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¿QUE FUERON LAS MITAS?

La mita se refiere a un sistema de trabajo obligatorio existente durante la época colonial,


dicho sistema de trabajo surge en América, específicamente en las regiones andinas, durante
el periodo incaico y durante la conquista española de América. Los trabajos realizados eran
públicos, ya que de esta manera se pagaba tributo al estado.

Quienes tenían la obligación de trabajar, eran todos aquellos hombres casados que contaban
entre 18 y 50 años de edad, con aptitudes para trabajar en minas, en haciendas,
construcciones de templos, puentes, caminos y formando parte del ejército. Estas actividades
laborales se efectuaban por turnos rotativos y el estado se encargaba de proveer a los
trabajadores de sus necesidades básicas.

La mita era considerada una gran fuente de ingresos, esta era realizada en tierras del jefe inca
o en la de los sacerdotes. La obligatoriedad que implicaba la mita perduraba mientras los
trabajadores estuvieran en esas tierras, ya que si las abandonaban (lo que se podía hacer
libremente) cesaba la obligación.

Este sistema de trabajo obligatorio, continuó durante el periodo de la soberanía española,


contribuyendo al desarrollo interno de una economía de mercado con servicios y productos
para la corona española. Cada grupo indígena ofrecía a la corona una cantidad específica de
trabajadores durante varios meses del año. Estos trabajadores eran llevados de sus lugares de
origen hacia las zonas en donde requerían de sus servicios.

La mita decretaba cuotas laborales las cuales debían ser cumplidas por parte de la población
indígena, según la asignación que hiciese el corregidor (funcionario real encargado de
ejecutar todo tipo de obras públicas), tanto para el servicio del encomendero (era quien hacía
cumplir las órdenes del rey) como del propietario de tierras o hacendado. A cambio de la
fuerza de trabajo, el encomendero tenía la obligación de catequizar en la religión católica a
las personas que le habían sido encomendadas.
¿QUE FUERON LOS OBRAJES?
Eran fábricas de tejidos de lana, algodón y cabuya, en las que también se fabricaban
alpargatas, costales, mechas, monturas, sombreros, pólvora, etc. y donde eran obligados a
trabajar los indígenas, de día y de noche, muchas veces hasta morir.

«Cada indio trabajaba 312 días al año, y lo más que podía ganar en ese tiempo, eran 40 pesos
de a 8 reales… En cada Obraje había cárcel, cepo, grillos y azotes. Los niños eran
maltratados con crueldad. De su jornal se sacaba la tasa del tributo y la pensión sinodal del
cura. El indio se costeaba su alimento y su vestido; y muchas veces se le descontaba de su
miserable jornal, hasta las medicinas, que se les vendía muy caras, aun cuando el exceso de
trabajo les postrase con alguna enfermedad… Los indios se acabaron en breve tiempo: el
trabajo a que no estaban acostumbrados, fue la causa de que muchísimos murieran» (Roberto
Andrade.- Historia del Ecuador, tomo I p. 109).
¿QUE FUERON LAS ENCOMIENDA?
La colonización del Nuevo Mundo supuso la introducción de instituciones que organizaran y
aseguraran el gobierno, la explotación de las nuevas riquezas y la expansión del catolicismo.
La Encomienda fue una de ellas. De origen medieval y castellano, ampliamente utilizada en
Europa durante la reconquista de la península ibérica en el siglo XV, la Encomienda fue
readaptada en el contexto americano y chileno del siglo XVI. En teoría fue normada según las
disposiciones del llamado derecho indiano.
En recompensa por los servicios militares y financieros proporcionados durante la conquista,
la Corona concedió encomiendas a los conquistadores. Estas correspondían a repartimientos
de indios, es decir, un conjunto de población nativa organizada a través de caciques o
curacas. Cada encomendero estaba autorizado de percibir tributos de los indios asignados. A
cambio estaban obligados a proteger y evangelizar a los indios, quienes eran considerados
como incapaces relativos, es decir, como menores de edad.

La implementación de la Encomienda adquirió matices distintos según cada región donde fue
aplicada. En Chile la obtención de tributos por parte de los indios fue muy difícil dada las
condiciones económicas y sociales iniciales. Por esta razón predominó la llamada
Encomienda de servicio que, en vez de la entrega de tributo, consistió en servicio personales
que los indios realizaban como mano de obra, predominantemente en lavaderos de oro. La
obtención de una Encomienda se transformó así en un decisivo estímulo para la colonización,
deseada por numerosos conquistadores. Por su parte, los encomenderos debieron auxiliar con
sus indios durante la Guerra de Arauco, previo a que fuera formado un ejército profesional.

Las repercusiones de las encomiendas fueron particularmente negativas para los indígenas,
quienes fueron abusados y cruelmente tratados. En general la Encomienda implicó el
desarraigo, la concreta privación de la libertad y el descenso demográfico de los sectores
indígenas, por lo que ya en pleno siglo XVI surgieron voces que cuestionaron el sistema y
buscaron regularlo a través de tasas, como la de Santillán o la de Gamboa.

¿QUE FUERON LOS HUASIPUNGO?


Huasipungo se convirtió en una conocida novela indigenista, movimiento en la literatura
latinoamericana que precedió al Realismo Mágico y enfatizó el realismo brutal.

Huasipungo es a menudo comparada con la novela de John Steinbeck, Las uvas de la ira,
escrita en el año 1939, pues ambas obras son de protesta social. Además de la primera edición
de 1934, Huasipungo pasó por dos ediciones más o reescrituras completas en español, en
1953 y 1960, la primera de ellas fue difícil de leer incluso para los nativos de otros países
hispanos.

Además de ser una novela indigenista, Huasipungo también ha sido considerada como una
novela proletaria, en la cual Latinoamérica tuvo que sustituir a los nativos americanos para la
clase trabajadora como modelo o carácter de la literatura proletaria.
Huasipungo ha sido traducida a alrededor de 40 idiomas como el inglés, ruso, alemán,
francés, portugués, etcétera.
BIOGRAFIA DE DOLORES CACUANDO
Dolores Cacuango, también conocida
como “Mamá Dulu”, fue una activista
ecuatoriana que luchó por los derechos
humanos, de los pueblos indígenas y los
campesinos, buscando la reivindicación
de la lengua quechua a través de la
creación de las escuelas bilingües

Dolores nació en Cayambe, Ecuador a


finales del siglo XIX. Era hija de
indígenas y nunca tuvo acceso a una
escuela, lo que a futuro sería su bandera
de lucha. A temprana edad se trasladó a
las grandes ciudades para trabajar en casas domésticas luego de negarse al matrimonio. En
ese lugar conoció un amplio mundo intelectual que la motivó a aprender a leer y escribir. Se
enfrentó a las desigualdades y problemáticas de los campesinos y de los indígenas, por lo que
decidió volver a su tierra natal y luchar por sus derechos.

En Cayambe la población indígena ya comenzaba a movilizarse y exigir que las leyes que
amparaban sus derechos fueran respetadas. Dolores empezó a participar activamente del
movimiento, con liderazgo y discursos en quechua. Además, junto el Partido Comunista,
fundó la Federación Indígena Ecuatoriana, convirtiéndose en una activista constante por la
tierra y la educación que promovió diversos levantamientos y revueltas.

Se preocupó de mantener informados a los indígenas sobre sus derechos para que estos no
fueran pasados a llevar. En 1944 decidió crear la primera escuela de español y quechua,
establecimientos educacionales clandestinos y que no eran aprobados por el gobierno, pero
que sentaron un gran desarrollo para la comunidad. Tras la dictadura de Ramón Castro, las
escuelas se cerraron y Dolores pasó a la clandestinidad, sin embargo, siguió visitando las
comunidades y unos años más tarde movilizó una de las marchas indígenas más grandes del
país tras la aprobación de la reforma agraria.

En 1989, póstumamente, se creó la dirección de Educación Indígena que buscó restablecer el


trabajo realizado por Dolores y reivindicar a las primeras naciones. Hoy la primera Escuela
de Mujeres Líderes en Ecuador lleva el nombre de Dolores Cacuango.
¿QUE ES UN ENSAYOS?

Un ensayo es un tipo de texto escrito en prosa en el que un autor expone, analiza y examina, a
través de argumentos, un tema determinado. El propósito es fijar su posición al respecto,
siguiendo un estilo argumentativo propio.

El ensayo se caracteriza por ser una propuesta de reflexión, análisis y valoración, que se
estructura de manera clásica con una introducción, un desarrollo y una conclusión. A veces
puede contener las referencias bibliográficas en las que el autor se ha documentado.
Al poseer cierto carácter expositivo, los ensayos deben entregar las ideas de forma ordenada
y con una redacción clara y correcta.

Los tipos de ensayo más utilizados son el ensayo literario, el académico y el científico. A
pesar de la diferencia de temática y estilo, todos ellos tienen un rasgo común, influir en sus
lectores y activar su pensamiento crítico. A diferencia de lo que ocurre con otros géneros, el
lector de ensayos tiene una postura más participativa, es un lector activo.

La manera de abordar un ensayo varía en función de los autores. Podemos encontrar ensayos
basados en una visión muy personal y, por tanto, cargados de subjetividad. De forma opuesta,
existen ensayos que son impersonales y se ciñen a los datos en los que se sostienen, están
elaborados con objetividad.

¿CÓMO SE REALIZA UN ENSAYO?

 Definir el problema.
 Expresar la tesis.
 Explicar los argumentos a favor de la tesis acompañados de reflexiones, explicaciones
y ejemplos.
 Exponer la antítesis y los argumentos que la sustentan.
 Refutar la antítesis mediante el uso de evidencias que confirmen la tesis.
 Conclusiones.
 Finalmente, he aquí una pequeña lista de consejos estilísticos para escribir un ensayo.

 Utilizar correctamente los conectivos para facilitar la comprensión del texto: por lo
tanto, en consecuencia, en primer lugar, de hecho, etc.
 Enfatizar al lector, es decir, tener en cuenta a qué tipo de destinatario está dirigido el
ensayo: edad, cultura, conocimientos, género e intereses.
 Distanciar al autor de la tesis. El autor nunca debe sobrecargar la obra de sí, sino tratar
de coger menos protagonismo posible, a menos que no cuente experiencias muy
personales.
 Incluir breves porciones de otros textos, como artículos o citas, que aumenten el valor
de la exposición.
 Utilizar un vocabulario adecuado y orientado en función de la audiencia y del tema
que se está tratando.
 Tomarse el tiempo para revisar el ensayo, una tarea que debe ser lo más minuciosa
posible para identificar cualquier error o inconsistencia.
TENGO UN SUEÑO
MARTIN LUTHER KING JR.

En su discurso, el Dr. King comienza hablando sobre el Presidente Abraham Lincoln.


Lincoln liberó a los esclavos en 1863. Cien años más
tarde, los hombres negros en
Estados Unidos todavía no tenían los mismos derechos
que los blancos.
Estoy feliz de estar aquí hoy. Este día pasará a la
historia. Esta es la manifestación más grande de
libertad en la historia de nuestra nación.
Estamos aquí bajo la estatua de Abraham Lincoln. Él
liberó a los esclavos. Sus palabras fueron como un
gran faro de esperanza para millones de esclavos
negros. Por fin terminó la larga noche de la esclavitud.
By Martin Luther King, from the King Center,
adaptado por la redacción de Newsela on
Han pasado 100 años. El hombre negro todavía no es
libre. Cien años después, todavía se separa a las
personas negras de las blancas. Cien años después, el
hombre negro vive en una isla solitaria de pobreza. A
su alrededor hay un océano de riqueza. Cien años
después, el hombre negro es un extraño en su propia
tierra.
La Constitución y la Declaración de Independencia
dicen cosas muy buenas. Con esos documentos se creó
nuestro país. Estas palabras fueron una promesa para cada estadounidense. Hoy estamos aquí
para que esta promesa se cumpla. Sí, fue una promesa para los hombres negros también. Nos
prometieron los derechos dados por Dios a la vida, la libertad y la búsqueda de la felicidad.
Sin embargo, los negros nunca recibieron el pago. La promesa no se ha cumplido. Se nos
prometió libertad y justicia.
"Buscamos el camino de luz de la justicia"
También hemos venido para decir a los Estados Unidos que es hora. Es el momento de
levantarnos del valle oscuro de la segregación. La segregación es cuando separan a las
personas solo por el color de su piel. Nosotros buscamos el camino de luz de la justicia.
Es el momento de levantar a nuestra nación. Debemos escalar y ser hermanos. Ahora es el
momento para la justicia. Este verano caliente debe cambiar a un fresco otoño de libertad e
igualdad.
El año 1963 no es un final. Es un comienzo. Esta nación no puede volver a como estaba.
No habrá paz en Estados Unidos hasta que el hombre negro tenga sus derechos. Los vientos
del cambio sacuden nuestra nación. Esperamos que llegue el día brillante de la justicia.
Hay algo que tengo que decir a mi gente. Debemos ser pacíficos. Debemos tener dignidad y
concentración. Debemos protestar en paz. No podemos tomar del odio. Esto no debe hacernos
odiar a las personas blancas. Muchos de nuestros hermanos blancos están aquí hoy. Saben
que su futuro está atado a nuestro futuro. Su libertad va con nuestra libertad. No podemos
caminar solos. No podemos volver atrás.
Algunos preguntan: "¿Cuándo estarán satisfechos?" Nunca lo estaremos. El hombre negro
sigue siendo víctima de la violencia policial. Nunca lo estaremos. No nos dejan dormir en
hoteles y moteles cuando estamos cansados. No podremos estar satisfechos. El hombre negro
solo puede moverse de un barrio malo a otro más grande. Nunca podremos estar satisfechos.
Nuestros hijos son heridos con carteles que dicen "Solo para blancos". No podremos estar
satisfechos. Un hombre negro en Misisipi no puede votar. Un hombre negro en Nueva York
no tiene por qué votar. No, no, no estamos satisfechos. No lo estaremos hasta que la justicia
avance como un fuerte río.
Sé que algunos de ustedes han llegado aquí hoy después de muchos problemas.
Algunos de ustedes acaban de salir de las pequeñas celdas de la cárcel. Algunos han sido
golpeados por crueles policías. Sepan que el sufrimiento los hace más fuertes.
Regresen a Misisipi. Regresen a Alabama. Regresen a Carolina del Sur. Regresen a
Georgia. Regresen a Luisiana. Regresen a los barrios pobres de nuestras ciudades del
Norte. Sepan que este mundo cambiará. Levantémonos de este lugar de tristeza.
"Se sentarán juntos en la mesa de la fraternidad"
Tenemos las dificultades de hoy y de mañana. Sin embargo, todavía tengo un sueño. Es un
sueño que tiene raíces muy profundas en el sueño americano. Yo tengo un sueño. Un día esta
nación vivirá el verdadero significado de sus palabras. En la Declaración de
Independencia está escrito: "Sostenemos que estas verdades son evidentes por sí mismas: que
todos los hombres han sido creados iguales".
Yo tengo un sueño. Un día en las colinas rojas de Georgia los hijos de antiguos esclavos y los
hijos de antiguos propietarios de esclavos se sentarán juntos. Se sentarán en la mesa como
hermanos. Yo tengo un sueño. Hasta el cruel estado de Misisipi cambiará. Será un lugar de
libertad y de justicia. Yo tengo un sueño. Mis cuatro hijos pequeños vivirán un día en una
nación donde no serán juzgados por el color de su piel. Serán juzgados por su interior.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño. Allá en Alabama hay gente que nos odia. Su odioso gobernador nos quita
nuestros derechos. Un día en Alabama, los niños y las niñas de color podrán unir sus manos
con los niños y niñas blancos, como hermanas y hermanos.
¡Yo tengo un sueño hoy!
Yo tengo un sueño. Un día todo lo que esté abajo se levante. Que todo lo que esté en alto,
baje. Que los lugares escarpados se hagan llanos. Que los lugares torcidos se hagan rectos.
Que todos vean la gloria del Señor. Que todos la vean juntos.
Esta es nuestra esperanza. Con esta fe regreso al Sur. Con esta fe cambiaremos las montañas
de tristeza por piedras de esperanza. Con esta fe podremos transformar las palabras de enfado
por palabras de hermanos. Con esta fe podremos trabajar juntos.
Oraremos juntos. Lucharemos juntos. Iremos a la cárcel juntos. Defenderemos juntos la
libertad. Con esta fe sabemos que seremos libres un día. Ese día todos podremos cantar de
verdad: "Mi país, es de ti, dulce tierra de libertad, es de ti de quien canto. Tierra donde mis
padres murieron, tierra de orgullo del peregrino. Desde cada ladera, que suene la libertad".
Que suene entonces la libertad. Que suene la libertad desde las maravillosas colinas de
Nueva Hampshire. ¡Que suene la libertad desde las poderosas montañas de Nueva York y
Pensilvania! ¡Que suene la libertad desde las montañas cubiertas de nieve de
Colorado! ¡Que suene la libertad desde las cuestas y curvas de California!
No solo eso. ¡Que suene la libertad desde la Montaña de Piedra de Georgia! ¡Que suene la
libertad desde el Monte Lookout de Tennessee! Que suene la libertad desde cada colina de
Misisipi. Desde cada ladera de cada montaña, que suene la libertad.
Cuando permitamos que la libertad suene desde cada pueblo, desde cada estado y cada
ciudad, llegará el día. Ese día todos los hijos de Dios, hombres negros y blancos, judíos y
gentiles, protestantes y católicos, podrán unir las manos. Ese día cantarán con las palabras del
viejo libro de canciones espirituales negras: "¡Al fin libres! ¡Al fin libres!
¡Gracias a Dios Todopoderoso, somos libres al fin!"

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