Está en la página 1de 1

Normalmente y durante muchos siglos, los impuestos eran usados por el gobierno

para mantener un esquema de paz, es decir, para garantizar la paz, para que la gente
pudiera trabajar en paz, para proteger la propiedad, para proteger la libertad de las
personas, para proteger la vida. Es decir, el dinero era para una policía que protegiera
nuestra vida contra los delincuentes, que protegieran nuestro patrimonio, contra los
ladrones que protegieran nuestra libertad, contra aquellos que nos quieren secuestrar
o que nos quieren quitar para esclavizarnos. Esto eran o han sido tradicionalmente los
fines y los objetivos de los impuestos. Garantizar los tres derechos fundamentales del
hombre vida, propiedad y libertad. Sin embargo, a raíz de las teorías de Keynes, se
incorporó otra función de los impuestos que parecía lógica y positiva, que es la de
incentivar a través de los impuestos del gasto público, concretamente el crecimiento
económico. Entonces vamos a aumentar impuestos para invertir más e incentivar el
crecimiento económico. En ese caso se daba la llamada suma cero. ¿Por qué? Porque
si a los productores les quitaban el gobierno gastaba más y generaba actividad
económica. Pero a los que le quitaban dejaban de generar actividad económica. Al
final no había ningún aumento neto de la actividad económica. Pero alguien dijo
Bueno. Vamos a emitir dinero. Y así no le quitamos nada a los productores y el
gobierno puede gastar más. Todo este andamiaje. Se crió por un economista que
después se arrepintió de lo que dijo. Pero él fue el que introdujo a la economía la
justificación de gastar más de lo que recibía el gobierno y compensarlo con deuda o
emisión de dinero.

En un seminario que asistí ya hace muchos años, 1974, recuerdo el profesor Frederick
Allen, que en esos años recibió el Premio Nobel, platicó algo entre como éramos
como 30 profesores de economía de diversas partes del mundo y él nos comentó
algo. Él nos dijo que había sido un amigo de Keynes, que aunque no coincidía con sus
puntos de vista y que lo fue a visitar en las postrimerías de su vida, ya postrado en la
cama, enfermo. Y que quienes le dijo muy triste. Que estaba muy preocupado por el
abuso que habían hecho de sus teorías. Un gran abuso. El Gobierno justificando el
gasto deficitario, aludiendo a que mediante ese gasto iban a estimular la economía. Y
también se trasladó a los impuestos. Vamos a darle al gobierno para que gaste, para
que incentive. Olvidando un principio fundamental. Si el gobierno nos quita a través
de impuestos recursos, el que va a gastar es él y yo voy a dejar de gastar. Y lo
importante es que gaste quien generó esa producción, que gasten los trabajadores
que generaron también producción, pero que no gasten. Los gobernantes diciendo
que van a estimular la economía es un mito que a través de altos impuestos y alto
gasto público se intensivo, se incentive la economía. Por lo tanto, la función de los
impuestos, la función del gasto público como incentivo dador de la actividad
económica es un mito, una mentira. Pero que todavía hay muchos que la creen o la
utilizan para justificar sus gastos.

También podría gustarte