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Nace en Mannheim,
Alemania en 1882 en el
seno de una familia
alemana tradicional con
raíces judías. Llegó a
México en 1905 en donde
se estableció como
agente de bolsa
independiente y se
mantuvo activo en el
mundo bursátil, siendo
incluso protagonista de la
fundación de la Bolsa
Mexicana de Valores. Su
intensa actividad
financiera le permitió
hacerse de una
importante fortuna y una
red de contactos que le
fueron de gran utilidad
para llevar a cabo su labor
coleccionista.
Para Franz Mayer el
coleccionismo fue más
que una afición, fue un
ejercicio intelectual en
donde la selección de
objetos se realizaba de
manera cuidadosa,
apoyándose además en la
opinión de expertos. El
acervo da cuenta del
interés que el
coleccionista tuvo hacia
ciertas piezas, técnicas y
periodos, influenciado por
el gusto de la época y los
libros que consultaba.
Información general
Ubicación
Av. Hidalgo 45, Centro Histórico, CDMX, México
Estacionamiento propio anexo al museo sobre la calle de Valerio Trujano S/N
¿CÓMO LLEGAR?
Metro: Estación Hidalgo o Bellas Artes de la Línea 2
Turibus: Parada 11, Circuito Centro
Horario
Lunes: Cerrado
Martes a viernes: 10:00 a.m. - 5:00 p.m.
Sábado y domingo: 11:00 a.m. - 6:00 p.m.
Costos de admisión
Accesibilidad
Cerámica
El Museo Franz Mayer cuenta con una de las
colecciones de cerámica más importantes y
completas del país. Está compuesta
principalmente por cerámica vidriada originaria de
Europa y del México tanto colonial como
independiente. Asimismo, aparece en exposición
una gran variedad de porcelana oriental fabricada
para el mercado occidental.
Mobiliario
La colección de mobiliario del museo, posee
algunas de las piezas más exquisitas que se
pueden encontrar. Diseñados con maderas de
excelente calidad y técnicas tradicionales
refinadas, estos muebles permiten vislumbrar los
gustos y los estilos de vida de la alta sociedad
novohispana.
Escultura
La exposición de esculturas devocionales,
procedentes de Europa y Nueva España, da
testimonio de la rica variedad de estilos,
manufacturas y técnicas de la época. Estas
bellísimas esculturas se presentan dispuestas en
las salas del museo.
Pintura y Grabado
La pinacoteca del Museo Franz
Mayer está integrada por importantes
pinturas de reconocidos artistas tanto
mexicanos como europeos. La
colección abarca la producción de los
siglos XV al XX, en distintos formatos
y técnicas.
Plata
Conformada en su mayoría por piezas
litúrgicas de inigualable belleza, esta
colección permite observar la evolución
de las técnicas y estilos de
ornamentación a través de cuatro siglos.
Además de ser una aproximación a la
práctica litúrgica, esta colección
representa orgullosamente el arte
derivado de uno de los materiales más
icónicos de México.
ACERVOS DOCUMENTALES
El Museo Franz Mayer Ocupa un edificio singular de la segunda mitad del siglo
XVI, de gran valía patrimonial y arquitectónica y que a lo largo de sus 400 años de
historia ha tenido múltiples usos.
A mediados del siglo XVI el espacio estuvo ocupado por la Casa del Peso de la
Harina, una alhóndiga que se utilizaba para almacenar harina. Más adelante, en
1586, se fundó el Hospital de los Desamparados y en 1604 la orden de San Juan
de Dios comenzó a hacerse cargo del recinto. Es durante este periodo que el
edificio adopta la estructura arquitectónica que lo caracteriza, denominada como
“de tipo hospitalaria conventual”, pues su claustro está conectado a la Iglesia de
Arranque de columnas
Los vestigios arqueológicos más antiguos del Museo
Franz Mayer se encuentran bajo el nivel del suelo,
puedes ubicarlos al interior de la tienda librería del
Museo. Son arranques de columnas que posiblemente
pertenecieron a una portada de la Ermita y Hospital de la
Epifanía, institución que antecedió al Hospital de San
Juan de Dios, en la que se atendía a personas enfermas
(mestizos, negros o mulatos); se cuidaba a infantes
mestizos ilegítimos y a recién nacidos abandonados.
Tras una etapa de dificultad para sostenerlo, el Hospital
fue finalmente entregado a la Orden de San Juan de Dios
en 1604. Durante el siglo XVII los "Juaninos" lo
demolieron y levantaron un templo y un hospital nuevos,
consagrados en 1647.
Claustro
El aspecto actual del Claustro del Museo Franz
Mayer data de la segunda mitad del siglo XVIII,
cuyo patio se distingue por tener en sus cuatro
lados galerías con arquerías de medio punto,
que descansan sobre "columnas toscanas
tritóstilas" (de cuerpo liso y marcadas en su
tercio inferior con un grueso anillo que las
abraza).
En el centro se ubica una fuente con una rosa de
los vientos y ocho representaciones de
granadas, fruto que es símbolo de la Orden
Hospitalaria de San Juan de Dios.
La fuente abasteció de agua al inmueble durante
la época virreinal. Además, en el claustro inferior
se conservan muestras del color rojo que
recubría la parte baja de los muros como guardapolvo. La parte alta de los muros
era pintada de blanco usando cal, en los que se solían colgar lienzos pintados al
óleo.
Escaleras y arcos
Las escaleras que unen el claustro bajo con el
claustro alto están compuestas por dos rampas
unidas por un descanso. El ingreso a ellas se da a
través de dos arcos de medio punto en cuyas "piedra
clave" (situadas en el centro del arco) aparecen
emblemas cristianos, como la cruz y el orbe. También
pueden apreciarse símbolos provenientes de los
relatos sobre la vida de San Juan de Dios, por
ejemplo, en una de las "piedra clave" aparece el
Escudo de Portugal país del que era originario, así
como un relieve en el descanso de la escalera que
representa una granada, fruto que hace alusión a la
ciudad española que lleva el mismo nombre, donde el
santo inició su actividad hospitalaria. En el remate del
pasamanos, a la altura del descanso, se conserva una
escultura de león rampante que muestra una flor de
cuatro pétalos. Asimismo, en el muro frontal del cubo
de la escalera, se encuentra un mosaico de azulejos
poblanos del siglo XVIII que representa a San
Cristóbal. Este mosaico destaca por sus funciones
decorativas.
Escaleras interiores
En la parte alta de los muros que flanquean estas
escaleras, sobreviven restos de la pintura mural que
adornó el antiguo Hospital de Nuestra Señora de los
Desamparados, que administró la Orden de San Juan
de Dios. En ellos se pueden apreciar referencias a
cortinajes anudados alternados con borlas que ondean.
Estos diseños fueron realizados con grisallas, es decir,
con escalas de grises que sugieren el volumen de una
tela plegada. Con base en el tratamiento técnico de
estos motivos y a la clara influencia del estilo
renacentista, puede afirmarse que fueron realizados
durante la primera mitad del siglo XVII.
En el arte novohispano del siglo XVI fue común que al interior de las
construcciones religiosas los muros fueran pintados en grisalla y con una gama
reducida de colores. Estos testimonios pictóricos posiblemente son de los pocos
vestigios que nos permitan tener una idea más cercana del ornato que lucía el
antiguo Hospital, antes de que fue reedificado por los "Juaninos" en 1604.
Cabeceras pintadas
Las "cabeceras pintadas" son restos de pintura mural
realizados tanto en la época virreinal como en el siglo XIX.
Observa los frisos con grutescos (motivos decorativos que
combinan elementos vegetales con figuras humanas,
animales fantásticos o seres mitológicos) y las dos cabeceras
de cama - medallones coronados con los números 14 y 15-,
que servían para llevar un registro de los pacientes alojados
en el Hospital.
En la parte superior, las cabeceras de cama fueron
rematadas con coronas que, a manera de ilusión óptica,
simulan colgar de clavos pintados y son flanqueadas por un
par de angelitos. Estas cabeceras pertenecieron a la
enfermería de varones que se ubicaba en la planta alta del
edificio y datan de la segunda mitad del siglo XVIII, cuando el
Hospital atravesó por una etapa precaria, consecuencia de
que los "Juaninos" perdían prestigio ante la sociedad a causa
de las reformas borbónicas que limitaron el poder de todas
las órdenes religiosas y hospitalarias en la Nueva España.
Estas adversidades permiten valorar a esta ingeniosa
solución pictórica que, ante la carencia, hizo las veces de mobiliario.
Portada de platería
Observa que la portada está compuesta por un conjunto
de elementos arquitectónicos y decorativos: dos
pilastras de orden dórico (columnas adosadas al muro),
apoyadas en pedestales los que sostienen un frontón
(remate triangular en la parte superior), en cuya parte
central o "tímpano", luce una corona circular de laureles.
Esta portada fue abierta sobre un muro que inicialmente
fue ciego, es decir, que no tenía ninguna puerta, según
sugiere el friso de pintura mural que se observa en la
parte superior que quedó interrumpido cuando se abrió
este acceso.
Esta portada es también un ejemplo de la adecuación constante que el edificio
tuvo mientras funcionó como Hospital, así como de la influencia grecorromana que
distinguió a la estética clásica impulsada por la Academia de San Carlos de
México en el siglo XIX.
Sacristía
Presta atención a la parte interior del arco o
"intradós" donde podrás identificar motivos
pictóricos tardíos del Imperio Romano, que fueron
reinterpretados en el arte novohispano: motivos
vegetales que alternan con figuras de ángeles y
adornos que enmarcan una inscripción o emblema
conocidas como "cartelas", así como fragmentos
de textos de carácter religioso.
La mezcla de formas proviene de los "grutescos"
que originalmente fueron murales del Palacio de
Nerón Domus Aurea, Emperador romano del siglo
I a.C. descubiertos por los artistas italianos del
siglo XV, cuando exploraban las ruinas de la
antigua Roma. Estas pinturas murales incluían
figuras diversas que entremezclaban arquitectura
ilusoria, motivos vegetales, siluetas animales,
humanas y de trofeos.
Desde el siglo XVI "los grutescos" se conocieron
en el mundo hispánico. Su uso fue reinterpretado en la pintura mural durante las
tres centurias del virreinato de la Nueva España, tal como se puede apreciar en
este espacio, cuya policromía indica que fueron realizados en el siglo XVIII.
Patio de descanso
Este espacio, conocido como "el antiguo patio de
descanso", alberga la sala de exposiciones
temporales "Eugenio Sixto", nombre del primer
director del Museo Franz Mayer. De la época
virreinal se conservan una logia, compuesta por
arcos de medio punto que descansan en
pilastras de orden toscano, las cuales sirven
como jambas (primer nivel); y vanos adintelados,
cuyos marcos lucen trabajo de cajeado (segundo
nivel). Para dar elegancia y movimiento a la
arquitectura, fueron colocadas guardamalletas de forma apuntada en la cornisa
que divide los dos niveles; este tipo de ornamentos se distinguen porque evocan
las puntas de tapices que colgaban de las ventanas en ocasiones solemnes.
Sencillas gárgolas botaguas de silueta prismática rematan en lo alto el patio.
szS
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FUENTES: https://franzmayer.org.mx/