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Cultivo de marihuana

 Tener las semillas


 Poner las semillas en un taper con una servilleta húmeda y dejar germinar unos días.
Después se coloca en un sitio oscuro y cálido, por ejemplo
se suele recomendar encima del router de conexión a
internet, ya que le dará calor día y noche.
Se debe vigilar que el papel no se seque, ya que las
plantas morirían, recomendado cada 12 horas.
 Germinar las semillas de marihuana y dejar crecer en
una maceta hasta que llega el momento de trasplantarlas.
 Preparar la tierra
 Cavar un hueco en la tierra mínimo de 50 cm de diámetro,
cuanto más grande y hondo, mejor. Entre las plantas, hay
que dejar una separación de al menos 2 metros de
distancia entre un hoyo y otro, de esta manera cada
planta puede tener suficiente espacio propio para
desarrollar las raíces
 “El Nitrógeno es el elemento esencial para el crecimiento.”
 Una vez que las semillas hayan germinado, colócalas en
las macetas pequeñas. En esta etapa necesitan muy poco
riego y luz directa abundante. Alrededor de la tercera
semana ya deberían medir 20 cm y tener 3 pares de hojas
(sin contar los cotileidones). Es el momento del primer transplante.
 Ahora puedes ponerlas en macetas más grandes o si el
clima y resto de condiciones lo permiten, plantarlas ya en
el suelo preparado. La tierra que uses tiene que tener el
número adecuado de nutrientes.
 Abonar durante de la floración
Cuando las marías hayan alcanzado la etapa de floración
es probable que se hayan comido todo lo preparado en el
sustrato y necesite recibir un extra de nutrientes. Para
esto hay varias opciones.
Cuando hagas un cultivo de marihuana en tierra recuerda
siempre que debes cuidar las plantas de los elementos
naturales: protégelas de la lluvia fuerte para evitar
hongos, mantenlas sanas y bien alimentadas para evitar
plagas y átale las ramas para que los vientos no la dañen.
El cannabis debe recibir la luz adecuada, la falta o exceso de luz hace que la planta se
estrese, la cantidad justa de agua y Co2.

Eso nos obliga a aplicar las recetas de Herer con especial interés. La alternativa no es
cáñamo sí, cáñamo no. La alternativa es seguir consumiendo haschisch
escandalosamente adulterado,
y pagando cifras astronómicas al mercado negro por esa bazofia, o desarrollar una
nueva actividad económica que redunde en empleo para muchos, buenos productos,
mayores márgenes de autonomía y un retorno al programa pagano de la sobria
ebrietas, cuya meta es refinar la ebriedad para que no sólo induzca momentos de
bienestar, sino progresos en el autoconocimiento. A fin de cuentas, la alternativa es
intoxicarse con sucedáneos, o sentar las bases de una próspera libertad.
- Antonio Escohotado

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