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Rescate y Conocimiento de las plantas medicinales de la región zoque San Fernando, Chiapas View project
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TESIS
Diversidad de epífitas vasculares en un
gradiente sucesional de Selva Baja
Caducifolia en San Fernando, Chiapas
LICENCIADO EN BIOLOGÍA
PRESENTA
TESIS
Diversidad de epífitas vasculares en un
gradiente sucesional de Selva Baja
Caducifolia en San Fernando, Chiapas
LICENCIADO EN BIOLOGÍA
PRESENTA
i
ÍNDICE DE FIGURAS
Figura 1. Esquema de las tres escalas de la diversidad biológica, alfa-diversidad (α),
beta-diversidad (β) y gamma-diversidad (γ). Tomado de Jiménez-López (2016). …...6
Figura 2. Ejemplo de reproducción asexual por macoyos en Tillandsia ionantha
Planch. A) Individuo de T. ionantha, B) Macoyo compuesto de múltiples rosetas
generadas a partir de un individuo. ………………………………………………...…….10
Figura 3. Ubicación de los sitios de estudio en San Fernando, Chiapas. …………...19
Figura 4. Curva de acumulación de especies considerando los dos sitios de estudio y
los tres estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas.
Las barras indican el intervalo de confianza al 95%. ………………..………………....27
Figura 5. Riqueza (promedio y error estándar) de especies en dos sitios y tres
condiciones sucesionales de selva baja caducifolia de San Fernando Chiapas. Letras
diferentes indican diferencias significativas (P < 0.05) con la prueba de Tukey. ……28
Figura 6. Diagrama de Venn para observar las especies de epífitas vasculares que
se comparten entre los tres estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San
Fernando, Chiapas. Se nombran únicamente aquellas especies exclusivas a cada
estadio sucesional. Las especies compartidas se encuentran en el Anexo 1. n =
riqueza total de especies. ………………………………………………………………….31
Figura 7. Gráfico generado con un NMDS para observar la similitud (índice de Bray-
Curtis) de las epífitas vasculares en tres condiciones sucesionales de selva baja
caducifolia en San Fernando, Chiapas. ……………………………………...…………..32
ii
RESUMEN
Las epífitas vasculares son un componente importante de las selvas tropicales del
Neotrópico, sin embargo, en las selvas bajas caducifolias la diversidad de este grupo
disminuye principalmente por una baja precipitación y una marcada estacionalidad; además,
este tipo de comunidades ha sido severamente afectado por procesos derivados del disturbio
humano, pues la modificación en la estructura y composición de estas comunidades
vegetales tiene implicaciones sobre la diversidad de epífitas vasculares. En este trabajo se
evaluó la diversidad de epífitas vasculares en un gradiente sucesional de selva baja
caducifolia en el municipio de San Fernando, Chiapas. Se definieron tres niveles de sucesión
ecológica (acahual sucesional reciente, acahual sucesional avanzado y bosque
semiconservado) en dos sitios (Las Maravillas y La Zebadia), en cada nivel se realizaron seis
transectos de 100 m en los que se seleccionaron y muestrearon 30 árboles hospederos; en
cada árbol se contaron las epífitas vasculares. Se realizaron análisis con modelos lineares
generalizados para comparar las medias de diversidad alfa entre los gradientes sucesionales
y un análisis de varianza multivariada para comparar la diversidad beta. Se encontraron 84
especies de epífitas vasculares de 16 familias, las familias con mayor riqueza fueron
Bromeliaceae, Orchidaceae, Polypodiaceae. La diversidad de epífitas vasculares fue mayor
en el estadio sucesional avanzado. La diversidad beta entre estadios sucesionales fue alta, y
la similitud florística disminuyó entre más perturbado fuera el estadio sucesional; se observó
que la diversidad de epífitas de los acahuales difirió del bosque semiconservado. Se propone
que el acahual sucesional avanzado provee de condiciones ambientales mixtas entre el
bosque semiconservado y el de mayor perturbación, en concordancia con la hipótesis del
disturbio intermedio, por lo que la diversidad se incrementa en esta comunidad sucesional.
Debido a que el paisaje dominante en el área de estudio corresponde a un sistema
agropastoril, los acahuales en distintas etapas de sucesión ecológica son reservorios
importantes para la conservación de las epífitas vasculares. Este trabajo es una primera
aproximación para entender los patrones de distribución de epífitas vasculares en paisajes
modificados de la Depresión Central de Chiapas.
Palabras clave: árbol hospedero, ecología del dosel, epifitismo, modelo linear generalizado,
paisaje agropastoril, sucesión ecológica.
iii
I.- INTRODUCCIÓN
En los ecosistemas tropicales, las plantas epífitas representan un componente
ecológico muy importante por la cantidad de interacciones que establecen con otras
especies animales, vegetales y fúngicas (Gentry y Dodson, 1987a; Hietz y Hietz-
Seifert, 1995; Richardson et al., 2000; Hietz et al., 2006; Toledo-Aceves y
Hernández-Apolinar, 2016); así como por ser elementos fundamentales en el ciclaje
y retención del agua y nutrientes (Acebey y Krömer, 2001; Cascante-Marín et al.,
2006a, 2006b; Krömer et al., 2007; Adhikari et al., 2016). La diversidad de epífitas se
distribuye de manera heterogénea en el Neotrópico , dependiendo principalmente de
la ubicación geográfica, las condiciones ambientales y del tipo de vegetación (Gentry
y Dodson, 1987a; Benzing, 2000; Ingrouille y Eddie, 2006). El tipo de vegetación es
importante, ya que genera escenarios micro-ambientales que proveen las
condiciones necesarias para el mantenimiento de la diversidad de epífitas vasculares
(Hietz et al., 2006; Rojas-Zárate y Mondragón, 2016). Incrementándose la diversidad
de este grupo en los bosques húmedos de montaña. En otros tipos de vegetación,
como las selvas bajas caducifolias (SBC), la riqueza de epífitas vasculares y su
abundancia tienden a disminuir debido a que la tasa anual de precipitación es
considerablemente baja, lo que se traduce en la falta de condiciones microclimáticas
que garanticen una amplia colonización y propagación de plantas con respecto a
ecosistemas más húmedos (García-Franco, 1996; Hietz, 1997; Zotz y Hietz, 2001;
Graham y Andrade, 2004; De La Rosa-Manzano et al., 2014).
1
los grupos de plantas que representan un linaje evolutivo altamente especializado
(Hietz y Briones, 1998; Zotz y Hietz, 2001; Catch-Pérez et al., 2016).
2
Los estudios que evalúan la variación en la diversidad de las epífitas
vasculares en diferentes estadios sucesionales de bosque, generalmente han sido
realizados en bosques húmedos (García y Damon, 2013; Toledo-Aceves et al., 2013;
Bertolini et al., 2014; Damon et al., 2015). Los trabajos realizados en comunidades
de SBC son menos (Arias et al., 2002, Krömer y Gradstein, 2003; Cuevas-Reyes y
Vega-Gutiérrez, 2012; De La Rosa-Manzano et al., 2014), a pesar de que son
comunidades con una alta diversidad de flora vascular y un alto grado de endemismo
florístico. Adicionalmente, las epífitas, a diferencia de las que ocurren en otros tipos
de vegetación, han desarrollado adaptaciones fisiológicas y metabólicas interesantes
para responder a condiciones estresantes (Benzing, 1987; Castillo-Campos, 2003;
Pérez-García y Meave, 2004; Durán et al., 2006; Castillo-Campos et al., 2007).
3
diferentes estados sucesionales se ha evaluado poco, pero en concordancia con las
respuestas encontradas en árboles y otras formas de crecimiento de plantas (hierbas
y arbusto), se espera que la mayor diversidad se encuentre en el estadio sucesional
intermedio (Krömer y Gradstein, 2003; Pérez-Peña y Krömer, 2016).
4
II.- MARCO TEORICO
Para comprender mejor los cambios que sufre la diversidad en una escala de
paisaje, se estudia su medición por medio de tres componentes: diversidad alfa, beta
y gama (Figura 1) (Whittaker, 1972; Moreno, 2001). La diversidad alfa es la riqueza
de especies que existen dentro de una comunidad considerada homogénea, la
diversidad beta es la tasa de recambio en la composición de especies entre dos
comunidades adyacentes, y la diversidad gamma es la riqueza total de todas las
comunidades que forman una unidad de paisaje (Moreno, 2001; Moreno et al., 2006;
Baselga, 2012; Ferriól-Molina et al., 2012). Esta estrategia para medir los cambios en
la composición de especies es fundamental cuando se quiere evaluar el impacto de
la transformación de ecosistemas, especialmente en cambios de origen
antropogénico (Whittaker, 1972; Moreno et al., 2006; Baselga, 2012; Ferriól-Molina et
al., 2012).
5
La diversidad alfa se calcula a través de expresiones matemáticas que
relacionan dos atributos: la riqueza, la cual es el número de especies de una
comunidad (o muestra de estudio) y la equitatibilidad, que se refiere a la abundancia
expresada como número de individuos, biomasa o productividad. Bajos valores
dados por los índices de diversidad implican condiciones desfavorables, con pocas
especies adaptadas a esas situaciones extremas, que sería el caso de las
comunidades halófilas. Cuando todos los individuos pertenecen a la misma especie,
generalmente el índice calculado es cero, lo que significa que la diversidad es nula.
De manera contraria, altos valores del índice corresponden con una gran diversidad
específica en la comunidad, generalmente ocurre esto cuando las condiciones
favorables del medio permiten la coexistencia de numerosas especies (Magurran,
2004; Moreno, 2001; Moreno y Halffter, 2001; Moreno et al., 2011; Figura 1).
Figura 1. Esquema de las tres escalas de la diversidad biológica, alfa-diversidad (α), beta-diversidad
(β) y gamma-diversidad (γ). Tomado de Jiménez-López (2016).
6
conceptos que son adecuados para evaluar la dinámica de la diversidad (Lorea et al.,
2008; López y Duque, 2010). Otro índice usado para evaluar la diversidad biológica
es el Índice de Dominancia de Simpson, el cual prepondera a las especies con mayor
importancia (dominantes), manifestando la posibilidad de que dos individuos al azar
de una muestra, sean de la misma especie (Mostacedo y Fredericksen, 2000;
Moreno, 2001); el índice se calcula de la siguiente manera:
Dónde:
Dónde:
7
2006). Una de las principales dificultades de evaluar la diversidad, es la comparación
de los valores que arrojan los índices que la evalúan, porque, entre otras causas,
difieren significativamente en sus unidades; por ejemplo, el índice de Simpson no
tiene unidades, el índice de Shannon-Wiener se expresa como bits/individuo (Zar,
1996; Jost, 2007); por lo que Hill (1973) sugiere la utilización de una serie de
números de diversidad (números de Hill); este método integra los valores arrojados
por los índices de Shannon-Wiener y Simpson de la siguiente manera:
Número 0 (N 0) = S
Número 1 (N 1) = eH’
Número 2 (N 2) = 1/DSI
Las epífitas (del griego epi sobre y phyton planta) son las plantas que nacen y se
desarrollan sobre otra planta, denominado árbol hospedero (en inglés, tree host;
8
Ceja-Romero et al., 2008), aunque las epífitas pueden establecerse sobre arbustos y
otras plantas de gran altura (García-Franco, 1996). El árbol hospedero es utilizado
solamente como soporte por las plantas epífitas; las raíces de la epífita se adhieren
al árbol hospedero pero no obtienen ningún tipo de nutrimentos de él. Los
nutrimentos son provenientes de fuentes como el polvo y la lluvia (los cuales recogen
del aire, donde están en suspensión); también se aprovecha la descomposición de
hojas, y otros organismos enteros o fragmentarios muertos depositados en la
superficie del hospedero. De la misma manera, captan el agua directamente de la
lluvia o la niebla, o lo que escurre por el tronco cuando llueve, arrastrando minerales
y materia orgánica (Zotz, 2002). Muchas epífitas, especialmente orquídeas y
helechos, tienen cierto grado de especificidad con las características estructurales de
la superficie de los árboles donde se establecen (Martínez-Meléndez et al., 2008;
Pérez-Lugo, 2016), las cuales proveen de una razonable cantidad de detrito orgánico
y soporte mecánico; otras pueden presentar nutrición parásita o hemiparásita, como
es el caso de las especies de la familia Loranthaceae (Vázquez-Collazo et al., 2006).
Por otro lado, existen especies de plantas (p. ejem. Ficus spp., Oreopanax spp.) que
no poseen adaptaciones especiales para el hábito epífito, sin embargo, las semillas
que caen en los árboles hospederos llegan a germinar y pueden adaptarse a las
condiciones ambientales y ecológicas, denominándose epífitas ocasionales o
accidentales (Granados-Sánchez et al., 2003; Ceja-Romero et al., 2008).
Las epífitas incluyen muchas familias de plantas vasculares (p. ejem. Araceae,
Bromeliaceae, Orchidaceae), y plantas no vasculares como briófitos; otros
organismos que pueden presentar epifitismo son los líquenes y hongos (Ceja-
Romero et al., 2008; Gómez-Diaz, 2010). Las epífitas vasculares se concentran en
los bosques húmedos tropicales y bosques templados lluviosos; como el caso de
Ecuador en donde 25.8% de su flora vascular corresponde a las especies epífitas,
Indonesia con aproximadamente 12%, Panamá 13%, Perú 11% y el oeste de Malasia
11% (Nieder et al., 2001). Sin embargo, no son exclusivas de estos ecosistemas,
pues las SBC son reservorios importantes de especies epífitas, las cuales incluso
son endémicas de ambientes muy cálidos y con poca precipitación anual (Castillo-
Campos et al., 2007; Irume et al., 2013).
9
Las epífitas han desarrollado características morfo-fisiológicas y metabólicas
que les permiten soportar el estrés hídrico, la radiación solar e incluso la herviboría
(Petter et al., 2015). Algunas de estas adaptaciones son el metabolismo ácido de las
crasuláceas y el velamen, un tipo de epidermis radicular formado por capas de
células muertas, la cual engrosa las paredes celulares y que protege a las raíces de
daños y absorbe el agua en la temporada de lluvias; mientras que en la temporada
de secas proporciona una barrera que impide la pérdida de agua por transpiración
(Hietz y Briones, 1998; De la Rosa-Manzano et al., 2014). Algunas epífitas como
bromelias y orquídeas, presentan una estrategia de reproducción asexual mediante
la generación clonal de nuevos pseudobulbos o rosetas, conocidos como stands o
“macoyos” (Figura 2), que llegan a tapizar gran parte de las ramas de los árboles o
arbustos que colonizan (Krömer et al., 2007; Werner y Gardstein, 2010; Werner et al.,
2012). Esta estrategia de reproducción la presentan especies que están expuestas al
dosel de los árboles o que habitan selvas caducifolias, donde el éxito reproductivo es
relativamente bajo (Beutelspacher-Baigts, 1999; García y Riverón, 2015; Toledo-
Aceves y Hernández-Apolinar, 2016).
Figura 2. Ejemplo de reproducción asexual por macoyos en Tillandsia ionantha Planch. A) Individuo de
T. ionantha, B) Macoyo compuesto de múltiples rosetas generadas a partir de un individuo.
La SBC (Miranda y Hernández-X, 1963), denominada por otros autores como bosque
tropical caducifolio (Rzedowski, 2006), tropical deciduous forest (Leopold, 1950) y
10
selva baja espinosa caducifolia (Breedlove, 1981), se distribuye principalmente en
climas cálidos y en altitudes de 0–1,900 m s.n.m. y se compone de especies de
árboles que tiran las hojas durante el periodo de estiaje (Trejo, 2005). En México, su
distribución geográfica incluye grandes extensiones ininterrumpidas en la vertiente
del Pacífico desde el Sur de Sonora hasta Chiapas, ocupando 11.3% de la superficie
total del país (Trejo, 2005; Rzedowski, 2006). En Chiapas, su distribución incluye la
Depresión Central de Chiapas y la parte noroeste de la Franja Costera del Pacífico
(Müllerried, 1957). Sin embargo, para el 2004, se habrían perdido más de 9,000 ha
de cobertura vegetal de SBC por el cambio de uso de suelo para monocultivos y
ganadería intensiva (Vaca et al., 2012).
11
temporada de estiaje y se renueva en la época lluviosa (Trejo y Dirzo, 2000; Castillo-
Campos, 2003; Pérez-García y Meave, 2004; Castillo-Campos et al., 2007).
12
los procesos de disturbio: La primera, es que después del disturbio en una
comunidad, hay especies pioneras que colonizan inmediatamente el espacio, las
cuales son completamente diferentes a las especies que colonizan después de un
periodo de tiempo; dichas especies poseen adaptaciones fisiológicas, mecánicas y
reproductivas que les garantizan el éxito en la ocupación de los nichos recién
perturbados, aunque posteriormente y conforme la comunidad se va recuperando,
son desplazadas por individuos de otras especies. La segunda observación, es que
las comunidades de bosque que son sometidas al disturbio por diferentes procesos
(incendios forestales, agricultura, colecta y tala selectiva) y que al principio tienen
una estructura de la biota diferentes entre sí, al pasar el tiempo presentan una
estructura similar, a tal punto que se pueden encontrar las mismas asociaciones y
especies propias de comunidades en recuperación (Gotelli, 2008).
13
intermedia; dicho sea de otra manera, en paisajes que hayan sido perturbados y se
hayan regenerado paulatinamente por un espacio de tiempo, la biodiversidad será
mayor que en los manchones de bosque conservado y por ende en los espacios
cuya perturbación haya sido reciente (Townsend y Scarsbrook, 1999; Roxburgh et
al., 2004). Los cambios en la estructura de los bosques perjudican la distribución y la
dispersión de unas especies y beneficia a otras, provocando un nuevo ensamblaje en
la estructura de las comunidades vegetales y generando un nuevo sistema de
asociaciones que benefician a especies que antes tenían dificultad de reproducirse
(Wolf, 2005; Leirana-Alcocer et al., 2009; Dupuy et al., 2012; Maza-Villalobos et al.,
2012). Sin embargo, algunos autores (Wikilson, 1999; Fox, 2013) han cuestionado la
veracidad de los supuestos de la HDI argumentando dos aspectos: (a) que el re-
ensamblaje de la biodiversidad no sigue el mismo patrón en todos los casos de
sucesión ecológica, y puede ser explicado por factores geológicos o antropogénicos
y no solo por la estructura del paisaje; y (b) que la elevada tasa en la cantidad de
especies que proliferan en los estadios sucesionales intermedios decrece con el
tiempo por cuestiones de disponibilidad de nutrientes, sol y el recurso hídrico, por lo
que la HDI no describe un proceso ecológico continuo, sino un fenómeno cuya
explicación está en la distribución azarosa de las especies.
14
III.- ANTECEDENTES
15
La distribución vertical de las epífitas ha sido estudiada a detalle sobre todo en
bromeliáceas y helechos, ya que la disponibilidad de nutrientes, humedad y luz solar
afectan la proliferación y establecimiento de estas plantas sobre los hospederos;
algunos autores denominan a este proceso de colonización vertical, preferencia de
hospedero (Sudgen, 1981; García-Franco, 1996; Lorea et al., 2008; Martínez-
Meléndez et al., 2008; Toledo-Aceves et al., 2017). Otros trabajos integran la
evaluación de otros microambientes cercanos al sitio de establecimiento de la epífita
como rocas y parte del sotobosque para comprender la dinámica de colonización en
poblaciones de orquídeas, musgos, bromelias y helechos epífitos (Krömer et al.,
2007; Krömer et al., 2008; Gil-Novoa y Morales-Puentes, 2014; Mendoza-Ruiz et al.,
2016); y evaluando el potencial invasivo que pueden tener como especies exóticas
(García-González y Riverón-Giró, 2015).
La mayoría de los trabajos sobre epífitas vasculares se han realizado en
comunidades de bosques de montaña, debido a que son muy diversos (p. ejem.
Hietz, 1997; Krömer y Gradstein, 2003; Flores-Palacios y García-Franco, 2008;
Krömer et al., 2007; Cascante-Marín et al., 2009; Chen et al., 2010; Gómez-Díaz,
2010; García et al., 2011; Martínez-Meléndez, 2012; Herrera-Paniagua, 2013; Rojas-
Flores y Sánchez-Montaño, 2015; Toledo-Aceves y Hernández-Apolinar, 2016). Pero
también por las condiciones microclimáticas existentes que aportan un ciclaje
importante de recursos hídricos y nutricionales necesarios para la sobrevivencia de
estas plantas. En proporción, los trabajos que analizan la composición de
poblaciones de epífitas en otros ecosistemas, son escasos; en manglares (Gómez y
Winkler, 1991; Carmona, 2005; Mendieta, 2006) y en selvas bajas caducifolias
(Bravo-Monasterio et al., 2012; Cuevas-Reyes y Vega-Gutiérrez, 2012; De la Rosa et
al., 2012; Sáyago et al., 2013). En Chiapas, se han realizado estudios que evalúan la
diversidad de epífitas, principalmente en la Sierra Madre de Chiapas (Martínez-
Meléndez et al., 2008; García-González et al., 2011; García-González y Damon,
2013; Robles-Molina, 2013; Bertolini et al., 2014; Damon et al., 2015; García-
González et al., 2016; Jiménez-López, 2016).
16
IV.- OBJETIVOS
17
V.- MATERIALES Y MÉTODOS
18
(2010) (Anexo 2) y a información obtenida con los dueños de los terrenos y zonas
circundantes sobre el historial de modificación del bosque y el tiempo de
abandono/inicio de recuperación del rodal forestal seleccionado.
En cada estadio sucesional se ubicó un punto en la parte central del rodal forestal, a
partir del centro se marcaron seis transectos lineales de 100 m; en cada transecto se
seleccionaron cinco árboles hospederos para un total de 30. El criterio para la
selección de los árboles fue que tuvieran un diámetro a la altura de pecho (DAP) ≥ 13
cm, debido a que en árboles con un DAP menor, el establecimiento de las epífitas es
escaso o nulo (Hietz et al., 2006; Dislich y Mantovani, 2015). En campo se determinó
la identidad taxonómica de cada árbol. En cada árbol hospedero se evaluó la riqueza
y abundancia de las plantas epífitas, excluyendo a especies no vasculares (briofitos).
No se contabilizaron individuos de epífitas que se encontraron en etapa de plántulas
ni las primeras fases de estadios juveniles (<10 cm, en especies medianas y
19
grandes), debido a que se dificulta la identificación taxonómica. Se tomaron en
cuenta las epífitas ocasionales, es decir, especies cuyo hábito de vida “normal” es
terrestre o rupícola, pero si las semillas se depositan sobre un árbol, pueden
germinar y desarrollarse perfectamente arriba de, nutriéndose de los detritos y el
agua de lluvia (Granados-Sánchez et al., 2003). Para medir la abundancia de las
epífitas gregarias (aquellas que presentan reproducción asexual formando colonias)
se tomó cada colonia (stand) observada como un individuo, de acuerdo a Bøgh
(1992) y Zotz y Schultz (2008), ya que cada una de estas formaciones funciona
genética y ecológicamente como individuo y no como población. Se contabilizaron
las plantas epífitas de la familia Loranthaceae, pues a pesar de tener nutrición
hemiparásita, la ecología de colonización y dispersión son propias de una epífita
verdadera (Vázquez-Collazo et al., 2006). Este muestreo se realizó a lo largo de un
año (Noviembre 2015- Noviembre 2016), con muestreos regulares (cada mes) para
localizar a las epífitas en su etapa de floración y tener una mayor certeza en la
identificación taxonómica.
20
Cuadro 1. Estadios sucesionales definidos en dos sitios de SBC en el municipio de San Fernando,
Chiapas.
Las Acahual sucesional 16° 53' 39.4''; 93° 13' 42.8'' 937 55°
Maravillas reciente
Acahual sucesional 16° 53' 31.6''; 93° 13' 52.2'' 949 40°
avanzado
Bosque 16° 53' 19.0'', 93° 14' 12.2'' 955 56°
semiconservado
La Zebadia Acahual sucesional 16° 54' 50.0'', 93° 09' 35.5'' 988 50°
reciente
Acahual sucesional 16° 54' 1.2'', 93° 11' 11.4'' 960 30°
avanzado
Bosque 16° 54' 18.4'', 93° 09' 12.3'' 972 56°
semiconservado
21
5.4 Análisis de datos
22
pareadas de Tukey para detectar que combinación de niveles de los factores son
diferentes. En todos los casos se usó un valor de referencia de alfa < 0.05.
23
VI.- RESULTADOS
24
reciente es menor que los encontrados en el boque semiconservado y el acahual
sucesional maduro (Cuadro 3 y 5).
25
Cuadro 3. Resumen de los atributos de diversidad alfa en tres estadios sucesionales de selva baja
caducifolia en San Fernando, Chiapas. Se muestran los valores de la desviación estándar (±).
Cuadro 4. Valores de P que arroja el análisis de Tukey para encontrar diferencias entre el DAP de los
árboles hospederos en los tres estadios sucesionales ASR= Acahual Sucesional Reciente , ASA=
Acahual Sucesional Avanzado y BS= Bosque semiconservado.
ASR ASA BS
ASR <0.01 <0.01
ASA <0.01 1
BS <0.01 1
Cuadro 5. Valores de P del análisis de Tukey para encontrar diferencias entre la altura de los árboles
hospederos en los tres estadios sucesionales. Leyendas: ASR= Acahual sucesional reciente, ASA=
Acahual sucesional avanzado, BS= Bosque semiconservado
ASR ASA BS
ASR 0.65 <0.01
ASA 0.65 <0.01
BS <0.01 <0.01
26
Figura 4. Curva de acumulación de especies considerando los dos sitios de estudio y los tres estadios
sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas. Las barras indican el intervalo de
confianza al 95%.
27
Figura 5. Riqueza (promedio y error estándar) de especies en dos sitios y tres condiciones
sucesionales de selva baja caducifolia de San Fernando Chiapas. Letras diferentes indican diferencias
significativas (P < 0.05) con la prueba de Tukey.
28
Cuadro 6. Resumen de los parámetros obtenidos para los modelos lineares generalizados. D2 =
varianza explicada.
Cuadro 7. Análisis de Tukey para evaluar las diferencias en la riqueza de especies, entre las
combinaciones de los sitios y estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando,
Chiapas. Las interacciones con diferencias significativas se marcan en negritas (P < 0.001). Leyendas:
ASR= Acahual sucesional reciente, ASA= Acahual sucesional avanzado, BS= Bosque
semiconservado.
Cuadro 8. Análisis de Tukey para evaluar las diferencias en la diversidad utilizando el inverso de
Simpson entre las combinaciones de los sitios y estadios sucesionales de selva baja caducifolia San
Fernando, Chiapas. Las interacciones con diferencias significativas se marcan en negritas (P < 0.001).
Leyendas: ASR= Acahual sucesional reciente, ASA= Acahual sucesional avanzado, BS= Bosque
semiconservado.
29
6.2.- Diversidad beta
El diagrama de Venn (Figura 6) muestra las especies compartidas entre las tres
condiciones de SBC. En el estadio sucesional avanzado se encontraron 18 especies
que no se encontraron en las demás condiciones sucesionales, mientras que el
bosque semiconservado tuvo 12 especies no compartidas y el estadio sucesional
reciente se encontraron siete. Se encontraron 34 especies tanto en el estadio
sucesional avanzado y el estadio sucesional reciente, principalmente orquídeas de
los géneros Epidendrum y Trichocentrum, así como bromelias (Aechmea, Catopsis,
Tillandsia), helechos (Elaphoglossum, Niphidium, Polypodium). En ambos estadios
se encontraron epífitas ocasionales (Ficus, Oreopanax, Plumeria, Sinclaria). El
estadio de bosque semiconservado compartió 30 especies con el acahual sucesional
avanzado, destacando el aumento en el recambio de especies de piperáceas
(Peperomia), cactáceas (Epiphyllum, Pseudorhipsalis, Selenicereus), helechos
(Polypodium, Elaphoglossum) y aráceas (Anthurium). Todas las especies que se
compartieron entre el bosque semiconservado y el acahual reciente, también se
encontraron en el estadio sucesional avanzado.
30
sucesional del bosque explica 16% (P < 0.001) de la variación en la composición de
especies. El sitio explica muy poca variación (R 2 = 2; P < 0.001), y la interacción
estadio sucesional x sitio explica 4% (P < 0.001) de la diversidad encontrada.
Figura 6. Diagrama de Venn para observar las especies de epífitas vasculares que se comparten entre
los tres estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas. Se nombran
únicamente aquellas especies exclusivas a cada estadio sucesional. Las especies compartidas se
encuentran en el Anexo 1. n = riqueza total de especies.
31
Cuadro 9. Matriz pareada de la diversidad beta (índice de Sørensen) entre los sitios de estudio y
estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas. Donde los valores van de
0 (diferentes) a 1 (similares). Leyendas: ASR= Acahual sucesional reciente, ASA= Acahual sucesional
avanzado, BS= Bosque semiconservado
Figura 7. Gráfico generado con un NMDS para observar la similitud (índice de Bray-Curtis) de las
epífitas vasculares en tres condiciones sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando,
Chiapas.
32
VII. DISCUSIÓN
33
Damon, 2013). Por otro lado, los helechos también estuvieron bien representados,
con cuatro familias y diez especies. Los helechos se diversificaron en el Neotrópico y
se han adaptado a la vida epífita, especialmente las especies de la familia
Polypodiaceae (Tejero-Diez, 2007), debido a que el rizoma y los esporofitos están
recubiertos de escamas foliares y son altamente tolerantes al estrés hídrico, por lo
que pueden sobrevivir entre las raíces de otras epífitas y los surcos de la corteza de
los árboles (Bongers et al., 1988; Mendoza-Ruiz et al., 2016). Las cactáceas también
estuvieron presentes en los tres estadios sucesionales, y conformaron uno de los
grupos con mayor abundancia encontrada, sobre todo en los estadios sucesionales
perturbados; Bravo-Hollis (1937) menciona que, en México, este clado constituye un
grupo que se distribuye en todos los ecosistemas tropicales, factor que derivó el éxito
en la colonización del nicho epífito, especialmente en especies de los géneros
Hylocereus, Rhipsalis y Epiphyllum (Rondón, 1998). Araceae, Begoniaceae y
Piperaceae fueron los grupos que siguieron en diversidad (Anexo 1); estas familias
contienen a taxones que alcanzan un grado de diversificación alto en bosques
húmedos (Croat y Carlsen, 2003), y en las comunidades de SBC, pueden adoptar el
hábito epífito o rupícola (Díaz-Jímenez et al., 2015).
34
distintos gradientes de sucesión ecológica, encontrando que hay incremento en el
estadio sucesional intermedio (Hietz et al., 2006; Cascante-Marín et al., 2009;
Werner y Gradstein, 2010; Susan-Tepetlán et al., 2015).
35
detritos en la superficie del árbol hospedero, así como con otras características
físicas de los árboles hospederos (DAP, altura), (Castro-Hernández et al., 1999;
Acebey y Krömer, 2001; Flores-Palacios y García-Franco, 2008; Dislich y Mantovani,
2015). La diversidad de epífitas registrada en este estudio, es explicada en estos
términos, puesto que, con respecto a los estadios sucesionales más avanzado, en el
acahual sucesional reciente las características físicas de los árboles no permiten el
establecimiento de muchas especies.
36
Susán-Tepetlán et al., 2015); en el gráfico generado por el NMDS, se aprecia mejor
la relación de la similitud de las especies, en donde la composición de las epífitas en
los árboles del bosque semiconservado claramente forman un bloque segregado de
los otros estadios (Figura 7). En paisajes perturbados, la estructura espacial de los
manchones de vegetación conservada influyen en la dispersión y el establecimiento
de las especies en las áreas fragmentadas o descubiertas de vegetación (Barthlott et
al., 2001; Gómez-Díaz, 2010; Ramírez-Albores et al., 2014; García-González et al.,
2016). Otro factor determinante en el recambio de las especies de una comunidad es
la complejidad en la estructura topográfica del paisaje (Vásquez y Givnish, 1998;
Jankowski et al., 2009); las pendientes o cualquier accidente topográfico determinan
la escorrentía, dirección de los vientos y la movilidad de los organismos dispersores,
generando que exista heterogeneidad en la estructura de la biota (Damon et al.,
2015).
37
promueve diferentes hábitat o elementos del paisaje con características ambientales
contrastantes, estableciendo con ello espacios nuevos para ser colonizados por
algunas especies resistentes a tales condiciones (Sáyago et al., 2013; Navarro-
Alberto et al., 2016).
38
VIII. CONCLUSIONES
39
IX.- RECOMENDACIONES
40
X.- LITERATURA CITADA
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59
X. ANEXOS
Anexo 1. Listado de las especies de epífitas vasculares encontradas en tres estadios sucesionales de
selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas. Leyendas: ASR= acahual sucesional reciente, ASA=
acahual sucesional avanzado y BS= bosque semiconservado.
ASPLENIACEAE
Asplenium pumillum Sw. X
DAVALLIACEAE
Nephrolepis pectinata (Willd.) Schott X
DRYOPTERIDACEAE
Elaphoglossum guatemalense (Klotzsch) T. Moore X X X
POLYPODIACEAE
Campyloneurum angustifolium (Sw.) Fée X X X
Niphidium crassifolium (L.) Lellinger X X X
Pleopeltis polylepis (Roemer ex Kunze) T. Moore X
Polypodium furfuraceum Schltdl. & Cham. X X X
Polypodium plebeium Schltdl. & Cham. X
Polypodium pleurosorum Kunze ex Mett. X X X
Polypodium polypodioides (L.) Watt. X
SPERMATOPHYTA
LILIOPSIDA
ARACEAE
Anthurium scandens (Aubl.) Engl. X X
Anthurium schlechtendalii subsp. schlechtendalii Kunth X X X
Monstera deliciosa Liebm. X
Philodendron radiatum Schott. X X
BROMELIACEAE
Aechmea bracteata (Sw.) Griseb. X X
Aechmea lueddemanniana (K. Koch) Braongn. ex Mez. X X
Catopsis nutans (Sw.) Griseb. X X
Catopsis occulta Martinez-Correa, Espejo & López-Ferr. X X
Tillandsia belloensis W. Weber X X
Tillandsia cucaensis Wittm. X X
60
Tillandsia chlorophylla L.B. Smith X X
Tillandsia flabellata Baker X X X
Tillandsia juncea (Ruiz & Pav.) Poir. X X X
Tillandsia schiedeana Steud. X X X
Tillandsia usneoides (L.) L. X
Tillandsia zoquensis Ehlers X X
ORCHIDACEAE
Acianthera breedlovei Soto Arenas, Solano y Salazar X
Clowesia russelliana (Hook.) Dodson X
Dinema polybulbon (Sw.) Lind. X
Domingoa purpurea (Lindl.) van den Berg. & Soto-Arenas X X
Encyclia bractescens (Lindl.) Hoehne X
Encyclia incumbens (Lindl.) Mabb. X
Epidendrum cardiophorum Schltr. X X X
Epidendrum ciliare Jacq. X
Epidendrum martinezii L. Sánchez & Carnevali X
Epidendrum melistagum Hágsater X
Gongora leucochila Lem. X
Guarianthe auriantiaca (Bateman ex Lindl.) Dressler& E.
Higgins X X X
Isochilus latibracteatus A. Rich. & Galeotti X X
Lycaste aromatica (Graham ex Hook.) Lindl. X
Maxillaria densa Lindl. X
Maxillaria variabilis Bateman ex Lindl. X X
Nemaconia striata (Lindl.) Van den Berg. Salazar & Soto-Arenas X
Nidema boothii (Lindl.) Schltr. X X X
Notylia barkeri Lindl. X X
Notylia orbicularis A. Rich. & Galeotti X X
Oncidium leucochilum Bateman ex Lindl. X
Oncidium sphacelatum Lindl. X X X
Platystele stenostachya (Rchb.f.) Garay X X
Pleurothallis sp. X
Polystachya cerea Lindl. X X
Prosthechea chacaoensis (Rchb.f.) W.E. Higgins X
Prosthechea cochleata (L.) W.E. Higgins X X
Prosthechea ochracea (Lindl.) W.E. Higgins X X X
Rhyncholaelia glauca (Lindl.) Schltr. X X
Scaphyglottis fasciculata Hook. X X X
Specklinia tribuloides (Sw.) Pridgeon M.W. Chase X
Stelis aff. purpurascens A. Rich. & Galeotti X
Trichocentrum andreanum (Cogn.) R. Jiménez & Carnevali X X X
Trichocentrum ascendens (Lindl.) M.W. Chase & N.H. Williams X
61
Trichocentrum brachyphyllum (Lindl.) R. Jiménez X
Trichosalpinx blaisdellii (S. Watson) Luer X
MAGNOLIOPSIDA
APOCYNACEAE
Plumeria rubra L. X
ARALIACEAE
Oreopanax capitatus (Jacq.) Decne. & Planch. X
ASTERACEAE
Sinclairia glabra var. hypoleuca (Greenm.) B.L. Turner X
BEGONIACEAE
Begonia pinetorum A. DC. X
CACTACEAE
Epyphillum phyllantus var. phyllanthus (L.) Haworth X X
Hylocereus undatus (Haw.) Brit. & Rose X
Pseudorhipsalis ramulosa (Salm-Dyck) Kimmach X X X
Rhipsalis baccifera (Sol.) Stearn. X X X
Selenicereus aff. nelsonii (Weing.) Britton & Rose X X
Selenicereus grandiflorus (L.) Britton & Rose X X
COMMELINACEAE
Callisia gentlei var. gentlei Matuda X
LORANTHACEAE
Psittacanthus calyculatus (DC.) G. Don X
Struthanthus marginatus (Desr.) Blume X X
MORACEAE
Ficus insipida Willd. X
Ficus petiolaris Kunth X
PIPERACEAE
Peperomia angustata Kunth X
Peperomia blanda (Jacq.) Kunth X X
Peperomia deppeana Schltdl. & Cham. X X X
Peperomia obtusifolia (L.) A. Dietr. X X
Peperomia pereskiifolia (Jacq.) Kunth X X
Peperomia tlapacoyensis C. DC. X
Peperomia tetraphylla Hook. & Arn. X X
62
Anexo 2. Listado de las especies de árboles hospederos muestreados para este estudio. Leyendas:
ASR = acahual sucesional reciente; ASA = acahual sucesional avanzado; BS = bosque
semiconservado, Nd= No determinada, P= Pionera, Si= Secundaria inicial, T= Tardía.
63
Bernoullia flammea Oliv. T
X
Guazuma ulmifolia Lam. P
X X X
Heliocarpus reticulatus Rose P
X X X
MORACEAE
Ficus insipida Willd. Si
X
Ficus petiolaris Kunth Si
X X
Trophis mexicana (Liebm.) Bureau T
X X
MELIACEAE
Cedrela odorata L. Si
X
Swietenia humilis Zucc. T
X X
Trichilia hirta L. P
X
MYRTACEAE
Eugenia sp. T
X
Psidium guajava L. Si
X
Psidium sartorianum (O. Berg) Nied. Si
X X
PENTAPHYLACACECAE
Ternstroemia pringlei (Rose) Standl. Si
X
PRIMULACEAE
Ardisia escallonioides Schltdl. & Cham. T
X X X
RUTACEAE
Citrus × limon (L.) Osbeck Nd
X
SAPOTACEAE
Manilkara zapota (L.) P. Royen T
X
URTICACEAE
Coussapoa purpusii Standl. T
X X
Urera baccifera (L.) Gaudich. ex Wedd. Si
X
64
Anexo 3. Boxplot de de los DAP DAP de los árboles hospederos muestreados en los tres estadios
sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas.
65
Anexo 4. Boxplot para observar las diferencias entre la altura de los árboles hospederos muestreados
en los tres estadios sucesionales de selva baja caducifolia en San Fernando, Chiapas.
66