Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
que no sabe
Hasta 1998, las cosas estaban muy claras para la ciencia. El Universo se
expandía a partir del Big Bang, y debido a que la energía inicial se utiliza según
pasa el tiempo, su velocidad debía ir disminuyendo. Como cuando uno lanza
una bolita por el suelo, la que luego avanza más lento hasta detenerse.
Sin embargo, la porfiada realidad nos dice que efectivamente, el universo fue
disminuyendo su velocidad por millones de años… pero a partir de cierto punto,
comenzó a expandirse más rápido. Es algo muy raro, como si al tirar la bolita ya
mencionada, antes de detenerse, empezara a acelerar sola. Rarísimo.
Explicación 2: Quizás hay alguna energía que no se haya detectado, y que llena
todo el cosmos (y que llaman con el bonito nombre de “quintaesencia”).
Se estimó la energía del vacío en todo el Universo, para ver si esto explicaba
algo, pero esta debe ser 10 120 veces mayor de lo que es ahora, para explicar la
aceleración observada, así que no es una solución viable por ahora.
La explicación 2, es la de la quintaesencia, que es una bonita idea.
Lamentablemente, no existe prueba alguna de su existencia. Next!
Finalmente, la energía oscura tiene que existir. El año 2007, los científicos del
proyecto WMAP (que realizaron el mapa más detallado del Universo previo a la
misión Planck), llegaron a la siguiente conclusión, publicada en el paper “Three-
Year Wilkinson Microwave Anisotropy Probe (WMAP) Observations:
Implications for Cosmology” ("Tres años de observaciones WMAP: implicancias
para la cosmología"): La forma del universo es aproximadamente plana (o sea,
una de sus vastísimas dimensiones, es mucho más pequeña que otra de sus
vastísimas dimensiones). Para que esto sea viable, el universo debe tener una
densidad suficientemente grande, la que no es explicada por la materia visible.
Ustedes dirán, “ah, pero ¿eso no lo puede explicar la materia oscura?” (materia
que tampoco podemos detectar, de la que hablaremos más adelante en este
artículo). Bueno, resulta que también se llegó a la conclusión de que había un
límite a la cantidad de materia oscura que podía existir. Toda la materia (oscura
y observable) y toda la energía detectable del Universo, sólo son el 31,7%
necesario para que el Universo tenga una densidad que explique su forma.
Por lo tanto, hay una energía que no ha sido observada, y que lo mantiene con
su forma actual.
La composición del universo que explicaría los fenómenos actuales, según los
datos 2015 de la misión Planck, es: 4,9% materia observable (Las estrellas,
planetas, galaxias y nosotros mismos), 26,8% materia oscura, y 68,3% energía
oscura.
¿Y la materia oscura?
Fíjense que tampoco se sabe qué es. Más bien, se sabe lo que no es. ¿Cómo es
la cosa?
Resulta que en 1933, Fritz Zwicky, que era astronomo de Caltech, se dio cuenta
de algo asombroso. Estaba mirando un cúmulo de galaxias, anotando la
velocidad con que se movía, cuando de repente… las cuentas no le cuadraron.
Esas galaxias giraban demasiado rápido. Aún sumando la masa de todas las
estrellas, todas las nebulosas, todo lo que se podía ver… el cúmulo debía tener
400 veces más masa para explicar su velocidad. Pero no había de donde sacar
más. Extrañísimo.
La imagen de más arriba, es la galaxia NGC4555 (en el rango de rayos X). ¿Qué
tiene de especial? Que esa nube azul, que es gas a 10 millones de grados celsius,
no debería estar ahí. “Algo” retiene gravitacionalmente a ese gas, y no sabemos
que es. Sólo sabemos su nombre: Materia oscura.