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Seminario

Curso: EB0020 Trasfondo Histórico de la Biblia

Profesora: Dra. Sofía Quintanilla

Ensayo#8: La Arqueología y la Biblia

Alumna:

LST. Dianna Jaramillo

Cd. Reynosa, Tamaulipas, México

A 29 de octubre de 2021

1
Introducción

Muchas personas suelen pensar que la ciencia está enemistada con la fe.
Específicamente, la arqueología fue vista por mucho tiempo, como enemiga del evangelio.
Más adelante, los descubrimientos arqueológicos demostraron la veracidad del texto bíblico.
El desarrollo de esta disciplina ha sido cada vez más en beneficio de la fe cristiana,
constituyéndose actualmente en una disciplina auxiliar en el estudio de texto sagrado.

El presente ensayo tiene como propósito expresar la importancia de la arqueología en


el estudio de la palabra de Dios, enfatizando algunos conceptos fundamentales, los períodos
en los que se divide la historia antiguo testamentaria y los principales aportes a la
interpretación bíblica.

La importancia de la arqueología

Para poder comprender la importancia de la arqueología es necesario primero


definirla. La arqueología es la ciencia que estudia “los cambios que se producen en las
sociedades, desde las primeras agrupaciones de humanos hasta las actuales, a través de los
restos materiales dispersos en la geografía y conservados a través del tiempo”.1 Es preciso
recordar que la redacción de la Biblia se llevó a cabo durante más de 1500 años, sus
escritores vivieron en una variedad de circunstancias y de épocas, los idiomas en que fue
entregada son hebreo, griego y arameo. Los relatos bíblicos incluyen zonas geográficas
como Egipto, Mesopotamia, la tierra de Canaan, Babilonia, entre otras. Dicho esto, la
arqueología es útil en la investigación bíblica pues ayuda a comprender de manera correcta
las circunstancias, costumbres o creencias de quienes están involucrados en la narración.

Como lo señala Edesio Sánchez Cetina, el propósito de la arqueología es “descubrir, excavar,


recolectar, registrar y estudiar los restos o residuos materiales que dejaron los pueblos y
culturas del pasado.”2 Si bien, en algún tiempo se consideró a esta disciplina como sierva de
la teología a fin de comprobar la realidad de los relatos bíblicos, a partir de los 60´s es
considerada una ciencia auxiliar que ilumina y ayuda a mejorar la comprensión respecto al
contexto de vida narrado en las Escrituras.

Es importante observar la metodología empleada por la arqueología como la estratigrafía y


la tipografía. Esta permite el establecimiento de relaciones cronológicas, geográficas y
técnicas. Mientras la estratigrafía estudia la relación de los objetos con las capas o depósitos
en las que se encuentran dichos objetos, la tipografía los clasifica de acuerdo a su taxonomía
comparando los objetos unos con otros.

La relevancia de la Biblia destaca en su naturaleza, pues no es solo un libro de historia, es la


revelación de Dios con respecto a la humanidad a través del establecimiento de un pueblo
del cual saldría el Salvador. Como lo indica Demien Noel: “El trabajo de los historiadores nos
permite conocer mejor los comienzos de este pequeño pueblo y de iluminar la fe que le ha
animado y le ha hecho vivir el pasado de los siglos hasta hoy.”3 Ver la arqueología desde

1
Colin Renfrew, Bahn, Paul G. Introducción. (Cambridge University Press: 24 de septiembre de 2021), 3-8
2
Edesio Sánchez Cetina. Descubre la Biblia II. (Miami, Florida: Sociedades Bíblicas Unidas, 2006), 161.
3
Damien Noël. Los orígenes de Israel. (Estella, Navarra: Editorial Verbo Divino; 1999), 4.
2
esta perspectiva librará de los prejuicios ostentados por muchos siglos de considerar a esta
ciencia como enemiga de la fe, por el contrario, encontraremos en ella un camino confiable
para dar a los escépticos evidencias de la credibilidad de la Biblia y a los creyentes, motivos
para alabar a Dios por su bendita Palabra.

En la época actual abunda el subjetivismo y las nuevas revelaciones donde los lectores y,
tristemente, muchos predicadores se sienten libres de interpretar las Escrituras sin considerar la
historia y el contexto original, apelando a la revelación que da “el Espíritu”. De esta manera,
aunque bien intencionados, interpretan la Palabra desde sus propias experiencias y culturas,
alejándose del sentido original del texto. Conviene ver entonces que la arqueología bíblica
es una herramienta hermenéutica invaluable en situaciones en las que las alusiones culturales
y los escenarios sencillamente nos han evitado en el pasado, porque el contexto perteneció
a otro lugar y época completamente ajena a nosotros.

Los periodos o eras arqueológicas

Según los descubrimientos obtenidos, la arqueología considera los periodos de la


historia de acuerdo al material utilizado principalmente en la fabricación de armas,
herramientas y todo tipo de recipientes de uso ordinario en el hogar. De allí que los períodos
o eres arqueológicas, específicamente las del Antiguo Testamento, se clasifiquen en Edad de
piedra, edad de bronce y edad de hierro, principalmente.

Periodo Fechas a.C.


Bronce antiguo 3000-2200
Bronce medio
I 2200-2000
II A 2000-1750
II BC 1750-1550
Bronce tardío
I 1550-1400
II AB 1400-1200
Hierro
IA 1200-1150
IB 1150-1000
II A 1000-900

Conviene hacer una breve consideración de los sucesos más relevantes en cada uno de
estos periodos para tener una perspectiva general de cada uno de ellos y el desarrollo de la
historia del pueblo.

La edad de bronce antiguo (3300-2200)


Este período arqueológico presenció el inicio de una cultura urbana en la tierra, con
ciudades estado más o menos autónomas desarrollándose alrededor de importantes
ciudades amuralladas. Los sitios importantes durante esta era fueron Meguido, Jericó, Ai y
Beth Shan, todos en el norte o en el centro de Palestina. Alrededor de los años 2650 al B 2350
antes de Cristo sucedió un colapso de origen desconocido en la cultura urbana,
especialmente en el norte. Algunos consideran que los problemas ambientales fueron una
causa muy probable mientras que la Biblia señala que Abraham se dirigió a Egipto durante
una hambruna (Génesis 12:10).
3
La edad de bronce media (2200-2000)
Este período abarca la era de los hicsos en Egipto. Las ciudades prominentes fueron Tel
Apehk, Biblos, Acco, Meguido, Jericó y Beth Shan. Además, el arte de la alfarería comenzó a
progresar significativamente cuando los alfareros aprendieron a usar el trono rápido para
crear vasijas cada vez más finas. Como lo indica Sánchez, en “el bronce medio también se
construyó una acrópolis real; esto y la presencia de tres tumbas de piedra muestran que en la
ciudad-estado de Meguido existió una bien establecIda clase noble, varias construcciones
de uso doméstico dan evidencia de esto. El área de las construcciones religiosas, donde está
el altar y el primer templo, siguió en servicio durante este periodo.4

La edad de bronce tardía (1550-1200)


Este período se caracterizó por una gran cantidad de destrucción. Los gobernantes egipcios,
especialmente Thutmose III (aprox. 1479-1424 a.C.), hicieron invasiones en Canaán para
mantener a las ciudades-estado subordinadas ante las demandas de los egipcios. “Al final
del periodo se manifiestan tres datos históricos importantes para el estudio de la historia de
Israel: (1) el declive de las ciudades-estado cananeas y el fin de la hegemonía egipcia en
Canaán; (2) la llegada y establecimiento de los «pueblos del mar», —Ios filisteos—;(3) el
asentamiento de las tribus israelitas en territorio cananeo.”5

La edad de hierro (1200-900)


Aunque la invasión israelita a la tierra de Canaán parece haber ocurrido en el año 1400 a.C.
Casi no hay evidencias arqueológicas hasta el año 1200 a.C. Durante esta época la nación
de Israel comenzó a tomar forma. Casas de cuatro paredes y alfarería con reborde
ribeteado aparecen en esta época. También aparecen los filisteos en Canaán, con su
alfarería bicolor, como parte de la migración de los pueblos marítimos. Durante el período de
los jueces los israelitas se unieron debido a su pacto común con Dios, pero la presión
constante de enemigos externos los condujo a buscar protección en una unidad política más
fuerte, surgiendo así la monarquía.

Como puede observarse, los hallazgos arqueológicos permiten establecer en aproximación


las fechas en que se registran los eventos bíblicos. Los usos y costumbres de los pueblos, su
aparición y desaparición ilustran en gran medida la realidad expresada en el texto bíblico.
Los diferentes estratos revelan períodos específicos en la historia de las naciones, reviviendo
su cultura relevante para la interpretación bíblica.

Aportes de la arqueología en cuanto a la vida antigua de las sociedades

Gracias a la arqueología ahora podemos conocer la forma en que se estructuraban


los centros urbanos, quienes eran sus habitantes, cómo eran las clases sociales y el rol de
cada persona según su estrato social. En el caso específico de los israelitas, la arqueología
nos brinda información para identificar que el 90% de la población israelita se establecido en
la cordillera montañosa central conocida como Cisjordania. Como lo señala Sánchez, al
hablar de la llanura costera: “ninguna ciudad de importancia existía o se construyó en esa
zona. Ya los filisteos y otras naciones se habían adueñado de las principales ciudades y tierras

4
Sánchez, 177.
5
Ibid, 178.
4
de la llanura.”6 Esto llevó a que el dios de los israelitas fuera conocido como el Dios de las
montañas (1 Reyes 20:23).

Con respecto a la vida familiar se puede notar que los asentamientos humanos en Israel
fueron pequeñas aldeas rurales, cuya cantidad de habitantes no rebasaban las 150
personas. Las investigaciones arqueológicas aportan información sobre tres tipos de aldeas:
(1) villas en formas de anillos, (2) villas con caseríos aglomerados y (3) los conocidos “cascos
de hacienda” constituidos por una edificación central rodeada por pequeñas
construcciones. Las casas, particularmente, tenían diferentes estructuras, siendo la más
común la casa con dos hileras de pilares de piedra, las cuales eran pequeñas edificaciones
de dos niveles con un cuarto amplio como parte de la misma estructura.

La constitución de la familia se hacia a partir del núcleo familiar del esposo y la esposa,
extendiéndose hacia abajo con los hijos y nietos. Hacia los lados se extendía con los
hermanos y sus esposas, mientras que las hermanas ya no eran consideradas como parte de
este clan familiar. A la familia podían agregarse personas como los cautivos de guerra,
exiliados, asalariados o quienes por motivos de desastres familiares se constituían en siervos o
esclavos.

Otro aporte de la arqueología a la vida de las sociedades antiguas es la apreciación de la


tierra de Canaán como un lugar estratégico anhelado por las grandes potencias de la
época como Egipto, Asiria y Babilonia. La expresión “tierra que fluye leche y miel” se
comprende mejor al considerarla como una importante ruta internacional para el comercio y
la milicia. El análisis del suelo y las condiciones climatológicas dejan claro la dificultad para la
retención del agua en tierra palestina. Aunado a estos, las constantes referencias a épocas
de sequía y hambruna en Israel dejan claro el sentido preciso de la frase.

Es importante considerar el pensamiento de Noël, quien declara: “La identidad israelita es


presentada, en principio, con el relato del nacimiento de un pueblo. La imagen unificada e
ideal de un pueblo nacido de Dios precede a la realidad, más compleja, en que la historia se
explica a partir de poblaciones protoisraelitas hasta su organización en un Estado
monárquico.”7 La arqueología entonces, evidencia el origen divino de un pueblo que pudo
prevalecer pese a los periodos turbulentos de oposición y escasez, a pesar de no tener el
mejor territorio y enfrentar grandes enemigos.

Aportes de la arqueología en la exposición del texto sagrado

Sin lugar a dudas, la aportación más grande de la arqueología para los predicadores
de la Palabra es la comprensión que les brinda de las sociedades descritas en el texto
sagrado, incluyendo sus ciudades, dinámicas familiares, roles, usos y costumbres. Esto sitúa al
intérprete en el contexto cultural y en la cosmovisión del hagiógrafo, haciéndole partícipe de
ella. De esta manera puede ser fiel al mensaje de Dios y comunicarlo con eficacia,
produciendo en los oyentes actuales el mismo impacto que produjo en los destinatarios
originales.

6
Ibid, 184.
7
Noël, 5.
5
Según lo indica la lectura del documento de Edesio, los hombres y mujeres entre los 12 y 30
años se dedicaban a las tareas más importantes y duras, trabajando de sol a sol, mientras
que los niños ayudaban en las labores menos pesadas. Si bien los hombres adultos se
dedicaban a la preparación de los terrenos para la agricultura, la edificación de viviendas, la
construcción de cisternas y todo lo relacionado con el inicio del establecimiento de una
aldea, el resto de las labores y responsabilidades no presentaba diferenciación entre
hombres y mujeres.8 Esto es importante porque presenta el listado amplio de actividades que
que realizaban las mujeres en el contexto judío incluyendo aquellos trabajos que requerían
precisión y artesanado fino como el hilados, cosido, tintura de telas, producción de cerámica
y varias clases de vasos y canastas. Según lo señala el texto, “el trabajo de la mujer no solo
era más variado que el del hombre, sino que requería un mayor grado de destreza y pericia”.

La dinámica descrita por Edesio Sánchez sobre los detalles familiares y el rol de la mujer en la
sociedad, aportan mucho en la interpretación de pasajes como Proverbios 31:10 al 31. En el
contexto occidental actual es común ver a la mujer descrita en este pasaje como una
heroína multitarea a la que nada se le dificulta, totalmente alejada de la realidad
contemporánea. Surge entonces la frustración al leer el versículo 10: “¿quién la hallará?

Si bien el texto denota dificulta, el tema central expresa, en realidad, la valoración que debe
hacerse del trabajo de la mujer en el hogar. Al considerar la lectura de Edesio, se puede
observar que esta diversidad de actividades era la realidad de las mujeres en la sociedad
rural de Israel. Al analizar en paralelo la lectura documental con el proverbio, se aprecia
algunas actividades ordinarias para las mujeres como la preparación de la comida (vv. 14,
15), el cultivo de la huerta (vv. 16, 17), la producción de textiles (vv. 13, 19, 22) y el trabajo de
sol a sol (v.18). Entonces, cobra sentido la consideración del versículo 29: “Muchas mujeres
hicieron el bien; más tú sobrepasas a todas”. Muchas mujeres israelitas se esforzaban por
dignificar su hogar y su familia cumpliendo con las obligaciones que en su cultura
correspondían.

Quizá la cultura latinoamericana sea distinta, pero el principio que prevalece es el esfuerzo
que cada esposa y madre debe realizar porque en su hogar no haga falta alimento, abrigo y
amor. Independientemente de la cantidad de actividades o la naturaleza de las mismas, el
elogio corresponde a aquellas que se esmeran en las actividades que les corresponden
siendo responsables de aquellos que están a su cuidado. Desde mi perspectiva personal,
este pasaje bíblico en su contexto histórico y cultural, provisto por la arqueología, es digno de
ser compartido con la congregación.

Conclusión

La arqueología es una ciencia que nos auxilia en el estudio de la Biblia. A través de ella
podemos conocer el contexto de las comunidades descritas en ella y apreciar de manera
fiel el mensaje provisto por Dios para la humanidad. Todo intérprete y predicador responsable
debe atender a la arqueología a fin de comprender correctamente el contexto histórico y
cultural de la Escritura y ser fiel a la idea del autor humano, pero, sobre todo, del autor divino.

8
Sánchez, 188.
6

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