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Resumen lectura del tema 8

Había chico, en el norte de Europa, llamado Melvin, era granjero. Un día a la semana iba al
pueblo a vender hortalizas, una vez entro a una tienda y robo pero, le detuvieron.

El descubrió que solo con su ingenio podía librarse y, pidió ver al Gobernador. A él, le dijo:
“esta semilla si la plantas crecerán frutas de oro pero, solo una persona que no tenga ni un
pecado puede sembrarla”. Entonces, el Gobernador dijo: “vale, dámela” y, el chico se la dio.

Entonces, el Gobernador no la cultivó, sino que se la dio a otra persona que creía no tenía
pecado pero, esa persona se la dio a otra y, esa a otra, al final, ninguno plantó la semilla
porque todos tenían algún pecado, nadie era bueno del todo.

Los días pasaron y, Melvin pidió ver al Gobernador, le dijo: “no has encontrado a nadie que
pueda cultivar mis semillas”, señalando que todo el mundo comete errores pero, ninguno
estaba en la cárcel y, él si. El Gobernador entendió y dejó libre al chico.

Al final, todos intentaron ser mejores para poder cultivar esas semillas especiales pero, la
verdad es que eran semillas de pera.

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