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Representantes
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Reseña histórica
Paradigmas
Supuestos económicos
supuestos técnicos
aplicación
Analisis del modelo económico de libre mercado
representantes
Adam Smith
Ya Adam Smith notaba que el funcionamiento del mercado libre requiere una posición
ética: para Smith la justicia tiene una función fundamental como “el pilar principal que
mantiene todo el edificio” , es decir, es el fundamento que hace posible mantener una
cohesión social; cohesión que sustenta el orden público necesario -en la opinión de
Smith- para asegurar el buen funcionamiento económico.
Sin embargo, esa no es la percepción más común del trabajo de Smith: “Para evitar el
análisis de una realidad humana compleja, la economía ha glorificado el supuesto de
la motivación egoísta, extendiéndolo a todas las acciones económicas. Es sólo una
parte de la verdad: el hombre económico no solamente se sale en ocasiones de los
patrones de la racionalidad, sino que está en su naturaleza no comportarse siempre
bajo el restringido supuesto de la búsqueda del máximo interés propio. Adam Smith
generó una cohorte de defensores del egoísmo como explicación del comportamiento
económico a pesar de que su misma obra niega la simplificación del conjunto de
motivaciones mediante el arquetipo del agente egoísta. La dimensión ética encierra
enormes complejidades, pues el 'homo economicus' habrá de moverse por egoísmo o
por otros objetivos según el caso, y el análisis científico deja de ser tan simple como
muchos quisieron hacerlo. Pero sólo integrando la ética en la economía se puede
avanzar en el acercamiento a la realidad. Las normas y valores que guían el
comportamiento colectivo tienen, por lo demás, un papel decisivo en el desarrollo de
las sociedades. Lo que incita aún más a la economía a preocuparse por las
consideraciones éticas como factor indispensable de su análisis.”. Esto ha dado origen
al llamado problema de Smith: “El "problema de Smith" es fruto de lecturas positivistas
que no consideran el contexto general, ni las interrelaciones existentes entre las
distintas partes del programa de investigación smithiano. En realidad, se puede
comprobar que existen muy importantes analogías entre la configuración social
propuesta en la Teoría de los sentimientos morales y la armonía del mercado de La
riqueza de las naciones, hasta el punto de ser parte de un mismo paradigma.
Friedrich Hayek
Sin embargo, Friedrich von Hayek sugiere que en lo anterior hay un problema
fundamental. La ética es producto de la actividad humana y, como tal, no ha
permanecido sin cambio a través del proceso histórico. Hayek advierte sobre la posible
confusión de la ética solo como expresando lo que el llama la ética del “pequeño
grupo”, que en realidad fue o está siendo gradualmente reemplazada por lo que Hayek
llama la ética “del orden extendido.” (o grupo extenso). Esta nueva ética es la del
mercado, del mundo de los negocios y los contratos, la ética de la sociedad civil, que
abandona la persecución de fines colectivos a favor de reglas abstractas, de aplicación
general, que facilitan la obtención de fines individuales. Esta ética sirve de mecanismo
impersonal para la coordinación de acciones y planes individuales con tanto los de
otros individuos como la sociedad misma en grupos extensos. El mecanismo
fundamental de esta ética es un proceso de intercambio que se rige por reglas
impersonales.
“no puede aplicarse a los resultados de una economía de mercado: no puede haber
justicia distributiva donde nadie distribuye. La justicia tiene sentido sólo como una
regla de conducta humana y ninguna regla concebible para la conducta de los
individuos que se ofrecen entre sí, bienes y servicios en una economía de mercado
producirá una distribución que pueda describirse con significado como justa o injusta”.
Max Weber
Sobre la relación entre ética y mercado, el sociólogo clásico Max Weber escribió:
Respecto a la ética capitalista en particular, como una ética sobre el mercado pero no
dentro del mismo, Weber cita las recomendaciones de Benjamin Franklin como
ejemplos de la misma en su obra La ética protestante y el espíritu del capitalismo
donde observa los vínculos de las pautas de conducta de ahorro y cálculo económico
con los resultados de la ética calvinista.
John Rawls
Muchos liberales consideran que la contribución de Rawls “revive la idea del contrato
social de Hobbes, Locke, Rousseau y Kant.” y que, como tal, es de mayor importancia
en las concepciones liberales modernas y central al debate político social
contemporáneo. Rawls mismo considera que su posición es un retorno a la del
liberalismo político de personajes tales como “ Hume, Smith, Bentham y Mill, (quienes)
eran teoristas sociales y economistas de primer orden”.
Reseña histórica
El mercado libre, libre mercado o mercado liberar (este último término ya está en
desuso) es el sistema en el que el precio de los bienes es acordado por el
consentimiento entre los vendedores y los compradores, mediante las leyes de la
oferta y la demanda. Requiere para su implementación de la existencia de la libre
competencia, lo que a su vez requiere que entre los participantes de una transacción
comercial no haya coerción, ni fraude, etc, o, más en general, que todas las
transacciones sean voluntarias.
Tales problemas son evitados con el uso del término economía de mercado, que se
refiere a cualquiera en la cual el mercado juega un papel "de importancia" pero admite
un rol estatal, es decir, lo que algunos llaman una economía mixta. Sin embargo, no
hay un consenso acerca de cual sería el balance de intervención estatal permisible sin
que una tal economía de mercado se transforme en economía dirigida.
Paradigmas
Estoy observando, con estupor, la propagación en ciertos círculos de opinión de la
idea de que el libre mercado y la no intervención en el mismo está fundamentada en el
concepto darwinista de la selección natural. Dicen estos opinadores que, en los
mercados, sólo los mejor adaptados al medio sobreviven y tienen derecho a operar en
él. Vaya falacia. Examinemos primero el concepto del darwinismo sobre la evolución.
Darwin enunció los principios de la selección natural según la cual las especies mejor
adaptadas son las que se perpetúan en el medio, en su nicho ecológico.
Enmarquemos estas ideas dentro del libre mercado.
Según las tesis del libre mercado, el problema no hubiera sido tanto la
sobreexplotación del recurso (los bisontes), sino de que los bisontes, especie antigua y
poco adaptativa, no fueron capaces de mejorar su velocidad de carrera y su habilidad
para esquivar las balas de los Winchester de repetición utilizados para su caza. Los
bisontes eran ya unos elementos caducos (unos malos operadores del mercado) y
merecían ser exterminados. Por supuesto, eso se hizo para beneficio de todo el resto
de las especies que habitaban la pradera, y no se puede poner en duda la bondad de
los agentes (los cazadores equipados con rifles) que simplemente actuaron como
desinteresados operadores evolutivos. Como efecto colateral, los indios se quedaron
sin su medio de subsistencia, pero como esto también era fruto de la ley del mejor
adaptado, por tanto, se lo habían ganado. Es decir, el mercado había obtenido la mejor
solución posible a la interacción entre el hombre y el bisonte.
Y esto es lo que defiende la Presidenta de la Comunidad de Madrid y los liberales
vinculados a FAES cuando hablan de que los fallos del mercado son fallos del Estado
(por intervenir), pidiendo más mercado y mejor Estado. Claro que los fallos del
mercado son fallos del Estado, pero por déficit de vigilancia, regulación y control y no
por exceso de intervención. Actualmente estamos asistiendo al fin de un modelo
económico desastroso, como diría Stiglitz, pero no sabemos si la refundación del
capitalismo sobre bases éticas, propuesta por Sarkozy y Brown, nos traerá, -además
de anécdotas fuera de tiempo y lugar- un nuevo y distinto papel del Estado en la
economía. Saquémonos las máscaras. El paradigma del darwinismo sólo es aceptable
si entendemos que existe un espacio para que la llamada presión evolutiva opere
sobre los elementos favoreciendo a los más adaptados. Por ello tiene que haber un
nicho, un territorio, unas reglas de funcionamiento comunes a todas las especies,
como puede ser la necesidad de reproducirse, para que se produzca un proceso de
selección natural. Sin hábitat, no hay evolución. Sin reglas, no hay mercado.
Es más, en el medio natural, las especies no son mejores ni peores. Por tanto, no
existe el concepto del mejor operador del mercado, pues las propias
interdependencias de las relaciones dentro del mercado hacen que estos no puedan
existir sin el resto de los operadores, pues su existencia depende de la presencia de
los otros. Un ejemplo claro de ello son aquellos virus que son tan letales que se
extinguen porque matan a sus huéspedes rápidamente sin permitir el contagio a otros.
En sentido negativo, es un virus excelentemente adaptado a su papel patógeno, pero
su persistencia en el medio es ínfima. Como ejercicio intelectual es atractivo comparar
dos sistemas de tipo caótico como son el mercado económico y la evolución. Podemos
establecer paralelismos entre uno y otro. Pero hay una diferencia clara: el mercado
debería conseguir una mejora de las condiciones para la mayoría de sus
componentes, no para unos pocos, presuntamente bien preparados. La naturaleza ya
hace millones de años que lo ha conseguido. Se llama equilibrio ecológico.
Aprendamos pues de nuestro pasado.
Supuestos económicos
Una mano invisible les lleva a alcanzar poco más o menos la misma distribución de las
necesidades vitales que se hubiese conseguido de haber sido asignada la tierra en porciones
iguales a todos sus habitantes y así sin proponérselo , sin saberlo, priman el interés de Ia
sociedad y aportan los medios necesarios para la multiplicación de la especies
Supuestos tecnicos
aplicacion
Al finalizar estarás en capacidad de fundamentar y defender el libre
mercado utilizando diferentes herramientas analíticas que permiten
aplicar a la realidad económica para explicar la creación de la riqueza en
una economía de libre mercado.
Análisis del modelo económicos gobalizado
Representantes
1) Thomas Friedman: asegura que la tecnología es el factor que impulsa el desarrollo económico para
que la economía configure a la sociedad. Este autor explica en su libro la globalización en tres etapas
históricas.
La primera, desde 1492 al 1800, que se dio con la apertura del Nuevo Mundo al comercio conducida por
la expansión técnica y militar de países europeos.
La segunda, del 1800 al 2000, se produjo por la integración global dirigida por empresas multinacionales.
Y la tercera cuando surge la tecnología, la cual considera como una red mundial de fibra óptica que
configura una plataforma para múltiples modos de compartir conocimiento y trabajo sin consideraciones
de tiempo, espacio, geografía e idioma.
2) Anthony Giddens: Sociólogo de la London School of Economics respecto al tema de la globalización,
coincide en parte con la de Friedman en cuanto a la importancia del fenómeno tecnológico, pero destaca
que lo esencial de la globalización no lo constituyen las multinacionales, las corporaciones petroleras ni
las políticas expansivas de los gobiernos, sino que su esencialidad viene definida por la revolución de las
comunicaciones.
A una posición como la de estos autores no les faltan críticos, los cuales reconocen que la idea sobre el
desarrollo tecnológico tiene una parte de verdad pero para ellos tienen una visión equivocada de la
historia; ignoran la existencia de factores como la religión y el nacionalismo y problemas vitales como es
el caso del energético y el ambiental.
No obstante aceptan que la tecnología es desde hace siglo y medio el factor más dinámico en el cambio
social; es obvio que no lo ha sido siempre y que no se pueda asegurar que seguirá siéndolo en el futuro.
Reseña histórica
La expansión del capitalismo nacida en las prácticas imperiales que comenzaran con las
conquistas europeas de ultramar en siglo XV, relanzadas con la Revolución Industrial del siglo
XIX, crearon un modelo en el que hoy día se hace especial énfasis, y que denominamos
globalización. Dinámica que, desde el orden económico, estimula preferentemente una
demanda más homogeneizada de los consumidores a nivel internacional y variados tipos de
asociaciones, alianzas y conexiones.
Hoy en día, este proceso está acompañado también de disposiciones de orden político y
cultural que conforman en el escenario mundial, una nueva definición de los papeles que
cumplen los gobiernos, Estados, empresas, organizaciones no gubernamentales (ONGs), etc.
en los lineamientos estratégicos de poder y en la concentración de esfuerzos por no claudicar
ante la meta última y salvadora de conquistar mercados mundiales que trasciendan las
economías nacionales. Esto lleva a una competencia donde lo único que importa es lograr
mejor calidad de producción para alcanzar más mercados, aunque esto vaya en detrimento de
los seres humanos.
La mayor articulación de las economías de mercado se cumple por varios factores: a través del
crecimiento de la inversión extranjera directa, el aumento de las empresas de responsabilidad
compartida (joint venture), y la integración de los mercados financieros internacionales.
Gracias al mayor flujo de información (comercio electrónico), este mercado de capitales goza
de una apertura que le permite operar más allá de las regulaciones nacionales. El aumento del
capital de corto plazo dentro del flujo global de capital internacional genera mayores
posibilidades de inestabilidad económica y social.
La decisión de abrir el mercado nacional y local, por parte de quienes definen las políticas
gubernamentales, se implementa a través de políticas fiscales, presupuesto, tasa de cambio e
impuestos. Históricamente, los gobiernos que sufren una escasez crítica de capital financiero
se han visto en la necesidad de tomar tales medidas, debido a los condicionamientos que las
instituciones financieras bilaterales y multilaterales ponen a sus préstamos.
Éstas exigen que los gobiernos tomen políticas fiscales acordes a la globalización. Pero, es
obvio que si esas políticas de ajuste estructural no van acompañadas de políticas sociales
apropiadas (alivio a la pobreza, cuidado de la salud, educación, etc.) excluirán a los pobres de
los beneficios del crecimiento económico e incluso determinarán su mayor empobrecimiento.
Junto con la mayor apertura en el flujo de bienes y capital, se pueden ver contradicciones en
las políticas nacionales de los países industrializados que promueven la globalización. Por
ejemplo, las políticas de migración de muchos países, que restringen el movimiento
poblacional a través de la frontera, son contrarias a la creciente liberalización del mercado de
capital financiero, bienes y servicios.
Paradigmas
Supuestos económicos
Primero, los factores culturales son los aspectos determinantes de las sociedades.
Segundo, bajo las condiciones mundiales actuales no es importante utilizar a las naciones-
estados como unidad de análisis ya que la comunicación global y los vínculos internacionales
están haciendo a esta categoría menos útil. A medida de que haya una mayor estandarización
de los avances tecnológicos una mayor cantidad de sectores sociales podrán conectarse con
otros grupos alrededor del mundo. Esta situación incluye a los grupos dominantes y no
dominantes de cada país.
Suùestos técnicos
marginalista
Representantes
Reseña histórica
Paradigmas
las importantes similitudes entre paradigma clásico y el marginalismo, que compartirían: una
visión del mundo económico caracterizada por la división del trabajo, la propiedad privada de
los medios de producción, los mercados y la ley de Say; el modelo sin Estado, aunque ambos
aceptan que el Estado debe tener una serie de funciones esenciales para el funcionamiento de
la economía; y, finalmente, el enfoque filosófico utilitarista que identifica la moral con la
elección racional de los individuos egoístas. Sin embargo, el paradigma clásico y el marginalista
presentan diferencias fundamentales en las teorías del valor, la distribución y la producción y
en cuanto al uso de la variable tiempo. Además, entre el marginalismo y la economía
neoclásica de Marshall hay una diferencia también esencial en la teoría del valor. La teoría del
valor era el defecto básico de la economía clásica: adolecía de falta de generalidad porque
existían diversos tipos de bienes cuyos precios no podían explicarse dentro del marco teórico
clásico. De los tres tipos de bienes que Mill había distinguido (ver Materiales) sólo los que
tenían una oferta totalmente elástica (sujetos a costes constantes) tenían un precio de
equilibrio a largo plazo determinado por el coste de producción. Pero el valor de los bienes de
oferta inelástica dependía completamente de la demanda y el de los bienes sujetos a costes
crecientes o rendimientos decrecientes se intentaba explicar por los costes de producción
prevalecientes en las circunstancias más desfavorables, dada la demanda.
Supuestos económicos
(a) Las teorías tienen supuestos, y si éstos son ‘irrealistas’, las invalidan.
(b) Es posible sustituir el test de una teoría por el test de sus supuestos (y tomar
sobre esta base una decisión acerca de qué hacer con la teoría)
Existen varios supuestos sumamente controvertidos en economía. La mayor parte
de estos proviene del pensamiento neoclásico, como por ejemplo el supuesto de
optimización de beneficios, equilibrio general, ventajas comparativas,
expectativas racionales, desempleo voluntario, etc. Si bien el debate acerca del
realismo de las teorías y de los modelos económicos viene de antaño, las
discusiones más prominentes desde el punto de vista epistemológico comenzaron
a darse a partir de principios del siglo XX, principalmente en lo que se refiere a la
teoría de la elección racional del consumidor y del productor.
supuestos técnicos
aplicación
Ortodoxa
Representantes
Reseña histórica
La economía siempre ha tenido, en tiempos modernos, escuelas múltiples de pensamiento
económico, con escuelas diferentes teniendo prominencia variable a través de los países y
del tiempo. El uso actual del término "economía convencional" se concreta tras la Segunda
Guerra mundial, particularmente en el Anglosfera, y a una extensión menor globalmente.
Antes del desarrollo de la economía académica moderna, la escuela dominante en Europa
era la del mercantilismo, la cual era más un conjunto suelto de ideas que una escuela
institucionalizada. Con el desarrollo de la economía moderna, convencionalmente
considerado como el tardío siglo XVIII a través de la obra La Riqueza de
Naciones de Adam Smith, la economía británica se desarrolló y fue dominada por la que
ahora es llamada la escuela clásica. De La Riqueza de Naciones hasta la Gran Depresión,
la escuela dominante dentro de la Angloesferaera la economía clásica, y su sucesor,
la economía neoclásica.3 En Europa continental, el trabajo más temprano de
los fisiócratas en Francia formó una tradición distinta, así como el trabajo más tardío de
la escuela histórica de economía en Alemania, y durante el siglo XIX hubo debates en la
economía británica, más notablemente la oposición de la escuela subconsumista.
Durante la Gran Depresión y la consiguiente Segunda Guerra mundial, la escuela
de economía keynesianaobtuvo prominencia -la cual se construyó sobre el trabajo del
escuela de subconsumo-, y la presente economía convencional enraizó de la síntesis
neoclásica, la cual fue la fusión tras la Segunda Guerra mundial de la macroeconomía
keynesiana y la microeconomía neoclásica.
En Europa continental, por contraste, la economía keynesiana se rehusó, con el
pensamiento alemán dominado por la escuela de Friburgo, cuya filosofía política
de ordoliberalismo formó la base intelectual de la economía de mercado socialla Alemania
de la post-guerra. En las economías en desarrollo, las cuales formaron y forman la
mayoría de la población del mundo, varias escuelas de la economía del desarrollo han sido
influyentes.
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Paradigmas
Supuestos económicos
supuestos técnicos
aplicación