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JUZGADO DE PRIMERA INSTANCIA 28 DE BARCELONA

PROCEDIMIENTO ORDINARIO 920/2018 D2

AL JUZGADO

Doña NURIA SUÑE PEREMIQUEL, Procuradora de los Tribunales y de Doña ELISENDA


BORRULL, según designa apud acta a formalizar en el momento procesal oportuno, ante
este Juzgado comparezco y como mejor en Derecho proceda, DIGO:

Que habiéndose dado traslado a esta parte de la DEMANDA de JUICIO ORDINARIO


presentada contra mi mandante, dentro del plazo al efecto conferido, mediante el presente
escrito procedo a presentar ESCRITO DE CONTESTACION Y OPOSICIÓN A LA
DEMANDA DE JUICIO ORDINARIO y ello, en base a los siguientes:

HECHOS

I. PREVIOS

PREVIO PRIMERO.- Esta parte se opone expresa y rotundamente a cuantas afirmaciones


y alegaciones se vierten en el escrito de demanda presentada de adverso en todos aquellos
extremos que no sean expresamente reconocidos a lo largo del presente escrito, y muy
especialmente, a los efectos jurídicos a los que de contrario parece se pretende llegar.

PREVIO SEGUNDO.- En primer lugar, y previo a entrar a negar uno por uno los hechos
indicados por la adversa en su demanda, valga aclarar que ha sido TOTAL y ABSOLUTA
la sorpresa de mi mandante al recibir la demanda que ahora aquí nos ocupa, pues la
Sra BORRULL (seguidamente veremos y acreditaremos) JAMÁS le ha dicho – ni siquiera
insinuado ¡¡¡¡ – al Sr. DOMENECH que él fuera el padre de su hijo!

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De hecho, la mejor y la inequívoca prueba de ello, es que el Sr. DOMENECH -
seguidamente también veremos y acreditaremos - JAMÁS ha actuado como padre del
menor: ni durante el embarazo ni a lo largo de la vida de éste.

PREVIO TERCERO.- Dicho esto, valga con carácter previo, por último resumir los hechos
y tempos que expone la adversa en su escrito de demanda, para, a renglón seguido, poder
rebatir los mismos y, sobre todo, analizar las incongruencias y la imposibilidad de que el Sr
DOMENECH pudiera siquiera pensar que era el padre de TONI.

• Dice que la pareja inicio la relación en junio de 2013


• Dice que fueron pareja hasta septiembre de 2014
• Dice que, a pesar de la ruptura, mantuvieron relaciones esporádicas hasta julio
de 2015.
• Dice (y así es) que TONI nació en fecha 16 de mayo de 2016.
• Dice que tras el nacimiento, mi mandante decidió inscribir unilateralmente el niño en
el Registro sin reconocerlo como padre biológico.
• Dice que fue en julio de 2017 cuando, por las dudas que el tema le generaba, entró
en el cuadro de depresión, estrés e insomnio por el que ahora aquí reclama.
• Dice que fue en diciembre de 2017 cuando, a través del test de paternidad que
finalmente solicitó, constató que no es el padre.
• Dice que en marzo de 2018 fue despedido a causa de la depresión que sufrió a raíz
de todo ello.
• Dice que durante todo este tiempo ejerció como padre.

II. EN CUANTO A LA REALIDAD DE LOS HECHOS

PRIMERO.- Expuesto cuanto antecede, y en relación al relato relativo a la relación de


pareja mantenida y el nacimiento de TONI, valga negar que los hechos sucedieran como
expone la adversa en el hecho primero de su demanda y que esta titula como
“antecedentes”.

Cierto es que, que tal y como expone la adversa, la Sra. BORRULL y el Sr. DOMENECH
iniciaron una relación sentimental en el año 2013 y que de junio de 2013 a septiembre de

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2014, estuvieron residiendo juntos en la vivienda sita en la calle Ramón Turró, 244, 4º 2ª
de Barcelona.

Ello no obstante, como la propia actora reconoce en su relato y esta parte asevera, la
ruptura de la pareja tuvo lugar en septiembre de 2014, fecha en la que consecuencia -
dicho sea de paso - del carácter totalmente inestable y agresivo del Sr. DOMENECH y
de los constantes maltratos físicos y psicológicos de las que mi mandante era
lamentablemente víctima, esta decidió unilateralmente poner fin a la relación,
marchándose en un primer momento “con lo puesto” a casa de su madre, y
trasladándose, a los pocos meses, a un piso de alquiler; siendo éste – insistimos –
el fin de la relación entre ambos.

A efectos acreditativos, adjunto se acompaña como documento número 1 copia del contrato
de arrendamiento relativo a la vivienda a la que tras la ruptura, y tras unos pasar unos
meses en casa de una amiga, se trasladó de mi mandante.

Dicho esto, negar que a partir de entonces la relación entre ambos fuera lo fluida que se
dice de contrario.

De hecho, repetimos, el motivo de la ruptura fue el constante maltrato recibido; por lo que,
lo que, desde luego, lo que menos le convenía a mi mandante era el frecuente contacto con
su agresor.

Mi mandante, intentó rehacer su vida, y tuvo otras relaciones.

SEGUNDO.- Cierto es, y así lo reconoce con pesar esta parte, que en el interín (dada la
insistencia del Sr DOMENECH a quien, dicho sea de paso, por su ya apuntado carácter, le
costó aceptar el no de mi mandante y durante no poco tiempo no cejó en el empeño), tras
la ruptura, la pareja se vio en dos o tres ocasiones, y cierto es que mantuvieron relaciones,
pero siempre con protección, y siendo además la última ocasión en mayo de 2015, que no
julio de 2015 que dice la adversa.

PERO TONI, VALGA ACLARAR, NO ES FRUTO DE DICHOS ESPORÁDICOS


CONTACTOS, Y NUNCA ASÍ SE LO HIZO CREER MI MANDANTE A LA ACTORA.

De hecho, no fue hasta cuando mi mandante ya estaba embarazada de unos meses, que
ambos se cruzaron por casualidad en la calle (vivían ambos en el mismo barrio) y supo
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entonces el Sr. DOMENECH que mi mandante – por lo evidente de su estado - estaba
embarazada; pero NUNCA, insistimos, SE LE DIJO NI SE LE INSINUÓ que el hijo fuera
suyo!!!!

Pero es que, además, cae por su propio peso y únicamente hay que saber contar.

Y es que aun cuando el último contacto sexual – que en realidad, insistimos, fue en
mayo 2015 - hubiera tenido lugar como dice la adversa en julio de 2015, teniendo en
cuenta que TONI nació el 16 de mayo de 2016, resulta materialmente imposible que
el hijo pudiera ser suyo!!!

El embarazo no es una ciencia exacta, pero partiendo de la fecha de nacimiento, y teniendo


en cuenta que TONI nació en la semana 41 de gestación, resulta evidente que la fecha
de concepción fue posterior al mes de julio de 2016 que relata la actora.

A fin de acreditar dicho dato objetivo, adjunto se acompaña:

• Como documento número 2 informe de alta tras el ingreso hospitalario derivado del
parte, del que se desprende que TONI, efectivamente, nació en la semana 41 del
embarazo.
• Como documento número 3 copia del carnet de embarazo de mi mandante del que
se desprende que la última regla de esta fue en fecha 31 de julio de 2015.
• Como documento número 4 impresión del cálculo de la fecha de concepción
estimada, y que sitúa esta en el mes de agosto de 2015.

TERCERO.- En cualquier caso, repetimos, la mejor prueba de que el Sr. DOMENECH ni


es, ni jamás se le ha hecho creer que fuera el padre del menor, es que ha sido siempre
ajeno al embarazo y jamás ha actuado como padre del nasciturus.

Ni en una sola ocasión acudió al ginecólogo con mi mandante, ni a ninguna ecografía, ni al


hospital el día que nació TONI … es que ni siquiera de visita ¡¡¡¡

JAMAS DE LOS JAMASES ha estado presente, ni durante el embarazo, ni tras el


nacimiento, en la vida del menor!!!!!

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Y evidentemente, huelga apuntar, jamás ha efectuado contribución económica alguna a mi
mandante para sufragar los gastos relativos a quien dice que durante un tiempo creyó era
su hijo.

Ante dicha realidad, esta parte no puede dejar de preguntarse: ¿Aun en el negado supuesto
de que el Sr DOMENECH no supiera contar y equivocadamente hubiera podido llegar a
pensar que el hijo de la Sra BORRULL era suyo; que trauma, estrés o insomnio le pudo
provocar descubrir no ser el padre de a quien nunca conoció ni se preocupó?

De hecho, y a fin de ahondar más si cabe en la cuestión, valga relatar que desde que
nació el menor el contacto entre mi mandante, el menor y el Sr. DOMENECH se ha
limitado a un solo día!!!! – a mediados del año 2017 (cuando el menor tenía ya más
de un año de edad) - en el que, tras encontrarse por el barrio, estuvieron hablando un rato
y mi mandante le presentó al menor.

Al cabo de poco tiempo de dicho encuentro casual por el barrio, mi mandante, recibió la
sorpresiva llamada de la letrada doña Gemma Saün, quien se presentó como abogada del
Sr. DOMENECH, solicitando se aviniera mi mandante a efectuar la prueba de paternidad;
prueba a la que finalmente mi mandante – quien no tenía nada que ocultar, y así lo dijo)-
accedió, y cuyo resultado ha sido aportada de contrario y que este Juzgado ya conoce.

CUARTO.- De hecho, no olvidemos, en fecha 16 de mayo de 2016, nació TONI y mi


mandante NO inscribió al Sr. DOMENECH como padre biológico del menor en el Registro
Civil!!!.

A efectos acreditativos, adjunto se acompaña como documento número 5 del presente


escrito, copia del libro de familia de mi mandante y su hijo.

¿Cómo puede entonces ahora indicar que mi mandante le hizo creer que el hijo era suyo?
Carece de todo sentido…

En este caso, resulta evidente, la consabida presunción de paternidad que opera en el


nacimiento de niños nacidos constante matrimonio o relación de pareja, opera aquí a la
inversa … ¿cómo puede afirmar la actora, que la pareja dejo de serlo en septiembre de
2014 y que se creyó el padre de un niño nacido casi dos años después de la ruptura y que
no fue inscrito en el Registro a su nombre?

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QUINTO.- Aclarado cuanto antecede, téngase en cuenta que de todo lo hasta aquí
expuesto, apenas puede aportar esta parte prueba documental alguna, por aquello de que
resulta imposible probar en negativo, y únicamente pueden aportarse pruebas indiciarias y
probarse la ya apuntada total ausencia del Sr. DOMENECH en la vida de mi mandante y
en el hijo mediante las oportunas testificales que se propondrán en el momento procesal
oportuno, y mediante la totalidad de la documentación “oficial” generada respecto de TONI
desde su nacimiento.

En este sentido, y a efectos acreditativos, adjunto se acompañan:

- Como documento número 6 certificado de empadronamiento relativo a la vivienda


de mi mandante, del que se deprende que en la misma sólo han estado
empadronados madre e hijo, y que no hay rastro del Sr. DOMENECH.

- Como documento número 7 certificado de haber solicitado y haber obtenido mi


mandante el carnet de familia monoparental.

- Como documento número 8 documento acreditativo de las personas autorizadas


por la madre para recoger al menor de la escuela en el que NO aparece el Sr.
DOMENECH.

- Como documento número 9 documento de derecho a la asistencia sanitaria relativo


al menor.

- Como documento número 10 carnet de salud del menor.

Y como es de ver, en ninguno de dichos documentos, aparece el Sr. DOMENECH… si


mi mandante le hubiera hecho creer que era el padre y éste hubiera actuado como tal, ¿no
aparecería en algún documento? ¿no tendría éste algún documento relativo a la vida del
menor?

En cualquier caso, téngase en cuenta, corresponde al Sr. DOMENECH la carga de la


prueba de que mi mandante le hiciera creer que el hijo era suyo, pero NADA HA
APORTADO A LAS PRESENTES ACTUACIONES QUE ACREDITE DICHO EXTREMO!
Ni siquiera un whatsapp o un mail en el que le indicara que TONI era hijo suyo o le
exigiera algún tipo de responsabilidad derivada de dicho extremo, o en el que éste le
preguntara por el menor o alguna prueba de que ejerciera como el padre o de haber

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acompañado a la madre al hospital… y no lo aporta por qué no lo tiene, por cuanto
NO ES EN MODO ALGUNO CIERTO QUE MI MANDANTE LE DIJERA O LE HICIERA
CREER EN NINGUN MOMENTO QUE ERA EL PADRE DEL MENOR

LA UNICA REALIDAD ES QUE EL SR DOMENECH ES Y HA SIDO SIEMPRE


TOTALMENTE AJENO AL EMBARAZO Y A LA VIDA DEL MENOR!!

SEXTO.- Llegados a este punto, y respecto de que la supuesta inestabilidad, estrés y


depresión que dice haber sufrido el demandante, sean causa de creer que era el padre
biológico de TONI, valga nuevamente insistir, que el contacto entre el Sr. DOMENECH, mi
mandante y el hijo de ésta – tras la separación de ambos – se ha limitado a la única o pocas
veces en que se han encontrado por el barrio!!!

En cualquier caso, dicho sea con los debidos respetos y en estrictos términos de defensa,
el carácter inestable del Sr. DOMENECH viene ya de lejos, siendo este, precisamente, lo
que conllevó la ruptura.

Especialmente sorprendente, resulta que pretenda culpar a mi mandante de su despido¡¡¡¡


téngase en cuenta que, según dice, supo que TONI no era su hijo en diciembre y el despido
fue en marzo del año siguiente !!! … de hecho, dice que las dudas las albergó desde un
principio, al ver que mi mandante inscribía al menor en el registro unilateralmente... ¿cómo
pretende hacernos creer ahora que su despido fue causa de saber que no era el padre? …

Por más que lo intentemos, no encontramos la lógica …

III. EN CUANTO A LOS DAÑOS Y PERJUICIOS QUE DICE HABER SUFRIDO


LA ADVERSA

SEPTIMO.- Expuesto cuanto antecede y en concordancia con lo anterior, negar que mi


mandante le haya causado perjuicio alguno al sr. DOMENECH; y es que, insistimos, no

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sólo mi mandante nunca le engañó diciéndole que era el padre de TONI, sino, y es que
además, aunque hubiera sido el caso no se acredita de contrario que el despido o los
supuestos trastornos de insomnio y ansiedad fueran consecuencia de haber creído
que era el padre de la criatura.

Llegados a este punto, téngase en cuenta que aun en el negado supuesto de que el Sr
DOMENECH hubiera estado realmente en el convencimiento de ser el padre del
menor, dicho error no sería en cualquier caso tampoco imputable a mi mandante.
¿Qué culpa tendría, aun en dicho supuesto mi mandante, de que el Sr. DOMENECH de
repente se obsesionara, como dice, de ser el padre de la criatura?

Mi mandante NUNCA nada le dijo (y nada aporta la adversa para desvirturar dicho extremo),
NI lo inscribió en el registro a su nombre, ni JAMAS le exigió ningún tipo de responsabilidad,
y cuando éste le pidió hacer una prueba de paternidad al niño, se mostró totalmente
colaboradora, pues lo que menos deseaba (habida cuenta los antecedentes) es que el Sr
DOMENECH reapareciera en su vida!

IV. EN CUANTO A LA VALORACIÓN DE DICHOS SUPUESTOS DAÑOS Y


PERJUICIOS

OCTAVO.- Aclarado y acreditado lo hasta aquí expuesto, valga a mayor abundamiento


analizar la improcedencia, EN CUALQUIERA de los CASOS (se lo creyera o no lo creyera,
se lo dijera o no se lo dijera mi mandante), de la indemnización solicitada de contrario en la
suma de 20.000.-€¡¡¡¡¡ en la que se cuantifican los supuestos daños y perjuicios sufridos
de contrario.

• NO existe nexo causal entre la actitud de mi mandante y el supuesto daño sufrido,


y ello, según se ha expuesto largamente en el presente escrito. En consecuencia, si
no hubo engaño, no hay cuantificación del daño.

Y además: ¿Aún en el negado supuesto de que fuera cierto que mi mandante


hubiera engañado al demandante (extremo que se niega), ¿Qué daños ha podido
el Sr DOMENECH tener si nunca estuvo allí ejerciendo como padre? (Ni durante el
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embarazo, ni una vez nacido el niño ¡¡) ¿si mi mandante nunca nada le pidió? Mi
mandante jamás le reclamó cantidad alguna en concepto de pensión o alimentos de
ningún tipo¡¡¡¡ ni le pidió que cumpliera con los deberes de padre¡¡¡¡ y no se lo pidió
porque jamás le dijo que fuera el padre¡¡¡¡ téngase en cuenta que la relación entre ellos,
desde la ruptura, ha sido prácticamente inexistente!!!!.

• Aun cuando existiera el necesario nexo, el demandante únicamente “acredita”


unos daños de 350.-€ derivados del coste (factura) de la prueba de paternidad;
cantidad que en cualquier caso, esta parte tampoco admite por cuanto fue el Sr.
DOMENECH quien, ya hemos dicho, – pese a la negativa de mi mandante de su
paternidad – quiso asumir.

Dicho extremo, junto con la temeridad absoluta con la que ha actuado el demandante
al interponer la presente demanda, no hace sino pensar a esta parte (dicho sea con los
debidos respetos y en estrictos términos de defensa), que debido a su despido, el Sr.
DOMENECH precisa de liquidez y pretende conseguirla a costa de mi representada.

Efectivamente, y aun cuando diéramos por buena la tesis de la adversa, nótese que los
20.000.-€ que reclama no se motivan lo más mínimo… ni siquiera se exponen los
“baremos”, criterios o los parámetros en los que se ha basado la adversa para llegar a
dicha valoración, ni da explicación alguna del porqué de dicha cantidad...

Y como es sabido, la jurisprudencia de nuestros tribunales tiene constantemente


establecido que, quien considere que ha sufrido un daño moral podrá reclamar
un importe de indemnización que considere razonable, justa y consecuente con
el daño causado siguiendo su propio criterio, si bien, deberá argumentar
adecuadamente los motivos por los cuáles se reclama dicha cuantía específica
(extremo que no ha sido llevado a cabo de contrario quien se ha limitado a pedir
la cantidad que le ha venido en gana).

Podría la adversa:

- Haberse basado en la jurisprudencia recaída en situaciones similares como


herramienta para cuantificar el daño moral. Ello no obstante, la adversa no aporta
jurisprudencia alguna de un caso parecido en el que se hubiera cuantificado una
indemnización similar …. Y no la aporta porque, como seguidamente veremos y
expondremos, no hay jurisprudencia favorable al respecto ¡¡¡¡¡.

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- Haber solicitado en concepto de daño moral, un porcentaje de la cantidad reclamada
por los daños materiales sufridos, que como es sabido, es otro de los criterios que
ha sido considerado válido por los tribunales, o aplicar por analogía los baremos
establecidos para los accidentes de circulación y contenidos en la Ley 35/2015 de
22 de septiembre. Pero ni en uno ni en otro criterio tampoco se ha basado la
adversa.

- Haber hecho uso de la tan bien “permitida” facultad de solicitar que sea el propio
juzgador quien determine la cuantía en la que, en su caso, deba ser indemnizada la
víctima. Sujeta esta vía a la total discrecionalidad del juez, sin parámetros que
puedan operar como máximos indemnizables al no existir bases objetivas o reglas
precisas de cuantificación de este perjuicio no patrimonial. Criterio éste, sin
embargo, que tampoco ha sido acogido de contrario.

NOVENO.- Sin perjuicio de lo anterior, valga además aclarar que aun en el reiteradamente
negado supuesto que mi mandante hubiera engañado a la adversa, que este hubiera
creído ser el padre de TONI y que hubiera ejercido como tal, esto es, aun en el negadísimo
supuesto que el Sr DOMENECH hubiera sufrido algún tipo de prejuicio por la situación que
dice le fue generada, AUN EN DICHO SUPUESTO TAMPOCO CABRIA FUERA EL SR
DOMENECH INDEMNIZADO ¡¡¡¡¡; y ello, POR CUANTO LA JURISPRUDENCIA DE
NUESTROS MAS ALTO TRIBUNAL TIENE CLARAMENTE ESTABLECIDO QUE EN
NINGUN CASO CABE la indemnización del daño moral generado en el ámbito familiar
en caso de infidelidad y/o de ocultación y pérdida de un hijo que se considera propio.

En este sentido, véase, reciente sentencia 629/2018 del Tribunal Supremo de fecha 13 de
noviembre de 2018, cuyo contenido seguidamente se reproduce literalmente por su claridad

“CUARTO.- El tercer motivo presenta mayor complejidad. Lo que plantea -


responsabilidad civil por daños morales en el ámbito familiar, en el concreto
supuesto de ocultación de la paternidad-, no es ajeno a esta sala, que ha dictado
cuatro sentencias, todas ellas desestimatorias de la pretensión indemnizatoria de
daños morales (687/1999, de 22 de julio; 701/1999, de 30 de julio; 445/2009, de 14
de julio, y 404/2012, de 18 de junio), aunque sin haber llegado a fijar doctrina
jurisprudencial, en algún caso por no haber sido procedente el examen de la
cuestión de fondo.

(…)

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En la segunda se sostiene, sin embargo, que «el daño moral generado en uno de
los cónyuges por la infidelidad del otro, no es susceptible de reparación económica
alguna, lo cual, origina la imposibilidad de atribuir al Tribunal «a quo» haber
infringido, en el aspecto estudiado, los artículos 67 y 68 del Código Civil, en relación
en el 1101 del mismo…», pues lo contrario llevaría a estimar que cualquier causa
de alteración de la convivencia matrimonial conllevaría indemnización.

(…)

3. Esta sala mantiene en lo sustancial la doctrina sentada en la sentencia 701/1999,


de 30 de julio, descartando la aplicación al caso del artículo 1902 del CC, por
conducta dolosa del cónyuge que ocultó al otro la paternidad de uno de los hijos,
que se hace en la sentencia 687/1999, de 22 de julio.

(i) No se niega que conductas como esta sean susceptibles de causar un daño. Lo
que se niega es que este daño sea indemnizable mediante el ejercicio de las
acciones propias de la responsabilidad civil, contractual o CASACIÓN/3275/2017
12 extracontractual, a partir de un juicio de moralidad indudablemente complejo y
de consecuencias indudablemente negativas para el grupo familiar.

(…)

Conductas como la enjuiciada tienen respuesta en la normativa reguladora del


matrimonio, como señala la sentencia 701/199, mediante la separación o el
divorcio, que aquí ya se ha producido, y que no contempla la indemnización
de un daño moral generado a uno de los cónyuges en un caso de infidelidad
y de ocultación y pérdida de un hijo que consideraba suyo mediante la acción
de impugnación de la filiación.

Se trata de unos deberes estrictamente matrimoniales y no coercibles


juridicamente con medidas distintas, como ocurre con la nulidad matrimonial, a
través de una indemnización al cónyuge de buena fe -artículo 98 del CC-. Con una
regulación, además, tan específica o propia del derecho de familia, que permite
obtener, modificar o extinguir derechos como el de la pensión compensatoria del
artículo 98 del CC, o decidir sobre la custodia de los hijos habidos de la relación
matrimonial, al margen de esta suerte de conductas, pues nada se dice sobre las
consecuencias que en este ámbito tiene la desatención de los deberes impuestos
en el artículo 68 CC.”

Efectivamente, a raíz de la transcrita sentencia, constituye a fecha de hoy doctrina


consolidada que no es indemnizable el supuesto daño moral generado a uno de los
miembros de la pareja por ocultación de la paternidad por entender que es una
cuestión que queda en el ámbito de la convivencia de pareja y que, en caso de estimar
la procedencia de la indemnización, ello conllevaría estimar cualquier alteración de
la convivencia matrimonial.

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A mayor abundamiento téngase en cuenta que, en el caso que se enjuiciaba en la referida
sentencia, se trataba de un matrimonio, que el engaño fue doloso y duró varios años, que
el supuesto padre había estado abonando una pensión de alimentos a quien creía ser su
hijo biológico… huelga apuntar que, en el presente caso, en el que no hay ni un solo indicio
de apariencia de que el Sr. DOMENECH fuera el padre y en el que el propio Sr.
DOMENECH reconoce que mi mandante le manifestó – antes del parto – que él no era el
padre, NO CABE INDEMNIZACIÓN ALGUNA.

DECIMA.- Por último, atendidas las circunstancias, entiende esta parte que debe
condenarse al demandante al pago de las costas derivadas de la presente demanda por la
clara temeridad y mala fe al interponer la misma.

A los anteriores hechos, les son de aplicación, los siguientes,

FUNDAMENTOS DE DERECHO

I.- JURÍDICO PROCESALES

Respecto la capacidad, competencia, legitimación, y jurisdicción de conformidad con


los alegados por la adversa.

Respecto de las costas

El Art. 394 LEC

II.- JURÍDICO MATERIALES

II.1. A sensu contrario los alegados de contrario por la adversa en su escrito de


demanda.

II.2. La jurisprudencia alegada en la presente contestación de la demanda y demás


concordante.

II.3. Iuria Novit Curia


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Por todo lo expuesto,

AL JUZGADO SUPLICO: Que teniendo por presentado el presente escrito, se sirva


admitirlo, y tenga por contestada en tiempo y forma la demanda, teniendo por parte en el
presente procedimiento a la Procuradora de los Tribunales firmante de este escrito, en la
representación acreditada y, en su día, previa la tramitación pertinente dicte Sentencia en
la que declare la desestimación de la demanda presentada de contrario, absolviendo
a mi mandante de los pedimentos contenidos en el suplico de la misma, con expresa
condena en costas a la adversa.

OTROSÍ PRIMERO DIGO: Que esta parte manifiesta la voluntad de cumplir con todos los
requisitos procesales y, si por cualquier circunstancia esta representación hubiera incurrido
en algún defecto, ofrece desde este momento su subsanación de forma inmediata y a
requerimiento del mismo, todo ello a los efectos prevenidos en el artículo 231 Lec.

En su virtud,

AL JUZGADO SUPLICO: Que tenga por hecha las anteriores manifestaciones a los efectos
legalmente oportunos.

En Barcelona, a 10 de mayo de 2019.

MAR MARTI ARBOS NURIA SUÑE PEREMIQUEL


23.882 Icab Procurador de los Tribunales

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