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CAP 1

Las lenguas de especialidad llamadas también lenguas para fines específicos, son variedades funcionales de
la lengua estándar que se han desarrollado históricamente como instrumentos de comunicación en un
determinado ámbito científico o profesional. Estos lenguajes se basan en las estructuras fonéticas,
gramaticales y léxicas de una lengua natural y se caracterizan por una propia neología y por la preferencia
por ciertas formas gramaticales y discursivas, ya que cada sector selecciona los medios lingüísticos más
adecuados para expresar sus propios conceptos de la forma más clara posible para favorecer la
comunicación entre los expertos o entre estos y el público.

Para describir las LE hace falta distinguirlas de las otras variedades de la lengua, o sea, el uso alterno de
formas diferentes de decir lo mismo: hay variedades diatópicas/dialectos, según el lugar; variedades
diastráticas, según la estratificación social de los hablantes; variedades diafásicas, según la elección por el
hablante del estilo/registro más adecuado a la situación comunicativa.

No constituyen un conjunto cerrado, sino en constante ampliación: hay influjos recíprocos, palabras que
pueden adquirir significados nuevos en un ámbito especializados  ciertos términos nacidos en un sector
de especialidad cambian de significado al pasar a otros.

Esta denominación procede de la tradición inglesa cuando se planteó el problema de la lengua de los
negocios. Estas variedades de lenguas se dividen en 3 categorías principales: JERGAS, lengua de grupos
sociales con finalidad críptica; LENGUAJES SECTORIALES, propios de las distintas actividades profesionales;
LENGUAJES CIENTÍFICO-TÉCNICOS, los l. que utilizan las diversas ciencias para la definición de sus propios
objetos.

Los objetivos de la comunicación especializada son: el epistemológico, relacionado con el saber científico; y
el pragmático, dirigido a la acción.

Las LE combinan un componente temático, que depende de los contenidos de la materia en cuestión, con
un componente vinculado al contexto y a las finalidades pragmáticas del acto comunicativo.
dimensión horizontal: corresponde a su finalidad epistemológica, que comporta la búsqueda de signos
lingüísticos más adecuados para expresar ciertos contenidos. Se relaciona con el componente temático, con
el saber compartido por los expertos del sector. Este fenómeno comporta la formación de léxico específico
cuyos elementos remiten a un solo referente y se caracterizan por una relación biunívoca entre significante
y significado  la dim. horizontal se manifiesta principalmente en el léxico. Los términos especializados
(tecnicismos) son unidades léxicas que presentan un sentido unívoco en un dominio específico. La
actuación de nuevos términos se realiza de acuerdos con los procedimientos de formación de palabras,
mientras que la fijación del sentido de estos términos se produce con el consenso de la comunidad de
expertos en el tema. La creación de estos términos tiende a la monosemia y no a la ambigüedad.

Dimensión vertical: se refiere al uso de un determinado lenguaje como instrumento de comunicación entre
los miembros de una cierta comunidad profesional, o entre esta y el público. Se encentra en cuestiones
pragmáticas y comunicativas superando el nivel de análisis lingüístico para fijarse en la función del texto.
Hace referencia a los interlocutores, las circunstancias comunicativas, intenciones del acto comunicativo. Se
suelen identificar 3 niveles comunicativos que cambian según el destinatario: la comunicación entre
especialistas, caracterizada por la presencia de terminología y conocimientos compartidos; la comunicación
entre especialistas y semi-especialistas, con los textos didácticos; la divulgación, dirigida a un público que
no tiene ni idea de lo que se habla.

Se puede producir una circulación internacional de la terminología especializada que a partir de una lengua
de origen se traduce o se adapta a otras. Destaca también el peso de los factores culturales que se
manifiestan tanto en la transmisión como en las relaciones interpersonales.
CAP 2, neologismos

Las lenguas se van renovando en el tiempo y en determinados periodos históricos los cambios son aún más
significativos y frecuentes. El léxico es el sector más expuesto a este fenómeno y puede desembocar en la
desaparición de unas palabras que formaban parte del conjunto léxico, o bien en la aparición de otras
nuevas que enriquecen el sistema. El proceso de formación de nuevas palabras se define como neología
mientras que el producto de dicho proceso neologismo.

Según las necesidades por las que se forman nuevas palabras, o sea practicas o expresivas, destacan la
neología denominativa, y la neología estilística. La primera se basa en la necesidad de dar un nombre a un
objeto o concepto nuevo a causa, por ejemplo, del desarrollo científico, tecnológico, por cambios sociales y
culturales… puesto que unos neologismos responden a ideas/conceptos de una determinada época, se
convierten en palabras-testigo, reveladoras de las condiciones culturales y sociales de aquel periodo. La
segunda consiste en la creación de palabras para fines expresivos, como en el sector de la prensa.

Los neologismos se clasifican según el procedimiento de formación de estos: NEOLOGÍA DE SENTIDO,


NEOLOGÍA DE FORMA, PRÉSTAMOS.

La neología de sentido consiste dotar de un significado nuevo a una palabra ya existente en la lengua y
estas palabras adquieren un sentido especializado que funciona en un determinado contexto profesional.
● revitalización: se refiere a una palabra que había caído en desuso y que ahora se emplea con un nuevo
significado. En otros casos los términos españoles resucitan gracias al influjo del inglés como en polución.
● cambio por metáfora o metonimia: mediante un proceso analógico, para que unos términos científicos
sean más accesibles y da lugar a ampliaciones/especializaciones del contenido semántico de la palabra.
● trasvase léxico: paso de un término que pertenece a un determinado sector a otro a causa de la
correspondencia de los conceptos.
● terminologización: a una palabra de la lengua estándar se le asigna un significado más específico que la
convierte en un tecnicismo.

La neología de forma comprende la creación de significantes y significados nuevos mediante los


mecanismos de formación de palabras y siguiendo las reglas morfosintácticas. Los procedimientos
morfológicos son: derivación, composición, parasíntesis, acortamiento, siglación y acronimia.
● la derivación es el proceso que nos permite formar nuevas palabras a partir de otras añadiendo unos
afijos que se aplican detrás de la raíz léxica (sufijos) o delante de la raíz léxica (prefijos) prefijoides son
piezas léxicas que proceden del acortamiento de otras palabras y se utilizan como prefijos tradicionales. Se
llaman alterativos los sufijos que causan una alteración al lexema al que se aplican en sentido aumentativo
y diminutivo, causando un cambio semántico.
● la composición es el proceso que nos permite formar palabras a partir de unidades léxicas ya existentes:
hay unidades léxicas simples, cuando las palabras se unen gráficamente, y complejas, cuando los
constituyentes no están unidos gráficamente. El segundo tipo de composición puede dar lugar a
compuestos unidos por un guión, a locuciones nominales con o sin preposición.
● la parasíntesis consiste en la aplicación simultanea de prefijación y sufijación.
● el acortamiento consiste en eliminar un fragmento de la palabra originaria sin que se cambie su
significado ni la clase gramatical. Procesos similares son: la acronimia, o sea unir el comienzo de una
palabra y el final de otra para formar una palabra nueva, y la siglación, un proceso de abreviación típico de
las organizaciones públicas y privadas.

Los préstamos son palabras extranjeras que se han insertado en el vocabulario de una lengua por motivos
culturales, sociales, por dependencia económica, política de otros países. Todas las lenguas se han
enriquecido mediante la adopción de préstamos, sobre todo inglesismos. Hay préstamos de necesidad,
cuando la adopción de palabras extranjeras responde a motivos necesarios, o por descubrimientos y
conceptos científicos. Hay préstamos de lujo (neología estilística) que nace del deseo de identificarse con
una civilización. Hay diversos tipos de préstamos según el grado de adaptación:
● préstamos crudos: integración sin adaptación a la fonética y grafía del español (swap).
● préstamos naturalizados: presentan adaptación léxica a las reglas fonéticas y gráficas (fútbol).
● calco léxico: integración del significado de la palabra mediante la traducción de sus componentes (ratón).
● calco semántico: asimilación de una acepción de la palabra extranjera con la que mantiene una
vinculación semántica (firma, planta, habilidad, audiencia, estrella, invasivo, contemplar, convencional).
● calco sintáctico: adaptación de la estructura sintáctica de la lengua extranjera a la propia lengua.
● híbrido: adaptación a medias, parte del modelo es importado y parte es sustituido o calcado (escaneo).
El español siempre ha preferido los prestamos naturalizados o el calco; la tendencia a formar híbridos y
derivados es una prueba.

CAP 3 / CAP 2 (M.V.C.)

El lingüista Sausurre es famoso por haber introducido unas definiciones fundamentales: langue (código de
la lengua) y parole (el uso de la lengua y actividad discursiva). En esta nueva perspectiva, el TEXTO, es una
unidad comunicativa mínima, un acto del habla escrito u oral de cualquier extensión, que para ser
interpretado correctamente tiene que encontrarse en un contexto concreto. El texto depende de la
combinación entre la intención del hablante, las exigencias del contexto y las reglas estructurales impuestas
por el sistema. Se puede interpretar como un entramado de hilos de una tela. Es una unidad transoracional
en la que se enhebran 3 componentes:
●un componente comunicativo: el contenido del texto;
●un componente pragmático: cómo se comunica el mensaje; hay que tener en cuenta los aspectos
pragmático que determinan el acto comunicativo;
●un componente estructural: la forma concreta que toma el texto.

La teoría de los actos de habla fue formulada por Austin, la idea central es que el lenguaje no solo sirve para
transmitir informaciones, sino también para hacer cosas con las palabras: al proferir un enunciado se
realiza una acción. Cuando se produce un acto de habla, se activan simultáneamente:
●acto locutivo: el acto físico;
●acto ilocutivo: el acto que se cumple, la intención de las palabras;
●acto perlocutivo: reacción que se produce en el interlocutor.

En un contexto determinado, las palabras tienen, además de su significado literal, una dimensión
intencional, ya que el texto es la manifestación lingüística de la intención del emisor hacia el receptor.
Según el objetivo que se quiere alcanzar, un texto puede desempeñar unas funciones:
●asertiva: cuando se afirma algo que se considera verdadero; ●informativa: cuando se da a conocer
algo de manera neutra; ●prescriptiva: cuando se establecen normas; ●persuasiva: cuando se intenta
convencer a alguien; ●comisiva: cuando se promete, jura, ofrece… ●fática: cuando el emisor procura
mantener el contacto con el interlocutor; ●expresiva: cuando el emisor se alegra, agradece..
●directiva: pretende que el destinatario se comporte de una determinada manera.
Es difícil encontrar textos que cumplan solo una función, así que es fundamental reconocer la más
dominante.

La coherencia es una propiedad fundamental que se refiere a las relaciones semánticas y pragmáticas que
hacen posible que el texto tenga una estructura lógica, un significado unitario y una continuidad de sentido.
La cohesión es la manifestación de la coherencia; la propiedad que une las funciones gramaticales y
sintácticas que se pueden usar para conectar los componentes del texto. Para obtener armonía cohesiva
hacen falta: recurrencia, elipsis, progresión temática, marcadores discursivos. La recurrencia es
fundamental para mantener el tema y se realiza con repeticiones y sustituciones por un sinónimo,
hiperónimos (palabra cuyo significado es general y engloba otras palabras más específicas). La elipsis es un
mecanismo que aligera el texto ya que elimina los elementos considerados obvios e innecesarios. La
progresión temática es el mecanismo que permite que la información avance y se desarrolle: el tema (info
ya conocida) y el rema (lo desconocido) van alternándose. Los marcadores discursivos, o sea unidades
lingüísticas invariables que guían el discurso.
La adecuación es la propiedad según la cual el texto resulta adecuado a la situación comunicativa
adaptándose al contexto.

Hay diferentes tipologías de textos. Los textos narrativos representan una sucesión de acciones en el
tiempo con respecto a personas o algo inanimado. En esta sucesión temporal se produce un cambio desde
una situación de partida hasta un final nuevo, un desenlace. Los textos descriptivos tienen como objetivo
principal informar acerca de cómo es algo o alguien desde un punto de vista objetivo o subjetivo con
impresiones/evaluaciones personales. Los textos expositivos analizan o sintetizan ideas o conceptos
respondiendo a las peguntas ¿por qué? o ¿cómo? que surgen de un problema. Los textos argumentativos
se proponen demostrar y defender algo con el fin de persuadir al destinatario consiguiendo su adhesión o
convencerlo de la falsedad de una opinión previa. El emisor procura que el receptor alcance la misma
conclusión que ha expresado en el texto. Los textos normativos e instructivos indican los pasos para realizar
una operación o para orientar el comportamiento del receptor.

Los textos poseen características individuales, pero presentan también unas propiedades comunes, que
corresponden a modelos reconocibles: los GÉNEROS, un concepto que procede de la retórica clásica. Los
géneros no son textos concretos, sino construcciones ideales que se han fijado por el uso y se repiten en las
mismas situaciones comunicativas. Constituyen el marco en el que se inscribe todo acto comunicativo.
Cada comunidad de habla comparte unas reglas que permiten identificarlos los textos se adscriben a un
género, si en él se reconoce una macroestructura típica que responde a determinadas normas: comparten
la misma forma de organizar la información y los mismos recursos lingüísticos.
A la hora de producir un texto, el usuario selecciona un género en función de los destinatarios y del
contexto comunicativo. Para el hablante funciona como molde que contextualiza las palabras; mientras
que, para el receptor, se presenta como horizonte de expectativas que lo guían en la interpretación el
género es como una interfaz que relaciona los elementos del texto y del contexto. Cabe distinguir entre
géneros primarios y secundarios: los primeros se basan en la interacción directa entre interlocutores; los
segundos combinan más géneros primarios en construcciones complejas. Las reglas que rigen los géneros
primarios son las compartidas por los miembros de una comunidad lingüística y forman parte de la
competencia comunicativa ordinaria de cada hablante nativo; los secundarios requieren habilidades
específicas.

Dentro de este conjunto, destacan los GÉNEROS PROFESIONALES que nacieron dentro de una actividad
específica para llevar a cabo unos objetivos comunicativos de acuerdo con unas normas aceptadas por los
miembros. Se caracteriza por unos rasgos convencionales; sus características pueden variar en el tiempo de
acuerdo con el desarrollo del sector al que pertenece. La creación de estos géneros es un acto voluntario
que responde a necesidades propias de un sector profesional.

Por lo que concierne el análisis de los textos, el primer paso es reconocer la categoría genérica a la que
pertenece el texto y definir el ámbito temático. En segundo lugar, hay que reconocer el contexto en el que
se elabora el texto, la relación entre emisor y receptor, el objetivo comunicativo e indicar la función textual.
Después se analiza la macroestructura, o sea la división en partes y la tipología textual. Se procede con el
análisis de los elementos microlingüísticos (ej. Léxico). Por último, hay que observar los elementos
extralingüísticos (gráficos, imágenes…).

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