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Tectónica de placas y sismos

Introducción

Como es de todos sabido, vivimos en una región sísmica, en otros términos, el

resultado de la convergencia de 2 placas tectónicas: la sudamericana

y la placa de Nazca, esta última es la que se subduce bajo la primera, de esta forma

la relación de las dos placas genera un jefe de sismos bastante

determinado, tanto la ubicación como en hondura que nos posibilita

delinear la manera de este borde de convergencia.

En esta actividad vamos a plotear datos de registros sísmicos para

delinear primero, la manera del borde convergente y segundo su postura

en un mapa. Previo a en otras palabras requisito que se familiaricen con el

criterio de longitud y latitud para localizar apropiadamente la

ubicación del epicentro en cada movimiento sísmico.

Para registrar dichos movimientos se aplican conjuntos llamados sismógrafos o acelerógrafos,


cuyo comienzo de operación, con base en la inercia de los cuerpos, radica de una masa
suspendida por un resorte que le posibilita quedar en reposo por ciertos momentos con
respecto al desplazamiento del suelo.

Los sismógrafos modernos usan este mismo comienzo de operación, solo que para su
utilización usan elementos mecánicos y electrónicos para obtener una senal eléctrica
proporcional al desplazamiento del suelo, la cual puede almacenarse en forma local o ser
transmitida por cualquier medio de comunicación (teléfono, radio, satélite) hasta un centro de
compra.

El tamaño de un temblor está relacionado con la energía liberada a modo de ondas sísmicas
que se propagan por medio del suelo. Para calcular esta energía y establecer el tamaño de un
temblor se hacen cálculos matemáticos basados en los registros logrados por los sismógrafos
de diferentes estaciones. En dichos registros o sismogramas se mide la amplitud máxima de las
ondas y la distancia a la que está la estación del epicentro. Dichos valores son introducidos a
una fórmula, obteniendo de esta forma el tamaño.

Ni las naciones como USA y Japón cuya tecnología es bastante avanzada, fueron capaces de
desarrollar una técnica predictiva de temblores. Ya que vivimos en un territorio con enorme
actividad sísmica la exclusiva certeza que poseemos es que tiembla una y otra vez y que
debemos estar preparados.

Una vez que hablamos de duración de un movimiento sísmico nos tenemos la posibilidad de
referir a diversos conceptos diferentes: Una es la duración del desplazamiento percibida por la
gente, otra la duración del registro instrumental (puede ser inclusive de diversos minutos) y
otro es la época que duró el desplazamiento de la fracasa que desarrolló el movimiento
sísmico (que podría ser de unos cuantos segundos).

El hombre a diferencia del sismómetro, no posee una percepción tan elaborada en este
sentido, generalmente solamente es capaz de notar la parte más profunda del desplazamiento
causado por un movimiento sísmico. Esto significa que, si ponemos ligados a una persona y a
un sismómetro a medir la duración de un terremoto, el individuo reportará un periodo de
desplazamiento bastante menor al que reportará el sismómetro, ya que el individuo
únicamente siente la parte más fuerte del desplazamiento del suelo, en lo que el sismómetro
ve hasta el desplazamiento más insignificante que se da justamente una vez que el
movimiento sísmico se inicia y una vez que acaba.

Sin embargo, la duración de un terremoto tanto instrumental como la percepción humana


cambia de un espacio a otro, y no es un costo fijo.

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