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Introducción:
Cuatro son las preguntas formuladas por el filósofo de Königsberg: ¿Qué puedo conocer?
¿Qué debo hacer? ¿Qué me cabe esperar? y ¿Qué es el hombre? La primera de ellas, en un
contexto ilustrado, estaba obligaba a seguir el camino seguro de la ciencia moderna: puedo
conocer lo que científicamente es cognoscible y lo que científicamente es cognoscible son
los fenómenos de la naturaleza. Esto, no obstante la evidencia de las extralimitaciones en
las pretensiones del conocimiento humano, las cuales llenan a los hombres de prejuicios,
supersticiones y dogmatismos, descritos por Kant como predominantes en la vida social del
siglo XVIII, según relata en su texto Los sueños de un visionario. La pretensión kantiana de
poner a la filosofía en el camino seguro de la ciencia y desembarazarla de la metafísica es
el motivo para renunciar a dos preguntas metafísicas tradicionales ¿Por qué son las cosas? y
¿Qué son las cosas? Kant se concentrará únicamente, durante la prolongada redacción (una
década) de la Critica de la razón pura, en la pregunta: ¿Cómo conocemos? El problema
para Kant no era ya la distinción entre lo objetivo y lo subjetivo para llegar a afirmaciones
verdaderas. Lo que estaba en juego en el pensamiento ilustrado con pretensiones de
universalidad era: ¿Cómo de las percepciones sensoriales de los distintos sujetos puede
resultar una imagen objetiva del mundo común a todos? La respuesta se elaborará desde un
enfoque idealista trascendental desde donde se analizará el funcionamiento de nuestro
aparato cognoscitivo a través del cual logramos una imagen de la representación de
nuestras relaciones con la naturaleza, no una imagen de la naturaleza misma. De este modo,
la preocupación Kantiana por la definición de lo humano, sus posibilidades de dominio
sobre la naturaleza y su porvenir encuentran sus fundamentos epistemológicos en la Critica
de la razón pura.
Temario:
I La época ilustrada
II ¿Qué es la Ilustración?
Evaluación: