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Tradu cción de

I-IORACIO PONS ENZO TRAVERSO

MELANCOLÍA
DE IZ QU IE RD A
Marxismo, historia y mem ori a

FON DO DE CULTURA ECO NÓM ICA


MÉXIC O - ARGENTINA - BRASIL - CoLOMBIA
- CHILE - EcuAD OR - EsPAÑ A
ESTADOS UNIDOS DE AMÉRICA - GUATEMALA
- PERÚ - VENEZUELA
16 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA

Demke; mis editoras Wendy Lochner y Christine Dunbar


fueron un apoyo constante desde el comienzo , y Amy R.
Allen aceptó incluir el volumen en su maravillo sa colección ,
al lado de muchos autores por quienes siento una gran ad-
PREFACIO
miración: muchas gracias a todos ellos.

EL OBJETIVO de este libro es investigar la dimensió n melan- ·


cólica de la cultura de izquierda durante el siglo pasado. La
izquierda de la que me ocuparé no se define en términos
meramen te topológicos (los partidos situados en el lado iz- .
quierdo del espacio político e institucio nal), de conformi-
dad con el punto de vista convencio nal de las ciencias políti-
cas, sino más bien en términos ontológicos: los movimien tos
que lucharon por cambiar el mundo con el principio de la
igualdad en el centro de su programa . Su cultura es hetero-
génea y abierta, en cuanto incluye no solo una multitud de
cmTientes políticas sino también una pluralidad de tenden-
cias intelectua les y estéticas. Por eso he decidido analizar
teorías y testimoni os (las ideas políticas y filosóficas volca-
das en libros, artículos, cartas), sin excluir imágenes (desde
carteles de propagan da hasta pinturas y películas) . Dedico,
claro está, un importan te lugar al marxismo , que fue la ex-
presión dominant e de la mayoría de los movimien tos revo-
lucionario s del siglo XX. En otras palabras, este libro querría
abordar la cultura de izquierda como una combinac ión de
teorías y experienc ias, ideas y sentimien tos, pasiones y uto-
pías. La memoria de la izquierda es un continent e enorme y
prismátic o hecho de victorias y derrotas, mientras que la
melancol ía es un sentimien to, un estado de ánimo y un
campo de emocione s. Así, el hecho de concentra rse en la
melancolí a de izquierda implica necesaria mente ir más allá
de las ideas y los conceptos .
A comienzo s de la década de 1980, el crecimien to de la
presencia de la memoria en el campo de las humanida des
coincidió con la crisis del marxismo , que estuvo ausente del
17
18 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA PREFACIO 19

"momento memorial" característico del viraje del siglo XXI. sin un desenlace previsible cobra un sabor melancólico. Sin
La visión marxista de la historia implicaba una prescripción embargo, esta melancolía no significa el refugio ~n un uni-
memorial: teníamos que inscribir los acontecimientos del verso cerrado de sufrimiento y remembranza; es más bien
pasado en nuestra conciencia histórica a fin de proyectarnos una constelación de emociones y sentimientos que envuel-
en el futuro. Se trataba de una memoria "estratégica" de las ven una transición histórica, la única manera en que la bús-
luchas emancipatorias del pasado, una memoria orientada queda de nu~vas ideas y proyectos puede coexistir. con la
hacia el futuro. En nuestros días, el final del comunismo ha pena y el duelo por un reino perdido de experiencias revolu-
roto esa dialéctica entre pasado y futuro, y el eclipse de las cionarias. Ni regresiva ni impotente, esa melancolía ·de iz-
utopías generado pór nuestro tiempo "presentista" ha provo- quierda no debería eludir el peso del pasado. Es una críÚca
cado la cuasi extinción de la memoria marxista. La tensión melancólica que, a la vez que está abierta a las luchas ~n el
entre pasado y futuro se convierte en una suerte de dialéc- presente, no evita la autocrítica respecto de sus propios fra-
tica "negativa", mutilada. En un contexto así, redescubrimos casos pasados; es la crítica melancólica de una izquierda
una visión melancólica de la historia como rememoración que no se ha resignado al orden mundial esbozado por el
(Eingedenken) de los vencidos -Walter Benjamín fue su in- neoliberalismo, pero que no puede renovar su arsenal inte-
térprete más significativo- que pertenece a una tradición lectual sin identificarse empáticamente con los 'vencidos de
marxista oculta. Este libro procura analizar esa mutación, esa la historia, una~gran multitud a la que, a fines del siglo xx,
transición de la utopía a la memoria. se une de manera inexorable toda una generación -o sus
Durante más de un siglo, la izquierda radical se inspiró restos- de izquierdista~ derrotados. Para ser fecunda, em-
en la famosa tesis XI de Marx sobre Feuerbach: hasta ahora, pero, esa melancolía necesita llegar a ser reconocible tras su
los filósofos se han limitado a interpretar el mundo, pero la desaparición durante las décadas anteriores, cuando la
cuestión es cambiarlo. Cuando, luego de 1989, quedamos toma del cielo por asalto parecía ser la mejor manera de ha-
"espiritualmente a la intemperie" y nos vimos obligados a cer el duelo por nuestros camaradas perdidos.
admitir el fracaso de todos los intentos pasados de transfor- De tal modo, la ambición de este libro es repensar la
mar el mundo, se pusieron en tela de juicio las ideas mismas historia del socialismo y el marxismo a través del prisma de
con que habíamos tratado de interpretarlo. Y cuando, una la melancolía. Al explorar un pasado a la vez familiar y "des-
década después, comenzó a circular la consigna "otro mun- conocido" (por haber sido objeto de una represión), trataré
do es posible", los nuevos movimientos que la proclamaban de conectar los debates intelectuales con las formas cultur~­
tuvieron que redefinir sus identidades intelectuales y políti- les. Las huellas. de la melancolía de izquierda pueden reco-
cas. Para ser más preciso, tuvieron que reinventarse -rein- nocerse y aprehenderse con mucha más facilidad en las
ventar tanto sus teorías como sus prácticas- en un mundo múltiples expresiones de la imaginación socialista que en
sin un futuro visible, pensable o imaginable. No podían "in- las producciones doctrinales y las controversias teóricas;
ventar una tradición" como lo habían hetho antes de ellos además, estas últimas revelan nuevos significados cuando
otras generaciones de "huérfanos". Este paso de una e.ra de se las reconsidera a través de la imaginación colectiva que
sangre y fuego que, a pesar de todas sus derrotas, seguía las acompañaba. En consecuencia, el libro pasa una y otra
siendo descifrable a un nuevo tiempo de amenazas globales vez de los conceptos a las imágenes y de estas a aquellos sin
20 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA
PREFACIO 21
establecer ninguna jerarquía entre ellos, puesto que los su- lía de izquierda. Por un lado, la melancolía de Benjamín
pone igualmente importantes en la formación y la expresión trató de enunciar una nueva visión de la historia como ca-
de la cultura de la izquierda. Desea conectarlos y captar sus tástrofe con una reinterpreta ción mesiánica del marxismo
resonancias , mostrando lo que muchas obras clásicas mar- como agencia política y posible redención; por otro, la pena
xistas comparten con pinturas, fotografías y películas. En de Adorno -"ciencia melancólica ", según sus propias pala-
síntesis, trabajaré con una diversidad de fuentes que anali- bras- adoptó simplemen te una postura contemplat iva de
zaré como "imágenes que piensan" (Denkbilder), según el crítica dialéctica resignada al advenimien to de la reificación
concepto de Benjamín. No me guía la intención de construir universal (capítulo v). En ruptura con una visión eurocén-
un monumento ni escribir un epitafio, sino la de explorar un trica, hegeliana y marxista de Occidente como destino del
paisaje de la memoria multiforme y a veces contradicto rio. mundo, C. L. R. James estuvo atento a las señales de una
A diferencia del humanitari smo hoy dominante, que sacra- revuelta creciente contra el colonialism o, mientras Adorno
liza la memoria de las vfctimas y en su mayor parte pasa por contemplab a estoicamen te las ruinas producidas por la "au-
alto o rechaza sus compromiso s, la melancolía de izquierda todestrucci ón de la razón" (capítulo VI). Para terminal~ este
osiempre se concentró en los vencidos. PerCibe las tragedias y libro sigue ias huellas del incandescen te encuentro intelec-
..· las batallas perdidas del pasado como un peso y una deuda, tual entre el filósofo francés Daniel BensaYd y Walter Benja-
que también son una promesa de redención. mín, una fructífera y creativa "reunión" que revela una reso-
Los siete capítulos que componen el libro exploran esta nancia entre dos cruciales puntos de inflexión del siglo XX
constelación melancólica desde diferentes perspectivas : me- -1940 y 1990-, a través de una visión de la historia basada
diante el esbozo de los rasgos de una cultura izquierdista de en la idea de rememorac ión (capítulo VII). Tras la caída del
la derrota (capítulo r); la descripción de.'ima concepción Muro de Berlín, los rebeldes que quedaban de los años se-
marxista de la memoria (capítulo rr); la construcció n de una senta y setenta dieron con una visión de la historia engen-
visión del duelo a partir de pinturas y películas (capítulo m), drada por las derrotas de los años treinta, un encuentro que
y la investigació n de la tensión entre el éxtasis y la pena que tuvo lugar bajo el signo de la melancolía política.
da forma a la historia de la bohemia revoluciona ria (capí-
tulo rv). Algunos capítulos se concentran en figuras específi- París e Ithaca (Nueva York), diciembre de 2015
cas que resumen diferentes formas de melancolía de iz-
quierda. De Marx a Benjamín, pasando por Gustave Courbet
y el joven Trotski exiliado en Viena, el intento de "conquis-
tar para la revolución las energías de la embriaguez " -así
Benjamín sobre el surrealism o- se fusionó en una singular
ósmosis con la desesperac ión de la derrota y la existencia
paria de marginales estéticos y políticos. Los últimos tres
capítulos se ocupan de encuentros productivos , conflictivos,
tardíos o malogrados entre pensadores marxistas, y revelan
los caminos a través de los cuales cobró forma la melanco-
30 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA
INTRODUCCIÓN 31
el paradigma de la virilidad que daba forma a una concep- FIN DE LAS UTOPÍAS
ción militarizada de la revolución, heredada del socialismo
decimonónico y fortalecida por el bolchevismo durante la Así, el siglo XXI nació como un tiempo marcado por un eclipse
guerra civil rusa, y entre las mujeres creaban una nueva con- general de las utopías. Esta es una gran diferencia que lo dis-
ciencia subjetiva. Es este conjunto de experiencias y prácti- tingue de los dos siglos anteriores. Al inaugurar el siglo XIX, la
cas lo que se lloró tras el fin del feminismo revolucionario. Revolución Francesa definió el horizonte de una nueva era en
El derrumbe del comunismo fue acompañado -o, mejor, la cual la política, la cultura y la sociedad iban a sufrir una
precedido- por el agotamiento de las luchas y utopías femi- profunda transformación. El año 1789 creó un nuevo con-
nistas, que generaron sus formas peculiares de melancolía. cepto de revolución -ya no una rotación, según su signi-
Como la izquierda (y dentro de ella), el feminismo lloró su ficado astronómico original, sino una ruptura y una innova-
propia pérdida, una pérdida que combinaba el desvaneci- ción radical- 11 y sentó las bases para el nacimiento del
miento del sueño de un futuro liberado y el final de las expe- socialismo, que se desarrollaría con el crecimiento de la so-
riencias de transformación práctica. En la era posterior a la ciedad industrial. Al demoler el orden dinástico europeo -la
Guerra Fría, la democracia liberal y las sociedades de mer- "persistencia" del Antiguo Régimen-, la Gran Guerra dio
cado proclamaron la victoria del feminismo con la consuma- a luz al siglo xx, pero este cataclismo también engendró la
ción de la igualdad jurídica y la autodeterminación indivi- Revolución Rusa. Octubre de 1917 apareció de inmediato
dual (la saga de la mujer empresaria). La caída de las utopías como un acontecimiento grandioso y al mismo tiempo trá-
feministas dio origen a una diversidad de "políticas identita- gico que, durante una sangrienta guerra civil, dio origen a
rias" regresivas y, en el mundo académico, al crecimiento de una dictadura autoritaria transformada con rapidez en una
los estudios femeninos. A pesar de sus significativos logros forma de totalitarismo. En simultáneo, la Revolución Rusa
académicos, estos últimos dejarán de considerar el sexo y la despertó una esperanza de emancipación que movilizó a mi-
raza como marcadores de opresión histórica (contra los llones de hombres y mujeres en el mundo entero. La trayecto-
cuales luchaba el feminismo) y los transformaron en catego- ria del comunismo soviético -su ascenso, su apogeo a fines
rías inalterables e hipostasiadas -Rosi Braidotti las calificó de la Segunda Guerra Mundial y luego su declinación- mo-
de "metafísicas"...,.-, 9 adaptadas a un reconocimiento mercanti- deló profundamente la historia del siglo XX. El siglo XXI, al
lizado de la otredad de género. Según Wendy Brown, eso sig- contrario, se abre con el derrumbe de esta utopía. 12
nificó considerar el género "como algo que puede doblarse, Franc;;ois Furet sacó esta conclusión al final de El pa-
proliferar, perturbarse, resig1úficarse, mutar; teatralizarse, pa- sado de una ilusión, con una "resignación" al capitalismo
rodiarse, desplegarse, resistirse, imitarse, regularse ... pero que muchos reseñadores se deleitaron en destacar: "La idea
no emanciparse"; to
11 Reinhart Koselleck, "Historical
Criteria of the Modern Concept of Re-
9 volution" [1969], en Futures Past, op. cit., pp. 43-57 [trad. esp.: "Critedos
Cit. en Anna Bravo, A colpi di cuore. Storie del sessantotto, Roma y Bari, históricos del concepto moderno de revolución", en Futuro pasado, op. cit.,
Laterza, 2008, p. 220.
pp. 67-85].
~ • ~~ndy Brown, "Women's Studies Unbound. Revolution, Mourning,
0
12 Martin Malia, History's
Locomotives. Revolutions and the Making of
Pohtlcs , en Parallax, vol. 9, núm. 2: "Mourning Revolution", 2003, p. 13. the Modern World, New Haven, Yale University Press, 2006.
32 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA INTRODUCCIÓN 33

de otra sociedad se ha vuelto algo imposible de pensar y, raciones. Utilizando el famoso par conceptual elaborado
por lo demás, nadie ofrece sobre este tema, en el mundo de por Reinhart Koselleck, podríamos formular este diagnós-
hoy, ni siquiera el esbozo de un concepto nuevo. De modo tico de la siguiente manera: el comunismo ya no es un punto
que henos aquí, condenados a vivir en el mundo en que de intersección entre un "espacio de experiencia" y u.n "ho-
vivimos" . 13 Sin compartir la satisfacción del historiador rizonte de expectativa".1 6 La expectativa ha desaparecido; la
francés, el filósofo marxista Fredric Jameson formuló un experiencia, por su parte, ha adoptado la forma de un cam-
diagnóstico similar, al señalar que hoy es más fácil imagi- po de ruinas.
nar el fin del.mundo que el fin del capi!alismo. 14 La uto- El filósofo alemán Ernst Bloch distinguía entre los sue-
pía de un modelo nuevo y diferente de sociedad aparece ños quiméricos y prometeicos que asediaban la imagina-
como un deseo peligroso y potencialmente totalitario. En ción de una sociedad históricamente incapaz de realizarlos
síntesis, los comienzos del siglo XXI coincidieron con la transi- (las utopías abstractas y compensatorias, como las aerona-
ción del "principio esperanza" al "principio de responsabi- ves imaginadas en las sociedades tecnológicamente primi-
lidad" .15 El "principio esperanza" inspiró las batallas del siglo tivas surgidas de la Edad Media) y las esperanzas anticipa-
pasado, de Petrogrado en 1917 a Managua en 1979, pasando tonas que inspiraban una transformación revolucionaria
por Barcelona en 1936 y París y Praga en 1968. Recorrió tam- del presente (las utopías concretas, como el socialismo en
bién sus más terribles momentos y alentó movimientos de el siglo xx). 17 Hoy"podríamos observar el desvanecimiento
resistencia en la Europa nazi. El "principio de responsabi- de los primeros y la metamorfosis de las segundas. Por un
lidad" apareció cuando el futuro se ensombreció, _cuando lado, a través de variadas formas, de la ciencia ficción a los
descubrimos que las revoluciones habían engendrado mons- estudios ecológicos, las distopías de una pesadilla futura
truos totalitarios, cuando la ecología nos hizo conscientes hecha de catástrofes ambientales remplazaron el sueño de
de los peligros que amenazan al planeta y comenzamos a una humanidad liberada -un sueño peligroso en la era del
pensar en el tipo de mundo que daremos a las futuras gene- totalitarismo- y confinaron la imaginación social en los
estrechos límites del presente. Por otro, las utopías concre-
13 Fran¡;:ois Furet, The Passing of an Illusion. The Idea of Communism in tas de la emancipación colectiva se convirtieron en pulsio-
the Twentieth Century, Chicago, University of Chicago Press, 1999, p. 502 nes individualizadas de consumo inagotable de mercan-
[trad. esp.: El pasado de una ilusión. Ensayo sob_re la idea comunista en el cías. Desechando la "corriente cálida" de la emancipación
siglo xx, trad. de Mónica Utrilla, México, Fondo de Cultura Económica,
colectiva, el neoliberalismo introdujo la "corriente fría" de
1996, p. 571, las cursivas pertenecen al original].
14 Fredric Jameson, "Future City", en New Left Review, núm. 21, mayo- la razón económica. Y de ese modo se produce la destruc-
junio de 2003, p. 76 [trad. esp.: "La ciudad futura", en New Left Review (ed.
esp.), núm. 21, julio-agosto de 2003, pp. 91-106].
15 Ernst Bloch, The Principie of Hope, 3 vols., Cambridge (MA), MIT Press, 16 Reinhart Kosellecl~. "'Space of Experience' and 'Horizon of Expecta-

1986 [trad. esp.: El principio esperanza, 3 vols., trad. de Felipe González tion': Two Historical Categories", en Futures Past, op. cit., pp. 258 y 259
Vicén, Madrid, Trotta, 2004-2007], y Hans Jonas, The Imperative of Respon- [trad. esp.: "'Espacio de experiencia' y 'Horizonte de expectativa', dos cate-
sibility. In Search of an Ethics for the Technological Age, Chicago, University gorías históricas", en Futuro pasado, op. cit., pp. 333-357].
of Chicago Press, 1985 [trad. esp.: El principio de responsabilidad. Ensayo 17 Ernst Bloch, The Plinciple of Hope, op. cit. Véase también Ruth Levi-

de una ética para la civilización tecnológica, trad. de Andrés Sánchez Pas- tas, "Educated Hope. Ernst Bloch on Abstract and Concrete Utopia", en
cual, Barcelona, Herder, 1994]. Utopian Studies, vol. 1, núm. 2, 1990, pp. 13-26.
34 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA
INTRODUCCIÓN 35
ción de las utopí as debid o a su priva tizaci ón en un mund
o sino la dicta dura de la bolsa , un tiemp o de acele ració
reificado. 18 n per-
Según Koselleck, el prese nte da su signif icado al pasad mane nte que -par a utiliz ar las palab ras de Kose lleck
o. - ca-
Al mism o tiemp o, este últim o ofrec e a los actore s de rece de una "estru ctura progn óstica ". 20 Veint icinc
la his- o años
toria una serie de exper iencia s sobre cuya base ellos puede atrás, la caída del socia lismo real parali zó y prohi bió
n la ima-
formu lar sus propi as expec tativa s. En otras palab ras, ginac ión utópi ca, lo que gener ó duran te un tiemp o
el pa- nueva s
sado y el futuro intera ctúan , vincu htdos por un lazo simbi vision es escat ológi cas del capit alism o como el "hori
ó- zonte
tico. En vez de ser dos conti nente s rigur osam ente separ insup erabl e" de las socie dades huma nas. Este tiemp
a- o ha
dos, están conec tados por una relaci ón creati va y dinám termi nado, pero aún no han.a parec ido nueva s utopí as.
ica. Con
Sin emba rgo, en los comie nzos del siglo XXI esta dialéc ello, el "pres entism o" se convi erte en un tiemp o suspe
tica ndido
del tiemp o histór ico parec e agota da. Las utopí as del entre un pasad o indom eñabl e y un futuro negad o, entre
siglo un
pasad o han desap arecid o y han dejad o un prese nte carga "pasa do que no pasa" 21 y un futuro que no puede inven
do tarse
de mem oria pero incap az de proye ctarse en el futuro ni prede cirse (salvo en térmi nos de catást rofe).
. No En tiemp os recien tes, el "pres entism o", lejos de ser
hay a la vista ningú n "hori zonte de expec tativa ". La un
utopí a diagn óstico histór ico, se ha conve rtido en una suert e
parec e una categ oría del pasad o ~el futuro imag inado de ma-
por nifiesto para algun os intele ctuale s de izquie rda. Uno de
un tiemp o supe rado - porqu e ya no perte nece al prese ellos
nte es el histor iador del arte Timo thy J. Clark, antig uo situac
de nuest ras socied ades. La histor ia mism a se mues tra io-
como nista que, al reivin dicar una espec ie de refor mism o
un paisa je de ruina s, un legad o vivien te de dolor. desen -
Algun os histor iador es -Fram ;ois Harto g, entre ellos canta do de cuño nietzs chean o, sugie re una políti ca realis
- ta
carac teriza n el régiiu en de histor icidad surgid o en la décad que renun cie a toda utopí a.
a
de 1990 como presentismo: uri prese nte diluid o y expan
dido No habrá futuro -juzg a-, solo un presen te en el cual
que absor be y disuelve en sí mism o tanto el pasad o como la iz-
el quierd a (siem pre acosa da y margi nada, siemp re -con
futuro . 19 El "pres entism o" tiene una doble dimen sión. or-
Por gullo - una cosa del pasado ) lucha por acopia r el "mate
un lado, es el pasad o reific ado por una indus tria de rial para
la cul- una socied ad" que Nietzs che creía desap arecid o de la
tura que destru ye todas las exper iencia s transm itidas tierra. Y
; por esto no es quieti smo, sino una receta para la polític a:
otro, es el futur o ab'olido por el tiemp o del neolib eralis una re-
mo: ceta para una izquie rda que pueda mirar el mund o a la
no la "tiran ía de los reloje s" descr ipta por Norb ert cara. 22
Elias ,
20 Reinha rt Kóselleck, "History, Histori
es, and Forma l Time Structu res",
1s Peter Thomp son, "Introd uction. The Privati zation of en Futures Past, op. cit., p. 95 [trad. esp.: "Historia, histori
Hope and the as Y estruct uras
Crisis of Negation", en Peter Thomp son y Slavoj Zizek formales del tiempo ", en Futuro pasado, op. cit., pp. 127-14
(comps.), The Priva- 0]. . .
tization of Hope. Emst Bloch and the Future of Utopía, 21 Según la famosa fórmul a acuñad
Durham , Dulce Uni- a por Emst Nolte durant e la Htston -
versity Press, 2013, pp. 1-20. kerstreit aleman a de la década de 1980.
I9 Fran9o is Hartog , Régimes d'historicité. 22 Timoth y J. Clark, "Por a Left with
Présentisme et expériences du No Future ", en New Left Review,
temps, París, Seuil, 2003, pp. 119-127 [trad. esp.: Los regíme núm. 74, marzo-abril de2012 , p. 75 [trad. esp.: "Para una
nes de historici- izquierdasinfutu~o",
dad. Presentismo y experiencias del tiempo, trad. de Norma enNew i.eft Review (ed. esp.),n úm. 74,mayo-junio de2012
Durán, México, , pp. 57-67],segmdo
Univer sidad Iberoa merica na, 2007). por la convincente crítica de SusaÍl Watkins, "Presentism?
A Reply to T. J.
Clark", en New I.eft Review, núm. 74, op. cit., pp. 77-102
[trad. esp.: "¿Presen-
36 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA INTRODUCCIÓN 37

En un juicio de ese tipo, el límite entre el reconocimiento de la quierda tradicional, que vio puesta en entredicho su identi-
situación objetiva y la resignación a la derrota como un des- dad social y política, y por otra, desarticularon los marcos
tino ineluctable de la izquierda poco menos que desaparece. sociales de la memoria de la izquierda, cuya continuidad
El siglo XXI generó un nuevo tipo de desilusión. Tras el quedó irremediablemente fracturada. El movimiento obrero
"desencantamiento del mundo" anunciado por Max Weber europeo perdió tanto su base social como su cultura.
hace cien años, cuando definió la modernidad como la era En simultáneo, la década de 1990 estuvo marcada por
deshumanizada de la racionalidad instrumental, hemos ex- la crisis del "modelo de partidos" tradicional. Los partidos
perimentado un segundo desencantamiento, traído por el políticos de masas -que habían sido la forma dominante
fracaso de sus alternativas. Este callejón sin salida histórico de la vida política luego de la Segunda Guerra Mundial, y
es el resultado de una dialéctica paralizada: en vez de una cuyo paradigma eran los partidos de izquierda (tanto co-
negación de la negación -la trascendencia socialista del ca- munistas como socialdemócratas)- desaparecieron o de-
pitalismo de conformidad con la idea hegeliana (y mar- clinaron. Con centenares de miles y a veces millones de afi-
xiana) de Aufhebung-, observamos el fortalecimiento y la liados, y profundamente arraigados en la sociedad civil,
ampliación del capitalismo por obra de la demolición de sus habían sido un gran vector de formación y transmisión de
enemigos. La esperanza blochiana del devenir humano -el una memoria política colectiva. Los nuevos partidos "atra-
"aún no" (noch nicht)- se abandona en beneficio de un patodo" que los ;~mplazaron son aparatos electorales sin
eterno presente. 23 El fracaso del socialismo real no es, desde una identidad política fuerte. Socialmente descompuesta,
luego, el único origen de este cambio histórico. La utppía la memoria de clase se desvaneció en un contexto donde los
socialista estaba profundamente ligada a una memoria de trabajadores y las trabajadoras habían perdido toda visibi-
los trabajadores que desapareció durante las últimas y cru- lidad pública; se convirtió en una especie de memoria "ma-
ci~les décadas. La caída del comunismo coincidió con el fin rrana", es decir, una memoria oculta (tal como lo fue la del
del fordismo, esto es, el modelo de capitalismo industrial Holocausto apenas terminada la guerra), y la izquierda eu-
que había dominado el siglo xx. La introducción del trabajo ropea perdió tanto sus bases sociales como su cultura. El
flexible, móvil y precario, así como la penetración de mode- fracaso del socialismo real fue seguido por una ofensiva
los individualistas de competencia entre asalariados, erosio- ideológica del conservadurismo, no por un balance estraté-
naron las formas tradicionales de sociabilidad y solidaridad. gico de la izquierda.
La aparición de nuevas formas de producción y el trastroca- La obsesión por el pasado que da forma a nuestro tiempo
miento del viejo sistema de grandes fábricas con una enorme es la resultante de ese eclipse de las utopías: un mundo sin
concentración de fuerza laboral tuvieron muchas conse- utopías mira inevitablemente hacia atrás. La aparición de la
cuencias: por una parte, afectaron profundamente a la iz- memoria en el espacio público de las sociedades occidenta-
les es una consecuencia de ese cambio. Entramos al siglo XJa
sin revoluciones, sin Bastillas ni ataques al Palacio de In-
tismo? Respuesta a T. J. Clark", en New Left Review (ed. esp.), núm. 74, op. vierno, pero tuvimos un sucedáneo estremecedor y horro-
cit.' pp. 69-92].
23 Pe ter Thompson, "Introduction: The Privatization of Hope .. .",op. cit., roso el11 de septiembre de 2001 con los ataques a las Torres
p. 15 .. Gemelas y el Pentágono, que difundieron terror en vez de
38 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA INTRODUCCIÓN 39
esperanza. Despojado de su horizonte de expectativa , el si- tifascismo y la memoria de la esclavitud eclipsó la del anti-
glo xx se muestra a nuestra mirada retrospectiv a como una colonialism o: la rememorac ión de las víctimas parece inca-
·era de guerras y genocidios. Una figura antes discreta y mo- paz de coexistir con el recuerdo de sus esperanzas , sus
desta irrumpe en el centro de la escena: la víctima.z4 En su luchas, sus victorias y sus derrotas. Ya en 1990 varios obser-.
mayor parte anónimas y silenciosas, las víctimas invaden el vadores escribieron que, otra vez, era "medianoch e en el si-
estrado y dominan nuestra visión de la historia. Gracias a la glo". Según el historiador mexicano Adolfo Gilly, la ofensiva
calidad y la influencia de sus obras literarias, los testigos de neoliberal trató de "borrar la idea misma de socialismo de
los campos nazis y los gulags de Stalin se convirtieron en los las mentes y los sueños de los seres humanos". 27
íconos de esa centuria de víctimas. Tony Judt, que registra El viraje de 1989 produjo un choque entre la historia y
este Zeitgeist, termina su fresco de la Europa de posguerra la memoria, al fusionar dos conceptos que, desde Maurice
con un capítulo dedicado a la memoria del continente, que Halbwachs hasta Paul Ricceur y Aleida Assmann, los estu-
lleva este emblemátic o título: "Desde la casa de los muertos". 2s diosos habían separado rigurosame nte a lo largo de todo el
Esta empatía por las víctimas ilumina el siglo xx con siglo XX. La "memoria histórica" existe: es la memoria de un
una nueva luz, al introducir en la historia una figura que, a pasado que aparece como definitivam ente cerrado y ha en-
despecho de su omnipresen cia, se había mantenido siem- trado en la historia. En otras palabras, es el producto de la
pre en la sombra. En lo sucesivo, el pasado parece el paisaje colisión entre memoria e historia que da forma a nuestro
contemplad o por el Ángel de la Historia de Benjamín: un tiempo, una encrucijada entre diferentes temporalida des, el
campo de ruinas que crece en forma incesante hacia el espejo de un pasado a la vez aún vivo en nuestra mente y ar-
cielo. Sin embargo, el nuevo Zeitgeist está exactament e en chivado. La escritura de la historia del siglo XX es un acto de
las antípodas del mesianismo del filósofo judeoalemá n: no equilibrio entre ambas temporalida des. Por un lado, sus ac-
hay ningún "tiempo del ahora;' (Jetztzeit) que resuene con el tores alcanzaron -como testigos- un estatus de fuente
pasado para realizar las esperanzas de los vencidos y garan- para los historiadore s y, por otro, los estudiosos trabajan so-
tizar su redención. 26 La memoria del gulag borró la de la bre una materia que interroga constantem ente su experien-
revolución, la memoria del Holocausto remplazó la del an- cia vivida y desestabiliz a su propio estatus. Libros como His-
toria del siglo xx, del marxista Eric Hobsbawm , y El pasado
24
Véase Annette Wieviorka, The Era of the Witness, Ithaca, Cornell Uni- de una ilusión, del conservado r Fran9ois Furet, están en mu-
versity Press, 2006. chos aspectos en las antípodas, pero sus interpretaci ones del
25
Tony Judt, "From the House of the Dead", en Postwar. A History of siglo xx persisten en un recuerdo de sus acontecimi entos
Europe since 1945, Londres, Penguin, 2005, pp. 802-833 [trad. esp.: "Epí-
logo. Desde la casa de los muertos", en Postguerra. Una historia de E.t4rgpa
que a menudo asume una forma autobiográf ica similar.
desde 1945, trad. de Jesús Cuéllar y Victoria E. Gordo del Rey, Madrid,
Tauros, 2006, pp. 1145-1183].
26
Walter Benjamín, "On the Concept of History" [1940], en Selected Wri- 27 Adolfo Gilly, "Mil
novecientos ochenta y nueve" [1990], en El siglo del
tings, ed. de Howard Eiland y Michael W. Jennings, vol. 4, Cambridge (MA), relámpago. Siete ensayos sobre el siglo xx, México, La Jornada, 2002, p. 118.
Harvard University Press, 2006, pp. 392, 393 y 395 [trad. esp.: "Sobre el Gilly se refiere implícitament e a la novela de Víctor Serge, Midnight in the
concepto de historia", en Obras, libro 1, vol. 2, trad. de Alfredo Brotons Century, Londres, Writers and Readers, 1982 [trad. esp.: Medianoche en el
Muñoz, Madrid, Abada, 2008, pp. 303-318]. siglo, trad. de Ramón García, Madrid, Alianza, 2016].
40 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA INTRODUCCIÓN 41
En su libro póstumo Historia. Las últimas cosas antes de han vivido y observado y que aún ronda por su entorno. Su
las últimas (1969), Siegfried Kracauer sugirió la metáfora del relación de empatía con los actores del pasado corre el
exilio para describir el viaje del historiador. A su entender, el riesgo permanente de ser perturbada por momentos ines-
historiador es, como un exiliado o un "forastero" (Fremde), perados de "transferencia" que se abran camino hacia la
una figura de la extraterritorialidad. 28 Está dividido entre dos superficie en su mesa de trabajo y despierten la experiencia
mundos: el mundo donde vive y el mundo que trata de ex- vivida y la subjetividad. 29 En otras palabras, vivimos en un
plorar. Está suspendido entre ellos porque, a despecho de su tiempo en el cual los historiadores escriben la historia de la
esfuerzo por penetrar en el universo mental de los actores memoria, mientras que las sociedades civiles mantienen
del pasado, sus herramientas analíticas y sus categorias her- la memoria viva de un pasado histórico. Así, la exploración
menéuticas se han forjado en su propio tiempo. Esta brecha del multiforme planeta de la cultura de izquierda resulta
temporal implica a la vez trampas -ante todo la del anacro- en un ejercicio de crítica melancólica, un precario equili-
nismo- y ventajas, porque permite una explicación retros- brio entre historia y memoria.
pectiva que no esté sometida a las coacciones culturales, po-
líticas y también psicológicas correspondientes al contexto
donde actúan los sujetos de la historia. Las narraciones y TRES LUGARES DE LA REVOLUCIÓN
representaciones históricas del pasado se originan precisa-
mente en esa brecha. La metáfora del exiliado es sin duda Una concepción común en la izquierda radical de las déca-
fecunda -el exilio sigue siendo una de las experiencia~ más das de 1960 y 1970 describía la revolución mundial como un
fascinantes de la historia intelectual moderna-, pero hoy es proceso desplegado en tres "sectores" distintos pero correla-
necesario matizarla. Los historiadores del siglo XX -sobre cionados. Un pen~ador marxista de esa época, el econo-
todo los de izquierda que investigan la historia del comu- mista belga Emest Mande!, escudriñó los vínculos dialécti-
nismo y las revoluciones- son al mismo tiempo "exilia- cos que entrelazaban los movimientos anticapitalistas de
dos" y "testigos", porque están profundamente implicados Occidente con las revueltas antiburocráticas en los países del
en los acontecimientos que constituyen el objeto de su in- "socialismo realmente existente" y las revoluciones antiim-
vestigación. No exploran un pasado remoto y desconocido, perialist'as que se diseminaban por el Tercer Mundo. 30 Entre
y la dificultad de su tarea radica en tomar distancia con la Revolución Cubana (1959) y el final de la guerra de Viet-
respecto a un pasado reciente, un pasado que a menudo nam (1975), esta visión, más que un esquema abstracto o
doctrinario, parecía una descripción objetiva de la realidad.
Mayo del 68 fue el clímax de una oleada de movimientos
2B Siegfried Kracauer, History. The Last Things befare the Last, ed. de Paul
Oskar Kristeller, Princeton, Markus Wiener, 1995, pp. 83 y 84 [trad. esp.:
Historia. Las últimas cosas antes de las últimas, trad. de Guadalupe Ma-
rando y Agustín D'Ambrosio, Buenos Aires, Las Cuarenta, 2010]. Véase 29 Saul Friedlander, "Trauma,
Transference and 'Working through' in
también Georg Simmel, "The Stranger", en The Sociology of Georg Simmel, Writing the History of the 'Shoah"', en History and Memory, vol. 4, núm. 1,
ed. de Kurt H. Wolff, Glencoe (IL), Free Press, 1950, pp. 402-408 [trad. esp.: primavera-verano de 1992, pp·. 39-59.
"El extranjero", en El extranjero. Sociolog{a del extraño,. trad. de Javier Eraso 30 Ernest Mandel,
Revolutionary Marxism Today, Londres, New Left
Ceballos, Madrid, Sequitur, 2012]. Books, 1979.
52 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA
INTRODUCCIÓN 53
su band era. La repr esió n mili tar se exte
ndió a otra s ciud a- ria" más anta gón icas que com plem enta
des y alde as y el conf licto term inó con rias . La mem oria
nuev as man ifest acio - glob al del com ienz o del siglo XXI bosq ueja
nes en las cual es los indigenes arge lino un pais aje de su-
s fuer on forz ados a frim ient os frag men tado s. Tod avía no
hac er una reve renc ia a una ban dera han apar ecid o en e~
fran cesa com o una hori zont e nuev as espe ranz as cole ctiva
form a de mos trar su som etim ient o a s. La mel anco lía aún
las auto rida des colo - flota en el aire com o el sent imie nto dom
niale s. Com o resu ltad o de la mas acre , hub inan te de un mun do
o entr e quin ce mil agob iado bajo el peso de su pasa do, sin
y cuar enta y cinc o mil vícti mas , seg( m un futu ro a la vista ..
se cons ulte n fuen tes Occ iden te, Orie nte y el Sur: los anti guos
fran cesa s o arge linas . 47 Seti f fue el pun "tres sect ores " de la
to de part ida de una revo luci ón mun dial se han conv ertid
ola de viol enci a y repr esió n mili tar en o en tres luga res de
las colo nias fran ce- mem oria s heri das.
sas, sobr e todo en Madagasca1~ don de
una insu rrec ción se
sofo có a sang re y fueg o en 1947 . En may
o de 2005 , mie n-
tras los repr esen tant es de las gran des
pote ncia s occi dent a-
les cele brab an el aniv ersa rio del final de EsPE CTRO S
la Seg und a Gue rra .
Mun dial , el pres iden te de Argelia, Abd elaz
iz Bute flika , pidi ó En 1959, The odo r W. Ado rno denu nció
ofic ialm ente el reco noci mie nto del bañ la amn esia que, favo-
o de sang re de Seti f, reci da por un uso hipó crita de la noci ón
cali fica ndo de "gen ocid io" el colo nial de "ela bora ción del
ism o y recl ama ndo pasa do" (Aufarbeitung der Vergangenhei
una inde mni zaci ón a Fran cia. t), hab ía afec tado a
La conm emo raci ón de la vict oria del 8 Alem ania Occ iden tal (y a Euro pa). Esta
de may o de 1945 form ulac ión "al-
es ento nces una cond ensa ción de mem tam ente sosp echo sa", expl icab a, no sign
oria s enre dada s. La ifica ba "tra baja r se-
hist oria del siglo XX asum e un aspe cto riam ente sobr e el pasa do, esto es, rom per
dife rent e segú n se la med iant e una con-
obse rve desd e una pers pect iva occi dent cien cia lúci da su pod er de fascinar". Al
cont rario , sign ifica ba
al, orie ntal o posc o- más bien "cer rar los libro s sobr e el pasa
loni al. Los rela tos histó rico s entr elaz ados do y, de ser posi ble,
por este aniv ersa - borr arlo inclu so de la mem oria ". 48 Más de
rio son dife rent es a pesa r de su trop ismo cinc uent a años des-
com part ido haci a pués , una amn esia simi lar afec ta a nues
las víct imas del pasa do, que es el rasg o tras cult uras , don de
dom inan te de la glo- dim ensi ones ente ras del pasa do -ant ifas
bali zaci ón de las ·mem oria s en los com cism o, anti colo nia-
ienz os del siglo xxr. lism o, fem inism o, soci alism o y revo luci
No se trata , por supu esto , de mem oria ón- está n ente rra-
s mon olíti cas e in- das bajo la retó rica oficial del "deb er de
com pati bles , y su plur alism o pod ría abri mem oria ".
r espa cios fruc tífe- En sem ejan te pais aje de aflicción, el lega
ros de coex isten cia, más allá de iden do de las luch as
tida des naci onal es y por la libe raci ón se ha vuel to casi invi
cult ural es cerr adas . Has ta el día de hoy, sible y ado pta una
emp ero, la dife ren- form a espe ctral . Com o expl ica el psic oaná
cia de su eje -el Hol ocau sto, el com lisis , los espe ctro s
unis mo y el colo nia-
lism o- ilus tra la tend enci a a extr aer "lec
cion es de la histo -
48 Theo dor W. Ador no, "The
Mean ing of Work ing throu gh the Past"
47 Critica! Módels. Inter venti ons and Catch , en
Sobre Setif, véase Yves Benot, Massacres words, Nuev a York, Colu mbia Uni-
coloniaux. 1944-1950: la N• Ré- versity Press , 1998, p. 89 [trad . esp.: "¿Qu
publique et la mise aupa s des colonies franr;: é sig11ifica elabo rar el pasad o?", en
aises, Paris, La Découverte, 2001, Crítica de la cultu ra y sociedad II, trad.
pp. 9-35. de Jorge Nava rro Pérez , Madr id,
Akal, 2009, pp. 489-503].
54 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA 55
INTRODUCCIÓN
tienen una existenc ia póstuma , dedicada a asediar nuestros fantasma s que hoy recorren Europa no son las revoluci ones
recuerdo s de experien cias supuesta mente terminad as, agota- del futuro, sino las revolucio nes derrotad as del pasado.
das y archivad as. Habitan nuestra mente como figuras pro- Siempre podemos consolam os con el hecho de que las re-
cedentes del pasado, como aparecid os etéreos separado s de volucion es nunca son "puntual es": llegan cuando nadie las
nuestra vida corpórea . En lo que es el esbozo de una tipolo- espera. El escritor italiano Erri De Luca suscitó escandal iza-
gía espectra l, Giorgio Agambe n señala un tipo particul ar de dos comenta rios cuando, hace poco, comparó el legado de
espectro s, los "larvales", que "no viven solos sino, antes bien, los rebeldes años setenta con el destino trágico de Eurídice ,
buscan con obstinac ión a las personas que les han dado ori- la ninfa de la justicia en la mitologí a griega: no pudo ser sal-
gen debido a su mala concienc ia". 49 El estalinis mo generaba vada por su adorado esposo, Orfeo, que para rescatarl a bajó
esta clase de espectro s "larvales". A diferenc ia de otros casos al Hades, el reino de los muertos . 51 En esta alegoría , De
de restaura ción, como Francia después de junio de 1848 o Luca describe esos añ,os setenta como una década invadida
tras la Comuna de 1871, el viraje de 1989 no podía ofrecer a por un "Orfeo colectivo" que, enamora do de la justicia, toma
los vencidos otra cosa que la memoria de un socialism o des- las armas para conquist arla. Es significativo que, a diferen-
figurado , la caricatu ra totalitar ia de una sociedad emanci- cia de Marx, no compare la revoluci ón con un asalto al cielo,
pada. No solo quedaba paraliza da la memori a prognós tica sino más bien con un descenso al inframu ndo. La conquist a
del socialism o, sino que se censura ba el duelo mismo de la del cielo y el viaje ~"través del Hades son los polos de la tran-
derrota. Las víctimas de la violencia y el genocidi o ocupan el sición antes descript a, la de la utopía a la memoria , del fu-
escenari o de la memori a pública, en tanto que las exper\.en- turo al pasado. La melanco lía de izquierd a no significa el
cias revoluci onarias asedian nuestras represen taciones del abandon o de la idea del socialism o o de la esperanz a de un
siglo XX como espectro s "larvales". Sus actores vencidos ya- futuro mejor; significa repensar el socialism o en un tiempo
cen a la espera de la redenció n. Ya no son espectro s que en que su memori a está perdida, oculta y olvidada y nece-
anuncia n una "presen cia por venir", como en el caso de sita ser redimida . Esa melanco lía no implica lamenta r una
Burke en 1790 y Marx y Engels en 1847. Tal como puntua- utopía perdida, sino más bien rep~nsar un proyecto revolu-
lizó Derrida veinte años atrás, revelan más bien "la persisten - cionario en una era no revoluci onaria. Es una melanco lía
cia de un pasado presente , el retorno de los muertos de los fecunda que, podríam os decir con Judith Butle1~ entraña el
que el trabajo mundial de duelo no puede deshacer se". so Los "efecto transfor mador de la pérdida" . 52
Uno de los ejemplo s más significa tivos de un trabajo
49 Giorgio Agamben, "On the Uses and Disadvant ages of fructífer o de duelo que, en vez de paraliza r la acción, la esti-
Living among
· Specters", en Nudities, Stanford, Stanford University Press, 2011, pp. 39
y 40 [trad. esp.: "De la utilidad y los inconvenie ntes de vivir entre espec-
mula de maner~ autorrefl exiva y conscien te tiene que ver con
tros", en Desnudez, trad. de Mercedes Ruvituso y María Teresa D'Meza,
Buenos Aires, Adriana Hidalgo, 2011, pp. 55-61]. st Erri de Luca, "Notizie su Euridice", en Il Manifesto, 7 de noviembre
so Jacques Derrida, Specters of Marx. The State of the Debt, the Work of
de 2013.
Mourning, and the New International, Londres, Routledge , 1994, p. 101 s2 Judith Butler, "Violence, Mourning, Politics", en Precarious Life. The
[trad. esp.: Espectros de Marx. El estado de la deuda, el trabajo del duelo y la Powers of Mourning and Violence, Londres, Verso, 2004, p. 21 [trad. esp.:
nueva internacional, trad. de José Miguel Alarcón y Cristina de Peretti della "Violencia, duelo, política", en Vida precaria. El poder del duelo y la violen-
Rocca, Madrid, Trotta, 1995]. cia, trad. de Fermín Rodríguez , Buenos Aires, Paidós, 2006, pp. 45-78].
56 MELANCOLÍA DE IZQUIERDA

las reacciones de los activistas gays frente a las consecuen-


cias disruptivas del sida, una pandemia cuyo estallido coinci- ·
dió con la caída del comunismo. En 1989, Douglas Crimp se-
ñaló que, lejos de promover la pasividad y favorecer el retiro l. LA CULTURA DE LA DERROTA
en una esfera privada de sufrimiento, este trauma inspiró
una nueva forma de militancia, una militancia procedente
del duelo, que abrevaba su fuerza dentro de la melancolía y el NAUFRAGIO CON ESPECTADOR
luto. Para muchos activistas gays que vivían con una sensa-
ción permanente de pérdida y sabían que pronto morirían y La historia del socialismo es una constelación de derrotas que
compartirían el mismo destino de los llorados, esto era un lo alimentaron durante casi dos siglos. En vez de destruir
incitación a la acción. Muchos de los muertos eran jóvenes y sus ideas y aspiraciones, esas derrotas traumáticas, trágicas
los sobrevivientes se sentían solos, impotentes y despojados y a menudo sangrientas las consolidaron y legitimaron. La
de sus amigos y amantes más cercanos. Su vida cambiaba. caída luego de un combate bien librado da dignidad a los
Necesitaban recon~truir una comunidad destruida, reinven- vencidos y puede llegar a ser un motivo de orgullo. Los re-
ta~ la amistad, el placer y las prácticas sexuales, aunque se volucionarios exiliados y desterrados conocieron con fre-
sentían abrumados por las amenazas y rodeados por un en- cuencia la miseria y las privaciones y sin duda los sufri-
tomo hostil y estigmatizante. Muchos de ellos estaban parali- mientos de la pérdida, pero rara vez el aislamiento entre las
zados de miedo e intemalizaban el estigma como un s~nti­ personas que los rodeaban. Siempre ocuparon un lugar de
miento de culpa, la pulsión de muerte transformada en honor dentro de los movimientos izquierdistas y socialistas,
autoagresión. El activismo gay que reaccionó ante esa pul- desde Heine, Marx y Herzen en el París decimonónico hasta
sión de muerte en circunstancias tan trágicas -comparables los emigrados antifascistas en el Nueva York del siglo XX. La
en cierta medida a la caída del comunismo- era inseparable derrota sufrida por la izquierda en 1989, sin embargo, fue
de la aflicción y el duelo. En vez de escapar a la melancolía, diferente: no se produjo tras una batalla y no generó orgullo
la canalizó hacia un fecundo trabajo de reconstrucción, alguno; puso fin a un siglo y resumió en sí misma una se-
creando centros médicos, brindando atención psicológiCa, cuencia acumulativa de reveses que, repentinamente reuni-
defendiendo los derechos recién conquistados y reconstru- dos y condensados en un viraje histórico simbólico, se ma-
yendo una red de asociaciones. Act Up fue el producto de nifestaron abrumadores e intolerables. Tan gravosa fue esa
una melancolía fructífera y política. El significado de esta ex- derrota, que muchos de nosotros preferimos huir antes que
periencia, concluía Crimp, podría resumirse en una fórmula enfrentarla. Nos golpeó como un búmeran dotado de una
que refleja muy bien el espíritu de este libro: "Militancia, fuerza tan grande como la energía con que se lo había arro-
claro está, pero también duelo: duelo y militancia". 53 , jado un siglo antes desde Petrogrado, Berlín y Budapest, y
que había pasado sobre el planeta como un relámpago, de
Pekín a La Habana y Lisboa. Lo que queda de esta centuria
53
Douglas Crimp, "Mourning and Militancy", en October, vol. 51, invierno de "cielos tomados por asalto" es una montaña de ruinas, y
de 1989, pp. 3-lS,las cursivas pertenecen al original. no sabemos cómo comenzar la reconsttucción o si vale si-
57

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