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El corazón engañoso

Engañoso es el corazón mas que todas las cosas, y perverso; ¿Quien lo conocerá?
Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno
según su camino, según el fruto de sus obras.
Jeremías 17: 9, 10

Cuando la biblia menciona al corazón humano, se refiere al centro de los


pensamientos, de lo profundo que hay adentro de nosotros, los pensamientos, las
emociones, los sentimientos, las decisiones que tomamos y estas sin duda afectaran
para bien o para mal nuestro futuro, es decir de lo que esté lleno nuestro corazón es
de lo que vamos a hablar, decir o actuar.
En Genesis 6:5 dice:
Y vio Jehová que la maldad de los hombres era mucha en la tierra, y que todo
designio de los pensamientos del corazón de ellos era de continuo solamente el
mal.
Nuestro señor Jesucristo dijo ahi en Marcos 7:22-23
Por que de dentro del corazón de los hombres, salen los malos pensamientos, los
adulterios, las fornicaciones, los homicidios, los hurtos, las avaricias, las
maldades, el engaño, la lascivia, la envidia, la maledicencia, la soberbia, la
insensatez. Todas estas maldades de dentro salen y contaminan al hombre.
La frase “Sigue a tu corazón” es abrazada por miles de millones de personas.
Es decir, es una creencia que dice que tu corazón es la brújula interna que te llevará
hacia tu verdadero destino, si tan solo tienes el coraje de seguirlo. También dice
que tu corazón es la guía que te llevará a la verdadera felicidad, si tan solo tienes el
coraje de escucharlo. En otras palabras, esta creencia entiende que estás perdido y
que tu corazón te salvará.

No, nuestro corazón no nos salvará. Necesitamos ser salvados de nuestro corazón.

Ciertamente, la frase “sigue a tu corazón” no se encuentra en la Biblia. Esta


creencia puede sonar tan simple, bella y liberadora. Para la gente que se siente
perdida . En realidad, la Biblia piensa que nuestros corazones están enfermos.
Nuestros corazones desde el momento en que nacimos han estado inclinados hacia
el mal. Por eso no podemos confiar en él.

Y si eso no fuera lo bastante malo, ademas es engañoso sobre todas las cosas.
Nunca parece malo, como realmente es. Tiene un poder asombroso para disfrazarse
y parecer bueno y lleno de esperanza y justo, incluso admirable. Eso es lo que lo
hace engañoso.

El corazón es listo, astuto; puede aparecer de una forma cuando es de otra


enteramente. Sabemos que tenemos una habilidad espantosa para esconder un
corazón lleno de odio bajo palabras halagadoras, o podemos hablar suavemente y
cariñosamente a alguien a quien odiamos completamente. Lo hacemos todo el
tiempo. Podemos utilizar un tono dulce, y actuar y sonar como si estuviéramos
perfectamente cómodos, cuando interiormente estamos hirviendo con revuelta y
rebelión. Ese es el corazón. Tiene esa habilidad. Puede aparecer justo. Puede hacer
los más impresionantes juramentos de que va a mejorar.

Dios conoce mi corazón es una expresión muy usada por las personas, y aunque
sabemos que así lo respalda la biblia, en salmos 44: 21 dice que Dios conoce los
secretos de nuestro corazón.

Dios conoce mi corazón. Por lo general esta expresión es usada para justificarnos,
pero la realidad es que es todo lo contrario a lo que se quiere decir. Lo cierto es que
aunque nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras intenciones son las
de obedecer a Dios, la realidad es que no le obedecemos. Nos proponemos a hacer
lo que Dios nos pide pero no lo hacemos, de hecho hacemos todo lo contrario. Y
cuando somos confrontados y señalados por nuestras acciones incorrectas,
utilizamos esta expresión para justificarnos o para justificar a otros.
El problema de que nuestras obras o acciones no concuerden con las buenas
intenciones que poseemos en nuestro corazón, nos auto engañamos pensando que
Dios se agrada de nosotros porque tenemos buenas deseos de obedecer su palabra y
le amamos con todo nuestro corazón.
Jeremías le advirtió al pueblo de Israel y nos advierte a nosotros por la palabra, de
que el corazón es engañoso y perverso, y Dios lo conoce. Jeremías 17:9-10  Pero
mismo Dios nos advierte, que dará a cada uno no por las buenas intenciones que
posee en su corazón, sino por el fruto de sus obras. Dios no nos juzgará por las
buenas intenciones o deseos que tengamos sino por las obras, acciones que
hayamos hecho en nuestra vida.

1.  Confiar solamente en nuestro corazón nos puede llevar a la perdición eterna.


Esta es una gran verdad creer en nuestro corazón que estamos bien con Dios
porque tenemos buenas intenciones, en Mateo 21:28-32 Jesús habla de un padre
que tiene dos hijos, llega a uno y le dice: Hijo ve hoy a trabajar en mi viña, a lo que
le responde: No quiero; pero después arrepentido fue. Y acercándose al otro le dijo
de la misma manera y respondiéndole le dijo: Si señor, voy, pero no fue.
En Santiago 1:26 habla de los que se creen religiosos, creen estar bien con Dios,
pero no controlan su lengua, el chisme, la murmuración o su manera de hablar. 

El corazón, es decir, nuestros pensamientos, deseos, sentimientos nos puede


engañar, porque nos impide ver la verdad, de que no estamos obedeciendo. Efesios
4:17-18 (Fijate en la fuerza de esa exhortación, digo y requiero; no debemos
adoptar la filosofía de vivir del mundo, ni sus sistemas, por que el mundo vive en
vanidad y vacio de mente. Por que Santiago dice que la amistad del munos es
enemistad de Dios, el cristiano debe elegir en base a que va a vivir su vida, si ha de
seguir a Cristo debe de estar dispuesto a cambiar su forma de pensar. El hombre es
ignorante por que hay una parte de su ser que NO FUNCIONA, sabe que es? Su
vida espiritual. Su espíritu esta vacio, oscurecido. En esa parte de su ser que Dios
planeo que funcionara como la llave a su vida, no esta ocurriendo nada. Como
resultado, toda su sabiduría esta rota, sin relación, incompleta )

Los judíos sabían que eran el pueblo de Dios y guardaban la ley de Moisés y los
profetas, sin embargo en Hechos 7:51, Esteban los acusa de ser duros de cerviz e
incircuncisos de corazón. En su corazón no tenían la disposición de obedecer  a
Dios. 
2.  Las buenas intenciones no nos justifican si no obramos de acuerdo a la palabra de
Dios.
Dios nos va a juzgar por las obras que hagamos, por las acciones que llevemos
acabo conforme a su voluntad.
Dios espera que cuando conocemos sus mandamientos los obedezcamos, no se
agrada que tengamos buenos deseos pero siempre le desobedezcamos. Puede ser
que nuestro corazón nos engañe o intente engañarnos, pero si somos obedientes
estamos bien con Dios. 1 Juan 3:19-22 
Muchos creen en su corazón que aman a Dios, pero Dios no ve el amor de esa
manera, para Dios le demostramos que le amamos cuando obedecemos sus
mandamientos. 1 Juan 5:3 
Tanto se engaña las personas, que muchos piensan que están bien con Dios cuando
son desobedientes, parecieran que no conocieran a Dios. 1 Juan 2:3 
Muchos dicen conocer a Dios, pero con sus obras lo niegan. Tito 1:16 
Vamos a ser juzgados no por nuestros buenos sentimientos o intenciones sino por
las obras que hemos hecho en obediencia a la palabra de Dios. Romanos 2:5-8 
Por nuestras obras seremos juzgados. 2 Corintios 5:10 
Y no solo eso, sino que nuestras obras dicen, hablan de lo que somos, de lo que
realmente hay en nuestro corazón. Amor y obediencia a Dios o engaño y
desobediencia. Un cristiano dará buenos frutos no malos frutos. Hablando de los
malos profetas Jesús enseño que por los frutos podemos saber quiénes son. Mateo
7:15-20 
¿Nos bastará con tener fe? No.
Son necesarias las obras. Santiago 2:14 
Nuestra buena conducta, habla de nuestro corazón. Santiago 3:13 
Como podemos decir que agradamos a Dios, si nuestras obras no son luz sino
tinieblas. Mateo 5:16 

Conclusión:
Cuidado con esa expresión: “Dios conoce mi corazón”

El Señor afirma que el corazón es la fuente de todas las malas acciones del
hombre. Por tal motivo, debemos prestarle mucha atención a lo que dejamos nacer
en nuestro corazón.
¿Cómo limpiamos nuestro perverso corazón? Debemos limpiarlo diariamente con
la Palabra de Dios. La Palabra es esa agua que limpia y purifica todas nuestras
imperfecciones.

Si nos conformamos con tener buenas intenciones, buenos sentimientos hacia Dios
y no tenemos obras, frutos dignos del reino, debemos entender que estamos
desagradando  a Dios.
Dios nos perdona cuando nos arrepentimos, ¿Pero cómo podemos arrepentirnos si
pensamos que estamos bien con Dios por nuestras buenas intenciones pero no por
nuestras buenas obras?
Nuestro corazón, nuestro pensamiento nos puede engañar, las obras dicen lo que
somos.

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