Annexes des Cahiers de

linguistique hispanique
médiévale

Para un vocabulario de la rima española

† Daniel Devoto

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Devoto Daniel. Para un vocabulario de la rima española . In: Annexes des Cahiers de linguistique hispanique médiévale,
volume 10, 1995. Para un vocabulario de la rima española. pp. 5-186;

doi : https://doi.org/10.3406/cehm.1995.2096

https://www.persee.fr/doc/cehm_0180-9997_1995_sup_10_1_2096

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 DANIEL DEVOTO

PARA UN VOCABULARIO

DE LA RIMA ESPAÑOLA

PARIS • 1995
 A
María Josefa Canellada
que nos acogió,
estas palabras familiares.
 ADVERTENCIA

El estudio de la versificación española, y en particular el de la

rima, están lejos de ser unas tierras incógnitas, pero — como las
viejas cartas geográficas — encierran aún territorios que pueden
todavía ostentar la leyenda preventiva: Hic sunt leones. Dos hay, entre
estas carniceras criaturas, cuya temerosa ferocidad corre pareja
(como que operan continuadamente sobre unas mismas víctimas);
se dicen « sinonimia » y « polisemia », y se ensañan desde la propia
voz « rima », tornándola impropia: se llega a dar el nombre de rimas
a las seis voces rectoras de la sestina, que ni son rima ni pueden serlo
(« ni aun tonantes »), y entre sus formas (y valga este solo ejemplo)
la « rima encadenada » goza, en una sola de las ocho acepciones que
se me alcanzan, de una docena de sinónimos, cada uno de los cuales
posee a su vez varias significaciones diferentes.
Durante la preparación de algunas encuestas sobre la rima 1 se
han ido haciendo rima las papeletas que siguen y que quizás no sean
enteramente desaprovechables para quien esté deseoso de arrimarse.
A más de algunos aportes fortuitos, aprovechan, en primer término
y más que abundantemente, de los imprescindibles trabajos de

1) Han aparecido: « Borges, Milton, la rima » (Iberoromanica, n.s., 3 (1975), 81-88),

acerca del aprecio y desprecio de este artificio; « Viuda, asonante en -ia » (Revista
de la Universidad Complutense, 26 (1977), 55-85), sobre el carácter polivalente
de las voces rimantes; « Prosa con faldas, prosa encadenada » (Edad de Oro,
3 (1984), 33-65), del uso intencionado de la rima en el Guzman de Alfarache; « La
rima: vaguedad de vaguedades, y todo variedad. Reflexiones no ortodoxas sobre
las consonancias imperfectas de San Juan de la Cruz y las rimas pobres de
Fray Luis de León » (Edad de Oro, 1 1 (1992), 43-57). En prensa: « De remétrica»
(Bulletin Hispanique). Puede agregarse « De la redondilla y su familia » (Boletín
de la Real Academia Española, 63 (1983), 475-482), donde la rima permite
identificar las variantes de esta forma estrófica.
10 DANIEL DEVOTO

Dorothy Clotelle Clarke, Emiliano Diez Echarri y José Domínguez

Caparros, y muy particularmente de sus útilísimos glosarios.
Valgan para éste algunas precisiones. La primera es que sólo
se recoge el vocabulario de la rima en su función puramente rimante,
es decir, con prescindencia del léxico específicamente métrico y
formal, incluso cuando éste se sirve de esa misma voz: « terza rima »,
« octava [rima] », etc., y aunque la rima sea un elemento capital en
el estudio de las formas poéticas: nos atenemos aquí a la pura
colocación, caracterización y combinación de las rimas, sin tener en
cuenta ni los géneros ni las combinaciones estróficas en las que se
integran, salvo alguna insalvable excepción, como es el caso de los
tercetos del soneto; se consideran (sin darles siempre una entrada
propia) aquellas formas en las que una categoría o una disposición
diversa de las rimas llega a modificar su denominación. Imposible
omitir, en cambio, voces como pareado o tirada, creadas en función
de la rima; y la consideración del verso libre (libre de la rima) ha
impuesto la de sus variedades métricas (mayor, medio, e incluso semi-
libre y métrico). Se excluyen las voces de naturaleza estrictamente
gramatical, y vale esta advertencia para todo lo relativo a la
condición y disposición de las vocales, su acentuación y su constitución
en las sílabas, consideradas aquí exclusivamente en función de la
rima. Se ha descartado igualmente el vocabulario propio de la
retórica, salvo en lo que concierne al empleo de la rima, como la
obligada mención de las artes cancioneriles, y se ha dejado deslizar entre
ellas el arte mayor, puramente métrico, en razón de su casi homo-
nimia con el arte de maestría mayor y siguiendo la precavida
advertencia de H. R. Lang a este respecto; una misma razón de semejanza
fonética y conceptual indujo a acoger consonamiento, como voz afín
a consonar. También nos limitamos en esta nómina a la terminología
puramente castellana, sin dar entrada a voces extranjeras salvo
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cuando han dejado o están dejando de serlo, por servirse de ellas

tratadistas autorizados. La aparente anarquía de las entradas es sólo
aparente: obedece con puntualidad a las formas preferidas por las
autoridades consultadas; las frecuentes remisiones — como en el
caso de arte frente a maestría — procuran paliar las dificuldades de
consulta. Ocioso es apuntar que si en la mayoría de las entradas se
ha sobreentendido el sustantivo rima, éste ha sido restituido toda
vez que la claridad parecía exigirlo. Sobre los términos
justificadamente técnicos se han admitido apreciaciones de carácter
evidentemente subjetivo: valgan estos adjetivos como posible contribución
a un acercamiento menos personal al ethos de la rima. Nuestra
intención ha sido simplemente la de clarifícar tanto diferentes acepciones
(así alternar, en Luzán y en Bello) como profusas denominaciones
(encadenadas, cruzadas, entrelazadas y alternadas, voces sinónimas
en Quilis). Y rescatar, frente a la plétora de rebautizos («segmento
rimado», o «núcleo fónico rimante» y no «rima»; «rima parcial
vocálica», por «asonancia») algún gracioso arcaísmo. Y la declaración más
obligada: la lista siguiente de voces relativas a la rima, si bien
bastante pesadamente reiterante, no pretende ser en manera alguna
exhaustiva: a las propias y muchas ignorancias de su colector se
añade la voluntaria reducción de algunas voces cuyo examen requiere
una consideración particular y que deberán ser tratadas
separadamente: valga (inter alia) lo referente al encabalgamiento por tmesis,
cuyos solos ejemplos sobrepasarían las dimensiones y el alcance de
un simple glosario, ya de por sí tan dilatado cuanto incompleto.
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abierta (serie). 'Sin rima final'. «El
último pareado [del perqué] deja
la serie abierta» (TN, M2, 65).
V. cerrar.
abrazadas. «Dos versos con rima
gemela encuadrados entre dos
versos que riman entre sí: abba,
cddc, etc.» (Quilis, 37; cf. TN, M2,
188, 11; Baehr, 73). En TN, Rep.,
181, 472, indica esta voz la
disposición «CDE : DEC» en los
tercetos del soneto. Baehr se
sirve también de la expresión
italiana correspondiente;
«abrazada o chiusa». El adjetivo sirve
para definir la «redondilla
abrazada» (o «de rimas abrazadas»),
dotada de este tipo de rima.
abundanciales. «Original de
Campillo y Correa [1872] es el
calificativo de abundanciales que aplica
a los consonantes "muy comunes
y fáciles de encontrar", o lo que
Bello llamaba rima pobre*
(DzCap, 345; agrega, en nota 143:
«el mismo apelativo les da Miguel
Gutiérrez Jiménez . . . 1892»).
abundante. Los versos 330-332 de la
primera Égloga de Garcilaso «con
heptasílabos claramente
recortados ... y con rima abundante
evocan el gorjeo mismo» (María
Rosa Lida de Malkiel, 111-112).
acento. De los variables — y un tanto
controvertidos — acentos del
verso, interesa solamente,
tratándose de la rima, el acento final.
Siendo éste el acento por
antonomasia, es inútil recoger sus varias
denominaciones (axial, constante,
estrófico, estrófico principal, fijo,
final — ya mentado — ,
indispensable, nato, necesario, primario,
regulador, etc.).
acento. RoblesD, 47, enumera los
«vicios ó licencias en la
colocación del acento ó tono»: a) atonía;
b) hipermetria; c) sístole; d)
diastole.
acentuada. Tracia (47) denomina
«acentuada» la voz final del verso
agudo (v.).
acomodación. «Acomodación es la
libertad métrica que consiste en
omitir y variar algunas letras en
las últimas sílabas de las palabras
para hacerlas aptas a una rima
determinada», Bartrina, 130.
acomparar. Expresión dialectal
leonesa: «intr. Rimar. De un verso
que no asonanta ni consonanta se
dice que no acompara» (Moran,
158).
aconsonantado. En general, verso,
estrofa o poema provisto de
consonancias; particularmente,
aquéllos que reemplazan por una
consonancia la asonancia requerida
por la naturaleza de la
composición.
aconsonantar. Ser una voz
consonante de otra u otras; emplearla
gracias a esta condición.
Sinónima, en este sentido, de
consonar, cobra también la acepción
un tanto peyorativa de
aconsonantado y de consonantado,
designando el uso de una
consonancia donde debiera haberse
empleado una asonancia.
38 DANIEL DEVOTO
acoplamiento. Lo que
encabalgamiento. TN, M2, 409, señala «el
acoplamiento de los heptasíla-
bos» en los Proverbios morales de
Sem Tob; «... en la época clásica
de ambas literaturas [francesa
y española]
"licencia" el acoplamiento
se reputaba de
como
dos
hemistiquios o dos versos», Saa-
vedra Molina, 24.
acoplar. «Ya al principio del siglo
décimo tercio hay en Berceo,
Poeta Castellano, esta expresión:
En rimas acoplar» (P. Sarmiento,
159, § 381); DzCap da otro
ejemplo del mismo autor, 160, § 381.
La voz falta con este sentido en el
Diccionario, pero fue usual: en el
Cancionero de Baena se mienta
«un desir bien acoplado» (Ceja-
dor, Vocabulario . . . ) y Francisco
Sánchez, 187, señala en Horacio
y «en las obras de otros líricos, asi
griegos como latinos . . .
diversidad de estrofas, á cuya imitación
es muy probable hayan acoplado
las suyas los poetas modernos».
acordar. 'Rimar'. «El Ovillejo se
acuerda a la mitad del siguiente
verso» (Cáscales, Tablas . . . , 98).
acróstico. V. al principio.
actuales, consonantes. V. virtuales.
acumulada. La rima empleada en
versos inmediatos (Balbín Lucas,
según DzCap 2).
ad libitum, «composiciones con
rimas "ad libitum" i sin número
fijo de versos en las estrofas»
Benot, HI, 266, § V. Da como
ejemplos las silvas y el «Madrigal Ojos
claros, serenos», de [sic] «Jorge de
Montemayor (siglo XVI)».
adliteración. Monlau: V. aliteración.
afixión. Colocación de sufijos
(Monlau). v. superesdrújulos.
agotar. «... para entonces ya
escribía mis correspondientes versos
a la luna, y al borrascoso mar, y
agotaba consonantes para llorar
imaginadas amarguras y
fingidos desengaños, y cansancios
prematuros, mal, muy mal, por
supuesto, aunque no me
pareciera así» (Pereda, Pedro Sánchez,
I, 12-13).
agria. «Maestro en los resortes
musicales del idioma, Valle-Inclán
poseyó el dominio del tono noble
y señoril del mismo modo que el
de las rimas agrias y los ritmos
discrepantes» (TN, M2, 457).
aguda. La rima aguda carece, casi,
de documento lexicográfico de
identidad. El Diccionario de la
Real Academia Española registra
el adjetivo agudo remitiendo a
verso, a sílaba y a voz, y habrá
que esperar a DzCap para
encontrar la entrada rima aguda, y aun
como simple remisión a verso
agudo. Solamente Luzán (II, 267)
arriesga la forma femenina (y eso,
definiendo el verso que la
sustenta): «Y la consonancia que sólo
consiste en la sílaba final, amó,
aborreció, es la que se usa en
los versos que llamamos agudos»
(sigue un ejemplo de Lope). ¿ Cabe
señalar, todavía, que nada se dice
de la asonancia, y que la
consonancia aguda no compromete la
totalidad de la sílaba final del
verso ? Añádese que «aguda» cobra
significados diferentes: para
Nebrija, el adónico «Puede tan
bien tener cinco [sílabas] siendo la
penúltima aguda: e entrando có
medio pie perdido» (52). «Aguda
o larga» significa 'acentuada' en
Herrera (Gallardo, IV, col. 1313):
se refiere a la décima sílaba del
endecasílabo; el Diccionario de
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
Autoridades recoge «voces
agudas» sólo en lo que se refiere al
canto. Este tipo de rima define
ciertas formas estróficas (décima,
estrofa, octava y octavilla
agudas; cuarteto, quinteto, sexteto,
septeto y soneto agudos).
aguda (sílaba). 'Acentuada', para
González de Valdés (112). V. «aguda o
larga» en la noticia precedente.
agudo. La voz se presta a confusión,
y Benot — si bien con no muy
buenas razones — protesta
continuadamente contra el uso
prosódico de «agudo» y «grave»,
primero porque «Agudo i grave son
voces de comparación, nó
calificaciones absolutas» (I, 174), y
luego porque esas «relaciones
musicales ... no son . . .
aplicables a nuestras voces castellanas»
(id., 175), manifestando en nota:
«¿ No se ve ya clara la
impropiedad de decir, verbigracia: "¡ qué
hermoso es el romance en agudos
de tal autor !" ¡ En agudos,
aunque acaso sean MUSICALMENTE
graves todas las sílabas finales
en que carga la fuerza de la
emisión ! ! ¿ Cómo no percibir que
altura no es sinónimo de fuerza ?».
Ya en Nebrija el uso del término
difiere del actual: tratando del
acento agudo y el grave, explica:
«como enesta dicion señor, la
primera silaba es grave, xla següda
aguda» (c.iii, v°). Agudo
'acentuado' se perpetúa en González de
Valdés (112); y todavía Monlau
considera aparte el acento agudo
(la articulación, y su signo
ortográfico) y el vocablo agudo (s.v.).
Agudo, aplicado al estilo, se lee
en Hebrera ('delgado, acicalado,
sutil', 87-88) como en Francisco de
Ameyugo (51-52) y llega a Mayáns
(II, 65, 50), y en esta calidad puede
39
coexistir con grave: en Garcilaso,
«las sentencias son agudas,
deleitosas y graves» (Francisco de
Medina, en el Garcilaso de
Herrera: Gallardo, III, col. 321), y
exactamente lo mismo («las
sentencias son graves y agudas») en
Agustín Collado del Hierro sobre
las Rimas de Salcedo Coronel
(también en Gallardo, IV, col.
406); en Madramany, «Los
pensamientos no han de ser comunes,
sino extraordinarios ó nuevos,
agudos, sabios y graves por sí y
por los objetos», y «será el estilo
[del panegírico] grave, agudo y
adornado» (103 y 234). Parecería
que todos los preceptistas se han
dado la voz para considerar el
verso agudo como formado, no
por palabras compuestas de
sílabas, sino por sílabas más o menos
autónomas: «los versos . . . [que]
acaban en silaba larga sin cisura,
los quales llaman agudos» (Soto
de Rojas, 97); «Agudo llaman al
verso, que acaba con azento en la
última» (Correas, 473: y sólo al
tratar de dos dodecasílabos), «El
verso que acaba con sílaba
acentuada se llama agudo» (Hermo-
silla, 351), «Si el acento final recae
en la última sílaba, los versos se
llaman agudos» (N. Alonso Cortés,
85). Esta manera de encarar la
definición llega hasta el
Dictionnaire des littératures: «agudo.
Terme espagnol désignant un vers
terminé par une syllabe
accentuée ... ». Solamente el
Diccionario académico corta esta serie:
verso agudo es «El que termina en
palabra aguda»; y decimos
«solamente» porque la definición de
Tracia (47) es incompleta: «El
verso cuya última palabra es
esdrújula se llama por lo mismo
esdrújulo: el que acaba con pala-
40 DANIEL DEVOTO
bra acentuada agudo; y llano el
que no tiene su última palabra
acentuada ni esdrújula».
agudo o alto, acento. Definiendo el
consonante, Encina (fol. v) lo hace
partir «desde dóde esta el postrer
aceto agudo o alto hasta el fin del
pie»; en el ejemplo que propone,
vida/ despedida, «diremos q
desde la .i. dóde esta el aceto [sic]
largo hasta el cabo es côsonâte»,
y lo mismo en el caso de quiéreme
y hiéreme: «desde la .e. primera
adode esta el aceto alto es cóso-
náte q ha de cósonar có las
mismas letras». También lo llama
«acento largo».
ahogamiento de vocales. V.
compresión.
aire (verso al). «Los que el autor
[Melchor de Santa Cruz de Dueñas]
llama tercetos llevan un verso al
aire y los otros dos consonados:
son ochisílabos» (Gallardo, IV,
486). V. pie al aire, quedar en el
aire.
al medio. «See rima encadenada*
(Clarke, 321). V. encadenada.
al principio. Algunos salmos, y los
trenos de Jeremías «tienen el
artificio de Acrósticos, que en algún
modo podemos llamar rimas al
principio, pues comienzan muchos
versos con una misma letra del
Alfabeto Hebreo, hasta acabarle
todo» (Sarmiento, § 152).
al revés. V. aliteración.
alargar. «... alargando la sílaba
breve, como trafago, por tráfago;
Eólo, por Éolo ... », Cáscales,
102-103.
alejada. Nombre que da Luzán a las
rimas separadas por varios
versos, como la de los tercetos en el
soneto de Argensola Dime, Padre
común . . . , cuyo primer verso
rima con el último. Clarke, Chr.,
356-357, s.v. rima alejada, aporta
la opinión de Nebrija: «No piéso
q ai copla en que el quinto verso
torne al pmero: salvo mediante
otro consonante déla mesma
caída, lo qual por ventura se dexa
de hazer: por que cuando viniesse
el consonante del quinto verso: ia
seria desvanecido de la memoria
del auditor el consonante del
primero verso». Cf. DíezE, 125: «El
efecto que se persigue con la rima
queda, por tanto, anulado. Sin
embargo, Luzán afirma que esta
rima, a la que llama alejada,
contribuye a hacer "más
majestuosa una canción y más delicada
su armonía con la varia
distancia de los consonantes"». Balbín
Lucas (según DzCap 2) achica este
marbete a la «Rima entre versos
de más de ocho sílabas
métricas». No parece ganarse mucho
con esta singular restricción, ni
con su opósito, contigua (misma
fuente), que califica la «Rima
entre versos separada por menos
de ocho sílabas»: ambas nos dejan
sin saber cómo se llaman las
rimas separadas por ocho sílabas
cabales.
aliteración. En su sentido de figura
retórica o de concurso vitando de
sonoridades, la voz no debe
ocuparnos aquí. Pero se la ha
clasificado también como una clase de
rima: siguiendo a Bello, de la
Barra considera que «Hay tres
clases de rima, la consonante, la
asonante y la aliteración» (NE, 67;
cf. DzCap, glosario); «La primera
forma de la rima imperfecta es la
correspondencia de las
consonantes llamada aliteración», estatuye
MzBej (181), seguido por Pérez y
Curis (69), que le cuelga todas las
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
rimas artificiosas de los viejos
rhétoriqueurs («rime senée, frater-
nisée, emperière, annexée,
enchaînée, équivoque, couronnée, etc.»).
Monlau, en su Vocabulario,
prefiere la forma «adliteración», y
Caro (111) la denomina
«aliteración o aliteratura»; Herrera
(165), Capmany (53) y Sicilia II,
227 ss.) la llaman también ano-
minación, y este último condena
el que tanto el Diccionario de
la Academia como Martínez
Amador (127) la hagan sinónimo de
paronomasia; MBej (271) y Fon-
tanier (345) la dicen aliteración
o paracresis, y en Lausberg (III,
312, s.v. alliteratio) se señala su
vinculación con otras figuras. Se
la considera — y la
denominación ya está en Hegel — como una
«rima incompleta» tanto en la
vaga definición de Pedro Miguel
Obligado (31: «en la imposibilidad
de entrar en detalles, señalamos
la aliteración como una manera
de consonancia que consiste en la
identidad o repetición de los
sonidos»), como en la acepción más
común que la localiza en el
principio de las dicciones: «consiste
en la repetición de una misma
consonante inicial en dos o más
dicciones cercanas» (Bello, Uso,
nota * de p. 362), «la aliteración
— rima al revés, rima de los
comienzos de las palabras» (Pedro
Henríquez Ureña, En busca ...,
259), «una "aliteración" en el
sentido germánico (rima de los
comienzos de palabras)» (Curtius,
399); lo mismo en italiano: «L'alli-
terazione è un'assonanza in
principio di parola» (Ronca, 156). Para
una extensión de sentido, v. el
artículo siguiente.
aliterada. «La rima aliterada» es
para MzBej « la rima de
41
tes» (183). Pérez y Curis, aún
reclamándose de este predecesor
— «(creo en la bondad de su
interpretación)» — , aplica el nombre
de rima aliterada a la rima de
voces homógrafas: oro (sustantivo
y verbo), brote (id.), prenda
(sustantivo y formas de los verbos
prender y prendar): vaya en su
descargo que todos sus ejemplos
salen del Madrigal aliterado de
Amado Ñervo.
aliterativa. «De las tres especies de
rima, que han estado en uso en las
lenguas de Europa, la aliterativa,
la consonante y la asonante, la
primera me parece que debe ser
la menos agradable, según la
observación justísima de
Cicerón ...» (Bello, Uso, 362).
aliteratura. V. aliteración.
alterna. «Los primeros romances
conocidos presentan ya la rima
alterna» (Milá, 1 15): esta acepción,
poco usual por aplicarse a una
forma en la que no todos los
versos van rimados, la aclara Milá al
acordar que «la asonancia sólo se
aplica a los versos alternos» (1 17).
En general se entiende por rima
alterna «the rhyme scheme abab
and so on» (Clarke, Chr., 357)
donde dos rimas se cruzan (Baehr
emplea «rima cruzada o alterna»,
73), en las variadas formas
estróficas: rima alterna es la del
cuarteto con que concluyen los
tercetos eslabonados (Lapesa, 89), en la
octava real «los seis primeros
[endecasílabos] riman en forma
alterna» (TN, Arte, 1 19), hay
«octavas de rima alterna, abababab»
(id., M2, 314), quintetos «de rimas
alternas, ABABa» (id., Rep., 70,
206), «dos rimas alternas:
CDC:DCD» en los tercetos del
soneto (ibid., 181, 472). V. las
42 DANIEL DEVOTO
entradas que siguen, cruzadas y
terciado.
alternada. Quilis (37-38) denomina
alternada la sucesión abab, cdcd.
V. además encadenada, 3, y
engerida.
alternadamente. Lapesa (90) emplea
la expresión «rimar
alternadamente».
alternados. Iriarte llama
«consonantes alternados» a los de sus
Fábulas LXVII, III y XXXVIII; y
también da este nombre, pero por
razones métricas, a los versos de
la Fábula LXI, de 10 y 6 sílabas,
«con dos consonantes» que
también van alternados, pero esto
último no lo indica.
«Consonantes alternados» son, para Benot
(III, 279) lo mismo que rimas
cruzadas.
alternantes. Lo mismo que alternas.
Usa esta voz LC, 354, y lo sigue
Duc-Tod, 225; Ter-Ism, 125,
explica que la rima alternante «se
da cuando en un grupo de cuatro
versos el esquema rítmico es
abab»: esquema que, como se ha
señalado, puede prolongarse más
allá de cuatro versos.
alternar. Luzán (II, 273) y Bello (Arte,
159) se sirven de este verbo, pero
en sentidos diferentes: el primero,
como sinónimo de cruzar
(«alternando o cruzando las rimas»), y el
segundo aplicándolo a quienes,
como Iriarte, siguen la práctica
francesa de la alternance de rimas
graves y agudas en parejas
sucesivas.
alternativa. Sinónimo de alterna
(Clarke, 321 y 257): «la sencillez de
la rima alternativa . . . ababab»
(TN, Rep., 84, 246). Y, como
alterna, puede también aplicarse
a la rima similar a la de los
romances: «en las canciones
francesas todos los versos están aso-
nantados en la sílaba final, y no
hay rastro alguno de asonancia
alternativa» (Menéndez Pelayo,
Trat, 1, 1 16); el uso perdura en la
edición del Duque de Rivas en
Clás. cast. Caramuel (II, p. 71-72
de la quinta paginación) saca
un soneto de las palabras sueltas
de un «Romance alternativo»
— como lo son todos, salvo
excepción.
alternativamente. «Hoy la práctica
es asonar alternativamente los
versos; los antiguos poetas
franceses y castellanos los asonaban
todos, aunque fuesen cortos»
(Bello, Arte, 198; Quilis, 37).
alterno. El adjetivo se aplica también
al orden de las rimas: «En los
cuartetos [de los sonetos de San-
tillana], la disposición de las
rimas responde en la mayor parte
de los casos al orden alterno,
ABAB : ABAB» (TN, M2, 134), así
como a los versos que las llevan:
«cuatro endecasílabos alternos en
la rima» (Baehr, 276); los «asonan-
tados alternos» de Alonso Cortés
(113), riman sólo en los versos
pares. Como en el caso de los
alternados de Iriarte, la voz puede
designar a la vez el orden
simultáneo de la rima y del metro: TN
(M2, 294) señala, en los cuartetos
de 11 y 7 sílabas, «las formas
conocidas de versos alternos,
AbAb y aBaB».
altimetría o maestría mayor. «Entre
las invenciones relativas a la rima
se denominaba maestría mayor o
altimetría al mantenimiento de
las mismas rimas de la primera
estrofa en todas las estrofas
siguientes» (TN, M, 188).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
alto, acento. V. agudo o alto.
ambiguo. «Hallaránse en los
consonantes comunes, muchos que son
esdruxulos, y otros ambiguos, que
sin embargo he puesto, no para
que se abuse de la voz, si para que
no sirviendo en verso ofrezca su
noticia en prosa» (Gabriel del
Castillo, Prólogo, f. 2 v°).
amétrica (versificación). V. versli-
bristes.
amorfo. V. libre (verso).
anadiplosis. Es la figura que
«consiste en repetir al comienzo de un
verso o de una frase, una palabra
que estaba al final del verso o de
la frase anterior» (For). V. eco
encadenado.
anafonema. Balbín Lucas (según
DzCap 2) designa así la repetición
mantenida de la vocal átona en
versos consecutivos (la a terminal
de las rimas de Darío en el
ejemplo de DzCap: lira-griega-inspira-
navega-sagrada-seda-rosada-Leda);
véase «rima de tirada» al final del
artículo rima.
andaluza. La rima de z (o de c ante
e o i) con la 5 en idénticas
condiciones se ha practicado
continuamente, como «cosa que se
distingue más con la vista que con la
pronunciación: al modo que si en
nuestra lengua [ha dado antes
ejemplos italianos] hiziessemos
un terceto cô estas tres vozes:
Portugueses, vezes, meses, ô con estas:
alabança, descansa, bonança:
porque alli las zz i las ss mas se
conocen con los ojos que con los oidos»
(Faria y Sousa, I, Discurso, § 23;
y prosigue, en el párrafo
siguiente: «Digo que lo mejor no es usar
esto: mas también digo, que si
esto son defetos, quisiera me
43
escribiessen oy con ellos los que
los enmienda, con tanto que
escriban tan bien como Date»). Uso y
censura se perpetúan hasta hoy:
Príncipe, 477: «Eso no puede
servir de tipo á la pronunciación
castellana, única á la cual debemos
atenernos, no á esas otras ni á
la andaluza, cuando esta
identifica, por ejemplo, ya la s con la z
y la c suave, y la // con la y griega,
rimando corazón con diapason1, ó
poyo y arroyo con pollo»: idéntica
asociación de Ile y con s,cy zse
lee en Alonso Cortés, de donde la
toma, con todo su párrafo y sin
comilla alguna, SanzR; Gallardo,
1, 72: «Se conoce que Alcaudete era
andaluz: . . . rima Rui Díaz con
días . . . caso con lazo», y lo
mismo sobre Claramonte, que
«debió de andar mucho por
Andalucía, pues zezea en los
términos . . . hizo . . . provizo . . .
quizo»; según Salva, los
valencianos, que tampoco «distinguen la
5 de la z, caen menos en este
descuido que los andaluces»: sólo
conoce un ejemplo de Gil Polo, y
da otro de Moreto: «pero de este
último no se ha averiguado la
patria» (Nota Q, p. 456 ó 472); «El
rimar s y z, II y y, como se
atrevieron a hacerlo Carvajal y
Martínez de la Rosa, acomodándose a
su pronunciación andaluza, es
hoy un defecto en que no incurre
ningún buen versificador» (Caro,
en Bello, Arte, n. 1 de p. 187); «No
es lícito rimar s\z,y\ll, como
suelen hacerlo los andaluces, los
chilenos i los argentinos» (De la
Barra, El, 67; lo recuerda DzCap);
1 Adviértase que corazón y diapasón son
perfectamente consonantes; a
Príncipe lo distrajo la desigualdad de la
consonante pretónica, que no rima.
44 DANIEL DEVOTO
«Úsanse también como voces
asonantes [léase: «consonantes»],
algunas de esta índole: fresa,
tristeza; falaces, frases, etc. No sé
hasta qué punto puede aceptarse
esta licencia: por mi parte, sé
decir que jamás usaré de ella,
pues tales palabras son, para mí,
asonantes» (Pérez y Curis, 66);
«Y gozo y hermoso no son,
digamos, muy consonantes, a lo
menos, fuera de Andalucía»
(Rodríguez Marín, p. 297). Y, sobre un
texto de Ricardo Rojas, que rima
pais y raíz: «Se suplica al "grave
lector" [palabras iniciales del
libro analizado] que pronuncie
"raís" para que pueda ser
consonante de "país"; es cuestión de
buena voluntad» (García Medina,
Disparates, p. 99; lo mismo en 101,
prez-pies, y 103, Dios-voz)- SanzR
encasilla esta rima como
consonancia falsa, y ejemplos de rima
aproximada (V.) ofrece Amado
Alonso. Cf. el artículo de Alfred
Coester sobre la influencia de la
pronunciación en Rubén Darío, y
el de J. H. Arjona sobre las rimas
andaluzas en Lope de Vega y su
papel en la atribución de algunas
comedias de dudosa autenticidad.
annominación. V. paronomasia.
anómala. V. Rafael Lapesa, «Sobre el
Auto de los Reyes Magos : sus
rimas anómalas y el posible
origen de su autor».
anominación. V. aliteración.
ante-ante-esdrújula o pre-ante esdrú-
jula (o esdrújula de 3a clase).
V. ante-esdrújula y esdrújulo.
antecedente. Voz que propone una
rima (V. Herrera, en equivalencia
acústica).
ante-esdrújula. «Puede hallarse [el
acento] en la [sílaba] anterior a la
antepenúltima, i la voz se
denomina ante-esdrújula:
comiéndoselo» (Benot, II, 555); para una
mejor comprensión de esta voz y
de la precedente, V. esdrújulo.
anteúltima. Las tres sílabas
postreras que llevan respectivamente el
acento son, para Correas (439),
última, anteúltima y trasante-
última.
anticiparse. «Es tarde . . . voy de
prisa por la vida. Y mi risa / es
alegre, aunque no niego que llevo
prisa» (Manuel Machado).
Gerardo Diego (p. 149 de su estudio
sobre este poeta) lo comenta así:
«La rima final "isa" se anticipa
— claro, como que tiene prisa,
mucha prisa, como que va de
prisa por la vida — en el final del
primer hemistiquio, con su
cesura sobre la que hay que volar
más que posar, ya que el retardo
vino atrás con sus puntos
suspensivos ... ». El procedimiento, que
abunda en Manuel Machado,
viene de atrás; baste un ejemplo
clásico: « — Esas son sofisterías /
del viento en el pensamiento. /
— ¿Y no da celos también el
viento ?» (Calderón, Argenis y
Poliarco en Comedias, I, 450 b).
antigramaticales. V. gramatical.
antisemánticas. V. semánticas.
apagadas. Luis Alonso Schókel (en
DzCap 2) adjetiva así las rimas
denominadas pobres (en el sentido
de gastadas por su frecuente
repetición: gloria-historia-memoria).
Unamuno las defiende, en su
Cancionero, y Celina Sabor de
Cortázar ha justificado la
iteración cielo-suelo en Fray Luis de
León.
apareadas. V. pareja.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
aparejadas. Isabel Paraíso de Leal
(DzCap 2) denomina rima de
palabras aparejadas la reaparición en
un poema de una pareja de
palabras rimantes. Por lo general, se
trata de la sección final de un
juego de estribillos conceptuales,
cuando no es el caso de
estribillos a secas.
apocopadas, voces. «94. Consonancia
aguda de voces apocopadas. Bello
califica de desgraciadísima á esta
consonancia; mas yo creo que en
estilo zumbón y festivo, como el
que tenía Cervante, no son tan
desgraciados los tales versos.
[Ejemplos de Cervantes y de
López de Ûbeda] El lector forme
de esta rima el juicio que le
parezca», RoblesD, 84. V.
quebrados.
apócope. «Pérdida de uno o más
fonemas al fin de una palabra»
(For), modificación contraria a la
paragoge o epítesis, y que opera a
veces sobre la constitución de las
rimas.
apofónica, rima. Nombre que
algunos críticos franceses dan a la
contraasonancia (For).
apóstrofo. Facilita en italiano la
rima, según Herrera. V.
concisión.
apoyo (de). V. básica.
aproximada. «La única rima s-z . . .
de Boscán, catalán recriado en
Toledo y en la corte, tampoco
es aducible como antecedente
del seseo andaluz (ni de
resabio catalán, por cierto; es una
rima aproximada» (Amado
Alonso, «Historia del ceceo y del seseo
españoles»; crítica de las rimas en
158-161, y en ésta: «Rimas
aproximadas hacían todos», citando
45
en n. 48: «Goethe, Schiller, Mô-
rike, Rilke, Eichendorff, Heine,
etc., etc.»).
aproximativa. «En el monorrimo se
introducían a menudo asonantes,
pero sólo como rimas imperfectas
o aproximativas» (Milá, 151, sobre
Joaquín Rubio).
aproximativos, asonantes. «... en
las canciones de gesta como en
los romances viejos se
encuentran . . . asonantes aproximativos
de voces agudas con llanas,
especialmente de las que tienen por
última vocal la e (mar-madre,
albores-campeador, arte-matar) ...»
(Menéndez Pelayo, Tratado de los
romances viejos, cap. XXIX, p. 76
del t. XXII de sus Obras
completas). Milá, que indicó (546) esta
circunstancia, agrega otras
variedades: «Asonantes aproximativos de
agudas con llanas cuya última
vocal no es e» y «Asonantes
aproximativos de palabras llanas».
armonía. Aunque empleada con
sentidos diversos («armonía
silábica» — Bello — , «armonía
consonantica» — Riquer — , «armonía
literal» — Caro — son sinónimos
de aliteración; «armonía vocálica»
o «de vocales» entra para NT
entre los «complementos
rítmicos»), la voz puede equivaler a la
rima: en el romance, todos los
versos pares «riman con idéntico
consonante, quedando libres los
pares, debiendo evitarse que
tengan armonía entre sí, pues ése es
defecto grave» (SanzR, 116).
arritmo. V. libre (verso).
arsis. V. ictus.
arte común. Opuesto al arte de
maestría mayor, designa las
composiciones con rimas independientes
46 DANIEL DEVOTO
para cada estrofa, sin que la
primera imponga las suyas a todas
las siguientes; la expresión
indicaba que un poema estaba escrito
en rims singulars y no en rims
unissonans (cf. Le Gentil, II, 162).
Lang (510) señala «a subspecies»:
«As may be seen from the
dezir . . . which according to its
rubric "va por arte comuna
doblada", this variety uses only
two rhymes».
arte común doblada. DzCap 2
castellaniza la expresión «arte
comuna doblada», explicada por
Lang. (V. arte común).
arte de encadenada.. V. encadenado,
arte de.
arte de macho e fembra. «L'arte
de macho e femea ou fembra
consiste exactement dans
l'alternance, à la rime, de la forme
masculine et de la forme
féminine d'une même terminaison;
le couplet est donc construit
sur deux rimes, qui ne diffèrent
l'une de l'autre que par la voyelle
finale atone, laquelle est tantôt
a, tantôt o» (Le Gentil, II, 143).
Otras autoridades en macho e
femea.
arte de maestría mayor. V. maestría
mayor.
arte de maestría menor. V. maestría
menor.
arte de media maestría. V. media
maestria.
arte mayor. A diferencia del arte de
maestría mayor, «was applied to
poems not because of their rhyme-
system, but because of the metre
in which they were written»
(Lang, 517).
artificial. V. natural.
artificio. Monlau {El, 260) llama a la
consonancia «artificio poético»;
para Gallardo, la voz designa la
disposición del esquema rímico:
en una traducción de Petrarca por
Hernando Díaz, «El artificio de la
rima es de soneto de 14 versos;
pero los versos no son oncisíla-
bos, sino de arte mayor» (II, col.
773); y llama «artificio rímico» al
perqué (II, col. 853). Según Baehr,
«Las rimas . . . internas o
interiores . . . formaron parte de los
artificios o galas del trobar» (73);
y según Milá (87), José María
Maury, en el prólogo de su
Espagne poétique, «explica a los
franceses el asonante, que
algunos creerán poco como artificio
armónico, pero que se emplea en
monorrimo, lo cual a otros les
parecerá demasiado; pero no es
demasiado ni poco».
artificios. V. galas.
asdrúchulos. V. esdrújulo.
asiento (último). Herrera (v.
cadencia, 4) emplea este término para
designar el ictus final del verso,
donde reside (si la hay) la rima
entera o su comienzo.
asonancia. El Diccionario de
Autoridades, tras un preámbulo más
o menos explícitamente vago,
remite a assonante; lo imita Baehr
(63), que define asonancia como
'rima asonante'. Las definiciones
del Diccionario, antes de llegar
a la clara y actual, han sido
criticadas por Hermosilla (348 y n.)
y por MzAmador (193-194). Es
válida la de Vicuña Cifuentes
(179): «consiste en la semejanza de
sonido que hay entre dos o más
palabras que tienen de común la
vocal acentuada y la terminal.
Cuando la palabra es aguda, la
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
vocal acentuada es también la
terminal; cuando es esdrújulo, o
sobresdrújula, sólo se toman en
cuenta, para el asonante, la vocal
acentuada y la terminal». Al igual
de la consonancia, la asonancia
puede también ser vicio de la
prosa y del verso, así como figura
si se la emplea con acierto
{Diccionario académico, 4a y 5a
acepciones). Cuando la rima asonante
reposa sobre las vocales llenas,
con exclusión de diptongos y
triptongos, y sin la equivalencia de e
con la i y de o con la u, recibe la
denominación pleonástica de
asonancia corriente, llena, perfecta o
simple. Este tipo de rima suele
aplicarse a formas estróficas
originariamente consonantadas: la
silva y el soneto, en particular. V.
asonante.
asonancia compuesta. Rima
asonante diptongada (Benot, II, 23-24).
asonantada (poesía). «Habla [J. Ma
Maury] de otras formas de poesía
asonantada, como las seguidillas»
(Milá, 87; usa «versificación
asonantada» en p. 58).
asonantada (silva). La considera
Lapesa, Intr., 104. Más corriente
es la llamada «cuarteta
asonantada».
asonantado. Según el Diccionario de
Autoridades «Se dice del verso
Castellano, que entre los que
guardan riguroso consonante
mezcla otros que tienen en su
final, sino consonancia, assonán-
cia con los mismos consonantes:
defecto poco reparado de los
antiguos, pero que se ha hecho mui
notable en el gusto de la Poesía
moderna. El exemplo podría ser
el de una redondilla que empe-
zasse assí: "La misma naturaleza
/ à guardar la vida enseña." Yá iba
47
errada, porque naturaleza y
enseña, aunque no son
consonantes, son assonántes, y no podrá
terminarse la redondilla sin esta
imperfección» (citado en parte en
DzCap, 296 y glosario). Sin nota
ninguna, Alonso Cortés (3; y tras
él, agazapado, SanzR, 64), bajo la
denominación de «Versos asonan-
tados» se ocupa de las varias
«combinaciones asonantadas». La
voz ha desaparecido del
Diccionario académico.
asonantamiento. «Y no solamente en
el verso, sino hasta en la misma
prosa debe evitarse el
asonantamiento, sobre todo cuando éste
afecta al final de los incisos y
cláusulas» (Príncipe, 486; se
refiere a la asonancia en cuanto
defecto).
asonantar. El Diccionario de
Autoridades repite la condena expuesta
en asonantado (la copia DzCap).
Tal prohibición se registra en casi
todos los tratados; baste un
ejemplo: «que estas rimas [del soneto,
escogidas y no vulgares] no aso-
nanten entre sí» (Benot, III, 362).
El Diccionario actual ofrece dos
acepciones que se corresponden:
«ser una palabra asonante de
otra», y empleo en la rima de
voces de esta clase; entre
ambas, «incurrir en el vicio de la
asonancia»; Esquerra toma las dos
primeras acepciones, salteando la
última.
asonante. Las definiciones abundan
(Encina, V; Rengifo, 215 y 418;
Luzán, I, 262-263; Monlau, Voc,
etc.); una de las más completas es
la de Bello: «La rima asonante, o,
como también se dice, el
asonante, la asonancia, o semirrima,
se limita á las solas vocales, desde
la acentuada inclusive; y aun no
48 DANIEL DEVOTO
á todas, pues en las dicciones
esdrújulas y sobresdrújulas no se
hace caso de la sílaba ó sílabas
que median entre la acentuada y
la última, y en los diptongos y
triptongos acentuados se pide
sólo la semejanza de la vocal en
que se oye el acento, mientras en
los inacentuados basta la
semejanza de la vocal llena» (339; hay
nota complementaria de Vicuña
Cifuentes). Jove llanos registra
otro sinónimo, «media rima»
(DzCap.); Trueba recoge (mal,
p. 33) la nota de Hermosilla sobre
la «rima imperfecta». El adjetivo
caracteriza una variedad del
soneto, dicha «soneto asonante».
V. asonancia.
asonante aguda (rima). «Felipe
Robles Dégano niega el carácter de
agudas a las dicciones que
terminan en ay, ey, oy, au, eu, ou, y, por
tanto, no podrían entrar a formar
parte de un sistema de rimas
asonantes agudas» (DzCap 2). La
descalificación valdría también para
las rimas consonantes agudas (no
se lo recuerda en el artículo
pertinente); felizmente, las voces
incriminadas no son muy
numerosas — el orden alfabético de
terminaciones señala casi
exactamente su tasa decreciente — y,
más felizmente aún, los poetas no
han esperado la interdicción de
RoblesD para desoírla.
asonante atenuada. V. asonante
diptongada.
asonante compuesta. Rima asonante
diptongada: Benot en DzCap 2,
343.
asonante corriente (rima). V.
asonante perfecta o corriente.
asonante diptongada o atenuada
(rima). En «cauce : vale», para
DíezE — v. atenuada — «no hay
duda que la u resta sonoridad a
la vocal tónica». Con la exactitud
ordinariamente germánica, Baher
triplica este restar según haya
diptongo o triptongo, según éstos
sean o no idénticos en las voces
rimantes, crecientes o
decrecientes, y otras circunstancias que
tanto han no preocupado a los
poetas.
asonante equivalente. V. simulado y
asonante simulada.
asonante esdrújula (rima). Ni DíezE
— v. atenuada — ni Baehr (38,
Assonanz d) se interesan por los
delicados problemas de la
asonancia esdrújula, limitándose a
considerar aquí lo que presentan como
último estado de la rima: el «que
concierten voces aparentemente
tan alejadas» como un esdrújulo
con una palabra grave o llana.
Baher refina su clasificación
llamando asonantes esdrújulas
perfectas a las que coinciden en las
vocales de sus tres sílabas finales,
incluso la postónica átona, como
música y lúbrica.
asonante imperfecta. Benot califica
de tal a la asonancia de una voz
diptongada con otra que no lo es
(asonante diptongada o atenuada).
asonante perfecta o corriente (rima).
Primer escalón (n° e de la serie
general) de la asonancia en DíezE
(v. atenuada); en Baehr Assonanz
a). Es lo que se denomina
corrientemente asonancia a secas.
asonante simple (rima). Es para
Benot aquélla en la que no juegan
diptongos ni equiparación de
vocales finales (i y u por e y o) ni
acoplamiento de voces llanas con
esdrújulas: la rima asonante
perfecta o corriente, o, más claro, la
rima asonante por antonomasia.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
asonante simulada o equivalente
(rima). DíezE — v. atenuada —
y Baehr (38, Assonanz c)
denominan así los casos en los que la i y
la u postónicas asuenan
respectivamente con e y o. V. simulado.
asonántico, -a. «Perteneciente o
relativo a los asonantes» (Diccionario
de la Real Academia). Menéndez
Pidal {Manual de gramática
histórica, 35) trata de «La
perceptibilidad asonántica de la vocal
final»: equivalencia de las dos
palatales eei (arte : áspid) y de las
dos velares o posteriores, o y «
(Venus : mancebo).
asonar. £1 Diccionario académico no
da para esta voz acepciones
específicamente métricas. Milá la
emplea como sinónima de aso-
nantar en sus catecismos: «P.
¿ Cuándo asuenan dos palabras?
R. Cuando son iguales todas las
vocales desde la última
acentuada inclusive ...» (Arte, 395):
«P. ¿ Cuándo consuenan ó
asuenan dos versos ? R. Cuando
consuenan ó asuenan las palabras
con que terminan» (Compendio,
395).
áspera. Dante busca, para el
Infierno, «rimas ásperas y
roncas» (Curtáis, 504-505; cita Inf.,
XXXII, 1).
áspero (sonido). «No se prodigarán
los consonantes muy vulgares,
porque suponen falta de
habilidad en el poeta y vulgarizan el
lenguaje; pero tampoco se buscarán
los muy raros y de sonido áspero,
por no incurrir en la falta de
armonía ó en la afectación. Estos
últimos, sin embargo, producen
muy buen efecto en las
composiciones festivas» (Coll y Vehí,
Compendio, 104, § 147, 1).
49
ástrophos (versos). Nebrija designa
con este nombre aquéllos que,
como los romances, se siguen
unidos en número
indeterminado «debajo de un consonante».
V. caer.
atada. Se usan los esdrújulos, dice
Herrera (555) «mayormente
cuando queremos que la oración
atada a los números de los metros
paresca oración desatada».
atado. 'Rimado', contrapuesto a
suelto. Según el Pinciano (II, 266),
el pareado final de la primera
octava de Mena lo componen dos
versos «atados entre sí y sueltos
de los demás».
atadura. V. soltar.
atamiento. «... la ley estrecha y
dura / del consonante no le obliga
o fuerza / con ningún atamiento»
(La Cueva, Ejemplar, 139).
atenuada (asonante). DíezE (123,
n. 14) propone establecer «una
gradación desde la rima perfecta
consonante hasta la asonante
más atenuada, por este orden»:
perfecta consonante, imperfecta
consonante, consonante simulada,
consonante pobre, asonante
perfecta, asonante diptongada o
atenuada, asonante simulada o
equivalente, asonante esdrújula. Baehr
lo continúa y perf iciona con
idéntica eficacia.
atenuar la rima. «Bécquer y Rosalía
de Castro atenuaron la rima,
reduciéndola generalmente a la
asonancia», TN, M2, 385.
atonía. Primera de los «vicios o
licencias del acento» para RoblesD,
47.
átono. V. monosílabo.
50
atracción. «Lo mismo que
aliteración», Monlau, Vocabulario.
atroces. «Pueden compararse con
estos estallidos verbales [Aserrín,
aserrán; No le daba el sol . . . ]
las «rimas atroces» de otro
tiempo, y las «nonsense rimes» con
que los ingleses divierten a los
niños» (Alfonso Reyes, El
Deslinde, p. 230).
auditiva. Traducción de Ohrenreim
(Rioduero, 252). V. oido.
DANIEL DEVOTO
autorrima. Anglicismo. V. equívoca,
homónima, idéntica.
axis rítmico o axis estrófico. Sonidos
que constituyen la penúltima
sílaba — ultima acentuada — del
verso, que rigen su cuento y dan
albergue a la rima o a su inicio
(si no es aguda), cuando el verso
la comporta (Balbín Lucas, en
DzCap 2), La misma autoridad (en
la misma procedencia) denomina
cumbre tonal al mismo objeto.
 para un vocabulario de la rima española
baja,
posterior
sílaba. Sílaba
al último
finalacento:
del verso,
los
heptasílabos «nunca pierdan la
sílaba baxa, i ans i no acaban
agudos como los otros metros»; y lo
mismo los endecasílabos: «En
exte xenero de verso mui rraras
vezes se corta la ultima baxa,
i acaban agudos en la diez»
(Correas, 459 y 470).
banal. El galicismo, técnico en
francés («rimes banales», Grammont,
36, Morier, s.v. rime, etc.) se
desliza en Ma.E. Vázquez, Borges, 48:
victoria/ gloria, cielo / suelo).
barata. Sebastián Mariner (según
DzCap 2) denomina así las rimas
consonantes pobres (es decir, las
demasiado fáciles en razón de su
abundancia: participios,
adverbios en -mente, etc.).
barítonos. V. perispómenos.
básica. «Marquina alterna la rima
básica, machaconamente
repetida, con otra de apoyo, que
aparece de vez en cuando» (Amorós,
198).
battelée (sic). Registran la «rime
batelée» francesa Pérez y Curis
(68: «rima interna») y Méndez
Bejarano (174-175: «vers batte-
lés» 'encadenados'): ambas
acepciones son originariamente
correctas.
birrima, composición. Lo es el
rondel para Pérez y Curis, 272. La voz
se aplica a toda estrofa provista
de dos rimas diferentes.
bisilábica. La rima «bisilábica grave»
(Tejera, en femenina).
51
blanco. El Diccionario académico
(s.v. verso) lo hace sinónimo de
«Verso suelto»; Baehr remite (78)
de blancos a sueltos. Esquerra es
más cauteloso: «Desígnase a veces
con este nombre el verso suelto,
por afinidad con el blank verse
inglés». En general, se usan
indiscriminadamente las voces
«sueltos, libres o blancos»
(Hermosil a, II, 121), «suelto, libre o blanco
(Salva, 397), «blancos o libres o
sueltos» (Milá, 118) para designar
los versos sin rima. Clarke (370),
que añade a blanco las dos otras
denominaciones, introduce la
salvedad «usualy hendecasyllabic»,
y Lapesa corrobora el que se
llame «por antonomasia . . .
versos sueltos, libres o blancos» las
«series de endecasílabos sin rima»
(120). Curtius (343) recuerda una
fecha importante para su
difusión: «Trissino . . . después de
veinte años de trabajo concluyó
en 1348 la primera epopeya clasi-
cista italiana en verso blanco
(L'Italia liberata dai Goti) ... », y
a este ejemplo alude Henríquez
Ureña: «Hay que agregar [a la
versificación francesa] el verso
blanco de Italia» (En busca . . .,
264). En su estudio sobre la
métrica de los poetas mexicanos
(361), el mismo Don Pedro se sirve
de la expresión «metro blanco».
V. libre (verso) y suelto (versó).
borda, sonansa. La asonancia, según
las Leys d'Amors provenzales.
Usan la expresión Menéndez
Pelayo (Tratado de los romances
viejos, I, 99, n. 1), Méndez
Bejarano (319) y Riquer (37).
52 DANIEL DEVOTO
breves, sílabas. Las dos átonas que
siguen al acento del esdrújulo:
«Y si acabasse el pie en dos
sílabas breves y estuviesse el acento
agudo en la antepenúltima,
entonces diremos que el consonante es
desde aquella antepenúltima,
porque las dos postreras, que son
breves, no valen sino por vna, de
manera que todo se sale a vn
cuento; assi como si el pie
acabasse en "quiéreme", y el otro en
"hiéreme", entonces desde la "e"
primera donde está el acento alto,
es consonante que ha de consonar
con las mesmas letras», Encina,
borrador López Estrada, 400.
brisure . Clarke: encabalgamiento.
buen consonante. Salva (393) lo
opone al trivial.
buscar consonante. La expresión es
usualísima, y adversativa: el
poeta «A las vezes pierde por sus
agudezas / Perlas preciosas, rro-
bies, diamantes, / x cobra,
buscando estos consonantes, / Vn
vidrio rrafez de valor catiuo ...»
(López de Ayala, I, 293. c-f de la
copla 8), «En la glosa de un
soneto . . . / hizo buscar
consonantes / que aun referidos disuenan,
/ porque un consonante obliga /
a lo que el hombre no piensa»
(Lope, Romance para la
conclusión de la justa poética celebrada
con motivo de la beatificación de
San Isidro, 153), «no se
espante ... / que sólo va a buscar su
consonante» (Lope, «A Tamayo ... »,
citado por Rodríguez Marín en su
edición mencionada del Quijote,
V, 182, n. 5 de p. 181), «Ya le he
dicho que se meta / en buscar sus
consonantes . . . (Calderón,
Mañanas de abril y mayo, II, 289 c),
«i Qué consonante habrá a vela ?»
(Fomperosa, San Francisco de
Borja, en Calderón, IV, 565 b),
«Levanté los ojos buscando un
consonante ...» (Estebanillo . . . ,
II, 206), «o rascarme la frente y el
cogote / buscando consonante a
California» (Iriarte, 159; lo da:
bigornia), «No hay cosa que ponga
a un hombre de peor humor que
buscar un consonante, y no dar
con él ... » (Don Roque, de La
librería de Iriarte, 100, próximo
pariente del poeta de L'heure
espagnole). «Porque peor que
buscarlo es no encontrarlo» (décimas
de repente de La comedia nueva,
pp. 63-64 de Moratín). El trance
del poeta se refleja en los cuente-
cilios del período áureo: «... le
preguntó qué consonante había
para aguinaldo, y respondió el
mochacho: "daldo"» (Juan Rufo,
237, n° 689); «Soltóse medio tono
un paxe poeta delante de su amo,
i por enkubrirlo arrastró con el
pie; entendiólo el señor, i dixo:
"¿ Búskasle konsonante ?"»
(Correas, 366 b, y en la columna
anterior, «Búskale konsonante. El
ke tose o arrastra el pie kuando
pee»). Este relato pasa al
Sobremesa de Timoneda, cuento 40
de la primera parte; sus
editores citan a Correas, que en p. 700
da el sentido general figurado de
la expresión: «Buskarle
konsonante. Un ierro para otro», y en
356 reincide: «Bien disimuló la
tos».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
cabalgar, cabalgarse los versos. Para
Vicente Salva, encabalgar. «Juan
María Maury usó ya este vocablo
en carta de 1831 a Vicente Salva:
"El cabalgar de un verso sobre
otro, tan aborrecido de los
clásicos franceses, enjambement, no
nos choca, y tal vez nos agrada",
TN M, 42, 12.
cabo. 'Final del verso, donde reside
o no la rima'. Gallardo
denomina «cabos sueltos» a los del
perqué (II, 853), y describiendo un
romance artificioso dice de sus
versos impares «los demás cabos
que habían de ir sueltos van
trabados en consonante» (id., 885, 1).
cabo roto. V. partida.
cacofonía. Es la cara viciosa de la
aliteración: «cacofonía, es vna voz
derivada de la lengua Griega, y
compuesta de dos palabras, que
significa lo propio, que mal
sonido, ô disonancia: se halla este
vicio en la oración, todas las vezes
que vnas palabras de vna sylaba,
y aun de dos, empieçan, ô acaban
en la misma consonante que la
siguiente empieça: v.g. ie n'ay
point pu, es cacofonía, y se ha de
dezir je n'ay pu, no he podido,
aunque la regla general de la
oración Francesa pida se duplique
la negación ...» (Billet, 163). Lo
mismo en el comentario de Ta-
mayo a Garcilaso: «por evitar el
concurso de las dicciones iguales,
o cacofonía de blanca cara, hay
quien quiera más la voz blanda, y
no mal ...» (Gallardo, IV, col.
1289). MzAmador retoma la
definición de la Academia en su
53
mática: «vicio que consiste en el
encuentro o repetición de unas
mismas sílabas o letras»,
considerando también sus límites como
efecto imitativo (224-225); Billet
especifica también otra acepción:
«Llamase también cacofonía el
encuentro de dos vocales» (164), y
en 319 ss., entre «De algunas
reglas necessarissimas para
nuestra versificación», trata
largamente de la cacofonía producida
por el encuentro de vocales, el
hiato, etc.
cadena. Pérez y Curis (221) denomina
así el «enjambement» entre
estrofas.
cadenas. Tercetos o terza rima. V.
encadenada, 5.
cadencia. La voz tiene múltiples
significados. Prescindimos aquí de su
valor dentro de la retórica
(Hermosilla, 1, 369, adopta del latín la
expresión cadencia igual, en la
que «En varios casos hay también
asonancia, pero no siempre»;
Hornero, 130, señala que «Algunos,
siguiendo á Cornificio, hacen de
esta [cadencia igual] dos
figuras, llamando similiter cadens,
quando las finales son en casos
semejantes, y similiter desinens,
quando en otros vocablos de una
misma especie»). Su acepción, sin
embargo, aflora en varias de las
que siguen: (1) 'rima' en su valor
de rima perfecta; así en Herrera:
«aquellas correspondencias i
ligaduras, que se hallan en el fin
de los versos, las cuales llaman
cadencias» (649), variado en
Gallardo (TV, 1312), y certificado
54 DANIEL DEVOTO
por su aplicación a formas
estróficas conocidamente consonantes:
«en el rimo y consonancia se
responden primera i segunda
[estrofas del soneto], i semejantemente
la tercera y cuarta tienen
diferente cadencia de las superiores»
(68). Lo mismo en Lope: si en el
romance las gentes ignorantes
«no se obligan a la corresponsión
de las cadencias» (Rimas, 57), lo
que admite varias
interpretaciones, no cabe titubear cuando
afirma que «no hay duda que
cuando el terceto dellos [los
sonetos] guarda su rigor [propio de la
terza rima] concluye más sonoro
y con más fuerza respondiéndose
mejor las cadencias a menos
distancias» (id., 290); un eco de la
ambigüedad de la primera cita
resuena en Narbona, 14: «claro
que el pueblo, mejor dicho el
vulgo, que como tal no es
realmente instruido, no distingue
muchas veces en sus coplas la
cadencia». Covarrubias (s.v. copla)
llama a la cadencia «consonancia
poética», y González de Valdés
afirma que «La rima ó cadencia es
la que en las lenguas vivas hace
mas agraciados á los versos, y
consiste en algunas palabras
rimadas ó consonantes» (112; se
ocupa de la asonancia en párrafo
aparte). En este sentido cabe
entender el título de la
traducción de Ovidio por el Ldo Juan
Bermúdez y Alfaro (1618): «El
Narciso . . . Lilio cultivado en
cadencias rimas, sino tan
oloroso como en sus paternos
exámetros» (Gallardo, II, 77); e
idéntico valor tiene el equívoco «que
oiría, armonio, llenaría, diría, etc.,
son como unas cadencias del
canto» (Herrera, Controversia, 123).
(2) 'rima', en su sentido de
minación semejante de dos o más
voces': «A esta consonancia, ó
identidad de cadencia final es
á la que llamamos rima» (Tra-
cia, 43); así Gabriel del
Castillo describe su libro y la manera
de aprovecharlo: «quando
solicitan el consonante, hallan la
noticia, y quando buscan la
cadencia, se les ofrece el concepto . . .
Es todo el libro vn Alphabeto, que
colocado en Poéticas cadencias,
será fácil à muchos el vso»
(Prólogo, sin foliar: su índice es un
alfabeto de rimas). (3)
'correspondencia de las rimas': así aparece
en el Ejemplar de Juan de la
Cueva, 151, a propósito de la rima
octava; y así lo expone Faria y
Sousa (IV, 30) sobre el mismo
asunto: «Bocacio, alfin de su The-
seyda, [pregona] el ser primero en
las octavas; que se deve entender
con aquella orden de cadencias,
porq con otra ya les avia entre los
Sicilianos». Ramírez Pagan da dos
sonetos (1 1 1-1 12 y 1 12), el segundo
de los cuales reza: «Respóndese
en este soneto por la cadencia
del passado», dotándolo de
iguales rimas, no de palabras iguales
(salvo sustenta, vv. 8 y 9
respectivamente, y quise, v. 12 de ambos
poemas: dos «parole identiche»
sobre catorce). (4) Herrera
emplea la locución «semejante
cadencia» con dos sentidos diferentes;
(a) 'rima': los versos que llaman en
Italiano sueltos lo son «por no
ligarse con alguna lei de números
de semejante cadencia en el
último asiento», y «i los dos [versos]
que restan . . . tienen unas mes-
mas cadencias, diferentes de las
primeras» (sobre la octava rima,
en su comento de Garcilaso: n. 1
de p. 346 del Fernando de Herrera
de Coster); (b) 'forma de rima
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
interna': «estos gerundios son
altas diciones de ancho i largo
espíritu, i graves en su
movimiento; i la semejante
cadencia del verso haze mucho efecto
para el intento. Los Griegos la
llaman omiotóton que es
semejante en los casos ... i esto es
en nuestros versos caer en un
mesmo sonido. Tales versos se
nombran leoninos, o equívocos en
lengua Latina, y son viciosos»
respectivamente, en 382 y 254.
(5) 'asonancia'. Si puede aparecer
como discutible esta significación
en Luzán (II, 270: «Los
extranjeros no perciben la cadencia de los
asonantes»), Moratín usa
«cadencia» con este valor: «los romances
históricos o amorosos . . . sujetos
del principio al fin a un solo
consonante, se libertaron después de
tan enfadosa monotonía y
produjeron el asonante, cadencia
peculiar de los españoles». Lo cita Milá
(88), que recuerda, él también, que
se cambió «el desigual mono-
rrimo por una delicada cadencia,
una asonancia tersa y agradable»
(Del carácter general de la
literatura española, 36), y DzCap
reporta que llamó «cadencia o
gala» a la rima asonante.
Menéndez Pelayo (Trat., I, 41) alberga
consonancia y asonancia bajo una
misma denominación: «del metro
más ó menos regular, de la rima
perfecta ó imperfecta, en que el
narrador busca instintivamente
apoyo y refuerzo, y en que
también le encuentra la memoria de
sus oyentes, ayudada por la
monótona repetición de fáciles
cadencias». Hasta aquí todas las
acepciones de cadencia coinciden con
las de su sinónimo rima.
Algunas, empero, son menos
previsibles: (6) Robles Dégano oscila
55
entre rima (aguda o grave) y
pausa: «Y debo advertir que casi
siempre los poetas colocan la
última sílaba de estas palabras
[aunque, porque, sino] en la
cadencia. No obstante, se hallan
ejemplos en que la cadencia está en la
primera sílaba ó el primer
elemento» (100), y 102: «Lo que aquí
se advierte acerca de la cadencia
ó pausa del verso, es también
aplicable á la pausa del hemistiquio»
(7) Villegas advierte al lector de su
Oda XXII, Versión XXII (p. 156-
157): «Porque la tengo traducida
en la misma cadencia x números
que en su original, te la pongo
aquí [en latín]». (8) Maluenda
presenta unas «Endechas con
asonantes agudos, lisonja del oydo ...
siendo la cadencia de tales
versos: ...» y los da toditos, II, 100-
103). En los últimos ejemplos
aflora el valor acentual, métrico,
de «cadencia» (3a y 4a acepciones
del Diccionario académico); así el
P. Sarmiento afirma que los
adagios son «unos como principios de
los metros, ya por sus rimas, ya
por sus cadencias» (420), y dice
que en los refranes cuya lengua
desconoce «he notado en los más
una cadencia, y rima» (409). En
222 alude claramente a la rima al
tratar de «los primeros
fundamentos de los versos latinos de
cadencia, y Leoninos»; y en 182
traduce a Alvaro Cordubense
(«finales clausulas unius litterae
contractatione décorant»): «con
todos los primores de rimas, y
cadencias». V. omioteléutica.
cadencia, o tiempo cadencial (ambos
términos en DzCap 2) designan,
para Rafael de Balbín Lucas, el
tiempo que sigue al último acento
del verso, incluya éste una, dos o
más sílabas, o ninguna. La suma
56 DANIEL DEVOTO
de este tiempo y de la última
sílaba acentuada la denominan
«final de verso».
caer. 'Terminar' y, consecuentemente,
'rimar'. «Señores x autores caen
en una manera: por que son con-
sonátes enla declinació del
nombre» (Nebrija 3er fol. después de
.c.iiii.; en el siguiente, v°: «las
clausulas que acaban o caen en
semejante manera» de
consonancia; y los versos «astrophos» o de
sucesión indeterminada, no
estrófica, caen, dice, «debajo de un
consonante»). Herrera liga, una
vez más, la figura retórica que la
precede y la rima: «Los Griegos la
llaman omiotóton que es
semejante en los casos, i por esso tomo
aquel nombre, porque caen los
miembros de la oración en unos
mesmos casos, i esto es en
nuestros versos caer en un mesmo
sonido» (254). Luzán emplea caer
referido a la rima, pero en la
16 a (y figurada) acepción de este
verbo (II, 283): «También puede
caer esta rima [«rima más
vecina», o sea 'interna'] en la cuarta
y quinta sílaba». Y varios
escritores del siglo pasado se sirven de
la locución no registrada en el
Diccionario académico «caer en
copla» 'rimar': las dos e de crees,
asonante de quieres, «si no se
pronuncian ambas como con dos
acentos distintos, ya los versos no
caen en copla, como suele
vulgarmente decirse» (Príncipe, 410;
a un verso 'copla' de Hermosilla,
«le he añadido el primero para,
según la expresión de V, hacerlo
caer en copla», 443; los versos
deben rimar «si han de caer en
copla como V. dice», 469; y 479:
«A mí me caen en copla todas esas
cuatro palabras» sobre la rima de
esdrújulos). Lo mismo en Monlau
(El, 165), como advertencia: «es
necesario que los incisos y
miembros de las cláusulas no caigan en
copla», y en Ribalta (12): el paso
de la prosa al verso puede ser
«brusco, sobre todo cuando dos o
más frases tienen la misma
cantidad prosódica, y salen
aconsonantadas o en asonante sin
pretenderlo el autor; es lo que se llama
"caer en copla o caer en verso"».
caída. Como cadencia, caída (sobre
todo acompañada de semejante)
designa a la vez una figura
retórica (o dos) y la rima: «Esta figura
los gramáticos llama omeopto-
ton. tulio interpretóla semejante
caida» (Nebrija, 3er fol. después
de .c.iiii); «otro consonante déla
mesma caida» (id., .d.iiii.).
calvos (consonantes). V. pobre, 3.
cantaradas. «Particularmente la
iteración fónica es decir, la
isotopía creada por la rima en el
estrato del sonido establece
inmediatamente una relación de
sentido entre las palabras
rimadas, "camaradas de sonido" como
las llama Jakobson» (For).
cambio de acento. V. éctasis.
cambio de rima. «Suele haber
cambio de rima [en el Mio Cid] al
empezar o terminar un
parlamento, al variar la persona a
quien el discurso va dirigido, al
pasar la palabra de un individuo
a otro y, por último, cuando
dentro del relato se produce alguna
transición de tono o escena» (TN,
M2, 31. En 541 opone el cambio de
rima a la «asonancia sostenida del
romance»),
canturía. En Rivas, 33, se menciona
la «canturía» del verso en ocasión
de los endecasílabos agudos.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
capa y sayo (consonantes de). Los
asonantes, «que Alonso de
Fuentes llamaba "consonantes de capa
y sayo"» (Menéndez Pelayo, 1, 29,
nota 1 de p. 28).
capcaudadas, coblas. «Rhyme-scheme,
consisting in the resumption of
the last rhyme of a stanza in the
first line of the next» (Lang, en
Clarke, Chr, 328). Lo mismo en
Riquer, T, 43, y en Baehr, 355, a
propósito del encadenamiento de
la sextina. Le Gentil (II, 169)
contradice a Lang, que las señala en
el Cancionero de Baena: «En
réalité, ces exemples sont empruntés
à des compositions en maestria
mayor et en media maestria, dont
les couplets commencent et
finissent par la même rime ... Il est
clair que, si ces strophes sont
unissonnantes, elles seront en
même temps et par cela même
capcaudadas ... ».
capcaudatz (rims). V. capcaudadas.
capdenal, cobla. Lang (en Clarke, Chr
328) distingue sus variedades:
«(1) The first line of each stanza
beginning with the same word or
words ... (2) Every stanza
beginning with the same line ... (3)
Corresponding lines in each stanza
beginning with the same words».
Se trata de formas de anáfora
similares a la rima inicial.
capfinidas. «En las coblas cap finidas
una palabra del último verso de
una estrofa reaparece en el
primero de la siguiente, igual o
ligeramente cambiada, al final, al
principio o en el interior» (Riquer,
T, 43). Jeanroy (Origines, I, 507, y
II, 80), como Le Gentil (II, 128,
137, etc.) exponen más
variedades, y este último declara que
«Elles étaient universellement
57
connues dans la Péninsule sous le
nom de leixa-pren, leixa-prende,
deixa-prendre»; Jeanroy (II, 145)
retoma la expresión provenzal
rimas capfinidas, y Baehr la
aplica, en español, a la cantiga de
loores «Santa Virgen escogida»,
de Juan Ruiz (283, 172).
cara. Nombre dado por Sebastián
Mariner (según DzCap 2) a la rima
consonante rica; es consecuencia
de las rims cars de la retórica
provenzal.
carean. González Prada declara
soñar con versos fuertemente
acentuales, «libres del rudo
carean de la rima» (v. libre (versó), c).
casar. TN, Rep. 85, sindica las
«rimas que no casan en la estrofa».
V. enlace.
casar los consonantes. «... como
comedia a lo divino, que van todos
a ver la nube aunque lo escrito no
tenga más misterio que casando
los consonantes descasar las
razones» (Salas Barbadillo, Estado,
158).
casi consonante. V. consonante, casi.
caudadas, coblas. «Stanzas at the
close of which at least two, and
at most three whole lines are
rhymed together, termed in the
Leys d'Amors, I, 168, rims
coudait» (Lang, 507; Clarke, Chr, 328,
s.v. cobla caudata, suprime co-
mo aquí las indicaciones
bibliográficas). El procediminto y sus
variedades se ilustran en latín en
el Laboríntus de Evrard el Alemán
(Faral, 362); Le Gentil (II, 108)
declara que el término caudatz
carece de equivalente en español,
si bien su práctica se mantuvo
(Lang señala 25 casos en el Can-
cioneiro daAjuda). Sobre «cauda-
58 DANIEL DEVOTO
das», la forma italianizante cau-
dato se mantiene en el
Diccionario de la Real Academia: «cau-
dato. V. soneto caudato».
Paradójicamente, Riquer (67) escribe: «el
soneto que en italiano se llama
caudato y en español con
estrambote».
cencerreo. Si los poemas épicos se
escribieran en «romancillo»
fórmula despectiva, puesto que se
trata de octosílabos «por largo
rato estaría sonando al oído el
cencerreo de una misma
terminación asonante» (Hermosilla, 133).
cercanía (de las rimas). Luzán, II,
283. V. distancia.
cero. «La configuración de la estrofa
con rima cero, integrando el
llamado verso suelto» (Balbín, en
DzCap, 354, 170).
cerrar. «Natural es también que,
cualquiera que sea la
combinación [de las rimas], el último verso
no quede libre, porque la estrofa
quedaría sin cerrar» (SanzR, 72).
V. abierta (serie).
chiusa. Italianismo difundido para
designar la rima cruzada o
abrazada (MzBej, 224; Clarke, 357,
DíezE, 238: la limita al cuarteto
endecasílabo; Baehr, 73; Riquer,
61). Esquerra da este nombre al
congedo (también uso italiano).
cifrado. En los cuadernos
valencianos reseñados en el Diccionario
de pliegos sueltos de Don Antonio
Rodríguez-Moñino aparece
repetidamente la declaración «cuyo
nombre va cifrado», referida por
lo general al acróstico.
cisura. Tmesis: «En el discurso des-
tos versos se hallan algunas vezes
vnas cisuras que parece que hazen
prosa aquellos lugares donde se
cometen, partiendo la razón y
diziendo la media en el primer
verso, y la que resta en el
siguiente; y por ser cosa que ningún
Romancista ha hecho, no dudo
sino que parecerá mal»; aduce en
favor ejemplos de Horacio,
Ariosto y Fray Luis de León: Juan
de Almeyda, p. 476 de Blanco
Sánchez.
claudicante. «Verso claudicante. See
verso agudo». Esta denominación
(Clarke, 370) parece proceder de
Rengifo (v. mudo).
cojear. El mote «cojo» se aplica al
verso mal medido, en especial si
es corto; la expresión de Muná-
rriz en su traducción de Blair
(«hace cojear la cadencia», v.
encadenada, 2) parece referir el verbo
«cojear» al efecto producido por
la rima encadenada, pero la voz
«cadencia» puede aludir tanto a la
rima como al ritmo del verso.
coleo. Clarke, 325 y 329. V. lexa-
prende.
colocación (de las rimas). V.
distancia.
combinación. SanzR designa con este
término la disposición de las
rimas: «La combinación y medida
[de las estrofas de 7 versos], a
gusto del poeta» (99); en 73, la
«combinación de los versos»
indica su disposición en la estrofa,
con referencia a su rima y
también a sus diferentes medidas.
combinaciones de las rimas. V.
disposición.
combinaciones seguidas. Más
discutible que el uso de la voz
combinación es el que SanzR propone
para la expresión combinaciones
seguidas: «Los versos se agrupan
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
a veces en grupos cortos e
independientes, formando las estrofas.
Otras veces forman series largas
e ininterrumpidas, dando origen
a lo que puede llamarse
combinaciones seguidas» (70, bajo el
subtítulo Estrofas y combinaciones
seguidas; en 125 extiende esta
denominación a los versos libres).
Es natural que los versos se
agrupen en grupos, y que éstos sean
independientes (de lo contrario
varios grupos serían un solo
grupo). Las series se deben
también a sí mismas el ser
ininterrumpidas. Lo que no está claro
es el valor de combinación para
núcleos «seguidos», o sea de
métrica constante, con rimas
similares o de idéntica falta de
rima.
combinar. «Sólo dos rimas
combinadas en el orden abab ; baabb¿»
(TN, Rep., 139-140, 392; el último
verso es un quebrado).
comienzos de las palabras (rima de
los). V. aliteración.
compañero. «... en esta obra se
hallan algunos consonantes sin
compañero, por mas difíciles de
temerle, o hallarle» (Gabriel de
Castillo, 733; en 734, da «Venus»).
compensación. El variable número
de sílabas de un mismo metro,
según sea éste agudo, grave,
esdrújulo (o más) modifica
ligeramente su percepción. Siguiendo a
Bello, de la Barra mantiene que
los finales del verso «no son de
igual duración: hai una tenue
diferencia que el oído disimula, pero
que se alcanza a percibir», por lo
cual no considera «lícito mezclar
caprichosamente los finales
graves con los agudos i esdrújulos.
A fin de que exista cierta
59
sación se les suele combinar
ordenada i simétricamente; pero una
vez que el poeta forma su
combinación, debe hacerla prevalecer
hasta el fin» (DzCap, 186-187). TN
(M2, 13) es más flexible y más
verdadero: «Tanto las diferencias de
anacrusis como las de
terminación, entre los versos llanos,
agudos y esdrújulos, se coñpensan y
equilibran en los períodos de
enlace». El fenómeno, cabalmente
métrico, puede también interesar
a la rima en el caso particular de
la llamada compensación entre
versos.
compensación entre hemistiquios.
SanzR precisa (34) que «A veces,
en la delimitación de los
hemistiquios de un verso bipartito, hay
lo que se llama compensación»,
cuando el primero de ellos «no
forma un verso separado» (quiere
decir que no cuenta con las
sílabas necesarias para cumplir su
función; un hemistiquio nunca
es un verso separado: se es una
cosa o la otra) o «no termina en
período prosódico», en cuyos
casos «es preciso hacer la cesura
allí donde se cumple el número de
sílabas, tal vez en medio de la
palabra», y lo ilustra con dos
ejemplos, uno de Darío y otro
de Luis G. Urbina: «Agitada por
un / viento perseverante», y «El
lago, quieto, mono /mímicamente
canta».
compensación entre versos, o
compensación. Práctica estudiada por
Aurelio M. Espinosa («La
compensación entre versos en la
versificación española»): «En las coplas,
o combinaciones métricas de pie
quebrado en que alternan
octosílabos y tetrasílabos, o entre
tetrasílabos» (309), éstos últimos pue-
60 DANIEL DEVOTO
den admitir una sílaba más: «la
sílaba que sobra en la medida
silábica se halla siempre al
principio del verso y hay que
enlazarla con el verso que precede»
(308), octosílabo agudo o
terminado en vocal que permita la
sinalefa con la vocal inicial del
pentasílabo siguiente (procedimiento
también estudiado por Espinosa
«La sinalefa entre versos en la
versificación española» y que
recibe el nombre de sinafia o sina-
fía). La compensación entre
versos, con sinalefa o sin ella, no
daña la percepción clarísima de la
rima. Correas, las adiciones de
Rengifo, Benot (III, 388 ss.; en 390,
crítica injustificada de
Martínez de la Rosa) y los tratadistas
contenporáneos registran esta
práctica que, excepcionalmente,
escapó a Bello: «Otra falta más
que comete a menudo [Jorge
Manrique en sus Coplas], es dar cinco
sílabas a los versos cortos,
haciéndolos tomar por consiguiente una
cadencia yámbica» (y da un
ejemplo).
complementaria. «Sus versos,
representados como hexasílabos,
consisten en realidad en pareados de
dodecasílabos compuestos, con
rimas complementarias en sus
primeros hemistiquios» (TN, M2,
214). Si unos versos van
«representados» como hexasílabos, son
hexasílabos, si no se los lee mal
(me permito remitir a mis «Leves
o aleves consideraciones sobre lo
que es el verso»); en consecuencia,
la calidad harto fantasmal de su
«rima complementaria» se
materializa en rima a secas. De
ordinario, «complementario» cobra
(en el propio TN, AÍ2, 390, 5; en
Henríquez Ureña, en RoblesD y
en otras autoridades) sentidos
diferentes pero todos
estrictamente métricos.
complementos rítmicos. TN
considera, entre otros factores que
«han servido en todo tiempo como
gala y adorno del verso», los que
denomina «complementos
rítmicos»: las «rimas intencionadas,
encadenado de estrofas, rima
interior» (Clerecía, 86-87), la
repercusión (Renacimiento, 227-
229), la repercusión de rimas
(Neoclasicismo, 330-331), y la
rima oscura, la reiteración de la
rima y la repercusión de la rima
(Romanticismo, 381-383).
completa, asonancia. Opuesta a la
asonancia de agudos con graves:
«fue uso común en los romances
añadir una e a las terminaciones
agudas, estableciendo de ese
modo la asonancia completa»,
Milá, 546.
completa, rima. Como en francés y
en portugués, la consonancia: el
asonante, «aventajando en
delicadeza al consonante o rima
completa ... es al mismo tiempo tan
popular», Bello, Uso, 353; y en
359: «Por eso, alterada la
pronunciación [de la lengua francesa],
cesó el uso del asonante, y aún se
hizo necesario retocar mucho de
los antiguos poemas asonantados,
reduciéndolos a la rima completa,
de donde procede la multitud de
variantes que encontramos en
ellos, según la edad de los
códices». (Otro ejemplo de Bello en
difícil).
composición de consonantes. Es
para Monlau (El, 259, al tratar de
la décima) lo que la combinación
para SanzR: la disposición de las
rimas en la configuración de la
estrofa.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
compresión. «A esta figura los
griegos llamâ sinalepha. los latinos
compressió. nos otros podemos la
llamar ahogamiëto de uocales»
(Nebrija, 3r fol. v° después de
.c.iiii. [= xxiii v°]). MzAmador da
vuelta la tortilla: «Compresión.
Así llamaban los latinos a la
figura que hoy conocemos con
el nombre griego de sinalefa»;
Clarke (Chr, 329), siguiendo a la
Academia, redondea:
«compresión. See sinéresis».
compuesta (asonancia). Benot II,
23-24. V. asonante compuesto.
compuesto (asonante). Benot en
DzCap, 343. V. asonante
compuesto.
común (arte). V. arte común.
común (consonante). «... añado una
copiosa Sylva de Consonantes
Comunes, Esdruxulos, Reflexos, y
Proprios» (Rengifo, Al Lector sin
foliar). Junto a esdrújulo,
comunes significa simplemente
'graves'. Común, voz que falta con
esta acepción en el Diccionario
académico, es sinónimo de grave
o llano: así, el verso grave es dicho
«ordinario o común» por Villar
(100); Faria y Sousa (II, 63 v°-64)
opone versos comunes y versos
esdrújulos; y Gabriel del Castillo,
en una frase ya citada de su
Prólogo, advierte: «Hallarànse en los
consonantes comunes, muchos
que son esdruxulos». Pero el
empleo actual más común de la
voz común referida a la rima es
peyorativo: «Los asonantes [en los
romances de Juan de la Cueva]
son comunísimos; y de
consiguiente, herido el tímpano y el
alma con monotonía, ésta
engendra un fastidio insufrible»
(Gallardo, II, 639).
61
comuna (arte). V. arte común.
comunes (rimas). Son las empleadas
en más de una estrofa, como las
de los dos cuartetos del soneto y
— frecuentemente, si no
siempre — las de sus tercetos. V.
separación.
concatenación. Pérez y Curis da un
ejemplo de rime enchaînée sacado
de Banville (que lo toma de Se-
billet) y agrega en nota: «La rima
enchaînée se parece a lo que en
castellano llámase
concatenación» (70 y n. 1).
concento. Partiendo, como en latín,
del sentido general de la voz
('armonía de voces acordadas'),
Cáscales da a concento el valor de
'rima' en su acepción de
concordancia («consonancia») de varias
voces: «La Octava se compone de
cuatro coplas ['conjunto de dos
versos']: las tres guardan el
mismo concento, y la quarta
diferente, como ab, ab, ab, ce» (96); y
en la terza rima, dice, «al ultimo
terceto se le añade un verso, con
que haga concento, como pqpq»
(98); más adelante, en las mismas
Tablas, amplía esta idea de
'armonía': «el verso, como lleva la
obligación de la medida y el
concento del numero, no puede ir
tan sencillo y claro como la
prosa ... ». González de Valdés
(115), al tratar de la canción,
explica que el «comiato», que
«comienza por un verso suelto»,
va «continuando con su concento
de consonancias hasta el fin».
concertante (verso). «La glosa [de
Desamada siempre seas,
composición mal denominada «romance»,
por Melchor de Lianes] está hecha
con más pasión que arte; falta
más de una vez a la rima en los
62 DANIEL DEVOTO
concertantes con los pies
glosados» (Gallardo, III, 580).
concertantes, sílabas. Esquerra da
los nombres de las rimas
(masculina, femenina, dactilica y peó-
nica) «según que las sílabas
concertantes sean una, dos, tres o
cuatro».
concertar. 'Rimar'. Su empleo es
constante en SzLima: «Estos
tercetos se componen ... de suerte,
que queden los consonantes,
concertando primero con tercero, y
quinto[,] y segundo con quarto y
sexto» (60); en las octavas, «los
consonantes van . . . concertando
primero con tres y cinco ...»
(62-63); lo mismo para el soneto,
maraña, etc. Tratando de las Odas
('liras') lo hace pronominal: «los
consonantes se conciertan
primero con terceroL] y segundo,
con quarto y quinto». Usan la
voz Rengifo-Vicens («los dos
últimos versos conciertan entre sí»,
90, y passim), Príncipe
(«conciertan en otra consonancia distinta
el segundo el cuarto y el sexto»,
615), Monlau (El, 257: «cuatro
versos que conciertan entre sí»),
La Barra (El, 62, estrofa sáfico-
adónica modificada por Villegas;
76, segunda estructura del
cuarteto; 78, sextilla; 81, décima), Coll
y Vehí (Compendio, 105: en
homenaje a la variedad, «no se
emplearán más de cuatro versos que
concierten»: se. «entre sí»). TN (M2,
153) emplea enlazar y concertar
como sinónimos para designar la
función de los versos en «la
terminación [del villancico, que]
dedica ordinariamente su primer
verso a enlazar con la mudanza y
los dos siguientes a concertar con
el tema [subrayamos los versos
aludidos]: abb : cddc : cbb»).
gas llama al suyo «verso
concertado» (¿ rimado, o simplemente
ajustado ?) en su Versión XII,
p. 137; cf. IX, 133, «baile
concertado».
concisión. 'Apócope'. «... tiene [la
lengua italiana, que «carece de
consonantes en la terminación»]
infinitos apóstrofos y concisiones
[cortaduras]», que facilitan la rima.
(Herrera, en Gallardo, IV, 1299).
concordancia. 'Rima'. «... y le
aconseja [el religioso que visita a Juan
González de la Torre] que pues
Dios le dio gracia y vena para
escribir en concordancia, escriba
la presente obra [Diálogo llamado
consuelo de afligidos y
encarcelados, con licencia de 1592] en
versos medidos y concordantes»
(Gallardo, III, 98); en 641 se dice
que la Suma de doctina cristiana,
1555) «Compúsola (esta obra el
autor) en metro, o manera de
concordancia [¿una cosa que tira
como á consonancia ?], porque
mas fácilmente se encomendase a
la memoria ... ». El empleo de la
voz en TN, M2, 15, es más bien
abstruso: la rima es un «recurso,
base de una línea de armonía
en que las palabras sitúan sus
concordancias en una ordenada
relación de tiempo». DíezE (121, 8)
emplea concordancia como
ejemplo de equivalencia acústica, es
decir en sentido no totalmente
concordante: «En un breve
fragmento del Arcipreste de Hita
encontramos concordancias tales
como: volando y rosado; comadre,
grande y alcalde ... ».
concordantes. A los «versos medidos
y concordantes» del Consuelo . . .
de González de la Torre, citados
supra, se oponen los versos
concordantes relegados entre los «de
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
muy poca utilidad, ó ninguna»
por González de Valdés (31).
concordar. El Diccionario de
autoridades emplea dos veces concordar
'rimar' — voz que con este sentido
se sigue no registrando — en su
definición de soneto; y así la
emplea Milá (541) refiriéndola a
voces como cort, Alfonso y otras,
del Poema del Cid, «que a primera
vista no concuerdan».
concurso. Sobre el concursas voca-
lium (Cicerón, Orat. 77, retomado
por Quintiliano), que da concur-
sión 'sinalefa' en Herrera, la voz
concurso se aplica a la
«concurrencia de vocales» (Jovellanos,
436; Blair, 328; Francisco
Sánchez, 86; TN, M2 458.55), a la de
las letras (Mayáns, II, 251), las
sílabas (anotaciones de Quintana,
II, 442, n. 16), las tónicas (DíezE,
137, n. 44 de p. 136) y aun Correas
considera las «diziones konku-
rrentes» (26: n tornada m ante
palabras que comienzan por b o
p). No podía faltar el poner en
guardia contra el concurso
involuntario de rimas: «La regla q en
Latin dan, y en Romance se a de
guardar, es q en prosa se huyra
de hazer concurso ninguna [sic],
aunque a vezes se viene el de
manera, que sin pensar se haze, y
se deuen en Romance euitar los
consonâtes no uëgan a acabar en
copla o casi copla, deste vicio
há notado algunos las obras de
do Antonio de Gueuara, Obispo
de Mondoñedo», Jiménez Patón,
56 v-57. Y el propio Mayáns, tras
tratar en 281 «la Concurrencia
de las letras*, declara en 282-
283 que «Fuera de lo dicho no se
han de juntar Consonantes, que
en su travazon parezca que se
hieren».
63
conduplicación. Es «figura de
palabra» que «consiste en comenzar
un verso con la última palabra
del anterior», lo que «vigoriza
la expresión», Pérez y Curris, 86,
con un ejemplo de Bartrina.
consonado. 'Verso aconsonantado',
opuesto al verso al aire (Gallardo,
IV, 486). V. aire.
consonador. Rimador (aquí
traductor en verso): «el descuidado y
caprichoso consonador de la
Poética de Horacio», Forner, Gram.,
171472.
consonamiento. «ant. Sonido de una
voz» (Diccionario de la Real
Academia).
consonancia. La definición del
Diccionario es perfectamente válida:
«Identidad de sonido en la
terminación de dos palabras, desde la
vocal que lleva el acento, aunque
las demás letras no sean
exactamente iguales en su figura.
Constituye esta consonancia la rima
perfecta». Da además el
Diccionario su acepción como vicio: «Uso
inmotivado o no requerido por la
rima, de voces consonantes muy
próximas unas de otras»; Robles
aconseja desterrarla de la prosa:
«Lo que toca á los consonantes [en
la prosa], esa sí es cosa que se
debe excusar con cuidado, porque
será fealdad decir: "Esto dirá en
suma mi pluma, porque le
contente al elocuente"; y todo lo que
favoreciere á esto no se podrá
permitir» (245). Y da el Diccionario,
por último, el uso figurado (más
próximo a la acepción musical de
la voz que a su empleo retórico)
negado al genérico vocablo
rimar, consonancia es «La relación
de igualdad o conformidad que
tienen algunas cosas entre sí»;
64 DANIEL DEVOTO
Malón de Chaide alude a la gracia
nacida «de la consonancia de los
colores y líneas del cuerpo»
(Conversión de la Magdalena, III, 97),
y Lope de Vega la emplea dos
veces en su Laurel: «verás qué
consonancia / hacen la erudición
y la elegancia» (VI, 1 14), y «¡ Qué
consonancia ! ¡ qué divino
terno !» (VII, 130, refiriéndose a
tres escritores religiosos). En
este sentido, González de Valdés
(III, 56) puede afirmar que «Los
acentos constitutivos del verso
común endecasílabo, son los de
4a y 8a, y mas principalmente el
de 6a. Son las consonancias del
verso». Por último, «consonancia»
designa la manera de rimar, el
orden y disposición de las rimas:
tratando de los motes y sus
glosas, el Pinciano declara que «los
ay que dizen motes de dos, tres y
quatro metros [aquí: versos
octosílabos], y, en éstos, diversidad de
consonancias», y para glosarlos,
añade, «agrádanme [las quintillas
de Mena] assí en el número de los
metros . . . como en la
consonancia» (II, 263 y 264). Lo mismo en
el Arte poética de las anotaciones
de Gallardo, III, col. 566.
consonancia o cola, 'estribillo',
Correas, 452.
consonancia falsa. V. andaluza.
consonantado. «Adj. que se aplica al
metro ô copla que tiene
consonantes, donde debiera tener asso-
nantes» (Diccionario de
Autoridades, bien que sin autoridad o
ejemplo. DzCap retoma esta voz y
su definición en 296 y en el
glosario final). La continuidad de las
asonancias, no siempre
respetada, no es tampoco absoluta: en
los romances artísticos divididos
en cuartetas, el último verso de
una de ellas consuena
frecuentemente con el segundo verso de la
siguiente. — Anómalamente, sólo
se da para consonantado el valor
pernicioso y no la esperable
acepción de «ir en consonancia».
consonantar. Forma dialectal de
aconsonantar, «un gótico para
consonantar con Perico» (J. J.
Jiménez de Aragón, 216).
consonante. «Dícese de cualquiera
voz con respecto a otra de la
misma consonancia. U.t.c.s.m.»
(Diccionario de la Real Academia).
Si la definición sigue la fórmula
gramatical correcta, el uso
general es el del sustantivo masculino,
sinónimo de consonancia.
Herrera hace esta voz masculina o
femenina: «las cósonátes de la
segunda i tercera rima» (300: son
los tercetos de la tercia rima)
y «no va ligado [Lodovico
Paterno] a los consonantes» (446). No
corresponden aquí ni su defensa
o su vituperio (similares a los
de la consonancia) ni el examen
de las agudezas a que su busca
(metafórica o real) ha dado lugar.
Su extensión es similar a la de
consonancia: 'composición
poética' (un personaje de los
Quintero, en trance de firmar
abanicos, tranquiliza a las postulantes:
«Habrá consonantes para todas»,
Amores y amoríos, 69); la poesía
en general («el Conde de Coruña,
Mendoza y Hurtado de las Nueve
Musas, honra de los consonantes
castellanos», El Diablo Cojuelo,
171); 'conformidad de una cosa
con otra' (en La sillita, los
hermanos Quintero juegan con este
sentido figurado y con el real:
«Y luego ... ¡ qué gentuza ! Er
padre, un sinvergüenza; y la
madre ... la madre, consonante der
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
padre, como dise un amigo mío
que escribe cuplés», Obras
completas, t. IV, p. 4517). Debe
consignarse, además, su uso abusivo
— similar al de consonancia —
para designar la palabra final del
verso, rime ésta o no; así Juan de
la Cueva se refiere a la dificultad
de la semiestrofa final de la
sextina, cuyas palabras finales no
riman: «encerrar en tres versos
solamente / a los seis consonantes
sin violencia» (Ejemplar, 157,
v. 311-312). La más divertida
denominación es la de Sz-Lima: «El
verso suelto no guarda otra orden
ninguna, mas de la medida de
los pies, que han de ser
igualmente todos de a onze syllabas:
los consonantes han de ser
différentes y disparatados, de suerte
que no aya ninguno que lo sea,
ni aun tonante, si ser pudiera.»
(83; en 86-87 denomina
«consonante» a esta palabra final, que
no consuena). La voz goza de
dos acepciones legítimas:
«consonante» vale por 'terminación'
(«Mas si todos los versos caen
debaxo de vn consónate: llamarse
an astrophos, que quiere decir
sin tornada», Nebrija, 56 v) y
designa igualmente el orden de
los consonantes: las quintillas,
estipula SanzR, van «siempre
con igual disposición de
consonantes dentro de cada
composición; la variación del
consonante en este caso perjudicaría la
belleza del conjunto» (89; la
reglamentación es falsa: en el teatro
clásico las quintillas van
generalmente alternadas, y en el ejemplo
que él mismo da en pp. 91-92,
presentan cuatro disposiciones
diferentes).
consonante abundancial (rima). V.
abundanciales.
65
consonante, casi. «Milá . . . notó [en
un romance] dejos de prosaísmo,
versificación en consonantes -ado
casi continuos ... El casi
consonante -ado tampoco es razón
contra su popularidad, pues algún
romance popular para Milá lo
ofrece también» (Menéndez Pidal,
Flor., II, 17). Milá alude «El
consonante casi perfecto en -ado» del
romance «Amores trata Rodrigo»,
p. 190, y en la página anterior
juzga al romance primero de ese
ciclo («Don Rodrigo, rey de
España», asonado en -á) «Juglaresco
en el estilo y en la versificación
(casi consonantes en -ar,
valiéndose para él de muchos
infinitivos) ... ». Las expresiones son
elípticas pero inteligibles,
referidas a la rima general del
romance, que debiera ser asonantado y
que comporta sin embargo
muchas rimas consonantes.
consonante doblado. V. manzobre.
consonante hinchado.. V. hinchado.
consonante imperfecta (rima). En la
clasificación de DíezE (123, n. 14)
aquélla en la que concurren
vocales precedidas de i, adiptongadas
o triptongadas, en oposición a
otras constituidas por vocales
plenas.
consonante monosílabo. V.
monosílabo.
consonante número. 'Palabra rima'.
«... que solamente se guarde
la consonancia, pero ni los versos,
ni los consonantes números sean
los mismos» (Rengifo, 50).
consonante pobre (rima). Para DíezE
(v. atenuada) el uso de ama : ama,
verbo y nombre rimados, es el
paupérrimo extremo a que puede
llegar la consonancia y quienes
66 DANIEL DEVOTO
la usan: excluye el empleo — no
llega a considerarlo — de ama :
ama verbo y verbo o de ama : ama
sustantivo y sustantivo, es decir,
la rima de una palabra consigo
misma (sustantivo y verbo,
aunque homófonos, son dos palabras
diferentes). Baehr no llega a
colocar el consonante pobre entre sus
modalidades de la Reim. V.
también pobre y unísona.
consonante rica (rima). V. rica.
consonante simulada (rima). Último
estadio de la consonancia según
DíezE (cf. atenuada); en Baehr,
que lo sigue, Reim c. Es el caso de
«árbol : mármol; veinte : lente; la
diferencia es tan imperceptible
que el mismo Lope hubo de rimar
las dos primeras, y Ulloa las dos
últimas». Es lo que generalmente
— y con mejor tino — se
denomina equivalencia acústica, y
las citas de Lope y Ulloa no son
cabales. V. simulado, consonante.
consonantemente. «Con consonancia»
(Diccionario de la Real Academia;
más usado en sus acepciones
musical y figurada).
consonantes (rima de). V. aliterada.
consonantes de capa y sayo. V. capa
y sayo y puros (consonantes).
consonantes dobles. . «Las
costillas si no te maravillas / tiene el
preste Juan de pan. Juguete con
consonantes dobles». Pieza 239,
48 bis, del manuscrito XXVIII de
la Hispanic Society (t. I, p. 197 del
Catálogo de D. Antonio Rodri-
guez-Moñino y Da María Brey
,
Marino).
consonantes forzosos (versos de).
«Versos de consonantes forço-
sos, illes dicunt Hispani, quorum
dictiones vltimae sunt immutabi-
les; videlicet, ex pacto; quia
sic inter duos aut plures Poëtas
conventum est» (Caramuel, II, 64;
da como ejemplos tres sonetos,
dos décimas, dos sonetos más y
otros dos; ejemplo en dos lenguas,
67-68).
consonantes partidos. Le Gentil (del
Cancionero de Baena): tmesis.
V. partidos.
consonantes verbales. V. verbales.
consonantica. El adjetivo
consonantico, -a se refiere, según el
Diccionario académico, a lo
perteneciente o relativo a las consonantes
o a la consonancia. Esta doble
posibilidad se condensa en la rima
consonantica postulada por Rafael
de Balbín («Acerca de la rima»,
1 10-1 1 1) sobre la correspondencia
-ores : -eras (San Juan de la Cruz),
-amos : -emos : -irnos (Zorrilla),
-inos : -inas (Antonio Machado): y
llama a ésta rima consonantica
alternante, «en que se reiteran
consonantes articuladas con
vocales intermedias»; distinguiéndola
de la que denomina rima
consonantica intervocálica, «en que las
consonantes reiteradas quedan
contiguas y flanqueadas por
articulaciones vocales»: -elta : -ulto
(Jáuregui), -ente : -ante (Rueda).
DzCap 2, bajo la advocación de
Balbín registra una delicada y
viciosa catalogación de la rima
consonantica uniendo a las
anteriores las variantes «agrupada»,
postvocálica» y «relajada». V.
parcial consonantica.
consonantista. Larra cita y traduce
a Boileau: «"Un rimeur, sans
péril, de-là les Pyrénées . . . ".
Alla, un coplero, al otro lado de
los Pirineos ...» y aclara en nota:
«Como quien dice un consonan-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
tista, un Rengifo» (Artículos de
crítica literaria, 5 y 22).
consonar. El Diccionario académico
remite a «aconsonantar», «Ser
una palabra consonante de otra»;
otras definiciones pecan de largas
o de cortas («Tener consonancia»,
Esquerra; «Tener dos voces las
mismas letras desde la vocal en
que carga el acento hasta el fin»,
Tracia, 404-405: «letras», no
«sonidos»; «Rimar», Arte de hacer
versos, 92: restringido luego a «tener
dos ô mas voces la misma
terminación»). La voz es de uso bien
antiguo: Santillana (en Sánchez, I,
lvii) acopla en uno «la orden de
metrificar è consonar»; el Pin-
ciano (II, 267) la usa sustantivada:
«otros aura qué gasten de otro
orden en el consonar»; Luzán (II,
267) sostiene, abriendo la ruta a
Tracia, «que llama y flama
consuenan y riman porque tienen
unas mismas letras desde la a
penúltima donde carga el acento».
Se emplea también en sentido
figurado (4a acepción del
Diccionario, calcada sobre las
idénticamente 4a8 de consonancia y
consonante): ciertas composiciones
de Juan del Encina están «en
estilo rústico, por consonar con el
poeta, que introduce personas
pastoriles» (Gallardo, II, 814).
Cabe señalar que su conjugación
ha variado: Salva sostiene, en el
índice de su Gramática (460), que
«Consonar no es verbo irregular»,
y en 65 (nota de la página
precedente) preafirma que «El verbo
consonar no sigue las
irregularidades de sonar, y se dice consona,
consonan, consone, y no
consuena, consuenan, consuene.
Pocas veces ocurrirá el tener que
usar de la primera persona del
presente de indicativo»; la
67
laridad se mantiene en todas las
páginas de su libro donde aparece
la voz. El verbo es hoy
regularmente irregular: «algunos han
escrito consona por consuena.
Tiene la culpa Salva, cuya
gramática sirvió de texto largo tiempo»
(Julio Calcaño, § 451, p. 220).
Salva no hace sino registrar un
uso antiguo, el de López Pinciano
(«consona y responde con la
consonancia o assonancia del
segundo al quarto [verso]», II, 261-262;
y nótese de paso que consonar
recubre aquí asonancia y
consonancia; otro ejemplo en 266), o el
de Príncipe (479: «hay un don que
consona con ocasión»).
cónsone y cónsono sólo tienen, para
el Diccionario, acepciones
musicales y figuradas. Cónsono es
'rimado': «... vuestra carta X
metros en consono estilo»
(Respuesta de Diego Rodríguez de
Almeida, vel de Murcia, a la carta
y coplas de Juan Manrique, «De
Burgos, a 23 de marzo año de
1462», en el Valerio de las
historias eclesiásticas, 1542; en
Gallardo, III, 1184, y IV, 206). Mena
se sirve también de este adjetivo
(Myers, 242).
constante. «La R[ima] es constante,
perfecta o pura (reiner Reim o
simplemente Reim) cuando son
iguales todos los sonidos a partir
de la última vocal acentuada»
(Rioduero, 252). No conocemos
otro ejemplo de esta adaptación.
contiguas. Rimas que distan entre sí
menos de ocho sílabas (Rafael de
Balbín Lucas). V. alejada.
continua. «Consonancia continua
llamaremos, quando dos . . . versos
son consonantes sin meterse en
medio pero que no lo sea» (Car-
68 DANIEL DEVOTO
bailo, Cisne de Apolo, 74 ó 1, 203);
la conjunción adversativa
sustantivada vale por 'consonancia
diferente'). Según Quilis (36), esta
«consecución de rimas
semejantes: aaaa, bbbb, etc., da origen a
las estrofas monorrimas» (casi
idéntico — «secuencia» y no
«consecución»; «conforman», así en
plural, en vez de «da origen» — en
Terlsm, 125); lo mismo en Baehr,
que la extende a cinco versos y
más: «aaaaa, etc.». En en caso del
soneto dicho «continuado» (la
fórmula va de Rengifo a TN, Rep.,
184, 477), cuyo esquema es ABBA
ABBA ABA BAB, «continuo» no
alude a una rima única sino a una
forma de 'continuación', en los
tercetos, de las dos rimas iniciales.
No es lícito, empero, el uso de
«rima continua» en Baehr, 262:
«La rima continua en los versos
primero y cuarto y el enlace que
produce entre las estrofas»,
describiendo una serie de cuartetas
en ABBA, ACCA, ADDA, AEEA, en
la que ninguna rima A es
propiamente contina; son preferibles, en
casos como éste, las
denominaciones «la misma rima», «una única
rima» u otras similares. Puede
admitirse, en cambio, la fórmula
usual «asonancia continua en los
versos pares» aplicada a
romances de diferentes metros (Baehr,
206, 219, 263); Bello, sin embargo,
puntualiza el empleo de
«continua» en los romances artísticos:
en el estribillo de éstos, «según la
práctica de los poetas del siglo
XVII, la asonancia no es
alternada, sino continua; vestigio, sin
duda, de la costumbre antigua de
asonantar todos los versos».
continuado (soneto). V. continua.
continuo (soneto. V. continua.
contraasonancia. «Consiste en,
manteniendo fijo — o casi — el
elemento consonantico que
pertenece a la rima, modificar bien
la vocal átona, bien la tónica o
bien, en algunos casos, ambas»
(For, que da ejemplos de Sem Tob
— hombre / costumbre, poco /
flaco — , Juan Ramón Jiménez
— humo I bruma I como — y
Lorca — caballos / talle / mejilla).
contracción. La voz designa varios
fenómenos: «metaplasmo que
consiste en formar de dos
palabras una sola, eliminando la vocal
final de la primera o la inicial de
la segunda», del, al (MzAmador,
364); «reducción de dos vocales, ó
de dos sílabas á una. La síncopa
y la sinéresis producen
contracción en los vocablos»: Monlau,
Vocabulario; Lapesa, Unidad, 32.
aisla «las contracciones vocálicas
(prior, tiatro, báut)»,y Fernández
Monje, 194, llega a llamar
contracción a la unión de licuante y
líquida en una sola sílaba: «bla,
bra, cía, era, etc. ». Interesa aquí
la opinión de Cáscales, Tablas, 75:
«En nuestra lengua Castellana
hay muchas contracciones, que es
casi lo mismo que diphtongo: es
lo mismo, porque la contracción
comprehende también dos
vocales en una: no es totalmente lo
mismo, porque algunas veces no
las contrahe, y en el fin del verso
nunca». V. remate de verso.
contrarejet. Término francés
aceptado en For «para designar, en
un encabalgamiento, la palabra
o palabras colocadas al fin de
un verso y que pertenecen a la
estructura sintáctica cuya parte
principal está en el verso
siguiente», es decir, lo contenido en el
verso encabalgante.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
contrasonancia. V. contraasonancia.
contraste. «En el contraste de unas
rimas con otras, se dan también
grados de diferenciación. Son
plenamente contrastantes las rimas
que difieren entre sí por sus
vocales acentuadas y por los sonidos
siguientes: -amas, -idos, -ores (copla
33). El contraste es sólo parcial
cuando las rimas difieren por las
vocales acentuadas, pero
coinciden en los demás sonidos: -emos,
-irnos, -amos (10). Otro grado de
contraste acentuado ocurre
cuando los sonidos finales difieren
mientras las vocales acentuadas
coinciden: -á, -amos, -ales (24). Los
contrastes atenuados son modos
de resonancia incompleta, como la
misma rima asonante, aun cuando
la práctica ordinaria no los
reconozca ni sancione» (TN, «Métrica
de las Coplas de Jorge Manrique»,
en su Los poetas, 81-82).
convencional. Partiendo de las
«conventional rhymes» inglesas, tipo
de rima «engendrada para recreo
del oído» y en la que «basta . . .
la conformidad de la
pronunciación», MzBej (198 s.) decreta
que hay una «única rima
convencional existente en España, v
con b» (cf. II, 187): la
prescripción podría extenderse a g y j, y
e i . . . y seguiría sin
corresponder a lo que se denomina
«convencional rhymes». Clarke sigue a
MzBej: «Rhyme that satisfies the
ear but not the eye, as the rhyming
of b and v» (357); DiezE copia
las «"conventional rhymes" de
la métrica inglesa» y las amplía
a «z con s, b con v» (124, n. 14
de p. 123). DzCap 2 recoge para
este tipo de rima la denominación
de «isofónica» acuñada por Bal-
bín.
69
copla unissonans. DzCap 2 rescata de
H. R. Lang la expresión «copla
unissonans»: la «que tiene las
mismas rimas consonantes que las
otras estrofas del poema, y
dispuestas en el mismo orden»,
requisito del arte de maestría mayor.
V. también unissonans.
coronar. En el Pinciano, sinónimo de
responder 'rimar'.
correcta. «El episodio de la rima
consonante produjo [en los romances]
un adelanto formal en el sentido
de que se apartaba de la
descuidada mezcla de rimas consonantes
y asonantes, propia de los
cantares de gesta y de los antiguos
romances y se aspiró
consecuentemente a la asonancia correcta»
(Baehr, 213-214). «Correcta»
'sucesión de rimas de la misma
especie', es expresión,
precisamente, correcta; la visión del
panorama histórico de la versificación
castellana deja en cambio que
desear.
correctora, rima. Las rimas
permiten restituir pasajes que la
transmisión manuscrita o impresa
ha corrompido. Uno de los
trabajos iniciales de este
procedimiento enmendatorio es el de
H. E. Coblentz, «Some suggested
rime emendations to the York
Mystery Plays».
correlación. «Alberto Lista en su
oda "A Baco" practicó la
correlación de las rimas [en el
sexteto]» (TN, Rep., 81, 237; id. 82,
239).
correlativas. «Hacia la mitad del
siglo [XV] apareció la copla en
que cada sextilla consta de tres
rimas correlativas, distintas de
las de su pareja» (TN, M2, 113);
más claro en su Rep., 80; «tres
70 DANIEL DEVOTO
rimas correlativas, abc : abc»: lo
mismo referido a los tercetos
del soneto (CDE : CDE, 181, 472),
sexteto correlativo (81, 236; 81-82,
238; 118, 341 y 342, etc.).
correspondencia. TN, M2, 202, trata
de «La cantiga trovadoresca,
construida a base de redondillas y
quintillas con correspondencia de
rimas entre las partes primera y
última . . . sobre el modelo
tradicional, abba : cddc : abba»; y en
82, 240 señala, en una composición
de Marquina: «El mismo orden y
correspondencia en rimas y
versos . . . abe : abe» (como se trata
de «sextetos octosílabos», la
«correspondencia de versos» no ha
menester señalarla). Ya Mayáns H,
283, recurre a los «muchos
millares de testimonios de Poetas, por
cuyas correspondencias rímicas se
averigua mejor la pronunciación
de los Autores». Y Baehr
considera «término poco acertado» los
tres («versos sueltos, blancos, y a
veces también libres») con los que
en la métrica española se
denominan los «versos sin
cor espondencia de rima».
corresponder. 'Rimar'. «... la rima
perfecta . . . consiste en que los
versos que se corresponden entre
sí, acaban con palabras, en las
cuales la vocal acentuada y todas las
que la sigan, sean idénticamente
las mismas» (Hermosilla, 347; y
348; «Tenemos sin embargo, como
en griego y en latín, versos que no
se corresponden entre sí con
ninguna especie de consonancia ni
asonancia, y que por eso se llaman
sueltos, libres, ó blancos*);
Príncipe no transige con la
compensación del pie quebrado precedido
de agudo: lo admite cuadrisílabo,
«pero no cuando es pentasílabo, y
menos cuando entran los dos á
corresponderse entre sí, como ...»
"Por la calle va Ramon / Cojeando,
/ No sin dar su tropezón / De
vez en cuando"» (569). SzLima,
tratando de la sextina, cuyos
versos no son consonantes y no se
corresponden, utiliza ambas
voces: «el segundo verso de la
segunda copla, corresponde con el
mismo consonante [palabra final]
del verso primero de la primera»
(86-87).
correspondiente. 'Rima'. «Es estilo
[el verso suelto], en donde se
pueden vsar muchos consonantes
exquisitos, que en otras
composturas no se podrían, por la falta
que de otros correspondientes
podía auer» (SzLima, 83;
«consonante», para él, designa la palabra
final del verso, con
«correspondiente» o sin él).
corresponsión. Lope de Vega {Rimas,
57) delata la falsa facilidad que el
romance tiene según los
ignorantes, basados en que «no le obligan
a la corresponción de las
cadencias» (también en Gallardo, IV,
965, y en Milá, 58, que estampa
un «(sic)» después de
«corresponción»).
corrida (asonancia). «... al romance,
de asonancia corrida» (TN, M2,
536, 3).
corriente. 'El verso grave' (Villar,
101).
corriente (rima asonante). V.
asonante perfecta o corriente.
corromper. «No se lea Cica sino
Egica; ni Cinga, sino Cinda; ni
Eurigo, sino Ervigio, aunque éste
por causa del verso se corrompió.
[Rima con digo y Rodrigo]
(Brócense)». (Nota al Laberinto de
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
Mena en la edición de José
Manuel Blecua, 139, 273).
cortada, dicción. RoblesD denonima
«Versos en dicción cortada» los
tres diferentes casos de
encabalgamiento que reconoce.
cortados, versos. RoblesD: tmesis.
cortadura. Apócope. V. concisión. En
Correas, tmesis.
cortamiento. MzAmador, 385,
agrupa las acepciones que esta
voz adquiere en Nebrija:
cortamiento a secas, aféresis;
cortamiento al medio, síncopa;
cortamiento de fin, apócope; y
cortamiento de palabra, temesis.
cortar. MzBej: tmesis. No sabría
afirmar con seguridad si en el
Ejemplar de Juan de la Cueva (153)
cortar vale por encabalgar. «Entre
algunos poetas hay contienda /
sobre si el verso puede o no
cortarse, / y hay quien nos diga en
contra y quien defienda . . . / y
tengo por vulgar impertinencia /
no hacello, y hacello con eceso /
condenaré, si vale mi sentencia».
La voz es ambigua: «sincopamos
o cortamos», dice Robles en El
culto sevillano (121), y «cortar el
verso» en Herrera (Gallardo, IV,
col. 1312) vale por
encabalgamiento.
cortar la dicción. Herrera: tmesis.
corte. Encabalgamiento: «queda
excluido el rompimiento, corte o
"enjalbement" [sic], tan frecuente
en los clásicos latinos y hasta en
los nuestros, p. ej., Fr. Luis de
León ... », DíezE, 169. Es, para
SanzR (34) sinónimo de
encabalgamiento y de tmesis: «No sólo se
han dado estos cortes de frase y
de palabra en la cesura de los
71
sos compuestos, sino en la pausa
final de los simples» (y da
ejemplos de lo que él llama
compensación, de encabalgamientos, y de
tmesis, a la que denomina corte y
truncamiento). ■
corte de palabra. La tmesis, para
MartAl, 678.
corte del verso. RoblesD: tmesis.
cruzadas. Disposición de las rimas
según el esquema abab: así en
Rengifo (89: «consonancia
cruzada»; en 48: «consonantes
cruzados»; emplea allí el sinónimo
«terciados»), Luzán (II, 394:
«quartetos de rima cruzada»),
Príncipe (618, 1: «cuartetos . . .
cruzados» o serventesios), Benot
(III, 255, 1 y etc., «rimas
cruzadas»), MzBej (228: «redondilla
de pies cruzados»), Pérez y Curis
(30: «rima cruzada»), Clarke
(«consonancia cruzada» y «rima
cruzada»; en esta página 357
agrega: «The French term, rime
croisée, is often employed», lo que
es cierto en francés y mucho
menos «often» en castellano), TN
(AÍ2, 342, «rima cruzada» del
terceto en el Romanticismo; y 188,
11; «cuartetos cruzados», como en
Rep., 103, 302), LC (354), Baehr
(73, «cruzada o alterna») y Rio-
duero (252). Milá (521) señala unas
«cuartetas de consonantes
cruzados» a las que se denomina
«romances», y en 532 indica que
en el libro de vihuela de Enríquez
de Valderrábano se da el mismo
caso. El cruzamiento puede darse
también en las asonancias:
Príncipe (559) transcribe una cuarteta
de Calderón «en cuatro versos de
asonancia cruzada ó doble*. Para
interpretaciones diferentes de
esta voz, v. cruzar.
72 DANIEL DEVOTO
cruzadita. «... ahí tiene V. esa
[redondilla] que se me ocurre,
cruzadita como verá, ya que V.
en tal cruz me pone [al pedirme
tetrasílabos esdrújulos]»
(Príncipe, 514).
cruzamiento. «La versificación
moderna hallaba en la latina de
la Edad media ... el cruzamiento
de las rimas» (Milá en DzCap,
330).
cruzar. Se sirve de este verbo Benot
(III, 218): «poniéndolas junto [las
rimas], o cruzando con ellas otras
rimas asonantes»; y 349: la silva,
que «da gran facilidad para
aprovechar las rimas que se presentan
espontáneamente, permite el
cruzarlas». Lo mismo en MzBej (II,
215): en el soneto, «Aunque rara
vez, han solido los poetas cruzar
los endecasílabos de los
cuartetos». Las dos disposiciones
antagónicas de la estrofa birrima de
cuatro versos (cruzada, abab, y
alternada, abba) se enuncian a
veces juntas: «alternando o
cruzando las rimas» (Luzán, II, 273),
«Los consonantes alternan i se
cruzan» (Benot, III, 254), «rima
cruzada o alterna» (Baehr, 73).
Quizás sea esto lo que ha
convertido en sinónimos dos formas
antitéticas: para Riquer (22), en la
estrofa de cuatro versos «en que
riman el primer verso con el
cuarto y el segundo con el tercero,
se dice que las rimas son
cruzadas», y da el ejemplo conocido «Si
es o no invención moderna, / vive
Dios que no lo sé, / pero delicada
fue / la invención de la taberna»,
rimado abba y no abab. Lo sigue,
casi textualmente, Ter-Ism, 125.
Tampoco es ortodoxo el llamar
cruzadas (como lo hace TN, Rep.,
131, 472) a las tres rimas finales
de un soneto dispuestas en CDE :
DCE.
cuadrar. En el sentido de
'conformarse una cosa con otra', que le
da el Diccionario de la Real
Academia, y sobre todo con sentido
negativo («no cuadra») se usa
como sinónimo de 'rimar' en
varias regiones de España y de la
América española.
cumbre tonal. V. axis rítmico o axis
estrófico.
cúrrente. Llámase ocurrentes (por lo
ligeras que pasan ó corren,
causando menos impresión en el
oído) las [vocales] que siguen a la
tónica ó acentuada», Monlau,
Vocabulario, s.v. acentuada; y s.v.
triptongo: «y como las dos voca-
les que siguen á la acentuada
ó tónica se hacen currentes, el
oido las percibe débilmente y
de una manera muy parecida al
diptongo».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
dactilica (consonancia). « . . .
dactilica es la de tres sílabas, como
clámide, pirámide» (Tejera, en
DzCap, glosario); «The rhyming of
proparoxytones» (Clarke, 357; lo
mismo en Esquerra).
débil. «Es débil o pobre la rima en
que figura la misma palabra con
acepciones distintas» (TN, M2, 15,
9-16, b); lo mismo en Baehr, 76.
MzAmador, 455, junto a la
designación tradicional de la i y
la u opuestas a las otras tres
vocales fuertes, hace de débil un
sinónimo de inacentuada (52, s.v.
acento): «son débiles o
inacentuados los tratamientos "don" . . .
"san" o "santo" ... ».
denominación. V. paronomasia.
densa. Es, para Balbín Lucas (según
DzCap 2) «la rima de la estrofa
que no tiene ningún verso suelto»:
era más bien inquietante que
careciéramos de esta precisión.
derivativas. «Otro recurso de los
viejos cancioneros, el de las rimas
derivativas, aparece recordado
por el mismo [Francisco Luis]
Bernárdez en el soneto siguiente . . .
"Si para recordar lo recordado /
debí perder primero lo
perdido . . ."» (TN, Rep., 188, 454; lo
mismo, salvo que empeorado, en
M2, 463: «un soneto de Bernárdez
[el mismo] de rimas derivativas e
iguales en cuartetos y tercetos»).
El soneto es, efectivamente,
continuo o birrimo, lo que excluye
terminantemente la posibilidad
de presentar catorce (siete, y
siete) rimas derivativas. El
73
cio de la derivación (empleo de
derivativos; Mayáns, II, 300,
acumula «como de caudal, acaudalar,
acaudalado, acaudalador,
caudaloso, caudalosamente») funciona
en el interior de los versos, pero
no en las rimas, que son catorce
participios, siete en -ado, y siete
en -ido, de voces no
emparentadas.
desajuste pausal. V.
encabalgamiento.
desatado. V. atado.
desatar. Soltar (v.).
desatar los versos es practicar el
encabalgamiento: «cuando quiere
alguno accompañar el estilo
conforme con ... el pensamiento,
procura desatar los versos ... y lo
aparta de la vulgaridad de los
otros. Mas este rompimiento no
ha de ser contino, porque
engendra fastidio la perpetua
semejanza», Herrera sobre Garcilaso,
en Gallardo, IV, col. 1312. Torres
Villarroel, en sus Visiones, 85,
elogia a Calderón porque «lo
corriente de sus números [ocasiona]
el que se controvierta si escribió
sus jornadas en prosa sonora o en
verso desatado».
desatar vocales. V. unir.
desinencia. Sinónimo — al menos
parcialmente — de 'rima'. «Los
árabes, dicen, suelen dar una sola
desinencia a todos los versos de
una composición; otro tanto han
hecho los españoles en sus
romances» (Bello, Uso, 354). Como en
este ejemplo, la voz se aplica gene-
74 DANIEL DEVOTO
raímente al romance: en él los
versos «impares van libres ó sueltos
y los pares rimados con una
misma desinencia» (Rivas, 26; usa
semidesinencia en 27); «y a esa
desinencia tristísima [-áa] se debe
acaso en su mayor parte el
bellísimo efecto de un romance de
Lista que se cita a propósito del
ethos de la asonancia» (Príncipe,
483). Redacción por lo menos
descuidada es la del precepto «se
considera pobreza poética hacer
rimar entre sí terminaciones
verbales o palabras de la misma
desinencia, al estilo de llevaba,
cantaba, amaba, esperaba, o ciencia,
prudencia, paciencia, eficiencia»
(Riquer, 19): las voces que riman
«entre sí» (y solamente suelen
hacerlo entre sí) lo logran gracias
a la misma desinencia (y
solamente gracias a esa misma
desinencia); el ortólogo RoblesD
funda precisamente «el ritmo de
la cadencia» en «la semejanza de
la desinencia de los versos» (77),
es a saber, su rima.
desligado. «No han faltado, sin
embargo, ilustres é ingeniosos
defensores á la teoría de los
octosílabos desligados» (Menéndez
Pelayo, 31, n. 1 de 28). Opuesto a
juntos.
deslizamiento i partición. Herrera:
encabalgamiento.
deslizante. «... si son esdrújulas [las
palabras que riman], se habla de
R. deslizante» (Rioduero, 252). Es
sólo una desafortunada
traducción del alemán (gleitend Reim).
desnudo. «Como es sabido, el poeta
calificaba de "verso desnudo" al
libre ...» (Arturo del Villar,
Prólogo de La obra desnuda, de Juan
Ramón Jiménez, p. 9; en p. 10 el
texto aludido: «... el verso libre,
blanco, desnudo ...»).
desplazada. Dorothy Clotelle Clarke
(«Displaced rime in early Spanish
cancionero poetry») presenta un
«type of interior rime» (290): la
correspondencia de una rima
final por una rima deslizada en el
interior de otro verso, no
inmediato como en el caso de la rima
interna, sino correlativo dentro
de la estrofa y carente de rima
final. Da ocho ejemplos e indica
muchísimos más en nota, lo que
la induce a creer que se trata de
una práctica voluntaría y no de un
yerro de transmisión, aún
reconociendo que el orden correcto
puede restablecerse sin dificultad
(«que en dos mil penas andáis . . .
bien vereys que estays en gloria»
soporta enderezarse en «bien
vereys que en gloría estays»). Sus
ejemplos no son del todo
convincentes: el de López de Ayala es
una cuarteta monorrima hiper-
métrica en la que la voz final no
hace ninguna falta («non sea tan
osado ninguno»), y el de Castillejo
rimaría desigual con desigual, en
una copla diferente de las demás
del Sermón de amores. La entrada
«rima desplazada» se lee a este
propósito en DzCap 2.
destrovados, versos. Lo que
desatados: «¿Conocéis que sean éstos
versos destrovados o desatados ?»,
Forner, Gramáticos, 105.
desusados, consonantes. V. raros.
dexaprende. V. lexa-prende.
diacope. Título de apartado en
Correas (395): «Tmesis, temesis,
diacope, cortadura», que es todo uno.
dialectal. «Aquella [rima] que sólo lo
es en el dialecto del autor» (Rio-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
duero, 252). Baehr afirma que
«En la Edad Media se dan con
frecuencia fenómenos dialectales en
la rima».
dialefa. «Figura métrica contraria a
la sinalefa, que consiste en
pronunciar en sílabas diferentes la
vocal final y la inicial de dos
palabras contiguas de un verso», For.
Este tecnicismo, que reemplaza a
«hiato», opera a veces entre las
dos voces últimas del verso.
diastole. El Diccionario de la Real
Academia conserva a esta voz
su acepción propia de la
versificación cuantitativa (cf. sístole);
es metaplasmo que se comete
«quando breues pro lungae usur-
pantur» (Palmireno, Pros., 22). Se
usa hoy la voz para designar la
«traslación del tono a una sílaba
posterior a la tónica», SanzR, 35;
y así RoblesD, 121, cita «la
diastole océano (asonante en ao)» y
constante consonancia muy a
mano. Correas, 92-93, da para
«diastole, división, ô
apartamiento» una acepción
eminentemente gráfica, como signo para
separar dicciones: «sirve de
apartar dos palavras, para ke no
parezkan una, i de dividir las ke
kaen xuntas, i van apartadas en
el sentido». V. modificación del
acento.
dicción cortada (versos en). RoblesD:
tmesis.
diccionario rúnico. «Este
Diccionario rímico [la Gaya] lleva los
encabezamientos siguientes ... »,
Gallardo, III, col. 149. Los
diccionarios de rimas no escasean hoy.
diéresis. Metaplasmo, es
«licencia . . . por la cual dos vocales que
según la pronunciación común
forman diptongo, en el verso se
75
pronuncian con tal separación,
que formamos con ellas dos
silabas distintas», Tracia, 41. Pérez
y Curis especifica que su misión
es «suavizar el verso o llenar
otras necesidades del ritmo» (90).
Su empleo en la rima es más
bien excepcional, y ejemplos
como el de una glosa del
cancionero de Moran de la Estrella no
son frecuentes (p. 376, n° 780):
«La [prisión] que tengo es
corporal / y ésta no me causa pena.
/ Siento la spiritual / que es la
que me condemna / y la causa
de mi mal ...» («spiritual» es
la más descansada solución para
regularizar el octosílabo, y
aparece como más eficiente que
dislocar «Siento» o dotar a
«spiritual» de una e condenada al
hiato). MzAmador, 495, consigna
un empleo diferente del meta-
plasmo, según Nebrija: diéresis,
«Es cuando una silaba se parte en
dos silabas», con un ejemplo de
Juan de Mena: «Belligero Mares
tu sufre que cante, por dezir
Mars» (más que de diéresis, se
trata de la sustitución de una
forma del nombre del dios de la
guerra por otra tan corriente
como la que el comentario
aporta). Y Lope de Vega, al hacer
tetrasílabo el comienzo del introito {El
peregrino en su patria, 47: «y
antes que dixesse Missa / su
evangelio predicó; / a decir el Introibo
I por Jerusalen entró») no hace
sino regular la prosodia latina de
la recitación eclesiástica que
aportó al español la maestría de
trovar a sílabas contadas, vocal
por vocal.
diferentes. «Desde Juan de Mena se
divulgó la estrofa compuesta de
dos quintillas de igual tipo
aunque de rimas diferentes, abaab :
76
cdccd» (TN, Arte, 126). V.
independientes.
difícil. «Otro [«de los principales
efectos estilísticos que Mora
persigue»] es la rima difícil, con la
cual hace maravillosos juegos»
(Menéndez Pidal, Flor, III, 84).
«... hay asonantes sumamente
difíciles y en que sería de todo
punto imposible componer dos o
tres centenares de versos» (Bello,
Rima, 483; cita algunas
«combinaciones . . . difíciles de seguir», y
concluye que «en general todo
asonante en que la vocal
acentuada es la u, es de mucho mayor
dificultad que la rima completa»).
Masdeu, según DzCap (347),
considera más modestamente el uso
del asonante «más difícil que el
verso sin rima».
dificultoso, -a. Gabriel del Castillo
coloca algunos consonantes «En
los difíciles» (338), y otros «En los
consonantes dificultosos» (178); y
Milá (58, 1) aclara: «En cuanto a
las consonancias dificultosas en el
Amante liberal, se trata
únicamente de las rimas difíciles orna
y axa y no, como se ha creído, de
todos los consonantes en
oposición a los asonantes».
diptongada (asonante). V. asonante
diptongada.
diptongo. «Para la asonancia los
diptongos se dividen en perfectos e
imperfectos. Diptongos perfectos
son los que comienzan por vocal
abierta (a, e, o) é imperfectos los
resultantes de cualquiera otra
combinación. Ahora bien, si la
sílaba acentuada es un diptongo
ó triptongo la regla es como sigue.
Cuando el diptongo es perfecto, la
asonancia empieza desde la
primera vocal (ley), si es imperfecto
DANIEL DEVOTO
empieza desde la segunda (fiero,
buey)», MzBej, II, 187. La regla
general es menos complicada:
«No estorban a la asonancia las
semiconsonantes en los
diptongos, que cuentan como si sólo
tuvieran la vocal fuerte (cielo =
menos)», Ma J. Canellada, en el
Diccionario de literatura
española, s.v. asonancia. En la
consonancia sólo puede haber
problema cuando uno de los dos
diptongos enfrentados ha sido
disuelto por razones rítmicas
(silabeo total del metro), o, muy
homoiuseamente, cuando un
exdiptongo casa con vocal llena:
para RoblesD (78), «es mejor la
consonancia ... de virtuoso con
reposo que con suntuoso»: verdad
es que aclara en nota que «Mejor
consuena adjetivo con nombre
que con otro adjetivo», pero
también lo es que la presencia o
ausencia del diptongo no influye
sensiblemente en la apreciación
de la rima. Los casos son además
raros: el poeta colonial argentino
Luis Josef de Tejeda rima con
coraçones un diptongo
regenerado: «en la gente judaica, y
naciones» (Libro de varios tratados,
268; también en 297-298).
dirrima. Denominación encontrada
por Balbín (DzCap 2) para
designar «El tipo de rima densa en
que son dos las rimas diferentes
de la estrofa». Más claro: las
consonancias o asonancias de todo
cuarteto, cuarteta o serventesio
forman dirrima: «Hoy las ciencias
adelantan / que es una
barbaridad»; antes se llamaban birrimas.
dislocación del acento. Milá y Fonta-
nals (546-547) parece haber sido el
primero en considerar esta
«singularidad»: la constitución de un
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
«Asonante por dislocación de
acento». Como lo señala Riquer
(10), «La dislocación del acento,
efectuada generalmente por
razones de ritmo o de rima, presenta
dos casos: la sístole ... y la
diastole». Algunos ejemplos propone
Caramuel (II, 655 s., Ep. XII);
una buena veintena acumula
RoblesD (7). Clarke, Chr., 333,
da para dislocación a secas un
solo equivalente con un doble
empleo: «Displacement, as
displaced rhyme or shift of accent»,
reservando el primero para el
objeto de su estudio, que aquí
se registra. Efectivamente, la voz
designa simplemente un cambio
de lugar, y como afirma —
también con razón— Trueba (39),
«Un verso deja de serlo sólo con
la dislocación de una palabra
y aún de un acento». Verdad
que sería aún más verdadera
si en lugar de «deja de serlo»
apuntara «puede convertirse en
un verso distinto; y acaso
mejorarse». V. modificación del
acento.
dislocar. Salva (25), Monlau (264,
MzAmador (53, s.v. acento)
refieren este verbo a la dislocación del
acento; Benot (II, 87) a la del
acento y (II, 289) a la de la
palabra.
disloque. «El disloque [acentual] es
frecuente en los aires asturianos
antiguos y modernos: Panderetita
mía / sigue cantando / . . . / que yo
me muero», Alfonso Reyes, «Las
jitanjáforas», en sus O.C., XIV,
216-217.
disloque de palabras. Benot, III,
149-150, da este nombre a la
tmesis, apuntando dos ejemplos en
-mente, uno de Calderón y otro de
J. G. González.
77
disolver. Vilar, tmesis.
dísona. V. unísona.
disonante. DíezE (123), siguiendo los
términos latinos que usa
Caramuel (Rhytmica, 5): «Disonantes
son las palabras que no tienen en
su terminación ninguna letra
igual». «Después de haver puesto
los Consonantes, que en nuestra
Lengua se hallan con el accento
en la ultima, y penúltima sylaba:
me pareció añadir estos
Dissonantes, no solo para que se eviten;
sino para que sirvan de tentar
à Poetas noveles. Si alguno les
hallare el Consonante puede
ponerle al lado ...» (Gabriel del
Castillo, 372). Las dos citas
muestran dos diferentes valores de la
voz: la primera se refiere a voces
que no riman entre sí, aunque
cada una de ellas rime por su
parte con otras; la segunda
designa voces que no riman con
otra ninguna: son las dichas fénix,
y se dan en DíezE, 123, también
amparadas en Caramuel. No se
agotan aquí los sentidos de esta
palabra: disonante se opone a
consonante para señalar la
composición no rimada: «La misma ley
que guardan hoy guardavan / los
antiguos, usar los disonantes, / i
esto con gran veneración usaván.
/ por viciosos tenían los
consonantes ...» (Juan de la Cueva, en
DíezE, 201). «Dissonante» es el
verso impar de los romances,
según Rengifo (60), que en 418
menciona «los Versos
Dissonantes intermedios de la Poesía Asso-
nante». Y Méndez Planearte
comenta uno del poema de Darío
«A Remy de
"Simón" (disonante
Gourmont»: entre
«v. las
39;
rimas de los versos pares: "sol",
"amor", "visión")», manteniendo
78 DANIEL DEVOTO
una nomenclatura contradictoria,
ya que si el verso es disonante por
posición, es, por naturaleza,
asonante. Otra contraditio es la de la
Chr. de Clarke, 333: «disonante.
See rima disonante», y 357: «rima
disonante. Words in rhyme
position in a rhymed composition, but
whose endings do not rhyme»,
donde las rimas se llaman casi
rimas porque no riman. La voz
vale todavía como dicterio: según
Rengifo, 18-19, algunos «dicen
que los Italianos en su lengua
siempre hinchan el numero de
once, y que faltando aquella
sylaba [final en los agudos],
quedan estos versos coxos, y
dissonantes». Queda todavía el empleo
figurado de «disonante» (que es,
empero, pese al giro de este
empleo, su sentido lato): J. G.
González, III, 56, afirma que en el
endecasílabo los acentos de 4a y
8a, y más aún el de 6a, «Son las
consonancias del verso»,
agregando que «Son disonancias los
acentos en 5a, 7a y 9a»; y en p. 59
indica qué es menester «Para que
los acentos disonantes se elidan,
corrijan ó resuelvan con los
consonantes».
disonar. Covarrubias registra:
«Dissonar. No hazer consonancia con
las demás vozes», si bien por
algunos equivalentes latinos parece
referirse puramente al sentido
(como lo hace Malón de Chaide,
III, 189). No es así en Salinas,
lxv, r-v, que emplea la voz sobre
«escribir en copla».
displaced rhyme. Esta expresión
inglesa integra el título de un
artículo de Dorothy Clotelle
Clarke. Se sirve de ella DzCap
castellanizándola en DzCap 2. V.
desplazada.
disposición (de las rimas). Usa esta
expresión TN, Rep., 113; Baehr
emplea «disposición cruzada»
ABAB en los cuartetos de algunos
sonetos (400). Quilis (36) adopta
«combinaciones»; Luzán usa la
voz como sinónima de distancia.
De una manera más general,
Baehr plantea la disposición de la
rima según sea ésta final (con sus
cuatro formas: continua, pareada,
cruzada o alterna, abrazada) o
interna, registrando dos formas
(72-75). Más generoso es Juan
de la Encina, para quien los
versos, según la naturaleza de sus
rimas internas, pueden ser
encadenados o presentar las galas
del multiplicado y redoblado (cf.
DíezE, 183).
distancia (entre las rimas). «... pide
también la rima . . . cuidado en la
disposición, colocación o
distancia de los consonantes» (Luzán, II,
280; y 282: «La distancia de dos
versos interpuestos de un
consonante a otro se ve practicada en
muchas canciones líricas»); «No
colocar tampoco las rimas tan
lejanas unas de otras, que merced
á esa misma distancia se debilite
la sensación que en el oido deben
producir» (Príncipe, 475); «Ni se
deben [según Caramuel]
distanciar las rimas más allá de cuatro
versos, raramente cinco, nunca
seis» (DíezE, 125). Benot establece
diferentes distancias entre las
rimas, según sea la longitud de los
versos y la naturaleza de las
rimas (acentuación y sonidos que
las integran); Balbín Lucas lo deja
muy atrás (v. acumulada, alejada,
alternantes, contigua, densa, dirri-
ma, espaciada, periódica . . .).
dístrophos. Versos de rima alterna
(Nebrija; en DzCap 2).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
dividir una de las palabras finales.
Trueba, Moulau: tmesis.
división. Herrera: encabalgamiento.
división. Tmesis: «Otra [licencia]
es la división de palabras en fin
de verso» (MzAmador, 358), «La
división (participación de una
palabra en dos versos) ...» (Pérez
y Curis, 39), «en otros casos se
divide una palabra entre dos
versos» (TN, M2, 17, 12); Navarro
Tomás estudió «La división de
"esca-/parme"». Correas da a
división el significado de
'diastole'.
doblada. TN, Arte, 136, menciona los
artificiosos sonetos del Siglo de
Oro «con rimas alternas,
dobladas, derivativas», y en M2 trata de
las rimas dobladas (237 y n. 9).
Clarke (373) registra doblada
como remisión a arte comuna
doblada. Rima doblada puede
también significar sencillamente
«pareada*: «De la octaua Rima
fue inventor, ô mas presto
reformador, luán Bocacio de Certaldo,
en los años 1350. pues donde los
Sicilianos vsaron, y vsan de
componerla solo con dos Rimas, el
Bocacio añadió la tercera. Mas si
damos fee al señor de Vische, ni
fue el vno, ni el otro, porque dize
auer visto Estancias antiquissi-
mas Sicilianas, con la rima
doblada en el fin», Aulise, 295.
doblado (consonante). «Duplication
of the same word or stem. See
Lang under mansobre» (Clarke;
Lang, según Le Gentil, II, 147,
toma la expresión de la rúbrica de
un texto portugués y ve en ella el
equivalente de manzobre; agrega
Le Gentil: «il s'agit plutôt de ce
que Encina appelle redoblado»).
En el Cancionero castellano del
79
siglo XV (II, 382) lleva el número
698 «Esta copla de consonantes
doblados [que] fizo el dicho
Alfonso Aluarez [de Villasandino]
por escura»: los tales consonantes
doblados son la llamada «figura
etimológica», con el empleo de
una quincena de formas del verbo
«cuidar» en sus ocho versos.
doble. Voz sobremanera polisémica,
aplicada a la rima: (1) Lang cita
esta voz como usada por
Villasandino entre otros artificios,
métricos y de rima: lay, deslay, cor, dis-
cor, doble, mansobre, sensillo o
menor. Clarke (334) y Le Gentil (II,
151-152: «dobre, devenu doble en
castillan») lo siguen en
considerarla de origen portugués, sin
adherirse por entero a su
equivalencia con las rims equivocs pro-
venzales. (2) «Cuando riman dos
palabras en un mismo verso se
produce una rima doble . . . como
en los versos leoninos» (L.C. 353;
lo sigue Rioduero, 252, al dar
la voz como traducción de la
Schlagreim alemana). Lo mismo
en Clarke, 329, pero bajo el rótulo
«consonancia doble en un mismo
verso. The last word of a line
rhymes with a previous word in
the same line, usually in the
middle of the line»; rima doble tiene
para ella otra significación (V. 3).
Todas estas definiciones son
válidas, pero incompletas, al no
estipular el lugar preciso del verso
donde la doble rima se produce.
TN, en M2, tratando de las
cantigas de la Pasión de Juan Ruiz,
dice que enlazan «sus versos con
dobles rimas, interiores y finales»
(sin tener en cuenta que pueden
reducirse a versos cortos con una
sola rima cada uno, como ciertos
manuscritos leen este tipo de
artificio); en cambio, en Rep., 184-185,
80 DANIEL DEVOTO
Doble rima se explica así:
««Además de las rimas finales, hay otra
serie de rimas equivalentes al
principio de los versos. Figura en
Rengifo, Arte poética, cap. XXIX,
con el nombre de "soneto
retrógrado"». El soneto figura con este
nombre porque, efectivamente,
es retrógrado: desde el primer
verso («Sagrado Redentor y dulce
Esposo») puede leerse al revés
(«Esposo dulce y Redentor
sagrado»), y la expresión
«equivalentes» dada a las rimas significa
que, del primer al último verso,
ocupan un lugar semejante en la
correspondencia de las estrofas,
pero como puede verse, no hay
rima doble en el sentido general
de rimar «dos palabras en un
mismo verso». Lo mismo puede
decirse de las octavas con rima
doble de La picara Justina: el
primer verso (rima a) y el último
(rima c) cuentan con sólo una
rima; los restantes alternan a
y b según el modelo de la octava
italiana: a, a-b, b-a, a-b, b-a, a-b,
b-c, c: la doble rima no juega
dentro de un verso. V. triple rima.
(3) «rima doble. See rima
encadenada» (Clarke, 357). (4) En su
Gramática castellana, p. 227 (la
cita DzCap en su vocabulario),
Pons hace a doble rima sinónimo
de rima grave: «Los versos
también se llaman . . . llanos o de
doble rima», denominación sólo
inteligible por su paralelo en la
nomenclatura inglesa: «A
feminine rhyme, since it involves
two syllables, is also known as a
double rhyme» (Abrams, 151).
(5) Juan Hurtado de Mendoza
usa rima doble para designar
los pareados de su «Prólogo»;
cf. Dámaso Alonso {Dos españoles
del siglo de Oro, 277-278, o el
t. Il de sus Obras completas,
740-741), que rastrea el origen
francés (rime doublet te) de esta
denominación. (6) Para Príncipe,
sinónimo de asonancia cruzada.
V. cruzadas. Bien se echa de ver
la diversidad de valores de esta
voz en la triple entrada que le
consagra DzCap 2: doble (según
Lang, «repetición de una
palabra en la rima», ya se trate de
una misma dicción o de «dos
palabras con igual sonido»), doble
rima (según Navarro Tomás,
«utilización de dos series de rimas
independientes . . . una al final
y otra al principio de los
versos»), y «rima doble, rima
interna». Caso particular de doble
rima es el de las «coplas
contradictorias» estudiadas por
Wilson, en las que cada hemistiquio
desarrolla su disposición
estrófica y su sentido propios, lo que
permite, sobre la lectura corrida,
considerar su sucesión como dos
poemas distintos, por lo general
de sentido totalmente opuesto.
doble acentuación. DíezE la
considera en concurrencia de tónicas
(p. 137, n. 44 de 136). Baher (44,
7-45) trata de dos acentuaciones
diferentes de una misma palabra,
y no de voces con dos acentos.
Sobre las muchas que se hallan en
esas condiciones (remite a la lista
de Cuervo en sus Apuntaciones), y
sobre las licencias usuales (el caso
de «océano», grave, es quizás el
más frecuente), la alteración del
acento en las voces rimadas ha
sido estudiada por S. Griswold
Morley. V. modificación del
acento.
doble asonancia. «Así esta doble
asonancia que se nota en el primero
de estos cantares [salir - salga - a
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
mí - basta] como la asonancia y la
consonancia que se nota en el
segundo [ramo - pena - soldado -
buena] son defectuosos» (Trueba,
54-55: sostiene que los versos
impares deben ir libres, y que en
este tipo de poesías no debe
entrar la rima perfecta:
prohibiciones ampliamente repetidas en
las diversas preceptivas). Bello, en
cambio, señala ejemplos de la
práctica contraria: «La fábula de
El Sapo y el Mochuelo de don
Tomás de Iriarte ofrece la
novedad difícil y bien desempeñada de
dos asonancias alternativas.
Tenemos asimismo romances en que
las estrofas impares guardan una
asonancia y las pares otra,
suavizándose la transición por medio
de un estribillo compuesto de
versos asonantados» (Arte, 198-
199); Iriarte emplea el
procedimiento en dos de sus fábulas, la
XXXIV y la LXI, y las dice, en
ambos casos, «de dos asonantes».
La práctica es lo bastante
difundida como para que Alonso
Cortés afirme que «No faltan
frecuentes ejemplos de composiciones de
doble asonancia; es decir, que
los versos pares combinan por
una parte y los impares por otra»
(1 14; sigue una cita de ocho
versos de ¿albino Dávalos, y
definición y cita se leen, sin comillas,
en SanzR, 64); algunos poemas
de Blas de Otero {A la inmensa
mayoría, Fidelidad, etc.) van
versificados por este procedimiento.
Menéndez Pelayo [Trat, I, 68, 1)
señala, con «otras
particularidades métricas», «el empleo de
la doble rima» en «zajal y mua-
xaja», y cita (id., 101) «El famoso
romance asturiano "El galán
de esta villa" que sirve para
acompañar la danza prima» como
81
«ejemplo, singular según
creemos, de asonantes encadenados,
es decir, de romance doble»,
expresión esta última de uso
general (Henríquez Ureña, 6). La
noticia «romance doble» de DzCap 2
da como autoridad para esta
denominación a Eduardo de la
Barra y la ejemplifica con una
fábula de Iriarte que está lejos de
ser romance al alternar
regularmente octosílabos y heptasílabos.
doble consonancia. V. doble. Príncipe
(548 s.) dedica atención a un tipo
de «seguidilla de doble
consonancia» dado que esta estrofilla se
articula generalmente sobre
asonancias, en sus dos formas de
cuatro y de siete versos.
doble escansión. «El número de
palabras de doble prosodia
[«austríaco» y «austríaco», «médula» o
«medula»] es, pues, de alguna
consideración, a pesar de estar la
lengua cristalizada actualmente»
(Benot, II, 16). Lo que aquí
interesa es el caso, aún más
particular, de la facultad propia del
poeta para escandir de manera
diferente una misma voz ajustán-
dola al ritmo de su verso; y el
caso, más particular todavía, de
servirse de un mismo vocablo con
valor prosódico diverso,
especialmente en la rima. Tal facultad se
ha ejercido y observado desde
antiguo: tales las consideraciones
de Esquilache sobre el uso de
«suave», bisílabo y trisílabo en
Garcilaso (Gallardo, III, col. 10) o
las observaciones de Jáuregui a
don Luis de Góngora sobre el
dividir diptongos: «y es lo peor, que
confunde Vmd. esa novedad,
alargando unas veces la palabra y
otras abreviando la misma. Dice
una vez: "Violaron a Neptuno" y
82
otra "Sin violar espuma"» (y da
varios otros casos). Benot da
muchísimos ejemplos clásicos de
este proceder (el más lucido
parece el de Quevedo, en II, 111:
«El día que me aborreces, ese
día»), y a su zaga van La Barra
(Elementos, 30: «Este ruido es un
ruido [sic] I mui poco grato al
oído») y en especial RoblesD. Una
condición no desoída, bien que
poco formulada, la expone un
tratadista italiano, Zotti, citado por
Benot (II, 1 15), que enumera voces
de medida diferente «purchè la
voce non sia in fin di verso»,
donde, rimada o no, es usual
restablecer la prosodia
acostumbrada.
doble rima. V. doble.
doble rima interna. Curtius cita un
artificioso poema latino en
DANIEL DEVOTO
metros rimados de dos en dos,
con doble rima interna» (221).
doble y triplemente esdrújulos. V.
esdrújulos.
donaire. Caro trata de las «rimas de
donaire» de Bretón de los
Herreros en una de sus notas al Arte
métrica de Bello (p. 188, n. 1 de
187).
dos asonantes (de). V. doble
asonancia.
dúplex. Pérez y Curis (237) copia
un fragmento de Juan Ruiz,
comentándolo: «Este tipo de
quinteto monorrimo con rima dúplex
(en ambos hemistiquios), no lo
he visto en ningún otro poeta».
duplicado (consonante). «A form
of interior rhyme» (Clarke, 329).
Robles cita un soneto de
consonantes duplicados en p. 219-220.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
eco. El soneto Mucho a su majestad
sagrada agrada es «De rima
doblada con repercusión en
forma de eco» (TN, Rep. 182). El
procedimiento es sólo tolerable
como juguete (y eso «alguna vez»)
para Luzán, III, 285; y es, en
opinión de Quilis, « de escasa belleza
lírica» (33-34), razón quizás por la
cual lo estudia fuera de lugar,
entre timbre y cantidad, metiendo
en un mismo saco eco, rima
leonina, rima al mezzo y la rima
encadenada de los franceses.
Sobre el estudio de Marcel
Gauthier (o sea Foulché-Delbosc) en
RHi, 35 (1915), 1 ss., está el más
reciente de Emilio García Gómez,
«Una mwassaha andaluza 'con
eco'». Luys Antonio da el nombre
de eco al encadenado: «Retrato en
ecos a vna dama que le pidió al
Autor vna Pintura de su mano: /
La Dama que aqui retrato, / trato,
de que la contemple, / temple del
mejor ingenio, / genio, que es tan
excelente» (54-56: son once coplas
de romance: repite alguna vez
la misma palabra). DzCap, 341,
señala que de La Barra, en varias
obras, «llama eco a la rima del
final de un verso con el
hemistiquio del siguiente, dándole un
sentido a la palabra eco que no es
el normal en la métrica española
para designar este tipo de rima».
V. las dos entradas siguientes.
eco encadenado. DzCap 2 da este
nombre, con los de anadiplosis,
eco engazado, encadenado y
versos enlazados, al procedimiento
tratado en encadenada, 1.
83
eco engazado. «A form of internal
rhyme in which the last word of
one line rhymes with the first
word of the following line, often
in addition to the regular rhyme
scheme of the piece. Also called
eco encadenado*, Clarke, Chr.,
334. V. eco encadenado.
ecoico. «El [verso] latino cuyas dos
últimas sílabas son iguales. 2. El
que se emplea en la composición
poética castellana llamada eco»
(Diccionario de la Real Academia).
éctasis. «Único, en lugar de único,
por la fuerza del consonante y por
deliberada jocosidad. Góngora
escribió . . . Ñapóles . . . Francia.
Y Cervantes, en el Viaje del
Parnaso: "Poeta ilustre, o al menos,
magnifico". A esto llamaban
éctasis los antiguos retóricos»,
Rodríguez Marín, 21.000 refranes, 355.
La voz se usa en Nebrija, de donde
la toma MzAmador, 534.
efecto vocálico de la rima. «En
algunos casos el efecto vocálico de la
rima es [en Darío] resultado de
una modulación que abraza todas
las cláusulas del verso, como en
el siguiente ejemplo de Cabecita
rubia: "Boca soñadora de rosa y
de mora"». NT, M2, 455-456.
embrassée. Clarke, Chr., 359, da
entrada a la expresión francesa
«rime embrassée Having the
rhyme scheme abba and the like».
V. abrazadas.
emigración. «El castellano no
repugna la emigración del acento de
una sílaba a otra», Benot, II, 84;
84 DANIEL DEVOTO
dará luego el paso, en el verbo, del
acento del radical a la
terminación, elemento capital de las
rimas llamadas gramaticales.
emistichios. «Carvallo los confunde
(a los versos leoninos, creo) con la
rima encadenada y los designa
con el nombre de 'versos
emistichios'» (DíezE, 260). Forner
(Gramáticos, 101) mantiene esta
grafía obsoleta. V. también
hemistiquio.
emparejadas. V. pareja.
en medio. «See rima encadenada».
Clarke, Chr., 357.
encabalgado, «el [verso] en que
termina» el encabalgamiento, Quilis,
E, 184.
encabalgados, versos. En la glosa,
«cada verso aislado ha de
constituir una idea en sí concluida. Esto
no excluye que se glosen también
versos encabalgados; antes, por el
contrario, los virtuosos de la
glosa se sienten atraídos
especialmente por las dificultades que de
estos resultan», Baehr, 332; en la
nota 37 da el ejemplo de Iriarte
glosando versos terminados por y
y de.
encabalgamiento. «Se da — explica
con claridad DzCap 2 — cuando la
pausa versal divide un grupo de
palabras que no admite pausa en
su interior». Esta circunstancia
ha sido generosamente
apellidada: goza de una buena quincena
de apelaciones (van en cursiva
las más equívocas: acoplamiento,
corte, desajuste pausal,
encadenamiento, engambamiento, enjam-
bamiento, enlace, escisión,
eslabonamiento, machiembre,
rompimiento, traslado, traspaso,
zancada; a todas estas
nes, recogidas en DzCap 2,
agregamos quebrar, remozada por
Lugones). El procedimiento ha
sido también estaqueado en una
decena frailuna de categorías
(abrupto, dilatado, encadenado,
estrófico, interno, léxico, medial,
oracional, sirremático, suave,
versal). Salvo el encadenamiento
léxico, que se tratará más
adelante, sólo nos interesan aquí en
todos los restantes, sean cuales
fueren, los casos que pueden
afectar a la rima, es decir el hecho de
que las últimas sílabas del verso
hospeden voces más o menos
átonas a las que el metro llega a
dotar de una obligada
acentuación: «Tan rubia es la niña que /
cuando hay sol no se la ve». Estos
casos aguardan todavía la
atención que indubitablemente
merecen. Se denomina «verso
encabalgante» el que desplaza al
siguiente el encabalgamiento, y «verso
encabalgado» el que lo recibe en
su comienzo. Sobre las voces
citadas, véase: brisure, cabalgar, con-
trarejet, cortada, cortar y cortar el
verso, desatar, deslizamiento,
división, encabalgado y encabalgados,
encabalgamiento léxico,
encabalgante, encabalgar, enjambar,
enjambement, entrar, incisión,
montados, montar, partición, porción
transferida, rejet, romper el verso,
truncar.
encabalgamiento de rimas. «El
encabalgamiento de uno o varios
elementos de rima de la primera
parte de la estrofa [en la canción
petrarquista] con la segunda es
excepción rarísima: úsase, sin
embargo, por lo general un "verso
de enlace"», Baehr, 344 (la
traducción es poco eficiente).
encabalgamiento léxico. V. tmesis.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
encabalgante. «Es el verso en que
se inicia el fenómeno poético» o
sea el encabalgamiento, Quilis,
E, 184.
encabalgar.. «Distribuir en versos o
hemistiquios contiguos parte de
una palabra o frase que de
ordinario constituyen una unidad
fonética y léxica o sintáctica»,
adición reciente del Diccionario de la
Real Academia. Es, según DzCap 2,
«Prolongar el sentido de la frase
más allá de los límites del verso,
dándose entonces un desajuste
entre la pausa métrica y la pausa
de sentido». Agrega sus
sinónimos: cabalgar, encadenar, engam-
bar, enlazar, montar . . .
encadenada. Muy cuerdamente,
Clarke (Chr., 335) evita definir
esta voz, convirtiéndola en una
serie de remisiones: «See arte de
encadenada, lexaprén, rima
encadenada, encadenado», a las que
pudieran agregarse
encadenamiento y encadenar. Estas voces
designan: (1) «vna gala de trobar
q se llama encadenado q en el
côsônâte q acaba el vn pie en aql
comiëça el otro» (Encina, vvto
con un ejemplo): lo citan Benot
(III, 369), Clarke (335) y DíezE
(183; cf. 259). En «la compostura
encadenada», dice Carballo en su
Cisne de Apolo, «comiençan los
versos con diciones consonantes
del verso que ha precedido» (lo
cita Rodríguez Marín en su
edición del Viaje del Parnaso, 174).
Caramuel lo limita bajo el
titulillo De Catena: «Repetitionis
genus est: habetq. locum quando
earn vox, quae claudit versum
praecedentem, sequentem aperit»
(5 a paginación, p. 23). El artificio
puede limitarse a dos versos
consecutivos (Encina, en Gallardo, II,
85
876; Stúñiga, Cancionero general,
1 r°) o mantenerse a lo largo de la
copla (Hernán Mejía, en Gallardo
I, 179, 170; abundan ejemplos en
el Cancionero general: Vaca, lxxvj
y lxxvij vto; Cartagena, lxxxix;
Stúñiga, ccxvvto; Alvarez Gato,
cix vto y cxj, etc.). Julia Martínez
da un ejemplo del Monserrate de
Virués (I, xlviii): TN, Rep., 38,
uno, popular, tomado de V. T.
Mendoza, El romance español y
el corrido mexicano, 706. Otra
forma de esta práctica consiste en
tomar solamente las sílabas
rimantes, como en el ejemplo
de André de Prado que allega
RoblesD (78): despide/pide, aniña/
niña, retrato/trato; lo mismo
en Rodrigues Lobo: callo/hallo,
quejas [verbo]/quejas [sustantivo],
daños/años, salvo que a veces no
toma la sílaba completa sino la
rima a partir de la vocal tónica.
En dos sonetos de la antología de
Núñez Mata (273 y 274), el
encadenado o enlazado de los
cuartetos es independiente del de los
tercetos; el segundo (Rengifo vía
Benot) es más irregular. Una
complicación suplementaria tienen
los versos de la Comedia Eufro-
sina citados por Cejador (La
verdadera poesía castellana, I, 196,
n° 691; «Contento con mi cuidado,
/ dado . . . asiento, / siento . . .
prestado / estado en que estoy
contento»: lleva «Contento al
principio y al fin de la cuarteta».
(2) Se denomina encadenada toda
rima interior; en Caramuel (II,
162 ss.) se dan siete modus
diferentes que marcan el progresivo
alejamiento de esta rima en el
interior del verso: el primero,
«monohemimeris», y el segundo
(sin nombre particular)
corresponden a la práctica que ante-
86 DANIEL DEVOTO
cede (resplandor/flor, andaluz/luz,
para el primero; hermanos/manos,
demanda/manda, para el segundo).
Vienen luego el tertius, «si
caesura sit trithemimeris» (fuerte/
la muerte, despidiera/la esfera),
quartus («tetrhemimeris dividet»:
sonora/de Pandora), quintus («pen-
themimeris»: maxada/en la
cerrada, suelto/mirad resuelto), sex-
tus («hexhemimeris»: marea/sale
Galatea, dichosa/y con culta
prosa) y septimus («hepthemime-
ris»: historia/rehuse la memoria,
aliento/y no haya sufrimiento).
Responde este planteo a la rima
encadenada de Clarke (Chr., 357:
«Mid-rhyme; the rhyme word
of one verse repeated within the
following verse, at the beginning
or near the middle ...»); agrega:
«Also called maraña, ovillejo,
rima al medio, rima al mezzo,
rima doble, rima en medio, rima
injertada, rima interna, rima
interior, rima media, rima medial. See
also rima leonina». De estos
procedimientos y de estas voces,
encadenada, interna y al mezzo
designan el más usual, del que es
ejemplo clásico el de «Garcilasso
de la Vega en aquella famosa
Égloga, que comienza: En medio
de el Infierno [sic], &c.» (Rengifo,
137). Lo mismo en Velázquez (86:
«De ella [la Poesia Arábiga] nos
vienen los versos . . . que llaman
encadenados, por estar la
correspondencia en el fin del verso, que
precede, y en el medio del que
sigue»), en Príncipe (623, 1: «A la
rima dispuesta así, se le da el
nombre de encadenada, por
parecer como que eslabona el final
de un verso con la mitad del
siguiente»), en Blair (HI, 346, si
bien no aprueba su uso
continuado: «una composición de esta
cuerda es afectada, violenta, y
hace cojear la cadencia»), en
MzBej (174-175: da «ejemplos de
rima interna, que ... los viejos
preceptistas españoles y
portugueses [llaman] rimas
encadenadas*), y en TN (M, 532: «Rima
encadenada ... en italiano rima
al mezzo»; M2, 1 89 y 240). En M2,
204.28, afirma que «La' diferencia
entre eco y rima encadenada no es
bastante clara en M. Gauthier
(Foulché-Delbosc)». (3)
Encadenadas son para Quilis,
exclusivamente, «dos pares de rimas que
riman alternativamente: abab,
cdcd. También recibe las
denominaciones de rima cruzada,
rima entrelazada y rima
alternada» (37-38). Lo mismo en
Riquer (22: «Si riman [en una
estrofa de cuatro versos] el verso
primero con el tercero y el
segundo con el cuarto, se trata de
rimas encadenadas»), y en Duc-
Tod, 225, que da la equivalencia
francesa rimes croisées. La
denominación es equívoca, y debería
abandonarse (viene de las rims
encadenatz provenzales cuyo
equivalente terminológico no
encuentra Le Gentil, II, 108). Se
sirve de ella, como vimos, Menén-
dez Pelayo, que denomina
«asonantes encadenados» los del
romance de la danza prima: pero
lo precedió, con idéntico apelativo
para la misma composición, Milá
y Fontanals (552). (4) La definición
del Diccionario académico
antepone a la acepción a la que damos
el número 1 la de «la estrofa cuyo
primer verso repite en todo o en
parte las palabras del último
verso de la estrofa precedente».
En Una carta que embió [San-
tillana] asu amiga (Canc. geral,
xxvij y vto), la última palabra
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
de cada estrofa es la primera de
la siguiente (ya lo señala T. A.
Sánchez, I, p. xl), y — sobre un
encadenamiento interior de los versos
6 y 7— procede así Manrique
en Ver qué congoja la mía (Clás.
cast., 39-42). Más noticias en TN,
Ai, 109-110 y 189, y M2, 89, 109 y
170, vinculando esta práctica con
el leixa-prende gallego-portugués.
(5) Los tercetos reciben también
el nombre de cadenas (Cáscales,
I, 98; Benot, III, 276; etc.), y por
ello las rimas en serie aba bcb cdc
ded, etc., reciben a su vez el de
encadenadas (LC, 354; Ter-Ism,
125; etc. (6) DíezE, 122, recuerda
que Rengifo «trata por extenso
del verso leonino (cap. LXIIII, y
VIII), que él llama rima
encadenada*. Hay noticia detallada en
Lang, 512-513 (Arte de
encadenada), y en E. Buceta,
«Proparoxítono y rima encadenada».
encadenado (sust.). Gerardo Diego,
en sus comentarios a la poesía de
Manuel Machado, usa la voz
referida a la correspondencia de las
rimas: «sus sonetos libres de
encadenado de rimas entre los dos
cuartetos» (195; cf. 118; «Más los
tercetos encadenados en muchos
eslabones»). Cáscales la aplica a
la trabazón de los versos lograda
por el encabalgamiento: «y Bembo
y Minturno dicen, que de esa
manera cobra el verso más
gravedad, y va más encadenado; y de
esotra cada verso por sí hace la
composición humilde» {Tablas,
97-98); lo cita, repitiéndolo en lo
más substancial, Luzán (II, 278).
El editor de Saavedra Fajardo se
sirve del término en el mismo
sentido, aplicándolo a la prosa: «En
Saavedra hay pasajes
encadenados de cadencioso número
oratorio [y no sólo períodos cortos
87
sin ilación que no sea la de
referirse a lo mismo]» {Idea. . . , en
Clás. cast, I, 51).
encadenado (consonante). «El
consonante encadenado es el que pasa
del fin del primer verso a la mitad
del segundo, del fin del segundo
a la mitad del tercero, y así
consecutivamente hasta el último
verso, en cuya mitad no se pone
consonante» (Masdeu; cf. DzCap,
vocabulario). V. encadenada.
encadenado (romance). Navarro Le-
desma designa así el romance que
no sigue el ritmo cuaternario
propio de los romances artísticos
cantables (DzCap y DzCap 2).
encadenado, arte de. Cancionero de
Baena,
n° 145, «arte
«este de
dezir
encadenado»
va por artey
de encadenada», con la nota
«Llamábase así la repetición en la
mitad del quinto verso de la rima
del segundo y cuarto», que pasa de
Lang a Le Gentil, II, 121.
encadenamiento. Las autoridades
registradas por DzCap (Camus,
que cita a Puigblanch, propulsor
de engambamiento, y Mendoza)
dan a la voz el sentido exclusivo de
encabalgamiento o
eslabonamiento; lo mismo en Milá,
Compendio, 407, con un ejemplo de
Moratín. En cambio, la única
acepción que Clarke da a esta voz {Chr.,
335) es la de encadenada en sus
valores 1 y 4: «The repetition of a
rhyme or a verse, usually the
former in the beginning of the
following verse, or the latter in the
beginning of the following strophe». TN,
Ml, 189, registra «el
encadenamiento de los versos» (o sea:
encadenada, 1); el de las estrofas puede
hacerse de diferentes maneras:
«En la Serrana de Riofrío, del
Arcipreste de Hita . . . cada estrofa
88 DANIEL DEVOTO
empieza repitiendo la misma
palabra con que termina la estrofa
anterior» (Ibid., 41; Quintana, En
la muerte de un amigo y en A la
Duquesa de Alba — Cías, cast,
p. 140-141 y 171 — emplea
esporádicamente este procedimiento,
reducido a la repetición de la
rima); Santillana, en El planto de
Pantasilea, encadena sus diez
estrofas por reiteración de las
rimas (1, rimas abe; 2, rimas bed,
3, rimas def, etc.)- En la misma M2
(482), TN denomina «el modo de
encadenamiento de sus pareados»
(en la canción de Lorca «Galán,
galancillo . . . ») la simple
repetición de una o dos palabras en el
interior de algunas de las estro-
filias (las menos). La voz
encadenamiento puede referirse también
a las cláusulas de la prosa: «Ansi
mesmo es necessario que las tales
clausulas [breves, de la epístola
yrascible] passen d la vna a la
otra sin encadenamiento ni
continuado, como se vee en la
misma Epístola [de Séneca], para dar
a entëder la poca firmeza que
suele auer en los ánimos enojados
y puestos en colera» (EspSant,
68 vto). DzCap 2 registra la
expresión rims capcaudatz para
designar el encadenamiento estrófico
de la serrana del Arcipreste de
Hita.
encadenamiento de estrofas. V.
encadenada, 4.
encadenar. 'Enlazar los versos
mediante la rima, rimar'; «nuestros
antiguos poetas, que no conocían
más razón que la consonancia, se
vieron precisados a usar un solo
consonante para ir encadenando
unos versos con otros, desde el
principio hasta el fin, como se ve
en los romances más antiguos»
(Velazquez, en Milá, 65); «réstanos
ver cómo [los versos] se agrupan
entre sí, encadenados por la rima»
(La Barra, El, 74). Masdeu usa el
verbo para indicar el
encabalgamiento: «procure enlazar o
encadenar los versos pasando con el
discurso del uno al otro, de modo
que se corte, o se concluya el
sentido las más de las veces a mitad
del verso, rara vez en el fin»
(citado por DzCap en su
vocabulario).
enclenque. «Rimas enclenques»,
título de Benot, III, 233-237. V. pobre.
enclítica. «Desde que existen versos
castellanos, la partícula enclítica
en final de verso ha sido
computada como terminación aguda y,
por tanto, con valor de tónica»,
DíezE, 135. Inexacto: «Desde que
existen versos castellanos, ha
podido computarse ... », eso sí;
que siempre se la haya computado
así, de modo alguno, y el autor
citado lo reconoce (si bien
parcialmente, manteniéndose en sus
trece o sus tesis «cuando se trata
de los llamados sobreesdrújulos»)
en el ejemplo que aporta y
comenta: «en dicciones llanas,
convertidas en esdrújulos por enclisis,
puede ésta ser tónica o átona,
según lo exija el ritmo del verso»,
y rimar en consecuencia. Si la
dicción modificada es aguda (darle,
verle), rimará obligatoriamente
como grave.
encontrar con las consonancias.
'Repetirse una misma rima': «las
canciones, las quales, como dixi-
mos en los tercetos [género que
«no deue multiplicar las
consonancias, sino que todos los
consonantes deuen ser diferentes», p. 277],
no se deuen encontrar con las
consonancias, especial en las estanzas
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
enteras, que el epodo bien se
puede encontrar con la estancia
entera en la consonancia» (López
Pinciano, II, 279-280): la
prescripción recomendaría, pues, no reen-
cadenar las estanzas entre sí, salvo
la última con su commiato.
énfasis rítmico. Con esta enérgica
formula, Balbín Lucas (DzCap 2)
designa el hecho de que su
colocación en determinados lugares del
verso — sobre todo en el de la
rima — dote de acento a voces
átonas, en particular a los
monosílabos convertidos en rimas agudas.
engambamiento. V. engambar.
engambar. Criticando a Salva por su
empleo de enjambement, Puig-
blanch propone: «A esto que aora
no tiene nombre lo llamaría yo
engambar un verso en otro, i
engambamiento de versos, las
cuales dos voces derivo de gamba
nombre substantivo italiano, i hoi
usado en la Península como
castellano i como lemosino, bien que
con otra aplicación diferente»: en
DzCap, 279 y glosario.
engaño. Benot, II, 141, da un ejemplo
de engaño (¿ decepción del oído ?)
en el que «falta el encanto de la
rima» en el apareamiento de una
voz aguda con otra grave. Su
apreciación es harto discutible.
Herrera usa «engañar» aplicándolo a
lo que hoy se denomina
«equivalencia acústica» (V.).
engazado, eco. V. eco engazado y eco
encadenado.
engerida. Rengifo (35) denomina
«consonancia engerida» a la rima
alterna abab; DzCap (29 y glosario)
cita sólo a Vicens (en la n. 2 de
p. 29 da sus varías
denominaciones: «encadenada, cruzada,
89
lazada o alternada» — Quillis — y
«cruzada» solamente, para Baehr).
Clarke (Chr., 337) da sólo la forma
masculina: «engerido. Rhyming
abab».
engoret. MzBej, II, 187 y 189, la
menciona a propósito de la asonancia.
Se trata de la «rime goret» o «en
goret» de los rhétoriquews
franceses: «Rime en Goret est quant les
derrenieres sillabes de la ligne
participent seulement en aucune
lettre» (Jehan Molinet, en Hecq-
Paris, 159); «La rime goret . . .
n'est qu'une vague assonance»,
aclara el editor de Sebillet, n. 2 de
p. 68.
enjambamiento. «A falta de otro
término creo que debe admitirse la
palabra enjambamiento, que ya
existe en francés. Su etimología es
clara, y su derivación me parece
aceptable», de la Barra, NE, 56; en
DzCap, vocabulario; y su uso por
de la Barra, en p. 287.
enjambement. Nombre francés del
encabalgamiento, corriente en
español (Clarke, Chr., 337; LC, 161);
se sirven de él Pérez y Curis (53,
221, 223), Henríquez Ureña (35, 67,
con el valor métrico de
«compensación»), Luis Cernuda (referido a
Aldana, en «Tres poetas metafísi-
cos», p. 771 de su Prosa completa),
etc.
enlace. 'Efecto producido por una
misma rima': Príncipe (456) llama
«enlace ó eslabonamiento» al de
dos versos rimados en ones, y TN,
M2, 378, señala que Rosalía de
Castro hace suceder «versos de
distinto tipo sin otro enlace que la
asonancia de los pares». Este
efecto obra en el interior de la
copla: «el tipo más común de
décima, que suele llamarse tam-
90 DANIEL DEVOTO
bien espinela: consta de dos
redondillas de rimas abrazadas y
unidas por dos versos de enlace,
abba/ac/cddc» (Caro, 17, 11); lo
mismo en TN, M2: «la transición
entre ambas [partes de la décima]
corresponde a los versos de
enlace»; y todavía lo mismo en
Baehr, 299. El «verso de enlace» se
denomina también «enlace» a
secas, tanto si opera como si está
ausente (TN, M2, 41: «dos
pareados seguidos, sin enlace
intermedio, por el verso de vuelta», y 540:
«el enlace es sustituido por un
verso suelto»). Baehr, 378,
confirma que «Respecto a la
disposición de las rimas [en la silva],
existe tan sólo la regla general de
que no se separen demasiado los
enlaces». Este «enlace» también
se «produce entre las estrofas»
(ibid., 262), desde «el sencillo
enlace de estrofa mediante la
repetición de la última palabra de la
misma, puesta como principio de
la siguiente» (ibid., 340, 56) hasta
procedimientos al parecer menos
sencillos: «el enlace de las
estrofas mediante la repetición al
principio de cada una del último verso
de la anterior» (TN, M2, 69); «El
enlace se producía en otros casos
empezando todas las estrofas
con el mismo verso ... o bien
poniendo al principio de todas las
coplas un mismo nombre en
forma vocativa» (ibid., 123). Otros
significados del enlace se relacionan
con la compensación entre versos
(ibid., 67) y el encabalgamiento
(ibid., 78). TN llama además
«versos enlazados» a los que contienen
voces comunes (v. enlazados,
versos) y a los arriba descritos en
encadenada 1. Para Kurt Spang
enlace es, paradójicamente, la
«Separación de sujeto y verbo,
o verbo y complemento directo
por medio de la pausa versal.»
(DzCap 2).
enlace de las estrofas. A las tres
formas propuestas por TN y citadas
en el artículo precedente (M2, 69,
canción de maestria: lo mismo en
Baehr, 340, 56; 123 para los dos
procedimientos del decir),
agregúese id., 199, sobre la copla
mixta: «Juan del Encina solía
practicar el enlace de las semi-
estrofas limitando a dos o tres
el número de las rimas»; en 201
vuelve sobre las «estrofas
enlazadas».
enlace de las vocales. MzAmador
designa con esta expresión
aquéllas «que se pronuncian en una
sola sílaba»; si son dos se
denominan diptongo cuando se hallan «en
una misma palabra, pues si
figuran en voces distintas, su enlace se
denomina sinalefa». TN, M2, 67,
también denomina enlace el
encuentro de las vocales extremas de
dos versos sucesivos.
enlace métrico. «Las coplas
octosílabas de nueve versos empleadas en
el siglo XV constaban
regularmente de una redondilla y una
quintilla sin ningún enlace
métrico». TN, Arte, 124. «enlace
métrico» significa 'rima común'.
enlazada. V. enlace, enlazadas y
enlazar.
enlazadas, rimas. «El pareado
octosílabo de rimas enlazadas, ab :
be : cd : de, etc.» . . . TN, Arte, 96.
— Rimas enlazadas son «Otro
modo de encadenamiento, señalado
por Rengifo, [que] consiste en
repetir al principio de cada verso la
rima, no la palabra final del verso
precedente» [«Sabiduría / guía,
lumbrera / hubiera»], TN, Reper-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
torio, 183, 475. La
denominación se aplica también a rimas sin
correspondencia dentro de la
estrofa, pero que vinculan coplas
diferentes: Repertorio, 85, enlazarse.
enlazados, versos. . «Versos
enlazados. La última palabra de cada
verso se repite al principio del
siguiente» [festina/festina, muero/
muero, en un soneto de López de
Ûbeda], TN, Repertorio, 182-183,
474. En sus Poetas, 170, TN
ofrece otra variedad de «la antigua
gala trovadoresca de los versos
enlazados, en la que el principio de
cada uno repite la rima del que le
precede» [Caspar/par, Elvira/vira,
derecha/hecha, en Sor Juana Inés
de la Cruz]. Y en M2, 417, muestra
«Una vieja gala de versos
enlazados» renovada en una cuarteta de
Antonio Machado.
enlazar. Puede ser sencillamente
'rimar': «el verso en cuestión se
enlaza ó eslabona con el cuarto»
(Príncipe, 438); los versos de la
copla real van «enlazados por dos
o tres rimas» (TN, M2, 105; en 107
se refiere al «enlace de la rima»;
y en 26 señala que las cantigas de
Pasión del Arcipreste «ofrecen la
particularidad de enlazar sus
versos con dobles rimas, interiores y
finales»); y ya Juan de la Cueva
(Ejemplar, 156, 271) usaba esta voz
en el sentido de unir las rimas de
la estancia. Enlazar indica
también la conexión de las estrofas
mediante la rima: la finida de
la canción petrarquesca está
«formada en general por una estrofa
que se enlaza por la rima con
la composición a que se refiere»
(TN, M2, 28; cf. 27, 68, 152), y
también mediante la repetición de
alguna voz: García de Diego señala
que en la Carta del Marqués [de
91
Santillana] a una dama «Las
estrofas se enlazan repitiendo la última
palabra» (172); Baher sostiene que
en la sextina «el final de cada
estrofa y el principio de la
siguiente se enlazan mediante la rima
final» (355), cuando el principio de
toda sextina que se respete es
que las seis voces que componen
su artificio no rimen de manera
alguna. La afirmación de
Saavedra Molina (Teoría, 237) también
incluye, una vez desenroscada, las
palabras no rimantes: «La buena
rima es la que consuena, asonanta,
o simplemente enlaza por la
posición del acento, sin llamar la
atención». Y por último, Masdeu (277
en DzCap) da a enlazar o
encadenar el valor de cabalgar.
entera. «Bretón de los Herreros
emplea este término como
sinónimo de rima consonante en un
paraje [sic]: "Ciertos metros de
rima entera ofrecen la ventaja de
variarla con frecuencia, ya que su
armonía es más pronunciada".
Es más fácil encontrar dos
consonantes variados que encontrar un
asonante después de 500» (DzCap,
glos.).
entrar. Billet, 322-333, usa este verbo
para designar el encabalgamiento,
y dictamina «Que el verso Francés,
no puede entrar en otro, y acabar
solamente en la cesura; pero que si
entra ha de acabar en el postrer
hemistico», explicando que «La
razón de aver emendado los
Poetas modernos este yerro, que en
nuestro Idioma se llama
enjambement» reside en el hecho de que,
procediendo de otra manera, «los
consonantes, que hazen la parte
mas essencial de los versos
vulgares se confunden, y no las [sic]
percibe el oído».
92 DANIEL DEVOTO
entrelazada. Quilis (37-38) llama
entrelazada la sucesión de rimas en
abab, cdcd ... ; según Bello, sólo
se usa bien «el consonante con
rimas entrelazadas» (DzCap, 322),
lo que indica un sentido semejante
al que Nóbrega (364-365, s.v.
Rimas entrelacadas) desentraña en
la denominación alemana
equivalente: «esquemas rúnicos em que
nao se estabelece consonancia
entre versos consecutivos: ABC,
ABC; ABCBAC ... ». TN, M2, 244,
desplaza de la rima al sentido el
concepto de entrelazar: «La
repetición de conceptos, que entrelaza
los pareados». Y Salva usa la voz
aplicada al encabalgamiento: «lo
entrelazado de los miembros de un
verso con otro (á lo que llaman
enjambement los franceses, y nos-
tros montarse ó cabalgarse los
versos)», 398 ó 419.
entrelazado. Tmesis.
entrelazamiento. Referida a la
disposición de las rimas, TN da a esta
voz un sentido semejante al que
Nóbrega establece para la rima
entrelazada: «el entrelazamiento
de las tres rimas en la unidad de
la estrofa [un septeto] ofrece la
variedad ABcBacB» (Rep., 107).
epéctasis. «Fusión en una sola
palabra fonética de un vocablo ortotó-
nico con una o varias palabras
enclíticas: dámelo», LC, 164.
epífora. V. eco.
epítesis. Otro nombre de la paragoge,
LC 312, s.v. paragoge.
equisonancia. «La necesidad de la
rima nació probablemente en la
poesía cantada, en la que la
equisonancia reiteradora debía marcar
el final del verso (y también el
del hemistiquio) y hacer así más
patente la disposición rítmica de
la estrofa» (Baehr, 61).
equisonante (palabra). «...
equisonante es la misma voz con
significación distinta» (DíezE, 123;
adapta la terminología de Cara-
muel). «Rhyme words having
identical form but different meaning»
(Clarke, Chr., 357). Las rimas de
este tipo caen dentro de la figura
denominada antaclánasis o, más
propiamente, diáfora, que es la
«repetición de una palabra con
dos sentidos diferentes» (For).
equivalencia acústica. La locución,
propulsada por Menéndez Pidal
(Manual, ed. de 1941, 195 ss.) se
aplica a la «Similitarity of two
sounds, usually consonants,
closely related phonetically. Words
having equivalencia acústica are
sometimes substituted for those
with pure consonance in rhyme»
(Clarke, Chr., 337). Tal práctica ha
sido registrada desde antiguo:
López Pinciano (II, 269) explica la
diferencia entre asonancia y
consonancia, pero da como
consonancias perfectas parejas de
esdrújulos donde se le desliza «tímido/
frígido». Herrera repasa las rimas
internas imperfectas de la
Égloga II de Garcilaso, las que «quiere
F. de Medina q sea en nuestra
lengua figura assonancia; cuádo la
silaba, que suena para la
consonancia, es poco diferente de l'ante-
cedente como avia de ser. i esta
figura sirve para escusar el vicio,
i no para imitallo. mas á de ser con
tá poca diferencia, que casi engañe
al oido» (580). Rengifo (218) la
llama «licencia de Poetas pobres:
pero quien está rico de palabras,
y conceptos, nunca debe usar de
ella»; Faria y Sousa (Discurso, 1, 15
[en realidad 25] usa condenación
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
y tolerancia: «Peor [que el que dos
rimas perfectas sean asonantes
entre sí] es el usar de assonante
por consonante; i grandes
hombres lo han hecho: i yo no lo
estraño alguna vez: que el hombre
grande no se ha de sujetar
infaliblemente a esto». Tamayo también
excusa las rimas interiores de la
Égloga II, después de señalarlas:
«en este género de metro, como
tan lleno de consonancias, no
ofende al oído que alguna difiera
en alguna letra» (p. 639-640 de la
edición conjunta de los
comentarios a Garcilaso por A. Gallego
Morell, y Gara, 76-77). La crítica
de Salva a lidia y Silvia
aconsonantados por Arriaza (431 ó 453) la
retoma MzAmador (358) y la da,
con otros ejemplos, Caro, en Bello
187, n. 1-188. Para Benot «Echan
a perder los versos», entre otros
deslices, «El uso, como
consonantes, de palabras que sólo son
asonantes» (III, 238 y 242, con
ejemplos en la página siguiente y en la
n. 1 de la 376, con Garcilaso y
Arriaza entre otros). Terminante
es también MzBej (197 s.); DíezE
excusa lo pasado: «Los antiguos
eran menos exigentes y se
tomaban licencias que hoy en manera
alguna podrían pasar» (121, n. 8,
con ejemplos del XIV y del XV).
Para estas épocas, v. Dorothy Clo-
telle Clarke, «Imperfect
consonance and acoustic equivalence in
Cancionero verse» (sobre el
Cancionero castellano del siglo XV de
Foulché-Delbosc); «El mejor
tratamiento de la equivalencia acústica
como rima en las obras de
clerecía es la tesis de Harold G. Jones,
"Imperfect Rhyme in Medieval
Spanish 'Cuaderna Via' Poetry"
(Princeton, 1968)» (A. Dana Nelson,
en BRAE, 56 (1976), 79, n. 53).
93
equivalencia fonológica. Designación
propuesta por el Prof. Karl Jaberg
para el fenómeno conocido por
«equivalencia acústica».
equivalente. 'Asonancia simulada o
equivalente' (Clarke, Chr., 338;
DíezE, 123, 14; Baehr, 70). V.
asonante simulada o equivalente.
TN llama «equivalentes» a las
rimas iniciales del soneto
retrógrado de Rengifo; quiere decir con
ello que su disposición es similar
(cf. doble).
equivocaciones. Tratando de los
«consonantes equívocos», Rengifo, 216,
agrega: «Y aun dice Tempo que los
Sonetos, que llevan estas
Equivocaciones, son elegantes, y
graciosos ... ».
equívoco. «Hay muchos nombres,
y verbos, que debaxo de una voz
significan muchas cosas, como
Duda es nombre, y es verbo, y
significa la duda, y el que duda . . .
Dudase pues, si entre vocablos
de esta hechura hay verdadera
Consonancia, quando se toman
en diversos sentidos? Y parece
que no: porque de ai se
seguiría ser Consonante de si mismo
qualquiera uocablo, aunque se
tomasse en una misma
significación ... No dexan de tener fuerza
essas razones, si el uso de todos
los Poetas Españoles, è Italianos,
que yo he visto, no estuviera en
contrario. Pero Antonio de Tempo
no solo admite en las
Consonancias Italianas los Equívocos
Simples, como Causa nombre y verbo,
sino también los compuestos . . .
como Buenaventura, quando es
dicción entera significa à San
Buenaventura, y quando está partida,
significa, La feliz suerte, y ventura»
(Rengifo, 215-216). Siguiendo a
Rengifo («estos Equívocos», 216),
94 DANIEL DEVOTO
Clarke, Chr., 338, define la voz
como «A word having the same
form as another, but a different
meaning». Es también usual la
forma femenina («las equívocas,
como culpa, disculpa, nombres ó
verbos», González de Valdés, 1 12),
acoplada sobre todo como
adjetivo: rimas equívocas (MzBej, 180),
palabras equívocas en rima
(Robles Dégano, 78); «rima
equívoca» da Duc-Tod, 226, con un
solo ejemplo francés. Gaspar Gil
Polo, en un soneto de rimas
equívocas, une sierra (geográfica,
herramienta, y verbo) con cierra
(Clás. cast, 141). DíezE registra un
uso adjetivado diferente: «Rima
interna y versos leoninos. Herrera
los llama también equívocos, y los
declara viciosos e indignos de un
gran poeta» (259).
errar los consonantes.Fernández de
Heredia repite la expresión,
burlando con Luis Milán: «¿ Cómo no
acudistes antes . . . por no errar
los consonantes?», y «¿Quién el
consonante errara ...» (184,
versos 1477-1480 y 1483 de la
numeración general).
escálentela. V. interior o interna.
escisión. DíezE, 241, a propósito de
las Tablas de Cáscales, plantea «el
problema del encabalgamiento,
del "rejet", de la escisión».
escogidas. Opuesto a vulgares (Benot,
III, 362).
esdrujulado. «El [hexámetro] dacty-
lico . . . consta de metro optisy-
labo esdrujulado y de otro de diez
sylabas» (López Pinciano, II, 255).
Lope, en El caballero del milagro,
hace decir a un personaje: «... que
yo os prometo / que no le falte un
soneto / de versos esdrujulados»
(citado por Montoto, 133).
esdrújulamente. «Y todo en verso
heroico, parte en octavas y parte
en verso suelto; pero todo
esdrújulamente» (Cervantes, Novelas
ejemplares, U, 331). Autoridades da
este mismo ejemplo como «voz
inventada y jocosa».
esdrujular. «... las musas de Cay-
rasco, / que esdrujular al mundo
/ amenazaron con rigor profundo»
(Lope, Laurel, II, 27). También
lo cita Montoto (ibid.) por la
príncipe, fol. 12^; Terlingen
manifiesta, con alguna ingenuidad,
que el verbo empleado en este
ejemplo «parece forjado
enteramente a base del italiano sdruccio-
lare, el cual, sin embargo, no se
emplea en sentido transitivo» (92).
esdrujulear. «Sin que yo le niegue que
sea en efecto difícil esdrujulear en
metro tan corto [el bisílabo]»
(Príncipe, 497).
esdrujulia. «... le consiguió un
diploma, un diploma decía él tan
afecto a la esdrujulia» (Marcos
Denevi, Enciclopedia, 219).
esdrujulísimo. «Y estas palabras
[dijéronmelo, oblíguesemele]
reciben el nombre de sobresdrújulas ó
esdrujulísimas» (Coll, D, 158);
Clarke, Chr., 338, acepta esta
sinonimia: «esdrujulísimo. See
sobreesdrújulo». Sin embargo, en
el uso de estas dos voces,
esdrujulísimo difiere de sobreesdrújulo y
designa una voz con acento
todavía más alejado del final; «trái-
gasemele». Así lo juzga Rivodó
(73-74), s.v. esdrujulísimo: «Este
superlativo no consta en el
Diccionario; mas algunos suelen
emplearlo [para no llamar
«sobreesdrújulas» a dos voces de
acentuación diferente]. Un ilustrado
escritor venezolano, don José Luis
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
Ramos, para obviar esta
dificultad usó en su obra titulada
Silabario de la lengua castellana la
voz pentaprosódico. Aunque
desconocemos el fundamento de esta
expresión, podemos decir que no
nos disuena».
esdrujulismo. «De tal manera que al
esdrujulismo ['méndigo', etc.]
podríamos llamar especie de gon-
gorismo fonético» (Caro en Bello.
Ap. V2, p. 256).
esdrujulistas. «Bretón y Hartzen-
busch satirizaron a los
esdrujulistas, el primero en la
Desvergüenza, canto VII, el segundo en
la fabulilla que para descanso del
lector pondré por remate de esta
disquisición: El sastre y el avaro ...
[a partir de la cuarta estrofilla:
ustedes, Zapata, concejo, mán-
chega, etc.]. Hay gente que dice
colega, etc.» (Caro en Bello, Ap.
V2, p. 258-260). «Se ha llamado a
esto la manía esdrujulista (de que
ya se lamentaban, con más o
menos acierto, Monlau, Ochoa y
aun Bretón de los Herreros), que
cree advertir un olor de
sabiduría en los proparoxítonos ...»
(MzAmador, 46).
esdrujulizador, -a. «Que esdrujuliza»
(Palma, 108).
esdrujulizar. 'Dar acentuación
esdrújula a una voz' (Diccionario
de la Real Academia). «Usar con
exajeración de voces esdrújulas»
(Palma, 108).
esdrújulo. «Aplícase al vocablo cuya
acentuación prosódica carga en la
antepenúltima sílaba»
(Diccionario de la Real Academia, que da
también verso esdrújulo, pero no
registra rima esdrújula). Clarke,
Chr., 338 da los equivalentes
proparoxítono y resbaladizo. Su
95
empleo y su valor métrico se
saben de antiguo, pero su
denominación es mucho más reciente:
Juan del Encina lo caracteriza sin
nombrarlo: las sílabas del verso,
dice, «También pueden ser mas
quando las dos silabas postreras
del pie son ambas breves, que
entonces no valen ambas sino por
vna» (iiiivto). La grafía «esdru-
xulo» se mantuvo por largo tiempo
(Rengifo, Covarrubias, Correas
estruxulo [sic] ó rresvala-
dizo» , el Diccionario de
Autoridades . . .) pero formas más o
menos efímeras y más o menos
equívocas fueron abundantes:
«esdrucciolos» (Gil Polo, 135;
Méndez Bejarano, 173, lo empeora en
«esdruccioles»), «asdrúchulos»
(Dr. Viana, en Gallardo, IV, 1033;
en 796, «asdrúchulos» de Joaquín
Setanti en un libro de Juan
Salvador Trados), «esdrúfulo» (Arte
versos, 27; pero debe ser errata: va
bien dos veces en p. 36), «esdrúgu-
los» (López de Úbeda en DíezE, 80),
«esdrusulo» (Damián de Vegas,
1590, en Gallardo IV, 97), y Terlin-
gen (92) da tres de estas formas,
agregando «esdrujuelo». Su
apreciación y la legislación de su
empleo no caben aquí, pero sí
la consideración de su sentido,
más amplio de lo que su uso
corriente admite: la voz comprende
para Masdeu los sobreesdrújulos
(DzCap, 248); Príncipe distingue en
ellos los «doble y triplemente
esdrújulos» (405-406) según su
acento retroceda una o dos
sílabas más: pero Benot,
distinguiéndolos solamente por clases, los
denomina voces «esdrújula de
primera clase» (los esdrújulos
propiamente dichos), «de segunda clase:
. . . cómetelo» y «de tercera clase:
comiéndosemelo» (I, 272; en II,
96 DANIEL DEVOTO
555, los rebautiza «ante-esdrújula»
y «pre-ante-esdrújula o ante-ante-
-esdrújula»). La redacción
descuidada de Hermosilla permitiría
creer que creía en sílabas esdrú-
julas: «El verso que acaba con
sílaba acentuada se llama agudo;
el que la tiene no acentuada ni
esdrújula, llano» (351). Los
artículos agrupados presentan algunos
derivados de la voz esdrújulo
relacionados o relacionables con la
rima.
esdrujuloide. «Gran parte de los
diálogos poéticos de la Arcadia de
J. Sannazaro, en tercetos
encadenados, tienen la rima
esdrujuloide» (n. 1 1, p. 1 10, del Gil Polo en
Clás. cast). Ver esdrújulos latinos
e italianos.
esdrújulos de tercera clase. V.
anteante esdrújulos y esdrújulo.
esdrújulos latinos e italianos. Ya
Nebríja tomándolo con la cierta
distancia con que debe leérselo
sostenía que «Los latinos puede
hazer cósonáte desde la silaba
penúltima o dlâ [sic]
antepenúltima siêdo la antepenúltima grave.
Mas los nuestros nunca hazen el
consonante sino desde la vocal;
donde principal mente esta el
acento agudo enla ultima o
penúltima silaba» (3r f. después de
.c.iiii.) Se refiere a lo que Lapesa
denomina «latinismos medievales
y renacentistas: oraci-ón, ci-enci-a,
victorioso, orí-ente»
(Introducción ..., 75), que producen voces
consideradas, en la rima, como
esdrújulos durante el período
clásico; hoy «los diptongos finales
(negocios, antiguo, propria) han
perdido para nosotros su valor
proparoxítono» (DíezE, 302). Su
empleo sostenido se debió en
buena parte a la influencia italiana
(aunque ciertos tratadistas del
Renacimiento admiten sólo
aquéllos de reconocida estirpe latina).
Los considera Bello (Arte, 139,
nota, con cita de Monti y remisión
al Apéndice VII); y en p. 196
recuerda que Iriarte, en El
Gato, el Lagarto y el Grillo, admite
«aquellos vocablos que terminan
en diptongos inacentuados, como
gracia, gloria, serie, arduo (Ucencia
que se permiten los italianos»)
[el resto de su consideración es
menos evidente]. Lo retoman,
citándolo, Benot (II, 100), y sin
citarlo DzCap, 315.
eslabón. «Estos consonantes [los de
la rima interna] (que se pueden
llamar eslabón ...» (Luzán III,
283). Sentido más general
(correspondencia de los versos) parecería
ser el que da Gerardo Diego a esta
voz. V. encadenado (sust).
eslabonada. «Éstas son las rímas [las
internas] que Quadrio llama más
vecinas y yo he llamado de
eslabón, o eslabonadas, y Cáscales
llamó ovillejo ...» (Luzán, ITJ, 284);
lo repite DzCap, s.v. rima
eslabonada. TN, Rep., 27, refiriéndola a
un pasaje de La inocente Laura de
Lope, da un sentido diferente a
esta expresión: «tercetos
octosílabos ligados por rima eslabonada,
aba : bcb : cdc».
eslabonamiento. Tmesis. V. enlace y
eslabonar.
eslabonar, 'ligar mediante la rima':
Martínez de la Rosa alaba en los
Argensola «su facilidad prodigiosa
para eslabonar tercetos» (336,
n. 19 del Canto IV), y La Barra,
El, 75, declara los «Tercetos,
estrofas de tres versos . . .
eslabonadas artificiosamente entre sí».
Príncipe reserva la expresión
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
«eslabonamiento de versos» para
designar la integración de las ana-
crusas iniciales con el último
acento del verso precedente (456;
cf. 438, enlazar o eslabonar): lo
registra DzCap, 285, 143, y en su
glosario; en 288 recoge la
expresión, con valor similar, en
Federico de Mendoza y Roselló, y en 99
recuerda que la fórmula de
Príncipe se lee con sentido distinto en
«otros autores del siglo XIX, para
quienes significa
encabalgamiento»).
espaciada. Según Balbín (en DzCap 2)
es la «Rima entre dos palabras
separadas por más de un verso».
O sea que es, para mayor claridad,
un doblete de su «rima alejada».
española, rima. «Carta embiada por
Don Hieronimo de Vrrea al Duque
de Sessa sobre la presa del Duque
de Saxonia. en rima Española»
(ms. de la Hispanic Society). Está
en terza rima. Por el contrario,
las rimas asonantes eran «Táo
comuns . . . que os tratadistas
portugueses as diziam rimas espa-
nholas», Nóbrega, 93.
esquema de rimas. Fórmula que
indica la posición de las rimas
dentro de la estrofa («un tipo
de estrofa de siete versos, . . .
cuyo esquema de rimas [es] ABBA
97
CCA», Baehr, 278; lo mismo en
279, 326, 397). Kock (79) emplea
«esquemas de las rimas», y otros
autores usan «esquema estrófico»,
sobre todo cuando incluyen en él
precisiones métricas. Ter-Ism, 125,
emplea «esquema rítmico», que
sabe un poco a arcaísmo.
ethos. Príncipe (V. desinencia) alude
el «ethos de la asonancia»; salvo
algún atisbo, más cuantitativo que
calificativo (V. fácil), este dominio
no ha sido explorado.
exacta. «En las obras
cor espondientes à la primera época de nuestra
poesía se encuentran
frecuentemente consonantes imperfectos,
pero no colocados con arte ni
estudio; sino al contrario, ó por lo
tosco de la lengua ó por descuido
de los autores que no atinaban
siempre con la rima exacta»
(Martínez de la Rosa, 198-199, n. 10 del
Canto III).
excesivos, asonantes. V. ricos o
excesivos.
externa. «Rhyme at the end of the
verses. Also called rima extrema, rima
final» (Clarke, Chr., 357).
extraños, consonantes. V. raros.
extrema. «See rima externa» (Clarke,
Chr., 357).
98 DANIEL DEVOTO
fácil. «Las canciones de gesta, dada
su extensión, no podían
perseverar en un mismo asonante,
aunque los prolongaban todo lo
posible cuando eran fáciles y
socorridos» (Menéndez Pelayo,
Trat, I, 24). «Suele
recomendarse huir de las rimas demasiado
fáciles de encontrar, como -aba,
-ando, -endo, -ado, -ido, -ara, -ase,
-era, -ese, -ta, que por figurar en
desinencias gramaticales resultan
inagotables» (Lapesa, Int., 86).
La cuarta de las «Reglas de la
rima» propuestas por TN, M2, 16
(nota 9 de p. 15) es: «La rima es
tanto menos eficaz cuanto más
obvia y fácil parece». DzCap, 350,
recomienda también «No utilizar
asonantes fáciles, como los
participios en -ido, -ado» (aunque así
colectivizados, tales participios
son más bien consonantes). Poco
explícito es Don Ramón
Menéndez Pidal cuando afirma: «Los
asonantes usados en el Cantar son
de tres clases: fáciles, áe o con e
paragógica, á(e); menos fáciles, ta,
ío; y difíciles, éa, éo, íe o con e
paragógica, í(e), óa, óo» («Dos
poetas en el Cantar de Mío Cid», 178);
no explica por qué considera más
o menos fáciles, o difíciles, a unas
y otras asonancias; tendría razón
en la primera (á con e paragógica)
si fuera válido el razonamiento de
Soto de Rojas: «Del vltimo
accidente, que es la consonancia, solo
digo, que consonancia, es vna
imitación de letras en el final de los
versos; y esta se haze desde (la)
vltima silaba larga, que el verso
tiene, hasta la vltima letra, y assi
el consonante mas fácil de hallar,
porque tienen menos letras, es el
agudo» (fol. 11 r, p. 100).
falda. Designa el pareado final de
la estrofa, en el cap. Io de la
tercera parte del libro segundo:
«Esdrújulos sueltos con falda de
rima» (Pícara Justina; esquema:
abcdefgg). D. C. Clarke y DzCap 2
subrayan el valor de este
pareado como «función delimitadora»
(For).
falsa. «Empieza [junto a cena] ofrece
otro caso de rima falsa» (A.
Castro, en su edición de Tirso, 268,
477; cf. p. XIX de la introducción).
El editor de Gil Vicente en la
misma colección, 215, en nota a
1684 [dormiendo, junto a olvido],
apunta en octosílabos, si
reemplazamos pero por mas: «La rima
exige dormido, pero debe tenerse
en cuenta que en el teatro vicen-
tino abundan las rimas falsas».
Dentro de la rima falsa, DzCap 2
engloba, apelando a Menéndez
Pidal, la rima consonante
simulada. En francés («fausse rime»),
y en inglés («false rhyme»), las
fórmulas similares designan un
procedimiento voluntario y no
un accidente.
falsa (consonancia). V. andaluza.
favorecer. «... no son los
consonantes que más favorecen á la
versificación los que consisten en la
repetición de las inflexiones en
aba, ía, etc., de los verbos, en ado,
ante, de los participios, y
especialmente en la terminación en mente
de los adverbios», Milá,
Compendio, 396.
fembra. V. macho e femea (Lang, 516).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
femea. «See macho e femea» (Clarke,
Chr., 339).
femenina. Clarke, Chr., 339, remite a
rima femenina, y en ésta (357)
aclara: «The rhyming of paroxy-
tones». La denominación, tomada
del francés, se limitó a la
versificación de esta lengua («Los versos
Franceses, se dividen en
femeninos, y masculinos», Billet, 31 1; en
326; «Los consonantes, se dividen
en masculinos, y femeninos»), a
veces con poca exactitud: «Todos
los versos de una misma especie
que rematan en esdrújulos, tienen
una sílaba mas, como la rima
femenina de los franceses»
(González de Valdés, 112; si la
observación es exacta la rima
femenina francesa cuenta una sílaba
más que la masculina no se ve
bien a qué rima la observación; y
conste que «rimar», con este
sentido, no es galicismo, aunque no
lo registre el Diccionario
académico). Pérez y Curis rechaza y
extiende a la vez el uso de
femenina aplicado a las rimas: «Las
denominaciones de masculina y
femenina que los franceses dan a
la rima, no pueden adaptarse
estrictamente a nuestra
versificación. ... En castellano no
tenemos la e muda de los franceses,
que, sola, o seguida de una s o una
n y una t, forma la rima femenina;
por similitud podría darse en
castellano a la rima que une dos
versos con terminación grave y acaso
esdrújula ...» (72-73). En cambio,
MzBej se sirve de femenina para
caracterizar la rima (171 y II, 185)
y la cesura (II, 189-190, al igual
que Clarke), con exclusión de la
voz grave, que no usa. Esquerra se
sirve también de «rima
femenina», y rima femenina es para
Tejera «la bisilábica grave, como
99
canto, levanto» (citado en su
vocabulario por DzCap.).
fénix. «A las palabras que por su
final extraordinario no tenían
otras que rimaran con ellas, se las
denominaba palabra fénix, pues
de esta mitológica ave se decía
que era única en el mundo.
Casualmente, la misma voz fénix
es palabra fénix» (Riquer, 19).
March las llamaba ya «rims de
fénix» (74, y n. en p. 15 de Griera);
Nóbrega da la expresión
castellana «palabras-fénix», que luego
traduce al portugués (243), y Lope
(Laurel..., I, p. 18) pluraliza
«phenices» que rima con
«felices», y «matices».
fin. Para no denominar «rimas»
palabras que no lo son, Faria y Sousa
(V. nuevos esdrújulos) llama
«fines» a las voces terminales de
los versos no rimados.
final. Las rimas finales parecerían
ser las únicas para Encina: «los
quales [côsonâtes y assonâtes]
siëpre se aposëtan y assinâ
['asignan'] enel cabo de cada pie»
(cap. vj, fol. v). Clarke (Chr., 357)
remite a rima externa, como más
usual y menos equívoca (el verso
final de una composición puede
no ser rimado, como en el perqué
cf. abierta y como en poemas
de Jammes y de Manuel Bandeira
que cita Nóbrega, 483). Final, al
designar el extremo de un verso,
involucra generalmente su rima,
como en el ejemplo de Calderón:
«repetidos / desos versos los
finales, / alguien lamenta sus males,
/ diciendo en otros sentidos: /
"Amor, celos, penas, siento. / ¡ Ay
que me muero !"» (Eco y Narciso,
en Comedias, II, 593 a). Faria y
Sousa (II, fol. 64, notas a Tamyras
i las Musas) usa fines aplicado a
los esdrújulos de Cairasco: «pro-
100 DANIEL DEVOTO
sigue có estos fines, principio,
Empíreo, mosaico, &c.»
final (sílaba). «... de las coplas
castellanas dixistes: que crean
junturas de metros, los quales, a
ciertos lugares, se responden con la
final ? Yo, dixo Fajardo, no
dixe tal: final quiere dezir la
última sylaba, y ésta no basta
para hazer la consonancia,
porque alguna vez ha de hauer dos
sylabas semejantes, y alguna vez,
tres, para que consuene vn
nombre con otro ... », López
Pinciano, II, 268.
final de verso. V. cadencia, o tiempo
cadencial.
flauteado de rimas. «... este
flauteado de rimas, que van en
escalerilla, como cuando se teclean,
para probarle, los rejistros de un
órgano nuevo, de la primera á la
segunda estrofa, ira-ira, era-era,
ura-ura, ento-ento, anto-anto ... »,
Gallardo, Obras, I, 189.
forzada. Sin emplear la voz, Príncipe
la define al tratar de los
consonantes raros o extraños, que
pueden usarse «bien que siempre
con una condición, y es la de que
no revelen tales rimas que se ha
ido adrede en su busca, debiendo
parecer por el contrario que se las
ha encontrado el Poeta sin trabajo
de ninguna especie» (473). Alonso
Carrillo Lasso (en Carrillo, 46),
estipuló lo mismo: «Los
consonantes no forzados, ni el Poeta
esclavo obedeciéndolos, no tirano
mandándolos, así ellos prosiguen,
y ellos parecen venidos, ni aun
llamados . . . »; y Francisco Sánchez:
«Mas no se crea que la poesía
consiste en la rima forzada ...»
(191).
forzado. El uso general es el de los
pies forzados (Rengifo, Academia);
Clarke, Chr., 341, agrega en
segundo término: «Also
(consonante forzado or pie forzado)
given rhymes, rhyme words, or
line that must be worked into a
poem at a given place or
places ... ». El Diccionario de
Autoridades registra «consonantes ô
pies forzados. Las dicciones que
se dan à algunos, para que con
ellas concluya cada verso de los
que ha de llevar la composición
poética que se le encarga» (y s.v.
sextilla mienta la «consonancia
forzosa»). Es el mismo
procedimiento denominado en francés
«bouts-rimés». V. pie forzado.
También se suele denominar
forzado «A verse forming a part of
the cabeza or texto of a gloss»,
Clarke, loc. cit.
forzosos. De los «versos de
consonantes forçosos» se ocupa Caramuel:
«illus dicút Hispani, quorum dic-
tiones vltimae sunt immutabiles;
videlicet, ex pacto; quia sic inter
duos aut plures Poetas conven-
tum est» (II, 64; de 64 a 66 da
varios ejemplos: tres sonetos, dos
décimas, dos grupos de dos
sonetos; en 67-68, ejemplos en dos
lenguas).
fraccionamiento. Tmesis:
«Insistimos en anatemizar el fracciona-
mento de vocablos, vicio cuyos
antecedentes españoles arrancan
de las Cantigas (CCXCII, CXCII,
CXCV y otras)», MzBej, 207. Los
traductores de Curtius emplean
«fraccionamiento» entre comillas
(nota 5 de p. 591; el texto reza
«tmesis»).
fractura. Tmesis (Clarke, Chr., 341).
LC advierte que fractura es
«nombre que alguna vez dan Ascoli
(I. frangimento) y Salvioni a la
diptongación».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
francesa, «rima francesa. The
alternating of oxytones and paraxyto-
nes in rhyme to correspond to the
alternating masculine and
feminine rhymes in French» (Clarke,
Chr., 357; sigue con la
denominación de rimas francesas dada por
Gaspar Gil Polo a sus estrofas,
que es puramente métrica: «llama
a sus alejandrinos rimas
francesas, pues nadie recordaba la
cuaderna vía, salvo excepciones muy
contadas, como Gonzalo Argote
de Molina», P. Henríquez Ureña,
Alejandrino, 394, n. 2; la
estructura de su estrofa ha sido
estudiada por Dámaso Alonso).
fuerza del consonante. El texto más
llevado y traído sobre este asunto
es el de Baltazar del Alcázar:
«Porque si en versos refiero / mis
cosas más importantes, / me
fuerzan los consonantes / a decir lo
que no quiero» (BAE, XXXII,
410-411; en Gallardo, I, 84, según
un manuscrito; lo citan RoblesD,
122, más un texto de Tirso, y
DíezE, 120, 7, junto a Tirso y
Lope; y lo da Bonilla en su edición
del Diablo Cojuelo, a propósito de:
«porque un consonante obliga a lo
que el hombre no piensa», II, 217).
También Espinel: «y yo te juro
por mi honor, ¡ oh Fabio ! . . . / Si
no es Fabio tu nombre, en este
instante / a dártelo me obliga el
consonante» (Clás. cast., II, 30).
El ejemplo de Tirso aportado por
DíezE («Por ser el bastión de
enebro / diz que le dio en el cerebro;
/ y si fuera de membrillo / le diera
en el colodrillo») recuerda los no
recordados de Quevedo («Dije que
una señora era absoluta»,
Zahúrdas, etc.) y en particular el de la
Perinola (peñasco : damasco, y no
peña : estameña; «que el
consonante hace el gasto a los poetas
101
para estos vestidos»). «La fuerza
del consonante es uno de los
mayores quebraderos de cabeza
para los poetas» (RoblesD, loe.
cit.), y Juan de Valdés consideraba
buenas las coplas «sin
superfluidad de palabras y sin que haya ni
una silaba superflua por causa
del metro, ni un vocablo forçado
por causa del consonante» (161).
De allí la frase que registra
Caballero Rubio en su Diccionario:
«Fuerza del consonante, a lo que
obligas: a decir que son blancas
las hormigas. Dístico que se
emplea frecuentemente para
poner en relieve el disparate, la
disculpa o la sin razón que trae
consigo una situación difícil y
apurada» (640). «Fuerza del
consonante» es para el Diccionario
académico la «circunstancia que
obliga a uno a obrar en
consonancia [claro está] con ella y en
contra de la voluntad propia».
Correas registra su acción: «En
Bahaón, en kada kasa un ladrón.
En todos los lugares deste konso-
nante dizen lo mesmo»; «De
Aragón, ni buen vino ni buen varón.
... lo segundo se añidió por kon-
sonancia y matraca ... Y lo
mismo se dize de otros lugares en
'ón'» y Milá (357, 1) sostiene su
poder negativo: «Cree [Dozy]
anterior el [romance] 36 al 3 o por no
hablarse en aquél del conde
Lozano. No se habla, porque no lo
reclama el asonante».
fusión, fusionar. García de Diego,
que en su edición de San Juan de
Ávila se ocupa de la fusión de las
proelí ticas (91, 120), señala en
la introducción, p. XXX, que,
«por último, se han fusionado
las enclíticas separadas»,
circunstancia decisiva para la formación
de rimas superiores a las esdrú-
julas.
102 DANIEL DEVOTO
galas. Las «galas en el trobar»
consisten casi exclusivamente, para
Juan del Encina, en el manejo de
las palabras rimadas: «ay tâbiê
mucha diversidad de galas en el
trobar especialméte de cuatro o
cinco pncipales devemos hazer
fiesta» (fol. V v°), y expone
reiterado, multiplicado, retrocado,
redoblado y encadenado.
Concluye, acertadamente: «Estas y
otras muchas galas ay en nfo
castellano trobar / mas no las
devemos usar muy a menudo q el
guisado có mucha miel no es bueno
sin algü sabor de vinagre»;
«"Galas poéticas" llama ingenuamente
a todo esto», apunta DíezE, 183,
que trueca «redoblado» en «redo-
tablado». Como dice con acierto
TN (Arte, 29), «En el arte
trovadoresco la rima consonante se
convirtió en uno de los principales
motivos de ingenio y maestría.
Fue la época de las coplas
unísonas . . . del machofembra . . . del
leixaprende ... y de varios otros
artificios comprendidos bajo el
concepto de galas del trovar» (en
su Métrica, 188, repite la frase con
alguna variante y adiciona otras
prácticas: maestría mayor o alti-
metría, media maestría,
encadenado, manzobre). Baehr, 73, las
denomina (¿ más
acertadamente ?) artificios.
gastadas. «... se debe renunciar a
toda clase de rimas gastadas por
su frecuente empleo: gloria :
victoria» (Baehr, 76).
gemela. «La consecución dé dos
rimas semejantes: aa, bb, ce, dd,
etc.; es la que origina la estrofa
llamada pareado» (Quilis, 37).
Si la estrofa denominada pareado
es única, como suele suceder,
cabe preguntarse en qué se
diferencia la rima gemela de la
continua.
generadora. Explotando la teoría de
Carduci (rima génératrice),
Francisco Ynduráin trata de «esa rima
generadora que lleva desde la
palabra a la idea» en su ensayo
sobre «La rima en la poesía de
Unamuno», 217; en 218 la llama
«rima generatriz». V. también
virtuales.
género de rima. La expresión puede
referirse al tipo de rima tanto
como al tipo de composición;
ejemplo el Conde de la Roca en
su adaptación de Tasso en su
poema El Fernando: «este género
de rima» designa la redondilla
(Gallardo, I, 1021).
gramatical. «Es la R. entre palabras
del mismo origen; p. ej.: entre
distintas flexiones de la misma
palabra» (Rioduero, 252; cf. Riquer,
40). Menos comprensible es la
definición de Duc-Tod (225): «se
oponen las rimas gramaticales,
aquellas en que riman formas
gramaticales idénticas, a las rimas
antigramaticales».
grave. «La asonancia más común es
la de dos sílabas, que podemos
llamar grave» (Luzán, III, 268); la
misma denominación vale para
la consonancia, pero Clarke, Chr.,
342 y 370, da grave solamente
como remisión a llano, y TN, M2
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
usa solamente esta voz («llana»,
«llano») y jamás emplea grave.
Verdad es que el adjetivo se
presta a confusión: un verso
puede ser grave por su
terminación o por su carácter; si «Los
[vocablos] graves son los que
significan cosas altas, como Dios,
Cielo, rey, príncipes, mundo,
provincia» (Robles, 225), los versos
que los contienen suelen ser
dichos «versos graves»: «Por
tratar el libro materia grave, lo he
traducido en verso grave, como
tal la historia lo requiere» (Urrea,
en Gallardo, IV, 833); «que yo en
mi vida hago versos picantes,
graves sí» (Maluenda, 2); el
endecasílabo «Es verso grave, lleno, capaz
de todo ornamento y figura»
(Argote de Molina, 43: tanto, que
se evitaba cometerlos agudos).
Argote y Lope coinciden en la
alabanza de la copla castellana,
«capaz del ornato que cualquier
verso muy grave puede tener»
(el primero, p. 41); «son de
naturaleza tan suave / que exceden
en dulzura al verso grave» (Lope
citado en su edición de Castillejo
por Domínguez Bordona, 1, 19, 1).
La delimitación del verso grave
puede ser algo incierta: «Los que
acaban en sílaba larga que haze
cisura; y si estos son propios les
llaman graves: y si impropios
exdrujulos» (Soto de Rojas, 97);
«Se permite, además, emplear
alguna vez como graves, a fin
de verso, las dicciones que
terminan en diptongo acentuado
o triptongo, si el acento no está
sobre la última vocal; como grey,
voy, amáis, fragüéis* (Bello, Arte,
137; en 138, ejemplos de Tasso,
que no usa agudos pero
interpola en sus octavas «rimas en ai,
éi, ói, úi»). V. también común.
103
graves dobles. «M[aestro] ¿ Cuál será
por último el nombre bajo el cual
se podrán clasificar
prosódicamente los adverbios en mente,
cuyo adjetivo lleva el acento en
la penúltima ? Discípulo] El de
graves dobles* (Sicilia, III, 99).
DzCap (156, 99) da una
denominación igual tomada de Manuel
Peredo.
grupos cultos. Si la pronunciación de
los grupos consonanticos cultos
ha despertado atención, de Juan
de Valdés a Rufino José Cuervo y
a los modernos ortólogos, las
relaciones de estos grupos con la rima
no ha sido estudiada
conscientemente. No se han recogido con
precisión las licencias y
restricciones observadas por los poetas
de épocas diferentes, ni tampoco
lo afirmado por los preceptistas
(Carballo, Robles, Eugenio de
Salazar, Rengifo cuentan entre
los más precisos). Valga
solamente, como ejemplo casi
extremo de manga ancha, el
criterio del Diccionario de
Autoridades: «Acetar, v.a. Aceptar. En la
Poesía suele usarse sin la P este
verbo, por la precision del
consonante».
grupos vocálicos. Para el
tratamiento fonético de los grupos
vocálicos, v. TN, M2, 80, § 48
(hiato, sinéresis, sinalefa,
conservación y apócope, reducir,
elisión). No todos interesan
exclusivamente a la rima, pero todos
concurren a la estabilidad
métrica de los versos.
guardar. «Guardar el acento»
cuenta entre las obligaciones del
poeta: «Las sylabas cuenta, y
guarda el acento» (Santillana, en
la muerte de Villena, en
Sarmiento, 780). Y guardar el sonido
104 DANIEL DEVOTO
es ocupación primera: «Los que
bien metros quisieren hazer /
deuen guardar muy bien el
sonido, / que corra, que rruede,
que vaya seguido, / que no es-
tropice en cantar ni leer» (Thá-
mara, 31).
guardar los consonantes. El no
guardar los consonantes puede no
empecer el mérito de una
composición, tal la que menciona Lang,
501, «... bien letradamente
fundada, non embargante que no van
guardados los consonantes [y,
consecuentemente] nin esso
mesmo non va guardada el arte de
trobar».
guirnaldilla. V. interior p interna.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
hacer
como
consonancia.
un ejemploRimar.
más delNótese,
desorden léxico en esta materia, que el
propio Diccionario de
Autoridades asevera que en la similicaden-
cia «los versos hacen consonancia
solo en assonantes».
hacer consonante vale por
'consonar una voz con otra' (« . . .
acaban con palabras que se hazen
consonante», Faria y Sousa,
«Discurso», I, § 14), como para
señalar la colocación de las rimas en
la estrofa: «lo vsan [el «verso
grande»], haziendo consonancia
de dos en dos, o de tres en tres, o
de quatro en quatro pies» (Argote
de Molina, 35).
hacer rima. 'Rimar'. «... derramo y
pérgamo» no riman, «debiéndose
mutar el acento y decir pergámo
para que hiciese rima» (Luzán,
II, 267).
half rhyme. V. imperfecta, rima.
hemistiquio. «See verso leonino»
(Clarke, Chr., 370). V. también
emistichios.
heroico. «Usually the hendecasy-
llable. Rengifo (LXI): "Llámame
versos Heroicos aquellos, conque
se celebran las hazañas de los
Varones ilustres ..." He prefers
verso suelto» (Clarke, Chr., 370).
hiato. V. dialeja.
hincado. «Octava[s] de
consonantes hincados y difíciles» (-ompa,
-ampa, -enque; -ampa, -ómpa,
-ustre : Picara Justina, 88).
hinchado. «See consonante
hinchado» (Clarke, Chr., 343); y
105
sonante hinchado: «Rhyme having
more than one consonant between
accented and final vowels (?)»
(Clarke, 329). También se aplica a
los versos mismos: «Mucho gusto
dio el Soneto [en -able, -ible; -esma,
-orma, -irma, p. 85-86] con lo
hinchado de los versos» (Maluenda,
86). Hinchazón, referido a la
materia y contenido de los versos,
puede usarse en buena y en mala
parte: «hinchazón y elegancia de
verso» (desechados, empero, en
Gallardo, II, 159); «los más de
estos versos de las Soledades no
tienen alta armonía é hinchazón
de palabras» (Jáuregui, 155; en
222; «sólo ostentan hinchazones
vanas y temeridades inútiles»).
hipercatalécticos. (Gallardo IV,
1313). V. esdrújulos.
hiperdactílicas. Dicciones en las que
el acento recae «sobre la cuarta
[sílaba] a partir del final» (Duc-
-Tod, 225).
hipermetría. Jiménez Patón llama
así a la tmesis, y «en ninguna
manera» la tiene «por imitable
con acetación», en Quilis, E, 15,
que en 42 cita también a Vicuña
Cifuentes (Estudios de métrica
española, 172): «la hipermetría:
división de una palabra, para
terminar un verso con la
primera parte de ella y comenzar el
siguiente con la segunda».
Leopoldo Lugones («A mis cretinos»,
199 de su Lunario sentimental) da
a la voz un sentido diferente,
designando con ella una rima
establecida sobre dos palabras.
holorrimia. 'Rima equívoca'. V.
equívoco.
106 DANIEL DEVOTO
homófonos. Algunas severas
autoridades rechazan la rima «entre
homófonos, como hojear y ojear,
vasto y basto, etc.». Villegas (Clás.
cast, 1 17) aconsonanta «las
torcidas ondas» y «las cavernas
hondas» del Tiber.
homógrafos. Y precisamente en
su edición de Villegas (n. 26,
p. 66-67), Narciso Alonso Cortés
recuerda «una poesía que, como
capricho métrico, compuso en
este género de homógrafos un
ingenoso poeta, Gerardo Blanco,
y que empieza:
De lo que te dije, Rosa,
supongo no hiciste caso,
yo contigo no me caso,
eres capullo y no rosa.
Aunque es muy linda tu cara,
tu edad de amor no se cura,
y la bendición de un cura
nos podría salir cara.»
homónimas. «Las rimas homónimas
(de iguales palabras: canto [sust] -
canto [verbo])» (Baehr, 67-68).
homonimia. Según Hermosilla, el
uso de homónimos debe relegarse
a composiciones jocosas, «porque
aun cuando el autor no quiera
hacer equívoco, parecerá que lo
intentó. Por esto no quisiera yo
encontrar en la oda del maestro
León al licenciado Grial, la
homonimia que hay en la
estrofa siguiente», y cita tres versos,
los dos finales con llama, verbo
y sustantivo. Más amplio es el
criterio de Bello (Arte, 188-189):
«Dos dicciones de un mismo
sonido y de diferente
significado son palabras distintas, y de
consiguiente pueden rimar una
con otra»; da como ejemplo ama,
sustantivo y verbo, pero se
opone al empleo similar de
significados «traslaticios o
metafóricos»: «silla, de sentarse, y silla,
sede; boca, de la cara, y boca,
de un río». La tolerancia varía
casi con cada autoridad (Príncipe,
n. 1 de p. 566; de la Barra, EL,
67; Baehr, 67-68, y 76, donde
recoge la denominación de
«consonantes pobres» para estas
voces).
hyperbaton. Lausberg: tmesis.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
ictiúltima. En Benot, 'aguda': «trae
no es ictiúltima» (II, 151, sobre
una rima de Espronceda); «En el
siglo XVI hubo quienes
interpolaron en las cadenas rimas ictiúlti-
mas con las llanas» (III, 278, n. 1).
ictus. «Acento poético . . . que
marca, en la estructura del verso,
la relación entre sílabas tónicas y
. átonas ... En el verso español es
obligatorio un ictus en la
penúltima sílaba» (For), residencia de
la rima final, entera o en parte.
idéntica. «La R. idéntica es una
forma especial de la R. que
consiste no en mismo sonido de
palabras distintas, sino en una
repetición consciente de la misma
palabra en el lugar
correspondiente» (Rioduero, 252). «Por
regla general no debe rimar la
misma palabra (rima idéntica) ni
siquiera cuando una vez es
empleada en sentido figurado. No
obstante, la misma palabra rima
a veces en sus distintos usos
morfológicos (el cielo : del cielo)»
(Baehr, 76).
impar. «... consonando [a veces los
cuartetos del soneto] par con par,
y impar con impar» (López Pin-
ciano, II, 281): «impar. An odd-
numbered line» (Clarke, Chr.,
343).
imperfecta (consonancia). «Por tal se
entiende la rima entre los
diptongos ié, ué con la vocal é:
cierro : perro; duerme : inerme»
(Baehr, 69). ¿Es acaso la é la
única vocal afectada por esta
«imperfección» ? Oreste Macrí
(Apéndice VI, «¿Rimas
107
fectas ?» de su Ensayo de métrica
sintagmática) da por buenas -al :
-ual, -on : -ion, -eca : -ueca, -ieres :
-eres, -uertas : -iertas, -iesa : -uesa,
creyera : -oviera, consonancias
todas que son, efectivamente,
buenas.
imperfecta, consonante. 'Rima
aguda': «Esta media copla
postrera [«es el que me haze quexar,
/ otro me causa el temor, / mas de
todos el mayor / fuera el daño de
callar»] tiene todos los
consonantes imperfectos, y assi quedan los
pies de siete syllabas, algunos los
repruevan en las otras
composturas: mas en esta licencia hay para
ello» (SzLima, 53).
imperfecta consonante (rima).
Segundo grado de la rima según
DíezE — v. atenuada — (en Baehr
Reim b): en «comente :
consciente ... la i del diptongo,
aunque precede a la última vocal
acentuada, influye de algún modo
en la fonética de ésta, por formar
parte de la última sílaba».
imperfecta, rima. «O media rima.
Rima, asonancia o asonante»
(Diccionario de la Real Academia);
Clarke, Chr., 358, incluye bajo
esta denominación de imperfecta
dos fenómenos diferentes: «rima
imperfecta. Assonance;
alliteration». La calificación de
«imperfecta» ha sido justamente
contestada, en tanto que apreciación
estética, y puede prestarse a
confusión: Martínez de la Rosa
(194-195, n. 10 del Canto III)
opone «asonante» a «rima
perfecta», pero no dice explícita-
108 DANIEL DEVOTO
mente que aquél sea imperfecto,
reservando el calificativo, en la
misma nota, para lo que estima
asociaciones defectuosas: «siendo
de reparar en el Poema del Cid el
empeño de imitar el monorrimo
de los Árabes, echando mano á
veces de rimas imperfectas por la
escasez de otras mejores ó por
la rudeza informe de la lengua»
(p. 191-192). Salva encarece este
sentir en «muy imperfecta»: «los
poetas ingleses . . . suelen
contentarse con una consonancia muy
imperfecta, como cuando hacen
concertar á celerity con pity» (453,
que corrige el «mui» de 431).
También entra en la denominación
«rima imperfecta» la rima dicha
«aproximativa» (V.) o sea las
asonancias introducidas entre
consonancias y las equivalencias
acústicas, es decir las rimas
imperfectas procedentes de
inadvertencia y las rimas imperfectas
aceptables como consonantes en
razón de su casi equivalencia
fonológica. Para estas últimas,
Clarke se sirve de la expresión
inglesa «half rhyme», aceptada
también por DzCap.
imperfecto aproximativo. En 545,
Milá registra los «imperfectos
aproximativos: varones, puertas
(166 y 7, Cid). Este caso exclusivo
de El mió Cid no se explica
completamente por inconstancia
ortográfica, pues si fuerte, puestas,
Huesca, fue, puertas pudieron ser
forte, postas, etc.; luego y nues
(éste es úe) no pudieron ser logo
y nos».
imperfecto (asonante). (1) «... si hay
diptongo, el asonante se llama
imperfecto o compuesto» (Benot,
según DzCap, 343). Compárese:
«Yo no sé por qué algunos dan el
nombre de imperfectos a los
asonantes en que, como en la
mayoría de los ejemplos anteriores,
concurren vocales absorbibles
con otras absorbentes. Por mi
parte debo decir que no se me
alcanza semejante perfección ni
imperfección. . . . Pero no veo
inconveniente en que los
asonantes donde no haya ninguna vocal
absorbible se distingan de los en
que las haya; i, si, para hacer
constar esta distinción, quiere
usarse de las mui impropias
palabras perfecto, imperfecto,
admítanse enhorabuena, a pesar de su
evidente impertinencia, con tal
que nadie se juzgue autorizado a
creer que en el asunto cabe
perfección ni imperfección. O el oído
queda satisfecho, o no ! Si lo
queda, hai asonancia: ¡ si nó, no
existe tan preciosa propiedad»
(Benot, II, 22-23). (2) Milá (289
texto, y 291 anotación) señala
en el romance Pártese el moro
Alicante «el cambio de
asonante en otros [versos] (que es
asonante imperfecto del anterior)»:
el romance pasa de la -áa a su
«imperfecto» -á, operación que
se repite una vez más. La
denominación se aplica a casos
diferentes: en 545, se indican en «VIII.
Asonantes imperfectos de ó y ué):
Casteión, fuert, señor (Cid, 1377
sigs.)»; lo repite — suprimiendo el
topónimo — Menéndez Pelayo
{Trat, I, 86). V. impura.
imperfecto (consonante). V. exacta.
imposible. «Rima imposible» es el
título de una poesía de Alfonso
Reyes (Obra poética, 377), que
alude, no a la rima fénix, sino a la
condición caracteriológica
manifiesta por la «fuerza del
consonante»: «¡ oh bellaca / traición del
consonante, a lo que obligas !».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
impropiar. Juan del Encina se acusa,
en su traducción de las églogas de
Virgilio, de «que por razón de
metro e consonante seré forzado
algunas vezes de impropiar las
palabras» (en Gallardo, II, 813).
impura. Rima «asonante, imperfecta
o impura (unreiner Reim) cuando
son iguales [agregúese:
«solamente»] los sonidos vocálicos»
(Rioduero, 252). Como adjetivo
peyorativo — similar a las
«impure rhymes» de Lang, 489 — se
lee en Curtius, 557, n. 29: en el
núm. X de los Carmina Canta-
brigensia «un verso tiene rima
impura».
inacentuadas, palabras. Henríquez
Ureña (Endecasílabo, 293, n. 2)
y TN, M2, 15, 9, designan así
las voces átonas colocadas en
fin de verso que cobran por ello
un acento métrico.
incisión. «Figura Rhetórica y
poética, que vale lo mismo que
Cesura, y es aquella sylaba en que
se corta el verso, parando al
recitarle, y le da aire y cadencia,
hecha donde se debe»,
Autoridades, con un ejemplo de Herrera,
que da a esta voz precisamente el
valor de encabalgamiento y de
tmesis (302-303).
incrustada. Un traditore de
Jakobson (que lo hace del francés, y
remaltadamente) nos ofrece «Las
rimas mejor conocidas —
pareadas, cruzadas e incrustadas (aabb,
abab, abba) ...» (122; en 175
traduce «accords», 'acordes' por «los
acuerdos musicales»).
independientes. 'Opuestas a las que
enlazan diferentes partes de una
estrofa o varias estrofas entre
sí'; la duodécima de Jorge
Manrique está compuesta «de dos
109
tinas acopladas con rima
independiente» (Pérez y Curis, 242), «la
copla castellana, formada
también por dos redondillas . . . pero
no enlazadas, sino con rimas
independientes» (TN, Arte, 118), o los
cuartetos complementarios de la
octava endecasílaba ABAB:CDCD,
«independientes por las rimas»
(TN, M2). La voz «independiente»
(cf. las «independent rhymes» de
Lang, 515) «caracteriza tanto a la
rima [también dicha «individual»]
propia a una sola estrofa, como a
la estrofa que la emplea» (ibid.).
así se dicen independientes las
rimas de los tres cuartetos del
soneto inglés (MzBej, 307), las del
«soneto con rimas independientes
en los cuartetos, al modo
modernista» («sonite», en Diego sobre
Machado, 224; TN, Rep., 187, 482,
da el esquema ABAB : CDCD y no
el ususal ABBA : CDDC), y las
opuestas a la rima trenzada en los
tercetos octosílabos del
Modernismo (TN, M2, 377, 401). Y del
mismo modo se dicen las que no
enlazan las coplas del villancico
con su mudanza (Baehr, 321) y las
de la copla central de la canción
castellana, que «se presenta como
una serie de tres redondillas, de
las cuales se corresponden en las
rimas ... la primera y la última,
mientras que la del medio queda
independiente» (ibid., 327).
individual (asonancia). TN, M2, 41b,
considera los hexasílabos de
Jorge Guillen dispuestos en
«series de cuartetas de asonancia
individual».
informe. «En el siglo XII se escribió
el poema del Cid, donde largas
series de versos desiguales van
unidos con una rima sumamente
informe» (Milá, Compendio, 408).
110 DANIEL DEVOTO
inicial. Para la consideración de la
rima inicial, v. acróstico, al
principio, aliteración, copla capdenal,
parómeon y reiterado.
injertada. «See rima encadenada»
(Clarke, Chr., 343 y 358). «Los pro-
venzales denominaban estos
versos injertados (enpeutatz) y no los
reputaban defectuosos sino
cuando eran involuntarios»
(MzBej, 175). Entre «otros
nombres aplicados a la rima» — entre
ellos las «"conventional rhimes"
de la métrica inglesa, DíezE (124,
n. 14 de p. 120) coloca injertada,
remitiendo para todas ellas a
«Bejarano y Benot».
inmediación de la rima. Salva, 406,
se sirve de esta expresión al
tratar de los pareados ó parejas.
insólitas. V. variadas.
intencionada. 'Opuesta a ocasional':
«Es constante que en los Poemas
que nos han quedado de los
Poetas Griegos y Latinos puros, no
nos ha quedado señal de que en
sus siglos se usasen Rimas. Esto
se debe entender de Rimas
intencionadas; pues en quanto á versos
consonantes, praeter intentionem,
hay bastantes pasages que las
convencen» (Sarmiento, § 126).
TN, Ai, 109, y M2, 86, denomina
rimas intencionadas (a las que
incluye entre los «complementos
rítmicos»), considerándolas de
«carácter burlesco», las del tipo
de la Historia Troyana (faz, diz,
pluz, fiz) que cita con otros
ejemplos, menos ricos, de Juan Ruiz
(-uz, 115; -ólo, 1331; -ayle, 1466).
intensa, «forma especial de la
consonante perfecta [sic] ... en la que
además de la coincidencia de los
sonidos posteriores al acento, se
exige también la igualdad en uno
o más sonidos anteriores al
mismo, p.e. aborrida : corrida;
gentileza : nobleza. Esta rima
nunca tuvo en España la
importancia que había tenido en
Francia a fines de la Edad Media»
(Baehr, 69; la n. 19 expide a Le
Gentil, II, 111-112). Dos
observaciones: se olvida la vocal
acentuada, limitándose a los sonidos
posteriores y anteriores al acento;
la «rime riche», que es la que
considera Le Gentil, sigue teniendo
idéntica importancia en la poesía
francesa. Tampoco se recuerda el
procedimiento similar asonán-
tico, quizás debido a su rareza: en
el romance «Bodas hacían en
Francia», la asonancia i va
siempre precedida de a (París, Beatriz,
etc.).
intercalado (verso). V. verso
intercalado.
intercalar (rima). 'Rima interior':
«endecasílabos con rima
intercalar» (Menéndez Pelayo; en Lope de
Vega, Comedias, II, 1065).
interior o interna. La dificultad, en
este género de rimas, reside en su
homonimia y polisemia
imbricadas. Que interna e interior sean lo
mismo para la mayoría de los
tratadistas (y no conozco ejemplo
de la minoría disidente) lo
certifica su uso indeterminado:
interior y rima interior, lo mismo que
interna y rima interna, remiten,
en la Chr. de Clarke (344 para las
voces simples y 358 para las que
comienzan por rima) a una única
rima encadenada; Dámaso Alonso
(Obras Completas, II, 753) llama
a las de una canción de Juan
Hurtado de Mendoza «rimas
internas» y «rimas interiores»;
y Baehr (73), por las mismas,
estampa «rimas internas o inte-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
riores». Las dos voces designan,
pues, rimas colocadas en el
interior del verso, como opuestas a
las rimas finales. Sentado esto,
las rimas internas o interiores
difieren por su colocación dentro
del verso y por su
encadenamiento, produciendo variedades
distintas. Rioduero (antes de
considerar la variedad dicha
encadenada) comienza asegurando que
la «R. interna ... es la de dos
palabras dentro del mismo
verso», definición harto
insuficiente. Baehr (74 s.) reconoce que
«se distinguen varias clases de
rimas internas», mencionando a
continuación «con brevedad las
dos más frecuentes»; en una,
«siguiendo el modelo de los rims
empeutatz o multiplicatius de los
trovadores ... las rimas internas
del hemistiquio ... y las
finales . . . eran, por lo general,
independientes unas de otras». La otra
variedad es la rima interna
introducida por Garcilaso (en esta
nómina, encadenada). Más rico es
el repertorio de Esquerra, que
en rima interna, en vez de
remitir a rima, vuelve a repetir los tres
casos posibles de aquélla: «bien
que rime el hemistiquio con el
final del verso, bien que la rima
final concierte con el hemistiquio
del siguiente verso, bien que se
repitan los consonantes en el
interior»; cabe precisar todavía el
caso de la rima inicial no
dependiente de las finales, los casos de
avance progresivo de la rima
inicial, las diferentes formas de eco,
etc. La apreciación estética de
estas consonancias o asonancias
interiores no corresponde aquí;
baste decir que va de la
reprobación al encomio; y quizás influya
en estos juicios la no desdeñable
111
dificultad que a veces domina su
percepción: TN, M2, 132, cita tres
versos del Decir de las siete
virtudes de Imperial, sin reparar que
sobre su rima final, los tres
constan de rima interna grave sobre la
cuarta y la quinta sílabas.
Ejemplo de apreciaciones y criterios
diversos proporciona la crítica de
la rima interna en el endecasílabo
garcilasiano: Menéndez Pelayo la
identifica con la rima percossa
de Minturno (Orígenes . . . , I,
CDXXVI); Benot (III, 376)
recuerda que «Ovillejo llamó
Cáscales a este modo de disponer
las rimas»; Herrera (571-572) la
trata como clase especial de
leoninos; y lo mismo sostiene
Menéndez Pidal (recordado por TN en
su edición, p. 43). Curtius (221;
y es un artificio no recordado)
cita un poema latino de
Bernardo de Morías en
«hexámetros rimados de dos en dos, con
doble rima interna». V. Erasmo
Buceta, «Una estrofa de rima
interior esdrújula en el Pastor de
Fílida».
intermedia. Príncipe (543) da unos
versos rimados en oídos,
espantadores, asoladores, embravecidos,
para recalcar «la pobreza de su
consonancia intermedia en ores*.
interna. V. interior.
interpolada. «Se da en estrofas de
seis versos cuyo esquema rítmico
es aabccb» (Ter-Ism, 125). El
procedimiento se da en Espronceda,
y su denominación proviene de
Pedro Miguel Obligado. La estrofa
se llama «terceto ligado».
interpolar. Luzán llega a admitir seis
versos que distancien dos rimas,
máxime cuando «se interpolan
muchos versos de siete sílabas»
112 DANIEL DEVOTO
(cf. DzCap, 300); Monlau
recomienda «no interpolar . . . más de
tres versos» (259); Benot (III, 223)
considera excesivos «tres versos
interpolados» entre dos
endecasílabos rimados entre sí; en 271
declara que «Las rimas no suelen
percibirse, cuando entre ellas se
interpolan tres, o cuatro, o cinco
versos», repitiéndolo en 318; y
Pérez y Curis estima que si en el
soneto la rima de los tercetos
«queda al arbitrio del poeta, éste
debe combinarla de modo que
resulte grata al oído, evitando
interpolar tres versos que
amortiguan casi siempre la dulzura de
los ... rimados entre sí» (272).
V. distancia e interponer.
interponer. «Cuidese en esta [la
décima], como en toda
composición de consonantes, de no
interponer entre estos más de tres
versos» (Salva, 410; sigue con citas de
Nebrija y de Meléndez). Benot
considera (ver distancia) el
diferente largo de «los versos
interpuestos» (379).
interpuestos. «Las Coplas, ô Lyras,
que vulgarmente llamamos
ces, en nuestra Poesia, se hazen
de consonantes interpuestos, que
traduxe assí para explicar el
nombre de entremêlés, que
tienen en nuestro Idioma» (Billet,
337).
interrupción de las series [por
defecto de rima]. «Los versos
sueltos o la interrupción de las
series ['laisses'] deben, a lo
menos, las más veces, achacarse a
la infidelidad de la copia» (Milá,
541).
intervalo métrico. Es el «que media
entre los núcleos rimantes
reiterados» (Rafael de Balbín Lucas,
«Sobre la configuración estrófica
de la rima castellana», 238).
invertidas. «... o invertidas,
CDE : EDC» (en los tercetos del
soneto, TN, Rep., 181).
isofónica (rima). Según DzCap 2, que
le da preferencia, Balbín Lucas
rebautiza con este nombre la
conocida «rima convencional»
(consonancia perfecta de voces
que se escriben con byv,jyg,z
ye, y cuya pronunciación al final
es idéntica).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
juegos. «De entre los juegos posibles
en la rima21, citaremos sólo la
rima en eco ...» (Baehr, 73, y n.
21: «la mayoría de los juegos de
rima provenzales se documentan
en Cancionero del siglo XV»).
juntar. «Y en esta [edad] que sus
cenizas / apagaron su rescoldo, / anda
a juntar consonantes / sin saber
quién es Apolo», Castillo Solór-
zano, Tiempo . . . , 356. V. Benot,
1, 252-253, en la noticia siguiente.
juntos, 'de igual rima'. SzLima
emplea siempre «dos consonantes
113
juntos» (50, 62 — «Estos tercetos
nunca se hallan tener dos
consonantes juntos» —, 63 - «dos
consonantes juntos, que entrambos
conciertan el vno con el otro» -;
en 65, sobre el soneto, el empleo
de «juntos» es menos claro).
Benot designa con esta voz
conjuntos de tres: «rimas juntas»
(III, 255, las del zéjel: no emplea
esta última denominación), y
«tres consonantes juntos, dos a
distancia» (id., 256); y en I,
252-253, en oposición a
«desligada», usa «juntar».
114 DANIEL DEVOTO
laisse. DzCap 2 acepta esta voz
francesa utilizada por Dorothy Clo-
telle Clarke, equivalente a la
castellana «serie» o «tirada».
larga (sílaba). Para Soto de Rojas
'acentuada; V. en aguda la
calificación «aguda o larga».
larga, voz. «El verso Esdrújulo no le
tuvieron los Prouençales, porque
no lo sufría la propriedad de la
lengua, que ninguna voz larga
pronuncia en la sylaba
antepenúltima ... », Aulise, 295.
largo, acento. En la rima vida
/despedida «diremos q desde la .i.
dóde esta el aceto [sic] largo hasta
el cabo es côsonâte. / Y lo mismo
en el caso de las voces agudas: /
dóde esta el postrer aceto largo /
desde allí ha de cósonar un pie
có otro có las mismas letras».
Encina, fol. V.
legal. A la asonancia, «Los provenza-
les la llamaban sonansa borda, en
contraposición á la sonancia legal
ó legítima», es decir la rima
consonante (Menéndez Pelayo,
Tratado de los romances viejos, 1, 99,
n. 1). March, 26, y Griera su
editor, 15 emplean respectivamente
«legal rim» y «rim legal».
leixaprén. V. lexa-prende.
leixa-prende. V. lexa-prende.
leónico. «Es el [verso] que tiene en
medio, y en el fin dos dicciones
semejantes» (Villafañe, fol. 153).
V. leonina.
leonina. 'La de un verso leonino'
(Diccionario de la Real Academia).
Clarke, Chr., 344, remite, en
leonino, a rima leonina y a verso
leonino, para los que da dos
definiciones diversas y una de ellas
compleja: «rima leonina.
Rhyming together the two hemistichs of
the same line. Sometimes called
rima encadenada» (358); «verso
leonino. A two-hemistich verse in
which the first hemistich rhymes
with the second hemistich; also
verse having interior rhyme. Also
called verso hemistiquio».
Idéntica ambigüedad en MzBej, II,
188: «rimas leoninas, ó sea la
concurrencia de voces consonantadas
o asonantadas en el mismo verso
y en los inmediatos»,
considerándola «defecto de eufonía» que
debe evitarse. La confusión entre
leoninos y encadenados se le en
Herrera: «los versos . . .
leoninos . . . Otros los nombraron
equívocos. Usólos Virgilio [cuatro
ejemplos de rima de hemistiquios
con finales] a esta imitación hizo
Petrarca de otro modo del fin del
precedente con el medio del
siguiente» (571-572). El sentir
general, de Cáscales (Cartas
filológicas, 142, n. a línea 14, ropáli-
cos) al Diccionario académico (s.v.
verso leonino), reserva esta
denominación para los versos que
riman hemistiquio con final («la
mitad y el final del verso», dice
Baehr, 72, 23); agregúese que «los
hay de dos maneras: los que
siguen la rima de la serie y los que
siguen otra» (Milá, 496, 2). No
falta, sin embargo, quien dice
leoninos a los de rima encadenada:
rima interior o leonina llama
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
Alonso Cortés a la de Villegas en
algunas estrofas de sus sáficos
(Eróticas o amatorias, 350), y ya se
señaló que los versos de la égloga
de Garcilaso recuerdan a Menén-
dez Pidal «los viejos versos
leoninos» que ocurren en la Eneida.
Puede agregarse que Duc-Tod
(225), conservando, eso sí, la
denominación francesa de rimes
léonines la señalan «cuando la vocal
precedente es igualmente
idéntica, por ejemplo ressentir!
repentir»: la confunden con la rima
intensa, inusitada en castellano y
obligada en la versificación
francesa, que exige por lo menos la
«consonne d'appui», o sea la
identidad de la consonante que
precede inmediatamente a la vocal
tónica: «père» no consuena con
«mère», pero sí con «ampère».
leonino (verso). V. leonina.
lexa prenda. V. lexa-prende.
lexaprén. V. lexa-prende.
lexa-prende. «The resumption of a
word or words of the last line of
a stanza in the first line of the
next stanza . . . occurs in various
forms as follows: (1) Exact
repetition of a whole verse [cita 12
casos]; (2) Repetition of the whole
verse with transposition of words
for the sake of a new rhyme [da
un caso solo]; (3) The last verse
forms the first part of the next
line [dos ejemplos]; (4) The last
word or words begins the next
verse [6 casos]; (5) The first word
or words of the last line are
repeated at the beginning of the next
line [dos casos]» (Lang, glosario;
lo copia, sin los números de los
ejemplos, Clarke, Chr., 344-345;
remite a ambos Baehr, 340, 56).
Dan otras formas u otras grafías
115
Cejador (Vocabulario, 208, sobre
el Cancionero de Baena: «lexa
prenda»), Lang («dexa prende»: lo
siguen Clarke, TN M y Baehr; en
una sola palabra, «dexaprende»,
en MzAmador, que da también
«lexaprén»), Clarke («copla
encadenada» y «canción de coleo»),
TN, M2 («leixap rende»), Nebrija
(«redobladura»); Lapesa (Introd.,
115, «leixaprén», y Santillana,
326, «lexaprende o
encadenamiento»); y Francisco Luis
Bernárdez (Buenos Aires Literaria, 1
(oct. 1952), 23), que adopta la
forma portuguesa leixa-pren
castellanizando su m final y dándole
género femenino.
ley. 'disposición de las rimas'. «Las
leyes de consonancia con que
se combina este genero de pies
[los endecasílabos] en los
Sonetos, rimas y canciones, es cosa
muy sabida y reservase para otro
tractado» (Argote, 43; y 36: «la ley
de consonantes que guardan las
Octavas rimas»); «Por no ligarse
con alguna lei de números en el
ultimo assiento, se llaman sueltos
en el vulgar Italiano» (Herrera,
en DiezE, 260); en las estancias de
la oda o canción, «sus
consonantes guardan la misma ley que en
la primera» (Monlau, El, 259;
en 284; «debiendo ser una misma
la ley de los consonantes y del
número de sílabas en todas las
estancias»); «Fijóse
definitivamente [en los romances] la ley de
la rima imperfecta» (Menéndez
Pelayo, Trat., I, 89; cf. «la ley del
asonante único», id.). Martínez de
la Rosa emplea en la n. 10 de su
Canto III la expresión «ley del
consonante» (p. 192), retomada de
su cita de Juan de la Cueva: «la ley
estrecha y dura / del
consonante . . . » (p. 191).
116 DANIEL DEVOTO
ley del consonante. V. fuerza del
consonante y ley.
libérrimo, verso. «... Ifigenia cruel.
Y es cruel, hasta por el esfuerzo
que me ha costado. Está en verso,
en verso libre, libérrimo», Alfonso
Reyes, carta del Io die. 1922, en
Gutiérrez-Vega, 98.
libertad. Condición de libre 'sin
rima*. «El asonante está en boga,
y se usa . . . aun en los sáficos
adónicos, cuya libertad original
se olvidaba» (Henríquez Ureña,
Métrica de los poetas mexicanos,
367).
libertades métricas. Entre las que
consigna Bartrina, 129, se
encuentra la «Modificación de palabas
para la rima», que dice son
Particularismo, Truncamiento y
Acomodación.
libre (consonancia). «En ellos [los
versos de El Diablo Mundo de
Espronceda que cita] verá V. la
consonancia explotada en sentido
libre ó sin combinación
determinada ...» (Príncipe, 519: riman
xaxabxcbcddxeexfgfgxg).
libre (metro), 'sin rima'. «El
eneasílabo aparece una vez ... en
metro libre» (Henríquez Ureña,
sobre la métrica de los poetas
mexicanos, 365).
libre (rima). La Reflexión, poema X
de El poeta filósofo de Trigueros
(1776), está escrito «en rima
libre», o sea en forma de silva.
En plural, la expresión designa
composiciones — distintas de
las «rimas ordenadas» — cuyas
características no expone Lope
con excesiva claridad: «Los
Sonetos llaman los italianos Rime mes-
colate. Las Sestinas y Madrigales
rimas libres, las Canciones en
parte libres y en parte ordenadas,
como también lo son las
Estancias que en España llaman
octavas rimas por ser de ocho
versos . . . Los tercetos . . . son
también rimas ordenadas ...»
(Rimas, 289).
libre (verso). Pocos términos hay,
entre los referentes a la rima, de
tan revueltos significados como
éste. El Diccionario de la Real
Academia, expide pacíficamente,
en [verso] libre — igual que en
[verso] blanco — a [verso] suelto:
«el que no forma con otro rima
perfecta ni imperfecta».
Definición exacta: «en rigor, se
denominan libres propiamente los faltos
de rima que se hallan entre los
rimados, como sucede en las
silvas» (cf. DzCap, glosario); y en
este sentido la usan Duran
(Romancero general, 2a éd., II, ix:
en el romance, los «versos pares
resultan rimados, y sueltos o
libres los impares»), Tracia (66:
«quedando libres ó sin asonancia
el primero . . . ») y Benot (III, 259),
que dando la fórmula estrófica de
un villancico, intercala entre sus
rimas designadas por las letras a,
b, y c, una x explicando en nota:
«Verso libre». Definición exacta,
respetada, pero incompleta:
testigo Esquerra, que salta sobre ella
(después de haberla convertido en
pleonasmo) para aterrizar en otra
acepción: verso libre o suelto es
«Aquel que no es rimado y no está
sujeto a consonante o asonante.
La extensión del uso de este verso
se debe a los poetas del siglo XIX,
que lo usaron con gran
frecuencia» (nueva redundancia: sin gran
frecuencia no hubiera habido
extensión). Lo más simple,
pasadas esta acepción y la siguiente,
en la que todavía coinciden varias
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
autoridades, es atenerse a las
definiciones más o menos
individuales de críticos autorizados.
(1) «Por antonomasia», se
denomina «sueltos, libres o blancos
. . . series de endecasílabos sin
rima» (Lapesa, Intr., 120); SanzR
(41) regatea lo unitario de esta
trinidad: el «llamado verso
suelto* se denomina «más
impropiamente libre»; y López Estrada
(Métrica española del siglo XX,
73), que lo señala de Jáuregui a
Unamuno, le añade un apelativo
más moderno: «un verso sin rima
llamado libre . . . , suelto, blanco
o de rima cero». Emilio Carilla,
que lo estudia en los románticos
americanos, sostiene que «la
denominación exacta es la de
"verso blanco", es decir, serie de
versos endecasílabos, sin rima».
Maury ya había observado
agudamente (1, 29-30) que «La différence
entre les vers rimes et les autres
vers, que les Anglais appellent
blancs, et que les Italiens et les
Espagnols ont nommés vers
libres, ne consiste pas seulement
dans l'accident de la finale» sino
en la obligada búsqueda de
«inversions», «enjambements» y
«coupes multipliées». «Se tiende
al verso libre porque es más fácil
que el verso regular» adelanta
Borges (Borges oral, 88), que
concluye: «la verdad es que es muy
difícil». La opinion de Juan
Ramón Jiménez parece englobar
— como la de Borges —
diferentes tipos de verso libre: «Suele
creerse que el verso "libre" es
verso "descuidado". El verso libre
admite, exije más arquitectura
interna y esterna que el regular.
Además, no tolera ripio. Si en el
verso regular y rimado la medida
la dan número y rima, en el libre,
117
superior en esto, la dan intelijen-
cia y gusto. (No es necesario
añadir que puede haber mal
verso libre, como hay mal verso
regular o, esperantistas sin ánjel,
prosa toda ripio)» (Estética, 326).
(2) Luzán (1, 271; II, 373; ó III, 272),
basado en la versificación «del
recitativo en los dramas en
música», propone una forma
diferente: «el verso que llamaré libre
(esto es, mezclados los largos y
cortos, algunos rimados y los más
sueltos)». La diferencia entre esta
«libertad» y prácticas más
modernas estriba en que los metros
de esos cantables se atienen a
la métrica tradicional. (3) Otras
formas, a más del endecasílabo
no rimado, pueden albergarse
bajo la denominación de «verso
libre» por el hecho de carecer
de rima: «Nuestro verso libre
se ha reducido a las formas de
marcado sabor neoclásico, que
consisten en el endecasílabo
suelto, la estrofa sáfica y la
variante de ésta que se llama
estrofa de don Francisco de la
Torre» (Diez Cañedo, 326). (4) Hen-
ríquez Ureña, refiriéndose al
período 1475-1600 de la poesía
castellana, propone otro
contenido para «versos libres»: «Bajo
este nombre, que en otro tiempo
se usó para designar los
endecasílabos sin rima, llamados
también blancos o sueltos (sciolti), y
que ahora se aplica a la
versificación irregular procedente de los
simbolistas franceses comprendo
la masa de versificación informe
que no obedece a principios
rítmicos claramente discernibles, o
que mezcla ritmos diversos» (151);
la denominación de «Versos
libres» se mantiene en Alfonso
Reyes, que recoge con este título,
118 DANIEL DEVOTO
en Entre libros (168-169) una
nótula aparecida en 1918 en El
Sol de Madrid y en la que reseña
la Antología de la versificación
rítmica de Henríquez Ureña (San
José de Costa Rica, El Convivio,
1918). (5) el Diccionario de la Real
Academia ha introducido,
cuerdamente, una segunda acepción
para la expresión verso libre:
«verso sin norma obligada, de
ritmo vario y flexible, practicado
desde fines del siglo XIX».
Definición general aceptable, salvo
ser general en demasía; para
cernirla, podemos recurrir a quienes
se han adelantado a su
formulación: Clarke separa las dos épocas
que distancian de ésta las
apelaciones precedentes: «verso libre.
Free verse; unrhymed verse; also,
especially before the modernista
period, equivalent to verso suelto
and verso bianco. In the modern
sense, a type of verse not
dependent on rhyme, syllable-count, or
fixed rhythmic pattern or lenght.
The poet is free to use any form
that he wishes, and to vary the
form within the poem. In this
sense also called verso amorfo,
verso arritmo, verso polimorfo»
(371; la secunda SanzR, 68: «Por
verso libre se entiende ahora, no
ya el que se ha llamado siempre
de ese modo, y también suelto o
blanco, sino aquel otro que,
combinado en forma imparisílaba,
carece de ritmo o de rima, y a
veces de ambas cosas. Traído de
la métrica francesa a la nuestra,
cuenta con algunos partidarios»:
también aceptables
consideraciones, que serán aceptabilísimas en
cuanto se enumeren debidamente
esos «algunos partidarios» y se
nos presenten legítimos
especímenes de versos sin ritmo. La
sición de Baehr presenta
algunas proposiciones sensatas («no
hay que fijarse tanto en la
ausencia de la rima como en la
variedad métrica de los versos»)
y otras que no parecen serlo
tanto: «El uso de versos de
medida diferente tiene varios
grados en su manifestación que van
desde la adopción de
determinados versos y estrofas ya
existentes (en especial la silva) hasta el
sintagma rítmico del poema
enteramente libre, que se adapta sin
limitaciones a la voluntad del
poeta, como lo hace la prosa» (80:
estaríamos enteramente de
acuerdo si se hubiera precisado:
«el poema . . . que se adapta sin
limitaciones a la voluntad de
expresión del poeta, como lo hacen
todos los poemas dignos de este
nombre»). La libertad de la
versificación libre es tal que puede, sin
menoscabarla, adoptar
«determinados versos y estrofas ya
existentes (en especial la silva)»; lo
mismo en TN, M, 455: «Debe
advertirse que la versificación
libre no excluye de manera
sistemática la presencia ocasional de
cualquier metro común ni aun la
de la rima o estrofa, cuando por
accidente se produzcan o la
ocasión las requiera». No estamos
lejos de lo que se lee en Curtius
(399): «T. S. Eliot se mueve entre
el verso libre y el que obedece a
reglas», proeza que — sin
desconsiderar la tumba de Mahoma,
suspendida entre el cielo y la
tierra — Quevedo sólo pudo
llevar a cabo postumamente, ahora
«que ni sube ni baja / ni se está
quedo». Pasemos a una breve
antología: (a) Pérez y Curis (que ha
tratado precedentemente - 199-202-
del endecasílabo libre, suelto
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
o blanco, y de su combinación
con el heptasílabo): «Fáltame
tratar aún del verso libre en
general, tal como se lo cultiva en
Hispanoamérica desde el último
lustro del siglo pasado. El verso
libre, en Darío como en Lugones,
tiene el apoyo de la rima; nada
nos mueven sus ritmos
heterogéneos» (208-209). (b) «Darío ...
escribe la Salutación del
optimista, en versos libres, sin rima,
cuya larga serie fluctuante
sugiere de modo vago el rumor
del hexámetro» (P. Henríquez
Ureña, 240). (c) González Prada
«Introduce el verso que sus
discípulos llaman "libre", pero que
para mí es el menos libre de los
versos. Sus ritmos binarios,
terciarios y cuaternarios son
monótonos. Además, nunca se liberta
González Prada del ritmo.
Desecha el viejo carean de la rima,
pero se somete al yugo del rígido
acento. Es el poeta más
enamorado del ritmo, el más fiel
observador de los esquemas métricos.
Su versolibrismo es convencional.
... el campeón del verso libre en
el Perú observó fielmente los dos
preceptos de Boileau que rezan:
La rime est une esclave, et ne doit
qu'obéir. Ayez pour la cadence une
oreille sévère» (Luis Alberto
Sánchez, 1 19). (d) Para Jaimes Freyre,
el «verso libre ó polimorfo»
designa «Versos formados cada
uno por dos ó más períodos
prosódicos diferentes, sin conservarse
en todos los versos la misma
combinación. Este es el moderno
verso libre ó polimorfo, el verso
sin ritmo; verso que no es tal en
mi opinión, porque carece de las
condiciones fundamentales de
aquella artística y harmoniosa
forma» (94-95). Su opinión se
119
cisa más adelante, al considerar
las «tres novedades que
generalmente se engloban en la
denominación de verso libre. Ia. La pres-
cindencia del acento prosódico en
el acento rítmico- esto es, la liber-
dad que se toman los poetas de
acentuar rítmicamente sílabas
que no tienen acento prosódico;
2a. La formación de versos de un
número indeterminado de
sílabas, pero conservando un ritmo
fundamental; 3 a. La combinación
arbitraria de frases sin ritmo
regular. ... La tercera
innovación ... es el verdadero verso
libre [y de él se acusa]. Tan
impropia resulta así la denominación de
verso libre como de verso amorfo
ó polimorfo, como la de prosa
poética, como la de prosa rítmica, por
lo menos en castellano», porque
el suyo es un género nuevo entre
la prosa y el verso (110-115). Y
remacha: «"El verso libre es el
que no obedece á la ley musical
del que le antecede ni á la del que
le sigue". Cabía afirmar, por lo
tanto, que la condición primera
del verso libre era ser verso; que
tenía un ritmo, una harmonía; que
su independencia era puramente
estrófica, esto es, que suprimía la
ley musical de la serie, pero que
respetaba la cadencia de la
unidad rítmica» (118). Corolario: los
refranes «no son, en realidad, otra
cosa que versos libres, casi
siempre rimados y realzados no pocas
veces por la onomatopeya» (123).
(e) Para Leopoldo Lugones, los
versos dichos libres de los jóvenes
ultraístas no se pueden cantar: «Y
no, y de ningún modo, porque les
falta el ritmo, que consiste a su
vez en una sucesión de pausas
simétricas. Esto, sobre todo,
cuando se trata de versos irregu-
120 DANIEL DEVOTO
lares o libres de sujeción al
número de sílabas y a la cesura o
pausa medial, por un especial
motivo: en toda rima hay
canto ... Si se la elimina
también, deja de existir el verso. Tal
fue la revolución con que
implantamos el verso libre. Esta otra de
la nueva sensibilidad no es, pues,
su consecuencia, sino su
negación» (artículo de La Nación de
Buenos Aires, transcrito en Diez
Cañedo, 32). Lo explica P. M.
Obligado (32), después de explicar
(mal) el verso libre clásico: «hoy
llamamos también verso libre
al que varía inesperadamente
de ritmos y se apoya sólo en la
rima». (/) Lo contrario opina Juan
Ramón Jiménez: «El verso libre
no es realmente verso; sí lo es
el verso blanco, porque tiene
medida fija: en español, el
endecasílabo. Si la medida no es fija,
no es verso» (en Gullón,
Conversaciones . . . , 149; para más
claridad, inmediatamente antes se ha
afirmado: «Para mí, como le dije
hace tiempo, sólo es verso lo que
tiene asonante o consonante»).
(g) LC (407) diferencia libre de
blanco: «Se designó con este
nombre [verso libre] el verso que se
somete a todos los preceptos de la
regularidad estrófica (número de
sílabas, acentos, pausas, etc.) pero
carece de rima. Modernamente,
se prefiere dar a este tipo de verso
el nombre de verso blanco, y
reservar, el de verso libre o
versículo al que, careciendo de rima,
no guarda tampoco regularidad
estrófica. El tamaño de este tipo
de verso es muy variable y, a
efectos rítmicos, se nos aparece
muchas veces como una
entidad autónoma, independiente
de los demás versos del poema».
(h) No es fácil separar los
diversos tipos de verso libre que
maneja Rafael Lapesa al ocuparse
(Intr., 122) del verso libre actual:
«Aunque en el verso libre usado
en la lírica contemporánea
aparece en ocasiones la rima
consonante, más frecuente es la
asonancia ... Lo que domina, sin
embargo, es la total ausencia de
rima, que de ordinario se une con
la no sujeción a medida . . . pero
a veces los versos se agrupan en
unidades semejantes a estrofas, o
en series de absoluta regularidad
métrica», (i) Quilis, en 167 y 168,
diferencia netamente sueltos de
libres: da como ejemplo de
Poemas de versos sueltos textos de
Boscán y de Unamuno, ambos iso-
silábicos; y al ocuparse de los
Poemas de versos libres establece:
«Sus características son: a)
ausencia de estrofas; b) ausencia de
rima; c) ausencia de medida en los
versos; d) ruptura sintáctica de la
frase; e) aislamiento de la palabra,
etc.». Ni d) ni e) parecen
obligatorios; y a), sobre ser común con la
versificación que se califica de
libre, es mera consecuencia de c)
y d). El resto es valedero.
libre mayor (verso). . «Puede emplear
desde las medidas más breves
a las más extensas . . . Rara vez
se sirve de la rima» (TN, M, 525,
86).
libre medio (verso). Cuenta «entre
ocho y doce sílabas ... De
ordinario prescinde de la rima» (TN,
M, 525, 85, y M2, 86, 518. Con siete
versos de Borges, cuatro de ellos
aliterados y los dos últimos
asonantes).
libre rimado (verso). Isabel Paraíso
de Leal (DzCap 2) designa así la
forma métricamente libre pero
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
rígidamente rimada (sólo admite
consonancias perfectas en todos
sus versos) propia de Lugones.
V. libre, 6 a.
licencia. MzBej, 55, «licencias de
rima».
licencias, o licencias poéticas. Así
llamadas porque «La prosa no
tiene licencias: a los versos se les
consienten, porque el lenguage de
la una, en mi opinión, es tan
diferente, cuanto el vulgar difiere del
cuidadoso», Tamayo sobre
Garcilaso, en Gallardo, IV, col. 1283.
Cuentan entre las licencias, en
primer lugar, las llamadas
«licencias ó figuras prosódicas . . .
sinalefa, sinéresis y diéresis», Monlau,
Elementos, 252, que enumera
después, en 263-264, una decena más.
Tracia, 27-31, da
aproximadamente el mismo número;
señalamos las que específicamente se
relacionan con la rima: «Ia
licencia. La de aumentar alguna
sílaba o letra al fin de las palabras,
como pece por pez; felice por feliz;
feroce por feroz», 28 (los ejemplos
que da van en medio y no en fin
de verso); 2a. «La de suprimir
alguna letra ó sílaba al fin de las
palabras, como dó por donde,
apena por apenas . . . »; 3a. «La de
suprimir alguna letra ó sílaba al
principio ó en medio de las
palabras, como crueza por
crudeza ...» (en ninguna de éstas se
aclara si corresponden o no a la
rima); y, enfin, la 10a: «La de
omitir ó variar algunas letras
en las últimas sílabas de las
palabras en obsequio solo de la rima»
(insine I incline, Herrera;
contino / malino, González;
donoso / respetoso, Meléndez).
ligada, «poesía ligada . . . means
rhymed» (Clarke, Chr., 346).
121
ligado, 'rimado': la oposición entre
suelto y ligado es constante;
véase: «usando ya verso suelto,
ya ligado» (Cáscales, Tablas, 149),
«todos [los versos], sean sueltos
ó ligados» (Hermosilla, 348 y
351; «endecasílabos libres, ó
ligados en forma de romance,
id., 387); Monlau (El, 252, 256
y 277, en esta última en singular)
emplea tres veces «sueltos ó
ligados», y una (275) «libres ó
ligados»: Ludovico Paterno quiso
imitar a Garcilaso en una de sus
églogas, sin conseguirlo, a pesar
de que «no va ligado a los
consonantes, como Garci Lasso, sino
libre, por escribir en verso
suelto» (Herrera, 446); cf. La
Cueva (Ejemplar, 158, v. 346-348):
«versos elegantes, / numerosos,
corrientes, tersos, puros, / ligados
con forzosos consonantes». Se
aplica también a la trabazón de
las estrofas: el decir terminaba
con frecuencia «con la adición de
un breve apéndice ligado por la
rima a la última copla», «tercetos
ligados por la misma rima final,
ffc ggc hhc» (TN, M2, 122 y 128),
«estrofas de este tipo [con pie
quebrado] ligadas entre sí por la
igualdad de las rimas» (TN, Arte,
132). Clarke, Chr., registra el
«terceto ligado. A double
tercet having the rhyme scheme
aabccb». La voz puede usarse
con otros matices ('ligados por
el sentido': «Los pareados del
cosaute, métricamente libres y
semánticamente ligados», TN,
M2, 536, 3). Faria y Sousa (sólo
conozco otro ejemplo, a pesar del
«que llaman») aplica la voz a los
versos de rima interna, sin
alabarlos en demasía: en la Égloga II
de Garcilaso, «viene Nemoroso
cótando a Salicio las [cosas] de la
122 DANIEL DEVOTO
Casa de Alba, en versos que
llaman ligados (de q pocos bastan a
cansar) en tres largos pliegos:
i tan intempestivo ...» (IV, 25);
«Gregorio Hernandez de Velasco.
Compuso esta traducion en
Versos sueltos, si se atiende a que no
guardó la consonancia en sus
finales: pero la observó
rigurosamente en medio de cada Verso
inmediatamente siguiente. Estos
Versos se llaman ligados o
encadenados ... », J. A. Mayans, sobre
las obras de Virgilio, I, 57.
ligadura. 'La acción de ligar': «cierto
número de versos ligados con
cierta ley de consonantes, por la
qual ligadura ...» (Argote de
Molina, 31). La Cueva (Ejemplar,
156, v. 271) mienta la ligadura de
las rimas de la estancia. Y
(Canción IV, en Gallardo, II, 645)
aconseja: «Huye la ligadura / del raro
consonante, / si el verso hace
escabroso ú arrogante». Y Herrera
llega a denominar ligaduras a
las propias rimas (649). La voz
como ligado puede referirse
a la trabazón de los versos (TN,
M2, 17, 12 dice que el
encabalgamiento, «según los casos, sirve
para la ligadura blanda y suave»;
y en 170 llama al verso de vuelta,
en las coplas del villancico,
«ligadura métrica»).
ligar. Referido al choque de vocales,
el vocablo interesa a la
disposición de la rima: «los italianos
disuelven al fin de verso vocales
que en el centro de metro ligan
diptongalmente» (Benot, I, 102;
cf. 1 17, y II, 16). DíezE emplea este
verbo (negativamente) para
disuadir del acoplamiento de dos
metros (295-296).
llana, 'grave'. «Como es normal en
nuestro Parnaso, [en las fábulas
de Iriarte] predomina la rima
llana . . . [con] un solo caso de
endecasílabos sueltos ... [y] una
fábula (la XLII) toda con rimas
esdrújulas y otra (la XXV) con
rimas masculinas» (Introducción,
Clás. cast, Ll).
llano. Verso llano es «El que termina
en palabra llana o grave»
(Diccionario de la Real Academia);
Clarke, Chr., 346, da dos
sinónimos, grave y paroxítono. Monlau,
El, 254, alude a su condición
de patrón aritmético (a
diferencia del agudo y el esdrújulo):
«Cuando el verso consta del
número cabal de sílabas que pide su
medida, se dice llano». «Peñalver,
en su Diccionario de la rima,
cataloga como llanas todas las voces
terminadas en dos absorbentes
inacentuadas, tales como "héroe,
tartáreo, férreo, / marmóreo,
núcleo, ebúrnea ..." Pero ¿ a qué
citar ? Todas, en fin. Landa,
modificador de Peñalver, por cierto
nada acertado, sigue en esto a
su modelo» (Benot, II, 64),
Conviene no olvidar la diferencia
entre verso llano y llano verso:
los «... cuatro nuevos
acontecimientos . . . contadas sus
historias en llano verso, por Gaspar de
la Cintera, privado de la vista»
en 1572, están «en coplas
décimas, compuestas de dos
quintillas de ciego» (Gallardo, II,
456-457).
llena. Gregorio Salvador (DzCap 2)
denomina «palabras de rima
llena» (mejor, «palabras llenas de
rima») aquéllas «en las que la
rima consonante ocupa todo el
cuerpo de las mismas, excepción
hecha del fonema consonantico
(o grupo de fonemas
consonanticos) inicial»: tales boca, roca y
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
loca en el ejemplo aportado de
Unamuno.
llena (asonancia). V. asonancia.
llevar el tono. En la cuarteta, «Riman
el segundo con el cuarto, o sean
los pares, que llevan el tono, y
quedan sin rima los demás», Ceja-
dor, La verdadera . . ., I, 190.
luenga, sílaba. Para Encina, 'aguda':
«qndo el pie acaba en vna silaba
luëga q vale por dos / entóces
contamos aqlla sola ultima y
penúltima . . . como si el vn pie
123
acaba en / coraçon y el otro en /
passion» (fol. V). «Es licencia
poética intercambiar sílabas
luengas y breves», id., Gallardo, IV,
col. 665. «Mas es en tanto grado
nuestro común acentuar en la
penúltima sílaba, que muchas
vezes quando aquellas dos
sílabas del cabo vienen breves, haze-
mos luenga la que está antes de
la postrera; assi como en otro
pie dize: "De la viuda Penelópe"»,
Encina, borrador de López
Estrada, 350.
124 DANIEL DEVOTO
machiembrado. V. macho e femea.
machiembre. Denominación
propuesta para el encabalgamiento:
«Juzgo adoptable este vocablo
para llamar castizamente lo que
la métrica francesa designa con el
nombre de rejet y enjambement»,
Carlos Barrera, «El alejandrino
castellano», n. 1 de p. 21.
macho e fembra. V. macho e femea.
macho e femea, macho e fembra.
«The rhyming artifice so termed
consists in the alternation of
masculine and feminine rhymes
which are derived from each
other in the sense that the
feminine rhyme, by the substitution of
final atonic a to o, reproduces the
preceding masculine rhyme word.
This procedure is applied to
verbal forms as well as to nouns and
adjectives, and since nominal
and verbal forms are allowed to
rhyme together, it is all the more
difficult to distinguish the macho
e femea artifice from the mordo-
bre (manzobre)» (Lang, 516; lo
copia Clarke, Chr., 346-347). TN
emplea indiferentemente las
formas «machiembrado» (Rep., 187),
«macho-fembra» (M2, 109) y
«machofembra» (Arte, 29 y 189).
macho-fembra, machofembra. V.
macho e femea.
maestría mayor (arte de),
«consisted in the continuance of the
rhyme of the first stanza through
the whole poem» (Lang, 517).
Denominada también altimetría.
maestría media. TN, M2, 170. V.
media maestría (arte dé).
maestría menor. TN, M2, 170, n. 53,
la cita como la da Santillana, sin
explicarla: «Santillana indicó en
su Prohemio que de gallegos y
portugueses se habían recibido
los nombres de maestría mayor y
menor». El «arte de maestría
menor» es simplemente otro
nombre del «arte común»: DzCap 2
menciona al Marqués de
Santillana en ambas entradas.
mal dolados. Alonso de Fuentes, en
la epístola dedicatoria de su Libro
de los cuarenta cantos (1550),
declara imitar «estos cantos de
los nuestros antiguos»,
guardando «aquella rusticidad de
vocablos y consonantes mal dolados».
Amador de los Ríos (Hist, crít, II,
478, 1) rectifica las lecturas de
Dozy y de Wolf, que «leyeron
equivocadamente consonantes
mal dotados; y aunque esta
lección no es enteramente absurda,
debieron reparar tan doctos
escritores que teniendo la voz dolado
la significación de perfeccionado,
limado, quiso decir y dijo Alonso
de Fuentes que los consonantes
mal dolados eran los no limados,
los no perfectos, esto es: los
asonantes». Lo ratifica Milá (548), y
D. Saunai lo explica e integra en
su texto y su contexto (p. 100).
mal formados. «Consonantes y
asonantes, mirados los últimos como
consonantes mal formados por
los trovadores y poetas eruditos»
(Milá, 118)
manco. Emplea esta denominación,
como italianismo y en plural,
Herrera (fol. 232): «Los versos
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
troncados o mancos que llama el
Toscano, y nosotros agudos»; lo
citan Gallardo, IV, 1313, y DiezE,
glosario). La voz, tal como la
define el Diccionario académico,
no designa el verso agudo sino
el hipométrico, con un sentido
similar al de 'cojo': «manco. 2 fig.
Defectuoso, falto de alguna parte
necesaria. Obra manca, verso
manco».
manera. MzBej, 171, trata de las
«maneras de rima» (las
«maneras» son las cuatro clásicas rimas
masculina, femenina, dactilica y
peónica), y SzLima dice del
esdrújulo que «esta manera de verso es
muy nueva en España, y poco
usada» (89).
mansobre. V. manzobre.
mantener. «... la misma rima se
mantiene uniformemente en toda
la copla con excepción del último
[verso] de cada semiestrofa» (TN,
Rep., 112).
manzobre. «... this, rather than
masobre or mansobre, is the form
of this metrical term authorized
by the best manuscript tradition
of the time» (Lang, 517). Lapesa
(Santillana, 17-18) certifica que
ciertos términos usados por el
Marqués «estaban deformados,
como es mansobre, descendiente
del gallego-portugués mozdobre,
donde entraba el provenzal motz
'modo'», y n. 20 continúa:
«antes . . . venía leyéndose
erradamente mordobre ... H. R.
Lang precisó que el dobre . . .
consistía en repetir en las rimas
la misma palabra o palabras
homófonas . . . mo[z]dobre . . .
era la repetición de una misma
palabra en las rimas, pero en
diversas formas gramaticales».
125
TN, M, 189, simplifica en
«manzobre o asociación de vocablos
derivados de la misma raíz» (lo mismo
en M2, 169), y registra la vieja
etimología de Lang moor
dobre, maior dobre junto a la de
Elza Pacheco, mosdobre, 'vocablo
doble', en 190, 53. Amador de los
Ríos, en el glosario de su edición
de Santillana, apunta que «Había
dos géneros de mansobre:
sencillo ó menor, y doble ó mayor»
apoyándose en un verso del
Cancionero de Baena: «Sin doble
mansobre, sencillo ó menor» (508).
Clarke, Chr., 347, recoge la
observación de Lang: otra expresión
vinculada «seems to have been
consonantes doblados».
maraña. 'Encadenada. 1': «Otra
composición [italiana] ay, a que vnos
llaman maraña, y otros, ouillejo,
que haze los consonantes en
medio del pie» (SzLima, 59; cf. 97
y 100-103). Lo cita DiezE, 260; y lo
repite Riquer, 79.
más vecinas. Luzán (III, 283-284),
trata de la «proximidad y
cercanía» de las rimas, «sobre lo cual,
el citado Quadrio, divide estas
rimas en más vecinas y
vecinísimas. Las más vecinas son las que,
colocadas dentro de un verso,
corresponden a la última palabra
del verso antecedente . . . Estas
son las rimas que Quadrio llama
más vecinas y yo he llamado de
eslabón, o eslabonadas, y Casca-
Íes llamó ovillejo».
masculina (rima). La expresión,
usual en francés, es más rara en
castellano, aunque sea corriente
hablar de «terminación
masculina (« Terminación. En la
Gramática. La última, ô última sylabas
de una voz, ô palabra: y assi se
dice terminación femenina, ó
126 DANIEL DEVOTO
masculina», Autoridades; con
restricciones, P. Henríquez Ureña,
15, 1: «El verso tipo será, pues, el
verso cuya terminación se llama
en otras lenguas femenina y entre
nosotros grave o llana: no el verso
de terminación masculina,
llamada entre nosotros aguda»). El
vocabulario de DzCap especifica
«consonancia masculina» dando el
ejemplo de Tejera: «Masculina es
la rima monosilábica, como flor,
amor». Como Henríquez Ureña,
González de Valdés precisa su
procedencia extranjera: «la rima
femenina de los franceses ... la
masculina de los franceses» (1 12),
refiriéndose no a la rima
propiamente dicha, sino a los versos en
general y su cuento silábico según
su terminación «sin embargo de
la rima». Milá (102-103) recoge la
expresión de Wolf, pero se cree
obligado a aclararla: Wolf
«establece que las rimas masculinas
(agudas: acentuadas en la última
sílaba) son propias de la poesía
popular y las femeninas (llanas o
graves) producto de la
artística ... ». MzBej (que no se sirve
de la denominación «aguda»)
distingue las rimas en cuatro
maneras: masculina, femenina,
dactilica y peónica (171; cf. II, 185), y
extiende la denominación de
«masculina» a la cesura (II,
189-190, 209-210); D. C. Clarke se
hace eco de estos dos empleos,
s.v. masculina, rima masculina
y cesura masculina. Estos cuatro
nombres propuestos por MzBej
para las rimas aguda, grave,
esdrújula y sobresdrújula
estaban ya en Felipe Tejera (1891;
cf. DzCap), pero de MzBej parece
haberlos tomado el Diccionario de
literatura de SainzR (s.v. rima).
Pérez y Curis, aun denunciando la
diferencia que media entre el
empleo de las voces femenina y
masculina en francés y su
utilización en castellano, aceptará su
empleo, cargándolo incluso con
una extensión de sentido para él
admisible, y que no cabe en
francés (cf. femenina: Mallarmé se
dolía de esta carencia): «Las
denominaciones de masculina y
femenina que los poetas franceses dan
a la rima, no pueden adaptarse
estrictamente a nuestra
versificación. Peculiaridades de la lengua
francesa, y, especialmente, del
verso francés, no permiten ésta ni
otras adaptaciones
semejantes .. . por similitud podría darse
en castellano este nombre ... de
rima masculina a la que une dos
versos con terminación aguda»
(72-73). Efectivamente, esta
calificación viene del francés; la
emplea Billet en 1687 (v.
femenina), y el francés la tomó del pro-
venzal, que entre otras
denominaciones (breu, accen agut opuesto
a accen grew. Leys, 152 s.) conoce
«motz máseles» para designar las
terminaciones agudas (Riquer, T,
38-39). Discutida en castellano, la
denominación francesa ha
cobrado una difusión casi
universal, y se usa en portugués, inglés,
alemán e italiano.
masobre. V. manzobre. Además de
Lang, registra esta forma Cejador,
Voc, 216; «mansobre, masobre,
especie de composición poética».
matacán. Benot aplica esta voz
('piedra grande de ripio') para
denominar las palabras usadas
solamente por necesidades de la
rima: «Otro mal, emparentado
con éste [las asonancias
repetidas], es el de la rima-matacán. El
rellenar de ripio los versos con
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
palabras inútiles, para que tengan
completas sus sílabas, es siempre
imperdonable abuso; pero cuando
los matacanes son los asonantes
o los consonantes mismos,
entonces ¡ vive Dios ! no cabe indultar
a nadie» (III, 235; cf. 246, «el ripio
y el matacán», y 393, «ripios i
matacanes . . . nada más torpe ni
menos estético que una estrofa
rellena de matacán»).
mayor. «... concierne a las personas
trágicas y principales darles
metros y rimas mayores» (López
Pinciano, II, 287).
media maestría (arte de). «Is a
variety . . . which . . . differs from
the maestría mayor and the arte
común in that at least one rhyme
of the first stanza of a poem must
be continued through the other
stanzas» (Lang, 518). «En la media
maestría sólo era obligatorio . . .
repetir las rimas de determinados
versos, con frecuencia las del
primero y último de cada estrofa»
(TN, Ai, 189, y M2, 169).
media (rima). V. encadenada.
media (rima). V. interna y verso
intercalado.
media rima. 'Asonante'. «... y en
estos [los romances] hemos
empleado una media rima que nos es
peculiar, el asonante» (Blair, III,
344); «el uso del asonante ó media
rima» (Quintana, 364); DzCap 2
restituye esta expresión a Gaspar
Melchor de Jovellanos. No debe
confundirse
'asonante' con rima
«media
media
rima»
'encadenada 1'; sin embargo, «media
rima» ha cobrado esta última
significación: en el Ochavarlo
Sacramental (1572) de Alonso
Girón de Rebolledo, figura «Un
convite o boda, de verso
127
lado, ovillo ó media rima», que no
es otra que la rima interna o «al
mezzo» (Gallardo, III, 49).
Jerónimo Bermúdez, en sus dos Nise,
usa heptasílabos «sueltos ... sin
orden de estrofas ... El nombre
de medias rimas con que el autor
los calificó se refería
probablemente a la brevedad del metro
como hemistiquio del
endecasílabo» (TN, M2, 209). Y López de
Übeda denomina, igualmente,
«media rima» versos de rima
cortada (Pícara Justina, 144).
media sílaba. Billet da este nombre
a la e muda de la versificación
francesa: «La E ... final, en el
qual caso haze sylaba sola, ô
media sylaba, como en vue, vista,
vie, vida, que son cada una de dos
sylabas, ô de sylaba y media».
media palabra. Cadalso: tmesis.
media, unisonancia. V. unisonancia.
medial. 'Rima al mezzo' (3. A.
Martínez, 471). DzCap (301, 14) afirma
que Balbín «Llama rima medial a
este tipo especial de localización
de la rima en la estrofa»; ya
Clarke, Chr., 347 y 358, remite a
rima encadenada.
medio (rima al). V. encadenada.
mejor (consonante). «Y porque quede
dicho de una vez, para todas las
composiciones, de que adelante
trataremos en el uso de los
consonantes, lleve el Poeta cuydado
de disponerlos de tal manera, que
eche delante, ô en medio de la
Copla el peor, y guarde siempre
el mejor para la postre, porque el
oido casi nunca juzga de el primer
verso, sino de el que cierra la
Copla, y si aquel entre [sic] bien,
no se repara en los que han
pasado» (Rengifo, 39).
128 DANIEL DEVOTO
mesis. «V. Tmesis, que es como debe
escribirse», Monlau, Vocabulario.
mesmos. V. mismos.
metátesis, «levantalde en lugar de
levantadle, metátesis impuesta
por la necesidad del consónate
[sic] final. Es frecuentísimo este
modo de usar el imperativo», nota
a la línea 12 del t. I, p. 274, de
Malón. La forma usada era
corriente, pero la metátesis sí puede
operar en la formación de rimas
perfectas, y aún de las otras.
métrico (verso). Hay versos
blancos, sueltos o libres que «no
conciertan ni en consonante ni en
asonante, y son una especie de
versos métricos o rítmicos, como
los latinos» (Loscertales,
Lecciones de literatura preceptiva, en
DzCap, vocabulario).
mezcla. Billet, 359, 'interposición'.
V. interpuestos.
mezzo (rima al). V. encadenada.
mismos consonantes. En los debates
trovadorescos y cortesanos era
usual responder «por los mesmos
consonantes», expresión que
registra Lang, 496. Lo más
corriente era la conservación de las
mismas rimas, pero también se
usó conservar las propias
palabras rimantes.
mixta. Milá, 1 18, se refiere a «la
primitiva rima, mixta de
consonantes y asonantes». Con sentido
idéntico, Vicens (en Rengifo, 53)
explica que los nuevos villancicos
son ya consonantes, ya asonantes,
pero que «Otras veces son mistos,
esto es parte consonantes, y parte
asonantes travados à veces unos
con otros, y con algún dissonante
intermedio». Milá, 1 19, usa
también la voz para caracterizar una
«versificación, mixta de rimas
agudas y llanas». Para Clarke,
Chr., 338, es «rima mixta. The use
of both end rhyme and mid-rhyme
in the same composition».
modificación del acento. DzCap 2
recoge esta fórmula tomándola
del título de un importante
estudio de S. Griswold Morley, «La
modificación del acento de la
palabra en el verso castellano»,
generalmente para facilitar la
rima, o para hacer coincidir sus
acentos con los de la música, o
sencillamente, para mayor gracia
y fantasía. V. diastole y sístole.
modo. Es, según Herrera, 649, el
rimo en latín.
modo corrido. Gallardo da los dos
versos iniciales de una de las
«Chanzonetas de los pastores por
modo corrido» de los Villancicos
para cantar la noche de Navidad
de Lope de Sosa (1603): son un
pareado octosílabo. ¿ Continúan
con la misma rima ?
modulación. TN, M2, 455-456,
emplea esta voz en el efecto
vocálico de la rima.
monorrima. «s.m. Pequeño poema
cuyos versos acaban todos en una
sola rima» (Marty). Camus (281),
aludiendo a la tirada del Poema
del Cid, dota a la voz de género
femenino: «Esta monorrima, que
así se llama ». DzCap 2
diferencia monorrima (apud Balbín:
«configuración de la rima densa
que consiste en que, dentro de
la estrofa, no queda ningún
verso suelto, y todos tienen la
misma rima») de monorrimo, el
poema que se ajusta a esta
disposición.
monorrímico. V. monorrimo.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
monorrimo. 'De una sola rima'
(Diccionario de la Real Academia).
Ríos (según DzCap, glosario),
limita el sentido de la voz a la
«Estrofa con una sola rima para
una composición», lo que sobre
no ser siempre cierto es poco
claro: «en ciertas composiciones
(que se llaman por eso monorrí-
mos)» dice Bello (336) «suele el
poeta, jugando con la dificultad,
limitarse á una sola rima», y de
sus especies, «la asonante es, no
sólo la más a propósito, sino la
única que puede oírse con gusto
en largas estancias o en
composiciones enteras monorrímicas»
(id., Uso, 363). Y es precisamente
con un ejemplo de Bello como de
la Barra (El, 69 y 70) apoya su
apreciación: «Los monorrimos
consonantes se usan a veces en
composiciones festivas; pero
nunca son de buen efecto ... El
monorrimo en el asonante está en
su puesto» (lo repite DzCap, 339,
pero sólo la segunda frase lleva
comillas); ya Benot (III, 264) había
sentado que «Tales
combinaciones monorrímicas [los romances
consonantados] cayeron en
desuso por su infeliz monotonía».
Atribuidos a influencia de la
poesía arábiga (Diéguez y Muñoz en
DzCap, 333-334; MzBej, 315), esta
especie parece provenir de Viar-
dot (Histoire des Arabes et des
Maures de l'Espagne, 1832-1833),
de cuya versión española Milá
(93-94) extrae sus dos categorías:
«lo divide en irregular, es decir,
seríes indeterminadas, y en
regular, como las cuartetas de
Berceo»; el propio Milá alude a las
seríes asonantadas de la épica
llamándolas «monorrimo
imperfecto» (579); y Menéndez Pelayo,
obcecado en considerar todo
129
romance como hecaidecasílabo,
considera la consabida canción-
cilla lírica de El villano en su
rincón como romance largo, «con
estribillo también, pero formando
un monorrimo interno» con las
rimas de sus versos impares
(Trat, I, 100-101). Formas
divergentes: «monorrimo» (Príncipe,
636), quizás por influencia del
portugués (monorrimos en Nunes,
xci); «mono-rimas» (Benot, m., 264).
monosilábica. Consigna esta
denominación D. C. Clarke, explicándola
como «The rhyming of oxytones»
(358). Su noticia, al parecer, sabe
más a métrica inglesa que a otra
cosa (las «monosyllabic rhymes»
de Atkinson, citado por Beare,
p. 270, que en la 277 consigna una
«one-syllable leonine rhyme»). En
español, el «insípido consonante
monosílabo» designa más
expresamente «otro artificio rítmico
muy usado en la latinidad
eclesiástica, es decir ... el
consonante monosílabo o átono, que
consiste únicamente en la
repetición de la última vocal o
diptongo . . . especie de consonancia,
que lo es para los ojos más bien
que para el oído» (Menéndez
Pelayo, Trat, I, 109; cf. 106, etc.).
Norberg 38 y 40, trata de
«assonance» esta «pure rime
monosyllabique» que puede sin embargo
percibirse claramente gracias a
un fácil refuerzo acentual,
natural en esta poesía cantable y
cantada. V. anafonema.
monosílabo. RoblesD (96 ss. y 98)
distingue, en los monosílabos que
ocupan el lugar de la rima, entre
monosílabo átono y monosílabo
tónico.
montados, versos. Blair es el único,
entre una docena de autores del
130 DANIEL DEVOTO
siglo XVIII examinados por Qui-
lis, que trata del
encabalgamiento: «Habla de versos montados, es
la primera calificación que
encontramos para designar este efecto
métrico especial del que no se
muestra muy entusiasta ...» (en
DzCap, 275). Blair, III, 347, va
acorde con Luzán sobre la
terminación de los versos, «Pero
toda teoría reducida á sistema es
errónea: y si el sentimiento, para
correr con la desigual
impetuosidad de la pasión, pide á veces que
los versos vayan montados ... ».
montaje. DíezE, a propósito del verso
de arte mayor, usa montar y
montaje para lo que también llama
«compensación» de sus
hemistiquios: «No podría darse este
montaje, esta trabazón tan íntima de
un hemistiquio con otro, si cada
uno fuese un verso completo»,
191; y «cuando [en la cesura de
este verso] ocurre esdrújula su
última sílaba monta sobre el
miembro siguiente y, al revés,
cuando ocurre aguda, la primera
sílaba del segundo miembro viene
a suplir el defecto del anterior.
Esta compensación ...» (193-194).
montar, montarse los versos.
Encabalgar, según Vicente Salva. «El
verso suelto no tiene este
embarazo (del verso rimado, que debe
dar sentido al fin de cada
estancia), y permite que los versos
monten unos a otros con la misma
libertad que los latinos», Jovella-
nos, en DzCap, que señala
también la leve trasposición de esta
frase en Blair.
mordobre. V. manzobre.
mozdobre. V. manzobre.
mudar. Clarke, Chr., recoge la
expresión de Encina «mudar el acento»
para designar la dislocación
acentual. «Mudar el consonante»,
en Gabriel del Castillo (493),
señala una variación parecida en
sus efectos; «y se debe creer [que
esta Hippo], es la misma que Hipa
referida, aunque los Autores
mudan la letra, que muda el
consonante». Lope de Vega (Laurel,
X, 214) emplea «mudar el
consonante» en su sentido propio:
cambiarlo, tomar otra rima.
mudo. «... de essas [dicciones
agudas] que tiene [su lengua] hacen
los Italianos versos, que llaman
mudos, y dan especiales
preceptos de ellos» (Rengifo, 19; en la
página siguiente, aun
admitiéndolos, los llama «claudicantes y
mudos»). González de Valdés los
considera «de muy poca utilidad
ó ninguna» (31), y en 112,
tratando del último sonido del verso,
estampa, sobre la e francesa
muda (que deja de serlo para la
escansión), «femenino o mudo».
La poca estima que ambas
autoridades manifiestan se dirige,
naturalmente, al endecasílabo,
que considerado verso heroico
por excelencia, podía usarse
suelto pero no «mudo» u oxítono.
En DíezE (234-235) también se
dicen mudos los endecasílabos
agudos, y Clarke recoge la
denominación en «mudo» (348) y en
«verso mudo» (371). La apelación
italiana a la que alude Rengifo
no fue umversalmente
aceptada: Crescimbeni (379) se refiere
a «quella maniera di rime, che
Mute sono appellate da Antonio
di Tempo, e noi più propriamen-
te diremmo tronche, le quali
anno l'acento acuto sull'ultima
sillaba».
multiplicado. «Ay otra gala q se
llama multiplicado q es qndo en
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA 131

vn pie vá muchos côsonâtes assi multiplicar la consonancia. 'Repetir

como ë vna copla q dize Dessear el mismo tipo de rima': los terce-
gozar amar / cô amor dolor temor tos son forma «la qual no deue
c» (Encina, V vto; lo repiten multiplicar la consonancia, sino
Benot, III, 69, MzBej, 174, Clarke, que todos los consonantes deuen
Chr., 348, Le Gentil II, 123). Benot ser diferentes» (López Pinciano,
(loe. cit.) nombra el «redoblado», II, 277).
relativo
que
i *•en el
a este
pasaje
*!*•*••
artificio
de DíezE
una errata
(183)
* mutar
«. ,el, , acento.
, T
,Luzan,
> . II,
TT 267,
-,,-,
transforma en redotáblado o muí-,
c , , , , j mudarlo , para hacer rima.
tiplicado. mutilados. Truncados, DíezE.
132 DANIEL DEVOTO
natural. «... yo diría que hay rimas
naturales y rimas artificiales.
Reflejo y espejo son naturales,
porque se refieren a ideas afines;
turbio y suburbio también. En
cambio, en este ejemplo de Lugo-
nes: «en inmensas dosis de
apoteosis», no sé si la palabra dosis
está buscando la palabra
apoteosis» (María Ester Vázquez,
Borges, 48).
neutra (asonancia). Benot (II, 44) cita
a Bello, y concluye: «Pero todos
estos ejemplos de Tirso tendrían
explicación suponiendo esdrújulo
a ví-u-da. ¿ Son neutras estas
asonancias ? ¿ puede haber
asonancias neutras ?» Una tentativa de
respuesta figura en « Viuda,
asonante en ía».
no cruzadas. Benot (III, 288) indica
así la disposición abba, cddc, etc.
núcleo rimante.DzCap 2 rescata este
elegante hallazgo de Rafael de
Balbín Lucas que designa la rima
(en la segunda de las acepciones
aquí registradas). Es bien sabido
que «la precipitación pluvial»
reemplaza ventajosamente a la
lluvia ... a secas. En «El axis
rítmico en la estrofa castellana»,
Balbín perficiona su hallazgo en
«núcleo fónico rimante».
nuevos esdrújulos. «Esto [que gloria,
heroyco, etc., no son esdrújulos]
entëdio bié el Cayrasco, pues de
sola esta suerte de vozes cópuso
toda la introducid sin cósonátes,
a la vida de la Madalena, i empie-
ça. Despues q cô divino
magisterio, &c. i prosigue cô estos fines,
principio, Empíreo, mosaico, &c.
Assi escribió la vida de S.
Remigio Arçobispo de Res en otavas,
llamádola Poema de nuevos es-
druxulos», Faria y Sousa, II, 64,
notas a Tamyras i las musas
(nótese que «Empíreo» es
esdrújulo viejo). Lo recuerda también
Rodríguez Marín en la
introducción puesta al Viaje del Parnaso,
p. XXX. V. esdrújulos latinos e
italianos.
número.
'verso'Sobre
en particular,
'ritmo' en general,
número y
puede designar el de las sílabas
del verso (y es a veces difícil
desentrañar si estas acepciones
no van rigurosamente unidas):
valga la acción de la rima aguda
que sí las entraña: «Al verso que
cortaron, e hicieron / los agudos
el número diverso ... », La Cueva,
Ejemplar, 138-139, v. 190 s.
También Herrera, 232, que considera
reprehensible el uso de agudos en
el verso noble, «sino muestran
con la novedad i alteración del
numero i composición algún
espíritu i significación délo que
tratan».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
obligadas (consonancias). Sicilia II,
235; ¿ obligadas por el uso de la
figura, o porque son
constitutivamente consonantes ?
obligado (consonante). «... forzado,
cansado, pesado canto de amor a
Stalingrado, con . . . una [estrofa]
final, larga, para el arado
enterrado, el consonante obligado»
(Juan Ramón Jiménez, Cartas, 50
[a José Revueltas]).
obscuras. V. variadas y oscura.
obvia. «La rima es tanto menos
eficaz cuanto más obvia y fácil
parece» (TN, Ai, 41, 9).
ocasional. TN, M2, 475, detecta la
rima ocasional en los heptasíla-
bos sueltos. Rodríguez Marín, que
encuentra versos fortuitos - a
veces sin razón - en la prosa de
Cervantes, señala -y los
ejemplos podrían multiplicarse - «Dos
versos ocasionales, hasta
aconsonantados: ándense á cada triquete
I conmigo á dime y diréte ...»
(Quijote, t. VI, 300, 8 de la ed. de
Clás. cast).
oído. La competición entre rimas
para el ojo y rimas para el oído es
en castellano infinitamente
menos vasta que en francés o en
inglés, pero no deja de existir: «La
igualdad exigida para la rima
consonante es de sonidos, fonética;
no de letras, gráfica. Por tanto,
pueden rimar perfectamente lava
y acaba, cogen y arrojen» (Lapesa,
Intr., 86); ya Caramuel - II, 72-
73-, remitiendo a su proemio,
establecía: «Concludit Rhythmi
perfectione, non oculos, quibus
133
scriptura subest: sed aurem, cui
concentus subjicitur, iudicem
esse: quam ob rem, si pronuncia-
tio est eadem, licet sit scriptura
diuersa, consonantiam admitti»,
basado en ejemplos como Hija-
-Fixa, Brava-Caba, Pathmo-Cadmo,
Iosaphat-Mirad y hasta Iniquo-
Chico, y excluyendo los grupos
cultos ct, gn, pe y casos como
antiguo-enemigo: «debes huyr
quanto te fuere possible, desta
licencia». MzBej (267) señala las
«rimas de oído» en el Don Juan de
Byron (Rioduero traduce la
Ohrenreim alemana por «R.
auditiva»); Unamuno (Apuntaciones
para un prólogo, en Kock, n. 33 de
p. 94) ve en la oposición de ojo y
oído el nacimiento no natural de
la rima perfecta: «la
asonancia . . . está hecha para los oídos
y no para los ojos. Pero los
letrados no se contentaron con ello y
hubo un día que satisfacerles. De
aquí la rima». El ojo -y no el
oído - ve en los grupos cultos el
campo de batalla entre las dos
percepciones: testigo la prudencia
- excesiva - de García de Diego
en su edición de Santillana, p. 1 19,
«Por gracia de Dios assumpta» y
n. 90; «Así en el códice;
respetamos la lección assumpta : junta,
porque no se resiente
sensiblemente la rima». Creemos que
la rima goza aquí de buena salud,
como en el caso de «ordena : con-
dempna» del Cancionero de Her-
beray (Gallardo, I, 456). También
en una cita de Gallardo (II, 246)
«liézo» rima con «Laurencio», que
debía de ser leído «Lorenzo».
134 DANIEL DEVOTO
Caso idéntico de latinismo (aquí
puramente gráfico) es el de
Aldana, donde se suceden
malicia : Clitia : codicia (ed. Rivers en
Clás. cast, 100, v. 626, 628 y 630
de la numeración general). Y ya
Berceo rimaba en -icio «el Don
que dijo: Sitio».
omeoteleuton. V. omeoptoton.
omeoptoton, omeoteleuton. «Tulio
en el cuarto libro délos retóricos
dos maneras pone de cósonátes.
una cuando dos palabras ó
muchas de un especie caen en una
manera por declinación: como
juan de mena. Las grandes
hazañas de nuestros señores. Dañadas
de olvido por falta de auctores.
Señores X autores caen en una
manera: por que son consonátes
enla declinado del nombre. Esta
figura los gramáticos llama
omeoptoton. tulio interpretóla
semejante caida», Nebrija, 3 r.
fol. después de .c.iiii. (= xxiii);
y «Omeoptoton es cuando muchas
palabras acaban enuna manera
por declinación como en la mes-
ma obra el mesmo auctor. Del
cual en forma de toro. Crinado
de hebras de oro. X llama se
omeoptotó: q quiere dezir
semejante caida»; Palmireno (Rhet., 2,
56) da «omioptoton». «La següda
manera de cosonáte es cuando
dos o muchas palabras de
diversas especies acaban en una
manera como el mesmo autor.
Estados de gentes que giras X trocas.
Tus muchas falacias tus firmezas
pocas. Trocas X pocas son
diversas partes déla oració: x acaba en
una manera, a esta figura los
gramáticos llama omeopteleu-
ton. Tulio interpretóla semejante
dexo», Nebrija, id., y: «Omeote-
leutó es cuádo muchas palabras
acaba en seméjate manera no por
declinado como juâ d mena Canta
tu cristiana musa. / La mas que
civil batalla. / Que entre voluntad
se halla. / E razón que nos acusa.
X llamase omeoteleutó q quiere
dezir semejante dexo». Palmireno
(id.) da, con evidente errata,
«omioteleston», y Lausberg, II,
118, § 636, transcribe'«omoioté-
leuton» (pocos toman en cuenta el
espíritu áspero de estas voces
griegas). MzAmador, que retoma
la adaptación nebrisense de las
expresiones retóricas latinas,
transcribe la propia (en sus dos
sentidos de propia y de
apropiada) conclusión de Nebrija:
«Mas esta diferencia de
consonantes no distinguen nuestros
poetas». Herrera, 254, memora un
caso semejante: «Los Griegos la
llaman [la «cadencia» producida
por gerundios en la Canción IV
de Garcilaso] omiotóton que es
semejante en los casos, i por eso
tomo aquel nombre, porque caen
los miembros de la oración en
unos mesmos casos, i esto es en
nuestros versos caer en un
mesmo sonido».
omioteléutica (consonancia). «La voz
Rhythmos, que en Griego
significa número, tiene muchas
significaciones, según se aplica á
diferentes cosas. Aplícase á la
Gramática, Rhetórica, Música,
Astronomía, &c. y aun de diferente
modo á la Poesía. Pero la única
acepción en que aquí se tomará,
es aquella que precisamente
significa la consonancia
omioteléutica de dos dicciones, que
comunmente se llama Rima; y versos
rimados aquellos vulgares que
tienen consonantes, cadencias, ó á lo
menos asonantes» (Sarmiento,
§ 124). Me permito sospechar que
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
entre consonantes» y «cadencias»
se ha interpuesto una coma
parásita, y que deba leerse
«consonantes cadencias, ó á lo menos
asonancias».
orden. En la copla real «Era regla
común mantener uniformemente
en toda la composición el orden
de rimas establecido en la
primera estrofa» (NT, M2, 199); en su
sexteto polimétrico Gil y Carrasco
«alteró el orden de las rimas» (id.,
Rep., 281); se señala el orden
inverso de las rimas en el perqué
(id., M2, 101). Inventariando unos
sonetos irregulares, Gallardo
puntualiza: «los consonantes
guardan este orden: ...» (IV, 859),
y Rodríguez Marín llama a la
rima interna «este empecatado
orden de consonantes» (Quijote, I,
308, 6 de la ed. de Clás. cast).
ordenación. «Cuartetos endecasilábi-
cos con la ordenación ABBA»
(Dámaso Alonso, «La poesía de
San Juan de la Cruz», en Obras
completas, II, 995).
ordenadas. Opuesto a libres (Lope,
Rimas, 289).
ordinario. El verso grave, para
Villar. V. común (consonante).
ortoepía. «La ortoepía, que considera
los fenómenos de hiato, sinéresis,
diéresis y sinalefa, ha servido a
menudo a los estudiosos de la
comedia española del siglo de Oro
para resolver casos de atribución
dudosa. Se ofrece aquí una
bibliografía de 27 estudios de esta
índole», A. A[latorre], reseña de
H. Serís, «La ortoepía».
oscura. «El rápido movimiento de los
versos y la impresión de la rima
aguda y oscura subrayan la
temerosa escena de cuchilladas y
sombras del principio de El
135
diante de Salamanca» (TN, M2,
381; rima en -ó).
ovillejo. Inútil insistir sobre el
sentido corriente de esta voz como
forma métrica: Rengifo da, sobre
éste, el de improvisación colectiva
(el «decir de ovillejo» del
Diccionario académico, que viene desde
el de Autoridades); y Clarke, Chr.,
añade al final de sus citas el de
rima encadenada: Riquer
recomienda «evitar esta última
denominación para ahorrar
confusiones» (79), aunque fue el sentido
que le dieron López Pinciano (II,
272-278; usa también cadena),
Cáscales (Tablas, 98: lo recuerda
Luzán, II, 284) y SzLima (59; cf.
maraña); Rodríguez Marín lo
restituye — sobre las fallas de Cle-
mencín y de Cortejón — al Quijote
en el t. III, 13 ss. y n. a línea 19 de
esa primera página de su edición
en Clás. cast. Como si estos tres
sentidos distintos fueran pocos,
caben otros dos: Luzán cita «los
pareados, que son los [versos]
menos artificiosos, como éstos de
Candamo en un entremés [da:
aabbccdd, todos endecasílabos
menos el segundo, que es hepta-
sílabo]. A esta composición en
rimas pareadas llaman ovillejo»
(II, 280); lo mismo en Vega-MF
(401): «vemos usados [en la
comedia] los ovillejos ó versos
pareados». Y resta, en fin, el Ovillejo
de Juan de Salinas: «Toma la
leche por tomar Bibiana / y
madruga a tomarla la doncella/
por tomar aunque sea la
mañana ... », en una treintena de
versos con tomar en casi todos,
toma, Tomasa, etc., a veces dos de
estas voces en un solo verso: son
el artificio de las voces
gramaticales o derivativas descritas en las
viejas retóricas.
136 DANIEL DEVOTO
ovillo. V. verso intercalado.
oxitona. La voz, puramente griega
(Kretschmer, 140, 165, etc.), «vale
lo que entre nosotros agudo (voca-
blo)» (Monlau, Voc). Milá invertía
la sinonimia (539): «palabras . . .
agudas (oxítonas, v.g. amó)»; lo
mismo en MzAmador, 1058, en
el Diccionario académico y en
Clarke (351): Quilis (35) lo perfec-
ciona en « rima oxitona (o aguda),
En la preceptiva medieval se
le dio el nombre de rima
masculina».
oxitónica. Duc-Tod (225) utilizan oxi-
tónicas para designar «las rimas
masculinas»; y amparado por
Menéndez Pelayo, que se sirve
la voz genérica «oxitonismo»
£
^rat, I 112 ni de p. Ill]),
e_z $J?» la ¿«W™» en
£f J
79' 239> 253 ' ' *
oxítono. El verso agudo (Clarke, Chr. ,
318).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
palabra cortada. Robles Dégano:
tmesis.
palabra fénix. V. fénix.
palabra rima. «La sextina ... en la
que la palabra rima ocupa un
lugar que va variando gracias a
una rígida alternancia» (Riquer,
44). El editor de Gil Polo traba con
un guión las dos voces (y su
plural, «palabras-rima») para
designar, sobre las de la sextina (181,
n. a línea 8), voces consideradas
homófonas para la rima («crezcas-
-frescas», p. xxxiii, Cías, cast,
135). «Palabras» es más preciso
que «rima» a secas; así Diogo Ber-
nardes ofrece una «Sextina a hum
Amigo» con su «Resposta pelas
mesmas palavras» (113-114 y
1 15-1 16); y «palabra rima» es poco
adecuado para palabras que no
riman.
palabra truncada. Robles Dégano:
tmesis.
palabras aparejadas. V. aparejadas.
palabras de rima llena. V. llena.
par. V. impar.
paracresis. V. aliteración.
paragoge. Adición de sonidos al final
de una palabra. La e paragógica
fue socorridísima para equiparar
las asonancias en á con las series
en áe, e incluso para asimilar las
asonancias de á con las de áa. Su
estudio detallado está por hacer,
tanto métricamente (su
funcionamiento en la rima no se ha
encarado con la debida atención) como
históricamente (la escuela pida-
137
liana la acepta jubilosamente
como prueba inconcusa de
antigüedad en todo romance, sin
considerar lo que va, en cada caso, de
arcaísmo conservado a «fabla»
intencionada). «Torner ha señalado
su pervivencia en las canciones
populares cantadas en Asturias y
Galicia. Celso da Cunha ha
mostrado cómo se produce siempre
en posición de pausa versual o de
cesura» (For). MzAmador sostiene
que «En lo antiguo se practicó
también la paragoge de
consonantes, de lo que aún nos
quedan muestras en variantes, como:
quizá y quizás, mientra y
mientras, etc.» (1068-1069). Mayáns, 2,
27Ó, llama paragoge al uso de
enclíticas; y Tamayo sobre Garci-
laso (en Gallardo, IV, col. 1293),
MzBej, 64, y Jaimes Freyre, 104,
acentúan paragoge.
paragramatismo. 'Aliteración', LC,
312. Lausberg, III, 367, hospeda la
voz francesa paragrammatisme
(está en Dupriez), la vierte
«allitération» y comenta: «El término,
que no es antiguo con esta
significación ... es evidentemente
una traducción al griego de la voz
latina alliteration.
paralelas. «Dos rimas alternas,
CDC : DCD; o bien paralelas,
CCD : CCD» (TN, Rep., 181, sobre
los tercetos del soneto).
paralepsis. Villaf trata de la «figura
Paragoge, seu Paralepsis» en su
fol. 145. V. proparalepsis.
parar. «Aprovechando las rimas
siempre que se presentasen
espontáneas, poniéndolas lo más
138 DANIEL DEVOTO
distantes entre sí que fuese posi-
, ble, parándolas solamente al fin
de los períodos» (Luzán, II, 273).
parásitos, asonantes. «En honor
de verdad, Gallego ponía esmero
en evitar los asonantes
parásitos, o se permitía sólo las
asonancias poco perceptibles, como las
de los esdrújulos, o las situadas
en sílabas sin acento, o bien las
disimulaba diestramente con
entendidas sinalefas ... », Benot,
III, 226.
parcial. «Es la reiteración en dos
o más versos de una identidad
acústica de algunos de los
fonemas que se encuentran a partir de
la vocal acentuada. Estos
fonemas son siempre vocálicos, de ahí
que este tipo de rima reciba
también el nombre de rima vocálica;
otros términos son los de rima
imperfecta y rima asonante» (Qui-
lis, 33). Siguiendo a Balbín Lucas,
J. A. Martínez distingue entre la
parcial vocálica (la precedente) y
parcial consonantica.
parcial consonantica. «Rima parcial
consonantica: segmentos rimados
de carácter discontinuo, con
fonemas consonanticos reiterados y
vocálicos alternantes (no
considerados como "rima" tradicional-
mente)» (J. A. Martínez; según
Balbín Lucas).
parcial vocálica. «Rima parcial
vocálica: segmentos rimados de
carácter discontinuo, con fonemas
vocálicos reiterados y
consonanticos alternantes (tradicional-
mente: "rima asonante")» (J. A.
Martínez, 469; sigue a Balbíns
Lucas).
pareadas. 'Dispuestas en pares,
aabbcc, etc.': «con unas rimas a
distancia y otras pareadas . . .
rimas primero cruzadas y luego
pareadas» (Benot, III, 259 y 260).
pareado. 'Grupo de dos versos
ligados por la rima'. La voz entra aquí
no como combinación métrica
sino en razón de su naturaleza,
como expresión no sólo mínima
sino inevitable de la rima: «Au
dessoubz desquelz [deuz vers]
ryme ne peut consister en unité,
pour raison que la parité de la
ryme requiert estre couplée»
(Sebillet, 105). A partir de más de
dos versos, la estrofa puede
ofrecer múltiples combinaciones; el
terceto mismo puede ser blanco,
monorrimo (aaa) o con un verso
suelto en tres posiciones
diferentes (xaa, axa, aax), o birrimo o tri-
rrimo en diferentes
encadenamientos. El pareado exige una atadura
dada por la rima, y sólo muy
excepcionalmente puede hablarse
de «el pareado en versos sueltos,
sin rima» (TN, Arte, 97; en Rep.,
19: «el pareado suelto, sin rima»
y «el pareado suelto de
hexámetro y pentámetro»), expresiones
contrarias a la definición
tradicional de la voz (véase, en el
Diccionario de la Academia, versos
pareados y aleluya).
parear. 'Rimar formando pareados'
(Arte del verso, 47: curiosamente,
falta en su glosario la voz
«pareado»); la silva, según Benot
(III, 349) «da gran facilidad para
aprovechar las rimas . . . permite
el cruzarlas o parearlas a
discreción».
pareja. Entre las derivaciones de
pareado figuran «apareadas»,
«emparejadas», «en pareja» (cf.
Baehr, 229). La voz «pareja», casi
sustantivada, se da en Vicens
(v. terciado). Hoy es sinónimo de
pareado o dístico.
 PARA UN VOCABULARIO OE LA RIMA ESPAÑOLA
pares. Los versos pares van
generalmente asonantados: los impares
son «alguna vez asonantes,
aunque en general lo son los pares»
(SanzR, 64); así en el romance ,
«El qual consona y responde con
la consonancia o assonancia del
segundo al cuarto [verso], y assí
va por los pares respondiendo
hasta el fin» (López Pinciano, II,
261-262).
parómeon. Género de aliteración:
«Paromeon es cuando muchas
palabras comiençan en una mes-
ma letra, como juan de mena ven
ven venida de vira. X llama se
paromeon que quiere dezir
semejante comienço», Nebrija, 105. Lo
mismo en Moneada, 59 v, con un
ejemplo de Ennio. Correas, 414,
prefiere la forma parómoion (al
ejemplo de Mena antecede mil
males me maltratan muy
malinos), y Curtius, 399, que también
prefiere esta última forma, añade
en la n. 40 que «Hucbaldo
corrompe la palabra . . . convirtiéndola
en paranomeon», y combate a
quienes la hacen sinónima de
aliteración. «Parómaton ... la
apellida San isidoro», Amador de los
Ríos, en DzCap, 328, paromoyon.
paromeosis. «La paromeosis es la
suprema intensificación de la
parisosis . . . e incluye el homeo-
teleuton y el homeoptoton», Laus-
berg, II, 174.
parónima. «Se debe evitar también
la rima entre palabra simple y
forma compuesta (rima
parónima), a no ser que no se sienta ya
la correlación, como, por ejemplo,
en el caso de precio y
menosprecio» (Baehr, 76; da también, como
rimas parónimas o muy
parecidas, voces parónimas — «hombre-
hambre» — que no son rimas
139
entre sí). Lausberg (II, 1 18, § 639)
sostiene que «En fr. antiguo se
encuentra frecuentemente la rima
paronomásica»: sus ejemplos son
«conte» 'conde' y 'cuenta', «coste,
Pentecoste», «tel estre, a estre»; y
han recibido diferentes
denominaciones en los diversos «rhétori-
queurs». Conviene mantener la
diferencia entre rima parónima y
paronomasia (aproximación de
voces parónimas, o sea
fonéticamente semejantes).
paronimia. «Paronomasia», LC, 314.
paronomasia. «Paronomasia es cuâ-
do un nóbre se haze de otro en
diversa significaciô. como dizien-
do no es orador sino arador.
X llama se paronomasia que
quiere dezir denominación»;
Nebrija, 105, da este ejemplo tomado
de Cicerón y uno de los nombres
de la figura, que es dicha también
«en Latin Agnominatio, según
Cornificio» (Mayans, 2, 252), en
castellano «paronomasia ó anno-
minacion» (Robles, 199); Monlau
(Elementos, 153) y Curtius, 392,
prefieren la forma latina más
usual, «annominatio». Usual en la
prosa y en cualquier meandro del
verso, provee también «alguna
harmonía de rima, eco, ó
paronomasia, ó equívoca» (Sarmiento,
§ 129); «Se esmeró mucho en la
variación de las especies de
Paronomasia el Comendador Estu-
ñiga, haciendo estas Coplas»
(Mayáns, 2, 259-261, que cita siete
coplas de ocho versos
machiembrados en guío I guía, porfío/
porfía, mío /mía, desvío / desvía).
Quizás sea Maluenda quien mejor
se destaca en su uso en la rima:
«su barco al instante fleta /
porque la venga la flota», 17;
«sirviéndole de alfombra los despojos /
140 DANIEL DEVOTO
que libres le alcançaron sus
despejos», 35; «poco de la estofa, /
mucho de la estafa», 38, etc. En
italiano la rima paronomástica
recibe el nombre de bisticcio
(Elwert, 96 y 99).
paronomásica. V. parónimo.
paroxítona. La rima paroxitona,
grave o llana, «En la preceptiva
medieval recibía el nombre de
rima femenina» (Quilis, 35).
paroxitónicas. «Rimas femeninas
(o paroxitónicas)», Duc.Tod., 225).
paroxitónico. En su edición de Gar-
cilaso, Navarro Tomás, al tratar
de los endecasílabos agudos,
menciona «el criterio paroxitónico, o
de acentuación grave» (180).
paroxitonismo. «Tendencia de una
lengua (la castellana por ejemplo)
a acentuar la penúltima sílaba de
una palabra» (Esquerra).
paroxítono. «Adj. gr., aplicado en
relación con la acentuación, es lo
mismo que llano o grave» (MzA-
mador, 1072).
partición. Herrera: encabalgamiento.
particularismo. «... es la libertad
métrica que consiste en colocar al
fin del verso palabras átonas
(conjunciones, preposiciones,
pronombres no acentuados, etc.) o
bien partículas acentuadas que
exigen apoyarse inmediatamente
en las palabras siguientes», Bar-
trina, 128.
partida. «En nuestro Siglo de Oro fue
muy frecuente la rima partida.
Consiste en prescindir de la
última sílaba de los versos,
rimando las penúltimas [da
cuatro de los versos cervantinos: «No
te metas en dibu»]. Los versos que
riman así se denominan versos de
cabo roto» (LC, 353; más o menos
retomado por Rioduero, 252). J. A.
Martínez (471) observa que «los
segmentos rimados no son finales
de significante».
partido. Lang (5 1 9-520) cita dos
pasajes que contienen las expresiones
«consonantes partidos» y «verbo
partido»; de ninguno de ellos «can
the meanig of this term be
inferred with any certainty», pero a
pesar de la falta de ejemplos de
esa práctica en castellano,
concluye que señalan las rims tren-
catz de provenzales y gallego-
portugueses, diferentes de la rima
partida castellana: esta última
suprime la última sílaba de la
última dicción, mientras que la
del vocablo trencat se coloca al
comienzo del verso siguiente, en
tmesis.
partir. Zamora Vicente, editor de
Francisco de la Torre, comenta
«este recurso técnico de partir la
voz llevando la segunda mitad a
otro verso» (n. a 30, p. 58); para
Bello, no es «lícito partir las voces
compuestas, poniendo una parte
de ellas en un verso y otra en otro;
tampoco lo es que rime en ellos
otro elemento que el final» {Arte
métrica, 189). «Produce mal
efecto, por imposición del metro
o de la rima, partir en dos una
palabra», estipula Bloise Campoy,
XXIX; «Escasísimas veces se da
la partición de una palabra entre
dos versos», escribe Lapesa
(Introducción, 76), y los dos recurren
al socorriente «miserable/mente»
de Fray Luis; y con la misma
fuente, de la Barra (Elementos,
67) retoma el ejemplo y el
vocabulario de Bello: «Lo que no es
lícito es partir las voces en dos,
como hizo ... ».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
partir las ficciones. Martínez de
la Rosa da en p. 96 (nota 1 del
Canto II) unos versos del príncipe
de Equilache que señala también
la práctica de la tmesis: «Confieso
que los latinos / usaron
transposiciones, / y partieron las dicciones
/ con transtornos peregrinos ... ».
peor (consonante). V. mejor.
partir sus palabras. . Cadalso: tmesis.
perder. Verbo que puede aplicarse a
paso. El de un verso a otro: «igual
manera de paso», sin
encabalgamiento, Herrera, 69. La vieja
preceptiva francesa se servía del
femenino «passe» para designar
el fin del verso (Fabri, II, 5, 97, y
III, 197 glosario).
perceptibles (asonancias poco). V.
parásitos, asonantes.
percossa. DíezE, 124, consigna la
expresión italiana «rima percossa».
pegar. 'Tratándose de versos, rimar
uno con otro' {Diccionario de la
Real Academia, 14a acepción).
pelo (consonantes sin). 'Calvos, de
puro viejos': «... que Gil y
Pascual anden siempre en los
villancicos, el uno con mil, y el otro con
portal, tirando las navidades,
envueltos en consonantes sin
pelo?» (Que vedo, t. IV de sus
obras en Clás. cast, 229).
pentaprosódico. V. esdrujulísimo.
peónica. «The rhyming in perfect
consonance of sobresdrújulos»
(Clarke, Chr., 358); la de cuatro
sílabas, «como véndotela,
rigiéndotela, amatorio, infamatorio»
(Tejera, en DzCap, glosario). Para
el primer ejemplo, recuérdese que
el P. Sarmiento (164, 391) señala
estas voces formadas por dos
afijos y manifiesta que «Este primor
ni Griegos, ni Latinos le han
tenido; ni Italianos ni Franceses
141
le tienen tampoco; y acaso muy
pocas Naciones le tendrán». Y
para el segundo, contándose la
rima desde la vocal tónica,
amatorio e infamatorio son meras
rimas graves o, todo lo más,
esdrújulos a la latina.
diferentes objetos y
circunstancias: una letra escrita, como la u
después de la g («los Italianos . . .
cuando se pierde, escriben
después de la g h: y cuando no se
pierde, escriben como nosotros
gue», Nicolás Dávila, 1631, en
Gallardo, IV, col. 1 147); una vocal, al
menos en parte (en mucho amado,
«la .o. desta partezilla mucho se
pierde», Nebrija, 50); una vocal,
perdida métricamente del todo
(en la compensación entre el
octosílabo y su quebrado comenzados
y terminados respectivamente
por vocal, «se á de dar por
perdida la del quebrado», y lo mismo
en «nuestro adónico», Correas,
443 y 445 s.), y esta pérdida lleva
a la de la sílaba: «De umanidad
[verso precedido por otro, agudo]
tiene cuatro silabas o valor délias:
porque entro con una perdida»,
Nebrija, 49, y lo mismo en Juan
del Encina: «a las vezes passan
cinco sílabas por medio pie, y
entonces dezimos que va la una
perdida», iiiiv°. También suele
decirse que los esdrújulos pierden
una sílaba en la rima: en un caso
particular que examina, de la
Barra concluye que por el
esdrújulo «se nota una sílaba de más,
que no se ha perdido, porque en
realidad allí no hai final de verso»
(Elementos, 57). Y métricamente
se habla de «medio pie perdido»
(Nebrija, 49) y de «pie perdido»
142 DANIEL DEVOTO
Clarke, 352, etc.). Y hasta se
advierte, en la p. 137 de La dama
duende calderoniana, que «Los
versos 637-640, que debieran
formar una redondilla, pierden su
rima»1.
perdida. De los textos que cita
(«palabra laida o perdida», «pies medios
e perdidos», «ditongos, E gaçafa-
ton E los consonantes errados,
perdidos»), Lang (520) no llega a
establecer claramente «whether
perdido was intended as a mere
expression of censure or whether
palabra perdida was a technical
term equivalent to the Portuguese
palavra perduda 'verso [« Ao verso
dáo os trovadores o nome de pala-
vra», Nunes, xcii] que no rima
dentro de la estrofa' (rimando con
otros en posición similar en otras
estrofas sucesivas).
perfecta, aliteración silábica. V.
aliteración.
perfecta o corriente (asonante). Es,
según DzCap 2, aquélla «en la que
no hay ni diptongo, ni i ni u en
sílaba átona final, ni mezcla de
palabras llanas y esdrújulas».
perfecta (asonante esdrújula). V.
asonante esdrújulo, (rima).
perfecta, (rima), o rima consonante
perfecta. «Consonante perfecto»
(Clarke, Oír., 358) o, como la Aca-
1 Van así en p. 24, nota al verso 640:
... he de cuidar
desde aquí de su regalo.
— Notable cuento sería;
Mas si lo cuenta ... — No hará,
640 que hombre, que su esfuerzo iguala
a su gala y discreción . . .
Probablemente deban leerse:
— Notable cuento será . . .
y ... que su esfuerzo igualo . . .
demia y Monlau {Elementos, 251),
que la sigue: «simplemente rima ó
consonancia». Primer escalón de
la gradación de DíezE (v.
atenuada), seguido por Baehr (36, Reim
a): es lo que se entiende por
consonante o consonancia a secas.
perfecta (rima) y rima consonante
perfecta. DzCap 2 diferencia entre
«rima perfecta» (sinónima de
'consonancia') y «rima
consonante perfecta», en la que se
cumplen todos los requisitos de la
perfección consonantal, a diferencia
de la «rima consonante simulada»
y de la «rima consonante
imperfecta» que por su condición de
consonancias tendrían derecho a
entronizarse dentro de su
(relativa) perfición.
perfecta consonante (rima). V.
perfecta (rima), y rima consonante
perfecta.
perfecto. Soto de Rojas requiere
este calificativo para los
versos agudos, «no solo nuestros
versos Castellanos, pero los que
tenemos de los Toscanos» (97 y
99), contra la reprobación del
endecasílabo agudo, considerado
imperfecto.
periódica (rima). La que, según Bal-
bín Lucas, siendo final, va
«separada por siete u ocho sílabas»
(DzCap 2).
perispómenos. «i, según el lugar que
ocupaba la sílaba más aguda
(como también según su
naturaleza de larga i de breve),
clasificaban los griegos sus vocablos con
las sabidas denominaciones de
oxítonos, paroxítonos,
proparoxítonos, perispómenos, properispó-
menos i barítonos», Benot, 1, 169.
permutación. «Cambio ó substitución
de una letra por otra», Monlau,
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
Elementos; lo mismo en
Fernández Monje, 238, que la coloca
entre las figuras de sintaxis, «de
palabra», como clase única y da
como ejemplos miralle, tráfego,
caluroso, botillería; y Sicilia, II,
201, la extiende a «la substitución
que suele hacerse de la e por la i
y de la m por la o, cuando siendo
conjunciones la i ó la o, concurren
con otra voz que comienze por la
misma vocal» (sería más claro
invertir el orden de las
sustituciones. — Herrera, 85, escribe de
la «permutación de las voces»,
usando un «Término poco usado,
sinónimo de metátesis y
mutación» (LC, 321), o sea l&permuta-
tio en el primero de sus estadios,
que es la alegoría (los otros dos
son alusión y antífrasis).
piano. Baher, 192, da esta voz
italiana como término opuesto a
sdrucciolo.
pie al aire. «Empieza [la
Orthographia Castellana manuscrita de
Damián de Larredonda]:
Bernardo]. — Decidme, amigo
Manuel, / Pues mostráis tal agudeza,
/ Imperio, virtud, nobleza . . . , etc.
En este metro está todo: tercetos,
ochisílabos, con el pie al aire ó
suelto» (Gallardo, III, 297).
pie cortado (o cabo roto). V. partida.
pie forzado. «— Désele el pie
forzado; que diga una copla a cada
uno. — Yo le daré el pie: A don
Braulio en este día* (Larra,
Artículos de costumbres, 109). Se usa
bastante en sentido figurado {id.,
introducción de sus artículos
críticos, ix; introducción al t. II de
Espronceda, xvii; introducción a
las obras de García Gutiérrez, vii:
todos en la colección de Clás.
cast.). V. también forzado.
143
pie quebrado. La expresión designa
particularmente la relación entre
dos metros: el tetrasílabo es el
«pie quebrado» del octosílabo,
y el heptasílabo — ya veces el
pentasílabo — es dicho «pie
quebrado» del verso endecasílabo.
Pero también se la ha empleado
(y de ahí su inclusión en este
repertorio) para designar el verso
de cabo roto. V. partida.
pie truncado. V. partida.
pie truncado, coplas de. «En el
Táchira llaman así a ciertas
coplas en que se rompe la rima».
"«Deja usted una palabra, y no
puede acomodarles", nos
explica Víctor M. Angelvis . . . "Pati-
quebrao o como caiga, de
cualquier modo", dice Miguel
Guerrero ... Y Teodoro de Jesús
Roa . . . que también nos dicta un
par, explica que "cuando sale(n)
de pata quebrada, no sirve(n) de
nada en los cantos"», Folklore
tachirense, 451.
plena. La constituyen «segmentos
rimados de carácter continuo (tra-
dicionalmente: "rima
consonante")» (J. A. Martínez, 470,
según Balbín Lucas). TN (M2,
485-486) designa con esta voz los
versos no quebrados, y la usa
para caracterizar la unisonancia
(123).
pobre. La rima se califica de pobre
por diversas razones: (1) cuando
son muy abundantes, en razón de
terminaciones gramaticales
análogas: Bello en DzCap, 314, 51,
«infinitivos, . . . imperativos . . .
gerundios . . . participios activos
. . . pasivos . . . diminutivos . . .
adjetivos en -oso . . . adverbios en
-mente»; Bartrina, que admite su
uso «con tal que se combinen con
144 DANIEL DEVOTO
palabras de otra clase
gramatical», 62-63; «los terminados en
ado, ido, oso, osa, ante, ente»,
Alonso Cortés, 116-117, copiado
sin comillas en SanzR, 66;
«imperfectos en aba, iba; adjetivos en
osa, oso; adverbios en mente,
etc.», Vicuña Cifuentes, Epítome,
179; «desinencias de la
conjugación, sufijos, etc.: dormida :vivida,
sentimento : pensamiento», Baehr,
76; «con finales muy abundantes
en la lengua, por ejemplo, -aba,
-ente, -ado*, Duc.Tod, 225. (2) De
la Barra (El, 68) y Pérez y Curis
(71) agregan a esto las palabras
compuestas (de la Barra reprueba
precio, desprecio y menosprecio,
que Baehr admite como rimas
parónimos [v.]). Cf. Benot, III, 337,
n. 2, sobre la quinta estrofa de Del
monte en la ladera, de Fray Luis
de León: desconfían se tacha de
«Rima pobre, por ser el verbo un
compuesto del anterior», confían
(en realidad, ambos son
compuestos de fiar). (3) Por estar gastadas
en su largo uso (lo que Queve-
do llama «consonantes calvos»):
«Ningún poeta cuidadoso de su
arte abusa ya de estas rimas: ojo,
rojo, antojo; labios, sabios,
resabios; roca, boca, loca, provoca;
alma, calma, palma; gloria,
historia, memoria; exceso, beso,
embeleso; mundo, profundo; azul, tul,
etc., etc.». (4) TN, M2, 15, 9-16,
proscribe «la rima en que figura
una misma palabra en acepciones
distintas» (lo cita DzCap en 314,
51). Baehr dice aproximadamente
lo mismo: «A pesar de su
perfección fonética, las rimas
homónimas ... y parónimas . . .
desaparecen ... al final de la Edad
media o adoptan un carácter de
licencia, admitida con la
consideración de consonantes pobres»
(67-68: debe querer decir:
«admitidas aunque considerándoselas
consonantes pobres» o algo así).
Benot (III, 233 ss.) dedica la Sala
undécima de El Hospital de
incurables a las «rimas enclenques»,
tratando en 235 de «ripios i
matacanes». Todas las prescripciones
que anteceden conciernen la rima
perfecta; no sabemos de otra
calificación referida a la asonancia
salvo la de La Barra (El, 68):
«La asonancia más pobre, por ser
la más común, es la primera, en
aa; las más ricas las en ío, oo, ue,
uo, i en ú si son agudas». Para
«pobre» como denominación
genérica de la asonancia, v.
unísona.
pobreza. «... ni a veces importa
nada la pobreza del consonante
junto a la riqueza del concepto o
de la expresión» (Alonso Cortés,
117; trasladado, sin comillas, a
SanzR, 66-67, con cita del
comienzo del soneto A Cristo
crucificado y todo).
polimorfo. V. libre (versó).
poliptoton. «... la misma palabra
rima a veces en sus distintos usos
morfológicos (el cielo : del cielo).
Esta licencia de rima, que se da,
por ejemplo, en Lope de Vega,
debe de deducir su justificación
artística del poliptoton de la
retórica», Baehr, 76.
poner en rima. «... Cuando vine
aquí comencé a sacar las auctori-
dades que me parecía que hacían
al caso . . . para después
tornarlas a rever y las poner en rima
en su lugar, adonde mas hiciesen
al caso», Cristóbal Colón, carta
de 1501 al P. Gaspar Omitió, en
Gallardo, II, 501. Aquí la
expresión vale seguramente por arri-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
mar 'juntar', y no por
versificar.
porción transferida. Es la parte del
encabalgamiento dicha
encabalgada que pasa al segundo verso:
«la porción transferida», en TN,
M2, 78 es el «rejet» francés.
porrazo atronador. «Es una pena ver
a estos hombres, cuando de
poesía se trata, esperando siempre el
porrazo atronador, que decía Hen-
ríquez Gómez [Academia de las
Musas]», DíezE, 202.
posibles, consonantes. V. virtuales.
posición axial, posición rítmica.
Derivaciones que Balbín Lucas
extrae de haber crismado como
«axis rítmico» la penúltima sílaba
métrica del verso; ambas
entradas en DzCap 2.
postónica, «la sílaba que sigue a
la tónica o provista de acento»,
MzAmador, 1 136; la Academia es
más precisa: «Dícese de los
elementos de la palabra que están
después de la sílaba tónica. Vocal,
sílaba postónica». MzBej, 56,
sobre la «consonanza semplice»
italiana, habla de una
consonancia postónica.
pre-ante-esdrújula. V, esdrújulo.
prender. V. lexa-prende.
preparoxítonos. 'Esdrújulos', y no
proparoxítonos, en Saavedra
Molina, 34, y en Quilis.
primeros y segundos (consonantes).
Clasificación puramente prática
de Rengifo, para disponerlos en
su «Sylva» (219 s.). Los primeros
son los graves terminados en a, e,
o. Los segundos salen de éstos,
más 5, n, o cambio de la vocal
(plurales y formas verbales
diferentes).
145
primeros y segundos (hemistiquios,
versos). TN, M2, 87, trata, en el
mester de clerecía, de «La rima
interior, con correspondencia de
los primeros hemistiquios entre sí
aparte de la consonancia de los
segundos» (que se convierten, las
dos, en rimas alternas en los
manuscritos que leen las coplas
en versos cortos). En 102
rememora las «simples redondillas, en
las cuales los dos primeros versos
encierran una pregunta y los dos
segundos contienen otra».
principal, vocal. «... solo se calcula
para el asonante la vocal
principal; y asi la palabra recio puede
servir de asonante de lleno, cual
si no mediase la i, ó de fuero,
como si no hubiese la u, que se
pierde al lado de la e por tener
aquella un sonido mas menguado
y confuso», Martínez de la Rosa,
195, nota 10 del canto III.
prolongación. «Paragoge o
prolongación», MzBej, 265.
proparalepsis. Sinónimo de
paragoge, traído del griego con
diversas sonoridades: «proparalésis»
en Herrera, 137 y 173; «propa-
ralexis» en Tamayo, 645; «pro-
parolexis» en Monlau,
Vocabulario. Para la forma simple, Laus-
berg, II, 14, § 462, adopta «para-
lempsis».
proparalexis. Paragoge (Gallardo, IV,
1293).
proparoxitónica. 'Rimas dactilicas
(o proparoxitónicas), [cuando el
acento recae] sobre la
antepenúltima [sílaba]' (DucTod, 225).
proparoxitonismo. «Tendencia de
una lengua a acentuar las
palabras en la antepenúltima sílaba»,
Esquerra, s.v.; en «Proparoxito-
146 DANIEL DEVOTO
nismo y rima encadenada»,
Erasmo Buceta alude al hecho y
no a la tendencia.
proparoxítono. 'Que se acentúa en la
antepenúltima sílaba, esdrújulo'
(Diccionario de la Real Academia).
properispómenos. V. perispómenos.
propio (consonante). La edición de
1644 del Arte poética española de
Rengifo, descrita por Gallardo
(II, 774 s.), lleva «una fértilísima
silva de consonantes comunes,
propios, esdrújulos y reflejos».
Gallardo aclara, en nota: «Es
decir, de nombres propios», y
en 775 transcribe y comenta:
«"Explicación de los consonantes
propios que van en la silva" esto
es, noticia de los personajes,
pueblos, ríos, montes ...»
propios (versos). 'Los graves' (Soto de
Rojas, 97).
prosa rimada. Se procura
generalmente eliminar de la prosa los
elementos propios del verso —
periodicidad rítmica, igualdad de
sonidos —, pero tales artificios
pueden introducirse voluntariamente
en ella, como lo hace el autor del
Guzmán de Alfarache (cf. «Prosa
con faldas, prosa encadenada»).
V. rimada, prosa.
prosonomasia. Marty: «Figura que se
funda en la semejanza de las
voces — MzBej: «Prosonomasia
ó Similicadencia». — Jiménez
Patón, índice: «Lo que Paroso-
nomasia».
provenzales. «Las rimas que hice
a imitación de las que he leido
en libros antiguos de Poetas Pro-
vénzales, y por eso les di este
nombre», Gaspar Gil Polo, «A los
lectores» de su Diana, 1564, en
Gallardo, III, col. 1242. Milá,
nota 19 de Del carácter general de
la literatura española, p. 16:
«Metro provenzal en Pérez de
Hita. La mezcla de endecasílabos
con quebrados de cinco que Gil
Polo llamó "rimas provenzales"»;
MzBej (en Clarke, Chr., 358) las
cree inspiradas en «las coblas
de Anthoni Valmanya»; Dámaso
Alonso (O.C., II, 754 y n. 187)
las da en el cuadro de la pavana
(p. 756); y TN, M2, 191, § 117, da
su «orden, ABBA:Ccddee:FF».
proximidad o cercanía de las rimas.
V. distancia.
pura. Apelación dada a la
consonancia por los que traducen del
alemán, Rioduero (252: v.
constante) y Unamuno (p. 170 de Wolf:
v. sorda).
puros (consonantes). 'Sin mezcla de
asonancias': «advirtiendo algunos
buenos poetas que en los
romances asonantados el repetido
golpeo era más blando y suave que
en los consonantes puros» (Luzán,
II, 270); «Fuentes, o el autor que
comentó . . . usa con frecuencia
"los [consonantes] de capa y sayo"
(es decir, los consonantes puros)»
(Milá, 548); «Ni en los cantares de
gesta ni en los romances viejos
son puras las series rítmicas, sino
que van revueltos consonantes y
asonantes» (Menéndez Pelayo,
Trat, I, 88)
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
quebrar. 'Sinónimo de tmesis':
«quebrar las palabras», P. Félix
García, en Malón de Chaide, I, n. a la
línea 12 de p. 129. Leopoldo Lugo-
nes, en una décima impresa en el
catálogo de una exposición del
dibujante Alejandro Sirio, rima
«siempre» con «empre-sa»,
alegando: «Deje que quiebre así
147
en su honor / por ser ella única,
esta rima ... ».
quedar en el aire. 'No rimar': «Para
que el 2o verso del último
terceto no quede en el aire, se le
agrega un verso final que con él
consuene, i así es que los tercetos
rematan en un cuarteto» (La
Barra, El, 75).
148 DANIEL DEVOTO
ramplona. «Haber sustituido una
consonancia algo decente á una
consonancia ramplona» (Príncipe,
544).
rareza. «No debe buscarse la rareza
de los consonantes a costa de la
naturalidad» (Alonso Cortés, 1 16;
con «ni» al comienzo y sin
comillas, en SanzR, 66).
raros, consonantes. «Evitar el
defecto contrario [al uso de
«consonancias demasiado vulgares»],
consistente en hacer frecuente
uso de consonantes raros ó
extraños, salvo en los versos festivos,
donde puede esa misma extrañeza
contribuir a su mejor efecto»
(Príncipe, 473). «Algunos por huir
de estos escollos [las rimas
pobres] caen en otro peor, que
consiste en buscar consonantes
raros i desusados, i aparecen
entonces como amanerados i
pedantes» (La Barrera, El, 68).
reales, consonantes. V. virtuales.
recursos del verso. Henríquez Ureña
enumera, representándolos con
abreviaturas, en octavo lugar
«R la rima», seguida de «Alit la
aliteración», «Ene el
encadenamiento», «Par el paralelismo» y
«Acr el acróstico» (En busca . . .,
260).
redoblada (rima). V. redoblado.
redoblado. «Ay otra gala q se dize
redoblado q es qndo se redobla
las palabras assi como vna cáció
q dize No quiero qrer qrer / sin
sétir sétir sufrir / por poder poder
saber.c.» (Encina, V vto). Lo citan
Clarke, Chr., 355, y Le Gentil, II,
130, que sigue la lección errada de
la Historia de las ideas estéticas de
Menéndez Pelayo en la edición de
1940 (noticia del ensayo de
edición preparado por F. López
Estrada). TN (M, 272, y M2, 254),
usa esta voz como sinónimo de
refleja («redobladura»). Esta gala
podría caber dentro de la figura
sintáctica epanalepsis, que
«consiste en la repetición de una o
varias palabras para reforzar la
idea que se quiere expresar» (For),
y de las figuras emparentadas epi-
fora (repetición al final de un
verso) y epizeusis (repetición
inmediata al comienzo, en el
interior o como conclusión del verso
o período).
redobladura. V. refleja y lexaprende.
recíproco. V. retrógradas.
reducción. «... en poesía se puede
decir que se crean nuevos
diptongos y triptongos, o mejor dicho,
varias vocales contiguas se
pronuncian como si se tratase de una
sola. Este fenómeno recibe el
nombre de reducción» y abarca
sinéresis y sinalefa (Riquer, 8-9), TN,
M2, 163, señala en Fernán Pérez
de Guzmán «los conjuntos de
vocales inacentuadas empleados
sin reducción silábica: "esta
espantosa pena", "conviene a ser
tornada"» versos octosílabos y no
heptasílabos. Emplea también
consecuentemente (p. 50 y 67)
«reducción del verso». V.
contracción.
reducir. «El gallegoportugués,
además de reducir los grupos
vocálicos por elisión y apócope con más
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
libertad que el castellano,
aplicaba en ciertos casos el hiato y en
otros la sinalefa», TN, M2, 82.
refleja. "The word serving as the echo
(eco) of the word or phrase
immediately preceding» (Clarke, Chr.,
355). Rengifo estipula que «la
Reflexa de el Eco ha de ser
cortada de algún vocablo», y sólo
luego admite «o ya que sea la
misma dicción entera, como se
toma Duelo en el séptimo pie de
el Eco del Nacimiento», único
ejemplo que opone a los siete que
ofrece a continuación (143-144).
Conviene, pues, separar los dos
artificios, y si en Rengifo se lee
«endecasílabos con rimas
redobladas o reflejas» (cita de NT, M2,
254, 21), Vicens en su reedición
aumentada (62) alude sin
equívoco posible (¿ sinonimia o
enumeración ?) «los capítulos de los
ecos, donde por extenso se trata
en quales Poesias se pueden usar
los reflexos, y como». Es por tanto
poco consistente asentar que
«Una variedad del eco eran los
versos con refleja o rima
redoblada, de los cuales se sirvió Lope
en un soneto de La fuerza
lastimosa, III, 9, cuyo principio es:
«Peligro tiene el más probado
vado» (Ai, 272, y M2, 254): si puede
admitirse que «una variedad del
eco eran los versos con rima
redoblada», cabe recordar que todos
los ecos contaban
obligatoriamente con rima refleja, so pena
de dejar de ser ecos, con lo que
la sinonimia pierde toda
verosimilitud.
reflejada. Para NT, redoblada.
reflejo (consonante). «Sylva de los
ecos, o consonantes reflexos»
(Rengifo, 388 s.).
149
refuerzo acentual. Bartrina da este
nombre, en p. 148, a lo que en la
128 denominó «particularismo».
reiteración. «En varios casos utilizó
este autor [Zorrilla] la reiteración
de la rima para destacar y
sostener una determinada impresión.
En su Alborada monorrítmica, la
rima del estribillo reaparece de
tiempo en tiempo sin orden
regular . . . como acorde básico de
la composición» (TN, M2, 382).
reiterado. (Juan del Encina)
Anáfora en versos sucesivos,
considerada como una especie de rima
inicial.
rejet. Voz francesa empleada por
DíezE, 241: es la porción
encabalgada en el verso que sigue al verso
encabalgante. Consignada en For
«el elemento de una secuencia
sintáctica que, al no ajustarse a la
unidad versual, pasa al verso
siguiente en el encabalgamiento».
rematar. «Todos los versos de una
misma especie que rematan en
esdrújulo, tienen una sílaba mas»,
González de Valdés, 112.
remate de verso. Comentando el
verso «La humana y divina ley»,
en el que considera a «ley» voz
bisílaba, Cáscales afirma: «No
hay contracción en remate de
verso, como queda dicho» (Tablas,
76); pero antes ha dicho también:
«si la dicción desta suerte [con
vocal débil y fuerte] tuviere su
acento en la última, también al
fin del verso quedará contracta,
como pié, fue, murió, abrió,
combatió, y otras». Príncipe, 596, usa
«remate» en una exposición poco
clara, referida a la escansión
musical de los compases: «los
más de cuyos agudos [se. 'acentos
agudos'] son siempre remate de
150 DANIEL DEVOTO
pié que no marca la mano en
su golpeo».
renglón. Hartzenbusch, 125, anuncia:
«estos cuatro renglones», y da
cuatro versos. Y Jaimes Freyre
recuerda, como propios de la
infancia de la poesía, «los
renglones irregulares rimados».
repercusión. TN aplica la voz
indiferentemente a la rima y al
concepto: «Peralta Barnuevo
arrastraba la pesada carga de un
retardado barroquismo en su
profusión de esdrújulos, afectación
sintáctica y acumulación de
simetría, paralelismo y repercusiones
de rimas: "El Perú le declara
clara ara", "Todo el orbe le
aclama, clama, ama" (Ai, 344);
«Repercusión. Los conceptos del
verso se repiten en otro en
disposición inversa: "Se hace camino
al andar, — al andar se hace
camino", A. Machado ... (y
Darío, Juan Ramón Jiménez, etc.)»,
NT, Arte, 34. La inclusión de
la voz entre los «complementos
rítmicos» debe referirse
exclusivamente a las «repercusiones de
rimas»: TN parece distinguir la
«repercusión homofónica» (Lope:
"Don Juan, aunque os engañé /
con escribiros que os vi, / nunca
os vi, mentí, que aquí / os vi,
puesto que os amé», M2, 285, 51)
de la simple «repercusión sonora»
{Poetas, 170). V. retrocado.
repercutida. «La obstructiva técnica
de la rima repercutida ...»
[camena amena, cabana baña, Vi-
llena llena, guadaña daña;
desdichado hado, dechado echado, en
una sexta rima de Manuel de
Faria y Sousa, Nenia, 1644 y RHi
35 (1915), 27] (TN, Rep., 251, p. 86).
repetición, o repetida. DzCap 2
explica, bajo la primera de estas
voces, el artificio que Juan del
Encina denomina encadenado
(v. encadenada 1); y da la segunda
como sinónima de la precedente.
repetición de consonantes. «Lo qual
todo no constriñe ni apremia
ningún dictador o componedor que,
en rimico estilo, después de
veynte coplas, dexe repetición de
consonantes alli o en los lugares
donde bien le viniere e el caso o
la raçon lo neçessitare ...» (San-
tillana, ed. Amador de los Ríos,
21 s.; en Le Gentil, H, 1 13). El
derecho a la repetición parece
referirse a la reiteración de las
palabras rimas más que a la de la
simple sonoridad rimante.
repetida. El inglés de Clarke (Chr.,
356: «repetida». The beginning of
a line with a repetition of the
word ending the precedent line»)
es mucho más claro que el
castellano del Compendio de arte
poética española (Rengifo, 189):
«Comienza el artificio
Encadenado / en versos de dicciones
consonantes / de el verso mas cercano
que ha passado: / pero quando no
fueren semejantes, / sino en el
propio verso ha comenzado, / en
que fue fenecido el verso de antes,
/ le llaman Repetida, y es usada /
en el Latin; mas no la
Encadenada». V. repetición.
repetir las rimas. «Las dos rimas
cruzadas del primer cuarteto
[de este tipo de octava] se repiten
en el segundo»; «Otras veces las
dos semiestrofas [de la octava]
repiten las mismas dos rimas en
forma abrazada» (TN, Rep., 115
y 116).
represa (canción de). «Canción
medieval con un asonante que se repite
en las tres estrofas» (DzCap 2).
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
resbaladizo. «El verso estruxulo [sic],
ó rresvaladizo» (Correas, 476).
resonancia. 'Consonancia' (Tracia,
409). La noticia de Autoridades
(«En la Poesía se toma por lo
mismo que Consonancia», con un
ejemplo de Herrera) ha
desaparecido del Diccionario actual.
resonante. Junto a resonancia, y con
idéntico sentido, figura en el
«Vocabulario de voces poéticas»
del Arte de versos, 98.
respondencia. A propósito de faunos
(y silvanos, rima interna de la
Égloga II garcilasiana), dice
Herrera (587): «La respondencia que
hace esta voz [Faunos] con
Silvanos, quiere Frâcisco de Medina
que sea assonácia, i que la a quite
del assiento a la u, q no suene,
i se pronuncie Fonos*. La voz
significa aquí correspondencia,
rima: en otras autoridades
designa además la disposición de
las rimas: «el [verso] que
llamamos heroyco italiano, como está
tan falto de consonancias y res-
pondencias, no tiene aquella
suavidad y el deleyte que las rimas,
y assí soy de parecer que los ende-
casylabos italianos, atados a res-
pondencias de ocho en ocho, son
los mejores [versos para la épica,
ya que los de arte mayor están
fuera de uso: y sólo por esta
razón]» (López Pinciano, II, 283).
Lo mismo en las Quincuagenas
('orden de las rimas', al tratar de
la segunda rima).
responder. 'Rimar': Nebrija, 55,
sobre los miembros de copla del
Laberinto, abba: «Enestos versos
el cuarto réspede al pmero»; «En
las quales coplas, dichas de pie
quebrado . . . vnos reponden de
vna, y otros, de otra manera con
151
la consonancia» (López Pinciano,
II, 261; cf. 263 y 266; en 262-263:
«corona y responde con la
consonancia o assonancia del segundo
al quarto [verso], y assí va por los
pares respondiendo hasta el fin»);
las octavas «se responden
alternadamente desde el primero hasta
el sesto verso en las voces
postreras, que se terminan
semejantemente» (Herrera, 649); «...
pregunta que envía un caballero á
otro . . . Adonde, como veis, dijo
conocella, y no conocerla, porque
respondiese al ella» (Valdés,
Diálogo de las lenguas, p. 65 de la
reedición del texto de Mayáns);
«respondiendo las voces terminadas /
con variación distinta en su
cadencia»: es decir que hay varios
tipos de rima octava (La Cueva,
Ejemplar, 151); y lo mismo en
Valdés, 78.
retornelo. «La rima retornelo
ejecútase repitiendo al fin de una
estrofa el primer verso de ella
[cita el comienzo de la Nenia de
Guido y Spano]» (Pérez y Curís,
68). Denominación abusiva: no
puede denominarse «rima» lo
que es repetición de un verso
completo.
retrocado. «Ay otra gala de trobar q
se llama retrocado q es qndo las
razones se retrueca / como vna
copla q dize Côtëtaros y
serviros / y serviros y côtëtaros. c.»
(Encina, fol. Vv°). V.
repercusión.
retrógradas. MzBej, 180, menciona
estas rimas, practicadas en el
Cancionero de Baena (379):
«... profundo letrado, I letrado
famoso, dyscreto, muy dyno; I
muy dyno vesino del vino muy
fino I Fyno de Illescas ... », etc.
Villaf, fol. 153, da «recíproco o
152 DANIEL DEVOTO
retrógrado», denominación que
procede de los reciproci del leixa-
prende.
retruécano. Príncipe, 487, 1, da este
nombre — reservado
generalmente a otro tipo de expresión —
a una simple anticipación de la
palabra rima, que aparece interna
en el cuerpo de un verso para
luego ocupar el final de otro.
Da un ejemplo de Campoamor
(«¡ Qué regladas dulzuras / la
queja en el alma deja / de
aquellas tórtolas puras, / pues se dicen
mil ternuras / para decirse una
queja !»), uno de Villegas («Tu tez,
Geroma, es carcoma», con rima
final «Geroma») y uno suyo
(«Compró un gato el pobre Bato»,
con rima final «gato»), aseverando
que la denominación no le
pertenece («a ese juego se da el nombre
de retruécano»).
rica. La definición tipo es la de de la
Barra (El, 67): «Se llama rima
rica la formada por consonantes
escasos en la lengua», y da, como
ejemplo, Alhambra : espectro :
zambra : plectro. La retoman,
citándolo, Clarke (Chr., 358-359) y
DzCap (339). La definición de Ter-
Ism, 125 (se da «cuando el sonido
es idéntico a partir del penúltimo
acento del verso») es una mala
adaptación de uno de los sentidos
de la rime riche francesa. Salvo
algunos casos de artificio
excesivo, el sentir general es el que
expresa Bello; «la consonancia
misma gusta menos cuando se
extiende a más sonidos
elementales que los indispensables: mina,
por ejemplo, consonaría menos
agradablemente con camina i
examina que con espina i peregrina»
(citado en Benot, III, 237). En
asonancia su efecto, menos
tible, es menos reprobable y aún
gustoso: C. C. Smith señala «Rich
rhyme in Góngora's Polifemo»:
«vela y remo I Polifemo», «ofrece
pobre / el robre», «no segundo /
términos del mundo», «de Nep-
tuno / cisne de Juno». Para «rica»
como sinónimo aberrante de
«consonancia», v. unísona.
ricas (asonancias). V. pobre, 4.
rigor. «No guarda [el Romance 3o de
Montesino], como el pasado, rigor
de consonante, sino asonante
agudo en a con voces acabadas en
al, ar, ad» (Gallardo, III, 876).
rigurosa, rima. Consonancia,
opuesta a «consonancia vaga» (Martínez
de la Rosa, 200) y a «semiconso-
nancia» (Salva, 396).
rima. De la docena de autoridades
que DzCap agrupa bajo esta voz,
la más eficiente, en su sencillez,
es la de Bello: «La rima es la
semejanza de terminación entre
dos o más dicciones». Y la que
mejor informa sobre la
complejidad de su contenido es la última,
tomada de Mendoza: «la rima se
divide: a) Por su integridad, en
perfecta e imperfecta; b) Por el
acento de las palabras finales, en
aguda, grave y esdrújula».
Salvando el adjetivo «finales», que
apunta hacia el verso, la
clasificación sigue siendo válida; tanto,
que reaparece, remodelada a lo
moderno, en Quilis (32-36): «Para
la clasificación de la rima hay que
tener en cuenta tanto su timbre
como su cantidad. En cuanto a su
timbre, que es el elemento más
importante, la rima puede ser
total o parcial. . . . En cuanto a su
cantidad, la rima, tanto total
como parcial, puede ser: . . . oxí-
tona . . . paroxítona . . . prepar-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
oxítona». Cada una de estas
modalidades se encaran bajo su
denominación propia; este
artículo pretende poner algún orden
sobre lo que se entiende por rima
a secas. Bien que formuladas
sobre el verso francés, las
estratificaciones de Crouslé son
válidas para nuestra lengua: (1) La
rima es el ajuste de dos fines de
verso. Según la práctica absoluta
de otras lenguas (rime en francés
e inglés, que prefiere la grafía hele-
nizante rhyme; rima en italiano;
Reim en alemán), la voz designa
frecuentemente en castellano la
rima perfecta o consonancia; y, en
efecto, el Diccionario de la Real
Academia concede a ésta la
primacía: su primera acepción es
«Consonancia o consonante», y,
en segundo lugar, «Asonancia o
asonante». (2) Se denomina habi-
tualmente rima la porción final de
un verso ajustada a la de otro
(«rima en -ón»), (3) Se llama,
además, rima a todas las voces de
esta misma naturaleza,
consideradas en libertad y sin tener cuenta
de su empleo en un género
determinado de composición (primera
parte de la 4 a acepción en el
Diccionario académico: «Conjunto de
los consonantes de una lengua»,
donde aparece, de nuevo, la
equiparación de rima y consonancia).
Sobre estas tres acepciones
fundamentales y válidas para otros
idiomas, nuestra lengua ofrece
otras más particulares: (4) Como
en italiano, rima significa
extensivamente 'composición en verso',
sentido que fue corriente en
francés hasta la crítica de Sebillet.
Integrando, con otros numerales,
en particular «octava», la
designación de ciertas formas estróficas,
se alarga (final de la 3 a acepción
153
del Diccionario) hasta designar,
en plural, la producción entera de
un poeta: «Rimas de Garcilaso, de
Lope, de Góngora» (ejemplo dado
por el propio vocabulario oficial).
(5) Rima astriñe su significado
aplicándose a tipos precisos de
composiciones poéticas,
caracterizados ya por su forma («comen-
çô [Gregorio Silvestre] a tener
renombre entre los que se pre-
ciauá de componer los versos
Españoles, que llaman Rimas
antiguas, y los Franceses
Redondillas», Discurso inicial de Pedro
de Cáceres en las Obras del poeta,
fol. B4 v° de la edición de 1599),
ya por su espíritu («y nadie ha
escrito todavía una rima bec-
queriana que no tenga son de
Bécquer», Juan Ramón Jiménez,
Estética, 112), ya por ambas
características a la vez (Gerardo
Diego, sobre el primer libro de
Manuel Machado, 117). (6) Rima
reduce todavía su significado,
llegando a designar la estrofa — que
no es, al fin y al cabo, si no un
ensamblaje de rimas en el que los
metros pueden variar sin
modificar su estructura, del pareado a
la silva. El Pinciano, que
parecería no adoptar la designación
italiana («que digan estanzas, digan
rimas los italianos las que los
castellanos llamamos coplas» (II,
268), concluye: «Al fin: como fuere
el concepto, se deue escoger la
rima; si largo, largo ['larga']; si
breve, breve; si mediano, mediano
['mediana']; tal es la octava ...»
(id., 293; y en 295: «digo que las
rimas deuen ser según la especie
de la Poética, y diferentes los
versos, como está dicho»). Lo mismo
en la receta del Compendio de
arte poética española (Rengifo,
189): «Rima de dos Heroycos com-
154 DANIEL DEVOTO
pondrás, / y si quieres tras ellos
un Quebrado, / que con los dos
siguientes unirás». Y lo mismo en
el texto de Diego de Fuentes
publicado por el marqués de Jerez en
el Homenaje a Menéndez y Pelayo
(645): «Comiença el primer libro
/ el qual es todo de canciones por
la ri= / ma que llaman
redondillas ... ». (7) Ya en este camino,
rima llega a ser el nombre de cada
uno de los tercetos de la tercia
rima: comentando la Elegía I de
Garcilaso, Herrera señala la rima
interior « desear gasse . . . dición
que se encuentra siendo
intermedia có las [sic] côsonâtes de la
segunda i tercera rima» (300).
(8) Junto a la acepción de 'poema
[largo]', Dámaso Alonso nos
recuerda que «en la voz rima el
sentido primitivo, abundante en
la Edad Media y existente
también en el Siglo de Oro, es el de
'verso'». López Pinciano
denomina a los nuevos metros
italianos «esta materia de rimas
puestas en orden» (II, 234); Diego de
Oseguera llama a sus Estaciones
(1580) «obra . . . que me pareció
[mejor] escribir en rima»
(Gallardo, III, 1036); Jáuregui sostiene
que son dignas de alabar las obras
primerizas, si son buenas, aunque
sus autores «no hayan compuesto
rimas en todos los días de su
vida» (172-173); A. P. de Ribera
presenta en su Fábula de Eco,
como lo hace Góngora, «Las que
Métricas rimas / el dictamen
purpúreo de la Aurora / me
dictó ...» (II, 209). Tal uso llega
a nuestros días: Salva, en su
Gramática, habla de «rima (ó metro)»
para designar el verso, y
Francisco Sánchez cierra el tratar del
alejandrino de clerecía y del verso
de arte mayor con la declaración:
«Semejantes rimas, por su
uniformidad y cansada monotonía
impedían al poeta dar al estilo la
soltura, lentitud [¿ plenitud ?] y
colorido convenientes» (188). Dejando
a un lado los otros sentidos de
rima ('rimero'; el olvidado que
le da Covarrubias — «llamamos
rima la compostura de algunas
cosas», s.v. — ; «fazer rima»
'atesorar' coma lo emplea Pere
Torrellas en el Cancionero de Her-
beray), cabe recordar sus empleos
por analogía en dos expresiones:
«rima de tiradas» (Curtius, 557: la
vocal final a en los cuarenta y
ocho versos de un poema; cf. ana-
fonema) y «rima de pensamiento»
(o «simetría de ideas») como
denominación del paralelismo
(Esquerra; en italiano «rima concet-
tuale» según el diccionario de
literatura de Garzanti).
rima (versos en). El romance
aconsonantado es, según Luzán (II, 269),
«composición de versos en rima
alternados con versos sin ella».
rima (versos sin). «En 1528, Abraham
Fleming tradujo las Bucólicas y
las Geórgicas de Virgilio en
alejandrinos sin rimas» (Bello, Notas,
520). Para la nomenclatura de
estos versos no rimados — sin
entrar en la vieja y renovada
querella sobre su mérito o
desmérito —, v. blanco, libre, suelto.
rimada. V. rimado.
rimada, prosa. «En el castellano se
podía dar en condiciones
parecidas [a las del cursus medieval]
una rima situada también al fin
de período: la "prosa rimada"
(o paralelismo de miembros,
subrayado por esta misma rima ...»,
López Estrada, Métrica..., 72.
V. también prosa rimada.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
rimado. (1) «Compuesto en verso»
(Esquerra). Esta acepción parece
darse ya en el Apolonio: «Torno
les a rezar hum romance bien
rimado» (428 c) 'bien compuesto',
sin referencia directa a las rimas
propiamente dichas. Al publicar
«una carta dirigida por doña
Cecilia Bôhl de Faber a Leopoldo
Augusto de Cueto, excusándose
de no participar en el Homenaje
poético, Ma J. Lombardía decide
incluirla «aunque no sea en
"rimado"», es decir 'en verso'
(Primeras jornadas de bibliografía,
217). (2) «... a los versos que
concluyen con palabras que la tienen
[la rima] llamamos versos
rimados» (Tracia, 43). En este sentido
se oponen a los versos sueltos
(«verso no rimado», TN, M2, 414,
22). Y, consecuentemente con la
equiparación de rima y
consonancia, se opone a asonantado: «todas
las terminaciones rimadas ó aso-
nantadas» (Wolf y Hofmann, vi,
nota). (3) En un pasaje del P.
Sarmiento, reproducido por J. Ma
Chacón y Calvo («El P. Sarmiento
y el Poema del Cid», p. 151-152):
«Vivar [sic] copia algunos [versos
del Alexandre], y sospecha que
Berceo ha sido el autor de ese
poema, por la semejanza del estilo
y del rimado»), la voz parece
aludir a la versificación («El poema
de Alejandro y los poemas de
Berceo todos riman de cuatro en
cuatro versos ...»). Sustantivada, la
voz integra títulos literarios:
Rimado de Palacio; «la rimada»
(por la Crónica rimada, Milá, 127,
dos veces, y passim).
rimador. Si bien el sentido primero
de rimar es 'componer en verso'
el calificativo de rimador suele
tomarse más bien en mala parte:
«Que se distingue en sus
155
siciones poéticas más por la rima
que por otras cualidades»; esta
definición del Diccionario
académico la copia Esquerra. Idéntico
valor despectivo tiene el término
francés equivalente, rimailleur,
pero no se trata de un galicismo:
la diferencia entre poeta y
rimador se señala con frecuencia en
los textos clásicos.
rimados (versos). V. omioteléutica.
rimar. El Diccionario actual no
registra el arcaísmo que figura en el de
Autoridades, 'inquirir y buscar'
(con un ejemplo de Lope: «rimar,
ô hallar, que es lo mismo que
inventar, y de quien agora en
Italia y en España se llaman rimas
las obras sueltas»), tal como lo
empleaba el Cartujano: «Los vivos
ingenios que son naturales /
contino codician rimar y saber / las
cosas ocultas ...» (Triunfo II de
Los doce . . . , en Gallardo, III,
1054); el editor del Laberinto de
Mena (n. a 60 h) agrega a Juan de
Padilla un ejemplo de Hernán
Núñez. Tres sentidos concede el
Diccionario académico a esta voz:
(1) «Componer en verso». Beren-
guer de Noya llamó a su tratado
«Lo miraylls de trovar o de
versificar o de rimar» (la noticia pasa
de Villena — p. 49 (n. 2 de p. 48) —
a Milá (Gaya, 281), que lo repite
trastocado: «la manera de trobar
o de rimar o de versificar».
Idéntico valor cobra la voz en los «ver-
setes de antigo rrymar» de López
de Ayala (Milá, 555; Lang, 509;
Cejador, Vocabulario, 336;
Esquerra, s.v., y TN, M2, 45, que
los llama «versetes de antiguo
trovar»). Montesino, en su
Cancionero (1508) manifiesta: «yo he
rimado . . . coplas de deuoció»
(Gallardo, III, 869); para Manuel
156 DANIEL DEVOTO
Machado (Épica española) la obra
de los conquistadores «contiene
más grandeza y más poesía / de
cuanta en este mundo se ha
rimado»; y El payador, para el
poeta uruguayo Alcides de María,
«canta y rima / como el pájaro
gorjea!». (2) «Ser una palabra
asonante, o más especialmente,
consonante de otra». Alejo Car-
pentier, en La consagración de la
primavera (42) relata que, para
subsanar un percance que acaece
durante una recepción, «rompió
la orquesta a tocar: "Tout va très
bien, Madame la Marquise",
aunque la cantante de hace rato
hubiese sustituido, para el caso,
Madame la Marquise por Madame
la Comtesse, pese a que lo de
Comtesse no rimara con "il faut que
Von vous dise". TN (M2, 152)
explica que en el villancico «El
final de tres versos hacía rimar
dos con la mudanza y uno con el
tema, o bien uno con la mudanza
y dos con el tema» (en la página
siguiente emplea los sinónimos
enlazar y concertar). (3) «Hacer el
poeta una palabra asonante o
consonante de otra». El Diccionario
olvida un uso figurado de rimar,
frecuentísimo — prácticamente
coloquial— como en francés:
rimer 'corresponderse, tener
relación una cosa con otra': «La gaya
pradera rima / con la joven
arboleda» (Pérez de Ayala, «Contra
estos siete vicios», en El sendero
andante, 88); la expresión abunda
en escritores argentinos (Manuel
Ugarte, Vicente Martínez Cuitiño,
etc.). Alejo Carpentier (op. cit.,
360) combina astutamente este
sentido con el tercero de la
definición del Diccionario: «... al
actual maccartismo —que harto
rimaba con fascismo — ...».
rimarlo. «... el tratado denominado
Donatz proensals [de Uc Faidit,
hacia 1243] ... es de capital
importancia para el estudio del
rimario» (Riquer, T., 32-33). La
voz es corriente en italiano: «Toda
la Epístola I [de Caramuel] está
dedicada al análisis del Rimario
de Ruscelli» (DíezE, 93).
rímeo. Voz predilecta de Pérez y
Curis: «el procedimiento rímeo»
(del soneto, 223), «esta fórmula
rímea» (ABAAB, 235), «Las
innovaciones rímeas» [de Santillana
en sus sonetos, 264), etc., etc.
rímica. La «rímica dotrina» de Vi-
llena (43) corresponde al arte
poética; y valor semejante parece
tener la afirmación de Gallardo
(IV, 233): «Rodrigues Lobo es
poeta; pero el empeño de
improvisar versos en lengua y rímica
nuevas para él, deslucen en
ocasiones su numen». Mayáns (II, 335
y 336) encuentra «cosa dissonante
hacer Rimica la Prosa» y trata de
«la Poesía Rimica», mejor
llamada «rítmica o cuantitativa»
(DzCap, 76).
rúnico. Gallardo (III, 149) menciona
un «diccionario rímico». Mayáns,
2, 283, trata de las
«correspondencias rímicas», y el Arte de versos,
23 (n. 1 de p. 20) sustantiva la voz
al alabar su propia mercancía: «y
así no echar en olvido, señores
rímicos, estas indicaciones ... ».
rimistas. Partidarios de la poesía
rimada, opuestos a los versisuel-
tistas (v.).
rimo. El Diccionario da esta voz
como anticuada y como sinónimo
de rima (primer artículo). Su
sentido es algo más complejo. El
Marqués de Santillana la emplea,
según Amador de los Ríos en
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
el glosario de su edición, en la
acepción de «rima, consonancia
de los versos, ya en el
hemistiquio, ya al final de ellos. La pala-
vra rima ha prevalecido en el
lenguaje poético; mas debe
advertirse el distinto origen de ambas»,
derivando la forma masculina del
griego mientras que «Rima es voz
lat[ina]» (579). En el sentido de
rima la emplea Herrera (68): en el
soneto, «en el rimo i consonancia
se responden primera i segunda
[partes, las que antes ha
denominado cuadernarios y cuartetos]».
Según el P. Sarmiento (360), San-
tillana mismo precisa: «quieren
algunos haber sido ellos [Guido
Janunculo, Bolones, y Arnaldo
Daniel, Provenzal] los primeros
que escribieron verso rimo», es
decir, versos rimados. (2) Rimo,
como su rival rima, pasa de
señalar la consonancia o asonancia a
designar el verso entero: «era el
rimo, de que usaron los antiguos,
de mui diferente modo que el
que usamos aora vulgarmente.
Llámase en Latin numero i
modo ...» (Herrera, 649;
refirmándolo luego: «el rimo, el cual
es un hablar terminado de cierta
medida»). En este sentido abunda
pleonásticamente unido con
«verso»: «Los Gallicos è
Franceses escribieron en diversas
maneras rimos è versos que en el
cuento de los pies è bordones
discrepan» (Santillana, en la
Colección ... de Sánchez, I, liv-lv; tal
uso perdura en las Memorias de
Sancho Cota, 91: «dame gracia
con que diga / en estos rimos y
versos / grandes misterios
diversos / por donde mi obra siga»);
Santillana también lo aparea con
«metro»: «Quanta mas sea la exce-
llencia è prerrogativa de los rimos
157
è metro que de la soluta prosa . . .
[S. Isidoro] quiere que el primero
que fizo rimos, ô cantó en metro
haya seido Moysen ... David cantó
en metro ...» (id., I, li, lvi y passim).
Con tal sentido, rimo 'verso en
general' se opone a prosa: Gómez
Manrique se dirige al rey de
Castilla Juan I con la no poco
hiperbólica declaración: «que sen ti
prosa ni rimo / es fundada»
(Cancionero de Yxar, en Gallardo, I,
604; el Cancionero general, xlv v°,
lee «sin ti»); una «Canción del
mesino» ['mesmo', o sea «Pineda,
ciego»] a S. Juan Bautista en las
Justas poéticas sevillanas de 1531,
encarece todavía: «Quien sabra
dar le loores / en latin presa ni
rimo / al hermano hermano y
primo / del primo délos
primores»: «presa» es, con seguridad,
'prosa'. Y DzCap, en su
vocabulario, alberga las expresiones «rimo
de arte o maestría real», «rimo de
gran maestría» y «rimo de
maestría mayor», con remisión a
«verso de arte menor» para la
primera, y a «verso de arte mayor»
para las dos últimas. (3) De
'verso', rimo asciende — como
rima — a 'composición en verso'.
Antes que Santillana («fizo
rimos»), las Partidas legislaban
«De la deshonra que face un orne
á otro por cantigas ó por rimos»
(en las copias de Bello, t. 86 de la
Colección de escritores
castellanos, 54 s., Part. 7, tit. 9, ley 3). Si
es difícil determinar el sentido
exacto de un pasaje de El
Curial ... de Matías de los Reyes:
«... hombres todos valientes y
arriscados en el rimo y valerosos
con el concepto en la mano»
(Antiguas novelas españolas, X, 25),
Rafael Lapesa (Santillana, 234) no
permite dudar cuando menciona
158 DANIEL DEVOTO
«los rimos sacros del Canciller
Ayala». — Véase ahora, sobre esta
voz rimo, el estudio homónimo de
F. López Estrada.
rims capcaudatz. V. capcaudatz.
rims derivatius. V. gramaticales.
ripio. «Palabra o palabras inútiles
que sirven para completar un
verso, sobre todo cuando se
encuentran en rima», For.
ritimo. «Otros versos hay ritimos:
que al fin del verso consuena con
el medio» (Mosén Gonzalo García
de Santa María, en su traducción
de «Catón», escrita en 1493;
Gallardo, III, 30).
ritma. En 1877, «Polo y Astudillo
utiliza el nombre original de ritma
para llamar a la rima, quizás
llevado de la asociación que
frecuentemente se hace entre ritmo y
rima» (DzCap, 345). Torres Villa-
rroel, en sus «Gozos y
deprecaciones a María Santísima, que con
el nombre de la Cueva Santa se
venera en el Reyno de Segovia en
el Obispado de Segorbe», 360, se
sirvió de esta voz: «Concede te
aplauda / la pluma, la lira, / el
canto, la Musa, / el rapto y la
rithma».
rítmica, «este romance [de Calderón],
cuyo asonante en o-o es de los más
dificultosos de la rítmica
española ... », Gallardo, III, 835; el
Diccionario académico sólo da el
adjetivo rítmico 'perteneciente al
ritmo o al metro', y en ritmo
'metro o verso'. El comentario de
Gallardo hace de rítmica un
sinónimo de rima en su acepción más
general (aquí la tercera). Cejador
(La verdadera . . . , I, 40): «Otros
han llamado rítmica la
versificación popular, pero toda
versificación lo es por ser rítmica*.
rítmico (verso). «... de donde se
infiere, que los versos rithmicos,
que en otra parte dice [Alvaro
Cordubense], haver escrito en su
juventud, no eran versos
ajustados à pies, y silabas, sino solo
al numero, y cadencia, de que
nació la Rima» (Velázquez, 84).
V. métrico.
ritmo. Milá, entre los «elementos de
belleza que ofrecen los objetos
acústicos», coloca en tercer lugar
el «Ritmo (repetición simétrica de
un sonido ó de varios sonidos con
determinada proporción
interior)», acompañándolo de
diversos fenómenos naturales (agua,
lluvia, paso, latido, canto de ave).
Esta reflexión de su Estética
(en Principios . . . , 25-26) se refleja
en el planteo de Robles Dégano
(77): «Del ritmo en la desinencia.
Rima. Llamamos hoy rima al
ritmo en la desinencia, ó sea
la semejanza de terminación
entre dos ó más vocablos. Si esta
semejanza es igualdad, se dice
que hay consonancia; si no es
igualdad, se dirá que hay
asonancia*. Por otra parte, Gili (en Bello,
LXXX) señala el «significado
vago de "composición métrica"
que daba a ritmo la Academia
(Diccionario de Autoridades,
1737), según el uso de nuestros
clásicos del Siglo de Oro». La
ambigüedad de la voz es tal que
Príncipe recuerda que «a veces
se entiende por ella lo mismo
que verso, y otras lo propio que
combinación métrica, mientras
en otras se hace equivaler a rima*
(cf. DzCap, 385). Ejemplo de tal
imprecisión puede apreciarse
en Bello: «Tomamos aquí la
palabra ritmo en diferentísimo
sentido del que le da exclusivamente
(no sabemos con qué fundamento)
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
la Academia Española, que la
hace sinónima de rima. Ritmo
en general es la división del
tiempo en partes iguales, por
medio de sonidos semejantes, o
de pausas que las determinan
y señalan» (Diferencia, 333). Y
(a pesar de tal «falta de
fundamento»): «¡ Asonantes en
francés ! ... [el] francés de nuestros
días ... no admite esta manera
de ritmo» (Uso, 359; Menéndez
Pelayo, Trat, I, 115J lo cita por
la edición de las Obras completas,
«t. 6o», 1883, p. 233). Quizás algo
de esta vacilación integre el título
de González Prada, «Ritmo sin
rima».
ritmo de timbre. «Lo importante en
la rima es la percepción de una
igualdad de timbre * . . . » (Quilis,
31; y en n. 1: «Por ello, Rafael de
Balbín denomina la rima ritmo de
timbre»). DzCap 2 adscribe la
expresión «ritmo de timbres» a
Isabel Paraíso de Leal; Balbín
Lucas precisa («Acerca de la
rima», 103): «ritmo de timbre o
rima» acompañado, eso sí, de un
ritmo de tono, un ritmo de
intensidad y un ritmo de cantidad que
lo escoltan respetuosamente.
romper el verso. Herrera:
encabalgamiento.
romper la rima. Américo Castro, en
su edición de Tirso, usa esta
expresión a mansalva: 240, el
verso 599 «rompe la asonancia del
159
romance»; 262. v. 350: «así en
todas las edics., aunque carrera
rompe la rima» [-ino: ¿ camino ?];
266, v. 454: «Así todas las edics.
antiguas, aunque juntos rompe la
rima [con pregunto y difunto: el
verso incriminado debe ser, en
singular y no en plural, «tanto
disparate junto»]; 286, v. 823: «tenéis,
en todas las edics. antiguas, que
rompe la rima». V. rota.
rompimiento. Encabalgamiento,
Herrera sobre Garcillaso, en
Gallardo, IV, col. 1312.
ronca. V. áspera.
rota. «La rima está rota como en el
v. 350» (A. Castro en su edición de
Tirso, 265, n. al verso 399). A más
de esta acepción ('interrumpida',
'falseada', rima rota (traducción
de gebrochener Reim) es para Rio-
duero, 252, «la producida en el
interior de la palabra, y su efecto
produce a menudo hilaridad».
V. partida.
roto. «See pie cortado, quebrado»
(Clarke, Chr., 371). V. partida.
rotura. Lausberg: tmesis.
rúnica. De la Barra denomina así a
la aliteración: los poetas latinos
«no eran extraños a esta especie
de rima rúnica: también ellos
solían usarla como recurso ono-
matopéyico, y no pocas bellezas
sacaron de su empleo» (citado por
DzCap, 341).
160 DANIEL DEVOTO
sciolto. MzBej, 369, señala «el cultivo
del verso libre ó blanco ó suelto
{sciolto) ... ». La voz italiana es
también usual en francés; Henrí-
quez Ureña (v. libre, verso, 4) se
sirve del plural sciolti.
segmento rimado. «La Rima . . .
surge ... de la iteración (en al
menos dos signos componentes
del texto figurado) de fonemas o
segmentos fonemáticos repetidos
en el mismo orden ... los
segmentos rimados pueden ser de
carácter continuo o discontinuo
(cuando se intercalan fonemas
que no se reiteran). En el primer
caso, se habla tradicionalmente
de rima consonante', en el
segundo, de rima asonante (pero
a condición de que se cumpla una
nueva restricción: que los
fonemas reiterados sean precisamente
vocálicos)» (J. A. Martínez, 469).
seguida. V. combinación seguida
(SanzR, 70).
seguidas (consonancias). «Las
consonancias seguidas son proprias
para Églogas, Eglegias [sic],
Lamentaciones, Afectos,
Alabanzas, Consejos, descripciones, y
para cantarse con diferencias de
voces, como lo hacen los
Italianos» (Rengifo, 109-110).
seguidos, consonantes. «Observamos
siempre poner dos versos
masculinos, después dos femeninos, ô
dos femeninos, después de dos
masculinos, conforme el genero
de los versos, que empieçan la
obra. Los consonantes assi
dispuestos, se llaman seguidos, y se
reducen à quatro especies [según
su metro]» (Billet, 334).
segunda rima. Denominación
adoptada por Fernández de Oviedo,
según V. de la Fuente
(Quincuagenas, XVIII-XIX) que lo cita:
«llaman tercia rima al estilo en que
Dante escrivió su Comedia e
Francisco Petrarca sus Triumphos, de
tres en tres versos . . . pero el
nombre [de «aquestos mios»] se
aplica aqui a la respondencia,
segunda rima», o sea xa ab be
cd de . . . , como en el perqué.
V. respondencia.
segundos. V. primeros y segundos.
selectas. V. variadas.
semánticas. Serían aquéllas «donde
la relación sonora provoca la
impresión de una proximidad
semántica»; se oponen «a las
rimas antisemánticas, en las
cuales la misma relación pone en
evidencia el contraste» (DucTod,
225). V. natural.
semejante caída. Traducción de
omeoptoton. Nebrija, y Martínez
Amador, 1313. V. omeoptoton.
semejanza de palabras. «Sentencia
es muy averiguada entre los
poetas latinos ser por vicio reputado
el acabar de los versos en
consonantes y en semejança de
palabras: aunque algunas vezes
hallamos los poetas de mucha
autoridad con el atrevimiento de su
saber /aver usado y puesto por
gala aquello que a otros fuera
condenación de su fama: como
parece por Virgilio en el epigrama
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
que dize Sic vos non vobis.c.»
(Encina, a iij).
semiacéfalos. V. suelta (rima).
semiasonante. José Manuel Marro-
quin (en DzCap 2) da este nombre
a la vocal tónica común de rimas
diferentes (la ó de «entonces-
bronces» y de «rojas-congojas»,
en el ejemplo citado de Lope de
Vega). Tal condición ha sido
mucho menos explotada que la
simétrica identidad de los sonidos
postónicos con variación de la
vocal tónica (como -aque, -eque,
-ique, -oque, -uque), corriente en
no pocos sonetos del Siglo de Oro.
semicadencia. Asonancia (Duque de
Rivas, en DzCap 2).
semiconsonancia. Asonancia, según
Salva (DzCap 2).
semidesinencia. V. desinencia.
semiecos. Cita de Rodríguez Marín,
a propósito de los ovillejos, en su
edición del Quijote en Clás. cast,
III, 13-14).
semiesdrújulas. «Deben llamarse
semiesdrújulas aquellas [voces]
cuyas dos últimas sílabas están
constituidas por la reunion de dos
vocales que se pronuncian
separada y sucesivamente; y
esdrújulos propiamente las demás. Así,
son de esta clase los ejemplos
propuestos, y de la primera las
voces estentóreo, tráquea,
contemporáneo, funéreo»
(Fernández Monje, 307, p. 185). Usan la
voz algunos ortólogos del siglo
pasado: «las palabras llanas
terminadas en diptongo, como
virgíneo, son [para Manuel Peredo]
semiesdrújulos» (DzCap, 156, 99,
que conserva a «diptongo» una
significación hoy no corriente),
«Muchos dicen cacofonía,
161
do esta voz semiesdrújula»
(Sicilia, III, 164, a); Monlau llama
vocablo semi-esdrújulo «el grave
que termina en diptongo no
acentuado: tales son, áureo, deletéreo,
ebrio, hercúleo, jibia, marmóreo,
monstruo, sabio, ténia, ténue,
varío, etc., etc.» (Vocabulario).
semilibre (verso). «La versificación
semilibre no se desliga
enteramente de los paradigmas
tradicionales. Mantiene en considerable
proporción los metros conocidos
y se sirve ordinariamente de la
rima. Su peculiaridad consiste en
introducir versos cuya
acentuación no concuerda con los
habituales tipos rítmicos de sus
respectivas medidas» (TN, Ai, 451,
442; lo mismo en 487, 490; en 490,
491: «verso semilibre,
generalmente breve y en el fondo
semejante, como se ha visto, a la silva
de mezclados versos cortos»).
V. los tres artículos siguientes.
semilibre mayor. Consta de «entre
nueve y catorce sílabas» (TN, M,
524, 84, con un ejemplo de
Lugones).
semilibre medio. Con «predominio
de los de siete, ocho y nueve
sílabas, ordinariamente rimados»
(TN, M, 524, 83; ejemplo: Góngora,
«No son todos ruiseñores»).
semilibre menor. Oscila «entre
cuatro y siete sílabas, sueltos o
rimados» (TN, Ai, 524, 82, con un
ejemplo de García Lorca).
semirima (Salva, Príncipe), semi-
-rima (Milá), hoy semirrima. V.
asonante.
semi-rimar. Asonantar: «las voces
llanas pueden semi-rimar con las
esdrújulas, cuando las últimas
vocales de aquellas son iguales
162 DANIEL DEVOTO
respectivamente á la primera y
tercera de estas». Príncipe, 480,
y 482: «Nada es más fácil que
semi-rimar, y nada al mismo
tiempo más difícil».
semirrima. V. asonante.
semirrimada, serie. «[Pedro] Salinas
lo trató de ordinario [al hexasí-
labo] en series sueltas o semirri-
madas», TN, AÍ2, 476, es decir:
rimadas de forma irregular.
semirrimados, refranes. Caro, 218,
los considera tratando de la
prosa, del verso y del campo
ambiguo entre ambas formas.
Semirrimados vale aquí por 'a
medio versificar'.
semivocálica (rima). La rima
asonante diptongada, en la
nomenclatura de Rafael de Balbín Lucas
(DzCap 2).
señas, rimas. «Los terceros versos
[de cada estrofa] mantienen la
misma rima en toda la cantiga
[CIII de Alfonso el Sabio], los
otros tienen "rimas señas" en
cada terceto, excepto en las
estrofas primera y octava, que son
monorrimas», Filgueira
Valverde, 96.
separación de rimas. 'Opuesta a
comunes': «Soneto perfectamente
clásico, a pesar de su separación
de rimas en los cuartetos» (Diego,
sobre M. Machado, 241).
serie. 'Disposición de las rimas'.
Baehr designa, con la expresión
«la misma serie de rimas», una
disposición semejante, no la
continuidad del mismo consonante:
«Resulta indiferente si las semi-
estrofas tienen dos veces la
misma serie de rimas [abaab
cdccd] o si combinan en
diferentes disposiciones las mismas [las
mismas rimas, no rimas
idénticas: effef ghghg]», 297-298. Milá
(564) especifica con claridad: «Las
coplas [del cantar de gesta] (tira-
des, o series monorrimas) ... ».
serpentinos. Villaf reserva esta
denominación para los grupos de dos
versos: «Serpentinos, son los
disticos que tienen el fin semejante
al principio» (fol. 153, con dos
versos de la Eneida que comienzan
(el uno) y terminan (el siguiente)
por «Phaebus adest». Pipiritaña
los incluye en su colección de
rarezas: «Por último, se han
llamado serpentinos aquellos versos
o dísticos que concluyen con la
misma palabra o frase con que
principian» (339; da como ejemplo
un solo verso latino). González de
Valdés (31) relega los versos
serpentinos» entre los «de muy poca
utilidad, ó ninguna».
sílaba axial. La que comporta el «axis
rítmico», última sílaba acentuada
de los versos (Balbín Lucas).
sílabas cortadas (versos de). Gallardo
(I, 1278-1279) denomina así a los
de pie cortado.
silva de consonantes. Nombre dado
por Rengifo a su vocabulario de
rimas (1592, 1606, 1644). Cf.
Gallardo, II, 774-775. Para el
significado puramente métrico de «silva
de consonantes», v. TN, Arte, 97.
similicadencia. «Lo mismo que
simulcadencia, que es como
comunmente se dice»
(Autoridades). La definición más amplia es
la de LC, 369-370: «Rima, perfecta
o imperfecta, que aparece como
elemento rítmico en el verso o en
la prosa de la decadencia latina,
al perder la cantidad su valor
métrico y rítmico. La
similicadencia dará origen a la rima roma-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
nica. Se da también este nombre
al homoioteleuton», con remisión
a Similiter cadens. Monlau,
Vocabulario, explica: «Vale caida
semejante, caida igual, ó literalmente lo
que el gr. homeóptoton = simili-
cadencia. Díjose también simulca-
dencia. Especie de figura de
construcción que se comete cuando,
en una misma oración ó cláusula,
se terminan dos ó mas incisos ó
miembros con nombres puestos
en un mismo caso, ó con tiempos
homólogos de verbos en la misma
persona, etc.». MzBej, 270,
equipara «Paronomasia o similicaden-
cia»; CoU y Vehí 301 llama «figura
retórica de dicción» a lo que
Hermosilla denomina «elegancia»;
y queda en pie, con LC, lo que
adelantaba otrora Tracia, 43:
«Otros piensan que las naciones
modernas formaron la rima á
imitación de la similicadencia de los
latinos».
similidesinencia. «Figura Rhetórica
tomada por semejanza, quando
los versos hacen consonancia solo
en assonantes», Autoridades. La
definición pasa intacta a Tracia,
409. V. hacer consonancia.
similisonancia. «La similisonancia,
que por lo general se huya como
un vicio, huvo tiempo que se
buscaba como adorno. Los Oradores
conocían esta figura Rhetórica,
que llamaban similiter desinens;
en cuyo uso no fue el mismo
Cicerón el mas parco», Velazquez, 83.
similitercadente. «Similitercadente o
Homoioptoton, es quando las
palabras tienen vnas mesmas cay-
das, lo qual en verso Español es
muy ordinario [.] en prosa, vso
mucho desta locución Don
Antonio de Guevara en todas sus
obras, tanto que casi se pone
163
a peligro de hazer coplas, quien
mas bien en prosa la vsa, es el
Dr. Gonçalo de Yllescas, en la
traducción que hizo de los
Diálogos de Hector Pinto . . . Hazese
pues esta figura en esta forma,
acabando en vn mismo atributo
Granmatico, como Tiene muchos
negocios que tratar, muchos libros
que leer, muchas cartas que
escribir, lo qual todo acaba en
infinitivo», Jiménez Patón, 59v-60.
similiter deficiente. Robles, 245,
llama así a esta figura al tratar de
los «versos en la prosa».
similiter desinens. Nombre latino del
homoeoteleuton (Mayáns, 2, 264).
similiter desinente. «es quando los
finales acaban en consonante . . .
y por esto la haze distinta de la de
arriba [Similiter cadente o
Homoioptoton], dicese en Griego
Omeotheleuton ... », Jiménez
Patón, 60 rv. La misma forma
castellanizada a medias usan Robles,
200, López Pinciano (II, 227: «las
figuras que los latinos dixeron
"similiter desinente", que
nosotros llamamos consonante») y
Rodríguez Marín en su
comentario del Quijote (t. III, p. 86, 1. 1 de
la edición de Cías. cast).
simple. «Los versos también se
llaman agudos o de simple rima».
Esta cita de la Gramática
castellana de Pons y Argento (1850) se
lee en 325 y en el vocabulario de
DzCap (con remisión a verso
agudo, 3). Similar, y emparentada
con la «monosyllabic rhyme» es la
simple rhyme de Beare (252), que
menciona además las double
rhymes o rimas graves. Canel (II,
216-217) señala una rime simple
(opuesta a multipliée); y las rimes
singulières que trata más adelante
 164 DANIEL DEVOTO
(293) son, a juzgar por sus
ejemplos (una balada de Marot y
ciertas mazarinades), rimas agudas de
alternancia vocálica (ac, ec, ic, oc,
uc; na, ne, ni, no, nu).
simple (asonancia). «Repugnándome,
pues, tan inadecuado tecnicismo
[«asonantes perfectos e
imperfectos»], yo denominaría
sencillamente estas dos clases de
asonancias, simple, compuesta» (Benot,
II, 23). Da como ejemplo de las
primeras «posesión / dolor» y
«carmesíes / matices», «I
resultarían compuestos los siguientes
i los demás en que se hallase
alguna de las vocales I, U unida en
diptongo con alguna de las
absorbentes A, O, E» (id., II, 23-24, que
lo corona 24-25 por:) «Por lo
demás, ésta es distinción que para
nada o para mí poco sirve, ya que
los romances alternan
constantemente los asonantes simples con
los compuestos, según le place al
versificador». Dos observaciones:
la primera, que se da aquí el
huevo de la clasificación de DíezE;
la segunda, que al mejor ortólogo
se le escapa el diptongo, y que
en «posesión» (no tetrasílabo)
hay contubernio de absorbida y
absorbente. V. asonancia.
simple, asonante. Lo que «perfecto»,
en DzCap, 343.
simulada. V. simulado o equivalente
y consonante simulada.
simulado, consonante. «Rhyme
substituting acoustic equivalence
(equivalencia acústica) for perfect
consonance», Clarke, Chr., 329.
V. consonante simulada.
simulado o equivalente (asonante).
DíezE (123, 14 g) que difunde esta
denominación, y Baehr (70) que lo
sigue, llevados sin duda por la voz
asonancia (o rima) que
sobreentienden y emplean, hacen de
asonante voz femenina. Lo restablece
en su condición Clarke (Chr., 324):
«asonante simulado. Assonance in
which unstressed i = e and u = o,
as in Filis-vine. Also called
asonante equivalente». V. asonante
simulada.
simulcadencia. «s.f. Figura
Rhetórica, que consiste en la repetición
de alguna consonante particular
en el verbo ù de alguna voz, que
tenga el sonido, ô cadencia
parecida à la otra. Lat. Simul, vel
Similicadentia ae», Autoridades.
V. similicadencia.
simulcadente. «adj. de una term, que
se aplica à las cláusulas, ô voces,
que tienen una misma cadencia,
ô sonido. Usase algunas veces
como substantivo. Viene del
latino Simulcadens», Autoridades,
que agrega los cuatro versos:
«Asístome á este Romance, / y
líbrame como puedes / de la vil
cacofonía / y el baxo
simulcadente» que serán retomados (mal:
«Asístete») por Monlau,
Vocabulario.
sinafía. La definición más
satisfactoria es, naturalmente, la de LC,
371: «Synaphea. En la métrica
clásica, unión entre dos miembros
sucesivos, bien porque hay elisión
entre la palabra final de uno y la
inicial del siguiente, bien porque
una palabra fonética es dividida,
perteneciendo la parte inicial a un
miembro y la final al siguiente».
V. compensación.
sinalefa. V. enlace de las vocales.
sinalefa entre versos. V.
compensación.
síncopa. «Supresión de uno o varios
fonemas en el interior de una
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
palabra», For, que da un feliz
ejemplo de su utilización en la
rima: «Pastores, los que fuer-
des ...» (San Juan de la Cruz).
sinenclitica. «Palabra enclítica
precedida de otra enclítica. Así, lo en
dámelo». LC, 372. Inestimables
para la formación de esdrújulos,
sobreesdrújulos y esdrujulísimos.
sinesis. «Reunión de palabras,
ajustadas á reglas», Marty.
sinfonía. «... que vendrá acá
nuestro burro o nuestro búfalo ... ».
Sobre este pasaje de El vizcaíno
fingido (Cervantes, Entremeses,
131) el editor comenta («6.
Búfalo»): «Cervantes trae a cuento el
búfalo por la sinfonía de la
primera sílaba con burro». Y el
editor de Mena (p. XXXIX-XL)
previene: «No es extraño encontrar
sístole. El Diccionario de la Real
una especie de aliteración, o lo
que yo llamaré más adelante
sinfonía de vocales»; y en LXXIX-
-LXXX: «Llamo aquí sinfonía de
vocales, no al hecho de que se
repitan unos determinados
sonidos vocálicos a lo largo de todo un
verso [coronados por la rima] . . .
que es en realidad un fenómeno
de aliteración vocálica, sino al
hecho singular de que los acentos
primero y último caigan sobre la
misma vocal, y que a su vez le siga
otra idéntica en los dos sitios.
Puede ser un fenómeno de
casualidad, no lo niego, pero me parece
mejor producto de una sabia
elaboración. Que no es casual lo
prueban la cantidad de ejemplos
recogidos [casi una treintena] y la
ausencia de este fenómeno en
otros poetas contemporáneos, por
ejemplo, Santillana».
sistema. La voz cubre variados
especímenes: «además de estos
165
ños períodos, llamados versos,
había otros mayores, llamados
sistemas o estrofas, en que
entraban gran número de aquellos»,
Bello, Del ritmo y metro de los
antiguos, 405. .«Raynouard . . .
por primera vez explicó el sistema
asonantado de las antiguas
Chansons de geste» (Milá, 83, 1-86). En
1892, Miguel Gutiérrez Jiménez
«señala como una elegancia del
verso suelto, entre otras, el "uso
feliz del sistema de enlaces (esto
es, de cabalgar, montarse o
encadenarse los versos)"», DzCap, 291.
Y Lapesa (Introducción, 63 ss.)
enumera los «sistemas de
versificación» (paralelismo,
versificación cuantitativa, amétrica,
acentual, pies acentuales y pies
prosódicos en el verso, versificación
silábica o isosilábica).
Academia conserva, para sístole, la
acepción relativa a la métrica
clásica («licencia poética que
consiste en usar como breve una
sílaba larga»; lo mismo, salvo que
a la inversa, para «diastole»).
DzCap 2, en cambio, da a sístole
el valor de un «cambio de lugar
del acento de una palabra cuando
pasa a una sílaba anterior» (añade
también «una especie de sístole
cuando la sinalefa junta una vocal
abierta y una vocal cerrada
acentuada: en este caso, el acento pasa
a la vocal más abierta, que va
antes»). Para la primera de sus
dos acepciones, v. modificación
del acento. La definición de
Clarke (Chr., 366) es más
completa: «sístole. The shifting of the
accent of a word to the preceding
or following atonic syllable, or
depriving a normally stressed
syllabe of its stress». La afirmación
final no se encuentra en otras
166 DANIEL DEVOTO
autoridades, y la equiparación de
sístole y diastole es corriente: LC,
378, define sístole como «Paso del
acento a una sílaba anterior,
dentro de una misma palabra, por
razones de ritmo o de rima», pero
el ejemplo de Góngora que sigue
es de diastole: «Escapan los
epítetos ... ».
sobreesdrújulo. V. sobresdrújulo
(Diccionario de la Real Academia).
sobresdrújulo. «Dícese de las voces
que por efecto de la composición,
o por llevar dos o más enclíticos,
tienen dos acentos, de los cuales
el primero y principal va siempre
en la sílaba anterior a la
antepenúltima; v.gr. lícitamente,
devuélvemelo» (Diccionario de la Real
Academia). De esta definición sale
cuanto dicen los prosodistas:
MzAmador retacea una de las
causas de su formación (la
composición): «En castellano
únicamente se forman estas voces
cuando a una forma verbal se le
agregan pronombres enclíticos»;
y es general confundir bajo esta
denominación los dos tipos de
acentuación que presentan los
ejemplos del Diccionario: «las
compuestas que constan de
pronombres enclíticos, las cuales
pueden tener el acento hasta
sobre la cuarta o la quinta sílaba,
contadas desde el fin de la
dicción; como arrepentiríamonos,
castíguesemele. Estas dicciones
se llaman sobresdrújulas» (Bello,
Ortología, 48); «otras palabras,
llamadas sobresdrújulas, en que el
acento se retrae á sílabas
anteriores a la penúltima, pudiendo
llegar a una y hasta dos sílabas
antes de ella» (MzAmador, 41),
«Si el acento se apoya en una
sílaba anterior a las dichas
ma, penúltima, antepenúltima], la
palabra se llama sobresdrújula,
como en la voz candidamente»
(MartGar, 23). Y si Clarke, Chr.,
366, da únicamente la cuarta
sílaba como acentuada, el final de
su noticia contiene una voz
regularmente reservada para las
palabras que acentúan en la quinta:
«sobreesdrújulo. Having the
final accent on the fourth syllable
from the end, as in apliqueseles.
Also called esdrujulísimo». No
corresponde tratar aquí de su
función como elemento métrico, sino
en lo que concierne a su empleo
como rimas. Suele aceptarse que
estas voces «tienen dos acentos»
(Dice, dixit), y DíezE hace suya la
opinión de Correas, quien
«formula una observación que
todavía no han comprendido muchos
gramáticos, aunque el oído menos
delicado la da por sabida: no hay
palabras sobreesdrújulas. "Es
imposible poner-le [el acento] ni
pronunziar-le en la cuarta [sílaba]
en ninguna lengua del mundo"»
(134-135). Para Jaimes Freyre
estas voces «(que, en general,
deben ser desterradas de la
versificación) . . . En las raras
ocasiones en que han sido usadas al
final del verso se ha acentuado su
última sílaba: "Seguid
buscándomelo"» (50-51). No es cierto: Faria
y Sousa, notas a Tamyris y las
musas, fol. 64), afirma que
«aviado de tener doze [silabas] los
[endecasílabos] esdruxulos. Yo he
dado en q puede ser de treze, i los
execute en algunas cosas; pero
estos no pueden ser sino de
verbos, como: Yo quise ver el Sol,
mas defëdiendoseme». Y Salva,
explicando su correcta teoría
de la asonancia, pide al lector
que disimule «el que ponga la
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
siguiente cuarteta, que si bien
insignificante y de ningún mérito,
evidencia en todos sus estremos
la doctrina esplicada: "Es cierto
que no encontrándosele / Las
alhajas que robó, / Sin justicia el
rei obró / A la muerte
condenándole", donde no disuena el verso
primero, aunque tiene tres sílabas
más que el segundo, y consonan
bien encontrándosele y
condenándole, por más que se halle en el
primero después del acento la
sílaba se, que falta en
condenándole» (349 y 414-415 de la
reedición, que seguimos). DzCap, 313,
registra este pasaje y califica la
consonancia de «curiosa», tras
haber citado (49) a Dorothy C.
Clarke, para quien «tal rima no es
posible porque las palabras
sobresdrújulas se convierten en
agudas». Más terminante es Caro
(en Bello, Arte, 188 [nota 1 de 187]:
«La rima de un sobresdrújulo con
un esdrújulo (encontrándosele,
condenándole) es un capricho
ideado por D. Vicente Salva)». Las
Nuevas normas de la Academia
sostienen que no es raro dotar de
énfasis al enclítico final; «Esto fué
tan corriente en los siglos clásicos
que, sin esa acentuación, fallarían
por el metro, por la rima o por
ambos conceptos innumerables
versos de nuestros mejores
poetas» (38). Afirmación cuasi
pertinente, si no ocultara que los
versos que respetan el acento inicial
y arriesgan una rima más
compleja son, si quizás no tan
innumerables, mucho más respetables e
interesantes.
socorrido (asonante). V. fácil.
soltar. 'Dejar libre', opuesto a atar
'rimar': «Vsase también, aunque
yo no lo he visto, entre los
167
nos soltar a los esdrújulos; y, a la
verdad, en Castilla se podrían
desatar mejor por la falta de
vocablos para tal metro convenientes»
(López Pinciano, II, 271; cf. 272:
«... otra que llaman sestina, la
qual no se ata a otros
consonantes. ¿ Esso, dixo Fadrique, Ua-
máys soltar ? La mayor atadura
es de quantas ay, porque se ata,
no a senejança, sino a identidad
y a disposición artificiosa»).
soltarse los consonantes. Vélez de
Guevara, 152.
sonancia. Rima: «El verso suelto
sin sonancia alguna», Juan de
la Cueva, «Los quatro libros de
los inventores de las cosas», en el
Parnaso de Sancha, IX, 288. La
voz vale también por sonsonete:
«aquellas sonancias que
llamamos cacofonías», Jáuregui, 189.
sonantes. En Wolf, 174, se lee que
las «rimas sonantes ... en a-a,
a-o ei-a . . . pasan a la asonancia,
pero que no eran intencional-
mente tales, y por lo tanto que
hay que considerarlas nada más
que como rima imperfecta».
«Sonante» parecería valer lo que
«(condonante».
sono-final. Término propuesto por
Príncipe para reemplazar el de
«palabra aguda»: «Para nosotros
serán esos vocablos, desde ahora,
sono-finales, llanos y esdrújulos»
(405 y 462).
sono-penúltimo. «¿ Qué diremos
para denominar los vocablos
que se pronuncian con acento en
su penúltima sílaba ? Sono-
penúltimos podríamos
llamarlos por identidad de razón [que
los sono-finales]; pero como V.
ha empezado á reírse,
dejaremos correr la voz llano, con-
168 DANIEL DEVOTO
sagrada ya por el uso ...»
(Príncipe, 405).
sonora. Rafael de Balbín («Sobre
rima sonora y rima sorda en
castellano») crea estas dos
provincias: «Designaré como rima
sonora, el núcleo rimante
compuesto exclusivamente de
articulaciones sonoras, ya sean
vocálicas o consonanticas, llamaré rima
sorda el núcleo que incluye
articulaciones sordas» (295). Sus
conclusiones, sobre 20 sonetos de la
antología de Menéndez Pelayo (un
quinto de las Cien mejores poesías
líricas de la lengua castellana) son,
como era previsible, en general
negativas.
sonsonete. Es, como se sabe, un
vicio, que debe evitarse
(Hermosilla, I, 257; Monlau, El, 103;
CoU y Vehí, D, 284; Oyuela, 146);
Bello llama así a la aliteración,
que no le agrada, Uso, 362; y Cor-
tejón citado por Rodríguez
Marín en su edición del Quijote en
Clás. cast, VI, 198, 14 usa
esta voz para denominar ciertos
hipocorísticos: «la terminación o
sonsonete de su nombre». Suele
también designar,
peyorativamente, a la rima: «Si al tiempo de
inventar los endecasílabos
modernos no hubiesen estado los oídos
hechos al sonsonete de la rima, se
hubieran usado sin ella»,
mejorándose (Luzán, II, 272); «el
mismo Apolo no le puede quitar
[al romance] ni la medida, ni el
corte, ni el ritmo, ni el aire, ni
el sonsonete de jácara»
(Hermosilla, en Rivas, 34-35; cf. 44; y 27;
«y cuando aún no estaba fijada
[la lengua], los poetas añadían
letras y sílabas á las palabras
finales de los versos, ya para
completar el número, ya para formar
el sonsonete»). Lo repite
Unamuno: «D. José Zorrilla hace daño
a los oídos con el insoportable
sonsonete de sus versos de tantán
congolés» (en 1913), y «el
sonsonete de acordeón o de organillo,
ese sonsonete de tantán
congolés» (en 1912 y en 1914; en Kock,
99-100, 41, en 100, 43, y en 106,
61). Y DíezE cita «aquel vago
sonsonete de la rima imperfecta» (41).
sorda. Wolf (p. 160 y siguientes de su
traducción por Unamuno) da
ejemplos de «rima sorda en o»,
«en a-a, eis y o sorda», «en a-o . . .
sorda en a», «uniforme, en a
sorda». Sólo precisa en 168:
«rima . . . sorda o masculina en
agudo»; y en 170: «son asonancias
sordas o sea agudas»; y opone,
dos líneas después, «la rima pura
[id est, 'consonancia'], llana o
sorda». La designación desplugo
singularmente a Amador de los
Ríos, que en el segundo apéndice
del t. II de su Historia de la
literatura . . . , «Rimas agudas en los
antiguos romances populares»,
comenta con muda elocuencia sus
citas del docto hispanista alemán:
«sorda (rima) (!)», «muda (!)»,
«añadir a las rimas monosílabas
y sordas (!!) una e», «estas rimas
disílabas sordas (!!)», «una e
muda (?)», «las rimas disílabas y
mudas (!)» (todo en la p. 599). La
expresión, sin embargo, se lee en
González de Valdés, bien que con
un paréntesis un tanto
inquietante): «los versos agudos en la
última sílaba, cuyo sonido último
es sordo (en francés femenino o
mudo) deben corresponderse en
el mismo, v.g. menor, peor; abri/,
pendi/» (112). Y no deben
olvidarse los «agudos sordos» que
Juan Ramón Jiménez alaba en
Bécquer. V. sonora.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
sostenida. TN (Ai2 designa con este
nombre la «asonancia sostenida,
a modo de romance» (299), y la del
romance 541, opuesta al «cambio
de rima»; así como «la rima
sostenida en las segundas semiestro-
fas», dobles redondillas, abba:
cddc, con un estribillo (305, 18).
suelta (poesía). 'No rimada'. Es Mas-
deu quien acollara a la poesía los
dos adjetivos «suelta» y ligada»
(DzCap 2).
suelta (rima). La expresión rima
suelta suele designar: (1) el verso
denominado (bien, o mal) suelto,
blanco o libre: algunos, dice
Rengifo (138) consideran que las voces
esdrújulas, siendo menos que las
graves y agudas, no proporcionan
rimas suficientes, y por ello
«pareceles, que estos versos no
son sino para Rima suelta, como
se hace de los Heroycos».
Cristóbal Mosquera de Figueroa cita las
obras de su maestro Mal-Lara, en
las que fue «mostrando en rima
suelta mucha extrañeza y
variedad» (Gallardo, III, 590; los
fragmentos que reproduce son
endecasílabos sueltos, que no evitan
la asonancia ocasional: también
parecen serlo los semiacefalos de
IV, 1033); en su Buen placer tro-
bado de 1550, Juan Hurtado de
Mendoza afirma que «un singular
poeta dulce y liso / es el que en
rima suelta nos traduce / a
Homero con primor que presta y
luce» (Gallardo, III, col. 245). (2)
Balbín da este nombre a «alguna
que sólo se da en algunos versos
de la estrofa, pero no en todos
ellos» (Configuración, 239): es
decir, lo que verso suelto 'aislado',
pero es arriscado denominar rima
al verso que, entre otros rimados,
carece de ella, sobre todo citando
169
el romance «Después que Vellido
Dolfos», al que califica de
«fronterizo». En plural, rimas sueltas
designa las composiciones
variadas y menos extensas que las
«obras continuadas» que Juan de
la Cueva les opone: «hice división
del [su volumen] en dos partes: en
la primera puse todas las rimas
sueltas, mezclando con la
variedad de sujetos las composiciones
amatorias, misivas y burlescas,
por variar los gustos à los
lectores. En la segunda van las obras
continuadas, en que no entiendo
que se hallará menos gusto que
en la variedad de las primeras»
(Gallardo, II, 655). Faria y Sousa
(I, Prólogo, fol. b v° - b3 v°) cita
muchos poetas líricos, quedando
luego con Petrarca, Guarino,
Garcilaso y Camoens alabando a
Lope y hasta a Góngora , y
culmina: «Puedo bien dezir, que de
Rimas sueltas, ninguno escribió
tantas como yo; ni en Italia, donde
algunos se aventajaron mucho a
los Españoles».
suelto (verso). Los sentidos en que se
emplea esta expresión son harto
variados: (1) en su valor más
general, un verso aislado: citó un verso
suelto. Contra esta acepción algo
primaria pone en guardia
Rodríguez Marín en su edición del Viaje
del Parnaso (cap. I, v. 287, p. 21;
aclaración en p. 174): «No versos
sueltos o disgregados, como
podría entenderse, sino verso suelto,
blanco o libre ... ». (2) Suelto, «No
atado debaxo de . . . leies»
(Nebrija, 1er fol. después de .c.iiii.,
v°); heredero del «soluto
sermone» que llega al latín de Ta-
mayo de Salazar, designa la
prosa, opuesta a las ataduras del
verso. Alonso Carrillo Lasso alaba
la destreza de su hermano, ya
170 DANIEL DEVOTO
«suelto a las palabras en prosa, o
como aquella atada con leyes de
consonantes propia de la poesía»
(en Carrillo y Sotomayor, 44).
Cuando el verso se desata de estas
«leyes de consonancia», se
denomina suelto: verso suelto es,
según el Diccionario académico,
«El que no forma con otro rima
perfecta ni imperfecta». En
tratando Del verso suelto, Tracia (66)
explica que «Los versos que no
guardan entre si ninguna rima ni
asonancia se llaman sueltos ó
libres», y Clarke (367) traduce
suelto por «Unrhymed», pero
más afinada que Tracia
agrega: «See also verso suelto»,
reservando esta denominación
más precisa para la acepción
que se tratará más adelante.
Sueltos, opuestos a ligados (DzCap,
268-269), aparta los versos no
rimados de los versos con rima:
LC (382) es quien mejor especifica
esta designación: versos sueltos
«son los que, yendo en una
composición en la que poseen rima
los restantes, ellos no la tienen»;
en este sentido preciso usa
suelto Américo de Castro en su
edición de Tirso (235, 502): «Este
verso aparece suelto en todos los
textos». Baehr (78) va algo más
lejos al señalar que «algunas
formas de estrofa y de poesía en
verso rimado contienen a veces
versos sin rima, insertados
regularmente 1 o sueltos 2» aclarando
en las notas que el primer caso es
el de los versos impares del
romance, y que pueden ser
ejemplo del segundo algunos de «los
estribillos de tres versos (abb) que
forman las cabezas de los
villancicos» (que no siempre quedan
sueltos). Otro ejemplo del primer
caso da Rengifo (44) en las
tetas en que «Pueden también
primero, y tercero [versos] ir
sueltos», rimando solamente segundo
y cuarto; y Menéndez Pelayo,
aferradísimo a su teoría de los
versos largos de los romances
antiguos (Trat, I, 99), asegura que
«A ningún versificador primitivo
pudo ocurrírsele el refinamiento
de dejar sueltos los octosílabos
impares», seguridad desmentida
por las cancioncillas mozárabes:
este sentido de «suelto» puede
trasladarse del romance a la
copla. Rengifo (135) denomina
tercetos sueltos los rimados ABA, CDC,
EFE del Madrigal I. Y TN (AÍ2, 26)
señala que «En ocasiones, a estos
versos [los de «la estrofa de tres
versos monorrimos, semejante a
la mudanza del zéjel»] se les
agregaba un estribillo suelto [es decir,
que no rimaba con ellos] que se
repetía después de cada terceto».
Hasta aquí la extensión de sentido
es razonable, pero ya pasa de
castaño oscuro tratar así «la
"guirnaldilla" de Barahona de
Soto en la que la rima interior de
los versos sueltos avanza
gradualmente de un verso a otro»
(TN, Rep., 117-1 18): estos «versos
sueltos» son los que se conocen
generalmente bajo el nombre
de «encadenados» ... (3) Como
puede verse por las autoridades
expuestas en blanco, el verso
suelto integra la trinidad «blanco,
libre o suelto»; Esquerra, s.v.
suelto, la restringe a «v. verso
libre o suelto»: y es precisamente
respecto del verso libre -también
él idénticamente polisémico
donde discrepan varios autores.
Para Luzán, suelto es el que
carece de consonancia o
asonancia, y en el libre van «mezclados
los [versos] largos y cortos, algu-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
nos rimados y los más sueltos»
(cf. DzCap, 350); Menéndez Pelayo
se extiende largamente: «Sciolti
llaman los italianos a estos
versos, sueltos los llamaron siempre
nuestros poetas, y no libres,
denominación moderna que debe
prescribirse porque es anfibológica.
Todo verso suelto es libre, pero no
todo verso libre es suelto. Libres
son los versos de las silvas,
porque se combinan libremente unos
con otros, y sin embargo son
versos rimados. En francés existen
versos libres, pero no hay ni
puede haber versos sueltos,
porque se confunden con la prosa
poética» (Ant., t. X de la edición
dicha nacional, 207, 1; DzCap, 351,
157, cita un pasaje similar de los
Estudios y discursos de crítica
histórica y literaria, y agrega que
«Igual distinción hace también
Eduardo Benot»). Aunque bajo el
título de Verso suelto o libre,
Alonso Cortés (96) se eleva contra
la común denominación: «A veces
se prescinde en los versos de la
rima, y únicamente se les somete
a las leyes de la medida. Esto da
origen al llamado verso suelto y
más impropiamente libre [sigue
un ejemplo de Jovellanos, en
endecasílabos blancos]»; LC
distingue entre libre o versículo, sin
rima ni metro fijo; sin rima, pero
regular, blanco; y suelto, el que
carece de rima dentro de una
composición rimada; Quilis
denomina verso suelto a lo que LC
llama blanco, y se acuerda con él
en lo que respecta al libre; y
Riquer (76) estatuye que «El verso
suelto, que los ingleses llaman
blank verse, no debe ser
denominado verso libre, error en el que
se incurre con frecuencia, ya que
libre es el verso cuando prescinde
171
no tan sólo de la rima sino
también de la medida». Como se ve,
hay — si no para todos — para
variados gustos; la solución
estriba en adoptar un criterio
razonable y mantenerlo de
manera constante. (4) «Se da por
antonomasia el nombre de versos
sueltos, libres o blancos a series de
endecasílabos sin rima» (Lapesa,
Intr., 120). Dentro de esta
antonomasia, sueltos es el calificativo
que más frecuentemente designa
esta forma. Luzán, que no les da
otro nombre, hace una breve
reseña de su empleo, desde «los
padres de nuestra versificación
moderna, Boscán y Garcilaso»
(más exacto hubiera sido invertir
estos dos nombres, ya que «Los
versos sueltos y las octavas de
Garcilaso fueron anteriores a los
ensayos de Boscán en estas
mismas formas», nota de TN en su
edición de Clás. cast., lvii), hasta
su resurrección por Montiano
(II, 372-373, ó III, 271-272). Su
exposición puede completarse
por las noticias esparcidas en el
Ensayo de Gallardo: Jerónimo de
Corte Real, Sucessos do segundo
cerco de Diu, 1574 (II, 589-590) y
su traducción por Pedro de
Padilla, 1594 (III, 1073); Pedro de
Escobar Cabeza de Vaca, Luzero
de la tierra-sañcta, 1587 (II, 946:
razona su elección de una forma
intermedia entre el verso y la
prosa: «Para librarme de uno y
otro peligro, quise dar un medio
entre los dos: que fue el escribirlo
en verso suelto, y tal, que de verso
tiene solo la medida», II, 946-947);
Pérez de Hita, traducción de los
17 libros del Belo troyano de
Dares, ms., 1596 («en verso suelto
oncisílabo», I, 1205); Antonio de
Viana, Antigüedades de las islas
172 DANIEL DEVOTO
Afortunadas de la Gran Canaria,
1604 (en verso suelto y octava
rima, como las traducciones de la
Eneida y las Metamorfosis que
cita Luzán, IV, 1040); Juan Yagüe
de Salas, Los amantes de Teruel,
1616 (IV, 1088-1089: la «Carta
encomial y apologética del P.
Fr. Francisco González «Hace
mención de los poetas españoles
que han usado el verso suelto:
Boscán, Gonzalo Pérez,
Hernández de Velasco, Pérez Sigler,
Capitán Gaspar de Villagra . . . Corte
Real, El Cerco de Diu y la Aus-
triada; y finalmente el capitán
Francisco de Aldana ...»); la
Iliada traducida por el L. Juan de
Lebrija Cano, «ms., para la
imprenta por 1628» (III, 362, en
«verso suelto hendecassylavo
castellano»); y hasta su condena, en
la aprobación desaprobatoria de
Fr. Juan de la Plata a la Égloga
fúnebre de D. Juan de Andosilla,
centón sacado de Garcilaso «si
bien ingenioso y costoso, insuave
y áspero al oído. Tal es á mi
juicio el verso suelto, porque el
[verso] castellano, por galante que
sea, sin la dulzura del consonante,
no es sufrible. Julio 5 de 1638»
(I, 214, 206). Casi todas las
autoridades se limitan a llamarlo
verso suelto, dando por sabido
su metro: Herrera, 382 ó en
Gallardo, IV, 1312-1313; Juan de la
Cueva, Ejemplar, 139, v. 217-225;
Jovellanos (438: «El verso suelto,
ó no rimado ...»); se lo vincula
con la poesía heroica, lo que
equivale a definirlo métricamente: «El
verso suelto, llamado así por
oposición al rimado, es el que
mejor se aviene al género
heroico» (Fr00 Sánchez, 189; en Sán-
chez-Camus, 142). Por excepción,
SzLima especifica su medida: «El
verso suelto, no guarda otra
orden ninguna, mas de la medida
de los pies, que han de ser
igualmente todos de a onze sy liabas»
(83); suenan por tanto a
pleonasmo las expresiones, no raras
en el Ensayo de Gallardo, como
«en verso suelto endecasílabo»
junto al suficiente «verso suelto»
(referencias a la Ulixea de
Gonzalo Pérez, III, 152 y 1556) K
Tanto se reserva para el
endecasílabo sin rima esta
denominación, que Benot (III, 267) corona
su afirmación un tanto sibilina
(«Composiciones sin rima ni
estrofas de predeterminado número
de sílabas» [?]) por una nota al pie
(«(1) En verso suelto») y otra
marginal: «Endecasílabos libres». La
única licencia admitida, durante
largo tiempo, fue la inclusión
de su quebrado heptasílabo: «No
se acostumbra versificar con
tanta libertad si no es en
yámbicos endecasílabos puros, o
mezclados con heptasílabos» (Bello,
en DzCap, 353); «Hai
composiciones de versos libres formadas
de endecasílabos i
heptasílabos . . . pero lo común es que
sean endecasílabos todos los
versos» (Benot, III, 341 n.); «verso
suelto. Blank or unrhymed verse,
usually hendecasy llabic, but
sometimes with occasional heptasyl-
labe» (Clarke, 371); «el verso que
mas se presta a la estructura libre
es el endecasílabo yámbico, que
cuando mucho, admite que se le
combine con el heptasílabo del
mismo ritmo» (La Barra, El, 72):
consigna sin embargo inmedia-
1 . Cf., en suelta (rima), los versos de Juan
Hurtado de Mendoza.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
tamente que «se ha intentado
componer octosílabos libres; pero
con mal resultado». Baehr
extiende la licencia y abre la puerta a
otras combinaciones que ya la
habían descerrojado: «En el
sentido estricto de la palabra se
entiende por versos sueltos o
blancos el empleo regular o
variable de series de endecasílabos,
heptasílabos y pentasílabos, de
una sola clase o en composición,
sin rima» (78). Ya el Pinciano
hacía declarar en su diálogo que
«el metro heroyco de arte mayor»,
aunque «yo nunca le he visto
suelto», «¿no podría andar suelto,
como lo haze el exámetro y ende-
casylabo que los italianos dizen
heroyco quando es suelto ?»; la
respuesta es que «mucho mejor
parecería suelto y sin
consonancia alguna para algunas especies
de poemas» (II, 265). Velazquez
cita la Suma de Filosophia
natural de Alonso de Fuentes,
«impresa en Sevilla 1547, en que
no solo se hallan sueltos los
versos Endecasílabos, sino los
Castellanos de ocho silabas» (88-89),
haciéndole precursor, por cinco
años (más bien mal contados) del
Trisino [sic]. Tejera (en DzCap,
vocabulario), sostiene que «Es-
pronceda es el primero, que
sepamos, que ha escrito versos
sueltos, hexasílabos y octosílabos»,
y en p. 261, DíezE manifiesta
que «Naturalmente que se pueden
componer versos sueltos, no sólo
endecasílabos, sino igualmente
octosílabos, heptasílabos, exa-
sílabos, etc.». La última palabra
la tiene Alonso Cortés (117): «Ya
parisílabas, ya imparisílabas, las
combinaciones de versos
sueltos que se pueden hacer, como
se comprenderá, son ilimitadas».
173
(5) «Los sueltos se llaman así [dice
Cáscales en sus Tablas, 91],
porque no llevan consonante
ninguno», y a esta condición alude
despectivamente Castillejo: «Usan
ya de cierta prosa / medida sin
consonantes» (II, 230). Condición
al parecer no esencial: Lope
registra su descarriada genealogía:
«Los versos sueltos italianos
imitaron a los heroicos latinos y los
españoles en éstos dándole más la
gracia de los assonantes, que es
sonora y dulcísima» (citado por
Montesinos en su selección de las
Poesías líricas I, xviii); Lope
termina las series de endecasílabos
sueltos de su Arte por un pareado
(novedad sobre la que hay
bibliografía discutida), y lo imita Iriarte
en su Fábula LVIII, a la que
denomina sin embargo construida en
«Endecasílabos sueltos» (n° 16,
p. 91). «En los versos cortos [de
de la Torre, dice su editor en el
prólogo, xlii-xliii] es curioso el
empleo del eptasílabo suelto,
ensayo que apenas ha tenido
seguidores», pero tanto la Oda 5
como la 6 están esmaltadas de
rimas, perfectas o imperfectas (en
particular la primera de las
citadas, que lleva, sin lugar a dudas
intencionalmente, una
terminación en í cada cuatro u ocho
versos). Tanto en los endecasílabos
sueltos de Boscán como en los de
Aldana hormiguean también
consonancias y asonancias: en la p. 53
de la edición de este último en
Clás. cast, entre los versos 269 y
286, que suman 18, sólo tres (271,
277 y 281) carecen de
correspondencia. La prohibición de
terminar los sueltos por voces que
consuenen o asuenen ha sido
formulada varias veces (Hermo-
silla, 351; Benot, III, 236 y
174 DANIEL DEVOTO
354-355; RoblesD, 83). Por un
lado, SanzR (68) opina que «El
arbitrio de los buenos poetas
podrá hacer, aunque no es lo más
usual, que con los versos sueltos
se junten a veces asonantes o
consonantes»; por el otro, la
exhortación de DzCap (350): «No asonar
los versos sueltos» es de
obligatorio cumplimento: en cuanto
asuenen, dejarán de ser sueltos.
(6) Como pertenecientes al
lenguaje, los versos pueden caer
debajo de la séptima acepción de
suelto registrada por el
Diccionario académico: «Tratándose
del lenguaje, estilo, etc., fácil,
corriente». Así, según Juan de la
Cueva (Ejemplar, 166, v. 640), en
la comedia «Los versos han de ser
sueltos y bellos»; las ochas u
octavas del Orlando de Quevedo
(canto I) marchan «con verso
suelto»; y Max Aub (Vida y obra,
66) lamenta el que «ni sabemos
nadar, ni expresar en versos
sueltos, graciosos y ligeros lo que
sentimos confusamente». (7)
Tratando de la Historia, Quintiliano
advierte que «Est próxima poetis,
et quodan modo carmen solutum»
(II, 177), lo que se vierte: «La
toria ... se acerca mucho a los
poetas, y es en cierta manera
verso suelto: y se escribe para
referir sucesos, no para dar
pruebas de ellos». Mucho antes de esta
versión, Carrillo y Sotomayor
había usado esta insólita figura:
«Persuade (Marco Fabio
[Quintiliano]) al Orador se recate del
estilo de la historia: está cercana
à los Poetas, y es en alguna
manera verso suelto ... ». (8) El
uso metafórico de verso suelto
culmina con la acepción recogida
entre los andalucismos de Toro y
Gisbert (631): «Persona sin ata
dero», con un ejemplo tomado de
Fernán Caballero; lo refrenda
Elisa Pérez (484): «Persona sin
atadero ni juicio», y lo ilustra
Emilia Pardo Bazán: «solteronas
ya entradas en años, versos
sueltos, por decirlo así ...» con un
matiz no demasiado lejano del
uso quintilianesco (183).
superesdrújulos (o sobre-esdrújulos).
Nombre que da Monlau
(Vocabulario) a los sobresdrújulos de las
dos clases (atiéndaseme, castígue-
semele). «Esta doble afixion es
poco eufónica, y conviene huir de
ella».
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
teléstico o telóstico. Acróstico
formado por las letras finales de los
versos.
temesis. Forma mediolatina de
tmesis, preferida por Nebrija (108) y
Correas (395), aceptada por Mon-
lau (Vocavulário) y que llega a
MzAmador (1358).
terciado. «Quando la letra lleva
terciados los consonantes, como los
que pusimos de la Espina [abab],
las dos Mudanzas irán también
terciadas [cdcd . . .] (Rengifo, 47;
cf. 48; «las dos Mudanzas pueden
llevar los consonantes terciados,
ô cruzados»). Y Vicens en
Rengifo, 53: en los nuevos
villancicos, «a veces son los versos
consonantes; y estos ya parejas, ya
terciados, ô engeridos; ô ya de
otras consonancias según le
parecerá al Poeta mas plausible la
Poesía», y en 419: «La
Asonancia . . . comunmente va terciada,
ô engerida entre otros versos
Dissonantes».
terciar. 'Rimar alternadamente':
«Consonante terciado es, quando
el primero verso consona con el
tercero, quinto y sétimo, y el
segundo con quarto, sexto y
octauo, y proceden ansi
terciándose, como son los primeros seys
versos de las octauas» (Carballo,
I, 203; lo mismo en 74). Clarke
(Chr., 368): «terciado. Alternate, as
alternate lines or rhymes, or
having the rhyme scheme abab».
terminación, «la postrera sílava en
que se termina la dición», Cova-
175
rrubias; «En la Gramática. La
última, ô últimas sylabas de una
voz, ô palabra: y assi se dice
terminación femenina, ô
masculina», Autoridades, ampliado en
el Diccionario actual: «6. Métr.
Letra o letras que determinan la
asonancia o consonancia de unos
vocablos con otros». La
definición es falible; no riman «los
esdrújulos con palabras que no lo
son aunque tengan igual
terminación, pues su sonido es
diferente» (Tracia, Prólogo, sin foliar).
Tomás de Iriarte esbozó la
«Lista de terminaciones varias de
la lengua castellana»,
tardíamente publicada en las
Memorias de la Real Academia
Española; la cita Martínez de la Rosa:
la lengua española «tiene cerca
de tres mil novecientas, de voces
todas corrientes en castellano . . .
de modo que ninguna de ellas es
consonante de otra» (n. 10 del
canto III, p. 193); hay un
repaso puramente descriptivo en
MzAmador, 1402 (vocales,
diptongos — no todos —, caso de los
finales en consonantes,
comparación con la lengua antigua, más
rica en terminaciones), y los
diccionarios de la rima no escasean.
En TN, M2, 152-153, terminación
es la tercera parte del villancico,
«formada por los versos de enlace
y vuelta»; y Forner, tratando de la
rima en la prosa, nos recuerda
que la oratoria sagrada se
incorporó «el martilleo uniforme y
cadencioso de las terminaciones
de los períodos».
176
terminadas, voces. Las rimas, en la
descripción de la octava por Juan
de la Cueva, Ejemplar, 151. V.
responder.
terminal. En «la estrofa compuesta»,
«El último verso ... y los que con
él riman, Uámanse terminales»,
SanzR, 72.
terminal, rima. Opuesta a las rimas
interiores o iniciales.
terminar. «En la Gramática se aplica
à los finales, ô últimas sylabas de
los versos, ô nombres: como
alabar, ensalzar, terminan en ar.
leer, aprender, terminan em er»,
Autoridades. «... y se responden
alternadamente desde el primero
hasta el sesto verso en las vozes
postreras, que se terminan
semejantemente ...» (Herrera, sobre
la octava rima, en sus
comentarios a Garcilaso: en Coster, p. 346,
n. 1).
terso, verso. «Decíale el simple que
el hacellos tersos / consistía en no
más de que acabasen / en vocal, y
que esotros son perversos ...»
(Juan de la Cueva, Ep. XVIII, en
Gallardo, II, 652).
tesis. «La tesis es la sílaba débil
(átona) de un verso, mientras que
se llama arsis a la sílaba sobre la
que recae el ictus» (For).
textura. 'Disposición de las rimas en
la estancia' (La Cueva, Ejemplar,
156, v. 269).
tiempo cadencial. V. cadencia, o
tiempo cadencial.
tipos de rima. Bajo este rótulo
promisorio, Ter.-Ism, 125, ofrece un
gustoso batiburrillo: en vez de
considerar las rimas por su
naturaleza (agudas, graves, etc.), su
condición (consonantes o no) y su
DANIEL DEVOTO
colocación (terminales, internas,
etc.), comienza: «Se pueden
distinguir, en primer término, la r.
perfecta, la r. imperfecta y la r.
interna». El resto sigue en
consecuencia.
tirada. Sinónimo de «serie». Milá se
sirve del vocablo francés, tirades,
serie de versos monorrimos de la
canción de gesta. For, registra la
extensión de su uso: «alternando
con el francés laisse o con el
italiano lassa, se da este nombre a
los versos agrupados en la silva
como a las series separadas por
blancos en los poemas escritos en
verso suelto o libre»; también se
dicen tirada las réplicas
prolongadas de una obra teatral, máxime
si son versificadas.
tirades. V. tirada.
tmesis, encabalgamiento léxico,
fractura o hipermetría. Consiste en la
división de una palabra en dos
fragmentos, colocado el primero
al fin de un verso, y el terminal al
comienzo del verso siguiente (la
denominación se extiende, hoy
indebidamente, a la misma
práctica, sin tener en cuenta su loca-
lización). Este artificio, no muy
bien estudiado, puede afectar a la
rima de dos maneras diferentes:
1) división de una palabra
compuesta en sus dos elementos
constitutivos (es el caso usual de los
adverbios en -mente): el primero
de ellos funciona normalmente,,
como una simple rima que es. (El
segundo deja de contar como
rima, salvo si establece
inusitadamente una nueva combinación
rimante). 2) la división arbitraria
de una voz simple en dos series de
sílabas, donde la primera puede
proporcionar una rima difícil o
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
imposible: es el caso citado, de
Lugones, que logra, con la tmesis
de «empre/sa». consonantar con
«siempre». Véanse además sus
sinónimos: cisura, consonantes
partidos, cortados, cortadura,
cortamiento, cortar, corte, diacope,
dicción cortada, dislocar,
disloque, disolver, dividir, división,
encabalgar, entrelazado,
eslabonamiento, fraccionamiento, hyper-
baton, incisión, media palabra,
mesis, palabra cortada y truncada,
partido, partir (dicciones y
palabras), quebrar, rotura, temesis,
truncamiento, truncar y verbo
partido.
tonante. 'Asonante'. La voz, usual
desde antes y después de Sánchez
de Lima (83, 86-87 . . .), ha caído
en desuso: la Academia registra
tonante solamente como adjetivo
propio de Júpiter.
tónica. «La sílaba de mayor altura
musical de un grupo fónico»,
MzAmador, 1413.
tónico. V. monosílabo.
tono. El acento: «acento o tono»,
RoblesD, 47. En Cejador, la rima:
v. llevar el tono (V.).
torcidos. 'Alternados': «consta [la lira
de seis versos] de tres Quebrados
y tres enteros torcidos [o sea
aBaBcC]» (Rengifo-Vicens, 89-90;
y en 91: «Quanto las
consonancias, los seys versos primeros [de
la octava] han de ir torcidos»).
tornar. 'Rimar': «cuando el quarto
[verso] torna al primero [abba]
... No piéso q ai copla en que
el quinto verso torne al pmero»
(Nebrija, 55).
total. La rima total «estriba en la
reiteración rítmica de todas las
177
culaciones a partir del último
acento versal; y está dotada de un
vigor expresivo obvio: pero es de
una difícil hermosura y bordea
pronto el riesgo de la monotonía»
(Balbín, «Acerca de la rima», 106).
Más fácil: «Este tipo de rima se
denomina rima consonante o rima
perfecta; preferimos el término
rima total por expresar más
exactamente el concepto» (Quilis, 32).
Más categórico: la rima «total es
la que tradicional y erróneamente
ha venido llamándose consonante
o perfecta» (Rabanales, 319).
trabado. 'Unido por la rima': los
cabos de Gallardo, II, 885, 1, están
«trabados en consonante»; los
tercetos del Madrigal II (Rengifo,
135), que son como terza rima,
se dicen «tercetos trabados»; TN
(Arte, 30) habla de «composiciones
de rimas trabadas» y (M2, 99) de
«la octava compuesta de dos
cuartetos trabados por las rimas». En
M2, 101 se sirve de la misma voz
referida al sentido: «una trabada
serie de pareados» (aabbcc que
son una sola frase). Ya en el The-
soro falsamente atribuido a
Alfonso X se leía: «Cata que se
sigue en versos travados»
(Sarmiento, § 632).
trabar. Rengifo emplea esta voz en
sentidos ligeramente distintos:
'rimar', a secas: «Otras
Redondillas hay, que se componen de
quatro versos travados de una de
dos maneras. O los dos de enme-
dio, y los dos finales, ô primero,
y tercero, segundo, y quarto» (32);
y 'encadenar': «Assi como se tra-
van los Tercetos de once sylabas,
pueden travar estos» (30-31). En
. este último sentido la usa NT (Ai,
145-146, trabar coplas por rimas
repetidas; M2, 123; «las estrofas
178 DANIEL DEVOTO
del decir solían además trabarse
entre sí por la unisonancia plena
... o con unisonancia media»).
Entre los dos anda Rengifo, 36: la
Copla Real se compone de dos
redondillas de cinco versos, de
cualquier disposición de rimas,
ya diferentes, ya la misma para
ambas: «Pero de la manera, que
una vez se traváren, se ha de
proseguir ... ».
trabazón. 'Rima': los versos de la
sextina llevan al fin «voces
diferentes, / que sin ninguna trabazón
proceden» (La Cueva, Ejemplar,
156).
trajectio. El editor de Estebanillo
González (II, 191, n. a 1. 17-18)
reconoce en ciertos versos, sobre
un equívoco desvergonzado, «una
figura {tmesis o trajectio)*.
transanteúltima. Antepenúltima
sílaba, según Correas (en DíezE,
134).
transferencia acentual. «... no
podemos resistir transferencias
acentuales como las de habió, frió,
afea, solfean», Benot, II, 84; «Pero
aquí [en las sinalefas tríptongales]
ocurre una novedad. Que la
transferencia del acento no causa
desagrado», ibid., 489.
transformar el acento. Dislocarlo:
«P. ¿ Son muchas las palabras en
que sea lícito dislocar o
transformar el acento ?«, Milá,
Compendio, 391.
transitoria (asonancia). «... en
Heraldos desaparece todo paradigma y
hasta la rima se reduce a
transitorias asonancias» (Henríquez
Ureña, 239).
trasanteúltima. V. anteúltima.
traslación del acento. «El castellano
no repugna la emigración del
acento de una sílaba a otra, pero
repugna la traslación del acento
de una vocal a la contigua [habiá.
afea, etc.]», Benot, II, 84.
trasladar el acento. «... algunos
[destos versos] son durillos,
porque trasladan azento ... »,
Correas, 479.
traslado. «See encabalgamiento».
Clarke, Chr., 368.
traspaso. «See encabalgamiento»,
Clarke, Chr., 368.
trenzada. TN usa esta expresión
referida exclusivamente a la terza
rima (Arte, 98-99; M2, 246, 304,
356, 3; Rep., 29).
triple rima. La expresión tiene dos
sentidos diferentes: (1) «Sor Juana
Inés de la Cruz compuso un
romance con triple rima en el
último verso de cada cuarteta: «Las
que arrojas rojas hojas»,
«Tornasolas solas olas» (TN, M, 272,
y M2, 254). El mismo sentido tiene
la frase de DíezE (89): ante los
artificios que registra Caramuel,
palidecen «los mismos árabes . . .
con sus versos de triple rima».
(2) Versos de triple rima (es decir,
de tres sílabas rimantes) son los
esdrújulos para Francisco Pons y
Argento (DzCap, 325; en su
glosario, «triple rima» expide a «verso
esdrújulo, 4»); la expresión es
corriente en inglés («triple rhyme»).
triples (consonantes). Tras un soneto
de consonantes dobles cae uno
de triples:
Joviano, otro Mecenas excelente,
lumbrera innaccesib/e es la de Apolo;
de fuera le es visible allá á su ídolo;
trasmano está á las venas de su fuente.
Son endecasílabos 2-6-10, con
rimas en cada acento; los tercetos
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
son todos triplemente monorri-
mos (a-a-a, b-b-b, c-c-c), artificio
que se repite otra vez (Rodríguez
Marín, Espinosa, 108).
triplemente esdrújulo. V. doble y
triplemente esdrújulo (Príncipe, 405).
trípoda. «Y con sus rimas Trípodas a
Parvas» (Lope, Laurel ..., III, 55):
parece referirse a los esdrújulos.
trirrima. Es la balada francesa, en
sus dos formas, según Pérez y
Curis, 305. DzCap 2 da la voz como
hallazgo de Balbín Lucas para
designar un «Tipo de rima densa
en que son tres las rimas
diferentes de la estrofa».
tristrofo. «LLamanse los versos tris-
trophos: cuando el cuarto torna al
primero. [Cita el segundo
miembro de una copla del Laberinto,
abba] Enestos versos el cuarto res-
pode al pmero» (Nebrija, .d.iiii; lo
resume Clarke, Chr, 369).
trivial. «... conviene advertir que no
gustan los [consonantes] triviales,
como los acabados en able y oso
entre los adjetivos, y los formados
por las terminaciones aba, ia, are,
ando, endo, etc., de los verbos; no
sólo por parecer pobre el poeta
que no sabe encontrar otros en
nuestra copiosa lengua, sino
porque suele acompañar á los tales
consonantes una locución débil,
cual es la que resulta de haberse
repetido y como desleído el
pensamiento bajo diversas formas»
(Salva, 395 ó 416).
trocados. 'Alternados': «Estos
tercetos se componen de seys pies
trocados, de suerte, que queden los
consonantes, concertando primero
con terceto y quintof,] y segundo
con cuarto y sexto, y los pies
conuiene que tengan a onze syla
179
bas cada vno, como aqui se puede
ver por este exemplo [de metro no
muy claro]» (SzLima, 60).
troncado. 'Agudo': «los versos
troncados, o mancos que llama el Tos-
cano, i nosotros agudos»
(Herrera, 232; cf. Gallardo, IV, 1313,
y DíezE); «troncado abatimiento»
es para La Cueva (Ejemplar, 138,
v. 183) el uso del agudo al final del
endecasílabo.
truncado. «See pie cortado» (Clarke,
Chr., 369). También TN (AÍ2, 405)
llama terminación truncada a la
del cabo roto.
truncamiento. «Truncamiento es la
libertad métrica que consiste en
cortar una palabra al fin del verso,
y colocar la otra parte al comienzo
del siguiente, para cumplir con la
rima», Bartrina, 129). También
SanzR alude a la tmesis con esta
voz («Ni son necesarios tantos
truncamientos, ni embellecen
nada el verso», 35), habiéndola
antes denominado «corte».
truncar. Según Gallardo, III, 1037,
Diego de Oseguera, en su
Estacionario de 1593, «llega hasta á
cometer la vulgaridad de truncar
(gratuitamente) el final de las voces,
como suele la gente chabacana.
Ejemplo: . . . fealdá / . . . mages-
tá»: y dice bien «gratuitamente»,
puesto que con -d igualmente
rimarían. DíezE, sobre las Tablas
de Cáscales, emplea truncar
referido al encabalgamiento:
«¿Puédese o no truncar con el verso una
parte de la oración que debía
ir unida ? ... El autor de las
Tablas contesta en sentido
afirmativo», 241; por el contrario:
«Nada diré de aquella
desgraciadísima consonancia que se
produce truncando los vocablos
180 DANIEL DEVOTO
finales: "Soy Sancho Panza es-
cudé- . . ."» (Bello, 350).
truncar el sentido. Iriarte: encabal-
gamiento.
trunco. Italianismo usado por Bello
{Acentual, **): para «los ortoepis-
tas ingleses», el acento secunda-
río tiene tal importancia que
«cuando el verso termina en voz
esdrújula, el acento secundario
final es el que debe coincidir con
el último acento métrico. Tan
natural es esto a los ingleses,
que Mr Hobhouse, literato pro-
fundamente versado en la poe-
sia ltaliana' Parecía tener
dificultad en concebir que el ende-
casílabo esdrújulo se redujese
al mismo rf^o que ei i^ o el
trunco »
trunco. . Rodríguez Marín señala, en
su edición del Quijote en Clás. cast
(I, n. 4 de p. 43-44, y p. 45), los ver-
sos truncos o de cabo roto.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
udatta. «la misma idea [que en accen-
tus, de adcantus, y en tonos] va
envuelta en udatta (elevado),
nombre sánscrito del acento agudo»,
Monlau, Vocabulario, s.v. acento.
última sílaba del verso. «De Vltima
cvivsqve versvs. Vltima communis
cuiusvis syllaba versus. Expli-
catio V. Dize esta regla, que la
vltima en qualquier verso es
común, y general», Villaf, Recula]
5. — «Esta última sílaba
[inacentuada del verso], como ya
sabemos, puede faltar o duplicarse»,
Benot, III, 171, 2; en cambio, nada
debe oscurecer «la distinción de
las sílabas en que se hacen las
pausas métricas, especialmente
la sílaba última acentuada de
cada verso, por ser a la vez
constitutiva del ritmo acentual e
indicadora de la periodicidad de las
cadencias de las series métricas»;
y la décima, en el endecasílabo,
«a causa de su doble carácter
constitutivo i periódico, si se la
obstruye acentualmente,
siempre resulta perceptible por ser
rítmica de pausa; i si se obscurece
su periodicidad rítmica, se la
distingue aún generalmente por ser
rítmica de acento», Benot, II, 567;
y II, 349: «La última sílaba
acentuada de cada verso es la más
notable, por ser a la vez sílaba
constituyente i sílaba de pausa
métrica. Por tanto, es en ella
menos tolerable cualquier
atentado contra la esencia rítmica del
verso». V. anteúltima.
últimas. «En la Prosodia, ô libro
quinto del Arte de Nebrixa se
181
man las sylabas finales de la
dicción en orden à los accentos,
ô cantidades del verso Latino»,
Autoridades.
último asiento. V. asiento {último).
única. Nombre que Lugones da a la
rima fénix (cf. quebrar).
unir vocales. «... al que habla o
escribe queda mucho de
potestativo en esto de unir o desatar
vocales», Benot, I, 13.
unísona. «La rima asonante puede
ser unísona o dísona, según se
establezca entre la misma vocal
repetida (en posición tónica y
átona) o entre dos vocales
diferentes.» (Jareño, n, 27: contrasta esta
extremosidad con las
afirmaciones que preceden: «Cuando esta
homofonía o igualdad de sonidos
se limita tan sólo a las vocales la
rima es pobre y se llama rima aso-
nantada . . . rima rica llamada
también aconsonantada ...»).
unisonancia. «Las estrofas del decir
solían trabarse entre sí por la
unisonancia plena, que consistía en
sujetar todas las estrofas a las
mismas rimas de la primera o con
unisonancia media en que sólo se
repetían las rimas de los primeros
y últimos versos de las semiestro-
fas» (TN, M, 145-146; en el índice
de materias — 254 — la entrada
es decir unisonante). El
Vocabulario ... de Monlau acoge la
unisonancia como 'monotonía' (cf.
unisonar, 2, en el Diccionario de
la Real Academia: «Efecto de
persistir viciosamente el orador en
un mismo tono de voz»).
182 DANIEL DEVOTO
unisonantes. «Rima unisonante» son
para Clarke (Chr., 359) «Rhyme
words having identical form and
meaning»; mejor en DiezE (que
explica a Caramuel): son
«unisonantes los versos que acaban
en la misma voz y con idéntico
significado» (123) (salvo que sobra
la conjunción «y»; se trata de lo
que en inglés se denomina, con un
término todavía no unifórmente
aceptado, «autorhymes»).
unísonas. La voz se emplea en dos
acepciones contrapuestas: (1)
composiciones o grupos de versos de
una sola rima («Strophes
containing long monorhymed
sequences», Clarke, Chr., 369). (2) TN
parece hacer de esta voz un
sinónimo de 'encadenadas 5': «los
decires, de coplas unísonas o
encadenadas» (M2, 536, 3), «las
coplas unísonas que se sujetaban
a las mismas rimas» (Arte, 29),
«Se ajustan todos los tercetos [en
una de las villanelas de González
Prada] a las mismas rimas como
estrofas unísonas» (Rep., 86, 48),
«Una canción del Marqués de
Santillana consta también de
doce versos repartidos en dos
mitades unísonas, con dos solas
rimas» (Rep., 164, 444); «en una
copla unísona con otras de Juan
de Mena [Santillana] adoptó la
forma abaab : bcccb» (M2, 108).
(1-2) López de Úbeda llama
«unísonas» composiciones que
ticipan de ambas acepciones:
aaaaabbcccccaa (148); otra de pies
cortados, con el estribillo
conocido «Yo soy Due- / que todas
las aguas be-» (rima a): bbbbbaaa,
cccccaaa.
unísono (grupo). 'De igual rima': «la
copla caudata, compuesta de dos
grupos simétricos y* unísonos
[aab : aab - bba : bba, doblada en
sextillas]» (TN, M2, 116].
unissonans. Son las rimas de «un
determinado tipo de la canción
provenzal . . . cuyas estrofas . . .
han de mantener los elementos de
rima de la primera estrofa a lo
largo de toda la poesía
(unissonans)», Baehr, 357. Lo mismo en
Clarke (Chr., 369), que remite a
cobla unissonans, en Le Gentil, II,
122 (couplets unissonants) y
161-162 (coblas unissonans), y en
Lang, 508 (arte comuna) y 517
(maestría mayor). Ya Milá hablaba
del sonido unissonant (tratando
de las clases de rimas, en Gaya,
290), y su explicación (De los
trovadores en España, 484) de las
rims uniçonants sirve al editor
para aclarar una «sextina de
origen provenzal» de Gaspar Gil
Polo, p. 181 de Clás. cast.
unissonans (copla). Las del arte de
maestria mayor (v. maestría
mayor), provistas todas de las
mismas rimas.
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
vaga, consonancia. 'Asonancia':
«ensayar esta especie de consonancia
vaga, procurando de propósito
evitar la rima rigurosa ... »,
Martínez de la Rosa, 200, n. 10 del
canto III.
variadas. «... El precioso recurso
de la rima consonante . . . exige
que las rimas sean selectas i
raras, insólitas sin pecar de
obscuras, i variadas cuanto posible
fuere» (Benot, III, 233).
variante. Disposición particular de
las rimas: «La redondilla [de la
novena 4-5] . . . corresponde casi
sin excepción a la variante abba
[frente a la otra, abab]», TN, M2,
109 (empleo similar en 111, 18, a
propósito de la redondilla de pie
quebrado).
variedad. «... Como la variedad sea
principio, y causa de toda
hermosura, podrás de aqui adelante
usar de varios Consonantes . . .
porque hay algunos, que fuera de
media docena de Consonantes
diferentes, que tienen cursados,
de los cuales hay abundancia, no
saben, ni se atreven à usar de
otros ...» (Rengifo, 214, 6); «Se
procurará dar variedad á las
rimas y huir de las vulgares»
(MzBej, 203).
variedad. 'Disposición de las rimas
que difiere de la más general': en
la copla real «Durante algún
tiempo se hizo ensayo de toda
clase de variedades, en las cuales,
del mismo modo que en la copla
de arte menor y en la castellana,
la segunda semiestrofa pasaba
por mayor número de
183
caciones que la primera» (TN,
M2, 108).
vecinas. DíezE, siguiendo a Quadrio
según Luzán, remite a
eslabonadas (301).
vecinísimas. «Hay otras [rimas] que
él mismo [Quadrio, aunque el
último citado sea Cáscales] llama
vecinísimas, y son las que se
juntan en un mismo verso en dos o
más palabras consonantes, tales
son las que nuestro Juan del
Encina llamó multiplicado . . .
a lo que tuvo por hermosa gala de
la poesía y a la verdad no es sino
un enfadosísimo sonsonete y un
juego pueril que ya, a Dios
gracias, no se usa en nuestro tiempo»
(Luzán, III, 284; continúa: «Los
versos de arte menor de nuestra
poesía antigua tenían mucho de
estas rimas vecinísimas en lo
quebrado de aquellos versos que,
según Juan del Encina, se
llamaban villancicos, letras de
invención, canciones, o coplas de pie
quebrado*). DzCap (301) entiende
'leoninos', «que Luzán califica de
"un juego pueril"»: no es exacto;
la expresión de Luzán «dos o más
palabras consonantes» juntadas
en un mismo verso corresponde,
como él lo dice, al multiplicado y
no a los versos leoninos.
verbales (consonantes). Los agrupa
Rengifo en la «Fuente de
consonantes» (352 s.) y los divide en
propios y comunes. Los primeros son
los que consuenan en presente de
indicativo (clamo, llamo, amo,
frente a trato, traigo, gasto); los
comunes «son los que salen de
184
qualquier Verbo de cada conjun-
gacion, de qualquiera
terminación que sea» (imperfectos en
•aba, por ejemplo).
verdaderos (consonantes). Según
Encina, no iban los romances
viejos por «verdaderos consonantes»
(en Amador, 477, y en otros
lugares).
verbo partido. Cancionero de Baena,
Le Gentil, Romeu Figueras: V.
tmesis.
versificación. Tratanto de la rima
interna, Riquer, 79, usa casi
inmediatamente esta voz con dos
acepciones diferentes (designar una
práctica determinada y el manejo
general del verso): «La rima
interna . . . este tipo de
versificación ...» y «En algún caso se usó
en versificación castellana la rima
interna como ... ».
versisueltista. El que se sirve del
verso suelto: «En nuestros días lo
han usado mucho varios poetas y
se ha suscitado gran discusión
entre los rimistas y versisueltistas
sobre la superioridad de una
versificación sobre la otra» (Luzán,
II, 272).
verslibrisme. «Se dice a veces que el
verslibrisme francés tiene su
punto de partida en Walt
Whitman; pero Whitman no es sino
influencia colateral», Henríquez
Ureña, 236, 2.
verslibristes. MzAmador usa esta voz
francesa al tratar la versificación
que llama amétrica, 1453.
verso de cabo roto. Clarke, Chr., 370,
V. partida
verso encabalgado. V.
encabalgamiento
verso encabalgante. V.
encabalgamiento.
DANIEL DEVOTO
verso intercalado. «Un convite ó
boda, de verso intercalado, ovillo
ó media rima» (Alonso Girón de
Rebolledo, Ochavario
Sacramental, 1572; en Gallardo, III, 49: da
tres versos de rima interna o
encadenada).
verso roto. Clarke, Chr., 371. V.
partida.
versolibrismo. «... La cuestión que,
con una palabra bárbara, se llama
versolibrismo; esto es, el cultivo
del verso libre» (SanzR, 68. cf. TN,
M2, 387 y 443-445).
versolibrista. (l)«Composición verso-
librista» (TN, M2, 445); «esta
orientación versolibrista» (Lapesa,
Intr., 67). (2) «Walt Whitman ha
sido siempre considerado como el
más insigne de los verso libristas
de lengua inglesa» (Jaimes Freyre,
117).
versos de consonantes forzosos. V.
forzosos.
viaje acentual. «... si, por ilegal
sinéresis, se obliga a las dos
absorbentes a juntarse, el vocablo
se deforma, no sólo por mermarse
el número de sílabas, sino por el
viaje acentual ... », Benot, II, 82.
Repite la expresión en 376, 577,
etc.
viajar, el acento. «El viajar del
acento, tan reprensible cuando se
trata de una sola dicción, es, sin
embargo, lo común i corriente en
las combinaciones triptongales
acentuadas; porque así lo ha
querido su absoluta i despótica
majestad el jus et norma loquen-
di», Benot, II, 489.
violenta (consonancia). «... ¿ Cuántas
galas de ingenio, sentencias
briosas, frases bizarras, se excluyeron
de nuestra poesía, por huir la con-
 PARA UN VOCABULARIO DE LA RIMA ESPAÑOLA
sonancia violenta, la voz humilde,
de oración equívoca o algún tal
desvío que impedía la entereza del
metro ?» (Jáuregui, 242).
virtuales, consonantes. «Muy curiosa
es una observación que debemos
al mismo Unamuno sobre
motivaciones de la rima, y es sobre los
consonantes virtuales, tan
fecundos como los actuales o reales. En
Teresa . . . pone en boca de
Rafael, su doble poético, esta
explicación de uno de los poemas:
"Mire, don Miguel, después del
importa, escribí al margen del
papel recorta, corta y otros varios
consonantes en orta, entre ellos
vilorta. No tuve que emplear éste,
pero la vilorta me sugirió el arado
y éste la metáfora de arar la mar
con la lira. Por donde se ve que
hasta los consonantes virtuales,
posibles, pueden sugerir
metáforas"», Francisco Ynduráin, «La
rima en la poesía de Unamuno»,
222-223.
visual. Traducción de Augenreim
(Rioduero, 252). «Se habla de rima
visual cuando no se repiten los
sonidos, sino las letras» (DucTod.,
225).
vocal, rima. Asonancia: «IV. Sobre el
asonante o rima vocal», Bello,
454.
vocálica. V. parcial y parcial
vocálica.
vocálica relajada. Nombre que da
Balbín Lucas, según DzCap 2, a la
rima asonante equivalente.
185
voces consonantes. Expresión usada
por Rivers en su edición de
Aldana con el sentido de palabras
rima (Clás. cast., p. 15, nota al
verso 267 de p. 14).
voluntarios. Son los versos de la
«sylva»; los de los tercetos, en el
soneto, «concuerdan entre sí
voluntariamente» (Diccionario de
Autoridades): lo mismo que ad
libitum.
vulgares. Príncipe se sirve varias
veces de este adjetivo: «Evitar el
frecuente uso de consonancias
demasiado vulgares, por lo mismo
de abundar mucho. Tales son,
entre otras, los participios y
adjetivos terminados en ado y en oso,
los adverbios que acaban en
mente, y las terminaciones de los
verbos en aba, amos, emos, ais,
endo, ando, etc.» (472-473),
«Reforzar las consonancias
vulgares, cuando no las podemos
evitar, con otras de carácter
distinto, dando á aquéllas el sitio ó
sitios de menor importancia
relativa ...» (474), «Vivificar á fuerza
de ingenio las asonancias
demasiado vulgares, como las en aa y
en ao» (483). También usa esta voz
MzBej (V. variedad), como Coll y
Vehí. — «... otro juglar, llamado
Novellet, recitó y representó en
voz, y sin cantar, mas de
seiscientos versos, que hizo el Infante en
el metro, que llamaban Rima
vulgar», Nassarre, citado de
Velazquez, 23.
186 DANIEL DEVOTO
x. Se usa para designar un verso que
no rima (Benot, Baehr, etc.).
zancada. «See encabalgamiento»,
., Clarke, Chr., 373. « Y preceptistas
de este siglo (como Robles Dé-
gano) todavía reputan como un
vicio el empleo de la zancada»,
Saavedra Molina, 24; y 74: «El
octosílabo del Teatro clásico hizo
gran uso, y también abuso, de ...
la Zancada o encabalgamiento».