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Personajes:

Narrador
Agustín Gamarra
José Pacha
Compatriota de Aten
Tiluca
Madre de Tiluca
Padre de Tiluca (Manuel Cito)
Guardiana
Curandera
Dueña de la tienda

CAP I
LA MUCHACHA QUE NO CONOCÍA EL SABOR DE LA SAL

Narrador
- En la lucha por la libertad, los defensores de la Republíquela de Larecaja bajo órdenes
del sacerdote Idelfonso de Muñecas tuvieron días de gloria, pero después de su muerte
sus seguidores fueron cruelmente perseguidos por los realistas a cargo de Agustín
Gamarra.
Agustín Gamarra
- Soldados debemos acabar con los rebeldes que quedan, no debemos perdonar a
ningún indígena.
Narrador
- La situación de los exguerrilleros de Apolo era tan desoladora que José Pacha reunió
a treinta familias para abandonar el pueblo de Aten.
José Pacha
- Queridos compatriotas debemos buscar un lugar seguro para vivir, si no queremos
morir a manos de los españoles.
Compatriota de Aten
- Ya hemos caminado muchos días, gracias al cielo encontramos esta hondonada como
refugio, sus enormes rocas y follaje nos esconderán.
Narrador
- Allí mismo levantaron sus chozas para vivir aislados del resto del mundo y José Pacha
fue elegido como jefe supremo.
José Pacha
- Como líder debo impedir el contacto con las gentes de afuera por lo que las leyes que
dictare deben ser estrictamente obedecidas sin excepción.
Guardiana
- Nosotros debemos proteger que nadie entre o salga de nuestro nuevo hogar, y lo
haremos cueste lo que cueste y daremos cap.2muerte a quien lo intente.
Narrador
- Pese a la guerra que había a lo largo del continente los seguidores de Pacha vivían
pacíficamente y con lo necesario para vivir bien.
CAP II
LA CURIOSIDAD DE UNA MUCHACHA
Padre de tiluca (Manuel Cito)
- Querida esposa nuestra Tiluca ya ha cumplido 13 años me preocupa su forma de ser
cada vez más temeraria y curiosa.
Madre de Tiluca
- Así es querido, ojalá jugara como los demás niños de la aldea.
Tiluca
- Me esconderé tras estos matorrales para oir que dicen los ancianos.
Ancianos
- Recuerdan cómo eran las tierras en que vivíamos, los extenso terrenos y paisajes
maravillosos oh y sabroso sabor de la sal, como no extrañar todo eso.
Tiluca
- Debo salir a conocer el mundo del que hablan los ancianos y probar el maravilloso
sabor de la sal.
- Me cubriré con estas ramas para que los guardias no me vean, pero ellos están muy
atentos ¿Qué hare?
Guardianas
- Mira ese jabalí atrapémoslo
Tiluca
- Qué suerte que los guardias se fueron tras ese jabalí ahora podre salir de aquí.
Narrador
- Así, Tiluca camino muchas leguas hasta que encontró Aten el pueblo del que eran
sus compatriotas.
Tiluca
- Preguntare si alguien tiene un poco de sal, le preguntare a esa señora.
- ¿Puede usted regarme un trozo de sal?
Señora
- ¡Oh! Lo haría, pero soy muy pobre asi que debo vender todo lo que ves en mi
tienda.
Tiluca
- ¿Puedo cambiar esta pepita de oro que me regalo mi padre por un poco de sal?
Señora
- Claro tomo muchacha llévate toda esta sal
Tiluca
- Qué alegría lo esconderé en mi vestido para que nadie lo vea cuando regrese a casa.
- Qué suerte nadie se dio cuenta de que me fui de aquí, esconderé esta preciosa sal al
pie de este árbol.
- Que deliciosa es la sal como mejora cada comida.
Madre de Tiluca
- ¿Querido has notado que nuestra tiluca come más que antes?
Padre de tiluca
- Es cierto, hija ¿Qué es diferente que ahora saboreas tanto la comida?
Tiluca
- No es nada solo es que tengo más hambre
- No puedo decirles la verdad o me acusaran con el jefe
- Que, ya es el último trozo de sal.
CAP III
EL VICIO FATAL
Narrador
- Tiluca sin la sal no podía acostumbrarse al antiguo sabor de sus comidas por lo que
pronto perdió el apetito y como consecuencia enferma.
Padre de Tiluca
- Nuestra hija cada día empeora debemos llamar a la curandera.
Curandera
- La niña está delirando y pide que le den sal desesperadamente.
- Debo avisar a Pacha para que este al pendiente.
- Porque si la muchacha salió del pueblo para conseguir la sal eso podría ser peligroso
para todos
Madre de tiluca
- La niña no mejora. No importa cuanta medicina le demos
Tiluca
- Debo intentar salir, aunque este adolorida y enferma.
- Qué suerte las guardianas están dormidas debo cruzar al otro lado.
- ¡hay me duele!
Guardianas
- A dónde vas sabes que nadie puede salir de aquí, debemos llevarte ante el jefe.
Pacha
- Por cometer un crimen tan grave serás enterrada viva al pie de este árbol al
amanecer.
- Guardianas escuchen bien no deben decirle nada de esto a nadie ni siquiera a sus
padres.
Padre de tiluca
- Querida ya hemos buscado en todos lados a la niña que habrá sido de ella.
-
CAP IV
EL MILAGRO DE LA SAL

Madre de tiluca
- Este era el árbol preferido de nuestra hija, cuanto más durara nuestro sufrimiento.
Padre de tiluca
- Ella puede regresar debemos venir aquí cada día a esperarla.
- ¿Qué hay allí? ¿Por qué el suelo esta blanco?, mira querida creo que es sal.
Narrador
- Desde ese día los habitantes tuvieron una fuente de sal con la que condimentaban
sus alimentos hasta que un día paso algo.
Habitante
- Oigan todos, se acabó la sal ¿Cómo podremos comer ahora?
- Pacha déjanos salir a buscar esta preciosa sal.
Pacha
- No, no pueden ir no es seguro allí afuera.
Narrador
- Nadie hizo cazo así que todos se fueron y llegaron al pueblo de Aten y allí supieron
que la batalla había terminado.

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