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El objetivo principal de los equipos y grupos de intervención es actuar de forma rápida y coordinada para impedir
daños a las personas o instalaciones durante una situación de emergencia. Deberán estar preparados para
intervenir en dichas situaciones y, en caso necesario colaborar en las tareas de evacuación de las instalaciones y
con las ayudas exteriores si han tenido que ser requeridas.
1.1.- Organización.
¿Cuántas personas son necesarias? ¿Qué labores desarrollará cada una? ¿Cómo las agrupamos? Son preguntas
fundamentales a las que tenemos que responder con una correcta organización a medida de cada empresa. Las
figuras, equipos y/o grupos de intervención son los siguientes:
También, según el tamaño y recursos de cada empresa, pueden existir otros intervinientes:
Centro de Control/Telefonista. Persona o grupo de personas que centralizan los canales de comunicación
y la información relacionada con la situación de emergencia. Se encarga de avisar a la ayuda externa.
Conserje o guarda nocturno.
En líneas generales y aparte de funciones específicas, cada uno de los componentes de los distintos equipos y
todos los miembros deberán:
a. Estar informados del riesgo general y particular que presentan los diferentes procesos dentro de la
actividad.
b. Señalar las anomalías que se detecten y verificar que han sido subsanadas.
c. Tener conocimiento de la existencia y uso de los medios materiales de que se dispone.
d. Estar capacitado para suprimir sin demora las causas que puedan provocar cualquier anomalía:
0. Mediante una acción indirecta, dando la alarma a las personas designadas en el Plan de
Emergencia.
1. Mediante acción directa y rápida como, por ejemplo, cortar la corriente eléctrica localmente, cerrar
la llave de paso del gas, aislar las materias inflamables, etc.
e. Coordinarse con los miembros de otros equipos para anular los efectos de los accidentes o reducirlos al
mínimo.
f. Combatir la situación de emergencia desde su descubrimiento mediante:
0. Accionamiento de la alarma.
1. Aplicando los pasos indicados en el Plan de Emergencia.
2. Atacando la emergencia con los medios de primera intervención disponibles mientras llegan
refuerzos.
3. Prestando los primeros auxilios a las personas accidentadas.
Enviar
Ahora veremos las funciones específicas de cada uno de los miembros de los equipos de emergencia así como su
papel en caso de declararse una situación de emergencia. Como ya los conoces de la Unidad 3, dedicada a
"Instalaciones y Equipos de Extinción de Incendios", repasaremos los cambios introducidos con la entrada en vigor
1. Director del Plan de Autoprotección (DPA): Esta figura aparece con la entrada en vigor del RD. 393/2007
Norma Básica de Autoprotección (en adelante nos referiremos a ella como NBA). Es la persona responsable
única para gestionar las actuaciones encaminadas a la prevención y control de los riesgos antes de que
estos se produzcan, o sea, cuando no hay ninguna emergencia. Se responsabiliza de controlar y gestionar
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lo necesario precisamente para evitar que surja cualquier emergencia. Así, será su responsabilidad, por
ejemplo:
o la programación de simulacros y la formación de los grupos,
o control de la revisión de los medios disponibles,
o etc.
En una situación de emergencia se coordinará con los servicios exteriores que acudan al accidente e informará de
lo sucedido a éstos y al Jefe de Actuación quien pasará a dirigir la actuación.
1. Director del Plan de Actuación en Emergencias (DPAE): Antes conocido como Jefe de Emergencia. Es
la persona de máxima autoridad una vez declarada la emergencia. Es quien activa el plan y toma la decisión
de evacuar el centro, en función de las informaciones que reciba del Jefe de Intervención sobre la evolución
de la emergencia. Es importante que sea una persona habitual en el edificio y que disponga de uno o varios
sustitutos fijándose un orden de prioridad.
1. Jefe de Intervención (JI): El jefe de Intervención es el asesor del DPAE durante las operaciones de control
del siniestro. Una vez en el lugar de la emergencia, valora y asume la dirección y coordinación del Equipo
de Primera o Segunda Intervención. Puede llegar a tener que sustituir al Jefe de Emergencia, por lo que
debe aproximarse al perfil de este cargo.
1. Equipo de Primera Intervención: El Equipo de Primera Intervención está constituido por una o varias
personas que actúan nada más detectarse la emergencia. Dependen del Jefe de Emergencia, (recuerda
que ahora se le llama Director del Plan de Actuación en Emergencias (DPAE). El perfil que normalmente
mejor encaja para estas funciones suele ser el del encargado de planta o sección.
Continuamos exponiéndote la lista de Funciones. Como ves, son muchas, y muchas las personas implicadas en
llevarlas a cabo.
6. Equipo de Alarma y Evacuación: Este equipo está formado por trabajadores que colaboran para que el proceso
de salida o desalojo del Edificio se realice de acuerdo con las instrucciones del Plan de Evacuación.
El Equipo de Alarma y Evacuación actúa en situación de "Emergencia General" y siempre que se active el Plan de
Evacuación.
Un perfil recomendable es el de jefe de zona y/o departamento ya que conocen las bajas, ausencias etc. del
personal dando cuenta al DPAE para el control y conteo.
7. Equipo de Primeros Auxilios: El Equipo de Primeros Auxilios (EPA) estará formado por dos personas como
mínimo y con conocimientos de primeros auxilios y socorrismo. Dependerá directamente del Jefe de Emergencia y
serán personas bien constituidas físicamente.
8. Centro de control/Telefonista: La persona que desempeña este puesto es de gran importancia y además
deberá conocer el manejo de los sistemas de alarma predeterminados (megafonía, timbres, teléfono interior, etc.).
Si la emergencia amenaza al centro, se trasladará a otro punto con el conocimiento del DPAE.
9. Conserje o guarda nocturno: También debe conocer las instalaciones y medios de extinción y estar
mentalizado para realizar sus rondas con actitud preventiva, actuando contra cualquier anomalía que pudiera
provocar alguna emergencia. Si surge, debe saber manejar el extintor más adecuado y avisará al DPAE y a los
Bomberos, guiándoles cuando lleguen.
1.4.- Selección.
¿Cualquier trabajador es idóneo para formar parte de un equipo de emergencia o asumir la responsabilidad de
su gestión? Evidentemente tenemos que concluir que no. La selección y formación de los equipos de emergencia
hay que realizarla con especial atención, ya que no es una tarea fácil porque nos encontramos con inconvenientes
como:
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Los trabajadores no son profesionales de las emergencias, ya que su trabajo es el que la empresa les
encomienda.
Cada persona tiene un grado de motivación y de interés y por tanto de compromiso con este tipo de
acciones.
Se requieren personas con capacidad de liderazgo.
La selección nunca acaba, ya que se producen cambios de personal (ascensos, redistribución en la planta,
etc.).
Los criterios de selección por tanto no pueden ser aleatorios, sino que se buscarán algunas cualidades y procurando
que sean voluntarios. Estas cualidades pueden ser:
Otro aspecto fundamental es el de la formación teórico-práctica para todos los equipos de emergencia, por ello
cobra vital importancia el diseño adecuado del Plan de Formación e Información ante Emergencias, que se puede
integrar en el Plan de Formación General de la Empresa. Más adelante se amplía este apartado.
En alguna noticia de los medios de comunicación habrás advertido que han indicado la necesidad de desalojo de
una parte e incluso la totalidad de un edificio ante una determinada emergencia. Es importante, por tanto, conocer y
establecer una clasificación de emergencias para actuar en consecuencia y de acuerdo a su magnitud, localización
o dificultades.
1. Diurno normal.
2. Nocturno.
3. Festivo.
4. Vacacional.
Para cada empresa puede variar y debemos responder con una organización acorde a cada situación.
Como sabes ya por la Unidad 3, dedicada a "Instalaciones y Equipos de Extinción de Incendios", y concretamente
en el punto 5, dedicado a la organización de la lucha contra incendios, se describen los tipos de emergencias.
Vamos sólo a recordar lo más importante de una forma rápida y pasamos a centrarnos en la estructura y contenido
de un PA.
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A. Conato de emergencia.
Es aquel accidente que puede ser controlado y dominado de forma sencilla y rápida, con los medios
disponibles en el lugar donde se produce, por el personal presente.
Ante un conato de emergencia cualquier trabajador debe realizar las siguientes actuaciones:
En el recurso siguiente encontrarás un esquema de actuación ante una emergencia que desde un conato,
puede agravarse a una emergencia general. Haz clic en el enlace para que se pueda mostrar a pantalla
completa.
Es aquella situación que, aún revistiendo cierta importancia, puede ser controlada con la actuación de los
equipos especiales de emergencia del sector. Los efectos de la emergencia parcial quedarán limitados a
una zona y no afectarán a zonas colindantes ni a terceras personas.
Cualquier trabajador, ante una emergencia de mayor importancia que un conato, debe actuar del siguiente
modo:
Comunicar el incidente utilizando alguno de los medios establecidos (alarma, teléfono, etc.).
Permanecer alerta ante cualquier otra comunicación que sobre la emergencia le sea transmitida por la ayuda
solicitad
A. Emergencia general.
Es aquella situación cuyo control desborda a los equipos y medios de protección propios y requiere de la
ayuda de medios de socorro y salvamento externos. Generalmente comportará evacuaciones totales o
parciales del edificio, según su configuración.
En caso de evacuación, (a criterio del DPAE) cada persona se dirigirá, sin correr y en grupo, por las vías de
evacuación señalizadas, hacia los puntos de reunión establecidos, en donde se identificará ante los
Como recordarás de la unidad 1 dedicada a "Situaciones de Emergencia" y concretamente en los puntos, dedicados
al Plan de Autoprotección (PA), se exponían unos objetivos a la hora de elaborarlo que sin duda recordarás. No
obstante, si haces clic en el siguiente enlace al recurso podrás leerlos con detalle. En él encontrarás los objetivos y
el contenido de un PA.
A continuación vamos a ver cómo se desarrollan los capítulos más importantes con la inclusión de algunas fichas de
ejemplo como recursos que nos servirán de guía.
Es muy importante tener presente que a la hora de redactar un determinado capítulo, no hace falta extenderse de
forma innecesaria en el texto. En la mayor parte de las ocasiones, los datos pueden presentarse resumidos en
tablas sencillas, bastante más claras y fáciles de entender que un texto denso y largo. Además a la hora de su
utilización en una emergencia real la claridad y facilidad para encontrar los datos precisos es vital.
Asimismo, nuestro Plan atenderá en su planificación a los criterios establecidos en el Plan Territorial de
Emergencias de Andalucía (PTEAnd) y quedará a su vez integrado en el Plan de Emergencias Municipal
correspondiente a su ámbito de actuación.
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En resumen, un Plan de Autoprotección deberá caracterizarse por los siguientes atributos:
En su elaboración deben contribuir los trabajadores del centro de trabajo, pues son los que mejor conocen las
características particulares de su centro de trabajo.
El objetivo de este capítulo es describir y representar de forma clara y objetiva toda la información de interés en
relación con el edificio en el que se desarrolla la actividad: localización, características constructivas y de diseño,
sus instalaciones de servicio, etc. en definitiva, se debe aportar toda aquella información que se pueda requerir en
una situación de emergencia.
Descripción del centro o establecimiento, dependencias e instalaciones donde se desarrollen las actividades objeto
del Plan, realizándose una descripción detallada del edificio, por plantas, especificando todas sus zonas y
características de las mismas. Así, se indicarán:
Características generales del edificio: localización, año de construcción, edificios que lo componen, etc.
Características constructivas: tipo de estructura, tipo de cerramientos, tipo de cubierta, escaleras, huecos
verticales, plantas que quedan por encima y debajo de la rasante, etc.
Descripción de accesos y espacios: accesos al edificio con número y dimensiones de los
accesos/salidas, espacios de uso común que pueden ser útiles en caso de emergencia, o bien, pueden ser
peligrosos, como cafetería, vestuarios, almacenes de combustibles, etc.
Instalaciones generales y acometidas. Ubicación de las acometidas de agua, electricidad, gas, etc.,
puntos de corte de los suministros, llaves de corte general.
Cualquier otro dato o característica del edificio que se entienda de interés.
Clasificación y descripción de los usuarios: Identificación, cuantificación y tipología de las personas
tanto afectas a la actividad como ajenas a la misma que tengan acceso a los edificios, instalaciones y áreas
donde se desarrolla la actividad: Cálculo de la ocupación y horarios de las actividades.
Descripción de cada una de las actividades desarrolladas.
Ocupación y aforo: se especificará el número de ocupantes que pueda acoger cada una de las
dependencias del edificio en función de los días y horas.
No debes olvidar que en esta parte debemos dedicarnos a recabar información e ir anotándola en nuestro cuaderno
para después plasmarla objetivamente en nuestro PA, tanto obtenida por nosotros, de forma directa (mediciones,
observaciones, etc.), como a través de la información que nos suministre el titular de la actividad y apoyada con
documentación gráfica, así también se incluirá:
a. Descripción del entorno: El objetivo es indicar la situación del Centro dentro de la ciudad o del término
municipal o si queda fuera del casco urbano, y las características del entorno del centro. Es importante tener
disponible toda la información necesaria para la localización del Centro, así como las carreteras, calles o
avenidas que permiten llegar hasta él desde los distintos puntos de la ciudad.
Se describirá:
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El entorno urbano, industrial o natural en el que figuren los edificios, instalaciones y áreas donde se
desarrolla la actividad.
Los accesos viarios. Condiciones de accesibilidad para la ayuda externa.
Localización.
Características del entorno: geología de la zona, hidrología, ecología, meteorología, sismicidad, red viaria
y edificios o instalaciones que por su singularidad o peligrosidad se encuentran ubicados en dicho entorno.
Toda esta información se puede representar en fichas que recojan los datos esenciales de todos los edificios que
componen el centro de trabajo.
Además, este capítulo se acompañará al menos con la documentación gráfica siguiente:
Un plano de situación del centro, con el entorno próximo donde figuren los accesos y principales vías de
comunicación.
Un plano del centro, en planta donde figuren las distintas acometidas, y los hidrantes si los hubiera, en los
alrededores del centro y la zonificación (Punto o puntos de reunión, lugar donde poner el puesto de
primeros auxilios y lugar de recepción de la ayuda externa)
Un plano en planta de cada edificio del centro, con las acometidas, accesos y salidas de emergencias y
número de ocupantes a máxima ocupación.
Un plano por planta y edificio con las vías de evacuación.
Un plano por planta y edificio con los medios de extinción y el alumbrado de emergencia y
señalización.
Un plano por planta y edificio, señalando las zonas de riesgos si las hubiere (Mapa de riesgo), y la
situación del centro de mando y comunicación.
Una vez conocida la empresa y su entorno próximo, el siguiente paso a dar consiste en determinar aquellas
situaciones razonablemente previsibles que puedan originar situaciones de emergencia en la empresa y, como
Se identificarán los riesgos destacables del Centro, analizando cada uno de ellos por separado y efectuando una
estimación de las posibles consecuencias que originaría a personas, bienes y/o medio ambiente, atendiendo a la
clasificación establecida en el punto 3.2 del PTEAnd, y que está abierta a otros riesgos capaces de generar
situaciones de emergencia.
Tras el estudio del entorno y del Centro, (emplazamiento y descripción de la actividad) y basándose en criterios
objetivos, tales como datos estadísticos u otra información disponible, hay que indicar qué riesgos existen y hacer
una estimación en función de la frecuencia y el daño que pueden producir.
Se identificarán y clasificarán:
Por tanto, se identificarán todos los elementos o acciones de origen natural, tecnológico o antropológico, que
puedan causar daños directos o indirectos sobre personas, bienes y/o medio ambiente. Se tendrá en cuenta
para ello los datos recogidos en la recopilación general de información sobre el edificio tanto exterior como interior,
un análisis histórico de accidentes ocurridos tanto en el propio edificio como en otros de características similares
y las revisiones e inspecciones de seguridad de las instalaciones.
Y por último, se identificarán, analizarán y valorarán los riesgos propios de la actividad y los riesgos externos
que pudieran afectarle. (Riesgos contemplados en los planes de Protección Civil y actividades de riesgo
próximas).
Como ya sabes existe la posibilidad de aplicar numerosos métodos para las evaluaciones de Riesgos en los
puestos de trabajo y en este caso también se pueden aplicar para evaluar (con algunas pequeñas variantes) si el
riesgo potencial de un edificio para desencadenar una emergencia es importante o no. Estos métodos se dividen en:
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Cuantitativos: Carga de fuego ponderada y corregida, William T. Fine, Max Gretener, etc.
Algunos ya los conoces sobradamente, como el de la Carga de fuego ponderada y corregida que estudiaste en la
Unidad 2, dedicada a "Naturaleza del fuego. Agentes extintores", apartado 4.3, dedicado a la "fase de propagación",
o los métodos que utiliza el INSHT.
En el siguiente recurso tienes acceso a una sencilla batería de preguntas propuesta por el INSHT, que nos puede
ayudar a determinar si un local, establecimiento, zona o dependencia presenta riesgo de incendio o explosión,
pudiéndose establecer en la hoja las medidas correctoras a adoptar. Tienes que tener en cuenta que las referencias
a la NBE-CPI/96 se deben entender ahora como referencias al CTE-DB-SI (Código Técnico de la edificación), ya
que la Norma Básica de la Edificación fue sustituida por el Código Técnico de la Edificación tras su aprobación en
2006.
Merece la pena desarrollar un poco más el método Osalán, se trata de una metodología desarrollada por el Instituto
Vasco de Seguridad y salud Laborales en colaboración con la Fundación LEIA entre otros. Y que va dirigida
fundamentalmente a PYMES.
Este método presenta la ventaja de haber sido desarrollado de manera específica para su aplicación en
emergencias por lo que resulta más concreto, fácil de aplicar y muy empleado.
PROBABILIDAD CONCEPTO
Consiste esencialmente en que para cada una de las situaciones peligrosas identificadas, la estimación del nivel de
riesgo se puede realizar en base a una metodología binaria P x C (Probabilidad por Consecuencias) muy similar
a la descrita en el Anexo A de la norma UNE 81905:1997 EX (Guía para la implantación de un sistema de gestión
de la prevención de riesgos laborales), como "Método general de evaluación" y que ha sido ampliamente divulgada
por el INSHT para la evaluación de riesgos laborales.
a. Estimación del riesgo. Se estudiará el nivel de riesgo para cada una de las situaciones peligrosas
identificadas y en cada una de las áreas que ocupan las actividades en alto, medio o bajo, atendiendo a la
probabilidad existente de que se materialicen o produzcan cada uno de los riesgos identificados, así como
la severidad de sus consecuencias.
Para ello se analizará cada uno de los riesgos por separado y se estimarán las posibles consecuencias que se
originaría a las personas, bienes (importe económico de los daños) y/o medio ambiente si el accidente o incidente
llegase a producirse, teniendo en cuenta para ello los distintos niveles de la emergencia según su gravedad y
disponibilidad de medios humanos.
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3.5.- Evaluación y clasificación del riesgo (III).
Como sabes, la materialización de una emergencia puede llevar aparejada la evacuación del centro de trabajo y si
no está correctamente planificada, puede suponer un factor de riesgo añadido. Por lo tanto se han de estudiar en
Para la determinación de la adecuación o no, hay que tener en cuenta principalmente la siguiente
normativa:
o R.D. 314/2006 de 17 de marzo por el que se aprueba el Código Técnico de la Edificación (CTE),
que incluye el DB-SI (Documento Básico de Seguridad en caso de Incendio) y el DB-
SUA (Seguridad de Utilización y accesibilidad).
o R.D. 2267/2004 del 3 de diciembre, por el que se aprueba el Reglamento de Seguridad contra
Incendios en los Establecimientos Industriales.
Nivel de Consecuencias
Riesgo Localización Observaciones
Riesgo previsibles.
Este capítulo se debe componer principalmente con fichas que recogen, identifican y valoran los riesgos derivados
de cada edificio y sus instalaciones, así como las consecuencias de todos los riesgos.
Finalmente, cuando tengamos identificados todos los riesgos en sus zonas y los elementos más vulnerables,
estaremos en condiciones de elaborar un mapa de peligrosidad del edificio, lo que se conoce como mapa de
riesgos y se realizará un plano del mapa de riesgos por cada planta del edificio.
En el siguiente enlace encontrarás una clasificación de los locales y zonas de riesgo especial integrados en edificios
según el CTE-DB-SI. consulta las páginas 19, 20 y 21 del documento.
Una vez evaluados los factores de riesgo, el siguiente paso en la elaboración de un Plan de Autoprotección es
conocer de qué medios de protección disponemos frente a esos riesgos.
Muchas veces suceden accidentes o éstos se agravan por el uso incorrecto de los medios técnicos y materiales
disponibles. Por ello es necesario que todos los empleados de una empresa conozcan los medios de protección que
existen a su alcance y cómo deben usarlos.
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En este capítulo se deben determinar los medios técnicos y humanos disponibles y precisos; se deben definir los
equipos de emergencia y sus funciones, y se deben establecer todos los datos de interés para garantizar la
prevención de riesgos y el control de las emergencias. Se debe especificar como mínimo:
a. Medios técnicos:
o Medios de protección pasiva. Se debe indicar la protección estructural del edificio y/o si existen
estructuras resistentes al fuego en la construcción del mismo, puertas contra incendios, diques y
muros de contención, exutorios, etc. así como sectores de incendio.
Si pulsas con el ratón en la imagen de arriba, se ampliará y podrás ver la interconexión entre los
distintos recursos en la detección y extinción automática de un incendio.
o Medios de protección activa. Debemos señalar si existe un sistema automático de detección y
alarma de incendios que vigilen zonas de especial peligrosidad, así como los equipos de extinción
de incendios:
Extintores. Indicando la clasificación según el agente extintor, la eficacia extintora, su
señalización y ubicación.
Bocas de incendio equipadas. Deben indicarse los tipos, de elementos, la descripción, la
acometida y red de tuberías y el número total de BIEs por planta.
Hidrantes exteriores. Debe indicarse el tipo, las características, el número total y su
ubicación.
Columnas secas exteriores. Debe indicarse el tipo, las características, el número total y
su ubicación.
Rociadores automáticos. Deben indicarse sus características, ubicación del puesto de
control, clase de instalación, etc.
Hemos visto algunos medios que nos facilitan la detección e incluso el control de la emergencia más común como
es el fuego, pero el factor humano es decisivo y un potencial insustituible con el que debemos contar y organizar
para luchar eficazmente contra las situaciones de emergencia por ello hemos de relacionar perfectamente también:
b. Medios humanos
Se efectuará una descripción detallada de los medios humanos, (equipos y grupos de intervención) necesaria y
disponible para participar en las acciones de autoprotección. El inventario se debe hacer para cada lugar y para
cada tiempo que implique diferentes disponibilidades humanas: día, noche, festivos, vacaciones, etc.
Se especificará el número de equipos necesarios de intervención con el número de sus componentes en función de
sus cometidos. Deberá justificarse la dotación de componentes de cada equipo, así como su distribución en todo el
edificio.
Los equipos deben cubrir toda el área del edificio, estarán repartidos por zonas, de manera que cada equipo tenga
definida un área de actuación, que generalmente se corresponderá con aquella en la que estén ubicados sus
puestos de trabajo.
No olvides que otro pilar básico si queremos que nuestro plan de Autoprotección se mantenga vivo y operativo es el
correcto mantenimiento, uso y conservación de las instalaciones contra incendios en particular y del edificio en
general.
Recuerda que se entiende por mantenimiento al conjunto de operaciones y cuidados necesarios para que las
instalaciones, edificios, industrias, etc., puedan seguir funcionando adecuadamente. Se considera uso del centro de
trabajo, la acción y efecto de hacer servir el inmueble para el fin proyectado.
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Un edificio industrial y/o comercial en buen estado se consigue con el uso debido y el mantenimiento de sus
elementos e instalaciones, evitando o retrasando el deterioro, y consiguiendo de esta forma los siguientes objetivos
entre otros:
Seguridad: Los edificios, a medida que van envejeciendo, si no son mantenidos convenientemente,
originan peligros, en razón directamente proporcional a su falta de mantenimiento. Conservando el centro
en buen estado, se reducen los peligros y se aumenta la seguridad del mismo.
Duración y economía: Si el centro de trabajo está en buen estado, dura más y envejece más dignamente.
Parte del mantenimiento periódico puede realizarse por personal no especialista evitando así los
considerables gastos que hemos de efectuar; si por el contrario, es necesario hacer reparaciones
importantes originadas por un pequeño problema que se ha ido agravando por el tiempo, hará la reparación
mucho más costosa, y seguramente necesitará de empresa o personal especializado, que la encarecerá.
Mantener el lugar de trabajo en buen estado, resulta más económico y se aumenta la duración del mismo.
Para la evaluación del riesgo que se ha hecho anteriormente se han tenido en cuenta, entre otras medidas, los
medios técnicos implantados para su control y gestión, por tanto en este capítulo se especificará:
Este capítulo se completa mediante documentación escrita y se incluye al menos un cuadernillo de hojas
numeradas donde queden reflejadas las operaciones de mantenimiento realizadas, y de las inspecciones de
seguridad, conforme a la normativa de los reglamentos de instalaciones vigentes.
Recuerda que en el caso de instalaciones de protección contra incendios serán objetos de un mantenimiento según
la legislación vigente, que en este caso está reflejado en el R.D. 513/2017, por el que se aprueba el Reglamento
de instalaciones de protección contra incendios. En todos los casos, tanto la empresa mantenedora como el
usuario o titular de la instalación, conservarán constancia documental del cumplimiento del programa de
mantenimiento preventivo durante al menos 5 años, indicando:
Detección y Alerta, resultado de una detección automática o manual y de la forma más rápida posible
pondrá en acción al personal de los equipos de primera intervención interiores, e informará a los restantes
equipos interiores y si es necesario, a las ayudas externas. Pulsa sobre la imagen de arriba para abrirla y
ver con mayor detalle la secuencia que se explica.
Concretando, todas estas acciones las recogerá el Plan de Autoprotección y quedará constituido generalmente por
tres fases que se analizarán seguidamente mejor por su gran importancia:
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Plan de Alarma.
Plan de Intervención y/o extinción.
Plan de Evacuación y Apoyo Exterior.
En general ante cualquier alerta se llevará a cabo con el accionamiento de una alarma, ya sea de forma manual,
automática, de viva voz, etc. Se confirmará que no es una falsa alarma por parte del equipo de primera intervención,
el centro de control avisará al DPAE y se definirá el tipo de emergencia de que se trate para actuar según convenga
de acuerdo con el plan de Autoprotección.
A) Alerta.
Se entiende por alerta a la situación declarada con el fin de tomar precauciones específicas debido a la probable y
cercana ocurrencia de un suceso o accidente. Se dan las acciones de detección de la emergencia y alarma, que es
el aviso o señal por la que se informa a las personas para que sigan instrucciones específicas ante una situación de
emergencia.
La alerta se inicia cuando se detecta un incendio u otra emergencia, ya sea por medios humanos o por medios
técnicos (detectores automáticos).
La realización de la detección humana implica una alarma y un medio de transmisión de ésta para dar aviso a los
equipos de intervención del plan. Debe ser rápida y fiable y no ofrecer dudas a la hora de su interpretación, así
podemos utilizar pulsador de alarma, teléfono fijo o móvil, comunicación personal, sirena o campana, megafonía,
etc. Habrá que especificar claramente si existe personal que efectúe recorridos o visitas de inspección, si existe
vigilancia especial en zonas u operaciones de alto riesgo, instrucciones y formación en incendios, e instrucciones y
normas de actuación en caso de alarma.
Si la detección es automática, ésta estará formada por una instalación de detectores automáticos y su
correspondiente central de detección y control que se ubicará en un punto o local permanentemente ocupado
(conserje, guarda, etc.). Habrá que especificar la localización de la central de vigilancia y alarma así como la
programación de ésta para la secuencia de maniobras de la central en función del nivel de alarma, el responsable
en cada turno de la central de vigilancia y alarma, y las instrucciones y formación de los responsable para el manejo
de la central de vigilancia y alarma e interpretación de señales, y las instrucciones y normas de actuación en cada
caso.
B) Intervención.
Consiste en la respuesta a la emergencia, para proteger y socorrer a las personas y los bienes, los medios que se
utilizan son el conjunto de personas, máquinas, equipos y sistemas que sirven para reducir o eliminar riesgos y
controlar las emergencias que se puedan generar.
En el caso de un incendio, por ejemplo, debe atacarse con el extintor más próximo, solicitando ayuda si fuera
necesaria a las personas más próximas al siniestro, sin poner en peligro sus vidas. Dado que el desarrollo de los
incendios se produce de forma exponencial, la actuación sobre el mismo ha de ser lo más rápida posible. Ante la
duda de si se podrá controlar el incendio por medio de recursos propios, es conveniente avisar a los bomberos para
evitar que evolucione hasta proporciones catastróficas.
Cuando existen dudas sobre si el incendio puede afectar a las vías de evacuación, o se prevea que la situación
pueda generar estados de tensión o pánico entre los ocupantes, debe activarse rápidamente el Plan de Evacuación,
utilizando la secuencia que evite los recorridos en las zonas que pueden verse afectadas.
C. Evacuación.
En el Plan de Evacuación se recogen las acciones de desalojar de forma organizada y planificada las diferentes
dependencias del centro cuando haya sido declarada una emergencia dentro del mismo (incendio, amenaza de
bomba...). Se activa tras el Plan de Extinción.
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En caso de evacuación, los componentes del Equipo de Emergencia la iniciarán realizando los recorridos y
dirigiendo al personal hacía la vía de evacuación adecuada, si bien con anterioridad se ha podido evacuar alguna
zona siniestrada, con objeto de facilitar las labores de extinción.
Existen dos vías de evacuación: la horizontal, a través de puertas y pasillos, y la vertical, a través de las escaleras.
D. Apoyo Exterior.
Normalmente está incluido en el plan de evacuación, ya que implica la necesidad de ayuda externa, pero debe
prever que para la recepción e información de los servicios de ayuda externa se deben utilizar protocolos de
comunicación que garanticen la correcta integración de nuestro Plan de Autoprotección en otros de ámbito superior,
lo que se conoce como interfase. Para ello se establecerán protocolos en los que se indique:
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En resumen, asegurar que todo el personal implicado en la emergencia actúa en todo momento de acuerdo con las
directrices del Plan de Autoprotección.
Un Plan de Autoprotección no está concluido hasta el momento que quede implantado y es responsabilidad del
titular de la actividad la implantación y mantenimiento del Plan de Autoprotección. A su vez, de conformidad con lo
previsto en la legislación vigente, el personal directivo, técnico, mandos intermedios y trabajadores estarán
obligados a participar en los Planes de Autoprotección.
En el proceso de evaluación de riesgos que hemos seguido para la determinación de las potenciales situaciones de
emergencia, se ha podido tomar la decisión de implantar diferentes acciones correctoras y/o preventivas para
garantizar una mejor actuación en tales situaciones. Las medidas contempladas principalmente hacen referencia a:
A su vez, siguiendo con los aspectos de adecuación y mantenimiento de los medios de autoprotección y de los
equipos e instalaciones críticas, debemos tener en cuenta las siguientes consideraciones:
Gran parte de los equipos e instalaciones considerados como críticos desde el punto de vista de seguridad
(por ejemplo: centros de transformación, aparatos a presión, almacenamientos de combustibles,
instalaciones de gas, almacenamiento de productos químicos, etc.) están sujetos a la legislación de
seguridad industrial.
Esta reglamentación obliga a intervenir para su adecuación y mantenimiento, a profesionales debidamente
acreditados como instaladores o mantenedores autorizados. Además, periódicamente deben ser objeto
de inspección oficial por un Organismo de Control Acreditado (OCA) o por la propia Administración de
Industria.
Las Oficinas Territoriales de Industria disponen de un registro actualizado de estos profesionales y
organismos autorizados. La empresa deberá conocer en todo momento cuáles son las instalaciones y
equipos sujetos a estos requisitos reglamentarios, con el fin de realizar una correcta adecuación y/o
mantenimiento.
Las instalaciones de protección contra incendios, aunque también se encuadran en el campo reglamentario
de la seguridad industrial, son los medios de autoprotección más comunes en todas las empresas y por ello
concretaremos algunos elementos al respecto.
Los equipos y sistemas de protección contra incendios y la instalación de los mismos deberá
ser conforme con los requisitos especificados en el Apéndice I del Reglamento de instalaciones de
protección contra incendios RD 513/2017.
La instalación de aparatos, equipos, sistemas y sus componentes, con excepción de los extintores
portátiles, se realizará únicamente por instaladores debidamente autorizados y consignados en un libro
registro que disponen al efecto las Oficinas Territoriales de Industria. La autorización administrativa tiene
validez de tres años prorrogables y puede contemplar todos los equipos adscritos al reglamento o
solamente una parte de ellos.
Cuando así se especifique, la instalación de los aparatos, equipos y sistemas de protección contra
incendios, requerirá de proyecto o documentación redactado y firmado por un técnico titulado
competente y de la tramitación administrativa pertinente para su puesta en funcionamiento.
Las revisiones de conservación de las instalaciones de protección contra incendios se ajustarán, al
menos, a los programas de mantenimiento mínimo especificados en el apéndice II del Reglamento y
estarán documentadas mediante acta firmada por el técnico que procedió a su revisión. Existen
excepciones al respecto en la industria minera, nuclear y otras industrias con reglamentación específica.
Para organizar y llevar a cabo todos los puntos anteriores es aconsejable que en empresas de cierto tamaño (a
partir de 50 trabajadores) se crea un Comité de Autoprotección, que es un grupo de personas de la propia
empresa que se encarga y se responsabiliza del desarrollo, puesta en marcha y control de todos los puntos
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anteriores. Si la empresa no tiene comité, se deberá designar a una persona con suficiente capacidad y autoridad
para dicha labor.
5.3.- Información general y difusión del Plan de Autoprotección.
Es obvio que la difusión debe llegar a todos los niveles de la empresa, (incluidas contratas y personal habitual de
visita entre otro) además de los servicios de ayuda externa involucrados en el mismo (Protección Civil, Bomberos,
etc.).
Como recordarás, tiene una importancia capital la formación en la prevención y aquí destacaremos la
Cuando se diseña un plan de formación para estos casos deberá incluir como mínimo:
Conocimiento de las instalaciones, equipos y sustancias peligrosas utilizadas en planta, riesgos asociados y
medios de autoprotección disponibles.
Tácticas de intervención en las diferentes situaciones de emergencia identificadas: Incendio, explosión,
derrame, vertido, fuga tóxica, inundación, atentado, asalto, etc.
Primeros auxilios.
Además de la formación específica dirigida a los componentes de los equipos de emergencia, TODOS los
trabajadores deberán ser formados en:
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Para llevar a cabo la formación se establecerá un plan al efecto que se integrará en el Plan de Formación general
de la empresa. La formación puede ser impartida por personal capacitado de la propia empresa o recurrir a servicios
externos (Bomberos, Servicios de Prevención Ajenos, Entidades especializadas).
Pues bien los simulacros son el corolario de la implantación y forman parte del proceso de formación teórico-
práctica en emergencias de toda la empresa. Por eso deben planificarse, tomarse con la mayor seriedad posible y
contemplar la evacuación hasta un espacio exterior seguro. Con su realización vamos a conseguir:
Tenemos que partir de la idea de que cada persona que trabaja en las instalaciones de una empresa, requiere de
alguna forma de entrenamiento. Básicamente los aspectos a considerar son los siguientes:
A tal fin, debe establecerse un plan para el entrenamiento y para los simulacros periódicos que permita definir, entre
otras:
Las personas de la organización que van a recibir el entrenamiento y los técnicos que van a dirigirlo.
Las actividades de entrenamiento que se van a realizar y el lugar y fecha donde se van a realizar tales
actividades. Estas actividades pueden exportarse al Plan de Formación de la empresa.
El calendario de simulacros periódicos, indicando los supuestos accidentales, las zonas afectadas y los
recursos propios y externos que han de intervenir. Programar al menos cada año un simulacro general. Es
aconsejable realizar una serie de simulacros que sigan el siguiente esquema: para el primer simulacro se
comunicará con antelación la fecha y hora además de la situación de la emergencia que se va a simular.
Para el segundo simulacro, bastará con comunicar la fecha y la emergencia a simular. Para el tercero, sólo
se comunicará la semana de realización.
El entrenamiento deberá considerar las necesidades específicas de los diferentes actores que intervienen en la
emergencia: Trabajadores, contratas, visitas y, especialmente, todos aquellos que tengan un papel específico en el
Plan de Autoprotección. Los escenarios accidentales identificados en el Plan servirán para definir el tipo de
entrenamiento y los simulacros a realizar. Deberá llevarse un registro de los simulacros efectuados y las
emergencias reales ocurridas.
Si se introducen nuevas instalaciones o modificaciones en las actuales, que producen nuevos riesgos con
capacidad de provocar situaciones accidentales de emergencia diferentes de las hasta la fecha
consideradas.
Si se producen cambios en la organización, susceptibles de afectar a la Organización de Emergencia; en la
cantidad y calidad de los medios de prevención y protección implantados o, en general, en cualquier
aspecto que afecte a la redacción de los capítulos en que se estructura el PA.
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Si así lo exigen nuevos requisitos reglamentarios.
Si los resultados de los simulacros periódicos así lo indican.
Con respecto a la mejora del PA, ésta puede abordarse desde dos perspectivas básicas:
Preventiva, a través del análisis de los simulacros efectuados o de otras actividades de gestión de
seguridad y medio ambiente tales como las inspecciones o las auditorías internas o externas, mediante
técnicas de "tormenta de ideas" en los grupos de trabajo, etc.
Reactiva, investigación de siniestros y análisis de las situaciones reales de emergencia ocurridas. En el
caso de sucesos accidentales importantes, deberá establecerse un análisis causa raíz para establecer las
causas básicas del accidente y las medidas correctoras a implantar.
Es por tanto necesario un programa de mantenimiento anual con su correspondiente calendario, que comprenda las
actividades siguientes:
Autoevaluación
Cuando visitas un gran edificio comercial, hospital, empresa o centro educativo (el plano pertenece a la primera
planta de un instituto), ¿te has sentido alguna vez desorientada/o? Seguro que sí, por eso es muy importante que el
Plan de Autoprotección de cualquier centro de trabajo, incluya un plan de evacuación, con el objeto de proteger a
las personas (trabajadores y visitantes) cuando la situación adquiere dimensiones incontrolables. La mejor
salvaguarda para los ocupantes de un edificio ante una emergencia es que puedan trasladarse a un lugar seguro, a
través de un itinerario protegido y en tiempo adecuado; es decir, realizar un desalojo eficiente. Este desalojo de la
zona de peligro es lo que se denomina evacuación, dependiendo del tipo de emergencia que haya planteado,
será parcial o total, según se desaloje, respectivamente una parte del edificio o completamente. El siguiente punto
trata de exponer los parámetros a considerar para elaborar el plan de evacuación y conseguir con éxito la
evacuación de las personas.
Los principios fundamentales a tener en cuenta en un plan de evacuación son los siguientes:
A su vez, todos los factores que intervienen en una evacuación condicionan el aspecto fundamental, que es
el tiempo. Estos son:
Superficie a desalojar.
Número de personas a desalojar.
Las características de las salidas y vías de evacuación.
Los sistemas de detección y alarma.
Preparación e instrucciones dadas al personal.
Señalización de emergencia.
El tiempo hay que controlarlo desde que se detecta la emergencia hasta el desalojo completo del recinto a evacuar.
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En la realización del Plan de Evacuación habrá que partir de un determinado número de personas (trabajadores y
foráneas) para poder diseñar y/o evaluar las condiciones óptimas para evacuarlas. Así pues, lo primero que un
técnico en prevención ha de calcular en su PA, es el número de personas que como máximo ocupará cada zona o
dependencia del edificio estableciendo así, el aforo máximo o máxima ocupación de cada zona y por tanto de todo
el edificio.
Para llevar a cabo el cálculo de la ocupación de cada zona, nos basamos en lo dispuesto en el Código Técnico
de la Edificación (CTE), en su documento básico DB-SI (seguridad en caso de incendio), y más concretamente, en
la tabla 2.1. "densidades de ocupación", que puedes consultar haciendo clic en el siguiente enlace.
Dicho lo anterior, debemos poner especial atención a los siguientes conceptos para poder evaluar todos y cada uno
de los elementos de evacuación, que habrá que adaptar según su uso, superficie, ocupación, tipo de ocupantes, etc.
del edificio o recinto a desalojar. Así pues habrá que definir, diseñar o comprobar perfectamente:
El origen de la evacuación de cada zona o recinto: que será cualquier punto que se pueda ocupar y por
tanto, habrá que tener en cuenta todas las estancias o zonas (comedores, aseos, puestos de trabajo, etc.)
donde pudiera haber alguien en el momento de la emergencia. La norma contempla excepciones cuando la
densidad de ocupación no exceda de una persona por cada 5 m2 y cuya superficie total no exceda de 50 m2.
Recorridos o vías de evacuación: es la longitud real sobre el eje de pasillos, escaleras y rampas. Las vías
de evacuación deben ser amplias, estar señalizadas y libres de obstáculos, facilitando la evacuación en el
menor tiempo posible, así como no pueden atravesar zonas y/o locales de riesgo especial.
Altura de evacuación: es la máxima diferencia de cotas, entre el origen de evacuación y la salida del
edificio. Este elemento se analizará en edificios con dos o más plantas.
Rampas y escaleras de evacuación: las rampas no pueden tener una pendiente superior al 12% como
máximo, excepto las dedicadas a circulación de vehículos en aparcamientos, con un máximo del 16% y las
previstas para usuarios en sillas de ruedas, cuya pendiente será del 10% si su longitud es menor de 3 m, o
del 8% cuando su longitud sea menor de 6m, y sólo del 6 % en el resto de los casos. Es necesario que los
peldaños de las escaleras sean antideslizantes y carezcan de aristas vivas.
Ascensores, escaleras mecánicas y pasillos móviles: no se pueden utilizar como elementos de
evacuación, excepto los recorridos por rampas y pasillos móviles, cuando cuenten con dispositivos de
parada que pueda activarse de forma manual o de forma automática por un sistema de detección y alarma.
Los ascensores de emergencia deben contar con un suministro propio de energía, en caso de fallo de la
corriente eléctrica.
Recintos: son espacios cerrados y formados por elementos constructivos separadores, formando un sector
de incendios. Un recinto puede llegar a abarcar una planta entera, en caso de plantas diáfanas, e incluso
varias, si están comunicadas por escaleras no compartimentadas.
Escalera protegida: es una escalera que tiene un trazado continuo desde su inicio hasta su desembarco y
que en caso de incendio, constituye un recinto suficientemente seguro para permitir que los ocupantes
puedan permanecer en ella durante un determinado tiempo, así como cumplir unas determinadas
condiciones como protección frente al humo y materiales especialmente resistentes al fuego (EI 120), etc.
Punto de reunión: es la zona de encuentro o de concentración fijado por el Plan de Autoprotección, una
vez realizada la evacuación del edificio.
Espacio exterior seguro: es aquel lugar (generalmente de la vía pública) en el que se puede dar por
finalizada la evacuación de los ocupantes del edificio, debido a que cumple unas determinadas condiciones
de seguridad. Así de disponer de una superficie suficiente para contener a los ocupantes del edificio, a
razón de 0,5 m2 por persona, dentro de una zona delimitada con un radio de distancia de la salida del
edificio de 0,1 x P metros, siendo "P" el número de ocupantes. Si el espacio exterior no está comunicado
con la red viaria o con otros espacios abiertos no puede considerarse ninguna zona situada en una franja a
menos de 15 m. del edificio.
Salida de emergencia: será toda salida prevista para ser utilizada exclusivamente en caso de emergencia
y debe estar señalizada con el rótulo "Salida de Emergencia".
Salida de planta: puede estar situada bien en la planta considerada o bien en otra planta diferente y puede
ser una puerta o el acceso a un vestíbulo previo o a una escalera compartimentada que conduce a una
planta de salida del edificio.
Salida de edificio: es la que comunica con el espacio exterior seguro.
No olvidemos que cuando varias vías de salida coinciden en otra general, su anchura coincidirá, al menos con la
suma de las anteriores. La anchura de las puertas, pasos, pasillos y rampas de evacuación viene también
determinada en el DB-SI que establece como norma general una anchura mínima de P/200 metros, siendo "P" el
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número de personas que tienen que pasar por ellos. No obstante dicha anchura libre no podrá ser inferior a 0,8
metros. La anchura de la hoja de la puerta no debe ser menor de 0,6 metros ni mayor de 1,23 metros.
Con respecto a las escaleras indicar que éstas quedan clasificadas en:
No protegidas y
Protegidas.
Esta parte es especialmente delicada y quizás, junto con la identificación de riesgos y la organización de los equipos
de emergencia, sean de las más decisivas para el éxito de nuestro PA. Por tanto pondremos especial atención al:
A. Número de salidas. Una vez que tengamos determinada la ocupación, lo siguiente será comprobar el
número de salidas de planta con las que cuenta nuestro edificio, y verificar el cumplimiento del DB-SI 3-3
del CTE.
B. Longitud de los recorridos de evacuación. Tenemos que asegurarnos que todas las personas que
pueden estar en el edificio, en caso de declararse una situación de emergencia, alcanzarán en un tiempo
razonable su correspondiente salida de planta y por tanto, esto dependerá de la mayor o menor distancia
que tengan que recorrer según donde se encuentre. Si se dispone de una única salida de planta, la
longitud del recorrido de evacuación hasta esa salida de planta no deberá exceder de 25 m para todo
tipo de edificios, excepto en los siguientes casos:
o Podrá ser de 35 m, si se trata del uso de aparcamiento.
o Podrá ser de 50 m, si se trata de una planta que tiene una salida directa a espacio exterior seguro y
la ocupación no excede de 25 personas o bien de un espacio al aire libre en el que el riesgo de
incendio sea irrelevante, por ejemplo, una cubierta de edificio, una terraza, etc.
Por el contrario, si se dispone de varias salidas de planta, la longitud del recorrido de evacuación hasta
esas salidas no deberá exceder de 50 m para todos los usos con las salvedades que indica la Tabla 3.1.
"Número de salidas de planta y longitud de los recorridos de evacuación" del CTE-DB-SI, que puedes consultar
haciendo clic en el enlace, para estudiarla con detalle.
A. Dimensionado de los medios de evacuación. Ahora tendremos que comprobar si las dimensiones de los
elementos de evacuación por los que han de pasar las personas son las adecuadas para absorber con
seguridad a todas las personas que se evacuarán a través de ellos. Para ello le aplicamos la Tabla 4.1
Dimensionado de los elementos de la evacuación del CTE-DB-SI.
Hasta ahora tenemos claro que hemos de hacer una distribución de las personas a evacuar teniendo en cuenta la
cercanía del elemento de evacuación y procurando repartir a todo el personal a evacuar entre todas las salidas de
planta.
Ahora bien, ¿qué ocurre si una de las salidas está bloqueada por la propia emergencia?
Esta eventualidad puede ocurrir y por tanto se ha de prever suponiendo lo que se conoce como "Hipótesis de
Bloqueo" y por tanto, la consecuencia de esto hace que el dimensionado de los elementos de evacuación tenga un
margen de seguridad adecuado.
Siempre se le aplicará el bloqueo al elemento cuya inutilización suponga la situación más desfavorable para la
evacuación, o sea al de mayor anchura y como es lógico siempre que deban existir al menos dos salidas de planta o
de edificio en base a lo visto anteriormente.
Ejercicio Resuelto
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Densidad de ocupación de las aulas: 1'5 m2/persona.
Densidad de ocupación de la biblioteca: 2 m2/persona
Aforo máximo: (510/1'5) + (89/2) = 340 + 45 = 385 personas.
ANCHO
SALIDA Nº máximo de personas (P)
(A) metros
En caso de emergencia se realizan toda una serie de acciones para limitar sus consecuencias: detectar, evacuar,
intentar la extinción con medios propios, etc. Una de las claves en el éxito de dichas acciones es tener presente,
que cualquier acción que se vaya a tomar, implica un tiempo de retardo, durante el cual la emergencia sigue
desarrollándose y su control se hace cada vez más difícil, así también el tiempo total de evacuación de un
recinto (tE) está compuesto por la suma de 4 tiempos.
Para realizar estos cálculos de tiempos, se ha considerado los dispuestos en la NTP 436 del INSHT, sobre cálculo
estimado de vías y tiempos de evacuación que podrás consultar más abajo. Para efectuar estos cálculos tenemos
que tener en cuenta dos factores:
1. Por una parte se realizan los cálculos teniendo en cuenta las condiciones del edificio en el momento de
realizar el PA.
2. Se considerará siempre el caso más desfavorable, que será la evacuación desde el punto más alejado de la
salida del edificio.
Para calcular el tPE habrá que dividir la distancia de recorrido horizontal o vertical entre la velocidad de
desplazamiento (horizontal o vertical). Para tener una idea se puede considerar que el tiempo total máximo para una
evacuación es de 10 - 20 minutos, siempre que el edificio esté debidamente protegido y la emergencia controlada.
La determinación teórica de estos tiempos, nos da una idea del tiempo total de evacuación, que habrá que
contrastar con el tiempo real obtenido en los simulacros, en los que se deberán medir sobre el terreno, cada uno de
estos tiempos para aplicar las medidas correctoras necesarias.
Como sabes, una forma ágil y clara de presentar información es a través de esquemas y diagramas de flujo. A lo
largo de la unidad has visto que se genera una cantidad de información importante y dirigida a distintos actores que
deben coordinarse, por tanto, se tiene que dar a conocer de una forma clara y fácil de asimilar.
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Lo mejor es diseñar esquemas operacionales para reflejar los niveles de actuación necesarios ante una
emergencia y que establezcan las acciones a llevar a cabo por los componentes de cada uno de los Equipos
de Emergencia y para cada una de las emergencias contempladas, elaborando esquemas operacionales parciales,
cuando la complejidad así lo aconseje y teniendo en cuenta el tamaño de la empresa.
Los esquemas se referirán de forma simple a las operaciones a realizar en las acciones de alerta, alarma,
intervención y apoyo entre las Jefaturas y los Equipos de Emergencia.
Ahora vamos desarrollar un esquema tipo de cómo actuar ante una situación genérica de emergencia.
Interpretación de la secuencia.
La comunicación interior o exterior del tipo de emergencia se realizará mediante canales de comunicación
preestablecidos (sirenas, teléfono, radio, etc.) y, si es el caso, se debe definir cómo se soportan las comunicaciones
en caso de fallo de la alimentación eléctrica.
Los canales de comunicación interna son, entre otros, verbales, vía radio, megafonía, mediante sirenas o vía
telefónica.
Habitualmente, los canales de comunicación hacia los recursos externos o las Instituciones se establecen
generalmente mediante telefonía o vía radio.
Cómo contacta el emisor con el receptor (Número de teléfono, frecuencia de radio, número de toques y
frecuencia del tono de la sirena, tipo de aviso por megafonía).
Lenguaje que se utiliza. Cuando se trata comunicaciones con el exterior se dispondrá de un formato
normalizado. (Recuerda el recurso EJEMPLO DE PROTOCOLO DE COMUNICACIÓN DE LA
EMERGENCIA del apartado 4.2)
Deben establecerse canales de comunicación restringida con los escalones organizativos de la empresa, y canales
de comunicación general, que incluyan a todo el personal de la empresa (ej. megafonía, sirenas).
En la figura siguiente se presenta un esquema que refleja la organización de las comunicaciones en caso de
emergencia, con objeto de ofrecer una visión completa de la organización de las comunicaciones en una
emergencia. Pulsa sobre la imagen para ampliarla y verla con más detalle.
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Su interpretación es la siguiente:
Ante cualquier duda sobre el control de la situación se comunicará la situación de emergencia al Jefe de
Emergencia (DPAE), bien directamente o a través del centro de control (si lo hubiera).
Como resultado, obtenemos la secuencia general de comunicaciones con indicación de los posibles medios de
comunicación aplicables.
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