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La Reforma protestante, que había tenido lugar durante los siglos XVI y
XVII con Martin Lutero y Juan Calvino, había rechazado la autoridad papal y
propuesto la libre interpretación de las Escrituras. En Alemania se extendió
dentro del protestantismo una oleada de “piedad” –pietismo- consistente en
una consideración más individualista y moralista de la religión, que afirmaba la
importancia de la conciencia individual frente al dogmatismo. Kant fue
educado en ese ambiente pietista, para el que lo importante era mantener
una relación activa con Dios, en la cual la Iglesia no contaba como una entidad
aparte del conjunto de la humanidad. Las nuevas creencias protestantes
habían facilitado la introducción del liberalismo como pensamiento político y
económico.
El movimiento cultural del Renacimiento, que valoraba la dignidad
humana y tomaba como modelo la cultura clásica para un proyecto de
formación del ser humano, el humanismo, fue desarrollándose hasta dar lugar
a las ideas que en el XVIII caracterizaron el movimiento de la Ilustración, ideas
de libertad y confianza en el poder de la razón. La Ilustración fue un
movimiento cultural, filosófico y científico que cabe situar entre 1685 y 1785.
Surgió primero en Inglaterra -Enlightenment-. Instaurada la República de
Cromwell, se inició el proceso que culminó con la Declaración de derechos
(1689), que reconocía el nuevo orden del liberalismo: la ley por encima de la
voluntad real, la división de poderes, la libertad individual y la propiedad privada
(ideas que se deben al empirista Locke -Segundo tratado sobre el gobierno
civil). Se fundó la Royal Society, la primera de las grandes academias
científicas. La Royal Society serviría de inspiración a los ilustrados franceses
en el proyecto de la Enciclopedia o Diccionario razonado de las ciencias,
las artes y los oficios, que fue impulsada por Diderot y D’Alembert. El XVIII es
en Francia el Siglo de las Luces – Lumières --, la Revolución Francesa (1789)
y la Declaración de los derechos del hombre y del ciudadano de 1791. En
Alemania, dividida en pequeños Estados y con una sociedad todavía en gran
parte feudal, la Ilustración -Aufklärung- llegó más tarde. Pensadores ilustrados
fueron Lessing, Herder, Goethe y Schiller, que luchan contra la cultura
cortesana dominante hasta entonces y contribuyen a la formación del
movimiento Sturm und Drang (1770-1790), motor del romanticismo-, pero el
más representativo fue Kant, que compartió los ideales ilustrados del
reconocimiento de la libertad como base de la autonomía moral, de la igualdad
de todos por estar sometidos a la misma ley moral, y la idea de que la religión
debe encontrarse dentro de los límites de la mera razón (debe ser una religión
natural y no una religión revelada), así como la creencia de que es posible un
progreso de la humanidad a través de la historia, dentro de una concepción
política basada en el constitucionalismo republicano.