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ORIENTACIONES PARA LA

INSTITUCIÓN DEL
MINISTERIO LAICAL
DE CATEQUISTA.

Conferencia Episcopal Boliviana


Área de Evangelización
Sección Catequesis

Bolivia 2022.
Contenido
Siglas y abreviaturas ............................................................................................................... 2
Presentación. ........................................................................................................................... 4
Introducción. ........................................................................................................................... 4
Capítulo I: Antecedentes del Ministerio Laical de Catequista. ............................................. 4
Sobre el Ministerio. ............................................................................................................ 4
Desplazamiento de los ministerios laicales. ....................................................................... 5
Concilio Vaticano II. .......................................................................................................... 6
Magisterio de san Paulo VI. ............................................................................................... 7
Otros documentos. .............................................................................................................. 8
Magisterio del Papa Francisco. ........................................................................................... 9
Capitulo II: Ministerio Laical de Catequista....................................................................... 10
Servicio y Ministerio. ....................................................................................................... 10
Magisterio de los Obispos en Bolivia. .............................................................................. 11
Capitulo III: Características del Ministerio Laical de Catequista. ..................................... 13
Criterios para el proceso de formación. ............................................................................ 14
Formación fundamental del Discípulo – Misionero ..................................................... 14
Dimensiones claves en la formación de los catequistas ............................................... 15
Perfil del Catequista. ........................................................................................................ 18
Capitulo IV: Disposiciones para la Institución del Ministerio Laical de Catequista. ......... 20
Formación. ........................................................................................................................ 20
No deberían ser instituidos. .............................................................................................. 20
Requisitos. ........................................................................................................................ 21
Escuelas/centros de Catequesis jurisdiccionales. ............................................................. 22
Sección de Catequesis del Área de Evangelización de la CEB. ....................................... 22
Capítulo V: Rito de institución al Ministerio Laical de Catequista. ................................... 23
Conclusión ........................................................................................................................... 23
ANEXO: Rito de institución de los catequistas, traducido del latín, adaptado para la Iglesia
que peregrina en Bolivia. ...................................................................................................... 24

Siglas y abreviaturas

2
AA Decreto conciliar Apostolicam Actuositatem (1965).
AG Decreto conciliar Ad Gentes (1965).
AM Carta apostólica Antiquum Ministerium, del Papa Francisco (2021).
AIDM Documento de La Alegría de Iniciar Discípulos Misioneros, del CELAM (2015)
CEC Catecismo de la Iglesia Católica (1992).
CT Exhortación apostólica Catechesi Tradendae, del Papa Juan Pablo II (1979)
DCG Directorio Catequístico General, de la Congregación del Clero (1971).
DGC Directorio General para la Catequesis, de la Congregación para el Clero (1997).
DpC Directorio para la Catequesis, del Pontificio Consejo Para La Promoción
de la Nueva Evangelización (2020).
DA Documento de Aparecida, del CELAM (2007).
DM Documento de Medellín, del CELAM (1968).
DP Documento de Puebla, del CELAM (1979).
EG Exhortación apostólica Evangelii Gaudium, del Papa Francisco (2013)
EN Exhortación apostólica Evangelii Nuntiandi, del Papa Pablo VI (1975).
ICi Instrucción Inmensae Caritatis, de la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos (1972).
FCi Instrucción Fidei Custos, de la Congregación para el Culto Divino y la
Disciplina de los Sacramentos (1969).
FC Exhortación apostólica Familiaris Consortio, del Papa Juan Pablo II (1981).
MQ Carta apostólica Ministeria Quaedam, del Papa Pablo VI (1972)
SP Carta apostólica “Spiritus Domini” del Papa Francisco (2021).

3
Presentación.
Introducción.

Capítulo I: Antecedentes del Ministerio Laical de Catequista.


1. La Iglesia no se inventa los ministerios laicales. Su experiencia histórica le permite
elogiar a los que han tenido una decisiva y permanente importancia, y los que han
sido propios en su momento histórico - cultural concreto. Haciendo memoria en
nuestra Iglesia Apostólica – Primitiva no existían “ministerios sin función”, “ni
función ministerial sin comunidad”, durante los siglos se han ido ejerciendo diversos
ministerios, pero quizá hayan sido administrados y abarcados por el clero, los
religiosos o religiosas. Por tanto, este documento pretende ofrecer orientaciones y
recomendaciones al llamado que hace la Iglesia Universal en el nuevo contexto de la
Catequesis, tomando en cuenta la Carta del Papa Francisco que “en virtud de la
autoridad apostólica instituye el Ministerio Laical de Catequista”1.

Sobre el Ministerio.

2. En la Iglesia existe, desde sus orígenes, una variedad de servicios, funciones, tareas
que reciben el nombre genérico de ministerios2. Todo ministerio de la Iglesia tiene su
fundamento y su sentido en el Ministerio de Cristo, Verbo de Dios encarnado,3
Cabeza del Cuerpo de la Iglesia,4 que asumió la tarea y la condición de siervo5 y lavó
los pies de los discípulos.6 Él vino a servir y dar su vida por todos7 y envió a sus
discípulos/discípulas para anunciar la Buena Nueva de la Salvación, como signo
permanente de su amor a la humanidad.

3. Cristo, enviado del Padre,8 realizó su misión con autoridad9 y confió a los Doce la
continuidad de esta misión.10 Los Doce llegaron a ser Ministros de la Palabra11 y,
conducidos por el Espíritu Santo12 no cesaron de dar testimonio de la presencia y

1
AM 8.
2
El término “Ministerio” deriva del latín ministerium que se traduce por servicio.
3
Jn 1,14.
4
Ef 4,15; 5,23-28; Col 2,19.
5
Fil 2,5-11.
6
Jn 13,1-17.
7
Mt 20,28; Mc 10,43-45.
8
Jn 20,21.
9
Mc 1,22; Mt 7,29.
10
Mt 24,14.
11
Lc 1,2.
12
Jn 16,13.

4
crecimiento del Reino de Dios13. Cristo dejó a su Iglesia la continuidad de su misión14.
Esta tarea no constituye un privilegio, sino un servicio.

4. Es evidente que en estas afirmaciones emerge la concepción de Iglesia según el


Concilio Vaticano II que distingue ministerios, pero, a la vez, afirma la apostolicidad
y ministerialidad de todo el Pueblo de Dios.15 Precisamente, en la ministerialidad de
su acción, se da a conocer la Iglesia a la humanidad como acontecimiento de
comunión. Éste, pone de relieve las notas esenciales que marcan la vida y misión de
la Iglesia y “en cuanto a los ministerios eclesiales se constata un crecimiento,
maduración y despertar del laicado en el ámbito de la comunidad eclesial de acuerdo
a su propia vocación”16.

5. El tema del Ministerio Laical de Catequista es de suma importancia en una “Iglesia


en salida permanente” para “anunciar el Evangelio a todos, en todos los lugares, en
todas las ocasiones, sin demoras, sin asco, sin miedo. La alegría del Evangelio es
para todo el pueblo, no puede excluir a nadie.”17 El estudio de los ministerios se
plantea hoy, en la Teología cristiana, de una manera nueva. En este cambio de óptica
influyen estos hechos:

En primer lugar, el estudio de la vertiente neotestamentaria de los orígenes de la


Iglesia Apostólica, y de los primeros siglos de la vida de la Iglesia; en segundo lugar,
el Concilio Vaticano II plantea el tema del ministerio instituido de nueva manera.
Parte del mandato de “misión” que Cristo ordena a su Iglesia cumplir hasta su retorno
glorioso. El Concilio habla de los ministerios en plural, no en singular. Ampliando
este concepto a los fieles en general, que trabajan por la extensión del Reino de Dios.
Este tema, como se pueda apreciar, es decisivo para la eclesiología, ya que la
estructura y la organización de la Iglesia dependen fundamentalmente de los
Ministerios que en Ella existan. En tercer lugar, el diálogo ecuménico. Es el aspecto
más difícil que se plantea entre la Iglesia cristiana católica, y las demás,
particularmente los puntos referidos a los Ministerios Ordenados.

Desplazamiento de los ministerios laicales.

6. En el siglo I y II18 se considera los ministerios como carismas y servicios que los
tienen aquéllos, a quienes el Espíritu Santo quiere otorgárselos. Destacan estos
ministerios: Apóstoles, Profetas, Doctores, Catequistas, Lectores, Cantores y otros.

13
Hech 2,36.
14
Paulo VI nos legó este mensaje: “El propio Cristo ‘Evangelio de Dios’ fue el primero y el mayor de los
Evangelizadores” EN 7.
15
No hace falta mencionar todos los números donde se encuentran dichas afirmaciones. Basta algunos
documentos como la Lumen gentium, la Gaudium e Spes, la Apostolicam Actuositatem, la Presbyterorum
Ordinis, etc.
16
CEB, Enfoque y Directrices Pastorales (2020-2024), Pg. 24.
17
EG 23.
18
Es provechoso y útil consultar los siguientes documentos: La Didajé (s.I-II); La Tradición Apostólica (s.III);
Las Constituciones Apostólicas (s.IV); El Testamento Domini (s. V)

5
7. En el siglo III se impulsa una teología más especulativa en la que se limitan los
ministerios. Se pasa de una postura pastoral a una creciente clericalización de los
ministerios. Los Ministerios comienzan a perder su característica de “servicio” y van
revistiéndose de la dimensión jerárquica, originando así las órdenes mayores y las
órdenes menores centralizadas en torno al ministerio del orden sacerdotal. El
Diaconado y los demás ministerios comenzaron a desaparecer como servicios
permanentes, pasando a meros grados en vistas al Presbiterado19.

8. En los siglos VIII y IX se impone el Régimen de Cristiandad. Los laicos no tienen


participación en las tareas espirituales y sagradas, sólo obedecen al clero. Pocos laicos
son aceptados como “Caballeros” para la defensa de la Iglesia. Nace así un grupo de
laicos comprometidos con la “Milicia cristiana”.

9. A partir del siglo XIII hasta el siglo XVI la presencia de los Caballeros laicos era
normal. El “Defensor de la Fe” era la figura del laico que se entrega a la defensa
apologética de la fe, no con la fuerza de las armas, sino con la fuerza de la Palabra.
Hay personas, movimientos y corrientes espirituales que mantienen activa la
presencia de los laicos al interior de la Iglesia, pero no son reconocidos como algo
constitutivo y esencial a la ministerialidad de la Iglesia.

10. Durante los siglos XVII y XVIII surgen en la Iglesia teólogos laicos, apologistas y
grandes pensadores que defienden la fe cristiana católica frente a la secularización.
Sólo desde finales del siglo XIX y durante la primera mitad del siglo XX se advierte
un interés renovado por las Órdenes menores, con motivo de la renovación litúrgica
y de los estudios históricos que va a develar sus antiguas raíces laicales y carismáticas,
así como la significación pastoral y comunitaria.

Concilio Vaticano II.

11. El Concilio Vaticano II, considerando el nuevo contexto de la Iglesia en el mundo


moderno, decidió recuperar los Ministerios. Fue redescubierta su teología,
particularmente la noción de servicio. El centralismo “religioso” continuó dando paso
a la diversificación. La teología del laico se fue clarificando y afirmando cada vez
más.

12. El Concilio señala que el sacerdocio ministerial está esencialmente orientado hacia el
sacerdocio real de todos los fieles. Éstos han de reconocer que el sacerdocio
ministerial es imprescindible para su vida cristiana y para su participación en la
Misión de la Iglesia. Ella es llevada a efecto en la sociedad por los Sacerdotes y por
el trabajo de los Laicos. El Concilio Vaticano II fundamenta una nueva perspectiva y
visión a los Ministerios; en consecuencia, se da un cambio en la estructura ministerial
de la Iglesia. Para que exista una verdadera comunidad cristiana no es suficiente sólo
el Ministerio Ordenado (Obispos, Presbíteros, Diáconos). Para lograrla son necesarios

19
La distinción entre los Ministerios Ordenados (Órdenes Mayores) y los no ordenados (Órdenes menores:
Ostiario, Exorcista, Lector, Acólito) se acentúan cada vez más.

6
varios ministerios.20 Los ministerios de los laicos son necesarios, de no ser así, la
Iglesia no sería el “Sacramento de Cristo entre los hombres.”21 La presencia activa,
responsable y comprometida de los bautizados, su ministerio y su apostolado son
aspectos esenciales, constitutivos y permanentes del ser, de la misión, de la vida y de
la edificación de la Iglesia en el mundo. Hay, por tanto, complementariedad “el
apostolado de los laicos y el ministerio pastoral en la tarea evangelizadora de la
Iglesia”.22

Magisterio de san Paulo VI23.

13. Las apariciones de nuevos Documentos posconciliares determinan el rumbo y la


importancia de los Ministerios en la Iglesia del siglo XXI. Paulo VI es el que da el
marco de la teología de los Ministerios. En efecto, a partir de su Carta Apostólica
Ministeria Quaedam24 el Pueblo de Dios es consciente, que para el bien de la Iglesia,
por voluntad del mismo Cristo, existen unos ministerios, que prolongan y desarrollan
la tarea que Cristo encomendó a los Apóstoles. San Paulo VI clarifica el vasto campo
de los Ministerios a partir de Jesucristo, servidor por antonomasia, “quien vino a
servir y a dar su vida por todos”25.

14. Hay ministerios Ordenados: el Diaconado, el Presbiterado y el Episcopado, por los


que un bautizado es configurado por medio de un sacramento específico, el del Orden,
a Cristo como Pastor y Maestro. Paulo VI suprimió las “Órdenes menores” y dejó dos
Ministerios Instituidos, el del Lector y el del Acólito, para ayudar a la comunidad
cristiana a participar de la Mesa de la Palabra (Lector) y de la Mesa de la Eucaristía
(Acólito). Estos ministerios “son propios de laicos: el que es instituido en ellos no
pasa al estado clerical, sino que recibe este encargo oficial desde su identidad
bautismal”26. Finalmente, hay Ministerios reconocidos:27 son laicos nombrados
oficialmente, por un período de tiempo, para cumplir servicios importantes en la vida
y misión de la Iglesia. No hay una lista definida, surgen de las demandas pastorales
que se identifiquen en las Diócesis y en las Iglesias Particulares. Esta visión, concreta
lo que el mismo Papa Paulo VI, decía: “Los seglares también pueden sentirse
llamados a colaborar con sus pastores en el servicio de la comunidad eclesial, para

20
“para la implantación de la Iglesia y el desarrollo de la comunidad cristiana son necesarios varios
ministerios que todos deben favorecer y cultivas diligentemente, con la vocación de una suscitada de entre la
misma congregación de los fieles, entre los que se cuentan las funciones de los sacerdotes, de los diáconos y
de los catequistas y la Acción Católica. Prestan, asimismo, un servicio indispensable los religiosos y religiosas
con su oración y trabajo diligente, para enraizar y asegurar en las almas el Reino de Cristo y ensancharlo más
y más” AG 15.
21
AG 21.
22
AA 6.
23
Pablo VI o Paulo VI en latín, Paulus PP. VI, nombre secular Giovanni Battista Enrico Antonio María Montini.
24
Carta publicada el 15 de Agosto del año 1972. Otros documentos enriquecen y amplían el tema de los
Ministerios: “Fidei custos” y “Inmensae caritatis”
25
Mt 20,28.
26
Cfr. Borobio, Dionisio, Los Ministerios en la Comunidad, pp.92-95; Aldazábal, J., Vocabulario básico de
liturgia, p.235
27
Se los denomina, también, “Ministerios no instituidos.”

7
el crecimiento y la vida de ésta, ejerciendo ministerios muy diversos según la gracia
y los carismas que el Señor quiera concederles.”28

15. El segundo documento es la Instrucción “Inmensae caritatis”29 que trata sobre el


“Ministerio Extraordinario de la Comunión”, y tiene un doble objetivo: ayudar a
distribuir la Sagrada Comunión, de modo que nadie tenga dificultad de recibirla; y
procurar que los enfermos no se vean privados de ella”30.

16. El tercer documento es la Exhortación “Evangelii Nuntiandi, donde se afirma que los
laicos pueden colaborar con sus pastores “ejerciendo ministerios diversos”, y recuerda
cuáles son éstos: “los Catequistas, Animadores de la oración y el canto, cristianos
consagrados al servicio de la Palabra de Dios o de la Asistencia a los hermanos
necesitados, Jefes de pequeñas comunidades, Responsables de movimientos
apostólicos u otros responsables”31.

Otros documentos.

17. En otros documentos se ha reconocido y valorado el Ministerio del Catequista, del


Educador, del Profesor de religión o de los padres en cuanto primeros educadores en
la fe 32.

18. San Juan Pablo II en la “Familiaris Consortio,” recoge los resultados del Sínodo de
Obispos de 1980, e insiste en que la educación en la fe y la catequesis de los padres a
sus hijos son un “verdadero y propio ministerio de la Iglesia.”33 Es de observar, que
mientras Ministeria Quaedam e Inmensae Caritatis se fijan, sobre todo, en los
ministerios litúrgicos, éstos, emanados de los diversos sínodos y de la preocupación
evangelizadora y catequética de la Iglesia, se refieren principalmente a los ministerios
de la Palabra, con una diferencia: aquéllos se reconocen como ministerios
“instituidos”; éstos, como servicios necesarios que pueden instituirse o reconocerse.

19. La Tercera Conferencia del Episcopado Latinoamericano no sólo afirma que la


comunidad entera, sacerdotes y laicos, participan, cada uno a su modo, de la función
sacerdotal profética y real de Cristo, ejerciéndola en su condición propia, sino que
subraya también cómo el laico contribuye a construir la Iglesia como comunidad de
fe, de oración, de caridad fraterna, y lo hace por la catequesis, por la vida sacramental,
por la ayuda a los hermanos, también, por la conducción de la comunidad: “Los
ministerios que pueden conferirse a laicos son aquellos servicios referentes a
aspectos realmente importantes de la vida eclesial (v. gr. en el plano de la Palabra,
de la Liturgia o de la Conducción de la comunidad), ejercidos por laicos con

28
EN 65-66.
29
Publicado el 29 de Enero de 1973.
30
FCi 3.
31
EN 73.
32
Cfr. DCG y el documento del Sínodo de Obispos sobre “La Catequesis en nuestro tiempo” (1978)
33
FC 52-53.

8
estabilidad y que han sido reconocidos públicamente y confiados por quien tiene la
responsabilidad en la Iglesia.”34

20. Los Ministerios confiados a los laicos no atentan contra los Ministerios Ordenados.
Al contrario, “para el cumplimiento de su misión, la Iglesia cuenta con diversidad de
ministerios.35 A lado de los ministerios jerárquicos, la Iglesia reconoce un puesto a
ministerios sin orden sagrado. Por tanto, los laicos pueden sentirse llamados a
colaborar con sus pastores en el servicio a la comunidad eclesial, para el crecimiento
y vida de ésta, ejerciendo ministerios diversos según la gracia y los carismas que el
Señor quiere concederle36.

21. En adelante, la Iglesia no puede prescindir, en su vida y misión, de la participación y


compromiso al Ministerio de la Catequesis, sin menoscabar la vitalidad de las
comunidades cristianas.37 En los servicios la complementariedad de Ministerios
(Ordenados, Instituidos, Reconocidos) fortalece la labor evangelizadora de la Iglesia.
La complementariedad es el mejor testimonio de comunión. “Además de los
ministerios comunes a toda la Iglesia Latina, nada impide que las Conferencias
Episcopales pidan a la Sede Apostólica la institución de otros que por razones
particulares crean necesarios o muy útiles en la propia región” 38

Magisterio del Papa Francisco.

22. Entre una continuidad con el aggionarmiento eclesial del Concilio Vaticano II,
enfatizando el concepto de ministerialidad y percibido en algunas Asambleas del
Sínodo de los Obispos, evidenció la necesidad de profundizar doctrinalmente el tema
de los ministerios, el Papa fortalecida por la sinodalidad y después de haber escuchado
el parecer de los Dicasterios competentes, en año 2021, a través de carta apostólica
en forma de motu proprio “Spiritus Domini” modifica el canon 230 § 1 del código de
derecho canónico, acerca del acceso de las personas de sexo femenino al ministerio
instituido del lectorado y del acolitado:
"Los laicos que tengan la edad y condiciones determinadas por decreto de la
Conferencia Episcopal, pueden ser llamados para el ministerio estable de
lector y acólito, mediante el rito litúrgico prescrito; sin embargo, la colación
de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por la
Iglesia".

23. Incorporando la modificación al derecho Canónico, emite la Carta Apostólica


“Antiquum Ministerium” un gran paso, con la que instituye el Ministerio Laical de
Catequista, fortaleciendo y dando continuidad al Concilio Ecuménico Vaticano II, que

34
DP 805.
35
AA 21.
36
Cfr. DP 804; EN 73.
37
El crecimiento del número de fieles encargados de ejercer Ministerios Laicales no se debe a la falta de
Ministros Ordenados, sino que son servicios que corresponden, esencialmente a la participación y a la
responsabilidad de los laicos en la tarea que el Señor Resucitado ha encomendado a su Iglesia hasta la Parusía.
38
MQ 1.

9
hace más de 50 años, habría percibido la importancia del compromiso del laicado en
la obra de la evangelización; además menciona: “posee un fuerte valor vocacional
que requiere el debido discernimiento por parte del Obispo”39 e invita a las
“Conferencias Episcopales a hacer efectivo el ministerio de Catequista,
estableciendo el necesario itinerario de formación y los criterios normativos para
acceder a él”40; por ello, la respuesta a través de este documento orientador.

Capitulo II: Ministerio Laical de Catequista.


24. Nuestra Iglesia Católica viene dando pasos significativos con respecto a la catequesis.
impulsando el nuevo paradigma y renovación de la Catequesis: “pasar de estructuras
de conservación a estructuras de misión.” La realidad de nuestra Iglesia, pide
concretar nuevos Ministerios41, especialmente en el área rural y periurbana. Uno, muy
necesario el Ministerio del Catequista como Ministerio Instituido.

25. El Directorio General para la Catequesis, enfatiza la necesidad de que en la Diócesis


existan algunos que desempeñen el ministerio de catequista. En esto radicaría la
distinción entre el “servicio” y el “ministerio”. El documento afirma: “Sentirse
llamado a ser catequista y recibir de la Iglesia la misión para ello, puede adquirir,
de hecho, grados diversos de dedicación, según las características de cada uno. A
veces, el catequista sólo puede ejercer este servicio de la catequesis durante un
período limitado de su vida, o incluso de modo meramente ocasional, aunque siempre
como un servicio y una colaboración preciosa. No obstante, la importancia del
ministerio de la catequesis aconseja que en la diócesis exista, ordinariamente, un
cierto número de religiosos y laicos, estable y generosamente dedicados a la
catequesis, reconocidos públicamente por la Iglesia, y que —en comunión con los
sacerdotes y el Obispo— contribuyan a dar a este servicio diocesano la configuración
eclesial que le es propia”42. Por tanto, todo Ministerio es y supone un servicio, pero
no todo servicio se le puede nombrar Ministerio.

Servicio y Ministerio.

26. Servicio es todo aquello que, de un modo individual o colectivo, se hace y ofrece en
la comunidad, en orden a responder a las necesidades que genera en la misma el
cumplimiento de las dimensiones de la misión (palabra, culto, caridad). Los servicios
pueden ser múltiples en cada uno de las dimensiones de la misión y suponen siempre
una ayuda a los demás, una referencia a la comunidad.

39
AM 8.
40
Ibídem 9.
41
Los Obispos en Bolivia han privilegiado algunos ministerios laicales en diversos documentos pastorales que
han entregado a los fieles: “Aporte de la Iglesia en Bolivia a la IV Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano” 335-343;” Orientaciones Teológico-Pastorales para la Animación de la Liturgia en
Bolivia” 317-325; “Aporte de la Conferencia Episcopal Boliviana a la V Conferencia General del Episcopado
Latinoamericano y del Caribe” 123-129.
42
DGC 231.

10
27. Estos servicios pueden ser espontáneos, cuando se realizan por iniciativa propia y de
modo libre y espontáneo, sin atenerse a unas condiciones previstas43. O bien pueden
ser determinados, cuando son servicios que tienen un puesto y un reconocimiento en
la comunidad y se desempeñan según un plan establecido en orden a cumplir con las
necesidades que plantea un Área determinada de la vida y misión de la Iglesia44.

28. Ministerio es aquel servicio determinado que ejercida por personas capacitadas y
destinadas para ello, las cuales asumen con una especial responsabilidad una tarea
importante para la comunidad cristiana. El Ministerio asume un servicio importante
para la comunidad, de forma permanente y estable en un más o en un menos, por un
signo público que compromete y lo hace reconocible ante la comunidad cristiana.

29. En esta clarificación de Ministerio y Servicio, el papel del Catequista ocupa un lugar
destacado. Por un lado, es un servicio y tiene la responsabilidad de educar en la fe a
las personas e introducirlas a la vida cristiana; por otro, es un Ministerio, una opción
que conlleva una vida de fe, de formación, de compromiso y de testimonio. Pasar a
una nueva línea, ahora como Ministerio, conlleva estas notas:

a) Un ministerio eclesial, indispensable para el crecimiento de la Iglesia. No es


una acción que pueda realizarse en la comunidad a título privado o por iniciativa
puramente personal. Se actúa en nombre de la Iglesia, en virtud de la misión
confiada por ella.

b) El ministerio catequético ofrece de modo pleno la Palabra y el testimonio


completos de la realidad eclesial. Si faltase alguna de estas formas de presencia,
la catequesis perdería parte de su riqueza y significación.

c) El ministerio catequético tiene, en el conjunto de los ministerios y servicios


eclesiales, un carácter propio, que deriva de la especificidad de la acción
catequética dentro del proceso de la evangelización. La tarea del Catequista,
como educador de la fe, difiere de otros agentes de la pastoral (litúrgica,
caritativa, social...) aunque, obviamente, ha de actuar en coordinación con ellos.

Magisterio de los Obispos en Bolivia.

30. La Iglesia Católica que peregrina en Bolivia consecuentes con los lineamientos
propuestos por el Magisterio Universal sobre todo del Motu proprio: “Antiquum
Ministerium” del Papa Francisco que invita45 a las Conferencia Episcopales hacer
efectivo este Ministerio, recordamos nuestro caminar en el que se avizoraba esta
renovación/fortalecimiento en la Catequesis.

43
Por ejemplo: la visita a un enfermo, la visita a los privados de libertad, la colaboración en una celebración
de la comunidad, la acogida temporal de un emigrante, la participación en protestas sociales, etc.
44
Hablamos de las Pastorales específicas, también de las Áreas Pastorales de la Iglesia.
45
AM 9.

11
31. Orientaciones Pastorales y determinaciones sobre el Catecumenado en la Iglesia
de Bolivia (1999); En base a esta gran riqueza de aportes de la Iglesia Universal y de
América Latina, la Conferencia Episcopal Boliviana formuló este Documento que
contiene las principales guías y luces para el Catecumenado además sobre este
Ministerio necesario en donde se mencionaba: “El Ministerio del Catequista laico, varón
o mujer, es, en nuestro medio, uno de los servicios a la Palabra más patente y privilegiado.
Conviene que estén bien preparados, que trabajen en equipo, articulados con la pastoral
parroquial o diocesana y cultiven una espiritualidad a todas luces evangélica y encarnada
en su medio”46.

32. Líneas comunes de orientación para la catequesis en la Iglesia de Bolivia (2002).


Por el momento, es un documento claro y con un valor muy importante en muchos
aspectos, sobre todo porque, recoge la tradición catequética impulsada por el
Directorio General de la Catequesis y los documentos del CELAM, que marca el
rumbo de nuestro andar catequético presente y en ella encontramos que: “Para un
buen funcionamiento del Ministerio Catequético en la Iglesia Particular es preciso
contar, ante todo, con una adecuada pastoral de los catequistas. Para ello hay que
contar con personas verdaderamente formadas y preparadas, si es que queremos
tener una catequesis de calidad, La formación es uno de los desafíos más importantes
y de mayor exigencia que tiene nuestra Iglesia en Bolivia”47
33. V Congreso Nacional de Catequistas (2009): enfatiza un ministerio con identidad y
espiritualidad propia: “Nuestro Ministerio de Catequista no es ser un mero
colaborador de los Párrocos. Nuestro servicio tiene una identidad y espiritualidad
propias; somos agentes especializados, testigos directos de Jesucristo y
evangelizadores insustituibles. Nuestra función viene a ser una contribución decisiva
a hacer creíble, atrayente y actual el Mensaje de Jesús mediante una Iglesia
misionera”48

34. Itinerario Formativo de Fe para la Iniciación a la Vida Cristiana en Clave


Catecumenal (2013): Documento que marca el camino a seguir en nuestra Iglesia
que peregrina en Bolivia identificando la necesidad de una opción por la Iniciación a
la Vida Cristiana en clave catecumenal, y respondiendo a las exigencias de una
catequesis renovada dentro del proceso global de evangelización en la que dedica un
título al Ministerio del Catequista, mencionado: “El catequista ha de cultivar una
profunda vida espiritual. Con un seguimiento concreto a Jesucristo, manteniéndose muy
unido a Él y una docilidad al Espíritu Santo, mediante la oración, la escucha y meditación
asidua de la Palabra de Dios en las escrituras, leída en y desde la realidad, y la práctica de
los Sacramentos de la Iglesia, sobre todo la Eucaristía, el catequista tendrá un mensaje vivo
y testimonial que compartir en su comunidad”49

35. Enfoque y Directrices Pastorales 2020-2024: Este documento recoge los principales
lineamientos pastorales de Aparecida y la propuesta del Papa Francisco sobre la

46
CEB, “Orientaciones Pastorales y determinaciones sobre el Catecumenado en la Iglesia de Bolivia”, pg. 102.
47
CEB, “Líneas comunes de Orientación para la Catequesis en Bolivia” 231.
48
V Congreso Nacional de Catequistas, “Mensaje de los catequistas al Pueblo de Dios en Bolivia”,
Cochabamba, 26 de Julio de 2009.
49
CEB, “Itinerarios Formativo de Fe para la Iniciación a la Vida Cristiana en Clave Catecumenal”, Pg 89.

12
Nueva Evangelización, ubica la catequesis en el contexto pastoral – sinodal
mencionando: “en cuanto a los ministerios eclesiales se constata un crecimiento,
maduración y despertar del laicado en el ámbito de la comunidad eclesial de acuerdo
a su propia vocación”50

36. Este gran panorama refleja una sintonía con el caminar de la Iglesia Universal, el
Magisterio de los Papas, la Iglesia Latinoamericana identificando como necesario el
Ministerio Laical de Catequista que constituye en sí, un reto hacerla viva en esta
renovada catequesis entendida como Iniciación a la Vida Cristiana en Clave
Catecumenal que inició51 la Iglesia que peregrina en Bolivia.

Capitulo III: Características del Ministerio Laical de Catequista.


37. Para que el Ministerio sea instituido tiene que reunir ciertas condiciones, como éstas52:

a) Que el servicio que se le encomienda y asume se refiera a aspectos realmente


importantes de la vida de la Iglesia y sea de utilidad para la comunidad entera y
no para un grupo aislado.
b) Que la institución del Ministerio laical de catequista se realice de manera oficial,
en un acto litúrgico y público presidido por el Obispo.
c) Que tenga estabilidad de una tarea duradera, definida y permanente, no de un
servicio circunstancial.
d) Que haya una propuesta y aceptación de Ministerio y Ministro por parte de la
comunidad a cuyo servicio se destina.
e) Que el mismo candidato (varón/mujer) acepte tal Ministerio, expresando
significativamente ante la comunidad su responsabilidad y compromiso.
f) Que tal aceptación sea convenientemente expresada por un gesto o rito
determinado para el caso, normalmente dentro de una celebración litúrgica.
g) Que se remita la propia acción o servicio al Párroco y a la totalidad de servicios
de la Iglesia en orden a vivir, fortalecer y testimoniar la comunión con el Párroco
que preside la comunidad parroquial y con el Obispo que apacienta la Diócesis.

38. Estas condiciones garantizaran el desarrollo del Ministerio instituido laical de


Catequista, que culminan con la celebración del Rito de institución ofrecido por la
Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos53.

50
CEB, Enfoque y Directrices Pastorales (2020-2024), Pg. 24.
51
CEB, Resolución CEB PROT. Nº 48/21, Resuelve: “Como expresión de unidad, colegialidad y fraternidad,
en sinodalidad, que a partir del año 2022 se empleará en toda la Iglesia que peregrina en Bolivia los materiales
elaborados por la Conferencia Episcopal”.
52
Borobio, Dionisio, Ministerios Laicales, pp. 112-121; Castillo, J. M., Ministerios, en C. Floristán y J.J.
Tamayo, Conceptos fundamentales de pastoral, pp.628-647; Castillo, J.M., Para comprender los Ministerios
de la Iglesia, pp.114-126; AA.VV., Los Ministerios en la Iglesia: Diálogo Norte-Sur: Concilium 334 (Febrero
2010) 105-107.
53
Carta a los Presidentes de las Conferencias de obispos sobre el rito de institución de los catequistas, Prot. N.
627/21, (2021), Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

13
Criterios para el proceso de formación.

39. A la hora de estructurar, de manera adecuada, la formación de los aspirantes (varones –


mujeres) al Ministerio Laical de Catequista, hay que tener en cuenta algunos criterios que
conformen los diferentes aspectos de dicha formación. Estos criterios se configuran en el
marco de las orientaciones y principios que nos propone Aparecida al hablar del “proceso de
formación de los Discípulos -Misioneros” que inspiran la formación del Catequista quien es
también, un Discípulo - Misionero de Jesucristo.

Formación fundamental del Discípulo – Misionero

40. El Documento de Aparecida concentra en cinco aspectos del proceso formativo global del
Discípulo - Misionero aplicables al bautizado (varón – mujer) que aspira a recibir el
Ministerio instituido Laical de Catequista:

a) El Encuentro con Jesucristo: Quienes serán catequistas y, por tanto, formadores de


los discípulos y discípulas del Señor en las diversas comunidades y espacios de
catequesis, han de realizar y vivir este encuentro personal y comunitario con
Jesucristo, y ésta ha de ser una experiencia fundante para ellos. Este encuentro debe
renovarse constantemente por el testimonio personal, el anuncio del kerygma y la
acción misionera de la comunidad.

b) La Conversión: El encuentro con Cristo genera un cambio de vida, de manera de


pensar y de actuar en la sociedad, una adhesión a la persona de Jesús. Creer en Jesús
es decidirse a ser su amigo y comprometerse con el anuncio y la construcción del
Reino de Dios anunciado y realizado por Él para la vida del mundo.

c) El Discipulado: La persona del Catequista debe hacerse discípulo en el seguimiento


y fidelidad cotidiano a Jesús, donde madura constantemente en el conocimiento,
amor y seguimiento del Maestro que profundiza en el misterio de su persona, de su
ejemplo y de su doctrina.

d) La Comunión: El Catequista, desde su persona y desde su fe vive la dimensión


comunitaria y eclesial de la fe, donde despliega su capacidad de relacionarse, de
convivir en comunidad, en equipo y con otros Catequistas. Siente que la comunidad
le acoge, y pertenece a ella, para luego prepararse para ser formador de otras
comunidades.

e) La Misión: El Catequista asume y experimenta la misión como parte de su identidad


cristiana y de su tarea apostólica, además es un testigo del Señor Resucitado y es
consciente que recibe de Él en la Iglesia la alegría de ser enviado, de ir al mundo, a
la sociedad, a anunciar a Jesucristo, y a hacer realidad el Reino de Dios que
transforma la sociedad de acuerdo con el Plan de Dios 54.

41. Entonces, se trata de formar Catequistas comprometidos a:

54
DA 278: a, b, c, d, y e.

14
a) Responder las necesidades evangelizadoras de nuestro país, con sus desafíos, prioridades
y valores en el marco de una formación kerigmática que propicie el encuentro personal
con Jesucristo 55.

b) Impartir una formación cristiana integral, desarrollando tareas de "iniciación, de


educación y de enseñanza” que atienda a las dimensiones humana, espiritual, intelectual,
comunitaria, pastoral y misionera de los creyentes en nuestra Iglesia56.

c) Ser maestros, educadores y testigos del Señor Resucitado con la fe y la vida57.

d) Ser integradores y sepan superar las "tendencias unilaterales”, a veces ideologizadas o de


interés de grupo, y más bien ofrecer una catequesis plena y completa que esté atenta a
las diversas dimensiones de la vida personal y comunitaria 58.

e) Conjugar la dimensión veritativa y significativa de la fe, la ortodoxia (recta doctrina) y


la ortopraxis (fe y vida), el sentido social y eclesial. La formación ha de ayudar a que los
polos de estas tensiones se fecunden mutuamente 59.

f) Profundizar una experiencia de fe, con una clara identidad cristiana - eclesial y de una
honda sensibilidad social60.

g) Cultivar una formación laical que "…recibe una característica especial por su misma
índole secular, propia del laicado, y por el carácter propio de su espiritualidad
aprendiendo a saber vivir en comunidad, a trabajar e interactuar en equipo con otros
catequistas” 61.

h) Continuar la coherencia entre la pedagogía global de la formación del catequista y la


pedagogía propia de un proceso catequético, puesto que cada uno y cada una cumplan,
en el proceso esa doble dimensión de su formación: en su propia identidad de cristianos
y como servidores de la comunidad 62.

Dimensiones claves en la formación de los catequistas

42. La formación de los catequistas comprende varias dimensiones, la más profunda hace
referencia al ser catequista, incluso antes de hacer de catequista. De hecho, la formación lo
ayuda a madurar como persona, como creyente y como apóstol. Estas dimensiones no deben
considerarse independientes entre sí, sino profundamente relacionadas, además que van en
sintonía con los Directorios para la Catequesis en el que se comprende:
a) Ser y saber ser con: madurez humana, cristiana y conciencia misionera.
b) Saber: formación bíblico-teológica y conocimiento de la persona y del contexto
social.

55
DA 279.
56
Ibidem nº 280.
57
DGC, 156; DA, 278-288; CEB, Líneas Comunes de Orientación..., n° 79; 86.7
58
DA 280.
59
Cfr. DA, 347-364; 380-406 en donde se reflexionan los diversos componentes de la vida cristiana en su
relación con la sociedad y la historia humana. Cfr. CT 6-9.
60
Cfr. DGC 254; DA 276-285.
61
Cf. AIDM 82-88.
62
DGC 37; 235-241 (ver estos criterios con más amplitud y conexión con otras fases de la formación).

15
c) Saber hacer: formación pedagógica y metodológica63

43. Además, para operativizar el Plan de Formación hay que tener en cuenta algunas dimensiones
que acompañarán tanto su proceso de preparación como el ejercicio de su propia misión por
el camino del discipulado, la misión y la comunicación de la Buena Nueva de Jesús:

a) La promoción de la persona (Dimensión humana). La catequesis tiene la tarea de


promover en cada catequizando su crecimiento humano integral hasta llegar a su plenitud,
esta formación deberá abarcar todas las dimensiones de la persona, sus diversas relaciones
y niveles, los elementos esenciales de la personalidad y los valores humanos 64.

b) Asumir la identidad cultural (Dimensión cultural). La cultura es un elemento central de


la vida de todo ser humano. Es lo que le da identidad, fisonomía y rostro propio en medio
de las otras personas que comparten las mismas raíces y la hacen distinta de otros en el
contacto y relación con otras culturas. El Evangelio ha de inculturarse, tomar la carne de
esa cultura, si en verdad quiere comunicar salvación y plenitud de vida en Cristo. Él, “por
su encarnación, se unió a las concretas condiciones sociales y culturales de los hombres
con quienes convivió. Esta es la originaria ‘inculturación’ de la Palabra de Dios y el
modelo referencial para toda la evangelización de la Iglesia, llamada a llevar la fuerza del
Evangelio al corazón de la cultura y de las culturas” 65.

c) Iniciar en el conocimiento y profundización de la Palabra de Dios (Dimensión


cognoscitiva). “Desconocer la Escritura es desconocer a Jesucristo y renunciar a
anunciarlo…Los discípulos de Jesús anhelan nutrirse con el Pan de la Palabra: quieren
acceder a la interpretación adecuada de los textos bíblicos, a emplearlos como mediación
de diálogo con Jesucristo, y a que sean alma de la propia evangelización y del anuncio de
Jesús a todos”66. Educar la fe es suscitar una actitud de acogida de la Palabra de Dios, ese
Mensaje personalizado en Cristo y en provocar la aceptación libre y responsable de su
carácter Divino. Debe llevar a introducir a los discípulos de Jesús en el conocimiento de la
Escritura y de la Tradición.

d) Educar en la celebración de la fe y la oración (Dimensión litúrgico- oracional). La


catequesis introduce al creyente en la comunidad cristiana viva a través del Año litúrgico,
en la cual los gestos, los símbolos, los ritos, los encuentros, los servicios y la comunión
poseen dimensiones del Reino definitivo que se anuncia 67.

e) Educar en los valores y actitudes del evangelio (Dimensión moral). La catequesis debe
inculcar en los discípulos las actitudes propias del Maestro, emprendiendo un camino de
transformación interior, pasando del hombre viejo al hombre nuevo en Cristo. Debe
constituirse como un lugar ético, como espacio en el que crecen las actitudes y compromisos
cristianos, que llevan a expresar la coherencia entre la fe y la vida 68.

f) Educar a la vida comunitaria, la corresponsabilidad eclesial y misionera (Dimensión


comunitaria y misionera). La fe se profesa, se celebra, se expresa y se vive en comunidad,

63
Cfr. DpC 139-150.
64
Ibidem.
65
DGC 109; 476-519; DpC 319.
66
DA 247- 248.
67
DpC 264; DA 252-256; 262; 290; 516.
68
DA, 204; 262 ; 302; 329-330; 388;398; 404; DGC, 110; 175; 195; 237.

16
en estas realidades se juega el sentido de pertenencia y experiencia de comunidad y
participación en la vida de la Iglesia para compartirla con los alejados de ella y los no
creyentes en la acción misionera : “El bautismo confiere la vida nueva en Cristo, lo
incorpora a la comunidad de los discípulos y misioneros de Cristo, a la Iglesia, y lo hace
hijo de Dios, le permite reconocer a Cristo como Primogénito y Cabeza de toda la
humanidad. Ser hermanos implica vivir fraternalmente y siempre atentos a las necesidades
de los más débiles” 69.

g) Vivir y crecer en el diálogo ecuménico (Dimensión ecuménica). Un elemento central en


la vivencia y el desarrollo personal y comunitario de la fe es formarse y crecer en la
capacidad de diálogo a todo nivel y, sobre todo, en lo que corresponde al diálogo ecuménico
e interreligioso. Estamos llamados a vivir el testimonio de la unidad y a construirla entre
los seguidores de Jesús, suscitando y alimentando en los niños, jóvenes y adultos el deseo
de unidad entre los cristianos a través de acciones y de prácticas concretas. Pues, “el
ecumenismo no se justifica por una exigencia simplemente sociológica sino evangélica,
trinitaria y bautismal” 70.

h) Educar el compromiso social liberador (Dimensión social - liberadora). Tarea


importante de la catequesis es la promoción y la liberación integral de la persona humana,
de los pueblos y la transformación a la luz del Evangelio de las realidades temporales por
el camino de la justicia, equidad, derecho, la paz y la solidaridad. Se trata de capacitar a los
discípulos para estar presentes como cristianos en la sociedad, en la vida profesional,
cultural y social: “Es oportuno recordar que el amor se muestra en las obras más que en las
palabras. Los discípulos misioneros de Jesucristo tenemos la tarea prioritaria de dar
testimonio del amor a Dios y al prójimo con obras concretas” 71.

i) Confesar la fe con la entrega de la propia vida (Dimensión martirial). La catequesis abre


a la vida cristiana que es la vida que nace de la fe y se encarna en la realidad. Se expresa en
el testimonio y martirio por el Reino. Este es el mayor acto de madurez, de confesión y
santificación en la fe que lleva a adherirse a Cristo, el mártir del calvario cuyo testimonio
de entrega total continúa expresándose en la sangre de tantos mártires en la iglesia y muy
particularmente en América Latina 72.

44. Todas y cada una de estas dimensiones son importantes a la hora de organizar los contenidos
del aprendizaje en la preparación de los catequistas. No olvidemos que estamos propiciando
un Ministerio instituido de la Catequesis, no meramente nocional, memorística y de
formulaciones dogmáticas. Interesa, por tanto, saber articular bien la fe con la vida, la
revelación con la historia donde acontece dicha revelación, lo personal y lo comunitario, lo
doctrinal con lo celebrativo y vivencial, la profesión de fe con el compromiso que nos lleva a
transformar la realidad al servicio del Reino de Dios, sabiendo, además, descubrir la presencia
de Dios en la vida, las culturas, la sociedad y la historia 73.

69
DpC 44; DA 349; 347-379.
70
Cfr. CEB, Líneas comunes de orientación para la Catequesis en Bolivia, La Paz, 2002, Nº 192, Pág. 98-99;
DGC, 197-198; DA, 227-239.
71
DA 386; 380-430.
72
DA 347-364; CEB, Líneas comunes de orientación para la Catequesis en Bolivia, La Paz, 2002, n. 86
73
Cfr. DM 8.4; DA, 380-430.

17
Perfil del Catequista.

45. El acto de comunicación brota de un sujeto y se dirige a otro, en un intercambio dinámico y


dialógico que crea relación, mutuo crecimiento y compromiso de alianza hacia el alcance y
logro de objetivos comunes. La persona del catequista es el recurso más inmediato y el más
indispensable para su propio trabajo. Es oportuno destacar las notas importantes del perfil del
Catequista:

a) Creyente convencido y discípulo de Jesús, ha de ser un experto en el arte de la


comunicación, ya que “la comunidad cristiana es el origen, el lugar y la meta de la
catequesis. Es siempre desde la comunidad creyente que nace la proclamación del
Evangelio, que invita a hombres y mujeres a convertirse y seguir a Cristo” 74. Por lo
tanto, el catequista es y debe ser un gran comunicador. Sabe que la comunicación es
ante todo un acto verdaderamente humano, que trasciende lo meramente casual,
espontáneo y visceral, involucra y compromete a toda la persona y a la relación entre
personas o público en general, generando procesos, lenguajes (la narración, lo
audiovisual, la expresión corporal, simbólica y poética) y medios que buscan, sin
agotar, hacer eficaces dichas relaciones a diversos niveles de sostenibilidad. El
catequista tendrá que dominar las técnicas y lenguajes de la comunicación, con
particular atención a la comunicación de la fe, la experiencia y el testimonio de vida;
ya que el mejor bagaje intelectual-teológico y bíblico resulta ineficaz si el que lo
transmite no se destaca en el difícil arte de la comunicación experiencial, vivencial y
significativa 75.

b) Maestro, pedagogo y educador76 de la fe. Educar no es sólo transmitir una doctrina


ni marcar comportamientos en la persona. Es, ante todo, una actividad centrada en la
persona y puesta al servicio de su proceso de maduración y liberación a la luz del
Evangelio. Este proceso educativo ha de tomar en cuenta algunos elementos de orden
didáctico y pedagógico que son importantes: acoger a las personas y comprender su
mundo y sus motivaciones, tener la capacidad de interpretar y dar respuestas a las
necesidades de fe de los educandos, estimular y poner en marcha procesos de
aprendizaje en los que se dé énfasis al aprender haciendo, promover en las personas
su deseo y su posibilidad real de ser protagonistas de su propia educación en la fe,
ayudándolos a madurar humana y cristianamente 77. Todo esto se comprende mejor
a la luz de Jesús Maestro “que enseña, la coherencia y la fuerza persuasiva únicas
de su enseñanza, las que no se explican sino porque sus palabras, sus parábolas y
razonamientos no pueden separarse nunca de su vida y de su mismo ser. En este

74
DpC 133.
75
DGC, 143-147; 149- 153; CELAM, La Catequesis en América Latina. Orientaciones Comunes a la luz del
Directorio General para la Catequesis (1999), n° 97; profundizar sobre todo la Pedagogía de Dios en la
historia: n° 6- 16; y las dimensiones de la catequesis que ahí se inspiran y toman su raíz: n° 17-32; CELAM,
La Catequesis en América Latina. Orientaciones comunes…, n° 131-144: “Es de suma importancia dejar bien
claro que la catequesis es un acto de comunicación y que los catequistas son comunicadores públicos, como lo
fueron los profetas, Jesús y los apóstoles”.
76
CEB, “Itinerario Formativo de Fe para la iniciación a la Vida Cristiana”, 2013, nº 289.
77
Todo lo dicho anteriormente sobre la pedagogía y la metodología, se aplica ahora a la persona y al trabajo
del catequista. Pero ver, sobre todo: CEB, Líneas Comunes de Orientación…, n° 244-248; DGC, 244-245; la
cita anterior de La catequesis en América Latina…, es bien pertinente para este otro punto que toca al ser y al
quehacer del catequista.

18
sentido, la vida entera de Cristo fue una continua enseñanza: su silencio, sus
milagros, sus gestos, su oración, su amor al hombre, su predilección por los
pequeños y los pobres, la aceptación del sacrificio de la cruz por la salvación del
mundo, su resurrección son la actuación de su palabra y el cumplimiento de la
revelación” 78.

c) Testigo79 del gran acontecimiento de nuestra salvación que es la Pascua del Señor.
Él cree profundamente en Jesús, “ama lo que comunica, vive lo que expone”, lo que
hace, con los gestos, sus palabras y sus silencios, es una ‘profesión de fe’ que anima,
sostiene, orienta y da esperanza a los catequizandos. Pues, “el hombre
contemporáneo escucha más con gusto a los que dan testimonio que a los que enseñan
o si escuchan a los que enseñan es porque dan testimonio” 80.

d) Profeta81 que, “al igual que Cristo, habla en nombre de Dios Padre, proclama la
Buena Nueva de la liberación. A través de su palabra y de su vida, los destinatarios
percibirán la presencia y la acción del Señor Resucitado, que anuncia un nuevo
mundo y denuncia el pecado presente en el corazón de las personas y en las
estructuras de la sociedad, y convoca a todos a un compromiso con el Reino de Dios
hecho presente en Jesucristo” 82.

e) Un mistagogo, alguien que ayuda a los catequizandos a comprender y penetrar


pedagógicamente en “el Misterio de Cristo”. Sabe conducirlos a escrutar ese Misterio
en toda su dimensión: “.hacer luz sobre el secreto que Dios, creador del universo,
se guardaba desde antiguo…de modo que logren comprender, junto con todos los
consagrados, la anchura y la longitud, la altura y la profundidad, en una palabra,
que conozcan el amor de Cristo, que supera todo conocimiento. Así serán colmados
de la plenitud de Dios” 83.

f) Animador y Servidor de la comunidad y del grupo de catequesis, porque la


catequesis es el inicio de la experiencia comunitaria. Conoce las reglas de la vida y
de la animación de los grupos. Fomenta y motiva la participación de todos.
Acompaña la maduración humana y de fe de los catequizandos respetando los
procesos y ritmos personales y grupales. En su práctica de comunicar el mensaje no
sólo acude a técnicas de entretenimiento y diversión, sino que su meta principal es
crear espacios y condiciones que favorezcan el desarrollo y la apertura del educando
a las personas, a la vida, a la fe en Dios y a la convivencia en la comunidad 84.

g) Pasar del "programa" a la "programación", que es una visión más personalizada,


que apunta a personas concretas que viven en un ambiente particular y en
determinadas circunstancias y que son destinatarios de la catequesis. El animador ha

78
CT 9; Cfr. CEB, Líneas Comunes…, nº 246, 2.
79
CEB, “Itinerario Formativo de Fe para la iniciación a la Vida Cristiana”, 2013, nº 289.
80
Cfr. EN 41; CEB, Líneas Comunes ..., nº. 246, 3.
81
CEB, “Itinerario Formativo de Fe para la iniciación a la Vida Cristiana”, 2013, n. 289.
82
CEB, Líneas Comunes…, nº 246, 4.
83
Ef 3, 9.18-19. Cfr. CT 5; cfr. también CELAM, III Semana Latinoamericana de Catequesis “Hacia un nuevo
paradigma de la catequesis”, 1-5 Mayo 2006, n. 71 y 72: “…superando la catequesis como mera enseñanza y
transformándola más en mistagogía que conduzca a la interiorización del misterio, valiéndose del lenguaje de
los símbolos, de los ritos y de las celebraciones”; cfr. también DGC nº 84-85.
84
CELAM, La Catequesis en América Latina.., n° 68-71; 49; CEB, Líneas Comunes de Orientación.., n° 130-
142; DGC, 246-247; DA, 154-163.

19
de pasar de la pedagogía de asimilación (aprender lo que les damos), a la pedagogía
de la creatividad e iniciativa personal (tener iniciativas propias en la elaboración de
materiales, a propuesta de ideas) y los compromisos personales para avanzar en la
maduración de la fe85.

Capitulo IV: Disposiciones para la Institución del Ministerio Laical de


Catequista.
Formación.

46. En la formación86 para el Ministerio del Catequista se deben tener en cuenta estos criterios:

a) La formación tendrá un carácter sistemático, donde los diferentes elementos de la fe


cristiana aparezcan, relacionados y unidos, en una visión orgánica. Esta síntesis le
permitirá madurar su propia fe, y le capacitará para dar razón de su esperanza frente
al mundo con sus graves y complejos problemas.

b) Debe ser una formación bíblica, teológica, pastoral y pedagógica capaz de relacionar
los diferentes aspectos del mensaje cristiano con la vida concreta de los hombres y
mujeres, sea para inspirarla, para juzgarla, a la luz del Evangelio, iluminarla y
orientarla en las coordenadas del Reino de Dios ya presente y en crecimiento.

c) Las Escuelas/Centros de formación deben presentar su plan de formación a la


Sección de Catequesis del Área de Evangelización de la Conferencia Episcopal
Boliviana, esta acción expresa la comunión, la corresponsabilidad y la sinodalidad
de todas las jurisdicciones que asumen el servicio importante de formar a los
catequistas siguiendo un Plan Académico serio y en proceso. La Sección de
Catequesis del Área de Evangelización de la CEB ofrecerá el Plan Común de
referencia que se enriquecerá con las particularidades propias de cada jurisdicción.

d) Esta formación le permitirá al catequista no sólo transmitir con fidelidad el mensaje


evangélico, sino también capacitar a los niños, adolescentes, jóvenes y adultos para
recibir el mensaje de manera libre, apasionada y poder discernir lo que, en su vida
espiritual, es conforme a la fe y a su propia vocación humana en la realidad del mundo
y de la sociedad 87.

No deberían ser instituidos.

47. La Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos88, recomienda


exclusivamente estos escenarios de personas, para que no sean instituidos, por su carácter
laical y su valor vocacional que tiene el Ministerio Laical de Catequista:

85
DpC 53.
86
Ibídem 135-156.
87
Cfr. DGC. 240-241; CEB, Líneas Comunes de Orientación…, n° 244-248; CEB, Enfoque y Directrices
Pastorales 2009-2013, n° 56, 59-67; 74-79.
88
Cfr. Carta a los presidentes de las conferencias de obispos sobre el rito de institución de los catequistas Prot.
N. 627/21, (2021); Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

20
a) Aquellos que han iniciado el camino hacia el Orden sagrado y, en particular, han
sido admitidos como candidatos al diaconado y al presbiterado: como ya ha sido
recordado, el ministerio del Catequista es un ministerio laical y es esencialmente
distinto del ministerio ordenado que se recibe con el Sacramento del Orden.

b) Los religiosos y religiosas (independientemente de su pertenencia a Institutos que


tienen como carisma la catequesis), a no ser que sean referentes de una comunidad
parroquial o coordinadores de la actividad catequética. Hay que recordar que, en
ausencia de ministros instituidos, pueden —como todos los bautizados— ejercer “de
hecho” los ministerios, precisamente en virtud del Bautismo, que es también
fundamento de su profesión religiosa.

c) Aquellos que llevan a cabo un servicio dirigido exclusivamente a los miembros de


un movimiento eclesial: tal función, igualmente valiosa, es confiada, de hecho, por
los responsables de cada movimiento eclesial y no, como en el caso del ministerio
del Catequista, por el Obispo diocesano tras su discernimiento con respecto a las
necesidades pastorales.

d) Aquellos que enseñan religión católica en las escuelas, a menos que también
desempeñen otras tareas eclesiales al servicio de la parroquia o la diócesis.

Requisitos.

48. Respondiendo la invitación89 del Papa Francisco señalamos los siguientes requisitos,
que pueden ser fortalecidos en cada Jurisdicción eclesiástica con algún otro
adicionamiento y no así excluirlos:

a) Persona, mujer o varón, madura en la fe - comprometida y que ha recibido los


Sacramentos de Iniciación a la Vida Cristiana, si es casado/a también el
certificado de Matrimonio.

b) Petición escrita, firmada y presentada libremente al Obispo diocesano, con un


compromiso y manifestación de disponibilidad de servicio sin
remuneración90, para ejercer el Ministerio donde sea necesario mínimamente
por tres años, animado por su verdadero entusiasmo apostólico, acompañado
de una “propuesta” de plan pastoral catequética para su Ministerio Laical de
Catequesis (para tres años).

c) Recomendación de la Comunidad parroquial, rubricada por el consejo


parroquial.

89
AM 9.
90
“La colación de los ministerios no da derecho a que sea dada una sustentación o remuneración por parte
de la Iglesia” MQ 12. "la colación de esos ministerios no les da derecho a ser sustentados o remunerados por
la Iglesia" (Canon 230 § 1 del Código de Derecho Canónico, modificado por el Papa Francisco en la carta “Spiritus
Domini”, 2021) Sin embargo, se deja a libre iniciativa de la comunidad y/o el párroco, para los materiales,
formación continua, permanente y/o especialización u otros gastos en beneficio del accionar del Ministerio
Laical de Catequista.

21
d) Haber vencido los cursos de la Escuela/Centro diocesano de Catequesis y
participar al menos de dos jornadas de actualización ofrecida por la
Conferencia Episcopal Boliviana - Sección Catequesis.

e) Haber cumplido 21 años de edad.

Escuelas/centros de Catequesis jurisdiccionales.

49. Las oficinas diocesanas de Catequesis o Secretariado Diocesano, “son instrumentos


de que se vale el Obispo, cabeza de la comunidad y maestro de la verdad, para
promover, dirigir y coordinar las actividades catequísticas de su jurisdicción”91. Esto
significa que en cada jurisdicción eclesiástica exista una estructura mínima de
dinamización, articulación, coordinación y sobre todo de acompañamiento a los
catequistas que apoye la formación permanente.

50. El delegado del Obispo para la Catequesis, junto a su escuela/centro de Catequesis y


su equipo deben diseñar, escoger y mencionar un signo que acompañe el Ministerio
Laical de Catequista para su Jurisdicción Eclesiástica, entregado desde el Rito de
Institución.

51. Se anima a las Escuelas/Centros de Catequistas iniciar, diseñar e instruir un proceso


de acompañamiento al finalizar la propuesta pastoral92 (presentada al momento de
su postulación), fortaleciendo la comunión del Catequista con su comunidad, o en el
caso fortuito no continúe en su Ministerio, y la retome tiempo después; sobre todo en
la línea de formación permanente y continua.

Sección de Catequesis del Área de Evangelización de la CEB.

52. La Conferencia Episcopal Boliviana, tiene la sección de Catequesis en el Área de


Evangelización un organismo al servicio de las Jurisdicciones93, con tareas94 y
servicios a ellas ofrecidos para la formación integral a quienes aspiran a recibir el
Ministerio Laical instituido de Catequista. La Sección de Catequesis coordina con
Carrera de Ciencias Religiosas – Pastoral Catequética de la UCB y con el Centro
Bíblico teológico pastoral para América Latina y el Caribe (CEBITEPAL) del
CELAM.

91
CEB, Líneas Comunes de Orientación para la Catequesis en Bolivia, La Paz; nº 254.
92
Mencionado anteriormente en este documento, numeral 48, inciso d, indica: Compromiso y manifestación de
disponibilidad de servicio, para ejercer el Ministerio donde sea necesario mínimamente por tres años, animado
por su verdadero entusiasmo apostólico acompañado de una “propuesta” de plan pastoral para su Ministerio
Laical de Catequesis (para tres años).
93
“El Área de Evangelización se pone al servicio de las Jurisdicciones eclesiásticas y de todo el Pueblo de
Dios que peregrina en Bolivia impulsando, de manera especial, las áreas de formación, animación pastoral,
investigación y comunicación” CEB, “Renovación de las Estructuras de Servicio”, Pg. 13.
94
CEB, Líneas Comunes de Orientación para la Catequesis en Bolivia, nº 250.

22
53. La Sección de Catequesis ofrecerá a las jurisdicciones eclesiales un Plan Curricular
Base de formación para el Ministerio Laical de Catequista, instrumento al servicio de
las comisiones y de la sinodalidad. Al mismo tiempo, ofrecerá temas de investigación
- acompañamiento al Ministerio Laical de Catequista y al accionar catequético –
catequístico, fortaleciendo el proceso de renovación95. Además, Centralizará en una
base de datos, nombres de los nuevos Ministros, para cuantificar el número de
Catequistas instituidos en toda la Iglesia que peregrina en Bolivia.

Capítulo V: Rito de institución al Ministerio Laical de Catequista.

54. Los postulantes (varón – mujer) que han cumplido satisfactoriamente su formación
académica y espiritual, reciben el Ministerio Laical de Catequista en una celebración
especial presidida por el Obispo en presencia de la Comunidad de fe. Ofrecemos el
ritual elaborado por la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los
Sacramentos “De Institutione Catechistarum” 96 promulgado por la Santa Sede.

55. El Rito prescribe algunas normas que deben ser tomadas en cuenta:
a) El Ministerio Instituido de Catequista es conferido por el Obispo diocesano,
o por un Sacerdote delegado por él.
b) El ministerio puede ser conferido durante la Misa o durante una celebración
de la Palabra de Dios.
c) La estructura del rito prevé, después de la liturgia de la Palabra.
d) La recepción de un signo que acompañe su Ministerio (entrega del crucifijo)
e) Lecturas de la Biblia, del Antiguo Testamento: Éx 3, 1-6 9-12; Is 52,7-10;
Sabiduría 13,1-9; del Nuevo testamento: Hechos 18 :23-28; 1 Cor 1 , 22-31;
Flp 4 , 4-9; Salmos: Sal 15 :1-2a y 5. 7-8; Sal 18 :2-3. 4-5; Sal 99 :2.3.4.5. y
para el Evangelio Lc 12, 39-48; Jn 12, 44-50.

Conclusión
56. …

95
CEB, Resolución CEB PROT. Nº 48/21, Resuelve: “Como expresión de unidad, colegialidad y fraternidad,
en sinodalidad, que a partir del año 2022 se empleará en toda la Iglesia que peregrina en Bolivia los materiales
elaborados por la Conferencia Episcopal”.
96
Rito de Institución de los Catequistas, publicado el 3 de diciembre de 2021, en latín, por la Congregación
para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

23
ANEXO: Rito de institución de los catequistas, traducido del latín,
adaptado para la Iglesia que peregrina en Bolivia.
PONTIFICALE ROMANUM
EX DECRETO SACROSANCTI ŒCUMENICI
CONCILII VATICANI II INSTAURATUM
AUCTORITATE PAULI PP. VI PROMULGATUM
FRANCISCI PP. CURA RECOGNITUM

DE INSTITUTIONE CATECHISTARUM

EDITIO TYPICA

MMXXI

CONGREGATIO DE CULTU DIVINO


ET DISCIPLINA SACRAMENTORUM

Prot. N. 627/21

DECRETUM

Ministerii Catechistarum institutione peracta ac disciplina a Summo Pontifice Francisco


instaurata per Litteras Apostolicas Antiquum Ministerium, die 10 mensis maii 2021 Motu
proprio datas, Congregatio de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum ritus apparavit de
institutione Catechistarum.

Huiusmodi ritus Summus Pontifex Franciscus auctoritate Sua approbavit evulgarique iussit,
ita ut a die 1 mensis ianuarii 2022 lingua latina adhibeantur, lingua autem vernacula a die
quem Conferentiæ Episcopales pro sua dicione statuerint, postquam translationes in linguas
vernaculas et adaptationes rituales approbaverint et confirmationem aut recognitionem a
Congregatione de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum obtinuerint.

Contrariis quibuslibet minime obstantibus.

Ex ædibus Congregationis de Cultu Divino et Disciplina Sacramentorum, die 3 mensis


decembris 2021, in memoria sancti Francisci Xavier, presbyteri.

✠ Arturus Roche
Præfectus

✠ Victorius Franciscus Viola, O.F.M.


Archiepiscopus a Secretis

24
Capítulo I
INSTITUCIÓN DEL CATEQUISTA
DENTRO DE LA MISA CELEBRADA

1. En preparación para la ceremonia:


a) las cosas que son necesarias para la celebración de la Misa;
b) el Pontifical Romano;
c) la Cruz para ser entregada a los catequistas;
d) un asiento para el obispo;
e) asientos para el nombramiento de los catequistas, dispuestos en un lugar
conveniente del presbítero para que la acción litúrgica sea bien vista por los fieles;
f) si se distribuye la Comunión bajo ambas especies, una copa de tamaño suficiente.

2. La Misa puede decirse por los ministros de la Iglesia, o por los laicos, o por la
evangelización del pueblo, o por la nueva evangelización, especialmente en ciertos discursos,
clase o número, según las circunstancias de cualquier circunstancia, con lecturas propias,
color blanco o festivo.
A su debido tiempo el Obispo nombrará catequistas en la parroquia donde han trabajado
incansablemente y son conocidos por los fieles.
Pero en esos días que están bajo nn. 1-9 se enumeran en las tablas de los días litúrgicos, se
llama la Misa del Día.
Cuando la Misa no se diga por varias necesidades o por diferentes fines, una de las lecciones
puede tomarse de aquellas cosas que se fijan en el Leccionario para el rito de la formación, a
menos que el día de los nn. Se revisan las tablas 1-4 de los días litúrgicos97.

3. Los ritos introductorios y la Liturgia de la Palabra, hasta el Evangelio inclusive, ocurren


de la manera habitual.

4. Los textos que se proponen en los ritos de instrucción deben adaptarse al cambio de orden
y número.

5. Habiendo dicho el Evangelio, el Obispo se sienta en una silla o sillón preparado en lugar
más adecuado, y recibe convenientemente la Mitra y Báculo. A todos los que se sientan, el
Diácono o Presbítero designado al efecto llama a los candidatos, diciendo:

Acérquense los que van a ser instituidos para el Ministerio Laical de Catequista.

Los candidatos son llamados por su nombre, cada uno responde:

Aquí estoy Señor para hacer tu voluntad.

Y se acercan al Obispo, a quien muestran reverencia y vuelven a sus asientos.

97
Cfr . Ceremonial de Obispos, Anexo II.

25
6. El Obispo tiene luego una homilía, en la que se ilustran al pueblo tanto los textos de las
Sagradas Escrituras pronunciados como el Ministerio Laical de Catequista. Concluye esta
homilía con estas u otras palabras similares, dirigiéndose a los propios candidatos:

Queridos hijos e hijas:

El Señor Jesucristo, antes de su regreso al Padre, mandó a sus discípulos a predicar el


Evangelio hasta los confines de la tierra. Desde el día de Pentecostés, la Iglesia, sostenida
por el Espíritu Santo, ha cumplido fielmente este mandato, en todo tiempo y lugar,
transmitiendo la fe y el ejemplo a través de las palabras de innumerables testigos. El Espíritu
mismo no cesa de enriquecer a la Iglesia con la variedad de sus carismas para el bien común.
Como miembros del sacerdote, profeta y rey de Cristo, todos los bautizados tienen su papel
activo en la vida y actividad de la Iglesia. Algunos, entre ellos, reciben un llamado especial
de la Iglesia para formarse en los ministerios.

Ahora bien, ustedes, que ya se dedican al servicio cotidiano en la comunidad cristiana, están
llamados al Ministerio estable de Catequista, a vivir con mucha alegría el ministerio de los
Apóstoles, según el ejemplo de aquellos hombres y mujeres que ayudaron a Pablo y a otros
apóstoles para difundir el Evangelio.

Su ministerio debe estar siempre en lo más profundo de la vida de oración, edificado sobre
sanas enseñanzas y animado por auténtico celo apostólico.

Llevarán a la Iglesia a personas que viven lejos; para proclamar la Palabra de Dios, trabajar
con fervor; servirás constantemente en el sentido de la Iglesia local, cuya parroquia es como
una célula.

Deben ser testigos de la fe, maestros, mistagogos, compañeros, amigos y guías que enseñan
en nombre de la Iglesia; deben trabajar en coordinación con los ministros ordenados y los
responsables de las pastorales especificas en las diversas formas de apostolado, por Cristo la
Iglesia.

7. Terminado el discurso, el Obispo, dejando el báculo y la mitra, se levanta y todos con


él. Los candidatos doblan sus rodillas ante él. El Obispo invita a los fieles a orar diciendo,
con las manos juntas:

Señor, suplicamos humildemente tu bendición


para quienes elegiste para servir como catequistas
y, apoyados por la gracia del Bautismo
confirme fielmente su ministerio en la Iglesia de NN.
Luego todos rezan en silencio durante algún tiempo.

8. Entonces el Obispo, de pie y con las manos extendidas, dice la oración de bendición
sobre los candidatos:
Padre
Nos haces partícipes de la misión de tu Hijo Cristo
y proporciónanos los múltiples dones del Espíritu a tu Iglesia,
26
bendice a tus hijos elegidos
al Ministerio Laical de Catequista.

Te suplicamos que concedas,


que vivan enteramente su bautismo,
trabajando con servidores
en diferentes tipos de apostolado
para construir tu Reino.
Por Cristo nuestro Señor.
R/. Amén.

9. Luego todos se sientan. El Obispo se sienta y recibe la mitra. Los candidatos se levantan
y se acercan al Obispo, quien entrega la cruz (o un signo elegido en la Jurisdicción
eclesiástica) a cada uno, diciendo:

Recibe este signo de nuestra fe


la cátedra de la verdad y el amor de Cristo
y proclama con tu vida, tu testimonio y con tu palabra.

El catequista responde:

Que así sea.

Mientras tanto, especialmente si hay muchos candidatos, se puede cantar el salmo 98 o


cualquier otro cántico adecuado.
10. Terminadas esta institución, continúa la Misa en la forma acostumbrada, o por símbolo,
si ha de decirse, o con la oración universal, en la que se hacen súplicas especiales por los
catequistas recién instituidos.

Capitulo II

INSTITUCIÓN DEL CATEQUISTA EN


LA CELEBRACIÓN DE LA PALABRA DE DIOS

11. El Obispo puede ponerse un pectoral, una túnica y una capa pluvial de un color
adecuado. o llevar sólo una cruz y una estola sobre el roquete y el mozetam; en este caso no
usa Mitra, ni báculo.
12. Antes del saludo del Obispo, la celebración puede comenzar con una antífona o canto
apropiado.
13. Entonces el Obispo dice:
Oremos.
Dios, que enseñaste a los ministros de tu Iglesia
no desear ser servido, sino servir a los hermanos,
concédeles, te suplicamos, incluso astucia en la actividad,
y con la mansedumbre del ministerio, la constancia en la oración.
Por Cristo nuestro Señor.
R/. Amén.
27
14. La Liturgia de la Palabra se realiza de la misma manera que en la Misa, con cantos
convenientemente insertados durante las lecciones.
15. La instrucción de los catequistas se hace de la manera anterior, nn. 4-9.
16. El rito de institución se concluye con la Oración Universal y el Padrenuestro. Entonces
el Obispo recibe, si lo usa, la mitra, y, extendiendo las manos, saluda al pueblo, diciendo:

El Señor este contigo.

todos responden

Y con tu espíritu.

Luego el Obispo extiende sus manos sobre los fieles para la bendición.

La paz de Dios que sobrepasa todo sentido


mantengan sus corazones y mentes
en el conocimiento y amor de Dios
y el Hijo de nuestro Señor Jesucristo.

todos responden:

Amén.

Entonces el Obispo, habiendo recibido, si usa el bastón, dice:

Que Dios todopoderoso te bendiga

haciendo tres veces la señal de la cruz sobre el pueblo, añade:

✠ El Padre, ✠ el Hijo y ✠ el Espíritu Santo.

todos responden

Amén.

Entonces el diácono, con las manos juntas, dice en dirección al pueblo:

Vayan y sirvan a la Iglesia de Dios.

todos responden

Demos gracias a Dios.

y se retiran.

28
Capítulo III
LECTURAS DE LA BIBLIA

LECTURAS DEL ANTIGUO TESTAMENTO


1. Éx 3 , 1-6 9-12: " Yo estaré contigo ".
En aquellos días, Moisés apacentaba las ovejas …
2. Is 52,7-10: " Todos los confines de la tierra verán la salvación de nuestro Dios ".
¡Qué hermosos los pies de la buena nueva sobre los montes…
3. Sabiduría 13,1-9: " Si supieron estimar la edad, ¿cómo no hallaron al Señor de este
mundo?" ».
Todos los hombres son inútiles por naturaleza...

LECTURAS DEL NUEVO TESTAMENTO


1. Hechos 18 :23-28: " Apolo estaba mostrando por medio de las Escrituras que Jesús es el
Cristo " .
Después de pasar algún tiempo en Antioquía, Pablo partió y siguió el curso...
2. 1 Cor 1 , 22-31: " Predicamos a Cristo crucificado ".
Hermanos, los judíos buscan señales...
Flp 4 , 4-9: " Piensa en todas esas cosas como castas " .
Hermanos: Regocijaos en el Señor para siempre...

RESPUESTA
1. Sal 15 :1-2a y 5. 7-8. 11
R/ (cf. 5a): Tú, Señor, eres parte de mi herencia.
2. Sal 18 :2-3. 4-5
R/ (5a): Su sonido ha salido por toda la tierra.
3. Sal 99 :2.3.4.5.
R/ (3c): Somos su pueblo y las ovejas de su prado.

ALELUYA Y EL VERSUS ANTES DEL EVANGELIO


Yo soy la luz del mundo, dice el Señor.
El que me sigue tendrá la luz de la vida.
2. Jn 12,26: "Si alguno me sirve, que me siga", dice el Señor.
y donde yo estuviere, allí también estará mi siervo.

EVANGELIO
1. Lc 12, 39-48: " A todo aquel a quien se le da mucho, mucho se le exigirá ".
En ese momento, Jesús dijo a sus discípulos: "Ustedes saben esto...
2. Jn 12, 44-50: " Yo soy la luz que he venido al mundo, para que todo el que cree en mí no
quede en tinieblas ".
En ese momento Jesús lloró y dijo...

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