes: vos, yo y Dios.
Para cualquier tipo de acuerdo, se necesitan dos personas, pero para que sea de bendición a nuestra vida,
debemos estar de acuerdo con la persona correcta, y esta es para nosotros nuestra pareja.
Dios nos diseñó para volvernos 1 con nuestro cónyuge después del matrimonio, si no es con esa persona
que logramos nuestro acuerdo entonces traemos división sobre nosotros mismos ¡y esto es imposible!
Stgo 3:11 ¿Acaso una fuente por la misma abertura echa agua dulce y amarga?
El acuerdo no significa que debemos ser iguales: Probablemente seamos parecidos en algunas cosas, por
ejemplo, tendremos los mismos valores centrales: amar a Dios siendo el principal. Pero con la otra parte en
la que somos diferentes, es en donde debemos trabajar y esto lo logramos a través del compromiso,
cuando voluntariamente accedemos a ceder en algo junto con el otro quien también hace la misma
concesión.
No es tarea fácil, por eso el matrimonio no es para los niños sino para los maduros de carácter. ¿Qué pasa
cuando no lo logramos solos? el poder del acuerdo Mt 18:19 Además les digo que, si dos de ustedes en la
tierra se ponen de acuerdo sobre cualquier cosa que pidan, les será concedida por mi Padre que está en el
cielo.
La oración es la mejor arma que tenemos en nuestra vida, por lo tanto, también lo es para nuestro
matrimonio.
Es el convenio perfecto con Dios, quién será imparcialmente amable y amoroso con nosotros y que en su
infinito poder logra aquello que nosotros no estamos alcanzando en nuestra capacidad. Para poder ponerla
en práctica es fundamental:
1. Tener el mismo Dios: es decir que lo primordial en nuestra vida, debe ser Dios mismo, al único a quién
adoraremos. Por más amor que nos tengamos entre nosotros, Dios debe permanecer inigualablemente
primero porque de otra manera nada más funciona.
2. Tener los mismos objetivos, sueños o metas: las metas que son personales se vuelven de los dos y uno es
el catalizador del otro para cumplirlas. Pero también debemos tener un plan en común como familia y
trazar ese camino junto a Dios.
3. Tener igualdad de compromiso: debemos estar dispuestos a levantar al otro cuando este cae, es decir a
suplir las necesidades del otro para ayudarnos porque si falla uno como individuo, fallamos los dos como
matrimonio.
4. Buscar la libertad en la casa: Cuando hay desacuerdos, la casa se divide y pierde la libertad para estar
atada al conflicto. El poder del acuerdo se establece mediante la comunicación Debemos aprender a hablar
con nuestra pareja de nuestras necesidades, si no las doy a conocer o sino paso tiempo aprendiendo las de
mi pareja, entonces hay buena chance de que aparezca el conflicto.
Muchas veces tendremos que estar dispuestos a sacrificarnos por el bienestar del otro. Hacerlo implica
dejar de ser egoístas y esto es así porque el amor perfecto no busca lo suyo. Algunas veces habrá que
insistir, otras que resignarse, pero siempre tendremos que llegar a ese acuerdo, para honrar todos los días
el pacto que hicimos ante Dios.
En el proceso de formar una familia debemos estar preparados para enfrentar desafios o problemas, esto
es normal y esperable. Lo más importante que debemos lograr es establecer cuál es la misión que tenemos
como matrimonio, cual es nuestra hoja de ruta. Porque cuando aparezca el tiempo dificil seremos capaces
de soportarlo en pos de esa misión. Probablemente suene como mucho trabajo, y es porque es así. Es un
ejercicio de todos los días que requiere de nuestra voluntad, pero la recompensa va más allá de lo que
podemos imaginar. Dios nos aseguró que en nosotros cargamos cuatro generaciones potenciales, entonces
este esfuerzo vale la pena, por ustedes, sus hijos, los hijos de sus hijos y los hijos de ellos. Hay mucho en
juego, por eso hay mucha recompensa.

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