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El año 1964 John Stewart Bell, físico del CERN en Suiza (Organización Europea
para la Investigación Nuclear), descubrió algo muy extraño.
Se dio cuenta de que había una característica en las partículas atómicas, que
implica que necesariamente debe haber una conexión inexplicable entre las
partículas elementales. Esto, a su vez, da a entender que: o existe una
comunicación a una velocidad mayor que la luz, o una cosa puede ocurrir
simultáneamente en dos lugares distintos. Aquí les explicamos el misterioso
asunto.
Por otra parte, en 1964 John Stewart Bell decide tomar el toro por las astas. ¿Y
qué hace? Se dedica a tomar los supuestos de la física teórica tradicional, y
llevarlo a sus extremos. Lo que descubre es algo bastante sorprendente, y que
tiene ramificaciones de todo tipo.
Bell parte con las premisas implícitas en la paradoja EPR. Estas son:
Pues bien, en su elegante teorema, Bell toma la paradoja EPR, y la lleva hasta
sus últimas consecuencias. Tras un cuidadoso análisis, y a través de pasos
lógicos y clarísimos, llega a la conclusión de que si yo hago al azar, dos
mediciones en un experimento donde se evalúe la paradoja EPR, entonces, la
posibilidad mínima de que coincidan es de 5/9, o sea, algo así como un 55%. En
otras palabras, siempre, siempre, siempre, van a coincidir las mediciones AL
MENOS un 55% o más veces.
Cuando uno mide dos partículas que han interactuado, ocurre algo muy curioso:
si al medir la carga de una partícula, esta se desvía en una dirección, la otra se
desviará en la dirección opuesta al medirla. En otras palabras, todas las
partículas que interactúan, funcionan como un sistema, y se ajustan en forma
automática al ser medidas. Es algo que suena y es muy extraño.
Según lo que plantea la paradoja EPR, habría datos que no han sido
considerados, algunas “variables ocultas” que hacen “parecer” que esto ocurre
de forma misteriosa. Pero el teorema de Bell descartó eso, y como
explicábamos recién, nos plantea que el entrelazamiento cuántico, ocurre
porque o bien, la realidad no es lo que los instrumentos nos dicen, o porque
existe una comunicación más rápida que la velocidad de la luz.
Por ejemplo, según la interpretación del Dr. en física David Bohm, todas las
partículas del universo se estarían comunicando entre sí, a una velocidad
superior a la de la luz. Y el año 2007, a través de un experimento, se determinó
que muchas variables fuera de ese modelo, no son válidas.
Otra forma de darle un sentido al universo en el que vivimos, después del
teorema de Bell, es considerar que todas las posibilidades de que algo ocurra,
coexisten al mismo tiempo, y cuando se realiza una medición, se “escoge” una
realidad. Y si una persona A coincide en la misma medición con la persona B, es
porque sus realidades coinciden. Si no lo hacen, es porque “escogieron” una
realidad distinta.
Esto lleva a más preguntas que respuestas. En concreto, ¿es el universo un solo
sistema, casi orgánico, que se comunica en forma instantánea entre sus partes?
¿Existe entonces una “superestructura” que permite comunicación de
información instantánea entre distintas partes del universo, a una velocidad
inmensamente superior a la de la luz? ¿Existen múltiples universos conviviendo
simultáneamente, pero nuestra conciencia sólo ve uno?
En ese caso, ¿qué es entonces la conciencia? ¿Un filtro para una realidad
específica?
¿Conocías este misterio de la ciencia? ¿Qué crees que hay detrás de todo?